Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
28/05/13, 02:25 pm
Poco tiempo después de que llegasen los macieleros aparecieron mis compañeros de torreón, los cuales no habían encontrado a Yrio, pero si un remedio contra las quemaduras, todos parecían algo alicaídos, y cuando me entere de las noticias pude entender por que.
<<Esperad a enteraros de la muerte de Charlotte, esto va a ser la mayor depresión de Letargo de la historia>>.
Los macieleros nos preguntaron si teníamos algún mueble que nos sobrara, algunas de las respuestas fueron algo... descaradas, sobre todo la de Pablo, negué con la cabeza con algunas cosas y luego Seon les dijo que podían llevarse los tableros sobre los que dibujaba.
Me acerqué al idrino y le dije con un tono que intentaba ser conciliador:
-Discúlpalos, no ha sido un buen día para ningún torreón hoy, y es verdad que no hay muebles que nos sobren precisamente, sin embargo,- dije alzando un poco mas la voz, lo suficiente para que mis palabras llegasen a todos los oídos,- yo creo que si apilamos ropa en algún arcón, un armario o quizás dos puedan quedar libres, por supuesto la decisión no es solo mía, así pues depende de lo que diga el resto de compañeros. Aunque no se, yo creo que si nosotros hubiéramos pasado por lo mismo ellos si nos ayudarían,- comenté tratando de convencer a mis compañeros.
<<Esperad a enteraros de la muerte de Charlotte, esto va a ser la mayor depresión de Letargo de la historia>>.
Los macieleros nos preguntaron si teníamos algún mueble que nos sobrara, algunas de las respuestas fueron algo... descaradas, sobre todo la de Pablo, negué con la cabeza con algunas cosas y luego Seon les dijo que podían llevarse los tableros sobre los que dibujaba.
Me acerqué al idrino y le dije con un tono que intentaba ser conciliador:
-Discúlpalos, no ha sido un buen día para ningún torreón hoy, y es verdad que no hay muebles que nos sobren precisamente, sin embargo,- dije alzando un poco mas la voz, lo suficiente para que mis palabras llegasen a todos los oídos,- yo creo que si apilamos ropa en algún arcón, un armario o quizás dos puedan quedar libres, por supuesto la decisión no es solo mía, así pues depende de lo que diga el resto de compañeros. Aunque no se, yo creo que si nosotros hubiéramos pasado por lo mismo ellos si nos ayudarían,- comenté tratando de convencer a mis compañeros.
- Carmesí
Ficha de cosechado
Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valor
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
28/05/13, 07:25 pm
El último comentario de Pablo se clavo como un puñal poco afilado en mi pecho, no podía creerlo. Sentía como el amargor de la traición inundaba cada rincón de mi cuerpo, no sé como pude aguantar y no explotar al momento.
Pablo había sido pervertido por la magia y encima se intentaba aprovechar de nuestras necesidades para obtenerla, un acto despreciable ¿Como había podido caer tan bajo después de todo lo que le había contado?
“Vámonos de aquí –dije con odio- aquí ya no hay nada ni nadie que me importe – dije remarcando mirando a Pablo fijamente-“
Sin pronunciar ninguna palabra más y con cara de pocos amigos me di la vuelta y me marché, acababa de perder a la única persona que consideraba amiga en aquella ciudad…
Sigue en Cicatriz de Arax.
Pablo había sido pervertido por la magia y encima se intentaba aprovechar de nuestras necesidades para obtenerla, un acto despreciable ¿Como había podido caer tan bajo después de todo lo que le había contado?
“Vámonos de aquí –dije con odio- aquí ya no hay nada ni nadie que me importe – dije remarcando mirando a Pablo fijamente-“
Sin pronunciar ninguna palabra más y con cara de pocos amigos me di la vuelta y me marché, acababa de perder a la única persona que consideraba amiga en aquella ciudad…
Sigue en Cicatriz de Arax.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
29/05/13, 12:39 am
A Shizel no le gustó nada la reacción de los letarguinos en general. Tomó nota mental de la información que Erin les había dado, sin embargo. Nada les garantizaba que si se volvían a encontrar con otro grupo la composición de éste sería idéntica.
-Nosotros no hemos llegado exigiendo nada, y hemos preguntado precisamente por sitios seguros donde buscar si no os sobraba nada- dijo con frialdad, haciendo flotar en el aire un comentario implícito a Erin de "felicidades por tener esas orejas redondas tuyas llenas de serrín"-. Hemos venido a pedir ayuda aquí primero para no meternos en un berenjenal explorando sitios desconocidos si podemos evitarlo. Viviendo por esta zona estoy seguro de que lo entendéis- él mismo no había llegado a pasar por la avenida de las casas carnívoras, pero sus compañeros le habían dado referencias bastante fidedignas-. Un "no tenemos" y "ni idea" a las dos preguntas habría bastado, gracias.
Por esa razón no le pesó en absoluto responder con un "no" rotundo a la petición-exigencia de Pablo. Necesitaban ayuda, vale, pero no iban a mendigarles nada. Tenían más opciones, aunque fueran menos seguras.
-De los presentes estamos dos que tenemos magia, y de esos dos sólo uno que le echa mano a esas "cosas complicadas"- esperó que Wintel no estuviera escupiendo al suelo en ese momento-. Y me temo que no voy a mover un dedo. No puede venir uno sin más a pedir magia y esperar a que te la demos sin más- terminó con una sonrisa perfectamente cortés y perfectamente falsa-. Porque como habéis dicho, siempre podemos coger lo que necesitamos de otros edificios.
Al ver lo ajetreada que estaba Seon había pensado incluso en ofrecerse a relevarla un momento mientras sus compañeros intercambiaban información (y de paso aprender aquel hechizo nuevo que veía que estaba utilizando), pero se le habían quitado todas las ganas.
Notó tensión subyaciendo bajo el tono de Atol, a pesar de que el libense fue educado al subrayar su negativa de material sobrante más allá de lo ofrecido por Seon, y decidió que ya era hora de irse. Por esa razón negó con la cabeza ante el ofrecimiento de Stefan: provocar más discusiones en el seno de Letargo no les iba a servir de nada.
-He dicho "si os sobran". Si tenéis que hacer espacio para eso es que obviamente no es el caso. Gracias de todas formas- dijo Shizel, con la mente ya puesta en barajar qué hacer a continuación-. Seon, si de verdad puedes prescindir de esa madera nos vendría de maravilla, podemos moldearla y apañárnoslas. Y Alder, eso se puede arreglar- dijo esbozando una sonrisa cansada.
"Al resto gracias por nada." Se había quedado con las ganas de hacer alguna referencia velada a las armas que ellos habían "cogido prestadas" de la armería de Maciel.
En cuanto los últimos retazos de conversación se fueron desvaneciendo los macieleros pusieron rumbo a la Cicatriz, buscando por el camino lugares ruinosos que pareciesen ser seguros.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
-Nosotros no hemos llegado exigiendo nada, y hemos preguntado precisamente por sitios seguros donde buscar si no os sobraba nada- dijo con frialdad, haciendo flotar en el aire un comentario implícito a Erin de "felicidades por tener esas orejas redondas tuyas llenas de serrín"-. Hemos venido a pedir ayuda aquí primero para no meternos en un berenjenal explorando sitios desconocidos si podemos evitarlo. Viviendo por esta zona estoy seguro de que lo entendéis- él mismo no había llegado a pasar por la avenida de las casas carnívoras, pero sus compañeros le habían dado referencias bastante fidedignas-. Un "no tenemos" y "ni idea" a las dos preguntas habría bastado, gracias.
Por esa razón no le pesó en absoluto responder con un "no" rotundo a la petición-exigencia de Pablo. Necesitaban ayuda, vale, pero no iban a mendigarles nada. Tenían más opciones, aunque fueran menos seguras.
-De los presentes estamos dos que tenemos magia, y de esos dos sólo uno que le echa mano a esas "cosas complicadas"- esperó que Wintel no estuviera escupiendo al suelo en ese momento-. Y me temo que no voy a mover un dedo. No puede venir uno sin más a pedir magia y esperar a que te la demos sin más- terminó con una sonrisa perfectamente cortés y perfectamente falsa-. Porque como habéis dicho, siempre podemos coger lo que necesitamos de otros edificios.
Al ver lo ajetreada que estaba Seon había pensado incluso en ofrecerse a relevarla un momento mientras sus compañeros intercambiaban información (y de paso aprender aquel hechizo nuevo que veía que estaba utilizando), pero se le habían quitado todas las ganas.
Notó tensión subyaciendo bajo el tono de Atol, a pesar de que el libense fue educado al subrayar su negativa de material sobrante más allá de lo ofrecido por Seon, y decidió que ya era hora de irse. Por esa razón negó con la cabeza ante el ofrecimiento de Stefan: provocar más discusiones en el seno de Letargo no les iba a servir de nada.
-He dicho "si os sobran". Si tenéis que hacer espacio para eso es que obviamente no es el caso. Gracias de todas formas- dijo Shizel, con la mente ya puesta en barajar qué hacer a continuación-. Seon, si de verdad puedes prescindir de esa madera nos vendría de maravilla, podemos moldearla y apañárnoslas. Y Alder, eso se puede arreglar- dijo esbozando una sonrisa cansada.
"Al resto gracias por nada." Se había quedado con las ganas de hacer alguna referencia velada a las armas que ellos habían "cogido prestadas" de la armería de Maciel.
En cuanto los últimos retazos de conversación se fueron desvaneciendo los macieleros pusieron rumbo a la Cicatriz, buscando por el camino lugares ruinosos que pareciesen ser seguros.
Sigue en la Cicatriz de Arax.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/05/13, 02:54 am
Tap escuchó como los macieleros se iban desde las escaleras. Había empezado a hacer oído en la ventana, pero poco a poco acabó acortando terreno. No le sorprendió que sus gigantes no quisieran compartir los muebles con los otros, si casi ni eran capaces de compartir entre ellos. Por su parte, al repoblador no le habría importado en absoluto cederles un puñado de armarios, mucho menos si antes de que se los llevaran, los rellenaban con un par de gigantes de regalo.
Bajó las escaleras y aguardó en el último escalón. De un tiempo a esta parte, ese escalón se había convertido en algo así como un resguardo de seguridad. Saltar al suelo de la planta baja le obligaba a ponerse en tensión. Las amenazas con pisotones cada vez le parecían más serias y esa pequeña diferencia en altura le servía de placebo para sentirse a salvo. Además, era consciente de que la calma que le dejaban los macieleros tras irse no era más que tensión mal disimulada. <<¿Hablará Erin?>>. Sintió una punzada pensando en cuanto se parecía el caso de la Inestable al suyo con Macak, a pesar de que ella no había provocado nada.
Además, seguía dándole vueltas a la idea que había tenido antes: decirle a Metálico que la muerte de la chica suicida había sido culpa suya. Pero ahora, con toda la histeria y el cabreo suavizados por el tiempo que había pasado hablando con Erin y Moscardón, la idea le parecía suicida. Causarle dolor a Atol de esa manera le parecía contraproducente para su propia vida y, aunque una pequeña parte de su cabezuela tenía en cuenta que eso también protegería a Erin, la intención verdadera de Tap no era tanto esa, sino la anterior.
Sin embargo, ahora mismo la idea de enfrentarse a Atol se le asemejaba a desatar un nuevo incendio y, por esto mismo, lo único que hizo fue agazaparse en su escalón y sujetar su cerbatana con una de sus manos. Con otra, tanteaba el saquito con el veneno paralizante, mientras que en algunos de sus pensamientos más crueles, se imaginaba a si mismo dándole a Atol de su propia medicina. <<Para, Tap. Para>>. Agitó la cabeza para descartar esas ideas y siguió con su sesión de espionaje.
Bajó las escaleras y aguardó en el último escalón. De un tiempo a esta parte, ese escalón se había convertido en algo así como un resguardo de seguridad. Saltar al suelo de la planta baja le obligaba a ponerse en tensión. Las amenazas con pisotones cada vez le parecían más serias y esa pequeña diferencia en altura le servía de placebo para sentirse a salvo. Además, era consciente de que la calma que le dejaban los macieleros tras irse no era más que tensión mal disimulada. <<¿Hablará Erin?>>. Sintió una punzada pensando en cuanto se parecía el caso de la Inestable al suyo con Macak, a pesar de que ella no había provocado nada.
Además, seguía dándole vueltas a la idea que había tenido antes: decirle a Metálico que la muerte de la chica suicida había sido culpa suya. Pero ahora, con toda la histeria y el cabreo suavizados por el tiempo que había pasado hablando con Erin y Moscardón, la idea le parecía suicida. Causarle dolor a Atol de esa manera le parecía contraproducente para su propia vida y, aunque una pequeña parte de su cabezuela tenía en cuenta que eso también protegería a Erin, la intención verdadera de Tap no era tanto esa, sino la anterior.
Sin embargo, ahora mismo la idea de enfrentarse a Atol se le asemejaba a desatar un nuevo incendio y, por esto mismo, lo único que hizo fue agazaparse en su escalón y sujetar su cerbatana con una de sus manos. Con otra, tanteaba el saquito con el veneno paralizante, mientras que en algunos de sus pensamientos más crueles, se imaginaba a si mismo dándole a Atol de su propia medicina. <<Para, Tap. Para>>. Agitó la cabeza para descartar esas ideas y siguió con su sesión de espionaje.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/05/13, 04:19 pm
La llegada a Letargo fue... Digna de cuento.
Primero que el puente estaba bajado, por lo que presupuse que aún estaban esperando a Erin. Segundo que al llegar a la puerta escuchamos más voces de las acostumbradas. Tercero, que al entrar nos topamos con un grupito de Maciel. Les saludé entre sorprendido y educado mientras pasaba al interior y luego escuché toda la conversación en silencio, tomando nota mental de todo.
<< ¿Un incendio en su torreón? ¿Es el día del Fuego acaso? Y nos piden muebles... No hay un sitio medianamente seguro en esta maldita ciudad, ¿no se dieron cuenta aún? Qué más... RR confirmado como presunto secuestrador. Motivo: la magia de Yrio. Ah, así que hay otro grupo como nosotros en ese torreón... Y no se dignan a comunicarse excepto para robar comida. Y Erin se encontró precisamente con otro grupo de estos cuando salió antes. Y a ver si les entra en la cabeza que no nos sobran muebles con lo que dijo Erin>>
La conversación sobre los malditos muebles me estaba cargando, así que me fui al patio a esperar a que se fueran y a refrescarme un poco, cosa que me lo pensé mejor y se me quitaron las ganas. Bueno, no lo pensé, fue como... No sé, sin ganas. Luego, confundido, volví para decirles lo más educadamente posible -dentro de la tensión acumulada- que no nos sobraban muebles. Y al fin Shizel concluyó en irse llevando únicamente las maderas con dibujos de Seon. <<Qué tiene ese que no tenga yo? Largo, demasiadas cosas han pasado ya>>
-A ver si podemos cenar en paz sin que nadie nos tire una bomba o venga a pedir ropa.-añadí en voz alta tras cerrar la puerta y subir el puente.-La cena estará lista en un rato, venid cuando podáis.-llamo a todos, en el salón y por las escaleras.
Dicho y hecho: tras un rato salgo de la cocina con una sopa de verduras y carne de segundo, dejando en reserva el syv para cuando encontrásemos a Yrio. Pero luego lo pienso mejor, o peor, y vuelvo con un poco para las chicas. <<No sé realmente si ver algo de su mundo que les recuerde al pelimorado les molestará o no. Diablos>> Y una vez servida la mesa, me fijo en algo antes de sentarme.
-¿Por qué no ha bajado Charlotte?
Primero que el puente estaba bajado, por lo que presupuse que aún estaban esperando a Erin. Segundo que al llegar a la puerta escuchamos más voces de las acostumbradas. Tercero, que al entrar nos topamos con un grupito de Maciel. Les saludé entre sorprendido y educado mientras pasaba al interior y luego escuché toda la conversación en silencio, tomando nota mental de todo.
<< ¿Un incendio en su torreón? ¿Es el día del Fuego acaso? Y nos piden muebles... No hay un sitio medianamente seguro en esta maldita ciudad, ¿no se dieron cuenta aún? Qué más... RR confirmado como presunto secuestrador. Motivo: la magia de Yrio. Ah, así que hay otro grupo como nosotros en ese torreón... Y no se dignan a comunicarse excepto para robar comida. Y Erin se encontró precisamente con otro grupo de estos cuando salió antes. Y a ver si les entra en la cabeza que no nos sobran muebles con lo que dijo Erin>>
La conversación sobre los malditos muebles me estaba cargando, así que me fui al patio a esperar a que se fueran y a refrescarme un poco, cosa que me lo pensé mejor y se me quitaron las ganas. Bueno, no lo pensé, fue como... No sé, sin ganas. Luego, confundido, volví para decirles lo más educadamente posible -dentro de la tensión acumulada- que no nos sobraban muebles. Y al fin Shizel concluyó en irse llevando únicamente las maderas con dibujos de Seon. <<Qué tiene ese que no tenga yo? Largo, demasiadas cosas han pasado ya>>
-A ver si podemos cenar en paz sin que nadie nos tire una bomba o venga a pedir ropa.-añadí en voz alta tras cerrar la puerta y subir el puente.-La cena estará lista en un rato, venid cuando podáis.-llamo a todos, en el salón y por las escaleras.
Dicho y hecho: tras un rato salgo de la cocina con una sopa de verduras y carne de segundo, dejando en reserva el syv para cuando encontrásemos a Yrio. Pero luego lo pienso mejor, o peor, y vuelvo con un poco para las chicas. <<No sé realmente si ver algo de su mundo que les recuerde al pelimorado les molestará o no. Diablos>> Y una vez servida la mesa, me fijo en algo antes de sentarme.
-¿Por qué no ha bajado Charlotte?
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/05/13, 05:54 pm
El hecho que el chico de piel gris, que parecía llamarse Shiz, hubiese dejado flotando en el aire aquel comentario hizo que la canadiese se enfadase con él. No sólo venía y pedía muebles, sino que además se metía con ella. Soltó un bufido e ignorando al mundo, bajó su arco y su carcaj a la armería, pensando en Pablo <<¿Para qué quiere más magia? Ya tenemos nosotros. Y les podía ofrecer otra cosa, que ni los muebles ni la comida son solo suyos…>>. Tuvo que sacudir la cabeza para no seguir pensando en aquello y enfadarse.
Subió otra vez al salón cuando se hubieron ido y se sentó en el suelo, apoyando la espalda en la pared y masajeándose las sienes. Aquel día estaba siendo demasiado para su paciencia y su cordura. Primero, bronca; después, el suicidio de Charlotte y luego los macialeros pidiendo muebles. <<Si ahora se ponen a gritar me vuelvo loca>>, pensó, algo mosqueada, <<Me vuelvo loca y los mato a todos o me suicido, lo que venga antes>>. Volvió a apartarse aquel rebelde mechón de pelo de la frente y se puso a jugar con sus pulseritas de cuero, distraída. No le apetecía pensar en la muerte de Charlotte ni en nada. Echó la cabeza hacia atrás, dándose un golpe con la pared no muy fuerte. En ese momento, Atol anunció que la cena estaría lista pronto.
La mente de Erin empezó a buscar palabras para anunciar la muerte de Charlotte, pues tendría que hacerlo ella al ver que no bajaban y no quería soltarlo de una forma demasiado brusca. Sin embargo, no le dio demasiado tiempo a pensar las palabras que iba a decir, pues Atol preguntó por Charlotte. <<Al carajo las normas, tengo dinero. Pienso decirlo sin dar rodeos, que luego acaba siendo peor>>. –Porque está muerta –ya estaba, ya lo había dicho. Las manos volvían a temblarla como cuando había vuelto a Letargo y tuvo que coger aire para poder seguir hablando -. Se tiró al abismo… Pero no se suicidó, era maldita grieta hace que quieras tirarte… Es un hechizo –explicó, esperando no tener que responder demasiadas preguntas. Si tenía que hacerlo, se sentiría aún más culpable. <<Si no hubiese salido no me habría seguido y no estaría muerta… >>. Suspiró y se sentó en una silla. Sentía que las piernas le temblaban tanto que si no se sentaba acabaría cayéndose al suelo.
Subió otra vez al salón cuando se hubieron ido y se sentó en el suelo, apoyando la espalda en la pared y masajeándose las sienes. Aquel día estaba siendo demasiado para su paciencia y su cordura. Primero, bronca; después, el suicidio de Charlotte y luego los macialeros pidiendo muebles. <<Si ahora se ponen a gritar me vuelvo loca>>, pensó, algo mosqueada, <<Me vuelvo loca y los mato a todos o me suicido, lo que venga antes>>. Volvió a apartarse aquel rebelde mechón de pelo de la frente y se puso a jugar con sus pulseritas de cuero, distraída. No le apetecía pensar en la muerte de Charlotte ni en nada. Echó la cabeza hacia atrás, dándose un golpe con la pared no muy fuerte. En ese momento, Atol anunció que la cena estaría lista pronto.
La mente de Erin empezó a buscar palabras para anunciar la muerte de Charlotte, pues tendría que hacerlo ella al ver que no bajaban y no quería soltarlo de una forma demasiado brusca. Sin embargo, no le dio demasiado tiempo a pensar las palabras que iba a decir, pues Atol preguntó por Charlotte. <<Al carajo las normas, tengo dinero. Pienso decirlo sin dar rodeos, que luego acaba siendo peor>>. –Porque está muerta –ya estaba, ya lo había dicho. Las manos volvían a temblarla como cuando había vuelto a Letargo y tuvo que coger aire para poder seguir hablando -. Se tiró al abismo… Pero no se suicidó, era maldita grieta hace que quieras tirarte… Es un hechizo –explicó, esperando no tener que responder demasiadas preguntas. Si tenía que hacerlo, se sentiría aún más culpable. <<Si no hubiese salido no me habría seguido y no estaría muerta… >>. Suspiró y se sentó en una silla. Sentía que las piernas le temblaban tanto que si no se sentaba acabaría cayéndose al suelo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
31/05/13, 03:35 pm
La noticia es como un jarro de agua fría. Aunque casi instintivamente sacudo la cabeza con la imagen. <<Está... muerta. Abismo. Quieras. Tirarte. Hechizo. Muerta. Jodidamente muerta. Otra. Quedan tres>> mientras pienso esto, físicamente estoy como congelado, con mi silla a medio retirar para sentarme y deslizando mi mirada lentamente desde la mesa hasta Erin. <<Cómo. Lo. Sabe. Salió. Sola. Charlotte también. ¿Se juntaron más tarde? ¿Antes o después de encontrarse con los otros? ¿Cómo sabe lo del hechizo? ¿Cómo es que...>> Inspiro hondo y expiro lentamente antes de pensar en voz alta:
-¿Cómo es que a nadie le entra en la maldita cabeza que no hay que salir solos?-digo con voz normal, sin gritar pero notablemente cabreado por el tono de voz.-Visto que eso no lo entiende nadie, paso. Haced lo que os de la gana. ¿Que ha muerto? Pues nada, a aguantarse.-mascullo encogiéndome de hombros.-Quiero. Cenar. En. Paz. Sencillamente. Cenar.-digo sentándome lentamente.-Si alguien más quiere suicidarse, ya sabe dónde está la puerta.-digo mirando a todos, pero luego me detengo en Erin y las sinhadres.-A vosotras os digo, más os vale sobrevivir. Hay que fastidiarse que para tanto loco que hay aquí sólo mueran las mujeres. Tened cuidado, por favor.-y de nuevo a Erin.-Y no estoy gritando como un condenado por ti, tenlo en cuenta. ¿Cenamos? Pues que aproveche.-remato casi siseando, temblando y comiendo rápidamente luego.
Esa noche no dormiría en el cuarto común. Había pensado en irme a la armería en cuanto acabase la cena, para desahogarme y, como siempre, me dormiría sin darme ni cuenta.
-¿Cómo es que a nadie le entra en la maldita cabeza que no hay que salir solos?-digo con voz normal, sin gritar pero notablemente cabreado por el tono de voz.-Visto que eso no lo entiende nadie, paso. Haced lo que os de la gana. ¿Que ha muerto? Pues nada, a aguantarse.-mascullo encogiéndome de hombros.-Quiero. Cenar. En. Paz. Sencillamente. Cenar.-digo sentándome lentamente.-Si alguien más quiere suicidarse, ya sabe dónde está la puerta.-digo mirando a todos, pero luego me detengo en Erin y las sinhadres.-A vosotras os digo, más os vale sobrevivir. Hay que fastidiarse que para tanto loco que hay aquí sólo mueran las mujeres. Tened cuidado, por favor.-y de nuevo a Erin.-Y no estoy gritando como un condenado por ti, tenlo en cuenta. ¿Cenamos? Pues que aproveche.-remato casi siseando, temblando y comiendo rápidamente luego.
Esa noche no dormiría en el cuarto común. Había pensado en irme a la armería en cuanto acabase la cena, para desahogarme y, como siempre, me dormiría sin darme ni cuenta.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
31/05/13, 09:20 pm
A pesar de todo el trabajo que estaba haciendo, a Seon se le había cruzado una o dos veces por la cabeza la sensación de que algo faltaba en la imagen general de Letargo. No se había dado cuenta de que era hasta que Atol preguntó por Charlotte.
La respuesta de Erin la dejó helada. Alder, que habia levantado la vista del plato, miraba la situación con un extraño distanciamiento, como si todo le fuera ajeno. Miró a Atol con una expresión vacia, y luego clavó los ojos en la niña que siempre pedía silencio. No era una mirada recriminatoria, ni de consuelo ni de nada. Pareció que la examinaba por unos segundos, comprobó que Seon seguía a su lado, entera y respirando, y regresó a su plato. A parte de esta extraña falta de espíritu, lo unico que podía observarse claramente es que sujetaba los cubiertos con los nudillos blancos de apretar.
Seon respiró muy hondo, y boqueó como si no encontrase aun fuerzas para hablar. Cuando lo hizo, unos pocos segundos después de Atol, su voz sonaba frágil como escarcha. Muy bajito, muy suave, muy frío, y a punto de romperse.
- ¿Qué clase de aventura vives, que los que estamos contigo y cuidamos de ti, solo somos un estorbo?
Alder volvió a dirigir su mirada a la escena. Seon había bajado la cabeza y se estaba mordiendo el labio.¿Alguna vez había dicho algo tan cruel? Ninguna de las dos lo recordaba. La peliazul tenía los ojos muy brillantes, y la voz cogida por el llanto cuando le dijo a Atol.
-Yo no moriré.- y se fue. Y no sonaba nada creíble.
Alder había soltado su cubierto, en parte por la sorpresa, en parte porque le dolía la mano. Ahora que Seon ya no estaba, sepermitió golpear la mesa, un golpe seco y fuerte,de pura frustración acumulada. Luego se recompuso, y decidió que Atol también necesitaba paz. Se levantó y le besó en la mejilla.
- No es tu culpa. Ni tuya ni de nadie. La cena estaba estupenda.
Dejó el cuenco sobre la mesa y, de repente echó una mirada gélida al grupo entero.
- En las historias que yo leo, ningun héroe abandona a sus compañeros. - miró a Erin, concretamente, sin compasión. No se había separado de Atol,con la mano en su espalda. Como si aun quisiese mantenerlo calmado, o transmitirle algun apoyo. O quizás era para si misma. - No es tu culpa, no. Pero tu estas muy lejos de protagonizar nada.- luego miró a todo el grupo.- ¿quizás una muerte y un secuestrado es lo que os hacian falta para hacer un poco de caso a todo aquel tema del compañerismo y la generosidad?
Alder pareció luchar consigo misma unos instantes. Se separó del guerrero, bajó la mirada. Y pareció tan fragil con Seon hacia unos momentos, pero también mucho más enfadada.
-Yo ya, no puedo hacer nada.- Y aquel era verdaderamente el asunto que la volvía loca.
Y subió tras Seon.
-Nos vemos mañana.- despidió, con la voz pastosa.
Cuando Seon alcanzó la habitación donde otras veces había trabajado con los escudos, buscó un rincón alejado de la puerta y se sentó con las rodillas pegadas al cuerpo. Se sentía cansada, pero sobre todo, como si tuviera un hueco abierto bajo el pecho, una especie de vacío interior. Cerró los ojos, y poco a poco, el nudo de su garganta dejó de apretar, y le saltaron las lágrimas.
Y lloró, en silencio. Ahogó algun hipido, según se iban debilitando sus defensas. Luego rompió en llanto.
Y al poco rato, notó una mano, una caricia sobre su hombro. Cuando levantó la cabeza, ojos enrojecidos, recibió una segunda caricia, en una mejilla rasposa por el agua.
Seon se abrazó a Alder y se apretó contra ella hasta hacerle daño, pero la edeel no se quejó. Y lloró un buen rato más hasta que consiguió decir algo inteligible.
-No...hago...nada...bien.- sollozó. Las caricias continuaron. "shh, que dices", susurró su compañera.- Yo solo querría-- ser fuerte¿sabes?- tuvó otra pequeña racha en la que no pudo hablar.- Porque, cada vez somos menos... Yo no puedo... y lo intento!
- Es mucho que hayas decidido cuidar de todos. Es normal que sientas miedo.- dijo Alder. Seon asintió contra su pecho, y aflojósu abrazo, pero se acurrucó más. "tu al menos eres util. Tu al menos puedes hacer algo, cuando todo va mal. Tu sabes magia y sabes ser dulce" Pero no le dijo nada de esto.
Y se quedaron asi hasta que Seon se le quedó dormida en brazos. Alder la llevó a una cama, y se dedicó a dejar cargar cristales con su sangre. Dejando que los pinchazos la distrajesen de otros pensamientos.
La respuesta de Erin la dejó helada. Alder, que habia levantado la vista del plato, miraba la situación con un extraño distanciamiento, como si todo le fuera ajeno. Miró a Atol con una expresión vacia, y luego clavó los ojos en la niña que siempre pedía silencio. No era una mirada recriminatoria, ni de consuelo ni de nada. Pareció que la examinaba por unos segundos, comprobó que Seon seguía a su lado, entera y respirando, y regresó a su plato. A parte de esta extraña falta de espíritu, lo unico que podía observarse claramente es que sujetaba los cubiertos con los nudillos blancos de apretar.
Seon respiró muy hondo, y boqueó como si no encontrase aun fuerzas para hablar. Cuando lo hizo, unos pocos segundos después de Atol, su voz sonaba frágil como escarcha. Muy bajito, muy suave, muy frío, y a punto de romperse.
- ¿Qué clase de aventura vives, que los que estamos contigo y cuidamos de ti, solo somos un estorbo?
Alder volvió a dirigir su mirada a la escena. Seon había bajado la cabeza y se estaba mordiendo el labio.¿Alguna vez había dicho algo tan cruel? Ninguna de las dos lo recordaba. La peliazul tenía los ojos muy brillantes, y la voz cogida por el llanto cuando le dijo a Atol.
-Yo no moriré.- y se fue. Y no sonaba nada creíble.
Alder había soltado su cubierto, en parte por la sorpresa, en parte porque le dolía la mano. Ahora que Seon ya no estaba, sepermitió golpear la mesa, un golpe seco y fuerte,de pura frustración acumulada. Luego se recompuso, y decidió que Atol también necesitaba paz. Se levantó y le besó en la mejilla.
- No es tu culpa. Ni tuya ni de nadie. La cena estaba estupenda.
Dejó el cuenco sobre la mesa y, de repente echó una mirada gélida al grupo entero.
- En las historias que yo leo, ningun héroe abandona a sus compañeros. - miró a Erin, concretamente, sin compasión. No se había separado de Atol,con la mano en su espalda. Como si aun quisiese mantenerlo calmado, o transmitirle algun apoyo. O quizás era para si misma. - No es tu culpa, no. Pero tu estas muy lejos de protagonizar nada.- luego miró a todo el grupo.- ¿quizás una muerte y un secuestrado es lo que os hacian falta para hacer un poco de caso a todo aquel tema del compañerismo y la generosidad?
Alder pareció luchar consigo misma unos instantes. Se separó del guerrero, bajó la mirada. Y pareció tan fragil con Seon hacia unos momentos, pero también mucho más enfadada.
-Yo ya, no puedo hacer nada.- Y aquel era verdaderamente el asunto que la volvía loca.
Y subió tras Seon.
-Nos vemos mañana.- despidió, con la voz pastosa.
Cuando Seon alcanzó la habitación donde otras veces había trabajado con los escudos, buscó un rincón alejado de la puerta y se sentó con las rodillas pegadas al cuerpo. Se sentía cansada, pero sobre todo, como si tuviera un hueco abierto bajo el pecho, una especie de vacío interior. Cerró los ojos, y poco a poco, el nudo de su garganta dejó de apretar, y le saltaron las lágrimas.
Y lloró, en silencio. Ahogó algun hipido, según se iban debilitando sus defensas. Luego rompió en llanto.
Y al poco rato, notó una mano, una caricia sobre su hombro. Cuando levantó la cabeza, ojos enrojecidos, recibió una segunda caricia, en una mejilla rasposa por el agua.
Seon se abrazó a Alder y se apretó contra ella hasta hacerle daño, pero la edeel no se quejó. Y lloró un buen rato más hasta que consiguió decir algo inteligible.
-No...hago...nada...bien.- sollozó. Las caricias continuaron. "shh, que dices", susurró su compañera.- Yo solo querría-- ser fuerte¿sabes?- tuvó otra pequeña racha en la que no pudo hablar.- Porque, cada vez somos menos... Yo no puedo... y lo intento!
- Es mucho que hayas decidido cuidar de todos. Es normal que sientas miedo.- dijo Alder. Seon asintió contra su pecho, y aflojósu abrazo, pero se acurrucó más. "tu al menos eres util. Tu al menos puedes hacer algo, cuando todo va mal. Tu sabes magia y sabes ser dulce" Pero no le dijo nada de esto.
Y se quedaron asi hasta que Seon se le quedó dormida en brazos. Alder la llevó a una cama, y se dedicó a dejar cargar cristales con su sangre. Dejando que los pinchazos la distrajesen de otros pensamientos.
-
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
31/05/13, 10:33 pm
Al final los macieleros se marcharon solo con las tablas de Seon, aunque si por mi hubiera sido se podrían haber llevado los armarios que necesitase, comprendí a la perfección la reacción de Shizel ante los comentarios de la gente, tan solo habían venido a preguntar si nos sobraba alguno.
Atol se dispuso a preparar la cena y cuando ya estuvo lista pregunto por Charlotte al ver que no bajaba, viendo que se avecinaba tormenta yo comencé a comer antes que los demás, tenia mucha hambre pues no me había dado cuenta pero entre unas cosas y otras llevaba un par de días sin comer. Mientras comía pensé en dar respuesta a lo que Atol quería saber, pero Erin se me adelanto diciéndolo de una forma brusca, <<Creo que se ha pasado diciéndolo así, aunque de todas formas no es que se pueda decir de muchas otras, ha optado por la mas rápida, que pragmática>>.
Las reacciones cuando lo dice son bastante diversas, me fijo en Atol concretamente no vaya a ser que estalle y haya que pararle los pies, sin embargo su reacción me sorprende, se le ve cabreado pero sin ganas de decir mucho. La respuesta de Alder y Seon me hace cabrear mucho, pero según van hablando voy perdiendo color y esforzándome por que mi cara sea inexpresiva, cosa que termino consiguiendo, sin embargo mis ojos destilan una rabia cruda.
-No tenéis derecho a hablarle así, ninguno de los presentes,- digo con una voz fría y sin sentimientos, pero por dentro estoy ardiendo y lo único que consigue que no me ponga a gritarles es la promesa que me ata a Erin, <<No tenéis derecho a decirle esas cosas, no tenéis ni idea de lo que ha estado sufriendo antes de que vosotros llegarais, no habéis visto como de destrozada estaba>>, estalle mentalmente y apreté los dientes para no decirles absolutamente nada mas, no tenia nada mas que decirles, <<¿Y Atol defiende esta crueldad por que viene de una mujer?, maldito pelota>>.
Alder y Seon se van y miro a Erin a la cual veo algo mas roja que de costumbre, oliéndome lo que pasaría me levante me apoyé en su hombro y me agaché hasta quedar a la altura de su oído.
-No te hagas mala sangre por esto, no merece la pena hacerles caso, no tienen ni idea, así que cálmate pequeña valkyria.- le digo para que solo ella pueda oírme, y luego la suelto para que haga lo que ella quiera.
Me tire en un sillón en el que al final me terminare durmiendo.
Atol se dispuso a preparar la cena y cuando ya estuvo lista pregunto por Charlotte al ver que no bajaba, viendo que se avecinaba tormenta yo comencé a comer antes que los demás, tenia mucha hambre pues no me había dado cuenta pero entre unas cosas y otras llevaba un par de días sin comer. Mientras comía pensé en dar respuesta a lo que Atol quería saber, pero Erin se me adelanto diciéndolo de una forma brusca, <<Creo que se ha pasado diciéndolo así, aunque de todas formas no es que se pueda decir de muchas otras, ha optado por la mas rápida, que pragmática>>.
Las reacciones cuando lo dice son bastante diversas, me fijo en Atol concretamente no vaya a ser que estalle y haya que pararle los pies, sin embargo su reacción me sorprende, se le ve cabreado pero sin ganas de decir mucho. La respuesta de Alder y Seon me hace cabrear mucho, pero según van hablando voy perdiendo color y esforzándome por que mi cara sea inexpresiva, cosa que termino consiguiendo, sin embargo mis ojos destilan una rabia cruda.
-No tenéis derecho a hablarle así, ninguno de los presentes,- digo con una voz fría y sin sentimientos, pero por dentro estoy ardiendo y lo único que consigue que no me ponga a gritarles es la promesa que me ata a Erin, <<No tenéis derecho a decirle esas cosas, no tenéis ni idea de lo que ha estado sufriendo antes de que vosotros llegarais, no habéis visto como de destrozada estaba>>, estalle mentalmente y apreté los dientes para no decirles absolutamente nada mas, no tenia nada mas que decirles, <<¿Y Atol defiende esta crueldad por que viene de una mujer?, maldito pelota>>.
Alder y Seon se van y miro a Erin a la cual veo algo mas roja que de costumbre, oliéndome lo que pasaría me levante me apoyé en su hombro y me agaché hasta quedar a la altura de su oído.
-No te hagas mala sangre por esto, no merece la pena hacerles caso, no tienen ni idea, así que cálmate pequeña valkyria.- le digo para que solo ella pueda oírme, y luego la suelto para que haga lo que ella quiera.
Me tire en un sillón en el que al final me terminare durmiendo.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
01/06/13, 10:35 am
Estaba tan ensimismado con todo el tema de los sendarios que no me di cuenta de que habían rechazado mi oferta hasta que caí en que ya no se encontraban en el torreón, ya algo después de que se marcharan. Tampoco me fijé en cómo había reaccionado Wintel. Mi cabeza ahora solo se centraba en que todos estos problemas, desde el robo de las cestas hasta el secuestro de Yrio, podrían haber sido culpa nuestra de forma indirecta.
“Si tan solo no hubiéramos hecho aquella excursión con Wintel...”
Cuando por fin vi que la gente se había ido y que Atol preparaba la cena decidí salir al patio a practicar un poco con el arco hasta que nos llamara para cenar.
Debía de estar teniendo una buena racha con los disparos, porque casi todos acertaron o en pleno centro o en el centro, salvo uno que me salió un tanto errático, y que aun así tampoco fallé por tanto. Recordé que esta mañana también había atinado en el centro durante la discusión con Erin, algo más raro aún teniendo en cuenta que con el cabreo que tenía tendría que haber apuntado peor de lo normal.
Al final le acabé restando importancia. Ya fuera porque hubiera mejorado bastante sin darme cuenta, o porque simplemente estuviera teniendo una buena racha, el caso es que estaba teniendo lo que quería, que era tener resultados decentes. ¿Qué más podía pedir?
La cena no tardó en estar lista. Llegué un poco más tarde que el resto por tener que recoger las cosas deprisa y corriendo en el último momento, pero no lo suficientemente tarde como para no enterarme de lo de Charlotte.
La tranquilidad con la que me me tomé la noticia me asustó. Me asustó bastante de hecho, porque casi no me importó su muerte. Apenas la había conocido, y de hecho creo que nunca habíamos hablado, pero de ahí a darme igual que muriera había un trecho muy grande.
Tal vez... tal vez simplemente fuera que estaba harto de ver una muerte tras otra, y que simplemente me había acabado forzando a no sentirme mal por ellas. Pero... ¿y si no era así? ¿Y si de verdad cada vez me importaba menos lo que le pasara a los demás? Antes habría acabado llegando a la conclusión de que por el mero hecho de preocuparme por estas cosas ya quedaba probado que sí que me importaba, pero ahora barajaba la situación, pensaba en cómo sería desentenderme y que me diera igual lo que le pasara al resto, y ya no me parecía algo tan malo o tan horrible. De hecho empezaba a verlo como algo útil.
Pasé la cena observando lo que hacían los demás, sin intervenir. Centrándome en mis propios pensamientos, comiéndome la cabeza. Por eso no le repliqué a Stefan cuando habló acerca de quién tenía derecho a qué. En lo que sí seguí pensando fue en mi proyecto de runas, y también en Yrio.
La forma en la que su secuestro me había afectado la habría calificado de “curiosa” si hubiera visto mis pensamientos desde un punto de vista externo. Al contrario que con mi razonamiento anterior, estaba bastante decidido a encontrarlo y traerlo de vuelta vivo costara lo que costara, si no estaba muerto ya.
“Está vivo. Métetelo en la cabeza. Además recuerda que lo han secuestrado. Eso implica que hace falta que esté vivo”
El sinhadre me caía bien, pero tampoco tan bien. Me preocupaba por él evidentemente, pero mi determinación en encontrarlo vivo no era tanto una cuestión de aprecio, o de compañerismo. Mas bien era una cuestión de responsabilidad.
Yo había planeado la salida. Era mi idea, mi plan, mi problema en resumidas cuentas, pero al final no había sido el único afectado.
No me echaba la culpa por lo sucedido. No había tirado ninguna bomba ni secuestrado a nadie, pero en cierto modo yo había causado el problema por llevarlos hasta aquel sitio, así que debía ser yo quien lo arreglara.
Por eso que cuando terminamos de cenar los que todavía quedábamos, porque Alder y Seon se habían marchado, y vi que Atol bajaba a la armería, decidí seguirlo. Tener puntería, suponiendo que la tuviera y que lo de antes no hubiera sido un golpe de suerte, que seguramente lo era, no iba a bastarme. Necesitaría algo más que simples flechas para apañármelas en esta ciudad, y por eso había comenzado mi proyecto con las runas.
Ahora que no estaba Yrio para aportar la magia que yo no tenía no había forma de seguir. Así que aquí estaba, en la puerta de la armería, dispuesto a pedirle ayuda al único que podía proporcionármela que no estuviera ocupado gastándola para curar, o que no pudiera enfadarse conmigo por el “chantaje” de antes, ya que no había estado presente cuando sucedió. Lo gracioso era que, si alguien me hubiera dicho que algún día me pondría a mendigarle magia a Atol, seguramente me habría reído en su cara.
“A veces ni siquiera yo soy capaz de entender qué coño pasa por mi cabeza”
Tomé aire una última vez antes de entrar. Seguramente no iba a estar de buen humor así que tendría que ir con tacto. Si al final aceptaba a ayudarme seguiría entrenando en el patio hasta que no pudiera más y me acostaría, y si no.... pues lo cierto es que haría lo mismo.
Edit:
Cuando salí, no pude contener una sonrisa, aunque la disimulé como pude por si Atol la veía. Había accedido a hacerlo, aunque se veía que no le gustaba la idea. COn mis cosas salí al patio a practicar, con resultados bastante buenos, quizás demasiado buenos, o lo suficiente como para que empezara a pensar que algo no cuadraba. No me consideraba un desastre apuntando como algunos opinaban, pero tampoco tan bueno como para no fallar ni un disparo, que era lo que acababa de pasar. Comprobé que la distancia a la que me colocaba de la diana era la de siempre, y hasta revisé algunas flechas sin encontrar nada anormal. Al final el sueño me indicó que era la hora de terminar, por lo que guardé las cosas y subí a acostarme. Mañana recogería las flechas nuevas.
“Si tan solo no hubiéramos hecho aquella excursión con Wintel...”
Cuando por fin vi que la gente se había ido y que Atol preparaba la cena decidí salir al patio a practicar un poco con el arco hasta que nos llamara para cenar.
Debía de estar teniendo una buena racha con los disparos, porque casi todos acertaron o en pleno centro o en el centro, salvo uno que me salió un tanto errático, y que aun así tampoco fallé por tanto. Recordé que esta mañana también había atinado en el centro durante la discusión con Erin, algo más raro aún teniendo en cuenta que con el cabreo que tenía tendría que haber apuntado peor de lo normal.
Al final le acabé restando importancia. Ya fuera porque hubiera mejorado bastante sin darme cuenta, o porque simplemente estuviera teniendo una buena racha, el caso es que estaba teniendo lo que quería, que era tener resultados decentes. ¿Qué más podía pedir?
La cena no tardó en estar lista. Llegué un poco más tarde que el resto por tener que recoger las cosas deprisa y corriendo en el último momento, pero no lo suficientemente tarde como para no enterarme de lo de Charlotte.
La tranquilidad con la que me me tomé la noticia me asustó. Me asustó bastante de hecho, porque casi no me importó su muerte. Apenas la había conocido, y de hecho creo que nunca habíamos hablado, pero de ahí a darme igual que muriera había un trecho muy grande.
Tal vez... tal vez simplemente fuera que estaba harto de ver una muerte tras otra, y que simplemente me había acabado forzando a no sentirme mal por ellas. Pero... ¿y si no era así? ¿Y si de verdad cada vez me importaba menos lo que le pasara a los demás? Antes habría acabado llegando a la conclusión de que por el mero hecho de preocuparme por estas cosas ya quedaba probado que sí que me importaba, pero ahora barajaba la situación, pensaba en cómo sería desentenderme y que me diera igual lo que le pasara al resto, y ya no me parecía algo tan malo o tan horrible. De hecho empezaba a verlo como algo útil.
Pasé la cena observando lo que hacían los demás, sin intervenir. Centrándome en mis propios pensamientos, comiéndome la cabeza. Por eso no le repliqué a Stefan cuando habló acerca de quién tenía derecho a qué. En lo que sí seguí pensando fue en mi proyecto de runas, y también en Yrio.
La forma en la que su secuestro me había afectado la habría calificado de “curiosa” si hubiera visto mis pensamientos desde un punto de vista externo. Al contrario que con mi razonamiento anterior, estaba bastante decidido a encontrarlo y traerlo de vuelta vivo costara lo que costara, si no estaba muerto ya.
“Está vivo. Métetelo en la cabeza. Además recuerda que lo han secuestrado. Eso implica que hace falta que esté vivo”
El sinhadre me caía bien, pero tampoco tan bien. Me preocupaba por él evidentemente, pero mi determinación en encontrarlo vivo no era tanto una cuestión de aprecio, o de compañerismo. Mas bien era una cuestión de responsabilidad.
Yo había planeado la salida. Era mi idea, mi plan, mi problema en resumidas cuentas, pero al final no había sido el único afectado.
No me echaba la culpa por lo sucedido. No había tirado ninguna bomba ni secuestrado a nadie, pero en cierto modo yo había causado el problema por llevarlos hasta aquel sitio, así que debía ser yo quien lo arreglara.
Por eso que cuando terminamos de cenar los que todavía quedábamos, porque Alder y Seon se habían marchado, y vi que Atol bajaba a la armería, decidí seguirlo. Tener puntería, suponiendo que la tuviera y que lo de antes no hubiera sido un golpe de suerte, que seguramente lo era, no iba a bastarme. Necesitaría algo más que simples flechas para apañármelas en esta ciudad, y por eso había comenzado mi proyecto con las runas.
Ahora que no estaba Yrio para aportar la magia que yo no tenía no había forma de seguir. Así que aquí estaba, en la puerta de la armería, dispuesto a pedirle ayuda al único que podía proporcionármela que no estuviera ocupado gastándola para curar, o que no pudiera enfadarse conmigo por el “chantaje” de antes, ya que no había estado presente cuando sucedió. Lo gracioso era que, si alguien me hubiera dicho que algún día me pondría a mendigarle magia a Atol, seguramente me habría reído en su cara.
“A veces ni siquiera yo soy capaz de entender qué coño pasa por mi cabeza”
Tomé aire una última vez antes de entrar. Seguramente no iba a estar de buen humor así que tendría que ir con tacto. Si al final aceptaba a ayudarme seguiría entrenando en el patio hasta que no pudiera más y me acostaría, y si no.... pues lo cierto es que haría lo mismo.
Edit:
Cuando salí, no pude contener una sonrisa, aunque la disimulé como pude por si Atol la veía. Había accedido a hacerlo, aunque se veía que no le gustaba la idea. COn mis cosas salí al patio a practicar, con resultados bastante buenos, quizás demasiado buenos, o lo suficiente como para que empezara a pensar que algo no cuadraba. No me consideraba un desastre apuntando como algunos opinaban, pero tampoco tan bueno como para no fallar ni un disparo, que era lo que acababa de pasar. Comprobé que la distancia a la que me colocaba de la diana era la de siempre, y hasta revisé algunas flechas sin encontrar nada anormal. Al final el sueño me indicó que era la hora de terminar, por lo que guardé las cosas y subí a acostarme. Mañana recogería las flechas nuevas.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
01/06/13, 03:18 pm
Erin observó a los presentes, esperando alguna reacción en concreto por la cual tuviese que responder a más preguntas o intentar calmar a alguien, pero se sintió aliviada al ver que nadie parecía querer preguntar nada más. No se veía con fuerzas para responder, aunque las reacciones de la gente le fueron tan extrañas que le empezó a dar vueltas a la cabeza buscando una explicación. Lo de Atol era aceptable. Se le notaba enfadado, pero no tenía ganas de hablar, lo que le daba más coherencia a su reacción. <<¿Qué quieres que haga, que te dé las gracias por no gritar? Lo lógico es no hacerlo, aunque parece que nadie lo entienda>>, respondió mentalmente al líbense sobre lo que había dicho. –No voy a morir, Atol –murmuró. <<Tal vez si fuese una muggle moriría. Pero no siendo una Ravenclaw>>
Las palabras de Seon hicieron que la canadiense le dedicase una mirada algo desafiante, pero no dijo nada <<¿Cuidáis de mí? ¿De verdad? Hace unos meses ni notabais que existía, pero ahora soy yo la que tiene la culpa de consideraros un estorbo… Si esto fuesen los Juegos del Hambre seríais realmente un estorbo>>, pensó, algo mosqueada por la situación, y siguió dándole vueltas a la comida en el plato. No tenía hambre, aunque no sabía si era porque había comido mucho antes o porque hablar de la muerte de Charlotte de nuevo le revolvía el estómago.
Las palabras de Alder también le enfadaron, aunque le hicieron sentir mal <<Hasta Katniss se mantuvo fiel a sus amigos…>>. Reprimió unas cuantas lágrimas lo mejor que supo y se levantó de la mesa sin apenas haber comido nada. –Estaba muy rico, Atol –dijo, intentando no parecer destrozada por dentro. Había sido un mal día. Probablemente lo que menos se esperaba en ese momento fue que Stefan la defendiese. Para ella, él no tenía por qué hacerlo. Tampoco se esperaba que la llamase pequeña valkyria, pero le hizo sentir algo mejor, sobre todo aquello último –No tenías por qué, Stefan. Pero gracias –murmuró antes de salir al patio como una exhalación.
Una vez allí, se sentó en el suelo y se hizo un ovillo, mirando al cielo de Rocavarancolia para observar aquellos murciélagos en llamas. Recordaba el primer día en la ciudad cuando vio a aquellos seres por primera vez. Recordaba ir armada con su linterna y aquella sensación a caballo entre el nerviosismo y el temor que la oscuridad le infundía. Después de cinco meses en la ciudad, el menor de sus miedos era la oscuridad. Los ojos se le empezaron a humedecer y Erin dejó que sus lágrimas fluyeran en silencio, echándose la culpa de la muerte de Charlotte y odiándose a sí misma por toda clase de motivos dispares.Se secó las lágrimas con el dorso de la mano, se levantó y se dirigió al interior del torreón <<Silenciosa como una sombra. Tranquila como las aguas en calma>>, citó en su mente aquel par de frases y entró sin hacer ruido a Letargo, para encontrarse a Stefan durmiendo en un sofá.
Sonrió, pero era una sonrisa triste, y subió las escaleras en silencio hasta la habitación común, donde se quedó mirando el cielo nocturno un rato más, observando aquella estrella que había aparecido en el cielo hacía un par de noches <<¿Por qué, después de cinco meses de completa oscuridad, aparece esta estrella ahora?>>, se preguntó, pero no le apeteció buscar la respuesta. Se metió en la cama y se quedó despierta un buen rato, hasta que consiguió dormirse ya bien entrada la noche entre sentimientos de culpabilidad y odio hacia ella y el resto del mundo, exceptuando a un par de personas.
Las palabras de Seon hicieron que la canadiense le dedicase una mirada algo desafiante, pero no dijo nada <<¿Cuidáis de mí? ¿De verdad? Hace unos meses ni notabais que existía, pero ahora soy yo la que tiene la culpa de consideraros un estorbo… Si esto fuesen los Juegos del Hambre seríais realmente un estorbo>>, pensó, algo mosqueada por la situación, y siguió dándole vueltas a la comida en el plato. No tenía hambre, aunque no sabía si era porque había comido mucho antes o porque hablar de la muerte de Charlotte de nuevo le revolvía el estómago.
Las palabras de Alder también le enfadaron, aunque le hicieron sentir mal <<Hasta Katniss se mantuvo fiel a sus amigos…>>. Reprimió unas cuantas lágrimas lo mejor que supo y se levantó de la mesa sin apenas haber comido nada. –Estaba muy rico, Atol –dijo, intentando no parecer destrozada por dentro. Había sido un mal día. Probablemente lo que menos se esperaba en ese momento fue que Stefan la defendiese. Para ella, él no tenía por qué hacerlo. Tampoco se esperaba que la llamase pequeña valkyria, pero le hizo sentir algo mejor, sobre todo aquello último –No tenías por qué, Stefan. Pero gracias –murmuró antes de salir al patio como una exhalación.
Una vez allí, se sentó en el suelo y se hizo un ovillo, mirando al cielo de Rocavarancolia para observar aquellos murciélagos en llamas. Recordaba el primer día en la ciudad cuando vio a aquellos seres por primera vez. Recordaba ir armada con su linterna y aquella sensación a caballo entre el nerviosismo y el temor que la oscuridad le infundía. Después de cinco meses en la ciudad, el menor de sus miedos era la oscuridad. Los ojos se le empezaron a humedecer y Erin dejó que sus lágrimas fluyeran en silencio, echándose la culpa de la muerte de Charlotte y odiándose a sí misma por toda clase de motivos dispares.Se secó las lágrimas con el dorso de la mano, se levantó y se dirigió al interior del torreón <<Silenciosa como una sombra. Tranquila como las aguas en calma>>, citó en su mente aquel par de frases y entró sin hacer ruido a Letargo, para encontrarse a Stefan durmiendo en un sofá.
Sonrió, pero era una sonrisa triste, y subió las escaleras en silencio hasta la habitación común, donde se quedó mirando el cielo nocturno un rato más, observando aquella estrella que había aparecido en el cielo hacía un par de noches <<¿Por qué, después de cinco meses de completa oscuridad, aparece esta estrella ahora?>>, se preguntó, pero no le apeteció buscar la respuesta. Se metió en la cama y se quedó despierta un buen rato, hasta que consiguió dormirse ya bien entrada la noche entre sentimientos de culpabilidad y odio hacia ella y el resto del mundo, exceptuando a un par de personas.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
01/06/13, 06:58 pm
Si Tap esperaba ver un espectáculo de estupidez gigantina desde su escalón, no pudo equivocarse más. No hubo gritos ni explosiones de temperamento ni nada parecido. Solo una calma tensa y una cena más o menos silenciosa. Las palabras que se dedicaron, sin embargo, fueron venenosas. Y aunque no las gritaban, la intención con la que iban impresas era hacer mella en Erin. Esta vez, el repoblador podía entenderlo, pero él no estaba en posición de juzgar a la Inestable. <<Erin salió sola, no hizo nada más que abrir la puerta. Yo lancé el dardo a Macak...>>. Volvieron los remordimientos.
Cuando vio que Alder y Seon iban a subir, tomó la iniciativa y corrió hasta el primer piso y luego a la ventana. Pronto, la peliazul se puso a llorar y a Tap se le encogió el estómago. <<Macak iba a morir de todas maneras>>. Ver a Seon llorando se lo recordó. <<Estaba sentenciada por culpa del hechizo de Seon>> pensó en un principio. <<No, Macak se suicidó cuando salió sola y se enfermó de savia negra>>. Esta cadena de pensamientos se repetía cíclicamente en la cabezuela del repoblador. Empezaba echándose la culpa directa de la muerte de Macak; luego se quitaba el muerto de encima, dejándolo caer sobre otro, esta vez Seon, y al final el muerto volvía con Tap casi por su propio pie. <<No habría enfermado si no hubiese salido detrás de mí y de Pablo>>. Macak llevaba meses muerta y la culpabilidad no solo le pesaba más cada día, sino que era más rápida que él y, al final, independientemente de cuantas vueltas le diera, le acababa alcanzando. El suicidio de Charlotte y la muerte-secuestro de Yrio solo le hacían sentir un poquito más lento a estas alturas.
Tap acabó arrepintiéndose de su razón inicial para espiar a los gigantes y bajó por la enredadera hasta el patio. Miró de reojo la entrada al interior del panal antes de esconderse en el huerto, cabizbajo. Había perdido las ganas de paralizar a Atol en un acto de venganza poética. <<Ni siquiera me atrevo a comer con ellos. ¿A quién quiero engañar?>>. Se sentó sobre la tierra blanda y, sumido en sus pensamientos, se dedicó a hacer surcos y a desmoronar terrones. Así, no tardó mucho en entrarle el sueño.
Arrancó una hoja de las plantas, a las cuales les había perdido un poco el respeto, y se tumbó en el suelo, usándola como manta. No supo cuanto tiempo pasó de aquella manera, pero fuera el tiempo que fuera, acabó inquietándose. Por alguna razón, el patio le parecía demasiado grande para poder dormir tranquilo. Enrolló la hoja, echó un vistazo al panal y la visión de las paredes recubiertas de enredaderas lo reconfortó. <<Mejor dentro...>>.
Por instinto, Tap acabó asomándose a la armería, dispuesto a buscar uno de los lugares más recónditos que hubiera en todo el torreón. <<Lo más seguro...>>. Lo que no esperaba era encontrarse a Atol ahí. Estaba totalmente sopa, sentado sobre un baúl y recostado sobre el armario. Por unos segundos Tap se creció, sabedor de que estaba en ventaja contra el gigante. Pero su sentimiento de superioridad se desinfló en cuanto echó un vistazo a las flechas del suelo y se sintió incapaz de hacerle nada. Últimamente estaba acumulando mucho odio, pero Tap , de momento, seguía teniendo escrúpulos. <<Tienes suerte, estúpido cardo borriquero>>. Y al final acabó subiendo hasta la planta baja.
Por allí descansaba Moscardón, cuya cercanía se le antojaba más segura que la de Metálico. Buscó un lugar cerrado y, a falta de la fuerza suficiente para abrir por sí mismo los cajones, Tap acabó metido dentro de la cesta con la comida. Colocó un filete de carne cruda a modo de colchón en el fondo de esta, improvisó un techo apoyando los botes de sales y los racimos con frutas y se arropó con la hoja que había traído del huerto. El repoblador no pudo evitar cuestionarse cómo había acabado así. Después de tantas amenazas con comérselo y otras tantas veces que le habían encerrado debajo de estos cacharros y al final, había acabado metiéndose él mismo dentro de una cesta, utilizando la comida a modo de madriguera. <<Asco de todo...>> fue lo poco que pudo pensar antes que el cansancio le sobreviniera.
Cuando vio que Alder y Seon iban a subir, tomó la iniciativa y corrió hasta el primer piso y luego a la ventana. Pronto, la peliazul se puso a llorar y a Tap se le encogió el estómago. <<Macak iba a morir de todas maneras>>. Ver a Seon llorando se lo recordó. <<Estaba sentenciada por culpa del hechizo de Seon>> pensó en un principio. <<No, Macak se suicidó cuando salió sola y se enfermó de savia negra>>. Esta cadena de pensamientos se repetía cíclicamente en la cabezuela del repoblador. Empezaba echándose la culpa directa de la muerte de Macak; luego se quitaba el muerto de encima, dejándolo caer sobre otro, esta vez Seon, y al final el muerto volvía con Tap casi por su propio pie. <<No habría enfermado si no hubiese salido detrás de mí y de Pablo>>. Macak llevaba meses muerta y la culpabilidad no solo le pesaba más cada día, sino que era más rápida que él y, al final, independientemente de cuantas vueltas le diera, le acababa alcanzando. El suicidio de Charlotte y la muerte-secuestro de Yrio solo le hacían sentir un poquito más lento a estas alturas.
Tap acabó arrepintiéndose de su razón inicial para espiar a los gigantes y bajó por la enredadera hasta el patio. Miró de reojo la entrada al interior del panal antes de esconderse en el huerto, cabizbajo. Había perdido las ganas de paralizar a Atol en un acto de venganza poética. <<Ni siquiera me atrevo a comer con ellos. ¿A quién quiero engañar?>>. Se sentó sobre la tierra blanda y, sumido en sus pensamientos, se dedicó a hacer surcos y a desmoronar terrones. Así, no tardó mucho en entrarle el sueño.
Arrancó una hoja de las plantas, a las cuales les había perdido un poco el respeto, y se tumbó en el suelo, usándola como manta. No supo cuanto tiempo pasó de aquella manera, pero fuera el tiempo que fuera, acabó inquietándose. Por alguna razón, el patio le parecía demasiado grande para poder dormir tranquilo. Enrolló la hoja, echó un vistazo al panal y la visión de las paredes recubiertas de enredaderas lo reconfortó. <<Mejor dentro...>>.
Por instinto, Tap acabó asomándose a la armería, dispuesto a buscar uno de los lugares más recónditos que hubiera en todo el torreón. <<Lo más seguro...>>. Lo que no esperaba era encontrarse a Atol ahí. Estaba totalmente sopa, sentado sobre un baúl y recostado sobre el armario. Por unos segundos Tap se creció, sabedor de que estaba en ventaja contra el gigante. Pero su sentimiento de superioridad se desinfló en cuanto echó un vistazo a las flechas del suelo y se sintió incapaz de hacerle nada. Últimamente estaba acumulando mucho odio, pero Tap , de momento, seguía teniendo escrúpulos. <<Tienes suerte, estúpido cardo borriquero>>. Y al final acabó subiendo hasta la planta baja.
Por allí descansaba Moscardón, cuya cercanía se le antojaba más segura que la de Metálico. Buscó un lugar cerrado y, a falta de la fuerza suficiente para abrir por sí mismo los cajones, Tap acabó metido dentro de la cesta con la comida. Colocó un filete de carne cruda a modo de colchón en el fondo de esta, improvisó un techo apoyando los botes de sales y los racimos con frutas y se arropó con la hoja que había traído del huerto. El repoblador no pudo evitar cuestionarse cómo había acabado así. Después de tantas amenazas con comérselo y otras tantas veces que le habían encerrado debajo de estos cacharros y al final, había acabado metiéndose él mismo dentro de una cesta, utilizando la comida a modo de madriguera. <<Asco de todo...>> fue lo poco que pudo pensar antes que el cansancio le sobreviniera.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/06/13, 06:28 pm
Me desperté sobresaltado de una pesadilla demasiado real para mi gusto. Aún las ultimas palabras de mi alter ego resonaban en mis oídos "Nos vemos tras la Luna espantapájaros", cuando dejó de sonar esa voz que reía y tanto se parecía a la mía sentí el atronador sonido de la sangre corriendo a causa de mi corazón que estaba completamente acelerado, me había visto a mí mismo, un yo totalmente opuesto a mí, repugnante y al que no quería parecerme en nada.
Con asco miré las vendas que cubrían mis brazos y acto seguido saqué uno de mis cuchillos y corté con precipitación las vendas y las dejé caer al suelo con un tintineo de cristales, <<Cristales, joder todo me remite a lo mismo, los sonidos, las sensaciones, hasta el contacto con las cosas, mierda, hasta estoy empapado, aunque es por el sudor y no por la mierda esa de río. Mierda, mierda, mierda, y le reventé la cabeza a Sombra, ¿y de verdad esclavicé a todas las personas de la tierra que me conocían?, no, eso no es posible, ninguno de ellos está en esta maldita ciudad, y nunca tendré el poder para hacerle eso a la gente, si eso es lo que significa tener magia no la usaré más que en ocasiones de emergencia, no quiero acabar loco como aquel tío, eso no era yo>>, <<¿Y si sí eras tu?>> dice una vocecilla en lo más profundos de mi cabeza.
Negando con la cabeza me levanté con rapidez del sillón, olvidándome por culpa del sueño de que aún tenía la pierna herida. Al apoyar el peso sobre esa pierna un latigazo de dolor me recorrió de arriba a abajo, haciéndome soltar un grito que traté de reprimir como pude pero sin conseguirlo del todo, lo peor fue que la pierna me fallase y cayese sobre esa misma pierna, lo que me hizo rodar por el suelo gritando de dolor y soltando improperios a diestro y siniestro.
-Joder, hostia puta, me cago en Dios y en Cristo, maldigo el día en que se descubrió el fuego coño,- y soltando improperios más incomprensibles me levanté como pude y me apoyé contra la mesa.
Todavía seguía tratando de convencerme por encima del dolor de que sólo había sido un sueño. <<¿Y si ha sido más que un sueño?, al fin y al cabo él no dejaba de ser tú>>, volví a escuchar esa voz al fondo de mi cabeza que al fin y al cabo no resultaba ser más que el fruto de mis propias dudas.
Con asco miré las vendas que cubrían mis brazos y acto seguido saqué uno de mis cuchillos y corté con precipitación las vendas y las dejé caer al suelo con un tintineo de cristales, <<Cristales, joder todo me remite a lo mismo, los sonidos, las sensaciones, hasta el contacto con las cosas, mierda, hasta estoy empapado, aunque es por el sudor y no por la mierda esa de río. Mierda, mierda, mierda, y le reventé la cabeza a Sombra, ¿y de verdad esclavicé a todas las personas de la tierra que me conocían?, no, eso no es posible, ninguno de ellos está en esta maldita ciudad, y nunca tendré el poder para hacerle eso a la gente, si eso es lo que significa tener magia no la usaré más que en ocasiones de emergencia, no quiero acabar loco como aquel tío, eso no era yo>>, <<¿Y si sí eras tu?>> dice una vocecilla en lo más profundos de mi cabeza.
Negando con la cabeza me levanté con rapidez del sillón, olvidándome por culpa del sueño de que aún tenía la pierna herida. Al apoyar el peso sobre esa pierna un latigazo de dolor me recorrió de arriba a abajo, haciéndome soltar un grito que traté de reprimir como pude pero sin conseguirlo del todo, lo peor fue que la pierna me fallase y cayese sobre esa misma pierna, lo que me hizo rodar por el suelo gritando de dolor y soltando improperios a diestro y siniestro.
-Joder, hostia puta, me cago en Dios y en Cristo, maldigo el día en que se descubrió el fuego coño,- y soltando improperios más incomprensibles me levanté como pude y me apoyé contra la mesa.
Todavía seguía tratando de convencerme por encima del dolor de que sólo había sido un sueño. <<¿Y si ha sido más que un sueño?, al fin y al cabo él no dejaba de ser tú>>, volví a escuchar esa voz al fondo de mi cabeza que al fin y al cabo no resultaba ser más que el fruto de mis propias dudas.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/06/13, 06:48 pm
No dormí tanto como de costumbre, de hecho fui el primero en despertarme.
Lo primero que hice nada más levantarme fue echarle un vistazo a las quemaduras. Estaba prácticamente curado ya. Seon había hecho un buen trabajo con el hechizo nuevo, y apenas se notaban ya las zonas quemadas. Todavía me dolía un poco de vez en cuando, pero no era nada que no pudiera soportar.
Estaba bajando al salón cuando un estruendo que venía de abajo me sobresaltó, y apunto estuve de caerme por las escaleras otra vez. “Pfew por los pelos”
Había logrado mantener el equilibrio por muy poco. “¿Que está pasando ahí abajo?"
El estruendo había cesado, pero ahora se oían gritos y tacos variados. Por la naturaleza de los mismos no tardé en reconocer la boca de la que salían. “Stefan... ¿qué tripa se le habrá roto?"
Poniendo los ojos en blanco seguí bajando y llegué al salón gruñendo por lo bajo. Me lo encontré apoyándose en una mesa. Por las pintas se había golpeado en la quemadura. “Bueno, podría ser peor”
-¿Qué ha pasado? Por un momento pensé que nos atacaban o algo. Casi me caigo por las escaleras del susto-
Aun no escuchaba a nadie más despierto, pero unos gritos así tenían que haber despertado a más de uno, y no iban a estar de buen humor.
-¿Sabes? Mejor me lo cuentas en el patio. Vayámonos de aquí antes de que el resto termine de despertarse y suframos un ataque de verdad. Te ayudo si hace falta-
Lo primero que hice nada más levantarme fue echarle un vistazo a las quemaduras. Estaba prácticamente curado ya. Seon había hecho un buen trabajo con el hechizo nuevo, y apenas se notaban ya las zonas quemadas. Todavía me dolía un poco de vez en cuando, pero no era nada que no pudiera soportar.
Estaba bajando al salón cuando un estruendo que venía de abajo me sobresaltó, y apunto estuve de caerme por las escaleras otra vez. “Pfew por los pelos”
Había logrado mantener el equilibrio por muy poco. “¿Que está pasando ahí abajo?"
El estruendo había cesado, pero ahora se oían gritos y tacos variados. Por la naturaleza de los mismos no tardé en reconocer la boca de la que salían. “Stefan... ¿qué tripa se le habrá roto?"
Poniendo los ojos en blanco seguí bajando y llegué al salón gruñendo por lo bajo. Me lo encontré apoyándose en una mesa. Por las pintas se había golpeado en la quemadura. “Bueno, podría ser peor”
-¿Qué ha pasado? Por un momento pensé que nos atacaban o algo. Casi me caigo por las escaleras del susto-
Aun no escuchaba a nadie más despierto, pero unos gritos así tenían que haber despertado a más de uno, y no iban a estar de buen humor.
-¿Sabes? Mejor me lo cuentas en el patio. Vayámonos de aquí antes de que el resto termine de despertarse y suframos un ataque de verdad. Te ayudo si hace falta-
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/06/13, 07:25 pm
Por un momento esperé que nadie se hubiese despertado, obviamente era mucho desear, no iban a tener la decencia ni de dejarme recolocar mis pensamientos. Pablo bajó las escaleras inquiriendo qué había pasado, cuando levanté la mirada y lo vi allí plantado enfrente mía la imagen de él en los establos recogiendo mierda vino a mi mente, velozmente aparté la mirada avergonzado, <<¿Por qué coño me avergüenzo si no fui yo el que le hizo eso?>>, <<Sí, sí fuiste tú aunque no lo quieras reconocer>>, <<CÁLLATE, yo no soy así, ni lo seré nunca>>.
Cuando mi batalla mental hubo terminado por fin pude dirigir mi mirada a Pablo, su voz no estaba teñida de preocupación, lo cual me pareció bastante mal. <<Ya sabes que podrías obligarlo si usaras la forma fácil...>>, la voz era sugerente, <<¿Qué?, ¿acaso eso es fácil?, ni siquiera tengo la magia adecuada. Espera, ¿Por qué cojones me lo estoy planteando siquiera?>>.
Niego con la cabeza para aclarar mis pensamientos y Pablo sugiere que se lo cuente en el patio para no despertar a nadie, accedo y salgo al patio con él, aunque me niego educadamente a su ofrecimiento de ayudarme, voy directo al pozo y saco un cubo de agua y meto la cabeza dentro del cubo para refrescarme y calmarme con el agua fría, unos segundos después saco la cabeza y el pelo me cae por la cara, <<¿Desde cuando llevo el pelo tan largo?>>, apartando el pensamiento me eché el cubo de agua por encima, y cuando el agua terminó de caer lo dejé en el suelo y me eché mano al pelo echándolo todo para atrás.
Ya más calmado respondo a Pablo tratando de esforzarme por mantener las buenas maneras.
-Nada, sólo he tenido una pesadilla espantosa, me desperté de golpe y me caí al suelo sobre la pierna herida, así que sumando ambas pues... no he empezado el día con buen pie,- traté de reírme de mi propio chiste, pero la risa no se reflejó en mis ojos ya que aún estaba preocupado por ese sueño.- Fue tan real... es más juraría que pasó de verdad.
Cuando mi batalla mental hubo terminado por fin pude dirigir mi mirada a Pablo, su voz no estaba teñida de preocupación, lo cual me pareció bastante mal. <<Ya sabes que podrías obligarlo si usaras la forma fácil...>>, la voz era sugerente, <<¿Qué?, ¿acaso eso es fácil?, ni siquiera tengo la magia adecuada. Espera, ¿Por qué cojones me lo estoy planteando siquiera?>>.
Niego con la cabeza para aclarar mis pensamientos y Pablo sugiere que se lo cuente en el patio para no despertar a nadie, accedo y salgo al patio con él, aunque me niego educadamente a su ofrecimiento de ayudarme, voy directo al pozo y saco un cubo de agua y meto la cabeza dentro del cubo para refrescarme y calmarme con el agua fría, unos segundos después saco la cabeza y el pelo me cae por la cara, <<¿Desde cuando llevo el pelo tan largo?>>, apartando el pensamiento me eché el cubo de agua por encima, y cuando el agua terminó de caer lo dejé en el suelo y me eché mano al pelo echándolo todo para atrás.
Ya más calmado respondo a Pablo tratando de esforzarme por mantener las buenas maneras.
-Nada, sólo he tenido una pesadilla espantosa, me desperté de golpe y me caí al suelo sobre la pierna herida, así que sumando ambas pues... no he empezado el día con buen pie,- traté de reírme de mi propio chiste, pero la risa no se reflejó en mis ojos ya que aún estaba preocupado por ese sueño.- Fue tan real... es más juraría que pasó de verdad.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/06/13, 07:59 pm
-Tu mismo- Fue lo que le dije cuando rechazó mi ayuda para ir al patio. Una vez fuera eché un vistazo a mis cosas mientras Stefan se refrescaba en el pozo.
Anoche me había olvidado de guardar mis cosas en la armería, así que seguían aquí. Recogí el arco y una flecha mientras pensaba en lo que había pasado en las prácticas de ayer.
-¿Una pesadilla?- Pregunto mientras tenso el arco. -Bueno mejor que te pase algo malo en sueños a que te hubiera pasado de verdad supongo-
Solté la flecha, que aunque no se clavó en el centro de la diana sí que se acercó bastante. “¿otra vez? Esto empieza a ser raro”
-Por cierto deberías pedirle a Seon que te aplique el hechizo de las quemaduras aunque sea una vez. No estás tan grave como serok, pero una quemadura en la pierna es jodida para andar- Hice una pausa mientras recogía otra flecha del suelo -Por cierto, no se si lo has visto pero se está recuperando a una velocidad increíble. Más rápido de lo que me curé yo al menos, aunque cada vez que le aplica Seon el hechizo se queja de que le pica-
Tensé el arco con la flecha que acababa de recoger y la solté. Dio en el centro esta vez. Fruncí el ceño.
-Oye. ¿Sabes si alguien ha tocado la diana o las flechas en algún momento para algo? Últimamente cuando practico los resultados son... raros-
Anoche me había olvidado de guardar mis cosas en la armería, así que seguían aquí. Recogí el arco y una flecha mientras pensaba en lo que había pasado en las prácticas de ayer.
-¿Una pesadilla?- Pregunto mientras tenso el arco. -Bueno mejor que te pase algo malo en sueños a que te hubiera pasado de verdad supongo-
Solté la flecha, que aunque no se clavó en el centro de la diana sí que se acercó bastante. “¿otra vez? Esto empieza a ser raro”
-Por cierto deberías pedirle a Seon que te aplique el hechizo de las quemaduras aunque sea una vez. No estás tan grave como serok, pero una quemadura en la pierna es jodida para andar- Hice una pausa mientras recogía otra flecha del suelo -Por cierto, no se si lo has visto pero se está recuperando a una velocidad increíble. Más rápido de lo que me curé yo al menos, aunque cada vez que le aplica Seon el hechizo se queja de que le pica-
Tensé el arco con la flecha que acababa de recoger y la solté. Dio en el centro esta vez. Fruncí el ceño.
-Oye. ¿Sabes si alguien ha tocado la diana o las flechas en algún momento para algo? Últimamente cuando practico los resultados son... raros-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/06/13, 08:56 pm
Lentamente voy abriendo los ojos, desorientado, mientras las imágenes que me rodean van tomando forma hasta perfilar los destartalados muebles y el conjunto de armas, así como las paredes y las escaleras <<¿Qué hago en la armería?>> Para colmo, cuando me muevo para levantarme descubro que estoy sentado... Bueno, estaba sentado en un baúl, ahora me caí al suelo entre este y el armario donde descansaba mi espalda.
-Joder...
Logro salir de entre los muebles, me sacudo el polvo y me estiro, descubriendo así en el suelo unas flechas con unas runas dibujadas
-Ah, sí, las flechas de Pablo... Más le vale, nos vale, que sean eficaces...
<<Y hablando de magia, a ver si hoy podemos localizar a Yrio y aclarar todo esto...>> Con esa idea salgo al patio, tras dejar las flechas en la mesa del salón.
Tras un rato de entrenamiento y de mente en blanco, con un Thras puntual como siempre, voy a refrescarme y a darme un baño mientras me mentalizo para buscar y encontrar a Yrio, cueste lo que cueste <<Tenemos todo el día hasta que caiga la noche. Vamos a peinar esa maldita zona y a liquidar lo que se nos cruce. Y hoy sí que nos abren la puerta, a ver quiénes demonios se creen los de ese torreón. ¿Ladrones? Basura>> Pero por algún motivo el agua me produce cierto rechazo y me doy prisa, bufando por esto y también por el recuerdo de lo que nos contó Shizel. Eso indirectamente lleva a la cena y a la noticia de Charlotte, <<Otra estatuilla pendiente... ¿Por qué demonios se empeñan en salir solas y solos? ¿Quién soy yo para protegerlas si no se cuidan por sí mismas?
-Deberían valerse por sí solas, no son niñas inválidas, diablos.-mascullo mientras me seco.-¿Y qué me pasa ahora con el agua?-mascullo al terminar de secarme el pelo con fuerza.-Esto va necesitando un corte...
A continuación subo al cuarto de entrenamiento con la idea de grabar las runas paralizantes en mis cimitarras, pero una vez arriba y dándole vueltas al asunto... <<¿Cómo se activan estas cosas? Presión dice el libro pero... ¿Si las grabo en mis armas... Esto no son flechas de impacto y perforación, son de corte... Creo que paso, no vaya a paralizarse mi presa y yo entero...>> De pronto unos gritos que identifico de Stefan me sobresaltan, pero ni me levanto. Espero a seguir escuchando, alerta, mas no parece ser nada grave así que no le hago más caso. Luego miro unos segundos la de explosión pero la descarto sin pensarlo, si no me la juego con la otra, la explosiva menos...
Desganado con el tema de las runas y pensando que estábamos perdiendo la bonita mañana para buscar a Yrio, bajo al salón y escucho a Pablo y Stefan hablando en el patio. Sin fijarme en la conversación, interrumpo y le paso las flechas al primero.
-Ale, ahí tienes. Más te vale y nos vale que sirvan...-pero me fijo en las dianas y me atraganto.-Vale, disculpa, veo que has mejorado la puntería-entonces escucho a las sinhadres recién despiertas.-Buenos días ~ Voy a preparar el desayuno.
Pero mira tú qué sorpresa: Tap debajo de unas verduras, durmiendo. <<Tengamos el día tranquilo, anda...>> Con cuidado le saco de su improvisado refugio nocturno, cojo lo necesario y vuelvo a dejarlo despacio donde estaba.
Tras desayunar, Seon retomó la lenta tarea de curar las quemaduras mientras yo observaba de pie, por si de pronto daba signos de encontrarse mal, cansada o a punto de desmayarse por el desgaste.
-Eso que hizo Stefan ayer... ¿Lo podrían hacer todos los que no vengan a buscar a Yrio?-sugiero, preocupado por la chica.
Y bingo, la idea resulta, de tal forma que incluso los que no son capaces de hacer magia pueden pasar energía. Primero decidimos quiénes iremos a buscarle y luego, de acuerdo a esto, Seon, yo y Stefan nos pertrechamos con los cristales cargados aunque Stefan además coge unos talismanes <<¿Uh? ¿No son lo mismo acaso?>>
-Nos vamos en cuanto esteis listos.-mascullo ya armado y en la puerta, esperando, deseando salir ya y encontrar a Yrio, y en el peor o mejor de los casos, ver a los de Sendar.
Sigue en el Torreón Sendar.
-Joder...
Logro salir de entre los muebles, me sacudo el polvo y me estiro, descubriendo así en el suelo unas flechas con unas runas dibujadas
-Ah, sí, las flechas de Pablo... Más le vale, nos vale, que sean eficaces...
<<Y hablando de magia, a ver si hoy podemos localizar a Yrio y aclarar todo esto...>> Con esa idea salgo al patio, tras dejar las flechas en la mesa del salón.
Tras un rato de entrenamiento y de mente en blanco, con un Thras puntual como siempre, voy a refrescarme y a darme un baño mientras me mentalizo para buscar y encontrar a Yrio, cueste lo que cueste <<Tenemos todo el día hasta que caiga la noche. Vamos a peinar esa maldita zona y a liquidar lo que se nos cruce. Y hoy sí que nos abren la puerta, a ver quiénes demonios se creen los de ese torreón. ¿Ladrones? Basura>> Pero por algún motivo el agua me produce cierto rechazo y me doy prisa, bufando por esto y también por el recuerdo de lo que nos contó Shizel. Eso indirectamente lleva a la cena y a la noticia de Charlotte, <<Otra estatuilla pendiente... ¿Por qué demonios se empeñan en salir solas y solos? ¿Quién soy yo para protegerlas si no se cuidan por sí mismas?
-Deberían valerse por sí solas, no son niñas inválidas, diablos.-mascullo mientras me seco.-¿Y qué me pasa ahora con el agua?-mascullo al terminar de secarme el pelo con fuerza.-Esto va necesitando un corte...
A continuación subo al cuarto de entrenamiento con la idea de grabar las runas paralizantes en mis cimitarras, pero una vez arriba y dándole vueltas al asunto... <<¿Cómo se activan estas cosas? Presión dice el libro pero... ¿Si las grabo en mis armas... Esto no son flechas de impacto y perforación, son de corte... Creo que paso, no vaya a paralizarse mi presa y yo entero...>> De pronto unos gritos que identifico de Stefan me sobresaltan, pero ni me levanto. Espero a seguir escuchando, alerta, mas no parece ser nada grave así que no le hago más caso. Luego miro unos segundos la de explosión pero la descarto sin pensarlo, si no me la juego con la otra, la explosiva menos...
Desganado con el tema de las runas y pensando que estábamos perdiendo la bonita mañana para buscar a Yrio, bajo al salón y escucho a Pablo y Stefan hablando en el patio. Sin fijarme en la conversación, interrumpo y le paso las flechas al primero.
-Ale, ahí tienes. Más te vale y nos vale que sirvan...-pero me fijo en las dianas y me atraganto.-Vale, disculpa, veo que has mejorado la puntería-entonces escucho a las sinhadres recién despiertas.-Buenos días ~ Voy a preparar el desayuno.
Pero mira tú qué sorpresa: Tap debajo de unas verduras, durmiendo. <<Tengamos el día tranquilo, anda...>> Con cuidado le saco de su improvisado refugio nocturno, cojo lo necesario y vuelvo a dejarlo despacio donde estaba.
Tras desayunar, Seon retomó la lenta tarea de curar las quemaduras mientras yo observaba de pie, por si de pronto daba signos de encontrarse mal, cansada o a punto de desmayarse por el desgaste.
-Eso que hizo Stefan ayer... ¿Lo podrían hacer todos los que no vengan a buscar a Yrio?-sugiero, preocupado por la chica.
Y bingo, la idea resulta, de tal forma que incluso los que no son capaces de hacer magia pueden pasar energía. Primero decidimos quiénes iremos a buscarle y luego, de acuerdo a esto, Seon, yo y Stefan nos pertrechamos con los cristales cargados aunque Stefan además coge unos talismanes <<¿Uh? ¿No son lo mismo acaso?>>
-Nos vamos en cuanto esteis listos.-mascullo ya armado y en la puerta, esperando, deseando salir ya y encontrar a Yrio, y en el peor o mejor de los casos, ver a los de Sendar.
Sigue en el Torreón Sendar.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.