Fase 2, Ronda 3: Zmey vs Ebnun

Zmey iba de forma parecida a su primer combate, pero sin la chaqueta. Tambien llevaba más o menos las mismas armas, aunque había cambiado los shuang gou por un par de dagas curvas.

Su contrincante era enorme. Zmey pensó que tal vez se los presentaban en orden descendente, y si pasaba de esta ronda irían menguando y acabaría peleando contra Tap en la final. Pero lo peor de todo no era su tamaño, sino que lo conocía. Era uno de los chicos de Sendar. Un sentimiento de culpa lo embargó momentáneamente. Trató de sacudírselo, la criba había pasado y eran personas distintas. Además, posiblemente el guerrero nis e acordaría de él.

-Buena suerte- le deseó con un hilo de voz, y carraspeó para repetirlo después de forma más clara.

<< Muy bien Zmey, tú queda como un idiota, no te cortes>> bufó mentalmente, poniéndose en posición.

Zmey usaba la cadena de la kusarigama para desviar los golpes del guerrero, o al menos para usar su propia fuerza para poder esquivarlos mejor. No podía pararlos, eso lo sabía. En uno de sus vaivenes trató de ponerse a la espalda del guerrero para asestarle un tajo en las pantorrillas.

Zmey saltó para esquivar el barrido, pero igualmente perdió el equilibrio. Dio una voltereta para detener la caida y tomar distancia de su oponente, y en cuanto estuvo sobre sus piernas de nuevo lanzó la kusarigama para que la cadena rodease a Ebnun. E cuanto hubo dado la vuelta a sus piernas pegó un tirón. Era más que probable que debido a la fuerza del nublino no pudiese tirarlo, pero igualmente se impulsó contra él y lanzó un tajo. Dependiendo de los huecos que viese, iría a las manos para que no pudiese usar el hacha, o a la pierna para dejarla inutil definitivamente.

Zmey chasqueó la lengua cuando erró el golpe, pero igualmente tiró de la cadena para desengancharla del nublino y volvió a tomar distancia. Hizo girar la cadena de su arma hasta que tomó velocidad y lanzó el peso contra las rodillas del nublino. Si interceptaba el golpe, la cadena se enredaría en la espada y podría tirar con un golpe seco y desestabilizarlo momentáneamente, lo que le daría margen para atacar.

Zmey casi perdió el equilibrio del tirón. No iba a ganar un tira y afloja contra un guerrero, pero por suerte Ebnun cedió terreno, y él mismo avanzó un poco más, hasta que el largo de la cadena le permitió crear un segundo lazo que rodease el cuello del nublino. La espada estaba enganchada a la cadena, y con suerte el lazo habría sido lo bastante estrecho como para que no puediese interponer el hacha.

Tenía que acortar distancias, y en cuanto notó la presión de la cadena en torno a él avanzó hacia el piromante a la carrera para aflojar el tirón de la cadena, quitándose de encima el lazo en torno a su cuello en esos escasos segundos antes de que su oponente pudiese volver a tirar. Sin embargo eso le había obligado a sujetar el hacha de forma no ventajosa, de modo que para ganar tiempo, se hubiese vuelto a alejar Zmey o no, haría fuerza para clavar la espada en el suelo y con ella la cadena, y amagar un contraataque a dos manos con el hacha.


En las gradas Shizel observaba, animando cuando era oportuno: aquél era el último de los combates pendientes entre sus conocidos. El nombre del guerrero al que se enfrentaba Zmey le sonaba de oídas, pero no recordaba en ese momento quién se lo había mencionado.

En cuanto el guerrero clavó la cadena en el suelo, Zmey la soltó y desenvainó las dagas. Esquivó el golpe del hacha, avanzando por un lateral de Ebnun para clavarle la daga en el estómago.