Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- Reisha
Ficha de cosechado
Nombre: Charlotte V. Daniels
Especie: Humana
Habilidades: Memoria, agilidad mental, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/09/12, 05:42 pm
Charlotte se sintió sorprendida al ver al peculiar chico que abrió la puerta. Simtió la necesidad de echar a correr, pero sabía que eso significaría la muerte segura. Aunque tuviera que quedarse en ese lugar con personas que seguramente fueran como Él. Nunca había visto a alguien así, su maquillaje y vestimenta la sorprendieron, pero sin llegar a escandalizarla, había visto cosas mucho peores. Aún así ésto hizo que tardase en contestar, cuando se dio cuenta de que estaba muda, contestó tímidamente:
-Yo...yo...- dijo entrecortadamente mientras se pasaba una mano por su cintura dolorida mientras con la otra se agarraba el hobro contrario-no lo se muy bien. Me desperté en un sitio muy oscuro y raro... y después pasé por una calle donde vi... cosas familiares y...- estaba aterrada, y no controlaba sus palabras demasiado bien, además el hambre y el cansancio empezaban a hacer mella, así que rompió a llorar- Por favor, déjame pasar-sollozó- no me hagáis nada, yo nunca haría daño a nadie.
Como el chico se apartó, entró apresuradamente, pero se quedó parada al no saber que hacer, era simplemente demasiado para élla.
-Yo...yo...- dijo entrecortadamente mientras se pasaba una mano por su cintura dolorida mientras con la otra se agarraba el hobro contrario-no lo se muy bien. Me desperté en un sitio muy oscuro y raro... y después pasé por una calle donde vi... cosas familiares y...- estaba aterrada, y no controlaba sus palabras demasiado bien, además el hambre y el cansancio empezaban a hacer mella, así que rompió a llorar- Por favor, déjame pasar-sollozó- no me hagáis nada, yo nunca haría daño a nadie.
Como el chico se apartó, entró apresuradamente, pero se quedó parada al no saber que hacer, era simplemente demasiado para élla.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/09/12, 10:04 pm
Me sentí aliviado cuando vi que el repoblador se levantaba, aparentemente ileso. Sin embargo eso no cambiaba lo que había pasado. No podía seguir con las armas que llevaba ahora. No si cada vez que tenía que usarlas me entraba el pánico. -Voy abajo. Avisadme si me necesitáis para algo-
Bajé las escaleras y me adentré en la armería. Una vez dentro saqué la daga que me quedaba del cinto. "Esto no funciona. ¿De que me sirve llevar armas si me entra pánico al usarlas?" Dejé la daga en el estante donde la había encontrado y examiné los estantes en busca de algo para sustituirla. Descarté las mazas y los espadones al instante, no tendría fuerzas para usarlos. Las espadas cortas eran una opción, pero para poder utilizarlas como era debido hacía falta habilidad y técnica, y tampoco las tenía.
Mi mirada se fijó en una lanza. Tampoco sabía usarla, pero no parecía tan difícil de manejar como el resto "Tal vez Atol o Serokrai puedan enseñarme"
Cogí la lanza del estante y la examiné. El asta era de madera, y en una de las extremidades tenía una hoja corta de doble filo acabada en punta, algo sucia, pero no parecía desgastada. La sostuve un rato calibrando su peso. Pesaba poco más que un bastón de madera "Debería ser capaz de manejarla, aunque necesitaré practicar mucho"
Volví a dejar la lanza en el estante. No tenía sentido llevarla ahora. Y me dirigí hacia la salida para volver arriba cuando un baúl llamó mi atención. No parecía que nadie lo hubiera tocado en mucho tiempo. Movido por la curiosidad me acerqué y lo abrí. Estaba lleno de cristales. "Que raro. ¿Que hace esto en una armería?" Cogí unos cuantos examinándolos, pero no conseguí encontrarles ninguna utilidad. Me guardé un par para enseñarselos luego a los demás y subí de vuelta al salón.
-Oid, he encontrado algo curioso en la armería- Me callo al ver que hay una chica a la que no conozco, y que parecía estar herida. -¿Quien es?-
Bajé las escaleras y me adentré en la armería. Una vez dentro saqué la daga que me quedaba del cinto. "Esto no funciona. ¿De que me sirve llevar armas si me entra pánico al usarlas?" Dejé la daga en el estante donde la había encontrado y examiné los estantes en busca de algo para sustituirla. Descarté las mazas y los espadones al instante, no tendría fuerzas para usarlos. Las espadas cortas eran una opción, pero para poder utilizarlas como era debido hacía falta habilidad y técnica, y tampoco las tenía.
Mi mirada se fijó en una lanza. Tampoco sabía usarla, pero no parecía tan difícil de manejar como el resto "Tal vez Atol o Serokrai puedan enseñarme"
Cogí la lanza del estante y la examiné. El asta era de madera, y en una de las extremidades tenía una hoja corta de doble filo acabada en punta, algo sucia, pero no parecía desgastada. La sostuve un rato calibrando su peso. Pesaba poco más que un bastón de madera "Debería ser capaz de manejarla, aunque necesitaré practicar mucho"
Volví a dejar la lanza en el estante. No tenía sentido llevarla ahora. Y me dirigí hacia la salida para volver arriba cuando un baúl llamó mi atención. No parecía que nadie lo hubiera tocado en mucho tiempo. Movido por la curiosidad me acerqué y lo abrí. Estaba lleno de cristales. "Que raro. ¿Que hace esto en una armería?" Cogí unos cuantos examinándolos, pero no conseguí encontrarles ninguna utilidad. Me guardé un par para enseñarselos luego a los demás y subí de vuelta al salón.
-Oid, he encontrado algo curioso en la armería- Me callo al ver que hay una chica a la que no conozco, y que parecía estar herida. -¿Quien es?-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 01:13 am
Yrio le agradeció al bichito que se hubiera ofrecido a quitarle las espinas. Le había hecho gracia su reacción frente a la mención del fuego, era curioso como no se había dado cuenta de que habían cocinado con fuego desde que llegaron.
-El fuego se controla, tenemos un pozo justo al lado, y si la hoguera es pequeña no es peligrosa- explicó, tratando de tranquilizarle. Debía tener algun tipo de trauma con el fuego para que le diese tanto miedo, aunque viendo su interés por las plantas puede que hasta tuviera sentido...- Y pechote es... algo que tienen las hembras de los mamíferos. Es que tu nombre se parecía mucho a uno.
Serokrai sacó el cadáver del bicho al patio a regañadientes, envolviéndolo en una sábana para que fuera mas facil y que no se llenase el suelo de sangre. Fue justo a tiempo pues llamaron a la puerta, y Atol dejó entrar a una niña. Era muy guapa, más o menos de su edad, pero estaba hecha un verdadero asco, toda sucia y llena de magulladuras y con la ropa desgarrada. Yrio se levantó con impaciencia sin dar tiempo casi a que le vendasen las manos, y fue a por una manta para cubrir a la chica con ella, que debía estar helada.
-No vamos a hacerte daño, estamos todos igual que tú- le dijo. No la había visto en las mazmorras ni en la fuente. Ni siquiera sabía de qué mundo era- ¿De dónde eres? Puedes... comer algo si quieres... o tomar un baño, pero el agua está muy fría...
Se alejó un poco viendo como la chica parecía aterrada, y regresó a su sitio junto a Seon y Pechote (Tap no le gustaba, iba a llamarle así de ahora en adelante) Intercambió con la peliazul una mirada de preocupación.
-El fuego se controla, tenemos un pozo justo al lado, y si la hoguera es pequeña no es peligrosa- explicó, tratando de tranquilizarle. Debía tener algun tipo de trauma con el fuego para que le diese tanto miedo, aunque viendo su interés por las plantas puede que hasta tuviera sentido...- Y pechote es... algo que tienen las hembras de los mamíferos. Es que tu nombre se parecía mucho a uno.
Serokrai sacó el cadáver del bicho al patio a regañadientes, envolviéndolo en una sábana para que fuera mas facil y que no se llenase el suelo de sangre. Fue justo a tiempo pues llamaron a la puerta, y Atol dejó entrar a una niña. Era muy guapa, más o menos de su edad, pero estaba hecha un verdadero asco, toda sucia y llena de magulladuras y con la ropa desgarrada. Yrio se levantó con impaciencia sin dar tiempo casi a que le vendasen las manos, y fue a por una manta para cubrir a la chica con ella, que debía estar helada.
-No vamos a hacerte daño, estamos todos igual que tú- le dijo. No la había visto en las mazmorras ni en la fuente. Ni siquiera sabía de qué mundo era- ¿De dónde eres? Puedes... comer algo si quieres... o tomar un baño, pero el agua está muy fría...
Se alejó un poco viendo como la chica parecía aterrada, y regresó a su sitio junto a Seon y Pechote (Tap no le gustaba, iba a llamarle así de ahora en adelante) Intercambió con la peliazul una mirada de preocupación.
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 03:04 am
Escucho el discurso que me da Atol y aguardo unos instantes antes de responderle. No tengo intención de ser borde, pero la indignación bulle en mi interior.
- Disculpa Atol, es cierto, llevo menos tiempo que vosotros en este torreón. Aproximadamente unas ocho horas menos. Ocho horas en las que sobreviví al ataque de una casa carnívora y encontré la biblioteca, a la cual no habríais llegado tan fácilmente sin mi guía. Y precisamente en esa biblioteca en la que si yo no hubiera estado y no hubieran sido los chicos del otro torreón los que se hubieran aventurado en su interior, habrías encontrado los cuerpos sin vida de Pablo, Erin y el hombrecillo, que no hubieran sido capaces de defenderse mientras que tu te perdías entre los libros.- Hice una pausa durante la cual clave en el una fría mirada.- Es cierto que yo me he distraído en esta ocasión y no he llegado a tiempo de acabar con esta amenaza, lo reconozco, pero tu no eres quien para echarme nada en cara, puesto que has llegado al tiempo que yo. Y si estoy tratando de organizar un poco la protección de este torreón es porque en Ulterania era caporal de mi manipula, a punto de ser promovido para sargento, y bajo mis ordenes pocos hombres han caído. Tengo la intención de sobrevivir a los retos que nos aguardan, y que vosotros sobreviváis conmigo. Y no voy a aceptar que se ignoren mis consejos simplemente porque hieran el ego de alguien.
Sin añadir ni una palabra más, me ocupé de envolver el cadáver del lagarto en una sábana. Mientras tanto, el repoblador saco las astillas de las manos del joven nocturno. Me aproxime hacia ellos, levantando el cadáver con una mano sin esfuerzo.
- Bien hecho Yrio. Tu valentía a salvado la vida del repoblador.- Le sonrío mientras le doy una palmada amistosa en la espalda.- Luego tengo que hablar contigo, pero antes te toca a ti, hombrecillo.- Digo mientras cojo al repoblador y lo coloco sobre la palma de mi mano.
Luego salimos al patio. Dejo el cadáver al lado del huerto y levanto la mano para dejar al hombrecillo a la altura de mis ojos.
- Muy bien hombrecillo, cuéntame todo lo que puedes acerca del veneno. ¿Que efectos tienes? ¿Eres capaz de fabricar más con los materiales que tenemos aquí?- Sus respuestas podrían facilitarnos mucho la labor de sobrevivir.- Si untáramos nuestras armas con veneno, todo sería más sencillo, sobretodo para aquellos que no tienen habilidades de combate, que tendrían muchas mas posibilidades de salir bien librados de sus batallas.
- Disculpa Atol, es cierto, llevo menos tiempo que vosotros en este torreón. Aproximadamente unas ocho horas menos. Ocho horas en las que sobreviví al ataque de una casa carnívora y encontré la biblioteca, a la cual no habríais llegado tan fácilmente sin mi guía. Y precisamente en esa biblioteca en la que si yo no hubiera estado y no hubieran sido los chicos del otro torreón los que se hubieran aventurado en su interior, habrías encontrado los cuerpos sin vida de Pablo, Erin y el hombrecillo, que no hubieran sido capaces de defenderse mientras que tu te perdías entre los libros.- Hice una pausa durante la cual clave en el una fría mirada.- Es cierto que yo me he distraído en esta ocasión y no he llegado a tiempo de acabar con esta amenaza, lo reconozco, pero tu no eres quien para echarme nada en cara, puesto que has llegado al tiempo que yo. Y si estoy tratando de organizar un poco la protección de este torreón es porque en Ulterania era caporal de mi manipula, a punto de ser promovido para sargento, y bajo mis ordenes pocos hombres han caído. Tengo la intención de sobrevivir a los retos que nos aguardan, y que vosotros sobreviváis conmigo. Y no voy a aceptar que se ignoren mis consejos simplemente porque hieran el ego de alguien.
Sin añadir ni una palabra más, me ocupé de envolver el cadáver del lagarto en una sábana. Mientras tanto, el repoblador saco las astillas de las manos del joven nocturno. Me aproxime hacia ellos, levantando el cadáver con una mano sin esfuerzo.
- Bien hecho Yrio. Tu valentía a salvado la vida del repoblador.- Le sonrío mientras le doy una palmada amistosa en la espalda.- Luego tengo que hablar contigo, pero antes te toca a ti, hombrecillo.- Digo mientras cojo al repoblador y lo coloco sobre la palma de mi mano.
Luego salimos al patio. Dejo el cadáver al lado del huerto y levanto la mano para dejar al hombrecillo a la altura de mis ojos.
- Muy bien hombrecillo, cuéntame todo lo que puedes acerca del veneno. ¿Que efectos tienes? ¿Eres capaz de fabricar más con los materiales que tenemos aquí?- Sus respuestas podrían facilitarnos mucho la labor de sobrevivir.- Si untáramos nuestras armas con veneno, todo sería más sencillo, sobretodo para aquellos que no tienen habilidades de combate, que tendrían muchas mas posibilidades de salir bien librados de sus batallas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 03:44 am
La mano del gigante blanco lo agarró sin avisar, como empezaba a ser costumbre entre estos gigantes tan poco civilizados, y lo arrastró con él hacia el huerto. La avispa voló tras ambos manteniendo la distancia con el hombretón y se posó sobre la estatua, aguardando alguna orden del repoblador.
Tap lanzó una primera mirada asesina al gigante y luego suavizó el gesto, dejándose transportar a regañadientes. Le había mosqueado un poco ese comentario hacia Yrio. << Me he salvado yo SOLO >> refunfuñó un par de insultos en voz baja, para evitar que le oyera. << A saber qué habría pasado sin mis venenos>>. Pero como solía pasar, a los seres grandes les costaba observar a los pequeños. Negó con la cabeza y se mordió la lengua, casi envenenánose con las maldiciones que se estaba callando.
El gigante elevó su mano, colocándola a la altura de su cara, y le preguntó acerca de sus venenos. Justo lo último que esperaba. << Vale, Tap, no te ha ignorado tanto >> rectificó mentalmente. Luego sonrió contento de poder enseñarle algo a esta panda de pacíficos.
-Este paraliza y este adormila-dijo señalando sus dos bolsitas con veneno-. Es potente, al menos en la mayoría de animales del bosque. Lo elaboramos machacando plantas que no se encuentran por aquí. El libro que traje enseña recetas para otros que jamás había usado, pero aquí solo tenemos plantas de especias...-agachó la cabeza y dio un pisotón de impotencia, olvidándose por un instante de que estaba sobre el Blanco-. Deberíamos buscar nuevas semillas, hacen falta-dijo en tono serio. Luego cambió de nuevo a los venenos-. De todas formas, estos no os valen para vuestras armas. Sería un malgasto de veneno. Poco es más a veces y mucho es caro.
El pensamiento de las armas ponzoñosas le hizo llevarse las manos al cinto y descubrió alarmado que había perdido los cristales. << MIERDA >>. Supuso inmediatamente que se habrían quedado enganchadas entre las escamas del lagarto, que después había sido espachurrado y espachurrado y vuelto a espachurrar por una silla. << Abono nuevo, arma nueva >> se autoconsoló.
-¿Me llevas al sitio con armas después de enterrar el muerto?-le pidió.
Tap lanzó una primera mirada asesina al gigante y luego suavizó el gesto, dejándose transportar a regañadientes. Le había mosqueado un poco ese comentario hacia Yrio. << Me he salvado yo SOLO >> refunfuñó un par de insultos en voz baja, para evitar que le oyera. << A saber qué habría pasado sin mis venenos>>. Pero como solía pasar, a los seres grandes les costaba observar a los pequeños. Negó con la cabeza y se mordió la lengua, casi envenenánose con las maldiciones que se estaba callando.
El gigante elevó su mano, colocándola a la altura de su cara, y le preguntó acerca de sus venenos. Justo lo último que esperaba. << Vale, Tap, no te ha ignorado tanto >> rectificó mentalmente. Luego sonrió contento de poder enseñarle algo a esta panda de pacíficos.
-Este paraliza y este adormila-dijo señalando sus dos bolsitas con veneno-. Es potente, al menos en la mayoría de animales del bosque. Lo elaboramos machacando plantas que no se encuentran por aquí. El libro que traje enseña recetas para otros que jamás había usado, pero aquí solo tenemos plantas de especias...-agachó la cabeza y dio un pisotón de impotencia, olvidándose por un instante de que estaba sobre el Blanco-. Deberíamos buscar nuevas semillas, hacen falta-dijo en tono serio. Luego cambió de nuevo a los venenos-. De todas formas, estos no os valen para vuestras armas. Sería un malgasto de veneno. Poco es más a veces y mucho es caro.
El pensamiento de las armas ponzoñosas le hizo llevarse las manos al cinto y descubrió alarmado que había perdido los cristales. << MIERDA >>. Supuso inmediatamente que se habrían quedado enganchadas entre las escamas del lagarto, que después había sido espachurrado y espachurrado y vuelto a espachurrar por una silla. << Abono nuevo, arma nueva >> se autoconsoló.
-¿Me llevas al sitio con armas después de enterrar el muerto?-le pidió.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 04:50 pm
Alder
La chica recién llegada se parecía mucho a Seon aquel día, la expresión temblorosa, la cara dulce. Rompió a llorar y Alder se quedó quieta mirandola de manera extraña. Agradeció que Yrio fuera a taparla y consolarla porque ella no quería meter la pata esta vez. Seon tampoco añadió mucho más, aparentemente complacida con Yrio, al que besó en la mejilla al regresar, y que también debía pensar, que en esas situaciones era mejor darle espacio.
Serkoloquefuera, el peliblanco, también había dado su punto de vista tras aquel estropicio. Atol como replica, marcó dos puntos muy bien puestos, y Alder se vio atraída por la conversación. Con la sonrisa afilada que aparecía en su rostro en esas situaciones, Alder clavó los ojos frambuesa en el albino.
-No des por hecho que nos pondremos a tus ordenes como fieles gatitos, por tu amplia experiencia y tu ego que no te cabe en el pecho de albino. Sinceramente, tal cosa no va a ocurrir. - Alder le daba poca importancia a las palabras que pronunciaba. Las contaba como si le aburriesen y divirtiesen a la vez, como si en realidad, le resbalase cualquier cosa que él pudiese contestar. - Meh, que decir. Fuiste grande, eres fuerte, y todos te reían las gracias porque tu mandabas. Noticias: aqui no. Nope. El unico ego herido es el tuyo, querido. No nos ofendemos porque nos des ordenes, yo al menos, me trae sin cuidado, porque verás, estoy en mi pleno derecho de ignorarlas. Cosa que haré si no estoy de acuerdo. Tu en cambio pareces convencido de que debemos seguirte como nuestro honorable líder solo porque allí de donde vengas, eras un guerrero fuerte y sabio. No se que sería de vosotros en la biblioteca, pero todos los presentes hemos sobrevivido a las casas carnivoras, y a menos que me cuentes que tu con tus grandes dotes de mando y tu inteligencia y fuerza sobrenatural, te enfrentaste con ellas espada en mano y le arrancaste la lengua en gesto heroico... no, no has hecho nada diferente a lo que hizo...hm... Seon, Yrio, Atol... y ¡anda! yo misma. .. Tus meritos, en tu tierra, dejalos allí porque no me prueban nada. Y porque hablas tan rápido? que sabes de mí, de Atol, o de cualquiera, para afirmar que sabes o has hecho más? Solo los egocentricos tienen ego que herir.
Alder estuvo a punto de girarse e irse, porque le importaba poco la respuesta del albino. Sabía muy bien que la gente pagada de si misma no termina de ver sus errores aunque se los escupan a la cara o le muerdan el culo. Pero en una idea de última hora se dirigió hacia Seon, se la robó a Yrio, y arrastrandola de la mano hacia arriba dijo:
- Y ahora, voy a tener sexo, asi que dejadme tranquilita.
La chica recién llegada se parecía mucho a Seon aquel día, la expresión temblorosa, la cara dulce. Rompió a llorar y Alder se quedó quieta mirandola de manera extraña. Agradeció que Yrio fuera a taparla y consolarla porque ella no quería meter la pata esta vez. Seon tampoco añadió mucho más, aparentemente complacida con Yrio, al que besó en la mejilla al regresar, y que también debía pensar, que en esas situaciones era mejor darle espacio.
Serkoloquefuera, el peliblanco, también había dado su punto de vista tras aquel estropicio. Atol como replica, marcó dos puntos muy bien puestos, y Alder se vio atraída por la conversación. Con la sonrisa afilada que aparecía en su rostro en esas situaciones, Alder clavó los ojos frambuesa en el albino.
-No des por hecho que nos pondremos a tus ordenes como fieles gatitos, por tu amplia experiencia y tu ego que no te cabe en el pecho de albino. Sinceramente, tal cosa no va a ocurrir. - Alder le daba poca importancia a las palabras que pronunciaba. Las contaba como si le aburriesen y divirtiesen a la vez, como si en realidad, le resbalase cualquier cosa que él pudiese contestar. - Meh, que decir. Fuiste grande, eres fuerte, y todos te reían las gracias porque tu mandabas. Noticias: aqui no. Nope. El unico ego herido es el tuyo, querido. No nos ofendemos porque nos des ordenes, yo al menos, me trae sin cuidado, porque verás, estoy en mi pleno derecho de ignorarlas. Cosa que haré si no estoy de acuerdo. Tu en cambio pareces convencido de que debemos seguirte como nuestro honorable líder solo porque allí de donde vengas, eras un guerrero fuerte y sabio. No se que sería de vosotros en la biblioteca, pero todos los presentes hemos sobrevivido a las casas carnivoras, y a menos que me cuentes que tu con tus grandes dotes de mando y tu inteligencia y fuerza sobrenatural, te enfrentaste con ellas espada en mano y le arrancaste la lengua en gesto heroico... no, no has hecho nada diferente a lo que hizo...hm... Seon, Yrio, Atol... y ¡anda! yo misma. .. Tus meritos, en tu tierra, dejalos allí porque no me prueban nada. Y porque hablas tan rápido? que sabes de mí, de Atol, o de cualquiera, para afirmar que sabes o has hecho más? Solo los egocentricos tienen ego que herir.
Alder estuvo a punto de girarse e irse, porque le importaba poco la respuesta del albino. Sabía muy bien que la gente pagada de si misma no termina de ver sus errores aunque se los escupan a la cara o le muerdan el culo. Pero en una idea de última hora se dirigió hacia Seon, se la robó a Yrio, y arrastrandola de la mano hacia arriba dijo:
- Y ahora, voy a tener sexo, asi que dejadme tranquilita.
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- Reisha
Ficha de cosechado
Nombre: Charlotte V. Daniels
Especie: Humana
Habilidades: Memoria, agilidad mental, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 05:21 pm
Charlotte acepta la manta esbozando una tímida sonrisa, y se la echa por encima apresuradamente no se había dado cuenta de que estaba congelada, y afortunadamente los demás tampoco, pues había cierto detalle que su barato y deteriorado sujetador no había podido disimular. Se quitó las lágrimas de la cara e intentó mantener la sonrisa, pero siguió sollozando. La gente era muy extraña, pero este chico al margen de su bizarro aspecto no parecía mala persona. Rehuyendo su mirada reconoció:
-La verdad es que no se donde estaba, simplemente aparecí en un barrio muy extraño y oscuro y...-reflexionó mientras se fortaba los brazos debajo de la manta para entrar en calor- soy de New Jersey, si sabes donde está, detrás de Nueva...-se interrumpió al darse cuenta de que no había comido en días, y que aparte seguramente no tendrían ni la más remota idea de lo que era New Jersey- Y me encantaría poder comer algo... por favor, no se hace cuanto qu probé bocado, no como mucho, si no es molestia...
Se ruborizó, no se le daba bien pedir cosas, alguna vez le habían propuesto mendigar para sacar algo más de dinero para su familia, pero élla era demasiado tímida. Sin darse cuenta empezó a girar el pie derecho sobre los dedos y a mirar con curiosidad por toda la estancia.
-La verdad es que no se donde estaba, simplemente aparecí en un barrio muy extraño y oscuro y...-reflexionó mientras se fortaba los brazos debajo de la manta para entrar en calor- soy de New Jersey, si sabes donde está, detrás de Nueva...-se interrumpió al darse cuenta de que no había comido en días, y que aparte seguramente no tendrían ni la más remota idea de lo que era New Jersey- Y me encantaría poder comer algo... por favor, no se hace cuanto qu probé bocado, no como mucho, si no es molestia...
Se ruborizó, no se le daba bien pedir cosas, alguna vez le habían propuesto mendigar para sacar algo más de dinero para su familia, pero élla era demasiado tímida. Sin darse cuenta empezó a girar el pie derecho sobre los dedos y a mirar con curiosidad por toda la estancia.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 06:37 pm
Pese a lo que esperaba, el ulterano me suelta una parrafada sobre sus victorias y méritos en su mundo, como si me importasen o significasen algo en este mundo. Y se atreve a decirme algo de mi ego. << ¿Qué demonios? ¿De qué va? >> Preparo mi defensa mentalmente pero Alder entra en escena, hablando sin pausa y dándole guantazos verbales a cada frase. Escuchándola, ignorando al otro, me cruzo de brazos y asiento en un par de ocasiones sin quitarle ojo de encima, casi sin parpadear y disfrutando, mientras la chica sube escalones en mi grupo de compañeros. Pero sin embargo, volviendo a cuando menciona a los felinos como "fieles gatitos"... << Mal, eso no. Por qué ha dicho eso... ¡Ag! Tiene carácter de Libo... ¡Pero nada de fieles gatitos! >>
Aunque, eso sí, no digo nada al respecto. No puedo, vaya, ya que la chica se marcha con Seon anunciando lo que van a hacer arriba y me quedo pensando frente a la nueva, cuando el ulterano se va al patio. << Carácter de Libo y habla de sexo sin problemas. Vaya... Inesperado y gratamente recibido >>
Todo esto mientras la chica nueva respondía, qué caos de conversaciones. Pero logro escucharla y entenderla. Yrio se adelantó y le dejó una manta, mientras hablaba con ella. << ¡A comer! >>
-Yo me encargo de que la señorita coma bien, dadme un rato. Pero no es recomendable que se bañe después con el agua fría, así que si quieres hacerlo ahora, o no, da igual. Yo me pongo con la comida, como veáis.-añado al ver que lo del baño no parece atraerle.
Así pues llego corriendo a la cocina y rápidamente me pongo manos a la obra para calentar y hacer un par de filetes << Necesita comer bien, proteínas >> y un salteado de verduras << Y vitaminas, también >> Pero claro, el menú no es solo para ella sino para el resto, quienes quieran vaya, ya que la pareja está ocupada. Mientras tanto, pregunto a Pablo a gritos que qué quería antes. Y para rematar, un par de frutas aleatorias picadas en un cuenco. Cuando acabo lo llevo todo a la mesa del salón, reparto cubiertos y platos con la comida y le sirvo el primero a la chica, la cual aún no ha dicho su nombre y si lo ha hecho, no lo he oído.
-Eh, quien quiera desayunalmorzar, que venga. Pero nada de subir al dormitorio hasta que bajen las hermanas.-aviso a los presentes, para después centrarme en la chica.-¿Y cómo se llama la señorita?-mientras me siento en uno de los lados, sin tocar mi plato.
Aunque, eso sí, no digo nada al respecto. No puedo, vaya, ya que la chica se marcha con Seon anunciando lo que van a hacer arriba y me quedo pensando frente a la nueva, cuando el ulterano se va al patio. << Carácter de Libo y habla de sexo sin problemas. Vaya... Inesperado y gratamente recibido >>
Todo esto mientras la chica nueva respondía, qué caos de conversaciones. Pero logro escucharla y entenderla. Yrio se adelantó y le dejó una manta, mientras hablaba con ella. << ¡A comer! >>
-Yo me encargo de que la señorita coma bien, dadme un rato. Pero no es recomendable que se bañe después con el agua fría, así que si quieres hacerlo ahora, o no, da igual. Yo me pongo con la comida, como veáis.-añado al ver que lo del baño no parece atraerle.
Así pues llego corriendo a la cocina y rápidamente me pongo manos a la obra para calentar y hacer un par de filetes << Necesita comer bien, proteínas >> y un salteado de verduras << Y vitaminas, también >> Pero claro, el menú no es solo para ella sino para el resto, quienes quieran vaya, ya que la pareja está ocupada. Mientras tanto, pregunto a Pablo a gritos que qué quería antes. Y para rematar, un par de frutas aleatorias picadas en un cuenco. Cuando acabo lo llevo todo a la mesa del salón, reparto cubiertos y platos con la comida y le sirvo el primero a la chica, la cual aún no ha dicho su nombre y si lo ha hecho, no lo he oído.
-Eh, quien quiera desayunalmorzar, que venga. Pero nada de subir al dormitorio hasta que bajen las hermanas.-aviso a los presentes, para después centrarme en la chica.-¿Y cómo se llama la señorita?-mientras me siento en uno de los lados, sin tocar mi plato.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Reisha
Ficha de cosechado
Nombre: Charlotte V. Daniels
Especie: Humana
Habilidades: Memoria, agilidad mental, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 07:27 pm
Charlotte no conseguía entender todo el caos que se aglomeraba en torno a élla. Se centró en el chico que le había abierto la puerta, pero no pudo evitar oir a la chica que hablaba tan abiertamente sobre sexo, ¿cómo podía hacerlo? ¿No era demasiado joven? ¿No... iba a morir? Intentó olvidarlo, pero éso le repugnaba, no podía quitárselo de la cabeza, cuando la chica se dio la vuelta, una mirada de odio extremo que escapaba a su control, se dibujó durante milésimas en su angelical rostro, al instante, lo olvidó. Ahora su atención estaba en el plato. La comida tenía un aspecto excelente para élla. La carne era mucho mejor que la de oferta de Ralphs, tan llena de hormonas y aditivos que no sabía a nada conocido, y las verduras y frutas sabían frescas, no como los marchitos tomates del jardín comunal. Nunca había comido tanto de forma legal (estaban las veces que Veronika conseguía sacar algo del Trader Joes y escapar hasta las afueras). Comió muy rápido, y acabó saciada por completo, al acabar estaba algo avergonzada, ni siquiera sabía quienes eran sus benefactores, y tampoco se podía decir que confiase en éllos plenamente. Pero decidió que podía preguntar por éllos, aunque no por aquella puta de antes.
-Perdón por mis modales, soy Charlotte-musitó, aunque fue subiendo su tono hasta unos niveles más normales- es solo que tenía demasiada hambre para hacer nada y... ni siquiera sabía... se quienes sois todavía, y que puedo hacer para compensaros por todo esto- se rió timidamente- ni siquiera se muy bien donde estoy, solo recuerdo irme a dormir- la palabra cama no entraba en su vocabulario, donde élla dormía no se podía considerar una cama, quizás un jergón ajado, ¿pero una cama? Eso era para las chicas de la ciudad interior- y aparecer aquí sin saber cómo. Si no os hubiera encontrado...-se quedó en silencio-aunque me tendré que ir dentro de poco, ¿no? No quiero ser un parásito ni aprovecharme de vosotros, simplemente decidme donde puedo ir y os pagaré esto como sea... como sea...
No estaba al tanto de las posibles connotaciones sexuales de su frase, pero no quería deberle nada a nadie, sabía lo peligroso que era.
-Perdón por mis modales, soy Charlotte-musitó, aunque fue subiendo su tono hasta unos niveles más normales- es solo que tenía demasiada hambre para hacer nada y... ni siquiera sabía... se quienes sois todavía, y que puedo hacer para compensaros por todo esto- se rió timidamente- ni siquiera se muy bien donde estoy, solo recuerdo irme a dormir- la palabra cama no entraba en su vocabulario, donde élla dormía no se podía considerar una cama, quizás un jergón ajado, ¿pero una cama? Eso era para las chicas de la ciudad interior- y aparecer aquí sin saber cómo. Si no os hubiera encontrado...-se quedó en silencio-aunque me tendré que ir dentro de poco, ¿no? No quiero ser un parásito ni aprovecharme de vosotros, simplemente decidme donde puedo ir y os pagaré esto como sea... como sea...
No estaba al tanto de las posibles connotaciones sexuales de su frase, pero no quería deberle nada a nadie, sabía lo peligroso que era.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 09:01 pm
- ¿Que ha sido eso?
- ¿el qué?- dijo mientras derribaba a Seon sobre la cama.
- No tenías ....suficiente...ahm...con llamarle furcia y...y.y... ¡Alder deja de besarme mientras intento hablar contigo!- Alder soltó una risa traviesa
- Y si muerdo?- rodó a un lado y levantó las palmas de las manos- bien, vale, vale, échame la bronca con tranquilidad
Su aurva se incorporó.
- No te voy a echar la bronca.-replicó dolida.- pero sí quiero hablar.
- ¿de mi comportamiento?- aventuró. Esta vez ya no bromeaba, si no que estaba seria y molesta.
- No. - Seon había replicado secamente, y no parecía saber como continuar con aquello. Sin embargó, lo siguiente que salió de su boca fue sorprendente:- Perdoname. Por favor.
- ¿por qué?
- Por hacerte venir aquí. Hoy es un lagarto, mañana a saber. Tengo miedo. Y tu me culpas. No finjas que no. Pero es que además, tengo miedo por ti, y tu... no sé que pensar. ¡no te los tomas en serio! No quiero que... no sé.
- Estas diciendo incoherencias, y yo, por una vez, no he dicho ningun tontería.
Seon tenía los ojos humedos. Los cerró con fuerza durante unos segundos, intentando organizar las preocupaciones en su cabeza, para poder decir algo coherente.
- Te hice venir a este sitio horrible.
- Elegí venir porque te quiero.- Alder la atrajó hacia sí y la besó. Apenas unos segundos, antes de que ella retrocediese.
- ¿pero si quiera tienes ganas? Todos estos días estabas tan rígida... y distante...
- Por eso tengo tiempo que recuperar. - " No voy a pagarlo más contigo, no lo mereces" Alder la besó y le hizo regresar a una postura horizontal.
- ¿el qué?- dijo mientras derribaba a Seon sobre la cama.
- No tenías ....suficiente...ahm...con llamarle furcia y...y.y... ¡Alder deja de besarme mientras intento hablar contigo!- Alder soltó una risa traviesa
- Y si muerdo?- rodó a un lado y levantó las palmas de las manos- bien, vale, vale, échame la bronca con tranquilidad
Su aurva se incorporó.
- No te voy a echar la bronca.-replicó dolida.- pero sí quiero hablar.
- ¿de mi comportamiento?- aventuró. Esta vez ya no bromeaba, si no que estaba seria y molesta.
- No. - Seon había replicado secamente, y no parecía saber como continuar con aquello. Sin embargó, lo siguiente que salió de su boca fue sorprendente:- Perdoname. Por favor.
- ¿por qué?
- Por hacerte venir aquí. Hoy es un lagarto, mañana a saber. Tengo miedo. Y tu me culpas. No finjas que no. Pero es que además, tengo miedo por ti, y tu... no sé que pensar. ¡no te los tomas en serio! No quiero que... no sé.
- Estas diciendo incoherencias, y yo, por una vez, no he dicho ningun tontería.
Seon tenía los ojos humedos. Los cerró con fuerza durante unos segundos, intentando organizar las preocupaciones en su cabeza, para poder decir algo coherente.
- Te hice venir a este sitio horrible.
- Elegí venir porque te quiero.- Alder la atrajó hacia sí y la besó. Apenas unos segundos, antes de que ella retrocediese.
- ¿pero si quiera tienes ganas? Todos estos días estabas tan rígida... y distante...
- Por eso tengo tiempo que recuperar. - " No voy a pagarlo más contigo, no lo mereces" Alder la besó y le hizo regresar a una postura horizontal.
- Spoiler:
- Seon deslizó las manos bajo la blusa de su edeel, provocandole un escalofrío, por el contacto de sus pulseras metalicas contra la piel. Se desnudaron mutuamente entre besos y caricias. Seon, contra el colchón, tenía los tirabuzones abiertos en abanico sobre la almohada. Su pareja, mientras, descendía por su cuello pegando pequeños mordiscos que provocaban algun que otro ruidito de sorpresa, dolor y placer cuando se excedía con la fuerza. Sus labios siguieron bajando, trazando un recorrido curvo, mimando ambos pechos, y deteniéndose justo donde comenzaba de nuevo el vello azul de su aurva. Seon exhaló un suspiro que no era consciente de haber estado conteniendo.
Su mano acarició el cabello de Alder con dulzura y ella terminó de dirigir sus labios hacia donde iban desde el principio.
Y después de eso se le hizo muy dificil pensar en alguna preocupación.
-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 09:22 pm
Las palabras del tal Serokrai le sorprendieron y asustaron un poco. Él no había salvado a nadie, el repoblador, en su opinión, podía valerse perfectamente por sí mismo. De hecho seguramente era el que mejor se las apañaba del torreón, visto lo visto, mientras que Yrio había actuado por instinto y por miedo. Una acción desesperada y un golpe de suerte (o más bien varios) Se llevó al bichito fuera tras varios comentarios venenosos por parte de Alder. Había escuchado la conversación muy por encima, pero había oído algo de caporal y no acababa de comprender qué tenían que ver los pollos en todo eso...
Para colmo, Alder le robó a Seon y se la llevó para darle amor. ''No es justo, yo también quiero'' murmuró Yrio por lo bajo haciendo un puchero, y sentándose enfurruñado. Atol se había ofrecido a hacerle la comida a la chiquilla nueva, que ya se había presentado como Charlotte.
-Atooool calienta un poco de leche, quiero leche, pero de esta- le puso la botella cerrada de leche delante para que no malinterpretase nada, y le puso ojos de cordero a ver si colaba, ya que parecía que Atol solo le hacía favores a las chicas.- Oh, yo soy Yrio.- se presentó a la nueva- Y este sitio no es nuestro de verdad, lo encontramos vacío y nos instalamos. La comida la traen unas bañeras voladoras y vamos a recogerla- explicó- ¿No fue a visitarte nadie antes de venir? A todos nos vino algun tipo raro ofreciéndonos algo y luego nos trajo aquí, pero no a todos el mismo tipo, de hecho, ni siquiera venimos todos del mismo mundo.- No se atrevió a apartarle el pelo para ver si tenía orejas, aunque no lo tenía de un color muy bonito...
Para colmo, Alder le robó a Seon y se la llevó para darle amor. ''No es justo, yo también quiero'' murmuró Yrio por lo bajo haciendo un puchero, y sentándose enfurruñado. Atol se había ofrecido a hacerle la comida a la chiquilla nueva, que ya se había presentado como Charlotte.
-Atooool calienta un poco de leche, quiero leche, pero de esta- le puso la botella cerrada de leche delante para que no malinterpretase nada, y le puso ojos de cordero a ver si colaba, ya que parecía que Atol solo le hacía favores a las chicas.- Oh, yo soy Yrio.- se presentó a la nueva- Y este sitio no es nuestro de verdad, lo encontramos vacío y nos instalamos. La comida la traen unas bañeras voladoras y vamos a recogerla- explicó- ¿No fue a visitarte nadie antes de venir? A todos nos vino algun tipo raro ofreciéndonos algo y luego nos trajo aquí, pero no a todos el mismo tipo, de hecho, ni siquiera venimos todos del mismo mundo.- No se atrevió a apartarle el pelo para ver si tenía orejas, aunque no lo tenía de un color muy bonito...
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 11:28 pm
Apenas había terminado de preguntar por la nueva cuando Serokrai empezó a discutir con Atol. Explicando a su entender lo mucho que le necesitábamos y tratando ponerse al mando. Luego salió al patio llevándose el cadáver del lagarto y a Tap.
"¿Pero este quién se ha creído que es? Que sepa luchar es una cosa. Pero ni que no pudiéramos vivir sin él" ¿Y que era eso de que estaríamos muertos si no llega a ser por él? sobre todo teniendo en cuenta que era el único que había estado en verdadero peligro durante la estancia en la biblioteca.
De todas formas lo que él pensara de mí o de los demás era lo que menos me importaba. Lo que sí me mosqueaba es que teníamos a alguien en el torreón que necesitaba ayuda, y la había ignorado completamente. "Me da igual que no esté grave. Alguien que piense en los demás de esa forma no debe ser líder"
No tuve que responderle. Alder lo hizo por los demás. Desde luego si en algo destacaba, era en lo afilada que tenía la lengua. Luego se fue arriba con Seon para... Alcé una ceja. "Primero Thras desnudo por todo el torreón, y ahora esto" En fin. No era asunto mío.
Mientras Atol se ponía a cocinar para la recién llegada se presentó, y yo hice lo mismo.
-Yo soy Pablo. Encantado- Antes de poder decir nada más escuché a Atol preguntarme por lo que dije antes. Me acerqué a la mesa y deposité uno de los cristales que había cogido.
-¿Ves esto? Tal vez no sea nada pero encontré un baúl lleno en la armería. No se para que sirven pero, ¿por qué guardarlos en la armería?
"¿Pero este quién se ha creído que es? Que sepa luchar es una cosa. Pero ni que no pudiéramos vivir sin él" ¿Y que era eso de que estaríamos muertos si no llega a ser por él? sobre todo teniendo en cuenta que era el único que había estado en verdadero peligro durante la estancia en la biblioteca.
De todas formas lo que él pensara de mí o de los demás era lo que menos me importaba. Lo que sí me mosqueaba es que teníamos a alguien en el torreón que necesitaba ayuda, y la había ignorado completamente. "Me da igual que no esté grave. Alguien que piense en los demás de esa forma no debe ser líder"
No tuve que responderle. Alder lo hizo por los demás. Desde luego si en algo destacaba, era en lo afilada que tenía la lengua. Luego se fue arriba con Seon para... Alcé una ceja. "Primero Thras desnudo por todo el torreón, y ahora esto" En fin. No era asunto mío.
Mientras Atol se ponía a cocinar para la recién llegada se presentó, y yo hice lo mismo.
-Yo soy Pablo. Encantado- Antes de poder decir nada más escuché a Atol preguntarme por lo que dije antes. Me acerqué a la mesa y deposité uno de los cristales que había cogido.
-¿Ves esto? Tal vez no sea nada pero encontré un baúl lleno en la armería. No se para que sirven pero, ¿por qué guardarlos en la armería?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
27/09/12, 04:08 pm
Sonrío a Yrio cuando me pide lo de la leche, no puedo negarme por como lo dice, y miro la botella, curioso por probarla por si fuera diferente.
-¿Qué leche si no, bribonzuelo?-bromeo mientras me pongo a ello y luego se la sirvo en una taza tras fregarla a conciencia. << Este venía de Sinhdro... Si el sexo no lo tienen como tabú, lo de la leche entonces... ¡Ja! >>-Listo.-digo, volviendo a la mesa con su taza y un vasito para mí, que ya probaré más tarde. Y no hago ninguna broma por la nueva.
La chica devora su plato en apenas unos minutos, haciéndome mirar nervioso a la cocina por si pidiese más, ya que no sería posible, pero no sucede tal cosa. << Mañana toca expedición a por más >> Es entonces cuando responde de nuevo a las preguntas, añadiendo su nombre << Otro a memorizar... Qué raros son todos. ¿Eh? ¿Compensar? Nada de eso >> escucho todo lo que dice sin tener ni idea de qué mundo puede ser y niego con la cabeza en varias ocasiones, hasta que acaba y suspiro.
-Dos cosas: ni tienes que irte porque estorbes, que no sucede tal cosa; ni tienes que pagar esto de ninguna forma. Sólo es necesario una convivencia civilizada y trabajar todos juntos para sobrevivir hasta lo que sea que pase cuando salga esa Luna Roja. Así que, si nadie se opone y por mi parte, bienvenida.
Luego presto atención a Pablo, mirando extrañado el cristal y a las escaleras
-Qué hace eso en una armería... ¿Para qué? Como no los cojamos y arañemos o los atemos a un palo...-pienso en voz alta, sin quitarle ojo de encima.-Y un baúl lleno... ¿Y si fuera la moneda de este sitio? O yo qué sé... ¿Algún icono religioso? Parecerían joyas... O quien vivía aquí era un órfebre o... Ni idea.-acabo, gesticulando confuso.-Algún uso tienen que tener...
Se lo pido y lo cojo, para examinarlo de cerca, pero no veo nada peculiar o raro
-A saber... Esta ciudad es de locos...
-¿Qué leche si no, bribonzuelo?-bromeo mientras me pongo a ello y luego se la sirvo en una taza tras fregarla a conciencia. << Este venía de Sinhdro... Si el sexo no lo tienen como tabú, lo de la leche entonces... ¡Ja! >>-Listo.-digo, volviendo a la mesa con su taza y un vasito para mí, que ya probaré más tarde. Y no hago ninguna broma por la nueva.
La chica devora su plato en apenas unos minutos, haciéndome mirar nervioso a la cocina por si pidiese más, ya que no sería posible, pero no sucede tal cosa. << Mañana toca expedición a por más >> Es entonces cuando responde de nuevo a las preguntas, añadiendo su nombre << Otro a memorizar... Qué raros son todos. ¿Eh? ¿Compensar? Nada de eso >> escucho todo lo que dice sin tener ni idea de qué mundo puede ser y niego con la cabeza en varias ocasiones, hasta que acaba y suspiro.
-Dos cosas: ni tienes que irte porque estorbes, que no sucede tal cosa; ni tienes que pagar esto de ninguna forma. Sólo es necesario una convivencia civilizada y trabajar todos juntos para sobrevivir hasta lo que sea que pase cuando salga esa Luna Roja. Así que, si nadie se opone y por mi parte, bienvenida.
Luego presto atención a Pablo, mirando extrañado el cristal y a las escaleras
-Qué hace eso en una armería... ¿Para qué? Como no los cojamos y arañemos o los atemos a un palo...-pienso en voz alta, sin quitarle ojo de encima.-Y un baúl lleno... ¿Y si fuera la moneda de este sitio? O yo qué sé... ¿Algún icono religioso? Parecerían joyas... O quien vivía aquí era un órfebre o... Ni idea.-acabo, gesticulando confuso.-Algún uso tienen que tener...
Se lo pido y lo cojo, para examinarlo de cerca, pero no veo nada peculiar o raro
-A saber... Esta ciudad es de locos...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
27/09/12, 09:44 pm
Por lo visto el veneno del repoblador no nos servirá a los demás, pero la posibilidad de que el hombrecillo pueda fabricar nuevos venenos con los materiales de esta ciudad me anima, aun a sabiendas de que no sera en un futuro cercano.
Mientras entierro el cuerpo del animal pienso en las palabras que me han dedicado mis compañeros. ¿Es que no lo entienden? Solo quiero que salgan que aprendan a defenderse por si en algún momento tienen que luchar por su vida ellos solos. Recuerdo la conversación que mantuve con la cosechadora. Me dijo que no estaría solo, que habría más como yo en la ciudad, por lo que esperaba encontrarme con otros guerreros deseando enfrentarse a nuevos desafíos, no con una panda de chiquillos asustados. Las palabras de Alder vienen a mi mente. ¿Quien era aquella joven, cuya mayor preocupación en su vida era la de decidir que ropa ponerse, quien para hablar así de él? Ella no sabía lo que era enfrentarse a la muerte. El ver caer a un compañero, un amigo, y observar sin poder hacer nada como la vida se escapaba de su cuerpo. Por no hablar de matar a alguien. Sin duda esta ciudad iba a cambiar la forma de ver de la chica, por no decir de todos los del torreón. Decido no darle más importancia al asunto. Si querían verme como un egocéntrico con ínfulas de grandeza bien por ellos. Con tal de que aprendan a luchar y a valerse por si mismos todo esta bien. Si tenemos que sobrevivir hasta que salga esa tal luna roja cuanto mas seamos y mejor preparados estemos mejor.
Termino de enterrar el cuerpo y me pongo en pie. El hombrecillo me pide que le lleve a la armería, así que me dirijo hacia allí. Perdió sus dagas en la pelea, pero no se me ocurre que pueda cargar con ninguna de las armas del deposito. Al entrar de nuevo en el torreón descubro que hay una chica nueva.
- Bienvenida, me llamo Serokrai.- Me presento escuetamente antes de bajar a la armería. Dejo allí al repoblador para que lo observe todo lo que quiera y me adelanto hasta el estante donde descansan las dagas. Una idea cruza por mi mente. Cojo la daga con el pelo y la muevo para calibrar su peso. Es ligera, por lo que mi idea puede funcionar. Cojo las diez que hay en el estante y las sujeto en un cinturón, que me coloco por encima de la túnica. Mi mirada pasa ahora a una diana algo desvencijada que esta apoyada entre dos estanterías. La cojo y me dirijo hacia el piso de arriba, no sin antes despedirme del repoblador e indicarle que estaré en el patio por si me necesita para algo.
Con la diana bajo el brazo cruzo la estancia y salgo al patio. Le dirijo una rápida mirada a la escultura de la ninfa antes de colocar la diana sobre su base. Me sitúo a una distancia razonable y cojo la primera daga del cinturón. La llevo de mi mano a mi pelo y calibro la distancia antes de lanzarla. La daga golpea el pavimento sin llegar ni a rozar la diana, pero no me desanimo. Las cosas nunca salen a la primera. Y a juzgar por mis siguientes intentos ni a la segunda ni a la tercera. Pero la cuarta se clava en la diana con un chasquido seco. Es cierto que no esta ni remotamente cerca del centro, pero es un avance significativo. Si soy capaz de lanzar dagas con el pelo mientras que manejo las guadañas con las manos los combates serán mucho más sencillos.
Una sonrisa aflora a mi rostro y otra daga vuela en dirección a la diana.
Mientras entierro el cuerpo del animal pienso en las palabras que me han dedicado mis compañeros. ¿Es que no lo entienden? Solo quiero que salgan que aprendan a defenderse por si en algún momento tienen que luchar por su vida ellos solos. Recuerdo la conversación que mantuve con la cosechadora. Me dijo que no estaría solo, que habría más como yo en la ciudad, por lo que esperaba encontrarme con otros guerreros deseando enfrentarse a nuevos desafíos, no con una panda de chiquillos asustados. Las palabras de Alder vienen a mi mente. ¿Quien era aquella joven, cuya mayor preocupación en su vida era la de decidir que ropa ponerse, quien para hablar así de él? Ella no sabía lo que era enfrentarse a la muerte. El ver caer a un compañero, un amigo, y observar sin poder hacer nada como la vida se escapaba de su cuerpo. Por no hablar de matar a alguien. Sin duda esta ciudad iba a cambiar la forma de ver de la chica, por no decir de todos los del torreón. Decido no darle más importancia al asunto. Si querían verme como un egocéntrico con ínfulas de grandeza bien por ellos. Con tal de que aprendan a luchar y a valerse por si mismos todo esta bien. Si tenemos que sobrevivir hasta que salga esa tal luna roja cuanto mas seamos y mejor preparados estemos mejor.
Termino de enterrar el cuerpo y me pongo en pie. El hombrecillo me pide que le lleve a la armería, así que me dirijo hacia allí. Perdió sus dagas en la pelea, pero no se me ocurre que pueda cargar con ninguna de las armas del deposito. Al entrar de nuevo en el torreón descubro que hay una chica nueva.
- Bienvenida, me llamo Serokrai.- Me presento escuetamente antes de bajar a la armería. Dejo allí al repoblador para que lo observe todo lo que quiera y me adelanto hasta el estante donde descansan las dagas. Una idea cruza por mi mente. Cojo la daga con el pelo y la muevo para calibrar su peso. Es ligera, por lo que mi idea puede funcionar. Cojo las diez que hay en el estante y las sujeto en un cinturón, que me coloco por encima de la túnica. Mi mirada pasa ahora a una diana algo desvencijada que esta apoyada entre dos estanterías. La cojo y me dirijo hacia el piso de arriba, no sin antes despedirme del repoblador e indicarle que estaré en el patio por si me necesita para algo.
Con la diana bajo el brazo cruzo la estancia y salgo al patio. Le dirijo una rápida mirada a la escultura de la ninfa antes de colocar la diana sobre su base. Me sitúo a una distancia razonable y cojo la primera daga del cinturón. La llevo de mi mano a mi pelo y calibro la distancia antes de lanzarla. La daga golpea el pavimento sin llegar ni a rozar la diana, pero no me desanimo. Las cosas nunca salen a la primera. Y a juzgar por mis siguientes intentos ni a la segunda ni a la tercera. Pero la cuarta se clava en la diana con un chasquido seco. Es cierto que no esta ni remotamente cerca del centro, pero es un avance significativo. Si soy capaz de lanzar dagas con el pelo mientras que manejo las guadañas con las manos los combates serán mucho más sencillos.
Una sonrisa aflora a mi rostro y otra daga vuela en dirección a la diana.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
27/09/12, 11:42 pm
Atol sabía tan poco como yo sobre esos cristales, y aunque me esperaba esa respuesta no pude evitar sentir algo de decepción. No creía que esos cristales se encontraran allí por casualidad. Si alguien los puso todos allí sus razones tendría.
Al poco rato ví como Serokrai volvía a entrar en el salón con Tap y bajaba a la armería. Un rato después volvió a subir, sin el repoblador y cargando con lo que parecía una diana, lo que me recuerda la otra pregjnta que tenía para Atol. -Otra pregunta. ¿Sabes manejar lanzas?-
La pregunta le sorprendió. No se la esperaba, pero me respondió que no, que prefería algo más rápido. "Y yo, pero dadas las circunstancias..." También quiso saber por qué se lo preguntaba. -Por si podías enseñarme a manejar una, eso eso es todo- Acto seguido me dirigí al patio, sin recoger el cristal que había cogido Atol. "Tampoco importa. No creo que nos falten"
Una vez en el patio reparé en la daga que había dejado caer un rato ántes. Me acerqué y con un gesto entre asco, miedo y rabia la recogí y la puse en mi cinturón. "Solo por si acaso. Si hay otra emergencia es mejor tener un arma que odias a no tener ninguna."
Eché un vistazo por el patio hasta que ví a Serokrai. Había colocado la diana en la base de la estatua y estaba lanzándole cuchillos con... "¿Con el pelo?" Ya había visto antes que podía mover su pelo a voluntad, pero la escena era tan extraña que tuve que reprimir una risita.
-En mi vida he visto cosas muy raras, pero nunca a alguien que lanzara armas con el pelo- Le dije con una sonrisa. Esperé a queterminara de lanzar para continuar. -Lo cierto es que vengo a pedirte algo. ¿Sabes manejar lanzas? Y si la respuesta es si ¿Me enseñarias?-
(Tengo permiso para que Atol responda a mis preguntas)
Al poco rato ví como Serokrai volvía a entrar en el salón con Tap y bajaba a la armería. Un rato después volvió a subir, sin el repoblador y cargando con lo que parecía una diana, lo que me recuerda la otra pregjnta que tenía para Atol. -Otra pregunta. ¿Sabes manejar lanzas?-
La pregunta le sorprendió. No se la esperaba, pero me respondió que no, que prefería algo más rápido. "Y yo, pero dadas las circunstancias..." También quiso saber por qué se lo preguntaba. -Por si podías enseñarme a manejar una, eso eso es todo- Acto seguido me dirigí al patio, sin recoger el cristal que había cogido Atol. "Tampoco importa. No creo que nos falten"
Una vez en el patio reparé en la daga que había dejado caer un rato ántes. Me acerqué y con un gesto entre asco, miedo y rabia la recogí y la puse en mi cinturón. "Solo por si acaso. Si hay otra emergencia es mejor tener un arma que odias a no tener ninguna."
Eché un vistazo por el patio hasta que ví a Serokrai. Había colocado la diana en la base de la estatua y estaba lanzándole cuchillos con... "¿Con el pelo?" Ya había visto antes que podía mover su pelo a voluntad, pero la escena era tan extraña que tuve que reprimir una risita.
-En mi vida he visto cosas muy raras, pero nunca a alguien que lanzara armas con el pelo- Le dije con una sonrisa. Esperé a queterminara de lanzar para continuar. -Lo cierto es que vengo a pedirte algo. ¿Sabes manejar lanzas? Y si la respuesta es si ¿Me enseñarias?-
(Tengo permiso para que Atol responda a mis preguntas)
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
28/09/12, 02:04 am
Yrio respondió al comentario de Atol con una sonrisa pícara que intentaba pasar por inocente. Su truco había funcionado a la perfección y pronto tuvo una humeante taza de leche de la que dio buena cuenta tras acabar con la comida. La leche no tenía nada dulce para echarle, ni siquera tenían miel, pero a Yrio le supo a gloria, era como recuperar sus mañanas en casa. Se relamió el bigote de leche y aprovechando la luz bajó a las mazmorras, ya que parecía que a todo el mundo le había dado por ir allí. << Algo habrá...>>
Armas, era todo lo que había en la armería. Armas que Yrio ya había visto, a la tenebrosa luz de una vela, pero las había visto al fin y al cabo. El chico bufó algo desilusionado, pero ya que había bajado decidió echarles un vistazo más detallado. No encontró nada que pudiese utilizar mínimamente. Las únicas armas que le gustaban eran demasiado pesadas para levantarlas siquiera, y aun las ligeras parecían complicadas de usar y peligrosamente afiladas o puntiagudas... Sería mejor no tocarlas. En su lugar eligió un escudo redondo bastante ligero con un pequeño dragón morado dibujado, dejándola apartada para la próxima excursión, en la que por lo menos tendría algo con lo que protegerse.
Salió al patio donde ya estaba el tipo enorme que le había felicitado, hablaba con Pablo sobre algo. No quería acercarse mucho, así que se sentó en una esquina apartada, en el suelo, y sacó su libreta, haciendo algunos apuntes. Según había oído el peliblanco venía de un sitio llamado Ulterania, y era algo que tenía que ver con pollos... ¿A lo mejor tenía una granja? << No puede ser, si dijo que era como un guerrero...>> Eso significaba que... los guerreros de Ulterania usaban nombres raros. Yrio estaba mirando a los dos chicos fijamente con la cabeza ladeada. El peliblanco estaba lanzando cuchillos con el pelo ¡con el pelo!! pero Yrio estaba muy atento a cómo los lanzaba, memorizando el procedimiento y haciendo anotaciones varias. En una de estas que su vista se desvió a la entrepierna del ulterano y una pregunta fatal le vino a la cabeza. << ¿Tendrá...?>> Sacudió la cabeza y se levantó de un salto, sacudiendose los pantalones distraídamente y subiéndose a las almenas para mirar el paisaje, buscando inspiración.
Armas, era todo lo que había en la armería. Armas que Yrio ya había visto, a la tenebrosa luz de una vela, pero las había visto al fin y al cabo. El chico bufó algo desilusionado, pero ya que había bajado decidió echarles un vistazo más detallado. No encontró nada que pudiese utilizar mínimamente. Las únicas armas que le gustaban eran demasiado pesadas para levantarlas siquiera, y aun las ligeras parecían complicadas de usar y peligrosamente afiladas o puntiagudas... Sería mejor no tocarlas. En su lugar eligió un escudo redondo bastante ligero con un pequeño dragón morado dibujado, dejándola apartada para la próxima excursión, en la que por lo menos tendría algo con lo que protegerse.
Salió al patio donde ya estaba el tipo enorme que le había felicitado, hablaba con Pablo sobre algo. No quería acercarse mucho, así que se sentó en una esquina apartada, en el suelo, y sacó su libreta, haciendo algunos apuntes. Según había oído el peliblanco venía de un sitio llamado Ulterania, y era algo que tenía que ver con pollos... ¿A lo mejor tenía una granja? << No puede ser, si dijo que era como un guerrero...>> Eso significaba que... los guerreros de Ulterania usaban nombres raros. Yrio estaba mirando a los dos chicos fijamente con la cabeza ladeada. El peliblanco estaba lanzando cuchillos con el pelo ¡con el pelo!! pero Yrio estaba muy atento a cómo los lanzaba, memorizando el procedimiento y haciendo anotaciones varias. En una de estas que su vista se desvió a la entrepierna del ulterano y una pregunta fatal le vino a la cabeza. << ¿Tendrá...?>> Sacudió la cabeza y se levantó de un salto, sacudiendose los pantalones distraídamente y subiéndose a las almenas para mirar el paisaje, buscando inspiración.
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
28/09/12, 04:19 am
Con un golpe seco la daga curva se hundió en el centro de la diana. Bien, parece que voy progresando. Llevaba ya un rato practicando puntería con la diana cuando oigo una voz a mi lado. Es Pablo, que me sonríe y me pregunta si se manejar lanzas y si en el caso de que sepa, me ofrecería a enseñarle.
- Se usar prácticamente cualquier arma, aunque soy más diestro con unas que con otras, como es obvio. Por supuesto que te enseñare a manejar una lanza pero, ¿porque has elegido ese arma en vez de una más convencional?- Pregunto.- En fin, podemos empezar ahora mismo si quieres. Baja a la armería y súbete un par de lanzas.
El muchacho se pierde en el interior del torreón, en busca de las armas que le había solicitado. Sonrío satisfecho. Al menos uno de los muchachos tenía interés en sobrevivir. Me dirijo a la diana y saco de ellas las dagas, que procedo a guardar en el cinturón. Entonces observo al muchacho nocturno subiendo a las almenas y mirando hacia ningún lugar en concreto. Le sigo hasta ponerme a su lado y le saludo con un gesto de la mano.
-Pablo y yo vamos a entrenar, ¿te apuntas?-Le propongo al muchacho. En ese momento vislumbro la libreta que sujeta y observo las lineas que acaba de escribir.- ¿ Que estás escribiendo?
- Se usar prácticamente cualquier arma, aunque soy más diestro con unas que con otras, como es obvio. Por supuesto que te enseñare a manejar una lanza pero, ¿porque has elegido ese arma en vez de una más convencional?- Pregunto.- En fin, podemos empezar ahora mismo si quieres. Baja a la armería y súbete un par de lanzas.
El muchacho se pierde en el interior del torreón, en busca de las armas que le había solicitado. Sonrío satisfecho. Al menos uno de los muchachos tenía interés en sobrevivir. Me dirijo a la diana y saco de ellas las dagas, que procedo a guardar en el cinturón. Entonces observo al muchacho nocturno subiendo a las almenas y mirando hacia ningún lugar en concreto. Le sigo hasta ponerme a su lado y le saludo con un gesto de la mano.
-Pablo y yo vamos a entrenar, ¿te apuntas?-Le propongo al muchacho. En ese momento vislumbro la libreta que sujeta y observo las lineas que acaba de escribir.- ¿ Que estás escribiendo?
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