Gradas

La respuesta de Pablo no tardo en llegar, aunque no explico realmente demasiado, dejando mas incógnitas que otra cosa. De todos los posibles lugares arder que te ardieran los bolsillos, daba que pensar. 

Su pregunta dirigida al vampiro y a su gato atrajo la atención de ambos y la pequeña fiera aprecia cambiar su visión de almuerzo del otro vampiro a el mismo algo que mas que echarlo para atrás, hizo gracia al cambiante. A pesar de querer dejarlo mas seco que el papel de lija, le aprecia sumamente adorable.

-No creo ser especialmente apetitoso, pero quien sabe tal vez me vuelva adictivo- bromeo mirando tanto al vampiro como al pequeño felino que luchaba cual fiera en un intento de lanzarse sobre el, teniendo que trastabillar hacia atrás para alejarse cuando el vampiro se convirtió en humo  y el gato acabo liberado. Por suerte el otro fue mas rápido o ya no tendría piel en las piernas-wooo que mono, me quiere comer...-murmuro divertido al ver al felino todo inquieto, mirando al vampiro ante su comentario pícaro que capto sin mucho problema- Pues, teniendo en cuenta quien son los otros dos cambiantes, como no la probéis de mi no la probareis en la vida...a no ser que surja otro en la próximas lunas, claro. -añadió con un tono con doble intención y cierto humor, encogiéndose de hombros. A decir verdad se preguntaba si su sangre podría haber cambiado de saber, al igual como lo había hecho de color y siendo cambiante y dado que todo los seres vivos tenían diferente sangra, se preguntaba hasta que punto podría cambiar la suya. Mera curiosidad banal.

Una explosión lo saco definitivamente de sus pensamientos por derroteros extraños, frunciendo el ceño con incredulidad al ver a un tipo luciendo un bonito look de cejas incendiadas y y rostro estupefacto. Dos personas en llamas en apenas minutos, era demasiada casualidad "O alguien esta bromeado con explosivos y fuego y tiene objetivos dispares...o ya sabemos de donde salio el fuego de Pablo" pensó entretenido mientras volvía al grupo del cuchitriles.

Zmey había buscado un buen sitio para ver el combate de Giz, tenía curiosidad por verlo en acción sin tener que enfrentarse a él. En cuanto vio al dragón se quedó embelesado. Las hienas eran las únicas creaciones que había visto del genemago, y ver a un objeto de su última obsesión en vivo y en directo, y cubierto en llamas le dieron ganas de bajar a la arena y acariciarlo. << Además, yo puedo.>>

Por supuesto, quedó horrorizado cuando Jack hizo explotar al dragón, y empezó a murmurar insultos por lo bajo, prendiéndose fuego inconscientemente. El vampiro ahora le desagradaba aún más.

-Uff... este va a necesitar un buen abrazo y un dulce para apaciguarlo cuando suba- comentó Nasher, encaramado en un asiendo al lado del piromante- Será mejor que vaya a comprárselo o se comerá a alguien por el camino. Tú anímate, chaval.- le dijo a Zmey, dándole una palmada en la espalda.

Zmey decidió seguir a Nasher, que fue a buscar a Yoel. Les costó dar con él, pues Yoel había salido corriendo para huir de Zmey, pero no pudo esquivar a Nasher. El piromante no hizo ningún comentario al respecto y dejó que siguiera trabajando.

Nasher compró magdalenas con fruta confitada y unas brochetas de buñuelos recubiertos de chocolate que le habían hecho gracia. Los había dulces y otros con chocolate amargo y picante para él, que a diferencia del genemago no era demasiado fan del dulce.

-Ofrenda de paz- le dijo a Giz cuando lo vio aparecer, ofreciéndole las chucherías. Zmey permaneció en silencio detrás de la quimera, sin tener muy claro si podía decir algo.

-Un cliente muy insatisfecho- Fue lo que acabé diciendo de forma impulsiva cuando Noel aventuró la causa de la explosión. Empecé a esbozar una sonrisa sin darme cuenta, y si tenía alguna cosa que decir no llegué a hacerlo, porque por un lado el draco se fue, algo que no me molestaba precisamente, pero lo que realmente me puso tenso fueron las miradas dubitativas que el fuego fatuo había comenzado a lanzarme tanto a mi como a la explosión.
Como respuesta instintiva lo mire de reojo de forma directa, como si dijera “¿Qué estas mirando?” a la vez que me daba cuenta de que había estado sonriendo disimuladamente, y deshacía dicha expresión de mi cara.

Wen se despidió de Noel cuando este decidió ir a cambiarse y se enfrascó en una conversación con Kaethe, por lo que ignoró la explosión del puesto de apuestas. Cuando Noel volvió no se le pasó por alto el comentario del vampiro.

- Aunque me cueste, he de decir que tienes toda la razón de este mundo, Jack.- afirmó cuando el vampiro piropeó al draco.- Pero mantén las manos donde pueda verlas o pasarás el resto del torneo metido en una cabina de bronceado. Al máximo.- amenazó mientras abrazaba a Noel sin dejar de mirar al vampiro con sonrisa inocente.

Noel le dirigió una mirada asesina, aunque carente de seriedad, al vampiro cuando este se acercó exclusivamente para tocarle las narices.
—¿Cómo te atreves a decir que mi camiseta es vulgar? Has hecho sentir mal a un pedazo de tela fabricada con a saber cuántos cadáveres de plantas del algodón. Debería darte vergüenza... —le replicó enseguida al vampiro meneando la cabeza con desaprobación—. No, en serio, esas mentiras solo se las permito a Wen —añadió poco después conteniendo una risotada en un bufido.
La mencionada le abrazó poco después, amenazando también a Jack a su manera y Noel se limitó a sonreír con diversión, a pegarla más a él y a observar al vampiro con evidente sarcasmo en su expresión para terminar enseñándole la lengua justo antes de dejar de prestarle atención por completo.
No obstante, tuvo que volver a prestársela porque fue entonces cuando lo llamaron a combatir, al término de la anterior lucha, y su oponente era nada menos que Giz.


Tras el combate, el draco observó la vuelta del asreniano, a quien suponía muy cabreado por lo que le había sucedido a su dragón. No obstante, dejó que Nasher fuese el primero en manejar la situación y se mantuvo al margen por el momento observando tanto al goliat como al alemán.

Giz dejó a la hiena y a la escolopendra a buen recaudo y subió a las gradas cabizbajo. Seguía enfadado, pero ahora mismo se encontraba más triste que otra cosa. No le dolía la muerte del dragón por estar atado emocionalmente a él, como habría ocurrido de ser su mascota, le dolía porque era un buen trabajo que se había hechado a perder, uno de los primeros importantes. En cuanto se aproximó al grupo vio acercarse a Nasher y el rostro se le iluminó más de lo que le habría gustado admitir cuando vió qué dulces le acompañaban.


—Gracias —dijo tras un largo suspiro y un beso en la mejilla de la quimera. Solo entonces se atrevió a coger una de aquellas ofrendas de paz rellenas de fruta confitada. Tras un mordisco, fue bastante evidente que el cabreo estaba amainando—. No me quedará más remedio que fabricarme otro...  Qué pereza empezar desde el principio —se quejó acerca de lo del dragón y negó con la cabeza. Ahora que empezaba a aceptar lo que había ocurrido, pidió a Nasher de acercarse al grupo cuchitrilero para sentarse.

No había pasado por alto al piromante, le pareció que se encontraba un poco perdido y le saludó con la mano, en un ademán que le invitaba a sentarse cerca del grupo. En cuanto llegaran junto al resto, independientemente de si Zmey aceptaba su invitación, Giz cogería uno de los buñuelos dulces y preguntaría con la boca llena:

—¿Me he pasado al final?—no estaba seguro de a qué se refería, si al momento antes de que sonara el gong o justo después. No sabía hasta qué punto habían puesto los oídos en el asunto.

En fin. Giz estaba cabreadísimo y yo, pese a la división de formas de ver el asunto durante el combate, ahora lo tenía bastante claro: no debería haber hecho eso. Y menos aún con una criatura suya nueva, al menos la hie... <<¿Qué demonios? Con ninguna, joder, nin-gu-na>> Tomamos caminos diferentes al salir de la Arena ya que yo antes de nada sí que fui a por algo de beber y despejarme unos minutos. Volvería con el grupo poco después de que lo hiciera él. <<¿Qué hace Zmey ahí? ¿Habrá venido con Nash? Puede>>

Y así ocurrió. Con las manos en los bolsillos llegué junto a los demás. Quizá tendría que haberme esperado un poco más, porque la pregunta que escuché hacer a Giz seguramente no iba dirigida a mí. Pero ya que estaba... Podía referirse tanto al final del combate como a la pequeña conversación posterior, pero preferí referirme a lo primero.

—Sinceramente, esperaba salir de ahí sin algún brazo al ver tu reacción... Que no te digo que no me lo habría merecido, pero bueno, también me merecía lo de quedar enterrado. E insisto, lo siento, te lo dije ahí abajo y aquí entre amigos; lo siento mucho. Buen combate, por otro lado.

Ahí me callé y me senté ateno por si decía o decían algo.

Giz resopló al ver venir a Jack, no tenía ganas de hablar con él. El cabreo en sí ya había pasado, pero el asreniano hubiera preferido dejar reposar esto para luego, hablarlo con más tranquilidad y menos gente delante. Pero no tuvo esa suerte. En su lugar, tragó con las pocas ganas que tenía de abrir la boca e hizo lo que consideró un esfuerzo inhumano, hablando sin ganas.

—Sí que te lo merecías, en mi opinión —fue sincero—. Pero para el resto del estadio solamente has seguido las normas y has acabado con una amenaza eliminable, no tienes nada que sentir. —Le dio un bocado al buñuelo que había cogido—. Yo también me lo he tomado muy a pecho abajo, perdona. Y sí, el combate ha estado bien —añadió, siendo solamente sincero a medias. Para el goliat, habría sido mucho mejor combate si su dragón hubiera salido vivo.

De haberlo sabido, Giz probablemente lo habría sumergido bajo tierra desde el principio. O se habría llevado un animal de poco valor.

Al final Giz respondió, sin mucho ánimo como era normal, así que esbocé una media sonrisa y asentí levemente al acabar. No dije nada por no considerarlo necesario... Hasta que habló Nasher y me reí con el final. Mentalmente, agradecía su intervención. Por otro lado, Zmey sólo saludó, así que le saludé también.

—No sería mala idea, oye, ya le propuse compensárselo de alguna forma más profesional. Pero lo que Don Lagartone decida—bromeé.


Al cabo de un rato, llegó el turno de Norou y Noel. Volvieron los vítores, por la primera victoria de mi mejor amigo y por el draco. No había que saber mucho para saber que ese combate iba a ser de lo más interesante. Norou era letal en combate directo, pero Noel contaba con sus alas y sus plumas, así que imaginé que la cosa estaría igualada <<Ay, Norou no verá bien que vuele... Esto va a ser divertido>>

Giz parecía haberse calmado un poco, aunque el draco sabía que todavía estaría bastante mosca por haber perdido su creación, pero la elección de Nasher en cuanto a "premio de consolación" había sido de lo más acertada y seguramente había conseguido mejorar un poco su humor.
No obstante, no pudo seguir preocupándose por la desavenencia entre sus amigos, porque el siguiente combate era suyo. Y nada menos que contra Norou. El draco se puso en pie enseguida y dedicó una leve mirada nerviosa a sus amigos. Que te tocase un oponente así, no era ninguna suerte precisamente.


El draco se arrastró como pudo hasta donde se encontraba el resto tras el combate. Volvió esbozando un amago de sonrisa burlona, adornada por el reguero de sangre que le discurría por la comisura del labio y que no tenía más destinatario que él mismo, mientras jadeaba quedamente. Ningún otro combate lo podría dejar en aquel estado: además de tener un labio medio partido, Norou le había dislocado una de sus alas de tal forma que tenía toda la pinta de haber sido muy doloroso -y lo había sido, pero el draco no había gritado en absoluto, como de costumbre- y arrastraba las plumas más bajas por el suelo debido al ángulo en el que se encontraba, completamente desencajada de su sitio. A parte de eso, que era lo más notable a primera vista, tenía más heridas leves aquí y allá, especialmente en los brazos, un carrillo ligeramente hinchado, sudaba profusamente y tenía la respiración aún agitada. Presentaba un aspecto bastante lamentable en general. Probablemente se había excedido en el esfuerzo que había realizado, pero, tal y como le había dicho al guerrero tengu, había salido con la intención de darlo todo.
—¿Creéis que sigo vivo? —preguntó mientras se dejaba caer en su asiento y empleando su habitual tono sarcástico en la medida que su estado se lo permitió sin borrar aquella sonrisa burlona de su cara.

Giz lanzó un par de miradas asesinas, primero a Nasher y luego a Jack, y acabó esbozando media sonrisa, porque todavía era pronto para una entera.

—Está bieeen—añadió con retintín, apoyándose en Nasher con cuidado—. Y no hace falta que me hagas ningun favor, no sería justo que me aprovechara de esto —el vampiro no había hecho nada que debiéra ser enmendado—. Eso sí, si te ofreces voluntario para sacar a pasear a los próximos, yo no seré quien te lo impida. Y Miloslava tampoco, le dan pánico y...—el aviso de la siguiente ronda llamó su atención. Giz alzó las cejas con sorpresa tras escuchar los nombres y deseó suerte a Noel, a quien habían llamado contra Norou.

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El goliat no tenía tanta hambre y acabó compartiendo la comida sin despegar la vista del enfrentamiento de cuerpo a cuerpo. El combate estaba siendo intenso, como no podía ser de otra manera, y Giz se esforzó incluso por no pestañear. Tras sonar el gong y a la espera de un maltrecho Noel, el goliat se dirigió momentáneamente al piromante. Seguía pareciéndole igual de desubicado que al principio y Giz decidió realizar un acto de generosidad.

—Ey, ¿sabes que las camadas de dragones flamígeros se componen de entre tres a cuatro dragoncillos?—mintió. Cualquiera que lo conociera se habría percatado. Giz los creaba indiviualmente y seguía su desarrollo en contenedores de líquido amniótico—. Son más de los que caben en mi laboratorio y se me ha ocurrido que estaría bien que tuvieras uno. —el piromante al menos había tenido la decencia de no matar a ninguna de sus creaciones en el combate anterior y a Giz le daba algo de pena. Igual que la mayoría de sus compañeros de cosecha. Por alguna razón le recordaban a los niños perdidos de cierto cuento terrestre.

Noel no tardó en aparecer casi descompuesto, pero de buen humor. A Giz no le extrañó. Tras su pregunta, simplemente le alzó el pulgar a modo de respuesta.

—De momento si, pero deberías acercarte a la enfermería para que te miren ese...—iba a añadir ala, pero tras un segundo de dudas, rectificó— todo. Para que te miren todo y no nos llevemos una sorpresa.

Entre combates y conversaciones el tiempo pasaba volando. El último de los de Noel había sido realmente movidito, y en muchas ocasiones había hecho que se le contrajese la expresión de dolor por pura empatía. Cuando subió de nuevo a las gradas, lo miró de arriba abajo con una cara que parecía querer decir «te han hecho un cuerpo nuevo».
―Si tan muerto te crees, ¿cómo es que no has ido todavía a que te curen? ―fue lo primero que dijo, mientras meneaba la cabeza. Tenía un montón de alabanzas preparadas para cuando el draco volviese, pero no esperaba que lo hiciese en aquel estado―. Venga, vamos, ahora. ―Le tiró del brazo con cuidado y empezó a abrirse paso entre la gente. Estaba muy bien que dieran aquellos servicios gratuitos y no había que desperdiciarlos―. Oye, has estado genial ahí abajo. En serio ―se giró para decirle aquello con una amplia sonrisa. En su tono se filtraban el orgullo y la admiración, pero después la sonrisa se volvió burlona―. Independientemente de que estés hecho un trapo ahora.

Estaba en lo cierto al pensar que a Norou no le haría ni pizca de gracia que Noel volara. Casi lo podía imaginar rumiando "baja, pollo" <<No, Norou diría "baja si te atreves", nada de ofender al contrario>> Comentarios mentales aparte, no me lancé a animar a ninguno porque la intensidad del combate no daba espacio a más que observar sin perder detalle. Eso sí, <<ya podías haberle dejado KO...>>

Cuando el draco volvió a las gradas, maltrecho y preguntando, me mantuve en silencio. El combate de estos dos y el duelo mágico de él contra Giz (y  nuestra pelea libre, de paso) me habían dado en qué pensar: no podría ganarle en ninguna categoría <<Encima en pullas me empata... Hay que fastidiarse...>>


No me hacía ni pizca de gracia que mi cabeza fuera por esos derroteros. <<Si esto es así, ¿cómo espero poder ayudarles contra los de Gar si ya les vencieron una vez? Si no puedo con los vencidos... Malamente contra los vencedores>> No. Huyeron por el escándalo que habían creado. <<Sí, bueno. Pero incluso a Giz le dieron problemas, ¿en qué pienso al querer ayudarles?>> Ya vale. Nunca te ha preocupado eso <<Ni idea>> Pues déjalo ya y piensa. Ellos son mercenarios, tú tienes un negocio.

Gael se llevó entonces a Noel para que le curasen, así que seguí en silencio.

<<No voy a ser capaz ni de defender lo que es mío... Cain tiene sus demonios y al resto, yo solo tengo esclavos y empleados que huirían antes de luchar...>> Tienes amigos. <<Venga ya, si no puedo defender la Bodega solo, no la merezco. Como la sepia esa que me colaron y que tuve que llamarles...>> No es lo mismo, si atacasen la Bodega directamente no tendrías clientela a la que atender. <<Ya, claro. Y con mucho optimismo también me ayudarían. ¿Pero y yo solo? O imagina una guerra. Xia es letal, pero de mí se reirían>> Eso carece de toda lógica y lo sabes. <<Claro. ¿Y el torneo tampoco tiene lógica?>> Olvidas que sales con lo puesto y con tiempo límite. No es como el día a día. <<Eso no tiene sentido. Cuando me mude cualquiera puede hacerme algo porque ni anclar hechizos defensivos puedo>> Tienes amigos. <<Y dale. No vivirán eternamente, ¿sabes? Ni yo, claro, pero habrá diferencia...>> Iluso. <<¿Por querer vivir hasta el máximo? Eso era obvio. ¿O por querer depender de cuantos menos, mejor?>> ¿Y Erika? <<¿Desde cuándo mi lado lógico me hace preguntas? Erika ni tiene enemigos ni está en mal lugar, el Burdel...>> Pensaste en que se mudara contigo. <<Sí, ¿y qué? No es lo mismo. Si pasara algo, somos un equipo, espalda contra espalda>> ¿Y qué distingue a Erika de tus amigos? Sois un equipo. <<Mira, ni ellos podrán acudir siempre ni son omnipotentes. No deberían ser mi primer recurso>> El primer recurso ahora mismo es un negado cobarde <<Y cabreado. Déjame en paz>>

Me levanté de un salto y fui a por una buena dosis de sangre. Ya se me pasaría la tontería. Eso sí, al próximo que se quejara de salir consciente de un combate contra Norou, le estamparía un puñetazo.

<<Ya podía haberme roto algo o lo que fuera, pero al menos podría haberme dejado salir consciente, diantre>>

—¿Todo? No, entero no me van a arreglar. Lo que ya viene mal de serie no lo cubre el seguro médico del torneo —le replicó a Giz esbozando una sonrisa que se abrió paso en su cara maltrecha confiriéndole una expresión bastante estúpida.
No obstante, Wen no tardó en sumarse a la apreciación del asreniano, con bastante insistencia y cuando Gael hizo lo mismo no le quedó más remedio que ceder al verse arrastrado por el fuego fatuo.
—Vale, vale, ya voy... Ya pensaba ir de todas formas—explicó a modo de indicación de que no hacía falta seguir arrastrándolo mientras se rascaba la nuca. A continuación volvió a sonreír con un deje de burla—. A lo mejor dama Aroma se equivocó y alas de trapo soy yo. He hecho lo que he podido. Incluso si no es suficiente, nadie podrá decir que no lo he intentado... Creo. No me hagas mucho caso, estoy un poco aturdido —concluyó con una leve risa ya cerca del puesto médico a la salida del Anfiteatro.

Un rato después el draco regresó con bastante mejor aspecto que antes, aunque ya le habían dicho que debería aplicarse más hechizos curativos más tarde para reponerse por completo. Al menos su ala ya se encontraba en su sitio y la hinchazon de su cara había bajado considerablemente, además de haberse limpiado por completo. El agotamiento, no obstante, seguía ahí.
—Como nuevo —anunció con una amplia sonrisa sarcástica mientras daba una vuelta en el sitio con los brazos extendidos para luego dejarse caer en su asiento—. Hasta que se me empiece a caer el cuerpo a cachitos, cosa que creo que sucederá pronto —añadió con evidente cansancio en su tono de voz pero sin perder la sonrisa.

La cara de Zmey se iluminó, y Nasher a su lado tuvo que luchar por no echarse a reir. El piromante no podía creer lo que le estaba ofreciendo. Eran las bestias con las que había estado obsesionado desde que vio la del rey, y aquel tipo le estaba ofreciendo uno como quien ofrece caramelos o comida que sobra. Tardó unos segundos en recomponerse.

-Yo... no sé si sería capaz de cuidar de uno, creo que ya tengo bastante con ocuparme de Yoel, y casi no tengo tiempo para nada más que no sea entrenar y estudiar- ya había empezado a darse cabezazos mentales por rechazar la oferta de Giz- P-pero si te urge mucho puedo preguntar... y eso.

Quería llorar, pero era verdad que no tenía ni sitio, ni tiempo ni conocimientos para ocuparse de un dragón.

-Lo siento- dijo con una sonrisa tristona.

Giz imaginaba que Noel no hablaba en serio en cuanto a lo del seguro médico, pero aún así no pudo evitar dirigirle una mirada seria que intentaba ser de falso reproche. Al final Gael lo convenció para bajar y le ayudó. Fue entonces cuando Zmey le respondió y a Giz se le escapó una sonrisa casi amable.

—Bueno, sin presiones —le dijo sin más al piromante—. Si cambias de idea o de vivienda por una más amplia, las puertas de mi laboratorio estan abiertas. Aunque ya te digo que no son dragones como los del rey, estos son menos puros.

El genemago podría perder todo el día hablando de sus animales, pero no sabía hasta qué punto estaba interesado Zmey. Noel no tardaría en llegar, por fin de una pieza, pero bastante cansado. Giz saludó con la mano al draco y al fuego fatuo y les acercó la bolsa con las magdalenas, por si les apetecía un tentempié.