Torreón Letargo (Archivo III)

Tap permanecía un poco ausente, apenas intervino cuando fue estrictametne necesario o cuando el Moscardón se dirigió a él en concreto. <<Cuánto zumba, por la Flora...>>. Pensó refiriéndose a lo muchísimo que hablaba Stefan.

-Lo siento, pero eres un iluso-le confirmó al Moscardón-. Por intentarlo también podemos perder cosas. A estas alturas... Intentar socializar con Metálico podría acabar conmigo cocinado o empalado o vete a saber. Mira la afición que tiene a meterme en cestas y cacerolas-negó con la cabeza y trató de adoptar un tono serio, para evitar que se notara que se sentía dolido por esas cosas. Antes Tap era una persona olvidadiza, pero ahora recordaba demasiadas cosas con rencor-. Y por decir la verdad, encima-resopló, se recostó un poco sobre Erin y perdió la mirada en el techo. Mirando sin mirar.

Tap reconoció estas como una de las pocas conversaciones sosegadas en las que tenía la suerte o la desgracia de participar, dentro del panal, y decidió no darle más vueltas al tema, para no sulfurarse. Siguió escuchando, hasta que mencionaron al abismo. O como él lo conocía, la grieta. Él había estado ahí, con su avispa. Y rememoraba ese viaje con amargura. Amargura porque la avispa ya no estaba con él y porque ahora, tantos meses después de haber ido, sentía que no le estaba mintiendo tanto. "Pero te equivocaste, repoblador. No hay nada aquí. Ninguna vida, ninguna esperanza que salvar. Un mundo muerto... Y así acabaréis todos, muertos uno tras otro...". Se estremeció al recordarlo y volvió a pensar en Macak, Yrio y Charlotte. <<No es culpa mía>>. Se repitió por enésima vez.

-Yo también estuve allí-confesó en voz tan baja que probablemente solo Erin lo oyó-. Y le escupí...-una sonrisa triste y el deje de la voz dejaban claro que no estaba presumiendo. Estaba arrepentido. De haber ido siquiera. <<Ahora moriría>> supo. <<Me tiraría de cabeza sin que me lo pidiera...>>-"Todos son más grandes que tú, pero Rocavarancolia es mayor que todos vosotros... Os aplastará, a gigantes y repobladores por igual."-conforme fue citando las palabras del abismo, su voz fue disminuyendo gradualmente hasta cortarse del todo, por causas ajenas a él. Tap tosió como acto reflejo para recuperarla-. Y recuerdo más. Lo peor de todo es esto, que sabe lo que te dice-remover estos recuerdos desanimó de nuevo al repoblador, que hoy se sentía como si estuviera haciendo trapecismo entre lianas.

Decidió que ya no le apetecía hablar más, se hizo un reguño sobre el hombro de Erin y simplemente escuchó el resto de la conversación.

PD: Sorry la especial cutrez de este post.
PDD: Créditos a Naer por las partes citadas de su post del abismo. *le manda un abrazo croquetero*

Tardaron un rato considerable en llegar a Letargo, ya que dieron un rodeo a propósito para evitar el barrio de los callejones. Shizel no pretendía que la ausencia del grupo se alargase más de lo necesario, y eso incluía evitar encontronazos no deseados. De igual forma el hechizo que habían usado para conservar la comida no duraría eternamente, y se encontró inconscientemente acelerando el paso.

Tocó enérgicamente a la puerta de Letargo. Mientras esperaba a que abrieran estuvo jugueteando con las enredaderas que jalonaban el muro, pensativo. Lo segundo que más echaba de menos de su ciudad, aparte de los canales, era algo de verde.

-Tap, en ningún momento pretendí que fueras tú quien hablara con Atol, eso es cosa mía, si lo consigo convencer será una buena baza para ganar al resto del torreón,- dije bastante convencido,- además, no volveré a permitir que te haga algo, tendrá que pasar por encima de mí. Es cierto que la verdad duele, pero no es para usar sobre ti un hechizo de parálisis y meterte en una olla. Ahí se ha pasado, además sin ningún fundamento, por que estabas muy calmado, lo único que ha conseguido es hacerte enfadar, pero voy a intentar darle solución a esto, tienes mi palabra.

Las palabras de Erin me sacaron una sonrisa.

-Sí, parecemos una familia que se lleve mal, y precisamente eso ha de cambiar, llevarnos mejor, parece un ideal inalcanzable pero... yo pienso intentarlo, por cierto Erin, trataré de levantar la voz lo menos posible, así podrás leer tranquila.- lo que dijo de los del otro torreón me sorprendió,- Sabía que no estábamos solos, pero no creí que fueran tan amables, tendré que darles las gracias,- dije más para mí mismo que para los otros dos.- ¿Has oído Tap?, hay uno de tu mundo,- le dije tratando de animarlo. Cuando Erin me preguntó por la luna le respondí animado.- Según mis cálculos debería salir en unos dos meses, por supuesto tengo un margen de error, pero muy desencaminado no debo ir. Y respecto a las transformaciones.... no podría decírtelo aunque quisiera Erin,- dije con una sonrisa,- cada uno se transformará en una cosa, se supone que la Luna saca a relucir lo que llevas en tu interior, pero hay tantas variables que no podría hacer una suposición, así que tendremos que esperar a la Luna para saberlo.

Momentos después oí unos golpes en la puerta y antes de levantarme miré a Erin y le dije:

-Vaya parece que ya han vuelto, ¿qué te parece si sales al patio y te aseas un poco?, parece que hayas estado llorando, y no queremos que se enteren,- le guiñé el ojo antes de levantarme, me moví hasta la puerta y esperé a que la canadiense hubiera salido al patio para abrir, cual fue mi sorpresa al no encontrar allí a mis compañeros de torreón si no a los del torreón Maciel,- Vaya, que agradable sorpresa, no pensé que fuerais vosotros, pero no os quedéis ahí fuera, pasad, pasad y sentaos.- Cuando dije eso yo mismo fui hasta una silla cojeando y me senté en ella.

Seon y Alder consiguieron encontrar un par de hechizos útiles para encontrar a Yrio, y aquello le subió la moral durante el breve espacio de tiempo en el que no se encontraron con los demás y nadie le pidió hacer magia sobre sus compañeros. Seon ya no tenía pesadillas ni pensaba mucho en Macack, pero se había vuelto muy reacia a usar la magia sobre personas vivas, incluso cuando sabía que no hacia nada malo.
-No me hago responsable de las consecuencias.- dijo con voz apagada. Y lo intentó. No surtió efecto las primeras veces, pero insistió por cabezonería, y terminó por funcionar. Cuando le dijeron que tendría que repetirlo cada cierto tiempo con todos no le hizo ninguna gracia.
Seon llegó a Letargo y se encontró con que tenían visita. Tuvo una primera reacción de rechazo, que quiso culparles por los sucedido con Yrio. Sorprendida y molesta consigo misma, se forzó a mirarlos con la amabilidad acostumbrada, aunque era evidente que estaba seria y cansada. Alder también estaba bastante silenciosa. En otro momento habría mostrado más interés en el grupo, y puede que hubiese bromeado. También era obvio que ellos no estaban de muy buen humor, y quizás es lo que contribuyó a que Seon relajase la mirada.
- ¿A que debemos la visita?- preguntó Alder. Sonó tan neutra, que en ella, resultó seco.
-Venis un día un poco....un mal día. Pero si necesitabais algo, servíos. Lo unico que no os puedo prometer es mucha atención.- dijo Seon. Se volvió para atender a Serok, pero primero recordó que había algo que decirles a los de Maciel.- Es muy probable que encontremos a RR pronto. Este donde....- le costó pronunciar lo siguiente.- Este donde este, se ha llevado a Yrio con él. Y quizás no este lejos del tercer torreón. ¿Hay algo que sepais vosotros?Algo que pueda servir si...
Pero no dijo nada más. Bajó la mirada al suelo y terminó: Ya veis que tenemos heridos. Tengo que atenderlos, lo siento.
Estuvo con Serok el primero, y le dedicó gran parte de sus energías, luego se ocupó de los demás.
Era evidente que tendrían que esperar a la mañana siguiente, por cuestión de prudencia. Alder se ofreció a cargarle amuletos. ya lo había hecho otras veces y Seon aceptó con una mueca.

El repoblador torció el gesto con la respuesta del Moscardón, pero no volvió a comentar nada al respecto. Enseguida Erin habló de otra colonia más y Tap perdió todo su interés en los problemas de la suya propia. <<¿Otro como yo?>>. La sola idea le hizo emocionarse y tuvo que contenerse para no silbar. <<Tengo que conocerlo>>. Estaba convencido de que la idea solo podía ser buena y le daba un poco igual que su grupo les hubiera robado la comida. <<Seguro que es cosa de los gigantes que le acompañan>> se dijo. <<Si son como estos, el pobre lo estará pasando mal...>>. Por el nombre, Vava, sonaba isleño, pero a estas alturas a Tap le daba igual. No iba a ponerse en plan racista con uno de los suyos, sobretodo teniendo a los gigantes, que eran peor que veinte isleños vivalavida. <<Y a lo mejor ni lo es...>>. Pensando en esto, se abstrajo hasta que llamaron a la puerta.

Trepó al tresillo para ver a los recién llegados desde cierta altura, hasta que descubrió que no eran los gigantes que esperaba. <<Que oportunos...>>.

-Sí, que agradable sorpresa-arrendó al moscardón, mirando a los recién llegados con cierto desdén.

Eran más interesantes que los de su propia colonia, pero aún así eran más gigantes de los que le apetecía ver en esos momentos. <<Y todavía tienen que llegar los otros...>>. Seguía dándole vueltas a si habrían ido a por Yrio y una pequeña parte de él esperaba que lo encontraran vivo. Pero ir primero a buscarlo no dejaba de ser una decisión errónea y Tap todavía se sentía mal por el trato de Metálico antes de irse. <<Y hay que contarles lo de la chica...>>. Al repoblador se le revolvió el estómago, pero una idea algo cabrona empezó a hacerse hueco entre el malestar.

Como si hubiese estado augurándolo con sus pensamientos, sus compañeros no tardaron en llegar. No traían a Yrio, pero sí el remedio contra las quemaduras. <<¿Estará muerto de verdad?>>. Tap todavía no acababa de creer las teorías de que el Tulipán lo había secuestrado. Solo les había caído fuego e Yrio había desaparecido. En la ciudad había murciélagos con las alas ardiendo, ¿por qué no podía haber otro bicho que cagara fuego de alguna otra manera? Con esa y otras dudas razonables en el coco, Tap abandonó el salón y se dirigió al patio. Ignoró a Erin, que estaba por allí y trepó por las enredaderas hasta la ventana del primer piso. Allí, se sentó, recostándose contra la pared, y trató de hacer oído para enterarse de lo que se cocía abajo, sin el malestar que le producía verse rodeado de gigantes.

A pesar de todo, el repoblador evitaba mirar a las camas, que le recordaban que a partir de ahora dormirían en Letargo dos gigantes menos.

La bienvenida fue fría, y Shizel se dio cuenta. Era evidente que por la razón que fuera los letarguinos no habían tenido un buen día. Por desgracia, ellos tampoco.

-No nos quedaremos mucho- dijo, rechazando con educación el asiento que le ofrecía Stefan-. Hemos sufrido un incendio en el piso inferior de Maciel- decidió empezar por ahí y en un tono neutro: compartir con ellos sospechas conspiranoicas sobre quién había sido no les iba a servir de nada-. Como es lógico hemos perdido parte del mobiliario y la estructura. Nos vendría bien saber si os sobra cualquier material aprovechable, o en su defecto si sabéis de algún lugar donde sea medianamente seguro obtenerlos.

Guardó silencio entonces para dejar que hablase Seon. Notó una pesadez poco habitual en el tono de la sinhadre, y la mueca de cansancio asociada a la práctica excesiva de magia que había aprendido a reconocer al mirar su propio reflejo. Incluso Alder parecía alicaída, y en cuanto su pareja empezó a hablar a Shizel no le fue difícil descubrir por qué. A medida que la sinhadre narraba los hechos se le fue instalando una cansina presión en la sien, como su cabeza le estuviera preguntando educadamente si podía explotar allí mismo o prefería que lo hiciera fuera para no mancharlo todo de sesos.

"¿RR ha secuestrado a alguien? ¿Otro torreón y ahora lo descubrimos? ¿Y por qué tienen a tantos quemados aquí?"

Sus alarmas habían saltado de inmediato al ver a Serokrai en el sofá y las heridas que presentaban los demás, pero si tanto el incendio de Maciel como aquel incidente habían ocurrido a la vez era imposible que fueran responsabilidad de la misma persona.

Respiró hondo poniendo en orden las palabras dentro de su cabeza.
-Por partes...- empezó-. La segunda parte de lo que veníamos a contaros es que nos hemos encontrado con un grupo extra de cosechados. Les han mangado la comida a los que fueron a buscarla- su subconsciente veía importante recalcar que él no se encontraba entre ellos-, así que como podéis ver sí que sabemos de su existencia. Sabemos que tienen al menos a un usuario de magia entre ellos y que deberían ser más de cinco si no han dejado el torreón desprotegido- enumeró recordando sus apuntes. No dio más detalles, dejando espacio a que DL, Wintel y Branniel los dieran si quisiesen ya que habían estado allí-. ¿Vosotros de qué información disponéis?
Aquel día había sido un cristo, pero Shizel albergaba la esperanza de que salieran de Letargo un poco más preparados frente a lo que les esperaba que cuando entraron.

No tuvieron que esperar mucho para que los dejaran pasar, siendo precisamente Stefan el encargado de hacerlo en un estado bastante deteriorado. No era el único como bien descubrió DL cuando entro y se encontró a Serokrai hecho un piltrafa quemada, al igual que Pablo que aprecio poco después junto a Seon, Alder Atol, todos con cara de que no eran precisamente bienvenidos ese día. "Como se nota que este ha sido un día de mierda para todos"

DL no dijo nada durante el siguiente intercambio de palabras entre Shizel mayormente y los miembros de letargo, procesando las palabras de Seon y la información que venia con ellas. Notando claramente la preocupación en el tono de Seon al mencionar a Yrio y extrañándose un poco al comienzo cuando nombro a RR pero sin decir nada hasta que la chica terminaron de hablar.

-No creo que debas preocuparte de Yrio, Seon- dijo mirando a la Sinhadre y antes de ganarse un guantazo o alguna reacción propia de alguien con los nervios a flor de piel, volvió a hablar- Dudo mucho que RR vaya a hacerle nada, el efecto de las drogas ya se le habrá pasado. Si cogió a Yrio, seguramente fue por su magia, lo necesita para sus trampas, para las runas y demás parafernalia que usa -añadió intentando calmar un poco a la Sinhadre, ante de mirar a Erin con detenimiento cuando la escucho mencionar un tal Ikea"No tengo idea de que es eso, pero asumiré que es algún nombre de su mundo" pensó DL intentando centrarse en lo importante, en la información que llegaba sobre los chicos y chicas nuevos que habían aparecido. "Diez en total...si es lo mas probable, ¿pero porgue aparecen hasta ahora? ¿y donde demonios se están escondiendo?". La mención del punto C de las cestas le hizo recordar un detalle a DL, un detalle al que no le había dado importancia siendo que tenia un suministro de cestas cercano.

-Un momento...tal vez estoy imaginándomelo, ¿pero no había una tercera bañera?- pregunto mirando a los demás para asegurarse- Nosotros tomamos las cestas de una, ustedes las de la otra...sigue quedando una sin cubrir, ¿donde caía esa?- pregunto mas para si mismo osbervandolos- Si esto es cierto, ellos debían tomar las cestas de esa bañera, pero por lo que sea dejaron de hacerlo y ahora van por las nuestras. Lo cual sino fuera porque se llevan las de ambos lados sabiendo que hay mas gente, se buscaría la forma de compartirla, pero ya eso no va a ser posible- añadió mirándolos y observando a Branniel y Wintel que fueron los que se toparon junto con el, con los del otro grupo- Como dijo Shizel nos topamos con cinco, por las cestas fuimos Wintel, Branniel y yo, había un nublino, una frivy, un tipo peludo, una chica de piel lila y un varmano, o como se les diga. No dijeron sus nombres- añadió con calma, mirándolos a todos y dándose cuenta que con todo eso no había preguntado algo que le había interesado desde que entraron al ver el pésimo estado de todos.

-Y una cosa, ¿como habéis acabado todos quemados? ¿Que ocurrió y donde fue? -pregunto viéndolos fijamente intentando unir cabos, mirando a todos los que sufrieron daño. Esas quemaduras le recordaban vagamente ala recibida por Timmy, seguramente eran algún tipo de bombas especiales que creaban quemaduras diferentes, y si tenia quemadura similares es que estos habían tenido que ser quemados por una de las bombas de Timmy. Era obvio que este no podía haber sido, así que solo quedaba RR habiendo robado alguna bomba o algo así, aunque no dijo eso en voz alta solo traería mas problemas. Toda la situación era caótica.

Seon se detuvo para añadir una cosa a la negativa de Erin.
-Es cierto que muebles no es lo mejor que podeis llevaros. Pero yo llevo ya bastante tiempo dibujando sobre maderas que he acumulado, y podeis quedaroslas si quereis. Si es que no os importa que esten llenas de garabatos.
- ¿les vas a dar tus dibujos?- dijo Alder, saliendo de su letargo.
- No tengo ningun problema. Dibujo mucho todos los días. Sobre todo ultimamente.- "dos tercios del montón son solo de estas ultimas dos semanas...". Seon regresó a atender a los heridos, dejando el papel de explicar lo sucedido a otro. Las palabras de DL la tranquilizaron y preocuparon a partes iguales. Se le quitaron las ganas de llorar, pero sus intenciones de ir a por él solo se hicieron más fuertes.

Durante el viaje de vuelta pasé bastante rato dándole vueltas a posibles ideas que me permitieran defenderme mejor. No era ningún secreto que, aun con la ventaja de pelear a distancia, en combate directo no iba a durar mucho. Muchos de mis compañeros ya me superaban con creces, y hasta Stefan había empezado a ganarme en los últimos entrenamientos, por no hablar de que tenía magia.

Tenía las flechas con runas, pero de momento solo tenía una, y aún convenciendo a alguien de que me hiciera más solo con ataque no solucionaba el problema. Necesitaba algo más orientado a la defensa.
Y fue así como fui moldeando una idea en mi mente, algo que de entrada podría solucionar en parte el problema de no poder usar un escudo en condiciones por culpa del arco arco y que, si salía bien, podría ser muy útil.

A medio camino Seon volvió a aplicarme el hechizo de curación nívea, así que para cuando llegamos al torreón mis quemaduras habían mejorado notablemente, aunque todavía no estaban curadas del todo.

Una vez dentro enseguida me dí cuenta de que había más gente de la que debería, no hacía falta contarlos uno a uno para verlo.
“Los del otro torreón... ¿a qué habrán venido?”
No me llevó mucho tiempo enterarme de los detalles, ya que lo estaban contando. Por lo que escuché, una o varias explosiones habían causado un incendio en su torreón, y habían venido haquí a por muebles.
“Es que hoy es el día del bombazo al cosechado o qué?”

No solo eso, también les habían robado la comida. “Mira que bien, al final tenía razón con los señores estos"

No lo dije en voz alta porque la situación no era la mejor, pero sí que me tomé el gusto de mirar a Stefan con una expresión lo mas parecida a un “te lo dije” que pude hacer.

Luego escuché el sermón de Erin “así que ha vuelto...” no es que me hiciera mucha gracia que siguiera con ese tono pero tenía razón en lo que decía, y además me venía de perlas para conseguir algo que yo quería.

-Lo cierto es que estoy de acuerdo con Erin. No podéis venir aquí sin más, poneros a pedir cosas y esperar que os las demos así sin más- comencé a hablar.
–Pero... yo personalmente si os daría cosas, a cambio de algo-

Lo que estaba haciendo podía ser un poco egoísta por mi parte, y era posible que mis compañeros no estuvieran de acuerdo conmigo, pero era mi mejor oportunidad para conseguir ayuda mágica, especialmente ahora que Seon estaba ocupada curando a todos y no iba a ayudarme.

-¿Alguno de vosotros sabe hacer magia? Mucha magia. Hay algo que me gustaría hacer pero que, por no poder usarla me es imposible. Se trata de un hechizo algo complicado que no se si podrá hacer cualquiera, pero si me ayudáis con él, por mí podéis coger los muebles que queráis. Dentro de lo razonable claro. Y quien sabe... puede que nos sobre una cesta de comida o dos, aunque eso mejor preguntádselo primero a todos no sea que os las llevéis y en venganza decidan incluirme en el menú-

Bromas y chantajes a parte, los comentarios acerca de por qué habían empezado a robar ahora y no antes me impactaron como un martillo.
El primer robo, el de nuestras cestas había sido justo al día siguiente de que Tap, Wintel y yo descubriéramos por primera vez aquel torreón.
“Mierda. Seguramente nos siguieron”

Decidí no decir nada, al menos de momento. Lo último que necesitaba era a un grupo de visitantes furiosos culpándome de todo lo que había pasado. Pero eso no impedía que me sintiera culpale

- Esta muy bonito que pidas ayuda, Pablo.- dijo Alder con sorna.- pero no te parece que tu parte del trato incluye cosas que no te pertenecen? A menos que quieras dar tu cama y dormir en el suelo. Lo que veo loable...y un precio un poco tonto por un puñado de Magia.
Alder estaba sonriendo de nuevo. Pero era una sonrisa afilada y habia cierta advertencia en su forma de mirar, de que no quería problemas o discusiones. Quería dormir y que las horas pasasen muy deprisa hasta que ella pudiese ser util de alguna forma.
- Y sobre la comida, no se a ti, pero un puñado de gente herida y una hechicera usando magia cada media hora, me parece que no estan en la mejor noche para hacer dieta.
Luego se volvió al idrino.
- Lo siento Shiz, mi cama solo te la ofrezco para compartirla, no para reparaciones.
Era una broma que le salió por inercia, y con la que pareció querer relajar el ambiente. Se paso la mano distraída por el pelo corto e irregular, y suspiró.
- Te calentaré un poco de Syv.- le dijo en voz baja a Seon, sin atreverse a hacer mas que pasarle la mano por la espalda. Y desapareció en dirección a la cocina.

Poco tiempo después de que llegasen los macieleros aparecieron mis compañeros de torreón, los cuales no habían encontrado a Yrio, pero si un remedio contra las quemaduras, todos parecían algo alicaídos, y cuando me entere de las noticias pude entender por que.
<<Esperad a enteraros de la muerte de Charlotte, esto va a ser la mayor depresión de Letargo de la historia>>.

Los macieleros nos preguntaron si teníamos algún mueble que nos sobrara, algunas de las respuestas fueron algo... descaradas, sobre todo la de Pablo, negué con la cabeza con algunas cosas y luego Seon les dijo que podían llevarse los tableros sobre los que dibujaba.

Me acerqué al idrino y le dije con un tono que intentaba ser conciliador:

-Discúlpalos, no ha sido un buen día para ningún torreón hoy, y es verdad que no hay muebles que nos sobren precisamente, sin embargo,- dije alzando un poco mas la voz, lo suficiente para que mis palabras llegasen a todos los oídos,- yo creo que si apilamos ropa en algún arcón, un armario o quizás dos puedan quedar libres, por supuesto la decisión no es solo mía, así pues depende de lo que diga el resto de compañeros. Aunque no se, yo creo que si nosotros hubiéramos pasado por lo mismo ellos si nos ayudarían,- comenté tratando de convencer a mis compañeros.

El último comentario de Pablo se clavo como un puñal poco afilado en mi pecho, no podía creerlo. Sentía como el amargor de la traición inundaba cada rincón de mi cuerpo, no sé como pude aguantar y no explotar al momento.


Pablo había sido pervertido por la magia y encima se intentaba aprovechar de nuestras necesidades para obtenerla, un acto despreciable ¿Como había podido caer tan bajo después de todo lo que le había contado?


“Vámonos de aquí –dije con odio- aquí ya no hay nada ni nadie que me importe – dije remarcando mirando a Pablo fijamente-“


Sin pronunciar ninguna palabra más y con cara de pocos amigos me di la vuelta y me marché, acababa de perder a la única persona que consideraba amiga en aquella ciudad…


Sigue en Cicatriz de Arax.

A Shizel no le gustó nada la reacción de los letarguinos en general. Tomó nota mental de la información que Erin les había dado, sin embargo. Nada les garantizaba que si se volvían a encontrar con otro grupo la composición de éste sería idéntica.

-Nosotros no hemos llegado exigiendo nada, y hemos preguntado precisamente por sitios seguros donde buscar si no os sobraba nada- dijo con frialdad, haciendo flotar en el aire un comentario implícito a Erin de "felicidades por tener esas orejas redondas tuyas llenas de serrín"-. Hemos venido a pedir ayuda aquí primero para no meternos en un berenjenal explorando sitios desconocidos si podemos evitarlo. Viviendo por esta zona estoy seguro de que lo entendéis- él mismo no había llegado a pasar por la avenida de las casas carnívoras, pero sus compañeros le habían dado referencias bastante fidedignas-. Un "no tenemos" y "ni idea" a las dos preguntas habría bastado, gracias.

Por esa razón no le pesó en absoluto responder con un "no" rotundo a la petición-exigencia de Pablo. Necesitaban ayuda, vale, pero no iban a mendigarles nada. Tenían más opciones, aunque fueran menos seguras.
-De los presentes estamos dos que tenemos magia, y de esos dos sólo uno que le echa mano a esas "cosas complicadas"- esperó que Wintel no estuviera escupiendo al suelo en ese momento-. Y me temo que no voy a mover un dedo. No puede venir uno sin más a pedir magia y esperar a que te la demos sin más- terminó con una sonrisa perfectamente cortés y perfectamente falsa-. Porque como habéis dicho, siempre podemos coger lo que necesitamos de otros edificios.

Al ver lo ajetreada que estaba Seon había pensado incluso en ofrecerse a relevarla un momento mientras sus compañeros intercambiaban información (y de paso aprender aquel hechizo nuevo que veía que estaba utilizando), pero se le habían quitado todas las ganas.
Notó tensión subyaciendo bajo el tono de Atol, a pesar de que el libense fue educado al subrayar su negativa de material sobrante más allá de lo ofrecido por Seon, y decidió que ya era hora de irse. Por esa razón negó con la cabeza ante el ofrecimiento de Stefan: provocar más discusiones en el seno de Letargo no les iba a servir de nada.
-He dicho "si os sobran". Si tenéis que hacer espacio para eso es que obviamente no es el caso. Gracias de todas formas- dijo Shizel, con la mente ya puesta en barajar qué hacer a continuación-. Seon, si de verdad puedes prescindir de esa madera nos vendría de maravilla, podemos moldearla y apañárnoslas. Y Alder, eso se puede arreglar- dijo esbozando una sonrisa cansada.
"Al resto gracias por nada." Se había quedado con las ganas de hacer alguna referencia velada a las armas que ellos habían "cogido prestadas" de la armería de Maciel.

En cuanto los últimos retazos de conversación se fueron desvaneciendo los macieleros pusieron rumbo a la Cicatriz, buscando por el camino lugares ruinosos que pareciesen ser seguros.

Sigue en la Cicatriz de Arax.

Tap escuchó como los macieleros se iban desde las escaleras. Había empezado a hacer oído en la ventana, pero poco a poco acabó acortando terreno. No le sorprendió que sus gigantes no quisieran compartir los muebles con los otros, si casi ni eran capaces de compartir entre ellos. Por su parte, al repoblador no le habría importado en absoluto cederles un puñado de armarios, mucho menos si antes de que se los llevaran, los rellenaban con un par de gigantes de regalo.

Bajó las escaleras y aguardó en el último escalón. De un tiempo a esta parte, ese escalón se había convertido en algo así como un resguardo de seguridad. Saltar al suelo de la planta baja le obligaba a ponerse en tensión. Las amenazas con pisotones cada vez le parecían más serias y esa pequeña diferencia en altura le servía de placebo para sentirse a salvo. Además, era consciente de que la calma que le dejaban los macieleros tras irse no era más que tensión mal disimulada. <<¿Hablará Erin?>>. Sintió una punzada pensando en cuanto se parecía el caso de la Inestable al suyo con Macak, a pesar de que ella no había provocado nada.

Además, seguía dándole vueltas a la idea que había tenido antes: decirle a Metálico que la muerte de la chica suicida había sido culpa suya. Pero ahora, con toda la histeria y el cabreo suavizados por el tiempo que había pasado hablando con Erin y Moscardón, la idea le parecía suicida. Causarle dolor a Atol de esa manera le parecía contraproducente para su propia vida y, aunque una pequeña parte de su cabezuela tenía en cuenta que eso también protegería a Erin, la intención verdadera de Tap no era tanto esa, sino la anterior.

Sin embargo, ahora mismo la idea de enfrentarse a Atol se le asemejaba a desatar un nuevo incendio y, por esto mismo, lo único que hizo fue agazaparse en su escalón y sujetar su cerbatana con una de sus manos. Con otra, tanteaba el saquito con el veneno paralizante, mientras que en algunos de sus pensamientos más crueles, se imaginaba a si mismo dándole a Atol de su propia medicina. <<Para, Tap. Para>>. Agitó la cabeza para descartar esas ideas y siguió con su sesión de espionaje.

La llegada a Letargo fue... Digna de cuento.

Primero que el puente estaba bajado, por lo que presupuse que aún estaban esperando a Erin. Segundo que al llegar a la puerta escuchamos más voces de las acostumbradas. Tercero, que al entrar nos topamos con un grupito de Maciel. Les saludé entre sorprendido y educado mientras pasaba al interior y luego escuché toda la conversación en silencio, tomando nota mental de todo.

<< ¿Un incendio en su torreón? ¿Es el día del Fuego acaso? Y nos piden muebles... No hay un sitio medianamente seguro en esta maldita ciudad, ¿no se dieron cuenta aún? Qué más... RR confirmado como presunto secuestrador. Motivo: la magia de Yrio. Ah, así que hay otro grupo como nosotros en ese torreón... Y no se dignan a comunicarse excepto para robar comida. Y Erin se encontró precisamente con otro grupo de estos cuando salió antes. Y a ver si les entra en la cabeza que no nos sobran muebles con lo que dijo Erin>>

La conversación sobre los malditos muebles me estaba cargando, así que me fui al patio a esperar a que se fueran y a refrescarme un poco, cosa que me lo pensé mejor y se me quitaron las ganas. Bueno, no lo pensé, fue como... No sé, sin ganas. Luego, confundido, volví para decirles lo más educadamente posible -dentro de la tensión acumulada- que no nos sobraban muebles. Y al fin Shizel concluyó en irse llevando únicamente las maderas con dibujos de Seon. <<Qué tiene ese que no tenga yo? Largo, demasiadas cosas han pasado ya>>

-A ver si podemos cenar en paz sin que nadie nos tire una bomba o venga a pedir ropa.-añadí en voz alta tras cerrar la puerta y subir el puente.-La cena estará lista en un rato, venid cuando podáis.-llamo a todos, en el salón y por las escaleras.

Dicho y hecho: tras un rato salgo de la cocina con una sopa de verduras y carne de segundo, dejando en reserva el syv para cuando encontrásemos a Yrio. Pero luego lo pienso mejor, o peor, y vuelvo con un poco para las chicas. <<No sé realmente si ver algo de su mundo que les recuerde al pelimorado les molestará o no. Diablos>> Y una vez servida la mesa, me fijo en algo antes de sentarme.

-¿Por qué no ha bajado Charlotte?