Torreón Letargo (Archivo III)

Stefan tenía el pie entablillado "ya era hora" y charlaba con Seon, explicándole qué era un mar. También le pidió que intentara curarle el hueso roto. "¿El mismo conjuro que los otros no pudieron hacer? Bueno. Por probar... Al menos ellos pueden hacer magia"
Sin ninguna idea mejor le cogí el bestiario a Stefan -con permiso- "O sin él. Yo lo cogí de la biblioteca despues de todo" y me puse a leer en un sillón. "A este paso no tardaré en terminarlo. Al menos la parte legible"

Mientras leía, el ruido de un tarro al volcarse me distrajo. -Ey tened cuidado que luego seguro que Atol se cabrea si se rompe algo- Pero el ruido no venía de la mesa donde estaban los otros, sino de una estantería.
En ella había una ardilla, o algo que se parecía a una, porque las ardillas que conocía no eran azules ni tenían esos colmillos. La ardilla trataba de liberarse de unos gusanos que tenía adheridos, y que eran semitransparentes. De forma parecida a los fantasmas que nos habían atacado a Tap y a mí. "¿Más fantasmas? ¿y encima bichos?"
Fantasmas o no, parecían estar molestando a la ardilla, que nos miraba con cara de susto. No parecía hostil, pero esos colmillos no me gustaban nada. Al final decidí probar algo.

-¿Veis un palo o algo alargado que pueda coger?- Al final recojo un a escoba y con ella en mano me acerco al animalito. Cuando estoy lo bastante cerca acerco el palo hacia uno de los gusanos y trato de quitárselo. "Alguna parte tendrá que ser tangible para que se le queden pegados"

Mientras hablo con Seon veo como Pablo se acerca a nosotros y recupera lo que parece ser su libro, lo que no importa por dos razones, uno el libro no es mio y dos esta en idiomas demasiado raros como para entenderlos, <<Tengo que preguntarle como lo lee....>>.

Sigo hablando con Seon cuando de repente escucho un ruido de algo cayendo y pensando que ha sido Pablo giro al cabeza para decirle que por favor no rompa nada cuando localizo el origen del ruido.

Ha sido una ardilla, de color azul eléctrico, que de no ser por ese detalle me recordaría bastante a la ardilla de Ice Age, aunque solo sea por los colmillos.
Parece que la ardilla esta siendo acosada por una especie de gusanos semitransparentes.

Veo como Pablo se levanta y coge una escoba y pensando que va a golpear a la ardilla que en este instante nos mira asustada le digo a Pablo para no asustarla mas:

-Por favor no le hagas daño.- Pero no hay suerte y la escoba atraviesa al gusano y golpea sin querer a la ardilla aunque no muy fuerte, y ahora entiendo lo que quería hacer Pablo, solo quería quitarle a algunos gusanos de encima.

Cuando vuelvo a mirar a la ardilla veo que brilla y suelta una especie de descarga eléctrica a través de la madera y pienso << Joder como engaña la ardilla, pasar tanta electricidad a través de madera..... Es prácticamente increíble >>

La ardilla se mete debajo de la mesa pero parece que se ha librado de los gusanos, ya que algunos esta alrededor de unas chispas en el estante y otros se deslizan hacia nosotros, no se que pueden hacer esos gusanos pero mi corazón se acelera y comienzo a mirar a los alrededores, me fijo en al cesta en la que Atol había encerrado a Tap y se me ocurre una idea, recogiendo la cesta con toda la celeridad que puedo la pongo encima de los gusanos y al haber visto como los gusanos eran al menos medio intangibles me dirijo a Seon y le digo:

-Olvídate de mi pierna, ahora mismo necesitamos mantener a estos gusanos a raya, pero no le hagáis daño a la ardilla que no parece tan peligrosa, si salen de esta cesta tendrás que atacarlos mágicamente.

-oh Gran Alma, pobrecilla!- Seon se remangó mientras pensaba en un hechizo efectivo, pero antes de actuar, Pablo ya había intentado metodos más... físicos.
Cuando Stefan la interpeló, Seon no pudo evitar sonreir para ocultar la ironía. Hacia un buen rato que se había olvidado del humano y su pie.- Aparta, por favor.

Le parecía que no habia sido muy inteligente acercarse a ellos con un palo, pero mucho mas tonto acercarse con una cesta, que era una diferencia de grosor mucho menor.
Había un fuego que sí quemaba entre los hechizos del libro. Pidiendo perdón mentalmente a Tap, probó a dirigirlos contra los gusanos. Mientras, retrocedió varios pasos, porque no le gustaba la sensación de verlos acercarse.
En realidad una parte de ella esperaba algo distinto a gusanos chamuscados. De hecho, le daba bastante miedo pensar que podía estar excitándolos, como había hecho la electricidad de la ardilla.

Como en sus peores pronosticos, los gusanos parecían entusiasmados por la magia. Pero lo que le aterrorizó fue verlos revolotear a su alrededor. Seon comenzó a retroceder, chocando con algunos muebles. Algunos la atravesaron sin hacerle nada, aunque la mera idea se le hacia desagradable. Y ahora, notaba un cansancio extraño, y generalizado que se extendía sin motivo. Llena de miedo, tuvo una ligera idea de lo que podía estar pasando, y entró en panico. ¿estarían sorbiendole toda la energía? ¿estaban llevandose su parte de alma?
Creó varias luces mágicas y las fue lanzando por el torreón en un camino que conducía a fuera, al patio.
- Salid! fuera! fuera! ¡fueraaaaa! quitadmelos!-

Los gusanos siguieron ávidamente el rastro de las luces que iba convocando Seon, pasando de una a otra sin distinción alguna. Eran gusanos al fin y al cabo. No tenían la inteligencia suficiente para distinguir que manteniéndose cerca de la chica tendrían acceso a exhibiciones periódicas de magia: simplemente iban directamente a la caza de los fenómenos, exactamente como habían hecho con las chispas de la ardilla. La única razón por la que habían ido a Seon tras su primer hechizo había sido porque los restos de su magia seguían lamiendo sus dedos. Sin embargo, tras la aparición de las siguientes luces la sinhadre perdió para ellos todo interés.

Una vez fuera, al igual que les había sucedido a sus congéneres que se habían dispersado anteriormente, no supieron hallar el camino de vuelta, dado que Seon había dejado de hacer magia y se hallaba demasiado lejos. Poco a poco, se dispersaron por el aire y no quedó ninguno en las cercanías del torreón.

[No era tan difícil, coño xD]

En el momento en que Seon realizo su primera magia los gusanos se tiraron a por ella, vi con terror que la atravesaban y como Seon llena de lo que parecía miedo o desesperación como lanzaba una esferas de luz a distintas partes del lugar, fijándome luego como lanzaba la cuchara y como los gusanos se iban afuera.

Sorprendido enmudecí, desde luego como se las gastaba la chica, <<Creo que no volveré a pensar que es frágil no vaya a ser que me lance una bola de fuego.>>

Me desplome sobre el sofá resoplando y sentí como la pierna me escocía un poco, eche de menos un buen medico y algo de desinfectante, y me veía teniendo que esperar a Yrio para insistirle en que me curara el hueso, aunque por probar......

-Seon, creo que debes de estar cansada pero si tienes algo de energía ¿te importaría probar a curarme? Si la respuesta es no pues esperare a que vuelva Yrio y veré si esta vez le sale el hechizo.

Cuando mire al frente me fije en que la ardillita seguía bajo la mesa y parecía bastante agotada, lo que me recordaba a como estaba Seon ahora mismo, no me costo mucho unir ese par de idea.

-¿Sabéis?, Creo que la ardilla puede usar magia, no tan fuerte como Seon por supuesto, ya que dudo que ningún tipo de ardilla pueda hacer ese tipo de descargas eléctricas, y mucho menos a través de la madera, ¿que os opináis?

Lo del palo no funcionó. Y por si fuera poco la ardilla soltó lo que pareció ser una descarga eléctrica que por poco no me alcanza. No tuve tiempo para sorprenderme, porque los gusanos se despegaron y salieron volando hacia nosotros. Stefan fue el primero en reaccionar cubriéndolos con una de las cestas, aunque no sirvió de mucho y los gusanos la atravesaron sin dificultad. Lo siguiente fue probar con magia. Si no se les podía herir físicamente lo lógico sería usar la magia ¿verdad? Pues no.
No solo no les afectó sino que encima se pusieron morados con ella, complementándolo con un ataque sobre Seon que salió corriendo hacia el patio lanzando luces mágicas en todas direcciones. Por suerte se interesaron más por las luces que por la pobre sinhadre, y al final se acabaron dispersando hasta que no quedó ninguno.
-¿Estáis todos bien?-
Seon parecía agotada. Normal teniendo en cuenta lo que acababa de hacer. Aun me estaba costando creérmelo. No esperaba que pudiera usar tanta magia.
Stefan por su parte parecía tan ileso como antes del incidente. Y todavía se atrevió a pedirle a Seon ayuda con el hueso roto. -Anda deja que descanse un poco al menos- Lo que dijo después sí que me interesó. Casi se me había olvidado la ardilla.

-Hmmm puede que tengas razón- Poco a poco se me empezaron a ocurrir diferentes ventajas que podríamos tener si nos la quedábamos. Luego comencé a ver los inconvenientes. “Bueno vale puede freírnos, pero creo que las cosas buenas hacen que merezca la pena el riesgo. Además, me costaría muchísimo matar a un animalito tan lindo” Al final decidí probar. -Voy a intentar una cosa-

De vuelta en el salón rebusqué en las cestas de comida. No sabía que comía la ardilla pero por los colmillos podría ser carnívora. De todas formas cogí un poco de todo para asegurarme. La busqué durante un rato hasta que la encontré debajo de la mesa. Con cuidado y guardando las distancias le acerqué la comida, listo para alejarme al menor chispazo. Ya me arriesgaba bastante al intentar esto así que al menos lo haría tomando precauciones.

Soltó un largo suspiro de alivio al ver marcharse todo aquello. Luego el cansancio le sobrevino y se apoyo en la mesa de la cocina. ¿quedaría algo de lo que había preparado Atol?
Luego vio a la ardilla.
- Pobrecita, ¿estas bien?- no es que esperara ser respondida, claro. Stefan le preguntó por su pierna y ella negó con la cabeza.- ha sido mucho hoy, y me parece que es mejor no forzarlo. No siento que tenga energías para cosas muy dificiles. Para empezar podrías descansar, y andar menos. Mañana haré todo lo posible.
"mañana hare todo lo posible" también le había dicho eso a Tap. Pero mantenía su intención de hacer ambas cosas. Seon cerró los ojos unos segundos para pensar con claridad, pero enseguida olvidó que era eso que tenía que reflexionar porque Pablo y Stefan empezaron a teorizar sobre adoptar al animalillo. A este parecía importarle bien poco la carne que le ofrecieron, y en cambio, fue a hurgar en el huerto del repoblador, a buscar algo sin exito. "raices, probablemente, o semillas." Luego volvió a entrar entre trotes, y miraba la puerta con una expresión bastante entendible.
- ¿y si simplemente la dejamos ir? Aqui destrozará las plantas, y Tap puede disgustarse.- A parte de que las plantas son algo util. Seon miró con ternura maternal a la ardilla. Era el primer animal de un color normal que veía.- No es que no quiera quedarmela....- La cara de Alder se le apareció vivida en la cabeza. Y tenía una expresión de disgusto. Podía oir cientos de argumentos en contra de aquello. Y despues de las luciernagas, y de los gusanos.. ¿como podía fiarse sin mas de un animal? ¿guardar algo que lanzaba descargas?- pero puede ser peligrosa. No lo sé...

Alder hubiera hablado también de comida, pero Seon sería capz gustosamente de ceder la suya al animal.

Entendi perfectamente la negativa de Seon:

-No te preocupes, le volveré a preguntar a Yrio cuando venga y si no me esperare a mañana, lo que has hecho debe ser difícil y no me gustaría que te pasara algo por usar tanta magia, mejor cuando estés recuperada.

<<No es que la este llamando débil, es mas me ha parecido increíble lo que ha hecho, pero no se cuanta magia puede soportar un cuerpo y no creo que arreglar un hueso sea algo que consuma poco, prefiero dejar que descanse y ya lo hará cuando tenga tiempo.>>

Entre estos pensamientos veo como Pablo le intenta ofrecer carne a la ardilla, pero ella le ignora y sale al jardín, luego vuelve a entrar y se queda mirando la puerta con una expresión bastante evidente, pero ante lo que dice Seon yo le digo a Pablo:

-Prueba a darle algún tipo de fruto seco, juraría que he visto algunos en la cesta esta mañana, y si no los come y quiere seguir yéndose pues déjala salir, no creo que debamos detenerla.

Cuando pronuncie estas palabras la pierna me empezó a doler mas, pensando en que podía ser me di cuenta de que quizás fuera simplemente que hasta ese momento estaba mas preocupado por otras cosas, así que componiendo una cara que trataba de ser sonriente pero que obviamente estaba muy forzada a causa del dolor tanto que me salio una mueca le dije a Seon:

-¿Sabes? Creo que tienes razón me voy a quedar descansando y quietecito, al menos hasta mañana, espero que alguien pueda curarme mañana.- Eso ultimo lo dije en voz baja pero claramente audible como si fuera un pensamiento pasajero mas que un deseo real.

A la ardilla no pareció gustarle nada de lo que le ofrecí y salió por una ventana. La encontramos en el patio, escarbando indiscriminadamente por el huerto. "Ay mierda. Tap nos va a matar" Luego volvió a entrar entre trotes, y miró la puerta con una expresión bastante evidente. Seon es partidaria de dejarla marcharse, mientras que Stefan propone probar con frutos secos o algo parecido.

"Frutos secos. ¿Pero tenemos?" Rebusqué en las cestas en busca de algo parecido. Lo único que encontré fueron unas bayas duras con forma de avellana, que nunca había probado, aunque si estaban ahí seguramente serían comestibles. "Por probar. Aunque esta vez cogeré mas cosas" Además de las bayas cogí un par de frutas y verduras y un fajo de ramas de una hierba rojiza que no sabía muy bien para que estaban allí.

-Voy a intentarlo otra vez- Me acerqué con lo que había cogido y lo fui colocando en montoncitos cerca de la ardilla. -A ver si esto le gusta-

La ardilla huyó, y Seon la vio marchar con un suspiro.
- A ver como explicamos a Tap lo del huerto.
Mientras tanto, ignorando que estaba otra vez cansada, se fue a poner la tierra en su sitio, allí donde el animal había escarbado. Le daba la sensación de que se pasaba el día durmiendo en el torreón. Y que cuando estaba despierta volvia a cansarse demasiado rápido. Esperaba que usar magia no fuera siempre así.
¿Será algo en lo que se pueda mejorar? Creo que sí. Hoy me ha salido mucho más de lo que hubiera esperado al principio.
Mimó en lo posible a las maltrechas plantas y cuando se dio por satisfecha volvió al interior para comer algo más.

Yrio casi tiró a Charlotte al suelo cuando esta fue a abrirles la puerta, entró como un torbellino con mezcla de rabia y frustración.

-¡Ese capullo ha vuelto a irse solo! - gritó tirando la leña en el suelo de la cocina- Se acabó, para mi ese bicho ha muerto. Quememos el huerto como funeral.- propuso con una sonrisa inquietante, y viendo que a nadie le parecía buena idea resopló, cogió un cojín y chilló contra él hasta que estuvo más calmado.

Una vez se hubo desahogado puso su mejor máscara de amabilidad y encuanto y le llevó a Seon las piedras y conchas que había recogido, hablándole del mar, de lo grande y bonito que era a pesar de dar miedo. Era como si realmente hubiese matado a Tap en su cabeza y no le diese más importancia a su marcha.

Tap se había ido por su cuenta. Otra vez. Ahora nadie le seguía, ¿pero que importaba? El Tapón no era omnipotente aunque actuara como tal. Alder había torcido el gesto, pero no había intentado detenerle tampoco. Yrio parecía tan enfadado, que quizás le pareció que lo hacía por los dos y enseguida olvidó el tema. En vez de eso fue a buscar a Seon y a besarla con entusiasmo antes de contarle que era el mar y como sabía.
- Es casi syv, yo creo. Porque tiene sabor, pero es intragable, creo que no es buena para la salud. Sin embargo mira, chupa.- le acercó el antebrazo a la nariz con expectación, y Seon obedeció con lentitud, como dudando. Luego separó la lengua en un gesto confuso y después de paladear un poco el nuevo sabor decidió que le gustaba. Alder sonrió como respuesta y después de besarla una vez más le sugerió al oido obscenidades relacionadas con agua salada, y le animó a lamer todo lo que le apeteciera. Se llevó un manotazo sin fuerza en respuesta, y una risa sofocada entre besos. Yrio entró entonces y Seon se separó de los brazos de su edeel con cierto rubor en las mejillas, mas relacionado con un sofoco hormonal que con vergüenza. Sonrió con verdadero placer al ver las piedras que traía Yrio para ella, pensando en usos artisticos que podría darles, y el chico se ganó un beso en la mejilla, y luego un abrazo de agradecimiento. Se sentó a escuchar como él también le hablaba del mar, de su color y sabor, de como no acababa y se perdía en el horizonte. Alder también se sentó al poco y compartió el entusiasmo del aurva. Y así pasaron un buen rato.