Primer sueño de Surásara

Escucho a la chica y tomo nota de todos los detalles que pueden ser interesantes. Me desconcierta lo del sonido de algo arrastrándose pero mejor lo dejo para luego, ahora estoy ocupada.

-De acuerdo, me hago cargo.-la observo y digo.- Deberías ir a dormir algo, no tienes buena cara. No te preocupes, dudo que el rebelde se atreva a atacar a alguien durante el día, y menos conmigo rondando.

Conduzco a Kora afuera y cuando estoy sola me acerco al cuerpo del humano y lo registro. Puede que haya alguna nota o algo en sus bolsillos que me ayude a dar con el rebelde. Después de eso pienso ir a hablar con Xalkoth el primero, va a ser el primero de tantos que visite. Suspiro, este día va a ser largo.

El bicho me recibe casi antes de que yo llegue a la tienda.

-Impresionante, ¿cómo sabías que venía? Bueno da igual. Vengo a hablar contigo por motivos obvios. Has sido el primero en lanzar una acusación y me gustaría saber por qué y por qué contra Kora en concreto.- hago una pausa.- También me gustaría saber donde estabas ayer por la noche y si hay alguien que pueda verificarlo.¿Vas a colaborar?.- digo con cara seria.

Parece que el clinger si que quiere cooperar, también puede ser que todo lo que esté diciendo no sean más que mentiras. Decido fiarme de él, decisión de la que quizá me arrepienta más tarde.

Otra vez ese sonido de algo deslizándose, ¿qué demonios será?. Algo rojo según Xalk y que venía de esta dirección según Kora. ¿Será Keiriarei? Tendré que ir a preguntarle.

-Gracias por la información, lo mejor será que te quedes aquí hasta la hora de comer. Seguramente nos reunamos todos para comer.- visto desde la perspectiva de que comiendo todos juntos el rebelde no se atrevería a dar la cara era lo mejor.

Me alejo de su tienda en dirección a la de mi compatriota y cuando llego la llamo.

-Keiriarei, ¿puedo hablar contigo?

La apresurada respuesta de Keiria me hace sospechar.

-¿Estás segura de no haber salido de la tienda en toda la noche ni de haber oído nada? Según testigos vieron algo rojo moverse en la oscuridad, y yo si que no he salido de mi tienda hasta esta mañana.- hago una breve pausa.- ¿Quieres reconsiderar tus palabras?

Al decir estas palabras la observo con más atención en busca de algún tic delator.

-De acuerdo,- me encojo de hombros y me levanto,- Nos veremos en la cena, y no deberías salir.

Una vez fuera y sin pistas me dirijo a la primera tienda que veo, si hablo con alguien más quizá sepa más cosas que me ayuden a encontrar al culpable.

Me despierto en mi cama al igual que la mañana anterior pero esta vez noto un sabor dulce en la boca, demasiado dulce. ¿Cómo he llegado a mi cama? Lo último que recuerdo es estar de pie en medio de la noche esperando a que ocurriese algo, pero de haber vuelto a mi tienda no guardo ningún recuerdo.

Hago una mueca de asco por el insistente sabor dulce. ¿Comí algo antes de echarme? Ni idea, tampoco guardo recuerdos de eso. Preparo algo de comer antes de salir para asegurarme de que no ocurrió nada anoche.

Perfecta vigilante estoy hecha si me voy a dormir antes de que salga el sol. Esta noche tengo que hacer lo mismo, pero esta vez me quedaré despierta, no puede ser muy difícil.

Termino de comer y salgo por al puerta de mi tienda. El sol me deslumbra y me hago sombra con la mano hasta que mi vista se acostumbra y después miro a mi alrededor.

A primera vista parece que no ha pasado nada en la noche así que voy despertando a los letarguinos primero, hasta que llego a la tienda de Kora. Veo un desgarrón en la tienda y me temo lo peor. Mis temores se cumplen al ver a la daeliciana muerta de la misma forma que el humano el día antes. La gente se congrega y pronto me doy cuenta de que falta alguien.

Corro a la tienda de Dhelian y entro como una exhalación para ver la misma escena. Interiormente estallo en insultos contra los rebeldes, oigo el tumulto de afuera y salgo para poner orden.

-¡Basta!,- alzo mi voz por encima del resto haciendo que se callen,- Os estáis comportando exactamente como el rebelde quiere, y si caéis en ello os acabareis matando unos a otros ahorrándole trabajo a él. Ahora disolveos hasta la comida.- ordeno.

Cuando se van dejo los cuerpos en la misma tienda y me doy un baño. El resto de tiempo hasta la noche lo ocupo en otro quehaceres, pero en la cena propongo algo al resto. Atarles las manos, si aceptan el nudo que haré no se puede deshacer sin romperlo, y si alguien amanece con ello roto es que es el culpable.

Acepten o se nieguen permaneceré despierta esta noche, y para ello cojo una chincheta y cuando sienta sueño me pinchare con ella para despejarme.

Vuelvo a despertarme en mi tienda y el sabor de la boca, aunque ya me esperaba algo así, es abrumador y me da ganas de vomitar.

Recuerdo la escena de la noche anterior antes de levantarme como una bala y salir afuera. Al salir la escena me deja sin palabras, todos mis compañeros muertos, tirados por el suelo en un baño de sangre.

La rabia hace que mis manos empiecen a temblar y en todo lo que puedo pensar es en vengar a mis compañeros, y sé exactamente quién tiene la culpa.
Recojo mis armas y me dirijo a la tienda de Keiriarei dispuesta a derramar su sangre de la misma forma que ella ha hecho con mis compañeros, y desde luego no pensaba pararme a tocar en la puerta. Todo tipo de modales se habían esfumado.

Acorralo a la ibolense que pide algo a gritos y supongo que es ayuda por que en realidad no la estoy escuchando, demasiado fija tengo mi mente en una cosa como para atender a otras.
No noto la llegada de los demás hasta que me sujetan.

-¡Soltadme! Ha sido ella, yo la vi. ¡Soltadme! -grito.- Tú los has matado a todos, mereces morir. ¡Monstruo! ¡Asesina!.- intento desembarazarme de la gente que me apresa sin mucho éxito ya que no quiero hacerles daño, ellos no se lo merecen.- Quítate el parche, muéstramelo. Muéstrame lo que de verdad eres. Nada más que una plaga que asola Ulterania, algo que debe ser cortado de raíz. Una rebelde.- bramo esa última palabra como si fuera el insulto más terrible que se me pasara por la cabeza.