Fase 1, Ronda 8: Giz vs Zmey

El draco observaba atentamente los sucesivos combates de aquella categoría que era la única en la que todavía no había participado hasta el momento y cada vez que decían un nombre esperaba con expectación por si el segundo era el suyo. No obstante al último que habían llamado era al goliat, por lo que el sueco pudo distraerse observando atentamente el combate y animando al asreniano.
—¡No te preocupes, Giz, si pierden tus hienas la culpa será de Vac! —exclamó Noel haciendo alusión a lo que había dicho su hermano sobre "sus representates" cuando el sinhadre lanzó una hiena por los aires—. En este torneo hay demasiados humos, ¿no te parece? —le preguntó a Gael tras su aportación en tono jocoso mientras dirigía una mirada de reojo a Jack.

Zmey se llevó el hechizo de impacto en la espalda, pues había estado mirando a la hiena para evitar sus mordiscos. Apretó los dientes por el dolor, y tratando de mantener la compostura, antes de que su barrera cayese del todo, se valió de un hechizo de impulso para alzarse lejos del punto de mira de Giz, y de las fauces de la hiena. La espalda le ardía, y para colmo había perdido su kusarigama por el camino, gracias a un hechizo del genemago. Invocó un escudo físico rápido que pudiese parar los hechizos de Giz que no pudiese esquivar y se puso en movimiento. Creía poder reconocer la barrera de inercia si Giz la invocaba de nuevo, por lo que eligió la estrategia de atacar desde distintas direcciones, con lanzazos mágicos que eran los más rápidos de convocar, y cambiando de posición para no ser un blanco fácil. Uusó un hechizo de vuelo para moverse por la arena, a distintas alturas por si el hechizo se rompía y acababa abriéndose la cabeza contra el suelo. Con suerte la distancia le daría cierto margen de acción.

Sin moverse del sitio, Giz paró la ofensiva y dejó al brujo jugar con los lanzazos de magia. Comenzó a convocar uno de los hechizos que había aprendido especialmente para el torneo. Las hienas alzaron la cabeza y corrieron hacia él en cuanto la primera sílaba les llegó al oído. Las defensas del goliat se comieron el primer lanzazo y se rompieron al segundo, mientras este continuaba impertérrito con su ensalmo. Las hienas se acercaron al goliat justo antes de que este finalizara y una barrera elemental respaldada los rodeara tanto a él como a sus animales, en formación defensiva.

Entonces, Giz ignoró la ofensiva del brujo y abrió la gola. La escolopendra reconoció aquel gesto como la orden que la sacaba de su letargo y trepó por su brazo. Salió del cuello del poncho, todavía camuflada, y pasó de largo la gorguera para encaramarse a la nuca del asreniano, donde comenzó la emisión de magia. Mientras tanto, Giz había lanzado un pulso magnético al aire y escasos segundos después invocó una buena nube sobre el campo. El pulso magnético la hizo ennegrecer, cargándola de electricidad.

No había podido hacerlo contra Noel y no había querido hacerlo contra Yrio. Pero Giz estaba empezando a cansarse de portarse bien con su contrincante por ser novato. En el momento en que el muchacho volviera a mover ficha, dirigiría hacia él un hechizo pararrayos para tirar abajo sus defensas mágicas.

Zmey se detuvo en seco en cuanto vio el cielo ponerse negro. No hacía falta ser un lumbreras para imaginar lo que vendría a continuación. Dejó de atacar, hundió los pies en la arena y concentró su magia en crear una barrera con la esperanza de que fuese suficiente para detener el rayo. No se le ocurría otra forma de salir al paso. << Esta ciudad me odia>> pensó con una sonrisa trastornada, cerrando los ojos tras acabar de parapetarse bajo su barrera para que no le cegase la luz.

Al ver que el piromante optó por protegerse, Giz descartó el relámpago como siguiente movimiento. No sabía si el chico sabia lo suficiente o había tenido suerte, pero había escogido las defensas adecuadas para escudarse. En su lugar, lo que hizo el asreniano fue condensar una segunda nube a ras del suelo, cubriendo por completo el lugar en que se había atrincherado el chico.

Y entonces sí, dirigió el hechizo pararrayos sobre Zmey para romperle las defensas, aprovechando la nueva nube para añadir potencia a la descarga y disminuír su coste mágico. Si lo había hecho bien, los calambres llegarían al piromante desde diferentes direcciones.

Zmey maldijo al genemago, pero agradeció la forma de su barrera. Calculó cuanto podría aguantar y empezó a conjurar un tornado, destinado a dispersar las nubes y empujarlas contra Giz.

Giz dejó que el piromante dispersara las nubes y se aprovechó de su atrincheramiento para realizar una segunda barrera de inercia alrededor, utilizando la ubicacion de este como centro para la circunferencia que había trazado. Se aseguró de poner distancia entre Zmey y el límite del hechizo y seguidamente comenzó una nueva ofensiva. Sus defensas físicas debían de estar a punto de caer, por lo que decidió atacarle con magia aérea. Dispuesto a no concederle un segundo de tregua a su contrincante, Giz encadenó varias esferas irregulares de aire, moldeadas con más prisa que delicadeza.

Toima y Tania

El ulterano habia estado animando como una autentica cheerleader sobrehormonada, pero debido a la cantidad de alcohol que llevaba en mente, las palabras que gritaba de ánimos eran bastante inteligibles. A medida que el combate avanzaba, el nombre de Zmey habia ido denigrando hasta "Churruscao", que, al contrario del resto de la actuación del ulterano, hizo gracia a la nublina, quien observaba como se devolvian los dos combatientes.

Ambos querian que Giz ganase, solo que uno lo expresaba con más fervor que la otra. Por otra parte, Toima no dudó en compartir posibles estrategias que el genemago podría haber usado.
-¿Shabiaish lo ge hariah yio?-preguntó a los cuchitrileros.-Haberlesh pueshto dinan-... dinham-... ¡Dinamita! ¡Esho! Lesh habriah pueshto dinamita, a las hienash- ¡Dentro de las hienash! y luego ¡BOOM! Churruscao tostao.-compartió, para entonces reir como el maniaco beodo que era y desplomarse sobre su asiento en la grada, roncando sonoramente.

Tania le comprobó y acomodó como pudo y se centró de nuevo en el combate.

Zmey casi notó la barrera vibrar al primer impacto. Giz estaba moldeando proyectiles con aire. Sus defensas se estaban resquebrajando y por un instante Zmey entró en pánico, pero ver las esferas hacerse añicos contra su barrera le dio una idea. Zmey se envolvió en llamas. Era un torbellino lento, que giraba a su alrededor, al que animó para que subiese su temperatura hasta que las llamas se tornaron azules, y empezaron a fundir los proyectiles de aire solidificado antes de que llegasen a él.

Giz cesó con la magia aérea en cuanto vio que el piromante paraba su primer hechizo. No tenía sentido desperdiciar sus reservas de aquella manera. Acto seguido, provocó una explosión leve sobre la barrera de Zmey con el fin de desmigajarla del todo y volvió a la ofensiva, esta vez retomando hechizos de impacto. Con el primer hechizo que lanzó hacia su contrincante, las hienas echaron a correr en la misma dirección.

El brujo estaba dentro de una barrera de inercia y no podría esquivar la ofensiva de las hienas y las suyas al mismo tiempo. Giz tampoco temía que desviara ningún hechizo, seguro como estaba tras sus defensas.

El primer hechizo de impacto hizo añicos la barrera de Zmey y le dio de lleno, partiéndole la nariz. Para colmo podía oir a las hienas volviendo a la carga, pero al parecer había una barrera de inercia a su alrededor, por lo que podía aprovecharse de la lentitud de las hienas. Se hizo intangible para evitar los hechizos de impacto, ya que era más rápido que invocar otra barrera, y ya que quedaba poco para que acabase el combate se lo jugó todo a una última carta: una llamarada oscura. Con suerte, Giz no estaría usando niebla mágica y no le vería conjurarlo. Primero extendió el área de su torbellino de llamas para envolver a las hienas, y a través de ellas lanzó el hechizo. Llevarían protecciones, pero Zmey había puesto bastante potencia en el hechizo como para desmigajarlas.

Hizo avanzar el fuego negro y azul lentamente hacia el genemago, extendiendo el área. Sabía que no le daría tiempo a alcanzarle, y efectivamente, sonó el gong y Zmey dispersó las llamas. No deshizo su intangibilidad hasta que Giz retiró a las hienas, que ahora olían horriblemente mal a pelo quemado, y deshizo la barrera de inercia. Se limpió un poco la sangre que le chorreaba de la nariz antes de acercarse a saludar al genemago.

-Ya es mala suerte que me tocase precisamente el tío de las hienas ignífugas- comentó con un comienzo de sonrisa, estrechándole la mano.- Un placer combatir contra ti.

Le habría gustado pensar que había estado a la altura, pero lo dudaba seriamente. Dejó que los magos sanitarios le curasen la nariz y volvió a las gradas. Ya asaltaría a Yoel para que le comprase algo dulce.

El olor a quemado le hizo torcer el gesto y, en cuanto sonó el gong, Giz utilizó un hechizo de olor falso para calmar a las hienas y al mismo tiempo poder respirar tranquilo. Tras deshacer la barrrera de inercia, cerró la gola y el insecto volvió a descender hasta su muñeca. Entonces se acercó a Zmey y le estrechó la mano.

—Podría haber sido peor—le respondió pensando en lo frustrante que debía de ser enfrentarse al egocentrismo de dama Gula—. Siento lo de la nariz, Zmey, y también ha sido un placer por mi parte—.Al goliat le había gustado la determinación del novato, le había caído bien—. Trabajo en las mazmorras del castillo, por si alguna vez necesitas algo—no creyó oportuno incluír las tarifas en aquel momento.

Tras despedirse, volvió de vuelta a las gradas con un hambre voraz. Probablemente acabara comprando más galletas.