Fase 1, Ronda 3: Karime vs Zmey

Karime chasqueó la lengua molesta al escuchar el nombre de su contrincante. Aunque su relación había mejorado con el que antes era Yrio y que los dos estaban en el ejército, todavía no sabía cómo sentirse con alguien que había pasado de ser muy cercano a un extraño. Lo único bueno era que conocía su técnica y su modo de pelear, aunque no resultaba del todo una ventaja ya que él también conocía la suya. Entró en la arena con su habitual paso seguro y se colocó en su posición mirando fijamente a Zmey.

- Que gane el mejor.- dijo con una sonrisa para ponerse inmediatamente seria.

En cuanto el gong sonó, la libense se transformó en loba y saltó sobre el que, en ese momento, era su enemigo.

Zmey no se sentía cómodo peleando contra Karime, aunque la conociera y hubiese entrenado con ella. Precisamente porque la conocía,y porque también había conocido a su antiguo yo. Respondió a su sonrisa simplemente asintiendo con la cabeza y se puso en guardia.

En cuanto vio al lobo correr contra él y saltar se tiró al suelo para quedar bajo el cuerpo de Karime, dándole un rodillazo en el estómago.

Karime cayó al suelo evitando un tropiezo, algo desequilibrada por el rodillazo de Zmey. Sin permitir que este se levantara, dio un salto atrás para ponerse sobre él y con sus patas traseras y delanteras inmovilizó sus extremidades y atacó su hombro con los dientes.

Zmey gritó cuando sintió los dientes de Karime, pero antes de que pudiesen hundirse más en su carne, le dio un cabezazo para que le soltase. La herida sangraba bastante, no iba a durar mucho en el combate, pero precisamente por eso iría a por todas. En cuanto pudo rodar fuera de la trampa de Karime, le saltó al cuello y se agarró con fuerza, tratando de estrangularla.

Karime dejó de inmovilizar a Zmey cuando sintió el cobezazo. Vio rodar al sinhadre y se colocó en posición defensiva a esperar su ataque, que no tardó en llegar. En cuanto sintió los brazos del piromante rodear su cuello sus zarpas siguieron el mismo caminó y los agarró clavándole las uñas tanto como fuera necesario hasta que su agarre aflojara para entonces hacerle una llave cogiéndole de los brazos de manera que terminara inmovilizado de rodillas dándole la espalda.

Zmey cedió un poco para que Karime no forzase aún más el agarre. Luego se inclinó y estiró una pierna hacia atrás, enganchando el pie en la pierna de Karime de forma que al echar el peso de su cuerpo hacia un lado la desestabilizase, haciéndole caer. Cayó con ella, con el codo por delante directo al esternon.

Karime cayó al suelo por la acción de Zmey y retorció un poco su brazo para que el golpe a su esternón fuera menos certero. Desde su posición y sin soltar los brazos de su contrincante, los hizo rodar a los dos hasta que el sinhadre estuvo boca abajo en el suelo y ella a horcajadas sobre él. En esa nueva posición, Karime intentó desencajarle el brazo derecho.

-¡Me cago en tu vida!

Era difícil ser un contrincante digno y respetuoso cuando te estaban desencajando el brazo. En una acción desesperada, Zmey se retorció y dobló las rodillas para rodear el cuerpo de Karime con las piernas, y usando toda la fuerza que le daba el dolor trató de derribarla. Su brazo no salío muy bien parado. Cuando logró salir de debajo de la loba se alejó todo lo que pudo para intentar recolocarlo en su sitio. El esfuerzo hacía que la herida del hombro sangrase aún más, y estaba empezando a marearse.

- Eso sería si tú estuvieras aquí arriba.- contestó a su insulto con una risa la licántropa.

Cuando el piromante consiguió derribarla, la loba rodó por el suelo hasta ponerse de nuevo a cuatro patas, con las uñas fuera y enseñando los colmillos. Miró durante unos segundos a Zmey mientras este se recolocaba el brazo. No tenía buena cara.

- ¿Te rindes?- preguntó, aunque no sin un deje de preocupación en la voz.

Si la respuesta era negativa, volvería a saltar sobre él, pero esta vez procurando reaccionar antes de que él tuviera tiempo a agacharse o a darle codazos o rodillazos. Si su respuesta era afirmativa, hasta ahí el combate.

Zmey meditó seriamente la pregunta de Karime. Una parte de él, la que obedecía a su orgullo, prefería caer peleando, sobretodo delante de tanta gente. Pero sabía que no tenía posibilidades en aquella ronda, ni en aquella categoría en general, y aunque le hubiese gustado enfrentarse a algún desconocido para ver el nivel, había aguantado bastante.

-Sí, mejor.

Alzó una mano para avisar al jurado de que se rendía, y se acercó a Karime para darle una palmada en el lomo y felicitarla por el combate. Se fue curando a sí mismo por el camino de vuelta a las gradas y llamó a Yoel para que le llevase algo azucarado.