Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 01:55 pm
-Vale. Brazos, piernas, dedos... todo parece haber vuelto a la normalidad-
Eso fue lo que dije tras terminar de comprobar que podía moverme con total normalidad.
-No, créeme, el suelo está bien donde debe estar, que es bajo mis pies. Y, sí, lo he oído todo. Por cierto pienso que la estatua del patio sería mucho más amenazante que tu idea-
También escuché el discurso de bienvenida de Tap, y las advertencias de los dos acerca de experimentar con magia.
-Eh, que yo no decidí caerme por las escaleras por gusto. Además ahora sé que la flecha hace exactamente lo que se supone que debe hacer, aunque habría preferido no comprobarlo en mis propias carnes. Encima la he malgastado inútilmente. Espero que Yrio siga dispuesto a hacer más-
Fue en ese momento cuando recordé lo que había dicho Atol sobre salir a un anfiteatro.
-Ah, se me olvidaba. A menos que no tengáis pegas me apunto a esa excursión al anfiteatro-
Como no hubo quejas bajé a la armería a por mis cosas. Antes de volver a subir cogí una de las plumas que Wintel me había regalado y se la até a la flecha con la runa. Así sabría cual era.
De nuevo arriba escuché el plan. Primero iríamos todos a por las cestas y luego los que quisieran seguirían hacia el anfiteatro mientras que el resto se volvería con ellas.
Aproveché el momento antes de salir para responder a Tap por lo de antes.
-No te preocupes, si soy tan torpe como dices también puedo serlo para morirme ¿no?-
Una vez arrancamos y salimos fuera recordé algo.
“Si nadie ha ido a por las cestas, ¿quién salió mientras estaba paralizado? ¿y para qué?” Se lo preguntaría a Tap a la vuelta. Ya que fuera quien fuera le había dejado salir imaginaba que no sería nada por lo que debiera preocuparme.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
Eso fue lo que dije tras terminar de comprobar que podía moverme con total normalidad.
-No, créeme, el suelo está bien donde debe estar, que es bajo mis pies. Y, sí, lo he oído todo. Por cierto pienso que la estatua del patio sería mucho más amenazante que tu idea-
También escuché el discurso de bienvenida de Tap, y las advertencias de los dos acerca de experimentar con magia.
-Eh, que yo no decidí caerme por las escaleras por gusto. Además ahora sé que la flecha hace exactamente lo que se supone que debe hacer, aunque habría preferido no comprobarlo en mis propias carnes. Encima la he malgastado inútilmente. Espero que Yrio siga dispuesto a hacer más-
Fue en ese momento cuando recordé lo que había dicho Atol sobre salir a un anfiteatro.
-Ah, se me olvidaba. A menos que no tengáis pegas me apunto a esa excursión al anfiteatro-
Como no hubo quejas bajé a la armería a por mis cosas. Antes de volver a subir cogí una de las plumas que Wintel me había regalado y se la até a la flecha con la runa. Así sabría cual era.
De nuevo arriba escuché el plan. Primero iríamos todos a por las cestas y luego los que quisieran seguirían hacia el anfiteatro mientras que el resto se volvería con ellas.
Aproveché el momento antes de salir para responder a Tap por lo de antes.
-No te preocupes, si soy tan torpe como dices también puedo serlo para morirme ¿no?-
Una vez arrancamos y salimos fuera recordé algo.
“Si nadie ha ido a por las cestas, ¿quién salió mientras estaba paralizado? ¿y para qué?” Se lo preguntaría a Tap a la vuelta. Ya que fuera quien fuera le había dejado salir imaginaba que no sería nada por lo que debiera preocuparme.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 02:56 pm
El nuevo descubrimiento fue como un soplo de aire fresco para Yrio, algo en lo que ocupar la mente que no fuera la muerte de Macak, o la historia de Serok sobre los monstruos del cementerio. Dedicó la mayor parte del tiempo a entrenar en el ultimo piso, sin apenas hablar con nadie, como solía hacer. Envolvió las cuchillas de sus nuevas armas en tela, para evitar rebanarse la nariz mientras practicaba. Al principio eran difíciles de manejar, tan imprevisibles y temperamentales, pero se dio cuenta de que cuanto más relajado estaba, cuanto más fluidos eran sus movimientos más sencillo era controlar la trayectoria de las cuchillas. Yrio aprendió a bailar mientras entrenaba. En los descansos, sobretodo después de comer, estudiaba magia, y ayudaba a Pablo con las runas, pues Seon no estaba demasiado motivada para hacer magia. Yrio lo comprendía, pero esperaba que se recuperase, pues Seon era a la que mejor se le daba la magia, y no podían permitirse renunciar a su talento.
Tras una dura noche de práctica se acostó casi con la salida del sol. Se había acostumbrado a dormir poco, pero era un sueño profundo e intenso y muchas veces le valía como descanso, sin tener que recurir a la siesta de mediodía. Aquella mañana se despertó con murmullos, una voz conocida. Asomó la nariz entre las sábanas para ver movimiento en la cama de Alder y Seon, y oir a la peliverde felicitar a su aurva. El tono de Alder lo decía todo, y los labios de Yrio se curvaron en una sonrisa traviesa. Se emocionó ante la perspectiva de una buena vista, pero acabó en decepción, pues Seon tenía otros planes. << Fu...>> Se hizo el dormido cuando salieron de la habitación y refunfuñó un poco antes de quedarse dormido de nuevo. Por suerte el calentón no se había extendido como para que le resultase molesto.
Volvió a despertarle la voz de Alder un buen rato después, pero esta vez justo a su lado. Sonrió
-¿Entonces debería volver a hacerme el dormido?- aventuró. Se incorporó y trató de arreglarse un poco el pelo, en vano. Alder le puso algo debajo de la nariz, algo dulce. Ni siquiera quiso preguntarle que era, se lo quitó de las manos de un bocado- ¡Hmmmmmmm!- exclamó apretandose las mejillas y rodando sobre sí mismo- Por Seon!- dijo dándole un beso chocolateado en la mejilla- Oye Alder ¿de donde lo has sacado?
Pero no respondió, e Yrio se fingió enfurruñado mientras buscaba ropa que ponerse. Estaba sudando, pero no tenía ganas de bañarse, así que bajó al patio y se echó un cubo de agua por la cabeza y otro por los pies, cosa que solo sirvió para que se los llenase de barro. Tuvo que esperar para entrar de vuelta al torreón sin llenar el suelo. Se había levantado muy tarde, y todo el mundo estaba ya activo desde hacía unas horas. De hecho, algunos de sus compañeros planeaban salir.
-Esperadme- pidió subiendo a por sus armas y sus talismanes- Yo tambien voy.
Tras una dura noche de práctica se acostó casi con la salida del sol. Se había acostumbrado a dormir poco, pero era un sueño profundo e intenso y muchas veces le valía como descanso, sin tener que recurir a la siesta de mediodía. Aquella mañana se despertó con murmullos, una voz conocida. Asomó la nariz entre las sábanas para ver movimiento en la cama de Alder y Seon, y oir a la peliverde felicitar a su aurva. El tono de Alder lo decía todo, y los labios de Yrio se curvaron en una sonrisa traviesa. Se emocionó ante la perspectiva de una buena vista, pero acabó en decepción, pues Seon tenía otros planes. << Fu...>> Se hizo el dormido cuando salieron de la habitación y refunfuñó un poco antes de quedarse dormido de nuevo. Por suerte el calentón no se había extendido como para que le resultase molesto.
Volvió a despertarle la voz de Alder un buen rato después, pero esta vez justo a su lado. Sonrió
-¿Entonces debería volver a hacerme el dormido?- aventuró. Se incorporó y trató de arreglarse un poco el pelo, en vano. Alder le puso algo debajo de la nariz, algo dulce. Ni siquiera quiso preguntarle que era, se lo quitó de las manos de un bocado- ¡Hmmmmmmm!- exclamó apretandose las mejillas y rodando sobre sí mismo- Por Seon!- dijo dándole un beso chocolateado en la mejilla- Oye Alder ¿de donde lo has sacado?
Pero no respondió, e Yrio se fingió enfurruñado mientras buscaba ropa que ponerse. Estaba sudando, pero no tenía ganas de bañarse, así que bajó al patio y se echó un cubo de agua por la cabeza y otro por los pies, cosa que solo sirvió para que se los llenase de barro. Tuvo que esperar para entrar de vuelta al torreón sin llenar el suelo. Se había levantado muy tarde, y todo el mundo estaba ya activo desde hacía unas horas. De hecho, algunos de sus compañeros planeaban salir.
-Esperadme- pidió subiendo a por sus armas y sus talismanes- Yo tambien voy.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 06:42 pm
Yrio se fue poco después y Seon aprovechó para preguntarle de nuevo por el origen de los dulces, cosa que Alder se había callado.
- Si quieres la verdad, estan hechos con la sangre y vísceras de un monstruo particularmente dulce al que nos cruzamos.- Seon se atragantó y la miró con los ojos como platos. - oh luz bendita, tan mal estamos que te ha sonado creible eso?
Recibió una colleja y mucha indignación, y Seon, una risilla culpable.
- Bueno, y ahora que ya no hay nadie durmiendo, y que la mitad se ha ido de excursion, podemos acostarnos ya, o quieres un retrato al oleo de como la luz me da en el...- Seon besaba muy suave siempre y Alder siempre contestaba con mucha pasión. Se besaron, retrocedieron hacia el colchón, se desvistieron con agilidad, y dejaron que las cosas fluyeran.
Para ella, lo mejor era cuando terminaban, y la respiracion de Seon se iba tranquilizando poco a poco, y tenía el pelo enredado y desordenado. Entonces las cosas iban mas lento, y ella dibujaba sobre su piel figuras, y Seon pegaba su cabeza a la suya, y juntas miraban el techo dejando pasar los segundos. No era igual que el sexo con otros, que solo era fisico. Seon tambien dejaba un bienestar por dentro, como si rellenase huecos.
- Creo que no me importaría llevarme a Shiz a la cama.
- Me gusta su piel.- dijo Seon en respuesta mientras hacia circulos sobre el pecho de la edeel.
- Los idrinos tienen mucho morbo.
- Y un contraste muy bonito.- dijo Seon con una sinceridad que la hizo reir.
- Has retomado muy fuerte lo de dibujar... Estuviste practicando algo mientras no estaba?
- Dibuje un par de cosas el día que Macack murió. Pero no, realmente he estado ocupando mi tiempo en otras cosas. Quiero enseñartelo, pero prefiero hacerlo cuando este terminado.
- Seon, si me quieres hacer un regalo solo tienes que anochecer a mi lado desnuda y dispuesta.
- No seas tonta. No es un regalo, pero sigue siendo una sorpresa. Algo en lo que estoy trabajando.
- De acuerdo. Sincronicemos horarios entonces, para pasar algun rato juntas mas tarde. ¿o te tomas el día libre?
- No sé...- Seon se quedó callada de nuevo y comenzó a dibujar figuras mas complejas y abstractas en la piel blanca de su pareja.- Vas a querer volver a Maciel, verdad?
- No es por Shiz. Es decir, sí, le daría un repaso, pero no es eso lo que me hace querer volver. Ir a Maciel fue una buena idea. Me siento bien alli. Estoy mas en mi salsa por asi decirlo.
-y K y tu debeis ser temibles juntas.
- Lo somos, lo somos. -hubo un silencio largo.- Es solo que me preocupa..
-Encontraremos la manera,- dijo alzandose un poco para besarla.
-Siempre puedes venir.- Seon se había levantado y se estaba vistiendo. Negó con la cabeza mientras se ponia unos pantalones. Alder se incorporó para buscar algo que ponerse. Tenía las trenzas totalmente deshechas. - espera, se me olvidaba!
Cogió las serpenteras, que estaban cerca de donde dormía, y se cortó el pelo sin mucho cuidado. Su cabello hasta la cintura quedó reducido a mas de la mitad, mas corto por detrás que por delante. Alder sujetó la mata de pelo recien cortado, y se lo tendió a una atonita Seon.
- Toma, una prenda de mi amor, para cuando no estemos juntas.
- Estas como una cabra. Por qué..?
- Ah, llevaba tiempo pensando en acortarmelo por comodidad. Tu llevalo junto a tu pecho. O, bueno, dada la longitud y cantidad, hazte un cinturon con él.- y se echó a reir. Y como era inevitable, Seon se rio tambien, pelo en mano.
Se despidieron después, cuando Seon se marchó a trabajar con los escudos, y practicar con ellos en secreto, y Alder se fue a hacer ejercicio físico al patio.
- Si quieres la verdad, estan hechos con la sangre y vísceras de un monstruo particularmente dulce al que nos cruzamos.- Seon se atragantó y la miró con los ojos como platos. - oh luz bendita, tan mal estamos que te ha sonado creible eso?
Recibió una colleja y mucha indignación, y Seon, una risilla culpable.
- Bueno, y ahora que ya no hay nadie durmiendo, y que la mitad se ha ido de excursion, podemos acostarnos ya, o quieres un retrato al oleo de como la luz me da en el...- Seon besaba muy suave siempre y Alder siempre contestaba con mucha pasión. Se besaron, retrocedieron hacia el colchón, se desvistieron con agilidad, y dejaron que las cosas fluyeran.
Para ella, lo mejor era cuando terminaban, y la respiracion de Seon se iba tranquilizando poco a poco, y tenía el pelo enredado y desordenado. Entonces las cosas iban mas lento, y ella dibujaba sobre su piel figuras, y Seon pegaba su cabeza a la suya, y juntas miraban el techo dejando pasar los segundos. No era igual que el sexo con otros, que solo era fisico. Seon tambien dejaba un bienestar por dentro, como si rellenase huecos.
- Creo que no me importaría llevarme a Shiz a la cama.
- Me gusta su piel.- dijo Seon en respuesta mientras hacia circulos sobre el pecho de la edeel.
- Los idrinos tienen mucho morbo.
- Y un contraste muy bonito.- dijo Seon con una sinceridad que la hizo reir.
- Has retomado muy fuerte lo de dibujar... Estuviste practicando algo mientras no estaba?
- Dibuje un par de cosas el día que Macack murió. Pero no, realmente he estado ocupando mi tiempo en otras cosas. Quiero enseñartelo, pero prefiero hacerlo cuando este terminado.
- Seon, si me quieres hacer un regalo solo tienes que anochecer a mi lado desnuda y dispuesta.
- No seas tonta. No es un regalo, pero sigue siendo una sorpresa. Algo en lo que estoy trabajando.
- De acuerdo. Sincronicemos horarios entonces, para pasar algun rato juntas mas tarde. ¿o te tomas el día libre?
- No sé...- Seon se quedó callada de nuevo y comenzó a dibujar figuras mas complejas y abstractas en la piel blanca de su pareja.- Vas a querer volver a Maciel, verdad?
- No es por Shiz. Es decir, sí, le daría un repaso, pero no es eso lo que me hace querer volver. Ir a Maciel fue una buena idea. Me siento bien alli. Estoy mas en mi salsa por asi decirlo.
-y K y tu debeis ser temibles juntas.
- Lo somos, lo somos. -hubo un silencio largo.- Es solo que me preocupa..
-Encontraremos la manera,- dijo alzandose un poco para besarla.
-Siempre puedes venir.- Seon se había levantado y se estaba vistiendo. Negó con la cabeza mientras se ponia unos pantalones. Alder se incorporó para buscar algo que ponerse. Tenía las trenzas totalmente deshechas. - espera, se me olvidaba!
Cogió las serpenteras, que estaban cerca de donde dormía, y se cortó el pelo sin mucho cuidado. Su cabello hasta la cintura quedó reducido a mas de la mitad, mas corto por detrás que por delante. Alder sujetó la mata de pelo recien cortado, y se lo tendió a una atonita Seon.
- Toma, una prenda de mi amor, para cuando no estemos juntas.
- Estas como una cabra. Por qué..?
- Ah, llevaba tiempo pensando en acortarmelo por comodidad. Tu llevalo junto a tu pecho. O, bueno, dada la longitud y cantidad, hazte un cinturon con él.- y se echó a reir. Y como era inevitable, Seon se rio tambien, pelo en mano.
Se despidieron después, cuando Seon se marchó a trabajar con los escudos, y practicar con ellos en secreto, y Alder se fue a hacer ejercicio físico al patio.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
29/04/13, 01:58 pm
Llegamos al torreón sin sufrir incidentes, salvo por pequeños detalles como no tener comida, estar a punto de ser devorados por un puñado de hienas y, posteriormente, dos lobos de arena. Al parecer hoy toda la ciudad estaba en ayunas.
“Que se aguanten. Si yo no como pues ellos tampoco, y menos a mí”
Una vez en el torreón salí directamente al patio. Aunque había logrado salir ileso de los dos encuentros había fallado la mitad de los tiros. Tenía que corregir eso, así que practicaría mas horas a partir de hoy. También tendría que pensar en buscar nuevas runas para las flechas
”Hoy no han resultado muy útiles. Miraré en el libro de runas luego”
En el patio me encontré con Alder, así que la saludé mientras colocaba la diana en su sitio.
-Hola, ya hemos vuelto. Hemos finalizado nuestra importante expedición en busca de comida y conocimientos sobre la ciudad. Y volvemos con la cantidad de... ¡Nada!. Ni comida ni información. Solo unas cuantas heridas fruto de hienas y lobos de Arena que SÍ encontraron comida, aunque murieron antes de poder comérsela, algo es algo.
Ah encima tuvimos público, aunque en vez de gritarnos como suele hacer el público querían que gritáramos nosotros, mira que son vagos. Para más información pregunta a Atol o a cualquiera del grupo dispuesto a contártelo. Yo me voy a callar antes de que diga algo de lo que me arrepienta, que hoy estoy algo inestable, mentalmente hablando-
Con la conversación improvisada que había empezado y acabado había vuelto a repasar lo que había pasado en la avenida, y poco a poco fui viendo detalles que antes había pasado por alto.
Al principio, y partiendo de que lo que nos habían dicho acerca de que no podían ayudarnos ni perjudicarnos fuera cierto, había pensado que no tenía ningún sentido que habláramos con ellos o que hablaran con nosotros. Nadie gana nada de un encuentro en el que no puedes salir ni mejor ni peor. El caso es que entonces tampoco tiene sentido que ellos nos hablaran, a menos que...
Me paré en seco al darme cuenta. El interés con el que nos observaban, las ganas del alado por que gritáramos. En realidad era muy sencillo, estaban allí por diversión. Les estábamos dando un espectáculo gratuito y habían venido a disfrutarlo.
Podía ser incluso peor. El libro que teníamos demostraba que no todos respetaban esa ley de no intervención.
¿Y si además estaban evaluándonos, identificando que presas son las mejores?
Decidí que luego lo hablaría con Atol. El libense y yo podíamos llevarnos mejor, pero al menos en esto compartimos la misma opinión.
Una vez tuve todo preparado y colocado me coloqué en posición y solté a primera flecha, que se clavó justo en el centro de la diana. Alcé una ceja.
-Claro, ahora sí ¿no? Ahora acierto perfectamente pero cuando me hace falta fallo la mitad? ¡Venga ya!-
Solté otra flecha, esta se clavó en el borde, y apunto estuvo de pasar de largo la diana.
-¿Ves? Eso ya es más realista- Terminé de hablar solo y seguí soltando flechas.
“Que se aguanten. Si yo no como pues ellos tampoco, y menos a mí”
Una vez en el torreón salí directamente al patio. Aunque había logrado salir ileso de los dos encuentros había fallado la mitad de los tiros. Tenía que corregir eso, así que practicaría mas horas a partir de hoy. También tendría que pensar en buscar nuevas runas para las flechas
”Hoy no han resultado muy útiles. Miraré en el libro de runas luego”
En el patio me encontré con Alder, así que la saludé mientras colocaba la diana en su sitio.
-Hola, ya hemos vuelto. Hemos finalizado nuestra importante expedición en busca de comida y conocimientos sobre la ciudad. Y volvemos con la cantidad de... ¡Nada!. Ni comida ni información. Solo unas cuantas heridas fruto de hienas y lobos de Arena que SÍ encontraron comida, aunque murieron antes de poder comérsela, algo es algo.
Ah encima tuvimos público, aunque en vez de gritarnos como suele hacer el público querían que gritáramos nosotros, mira que son vagos. Para más información pregunta a Atol o a cualquiera del grupo dispuesto a contártelo. Yo me voy a callar antes de que diga algo de lo que me arrepienta, que hoy estoy algo inestable, mentalmente hablando-
Con la conversación improvisada que había empezado y acabado había vuelto a repasar lo que había pasado en la avenida, y poco a poco fui viendo detalles que antes había pasado por alto.
Al principio, y partiendo de que lo que nos habían dicho acerca de que no podían ayudarnos ni perjudicarnos fuera cierto, había pensado que no tenía ningún sentido que habláramos con ellos o que hablaran con nosotros. Nadie gana nada de un encuentro en el que no puedes salir ni mejor ni peor. El caso es que entonces tampoco tiene sentido que ellos nos hablaran, a menos que...
Me paré en seco al darme cuenta. El interés con el que nos observaban, las ganas del alado por que gritáramos. En realidad era muy sencillo, estaban allí por diversión. Les estábamos dando un espectáculo gratuito y habían venido a disfrutarlo.
Podía ser incluso peor. El libro que teníamos demostraba que no todos respetaban esa ley de no intervención.
¿Y si además estaban evaluándonos, identificando que presas son las mejores?
Decidí que luego lo hablaría con Atol. El libense y yo podíamos llevarnos mejor, pero al menos en esto compartimos la misma opinión.
Una vez tuve todo preparado y colocado me coloqué en posición y solté a primera flecha, que se clavó justo en el centro de la diana. Alcé una ceja.
-Claro, ahora sí ¿no? Ahora acierto perfectamente pero cuando me hace falta fallo la mitad? ¡Venga ya!-
Solté otra flecha, esta se clavó en el borde, y apunto estuvo de pasar de largo la diana.
-¿Ves? Eso ya es más realista- Terminé de hablar solo y seguí soltando flechas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 09:36 am
Al fin el torreón se hizo visible y relajé el paso, aún crispado por lo que había sucedido. Me había amparado en las pocas leyes de la ciudad con respecto a nosotros y había dicho lo que quería a esa criatura, pero sabía de buena mano que no todos los habitantes serían pacíficos para con nosotros: el propietario del libro, por ejemplo. Teníamos que hablar entre todos sobre este sin dilación.
Una vez en el interior, ayudé a Serok con el puente levadizo y después fui a refrescarme al patio, excusándome con los demás y sus preguntas. Pablo, mientras, se encargó de resumirles qué había pasado. Luego volví al salón pero mi Señora Alder reclamó mi atención y con sumo gusto y mosqueo describí al extraño grupo que nos habló en la avenida, pero poniendo énfasis en la chica ulterana y la mujer alada de piel negra.
-Y son poderosos. El humano destrozó a uno de los lobos sin mucha parafernalia mágica y se podía transformar en humo. Decían ser monstruos, también. Se burlaban de nosotros, incluso. Y no pueden ayudarnos ni respondernos preguntas ni nada, hasta que no pase algo es como si viviésemos en dos ciudades diferentes.-mascullé al final.-Todo bien por aquí, menos mal...
Después esperé un rato a que el grupo de excursión se asesase y cuando lo consideré oportuno, fui una por una llamándoles al salón, reservando los asientos a las chicas y a Yrio quien tenía mal aspecto. Luego dejé sobre la mesa el libro cerrado y tapado con un mantel deshilachado. Les conté lo que habíamos descubierto de este y Pablo aprovechó para añadir una idea peligrosa.
-De eso quería hablar. Este libro lo tiene todo para colarse en el torreón y matarnos. Cazarnos, como dice. Debemos poner turnos de guardia, buscar alguna forma mágica de proteger el torreón y a nosotros mismos, mejorar los entrenamientos y nuestro equipo. Si unas hienas casi han podido con nosotros, alguien que se dedica a observarnos será aún más letal.-gruño seriamente, de pie y mirando de vez en cuando por las troneras.
Vuelvo a la mesa con nuestro libro de hechizos y lo dejo al lado del cubierto, luego me siento en uno de los brazos del sofá.
-Si lo he tapado con un mantel es porque no sabemos nada de su funcionamiento, claramente mágico. Es decir, ¿y si necesitase estar en un sitio para grabar los datos necesarios para una caza exitosa? Lo sabe todo prácticamente y no ha estado nadie con nosotros en este tiempo, que sepamos. Yo, ante la duda, lo destruiría. Pero insisto en lo de reforzar el refugio y mejorar como grupo de excursión.-finalizo, para luego levantarme e ir hacia la cocina.-¿Qué pensáis? También hay que investigar lo de las cestas, cosa que también tiene cierta prioridad... Volver de semejante excursión y que no haya con qué reponer fuerzas no es sano...-y entonces vuelvo al salón.-Señora Erin... La próxima vez que vaya a salir sola avísenos y así estaremos prevenidos cuando encontremos su cadáver, si es que lo hayamos.-añado, mosqueado.-¿Qué manía tenéis con salir solos? No lo comprendo, si queréis suicidaros el torreón tiene la altura ideal, incluso tenemos un foso.-y vuelvo a sentarme, esta vez de mala gana.
Una vez en el interior, ayudé a Serok con el puente levadizo y después fui a refrescarme al patio, excusándome con los demás y sus preguntas. Pablo, mientras, se encargó de resumirles qué había pasado. Luego volví al salón pero mi Señora Alder reclamó mi atención y con sumo gusto y mosqueo describí al extraño grupo que nos habló en la avenida, pero poniendo énfasis en la chica ulterana y la mujer alada de piel negra.
-Y son poderosos. El humano destrozó a uno de los lobos sin mucha parafernalia mágica y se podía transformar en humo. Decían ser monstruos, también. Se burlaban de nosotros, incluso. Y no pueden ayudarnos ni respondernos preguntas ni nada, hasta que no pase algo es como si viviésemos en dos ciudades diferentes.-mascullé al final.-Todo bien por aquí, menos mal...
Después esperé un rato a que el grupo de excursión se asesase y cuando lo consideré oportuno, fui una por una llamándoles al salón, reservando los asientos a las chicas y a Yrio quien tenía mal aspecto. Luego dejé sobre la mesa el libro cerrado y tapado con un mantel deshilachado. Les conté lo que habíamos descubierto de este y Pablo aprovechó para añadir una idea peligrosa.
-De eso quería hablar. Este libro lo tiene todo para colarse en el torreón y matarnos. Cazarnos, como dice. Debemos poner turnos de guardia, buscar alguna forma mágica de proteger el torreón y a nosotros mismos, mejorar los entrenamientos y nuestro equipo. Si unas hienas casi han podido con nosotros, alguien que se dedica a observarnos será aún más letal.-gruño seriamente, de pie y mirando de vez en cuando por las troneras.
Vuelvo a la mesa con nuestro libro de hechizos y lo dejo al lado del cubierto, luego me siento en uno de los brazos del sofá.
-Si lo he tapado con un mantel es porque no sabemos nada de su funcionamiento, claramente mágico. Es decir, ¿y si necesitase estar en un sitio para grabar los datos necesarios para una caza exitosa? Lo sabe todo prácticamente y no ha estado nadie con nosotros en este tiempo, que sepamos. Yo, ante la duda, lo destruiría. Pero insisto en lo de reforzar el refugio y mejorar como grupo de excursión.-finalizo, para luego levantarme e ir hacia la cocina.-¿Qué pensáis? También hay que investigar lo de las cestas, cosa que también tiene cierta prioridad... Volver de semejante excursión y que no haya con qué reponer fuerzas no es sano...-y entonces vuelvo al salón.-Señora Erin... La próxima vez que vaya a salir sola avísenos y así estaremos prevenidos cuando encontremos su cadáver, si es que lo hayamos.-añado, mosqueado.-¿Qué manía tenéis con salir solos? No lo comprendo, si queréis suicidaros el torreón tiene la altura ideal, incluso tenemos un foso.-y vuelvo a sentarme, esta vez de mala gana.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 12:28 pm
En cuanto llegaron al Torreón, Tap saltó del bolsillo de Erin y se autoexilió en el huerto. Seguía nervioso y su corazón todavía latía acelerado, como si un repoblador tocara un tambor con una baqueta en cada brazo. El idiota que dijo eso de que respirar hondo ayudaba a calmar los nervios tampoco debía de haber viajado mucho. <<Habría que verle aquí..>>. Saltó a una rama y se colgó bocabajo de ella.
Probablemente acabara retractándose, pero en estos momentos tenía una idea clara: no pensaba volver a salir a nada que no fuera buscar comida. Si pensaban volver a salir en busca de información, hienas o una muerte segura, Tap no pensaba acompañarles. Ya se arrepentía de sus incursiones suicidas en solitario y no quería más remordimientos sobre su conciencia. <<Si se quieren matar, que se maten>>.
El repoblador ya tenía bastante con ser el único de su altura y tener que lidiar en el torreón con tanto descerebrado junto, como para querer salir a arriesgar su culo para salvar el de ellos. <<Ya casi ni me queda veneno>>. Quitando la avispa, era lo único con lo que podía intentar lidiar con la ciudad y no había hecho más que derrocharlo. Estaba a nada de quedarse vendido y, además, sentía que había fallado a su propósito al venir aquí. <<Lo único que le he dado a la Flora han sido sofocaciones>>. Eso si existía aquí, cosa que empezaba a cuestionarse con la poca variedad de plantas que se había encontrado.
Suspiró, dejó la mente en blanco y acabó balanceándose, silbando al ritmo la misma canción que había cantado esa mañana.
Probablemente acabara retractándose, pero en estos momentos tenía una idea clara: no pensaba volver a salir a nada que no fuera buscar comida. Si pensaban volver a salir en busca de información, hienas o una muerte segura, Tap no pensaba acompañarles. Ya se arrepentía de sus incursiones suicidas en solitario y no quería más remordimientos sobre su conciencia. <<Si se quieren matar, que se maten>>.
El repoblador ya tenía bastante con ser el único de su altura y tener que lidiar en el torreón con tanto descerebrado junto, como para querer salir a arriesgar su culo para salvar el de ellos. <<Ya casi ni me queda veneno>>. Quitando la avispa, era lo único con lo que podía intentar lidiar con la ciudad y no había hecho más que derrocharlo. Estaba a nada de quedarse vendido y, además, sentía que había fallado a su propósito al venir aquí. <<Lo único que le he dado a la Flora han sido sofocaciones>>. Eso si existía aquí, cosa que empezaba a cuestionarse con la poca variedad de plantas que se había encontrado.
Suspiró, dejó la mente en blanco y acabó balanceándose, silbando al ritmo la misma canción que había cantado esa mañana.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 08:40 pm
Aviso por si a alguien se le ocurre abrir el libro: cuando lo hagáis, sea quien sea, estará completamente en blanco. Empieza a rellenarse a una distancia de más o menos media calle a la redonda de cualquiera de los torreones de la ciudad: dentro de ese perímetro se activa esa medida de seguridad. Quienes lo escribieron sabían que en caso de olvidar el libro dentro de un torreón dentro de una incursión, éste sería una fuerte prueba incriminatoria frente al Consejo, además de que no es aconsejable que este tipo de información cayese en manos de los cosechados. Por eso cuando Serokrai lo abrió por primera vez aquí en Letargo también estaba en blanco.
Sin embargo, en lo no referente a las instrucciones que habéis leído fuera podréis ver lo mismo que vio Serok en su momento, una especie de miniprólogo. Os lo refresco aquí para que no tengáis que buscar el post de Fonta:
"La primera página estaba en blanco.
La segunda también.
La tercera tenía un símbolo debajo que en rocavarancolés de la fuente significaba el número tres.
Entre la cuarta y la quinta había dos citas escritas a letra finísima y esmerada:
"Digan lo que digan, arruinar una criba es marcar un hito en la historia"
Dama Vigésima
"Y cuando los blandos trozos de tarta queden secos y fermentados y cínicos y corrompidos y muertos, todos podremos irnos a esperar como nublinos aburridos"
Tiento Tros
Las páginas sexta y séptima estaban en blanco.
La octava tenía dibujado un intrincado cuarto de círculo y unas instrucciones en un raro idioma matemático para repetirlo seis veces y formar un círculo completo.
La novena página estaba ocupada por una decaestrella llena de detalles caóticos como garabatos furiosos.
Entre las páginas diez y once había un mapa con una flecha señalando un lugar cercano al anfiteatro, que también aparecía representado.
El resto de páginas estaban vacías."
Sin embargo, en lo no referente a las instrucciones que habéis leído fuera podréis ver lo mismo que vio Serok en su momento, una especie de miniprólogo. Os lo refresco aquí para que no tengáis que buscar el post de Fonta:
"La primera página estaba en blanco.
La segunda también.
La tercera tenía un símbolo debajo que en rocavarancolés de la fuente significaba el número tres.
Entre la cuarta y la quinta había dos citas escritas a letra finísima y esmerada:
"Digan lo que digan, arruinar una criba es marcar un hito en la historia"
Dama Vigésima
"Y cuando los blandos trozos de tarta queden secos y fermentados y cínicos y corrompidos y muertos, todos podremos irnos a esperar como nublinos aburridos"
Tiento Tros
Las páginas sexta y séptima estaban en blanco.
La octava tenía dibujado un intrincado cuarto de círculo y unas instrucciones en un raro idioma matemático para repetirlo seis veces y formar un círculo completo.
La novena página estaba ocupada por una decaestrella llena de detalles caóticos como garabatos furiosos.
Entre las páginas diez y once había un mapa con una flecha señalando un lugar cercano al anfiteatro, que también aparecía representado.
El resto de páginas estaban vacías."
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 09:05 pm
Yrio ya temía tener que empujar a sus compañeros al torreón cuando por fin se pusieron en marcha. Quedarse en medio de la calle después de sufrir un ataque y siendo observados por un grupo de desconocidos bastante bizarro no era la mejor de las ideas, pero no resultaba tan evidente como él había pensado, vistas las circunstancias. Cuando entró en Letargo no dijo ni hola. Estaba cansado, hambriendo y dolorido, e intuía que pasarían la noche en ayunas.
Se cambió de ropa, poniéndose unos pantalones cortos y una sudadera con capucha, sin nada mas debajo, y salió al patio a por un cubo de agua. La volcó en un barreño y metió los pies. Habría agradecido que estuviera caliente, lamentablemente no había recargado magia y no podía ni curarse las heridas y moratones que veía en sus pies a traves del agua enturbiada por la suciedad. Se quedó allí, sentado en el sofá mirando el barreño. No necesitó ni moverse del sitio cuando Atol los llamó para una reunión.
-Ya hacemos guardias de noche.-apuntó sin levantar la mirada- Privarnos de sueño y obsesionarnos con la seguridad no va a hacer que estemos más alerta. Los que sí deberíamos hacer es controlar mejor quien sale y quien entra, no puede ser que nos falte gente y ni nos enteremos- miró a Erin- Y no salirnos de las rutas seguras ni entretenernos cuando vamos a por comida o a la biblioteca. Las salidas de exploración serán aparte.
Sacó los pies del cubo, y aun teniéndolos empapados los subió al sofá y cruzó las piernas, poniendo las manos sobre las rodillas.
-Seon y yo no volveremos a salir a la playa, y apoyo la idea de reforzar los entrenamientos.
Se cambió de ropa, poniéndose unos pantalones cortos y una sudadera con capucha, sin nada mas debajo, y salió al patio a por un cubo de agua. La volcó en un barreño y metió los pies. Habría agradecido que estuviera caliente, lamentablemente no había recargado magia y no podía ni curarse las heridas y moratones que veía en sus pies a traves del agua enturbiada por la suciedad. Se quedó allí, sentado en el sofá mirando el barreño. No necesitó ni moverse del sitio cuando Atol los llamó para una reunión.
-Ya hacemos guardias de noche.-apuntó sin levantar la mirada- Privarnos de sueño y obsesionarnos con la seguridad no va a hacer que estemos más alerta. Los que sí deberíamos hacer es controlar mejor quien sale y quien entra, no puede ser que nos falte gente y ni nos enteremos- miró a Erin- Y no salirnos de las rutas seguras ni entretenernos cuando vamos a por comida o a la biblioteca. Las salidas de exploración serán aparte.
Sacó los pies del cubo, y aun teniéndolos empapados los subió al sofá y cruzó las piernas, poniendo las manos sobre las rodillas.
-Seon y yo no volveremos a salir a la playa, y apoyo la idea de reforzar los entrenamientos.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 10:27 pm
Durante el resto del camino al otro torreón me mantuve callado y cerca del resto del grupo. Cuanto nos habíamos alejado un poco de las casas pude ver su verdadera, y la manera tan fácil con la que aquella trampa me había engañado me daba que pensar. «Y tú pretendes llegar vivo hasta la Luna», me dije con enfado.
Lo que más me molestaba del asunto era lo fácil que la casa carnívora hubiese conseguido que bajase la guardia. Echaba de menos a mi familia, pero hasta ese momento había conseguido mantenerlos alejados de mi mente y centrarme en no caer en las redes o las mandíbulas de ninguna de las alimañas ni bestias que poblaban la ciudad. El que una mera imagen hubiese conseguido tirar las barreras que había formado me molestaba en especial.
«Esto no puede seguir así», pensé al notar el peso muerto de la espada en mi cadera. Los macieleros me habían dejado vivir en su torreón, pero, a pesar de ello, todavía no era de verdadera utilidad: no sabía usar armas, no podía lanzar hechizos y casi había sido devorado por una casucha de madera. «Si quiero demostrar a la ciudad y a mí mismo que soy digno de ser tocado por la Luna tengo que mejorar, no puedo limitarme a que otros tiren de mí». Si no cambiaba y ponía mayor ahínco en defenderme, un día podrían llegar demasiado tarde. No iba a permitir eso.
Nos íbamos acercando al torreón, cuya diferencia más evidente a la vista era la falta de un esqueleto en la cuarta planta. Hasta ese momento no había pensado mucho en cómo eran los habitantes de ese torreón, lo único que sabía es que Alder era de allí. No obstante, ahora, a la vista del lugar, me pregunté cómo eran los letarguinos, si había cosechados de otros mundos que no había en Maciel, o al revés. Mientras esperábamos que nos abrisen la puerta después de llamar miré al resto del grupo.
—Por curiosidad, ¿existe algún otro nublino en este torreón?
Lo que más me molestaba del asunto era lo fácil que la casa carnívora hubiese conseguido que bajase la guardia. Echaba de menos a mi familia, pero hasta ese momento había conseguido mantenerlos alejados de mi mente y centrarme en no caer en las redes o las mandíbulas de ninguna de las alimañas ni bestias que poblaban la ciudad. El que una mera imagen hubiese conseguido tirar las barreras que había formado me molestaba en especial.
«Esto no puede seguir así», pensé al notar el peso muerto de la espada en mi cadera. Los macieleros me habían dejado vivir en su torreón, pero, a pesar de ello, todavía no era de verdadera utilidad: no sabía usar armas, no podía lanzar hechizos y casi había sido devorado por una casucha de madera. «Si quiero demostrar a la ciudad y a mí mismo que soy digno de ser tocado por la Luna tengo que mejorar, no puedo limitarme a que otros tiren de mí». Si no cambiaba y ponía mayor ahínco en defenderme, un día podrían llegar demasiado tarde. No iba a permitir eso.
Nos íbamos acercando al torreón, cuya diferencia más evidente a la vista era la falta de un esqueleto en la cuarta planta. Hasta ese momento no había pensado mucho en cómo eran los habitantes de ese torreón, lo único que sabía es que Alder era de allí. No obstante, ahora, a la vista del lugar, me pregunté cómo eran los letarguinos, si había cosechados de otros mundos que no había en Maciel, o al revés. Mientras esperábamos que nos abrisen la puerta después de llamar miré al resto del grupo.
—Por curiosidad, ¿existe algún otro nublino en este torreón?
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
01/05/13, 01:00 pm
El primero al que vio, al regreso de sus compañeros, fue a Pablo. Alder detuvo lo que estaba haciendo, y lo saludó preguntando por noticias. Ninguna de ellas era buena y solo consiguieron que frunciera el ceño cada vez más. Pero lo último... aquello fue el colmo.
Buscó a Atol, intentando rellenar huecos en la explicación, y casi más importante, quienes estaban allí de "público". Reconoció a su cosechador entre las descripciones, lo que le hizo golpear la mesa con un puño y tomarse las cosas peor de lo que eran.
- ¿Pero este que coño se cree que somos? Su diversión particular? ¿esta es su versión de las carreras de escarabajos, a ver quien se nos muere antes?- Alder se llevó las manos a la cara mientras hacía un ruido de exasperación.- luuuuuuuces.
Sacó el rostro de nuevo ante la última aclaración de Atol, y se levantó:
-Te lo explicaré, todo esto es un puñetero juego para el resto del mundo, y es evidente que intervenir es hacer trampas. Monstruos dicen; gilipollas, eso es lo que son. ¿Puedo saber que estabais haciendo para merecer burla? No, mejor ni me lo cuentes. Que alguien se quede mi ración, ya no tengo hambre.
A medio camino de las escaleras escuchó la continuación de la historia y apretó el paso mientras añadía:
- A la mierda! Murámonos todos, eso los divertirá!
Buscó a Atol, intentando rellenar huecos en la explicación, y casi más importante, quienes estaban allí de "público". Reconoció a su cosechador entre las descripciones, lo que le hizo golpear la mesa con un puño y tomarse las cosas peor de lo que eran.
- ¿Pero este que coño se cree que somos? Su diversión particular? ¿esta es su versión de las carreras de escarabajos, a ver quien se nos muere antes?- Alder se llevó las manos a la cara mientras hacía un ruido de exasperación.- luuuuuuuces.
Sacó el rostro de nuevo ante la última aclaración de Atol, y se levantó:
-Te lo explicaré, todo esto es un puñetero juego para el resto del mundo, y es evidente que intervenir es hacer trampas. Monstruos dicen; gilipollas, eso es lo que son. ¿Puedo saber que estabais haciendo para merecer burla? No, mejor ni me lo cuentes. Que alguien se quede mi ración, ya no tengo hambre.
A medio camino de las escaleras escuchó la continuación de la historia y apretó el paso mientras añadía:
- A la mierda! Murámonos todos, eso los divertirá!
-
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
02/05/13, 08:25 pm
Mi entrenamiento improvisado, que vistos los resultados que llevaba podría ser bautizado como “mil formas de NO tirar una flecha” acabó mucho antes de lo previsto debido a la reunión que organizó Atol en el Salón.
No se dijo nada que los que habíamos salido no supiéramos ya, pero aproveché para compartir mi opinión al respecto y mencionarle lo que pensaba sobre el tema a Atol. Luego salió el tema del libro, y las posibles soluciones.
-Yo creo que tenerlo nosotros también puede ser algo a nuestro favor. Si realmente registra todo también lo sabremos y estaremos mejor preparados ¿no?-
Desde luego ese libro podía ser peligroso, pero no creía que destruirlo fuera una buena idea, por no hablar de que lo tomamos prestado y podíamos cabrear al dueño, algo que tampoco era conveniente.
Por su lado Alder se cabreó especialmente con el tema de los nuevos vecinos. Más de lo que debería sobre todo teniendo en cuenta que ella no había estado allí. “¿Sabrá algo que nosotros no?” ya le preguntaría luego, ahora no era sensato.
-Sobre las cestas, ¿los del otro torreón no tenían otro punto de recogida? podríamos preguntarles-
Mira por donde, justo cuando termino de hablar escuché voces que venían de fuera, que, efectivamente eran de nuestros compañeros del otro torreón.
-Hablando del rey de Roma, por la puerta asom...-
Recordé que la mayoría no entenderían la expresión y preferí callarme para evitar preguntas acerca de reyes romanos.
-Bah da igual. Olvidad que dije eso-
Me toco ser quien abriera la puerta, mientras Atol se encargaba de bajar el puente, de mala gana ya que acababa de subirlo hace nada.
-Todo lo que sube...- Por segunda vez en menos de cinco minutos me mordí la lengua al ver la mirada asesina que me dirigía el libense. -Vale, ya me callo-
Una vez el puente estuvo bajado abrí para saludar a los recién llegados
-Oh. Llegáis justo a tiempo, si me dais un segundo os dicto una lista de recados los cueles no nos vendría mal que hicierais por nosotros...-
No se que era lo más inquietante, si yo diciendo estas cosas o el hecho de que, nuevamente como respuesta a mis comentarios todos me miraban en silencio.
-En fin. Si habéis venido a por comida espero que os guste roer enredaderas, porque otra cosa no hay. Entrad-
No se dijo nada que los que habíamos salido no supiéramos ya, pero aproveché para compartir mi opinión al respecto y mencionarle lo que pensaba sobre el tema a Atol. Luego salió el tema del libro, y las posibles soluciones.
-Yo creo que tenerlo nosotros también puede ser algo a nuestro favor. Si realmente registra todo también lo sabremos y estaremos mejor preparados ¿no?-
Desde luego ese libro podía ser peligroso, pero no creía que destruirlo fuera una buena idea, por no hablar de que lo tomamos prestado y podíamos cabrear al dueño, algo que tampoco era conveniente.
Por su lado Alder se cabreó especialmente con el tema de los nuevos vecinos. Más de lo que debería sobre todo teniendo en cuenta que ella no había estado allí. “¿Sabrá algo que nosotros no?” ya le preguntaría luego, ahora no era sensato.
-Sobre las cestas, ¿los del otro torreón no tenían otro punto de recogida? podríamos preguntarles-
Mira por donde, justo cuando termino de hablar escuché voces que venían de fuera, que, efectivamente eran de nuestros compañeros del otro torreón.
-Hablando del rey de Roma, por la puerta asom...-
Recordé que la mayoría no entenderían la expresión y preferí callarme para evitar preguntas acerca de reyes romanos.
-Bah da igual. Olvidad que dije eso-
Me toco ser quien abriera la puerta, mientras Atol se encargaba de bajar el puente, de mala gana ya que acababa de subirlo hace nada.
-Todo lo que sube...- Por segunda vez en menos de cinco minutos me mordí la lengua al ver la mirada asesina que me dirigía el libense. -Vale, ya me callo-
Una vez el puente estuvo bajado abrí para saludar a los recién llegados
-Oh. Llegáis justo a tiempo, si me dais un segundo os dicto una lista de recados los cueles no nos vendría mal que hicierais por nosotros...-
No se que era lo más inquietante, si yo diciendo estas cosas o el hecho de que, nuevamente como respuesta a mis comentarios todos me miraban en silencio.
-En fin. Si habéis venido a por comida espero que os guste roer enredaderas, porque otra cosa no hay. Entrad-
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
03/05/13, 01:07 pm
No hubo muchas conversaciones por el camino cosa que agradecí ya que necesitaba pensar en algunas cosas. Cuando llegamos y nos abrieron entré y salí disparado hacia la habitación donde estaba mi libro.
Comencé a pasar páginas y al final di con lo que buscaba, con el dibujo de un hombre con la piel completamente negra y las alas rojas de murciélago. Bajé como una exhalación y puse el libro ante Atol.
-Mira esta ilustración y dime si te suena,-le di unos segundos para que se fijara y lo reconociera,- es como la mujer que vimos en la avenida. Debe de ser una especie distinta a las nuestras, sin embargo quizás no lo sea, puede que este divagando pero sé que vi un ser humano en ese lugar, sin embargo tiene mas conocimientos mágicos que nosotros, y aparte de eso ningún ser humano se puede volver humo. Así que pensándolo, quizás él ya haya sido bendecido por la luna, ¿recuerdas que te dije que los dones que daba algunos tendían a ser permanentes?, bien pues creo que él ya ha pasado por eso. De todas formas me pondré a terminar de descifrar este libro, de momento todo lo que sé es que la especie a la que pertenece la chica se llama ángel negro. No me preguntes más pues sé tanto como tú.
Unos minutos después de eso Atol convocó una reunión y me pareció bien todo pues tenía mucha razón. Cuando él acabó de hablar propuse una cosa:
-Bueno, todos sabemos ya que hoy no ha habido comida, así que voy a dar una idea que nos beneficiará en caso de que más adelante pase lo mismo.-hice una pequeña pausa para darle dramatismo.- Propongo que hagamos en el sótano una cámara frigorífica, así podemos almacenar la comida que nos sobre del día allí dentro y así no se perderá, esto significa que habrá que salir unos cuantos días seguidos por comida para poder almacenar, pero de esta forma si vuelven a dejarnos sin comida tendremos comida de sobra en el sótano. En teoría puede hacerse, en práctica ya no lo sé, pero estaría bien que lo intentáramos.- Me quité las vendas de los brazos dejando al descubiertos los cristales y agarré uno para cargarlo.- Cambiando de tema me parece bien eso de reforzar los entrenamientos, no es que yo haya sido muy útil contra las hienas hoy.
Un tiempo después Pablo bajo el puente y abrió la puerta en vistas de que había gente en el exterior. << Serán los del otro torreón, espero que el pelirrojo no venga con ellos. Y como vengan a pedir comida lo llevan claro, como no quieran comerse a Tap....>>
Comencé a pasar páginas y al final di con lo que buscaba, con el dibujo de un hombre con la piel completamente negra y las alas rojas de murciélago. Bajé como una exhalación y puse el libro ante Atol.
-Mira esta ilustración y dime si te suena,-le di unos segundos para que se fijara y lo reconociera,- es como la mujer que vimos en la avenida. Debe de ser una especie distinta a las nuestras, sin embargo quizás no lo sea, puede que este divagando pero sé que vi un ser humano en ese lugar, sin embargo tiene mas conocimientos mágicos que nosotros, y aparte de eso ningún ser humano se puede volver humo. Así que pensándolo, quizás él ya haya sido bendecido por la luna, ¿recuerdas que te dije que los dones que daba algunos tendían a ser permanentes?, bien pues creo que él ya ha pasado por eso. De todas formas me pondré a terminar de descifrar este libro, de momento todo lo que sé es que la especie a la que pertenece la chica se llama ángel negro. No me preguntes más pues sé tanto como tú.
Unos minutos después de eso Atol convocó una reunión y me pareció bien todo pues tenía mucha razón. Cuando él acabó de hablar propuse una cosa:
-Bueno, todos sabemos ya que hoy no ha habido comida, así que voy a dar una idea que nos beneficiará en caso de que más adelante pase lo mismo.-hice una pequeña pausa para darle dramatismo.- Propongo que hagamos en el sótano una cámara frigorífica, así podemos almacenar la comida que nos sobre del día allí dentro y así no se perderá, esto significa que habrá que salir unos cuantos días seguidos por comida para poder almacenar, pero de esta forma si vuelven a dejarnos sin comida tendremos comida de sobra en el sótano. En teoría puede hacerse, en práctica ya no lo sé, pero estaría bien que lo intentáramos.- Me quité las vendas de los brazos dejando al descubiertos los cristales y agarré uno para cargarlo.- Cambiando de tema me parece bien eso de reforzar los entrenamientos, no es que yo haya sido muy útil contra las hienas hoy.
Un tiempo después Pablo bajo el puente y abrió la puerta en vistas de que había gente en el exterior. << Serán los del otro torreón, espero que el pelirrojo no venga con ellos. Y como vengan a pedir comida lo llevan claro, como no quieran comerse a Tap....>>
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
04/05/13, 10:38 pm
No pasó mucho hasta que los letarguinos empezaron a bajar el puente. Ya había empezado a reponerme del susto en las casas carnívoras, que se estaba viendo rápidamente sustituido por la extrema curiosidad por los habitantes del Torreón Letargo. En los pocos días que llevaba en Maciel prácticamente no habían hablado de ellos, sólo para decirme que Alder vivía allí y poco más.
Entré detrás de mis compañeros, que parecían sorprendidos del chico que nos abrió la puerta. Teniendo en cuenta el tono y sus palabras, parecía que en ese torreón llevaban un mal día. «Parece que Rocavarancolia se haya puesto de acuerdo para probar a los cosechados». No obstante, su frase siguiente reveló sus problemas: al parecer, se habían quedado sin comida.
Fuimos pasando al Torreón, yo en último lugar. Allí había varios cosechados de distintos mundos, y pronto llegó otro que, a juzgar por la apariencia y comportamiento, era del mismo mundo que Ka. no había nadie de Nubla, o por lo menos no estaba allí.
Ambos grupos comenzaron a hablar e intercambiar noticias, aunque yo preferí mantenerme en un segundo plano, especialmente porque algo había había captado mi interés. Un chico, parecido al que nos había abierto, tenía entre sus manos un libro cuya portada se podía ver la Luna Roja sobre la ciudad. La escena, que yo estaba tan ansioso por ver, me cautivó al instante, y rápidamente me pregunté de qué trataría el libro. Viendo que el resto estaba ocupado hablando con algunos de este torreón, me acerqué al chico.
—Hum, disculpa —le interrumpí—. Verás, en mi mundo conocemos Rocavarancolia desde hace años, y la Luna Roja es algo que nos fascina —realmente, eso era faltar a la verdad, la Luna era prácticamente casi una diosa, la única cosa de este universo que nos podía convertir en seres al nivel de los rocavarancolianos—. ¿Me dejarías ver ese libro?
El otro no mostró ningún problema, y rápidamente pude leer lo que ponía en aquellas páginas. No obstante, era un lenguaje que no podía entender, lo que me habría desanimado de no ser porque en una de las carillas había un dibujo magnífico. Representaba a un hombre completamente negro, con alas rojas y puntos brillantes sobre la piel. En conjunto, era un ser que destilaba magnificencia, belleza y peligro a partes iguales. Pasando otras hojas había más criaturas. algunas eran más o menos grotescas, mientras que otras tenían un mero toque de belleza que te dejaba mudo. No obstante, todas las criaturas aunaban, en mayor o menor medida majestuosidad con monstruoso, hermosura con grotesco, y el conjunto destilaba, a través de los dibujos, un poder que no estaba, ni de lejos, al alcance de los cosechados.
—Dioses... —ahora, mejor que nunca, entendía la veneración de los nublinos. Si a través de dibujos eran así, ¿qué impresión causarían en realidad? Lo cierto es que eso era lo que nos esperaba. En esos seres nos convertiríamos, con un poder sólo al alcance de los más fuertes y capaces. Por eso nos dejaban a merced de las alimañas, para ver quienes eran merecedores de convertirse en tales portentos y maravillas y quienes no lo eran.
Y yo estaba decidido a mostrar mi capacidad.
Entré detrás de mis compañeros, que parecían sorprendidos del chico que nos abrió la puerta. Teniendo en cuenta el tono y sus palabras, parecía que en ese torreón llevaban un mal día. «Parece que Rocavarancolia se haya puesto de acuerdo para probar a los cosechados». No obstante, su frase siguiente reveló sus problemas: al parecer, se habían quedado sin comida.
Fuimos pasando al Torreón, yo en último lugar. Allí había varios cosechados de distintos mundos, y pronto llegó otro que, a juzgar por la apariencia y comportamiento, era del mismo mundo que Ka. no había nadie de Nubla, o por lo menos no estaba allí.
Ambos grupos comenzaron a hablar e intercambiar noticias, aunque yo preferí mantenerme en un segundo plano, especialmente porque algo había había captado mi interés. Un chico, parecido al que nos había abierto, tenía entre sus manos un libro cuya portada se podía ver la Luna Roja sobre la ciudad. La escena, que yo estaba tan ansioso por ver, me cautivó al instante, y rápidamente me pregunté de qué trataría el libro. Viendo que el resto estaba ocupado hablando con algunos de este torreón, me acerqué al chico.
—Hum, disculpa —le interrumpí—. Verás, en mi mundo conocemos Rocavarancolia desde hace años, y la Luna Roja es algo que nos fascina —realmente, eso era faltar a la verdad, la Luna era prácticamente casi una diosa, la única cosa de este universo que nos podía convertir en seres al nivel de los rocavarancolianos—. ¿Me dejarías ver ese libro?
El otro no mostró ningún problema, y rápidamente pude leer lo que ponía en aquellas páginas. No obstante, era un lenguaje que no podía entender, lo que me habría desanimado de no ser porque en una de las carillas había un dibujo magnífico. Representaba a un hombre completamente negro, con alas rojas y puntos brillantes sobre la piel. En conjunto, era un ser que destilaba magnificencia, belleza y peligro a partes iguales. Pasando otras hojas había más criaturas. algunas eran más o menos grotescas, mientras que otras tenían un mero toque de belleza que te dejaba mudo. No obstante, todas las criaturas aunaban, en mayor o menor medida majestuosidad con monstruoso, hermosura con grotesco, y el conjunto destilaba, a través de los dibujos, un poder que no estaba, ni de lejos, al alcance de los cosechados.
—Dioses... —ahora, mejor que nunca, entendía la veneración de los nublinos. Si a través de dibujos eran así, ¿qué impresión causarían en realidad? Lo cierto es que eso era lo que nos esperaba. En esos seres nos convertiríamos, con un poder sólo al alcance de los más fuertes y capaces. Por eso nos dejaban a merced de las alimañas, para ver quienes eran merecedores de convertirse en tales portentos y maravillas y quienes no lo eran.
Y yo estaba decidido a mostrar mi capacidad.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 01:01 am
Los del otro torreón fueron pasando tranquilamente a la sala, los vi entrar uno por uno a la espera del menor atisbo de un pelo rojo para largarme escaleras arriba. Por suerte parecía que aquel desquiciado no había venido en esta ocasión lo cual me reconfortó en lo más hondo. Traté de volver a la lectura pero una voz me preguntó educadamente si podría echarle un vistazo a mi libro, al final ubiqué la voz en un chico algo bajo de pelo negro y piel de un color extraño, tardé en responderle por que me entretuve observándole.
<<Se parece mucho al amigo de Pablo, ¿serán del mismo mundo?. Sea lo que sea espero que a este no le de por escupir en el suelo como al otro o Atol se va a cabrear mucho. Espera.... ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?, sabe cosas de la luna parece ser, le preguntaré en breves>>.
Le cedí el libro de buena gana pues si era amable habría mas predisposición a tener respuestas para todas las preguntas que se me estaban formando en la mente.
-¿Dices que son dioses?, ¿y la luna también?,- dije con tono de mucha sorpresa,- cuéntamelo todo por favor.- El tono de mi voz era casi más de orden que de petición. Sin embargo el chico acaba contándome todo lo que sabe y respondiendo al millar de preguntas que le formulo como buenamente puede.
Cuando menciona las transformaciones mi cara pierde todo el color que le quedaba, prácticamente le arranqué el libro de las manos y busqué la parte que hablaba sobre los cambios que producía la luna. Cuando llegué me quedé petrificado, había traducido mal una palabra, una palabra que ahora al saberla lo cambiaba todo.
Rápidamente mi mente encajó todas las piezas y comencé a soltar improperios sobre todo dirigidos hacia mi mismo.<<Entonces ¿todos los dibujos que aparecen en el libro son posibles transformaciones?. Eso quiere decir que el grupo que nos hemos encontrado hoy....>>.
Demasiada información errónea que corregir en demasiado poco tiempo, estaba como ido pensando en todo lo que había leído del libro y ahora todo cobraba un sentido completamente nuevo. Conseguí serenarme unos segundos después, y me dirigí a aquel chico con una media sonrisa:
-Gracias, gracias por compartir esta información...- caí en que no tenia ni idea del nombre de aquel chico de pelo negro.- Oh vaya, debes pensar que no tengo modales. Me presento, soy Stefan de la Tierra, ¿y tu eres...?- el chico mencionó su nombre y yo volví a agradecerle.- Encantado Branniel, y de nuevo muchas gracias por esta información tan valiosa, me has roto todos los esquemas que tenía y los has sustituido por la verdad. Sin embargo has dicho dioses, ¿por que entonces ellos se autodenominan monstruos?. Al menos los que nos encontramos esta tarde así se hacían llamar.
<<Se parece mucho al amigo de Pablo, ¿serán del mismo mundo?. Sea lo que sea espero que a este no le de por escupir en el suelo como al otro o Atol se va a cabrear mucho. Espera.... ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?, sabe cosas de la luna parece ser, le preguntaré en breves>>.
Le cedí el libro de buena gana pues si era amable habría mas predisposición a tener respuestas para todas las preguntas que se me estaban formando en la mente.
-¿Dices que son dioses?, ¿y la luna también?,- dije con tono de mucha sorpresa,- cuéntamelo todo por favor.- El tono de mi voz era casi más de orden que de petición. Sin embargo el chico acaba contándome todo lo que sabe y respondiendo al millar de preguntas que le formulo como buenamente puede.
Cuando menciona las transformaciones mi cara pierde todo el color que le quedaba, prácticamente le arranqué el libro de las manos y busqué la parte que hablaba sobre los cambios que producía la luna. Cuando llegué me quedé petrificado, había traducido mal una palabra, una palabra que ahora al saberla lo cambiaba todo.
Rápidamente mi mente encajó todas las piezas y comencé a soltar improperios sobre todo dirigidos hacia mi mismo.<<Entonces ¿todos los dibujos que aparecen en el libro son posibles transformaciones?. Eso quiere decir que el grupo que nos hemos encontrado hoy....>>.
Demasiada información errónea que corregir en demasiado poco tiempo, estaba como ido pensando en todo lo que había leído del libro y ahora todo cobraba un sentido completamente nuevo. Conseguí serenarme unos segundos después, y me dirigí a aquel chico con una media sonrisa:
-Gracias, gracias por compartir esta información...- caí en que no tenia ni idea del nombre de aquel chico de pelo negro.- Oh vaya, debes pensar que no tengo modales. Me presento, soy Stefan de la Tierra, ¿y tu eres...?- el chico mencionó su nombre y yo volví a agradecerle.- Encantado Branniel, y de nuevo muchas gracias por esta información tan valiosa, me has roto todos los esquemas que tenía y los has sustituido por la verdad. Sin embargo has dicho dioses, ¿por que entonces ellos se autodenominan monstruos?. Al menos los que nos encontramos esta tarde así se hacían llamar.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 02:29 am
Karime estaba cada vez más cerca de su hermano, casi podía oler el alce rojo con salsa de setas cocinándose un piso más arriba y le entró una necesidad terrible de correr para alcanzar a Ilol cuanto antes. En el momento en el que pretendía comenzar a correr, un tirón de su chaleco la hizo retroceder y no supo muy bien lo que estaba pasando hasta que la imagen de su hermano sonriéndole se sustituyó por una del trasero de Saren. La líbense comenzó a gritar y patalear, molesta y confusa porque el idrino no la dejaba reunirse con su hermano.
- ¿¡Pero se puede saber qué te pasa a ti!? Es mi hermano, ¿sabes? ¿Qué tienes en contra de mi hermano? Te dejaría comer alce si era lo que querías, ¡hasta podría haberle pedido a mi padre que te enseñara si era lo que querías, pero no era para ponerse así!- le gritaba la morena mientras golpeaba su trasero con sus puños.
En un bamboleo pudo ver de nuevo su casa que ya no lo era. La casa en la que había visto a sus padres y a su hermano se había convertido en una cabeza de piedra y madera de la que salía una lengua de adoquines enfadada y frustrada por haber perdido una presa tan fácil. A Karime ni siquiera le importó que Saren le echara la bronca cuando la dejó en el suelo, apenas escuchó un murmullo, ella solo podía pensar en la imagen que había visto: su hermano, sus padres, su comida favorita, todo era una ilusión. “No están aquí. Soy una estúpida.” Pensó mientras una lágrima se derramaba por su mejilla. La líbense se la quitó de la cara con un gesto brusco esperando que nadie la hubiera visto. Se sentía estúpida, más estúpida de lo que nunca se había sentido en su vida: por emocionarse ante la imagen de su hermano, por no ser consciente de la imposibilidad de que Ilol hubiera vuelto a casa, por no haber pensado en su mejor amiga en todo el tiempo que llevaba fuera de Libo; pero, sobre todo, se sentía estúpida por no haberse dado cuenta de lo absurdo que había sido encontrarse en mitad de Rocavarancolia su casa. Mientras andaba junto al grupo en completo silencio todavía sentía el olor de su comida favorita en la nariz, el sonido de la voz de su hermano en el oído y el brillo de sus ojos en su mente.
Al llegar al otro torreón dejó que sus compañeros llamaran y hablaran, quedándose ella en una esquina, callada y, culpa de su natural forma de ser, pasando desapercibida por la ausencia de palabra, pensando en las imágenes que tan cruelmente le había mostrado esa casa. “KayKay… solo Ilol me llama así… Se han metido en mi mente.” Pensaba una y otra vez asqueada.
Luego de un rato, cansada de escuchar a Branniel hablar sobre transformaciones y lunas con un muy interesado Stefan, la líbense se vió obligada a intervenir.
- ¿Soy a la única a la que todo eso le suena “bla bla y bla”? No hemos venido para eso. Se nos ha perdido un pelirrojo y hemos salido de cacería. ¿Habéis visto algún foner drogado últimamente?- ante la negativa y las pocas ganas que tenía de perder el tiempo, Karime prosiguió.- Bueno, habéis sido de gran utilidad, ahora ya solo nos queda revisar toda la ciudad menos este torreón. Esto en cuatro patadas lo tenemos resuelto. Nos vamos o no llegaremos a tiempo de que papá Aleksei se enfade de que le pisamos lo fregado. Ya otro día nos autoinvitaremos a una merienda.- terminó diciendo como despedida antes de salir por la puerta esperando que todos la siguieran.- Vamos a pasar a por las cestas, a lo mejor con el colocón le ha entrado el hambre. Y si no, nos las llevamos y le vamos haciendo un caminito de trocitos de queso para que encuentre el camino a casa, no estoy de humor para seguir buscándolo.- añadió a sus compañeros una vez estuvieron fuera.
Sigue en el Torreón Maciel.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de luchaPersonajes :
- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran/Branniel): Trasgo de Ewa sexto sacerdote de la Secta, sádico, aficionado a matanzas y luchador en los bajos fondos. No tocarle los cojoncios, que muerde.
●Lanor Gris: demiurgo procedente de Carabás. Tímido, llorica y buena gente.
●Rádar (o Rad): astrario carabés tsundere hacia la magia, mandón, brusco y estricto. Fashion victim. Reloj andante.
●Galiard syl: mago rabiosamente rocavarancolés, despiadado antihéroe brutalmente pragmático y compasivo antivillano bienintencionado.
Armas :- Spoiler:
- ●Bastel (antes Bran): magia, garras, dientes y una espada de longitud media a larga. O lo que haga falta.
●Lanor Gris: magia y sus criaturas.
●Rádar (o Rad): espada de longitud media. Sus habilidades de desviación de hechizos.
●Galiard Syl: magia y, si hace falta, una espada de longitud corta a media.
Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 08:07 pm
Mientras miraba el dibujo de una especie de híbrido entre hombre y árbol, el chico pidió que le dijese todo lo que sabía. Al perecer, estaba tan entusiasmado como yo acerca de la Luna y sus posibilidades. Así pues, empecé a contarle todo lo que sabía. Le conté la historia de cómo llegaron a mi mundo demostrando un poder inalcanzable para nosotros, y le expliqué que acostumbraban a llevarse a niños una vez al año. Cuando le conté lo que provocaba la luna me arrebató el libró y comenzó a pasar las páginas con nerviosismo.
Tras darse cuenta de algo y darme las gracias, se presentó como Stefan, perteneciente a un mundo al que llamó la Tierra. A continuación, dijo algo que me descolocó.
—Cómo... Cómo que se autodenominan monstruos. Espera, ¡¿os habéis encontrado con ellos?! —no pude reprimir la mezcla de sorpresa y envidia que acompañaba a mi pregunta. Me pregunté cuáles eran las transformaciones que habían contemplado, de qué mundo eran los transformados con los que se habían encontrado, y si los conoceríamos después de la Luna. Aun así, lo que había dicho de que se autodenominaban monstruos... ¿Es que eran transformados recientes que todavía no se habían recuperado de los sucesos de su cosecha?—.
Me explicó entonces que se habían encontrado con transformados. Me maravillé al imaginarme la escena: un chico que ardía sin consumirse, seres con alas y aspecto maravilloso y terrorífico... Algo como destruir un lobo de arena, que a ellos les había costadio tanto, y que los transformados podían hacer con una facilidad pasmosa. La mera herramienta de convertirse en humo era bastante útil para escapar de alimañas. Aunque, realmente, con el poder que habían demostrado, ¿quién necesitaba escapar?
No obstante, antes de que pudiese decir nada más, una Karime de muy mal humor nos interrumpió y dijo que nos íbamos, distrayéndome de mis pensamientos. Por sus palabras se notaba de muy mal humor, y entonces me pregunte qué habría visto en las casas carnívoras. Sé que había dicho algo, pero no me acordaba de qué, y lo cierto es que tuvo que ser muy grave para quitarle las ganas de seguir cazando.
Al ver que nos íbamos a ir, fui a despedirme, pero Stefan me explicó cómo se despedían en la tierra. Le di un apretón de manos y, tras despedirnos, me fui tras Karime.
Sigue en el Torreón Maciel.
Tras darse cuenta de algo y darme las gracias, se presentó como Stefan, perteneciente a un mundo al que llamó la Tierra. A continuación, dijo algo que me descolocó.
—Cómo... Cómo que se autodenominan monstruos. Espera, ¡¿os habéis encontrado con ellos?! —no pude reprimir la mezcla de sorpresa y envidia que acompañaba a mi pregunta. Me pregunté cuáles eran las transformaciones que habían contemplado, de qué mundo eran los transformados con los que se habían encontrado, y si los conoceríamos después de la Luna. Aun así, lo que había dicho de que se autodenominaban monstruos... ¿Es que eran transformados recientes que todavía no se habían recuperado de los sucesos de su cosecha?—.
Me explicó entonces que se habían encontrado con transformados. Me maravillé al imaginarme la escena: un chico que ardía sin consumirse, seres con alas y aspecto maravilloso y terrorífico... Algo como destruir un lobo de arena, que a ellos les había costadio tanto, y que los transformados podían hacer con una facilidad pasmosa. La mera herramienta de convertirse en humo era bastante útil para escapar de alimañas. Aunque, realmente, con el poder que habían demostrado, ¿quién necesitaba escapar?
No obstante, antes de que pudiese decir nada más, una Karime de muy mal humor nos interrumpió y dijo que nos íbamos, distrayéndome de mis pensamientos. Por sus palabras se notaba de muy mal humor, y entonces me pregunte qué habría visto en las casas carnívoras. Sé que había dicho algo, pero no me acordaba de qué, y lo cierto es que tuvo que ser muy grave para quitarle las ganas de seguir cazando.
Al ver que nos íbamos a ir, fui a despedirme, pero Stefan me explicó cómo se despedían en la tierra. Le di un apretón de manos y, tras despedirnos, me fui tras Karime.
Sigue en el Torreón Maciel.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
05/05/13, 10:43 pm
Nadie me hizo mucho caso durante la breve visita que nos hicieron, algo que no estaba seguro de si agradecer o lamentar.
Al final opté por ninguna de las dos cosas y me limité a escuchar las conversaciones de los demás. Así fue como escuché acerca de la fuga del foner pelirrojo.
“Bien, por si no teníamos bastante con hienas, lobos de arena y vecinos raros, ahora también habrá que lidiar con ese. El día mejora por momentos”
El nublíno también atrajo mi atención, ya que los de su raza parecían saber más acerca de la ciudad que el resto. Asistí a la conversación que tenía con Stefan desde un sitio apartado.
Lo que oí a continuación me dejó totalmente indiferente. No porque no me importara, sino porque era algo tan chocante y tan inesperado que simplemente no lo asimilé.
“¿Que nos vamos a transformar? Eso... eso no tiene sentido”
Al final acabé aferrándome a lo único que se me ocurrió, la ultima frase de Stefan.
“¿La verdad? La verdad nunca es tan evidente. Eso es. Todo esto no es lo que pasará, solo es una exageración de algo más simple. Seguramente lo que Branniel está diciendo solo es cierto en parte. Pero entonces...”
La intervención de K y la salida casi a carreras que siguió después acabaron por distraerme del todo. Y no volví a pensar en ello, porque por un momento se me nubló la vista y estuve a punto de caer al suelo.
No fue hasta recuperé el equilibrio cuando me dí cuenta de lo cansado que estaba. Me pesaba todo muchísimo, y prácticamente me dolía caminar. Este cansancio no era normal, y ya no era la primera vez. Desde hacía ya un tiempo me cansaba cada vez antes, y todo parecía costarme más. Pensaba que era un incidente aislado, o que simplemente tenía un día vago, pero ahora no estaba tan seguro.
“Un día más, si tras un día veo que sigue tendré que mirar qué me pasa”
Mientras el grupo se marchaba y se volvía a levantar el puente subí al dormitorio y me acosté. Todavía era un poco pronto, pero estaba demasiado cansado como para hacer o pensar en nada más.
Al final opté por ninguna de las dos cosas y me limité a escuchar las conversaciones de los demás. Así fue como escuché acerca de la fuga del foner pelirrojo.
“Bien, por si no teníamos bastante con hienas, lobos de arena y vecinos raros, ahora también habrá que lidiar con ese. El día mejora por momentos”
El nublíno también atrajo mi atención, ya que los de su raza parecían saber más acerca de la ciudad que el resto. Asistí a la conversación que tenía con Stefan desde un sitio apartado.
Lo que oí a continuación me dejó totalmente indiferente. No porque no me importara, sino porque era algo tan chocante y tan inesperado que simplemente no lo asimilé.
“¿Que nos vamos a transformar? Eso... eso no tiene sentido”
Al final acabé aferrándome a lo único que se me ocurrió, la ultima frase de Stefan.
“¿La verdad? La verdad nunca es tan evidente. Eso es. Todo esto no es lo que pasará, solo es una exageración de algo más simple. Seguramente lo que Branniel está diciendo solo es cierto en parte. Pero entonces...”
La intervención de K y la salida casi a carreras que siguió después acabaron por distraerme del todo. Y no volví a pensar en ello, porque por un momento se me nubló la vista y estuve a punto de caer al suelo.
No fue hasta recuperé el equilibrio cuando me dí cuenta de lo cansado que estaba. Me pesaba todo muchísimo, y prácticamente me dolía caminar. Este cansancio no era normal, y ya no era la primera vez. Desde hacía ya un tiempo me cansaba cada vez antes, y todo parecía costarme más. Pensaba que era un incidente aislado, o que simplemente tenía un día vago, pero ahora no estaba tan seguro.
“Un día más, si tras un día veo que sigue tendré que mirar qué me pasa”
Mientras el grupo se marchaba y se volvía a levantar el puente subí al dormitorio y me acosté. Todavía era un poco pronto, pero estaba demasiado cansado como para hacer o pensar en nada más.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.