Primer sueño de Alice

Primero unas carcajadas y luego el careto de Krunchy'x quien no deja de reír y sonreír. Vale que dije lo que dije, pero no era con ánimo de reírme. <<¿Lástima de qué?>> Tanto reírse me dio ganas de darle un guantazo pero me retracté.

—¿Lástima? ¿Trampas? Venga, no me fastidies.—señalé con el pulgar a la puerta—.Vichria, ¿eh? Nae me contó las reglas, tú te quedas ahí y nada de decirme nada. Total, si no les encuentro antes de las doce, no pasará nada, ¿no?—mascullé encogiéndome de hombros—. ¿Algo que añadir? ¿O me voy a por tu amiguita? Y ni se te ocurra revelar ningún dato o te empalo con la escoba—rematé, por si acaso.

Estaba mosqueada y quería acabar con esto de una vez, pero creía tener aún dos horas y Naeleth había insistido casi asustada en que no debía romper las normas... Así que lo haría a su manera. Como Krunchy'x abriera la boca para decir algo sobre los restantes, la escoba estaba lista para arrearle. Y luego saldría hacia las escaleras.

Acabé haciendo caso omiso al frivy y me fui a las escaleras. El hecho de que fuesen de caracol me daba esperanzas: quizá la siguiente habitación fuese distinta y, siendo demasiado optimistas, ¿mejor? <<Yo no pondría este tipo de escaleras si comunicasen con una sala cutre, vaya>> Por fin dejé de escuchar las protestas del otro y pude seguir subiendo todo lo tranquila que podía estar dada la situación. <<A ver qué pretendía la otra provocando que la siguiera...>> Sí, daba por hecho que toda su tontería de antes de que entrase y de salir corriendo era con el único propósito de que la siguiera, primero hasta el estudio, darme la posibilidad de hacer trampas y, luego, seguirla escaleras arriba <<¿Pero para qué? Porque si es para cansarme, va lista. No nado todos los días para eso, bonita>> Entonces recordé que había olvidado el reloj en la primera escalera <<¡¿Soy tonta o qué me pasa?!>>

Y justo alguien tuvo que pegar un chillido que me congeló precisamente ante la recién alcanzada puerta. Cuando se apagó el sonido, me descubrí respirando agitadamente <<Tranquila, recuerda que te están grabando. Es como la música de las películas de miedo, ya sabes que lo que hay ahí dentro no será bueno>> ¿Pero quién iba a poder tranquilizarse en semejante situación? Si esto seguía así, perdería los estribos. Y no sería bonito.

Con eso en mente, abrí la puerta y me encontré con una especie de ático cerrado por una claraboya que dejaba pasar una extraña luz roja. <<Ni que hubiera explotado una tubería de gas en la calle...>> Pero no era eso lo más extraño, sino que la sensación del interior era angustiosa. Para colmo, lo poco de esa luz se centraba en una menuda figura, temblando <<¡Vichria! Deja de fingir...>> pensé, aun sin haber reparado en que no estaba sola. <<Qué...>> ¡Había alguien atado a un poste! Me acerqué a trompicones, esperando que al llegar la niña intentase algo, y entonces reconocí al muchacho. Y la supuesta sangre que hasta entonces no había visto, manchando el suelo y ahora mis pies. Me agaché a la altura del joven y le busqué el pulso en el cuello.

—¡Nara!—y a la ochroria—¿Se puede saber de qué va esto? ¿Qué demonios le habéis hecho? Está inconsciente, joder, ¡este jueguecito vuestro no tiene ni puta gracia!—le increpé mientras intentaba desatar al otro.

Si lograba desatarle, luego intentaría reanimarlo. <<No será agradable para él reanimarse y encontrarse atado, vaya... ¡Joder, ¿los golpes de antes...? Esto es un juego, sí, pero el de Saw y versión Roca... Eh... La luz roja... ¿Luna Roja? Da igual, suelta al chico y a ver si despierta>> ¿Y la sangre de la cabeza? La limpiaría con mi propia ropa o con la piel de Vichria o Krunchy'x si nadie me explicaba qué estaba pasando en aquella maldita mansión.

—No me fastidies, Vichria, no me fastidies. ¡Estoy harta de este jueguecito vuestro! ¿Quién le ha encadenado entonces? Has mencionado un ellos, ¿quiénes son?

Pero justo entonces se encendió un televisor que hasta ese momento me había pasado desapercibido. Ya no me sobresalté, me esperaba cualquier cosa. Y cómo no, el idiota de Gart con su sonrisita habitual. <<Pero si el reloj marcaba las diez hace diez minutos... Tendré que ir a por él>>

Sin embargo, lo siguiente que hizo y dijo la ochroria me volvió a desquiciar, barriendo toda idea de buscar el reloj y a los restantes.
—¿Ya le curarán? ¿Si te preguntan? No me gusta ese ellos que no dejas de mencionar. Pero tú lo has dicho, ya le curarán. Y al resto que os jodan; cuando os canséis de esperar, os tocará buscarme a mí porque yo me largo.

No sabía si me había terminado de oír porque en mitad de mis palabras volvió escaleras abajo, pero no me importaba. Ya no me importaba nada. Ni siquiera terminé de desatar al chico, le dejé con suavidad como estaba antes y luego salí corriendo de esa maldita habitación. <<Encima me ha puesto perdida de sangre, joder>> pensé, mosqueada, mirándome la ropa. Casi al final de las escaleras pateé con saña el reloj que dejé, atravesé el estudio sin dejar de correr y volví al pasillo. <<Ahora a buscar el camino de vuelta. Seguramente habrán cerrado con llave esta maldita casa, así que me sentaré a esperar y a tomar viento este maldito juego>>

<<Mira, sirve de algo la purpurina rara esta>> pensé siguiendo mis propios pasos pero en dirección contraria. Menos mal que al llegar a la esquina siguiente frené para no comerme la pared, porque sino habría sido un verdadero estropicio el choque. Tras el golpe, retrocedí de forma violenta, buscando mi "arma" pero ni rastro de esta <<dónde demonios he dejado la escoba>> Pero la otra criatura no se detuvo y empezó a hablarme. <<¡Gres!>> recordé al fijarme mejor. Que fuera sendaria no ayudaba al asunto de encontrármela.

—¿Que dónde están? Nae en la cocina, en un armario. Vichria y Krunchy'x en el estudio... No, espera... He pasado por ahí hace unos segundos y no... No estaban—fui diciendo bajando la voz, confundida <<Tendría que haberlos visto ahí o por el pasillo, no hay otra opción... ¡Que les den, ellos sabrán!>> cambié de opinión a una a mi parecer más realista y seguí hablando decidida—. Pero los encontré. Del resto no tengo ni idea ni pienso buscarles. Ah, mira, también encontré a Nara, más muerto que vivo en el ático. Pero ¡ellos le curarán, ellos! Que siga buscando, me dijeron, mientras el chico se queda atadito a su poste. Sí, sigo buscando, ¡pero la maldita salida! Y también encontré a Gres: corriendo como una loca por los pasillos. Y ahora, insisto en que me largo; deja que pase—ordené finalmente, acercándome a la chica con intención de pasar sí o sí.

<<Como si me quedasen cinco>> le respondí mentalmente, pero de pronto escuché cómo se encendían varios televisores con la voz de Gart <<Por el tono, diría que ya no sonríe tanto. ¿De qué va esto?>> Y, claro, Gres no podía dejar que me fuera. Esperé a escuchar lo que dijo y miré al techo mientras gritaba mentalmente

—¿Pero no es un maldito juego? ¿Qué más da salir a la calle y dejarles aquí hasta que den las doce y salgan todos a echarme la bronca por no jugar? ¿Eh? Y me dices que te ayude a buscar la salida, encima. ¿Qué, de verdad os habéis metido en esta mansión y ahora no sabéis salir?—me puse a la pata coja y señalé la purpurina de mis pies—. Mira, sigue esto y llegarás a la primera habitación con televisor. Aparecí allí así qu...

Aparecí allí... Mira que lo había pensado y pensado, pero hasta que no me oí decirlo no me hizo efecto alguno. ¿Qué recordaba antes de eso? Nada. Eso encajaba con no saber dónde está la salida... Y muchas de las cosas que están pasando. <<Sendarios = Rocavarancolia = esto puede ser algún juego de locos de algún loco. Si nosotros teníamos varios, ¿por qué no ellos? ¡EH! ¿Y por qué estoy sola, y mi grupo? ¿Por qué secuestrarme a mí junto a su grupo? ¿O a lo mejor es alguien de mi torreón? Ya he dicho que allí tenemos locos... Si Gres me dice que no recuerda nada antes de esto, mi teoría... En fin...>>
Entonces miré a Gres y la agarré del brazo para luego adentrarnos en el pasillo con prisa. No me gustaba nada la nueva perspectiva pero, aunque no podía estar segura de que fuera así, encajaba todo. Y si era cierto, no volvería a adentrarme sola por los pasillos. <<Si alguien me está grabando como pensaba, estará partiéndose...>>

—Olvida lo de antes. Vamos a buscar a los demás. Pero dime algo: ¿recuerdas algo antes de haber aparecido en esta casa?

En cuanto respondiera, dijera lo que dijese, abriría la siguiente puerta.

Gres me fue contando mientras avanzábamos y cada frase fue dándole mayor credibilidad a algo que no me hacía ninguna gracia: mi teoría del secuestro. No sólo por todo lo que ello implicaba, sino porque había estado a punto de dejarles solos, a su suerte, en este macabro juego <<Menos mal que Gres me encontró, menos mal...>>

También, a medida que caminábamos, el volumen de Gart fue aumentando hasta el punto de que mi acompañante casi tuvo que hacerse oír a gritos. Por fin llegamos a una puerta... que daba a las escaleras del estudio <<Esto no estaba aquí antes... Bah, maldita magia>> Gres me habló entonces y asentí a la vez que señalaba con el índice hacia arriba: no iba a dejarme la voz para decir algo tan sencillo como "te sigo". Pero de pronto nos llegó el sonido de unas campanadas. Casi en el acto las fui contando y ahogué un grito al contar doce. No me dio tiempo a decir nada ya que en cuanto Gres reaccionó, perdí la consciencia.


De pronto abrí los ojos, asustada. Recordaba lo ocurrido anterior con claridad, así que no era de extrañar que me quedase a cuadros tras ver dónde me encontraba. Bueno, obviamente no sabía dónde estaba, pero sí que no debía estar allí...

¿O sí? En cuanto me fui acostumbrando a la penumbra, fui identificando a los sendarios: tanto a los que había encontrado como los que me faltaban, algunos desconocidos incluidos. Es más, al instante de reconocer a Gart me intenté levantar para pedirle explicaciones, pero algún tipo de hechizo me lo impidió. <<Fijar a alguien a una silla sin paralizarlo... Uno de estos nos vendría bien en Letargo...>> pensé al momento, permitiéndome unos segundos de evasión.

Pero una voz me hizo poner los pies en la tierra. Y familiar, además. Lejanamente, pero familiar. Venía de detrás de mí, por lo que tardé unos instantes en girar la cabeza y reconocerle. <<¡¿Es el de la última noche en la Tierra?! ¡Escucha, tonta!>> Presté atención a lo que decía mientras devolvía la cabeza a su posición original. En el proceso, pude ver que detrás de cada sendario había un... eh... Digamos "criaturas", porque algunos eran humanos y otros... Ni siquiera parecían venir de los mundos que conocía. <<¿Qué digo? Ni siquiera el humano que está con ese... Eh... ¿Quizá sea sinhadre? Bueno, el rubio ese ni siquiera llega a ser humano... O ese que está en llamas... O ese con alas, plumas y cola... ¿Son los que les trajeron? ¿Uno para cada mundo, quizás? Tengo que preguntarles a los... Espera, espera, primero lo de la prueba esta... Esto es raro>> Si no había oído mal, todo el rollo del escondite era la prueba final para llegar a la Luna. <<Qué gilipollez es esa? Si fue más complicado salir vivos de las ratas...>>

En cuanto acabó, algunos de los sendarios empezaron a cuchichear, pero yo bullía de preguntas. Sin embargo, la mayor parte de estas eran muy maleducadas así que decidí tranquilizarme antes de empezar. <<Cuenta hasta diez...>>

—Eh... Disculpe. Disculpen. ¿Qué va a suceder ahora, pues? ¿Nos evaluarán como en el instituto acaso y por eso estamos aquí?—bromeé con el tono más falso que recordaba haber empleado—. ¿Y mis compañeros de Letargo... suspen... ¿Suspendieron?—inquirí finalmente. No había recordado mencionarlos, pero si no estaban en la evaluación final... ¿Dónde estaban?