Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/05/13, 10:38 pm
No pasó mucho hasta que los letarguinos empezaron a bajar el puente. Ya había empezado a reponerme del susto en las casas carnívoras, que se estaba viendo rápidamente sustituido por la extrema curiosidad por los habitantes del Torreón Letargo. En los pocos días que llevaba en Maciel prácticamente no habían hablado de ellos, sólo para decirme que Alder vivía allí y poco más.
Entré detrás de mis compañeros, que parecían sorprendidos del chico que nos abrió la puerta. Teniendo en cuenta el tono y sus palabras, parecía que en ese torreón llevaban un mal día. «Parece que Rocavarancolia se haya puesto de acuerdo para probar a los cosechados». No obstante, su frase siguiente reveló sus problemas: al parecer, se habían quedado sin comida.
Fuimos pasando al Torreón, yo en último lugar. Allí había varios cosechados de distintos mundos, y pronto llegó otro que, a juzgar por la apariencia y comportamiento, era del mismo mundo que Ka. no había nadie de Nubla, o por lo menos no estaba allí.
Ambos grupos comenzaron a hablar e intercambiar noticias, aunque yo preferí mantenerme en un segundo plano, especialmente porque algo había había captado mi interés. Un chico, parecido al que nos había abierto, tenía entre sus manos un libro cuya portada se podía ver la Luna Roja sobre la ciudad. La escena, que yo estaba tan ansioso por ver, me cautivó al instante, y rápidamente me pregunté de qué trataría el libro. Viendo que el resto estaba ocupado hablando con algunos de este torreón, me acerqué al chico.
—Hum, disculpa —le interrumpí—. Verás, en mi mundo conocemos Rocavarancolia desde hace años, y la Luna Roja es algo que nos fascina —realmente, eso era faltar a la verdad, la Luna era prácticamente casi una diosa, la única cosa de este universo que nos podía convertir en seres al nivel de los rocavarancolianos—. ¿Me dejarías ver ese libro?
El otro no mostró ningún problema, y rápidamente pude leer lo que ponía en aquellas páginas. No obstante, era un lenguaje que no podía entender, lo que me habría desanimado de no ser porque en una de las carillas había un dibujo magnífico. Representaba a un hombre completamente negro, con alas rojas y puntos brillantes sobre la piel. En conjunto, era un ser que destilaba magnificencia, belleza y peligro a partes iguales. Pasando otras hojas había más criaturas. algunas eran más o menos grotescas, mientras que otras tenían un mero toque de belleza que te dejaba mudo. No obstante, todas las criaturas aunaban, en mayor o menor medida majestuosidad con monstruoso, hermosura con grotesco, y el conjunto destilaba, a través de los dibujos, un poder que no estaba, ni de lejos, al alcance de los cosechados.
—Dioses... —ahora, mejor que nunca, entendía la veneración de los nublinos. Si a través de dibujos eran así, ¿qué impresión causarían en realidad? Lo cierto es que eso era lo que nos esperaba. En esos seres nos convertiríamos, con un poder sólo al alcance de los más fuertes y capaces. Por eso nos dejaban a merced de las alimañas, para ver quienes eran merecedores de convertirse en tales portentos y maravillas y quienes no lo eran.
Y yo estaba decidido a mostrar mi capacidad.
Entré detrás de mis compañeros, que parecían sorprendidos del chico que nos abrió la puerta. Teniendo en cuenta el tono y sus palabras, parecía que en ese torreón llevaban un mal día. «Parece que Rocavarancolia se haya puesto de acuerdo para probar a los cosechados». No obstante, su frase siguiente reveló sus problemas: al parecer, se habían quedado sin comida.
Fuimos pasando al Torreón, yo en último lugar. Allí había varios cosechados de distintos mundos, y pronto llegó otro que, a juzgar por la apariencia y comportamiento, era del mismo mundo que Ka. no había nadie de Nubla, o por lo menos no estaba allí.
Ambos grupos comenzaron a hablar e intercambiar noticias, aunque yo preferí mantenerme en un segundo plano, especialmente porque algo había había captado mi interés. Un chico, parecido al que nos había abierto, tenía entre sus manos un libro cuya portada se podía ver la Luna Roja sobre la ciudad. La escena, que yo estaba tan ansioso por ver, me cautivó al instante, y rápidamente me pregunté de qué trataría el libro. Viendo que el resto estaba ocupado hablando con algunos de este torreón, me acerqué al chico.
—Hum, disculpa —le interrumpí—. Verás, en mi mundo conocemos Rocavarancolia desde hace años, y la Luna Roja es algo que nos fascina —realmente, eso era faltar a la verdad, la Luna era prácticamente casi una diosa, la única cosa de este universo que nos podía convertir en seres al nivel de los rocavarancolianos—. ¿Me dejarías ver ese libro?
El otro no mostró ningún problema, y rápidamente pude leer lo que ponía en aquellas páginas. No obstante, era un lenguaje que no podía entender, lo que me habría desanimado de no ser porque en una de las carillas había un dibujo magnífico. Representaba a un hombre completamente negro, con alas rojas y puntos brillantes sobre la piel. En conjunto, era un ser que destilaba magnificencia, belleza y peligro a partes iguales. Pasando otras hojas había más criaturas. algunas eran más o menos grotescas, mientras que otras tenían un mero toque de belleza que te dejaba mudo. No obstante, todas las criaturas aunaban, en mayor o menor medida majestuosidad con monstruoso, hermosura con grotesco, y el conjunto destilaba, a través de los dibujos, un poder que no estaba, ni de lejos, al alcance de los cosechados.
—Dioses... —ahora, mejor que nunca, entendía la veneración de los nublinos. Si a través de dibujos eran así, ¿qué impresión causarían en realidad? Lo cierto es que eso era lo que nos esperaba. En esos seres nos convertiríamos, con un poder sólo al alcance de los más fuertes y capaces. Por eso nos dejaban a merced de las alimañas, para ver quienes eran merecedores de convertirse en tales portentos y maravillas y quienes no lo eran.
Y yo estaba decidido a mostrar mi capacidad.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 01:01 am
Los del otro torreón fueron pasando tranquilamente a la sala, los vi entrar uno por uno a la espera del menor atisbo de un pelo rojo para largarme escaleras arriba. Por suerte parecía que aquel desquiciado no había venido en esta ocasión lo cual me reconfortó en lo más hondo. Traté de volver a la lectura pero una voz me preguntó educadamente si podría echarle un vistazo a mi libro, al final ubiqué la voz en un chico algo bajo de pelo negro y piel de un color extraño, tardé en responderle por que me entretuve observándole.
<<Se parece mucho al amigo de Pablo, ¿serán del mismo mundo?. Sea lo que sea espero que a este no le de por escupir en el suelo como al otro o Atol se va a cabrear mucho. Espera.... ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?, sabe cosas de la luna parece ser, le preguntaré en breves>>.
Le cedí el libro de buena gana pues si era amable habría mas predisposición a tener respuestas para todas las preguntas que se me estaban formando en la mente.
-¿Dices que son dioses?, ¿y la luna también?,- dije con tono de mucha sorpresa,- cuéntamelo todo por favor.- El tono de mi voz era casi más de orden que de petición. Sin embargo el chico acaba contándome todo lo que sabe y respondiendo al millar de preguntas que le formulo como buenamente puede.
Cuando menciona las transformaciones mi cara pierde todo el color que le quedaba, prácticamente le arranqué el libro de las manos y busqué la parte que hablaba sobre los cambios que producía la luna. Cuando llegué me quedé petrificado, había traducido mal una palabra, una palabra que ahora al saberla lo cambiaba todo.
Rápidamente mi mente encajó todas las piezas y comencé a soltar improperios sobre todo dirigidos hacia mi mismo.<<Entonces ¿todos los dibujos que aparecen en el libro son posibles transformaciones?. Eso quiere decir que el grupo que nos hemos encontrado hoy....>>.
Demasiada información errónea que corregir en demasiado poco tiempo, estaba como ido pensando en todo lo que había leído del libro y ahora todo cobraba un sentido completamente nuevo. Conseguí serenarme unos segundos después, y me dirigí a aquel chico con una media sonrisa:
-Gracias, gracias por compartir esta información...- caí en que no tenia ni idea del nombre de aquel chico de pelo negro.- Oh vaya, debes pensar que no tengo modales. Me presento, soy Stefan de la Tierra, ¿y tu eres...?- el chico mencionó su nombre y yo volví a agradecerle.- Encantado Branniel, y de nuevo muchas gracias por esta información tan valiosa, me has roto todos los esquemas que tenía y los has sustituido por la verdad. Sin embargo has dicho dioses, ¿por que entonces ellos se autodenominan monstruos?. Al menos los que nos encontramos esta tarde así se hacían llamar.
<<Se parece mucho al amigo de Pablo, ¿serán del mismo mundo?. Sea lo que sea espero que a este no le de por escupir en el suelo como al otro o Atol se va a cabrear mucho. Espera.... ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?, sabe cosas de la luna parece ser, le preguntaré en breves>>.
Le cedí el libro de buena gana pues si era amable habría mas predisposición a tener respuestas para todas las preguntas que se me estaban formando en la mente.
-¿Dices que son dioses?, ¿y la luna también?,- dije con tono de mucha sorpresa,- cuéntamelo todo por favor.- El tono de mi voz era casi más de orden que de petición. Sin embargo el chico acaba contándome todo lo que sabe y respondiendo al millar de preguntas que le formulo como buenamente puede.
Cuando menciona las transformaciones mi cara pierde todo el color que le quedaba, prácticamente le arranqué el libro de las manos y busqué la parte que hablaba sobre los cambios que producía la luna. Cuando llegué me quedé petrificado, había traducido mal una palabra, una palabra que ahora al saberla lo cambiaba todo.
Rápidamente mi mente encajó todas las piezas y comencé a soltar improperios sobre todo dirigidos hacia mi mismo.<<Entonces ¿todos los dibujos que aparecen en el libro son posibles transformaciones?. Eso quiere decir que el grupo que nos hemos encontrado hoy....>>.
Demasiada información errónea que corregir en demasiado poco tiempo, estaba como ido pensando en todo lo que había leído del libro y ahora todo cobraba un sentido completamente nuevo. Conseguí serenarme unos segundos después, y me dirigí a aquel chico con una media sonrisa:
-Gracias, gracias por compartir esta información...- caí en que no tenia ni idea del nombre de aquel chico de pelo negro.- Oh vaya, debes pensar que no tengo modales. Me presento, soy Stefan de la Tierra, ¿y tu eres...?- el chico mencionó su nombre y yo volví a agradecerle.- Encantado Branniel, y de nuevo muchas gracias por esta información tan valiosa, me has roto todos los esquemas que tenía y los has sustituido por la verdad. Sin embargo has dicho dioses, ¿por que entonces ellos se autodenominan monstruos?. Al menos los que nos encontramos esta tarde así se hacían llamar.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 02:29 am
Karime estaba cada vez más cerca de su hermano, casi podía oler el alce rojo con salsa de setas cocinándose un piso más arriba y le entró una necesidad terrible de correr para alcanzar a Ilol cuanto antes. En el momento en el que pretendía comenzar a correr, un tirón de su chaleco la hizo retroceder y no supo muy bien lo que estaba pasando hasta que la imagen de su hermano sonriéndole se sustituyó por una del trasero de Saren. La líbense comenzó a gritar y patalear, molesta y confusa porque el idrino no la dejaba reunirse con su hermano.
- ¿¡Pero se puede saber qué te pasa a ti!? Es mi hermano, ¿sabes? ¿Qué tienes en contra de mi hermano? Te dejaría comer alce si era lo que querías, ¡hasta podría haberle pedido a mi padre que te enseñara si era lo que querías, pero no era para ponerse así!- le gritaba la morena mientras golpeaba su trasero con sus puños.
En un bamboleo pudo ver de nuevo su casa que ya no lo era. La casa en la que había visto a sus padres y a su hermano se había convertido en una cabeza de piedra y madera de la que salía una lengua de adoquines enfadada y frustrada por haber perdido una presa tan fácil. A Karime ni siquiera le importó que Saren le echara la bronca cuando la dejó en el suelo, apenas escuchó un murmullo, ella solo podía pensar en la imagen que había visto: su hermano, sus padres, su comida favorita, todo era una ilusión. “No están aquí. Soy una estúpida.” Pensó mientras una lágrima se derramaba por su mejilla. La líbense se la quitó de la cara con un gesto brusco esperando que nadie la hubiera visto. Se sentía estúpida, más estúpida de lo que nunca se había sentido en su vida: por emocionarse ante la imagen de su hermano, por no ser consciente de la imposibilidad de que Ilol hubiera vuelto a casa, por no haber pensado en su mejor amiga en todo el tiempo que llevaba fuera de Libo; pero, sobre todo, se sentía estúpida por no haberse dado cuenta de lo absurdo que había sido encontrarse en mitad de Rocavarancolia su casa. Mientras andaba junto al grupo en completo silencio todavía sentía el olor de su comida favorita en la nariz, el sonido de la voz de su hermano en el oído y el brillo de sus ojos en su mente.
Al llegar al otro torreón dejó que sus compañeros llamaran y hablaran, quedándose ella en una esquina, callada y, culpa de su natural forma de ser, pasando desapercibida por la ausencia de palabra, pensando en las imágenes que tan cruelmente le había mostrado esa casa. “KayKay… solo Ilol me llama así… Se han metido en mi mente.” Pensaba una y otra vez asqueada.
Luego de un rato, cansada de escuchar a Branniel hablar sobre transformaciones y lunas con un muy interesado Stefan, la líbense se vió obligada a intervenir.
- ¿Soy a la única a la que todo eso le suena “bla bla y bla”? No hemos venido para eso. Se nos ha perdido un pelirrojo y hemos salido de cacería. ¿Habéis visto algún foner drogado últimamente?- ante la negativa y las pocas ganas que tenía de perder el tiempo, Karime prosiguió.- Bueno, habéis sido de gran utilidad, ahora ya solo nos queda revisar toda la ciudad menos este torreón. Esto en cuatro patadas lo tenemos resuelto. Nos vamos o no llegaremos a tiempo de que papá Aleksei se enfade de que le pisamos lo fregado. Ya otro día nos autoinvitaremos a una merienda.- terminó diciendo como despedida antes de salir por la puerta esperando que todos la siguieran.- Vamos a pasar a por las cestas, a lo mejor con el colocón le ha entrado el hambre. Y si no, nos las llevamos y le vamos haciendo un caminito de trocitos de queso para que encuentre el camino a casa, no estoy de humor para seguir buscándolo.- añadió a sus compañeros una vez estuvieron fuera.
Sigue en el Torreón Maciel.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 08:07 pm
Mientras miraba el dibujo de una especie de híbrido entre hombre y árbol, el chico pidió que le dijese todo lo que sabía. Al perecer, estaba tan entusiasmado como yo acerca de la Luna y sus posibilidades. Así pues, empecé a contarle todo lo que sabía. Le conté la historia de cómo llegaron a mi mundo demostrando un poder inalcanzable para nosotros, y le expliqué que acostumbraban a llevarse a niños una vez al año. Cuando le conté lo que provocaba la luna me arrebató el libró y comenzó a pasar las páginas con nerviosismo.
Tras darse cuenta de algo y darme las gracias, se presentó como Stefan, perteneciente a un mundo al que llamó la Tierra. A continuación, dijo algo que me descolocó.
—Cómo... Cómo que se autodenominan monstruos. Espera, ¡¿os habéis encontrado con ellos?! —no pude reprimir la mezcla de sorpresa y envidia que acompañaba a mi pregunta. Me pregunté cuáles eran las transformaciones que habían contemplado, de qué mundo eran los transformados con los que se habían encontrado, y si los conoceríamos después de la Luna. Aun así, lo que había dicho de que se autodenominaban monstruos... ¿Es que eran transformados recientes que todavía no se habían recuperado de los sucesos de su cosecha?—.
Me explicó entonces que se habían encontrado con transformados. Me maravillé al imaginarme la escena: un chico que ardía sin consumirse, seres con alas y aspecto maravilloso y terrorífico... Algo como destruir un lobo de arena, que a ellos les había costadio tanto, y que los transformados podían hacer con una facilidad pasmosa. La mera herramienta de convertirse en humo era bastante útil para escapar de alimañas. Aunque, realmente, con el poder que habían demostrado, ¿quién necesitaba escapar?
No obstante, antes de que pudiese decir nada más, una Karime de muy mal humor nos interrumpió y dijo que nos íbamos, distrayéndome de mis pensamientos. Por sus palabras se notaba de muy mal humor, y entonces me pregunte qué habría visto en las casas carnívoras. Sé que había dicho algo, pero no me acordaba de qué, y lo cierto es que tuvo que ser muy grave para quitarle las ganas de seguir cazando.
Al ver que nos íbamos a ir, fui a despedirme, pero Stefan me explicó cómo se despedían en la tierra. Le di un apretón de manos y, tras despedirnos, me fui tras Karime.
Sigue en el Torreón Maciel.
Tras darse cuenta de algo y darme las gracias, se presentó como Stefan, perteneciente a un mundo al que llamó la Tierra. A continuación, dijo algo que me descolocó.
—Cómo... Cómo que se autodenominan monstruos. Espera, ¡¿os habéis encontrado con ellos?! —no pude reprimir la mezcla de sorpresa y envidia que acompañaba a mi pregunta. Me pregunté cuáles eran las transformaciones que habían contemplado, de qué mundo eran los transformados con los que se habían encontrado, y si los conoceríamos después de la Luna. Aun así, lo que había dicho de que se autodenominaban monstruos... ¿Es que eran transformados recientes que todavía no se habían recuperado de los sucesos de su cosecha?—.
Me explicó entonces que se habían encontrado con transformados. Me maravillé al imaginarme la escena: un chico que ardía sin consumirse, seres con alas y aspecto maravilloso y terrorífico... Algo como destruir un lobo de arena, que a ellos les había costadio tanto, y que los transformados podían hacer con una facilidad pasmosa. La mera herramienta de convertirse en humo era bastante útil para escapar de alimañas. Aunque, realmente, con el poder que habían demostrado, ¿quién necesitaba escapar?
No obstante, antes de que pudiese decir nada más, una Karime de muy mal humor nos interrumpió y dijo que nos íbamos, distrayéndome de mis pensamientos. Por sus palabras se notaba de muy mal humor, y entonces me pregunte qué habría visto en las casas carnívoras. Sé que había dicho algo, pero no me acordaba de qué, y lo cierto es que tuvo que ser muy grave para quitarle las ganas de seguir cazando.
Al ver que nos íbamos a ir, fui a despedirme, pero Stefan me explicó cómo se despedían en la tierra. Le di un apretón de manos y, tras despedirnos, me fui tras Karime.
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- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 10:43 pm
Nadie me hizo mucho caso durante la breve visita que nos hicieron, algo que no estaba seguro de si agradecer o lamentar.
Al final opté por ninguna de las dos cosas y me limité a escuchar las conversaciones de los demás. Así fue como escuché acerca de la fuga del foner pelirrojo.
“Bien, por si no teníamos bastante con hienas, lobos de arena y vecinos raros, ahora también habrá que lidiar con ese. El día mejora por momentos”
El nublíno también atrajo mi atención, ya que los de su raza parecían saber más acerca de la ciudad que el resto. Asistí a la conversación que tenía con Stefan desde un sitio apartado.
Lo que oí a continuación me dejó totalmente indiferente. No porque no me importara, sino porque era algo tan chocante y tan inesperado que simplemente no lo asimilé.
“¿Que nos vamos a transformar? Eso... eso no tiene sentido”
Al final acabé aferrándome a lo único que se me ocurrió, la ultima frase de Stefan.
“¿La verdad? La verdad nunca es tan evidente. Eso es. Todo esto no es lo que pasará, solo es una exageración de algo más simple. Seguramente lo que Branniel está diciendo solo es cierto en parte. Pero entonces...”
La intervención de K y la salida casi a carreras que siguió después acabaron por distraerme del todo. Y no volví a pensar en ello, porque por un momento se me nubló la vista y estuve a punto de caer al suelo.
No fue hasta recuperé el equilibrio cuando me dí cuenta de lo cansado que estaba. Me pesaba todo muchísimo, y prácticamente me dolía caminar. Este cansancio no era normal, y ya no era la primera vez. Desde hacía ya un tiempo me cansaba cada vez antes, y todo parecía costarme más. Pensaba que era un incidente aislado, o que simplemente tenía un día vago, pero ahora no estaba tan seguro.
“Un día más, si tras un día veo que sigue tendré que mirar qué me pasa”
Mientras el grupo se marchaba y se volvía a levantar el puente subí al dormitorio y me acosté. Todavía era un poco pronto, pero estaba demasiado cansado como para hacer o pensar en nada más.
Al final opté por ninguna de las dos cosas y me limité a escuchar las conversaciones de los demás. Así fue como escuché acerca de la fuga del foner pelirrojo.
“Bien, por si no teníamos bastante con hienas, lobos de arena y vecinos raros, ahora también habrá que lidiar con ese. El día mejora por momentos”
El nublíno también atrajo mi atención, ya que los de su raza parecían saber más acerca de la ciudad que el resto. Asistí a la conversación que tenía con Stefan desde un sitio apartado.
Lo que oí a continuación me dejó totalmente indiferente. No porque no me importara, sino porque era algo tan chocante y tan inesperado que simplemente no lo asimilé.
“¿Que nos vamos a transformar? Eso... eso no tiene sentido”
Al final acabé aferrándome a lo único que se me ocurrió, la ultima frase de Stefan.
“¿La verdad? La verdad nunca es tan evidente. Eso es. Todo esto no es lo que pasará, solo es una exageración de algo más simple. Seguramente lo que Branniel está diciendo solo es cierto en parte. Pero entonces...”
La intervención de K y la salida casi a carreras que siguió después acabaron por distraerme del todo. Y no volví a pensar en ello, porque por un momento se me nubló la vista y estuve a punto de caer al suelo.
No fue hasta recuperé el equilibrio cuando me dí cuenta de lo cansado que estaba. Me pesaba todo muchísimo, y prácticamente me dolía caminar. Este cansancio no era normal, y ya no era la primera vez. Desde hacía ya un tiempo me cansaba cada vez antes, y todo parecía costarme más. Pensaba que era un incidente aislado, o que simplemente tenía un día vago, pero ahora no estaba tan seguro.
“Un día más, si tras un día veo que sigue tendré que mirar qué me pasa”
Mientras el grupo se marchaba y se volvía a levantar el puente subí al dormitorio y me acosté. Todavía era un poco pronto, pero estaba demasiado cansado como para hacer o pensar en nada más.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
06/05/13, 11:04 pm
Le expliqué a Branniel el breve encuentro con aquellas personas, y como era la mujer negra. Cuando me enteré de que el pelirrojo andaba suelto palidecí levemente. <<¿Ese demente está por ahí en libertad?>>.
Oí como la libense decía de irse y le tendí la mano a Branniel, le expliqué que así era como nos saludábamos en mi mundo, estrechando las manos, apretó la mía y cuando lo tuve agarrado lo atraje hacia mi para tenerlo más cerca, me agaché y le dije al oído en voz tan baja que solo el pudiera oírme:
-Unos meses más amigo,- <<¿Amigo?, creo que nunca le he dicho esa palabra a nadie, excepto a Sombra claro, ¿por qué lo habré hecho?>>, fue un impulso, una necesidad, necesidad de decirle eso a alguien por primera vez, a una persona con la que compartiera algo, ¿quien iba a pensar que seria con una persona de otro mundo?.- Unos meses más y seremos como ellos, seremos dioses,- seguí susurrando, y cuando termine de hablar y me separe de el le dirigí una sonrisa de complicidad.
-Oh, veo que os vais, tened cuidado en el camino de vuelta y cuidaos,- dije en voz alta, y luego a Branniel,- volveremos a vernos, aun tenemos mucho de que hablar.
Cuando se fueron se quedo todo muy silencioso, y como tampoco había mucha comida se la deje al resto, sin embargo me dirigí a la cocina y el poco syv que quedaba lo calenté y lo repartí en tres vasos, los cuales di a los tres sinhadres, después fui al patio donde me puse a entrenar con la espada y a probar técnicas que se me iban pasando por la mente para ver cuales me serian útiles en el futuro.
Después subí al baño a darme un buen baño con el cual me relaje pues el día había sido duro, y cuando me acabe de secar me metí en la cama, aunque tardé en dormirme pues no dejaba de darle vueltas al encuentro con aquellos transformados.
Oí como la libense decía de irse y le tendí la mano a Branniel, le expliqué que así era como nos saludábamos en mi mundo, estrechando las manos, apretó la mía y cuando lo tuve agarrado lo atraje hacia mi para tenerlo más cerca, me agaché y le dije al oído en voz tan baja que solo el pudiera oírme:
-Unos meses más amigo,- <<¿Amigo?, creo que nunca le he dicho esa palabra a nadie, excepto a Sombra claro, ¿por qué lo habré hecho?>>, fue un impulso, una necesidad, necesidad de decirle eso a alguien por primera vez, a una persona con la que compartiera algo, ¿quien iba a pensar que seria con una persona de otro mundo?.- Unos meses más y seremos como ellos, seremos dioses,- seguí susurrando, y cuando termine de hablar y me separe de el le dirigí una sonrisa de complicidad.
-Oh, veo que os vais, tened cuidado en el camino de vuelta y cuidaos,- dije en voz alta, y luego a Branniel,- volveremos a vernos, aun tenemos mucho de que hablar.
Cuando se fueron se quedo todo muy silencioso, y como tampoco había mucha comida se la deje al resto, sin embargo me dirigí a la cocina y el poco syv que quedaba lo calenté y lo repartí en tres vasos, los cuales di a los tres sinhadres, después fui al patio donde me puse a entrenar con la espada y a probar técnicas que se me iban pasando por la mente para ver cuales me serian útiles en el futuro.
Después subí al baño a darme un buen baño con el cual me relaje pues el día había sido duro, y cuando me acabe de secar me metí en la cama, aunque tardé en dormirme pues no dejaba de darle vueltas al encuentro con aquellos transformados.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
07/05/13, 06:01 pm
Sin embargo, las respuestas que recibí en cuanto al libro no eran las esperadas <<¿Estar mejor preparados contra lo que venga sólo por tenerlo? ¿Murámonos todos? Alder tiene que conocer al humano ese... Las guardias... Yo no puedo quedarme de noche, no consigo quedarme despierto... Pero al menos en los entrenamientos coincidimos>>
Más tarde llegó un grupo de Maciel y tuve que volver a bajar el puente tras dedicarle una significativa mirada a Pablo, a quien tenía que comentarle algo <<¿Qué demonios es eso de "Rey de Roma"? Es lo único que rimaba...>> Y por fin, una alegría: K había venido. Me habría deshecho en saludos y cortesía mientras la invitaba a pasar pero Stefan y un nuevo, nublino como el loco de Wintel, empezaron a hablar sobre la Luna Roja entre medias, llamándome la atención. Con creces, ya que lo que decían era... No tenía sentido.
Aún ahora, tras habernos despedido y subido el puente, sentado en el sofá con el librito condenado sobre la Luna Roja <<¿Transformarnos? ¿Dioses? Qué demonios... Del grupo de antes, había claramente un humano, un lagarto, otro con alas y un niño en llamas; y dos mujeres con cambios físicos, ellas son las únicas que estaban cambiadas, diablos. ¿Dioses? Y un cuerno, ¡diosas y brujas! Aunque el humano se convertía en humo... ¿Y el niño de fuego? Este sitio es de locos... >> Mosqueado dejé el libro en la mesa y me levanté para dar vueltas por el salón, tratando de aclararme <<Lo primero es lo primero: comida. Y luego, Sendar y este maldito libro>>
Fui despidiendo a quienes se iban a acostar y, al quedarme el último, fui habitación por habitación asegurándome de que las ventanas estuviesen bien cerradas, así como el puente y la trampilla de la última planta. Esperaba dormirme rápido después del maldito día y del torrente de información extraña y quizá incierta, las amenazas, las hienas, los monstruos aquellos..., pero lo que no esperaba era que me atrapase el sueño repentinamente, sin haber llegado a acercarme siquiera a mi cama...
Más tarde llegó un grupo de Maciel y tuve que volver a bajar el puente tras dedicarle una significativa mirada a Pablo, a quien tenía que comentarle algo <<¿Qué demonios es eso de "Rey de Roma"? Es lo único que rimaba...>> Y por fin, una alegría: K había venido. Me habría deshecho en saludos y cortesía mientras la invitaba a pasar pero Stefan y un nuevo, nublino como el loco de Wintel, empezaron a hablar sobre la Luna Roja entre medias, llamándome la atención. Con creces, ya que lo que decían era... No tenía sentido.
Aún ahora, tras habernos despedido y subido el puente, sentado en el sofá con el librito condenado sobre la Luna Roja <<¿Transformarnos? ¿Dioses? Qué demonios... Del grupo de antes, había claramente un humano, un lagarto, otro con alas y un niño en llamas; y dos mujeres con cambios físicos, ellas son las únicas que estaban cambiadas, diablos. ¿Dioses? Y un cuerno, ¡diosas y brujas! Aunque el humano se convertía en humo... ¿Y el niño de fuego? Este sitio es de locos... >> Mosqueado dejé el libro en la mesa y me levanté para dar vueltas por el salón, tratando de aclararme <<Lo primero es lo primero: comida. Y luego, Sendar y este maldito libro>>
Fui despidiendo a quienes se iban a acostar y, al quedarme el último, fui habitación por habitación asegurándome de que las ventanas estuviesen bien cerradas, así como el puente y la trampilla de la última planta. Esperaba dormirme rápido después del maldito día y del torrente de información extraña y quizá incierta, las amenazas, las hienas, los monstruos aquellos..., pero lo que no esperaba era que me atrapase el sueño repentinamente, sin haber llegado a acercarme siquiera a mi cama...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
08/05/13, 04:14 pm
Yrio no se atrevió a saludar a K, parecía realmente disgustada y no quería darle excusas para que descargase su ira sobre él. Al parecer el pelirrojo violento de su grupo se había largado << Bien, muy bien, hay un loco armado suelto por la ciudad>> Aunque bien visto tampoco es que hubiese mucha diferencia, tan solo uno más a la lista de seres que podrían matarlos en cuanto pusiesen un pie fuera del torreón. Yrio no hizo ningún comentario al respecto y se inclinó ligeramente en su sitio para oir la conversación que estaba teniendo Stefan con el nublino nuevo.
Lo que oyó le disparó el pulso. ¿Aquellos seres que habían visto no habían sido siempre así? ¿Él mismo podría acabar haciendo cosas como convertirse en humo o arder en llamas sin quemarse? Una sonrisa estúpida se dibujó en su rostro antes de que pudiese disimularla. Una parte de él tenía miedo, otra le repetía una y otra vez que no tenían pruebas de que fuera verdad o de que funcionase así, que podría haber una letra pequeña, pero ambas fueron desterradas de su mente y aplastadas por la ilusión. La ilusion de ser un monstruo más, un ser poderoso, y no un criajo miedica y torpe.
Se preparó un bocadillo como cena y para su sorpresa Stefan le calentó syv. << Bueno, en Maciel tienen uno que les barre, no vamos a tener nosotros aqui alguien que nos prepara syv>> pensó con burla. Se fue al último piso a comer y a leer en soledad, pero no pudo concentrarse demasiado en la lectura pues si cerebro no paraba de crear situaciones fantasiosas. Perdió la noción del tiempo, y acabó quedándose dormido en el suelo. Despertó cuando Atol fue a comprobar la trampilla y bajó con él al dormitorio, donde se quedó dormido abrazado a sus amuletos para cargarlos durante la noche.
Lo que oyó le disparó el pulso. ¿Aquellos seres que habían visto no habían sido siempre así? ¿Él mismo podría acabar haciendo cosas como convertirse en humo o arder en llamas sin quemarse? Una sonrisa estúpida se dibujó en su rostro antes de que pudiese disimularla. Una parte de él tenía miedo, otra le repetía una y otra vez que no tenían pruebas de que fuera verdad o de que funcionase así, que podría haber una letra pequeña, pero ambas fueron desterradas de su mente y aplastadas por la ilusión. La ilusion de ser un monstruo más, un ser poderoso, y no un criajo miedica y torpe.
Se preparó un bocadillo como cena y para su sorpresa Stefan le calentó syv. << Bueno, en Maciel tienen uno que les barre, no vamos a tener nosotros aqui alguien que nos prepara syv>> pensó con burla. Se fue al último piso a comer y a leer en soledad, pero no pudo concentrarse demasiado en la lectura pues si cerebro no paraba de crear situaciones fantasiosas. Perdió la noción del tiempo, y acabó quedándose dormido en el suelo. Despertó cuando Atol fue a comprobar la trampilla y bajó con él al dormitorio, donde se quedó dormido abrazado a sus amuletos para cargarlos durante la noche.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
09/05/13, 01:17 pm
Esa noche tuve sueños tranquilos teñidos de magia y aventuras, sin embargo a ultima hora notaba como un cosquilleo en la frente, en el sueño se describía como una especie de gema que un malo trataba de meterme en la mente, y cuando lo consiguió mi mente se sacudió con un espasmo y desperté sobresaltado. Algo cayo sobre las mantas, no tarde en localizar uno de mis cristales y me hice un corte en el dedo para que me diera luz. Una tonalidad roja surgió de mi mano y la tape como pude para que dejara pasar algo de luz y nadie se despertase, a luz del cristal observe como algo se movía y la luz alumbro su forma, parecía una especie de escarabajo pelotero, aunque difería de este en el color que era pardusco con unas tonalidades rojas, aunque esas tonalidades podrían deberse al cristal que yo tenia en la mano. Me levante con cuidado y lo cogí con la mano cuidándome de que no me atrapara con las pinzas, lo lleve hasta una de las ventanas y lo deje marcharse volando.
Volví a dentro de la habitación y decidí bajar ya, aunque aun era de noche ya que estaba medio despierto me pondría a entrenar algo.
En estos pensamientos estaba cuando tropecé con algo y caí de bruces al suelo cuan largo era, <<Me cago en Dios, ¿quien ha sido el gilipollas que ha dejado algo tirado por aquí?>>. Me palpe la frente y no te un dolor agudo, iba a salirme un buen chichón por eso. Me gire y dirigí la luz para ver que era con lo que me había tropezado, lo que vi o mejor dicho a quien vi me dejo sin palabras. <<¿Que coño hace Atol durmiendo en el suelo?, si ni siquiera esta cerca de su cama>>.
Lo examine bajo la luz y parecía plácidamente dormido, su cama estaba a un par de metros así que decidí llevarlo hasta allí, <<Ayer Pablo, hoy Atol, mañana quien sera ¿Yrio?, ¿Thras?, dios mio que desastres son>>. Lo levante con cuidado y se medio despertó, abrió los ojos y me miro sin comprender pero acto seguido volvió a quedarse sopa, lo metí en la cama y lo observe a la luz, aquel cuerpo que el día anterior me había excitado, mi corazón comenzó a latir mas deprisa, alargue la mano hacia... <<Espera, ¿que haces?>>, mi mano se detuvo a escasos centímetros, mi corazón seguía desenfrenado, por un lado quería seguir pero si lo hacia...
Me moví raudo y me precipite por las escaleras para evitar la tentación y salí al patio, saque un cubo de agua y metí la cabeza dentro para despejarme, cogí mis armas y me puse a entrenar, cuando empezaba a amanecer Atol bajo pero casi le ignore, apenas podía mirarlo a la cara por lo que había pasado. Aunque el no se lo mereciera y no entendiese por que lo hacia. Algo mas tarde se apareció por el patio Thras y me fui a hablar con el.
-Thras una cosa, ¿ podrías hacer tu entrenamiento en la azotea de la torre y mirar al castillo para ver cuando salen las cestas?, lo haría yo mismo pero mi vértigo no me lo permite,- me llevo un tiempo convencerlo aunque al final lo conseguí.
Busque a Atol aunque me avergonzara de mi actuación y le comente lo que le había dicho a Thras así como si cuando el diese la voz de que salían nos fuéramos a por ellas. Luego seguí practicando.
Volví a dentro de la habitación y decidí bajar ya, aunque aun era de noche ya que estaba medio despierto me pondría a entrenar algo.
En estos pensamientos estaba cuando tropecé con algo y caí de bruces al suelo cuan largo era, <<Me cago en Dios, ¿quien ha sido el gilipollas que ha dejado algo tirado por aquí?>>. Me palpe la frente y no te un dolor agudo, iba a salirme un buen chichón por eso. Me gire y dirigí la luz para ver que era con lo que me había tropezado, lo que vi o mejor dicho a quien vi me dejo sin palabras. <<¿Que coño hace Atol durmiendo en el suelo?, si ni siquiera esta cerca de su cama>>.
Lo examine bajo la luz y parecía plácidamente dormido, su cama estaba a un par de metros así que decidí llevarlo hasta allí, <<Ayer Pablo, hoy Atol, mañana quien sera ¿Yrio?, ¿Thras?, dios mio que desastres son>>. Lo levante con cuidado y se medio despertó, abrió los ojos y me miro sin comprender pero acto seguido volvió a quedarse sopa, lo metí en la cama y lo observe a la luz, aquel cuerpo que el día anterior me había excitado, mi corazón comenzó a latir mas deprisa, alargue la mano hacia... <<Espera, ¿que haces?>>, mi mano se detuvo a escasos centímetros, mi corazón seguía desenfrenado, por un lado quería seguir pero si lo hacia...
Me moví raudo y me precipite por las escaleras para evitar la tentación y salí al patio, saque un cubo de agua y metí la cabeza dentro para despejarme, cogí mis armas y me puse a entrenar, cuando empezaba a amanecer Atol bajo pero casi le ignore, apenas podía mirarlo a la cara por lo que había pasado. Aunque el no se lo mereciera y no entendiese por que lo hacia. Algo mas tarde se apareció por el patio Thras y me fui a hablar con el.
-Thras una cosa, ¿ podrías hacer tu entrenamiento en la azotea de la torre y mirar al castillo para ver cuando salen las cestas?, lo haría yo mismo pero mi vértigo no me lo permite,- me llevo un tiempo convencerlo aunque al final lo conseguí.
Busque a Atol aunque me avergonzara de mi actuación y le comente lo que le había dicho a Thras así como si cuando el diese la voz de que salían nos fuéramos a por ellas. Luego seguí practicando.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
10/05/13, 09:40 pm
“Reunión de torreón en cuanto lleguemos.” Aquellas palabras de Atol le hicieron comerse la cabeza todo el camino. <<Genial, ya me la he cargado, seguro que me gritan por haber salido sola… ¡Pero no lo habría hecho si se estuviesen calladitos! >>. Siguió enfurruñada consigo misma hasta llegar a Letargo por el mero hecho de que supiesen que había salido sola.
En cuanto llegaron al torreón, Erin se tiró en un sofá y escucho a Atol hablar sobre el libro, sin enterarse de nada, pues su mente estaba en otra parte <<Es que compartir torreón con ellos es como hacerlo con Navi, sólo sirven para molestar… si quiero ir a estar sola y disfrutar del poco silencio que puedo permitirme no pienso decirlo aquí, que son capaces de seguirme>>. Cuando el libense se dirigió a ella prestó más atención a sus palabras. –Dos cosas. Primera, no me llames señora. Segundo, si no avisé era porque quería estar completamente sola. Es que estáis gritando todo el día y necesito alejarme de tanto ruido –explicó, visiblemente cabreada, aunque más consigo misma que con el resto de personas del torreón.
Se quedó allí sentada, ignorando al resto y jugueteando con los cristales para hacer magia. Cada vez que dirigía la vista al suelo veía su arco y su carcaj y sentía ganas de entrenar, pero estaba de tan mal humor que tenía miedo de romper algo lanzando una flecha demasiado fuerte. Cuando llegó gente del otro torreón, se quedó escuchando la conversación que mantuvo uno de ellos con Stefan, hasta que dijeron algo que le hizo levantarse del sofá y acercarse al nuevo. En un principio no dijo nada, pero cuando los del otro torreón se hubieron ido tomó aire antes de comenzar a decirle cuatro cosas al chico. -¿¡Tú eres imbécil o qué!? ¡¡Me acabas de contar el final de mi aventura!! Joder, ya de paso podrías decirme quién más va a morir, ¿no? Ya que destripas el final, destripa también las muertes, idiota –le gritó, bastante enfadada con él, olvidando el cabreo que tenía consigo misma.
Había dos tipos de personas a los que Erin odiaba por encima de los demás: los que hacían demasiado ruido y los que te destripaban el libro, película o serie que fueses a leer o a ver. La canadiense cogió su arco y sus flechas y subió a la habitación, donde se sentó cerca de su cama y se hizo un ovillo, queriendo desaparecer. <<¿Qué sentido tiene imaginar lo que va a pasar en mi aventura si un maldito hufflepuff me la destripa?>>. Sin embargo, aún no había acabado de decirle todo lo que pensaba a Stefan, por lo que se quedó un rato pensando cómo acabar de contárselo todo. Se metió en la cama y se durmió, intranquila, sin parar de pensar en que iba a transformarse en algo parecido a los seres con los que se había encontrado.
---------------------
Apenas se levantó, cogió su arco y sus flechas y bajó al salón mientras el estómago le rugía. Necesitaba comer algo, pero no habían encontrado las cestas el día anterior y ni siquiera se acercó a la cocina. En su lugar salió al patio, donde vio al nuevo entrenando y tuvo una idea. Cargó una flecha en el arco y le tensó, apuntando en todo momento al chico. En el último segundo, antes de disparar, cambió la dirección y disparó a la diana, aunque ni siquiera miró si había tirado bien. –Debería hacerte matado, nuevo. ¡No puedes ir por ahí contando felizmente el final de las historias! –le gritó, aún enfadada. <<Destripar historias debería estar penado con la muerte>>, pensó, sin saber muy bien cómo continuar su discurso. –Que yo podría destriparte más de diez libros y películas y no lo hago porque está mal, por mucho que quieras ayudar –soltó un bufido y sin volver a mirarle lanzó un par de flechas a la diana, que se clavaron cerca del centro. Su puntería había mejorado bastante desde que había llegado a la ciudad y lo notaba.
En cuanto llegaron al torreón, Erin se tiró en un sofá y escucho a Atol hablar sobre el libro, sin enterarse de nada, pues su mente estaba en otra parte <<Es que compartir torreón con ellos es como hacerlo con Navi, sólo sirven para molestar… si quiero ir a estar sola y disfrutar del poco silencio que puedo permitirme no pienso decirlo aquí, que son capaces de seguirme>>. Cuando el libense se dirigió a ella prestó más atención a sus palabras. –Dos cosas. Primera, no me llames señora. Segundo, si no avisé era porque quería estar completamente sola. Es que estáis gritando todo el día y necesito alejarme de tanto ruido –explicó, visiblemente cabreada, aunque más consigo misma que con el resto de personas del torreón.
Se quedó allí sentada, ignorando al resto y jugueteando con los cristales para hacer magia. Cada vez que dirigía la vista al suelo veía su arco y su carcaj y sentía ganas de entrenar, pero estaba de tan mal humor que tenía miedo de romper algo lanzando una flecha demasiado fuerte. Cuando llegó gente del otro torreón, se quedó escuchando la conversación que mantuvo uno de ellos con Stefan, hasta que dijeron algo que le hizo levantarse del sofá y acercarse al nuevo. En un principio no dijo nada, pero cuando los del otro torreón se hubieron ido tomó aire antes de comenzar a decirle cuatro cosas al chico. -¿¡Tú eres imbécil o qué!? ¡¡Me acabas de contar el final de mi aventura!! Joder, ya de paso podrías decirme quién más va a morir, ¿no? Ya que destripas el final, destripa también las muertes, idiota –le gritó, bastante enfadada con él, olvidando el cabreo que tenía consigo misma.
Había dos tipos de personas a los que Erin odiaba por encima de los demás: los que hacían demasiado ruido y los que te destripaban el libro, película o serie que fueses a leer o a ver. La canadiense cogió su arco y sus flechas y subió a la habitación, donde se sentó cerca de su cama y se hizo un ovillo, queriendo desaparecer. <<¿Qué sentido tiene imaginar lo que va a pasar en mi aventura si un maldito hufflepuff me la destripa?>>. Sin embargo, aún no había acabado de decirle todo lo que pensaba a Stefan, por lo que se quedó un rato pensando cómo acabar de contárselo todo. Se metió en la cama y se durmió, intranquila, sin parar de pensar en que iba a transformarse en algo parecido a los seres con los que se había encontrado.
---------------------
Apenas se levantó, cogió su arco y sus flechas y bajó al salón mientras el estómago le rugía. Necesitaba comer algo, pero no habían encontrado las cestas el día anterior y ni siquiera se acercó a la cocina. En su lugar salió al patio, donde vio al nuevo entrenando y tuvo una idea. Cargó una flecha en el arco y le tensó, apuntando en todo momento al chico. En el último segundo, antes de disparar, cambió la dirección y disparó a la diana, aunque ni siquiera miró si había tirado bien. –Debería hacerte matado, nuevo. ¡No puedes ir por ahí contando felizmente el final de las historias! –le gritó, aún enfadada. <<Destripar historias debería estar penado con la muerte>>, pensó, sin saber muy bien cómo continuar su discurso. –Que yo podría destriparte más de diez libros y películas y no lo hago porque está mal, por mucho que quieras ayudar –soltó un bufido y sin volver a mirarle lanzó un par de flechas a la diana, que se clavaron cerca del centro. Su puntería había mejorado bastante desde que había llegado a la ciudad y lo notaba.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
10/05/13, 11:05 pm
Tap se había despertado por culpa del ruido de un moscardón. Concrétamente el moscardón Stefan, entrenando en el patio. Por si eso no fuera poco, enseguida salió Erin. Tap desenterró los pies del huerto y trepó por las enredaderas con la finalidad inicial de espaciarse de los gigantes. La chica no le caía mal, pero seguía siendo gigante y Tap empezaba a aborrecer ese detalle común a todos sus compañeros de panal. Más todavía que antes.
Iba a medio camino de las almenas cuando Erin decidió pasar de ser la ya-no-tan-Invisible a la Inestable. El diminuto no tenía ni idea de qué habría pasado ayer con la visita, se había alejado de los macieleros de la misma manera que habría hecho en el bosque de algún apestado, por sentido común. Pero lo que fuera que había pasado, parecía haber trastocado a la chica. <<Espero que no piense en disparar esa flecha>>. Tap tampoco consideraba al Moscardón el gigante más útil, pero de ahí a matarlo por algo que hubiera dicho... Había preparado la cerbatana para pararle los pies a Erin. Sin embargo, había desviado la primera flecha hacia al diana y la segunda vez que la giganta cargó el arco no apuntó al Moscardón en ningún momento. Tap respiró algo aliviado. <<No tendré que gastar más veneno...>>. Y si no quería gastarlo un rato más tarde, lo mejor sería que hubiera gente abajo para pararle los pies a Erin o al Moscardón.
Por eso mismo, siguió trepando y se coló por la ventana de la habitación. Para variar, su gigante de confianza andaba durmiendo. Tap trepó por su cama y, sin pensárselo, pegó un buen mordisco a Pablo en el lóbulo de la oreja derecha. Mientras saltaba de la cama para evitar que el gigante le cayera encima al girarse, la escena se le hizo desagradablemente familiar. <<Al final esto acabará siendo costumbre y todo>>.
-Tú, levanta-le pidió con un volumen que se acercaba más al grito que al susurro-. En el patio necesitan una niñera de tamaño estándar.
Iba a medio camino de las almenas cuando Erin decidió pasar de ser la ya-no-tan-Invisible a la Inestable. El diminuto no tenía ni idea de qué habría pasado ayer con la visita, se había alejado de los macieleros de la misma manera que habría hecho en el bosque de algún apestado, por sentido común. Pero lo que fuera que había pasado, parecía haber trastocado a la chica. <<Espero que no piense en disparar esa flecha>>. Tap tampoco consideraba al Moscardón el gigante más útil, pero de ahí a matarlo por algo que hubiera dicho... Había preparado la cerbatana para pararle los pies a Erin. Sin embargo, había desviado la primera flecha hacia al diana y la segunda vez que la giganta cargó el arco no apuntó al Moscardón en ningún momento. Tap respiró algo aliviado. <<No tendré que gastar más veneno...>>. Y si no quería gastarlo un rato más tarde, lo mejor sería que hubiera gente abajo para pararle los pies a Erin o al Moscardón.
Por eso mismo, siguió trepando y se coló por la ventana de la habitación. Para variar, su gigante de confianza andaba durmiendo. Tap trepó por su cama y, sin pensárselo, pegó un buen mordisco a Pablo en el lóbulo de la oreja derecha. Mientras saltaba de la cama para evitar que el gigante le cayera encima al girarse, la escena se le hizo desagradablemente familiar. <<Al final esto acabará siendo costumbre y todo>>.
-Tú, levanta-le pidió con un volumen que se acercaba más al grito que al susurro-. En el patio necesitan una niñera de tamaño estándar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
11/05/13, 02:07 am
Dolor. Sí, dolor. Esa sensación desagradable que sufrimos todos varias veces a lo largo de nuestra vida. Puede ser físico o mental, pero en ambos casos empeora cuando te lo causa otro, y si encima ese otro es una planta parlanchina de 15 centímetros con tendencia a morderte mientras duermes pues la cosa no hace más que mejorar.
Ojalá la cosa acabara ahí, pero no. Otro problemita que trae el dolor es que a veces viene con reacción en cadena de propina. Y casualmente, y para mi desgracia, se dio el caso. Como el dolor vino de la derecha, instintivamente me impulsé hacia la izquierda, en un acto reflejo para alejarme de lo que me hubiera mordido, y la cama no es muy ancha que digamos, por lo que me encontré con que de pronto no había nada debajo de mí, y que tenía el suelo a un metro mas o menos bajo mi cara. De forma inmediata, mi recientemente odiada compañera, llamada gravedad, se puso en marcha, acercándome hacia el suelo, y provocando lo que se resume en “caerse de morros”
Una vez hube despegado los morros del suelo, pude ver la causa de tan agradable despertar: Tap
“No se por qué me sorprendo”
Mi primer impulso fue pisotearlo, pero empezar la mañana con otra muerte no era buena idea. Lo siguiente que pensé fue en explicarle, de forma gráfica y muy detallada, por dónde podría meterse los mordiscos, pero era Tap. Las palabras eran inútiles con él.
“Todo es inútil con él”
-¿Niñera estándar? ¿Qué coño pasa esta vez? y además, ¿no podemos dejar que se maten? así ya no vuelven a dar problemas sean quienes sean-
Con los morros aun doloridos por el golpe me levanté, y bajé hacia el patio, mientras me preguntaba por qué no había espachurrado al repoblador ya. Total, nadie lo echaría de menos, al contrario.
“La próxima vez”
Cuando bajé al patio me encontré con Stefan y Erin. Me esperaba una bronca o alguna pelea, pero en ese momento estaban los dos callados, ya fuera porque no había bronca realmente, o porque justo había llegado en una pausa casual.
-Hola y mirad. No sé lo que pasa, o ha pasado, y tampoco sé si quiero saberlo, pero sea lo que sea que hayáis hecho me ha costado un mordisco en la oreja y una caída de morros, así que por favor, ¿Me haríais el favor de parar? Porque al próximo mordisco, golpe, o lo que sea que me pase por causas que no pueda controlar no responderé de mis actos. Quedáis avisados-
Ojalá la cosa acabara ahí, pero no. Otro problemita que trae el dolor es que a veces viene con reacción en cadena de propina. Y casualmente, y para mi desgracia, se dio el caso. Como el dolor vino de la derecha, instintivamente me impulsé hacia la izquierda, en un acto reflejo para alejarme de lo que me hubiera mordido, y la cama no es muy ancha que digamos, por lo que me encontré con que de pronto no había nada debajo de mí, y que tenía el suelo a un metro mas o menos bajo mi cara. De forma inmediata, mi recientemente odiada compañera, llamada gravedad, se puso en marcha, acercándome hacia el suelo, y provocando lo que se resume en “caerse de morros”
Una vez hube despegado los morros del suelo, pude ver la causa de tan agradable despertar: Tap
“No se por qué me sorprendo”
Mi primer impulso fue pisotearlo, pero empezar la mañana con otra muerte no era buena idea. Lo siguiente que pensé fue en explicarle, de forma gráfica y muy detallada, por dónde podría meterse los mordiscos, pero era Tap. Las palabras eran inútiles con él.
“Todo es inútil con él”
-¿Niñera estándar? ¿Qué coño pasa esta vez? y además, ¿no podemos dejar que se maten? así ya no vuelven a dar problemas sean quienes sean-
Con los morros aun doloridos por el golpe me levanté, y bajé hacia el patio, mientras me preguntaba por qué no había espachurrado al repoblador ya. Total, nadie lo echaría de menos, al contrario.
“La próxima vez”
Cuando bajé al patio me encontré con Stefan y Erin. Me esperaba una bronca o alguna pelea, pero en ese momento estaban los dos callados, ya fuera porque no había bronca realmente, o porque justo había llegado en una pausa casual.
-Hola y mirad. No sé lo que pasa, o ha pasado, y tampoco sé si quiero saberlo, pero sea lo que sea que hayáis hecho me ha costado un mordisco en la oreja y una caída de morros, así que por favor, ¿Me haríais el favor de parar? Porque al próximo mordisco, golpe, o lo que sea que me pase por causas que no pueda controlar no responderé de mis actos. Quedáis avisados-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
11/05/13, 06:48 pm
Como siempre, cuando abrí los ojos estaba amaneciendo. Me estiré y, desconcertado, vi que seguía vestido <<No... ¿Me quedé dormido sin más, otra vez? Joder...>> Mosqueado, salé de la cama de malas maneras y bajé a darme un baño. Hoy no habría entrenamiento, no teniendo que ir a por las cestas sin haber comido desde ayer.
Después bajé al salón, saludé a un Thras que bajaba por las escaleras y a Stefan abajo del todo. Con un poco de agua me fui al sofá a por uno de los libros, el que fuera, que sólo ojeé sin ánimo ni concentración. <<En cuanto bajen, salimos>> De vez en cuando miraba de reojo el libro encantado, pensando en ir al torreón Sendar, pero sin comida no permitiría excursiones a lo desconocido <<Al menos sabemos llegar...>>
Al rato despertó Erin también y bajó a entrenar donde Stefan lo hacía. Giré el sofá hacia el patio para verles, esperando ver mejoría, pero lo que sucedió fue demasiado repentino e inesperado. Sólo me dio tiempo a levantarme y quedarme de pie a unos metros, desconcertado, escuchando a la chica. <<¿Matarlo por decir algo? ¿En serio, después de lo que dijo anoche? ¿Estará loca?>>
-¿Destripar libros y películas? ¿Destripar? ¡Esos lobos podrían haberte destripado, exacto!-le gruño acercándome.-Por muy mujer que seas lo que dices no tiene sentido. Por "contarte el final de la historia..." ibas a matarlo? ¿Has matado algo alguna vez?-inquiero, apretando los puños mientras voy hacia la diana.
En esos segundos aparecen Tap y Pablo, quien también intenta poner orden, aunque parece que la idea fue de Tap quien le ha estado mordiendo. <<Pues sí que le ha costado despertarle para morderle... A lo que iba>> Arranco la flecha y vuelvo junto a la chica.
-Insisto, ¿alguna vez has matado algo?-dicho eso me hago un corte en un dedo de la zurda y le mancho la mejilla con este.-¿Ves? Sangre, pero poca. ¿De veras estás dispuesta a mancharte de sangre de alguien sólo porque descubrió una información que podría ser falsa? ¿Por descubrirte el "final de la historia"? ¿Y por querer estar sola te fuiste de paseo por la ciudad de la fantasía?-todo entre susurros, recordando su obsesión con los gritos.-¿En serio?-me paso las manos por la cara y tomo aire.-Que los Grandes Felinos y mi Reina me perdonen por esto... ¡Madura!-le grito finalmente.
Acto seguido rompo la flecha y me voy hacia las escaleras, pero me tropiezo con Thras que acaba de ver las bañeras.
-Bien, comida. Salimos en diez minutos. Avisaré a Serok y los demás.
Dicho y hecho: subo corriendo al dormitorio y voy despertando a cada uno, con especial cuidado con los sinhadres y en especial las chicas. Bajo acompañado del ulterano, quien ya va armado y listo, y llegamos al salón, yo deseoso de salir y poder preparar algo para todos.
-¿Listos? Pues nos vamos. Así el torreón estará en silencio y nadie tendrá que ir a suicidarse con tal de no tener ruido.-gruño, pero decido despedirme de otra forma.-Volveremos con comida, palabra de Atol. Aunque sea uno de nosotros a la brasa.-digo riendo mientras espero al resto.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
Después bajé al salón, saludé a un Thras que bajaba por las escaleras y a Stefan abajo del todo. Con un poco de agua me fui al sofá a por uno de los libros, el que fuera, que sólo ojeé sin ánimo ni concentración. <<En cuanto bajen, salimos>> De vez en cuando miraba de reojo el libro encantado, pensando en ir al torreón Sendar, pero sin comida no permitiría excursiones a lo desconocido <<Al menos sabemos llegar...>>
Al rato despertó Erin también y bajó a entrenar donde Stefan lo hacía. Giré el sofá hacia el patio para verles, esperando ver mejoría, pero lo que sucedió fue demasiado repentino e inesperado. Sólo me dio tiempo a levantarme y quedarme de pie a unos metros, desconcertado, escuchando a la chica. <<¿Matarlo por decir algo? ¿En serio, después de lo que dijo anoche? ¿Estará loca?>>
-¿Destripar libros y películas? ¿Destripar? ¡Esos lobos podrían haberte destripado, exacto!-le gruño acercándome.-Por muy mujer que seas lo que dices no tiene sentido. Por "contarte el final de la historia..." ibas a matarlo? ¿Has matado algo alguna vez?-inquiero, apretando los puños mientras voy hacia la diana.
En esos segundos aparecen Tap y Pablo, quien también intenta poner orden, aunque parece que la idea fue de Tap quien le ha estado mordiendo. <<Pues sí que le ha costado despertarle para morderle... A lo que iba>> Arranco la flecha y vuelvo junto a la chica.
-Insisto, ¿alguna vez has matado algo?-dicho eso me hago un corte en un dedo de la zurda y le mancho la mejilla con este.-¿Ves? Sangre, pero poca. ¿De veras estás dispuesta a mancharte de sangre de alguien sólo porque descubrió una información que podría ser falsa? ¿Por descubrirte el "final de la historia"? ¿Y por querer estar sola te fuiste de paseo por la ciudad de la fantasía?-todo entre susurros, recordando su obsesión con los gritos.-¿En serio?-me paso las manos por la cara y tomo aire.-Que los Grandes Felinos y mi Reina me perdonen por esto... ¡Madura!-le grito finalmente.
Acto seguido rompo la flecha y me voy hacia las escaleras, pero me tropiezo con Thras que acaba de ver las bañeras.
-Bien, comida. Salimos en diez minutos. Avisaré a Serok y los demás.
Dicho y hecho: subo corriendo al dormitorio y voy despertando a cada uno, con especial cuidado con los sinhadres y en especial las chicas. Bajo acompañado del ulterano, quien ya va armado y listo, y llegamos al salón, yo deseoso de salir y poder preparar algo para todos.
-¿Listos? Pues nos vamos. Así el torreón estará en silencio y nadie tendrá que ir a suicidarse con tal de no tener ruido.-gruño, pero decido despedirme de otra forma.-Volveremos con comida, palabra de Atol. Aunque sea uno de nosotros a la brasa.-digo riendo mientras espero al resto.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
11/05/13, 07:52 pm
Había comenzado a sudar hacia ya bastante rato, por suerte había tenido la decencia de quitarme la parte de arriba de la ropa para no sudarla. Los movimientos que estaba tratando de hacer eran complicados, y mas de una vez tuve que ir despacio si no quería romperme algo con una caída tonta. Ya prácticamente había acabado de entrenar pues estaba algo cansado cuando apareció Erin por la puerta, me amenazo con una flecha que desvió hacia la diana en el ultimo instante. Cuando la vi a punto de hacer eso comencé a trazar gestos de un hechizo de impacto por si la flecha venia dirigida a mi para pararla o desviarla, por suerte no hizo falta.
Pablo y Tap así como Atol salieron al patio antes de que yo pudiese reaccionar casi, cada uno a su manera le echo una bronca a Erin, cuando acabaron me toco a mi, no pensaba pasar por alto el hecho de que una cría pequeña me había apuntado con un arma por decir una información que podía sernos muy útil a todos. Había observado el comportamiento de Erin los últimos días y no le había dado mucha importancia ya que no me afectaba directamente, pero en este momento si me afectaba y pensaba dejar las cosas claras.
-Mira bonita, no estas en nada parecido a los libros que has leído hasta ahora, y tu no eres la protagonista de una novela que va a salvar el mundo ni nada parecido, me da exactamente igual que toda tu vida te hayas creído especial por que la verdad es que eres tan especial como yo o Pablo, tener magia no te hace mejor, saberte novelas de memoria no te hace mejor, y creerte superior a los demás tampoco te hará mejor que ellos, la verdad es que eres normal y corriente, y deberías tener cuidado cuando salgas por que no es un sueño, y desde luego te puedes llegar a morir.- Cogí aire ya que notaba los pulmones vacíos y luego respondí a otra cosa que ya llevaba tiempo molestándome.- Y deja de llamarme nuevo, tengo un nombre, y si tu no te molestas en aprendértelo yo pasare a llamarte....- pensé en un adjetivo que pudiese molestarla, al final di con uno que me pareció adecuado,- sangre sucia, ¿que te parece?.
Antes de oír la respuesta de la niña Thras bajo anunciando que las bañeras habían salido, Atol dijo que saldríamos a por las cestas en breves y que nos preparásemos y a eso me dispuse.
Pablo y Tap así como Atol salieron al patio antes de que yo pudiese reaccionar casi, cada uno a su manera le echo una bronca a Erin, cuando acabaron me toco a mi, no pensaba pasar por alto el hecho de que una cría pequeña me había apuntado con un arma por decir una información que podía sernos muy útil a todos. Había observado el comportamiento de Erin los últimos días y no le había dado mucha importancia ya que no me afectaba directamente, pero en este momento si me afectaba y pensaba dejar las cosas claras.
-Mira bonita, no estas en nada parecido a los libros que has leído hasta ahora, y tu no eres la protagonista de una novela que va a salvar el mundo ni nada parecido, me da exactamente igual que toda tu vida te hayas creído especial por que la verdad es que eres tan especial como yo o Pablo, tener magia no te hace mejor, saberte novelas de memoria no te hace mejor, y creerte superior a los demás tampoco te hará mejor que ellos, la verdad es que eres normal y corriente, y deberías tener cuidado cuando salgas por que no es un sueño, y desde luego te puedes llegar a morir.- Cogí aire ya que notaba los pulmones vacíos y luego respondí a otra cosa que ya llevaba tiempo molestándome.- Y deja de llamarme nuevo, tengo un nombre, y si tu no te molestas en aprendértelo yo pasare a llamarte....- pensé en un adjetivo que pudiese molestarla, al final di con uno que me pareció adecuado,- sangre sucia, ¿que te parece?.
Antes de oír la respuesta de la niña Thras bajo anunciando que las bañeras habían salido, Atol dijo que saldríamos a por las cestas en breves y que nos preparásemos y a eso me dispuse.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
11/05/13, 08:36 pm
Erin apenas escuchó las palabras de Pablo, estaba demasiado enfadada como para centrarse en su voz. <<¿Y si los mato a todos? Me arriesgo a vivir sola, pero al menos no tendía que soportarlos>>, pensó, distraída, intentando calmarse sin mucho éxito. Cuando llego Atol, sin embargo intentó centrarse en lo que decía. No le gusto. No le gustó nada salvo el tono de su voz, mucho más bajo que otras veces. Si no hubiese estado enfadada por lo que Stefan le había contado y la bronca de Atol, habría ido a abrazarle por conseguir bajar el tono de su voz tanto.
Se llevó la mano a la mejilla manchada de sangre y se la limpió, mirando a Atol fijamente en todo momento. <<No lo entiende. El final estaba en un libro, los libros no mienten. Nunca. Y si quiero estar sola tengo derecho a irme a algún sitio donde pueda estarlo>>, le contestó mentalmente, sin atreverse a decir nada. –No, nunca–contestó a su pregunta en un tono demasiado bajo como para que Stefan o Pablo lo oyesen. Se quedó mirando al suelo fijamente hasta que oyó el ruido de algo romperse. <<Y encima se carga una flecha… ¡Será idiota!>> .
Después Atol se fue, dejando a la canadiense sola con el nuevo, que le echó otra bronca a su manera. Sin darse cuenta, había ignorado totalmente a Pablo, que seguí allí —¿Ah, sí? ¿Entonces por qué el hombre que me trajo aquí me prometió vivir una aventura como al de las historias que leía? ¿Insinúas que mentía? Y no me creo especial, lo soy. Todos lo somos, sino no estaríamos aquí, en una ciudad llena de milagros. –le respondió, pensando en el chico de las alas negras otra vez. ¿De verdad iba a transformarse ella también?- Ya sé que no es un sueño, pero si dejaseis de gritar no tendría que irme a estar tranquila y en silencio. Por cierto, ¿cómo quieres que te llame si no sé tu nombre, Nuev…. chico de Hufflepuff? –se corrigió para no mencionar la palabra nuevo otra vez. <<Y como me llames sangre sucia aunque sea una vez te lanzo una flecha a la entrepierna, por idiota>>, pensó, aunque sin llegar a decir nada.
Lo poco que la charla de Atol había conseguido calmarla, pues se había sentido mal cuando él la había llamado infantil no había servido para nada, pues las palabras de Stefan habían hecho que se cabrease aún más. ¿Cómo se atrevía a decirle que no era especial? Sabía hacer magia, lo que a ojos de ella misma le hacía ser mejor que todos los muggles del torreón y la Tierra. Y claro que aquello era como una de sus novelas, aquel hombre se lo había prometido y creía más en su palabra que en la de un estúpido hufflepuff destripa aventuras.
Se llevó la mano a la mejilla manchada de sangre y se la limpió, mirando a Atol fijamente en todo momento. <<No lo entiende. El final estaba en un libro, los libros no mienten. Nunca. Y si quiero estar sola tengo derecho a irme a algún sitio donde pueda estarlo>>, le contestó mentalmente, sin atreverse a decir nada. –No, nunca–contestó a su pregunta en un tono demasiado bajo como para que Stefan o Pablo lo oyesen. Se quedó mirando al suelo fijamente hasta que oyó el ruido de algo romperse. <<Y encima se carga una flecha… ¡Será idiota!>> .
Después Atol se fue, dejando a la canadiense sola con el nuevo, que le echó otra bronca a su manera. Sin darse cuenta, había ignorado totalmente a Pablo, que seguí allí —¿Ah, sí? ¿Entonces por qué el hombre que me trajo aquí me prometió vivir una aventura como al de las historias que leía? ¿Insinúas que mentía? Y no me creo especial, lo soy. Todos lo somos, sino no estaríamos aquí, en una ciudad llena de milagros. –le respondió, pensando en el chico de las alas negras otra vez. ¿De verdad iba a transformarse ella también?- Ya sé que no es un sueño, pero si dejaseis de gritar no tendría que irme a estar tranquila y en silencio. Por cierto, ¿cómo quieres que te llame si no sé tu nombre, Nuev…. chico de Hufflepuff? –se corrigió para no mencionar la palabra nuevo otra vez. <<Y como me llames sangre sucia aunque sea una vez te lanzo una flecha a la entrepierna, por idiota>>, pensó, aunque sin llegar a decir nada.
Lo poco que la charla de Atol había conseguido calmarla, pues se había sentido mal cuando él la había llamado infantil no había servido para nada, pues las palabras de Stefan habían hecho que se cabrease aún más. ¿Cómo se atrevía a decirle que no era especial? Sabía hacer magia, lo que a ojos de ella misma le hacía ser mejor que todos los muggles del torreón y la Tierra. Y claro que aquello era como una de sus novelas, aquel hombre se lo había prometido y creía más en su palabra que en la de un estúpido hufflepuff destripa aventuras.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/05/13, 12:21 am
No me había dado cuenta de que Atol también estaba allí. El libense le echó un sermón a Erin por algo, pero no lograba enterarme de nada porque lo susurraba todo. A Stefan sí que lo escuché, pero seguía sin enterarme de lo que había pasado.
Después de que Atol se marchara Erin continuó la discusión con Stefan. Casi nunca había prestado demasiada atención a la chica, así que no sabía como era como persona. No me gustó lo que oí, pero tampoco intervine, salvo al final.
-¿Milagros? Yo no usaría esa palabra, aunque supongo que es tan buena como cualquier otra. Pero déjame decirte algo. Ser especial no tiene por que ser algo bueno, de hecho normalmente suele ser lo contrario-
No era realmente una regañina, la verdad, ni sabía muy bien lo que era. Simplemente había dicho algo y yo había respondido lo que pensaba al respecto.
"Qué hago yo diciendo esto? Se supone que es una discusión ¿No debería estar regañando al responsable? y de paso quién es el responsable?"
Me quedé callado. Tenía la sensación de que tendría que estar diciendo algo más, pero no sabía el qué. Esperaría por si alguien tenía algo que decirme y si no era así me marcharía.
“Llevo despierto unos minutos y ya hay bronca. ¿Y qué ha pasado exactamente? Erin le ha echado algo en cara? ¿o se trata de algo totalmente distinto? No me estoy enterando de nada”
Después de que Atol se marchara Erin continuó la discusión con Stefan. Casi nunca había prestado demasiada atención a la chica, así que no sabía como era como persona. No me gustó lo que oí, pero tampoco intervine, salvo al final.
-¿Milagros? Yo no usaría esa palabra, aunque supongo que es tan buena como cualquier otra. Pero déjame decirte algo. Ser especial no tiene por que ser algo bueno, de hecho normalmente suele ser lo contrario-
No era realmente una regañina, la verdad, ni sabía muy bien lo que era. Simplemente había dicho algo y yo había respondido lo que pensaba al respecto.
"Qué hago yo diciendo esto? Se supone que es una discusión ¿No debería estar regañando al responsable? y de paso quién es el responsable?"
Me quedé callado. Tenía la sensación de que tendría que estar diciendo algo más, pero no sabía el qué. Esperaría por si alguien tenía algo que decirme y si no era así me marcharía.
“Llevo despierto unos minutos y ya hay bronca. ¿Y qué ha pasado exactamente? Erin le ha echado algo en cara? ¿o se trata de algo totalmente distinto? No me estoy enterando de nada”
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/05/13, 01:05 am
Cuando llegó tras Pablo, Tap se encontró a Atol solucionando el problema. Por fin pudo respirar aliviado, sabedor de que su escaso veneno seguiría siendo igual de escaso un rato más. <<Para qué gastarlo si pueden solucionarse los problemas usando a otros gigantes?>>. Era un sinsentido, más viendo cuánta falta le hizo con las hienas. La ciudad podía soltarles algo parecido en cualquier momento y Tap quería salir por lo menos un par de veces más antes de volverse inútil. En el fondo también quería evitar coscorrones mortales como el de Macak, aunque no lo pensara mucho.
Tuvo su buen entretenimiento cuando Moscardón decidió echar por tierra la sensatez con la que Metálico había hablado a Erin, dejando caer sutilmente que la chica tenía sucia la sangre. No lo entendió muy bien, pero estaba claro que no era nada bueno. Tampoco entendió después la comparación de los monstruos con milagros. Lo que sí compartía con la muchacha era la visión de que todos ellos eran especiales, pero no especiales de la manera en que la muchacha consideraba, sino especiales como los repobladores de las islas. Tontos, idiotas. Tap incluido.
Hubo un momento en el que prácticamente todos los gigantes habían intervenido y Tap sintió que su nivel de aguante decaía, quizá por el hecho de considerar tan abiertamente la estupidez que reinaba en el panal. Silbó para llamar la atención de los que todavía quedaban en el patio y les avisó:
-Estaré colgando por algún lado de la entrada. Avisadme cuando hayáis acabado de solucionar esto, que os acompaño fuera a por comida-dicho esto, se dirigió a la entrada, pasando de largo de todas las personas que se encontró por el camino, y se colgó bocabajo de uno de los salientes de la puerta.
Tuvo su buen entretenimiento cuando Moscardón decidió echar por tierra la sensatez con la que Metálico había hablado a Erin, dejando caer sutilmente que la chica tenía sucia la sangre. No lo entendió muy bien, pero estaba claro que no era nada bueno. Tampoco entendió después la comparación de los monstruos con milagros. Lo que sí compartía con la muchacha era la visión de que todos ellos eran especiales, pero no especiales de la manera en que la muchacha consideraba, sino especiales como los repobladores de las islas. Tontos, idiotas. Tap incluido.
Hubo un momento en el que prácticamente todos los gigantes habían intervenido y Tap sintió que su nivel de aguante decaía, quizá por el hecho de considerar tan abiertamente la estupidez que reinaba en el panal. Silbó para llamar la atención de los que todavía quedaban en el patio y les avisó:
-Estaré colgando por algún lado de la entrada. Avisadme cuando hayáis acabado de solucionar esto, que os acompaño fuera a por comida-dicho esto, se dirigió a la entrada, pasando de largo de todas las personas que se encontró por el camino, y se colgó bocabajo de uno de los salientes de la puerta.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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