Torreón Maciel (Archivo II)
+10
HurzaComeojos
Soñador
Yber
Vlad
Giniroryu
Alicia
Shylver
Martalar
Caillech
Sevent
14 participantes
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Torreón Maciel (Archivo II)
05/11/11, 11:42 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Llegue al torreon seguido de Hannah que extrañamente parecia preocupada por mi, pero eso ya daba igual esto era ridiculo, estaba encerrado en una pesadilla de la que no podia despertar, asi que ¿Que mas daba si me mataban o no? Asi despertaria no? JAJAJAJAJAJJAJAJA
-Asi que este es el torreon......
Entre dentro de este, estaba en un estado bastante malo, no queria imaginarme que habia pasado ahi y menos lo que iba pasar, pero que mas daba total esto era ridiculo, no podia estar pasando...o si?
-HAANNAH! Lo hemos encontrado-dije
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
16/11/11, 09:50 pm
Noel y Mark, paralelos a los pensamientos de Alicia, propusieron investigar el torreón a fondo. Ya había terminado de comer – todos lo habían hecho increíblemente deprisa – y puesto que, para su alivio y decepción (no sabría decir cuál), al final no hubo ninguna clase de conversación, se levantó y se internó en los pasillos y habitaciones de su nuevo “hogar”. En principio tan sólo se levantó y comenzó a andar, pero al encontrarse con Giz, que bajaba por las escaleras, le preguntó si quería acompañarle. Ninguno de los reptiles le daba miedo, aunque impusieran respeto. Y en comparación, Giz desde luego era el que parecía, no menos peligroso, pero si más afable (y con mayor dominio de sí mismo). Además, era al menos una cabeza más bajo que Caillech, y Alicia le miraba a los ojos sin problemas. Él accedió y juntos bajaron primero al sótano, porque ya había estado allí antes y tenía curiosidad por las dos salas que Alphonse había descrito. La sala de la maquinaria olía a polvo, y tenía todo tirado por el suelo. Recorrió con la mirada cada engranaje oxidado, pero para Alicia no tenía ningún sentido, solo eran ruedas dentadas y cuerdas y cadenas que no revelaban ningún patrón de funcionamiento para nada. Se permitió unos segundos para admirar a Alphonse, que sí podía comprender aquello ¡y manipularlo! Miró al reptil preguntándose que vería él, y qué podría entender ¿Qué nivel de tecnología tendrían en su mundo? Sacudió la cabeza levemente mientras llegaba a la conclusión que no mucha, porque vivían en el desierto por lo que había entendido, y allí nunca hay muchos recursos. Estuvo a punto de pisar un cristal en el suelo. « Vaya, Alphonse, ¿has roto algo? ¿o estaba esto ya así?» Pero cuando se agachó a mirar, no eran pedazos rotos de alguna figura, sino todos de un tamaño similar, sino igual, octogonales y planos. Sostuvo entre sus dedos uno.
- ¿que demonios...?- susurró. Y añadió, levantándose y mostrándoselo al reptil.:- ¿alguna idea?
Unos segundos más tarde, se encogió de hombros y salió de la habitación, deslizando inconscientemente el cristal en el interior de su bolsillo. Las “mazmorras” eran tres salas de distinto tamaño. Cuando entraron en la última, la más grande, y con la única intención de echar un vistazo rápido, algo les hizo detenerse. En la pared estaba escrito: “Están por todas partes”. Alicia miró a Giz aterrada, intentando confirmar si él veía lo mismo que ella. ¿alguien había escrito en sangre en una pared?
¿sangre? Roja, seca, en trazos irregulares que surcaban la piedra con caligrafía macabra. No podía ser muy antigua porque se hubiese descompuesto; tenía que ser relativamente reciente. Ya habían encontrado antes señales de que no hace mucho aquello había estado habitado, así que atribuyó el mensaje a los anteriores inquilinos, con los que esperaba no tener que cruzarse jamás. Afectada, y con una sensación de intranquilidad, abandonó las celdas. Para colmo, mientras recorrían lo que quedaba de sotano (todo en ruinas en su mayoría) encontraron semienterrado un cofre en cuyo interior había un esqueleto. Lo habían abierto después de dudar mucho, y ahora se arrepentía de haberlo hecho. Encontrarse con él había sido un susto tremendo.
- ¿es de verdad?- dijo con voz estrangulada. Era una pregunta estúpida y enseguida añadió: No, no contestes. Ya sé que lo es. Al menos es solo hueso.
Según hablaba, recuperó la compostura. Podía mirar con indiferencia aquello porque solo era esqueleto. Si hubiese sido un cadáver probablemente no lo hubiera soportado. Alicia nunca había vivido de cerca la muerte, y mucho menos, se había encontrado con un cadáver… bueno, sí, una vez; cuando Cachivache, su gato, le había dejado un ratón muerto de regalo en el suelo de su habitación (y eso era todo). Primero se lo había encontrado Hanne, pero él no se había dignado a moverlo de sitio. Había intentado parecer indiferente, y vago, pero Alicia siempre había sospechado que le daba cosa tocar al bicho muerto. Aquella anécdota le pasó fugaz por la cabeza, e hizo lo que pudo porque no pensar en ella ni un segundo. En cambio, comentó de pasada:
- Bueno, todos tenemos un esqueleto en el armario. Aunque en nuestro caso es un baúl.- dijo consciente de que Giz no entendía aquella broma. No había mucho más que mirar en el sótano, una espada llena de oxido y con los bordes rotos entre escombros que ni se molestó en sacar. Después de curiosear un poco más las armas y echar un vistazo con tristeza al arco, subió de nuevo las escaleras con el corazón encogido por sus descubrimientos.
Subieron directamente al segundo y tercer piso. El los pisos superiores no había nada especial, excepto quizás un burruño de mantas.
Intentó cogerlas para bajarlas a la planta baja, pero una de ellas resultó ser un nido de cucarachas.
Retrocediendo de un salto las miró corretear mientras le llenaba el asco. Por un segundo, había estado a punto de gritar como si se tratase de la protagonista de alguna película estúpida.
- Por favor, por favor, mátalas Giz.- dijo en un susurro ronco. Eran muchísimas.
«Joder, ¿No hay ni una sorpresa agradable en este torreón?» pensó con una mezcla de enfado y desesperación.
El reptil pareció sorprendido con la petición, pero las mató sin mucho esfuerzo. Alicia estaba segura de que alguna había escapado, pero las que Giz había golpeado estaban indudablemente muertas. A partir de entonces, cogió las mantas con precaución, y por eso las agarró de la esquina y tiró, descubriendo un agujero en el suelo. «menos mal que no las he pisado». Al alzar la vista al techo comprobó que en el tercer piso había un agujero idéntico justo encima del anterior. El tercer piso no tenía nada de particular. Alguna manta más, si acaso, que vieron al subir. Giz le informó que arriba, anidaban sus “anfitriones”, los llamó. Y Alicia no tuvo interés en subir más. Sacudió las mantas y con Giz sujetando una parte y ella otra, bajaron. Hizo una parada en el primer piso y se dio cuenta de que también había un agujero, esta vez tapado con un mueble. Por eso no lo habían visto desde el principio. ¿Que demonios podía hacer un agujero que atravesase tres pisos? Porque aquello no era un derrumbamiento.
Aquello les había llevado un buen rato, y Alicia estaba satisfecha. Dudaba que pudiese encontrar mucho más de lo que ya había encontrado, y tendrían mantas aquella noche. Agradeció a Giz que le hubiese ayudado. Se encontraron con Noel y Mark, que habían explorado por su cuenta y Alicia les comunicó sus descubrimientos. Dudó si hablar a Mark de la sangre y el esqueleto, porque lo consideraba asustadizo, pero después de un pequeño silencio, se lo contó. «Mejor que se haga a la idea».
- ¿que demonios...?- susurró. Y añadió, levantándose y mostrándoselo al reptil.:- ¿alguna idea?
Unos segundos más tarde, se encogió de hombros y salió de la habitación, deslizando inconscientemente el cristal en el interior de su bolsillo. Las “mazmorras” eran tres salas de distinto tamaño. Cuando entraron en la última, la más grande, y con la única intención de echar un vistazo rápido, algo les hizo detenerse. En la pared estaba escrito: “Están por todas partes”. Alicia miró a Giz aterrada, intentando confirmar si él veía lo mismo que ella. ¿alguien había escrito en sangre en una pared?
¿sangre? Roja, seca, en trazos irregulares que surcaban la piedra con caligrafía macabra. No podía ser muy antigua porque se hubiese descompuesto; tenía que ser relativamente reciente. Ya habían encontrado antes señales de que no hace mucho aquello había estado habitado, así que atribuyó el mensaje a los anteriores inquilinos, con los que esperaba no tener que cruzarse jamás. Afectada, y con una sensación de intranquilidad, abandonó las celdas. Para colmo, mientras recorrían lo que quedaba de sotano (todo en ruinas en su mayoría) encontraron semienterrado un cofre en cuyo interior había un esqueleto. Lo habían abierto después de dudar mucho, y ahora se arrepentía de haberlo hecho. Encontrarse con él había sido un susto tremendo.
- ¿es de verdad?- dijo con voz estrangulada. Era una pregunta estúpida y enseguida añadió: No, no contestes. Ya sé que lo es. Al menos es solo hueso.
Según hablaba, recuperó la compostura. Podía mirar con indiferencia aquello porque solo era esqueleto. Si hubiese sido un cadáver probablemente no lo hubiera soportado. Alicia nunca había vivido de cerca la muerte, y mucho menos, se había encontrado con un cadáver… bueno, sí, una vez; cuando Cachivache, su gato, le había dejado un ratón muerto de regalo en el suelo de su habitación (y eso era todo). Primero se lo había encontrado Hanne, pero él no se había dignado a moverlo de sitio. Había intentado parecer indiferente, y vago, pero Alicia siempre había sospechado que le daba cosa tocar al bicho muerto. Aquella anécdota le pasó fugaz por la cabeza, e hizo lo que pudo porque no pensar en ella ni un segundo. En cambio, comentó de pasada:
- Bueno, todos tenemos un esqueleto en el armario. Aunque en nuestro caso es un baúl.- dijo consciente de que Giz no entendía aquella broma. No había mucho más que mirar en el sótano, una espada llena de oxido y con los bordes rotos entre escombros que ni se molestó en sacar. Después de curiosear un poco más las armas y echar un vistazo con tristeza al arco, subió de nuevo las escaleras con el corazón encogido por sus descubrimientos.
Subieron directamente al segundo y tercer piso. El los pisos superiores no había nada especial, excepto quizás un burruño de mantas.
Intentó cogerlas para bajarlas a la planta baja, pero una de ellas resultó ser un nido de cucarachas.
Retrocediendo de un salto las miró corretear mientras le llenaba el asco. Por un segundo, había estado a punto de gritar como si se tratase de la protagonista de alguna película estúpida.
- Por favor, por favor, mátalas Giz.- dijo en un susurro ronco. Eran muchísimas.
«Joder, ¿No hay ni una sorpresa agradable en este torreón?» pensó con una mezcla de enfado y desesperación.
El reptil pareció sorprendido con la petición, pero las mató sin mucho esfuerzo. Alicia estaba segura de que alguna había escapado, pero las que Giz había golpeado estaban indudablemente muertas. A partir de entonces, cogió las mantas con precaución, y por eso las agarró de la esquina y tiró, descubriendo un agujero en el suelo. «menos mal que no las he pisado». Al alzar la vista al techo comprobó que en el tercer piso había un agujero idéntico justo encima del anterior. El tercer piso no tenía nada de particular. Alguna manta más, si acaso, que vieron al subir. Giz le informó que arriba, anidaban sus “anfitriones”, los llamó. Y Alicia no tuvo interés en subir más. Sacudió las mantas y con Giz sujetando una parte y ella otra, bajaron. Hizo una parada en el primer piso y se dio cuenta de que también había un agujero, esta vez tapado con un mueble. Por eso no lo habían visto desde el principio. ¿Que demonios podía hacer un agujero que atravesase tres pisos? Porque aquello no era un derrumbamiento.
Aquello les había llevado un buen rato, y Alicia estaba satisfecha. Dudaba que pudiese encontrar mucho más de lo que ya había encontrado, y tendrían mantas aquella noche. Agradeció a Giz que le hubiese ayudado. Se encontraron con Noel y Mark, que habían explorado por su cuenta y Alicia les comunicó sus descubrimientos. Dudó si hablar a Mark de la sangre y el esqueleto, porque lo consideraba asustadizo, pero después de un pequeño silencio, se lo contó. «Mejor que se haga a la idea».
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 02:12 pm
Acompaño a Alicia a explorar todo el torreón, ojo avizor a todo lo que me encuentro. Sin embargo, solo consigo confundirme más, pues el sitio está lleno de trastos y cosas cuya utilidad desconozco. Lo único bueno que podría sacar de todo esto, es que el torreón está infestado de bichos y en caso de necesitar comida con urgencia, no pasaríamos hambre... Al menos Caillech y yo. Pues por lo visto a los blanditos les asustaban los insectos, a pesar de ser inofensivos. Esbozo una sonrisa durante unos instantes, hasta que algo enturbia mi mente y me la borra de golpe.
El esqueleto del baúl. Era lo que más me había impresionado, aterrado si cabe, de todo lo que me había encontrado en este lugar. Esa sangre y el esqueleto parecían haber sido colocadas ahí estratégicamente para darnos una bienvenida un tanto tétrica, parecían un aviso. Y no uno cualquiera, sino uno a tener bastante en cuenta. Suspiro apesadumbrado. Luego está el hecho de que probablemente el cuerpo del esqueleto no había sido tratada como correspondía para conservar su Nasu... <<Esto no es la tribu y más me vale ir dándome cuenta>>.
Cuando Alicia acaba de hablar, carraspeo e intento imitar la voz suave del tipo verde que nos dio la bienvenida a este sitio.
-"Somos monstruos y locos. Y ni los locos ni los monstruos cuidan de niños llorones. Creced o morid". -vuelvo a hablar con voz ronca de siempre, con un tono ligeramente abatido-. Cada día que pasa esto me gusta menos... ¿Para qué tanto interés en ponernos a prueba? ¿Qué ganan? ¿Y nosotros?, ¿qué ganamos nosotros?-no sé por qué se lo pregunto a ellos, puesto que saben tanto como yo, pero el hecho de dejar caer las preguntas en voz alta me hacía sentirme mejor, como si me despidiera de un gran lastre. Sin embargo, me doy cuenta de que tal vez eso no ayude a mejorar el ánimo del grupo y me levanto, disimulando mi abatimiento con actitud seria y firme-. Mejor pensado, no será necesario conocer el premio para participar en esta competición... Y si quieren que crezcamos, creceremos-los miro a todos con determinación-. Abajo hay armas y, aunque no es algo que me agrade, deberíamos empezar a contar con ellas-les sugiero antes de marchar hacia el sótano para elegir una de ellas.
La primera vez que estuve en la armería ni siquiera sabía que el material del que estaban fabricadas se llama hierro, recuerdo que entré, apenas eché un vistazo curioso y volví al patio... Esta vez no. Empiezo a coger todas lar armas, una por una, calibrando el peso de cada una de ellas. Preguntándome cual sería la que mejor me vendría, hasta que finalmente me decanto por una espada de hoja corta y curva con el mango de un color metálico ligeramente azulado. La guardo en su vaina y la cuelgo del cinto, del mismo cinto que me fabriqué con la piel de mi muda años atrás. No sé utilizarla, pero estoy seguro de que se clavará con mayor facilidad que mis garras en cualquier saco de carne viviente que nos ataque. Y con esta idea rondando la cabeza, subo de nuevo hasta donde se encuentra el grupo.
El esqueleto del baúl. Era lo que más me había impresionado, aterrado si cabe, de todo lo que me había encontrado en este lugar. Esa sangre y el esqueleto parecían haber sido colocadas ahí estratégicamente para darnos una bienvenida un tanto tétrica, parecían un aviso. Y no uno cualquiera, sino uno a tener bastante en cuenta. Suspiro apesadumbrado. Luego está el hecho de que probablemente el cuerpo del esqueleto no había sido tratada como correspondía para conservar su Nasu... <<Esto no es la tribu y más me vale ir dándome cuenta>>.
Cuando Alicia acaba de hablar, carraspeo e intento imitar la voz suave del tipo verde que nos dio la bienvenida a este sitio.
-"Somos monstruos y locos. Y ni los locos ni los monstruos cuidan de niños llorones. Creced o morid". -vuelvo a hablar con voz ronca de siempre, con un tono ligeramente abatido-. Cada día que pasa esto me gusta menos... ¿Para qué tanto interés en ponernos a prueba? ¿Qué ganan? ¿Y nosotros?, ¿qué ganamos nosotros?-no sé por qué se lo pregunto a ellos, puesto que saben tanto como yo, pero el hecho de dejar caer las preguntas en voz alta me hacía sentirme mejor, como si me despidiera de un gran lastre. Sin embargo, me doy cuenta de que tal vez eso no ayude a mejorar el ánimo del grupo y me levanto, disimulando mi abatimiento con actitud seria y firme-. Mejor pensado, no será necesario conocer el premio para participar en esta competición... Y si quieren que crezcamos, creceremos-los miro a todos con determinación-. Abajo hay armas y, aunque no es algo que me agrade, deberíamos empezar a contar con ellas-les sugiero antes de marchar hacia el sótano para elegir una de ellas.
La primera vez que estuve en la armería ni siquiera sabía que el material del que estaban fabricadas se llama hierro, recuerdo que entré, apenas eché un vistazo curioso y volví al patio... Esta vez no. Empiezo a coger todas lar armas, una por una, calibrando el peso de cada una de ellas. Preguntándome cual sería la que mejor me vendría, hasta que finalmente me decanto por una espada de hoja corta y curva con el mango de un color metálico ligeramente azulado. La guardo en su vaina y la cuelgo del cinto, del mismo cinto que me fabriqué con la piel de mi muda años atrás. No sé utilizarla, pero estoy seguro de que se clavará con mayor facilidad que mis garras en cualquier saco de carne viviente que nos ataque. Y con esta idea rondando la cabeza, subo de nuevo hasta donde se encuentra el grupo.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 02:57 pm
Alicia se habia ido a explorar el torreon por su cuenta, mientras yo y Noel fuimos a explorar por el torreon tambien, subimos al piso siguiente, en este piso encontramos una habitación con estanterias llenas de libros, muchos de ellos eran bastante peculiares, cogi uno de ellos, su tapa era azul oscura, lo abri, dentro solo habia geroglificos incomprensibles, una escritura que no llegaba a entender
-¿tu entiendes algo?-le dije enseñando el libro a Noel
Evidentemente la respuesta era negativa, seguimos explorando el torreon, encontramos una habitacion que parecia tener muchos trastos viejos, entre ellos varios espejos rotos y baules de diferentes tamaños...mire en ellos, no habia nada, bueno, nada que podiamos beber...
Despues de investigar un rato mas encontramos una habitacion completamente desastrada, en ella no habia mas que ropa sucia y vieja
Al rato volvimos con los demas
Volvimos y vimos a Alicia, habia vuelto junto con Giz el otro reptil, se acerco a nosotros y despues de mirarme preocupada me dijo que habian encontrado un esqueleto y sangre de la pared
-Ah, seguramente alguien habria vivido aqui antes...
Alicia parecia preocupada por si me asustaba...no, ese tipo de cosas no me daban miedo, nunca me lo habian dado, despues de todo se puede decir que mate a mi hermana...asi que no, eso no me preocupaba, la muerte se puede evitar otras cosas no...que la gente te respete o no, que te mientan o no, quedarse solo, hablar en publico....cualquiera de ese tipo de cosas,eso si que me daba miedo....
(Gini si quieres añadir que vemos algo mas ponlo)
-¿tu entiendes algo?-le dije enseñando el libro a Noel
Evidentemente la respuesta era negativa, seguimos explorando el torreon, encontramos una habitacion que parecia tener muchos trastos viejos, entre ellos varios espejos rotos y baules de diferentes tamaños...mire en ellos, no habia nada, bueno, nada que podiamos beber...
Despues de investigar un rato mas encontramos una habitacion completamente desastrada, en ella no habia mas que ropa sucia y vieja
Al rato volvimos con los demas
Volvimos y vimos a Alicia, habia vuelto junto con Giz el otro reptil, se acerco a nosotros y despues de mirarme preocupada me dijo que habian encontrado un esqueleto y sangre de la pared
-Ah, seguramente alguien habria vivido aqui antes...
Alicia parecia preocupada por si me asustaba...no, ese tipo de cosas no me daban miedo, nunca me lo habian dado, despues de todo se puede decir que mate a mi hermana...asi que no, eso no me preocupaba, la muerte se puede evitar otras cosas no...que la gente te respete o no, que te mientan o no, quedarse solo, hablar en publico....cualquiera de ese tipo de cosas,eso si que me daba miedo....
(Gini si quieres añadir que vemos algo mas ponlo)
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 04:15 pm
Abro los ojos, sobresaltada por la voz de todos.
Vaya, ¿qué ha pasado? Recuerdo que Alicia y Giz se fueron por un lado, Mark y Noel por otro, y yo...
Buah, debo haberme quedado dormida. Tengo que admitir que la modorra que me asaltó tras llenar el estómago pudo más que mi voluntad de mantenerme despierta. Sin embargop, ahora me siento mucho mejor. Me froto los ojos con lentitud, intentando despejarme y que el zumbido que parece haberse instalado en el interior de mi cabeza desaparezca. Finalmente, tras unos segundos, lo hace, aunque muy lentamente...
Alicia comienza a hablar con rapidez, bastante alarmada. Vaya, así que tenemos un amigo muerto desde quien sabe cuando... Me estremezco, pero no digo nada.
Giz, en cambio, es más práctico, y baja hasta encontrar una espada. Yo, recordando el arco que aparté la primera vez que fui, hago lo mismo, volviendo con el arma sujeta con firmeza.
- Será mejor que antes de salir de nuevo tengamos alguna idea de armas. ¿Cuándo empezamos a entrenar? -murmuro con lentitud, aún adormilada
Vaya, ¿qué ha pasado? Recuerdo que Alicia y Giz se fueron por un lado, Mark y Noel por otro, y yo...
Buah, debo haberme quedado dormida. Tengo que admitir que la modorra que me asaltó tras llenar el estómago pudo más que mi voluntad de mantenerme despierta. Sin embargop, ahora me siento mucho mejor. Me froto los ojos con lentitud, intentando despejarme y que el zumbido que parece haberse instalado en el interior de mi cabeza desaparezca. Finalmente, tras unos segundos, lo hace, aunque muy lentamente...
Alicia comienza a hablar con rapidez, bastante alarmada. Vaya, así que tenemos un amigo muerto desde quien sabe cuando... Me estremezco, pero no digo nada.
Giz, en cambio, es más práctico, y baja hasta encontrar una espada. Yo, recordando el arco que aparté la primera vez que fui, hago lo mismo, volviendo con el arma sujeta con firmeza.
- Será mejor que antes de salir de nuevo tengamos alguna idea de armas. ¿Cuándo empezamos a entrenar? -murmuro con lentitud, aún adormilada
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 06:27 pm
Retiro la mano y sonrío. Levanto las dos manos a modo de disculpa y le miro a la cara.
-Precavida, ¿eh? No te gustaría que te viese dándome la mano. ¿Ese Mirie Kitade ya te ha dicho lo que les contará a los demás si te ve haciendo algo sospechoso? Sí, ya he visto a tus amiguitos. Incluso puede que, el mero hecho de hablar con un ranta, sea motivo suficiente para delatarte, ¿no crees?
Me giro y espero su respuesta. Puede que a ella le delatasen, pero supongo que para mí sería algo peor; ella no ha estado a punto de matar a un compañero. ¿Hasta qué extremo llegarían esos chavales? Me agacho y me paso el cuchillo por la lengua.
-Me gustaría proponerte algo. Y por favor, no me interrumpas, me sienta muy mal. Necesito un lugar dónde dormir y algo que comer. No te preocupes, sólo doy rienda suelta a mis instintos asesino cuándo lo necesito. Ahora soy capaz de controlar mi locura. Yo no mato a nadie, ni tú ni el Mirie Kitade me delatáis, yo tampoco te delato, y todos contentos. Obviamente te estarás preguntando por qué deberías aceptar mi trato.-Suelto una risotada, ni yo mismo entiendo lo qué he dicho -. Tú saldrías ganando si me delatáseis, pero nadie te garantiza que yo no vuelva a media noche y mate a alguno de tus compañeritos. Pero te juro por mi vida, que, no te miento. Y además, ¿a quién le gustaría dormir con alguien que ha sido expulsado de su propia tribu?
Me incorporo lentamente y vuelvo a girarme.
-¿Estás dispuesta a reconsiderar mi oferta?
-Precavida, ¿eh? No te gustaría que te viese dándome la mano. ¿Ese Mirie Kitade ya te ha dicho lo que les contará a los demás si te ve haciendo algo sospechoso? Sí, ya he visto a tus amiguitos. Incluso puede que, el mero hecho de hablar con un ranta, sea motivo suficiente para delatarte, ¿no crees?
Me giro y espero su respuesta. Puede que a ella le delatasen, pero supongo que para mí sería algo peor; ella no ha estado a punto de matar a un compañero. ¿Hasta qué extremo llegarían esos chavales? Me agacho y me paso el cuchillo por la lengua.
-Me gustaría proponerte algo. Y por favor, no me interrumpas, me sienta muy mal. Necesito un lugar dónde dormir y algo que comer. No te preocupes, sólo doy rienda suelta a mis instintos asesino cuándo lo necesito. Ahora soy capaz de controlar mi locura. Yo no mato a nadie, ni tú ni el Mirie Kitade me delatáis, yo tampoco te delato, y todos contentos. Obviamente te estarás preguntando por qué deberías aceptar mi trato.-Suelto una risotada, ni yo mismo entiendo lo qué he dicho -. Tú saldrías ganando si me delatáseis, pero nadie te garantiza que yo no vuelva a media noche y mate a alguno de tus compañeritos. Pero te juro por mi vida, que, no te miento. Y además, ¿a quién le gustaría dormir con alguien que ha sido expulsado de su propia tribu?
Me incorporo lentamente y vuelvo a girarme.
-¿Estás dispuesta a reconsiderar mi oferta?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 08:11 pm
A Mark la noticia de tener un cadáver en el sótano no pareció afectarle mucho. Tanto mejor. El miedo es contagioso. Entonces Giz comenzó a preguntar en voz alta lo que, antes o después, todos se habían preguntado. Concluyó con un discursito moralizante, que terminaba diciendo que debían aprender a defenderse. Alicia frunció el ceño. La daga que había recorrido de la armería de ese mismo torreón, colgaba de su cinturón durante el día, y dormía bajo su jersey arrugado (que hacía las veces de almohada) por la noche. Y aunque la llevaba como una especie de amuleto contra la mala suerte, como si el hecho de portar un arma asegurase que podría defenderse de los peligros, apenas lo había utilizado y siempre con fines culinarios. Tampoco tenia ni idea de manejarla salvo las instrucciones obvias de "clávala por el lado que pincha". Pero prácticar sin más no les llevaría a mucho. A Alicia le interesaba la técnica, y solo se le ocurrió una persona que supiese con certeza como manejar un arma:
- Vlad, ¿crees que me puedes enseñar?- Alicia se había encogido de hombros como respuesta a la propuesta de Giz, mientras su mente corría aparte. Después había bajado a la armería a paso rápido, había cogido un arco corto y un manojo de flechas. No cogió la espada, porque no pensaba comenzar las prácticas con nada que cortase. En cambio, ahora, junto al arco que le enseñaba al Conde, llevaba un tablón de madera, fino y plano, que se había ingeniado para conseguir.- Espada, o dagas a corto plazo,- dijo mostrándole el tablón- y arco a largo plazo. Soy pésima en puntería y posiblemente tambien una mala alumna.
"pero lo que me falte de cualidades lo voy a poner de voluntad" pensó. Había abordado a Vlad a parte, por algún extraño tipo de orgullo que le impedía pedir ayuda a la gente, y más delante de otros. Pero delante del chico era la viva imagen de la tranquilidad y la decisión.
- Vlad, ¿crees que me puedes enseñar?- Alicia se había encogido de hombros como respuesta a la propuesta de Giz, mientras su mente corría aparte. Después había bajado a la armería a paso rápido, había cogido un arco corto y un manojo de flechas. No cogió la espada, porque no pensaba comenzar las prácticas con nada que cortase. En cambio, ahora, junto al arco que le enseñaba al Conde, llevaba un tablón de madera, fino y plano, que se había ingeniado para conseguir.- Espada, o dagas a corto plazo,- dijo mostrándole el tablón- y arco a largo plazo. Soy pésima en puntería y posiblemente tambien una mala alumna.
"pero lo que me falte de cualidades lo voy a poner de voluntad" pensó. Había abordado a Vlad a parte, por algún extraño tipo de orgullo que le impedía pedir ayuda a la gente, y más delante de otros. Pero delante del chico era la viva imagen de la tranquilidad y la decisión.
-
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
17/11/11, 10:35 pm
- El desierto me hizo así de precavida, tú mejor que nadie debería saber eso, Sezk.
Sezk era un Ranta y, como todos ellos eran, era traicionero, no podría confiarse en él ni en su palabra. Lo mismo que muchos de mi antigua vida habrían creido de mi hasta que les borrasen la memoria con mi partida, a todos minos a estos dos que se habían empeñado en venir aqui también. En lo que si puedes confiar en un Ranta en que cumplirá su amenaza, que yo supiera no hacían ninguna amenaza vacia. Si lo que decía era cierto, y creía que si, si yo me negaba a ese trato él sería capaz de entrar en nuestro torreón por la noche y rebanarle el pescuezo a cualquiera de los humanos que habitaban ahora en él, muy posiblemente con una de mis dagas. Y ¿entonces en quien caerían las sospechas? ¿En el bueno de Mark? ¿En el fiable Alphouse? No, en mí. Giz les contaría de mi "traición" hacia mi tribu y mi siguiente expulsión. Tendría suerte de salir con vida de ello. Puede que fuera experta en sobrevivir, pero sabía que no podría superar, no con vida, su superioridad numerica. Estaba atrapada.
Le dirigí una mirada llena de odio al Ranta. Parecía que ni siquiera en este mundo conocería la paz. Maldita sea...
- Maldita sabandija... - murmuré malhumorada, lo peor era saber que él sabía que me tenía entre la espada y la pared. Las dos opciones que me ofrecian no eran de mi agrado en lo absoluto -. Los Ranta no sabeis jugar limpio ¿verdad? - le heché en cara con los dientes apretados por la furia que me corroía. Intenté controlarlo, inspirando y espirando el aire - Bien, aunque te podría mostrar otro escondite seguro al igual que este, algo me dice que prefieres quedarte en este, aunque sea solo para fastidiarme a mí. Es cierto que podría reconsiderar esa "generosa" oferta que me has hecho si fuese que solo me implicase a mi el mantener el secreto. Pero si no se te ha olvidado, esta Giz y yo no puedo controlar lo que el pueda hacer o decir. Además huelga decir que odia a los tuyos - me encogí de hombros -. Aún así, puedo hacerlo venir para que se lo expliques tú mismo este trato.
No esperé a que me contestara, me volví a medias al torreón, sin perder de mi campo de visión a Sezk. Jamás se le debía dar la espalda a un Ranta, nunca sabías si lo aprovecharía para atacarte por la espalda. Y grité.
- ¡Giz! ¡Mueve tu escamoso culo aquí fuera! ¡Tengo algo para ti! - solo esperaba que nadie más viniera, las cosas podrían empeorar, pero no me había quedado otra que gritar. No iba a entrar al torreón a por Giz, dejando ahí a Sezk. No, no iba a dejarlo sin vigilancia en ningún momento. No si podía evitarlo por lo menos.
Sezk era un Ranta y, como todos ellos eran, era traicionero, no podría confiarse en él ni en su palabra. Lo mismo que muchos de mi antigua vida habrían creido de mi hasta que les borrasen la memoria con mi partida, a todos minos a estos dos que se habían empeñado en venir aqui también. En lo que si puedes confiar en un Ranta en que cumplirá su amenaza, que yo supiera no hacían ninguna amenaza vacia. Si lo que decía era cierto, y creía que si, si yo me negaba a ese trato él sería capaz de entrar en nuestro torreón por la noche y rebanarle el pescuezo a cualquiera de los humanos que habitaban ahora en él, muy posiblemente con una de mis dagas. Y ¿entonces en quien caerían las sospechas? ¿En el bueno de Mark? ¿En el fiable Alphouse? No, en mí. Giz les contaría de mi "traición" hacia mi tribu y mi siguiente expulsión. Tendría suerte de salir con vida de ello. Puede que fuera experta en sobrevivir, pero sabía que no podría superar, no con vida, su superioridad numerica. Estaba atrapada.
Le dirigí una mirada llena de odio al Ranta. Parecía que ni siquiera en este mundo conocería la paz. Maldita sea...
- Maldita sabandija... - murmuré malhumorada, lo peor era saber que él sabía que me tenía entre la espada y la pared. Las dos opciones que me ofrecian no eran de mi agrado en lo absoluto -. Los Ranta no sabeis jugar limpio ¿verdad? - le heché en cara con los dientes apretados por la furia que me corroía. Intenté controlarlo, inspirando y espirando el aire - Bien, aunque te podría mostrar otro escondite seguro al igual que este, algo me dice que prefieres quedarte en este, aunque sea solo para fastidiarme a mí. Es cierto que podría reconsiderar esa "generosa" oferta que me has hecho si fuese que solo me implicase a mi el mantener el secreto. Pero si no se te ha olvidado, esta Giz y yo no puedo controlar lo que el pueda hacer o decir. Además huelga decir que odia a los tuyos - me encogí de hombros -. Aún así, puedo hacerlo venir para que se lo expliques tú mismo este trato.
No esperé a que me contestara, me volví a medias al torreón, sin perder de mi campo de visión a Sezk. Jamás se le debía dar la espalda a un Ranta, nunca sabías si lo aprovecharía para atacarte por la espalda. Y grité.
- ¡Giz! ¡Mueve tu escamoso culo aquí fuera! ¡Tengo algo para ti! - solo esperaba que nadie más viniera, las cosas podrían empeorar, pero no me había quedado otra que gritar. No iba a entrar al torreón a por Giz, dejando ahí a Sezk. No, no iba a dejarlo sin vigilancia en ningún momento. No si podía evitarlo por lo menos.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/11/11, 05:24 pm
Vladimir se había mantenido al margen en todo momento, algo cansado. Había comido en silencio y sin excederse con su mirada de odio hacia los demás. No los observó con tanto interés cómo le hubiera gustado. Hasta casi se podría haber dicho que había bajado la guardia. Sólo que no. Desde luego, no lo parecía. Se mantenía aparentemente inmutable, tranquilo pero atento.
Se había sentado en aquella única mesa rectangular en la que había tomado asiento el señor Blanc antes que él. Era una mesa alargada y rectangular, cómo preparada para un banquete. Él se había sentado en la cabecera. Estaba acostumbrado a ello, al menos entre plebeyos. Y conste que no usaba la expresión con tono peyorativo. No terminaba de comprender por que ellos eran automáticamente inferiores a él por haber nacido sin un título delante del nombre. Aunque le habían enseñado que era así, nunca se había atrevido a comentar su duda a sus progenitores. Estaba completamente seguro de que no sería bueno para su salud. Aunque, en fin, ahora eso era poco relevante. Ellos habían desaparecido de su vida; bueno, era más correcto decir que él había desaparecido de las suyas. Sea cómo fuere, aquello le aliviaba hasta el extremo.
Había conseguido tenedor y cuchillo en la cocina. Había tenido que usar la fuerza bruta para desdoblarlos y darles la forma de tenedor y cuchillo cómo Dios manda, y no una escultura moderna. Por supuesto, lo había hecho dónde no lo vieran. Era poco estiloso encontrarse a un conde luchando contra un utensilio de cubertería. Aun así, cuando llegó a su lugar privilegiado de la mesa, con el plato y las herramientas necesarias bien colocadas por él, demostró tenerlos ciertamente dominados. Cortaba con precisión quirúrgica e ingería con tal celeridad y elegancia que llegaba a impresionar. La comida no salpicaba. Realmente, daba la sensación de que la comida iba a su boca por ella sola, y que él simplemente les mostraba amablemente el camino. Ni siquiera salpicaba lo que parecía natural en un plato de comida normal. Parecía que no se atreviera ha hacerlo.
Cómo de costumbre, mostraba aquella epatante habilidad sin entusiasmo. Lo hacía por dos razones:
La primera era que casi no se percataba de cómo lo hacía, pues era otro de sus muchos actos reflejos de cortesía, mecanizados a la fuerza de repetirlos (y del consiguiente castigo si olvidaba hacerlo). Él realmente era un actor que había sido entrenado para deleitar veinticuatro horas al día a un silencioso y exigente público invisible que escrutaba cada uno de sus movimientos con tanto interés cómo ojo crítico. Y él era un buen actor
La segunda era que, por muy impresionantes que fueran sus capacidades, seguían siendo inútiles.
Cuando terminó de comer, se limpió con un pañuelo la boca. Aunque era otro gesto automatizado, porque no se había ni humedecido ni los labios. Se levantó con tranquilidad y tomó su plato y cubiertos para devolverlos a la cocina.
A la vuelta de su poco nobiliaria empresa (lo de coger platos solían hacerlo criados, en teoría al menos), Alicia se le acercó con su arco en las manos. Le resultó curioso que le pidiera ayuda a él. Podía ser un pelmazo pedante y antisocial, pero no era demasiado estúpido. Era consciente de que no caía bien por allí. Quizás fuera una trampa, claro. Quizás pretendiera meterle una flecha en la espalda en cuanto se descuidara. Aunque, evidentemente, aquello no sucedería. Él no tenía costumbre de descuidarse.
Enarcó ligeramente una ceja en un gesto casi imperceptible, única prueba de que aquello le sorprendía ínfimamente. Miró a la chica fijamente con sus grandes ojos oscuros, casi clavándole la mirada, estudiándola, cómo quién escruta con ojo experto una piedra con forma curiosa.
Él sabía que la chica era guapa. En teoría sí, al menos. Pero a Vladimir le faltaban bastantes clases de humanidad. De hecho, podríamos decir que la llevaba suspensa y pendiente desde el minuto uno. Había estado con poca gente de su edad, y por un lapso de tiempo escaso. Para colmo, había sido gente cómo él. Un encontronazo con un igual para él consistía en dar una conversación sustancial e interesante mientras libraba batallas mentales de voluntad con la mirada contra él otro. El objetivo era simple: Demuestra que eres mejor que él.
No se acostumbraba todavía a no tener que hacer aquello, aunque siempre le había parecido bastante innecesario. Pero nunca le pidieron opinión, claro.
Se podría decir que estaba algo confuso. Pero no lo estaba, así que olvídalo. Podría ponerse a tartamudear y hacer el pavo cómo cualquier otro joven tan inepto cómo él en su misma situación. Pero él, simplemente, optaba por suprimir aquellos sentimientos, quizás para analizarlos luego. Sería interesante saber qué debía sentir en presencia de alguien del sexo opuesto. Aunque estaba seguro que, por lo que había leído, sólo lo haría más vulnerable. Y podemos decir que un muro de ladrillos de dos metros de grosor pintado de gris oscuro es un osito de peluche en comparación con el Conde Vladimir. No tenía ningún interés en resultar débil.
Definitivamente, lo había decidido. Debía olvidar aquello de saber lo que debía sentir. Estaba bien cómo estaba. Sobrevivir era la prioridad. Lo de ser humano ya le saldría sobre la marcha. Si es que le salía claro.
-No se preocupe señorita.- dijo, tomando el arco que ella le tendía y observándolo con ojo crítico.- Nadie aprende en un día. Tenemos tiempo de sobra para enseñarle. Si no morimos mañana, claro.- Aquel último comentario podría haber sido una broma para evitar la tensión. Pero su típico tono terriblemente educado aunque frío no parecía ir cargado de helada objetividad.- No puedo decir que el arco sea mi especialidad, pero he disparado más veces y tengo algo de experiencia. Ojalá tuviéramos ballestas. Creo que aprovecharé para practicar con usted y de paso enseñarle.- sentenció cediéndole cuidadosamente el arco de nuevo a sus manos, para luego seguir hablando.- Puedo enseñarle a usar la espada y la daga. La esgrima es mi punto fuerte. Le recomiendo una espada ropera y la daga de parada. Son armas con las que estoy familiarizado y con las que sé combatir mejor. Al menos, son aquellas con las que más tiempo de práctica he invertido.- mucho tiempo, pensó Vladimir para sus adentros, recordando las interminables e incontables horas invertidas en aquel arte. Quién iba a decirle que llegaría a resultar útil.- Me sería mucho más fácil enseñarle a usarlas, y usted, posiblemente, aprendiera más. Aunque, evidentemente, es usted libre de usar el arma que le plazca. Esto es sólo una sugerencia. Si alguien más desea practicar, que me avise, por favor. Hay un patio, tengo entendido. Le esperaré allí.
Sin decir nada más, hizo una ligera reverencia y se fue andando con las manos metidas en los bolsillos y su típico andar espigado y altivo hacia el lugar acordado.
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/11/11, 07:39 pm
Escucho la conversación entre Vladimir y Alicia con atención. Apenas me había fijado en él, pero la verdad es que era uno de los blanditos más misterioso e interesante. Esos modales tan... extraños, sumado a ese aire frío y algo autoritario que desprendía. No parecía natural, pero tampoco peligroso. Es más, parecía ser uno de los que más probabilidades de sobrevivir tienen. Por lo que dice, parece que se desenvuelve con las armas... <<Tal vez podría enseñarme a mí también>>. Sin embargo, si hay algo que no me gusta es admitir que necesito ayuda.
-Vladimir, le import...-hago un amago de imitar su forma de hablar, pero no estoy muy puesto y prefiero hablar como siempre para no cagarla- ¿Te importaría enseñarme... eh...-este es el momento exacto en el que mi petición de ayuda pierde toda la fuerza y se desinfla-Quiero decir.... algo de... ¿esgrima?- consigo acabar, no sin sentirme algo avergonzado y con el orgullo herido por lo que acabo de hacer. Sin embargo es por el grupo, el orgullo y la vergüenza aquí no tienen demasiada cabida.
Doy un par de pasos hacia atrás y caigo en algo. La mayoría de la comida la habíamos gastado ya y no sé con cuanta frecuencia necesitan comer los humanos.
-Oye, chicos... ¿Necesitáis más comida por ahora u os podréis apañar con lo poco que queda algún día más?-pregunto-. No tengo mucha idea de vuestras costumbres alimenticias, pero cuando creáis que la comida escasea, avisad y se va a por más. Salir de aquí es peligroso, pero morir de hambre no es una opción para nosotros-lo cierto es que el hecho de pensar en la salida de la luna roja como una competición es lo que me sirve para tratar de mantener el ánimo alto. Me había propuesto una meta: mantener al grupo unido hasta la llegada de la luna. Aunque está claro que el trabajo en equipo lo hace todo más fácil, probabilidad de tener discusiones incluidas. <<En fin...>> Una voz conocida me saca de mi ensimismamiento. Era Caillech y parecía llamarme con urgencia. Sonrío al grupo-Vaya, parece que reclaman mi hermoso culo por ahí fuera-.comento de broma, tratando de quitarle un poco seriedad a todo.
Dicho esto me acerco hasta la entrada del Torreón, donde me encuentro a Cai con un enfado más que visible y a otro de nuestra especie. A este segundo individuo no lo conozco, pero el hecho de que ella me haya llamado de esa manera y lo poco que la imagen del chico me transmite no me gusta nada. <<Ranta, seguramente... >>
-¿Ahora qué narices pasa aquí?-pregunto consternado. <<¿Es que no puedo pararme un segundo a respirar tranquilo sin que un Ranta o alguien de dudosa fiabilidad aparezca? >> Cojo aire varias veces y lo suelto intentando relajarme. Si algo sé sobre los nervios, es que no sirven absolutamente para nada. Sin embargo, saberlo no me calma y acabo llevándome las manos al cinto-Estáis tardando en hablar-les apremio.
-Vladimir, le import...-hago un amago de imitar su forma de hablar, pero no estoy muy puesto y prefiero hablar como siempre para no cagarla- ¿Te importaría enseñarme... eh...-este es el momento exacto en el que mi petición de ayuda pierde toda la fuerza y se desinfla-Quiero decir.... algo de... ¿esgrima?- consigo acabar, no sin sentirme algo avergonzado y con el orgullo herido por lo que acabo de hacer. Sin embargo es por el grupo, el orgullo y la vergüenza aquí no tienen demasiada cabida.
Doy un par de pasos hacia atrás y caigo en algo. La mayoría de la comida la habíamos gastado ya y no sé con cuanta frecuencia necesitan comer los humanos.
-Oye, chicos... ¿Necesitáis más comida por ahora u os podréis apañar con lo poco que queda algún día más?-pregunto-. No tengo mucha idea de vuestras costumbres alimenticias, pero cuando creáis que la comida escasea, avisad y se va a por más. Salir de aquí es peligroso, pero morir de hambre no es una opción para nosotros-lo cierto es que el hecho de pensar en la salida de la luna roja como una competición es lo que me sirve para tratar de mantener el ánimo alto. Me había propuesto una meta: mantener al grupo unido hasta la llegada de la luna. Aunque está claro que el trabajo en equipo lo hace todo más fácil, probabilidad de tener discusiones incluidas. <<En fin...>> Una voz conocida me saca de mi ensimismamiento. Era Caillech y parecía llamarme con urgencia. Sonrío al grupo-Vaya, parece que reclaman mi hermoso culo por ahí fuera-.comento de broma, tratando de quitarle un poco seriedad a todo.
Dicho esto me acerco hasta la entrada del Torreón, donde me encuentro a Cai con un enfado más que visible y a otro de nuestra especie. A este segundo individuo no lo conozco, pero el hecho de que ella me haya llamado de esa manera y lo poco que la imagen del chico me transmite no me gusta nada. <<Ranta, seguramente... >>
-¿Ahora qué narices pasa aquí?-pregunto consternado. <<¿Es que no puedo pararme un segundo a respirar tranquilo sin que un Ranta o alguien de dudosa fiabilidad aparezca? >> Cojo aire varias veces y lo suelto intentando relajarme. Si algo sé sobre los nervios, es que no sirven absolutamente para nada. Sin embargo, saberlo no me calma y acabo llevándome las manos al cinto-Estáis tardando en hablar-les apremio.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- HurzaComeojos
Ficha de cosechado
Nombre: Kromen Pietro (antes, Sezk)
Especie:
Habilidades: Salto, memoria y agilidad.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/11/11, 09:27 pm
El tal Giz llega al fin y rompe el silencio. Es un poco bajo, pero parece que tiene carácter. Me dirijo a él.
-Mi nombre es Sezk. Soy un ranta y antiguo conocido de Caillech. Me preguntaba si estarías dispuestos a dejarme quedar aquí durante un indefinido espacio de tiempo, es decir, hasta la salida de la Luna Roja de la que hablaron los dos seres en la plaza de la fuente. Sé que soy un ranta. Sé que no merezco vuestra confianza. Pero no quiero morir. Puedo ayudar en todo lo que esté al alcance de mi mano. En cuanto vuelva a dar muestras de comportamiento irracional o demente, yo mismo os pido que me echéis del torreón o que me matéis, lo que mejor os venga. No quiero hacer daño a nadie. Y si no me crees, toma -extiendo mi brazo, con el cuchillo en la mano. Las tripas se me revuelven con sólo pensar que estoy entregando mi cuchillo a un desconocido-. Toma mi cuchillo. No lo necesito. Devuélvemelo tras la salida de la luna. O si quieres tíralo a un foso, haz lo que quieras con él. Pero supongo que los dos pensáis que con un cuchillo, el hecho de que haga algún daño con él es bastante alto.
No creo que se fíen de mí, soy un Ranta, al fin y al cabo. Pero esta vez no miento. Ya puedo controlarme, ya no voy a intentar matar a nadie. Esto no es como aquella vez, años atrás, que intenté matar a ese chico en mi tribu. Puede que haya comido nasren, y puede que mi estado mental no sea el mejor, pero hago todo lo posible por controlarme.
Entonces lo decido. Voy a intentar ganarme el favor de Caillech.
-También me gustaría aclarar una cosa. Caillech no es culpable del crimen del que se la acusó años atrás. Y, también, según tengo entendido, tú estás convencido de que, en su expulsión, Caillech se unió a los Ranta. Es falso. Yo mismo le ofrecí unirse a nosotros y ella rechazó. En ningún momento tuvo contacto con ninguno de nuestros miembros aparte de mi invitación. Puede que me creas o que no, y también supongo que Caillech ya ha intentado convencerte. Pero es verdad. También me gustaría aclarar que no necesito estar en el torreón todo el tiempo. Si os convence, sólo lo necesito para tener un lugar dónde dormir. Por favor, os lo digo en serio, dejadme quedarme.
Mi cambio de tono ha pasado de chulesco a suplicante. Soy patético.
-Mi nombre es Sezk. Soy un ranta y antiguo conocido de Caillech. Me preguntaba si estarías dispuestos a dejarme quedar aquí durante un indefinido espacio de tiempo, es decir, hasta la salida de la Luna Roja de la que hablaron los dos seres en la plaza de la fuente. Sé que soy un ranta. Sé que no merezco vuestra confianza. Pero no quiero morir. Puedo ayudar en todo lo que esté al alcance de mi mano. En cuanto vuelva a dar muestras de comportamiento irracional o demente, yo mismo os pido que me echéis del torreón o que me matéis, lo que mejor os venga. No quiero hacer daño a nadie. Y si no me crees, toma -extiendo mi brazo, con el cuchillo en la mano. Las tripas se me revuelven con sólo pensar que estoy entregando mi cuchillo a un desconocido-. Toma mi cuchillo. No lo necesito. Devuélvemelo tras la salida de la luna. O si quieres tíralo a un foso, haz lo que quieras con él. Pero supongo que los dos pensáis que con un cuchillo, el hecho de que haga algún daño con él es bastante alto.
No creo que se fíen de mí, soy un Ranta, al fin y al cabo. Pero esta vez no miento. Ya puedo controlarme, ya no voy a intentar matar a nadie. Esto no es como aquella vez, años atrás, que intenté matar a ese chico en mi tribu. Puede que haya comido nasren, y puede que mi estado mental no sea el mejor, pero hago todo lo posible por controlarme.
Entonces lo decido. Voy a intentar ganarme el favor de Caillech.
-También me gustaría aclarar una cosa. Caillech no es culpable del crimen del que se la acusó años atrás. Y, también, según tengo entendido, tú estás convencido de que, en su expulsión, Caillech se unió a los Ranta. Es falso. Yo mismo le ofrecí unirse a nosotros y ella rechazó. En ningún momento tuvo contacto con ninguno de nuestros miembros aparte de mi invitación. Puede que me creas o que no, y también supongo que Caillech ya ha intentado convencerte. Pero es verdad. También me gustaría aclarar que no necesito estar en el torreón todo el tiempo. Si os convence, sólo lo necesito para tener un lugar dónde dormir. Por favor, os lo digo en serio, dejadme quedarme.
Mi cambio de tono ha pasado de chulesco a suplicante. Soy patético.
No me saqéis de quicio.... U os mataré y me comeré vuestro páncreas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
18/11/11, 11:39 pm
Con una cara mezcla de perplejidad e incredulidad, recojo la daga que me ofrece Sezk y me quedo callado un instante, concentrado. Como si intentara reorganizar todas las ideas que habían llegado a mi cerebro. Mi mirada pasa de Caillech al Ranta y del Ranta a Caillech. Varias veces. La situación me supera, llevo todos estos días siendo amable, poniendo buena cara a todo el mundo, incluso a Cail a pesar de todo. La ciudad, la sangre, el cuerpo, los monstruos... Cojo una bocanada de aire, la suelto y me llevo las manos a la cabeza antes de echar a reír.
-¿Os dais cuenta?-les pregunto entre carcajadas-. Esto no tiene ni pies ni cabeza, es absurdo. ¡ABSURDO!-grito antes de soltar otra risotada y finalmente me saco las lágrimas producidas por el ataque de risa-. Perdonad, pero es que esto no tiene nada de lógica. Dos Mirie Kitade, una de ellos injustamente expulsada de la tribu tras ser encontrada al lado de un zurrón de almas que NO probó-exagero la pronunciación al hablar-, y un Ranta que suplica por el favor de los primeros y ofrece su arma para reforzar el trato. ¿Os dais cuenta? En serio, es tan cómico... -respiro hondo tratando de recuperar la compostura de nuevo-. Sé que me voy a arrepentir de esto, lo sé. Mirad... yo no valgo para llevar esto... Cail, si lo que él dice es cierto, siento lo que te dije antes y absolutamente todo lo que he pensado de ti años atrás...-le digo con verdadero tono de arrepentimiento. Digo poniéndole una mano en el hombro. Luego me giro hacia Sezk-. Y sobre ti...No sé ni por qué, pero... bah, mira, entra dentro si quieres. Eso sí, más te vale colaborar con el grupo y no hacer nada de lo que puedas arrepentirte.
Me giro y me alejo de ellos, necesito que me de el aire y quitarme de encima todo con lo que llevo cargando desde que llegué. Por un momento me quiero relajar y olvidarme de toda la mierda que rodea todo este asunto de la competición hacia la Luna Roja. Agarro la daga del Ranta con fuerza y a la vez un extraño sentimiento de asco y paso al Torreón. Me dirijo directamente al sótano, no sin fijarme antes en una chica que hasta ahora ni había visto. Tiene el pelo casi blanco y está en un rincón, alejada y mirando al suelo. <<¿Estará bien?>> Dudo por un instante sobre si acercarme a ella o no, pero finalmente desisto y continúo mi camino hasta la armería, dónde guardo la daga del Ranta. Tras eso vuelvo hasta el último piso y me quedo apoyado contra la pared, observando de lejos a los pájaros.
-¿Os dais cuenta?-les pregunto entre carcajadas-. Esto no tiene ni pies ni cabeza, es absurdo. ¡ABSURDO!-grito antes de soltar otra risotada y finalmente me saco las lágrimas producidas por el ataque de risa-. Perdonad, pero es que esto no tiene nada de lógica. Dos Mirie Kitade, una de ellos injustamente expulsada de la tribu tras ser encontrada al lado de un zurrón de almas que NO probó-exagero la pronunciación al hablar-, y un Ranta que suplica por el favor de los primeros y ofrece su arma para reforzar el trato. ¿Os dais cuenta? En serio, es tan cómico... -respiro hondo tratando de recuperar la compostura de nuevo-. Sé que me voy a arrepentir de esto, lo sé. Mirad... yo no valgo para llevar esto... Cail, si lo que él dice es cierto, siento lo que te dije antes y absolutamente todo lo que he pensado de ti años atrás...-le digo con verdadero tono de arrepentimiento. Digo poniéndole una mano en el hombro. Luego me giro hacia Sezk-. Y sobre ti...No sé ni por qué, pero... bah, mira, entra dentro si quieres. Eso sí, más te vale colaborar con el grupo y no hacer nada de lo que puedas arrepentirte.
Me giro y me alejo de ellos, necesito que me de el aire y quitarme de encima todo con lo que llevo cargando desde que llegué. Por un momento me quiero relajar y olvidarme de toda la mierda que rodea todo este asunto de la competición hacia la Luna Roja. Agarro la daga del Ranta con fuerza y a la vez un extraño sentimiento de asco y paso al Torreón. Me dirijo directamente al sótano, no sin fijarme antes en una chica que hasta ahora ni había visto. Tiene el pelo casi blanco y está en un rincón, alejada y mirando al suelo. <<¿Estará bien?>> Dudo por un instante sobre si acercarme a ella o no, pero finalmente desisto y continúo mi camino hasta la armería, dónde guardo la daga del Ranta. Tras eso vuelvo hasta el último piso y me quedo apoyado contra la pared, observando de lejos a los pájaros.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 12:28 am
Todo había salido por fin a la luz. Por fin alguien era consciente de que yo no había cometido aquel horrible delito del que se me acusaba. Alguien era consciente de que era inocente, que había sido expulsada injustamente y obligada a vivir una vida que no era vida, siempre intentando sobrevivir como una buenamente podía, hasta llegar a ser una maestra en la materia. Entonces... ¿Por qué no me sentía mejor? ¿Era porque la revelación había venido de los labios de un Ranta? ¿Era que había llegado demasiado tarde para poder curar todas esas heridas de mi alma? No lo sabía, pero no me sentía como creo que debería sentirme. Más de una vez había soñado con este momento, en el que todo saldría a flote y mi inocencia sería demostrada por fin. Y en todas ellas yo sonreía y me abrazaba con aquellos seres que antaño quise y reía y hacía tantas cosas entre risas y lágrimas de pura dicha. Pero ahora... solo sentía un vacio.
Oí como Giz reía, explicando lo absurdo de la situación, como se disculpaba ante mi sobre todo lo ocurrido y como aceptaba el trato del Ranta.
Me encontraba alicaida. Yo, Caillech, la Mirie Kitade que desterraron, la Mirie Kitade que soñaba con la aceptación, había descubierto que el reconocimiento que había creído desear. Un reconocimiento que llegaba tarde. Todo estaba hecho. Yo había abandonado mi mundo, mi vida, por el olvido y la aceptación, y ahora que tenía el último mi primer deseo se volvía contra mí. Ya nadie quedaba que le importase aquello, nadie. Todo había sido borrado. Yo había sido borrada. La realidad de eso me golpeó en esos momentos.
- Es demasiado tarde para todo... - susurré con la mirada perdida en el horizonte. Puede que una vez perteneciera a la tribu, pero el desierto me había cambiado. Supe que, aunque volviera a mis tierras con el apollo de Giz, ese ya no era mi sitio. Yo había cambiado demasiado en esos años como pertenecer a los Mirie Kitade. Ya no era la de antes. De modo que, ¿qué era yo ahora? Entonces sentí la mano de Giz en mi hombro, ni intenté apartarme tan anestisiada estaba por mis sentimientos. No sabía lo que debía sentir. Sentía tristeza y enfado, pesar e ira, alegría y odio. Todo ello junto. Cuando vi como Giz se alejaba con la daga Sezk me dirigí a él - Ya no me siento una Mirie Kitade y puede que jamás me vuelva a sentir una. Puede que el perdón haya llegado tarde para mí, Sezk, pero puede que para ti no. Aprobecha esta oportunida, es posible que sea la última que tengas. Solo te voy a decir una cosa, si decides romper la confianza que hemos depositado en ti me encargaré personalmente de matarte. Y dejame decirte que no será algo digno de ver o sentir, te puedo jurarlo por todas las almas que habitan en Nasandra.
La advertencia había sido hecha. Ya nada me quedaba que decir. Volvía a sambullirme en mis oscuros pensamientos mientras comenzaba a entrar en el torreón a donde los demás estaba, necesitaba una distracción, algo que mantubiera mi mente alejada de aquellos pensamientos. Ahí vi a los humanos, armados la mayoría. Parecían que iban a la batalla.
- ¿Qué pasa aquí? por qué todos teneís armas en la mano? ¿Acaso hemos sido atacados? - pregunté, puede que así me olvidase de todo, hablando con los humanos y de sus problemas y demás. Esperaba que así fuera. Lo esperaba febrilmente.
Oí como Giz reía, explicando lo absurdo de la situación, como se disculpaba ante mi sobre todo lo ocurrido y como aceptaba el trato del Ranta.
Me encontraba alicaida. Yo, Caillech, la Mirie Kitade que desterraron, la Mirie Kitade que soñaba con la aceptación, había descubierto que el reconocimiento que había creído desear. Un reconocimiento que llegaba tarde. Todo estaba hecho. Yo había abandonado mi mundo, mi vida, por el olvido y la aceptación, y ahora que tenía el último mi primer deseo se volvía contra mí. Ya nadie quedaba que le importase aquello, nadie. Todo había sido borrado. Yo había sido borrada. La realidad de eso me golpeó en esos momentos.
- Es demasiado tarde para todo... - susurré con la mirada perdida en el horizonte. Puede que una vez perteneciera a la tribu, pero el desierto me había cambiado. Supe que, aunque volviera a mis tierras con el apollo de Giz, ese ya no era mi sitio. Yo había cambiado demasiado en esos años como pertenecer a los Mirie Kitade. Ya no era la de antes. De modo que, ¿qué era yo ahora? Entonces sentí la mano de Giz en mi hombro, ni intenté apartarme tan anestisiada estaba por mis sentimientos. No sabía lo que debía sentir. Sentía tristeza y enfado, pesar e ira, alegría y odio. Todo ello junto. Cuando vi como Giz se alejaba con la daga Sezk me dirigí a él - Ya no me siento una Mirie Kitade y puede que jamás me vuelva a sentir una. Puede que el perdón haya llegado tarde para mí, Sezk, pero puede que para ti no. Aprobecha esta oportunida, es posible que sea la última que tengas. Solo te voy a decir una cosa, si decides romper la confianza que hemos depositado en ti me encargaré personalmente de matarte. Y dejame decirte que no será algo digno de ver o sentir, te puedo jurarlo por todas las almas que habitan en Nasandra.
La advertencia había sido hecha. Ya nada me quedaba que decir. Volvía a sambullirme en mis oscuros pensamientos mientras comenzaba a entrar en el torreón a donde los demás estaba, necesitaba una distracción, algo que mantubiera mi mente alejada de aquellos pensamientos. Ahí vi a los humanos, armados la mayoría. Parecían que iban a la batalla.
- ¿Qué pasa aquí? por qué todos teneís armas en la mano? ¿Acaso hemos sido atacados? - pregunté, puede que así me olvidase de todo, hablando con los humanos y de sus problemas y demás. Esperaba que así fuera. Lo esperaba febrilmente.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 10:24 am
Todos comienzan a acercarse a Vlad, para pedirles que les enseñe a usar las armas. Primero es Alicia la que lo hace y, finalmente, Giz acaba uniéndose al grupo. Yo, sosteniendo mi arco con tanta fuerza que los nudillos se me tiñen de blanco, observo en silencio.
En realidad, tengo la sensación de que puedo intentarlo yo sola. Y, de cualquier forma... Lanzo una rápida mirada a Alphonse, que es una de las personas que, tras arreglar él solo todos los engranajes, ha conseguido para mí ganarse un título de "no inútil", traducido para los demás como alguien en quien -más o menos- me atrevo a confiar. Por las explicaciones que dio a Giz sobre las armas también parece tener idea. Y, si no puede ayudarme con el arco, no hay problema. Probaré con algún tipo de espadas.
Sí, eso será lo mejor... Me acerco a Alphonse lo más silenciosamente que me resulta posible, y me siento junto a él.
- ¿Sabes usar un arco? -pregunto en un susurro.
En realidad, tengo la sensación de que puedo intentarlo yo sola. Y, de cualquier forma... Lanzo una rápida mirada a Alphonse, que es una de las personas que, tras arreglar él solo todos los engranajes, ha conseguido para mí ganarse un título de "no inútil", traducido para los demás como alguien en quien -más o menos- me atrevo a confiar. Por las explicaciones que dio a Giz sobre las armas también parece tener idea. Y, si no puede ayudarme con el arco, no hay problema. Probaré con algún tipo de espadas.
Sí, eso será lo mejor... Me acerco a Alphonse lo más silenciosamente que me resulta posible, y me siento junto a él.
- ¿Sabes usar un arco? -pregunto en un susurro.
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 01:37 pm
Alicia sintió horror y alivio a la vez cuando Giz se acercó a Vlad. Hacia fuera, su cara se congeló momentáneamente como si la hubiesen esculpido en cera y perdió algo de color, pero ningún otro síntoma. Por dentro se encontraba dividida entre la vergüenza de que le hubiese escuchado, y el alivio, porque Vlad se había ofrecido a enseñar a más gente y ella no se veía capaz de decirle nada a nadie; (sería otra manera de reconocer que necesitaba ayuda). Ahora Giz podía encargarse de difundir su chachi-noticia al resto del torreón. «Eh, oye, que el desgradable y frío Vlad parece menos desagradable y frío y no le importa enseñarnos a usar armas».
Comprendía que era necesario que no solo ella mejorase en el tema de la autodefensa, pero le espantaba la idea de recibir clases con el resto. Quería hacerlo sola y a parte, y todo lo por su cuenta que fuese posible.
Cuando Giz se apartó porque le Caillech le llamaba a gritos, aprovechó para susurrar rápido a su nuevo profesor, más rápido de lo que ella hablaba jamás porque se encontraba lo suficientemente nerviosa como para que eso le llegase a la voz:
- Escucha, Vlad. No se si entenderás lo que voy a decirte, tampoco importa si no me comprendes. Yo... no puedo, no quiero.... preferiría que el horario de nuestras clases fuera distinto. ¿es mucho pedir? Distinto al horario de los demás. No te pido que sea mucho tiempo. Entiendo que eso sería demasiado pedir. No me importa si sólo es una clase de veinte minutos, yo practicaré después hasta que se me cansen los brazos. Pero no soy así- explicó a punto de hablar de su carácter con una persona en la que hacía menos de un minuto no confiaba en absoluto. Sabía que tenía que hacer ese esfuerzo de confianza si quería que Vlad aceptase.- no soy un “animal social” si quieres decirlo así. No me gustan los grupos grandes y lleva tiempo ganarse mi confianza, la de verdad. De hecho, yo NO hablo de mí apenas. Pero necesito sentirme útil en este estúpido sitio, y no quiero sentirme vulnerable. Y ser vulnerable en frente de otros.... parece hacerte el doble de vulnerable ¿vale?
«Acabas de arrancarme un confesión mayor de lo que conseguirás de mí en mucho tiempo. Que sirva para algo, por favor. Por favor.» rogó hacia sus adentros, mientras miraba a los ojos a Vlad intentado recuperar su “dignidad”. No con una expresión suplicante, nunca. Sino de estoica seriedad.
Por el rabillo del ojo vio que Hannah les observaba, y eso le hizo sentir peor. Y también vio como hablaba con Alphonse. Se imaginó que ella también estaba pensando en coger a un profesor. Alphonse había sido su segunda opción. En realidad se había decantado por Vlad no solo por su aparente superioridad en el tema, sino porque era un persona solitaria, fría, y no muy apreciada por el resto, así que esperaba tener la intimidad suficiente durante sus entrenamientos. Aquello ya se había ido al traste, pero esperaba que Vlad fuese comprensivo (aunque no tuviese aspecto de serlo) y le diese una afirmativa.
Caillech entró poco después al torreón preguntando porque todos tenían arcos en la mano, si habían sido atacados. A pesar del sobresalto incial, Alicia se dio la vuelta despacio.
- No, Cail.- respondió con aparente tranquilidad. No explicó que le había pedido ayuda a Vlad, sino que desvió el tema hacia ella. Era un experta en desviar las preguntas que no quería contestar.- ¿estás bien? ¿pasa algo con Giz?
Enseguida supo que la pregunta- aunque formulada con amabilidad, y sin especial interés - no le haría gracia a la reptil. Porque había notado una especie de tensión la primera vez que ella y Giz subieron juntos al último piso, y ahora ella tenía una expresión curiosa en el rostro. Como aturdida. Confusa, pero como si no decisiese que mostrar hacia fuera. Era dificil ver nada en su piel escamosa, pero tenía unos ojos bastante expresivos.
Nota Fdr: cuidado con Alicia. No confudir lo que pasa por dentro y lo que enseña hacia afuera, porque en general, es poco expresiva, piensa mas que habla, y deberían pareceros raros la mitad de sus comportamientos.
Comprendía que era necesario que no solo ella mejorase en el tema de la autodefensa, pero le espantaba la idea de recibir clases con el resto. Quería hacerlo sola y a parte, y todo lo por su cuenta que fuese posible.
Cuando Giz se apartó porque le Caillech le llamaba a gritos, aprovechó para susurrar rápido a su nuevo profesor, más rápido de lo que ella hablaba jamás porque se encontraba lo suficientemente nerviosa como para que eso le llegase a la voz:
- Escucha, Vlad. No se si entenderás lo que voy a decirte, tampoco importa si no me comprendes. Yo... no puedo, no quiero.... preferiría que el horario de nuestras clases fuera distinto. ¿es mucho pedir? Distinto al horario de los demás. No te pido que sea mucho tiempo. Entiendo que eso sería demasiado pedir. No me importa si sólo es una clase de veinte minutos, yo practicaré después hasta que se me cansen los brazos. Pero no soy así- explicó a punto de hablar de su carácter con una persona en la que hacía menos de un minuto no confiaba en absoluto. Sabía que tenía que hacer ese esfuerzo de confianza si quería que Vlad aceptase.- no soy un “animal social” si quieres decirlo así. No me gustan los grupos grandes y lleva tiempo ganarse mi confianza, la de verdad. De hecho, yo NO hablo de mí apenas. Pero necesito sentirme útil en este estúpido sitio, y no quiero sentirme vulnerable. Y ser vulnerable en frente de otros.... parece hacerte el doble de vulnerable ¿vale?
«Acabas de arrancarme un confesión mayor de lo que conseguirás de mí en mucho tiempo. Que sirva para algo, por favor. Por favor.» rogó hacia sus adentros, mientras miraba a los ojos a Vlad intentado recuperar su “dignidad”. No con una expresión suplicante, nunca. Sino de estoica seriedad.
Por el rabillo del ojo vio que Hannah les observaba, y eso le hizo sentir peor. Y también vio como hablaba con Alphonse. Se imaginó que ella también estaba pensando en coger a un profesor. Alphonse había sido su segunda opción. En realidad se había decantado por Vlad no solo por su aparente superioridad en el tema, sino porque era un persona solitaria, fría, y no muy apreciada por el resto, así que esperaba tener la intimidad suficiente durante sus entrenamientos. Aquello ya se había ido al traste, pero esperaba que Vlad fuese comprensivo (aunque no tuviese aspecto de serlo) y le diese una afirmativa.
Caillech entró poco después al torreón preguntando porque todos tenían arcos en la mano, si habían sido atacados. A pesar del sobresalto incial, Alicia se dio la vuelta despacio.
- No, Cail.- respondió con aparente tranquilidad. No explicó que le había pedido ayuda a Vlad, sino que desvió el tema hacia ella. Era un experta en desviar las preguntas que no quería contestar.- ¿estás bien? ¿pasa algo con Giz?
Enseguida supo que la pregunta- aunque formulada con amabilidad, y sin especial interés - no le haría gracia a la reptil. Porque había notado una especie de tensión la primera vez que ella y Giz subieron juntos al último piso, y ahora ella tenía una expresión curiosa en el rostro. Como aturdida. Confusa, pero como si no decisiese que mostrar hacia fuera. Era dificil ver nada en su piel escamosa, pero tenía unos ojos bastante expresivos.
Nota Fdr: cuidado con Alicia. No confudir lo que pasa por dentro y lo que enseña hacia afuera, porque en general, es poco expresiva, piensa mas que habla, y deberían pareceros raros la mitad de sus comportamientos.
- Sevent
Ficha de cosechado
Nombre: Abel
Especie: Humano español
Habilidades: Intuición, imaginación y velocidadPersonajes :
Abel: humano español (1,90m)
Unidades mágicas : 5/5
Armas :
Abel: su arrolladora personalidad
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 02:41 pm
Siguiendo a Alicia me dirigi hacia Vlad, el cual le estaba enseñando a usar el arco, ese hombre era muy raro, debia haberse criado asi...y asi era el, y habia que respetarlo y acostumbrarse a su forma de ser...pero aunque me cueste le pedi que me enseñara a usar la espada
-Vlad...esto...me puedes enseñar esgrima, por favor-dije-Mi punteria es pesima...asi que casi mejor aprender esgrima o algo que no haga falta mucha punteria
Espere la respuesta algo asustado, ese hombre inspiraba temor, y nunca sabias como iba reaccionar cuando hablabas con el
Por otra parte mire a mi alrededor, Hannah estaba practicando con Alphonse, tipico de ella, para llevar la contraria supongo, me alegraba de que se hubiera mejorado
-Vlad...esto...me puedes enseñar esgrima, por favor-dije-Mi punteria es pesima...asi que casi mejor aprender esgrima o algo que no haga falta mucha punteria
Espere la respuesta algo asustado, ese hombre inspiraba temor, y nunca sabias como iba reaccionar cuando hablabas con el
Por otra parte mire a mi alrededor, Hannah estaba practicando con Alphonse, tipico de ella, para llevar la contraria supongo, me alegraba de que se hubiera mejorado
Ven conmigo,Ven conmigo por la ciudad,ven conmigo, desatemos un vendaval, esta noche, no me importa lo que dirán
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 03:25 pm
Salí con Mark a explorar el torreón. Los dos lagartos ya habían vuelto y Caillech salió afuera. El otro lagarto se unió a Alicia para explorar por su cuenta. Subimos a los pisos superiores y encontramos varios libros polvorientos escritos en un idioma inidentificable para ambos, ya que Mark me pregunta si yo puedo leerlos, imagino que más que nada por decir algo, a lo que yo niego con la cabeza con una media sonrisa. También hallamos algo de ropa, me sonaba que Cai había comentado algo al respecto... Anoto mentalmente que si encontrábamos forma de lavarnos debería cambiarme de ropa y lavar la mía. Continúamos explorando el torreón y subimos arriba del todo... Se puede ver el esqueleto del enorme ser que de algún modo "aterrizó" en lo alto de la torre. No puedo imaginar que clase de criatura podría ser. Supongo que algún pájaro, pero sus proporciones eran monstruosas. Pero lo que sí eran pájaros... o algo que se le parecía, eran los "anfitriones" que había mencionado el lagarto. Parecían un poco hostiles y nos miraron con una cara que denotaba fastidio... Pero eran pájaros, no creía que pudiera variar mucho su expresión.
-Mmm... hablaré con el lagarto para venir a alimentarlos de vez en cuando -dije con actitud resuelta.
No podía evitarlo, me gustaban los animales aunque fuesen tan extraños como aquellos.
Volvemos a bajar y decidimos explorar el patio. Nos quedamos observando una estatua con un reloj... que parecía representar a una de las aves que anidaban en el esqueleto.
-Que curioso, ¿verdad? -digo mientras la observo con genuino interés.
Seguimos explorando el patio y pronto hacemos descubrimientos interesantes. Había un pozo al fondo del patio.
-Eh, genial, ya no tendremos que ir a buscar agua a la fuente... Y con unos cuantos cubos y barreños podremos lavarnos y lavar cosas -habíamos visto utensilios de limpieza de esa clase en nuestra exploración.
También encontramos unas letrinas cerca de allí. Bien, ambas cosas eran importantes.
Cuando decidimos que ya habíamos explorando bastante decidimos volver a la entrada del torréon donde nos encontramos a Alicia y Giz. Parecían algo sobresaltados y pronto supimos por qué. Alicia nos relató lo que nos habíamos encontrado. Para sorpresa de todos, Mark dijo que eso no le asustaba. Yo acogí la noticia también con bastante indiferencia, después de lo vivido la tarde anterior eso no me sorprendía demasiado.
-En este lugar creo que va a ser mejor que nos acostumbremos a ese tipo de cosas... y que intentamos hacer lo posible por ayudar a Alphonse a arreglar el mecanismo.
Conversamos un rato más hablando sobre los descubrimientos que habíamos hecho. También me enteré por fin del nombre del lagarto macho, se llamaba Giz. Giz... por algún motivo me gustaba como sonaba y me parecía un nombre muy apropiado para él. En otro momento me gustaría conversar más con él. Cuando terminamos de hablar Alicia se aparta. Giz parece que la sigue por inercia y, desde la distancia, veo que hablan con el señor conde. ¿De qué hablarán?
De pronto oímos como Caillech llama a Giz de una forma no demasiado educada pero que inevitablemente me hace reír, al igual que el comentario de Giz al respecto. Sin embargo me preocupa... Cai parecía algo agitada, ¿qué estaría pasando ahí fuera? Sigo a Giz hasta la puerta y, aunque no salgo, observo desde dentro la escena. Ahora comprendía muchas cosas acerca de Caillech, el comportamiento de Giz y el suyo... Y su hostilidad hacia aquel nuevo desconocido que se había presentado como Sezk. La situación era tensa y al mismo tiempo un poco absurda. Giz se reía como un maníaco debido a esto. Observe al recién llegado en el cual ni Giz ni Caillech parecían confiar plenamente. ¿Sería peligroso de verdad? Decidí no despegarme demasiado de la daga por si acaso, aunque si lo que había dicho era cierto no tenía intención de hacernos daño... al menos de momento.
Entro de nuevo en el torreón y veo que todos se están congregando alrededor de Vlad y Alphonse con un arma en la mano.
-Bueno, creo que es pronto para el canibalismo, ¿no creeis? -comento en tono jocoso-. Pero si no es eso... quizás estéis pensando en practicar. En cuyo caso me parece buena idea.
Saco mi daga de su funda en un gesto que pretende decir "estoy preparado".
-Mmm... hablaré con el lagarto para venir a alimentarlos de vez en cuando -dije con actitud resuelta.
No podía evitarlo, me gustaban los animales aunque fuesen tan extraños como aquellos.
Volvemos a bajar y decidimos explorar el patio. Nos quedamos observando una estatua con un reloj... que parecía representar a una de las aves que anidaban en el esqueleto.
-Que curioso, ¿verdad? -digo mientras la observo con genuino interés.
Seguimos explorando el patio y pronto hacemos descubrimientos interesantes. Había un pozo al fondo del patio.
-Eh, genial, ya no tendremos que ir a buscar agua a la fuente... Y con unos cuantos cubos y barreños podremos lavarnos y lavar cosas -habíamos visto utensilios de limpieza de esa clase en nuestra exploración.
También encontramos unas letrinas cerca de allí. Bien, ambas cosas eran importantes.
Cuando decidimos que ya habíamos explorando bastante decidimos volver a la entrada del torréon donde nos encontramos a Alicia y Giz. Parecían algo sobresaltados y pronto supimos por qué. Alicia nos relató lo que nos habíamos encontrado. Para sorpresa de todos, Mark dijo que eso no le asustaba. Yo acogí la noticia también con bastante indiferencia, después de lo vivido la tarde anterior eso no me sorprendía demasiado.
-En este lugar creo que va a ser mejor que nos acostumbremos a ese tipo de cosas... y que intentamos hacer lo posible por ayudar a Alphonse a arreglar el mecanismo.
Conversamos un rato más hablando sobre los descubrimientos que habíamos hecho. También me enteré por fin del nombre del lagarto macho, se llamaba Giz. Giz... por algún motivo me gustaba como sonaba y me parecía un nombre muy apropiado para él. En otro momento me gustaría conversar más con él. Cuando terminamos de hablar Alicia se aparta. Giz parece que la sigue por inercia y, desde la distancia, veo que hablan con el señor conde. ¿De qué hablarán?
De pronto oímos como Caillech llama a Giz de una forma no demasiado educada pero que inevitablemente me hace reír, al igual que el comentario de Giz al respecto. Sin embargo me preocupa... Cai parecía algo agitada, ¿qué estaría pasando ahí fuera? Sigo a Giz hasta la puerta y, aunque no salgo, observo desde dentro la escena. Ahora comprendía muchas cosas acerca de Caillech, el comportamiento de Giz y el suyo... Y su hostilidad hacia aquel nuevo desconocido que se había presentado como Sezk. La situación era tensa y al mismo tiempo un poco absurda. Giz se reía como un maníaco debido a esto. Observe al recién llegado en el cual ni Giz ni Caillech parecían confiar plenamente. ¿Sería peligroso de verdad? Decidí no despegarme demasiado de la daga por si acaso, aunque si lo que había dicho era cierto no tenía intención de hacernos daño... al menos de momento.
Entro de nuevo en el torreón y veo que todos se están congregando alrededor de Vlad y Alphonse con un arma en la mano.
-Bueno, creo que es pronto para el canibalismo, ¿no creeis? -comento en tono jocoso-. Pero si no es eso... quizás estéis pensando en practicar. En cuyo caso me parece buena idea.
Saco mi daga de su funda en un gesto que pretende decir "estoy preparado".
- Shylver
Ficha de cosechado
Nombre: Akasha
Especie: Ochroria
Habilidades: «Agilidad, Motivación, Carisma»
Re: Torreón Maciel (Archivo II)
19/11/11, 05:52 pm
Me había mantenido al margen de cualquier conversación tras la explicación de la cadena rota del puente, en una esquina de la sala inferior del torreón, mirando al suelo. Pensando.
La gente dice de buscar material y herramientas e intentar arreglar el panel. Eso va a ser un problema. El problema no es precisamente el conseguir los materiales, sino más bien cómo utilizarlos. Puede que sepa de mecánica, pero del tema forja no tengo ni idea. Aun así, estoy completamente seguro de que para forjar algo tendría que tener una forja, y además tendríamos que sacar el panel entero -que parece muy bien anclado a la pared- y tomar medidas, cortar hierro, darle forma y soldarlo al panel. Eso es lo que me preocupa. Soldarlo. ¿Cómo se supone que vamos a poder soldar metal? ¿Con un soplete? No creo que aquí hayan inventado el soplete.
Optimismo, hay que mirarlo con optimismo y lógica. Y la lógica me dice que si el panel estaba entero en algún momento del pasado tuvieron que poder soldar sus distintas partes. Solo tengo que descubrir como lo hicieron.
La voz susurrante de Hannah diciendo no-sé-qué de un arco me saca de mis cavilaciones, además de provocar cierto sobresalto. Algo de saber y arcos. Saber usar un arco. ¿Sé usar un arco?
-Creo... creo que no tengo ni idea de arcos...-respondo, aun con vestigios de mi línea de pensamientos anterior dificultando mi selección de palabras.-Bueno, una vez en un campamento intenté usar uno... pero no obtuve muy buenos resultados...
Concretamente, creo que la flecha se clavó en un árbol que estaba a unos 45º a la izquierda de la diana. Fue un fracaso absoluto. No me permitieron acercarme al arco ni a las flechas durante el resto del verano. Pero eso no es algo que me guste ir contando por ahí.
-Si sé de armas es porque soy un aficionado del tema fantástico. Ya sabes, libros, películas, videojuegos... tengo una ligera idea de para qué sirve cada cosa y cómo hay que sujetarla, pero no mucho más. Lo que mejor manejo es la lanza, y es porque llevo dos días con un palo en la mano.
Puede que no sepa de técnica, pero puedo proporcionar datos básicos. Algo es algo, y tendrán que ser Vladimir y Caillech quien se encarguen del aspecto práctico, cada uno con su estilo propio.
La gente dice de buscar material y herramientas e intentar arreglar el panel. Eso va a ser un problema. El problema no es precisamente el conseguir los materiales, sino más bien cómo utilizarlos. Puede que sepa de mecánica, pero del tema forja no tengo ni idea. Aun así, estoy completamente seguro de que para forjar algo tendría que tener una forja, y además tendríamos que sacar el panel entero -que parece muy bien anclado a la pared- y tomar medidas, cortar hierro, darle forma y soldarlo al panel. Eso es lo que me preocupa. Soldarlo. ¿Cómo se supone que vamos a poder soldar metal? ¿Con un soplete? No creo que aquí hayan inventado el soplete.
Optimismo, hay que mirarlo con optimismo y lógica. Y la lógica me dice que si el panel estaba entero en algún momento del pasado tuvieron que poder soldar sus distintas partes. Solo tengo que descubrir como lo hicieron.
La voz susurrante de Hannah diciendo no-sé-qué de un arco me saca de mis cavilaciones, además de provocar cierto sobresalto. Algo de saber y arcos. Saber usar un arco. ¿Sé usar un arco?
-Creo... creo que no tengo ni idea de arcos...-respondo, aun con vestigios de mi línea de pensamientos anterior dificultando mi selección de palabras.-Bueno, una vez en un campamento intenté usar uno... pero no obtuve muy buenos resultados...
Concretamente, creo que la flecha se clavó en un árbol que estaba a unos 45º a la izquierda de la diana. Fue un fracaso absoluto. No me permitieron acercarme al arco ni a las flechas durante el resto del verano. Pero eso no es algo que me guste ir contando por ahí.
-Si sé de armas es porque soy un aficionado del tema fantástico. Ya sabes, libros, películas, videojuegos... tengo una ligera idea de para qué sirve cada cosa y cómo hay que sujetarla, pero no mucho más. Lo que mejor manejo es la lanza, y es porque llevo dos días con un palo en la mano.
Puede que no sepa de técnica, pero puedo proporcionar datos básicos. Algo es algo, y tendrán que ser Vladimir y Caillech quien se encarguen del aspecto práctico, cada uno con su estilo propio.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.