Fase 1, Ronda 3: Enredo vs Pablo

<<No puede ser, seguro que hay más personas que se llamen así en la ciudad. Pablo es un nombre muy común>>. Cuan equivocado estaba. Cuando anunciaron mi nombre me puse nervioso, como esa sensación que tienes al tener que hablar delante de mucha gente y sentir miedo de hacer el ridículo. En definitiva, era un manojo de nervios, y eso que me había tomado algo para calmarme, pero o no había surtido efecto o no era suficiente.

Suspiré cuando salí a la arena y vi que efectivamente mi antiguo compañero de cosecha era mi rival. No era de mucha cortesía quedarse callado esperando a que sonase el gong así que decidí hablar.

-Vaya, no esperaba tener que enfrentarme a ti, desde luego no en una primera ronda.- dejé salir una risa nerviosa tratando de relajarme pero lo cierto es que el corazón me iba a mil por hora.- Que gane el mejor.

Revisé mi cinturón, los muy tacaños del consejo habían limitado el dominio de los brujos y solo podía traer cinco enredaderas, por suerte no habían dicho nada de que no pudiese reproducirlas en medio del combate. Segundos después sonó el gong.

Me apresuré a levantar una barrera que servía tanto para lo físico como para lo mágico, no estaba seguro de que era capaz el vampiro por eso mejor asegurar. Acto seguido estrellé contra el suelo una de mis cinco esferas haciendo surgir la enredadera más dispuesta para la defensa. De cincuenta centímetros de diámetro y un tallo muy duro era perfecta para cubrirme por si acaso. Por supuesto no había una sola, en el transcurso de un parpadeo se estaban multiplicando formando una pared natural muy consistente.

Una vez cubierto empecé con un hechizo de ataque, un lanzazo de magia propiamente dicho.

Si hubiera podido ver la reacción de mi contrincante al iniciarse el combate, me habría dado cuanta de que había un buen contraste entre ambos. Mientras que Stefan estaba nervioso, yo solo tuve una reacción parecida a decepción cuando nombraron escuché su nombre. "Lástima. ¿Quizás la proxima vez?"
¿Y por qué decepción? Fácil. No tenía nada que ver con el italiano, pero si había alguna razón por la que participaba en aquel torneo al final era que porque esperaba poder enfrentarme a Tap, y así patear su intangible trasero de forma legal y sin que pudiera huir.


Cuando me habló no respondí al principio. Ahora que sabía quién era mi oponente pase ese tiempo planificando mis tácticas. Tenía una ligera idea de lo que era capaz, y sabía que podía traerse pedazos de dominio, así que estaría atento a eso.
-Igualmente- Fue lo que me limité a responder cuando terminó de hablar.
Y entonces sonó el gong.

Al igual que Stefan, alcé mis propias barreras físicas y mágicas al inicio del combate, pero a partir de ahí nuestras acciones fueron diferentes.

No perdí el tiempo, y eché a correr hacia el brujo mas o menos al mismo tiempo que tiraba al suelo su primera enredadera. Podían crecer rápido, pero aun así se tomaban su tiempo,  y para cuando la barrera de plantas estuvo hecha ya me había acercado bastante.

La apertura entre los tallos fue el aviso de que me iba a atacar. "Un lanzazo mágico ¿eh?" Reconocí el hechizo fácilmente, no solo por su aspecto, sino también por el poco tiempo que llevaba conjurarlo. Debería ser capaz de resistirlo, pero no iba a hacer sufrir a mis defensas tan pronto. El hecho de que era un ataque frontal y que el brujo tenía poco margen visual para dispararlo me permitían evitarlo con facilidad, y así lo hice. Rápidamente cambié mi equilibrio hacia un lado y me impulsé lateralmente. Inmediatamente despues el lanzazo pasaba por donde había estado en el instante anterior. No me molesté en mirar que le pasaba. Para atacar, el brujo acababa de dejar una apertura, y pensaba aprovecharla. "No te daré tiempo a cerrarla"

Antes de que pudiera escuchar la detonación del lanzazo en donde fuera que había impactado ya me había hecho polvo. Rápidamente pasé por el agujero por el que el hechizo había salido y me materializé prácticamente encima de Stefan con dos dagas una en cada mano. Era bastante sencillo lo que iba a hacer a continuación, y sin pestañear inicié un aluvión de ataques que tenían como único propósito aplastar sus escudos físicos.

Mantuve un ojo en las enredaderas que ya habían crecido, así como en cualquiera nueva que pudiera aparecer. Desde esta posición no sería raro que intentara golpearme por la espalda.

Fallé el lanzazo de mala manera, se había vuelto más ágil de lo que esperaba. Pero yo también había mejorado y pensaba demostrarlo. En el momento en que el vampiro se cuela por la abertura creada empiezo con el siguiente hechizo. Una combinación de fuego y viento, atrévete ahora a volverte polvo a ver donde terminas.

Lo mejor de todo es que el vampiro estaba entre mi pared vegetal y yo, si intentaba escaquearse las enredaderas lo atraparían y si no.... digamos que iba a haber un vampiro a la brasa en la ciudad, sus defensas no iban a aguantar el envite. Pero lo que yo quería era quitarle esas defensas. Un violento vendaval de fuego y viento surgio en el espacio que distaba entre mi escudo y las enredaderas.

Sin perder el tiempo dejé caer otra de las bolas y cuando la pisé surgió rápidamente una enredadera buscando el agarrarse en el brazo del vampiro. <<Esto va a picar>>.

Tap se encontraba levitando entre las gradas. Le había tocado detrás de un gigante y de no flotar el poltergeist no vería nada. Un hechizo de niebla se arremolinaba alrededor de los ojos metálicos de su juguete, a través del cual observaba inquieto el combate. En un principio había venido solo para animar al contrincante de Pablo a que le diera una paliza. Pero la suerte había querido que fuese otro de sus detestables compañeros de cosecha. Le tenía tantas ganas a uno como al otro, pero todavía sentía ciertos remordimientos por lo que ocurrió en el abismo y acabó haciendo algo que le sorprendió incluso a él.

—¡TALA ESAS LIANAS PROFANAS, VALEK!—sí, se había aprendido su nuevo nombre—¡DEJAOS DE PROTECCIONES Y PEGAROS LOS DOS! ¡NO SEAIS FOLLACARDOS!—estaba animando a ambos. A pegarse—. ¡ABRASA A ESE MOSQUITO!

Al final no usó el muro como arma, como supuse al principio, y en su lugar dedicó un tiempo para conjurar un torbellino, para luego prenderle fuego. "Vaya... eso no me lo esperaba. Que fastidio"
El fuego no me hizo daño, ya que mis protecciones mágicas lo mantenían a raya, pero iban consumiéndolas de forma constante. Si se prolongaba mucho podía tener problemas, aunque lo peor era el viento. No había forma de que me hiciera polvo en esas condiciones, por ello mi capacidad apra evadir también se mermaba.

Sin embargo, el brujo había gastado un tiempo precioso para lanzar ambos hechizos, tiempo durante el que yo había seguido atacando sin piedad, y para cuando el torbellino de llamas estuvo activo sus escudos físicos estaban ya al límite.
Además me di cuenta de que las dimensiones de aquella "tormenta" eran mucho menores de lo que pensaba. "Solo me rodea a mi. Vale, entonces sé como salir"
No fue dificil, solo tuve que salir del centro de la corriente y, impulsándome en la dirección adecuada para que no me arrastrara de nuevo adentro, use el propio viento y la fuerza centrífuga para abandonar la corriente. 

Por desgracia no pude seguir atacando, ya que mientras lidiaba con el tornado. Stefan había sacado otra enredadera. Intenté evitarla, pero era más rapida que las otras y calculé mal. Se enredó a mi brazo derecho, y apretó con fuerza, suficiente como para poder desgarrar la ropa, pero las protecciones físicas hicieron su trabajo, la mantuvieron a raya y no llegó a atravesarla. "¿De modo que quieres inmovilizarme? Pues vas a tener que hacerlo mucho mejor"
Con un hechizo de corte segé la enredadera por la zona del tallo que se hundía en el suelo. La planta no dejó de aferrar el brazo, ni me interesaba aun. La metí en el propio torbellino ardiente del que acababa de salir para que prendiera y, usándola como arma lancé un latigazo en llamas hacia el brujo.
El resultado fue mejor de lo esperado. Pensaba simplemente distraerle con eso para poder guardar distancias, pero con el golpe las protecciones físicas del brujo no pudieron más y se rompieron.
Pestañeé por la sorpresa, pero no me quedé quieto. Estabamos prácticamente pegados, así que rápidamente embestí y lancé varios tajos hacia sus brazos y manos. Pensaba cortar los músculos para incapacitar los movimientos de las mismas. Sin ellas lo tendría muy dificil para hacer magia.

También escuché los comentarios telepáticos de Tap, pero los ignoré. Si estaba intentando distraerme para que perdiera no lo iba a conseguir.

Mi idea no salió como yo esperaba, de hecho podríamos decir que se volvió en mi contra. Lo que no me esperaba es que el escudo durase tan poco.

Pero yo ya estaba preparado cuando el vampiro se abalanzó sobre mi, las enredaderas se interpusieron y apartándome de la vista del español me desplazaron hacia donde estaban ellas, las hice envolverme como si de una cúpula se tratase. Volví a levantar un escudo físico y esta vez lo reforcé para que durase más.

Un hechizo de niebla mágica me reveló la localización de Pablo, me sumergí en la tierra con uno de intangibilidad y salí detrás de él con un hechizo abrasivo dispuesto a desmoronar sus defensas de una vez, a ese hechizo le iba a seguir una pequeña bola con otra enredadera. Si conseguía darle con esa enredadera seguramente podría mermar su ofensiva.

Fallé. Sus enredaderas lo sacaron del peligro a tiempo. Y luego se envolvió en ellas. Podía intuir lo que estaba haciendo allí dentro y, de una forma similar, también usé ese tiempo para restaurar mis defensas y, en contraste con el brujo, reforzar las mágicas.

Siendo sinceros, su aparición por detrás me pilló totalmente desprevenido, y si hubiera lanzado un ataque físico me habría golpeado de lleno. Pero era un hechizo, y conjurar un hechizo se oye.
Por supuesto con el margen tan corto que tuve entre enterarme y apartarme no pude darme cuenta de que estaba intangible, así que en vez de retroceder a secas me transformé en polvo y pasé a través de él, materializándome justo detrás, y ya entonces me di cuenta. "Porras. Me descompuse inutilmente" 
Encima, a pesar de que mi reacción había sido rápida, Stefan había conjurado el hechizo antes de salir, así que parte había podido alcanzarme mientras era polvo. Por suerte las protecciones reforzadas aguantaron. De haberlo recibido con las que tenía antes se habrían roto casi seguro.

No podía atacarle físicamente, así que en su lugar también usé magia por la espalda, un sortilegio de aturdimiento.

Cuando vi al vampiro pasar a través mía me guardé la bola en la bolsa otra vez, estaba claro que no era el momento. El español por cierto parecía creer que mis defensas no aguantarían contra su hechizo, resistieron bien sin embargo. <<Este debe pensar que soy novato>>.

Me desplacé hasta quedar detrás de mis enredaderas y deshice la intangibilidad, preparé una malla ácida y se la lancé al vampiro. Si con eso no destrozaba sus defensas tendría que usar mi as en la manga.

No me sorprendió que no le hiciera nada. Realmente lo había lanzado un poco a ver que pasaba, ya que no tenía algo que pudiera hacerle efecto de verdad en ese momento, ni tiempo.
Volvió a protegerse tras sus enredaderas, pero el hechizo que me lanzó me extrañó bastante "¿Por qué hace eso?"
Desde luego no era la mejor elección, y ni siquiera me molesté en evitarlo. Lo recibí directamente y dejé que lo detuvieran mis defensas físicas, que lo hicieron sin problemas.

Empezaba a cansarme de que se escondiera tras sus barreras de plantas una y otra vez. Hasta ahora había estado reduciendo el uso mágico al mínimo, pero ya era hora de ponerse serios.

Tras apartarme de la zona de impacto de la red conjuré un hechizo de llama y prendí fuego todas las enredaderas tras las que se escondía, además de hacer que ardiera todo el espacio que lo rodeaba. Luego volví a recortar distancias y repetí la táctica que había hecho al principio: aluvión de ataques para destrozar sus defensas. 
La diferencia era que ahora la zona estaba ardiendo. Si intentaba usar semillas se quemearían.

Tap no hacía más que llevarse los cuatro brazos a la cabeza con decepción. No sabía qué les ocurría al par de gigantes de abajo, pero cada movimiento que realizaban, hacían que el poltergeist sintiera que estaba gastando su tiempo.

—¿PERO QUEREIS TOCAROS DE UNA JODIDA VEZ? ¡DEJAD DE JUGAR AL PILLA PILLA Y HACEOS SANGRE, FOLLACARDOS! ¡ESTAIS ABURRIENDO AL PÚBLICO!—aquello fue seguido de una tanda de abucheos larga. Lo bueno de no utilizar las cuerdas vocales para hablar era que no necesitaba parar para coger aire.

Lo que hizo el vampiro me sacó de mis casillas, no por el fuego, era obvio que cualquier ser racional ya lo habría usado mucho antes, sino porque me estaba dejando en ridículo. Usé un hechizo de agua mágica y apagué el fuego pero ya era tarde, las enredaderas que me cubrían se habían consumido. Visto por otro lado las cenizas se podían usar como abono. Me estaba cansando, pero aún me quedaba energía para un gran truco más.

-¿Crees que siendo un maldito brujo vegetal no iba a tener estas cosas en cuenta?,- le miré con furia,- Pero bien, si quieres jugar juguemos.

Estrellé todas las esferas que me quedaban contra el suelo, mis defensas lo iban a tener ocupado un rato. Miré hacia el reloj y me dije <<Si lo voy a hacer tiene que ser ahora>>. Y en efecto empecé con lo que tenía que hacer. Empecé a erigir el coloso. En cuanto las enredaderas empezaron a crecer Pablo podría ver que la humedad del suelo se estaba secando, pero mientras él se fijaba en eso o no yo desaparecí de la vista cubierto al completo de mis plantas. No podía hacerlo tan grande como quería por falta de nutrientes y por que estaba cansado pero me serviría.