Gradas

Noel no pudo evitar dejar escapar una risotada ante la tajante aseveración del poltergeist y a continuación atendió a la explicación que lo justificaba. El draco tenía claro que la empatía que sintió por Tap mientras se quejaba de Matt fue precisamente debido a ese hecho y no por simple comprensión de su indignación. El sueco sonrió irónicamente para sus adentros mientras decidía que Tap le estaba empezando a caer mejor. Al fin y al cabo el pequeño poltergeist había expresado en voz alta cosas que él mismo pensaba pero que tenía que guardarse para sí. No se podía decir que odiase al brujo, pero debido a la acumulación de varias cosas, Noel no le guardaba precisamente mucha simpatía desde hacía un tiempo.

—Se supone que es amigo mío o algo por el estilo y es es normal que me interese por tu hostilidad hacia él —comenzó a explicar adquiriendo un fingido aire reflexivo—. O eso es lo que sería políticamente correcto decir, pero tengo la mala costumbre de saltarme algunas convenciones sociales. Me alegra comprobar que no soy el único que cree que la arena es molesta y se adhiere irritantemente cuando menos te lo esperas.
Noel había cambiado su expresión pensativa paulatinamente hacia un ademán sarcástico a medida que hablaba, mirando en dirección al muñeco habitado por Tap pero desviando la vista hacia Wen de vez en cuando. Al terminar de hablar, volvió a girarse hacia ella con una expresión que transmitía cierta culpabilidad pero no arrepentimiento antes de volver a atender al repoblador.

De haber podido pestañear, Tap lo habría hecho en aquel momento. Era raro, pero su pensamiento inicial fue equivocado. Tras la respuesta de Noel, el draco le caía mucho mejor y no peor, como había vaticinado. Pocos gigantes conseguían primeras impresiones positivas. Muchos menos lograban segundas impresiones del mismo palo. Dama Hálito fue una y Noel, otro; por motivos muy diferentes cada uno.

—Y tan irritante—le dio la razón—, seguro que ni las malas hierbas arraigarían en ese terrón gigante. ¿Y a ti qué te ha hecho el follacardos ese?—preguntaba por curiosidad y no descartaba que lo odiara sin más. Aunque en ese caso estaría hablando con un gigante superior a la media. Tampoco se le escapaban las miradas a la giganta del pañuelo. <<¿Estarán en época de celo?>>. Tap todavía no comprendía muy bien sus organismos primitivos, pero por lo poco que había visto, no parecían tener periodos de apareamiento fijos.

Noel rió al oír la respuesta de Tap y la palabra "follacardos" le recordó inmediatamente a las pintadas en la pared de Letargo la noche de la salida de la Luna.
—Digamos que cada vez me gusta menos su actitud, en más de un sentido —le respondió sin dar más detalles—. Pero por cierto, Tap, aunque está claro que en esto estamos de acuerdo, no deberías meter a todo el mundo en el mismo saco. Al menos no cuando el saco es de arena —añadió sonriendo con jocosidad haciendo alusión a lo que había dicho anteriormente el repoblador acerca de "su calaña".

El poltergeist no pudo evitar mirarle con extrañeza, aunque esta no se reflejara en la cabeza metálica. <<¿Se siente avergonzado de que ser un gigante o estoy entendiéndolo mal?>>. Tuvo que darle varias vueltas a aquello hasta comprender que, simplemente, no se sentía identificado con su concepción de los gigantes. Porque de todos los que había conocido, no sabia de ninguno que se sintiera mal con su altura. Tap comenzó a molestarse.

—¿Por qué no? Desde que llegué a esta colonia... a esta ciudad—se corrigió. Todavía le costaba adaptar el lenguaje—, ninguno de los vuestros... o de ellos, por no dejarte dentro de ese saco, me ha demostrado que me equivoque. Dime, ¿cómo te sentirías tú si te tocara compartir cosecha con diez Kniveth Edgars? ¿Y si esos diez gigantes intentaran imponer su cultura sobre la tuya sin ningún tipo de consideración, te tacharan de bicho o directamente te encerraran en cestas o cazuelas en lugar de tratar de hablar contigo?—su voz era sinónimo de resentimiento acumulado y amargura, de odio y algo de asco—. Yo no fui tampoco bueno del todo—reconoció. Macak surcó fugazmente sus ideas—, pero estaba en desventaja, era normal. Y lo único que he encontrado en estos meses han sido razones de peso para creer que no me equivoco al pensar que la gilipollez y el gigantismo son la misma enfermedad, o parecida—hablar de esas cosas no traía ni buenos recuerdos ni buen humor al repoblador—. Y lo siento si te molesta—esto último no sonó muy convincente.

El muñeco no se había movido en toda la conversación, pues Tap había puesto todo su esfuerzo en articular las palabras correctamente con el aparato fonador.

Noel atendió a la explicación del poltergeist con creciente curiosidad por lo que hubiera sucedido en su torreón durante la criba. A fin de cuentas la noche de Luna habían tenido una muestra del "compañerismo" que se respiraba en aquel grupo.
—Si de verdad te han hecho eso puedo enteder que estés resentido —comenzó a responderle mientras se mesaba distraídamente la barba—. Pero eso no hace que automáticamente todos los "gigantes" como tú nos llamas seamos así. Para empezar no somos ningún colectivo, al igual que no todos los repobladores estáis cortados por el mismo patrón. "Los mios" solo son aquellos a los que considero mis amigos, por si así resulta más sencillo de comprender. —Le hizo aquella aclaración al poltergeist porque intuía que tenía alguna clase de preconcepción acerca del resto de razas que había conocido—. Y estoy seguro de que no todos tus compañeros tuvieron que ser tan terribles... —Estuvo a punto de referir directamente a Seon, pero la presencia de la vouivre a su lado le disuadió de ello al recordar cierta discusión y prefirió dejarlo en el aire—. De todos modos, ¿estás completamente convencido de lo que dices? Me cuesta creer que nadie te haya dado motivos para dudar.

Wen rió cuando Noel le contó que él y dama Vípera se habían estado insultando durante el combate.

- ¿Feo? Esa mujer no tiene ojos en la cara. - exclamó la vouivre.- Se ve que no todas las serpientes tenemos el mismo gusto o que, directamente, algunas no tienen gusto ninguno. - susurró luego.

La británica siguió observando a los siguientes participantes. Matt se encontraba peleando en aquel momento y el que reconoció como el nuevo polstergeit de la ciudad parecía que no le tenía mucho cariño. Noel se había acercado a preguntarle y mantenían una conversación sobre el brujo que a Wen le hizo reír. Conocía bastante bien al californiano, por lo que no negó en ningún momento las acusaciones que le hacían, aunque también sabía que el brujo en el fondo era inofensivo.

Noel estaba dando dolor de cabeza a Tap y al poltergeist le dieron ganas en un par de puntos de cortar la conversación por lo sano. Sin embargo aguantó sereno hasta que el gigante con alas acabara de hablar. Y acabó más molesto aún de lo que estaba. Molesto por la tranquilidad con la que hablaba de su cosecha, sin tener ni idea; molesto por creer que el odio que concebia por los de su clase nacía del aire y era infundado. Pero sobretodo, molesto porque le hizo sentir solo, hablando de "los suyos". En el entorno del poltergeist no había un "los míos", a no ser que considerara a todos los habitantes de la sede a los que le gustaba joder con sus trampas, y Tap, desde luego, dudaba querer a esos idiotas para que formaran parte de su círculo íntimo. El problema fue que la punzada que había sentido con aquellas palabras del draco no quería irse. <<Soy una colonia de uno solo>> se dijo a sí mismo con la intención de coger fuerzas para volver a hablar.

—Hubo algún buen gigante, sí, pero ninguno llegó a la luna vivo. También los hubo que no eran tan malos, pero esos solían ser buenos a escondidas y callaban como mariposas cuando necesitaba que intercedieran por mí—sus palabras fueron adquiriendo aspereza conforme hablaba—. Y claro que ha habido gigantes que me han hecho dudar. Dama Hálito lo hizo, pero ahora está muerta, y tú me estás dando jaqueca, así que cuídate de morirte—a pesar de parecer una amenaza, era todo lo contrario. El draco le estaba dando qué pensar, pero su compañía resultaba más agradable de lo que cabría esperar—. De todas formas, ni todas las excepciones juntas igualarían la balanza. Tengo derecho a desconfiar y odiar primero.

A pesar de estar llevando bien aquella charla, Tap no se acababa de sentir cómodo tampoco. Una parte de él le urgía a irse.

Mientras estaba tranquilamente picoteando palomitas se les acercó un niño desconocido. Inconscientemente protegió las palomitas atrayéndolas hacia él, pero este solo los saludó con todas las confianzas del mundo. «¿De dónde sale este tarado?».
—Te puedo resumir todas las peleas si quieres —dijo con cierta desconfianza—, porque como no especifiques quiénes son tus conocidos estás aviado.
«¿Tengo pinta de nigromante o de mentalista? Voy a tener que solucionar eso».

Miro a Koval curioso de su acción proteger las palomitas como si fuesen un tesoro o algo le hizo algo de gracia. Aunque luego las palabras de otro le hicieron entender el porque de esa desconfianza y casi sintió deseos y darse un golpe en la frente. Empezaba a olvidarsele seriamente que debía decir quien era cuando lucia y se le oía diferente "Pero es un coñazo tener que decir todo el tiempo quien soy, jo. Me tendré que poner una etiquetita o algo para ser reconocido por la gente que me interesa que me reconozca, así no tendré estar diciéndolo a cada momento"

-Un niño raro se te acerca y te saluda como si te conociera, une cabos ¿Quien haría eso? Nadie enemigo que conste -preguntó sonriendo alegremente sin intención de repetir por a saber incontable vez quien era cuando hablaba con alguien, se le iba a gastar el nombre y siendo que tenia solo dos letras era demasiado-Pues...mis conocidos es el chico helado, el de las uñas, el muñeco parlante, el chico polvo, la loba libense, el chico en llamas, el enredado, la durmiente que no se si compite y alguno mas por ahí pero que no se me ocurre forma de nombrarlos ¿te suena alguno?- añadió haciendo cuentas de quien le faltaba pero encogiéndose de hombros, oh lo iba a tomar por un loco desquiciado lo sabia, pero era gracioso en cierto modo. Mas porque seguía sentado tan tranquilo y había cerca compañeros de la Sede  los cuales no estaba seguro si le reconocerían, no recordaban si lo había visto con ese aspecto aunque el suponía que si. Se iba a sentir defraudado si no lo reconocían ni así y también un poco feliz, para que mentir.

Cuando Noel  se acercó para felicitarme, algo que ni esperaba ni deseaba, me limité a responder lo mínimo para luego poner distancias en cuanto pude. De hecho, la casualidad de que poco después tuviera que combatir me vino de perlas para la ocasión.
La suerte tampoco estuvo de mi parte después, ya que cuando quise buscar un sitio en el que quedarme lo siguiente que vi fue a Jack hablando con Atol. No es que desconfiara de que al helión se le fuera la lengua, pero mejor prevenir, así que podría decirse que desaparecí a partir de ahí.


En el tiempo que estuve desaparecido  se sucedieron más  combates. El número exacto ya no lo supe porque no les presté excesiva atención. Lo que sí llamó mi atención fue encontrarme a mi “reaparición” a Tap y Noel conversando.
“Mis problemas se multiplican”

De reojo vi a Koval siendo ¿acosado? por un niño. Dudaba de si acercarme, pero tampoco quería seguir solo y a la vista cual diana donde me encontraba, así que acabe por hacerlo.
El niño me resultaba familiar, pero no lograba recordar de donde o cuando. Sin embargo cuando empecé a oírle hablar lo identifiqué.
-Eh. ¿A quién llams chico polvo?-  Dije al llegar a su altura sonriéndo –Siento chafarte la broma DL, pero algo me dice que se te había olvidado decir quién eras de todos modos. – Luego me volví hacia el fuego fatuo. –Hola los dos. ¿Por su reacción deduzco que os conocéis?

Alder quiso detenerlo, pero Seon se le escapó en uno de los intermedios "porque para una vez que no soy producto de su imaginación"  y se coló entre los habitantes del cuchitril con felicidad infantil.
Anunció su llegada con un "Hola" dicharachero y despreocupado y besó las mejillas de Gael, Noel y Vac cuando estos la reconocieron.- Habíamos venido a animar y no quería desaprovechar la oportunidad de encontraros a la vez. - también echó una mirada cortés al resto, no queriendo dejarlos fuera.
Alder echó la vista al cielo unos segundos, y cruzó los brazos antes de saludar, con una sonrisa entre resignada y sarcastica.
- A mi me han arrastrado.

Se fijó entonces en la presencia de sus compañeros de cosecha y saludó con desgana. Con Pablo nunca había tenido una relación boyante, y de DL se había distanciado desde que estaba pegado a Enredo, al que ella evitaba por sistema.

Noel se había cruzado de brazos y dedicaba a Tap una expresión con una ceja arqueada mientras este le replicaba. Enarboló una media sonrisa cuando le dijo que se cuidase de morirse, ya que le había dado a entender que por lo menos él también lo había "hecho dudar".
—Descuida, hoy no tenía pensado morirme y darle esa satisfacción a dama Vípera —le aseguró mientras se separaba de la barandilla en la que se había apoyado—. Y bien, haz lo que consideres oportuno. No creo que quieras seguir oyendo consejos de "un gigante" —le dijo tranquilamente y poniendo énfasis en las dos últimas palabras—. Buena suerte en los próximos combates.

Se despidió del poltergeist con un gesto de la mano sin girar la cabeza y volvió para reunirse con su grupo, descubriendo que este había aumentado durante su ausencia. No pudo evitar intercambiar una mirada jocosa con Gael al ver allí a DL y observó de reojo a Pablo mientras se preguntaba con diversión cuánto tardaría el vampiro en desaparecer de la vista ahora que "el abominable draco de Estínfalo" había regresado.

No le había dado tiempo más que a saludar cuando Seon y Alder se unieron al cada vez más nutrido grupo. Las saludó también a ellas, aunque sin el rastro de sarcasmo que había empleado justo antes y enarbolando una sonrisa. No obstante, Noel se tensó inmediatamente cuando la soñadora se acercó para darles besos en las mejillas, una forma de saludo a la que ni siquiera estaba acostumbrado y pudiendo anticipar la reacción de la vouivre que probablemente solo él podría notar. Por eso cuando volvió a su asiento primigenio colocó instintivamente un brazo sobre los hombros de la británica mientras atendía a las conversaciones a su alrededor.

Esa forma de intentar vacilar le sonaba demasiado. Como el niño decía, ató cabos, ya antes de llegar a la parte en que enumeraba a sus conocidos sin usar sus nombres.
—No, no me suenan. A esas descripciones puede responder muchísima gente —respondió con una sonrisa burlona. En ese momento llegó el aprendiz de Jack, y Gael lo saludó con una sonrisa. Había seguido con interés su combate, aunque no se hubiese puesto a gritar como con sus amigos—. Tranquilo, no chafas nada —comentó alegremente—. Sí, aparte de vernos durante la Luna nos lo encontramos un día en la taberna. Pasaron cosas que no sé si él ha contado y patatín patatán, acabó en mi taller. Por cierto, la invitación sigue en pie —dijo por último mirando al cambiante, ofreciéndole después palomitas. Para Pablo, por desgracia, no tenía nada.

Durante aquella conversación Noel había vuelto junto a ellos y Seon y Alder se les acercaron un poco después. Gael saludó efusivamente, contento de haber encontrado por allí a la soñadora, despierta. De hecho, se hacía raro no verla acompañada de ninguno de sus amigos oníricos, sino solo de Alder. En el momento en que se acercó repartiendo besos, se puso colorado.
—Cui… cuidado, no te quemes —titubeó. A fin de cuentas ya no estaban en un sueño—. No esperaba veros por aquí. Pensé que un evento donde solo había peleas no os interesaría demasiado.

- Tiene su parte emocionante, y participan amigos. -  De no ser por las barreras fisicas y magicas que llevaba diariamente probablemente se hubiera chamuscado al besar la mejilla de Gael, dado que realmente se había olvidado de que en el mundo real, quemaba. Sin embargo desterró la advertencia con un gesto de la mano y  una sonrisa amplia.  A Alder no le hacia demasiada gracia estar entre lo que eran apenas conocidos con esa felicidad, pero no necesitaba ser idrina para notar que Seon era bien recibida, al menos por los que había saludado personalmente.

Tap agradeció que Noel no quisiera hablar más, aunque ya lo había acabado de confundir de todas maneras. Le sorprendió que le deseara suerte después de haberle escuchado decir lo que había dicho, pero se sorprendió más todavía cuando se oyó a sí mismo respondiendo:

—Lo mismo digo. Parte muchos huesos ahí abajo—el comentario iba con las segundas interpretaciones obvias.

Lejos de añadir nada más, Tap simplemente se alejó flotando.

La aparición de pablo corto un poco su broma pero no se molesto por ello y solo le miro sonriendo con diversión.

-Creo que lo conocí antes que tú Pablo, aunque seguro que yo di mas impresión- añadió con una risa al recordar el primer encuentro con Koval y Noel. Ver que aun podía ir al cuchitril y al taller fue una buena noticia, para variar.

-Oh ¿sigo en pie la invitación? Iré, iré ver si tienes alguna nueva adquisición interesante - añadió DL con obvio interés en su taller de cadáveres, al fin de cuentas era una excelente fuerte de información anatómica. La llegada de Seon y Alder y como la sinhadre saludaba como si conociera varios de los presentes de toda la vida, como era el caso de Koval o de Noel que ya había vuelto, causando cierta curiosidad en el cambiante. Sabia cual era la tranformacion de Seon pero no exactamente lo que hacía, solo algo de sueños ¿podría visitar sueño ajenos entonces? Eso podría explicar la familiaridad cuando normalmente andaba dormida.

-Hola Alder, Seon hace mucho que no te veo, despierta al menos- añadió DL con una sonrisa saludando a las sinhadre, con la que llevaba un tiempo sin hablar, pero se veía que ese sitio era un buen lugar para reencuentro, unos mas buenos que otros y de disfrute al verse a otros dándose de tortas.