Gradas

Esa forma de intentar vacilar le sonaba demasiado. Como el niño decía, ató cabos, ya antes de llegar a la parte en que enumeraba a sus conocidos sin usar sus nombres.
—No, no me suenan. A esas descripciones puede responder muchísima gente —respondió con una sonrisa burlona. En ese momento llegó el aprendiz de Jack, y Gael lo saludó con una sonrisa. Había seguido con interés su combate, aunque no se hubiese puesto a gritar como con sus amigos—. Tranquilo, no chafas nada —comentó alegremente—. Sí, aparte de vernos durante la Luna nos lo encontramos un día en la taberna. Pasaron cosas que no sé si él ha contado y patatín patatán, acabó en mi taller. Por cierto, la invitación sigue en pie —dijo por último mirando al cambiante, ofreciéndole después palomitas. Para Pablo, por desgracia, no tenía nada.

Durante aquella conversación Noel había vuelto junto a ellos y Seon y Alder se les acercaron un poco después. Gael saludó efusivamente, contento de haber encontrado por allí a la soñadora, despierta. De hecho, se hacía raro no verla acompañada de ninguno de sus amigos oníricos, sino solo de Alder. En el momento en que se acercó repartiendo besos, se puso colorado.
—Cui… cuidado, no te quemes —titubeó. A fin de cuentas ya no estaban en un sueño—. No esperaba veros por aquí. Pensé que un evento donde solo había peleas no os interesaría demasiado.

- Tiene su parte emocionante, y participan amigos. -  De no ser por las barreras fisicas y magicas que llevaba diariamente probablemente se hubiera chamuscado al besar la mejilla de Gael, dado que realmente se había olvidado de que en el mundo real, quemaba. Sin embargo desterró la advertencia con un gesto de la mano y  una sonrisa amplia.  A Alder no le hacia demasiada gracia estar entre lo que eran apenas conocidos con esa felicidad, pero no necesitaba ser idrina para notar que Seon era bien recibida, al menos por los que había saludado personalmente.

Tap agradeció que Noel no quisiera hablar más, aunque ya lo había acabado de confundir de todas maneras. Le sorprendió que le deseara suerte después de haberle escuchado decir lo que había dicho, pero se sorprendió más todavía cuando se oyó a sí mismo respondiendo:

—Lo mismo digo. Parte muchos huesos ahí abajo—el comentario iba con las segundas interpretaciones obvias.

Lejos de añadir nada más, Tap simplemente se alejó flotando.

La aparición de pablo corto un poco su broma pero no se molesto por ello y solo le miro sonriendo con diversión.

-Creo que lo conocí antes que tú Pablo, aunque seguro que yo di mas impresión- añadió con una risa al recordar el primer encuentro con Koval y Noel. Ver que aun podía ir al cuchitril y al taller fue una buena noticia, para variar.

-Oh ¿sigo en pie la invitación? Iré, iré ver si tienes alguna nueva adquisición interesante - añadió DL con obvio interés en su taller de cadáveres, al fin de cuentas era una excelente fuerte de información anatómica. La llegada de Seon y Alder y como la sinhadre saludaba como si conociera varios de los presentes de toda la vida, como era el caso de Koval o de Noel que ya había vuelto, causando cierta curiosidad en el cambiante. Sabia cual era la tranformacion de Seon pero no exactamente lo que hacía, solo algo de sueños ¿podría visitar sueño ajenos entonces? Eso podría explicar la familiaridad cuando normalmente andaba dormida.

-Hola Alder, Seon hace mucho que no te veo, despierta al menos- añadió DL con una sonrisa saludando a las sinhadre, con la que llevaba un tiempo sin hablar, pero se veía que ese sitio era un buen lugar para reencuentro, unos mas buenos que otros y de disfrute al verse a otros dándose de tortas.

-Yoel- se presentó el sinhadre. No estaba demasiado seguro de cuanta información debía dar, de qué relación tenía aquel tipo con Tania, de si era peligroso... Así que finalmente optó por lo básico- Sinhadre, de la Sede. Vivo con el incendio andante al que tu amigo de la gola va a machacar.

El anuncio del combate le había puesto de buen humor. No tenía ni idea de lo que hacía el lagarto, pero esos tipos parecían fuertes, o al menos parecían llevar bastante tiempo en la ciudad. Un aviso del piromante le hizo escabullirse para atenderle antes de su combate, y para cuando volvió, había más gente cerca del grupo. Aunque había sido reconfortante ver a Zmey echar todo el contenido de su estómago gracias a su encuentro con el titán, la presencia de las sinhadres le incomodaba. Seon le había intentado ayudar en sueños, pero no tenía muy claro de que en la vida real quisiese tener algo que ver con él. Lo que sí sabía era que su edeel no querría tenerlo cerca. Merodeó por las cercanías, y al final ofreció caramelos de sangre cristalizada a una vampira de piel fucsia con pinta de despistada.

Vac observaba con atención los combates que se iban sucediendo en la arena, animando a sus amigos cuando llegaban sus turnos y abucheando a sus adversarios con fuerza, riendo a pesar de todo. Le habría gustado participar, pero el trabajo apenas si le había dejado tiempo para practicar, aquella vez se limitaría a permanecer en las gradas.

A partir de cierta hora del día la luz del sol empezó a darle en la cara, y molesto por ello, el hado imitó a Jack y conjuró sobre si un hechizo de sombra, refugiándose en la oscuridad. Desde aquella posición privilegiada asistió a las conversaciones de sus compañeros, sin llegar a intervenir hasta que apareció la soñadora con su pareja. El griego le sonrió y le devolvió el beso en la mejilla, captando por el rabillo del ojo el inicio del combate de Giz con el piromante novato. No se le pasaron por alto las dos criaturas que llevaba el goliat, y cuando reconoció la fisonomía de la hiena oscura, el chico se echó a reír con ganas.
—No participó en el torneo, pero parece ser que tengo un representante de confianza en el —le comentó a su hermano con tono sarcástico y una sonrisa en el rostro.

Vac no prestó demasiada atención a la conversación general, y por el contrario le dedicó un saludo con la mano a Alder, que apenas si había dicho mas de dos frases desde que había llegado con Seon.
—¿Qué tal lo llevas, peliverde? —le preguntó con una media sonrisa—, ¿ya te has hecho a la Bodega? —se interesó.
En ese momento el cambiante se acercó a las dos sinhadres, y suponiendo por sus palabras que hacía tiempo que no conversaban, el hado les dejó espacio para el reencuentro sin esperar respuesta, apoyándose en la barandilla para observar el encuentro entre Giz y Zmey.

Alder abrió la boca para responder pero DL se interpuso en su campo de visión, como respuesta sonrió a medias, mientras Seon tomaba el peso de la conversación. Después de todo, se dirigía principalmente a ella. Se deslizó al lado del hado con disimulo y dijo en voz baja.
- Si tengo la oportunidad de ver al sangrante de Jack apalizado, haber subido a las gradas habrá merecido  la pena.
Sonrió enseñando los colmillos y sin subir el tono de voz añadió:- lo digo sin rencores, ¿eh? Después de todo me paga.
Solo necesitó un vistazo a la arena para descubrir por qué no vería aquel combate. Volvió a mirar a Vac y en su estomago se mezclaron el deseo intenso de desaparecer y el de que hicieran trizas a Yrio. Su siguiente sonrisa fue menos sincera, y deseó que el hado tuviese algo muy interesante que decir y que esto no tuviese que ver con su amigo en combate.

Seon, por su parte, contestaba al cambiante con una sonrisa amable y ajena a todos los problemas del pasado que se le echaban encima a su edeel.
- Que exagerado eres, DL. Estoy despierta por lo menos seis horas al día.

Alder se deslizó a su lado y su comentario le distrajo del combate momentáneamente, haciéndole reír.
—¿Quién sabe? —comentó, aun riendo—, a lo mejor tienes suerte. En duelo mágico se enfrentaba con Nico, y estoy seguro de que el brujo le va a dar mas de un problema: ese chico es muy avispado —añadió distraído, sin tener en cuenta que la sinhadre posiblemente no sabia a quien se refería.

El encuentro en la arena seguía su curso, Alder sin embargo no parecí querer prestarle atención. Al griego no se le escapo que su sonrisa ya no era tan amplia, pero el no era quien para preguntar, así que simplemente desvió la conversación hacia otros temas.
—Entonces —dijo mirándola directamente—, ¿qué tipo de clientela se deja caer por la Bodega? Si te soy sincero apenas me paso, Jack y yo somos amigos pero no tengo la suficiente clase como para sentirme cómodo allí —dijo con una media sonrisa—. Nadie lo diría, pues en mi trabajo no me importan estas cosas, pero en mi tiempo libre me desenvuelvo mejor en otros ambientes.

La luz del sol brillaba con menos intensidad, y como cada vez había mas zonas en penumbra, el chico deshizo el hechizo de sombras.

Mientras Wen observaba tranquilamente el combate, comenzaron a acercarse varios de los nuevos habitantes de la ciudad y la vouivre comenzó a sentirse algo incomoda. Para la británica, todos ellos eran enemigos potenciales y, aunque confiaba en sus amigos, tenía miedo de que fueran incitados a revelar su secreto. La vouivre sacudió la cabeza con fuerza. “Nunca te traicionarían.” Se recordó y era la verdad. Aunque por su naturaleza le costaba admitirlo, sabía que nunca revelarían su secreto, no al menos voluntariamente. Y a ese pensamiento le siguió la aparición de la soñadora, a la cual le lanzó una rápida mirada de desagrado, pero que no llegó a percibir. Ella era el gran problema. Nada le aseguraba a la vouivre que fuera a guardarle el secreto. Lo único que podía hacer que la chica no hablara era su sentido de la lealtad, del que no estaba muy segura de que fuera férreo.

Ignoró los besos que repartió alegremente, pero si miró significativamente a Gael. La chica podría no caerle bien, pero la necesitaba si quería conocer en profundidad a su pareja, por mucho que no le gustara la idea de pedirle ayuda. Agradeció enormemente a Noel que se sentara a su lado y pasara un brazo por sus hombros. Fugazmente le dio un beso en el mismo sitio que lo había hecho la soñadora y volvió rápidamente a su sitio, comportándose como si el gesto que acababa de hacer nunca hubiera ocurrido.

Nia, Toima y Tania

Tania le devolvió un tímido saludo a Yoel, cosa que ganó más de una mirada enfurruñada por parte del argos pero poco más. En cuanto terminó el combate con Noel, Tania "intentó", por falta de una palabra mejor, empujar al ulterano a confesar sus sentimientos sobre todo el tema. Pero el beodo ulterano no habia estado muy convencido con todo el asunto ya desde el principio y se dedicó, básicamente, ignorar a la pequeña nublina en sus intentos por arrastrarle a hablar con el draco, hasta que, inexorablemente, se dió por vencida.

Minutos más tarde, irrumpieron varios novatos entre el grupo y, para disgusto de los dos cuchitrileros, en especial, la privacidad, cercania y afecto con el que trataban con la pareja de hermanos más importantes por aquellos dos les hizo esbozar una cara (en el caso de Tania más disimulada) que no le tenia nada que envidiar a la de Wen en esos instantes, tan solo que se incrementó en el caso de Toima cuando, además, Wen le plantó el mismo beso a Noel. Escandalizado, el ulterano hizo ademán de levantarse para mostrar él tambien su aprecio por el chico ya que, si una asquerosa novata cualquiera estaba al mismo nivel que su pareja, él tendria que apuntarse tambien obviamente. El intento fue frustrado por la mano de la ulterana que tiró con fuerza del argos para evitar que se levantara y que, con ojos de "No montes otra escenita" acabaron por convencer al ulterano que, entre gruñidos, permaneció sentado.

- Ah, ya sabes. Melodes y otra gente con dinero. Pero Melodes en concreto es una persona muy agradable- dijo Alder, agradeciendo el cambio de dirección. Le miró socarrona- ¿Y que tipo de ambiente es ese?

Al final, para mantenerme lejos de las personas con las que no quería encontrarme, había acabado metiéndome en una conversación con las mismas personas que planeaba evitar, con el valor añadido de que no pintaba nada en la misma. 
"Gran trabajo, Pablo. Si se dieran premios a la inutilidad, mala suerte, y/o derivados ahora estarías llevándote más de uno.

En un intento de salir de ahí busqué con la mirada el puesto de comida para usarlo como excusa. Sin embargo cuando lo encontré reconocí entre las personas cercanas a alguien a quien mis instintos no tardaron en identificar como un semejante. Era Dahannei, la vampira de Sendar, y en cunado la reconocí mi mente se ocupó de recordarme el ridículo que había hecho la única vez que había hablado con ella. Eso desencadenó un repentino ataque de vergüenza, y en consecuencia desvié la mirada de forma un tanto brusca. 
Por suerte una de las ventajas de mi transformación es que no me podía poner rojo si no había bebido lo suficiente. Había bebido, pero esperaba que no lo suficiente como para que se notara. 
En un intento de quitarme la situación de la cabeza me obligué a prestar atención al grupo en el que estaba.

Hacía ya un rato que no participaba en la conversación, ya que nadie me hablaba y todo se centraba alrededor de otros. No sabía si sentirme ignorado o agradecido, y al final opté por sentirme agradecido de ser ignorado.

-Pues no coincidirán entonces las horas que estoy en Serpentaria, que es la mayoría. Casi parece que vivo allí- respondió con humor a la sinhadre, viendo por el rabillo del ojo a Alder charlando con Vacuum aunque no escucho la conversación y tampoco es que estuviera prestando mucha atención al respecto, aunque no parecía ser un tema divertido precisamente.

Alguien mas capto su atención entre la multitud de cabezas coloridas de alrededor, mas que nada por lo silenciosos y esquivo que se mostraba, en vez de hablar con alguien se quedaba todo mudo. Lo miró con curiosidad resultandole totalmente diferente a su mentor. Noche y día prácticamente en actitud y en todo, Jack que era visible a lo lejos,con toda su actitud y personalidad; y Pablo que aprecia mas una sombra sin hablar con nadie. "Como el polvo, igual, en los rincones siempre" pensó con humor viendo curioso  como salia del grupo y se alejaba un poco al poco de que llegara Noel, como si le rehuyera, aunque bien podría estar malinterpretando y viendo como de nuevo se quedaba todo bloqueado al ver alguien. Estiro la cabeza con curiosidad sonandole vagamente la cada "¿No es una de las antiguas sendarias?" pensó curioso pues no es que hubiese tenido mucho trato con ellos. Parecía incluso satisfecho de ser ignorado "Oh no puede ser..." pensó con cierta entretencion, a ese paso se iba a volver un chupa sangre gruñón por no hablar con la gente

-Paablo ¿como te fue tu anterior pelea? Se que competiste pero ni idea de con quien -pregunto atrayendo su atención y jalando de su camiseta para que le hiciera caso, mirándolo curioso y decidido a devolverle un poco a la conversación. "Deja de ser polvo en las esquinas, leches" pensó distraído, también era un poco divertido hacer que el esquivo vampiro no tuviera otra que integrarse. Mirando a intervalos la pela que se realizaba en pleno campo.

—Bueno, ya sabes, lo opuesto —respondió riendo—. Lo poco elegante también tiene su encanto, y yo crecí en la calle, me manejo bien en ese ambiente. No niego que el lujo tiene sus ventajas, pero prefiero pasar una noche en la taberna con buena música de fondo, grata compañía y una jarra de algo que queme en la mano, el vino es demasiado suave para mi gusto —añadió con una sonrisa pícara.
El combate en la arena seguía en marcha, pero de momento no parecía dominar nadie. El hado echó un vistazo a su alrededor, buscando al chico sinhadre que vendía aperitivos, pero no logró localizarlo y se resignó a pasar hambre. A quien si vio fue al vampiro novato, el aprendiz de Jack, al que en ese instante se acercaba DL para preguntarle algo. El español hacía todo lo posible por pasar desapercibido, pero parecía que no lo había logrado, y al oír la pregunta el griego no pudo contenerse e intervino con una sonrisa.

—A Valek le fue realmente bien —dijo—, y es una lástima que te perdieras el combate, fue un encuentro realmente interesante. Una pena que el brujo tirara la toalla —añadió, mirando al vampiro a los ojos—, me habría gustado ver que mas trucos te sacabas de la manga, pero desafortunadamente te toco un contrincante con... ¿poco espíritu de lucha? —preguntó con una sonrisa sarcástica— Lo importante, sin embargo, es que has ganado, ¿aceptarías mi felicitación por tu victoria? —inquirió, tendiéndole la mano con una sonrisa amistosa.

A Noel no se le pasó por alto el gesto de Wen al darle un beso en la mejilla y le dirigió una mirada confusa con el ceño ligeramente fruncido de manera que transmitía más incomprensión que otra cosa. Aunque la vouivre le había dicho expresamente que sentía celos de la soñadora, al draco le resultaba imposible comprender en profundidad qué motivos podía tener su pareja para ello.

Se mantuvo ajeno a las conversaciones que se sucedían a su alrededor durante unos instantes mientras su cola se balanceaba de un lado a otro tras de sí y se mesaba la barba. El sueco no solía sentirse incómodo entre la gente, pero en aquellos momentos casi hubiese preferido materializarse en la otra punta del anfiteatro mágicamente.

La conversación que mantuvo poco después Vac con el vampiro novato lo sacó de su ensimismamiento al oír que hablaban del combate que había mantenido varios minutos antes. Al ver al cambiante y a Pablo uno al lado del otro de pronto recordó algo y decidió acercarse a preguntar una vez el español le hubo respondido a su hermano.
—Por cierto, ¿no habéis visto a Saren? Nos dijo que vendría a animar pero es raro que si está por aquí no nos haya localizado todavía.
Sabía que tanto el vampiro como el cambiante vivían con él en la sede, aunque no parecía que hubiesen venido precisamente juntos, pero por preguntar no perdía nada. Además sabía que a Pablo le incomodaba hablar con él. Eso le daba puntos para ser elegido para el interrogatorio. Y precisamente por eso se dirigió expresamente a él, esbozando una leve sonrisa con deje sarcástico.

Mucha gente y muchas conversaciones. Gael se quedó en medio, escuchando y opinando solo si era necesario, allí donde le pillaba escuchando. Mientras, daba cuenta de las palomitas que le quedaban. Llevaba un rato mirando a Seon porque había recordado, tras una mirada significativa de Wen, que todavía tenía que darle el recado que no había tenido oportunidad de transmitir hasta la fecha. Precisamente por no saber qué pensar de aquello tenía ganas de hablarlo con la soñadora de una vez por todas y con calma. Se acercó a la sinhadre en un momento que juzgó oportuno y le habló de forma desenfadada.
—Hey, Seon, hace bastante que no te veo en sueños, ¿te pasarías de visita pronto? Prometo que no estaré soñando con chucherías esta vez —añadió riendo. Pero al dejar de reir su cara pasó a ser seria. Esperaba que entendiese el gesto y se diese cuenta de que no pedía una visita sin ningún motivo.