Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/04/13, 07:01 pm
El repoblador bajó hasta el suelo para luego trepar hasta el hombro de la muchacha. Desde ahí, le fue diciendo la cantidad de agua que tenía que echar a cada planta, hasta que Erin preguntó por la avispa y Tap se quedó trastocado. Enseguida volvieron los remordimientos y el malestar que le producía pensar en todo lo que le había pasado estos días. Tragó saliva antes de hablar.
-Pues, verás... Está-le falló la voz y tuvo que hacer una pausa para coger aire volver a empezar-. Está muerta. El día que me fui volando, llegué al mismo sitio al que fueron a enterrar ayer a Macak-hablaba bajito, en un susurro. Lo hacía así porque temía qué su explicación llegara a oídos de otros gigantes que le gustaban menos que Erin-. Había flores y me entusiasmé y apareció el gigante de los cuatro brazos...-volvió a atascarse, le costaba hablar de lo que ocurrió-. La partió en dos. Le arrancó las alas y las patas... Y por eso pude huir. Sino me habría comido también a mí.
Se quedó callado durante un rato, pensando si debería seguir por el camino que estaba tomando su discurso y al final decidió acabar lo que había empezado.
-¿Te puedo contar algo más? Lo de Macak también fue por mi culpa-no dio ningún detalle, simplemente esperó a ver la reacción de Erin.
-Pues, verás... Está-le falló la voz y tuvo que hacer una pausa para coger aire volver a empezar-. Está muerta. El día que me fui volando, llegué al mismo sitio al que fueron a enterrar ayer a Macak-hablaba bajito, en un susurro. Lo hacía así porque temía qué su explicación llegara a oídos de otros gigantes que le gustaban menos que Erin-. Había flores y me entusiasmé y apareció el gigante de los cuatro brazos...-volvió a atascarse, le costaba hablar de lo que ocurrió-. La partió en dos. Le arrancó las alas y las patas... Y por eso pude huir. Sino me habría comido también a mí.
Se quedó callado durante un rato, pensando si debería seguir por el camino que estaba tomando su discurso y al final decidió acabar lo que había empezado.
-¿Te puedo contar algo más? Lo de Macak también fue por mi culpa-no dio ningún detalle, simplemente esperó a ver la reacción de Erin.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/04/13, 10:33 pm
Me desperté cansado, confuso y torpe. Tanto que casi me caigo de bruces al levantarme, pero me despejé relativamente rápido y salí del dormitorio.
Lo primero que hice fue bajar al estudio esperando encontrar lo que buscaba, y lo hice. Sobre la mesa pude ver dos flechas. En ambas podía verse dibujada una runa en la punta.
La idea se me había ocurrido unos días antes, al ojear los apuntes que hablaban sobre las runas. Pensé que grabarlas en las flechas podría ser útil si nos atacaba algo.
Lo problemático era que solo alguien que pudiera hacer magia podría grabarlas. Atol y Stefan fueron mis primeras ideas, pero no estaba seguro de que el primero accediera, y últimamente no confiaba en el segundo. También pensé en Seon, pero no parecía estar por la labor de hacer magia tras lo que había pasado la última vez.
Al final se lo pedí a Yrio, que aceptó el trabajo, a cambio de que le prometiera comerme sus verduras en las comidas. Y ahora tenía dos delante.
En las dos estaba grabado el mismo hechizo, el de parálisis, que se activaba por presión. En teoría las flechas paralizarían al objetivo contra el que impactaran. En teoría, porque aun no había podido probarlas. Después de todo nunca es fácil encontrar voluntarios dispuestos a recibir amablemente un flechazo.
Lo malo era que las flechas eran de un solo uso. El hechizo solo funcionaba una vez, así que podría decirse que eran flechas de usar y tirar.
Recogí las dos flechas y me dirigí a las escaleras para bajar al salón. Desayunaría algo y luego entrenaría en el patio, y quizás encontrara alguna forma de comprobar el funcionamiento de las flechas nuevas.
Casi había terminado de bajar las escaleras cuando el accidente del día decidió manifestarse. Me encontraba mirando a las flechas y pensando en las musarañas cuando pisé mal un escalón, perdí el equilibrio y solté las flechas, que cayeron escaleras abajo. Mientras tanto yo trataba de mantenerme en equilibrio como podía solo con un pie en el suelo y de una forma muy precaria. Al final la gravedad se impuso y caí yo también.
Instintivamente puse las manos delante para detener la caída cuando llegara al suelo, con la mala suerte de que una de las dos aterrizó justo sobre la punta de una de las flechas que estaba ahí tirada.
No creo que haga falta ser ningún experto para darse cuenta de que eso dolió, aunque el dolor fue lo de menos. El caso es que la presión ejercida sobre la punta en el impacto fue suficiente para activar la runa, y el hechizo. Me quedé ahí parado, paralizado en una postura un tanto extraña. No podía moverme de ninguna forma, ni siquiera podía mover los ojos.
Suspiré, mentalmente, porque suspirar tampoco podía. Pero mira por donde si que podía sentir dolor. Sentía la flecha parcialmente clavada en mi mano, y dolía, no exageradamente, pero dolía.
“Bueno, por lo menos ahora sé que funcionan. ¿ Y cuánto duraba esto?”
No me acordaba, media hora, o tal vez más.
“Espero que alguien me encuentre pronto, o me voy a aburrir mucho.”
Lo primero que hice fue bajar al estudio esperando encontrar lo que buscaba, y lo hice. Sobre la mesa pude ver dos flechas. En ambas podía verse dibujada una runa en la punta.
La idea se me había ocurrido unos días antes, al ojear los apuntes que hablaban sobre las runas. Pensé que grabarlas en las flechas podría ser útil si nos atacaba algo.
Lo problemático era que solo alguien que pudiera hacer magia podría grabarlas. Atol y Stefan fueron mis primeras ideas, pero no estaba seguro de que el primero accediera, y últimamente no confiaba en el segundo. También pensé en Seon, pero no parecía estar por la labor de hacer magia tras lo que había pasado la última vez.
Al final se lo pedí a Yrio, que aceptó el trabajo, a cambio de que le prometiera comerme sus verduras en las comidas. Y ahora tenía dos delante.
En las dos estaba grabado el mismo hechizo, el de parálisis, que se activaba por presión. En teoría las flechas paralizarían al objetivo contra el que impactaran. En teoría, porque aun no había podido probarlas. Después de todo nunca es fácil encontrar voluntarios dispuestos a recibir amablemente un flechazo.
Lo malo era que las flechas eran de un solo uso. El hechizo solo funcionaba una vez, así que podría decirse que eran flechas de usar y tirar.
Recogí las dos flechas y me dirigí a las escaleras para bajar al salón. Desayunaría algo y luego entrenaría en el patio, y quizás encontrara alguna forma de comprobar el funcionamiento de las flechas nuevas.
Casi había terminado de bajar las escaleras cuando el accidente del día decidió manifestarse. Me encontraba mirando a las flechas y pensando en las musarañas cuando pisé mal un escalón, perdí el equilibrio y solté las flechas, que cayeron escaleras abajo. Mientras tanto yo trataba de mantenerme en equilibrio como podía solo con un pie en el suelo y de una forma muy precaria. Al final la gravedad se impuso y caí yo también.
Instintivamente puse las manos delante para detener la caída cuando llegara al suelo, con la mala suerte de que una de las dos aterrizó justo sobre la punta de una de las flechas que estaba ahí tirada.
No creo que haga falta ser ningún experto para darse cuenta de que eso dolió, aunque el dolor fue lo de menos. El caso es que la presión ejercida sobre la punta en el impacto fue suficiente para activar la runa, y el hechizo. Me quedé ahí parado, paralizado en una postura un tanto extraña. No podía moverme de ninguna forma, ni siquiera podía mover los ojos.
Suspiré, mentalmente, porque suspirar tampoco podía. Pero mira por donde si que podía sentir dolor. Sentía la flecha parcialmente clavada en mi mano, y dolía, no exageradamente, pero dolía.
“Bueno, por lo menos ahora sé que funcionan. ¿ Y cuánto duraba esto?”
No me acordaba, media hora, o tal vez más.
“Espero que alguien me encuentre pronto, o me voy a aburrir mucho.”
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/04/13, 11:43 pm
Me desperté bastante temprano y muy descansado, pues a pesar de mi entrenamiento el día anterior había decidido dejarlo para poder dormir del tirón y levantarme para practicar con la espada. Y muy temprano no debía haberme levantado cuando ya había gente danzando por el torreón. <<¿Es que esta gente no descansa nunca?>>.
Salí al patio con mi arma y me puse a practicar largo rato, sin embargo antes de ponerme a practicar salude a Tap y Erin con un buenos días. Antes de empezar me quité la camiseta, cosa que fue una buena previsión pues acabe sudando bastante. <<Bueno, como algo para desayunar y luego veré si me puedo dar un baño o algo>>.
Me fui a la cocina y miré las reservas de comida detenidamente, apenas quedaba nada.
-Habrá que salir hoy a por más comida,- me dije a mi mismo.
En estos pensamientos estaba cuando un sonoro golpe me llegó desde las escaleras, fruncí el ceño y fui hacia ellas un tanto precavido por si acaso. Sin embargo lo que allí me encontré me dejó sin palabras, aun así hice un esfuerzo por hablar:
-Pablo, ¿no piensas levantarte nunca?, además, ¿como has llegado a esa posición?,-desde luego yo estaba perplejo, y sin duda alguna mi voz lo reflejaba. << Aquí hay algo raro...>>.
Miré a mi alrededor y me fijé en una flecha que había en el suelo, la agarré por el astil y la examiné cuidadosamente, <<Como no, sólo Pablo sería lo suficientemente patoso para clavarse una flecha con runa paralizante>>, había estado mirando el libro de runas los días pasados aunque no me había convencido aquel tipo de cosa.
Negando con la cabeza decidí llevarlo hasta el sofá pero antes le dejé claro diciéndoselo al oído que yo no podía eliminar aquel tipo de magia, así que ni se le pasara por la cabeza.
Pensé cual seria la mejor forma de trasladarlo, y decidí levantarlo. Ahora bien si lo levantaba estaba en un dilema ya que una de mis manos tendría que ir entre sus..... Resolví no pensar mucho en eso y pase mi mano derecha por entre sus brazos, y la mano izquierda en su entrepierna, teniendo mucho cuidado con no hacerle daño y pidiéndole perdón por si acaso.Me cuadré en el sitio y conseguí levantarlo, con un esfuerzo bastante grande lo levante, bastante sonrojado y algo excitado lo dejé sobre un sofá mirando hacia el techo. Mirándole a los ojos le dije:
-No debería hacer esto pero....- Y asegurándome de que no hubiese nadie mirando rompí el astil de la flecha, me saqué una de las dagas de la bota para sacar la punta y luego recité el hechizo de curación. Aunque ya lo había usado sobre mi mismo seguía maravillándome aquella forma de hacer desaparecer heridas como si nunca hubieran existido.- Espero que después de esto tengas una opinión de mi un poco mejor aunque sea.
Y dicho esto me senté en el sofá también, solo en ese momento recordando lo absurdo de la situación me eche a reír a carcajadas.
Salí al patio con mi arma y me puse a practicar largo rato, sin embargo antes de ponerme a practicar salude a Tap y Erin con un buenos días. Antes de empezar me quité la camiseta, cosa que fue una buena previsión pues acabe sudando bastante. <<Bueno, como algo para desayunar y luego veré si me puedo dar un baño o algo>>.
Me fui a la cocina y miré las reservas de comida detenidamente, apenas quedaba nada.
-Habrá que salir hoy a por más comida,- me dije a mi mismo.
En estos pensamientos estaba cuando un sonoro golpe me llegó desde las escaleras, fruncí el ceño y fui hacia ellas un tanto precavido por si acaso. Sin embargo lo que allí me encontré me dejó sin palabras, aun así hice un esfuerzo por hablar:
-Pablo, ¿no piensas levantarte nunca?, además, ¿como has llegado a esa posición?,-desde luego yo estaba perplejo, y sin duda alguna mi voz lo reflejaba. << Aquí hay algo raro...>>.
Miré a mi alrededor y me fijé en una flecha que había en el suelo, la agarré por el astil y la examiné cuidadosamente, <<Como no, sólo Pablo sería lo suficientemente patoso para clavarse una flecha con runa paralizante>>, había estado mirando el libro de runas los días pasados aunque no me había convencido aquel tipo de cosa.
Negando con la cabeza decidí llevarlo hasta el sofá pero antes le dejé claro diciéndoselo al oído que yo no podía eliminar aquel tipo de magia, así que ni se le pasara por la cabeza.
Pensé cual seria la mejor forma de trasladarlo, y decidí levantarlo. Ahora bien si lo levantaba estaba en un dilema ya que una de mis manos tendría que ir entre sus..... Resolví no pensar mucho en eso y pase mi mano derecha por entre sus brazos, y la mano izquierda en su entrepierna, teniendo mucho cuidado con no hacerle daño y pidiéndole perdón por si acaso.Me cuadré en el sitio y conseguí levantarlo, con un esfuerzo bastante grande lo levante, bastante sonrojado y algo excitado lo dejé sobre un sofá mirando hacia el techo. Mirándole a los ojos le dije:
-No debería hacer esto pero....- Y asegurándome de que no hubiese nadie mirando rompí el astil de la flecha, me saqué una de las dagas de la bota para sacar la punta y luego recité el hechizo de curación. Aunque ya lo había usado sobre mi mismo seguía maravillándome aquella forma de hacer desaparecer heridas como si nunca hubieran existido.- Espero que después de esto tengas una opinión de mi un poco mejor aunque sea.
Y dicho esto me senté en el sofá también, solo en ese momento recordando lo absurdo de la situación me eche a reír a carcajadas.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
12/04/13, 11:48 pm
La canadiense dejó que Tap trepase por su hombro y comenzó a regar las plantas siguiendo con la mayor precisión posibles las instrucciones de él. Entonces, cuando Erin mencionó la avispa y vio que a este le costaba hablar sobre aquello se sintió algo mal. Tal vez no debería haber preguntado, tal vez no debería meterse en los asuntos de los demás y mucho menos si estos incluían un ser querido para su interlocutor. << Le encerré en un libro. Le encerré en un libro porque hacía ruido, aunque últimamente pareciese invisible >>, pensó, relacionando sin querer el sueño con la vida real. Lo tenía demasiado reciente en su memoria como para no hacerlo.
Escuchó a Tap con bastante atención, debido al tono tan bajo que usaba. Le costaba hablar y Erin lo entendía, no debía ser fácil hablar de la muerte de la avispa, solo había que darse cuenta de la bronca que le echó a Pablo aquel día por un error. Cuando Tap termino de hablar, Erin sintió ganas de abrazarle, pero se contuvo recordando que le aplastaría si lo hacía. –Lo siento. Sé que las palabras no pueden devolverte a tu avispa, Tap, pero cuenta conmigo para lo que sea –dijo. En verdad le resultaba más triste que nadie se hubiese dado cuenta de la ausencia de la avispa que cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, era un ser vivo, como Macack.
No dijo nada más hasta que Tap volvió a hablar al cabo de un rato. Le sorprendió que hubiese sido culpa suya, pues la muerte había sido por el golpe en la cabeza con una piedra. Aún así, sonrió. –Hiciste bien, Tap. Los demás estaban ciegos y no veía que estaba sufriendo. Muerta está mucho mejor, al menos ahora no tiene que preocuparse por los fantasma ni porque los demás sean unos incompetentes y quieran arreglar lo imposible –dijo, en voz baja. No sabía por qué le había contado aquello, pero estaba segura de que si se enteraban los demás Tap acabaría bastante mal. El nuevo estaba entrenando con la espada en el patio de ellos, sin camisa, por lo que Erin evitó mirarle el mayor tiempo posible.
De pronto oyó un ruido, pero no le dio importancia. Seguramente alguien estaría haciendo el idiota, como siempre. Suspiró. Tap le había contado su secreto, y ahora ella debía de contarle uno suyo << Es el intercambio equivalente >>, pensó. Aunque no sabía exactamente qué contarle. Podría contarle el sueño, aunque no quería mencionar que lo había encerrado en un libro, no después de que le contase la historia de la avispa. Se subió el puente de las gafas y suspiró. -¿Sabes, Tap? Cuando vine aquí me prometieron una aventura. Y no he sido capaz de salir del torreón salvo para ir a la biblioteca una vez. Pero he visto un sitio en el mapa, la Casa Gamides, no muy lejos de aquí, y me gustaría ir esta tarde para estar sola un rato. ¿Prometes que no le dirás a nadie a dónde he ido si preguntan dónde estoy? -le preguntó, en un susurro, aunque el nuevo ya se hubiese ido.
Escuchó a Tap con bastante atención, debido al tono tan bajo que usaba. Le costaba hablar y Erin lo entendía, no debía ser fácil hablar de la muerte de la avispa, solo había que darse cuenta de la bronca que le echó a Pablo aquel día por un error. Cuando Tap termino de hablar, Erin sintió ganas de abrazarle, pero se contuvo recordando que le aplastaría si lo hacía. –Lo siento. Sé que las palabras no pueden devolverte a tu avispa, Tap, pero cuenta conmigo para lo que sea –dijo. En verdad le resultaba más triste que nadie se hubiese dado cuenta de la ausencia de la avispa que cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, era un ser vivo, como Macack.
No dijo nada más hasta que Tap volvió a hablar al cabo de un rato. Le sorprendió que hubiese sido culpa suya, pues la muerte había sido por el golpe en la cabeza con una piedra. Aún así, sonrió. –Hiciste bien, Tap. Los demás estaban ciegos y no veía que estaba sufriendo. Muerta está mucho mejor, al menos ahora no tiene que preocuparse por los fantasma ni porque los demás sean unos incompetentes y quieran arreglar lo imposible –dijo, en voz baja. No sabía por qué le había contado aquello, pero estaba segura de que si se enteraban los demás Tap acabaría bastante mal. El nuevo estaba entrenando con la espada en el patio de ellos, sin camisa, por lo que Erin evitó mirarle el mayor tiempo posible.
De pronto oyó un ruido, pero no le dio importancia. Seguramente alguien estaría haciendo el idiota, como siempre. Suspiró. Tap le había contado su secreto, y ahora ella debía de contarle uno suyo << Es el intercambio equivalente >>, pensó. Aunque no sabía exactamente qué contarle. Podría contarle el sueño, aunque no quería mencionar que lo había encerrado en un libro, no después de que le contase la historia de la avispa. Se subió el puente de las gafas y suspiró. -¿Sabes, Tap? Cuando vine aquí me prometieron una aventura. Y no he sido capaz de salir del torreón salvo para ir a la biblioteca una vez. Pero he visto un sitio en el mapa, la Casa Gamides, no muy lejos de aquí, y me gustaría ir esta tarde para estar sola un rato. ¿Prometes que no le dirás a nadie a dónde he ido si preguntan dónde estoy? -le preguntó, en un susurro, aunque el nuevo ya se hubiese ido.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 12:48 am
Las respuestas de Erin consiguieron que Tap sonriera aliviado. Había hecho bien en contárselo y eso le alegraba y le tranquilizaba a partes iguales. La muchacha tenía razón, no había manera posible de traer de vuelta a la avispa, o a Macak, pero el repoblador agradecía sus palabras y su ofrecimiento. Se agachó y, estirando un par de caricias en su hombro, dibujó una cruz. Se usaba en su colonia para dar las gracias y, por un momento, esperó que la giganta lo entendiera. No tardó mucho en darse cuenta de que no sería así.
-Gracias, Erin-realmente no estaba seguro de hasta qué punto tenía razón en lo de la varmana. Él mismo se había repetido tantas veces que era lo mejor para Macak que había acabado perdiendo la fe en ese argumento. Aún así valoraba el gesto de Erin.
Lo que no le pareció tan bien fue lo que le dijo después. <<Otro gigante que quiere salir solo...>>. Su raza debía de tener unas tasas de suicidio bastante altas. Negó con la cabeza y acabó suspirando. Por una parte la entendía. Él había venido aquí a buscar poder, se lo había prometido el gigante de las flores. Poder para repoblar el mundo. <<Mentiroso follacardos>>. Ya ni siquiera tenía ganas de llevar a cabo ninguna hazaña heroica (ni de ningún otro tipo) para la Flora, le bastaba con sobrevivir como logro personal. Y eso era lo que quería también de Erin. Era de las pocas personas del panal con las que podía hablar sin acabar gritando o sintiéndose totalmente frustrado (Seon era otra, Pablo a ratos) y no quería que los pocos gigantes decentes se extinguieran.
-No deberías salir sola. Es peligroso-a pesar de eso, Tap sabía que su especie no era una que hiciera caso a los buenos consejos, así que decidió ayudarla de otra manera.
Saltó de su hombro al suelo y del suelo al carcaj de la muchacha, se encaramó con cuidado a una de las flechas y embadurnó la punta con su veneno paralizante. Seguidamente se perdió entre el huerto y volvió con una hoja larga y fina, que ató a la flecha para que la pudiera diferenciar del resto.
-No la chupes ni te cortes con ella o te quedarás completamente inmóvil en el sitio-le advirtió-. Si ves que no te da tiempo a tensar ese cacharro-señaló al arco-, la clavas directamente con la mano. No la confundas ni la desperdicies inutilmente, que no tengo mucho más veneno. Y más te vale-se le fue la voz en mitad de la frase. Carraspeó y tosió antes de volver a hablar-. Más te vale volver igual que vas a ir, evita pensar como un gigante si es necesario.
En cuanto acabó, se escabulló en silencio hacia el interior del panal. No había pasado por alto el ruido de antes y quería mirar que había ocurrido. Le pareció ver un par de gigantes en los tresillos y decidió acercarse. Su sorpresa no fue pequeña cuando vio a Pablo tieso en una postura estúpida mirando al techo.
-¿Pero qué capullo le ha pasado ahora a este?-a pesar de lo que pudiera parecer, Tap estaba preocupado por Pablo; sobretodo porque sabía que era el superlativo de torpe. Imaginó que no estaba muerto básicamente por la actitud de Stefan, que reía tranquilamente (quizá también de una manera algo inquietante) al lado. Le dirigió una mirada algo agria al Moscardón y esperó a que respondiera
-Gracias, Erin-realmente no estaba seguro de hasta qué punto tenía razón en lo de la varmana. Él mismo se había repetido tantas veces que era lo mejor para Macak que había acabado perdiendo la fe en ese argumento. Aún así valoraba el gesto de Erin.
Lo que no le pareció tan bien fue lo que le dijo después. <<Otro gigante que quiere salir solo...>>. Su raza debía de tener unas tasas de suicidio bastante altas. Negó con la cabeza y acabó suspirando. Por una parte la entendía. Él había venido aquí a buscar poder, se lo había prometido el gigante de las flores. Poder para repoblar el mundo. <<Mentiroso follacardos>>. Ya ni siquiera tenía ganas de llevar a cabo ninguna hazaña heroica (ni de ningún otro tipo) para la Flora, le bastaba con sobrevivir como logro personal. Y eso era lo que quería también de Erin. Era de las pocas personas del panal con las que podía hablar sin acabar gritando o sintiéndose totalmente frustrado (Seon era otra, Pablo a ratos) y no quería que los pocos gigantes decentes se extinguieran.
-No deberías salir sola. Es peligroso-a pesar de eso, Tap sabía que su especie no era una que hiciera caso a los buenos consejos, así que decidió ayudarla de otra manera.
Saltó de su hombro al suelo y del suelo al carcaj de la muchacha, se encaramó con cuidado a una de las flechas y embadurnó la punta con su veneno paralizante. Seguidamente se perdió entre el huerto y volvió con una hoja larga y fina, que ató a la flecha para que la pudiera diferenciar del resto.
-No la chupes ni te cortes con ella o te quedarás completamente inmóvil en el sitio-le advirtió-. Si ves que no te da tiempo a tensar ese cacharro-señaló al arco-, la clavas directamente con la mano. No la confundas ni la desperdicies inutilmente, que no tengo mucho más veneno. Y más te vale-se le fue la voz en mitad de la frase. Carraspeó y tosió antes de volver a hablar-. Más te vale volver igual que vas a ir, evita pensar como un gigante si es necesario.
En cuanto acabó, se escabulló en silencio hacia el interior del panal. No había pasado por alto el ruido de antes y quería mirar que había ocurrido. Le pareció ver un par de gigantes en los tresillos y decidió acercarse. Su sorpresa no fue pequeña cuando vio a Pablo tieso en una postura estúpida mirando al techo.
-¿Pero qué capullo le ha pasado ahora a este?-a pesar de lo que pudiera parecer, Tap estaba preocupado por Pablo; sobretodo porque sabía que era el superlativo de torpe. Imaginó que no estaba muerto básicamente por la actitud de Stefan, que reía tranquilamente (quizá también de una manera algo inquietante) al lado. Le dirigió una mirada algo agria al Moscardón y esperó a que respondiera
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 01:54 am
No respondí a los comentarios de Yrio ni Seon. Ni una palabra, ni un gesto. Era absurdo, no merecía la pena esforzarse. Eran niños, solo querían divertirse y reír. No sabían lo que era una batalla, no tenia sentido intentar explicárselo. Tenían que vivirlo. Erin se ofreció a curarme la herida, y se lo agradecí. Nadie más se había preocupado por mi.
Cuando la muchacha uso el hechizo curativo sobre mi, el dolor remitió y la herida se cerro limpiamente, sin que quedara ningún tipo de marca que atestiguara el golpe que había recibido horas atrás. Pero de pronto la piel me empezó a picar sin ningún motivo. Me pareció extraño, pues las anteriores veces que había necesitado un hechizo curativo no había tenido ningún efecto secundario. Decidí ignorarlo, aunque no era tarea sencilla, porque picaba con fuerza. Me distraje entrenando. Quería mejorar aun más mis habilidades. La próxima vez no huiría del combate. Cuando se fue haciendo de noche me dirigí a las almenas con una silla y me senté a hacer guardia. La noche transcurrió con calma y no hubo ningún indicio de que los monstruos del cementerio nos hubieran seguido.
El picor tardo otro día más en desaparecer. Los días pasaron sin muchos contratiempos. Entrenar, salir a buscar la comida, hacer guardia. Ninguna novedad en el frente. Hasta que en uno de los entrenamientos recordé el libro que me lleve de la biblioteca. Lo había dejado olvidado sin hacerle mucho caso porque no tenía mucho sentido para mí, pero quizá debería darle una oportunidad. Puede que se tratase de algo importante. Deje el entrenamiento y subí a la habitación a cogerlo. Le eche un vistazo antes de ir a buscar a Atol. Cuando lo encontré se lo enseñe y compartí con el mi razonamiento.
-En una de las páginas hay un mapa, podemos empezar por ahí. También podemos volver a la biblioteca y preguntarle al bibliotecario, quizá tenga información de utilidad.- Digo mientras el libense observa el libro.- Podemos salir tu y yo, no tardaremos demasiado. ¿ Vienes?
Cuando la muchacha uso el hechizo curativo sobre mi, el dolor remitió y la herida se cerro limpiamente, sin que quedara ningún tipo de marca que atestiguara el golpe que había recibido horas atrás. Pero de pronto la piel me empezó a picar sin ningún motivo. Me pareció extraño, pues las anteriores veces que había necesitado un hechizo curativo no había tenido ningún efecto secundario. Decidí ignorarlo, aunque no era tarea sencilla, porque picaba con fuerza. Me distraje entrenando. Quería mejorar aun más mis habilidades. La próxima vez no huiría del combate. Cuando se fue haciendo de noche me dirigí a las almenas con una silla y me senté a hacer guardia. La noche transcurrió con calma y no hubo ningún indicio de que los monstruos del cementerio nos hubieran seguido.
El picor tardo otro día más en desaparecer. Los días pasaron sin muchos contratiempos. Entrenar, salir a buscar la comida, hacer guardia. Ninguna novedad en el frente. Hasta que en uno de los entrenamientos recordé el libro que me lleve de la biblioteca. Lo había dejado olvidado sin hacerle mucho caso porque no tenía mucho sentido para mí, pero quizá debería darle una oportunidad. Puede que se tratase de algo importante. Deje el entrenamiento y subí a la habitación a cogerlo. Le eche un vistazo antes de ir a buscar a Atol. Cuando lo encontré se lo enseñe y compartí con el mi razonamiento.
-En una de las páginas hay un mapa, podemos empezar por ahí. También podemos volver a la biblioteca y preguntarle al bibliotecario, quizá tenga información de utilidad.- Digo mientras el libense observa el libro.- Podemos salir tu y yo, no tardaremos demasiado. ¿ Vienes?
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 05:57 pm
Me estuve riendo un buen cacho hasta que oí una vocecilla que provenía de un lugar cercano al suelo, me seque las lagrimas un poco y mire a ver quien era. Resulto ser Tap pidiéndome explicaciones por lo de Pablo. Deje de reírme poco a poco y puse una mano en el suelo para que el pequeño repoblador se subiera a ella. Cuando lo hizo lo puse encima de mi hombro y le dije aun entre risas:
-Nada, que el torpón este se ha tropezado en las escaleras y ha pisado una flecha con una runa paralizante, nada permanente creo,- estaba mintiendo, yo lo sabia, Pablo lo sabia, pero este ultimo no tenia forma de quejarse.- Compruébalo tu mismo, por muy fuerte que le golpees no puede quejarse de ningún tipo de forma. De todas formas ha tenido suerte, la caída por las escaleras podría haberlo matado.
Llevé conmigo al repoblador hasta la cocina, y le pregunté:
-¿Tienes hambre?,- deje una manzana cerca para que la cogiera y yo me metí otra pieza de fruta en la boca.
Volví al salón a terminarme la fruta, parecía que a Pablo aun no se le pasaba el efecto de la parálisis, pose a Tap cerca de la cabeza de Pablo y le dije:
-Te dejo aquí, yo voy a bañarme.- Y me di la vuelta para irme pero entonces le di un consejo a Tap.- Por cierto, ten cuidado por si cuando se le pase la parálisis hace algún movimiento brusco, no te vayas a hacer daño.
Subí cubos de agua hasta la bañera y cuando por fin estuvo llena me desnude y me metí en el frío agua, me relaje y deje mi mente volar. Las imágenes de lo que había hecho ahora con Pablo pasaron por mi cabeza, esas imágenes pasaron a la visión de Atol desnudo y un extraño calor comenzó a expandirse por mi cuerpo. Noté que había una parte de mi cuerpo que se movía aunque yo estuviese completamente quieto. Mire a esa parte de mi anatomía y la vi dura, fruncí el ceño y comencé a recordar la ultima vez que me había pasado eso, si no recordaba mal había sido hacia unos cinco meses.
No le di mayor importancia, espere a que la hinchazón bajara y me acabe de bañar. Salí del agua y me seque con una toalla, volví a vestirme y baje esta vez para leer en el salón un poco mas de aquel libro que me tenia tan intrigado.
-Nada, que el torpón este se ha tropezado en las escaleras y ha pisado una flecha con una runa paralizante, nada permanente creo,- estaba mintiendo, yo lo sabia, Pablo lo sabia, pero este ultimo no tenia forma de quejarse.- Compruébalo tu mismo, por muy fuerte que le golpees no puede quejarse de ningún tipo de forma. De todas formas ha tenido suerte, la caída por las escaleras podría haberlo matado.
Llevé conmigo al repoblador hasta la cocina, y le pregunté:
-¿Tienes hambre?,- deje una manzana cerca para que la cogiera y yo me metí otra pieza de fruta en la boca.
Volví al salón a terminarme la fruta, parecía que a Pablo aun no se le pasaba el efecto de la parálisis, pose a Tap cerca de la cabeza de Pablo y le dije:
-Te dejo aquí, yo voy a bañarme.- Y me di la vuelta para irme pero entonces le di un consejo a Tap.- Por cierto, ten cuidado por si cuando se le pase la parálisis hace algún movimiento brusco, no te vayas a hacer daño.
Subí cubos de agua hasta la bañera y cuando por fin estuvo llena me desnude y me metí en el frío agua, me relaje y deje mi mente volar. Las imágenes de lo que había hecho ahora con Pablo pasaron por mi cabeza, esas imágenes pasaron a la visión de Atol desnudo y un extraño calor comenzó a expandirse por mi cuerpo. Noté que había una parte de mi cuerpo que se movía aunque yo estuviese completamente quieto. Mire a esa parte de mi anatomía y la vi dura, fruncí el ceño y comencé a recordar la ultima vez que me había pasado eso, si no recordaba mal había sido hacia unos cinco meses.
No le di mayor importancia, espere a que la hinchazón bajara y me acabe de bañar. Salí del agua y me seque con una toalla, volví a vestirme y baje esta vez para leer en el salón un poco mas de aquel libro que me tenia tan intrigado.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 07:39 pm
Cuando Stefan le explicó lo de Pablo, Tap se quedó más tranquilo. <<Menos mal... >>. Se fijó en que estaba calzado, por lo que el chico no debía de haberse hecho nada con la flecha. De todas formas tampoco debía preocuparse mucho, igual que se había quedado paralizado con magia, podrían curarle si se hubiera hecho algo.
Acompañó a Stefan hasta la cocina, donde se comió parte de la manzana que le había ofrecido el gigante. Después, Moscardón se lo llevó hasta el tresillo y se fue. No se había portado mal con él, después de todo, por lo que pensó que lo de reírse de los accidentes de sus compañeros de panal debía de ser normal en su mundo. Trepó al respaldo para evitar que Pablo le diera sin querer cuando se le pasara y se sentó con los brazos cruzados.
Por alguna razón, hoy estaba de buen humor. Quizá influyera el hecho de que los gigantes parecían haberse vuelto buena gente de la noche a la mañana o que simplemente Tap empezaba a darse cuenta de que lo eran. Mientras hacía tiempo para que el gigante despertara, se puso a dar golpes siguiendo un ritmo ligero sobre el respaldo y acabó silbando* una canción que era muy famosa en su colonia. Mientras lo hacía, dirigió una mirada al patio e hizo un gesto a Erin, señalandole la puerta. Era un buen momento para que se fuera.
*lo hace por los agujeros de la espalda y suena parecido a alguien tocando una flauta dulce, salvo que con notas más agudas.
Acompañó a Stefan hasta la cocina, donde se comió parte de la manzana que le había ofrecido el gigante. Después, Moscardón se lo llevó hasta el tresillo y se fue. No se había portado mal con él, después de todo, por lo que pensó que lo de reírse de los accidentes de sus compañeros de panal debía de ser normal en su mundo. Trepó al respaldo para evitar que Pablo le diera sin querer cuando se le pasara y se sentó con los brazos cruzados.
Por alguna razón, hoy estaba de buen humor. Quizá influyera el hecho de que los gigantes parecían haberse vuelto buena gente de la noche a la mañana o que simplemente Tap empezaba a darse cuenta de que lo eran. Mientras hacía tiempo para que el gigante despertara, se puso a dar golpes siguiendo un ritmo ligero sobre el respaldo y acabó silbando* una canción que era muy famosa en su colonia. Mientras lo hacía, dirigió una mirada al patio e hizo un gesto a Erin, señalandole la puerta. Era un buen momento para que se fuera.
*lo hace por los agujeros de la espalda y suena parecido a alguien tocando una flauta dulce, salvo que con notas más agudas.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 09:35 pm
La canadiense se quedó extrañada cuando el repoblador trazó una cruz con caricias sobre su hombro. No tenía ni idea de qué significaba aquello, y en cuanto Tap le agradeció sus palabras, relacionó la cruz con la palabra gracias. Supuso que aquello sería una costumbre del planeta de Tap y sonrió. –De nada –contestó, mientras tamborileaba con los dedos en el suelo. Al menos allí no hacía tanto ruido como cuando tamborileaba sobre otras superficies y estuvo más tiempo tamborileando, hasta que Tap le dijo que era peligroso salir sola. –Sé que es peligroso, pero necesito alejarme del ruido que hay siempre en el torreón, aunque sea poco tiempo.
Se quedó mirando al repoblador cuando cogió una de sus flechas e impregnó la punta con un veneno. Después ató al astil una hoja larga y fina para que la pudiese diferenciar y le dio una serie de advertencias. Erin decidió que no perdería el tiempo tensando el arco, pues con su mala puntería fallaría casi seguro y la clavaría con la mano si era necesario << Es más seguro que arriesgarse a fallar >>. Tampoco pensaba usarla si no era de extrema necesidad hacerlo. –Volveré exactamente como vaya, Tap. Te lo prometo por los dioses antiguos y por los nuevos, por el dios cordero y el dios caballo, por todos los dioses que existen. Lo juro por la Madre de las Montañas y el Vientre del Mundo –dijo y sonrió al recordar que había usado la misma promesa que la vez que le prometió usar sus poderes de dotada para proteger el huerto. La última frase se le quedó grabada a Erin en la mente. “Evita pensar como un gigante si es necesario”. ¿Y cómo quería que pensase entonces? Era tan estúpido como pedirle que creciese veinte centímetros en unas horas.
La canadiense fue a agradecerle el regalo de la flecha envenenada, pero antes de hablar recordó la cruz que Tap había dibujado sobre su hombro y trazó una igual sobre uno de los hombros del repoblador con una sonrisa. Estaba segura de que se sentiría más cómodo con aquel gesto. Después, Tap se fue al interior del torreón y Erin siguió entrenando con el arco, intentando concentrarse en cada disparo. Al poco tiempo se acabó aburriendo de fallar tanto y se sentó en el suelo hasta que el repoblador le hizo un gesto indicándole que era buen momento para salir, Cogió el arco y su carjac lleno de flechas y salió del torreón haciéndole un gesto con la mano al repoblador como despedida. –Volveré pronto –prometió antes de cerrar la puerta y ponerse en camino hacia la Casa Gamides, silbando la melodía que antes Tap tocaba con su espalda.
Sigue en la Casa Gamides.
Se quedó mirando al repoblador cuando cogió una de sus flechas e impregnó la punta con un veneno. Después ató al astil una hoja larga y fina para que la pudiese diferenciar y le dio una serie de advertencias. Erin decidió que no perdería el tiempo tensando el arco, pues con su mala puntería fallaría casi seguro y la clavaría con la mano si era necesario << Es más seguro que arriesgarse a fallar >>. Tampoco pensaba usarla si no era de extrema necesidad hacerlo. –Volveré exactamente como vaya, Tap. Te lo prometo por los dioses antiguos y por los nuevos, por el dios cordero y el dios caballo, por todos los dioses que existen. Lo juro por la Madre de las Montañas y el Vientre del Mundo –dijo y sonrió al recordar que había usado la misma promesa que la vez que le prometió usar sus poderes de dotada para proteger el huerto. La última frase se le quedó grabada a Erin en la mente. “Evita pensar como un gigante si es necesario”. ¿Y cómo quería que pensase entonces? Era tan estúpido como pedirle que creciese veinte centímetros en unas horas.
La canadiense fue a agradecerle el regalo de la flecha envenenada, pero antes de hablar recordó la cruz que Tap había dibujado sobre su hombro y trazó una igual sobre uno de los hombros del repoblador con una sonrisa. Estaba segura de que se sentiría más cómodo con aquel gesto. Después, Tap se fue al interior del torreón y Erin siguió entrenando con el arco, intentando concentrarse en cada disparo. Al poco tiempo se acabó aburriendo de fallar tanto y se sentó en el suelo hasta que el repoblador le hizo un gesto indicándole que era buen momento para salir, Cogió el arco y su carjac lleno de flechas y salió del torreón haciéndole un gesto con la mano al repoblador como despedida. –Volveré pronto –prometió antes de cerrar la puerta y ponerse en camino hacia la Casa Gamides, silbando la melodía que antes Tap tocaba con su espalda.
Sigue en la Casa Gamides.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 11:04 pm
El sonido de unos pasos acercándose fue lo primero diferente que noté desde que me había quedado paralizado.
“Oh genial, por fin me encuentra alguien”
Aunque mi alegría duro poco, porque quien me había encontrado no era otro que Stefan. Y si no recordaba mal la última vez que nos habíamos dirigido la palabra le había clavado un cristal en el brazo.
“Mierda. ¡Mierda mierda mierda! De todos los que podían encontrarme. ¿Cuanto duraba la parálisis? Porque ahora sería un buen momento para poder volver a moverme. ¡Socorro!”
El chico se me acercó, y me susurró al oído que él no podía ponerle fin a la parálisis.
“Por favor que no esté diciendo eso para insinuar que piensa aprovecharse de que no puedo moverme para vengarse o algo”
Lo que hizo después fue levantarme. De forma un tanto incómoda.
“¿Pero qué cojones? Nunca mejor dicho. ¡No! No debería bromear con eso. ¿Qué estás haciendo? Bájame”
Y me bajó. Me dejó en un sofá con la cara mirando al techo.
“¿Qué, te has quedado a gusto?” Naturalmente no respondió a mi pregunta mental. “Bah, como si me oyeras”
Luego, para mi alivio, se limitó a curarme y a reírse a carcajadas.
“Si, si. Tú ríete, pero yo sigo aquí quietecito. ¿No podrías buscar a alguien que SÍ pudiera quitarme la parálisis?”
Lo cierto era que no tenía ni idea de si era posible o no hacerlo, pero tampoco es que tuviera nada mejor que hacer aparte de quejarme.
“En realidad si que tengo cosas mejores que hacer pero, sorpresa, no puedo hacer nada”
Unos segundos más tarde el día me demostró que podía mejorar más cuando apareció el siguiente en descubrir lo de mi parálisis, ni más ni menos que Tap. Solo faltaba Atol y ya tendría el lote completo.
“¿Me ha llamado capullo? Ah no, solo es su forma de expresar la pregunta”
Stefan le explicó la situación a Tap. Omitió que me había clavado la flecha en la mano, pero tampoco importaba mucho el cómo había pasado. Lo que sí hice fue alzar una ceja, o lo intenté, sin éxito, cuando mencionó que no podría quejarme por mucho que me golpearan.
“No os atreváis ni a pensarlo, os lo advierto. Si lo hacéis os juro que me aseguraré de que os dibujen una runa paralizante en el culo a los dos. No se cómo, pero ya se me ocurrirá una forma”
A partir de ahí, básicamente siguieron con su rutina. Comieron y luego Stefan fue a bañarse, mientras yo seguía ahí parado.
“No es que pueda remediarlo, pero empiezo a aburrirme”
Escuché lo que parecía ser algún tipo de melodía, que Tap había empezado a silbar. No la reconocí, aunque supongo que lo raro sería que lo hubiera hecho, y en cualquier caso era mejor que escuchar sus gritos, y hasta servía para no aburrirse. También escuché a alguien irse, pero no tenía forma de saber quién era y visto que Tap no había hecho nada por impedirlo supuse que sería alguien yendo a por las cestas.
Un rato después, no habría sabido decir cuanto, por fin pude volver a moverme.
Esperaba recuperar la movilidad de forma gradual, pero lo hice de golpe. Tan de golpe que pegué un bote en el sofá para ir a caerme al suelo.
-¡Ay! Mi culo-
Que importaba mi culo, podía moverme de nuevo. Me levanté y empecé a mover brazos y piernas, comprobando que todo funcionaba correctamente.
-Por fin, ya empezaba a temer que me quedaría a hacerle compañía a la estatua del patio-
“Oh genial, por fin me encuentra alguien”
Aunque mi alegría duro poco, porque quien me había encontrado no era otro que Stefan. Y si no recordaba mal la última vez que nos habíamos dirigido la palabra le había clavado un cristal en el brazo.
“Mierda. ¡Mierda mierda mierda! De todos los que podían encontrarme. ¿Cuanto duraba la parálisis? Porque ahora sería un buen momento para poder volver a moverme. ¡Socorro!”
El chico se me acercó, y me susurró al oído que él no podía ponerle fin a la parálisis.
“Por favor que no esté diciendo eso para insinuar que piensa aprovecharse de que no puedo moverme para vengarse o algo”
Lo que hizo después fue levantarme. De forma un tanto incómoda.
“¿Pero qué cojones? Nunca mejor dicho. ¡No! No debería bromear con eso. ¿Qué estás haciendo? Bájame”
Y me bajó. Me dejó en un sofá con la cara mirando al techo.
“¿Qué, te has quedado a gusto?” Naturalmente no respondió a mi pregunta mental. “Bah, como si me oyeras”
Luego, para mi alivio, se limitó a curarme y a reírse a carcajadas.
“Si, si. Tú ríete, pero yo sigo aquí quietecito. ¿No podrías buscar a alguien que SÍ pudiera quitarme la parálisis?”
Lo cierto era que no tenía ni idea de si era posible o no hacerlo, pero tampoco es que tuviera nada mejor que hacer aparte de quejarme.
“En realidad si que tengo cosas mejores que hacer pero, sorpresa, no puedo hacer nada”
Unos segundos más tarde el día me demostró que podía mejorar más cuando apareció el siguiente en descubrir lo de mi parálisis, ni más ni menos que Tap. Solo faltaba Atol y ya tendría el lote completo.
“¿Me ha llamado capullo? Ah no, solo es su forma de expresar la pregunta”
Stefan le explicó la situación a Tap. Omitió que me había clavado la flecha en la mano, pero tampoco importaba mucho el cómo había pasado. Lo que sí hice fue alzar una ceja, o lo intenté, sin éxito, cuando mencionó que no podría quejarme por mucho que me golpearan.
“No os atreváis ni a pensarlo, os lo advierto. Si lo hacéis os juro que me aseguraré de que os dibujen una runa paralizante en el culo a los dos. No se cómo, pero ya se me ocurrirá una forma”
A partir de ahí, básicamente siguieron con su rutina. Comieron y luego Stefan fue a bañarse, mientras yo seguía ahí parado.
“No es que pueda remediarlo, pero empiezo a aburrirme”
Escuché lo que parecía ser algún tipo de melodía, que Tap había empezado a silbar. No la reconocí, aunque supongo que lo raro sería que lo hubiera hecho, y en cualquier caso era mejor que escuchar sus gritos, y hasta servía para no aburrirse. También escuché a alguien irse, pero no tenía forma de saber quién era y visto que Tap no había hecho nada por impedirlo supuse que sería alguien yendo a por las cestas.
Un rato después, no habría sabido decir cuanto, por fin pude volver a moverme.
Esperaba recuperar la movilidad de forma gradual, pero lo hice de golpe. Tan de golpe que pegué un bote en el sofá para ir a caerme al suelo.
-¡Ay! Mi culo-
Que importaba mi culo, podía moverme de nuevo. Me levanté y empecé a mover brazos y piernas, comprobando que todo funcionaba correctamente.
-Por fin, ya empezaba a temer que me quedaría a hacerle compañía a la estatua del patio-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
13/04/13, 11:23 pm
Los días pasaron tranquilamente mientras la idea de acostumbrarse a la vida en el torreón sin Macak tardaba apenas un día en asentarse. La vida seguía y nosotros seguíamos, esto era lo importante. Ir a por comida, entrenar y mejorar en la magia con cuidado en esto y en las salidas.
Pero seguíamos sin saber mucho de la ciudad, de por qué estábamos aquí realmente y qué significaba esa "Luna Roja" que, al parecer, adoraban los nativos, así como las palabras de los muertos del cementerio... Muchos misterios sin resolver. Misterios como, por ejemplo, el del libro de Serok.
Aquél día me levanté justo con la salida del sol, totalmente descansado, como si de un resorte me tratase. Y como siempre, bajé a limpiar y a entrenar primero con Thras y luego con Serok (en la sala de entrenamiento), más en serio. Durante este último el ulterano recordó algo y se ausentó un rato, tiempo que aproveché para bajar a la cocina y preparar el desayuno. Claro, antes pasé por el baño para darme un rápido baño y adecentarme para la comida.
Pero lo que no esperaba era escuchar un sonoro golpe escaleras abajo. <<Qué demonios...>> Raudo me vestí y bajé, justo para ver a Stefan cargando a un Pablo rígido en una extraña postura.
-¿Pero qué...?-murmuré para mí, estupefacto, apoyado en la pared.
El terrícola descargó al otro en el sofá -sin verme- mientras se reía y habría ido a interesarme -y saludar- de no ser porque volví a escuchar a Serok, buscándome. Volví a subir al tiempo que una carcajada nacía en mi garganta pero callé cuando vi el libro del ulterano. <<El maldito libro de los acertijos...>> Pero Serok había encontrado un mapa en su interior y un punto en este por donde podríamos empezar.
-Buena idea. Claro que voy. Lo que sea para romper la rutina.-asentí sonriendo, deseoso de salir y hacer algo y, <<oye, si descubrimos algo, mejor>>-¿Desayunamos y salimos? Yo particularmente estoy hambriento.
Y de nuevo bajo a la cocina a prepararme algo, saludando al paralizado Pablo y a Tap, quien estaba más alegre de lo normal.
-Buenos días, lector, paralizado y Tap. Serok y yo iremos al Anfiteatro, no tardaremos mucho imagino.-les comento, aunque no sé si paralizado podrá escucharnos...-Pablo podría haberse quedado en una postura más amenazante, le rasgamos las ropas, le despeinamos y ponemos a modo de advertencia en el puente.-digo en voz alta, riendo mientras desayuno.-Y con materiales adecuados, podríamos maquillarlo incluso...-digo en un suspiro, recordando mi maquillaje que desapareció.-¿Alguna idea de tintes naturales, Tap?-le pregunto acercándome, acabado el desayuno.
Y de pronto, el paralizado da un bote al tiempo que exclama algo de su trasero y se la pega con el suelo.
-¿Tanto amas el suelo, chaval?-exclamo riendo.-La magia es peligrosa...-mascullo recordando eventos pasados, pero sacudo la cabeza y me alejo de estos.-¿Podías oír en ese estado?-curioseo.
Pero seguíamos sin saber mucho de la ciudad, de por qué estábamos aquí realmente y qué significaba esa "Luna Roja" que, al parecer, adoraban los nativos, así como las palabras de los muertos del cementerio... Muchos misterios sin resolver. Misterios como, por ejemplo, el del libro de Serok.
Aquél día me levanté justo con la salida del sol, totalmente descansado, como si de un resorte me tratase. Y como siempre, bajé a limpiar y a entrenar primero con Thras y luego con Serok (en la sala de entrenamiento), más en serio. Durante este último el ulterano recordó algo y se ausentó un rato, tiempo que aproveché para bajar a la cocina y preparar el desayuno. Claro, antes pasé por el baño para darme un rápido baño y adecentarme para la comida.
Pero lo que no esperaba era escuchar un sonoro golpe escaleras abajo. <<Qué demonios...>> Raudo me vestí y bajé, justo para ver a Stefan cargando a un Pablo rígido en una extraña postura.
-¿Pero qué...?-murmuré para mí, estupefacto, apoyado en la pared.
El terrícola descargó al otro en el sofá -sin verme- mientras se reía y habría ido a interesarme -y saludar- de no ser porque volví a escuchar a Serok, buscándome. Volví a subir al tiempo que una carcajada nacía en mi garganta pero callé cuando vi el libro del ulterano. <<El maldito libro de los acertijos...>> Pero Serok había encontrado un mapa en su interior y un punto en este por donde podríamos empezar.
-Buena idea. Claro que voy. Lo que sea para romper la rutina.-asentí sonriendo, deseoso de salir y hacer algo y, <<oye, si descubrimos algo, mejor>>-¿Desayunamos y salimos? Yo particularmente estoy hambriento.
Y de nuevo bajo a la cocina a prepararme algo, saludando al paralizado Pablo y a Tap, quien estaba más alegre de lo normal.
-Buenos días, lector, paralizado y Tap. Serok y yo iremos al Anfiteatro, no tardaremos mucho imagino.-les comento, aunque no sé si paralizado podrá escucharnos...-Pablo podría haberse quedado en una postura más amenazante, le rasgamos las ropas, le despeinamos y ponemos a modo de advertencia en el puente.-digo en voz alta, riendo mientras desayuno.-Y con materiales adecuados, podríamos maquillarlo incluso...-digo en un suspiro, recordando mi maquillaje que desapareció.-¿Alguna idea de tintes naturales, Tap?-le pregunto acercándome, acabado el desayuno.
Y de pronto, el paralizado da un bote al tiempo que exclama algo de su trasero y se la pega con el suelo.
-¿Tanto amas el suelo, chaval?-exclamo riendo.-La magia es peligrosa...-mascullo recordando eventos pasados, pero sacudo la cabeza y me alejo de estos.-¿Podías oír en ese estado?-curioseo.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 02:07 am
Cuando vio a Atol bajar, Tap dejó de hacer música casi de inmediato. Sin embargo, cuando vio que simplemente quería desayunar y que incluso que parecía de buen humor, recuperó el ritmo y volvió a hacerse oír incluso con más energía. Era raro que el buen humor fuera casi palpable y Tap no tenía intención de cargárselo ni discutiendo, ni asustándose de ningún gigante. No dejó la canción hasta que Metálico se acercó a él, para preguntarle por tinte.
-Pues... La verdad es que no tengo ni idea, Metálico-se encogió de hombros-. El libro no dice nada sobre tintes, pero supongo que podrías probar a machacar un puñado de hojas o hacer zumo con alguna de las frutas de las cestas y mezclarlo con tierra. También puedes echarte barro directamente en la cara, o cenizas como el Espárrago loco-en su tono se podía notar que sus dos últimos consejos no iban en serio, al menos no totalmente. Pero aún con todo, podrían servirle de alguna manera.
Justo en el momento en que acabó, Pablo se despertó de un salto y acabó en el suelo.
-Bienvenido de vuelta, mariposilla-soltó en tono socarrón antes de ponerse más serio-. Con lo torpe que eres, no sé como no extremas las precauciones cuando trabajas con cosas tan peligrosas. Algún día te encontraremos muerto de una manera tan grotesca que nadie nos creerá cuando lo contemos-era la forma de Tap de decirle que tuviera más cuidado. No era la mejor, pero eso se le escapaba al repoblador.
-Pues... La verdad es que no tengo ni idea, Metálico-se encogió de hombros-. El libro no dice nada sobre tintes, pero supongo que podrías probar a machacar un puñado de hojas o hacer zumo con alguna de las frutas de las cestas y mezclarlo con tierra. También puedes echarte barro directamente en la cara, o cenizas como el Espárrago loco-en su tono se podía notar que sus dos últimos consejos no iban en serio, al menos no totalmente. Pero aún con todo, podrían servirle de alguna manera.
Justo en el momento en que acabó, Pablo se despertó de un salto y acabó en el suelo.
-Bienvenido de vuelta, mariposilla-soltó en tono socarrón antes de ponerse más serio-. Con lo torpe que eres, no sé como no extremas las precauciones cuando trabajas con cosas tan peligrosas. Algún día te encontraremos muerto de una manera tan grotesca que nadie nos creerá cuando lo contemos-era la forma de Tap de decirle que tuviera más cuidado. No era la mejor, pero eso se le escapaba al repoblador.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 01:55 pm
-Vale. Brazos, piernas, dedos... todo parece haber vuelto a la normalidad-
Eso fue lo que dije tras terminar de comprobar que podía moverme con total normalidad.
-No, créeme, el suelo está bien donde debe estar, que es bajo mis pies. Y, sí, lo he oído todo. Por cierto pienso que la estatua del patio sería mucho más amenazante que tu idea-
También escuché el discurso de bienvenida de Tap, y las advertencias de los dos acerca de experimentar con magia.
-Eh, que yo no decidí caerme por las escaleras por gusto. Además ahora sé que la flecha hace exactamente lo que se supone que debe hacer, aunque habría preferido no comprobarlo en mis propias carnes. Encima la he malgastado inútilmente. Espero que Yrio siga dispuesto a hacer más-
Fue en ese momento cuando recordé lo que había dicho Atol sobre salir a un anfiteatro.
-Ah, se me olvidaba. A menos que no tengáis pegas me apunto a esa excursión al anfiteatro-
Como no hubo quejas bajé a la armería a por mis cosas. Antes de volver a subir cogí una de las plumas que Wintel me había regalado y se la até a la flecha con la runa. Así sabría cual era.
De nuevo arriba escuché el plan. Primero iríamos todos a por las cestas y luego los que quisieran seguirían hacia el anfiteatro mientras que el resto se volvería con ellas.
Aproveché el momento antes de salir para responder a Tap por lo de antes.
-No te preocupes, si soy tan torpe como dices también puedo serlo para morirme ¿no?-
Una vez arrancamos y salimos fuera recordé algo.
“Si nadie ha ido a por las cestas, ¿quién salió mientras estaba paralizado? ¿y para qué?” Se lo preguntaría a Tap a la vuelta. Ya que fuera quien fuera le había dejado salir imaginaba que no sería nada por lo que debiera preocuparme.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
Eso fue lo que dije tras terminar de comprobar que podía moverme con total normalidad.
-No, créeme, el suelo está bien donde debe estar, que es bajo mis pies. Y, sí, lo he oído todo. Por cierto pienso que la estatua del patio sería mucho más amenazante que tu idea-
También escuché el discurso de bienvenida de Tap, y las advertencias de los dos acerca de experimentar con magia.
-Eh, que yo no decidí caerme por las escaleras por gusto. Además ahora sé que la flecha hace exactamente lo que se supone que debe hacer, aunque habría preferido no comprobarlo en mis propias carnes. Encima la he malgastado inútilmente. Espero que Yrio siga dispuesto a hacer más-
Fue en ese momento cuando recordé lo que había dicho Atol sobre salir a un anfiteatro.
-Ah, se me olvidaba. A menos que no tengáis pegas me apunto a esa excursión al anfiteatro-
Como no hubo quejas bajé a la armería a por mis cosas. Antes de volver a subir cogí una de las plumas que Wintel me había regalado y se la até a la flecha con la runa. Así sabría cual era.
De nuevo arriba escuché el plan. Primero iríamos todos a por las cestas y luego los que quisieran seguirían hacia el anfiteatro mientras que el resto se volvería con ellas.
Aproveché el momento antes de salir para responder a Tap por lo de antes.
-No te preocupes, si soy tan torpe como dices también puedo serlo para morirme ¿no?-
Una vez arrancamos y salimos fuera recordé algo.
“Si nadie ha ido a por las cestas, ¿quién salió mientras estaba paralizado? ¿y para qué?” Se lo preguntaría a Tap a la vuelta. Ya que fuera quien fuera le había dejado salir imaginaba que no sería nada por lo que debiera preocuparme.
Sigue en la Avenida de las Casas Carnivoras.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 02:56 pm
El nuevo descubrimiento fue como un soplo de aire fresco para Yrio, algo en lo que ocupar la mente que no fuera la muerte de Macak, o la historia de Serok sobre los monstruos del cementerio. Dedicó la mayor parte del tiempo a entrenar en el ultimo piso, sin apenas hablar con nadie, como solía hacer. Envolvió las cuchillas de sus nuevas armas en tela, para evitar rebanarse la nariz mientras practicaba. Al principio eran difíciles de manejar, tan imprevisibles y temperamentales, pero se dio cuenta de que cuanto más relajado estaba, cuanto más fluidos eran sus movimientos más sencillo era controlar la trayectoria de las cuchillas. Yrio aprendió a bailar mientras entrenaba. En los descansos, sobretodo después de comer, estudiaba magia, y ayudaba a Pablo con las runas, pues Seon no estaba demasiado motivada para hacer magia. Yrio lo comprendía, pero esperaba que se recuperase, pues Seon era a la que mejor se le daba la magia, y no podían permitirse renunciar a su talento.
Tras una dura noche de práctica se acostó casi con la salida del sol. Se había acostumbrado a dormir poco, pero era un sueño profundo e intenso y muchas veces le valía como descanso, sin tener que recurir a la siesta de mediodía. Aquella mañana se despertó con murmullos, una voz conocida. Asomó la nariz entre las sábanas para ver movimiento en la cama de Alder y Seon, y oir a la peliverde felicitar a su aurva. El tono de Alder lo decía todo, y los labios de Yrio se curvaron en una sonrisa traviesa. Se emocionó ante la perspectiva de una buena vista, pero acabó en decepción, pues Seon tenía otros planes. << Fu...>> Se hizo el dormido cuando salieron de la habitación y refunfuñó un poco antes de quedarse dormido de nuevo. Por suerte el calentón no se había extendido como para que le resultase molesto.
Volvió a despertarle la voz de Alder un buen rato después, pero esta vez justo a su lado. Sonrió
-¿Entonces debería volver a hacerme el dormido?- aventuró. Se incorporó y trató de arreglarse un poco el pelo, en vano. Alder le puso algo debajo de la nariz, algo dulce. Ni siquiera quiso preguntarle que era, se lo quitó de las manos de un bocado- ¡Hmmmmmmm!- exclamó apretandose las mejillas y rodando sobre sí mismo- Por Seon!- dijo dándole un beso chocolateado en la mejilla- Oye Alder ¿de donde lo has sacado?
Pero no respondió, e Yrio se fingió enfurruñado mientras buscaba ropa que ponerse. Estaba sudando, pero no tenía ganas de bañarse, así que bajó al patio y se echó un cubo de agua por la cabeza y otro por los pies, cosa que solo sirvió para que se los llenase de barro. Tuvo que esperar para entrar de vuelta al torreón sin llenar el suelo. Se había levantado muy tarde, y todo el mundo estaba ya activo desde hacía unas horas. De hecho, algunos de sus compañeros planeaban salir.
-Esperadme- pidió subiendo a por sus armas y sus talismanes- Yo tambien voy.
Tras una dura noche de práctica se acostó casi con la salida del sol. Se había acostumbrado a dormir poco, pero era un sueño profundo e intenso y muchas veces le valía como descanso, sin tener que recurir a la siesta de mediodía. Aquella mañana se despertó con murmullos, una voz conocida. Asomó la nariz entre las sábanas para ver movimiento en la cama de Alder y Seon, y oir a la peliverde felicitar a su aurva. El tono de Alder lo decía todo, y los labios de Yrio se curvaron en una sonrisa traviesa. Se emocionó ante la perspectiva de una buena vista, pero acabó en decepción, pues Seon tenía otros planes. << Fu...>> Se hizo el dormido cuando salieron de la habitación y refunfuñó un poco antes de quedarse dormido de nuevo. Por suerte el calentón no se había extendido como para que le resultase molesto.
Volvió a despertarle la voz de Alder un buen rato después, pero esta vez justo a su lado. Sonrió
-¿Entonces debería volver a hacerme el dormido?- aventuró. Se incorporó y trató de arreglarse un poco el pelo, en vano. Alder le puso algo debajo de la nariz, algo dulce. Ni siquiera quiso preguntarle que era, se lo quitó de las manos de un bocado- ¡Hmmmmmmm!- exclamó apretandose las mejillas y rodando sobre sí mismo- Por Seon!- dijo dándole un beso chocolateado en la mejilla- Oye Alder ¿de donde lo has sacado?
Pero no respondió, e Yrio se fingió enfurruñado mientras buscaba ropa que ponerse. Estaba sudando, pero no tenía ganas de bañarse, así que bajó al patio y se echó un cubo de agua por la cabeza y otro por los pies, cosa que solo sirvió para que se los llenase de barro. Tuvo que esperar para entrar de vuelta al torreón sin llenar el suelo. Se había levantado muy tarde, y todo el mundo estaba ya activo desde hacía unas horas. De hecho, algunos de sus compañeros planeaban salir.
-Esperadme- pidió subiendo a por sus armas y sus talismanes- Yo tambien voy.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
14/04/13, 06:42 pm
Yrio se fue poco después y Seon aprovechó para preguntarle de nuevo por el origen de los dulces, cosa que Alder se había callado.
- Si quieres la verdad, estan hechos con la sangre y vísceras de un monstruo particularmente dulce al que nos cruzamos.- Seon se atragantó y la miró con los ojos como platos. - oh luz bendita, tan mal estamos que te ha sonado creible eso?
Recibió una colleja y mucha indignación, y Seon, una risilla culpable.
- Bueno, y ahora que ya no hay nadie durmiendo, y que la mitad se ha ido de excursion, podemos acostarnos ya, o quieres un retrato al oleo de como la luz me da en el...- Seon besaba muy suave siempre y Alder siempre contestaba con mucha pasión. Se besaron, retrocedieron hacia el colchón, se desvistieron con agilidad, y dejaron que las cosas fluyeran.
Para ella, lo mejor era cuando terminaban, y la respiracion de Seon se iba tranquilizando poco a poco, y tenía el pelo enredado y desordenado. Entonces las cosas iban mas lento, y ella dibujaba sobre su piel figuras, y Seon pegaba su cabeza a la suya, y juntas miraban el techo dejando pasar los segundos. No era igual que el sexo con otros, que solo era fisico. Seon tambien dejaba un bienestar por dentro, como si rellenase huecos.
- Creo que no me importaría llevarme a Shiz a la cama.
- Me gusta su piel.- dijo Seon en respuesta mientras hacia circulos sobre el pecho de la edeel.
- Los idrinos tienen mucho morbo.
- Y un contraste muy bonito.- dijo Seon con una sinceridad que la hizo reir.
- Has retomado muy fuerte lo de dibujar... Estuviste practicando algo mientras no estaba?
- Dibuje un par de cosas el día que Macack murió. Pero no, realmente he estado ocupando mi tiempo en otras cosas. Quiero enseñartelo, pero prefiero hacerlo cuando este terminado.
- Seon, si me quieres hacer un regalo solo tienes que anochecer a mi lado desnuda y dispuesta.
- No seas tonta. No es un regalo, pero sigue siendo una sorpresa. Algo en lo que estoy trabajando.
- De acuerdo. Sincronicemos horarios entonces, para pasar algun rato juntas mas tarde. ¿o te tomas el día libre?
- No sé...- Seon se quedó callada de nuevo y comenzó a dibujar figuras mas complejas y abstractas en la piel blanca de su pareja.- Vas a querer volver a Maciel, verdad?
- No es por Shiz. Es decir, sí, le daría un repaso, pero no es eso lo que me hace querer volver. Ir a Maciel fue una buena idea. Me siento bien alli. Estoy mas en mi salsa por asi decirlo.
-y K y tu debeis ser temibles juntas.
- Lo somos, lo somos. -hubo un silencio largo.- Es solo que me preocupa..
-Encontraremos la manera,- dijo alzandose un poco para besarla.
-Siempre puedes venir.- Seon se había levantado y se estaba vistiendo. Negó con la cabeza mientras se ponia unos pantalones. Alder se incorporó para buscar algo que ponerse. Tenía las trenzas totalmente deshechas. - espera, se me olvidaba!
Cogió las serpenteras, que estaban cerca de donde dormía, y se cortó el pelo sin mucho cuidado. Su cabello hasta la cintura quedó reducido a mas de la mitad, mas corto por detrás que por delante. Alder sujetó la mata de pelo recien cortado, y se lo tendió a una atonita Seon.
- Toma, una prenda de mi amor, para cuando no estemos juntas.
- Estas como una cabra. Por qué..?
- Ah, llevaba tiempo pensando en acortarmelo por comodidad. Tu llevalo junto a tu pecho. O, bueno, dada la longitud y cantidad, hazte un cinturon con él.- y se echó a reir. Y como era inevitable, Seon se rio tambien, pelo en mano.
Se despidieron después, cuando Seon se marchó a trabajar con los escudos, y practicar con ellos en secreto, y Alder se fue a hacer ejercicio físico al patio.
- Si quieres la verdad, estan hechos con la sangre y vísceras de un monstruo particularmente dulce al que nos cruzamos.- Seon se atragantó y la miró con los ojos como platos. - oh luz bendita, tan mal estamos que te ha sonado creible eso?
Recibió una colleja y mucha indignación, y Seon, una risilla culpable.
- Bueno, y ahora que ya no hay nadie durmiendo, y que la mitad se ha ido de excursion, podemos acostarnos ya, o quieres un retrato al oleo de como la luz me da en el...- Seon besaba muy suave siempre y Alder siempre contestaba con mucha pasión. Se besaron, retrocedieron hacia el colchón, se desvistieron con agilidad, y dejaron que las cosas fluyeran.
Para ella, lo mejor era cuando terminaban, y la respiracion de Seon se iba tranquilizando poco a poco, y tenía el pelo enredado y desordenado. Entonces las cosas iban mas lento, y ella dibujaba sobre su piel figuras, y Seon pegaba su cabeza a la suya, y juntas miraban el techo dejando pasar los segundos. No era igual que el sexo con otros, que solo era fisico. Seon tambien dejaba un bienestar por dentro, como si rellenase huecos.
- Creo que no me importaría llevarme a Shiz a la cama.
- Me gusta su piel.- dijo Seon en respuesta mientras hacia circulos sobre el pecho de la edeel.
- Los idrinos tienen mucho morbo.
- Y un contraste muy bonito.- dijo Seon con una sinceridad que la hizo reir.
- Has retomado muy fuerte lo de dibujar... Estuviste practicando algo mientras no estaba?
- Dibuje un par de cosas el día que Macack murió. Pero no, realmente he estado ocupando mi tiempo en otras cosas. Quiero enseñartelo, pero prefiero hacerlo cuando este terminado.
- Seon, si me quieres hacer un regalo solo tienes que anochecer a mi lado desnuda y dispuesta.
- No seas tonta. No es un regalo, pero sigue siendo una sorpresa. Algo en lo que estoy trabajando.
- De acuerdo. Sincronicemos horarios entonces, para pasar algun rato juntas mas tarde. ¿o te tomas el día libre?
- No sé...- Seon se quedó callada de nuevo y comenzó a dibujar figuras mas complejas y abstractas en la piel blanca de su pareja.- Vas a querer volver a Maciel, verdad?
- No es por Shiz. Es decir, sí, le daría un repaso, pero no es eso lo que me hace querer volver. Ir a Maciel fue una buena idea. Me siento bien alli. Estoy mas en mi salsa por asi decirlo.
-y K y tu debeis ser temibles juntas.
- Lo somos, lo somos. -hubo un silencio largo.- Es solo que me preocupa..
-Encontraremos la manera,- dijo alzandose un poco para besarla.
-Siempre puedes venir.- Seon se había levantado y se estaba vistiendo. Negó con la cabeza mientras se ponia unos pantalones. Alder se incorporó para buscar algo que ponerse. Tenía las trenzas totalmente deshechas. - espera, se me olvidaba!
Cogió las serpenteras, que estaban cerca de donde dormía, y se cortó el pelo sin mucho cuidado. Su cabello hasta la cintura quedó reducido a mas de la mitad, mas corto por detrás que por delante. Alder sujetó la mata de pelo recien cortado, y se lo tendió a una atonita Seon.
- Toma, una prenda de mi amor, para cuando no estemos juntas.
- Estas como una cabra. Por qué..?
- Ah, llevaba tiempo pensando en acortarmelo por comodidad. Tu llevalo junto a tu pecho. O, bueno, dada la longitud y cantidad, hazte un cinturon con él.- y se echó a reir. Y como era inevitable, Seon se rio tambien, pelo en mano.
Se despidieron después, cuando Seon se marchó a trabajar con los escudos, y practicar con ellos en secreto, y Alder se fue a hacer ejercicio físico al patio.
-
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
29/04/13, 01:58 pm
Llegamos al torreón sin sufrir incidentes, salvo por pequeños detalles como no tener comida, estar a punto de ser devorados por un puñado de hienas y, posteriormente, dos lobos de arena. Al parecer hoy toda la ciudad estaba en ayunas.
“Que se aguanten. Si yo no como pues ellos tampoco, y menos a mí”
Una vez en el torreón salí directamente al patio. Aunque había logrado salir ileso de los dos encuentros había fallado la mitad de los tiros. Tenía que corregir eso, así que practicaría mas horas a partir de hoy. También tendría que pensar en buscar nuevas runas para las flechas
”Hoy no han resultado muy útiles. Miraré en el libro de runas luego”
En el patio me encontré con Alder, así que la saludé mientras colocaba la diana en su sitio.
-Hola, ya hemos vuelto. Hemos finalizado nuestra importante expedición en busca de comida y conocimientos sobre la ciudad. Y volvemos con la cantidad de... ¡Nada!. Ni comida ni información. Solo unas cuantas heridas fruto de hienas y lobos de Arena que SÍ encontraron comida, aunque murieron antes de poder comérsela, algo es algo.
Ah encima tuvimos público, aunque en vez de gritarnos como suele hacer el público querían que gritáramos nosotros, mira que son vagos. Para más información pregunta a Atol o a cualquiera del grupo dispuesto a contártelo. Yo me voy a callar antes de que diga algo de lo que me arrepienta, que hoy estoy algo inestable, mentalmente hablando-
Con la conversación improvisada que había empezado y acabado había vuelto a repasar lo que había pasado en la avenida, y poco a poco fui viendo detalles que antes había pasado por alto.
Al principio, y partiendo de que lo que nos habían dicho acerca de que no podían ayudarnos ni perjudicarnos fuera cierto, había pensado que no tenía ningún sentido que habláramos con ellos o que hablaran con nosotros. Nadie gana nada de un encuentro en el que no puedes salir ni mejor ni peor. El caso es que entonces tampoco tiene sentido que ellos nos hablaran, a menos que...
Me paré en seco al darme cuenta. El interés con el que nos observaban, las ganas del alado por que gritáramos. En realidad era muy sencillo, estaban allí por diversión. Les estábamos dando un espectáculo gratuito y habían venido a disfrutarlo.
Podía ser incluso peor. El libro que teníamos demostraba que no todos respetaban esa ley de no intervención.
¿Y si además estaban evaluándonos, identificando que presas son las mejores?
Decidí que luego lo hablaría con Atol. El libense y yo podíamos llevarnos mejor, pero al menos en esto compartimos la misma opinión.
Una vez tuve todo preparado y colocado me coloqué en posición y solté a primera flecha, que se clavó justo en el centro de la diana. Alcé una ceja.
-Claro, ahora sí ¿no? Ahora acierto perfectamente pero cuando me hace falta fallo la mitad? ¡Venga ya!-
Solté otra flecha, esta se clavó en el borde, y apunto estuvo de pasar de largo la diana.
-¿Ves? Eso ya es más realista- Terminé de hablar solo y seguí soltando flechas.
“Que se aguanten. Si yo no como pues ellos tampoco, y menos a mí”
Una vez en el torreón salí directamente al patio. Aunque había logrado salir ileso de los dos encuentros había fallado la mitad de los tiros. Tenía que corregir eso, así que practicaría mas horas a partir de hoy. También tendría que pensar en buscar nuevas runas para las flechas
”Hoy no han resultado muy útiles. Miraré en el libro de runas luego”
En el patio me encontré con Alder, así que la saludé mientras colocaba la diana en su sitio.
-Hola, ya hemos vuelto. Hemos finalizado nuestra importante expedición en busca de comida y conocimientos sobre la ciudad. Y volvemos con la cantidad de... ¡Nada!. Ni comida ni información. Solo unas cuantas heridas fruto de hienas y lobos de Arena que SÍ encontraron comida, aunque murieron antes de poder comérsela, algo es algo.
Ah encima tuvimos público, aunque en vez de gritarnos como suele hacer el público querían que gritáramos nosotros, mira que son vagos. Para más información pregunta a Atol o a cualquiera del grupo dispuesto a contártelo. Yo me voy a callar antes de que diga algo de lo que me arrepienta, que hoy estoy algo inestable, mentalmente hablando-
Con la conversación improvisada que había empezado y acabado había vuelto a repasar lo que había pasado en la avenida, y poco a poco fui viendo detalles que antes había pasado por alto.
Al principio, y partiendo de que lo que nos habían dicho acerca de que no podían ayudarnos ni perjudicarnos fuera cierto, había pensado que no tenía ningún sentido que habláramos con ellos o que hablaran con nosotros. Nadie gana nada de un encuentro en el que no puedes salir ni mejor ni peor. El caso es que entonces tampoco tiene sentido que ellos nos hablaran, a menos que...
Me paré en seco al darme cuenta. El interés con el que nos observaban, las ganas del alado por que gritáramos. En realidad era muy sencillo, estaban allí por diversión. Les estábamos dando un espectáculo gratuito y habían venido a disfrutarlo.
Podía ser incluso peor. El libro que teníamos demostraba que no todos respetaban esa ley de no intervención.
¿Y si además estaban evaluándonos, identificando que presas son las mejores?
Decidí que luego lo hablaría con Atol. El libense y yo podíamos llevarnos mejor, pero al menos en esto compartimos la misma opinión.
Una vez tuve todo preparado y colocado me coloqué en posición y solté a primera flecha, que se clavó justo en el centro de la diana. Alcé una ceja.
-Claro, ahora sí ¿no? Ahora acierto perfectamente pero cuando me hace falta fallo la mitad? ¡Venga ya!-
Solté otra flecha, esta se clavó en el borde, y apunto estuvo de pasar de largo la diana.
-¿Ves? Eso ya es más realista- Terminé de hablar solo y seguí soltando flechas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
30/04/13, 09:36 am
Al fin el torreón se hizo visible y relajé el paso, aún crispado por lo que había sucedido. Me había amparado en las pocas leyes de la ciudad con respecto a nosotros y había dicho lo que quería a esa criatura, pero sabía de buena mano que no todos los habitantes serían pacíficos para con nosotros: el propietario del libro, por ejemplo. Teníamos que hablar entre todos sobre este sin dilación.
Una vez en el interior, ayudé a Serok con el puente levadizo y después fui a refrescarme al patio, excusándome con los demás y sus preguntas. Pablo, mientras, se encargó de resumirles qué había pasado. Luego volví al salón pero mi Señora Alder reclamó mi atención y con sumo gusto y mosqueo describí al extraño grupo que nos habló en la avenida, pero poniendo énfasis en la chica ulterana y la mujer alada de piel negra.
-Y son poderosos. El humano destrozó a uno de los lobos sin mucha parafernalia mágica y se podía transformar en humo. Decían ser monstruos, también. Se burlaban de nosotros, incluso. Y no pueden ayudarnos ni respondernos preguntas ni nada, hasta que no pase algo es como si viviésemos en dos ciudades diferentes.-mascullé al final.-Todo bien por aquí, menos mal...
Después esperé un rato a que el grupo de excursión se asesase y cuando lo consideré oportuno, fui una por una llamándoles al salón, reservando los asientos a las chicas y a Yrio quien tenía mal aspecto. Luego dejé sobre la mesa el libro cerrado y tapado con un mantel deshilachado. Les conté lo que habíamos descubierto de este y Pablo aprovechó para añadir una idea peligrosa.
-De eso quería hablar. Este libro lo tiene todo para colarse en el torreón y matarnos. Cazarnos, como dice. Debemos poner turnos de guardia, buscar alguna forma mágica de proteger el torreón y a nosotros mismos, mejorar los entrenamientos y nuestro equipo. Si unas hienas casi han podido con nosotros, alguien que se dedica a observarnos será aún más letal.-gruño seriamente, de pie y mirando de vez en cuando por las troneras.
Vuelvo a la mesa con nuestro libro de hechizos y lo dejo al lado del cubierto, luego me siento en uno de los brazos del sofá.
-Si lo he tapado con un mantel es porque no sabemos nada de su funcionamiento, claramente mágico. Es decir, ¿y si necesitase estar en un sitio para grabar los datos necesarios para una caza exitosa? Lo sabe todo prácticamente y no ha estado nadie con nosotros en este tiempo, que sepamos. Yo, ante la duda, lo destruiría. Pero insisto en lo de reforzar el refugio y mejorar como grupo de excursión.-finalizo, para luego levantarme e ir hacia la cocina.-¿Qué pensáis? También hay que investigar lo de las cestas, cosa que también tiene cierta prioridad... Volver de semejante excursión y que no haya con qué reponer fuerzas no es sano...-y entonces vuelvo al salón.-Señora Erin... La próxima vez que vaya a salir sola avísenos y así estaremos prevenidos cuando encontremos su cadáver, si es que lo hayamos.-añado, mosqueado.-¿Qué manía tenéis con salir solos? No lo comprendo, si queréis suicidaros el torreón tiene la altura ideal, incluso tenemos un foso.-y vuelvo a sentarme, esta vez de mala gana.
Una vez en el interior, ayudé a Serok con el puente levadizo y después fui a refrescarme al patio, excusándome con los demás y sus preguntas. Pablo, mientras, se encargó de resumirles qué había pasado. Luego volví al salón pero mi Señora Alder reclamó mi atención y con sumo gusto y mosqueo describí al extraño grupo que nos habló en la avenida, pero poniendo énfasis en la chica ulterana y la mujer alada de piel negra.
-Y son poderosos. El humano destrozó a uno de los lobos sin mucha parafernalia mágica y se podía transformar en humo. Decían ser monstruos, también. Se burlaban de nosotros, incluso. Y no pueden ayudarnos ni respondernos preguntas ni nada, hasta que no pase algo es como si viviésemos en dos ciudades diferentes.-mascullé al final.-Todo bien por aquí, menos mal...
Después esperé un rato a que el grupo de excursión se asesase y cuando lo consideré oportuno, fui una por una llamándoles al salón, reservando los asientos a las chicas y a Yrio quien tenía mal aspecto. Luego dejé sobre la mesa el libro cerrado y tapado con un mantel deshilachado. Les conté lo que habíamos descubierto de este y Pablo aprovechó para añadir una idea peligrosa.
-De eso quería hablar. Este libro lo tiene todo para colarse en el torreón y matarnos. Cazarnos, como dice. Debemos poner turnos de guardia, buscar alguna forma mágica de proteger el torreón y a nosotros mismos, mejorar los entrenamientos y nuestro equipo. Si unas hienas casi han podido con nosotros, alguien que se dedica a observarnos será aún más letal.-gruño seriamente, de pie y mirando de vez en cuando por las troneras.
Vuelvo a la mesa con nuestro libro de hechizos y lo dejo al lado del cubierto, luego me siento en uno de los brazos del sofá.
-Si lo he tapado con un mantel es porque no sabemos nada de su funcionamiento, claramente mágico. Es decir, ¿y si necesitase estar en un sitio para grabar los datos necesarios para una caza exitosa? Lo sabe todo prácticamente y no ha estado nadie con nosotros en este tiempo, que sepamos. Yo, ante la duda, lo destruiría. Pero insisto en lo de reforzar el refugio y mejorar como grupo de excursión.-finalizo, para luego levantarme e ir hacia la cocina.-¿Qué pensáis? También hay que investigar lo de las cestas, cosa que también tiene cierta prioridad... Volver de semejante excursión y que no haya con qué reponer fuerzas no es sano...-y entonces vuelvo al salón.-Señora Erin... La próxima vez que vaya a salir sola avísenos y así estaremos prevenidos cuando encontremos su cadáver, si es que lo hayamos.-añado, mosqueado.-¿Qué manía tenéis con salir solos? No lo comprendo, si queréis suicidaros el torreón tiene la altura ideal, incluso tenemos un foso.-y vuelvo a sentarme, esta vez de mala gana.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.