Torreón Letargo (Archivo III)
+20
Evanna
Xana
Muffie
Tak
Giniroryu
Leonart
Lops
Dal
Carmesí
Red
Reisha
Naeryan
Administración
LEC
Serokrai
Jack
Alicia
Yber
Poblo
Elliot
24 participantes
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e ImaginaciónPersonajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Torreón Letargo (Archivo III)
09/09/12, 11:32 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Tras mucho andar, los chicos habían acabado dando con un enorme torreón de piedra cubierto casi completamente con enredaderas. Era el edificio mas aceptable que habían visto desde que habían llegado y, que tuviese algo vivo en él, les daba un poco de tranquilidad. Era lo unico verde que habían visto desde que llegaron a Rocavarancolia.
Empezaron a rodear el torreón y tardaron un buen rato en encontrar la puerta, puesto que la hiedra la había tapado casi completamente. Cuando consiguieron apartar las ramas, aun tuvieron que conseguir abrir aquel portón de madera vieja. Estaba atascada por lo que obviamente pudieron deducir que llevaba mucho tiempo sin usarse.
Cuando entraron se encontraron con una imagen que, a los ojos de Thras, era desoladora. Se encontraron con un enorme salón con una mesa y varias sillas. También había una especie de cocina con trastos tirados por medio y todo lleno de una gruesa capa de polvo. Thras avanzó en silencio y dejó la cesta sobre aquella mesa. - Pero... ¿megaseguro que queréis así como dormir aquí? - preguntó. No le gustaba. Estaba muy sucio, olía a polvo y a cerrado, era feo y estaba oscuro. No tenía nada de diseño... no le gustaba nada... pero le gustaba mas que las mazmorras o que las calles... o que aquellas casas con lengua.
-Tendremos que superllamar al servicio de limpiecy's para que hiperadecenten esto. - Dijo pasando un dedo por la mesa, dejando tras el un caminito y después sacudiéndose el polvo del dedo. Vio unas escaleras que subían y otras que bajaban, pero decidió no aventurarse solo... aun tenia demasiado reciente el discurso que le habían dado y la visión de aquellas casas.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
23/09/12, 12:58 am
Atol no respondía, y detrás del lagarto había pasado el bichito verde de nombre malinterpretable montado sobre una... ¿avispa gigante? Yrio estaba cada vez más confuso y tenía cada vez más miedo. El cómo había llegado a la habitación si no se acordaba de haber dejado el salón la noche anterior ya no era de importancia, ahora lo importante es que había una cosa en el torreón que no debería estar allí. Podia ser que estuviera soñando... Y tal vez fue esa remota posibilidad lo que le llevó a correr escaleras abajo siguiendo el escándalo.
El bichito había logrado herirle al parecer. El lagarto había arremetido contra su comida y algunas botellas de syv estaban desperdigadas por el suelo, hechas añicos. Corría hacia la puerta, con la intención de llevarse buena parte de sus provisiones. Yrio agarró el primer objeto contundente que pudo encontrar a su disposición... que en este caso fue una silla. La estampó con todas sus fuerzas, que dado su nivel de pánico en ese momento y la adrenalina eran bastantes, contra el cuerpo del gecko, repitiendo el golpe varias veces sin detenerse aunque la silla se astillase y le dañase las manos.
Soltó la silla a un lado y se alejó del animal, jadeando, acercándose de nuevo tan solo unos minutos después para comprobar el resultado, no sin antes recuperar la silla, por si las moscas.
El bichito había logrado herirle al parecer. El lagarto había arremetido contra su comida y algunas botellas de syv estaban desperdigadas por el suelo, hechas añicos. Corría hacia la puerta, con la intención de llevarse buena parte de sus provisiones. Yrio agarró el primer objeto contundente que pudo encontrar a su disposición... que en este caso fue una silla. La estampó con todas sus fuerzas, que dado su nivel de pánico en ese momento y la adrenalina eran bastantes, contra el cuerpo del gecko, repitiendo el golpe varias veces sin detenerse aunque la silla se astillase y le dañase las manos.
Soltó la silla a un lado y se alejó del animal, jadeando, acercándose de nuevo tan solo unos minutos después para comprobar el resultado, no sin antes recuperar la silla, por si las moscas.
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
23/09/12, 05:28 pm
Fui tirando una piedra tras otra, pero mi falta de puntería no ayudó. La mitad de las piedras no dieron en el blanco y el resto las desviaban unos zarcillos que salían del lagarto. Aun así conseguí alcanzarle un par de veces. Los golpes solo sirvieron para enfurecerlo y por un momento temí que saltara a por mí, pero acabó colándose por una ventana. Acto seguido observé como Tap saltaba sobre su montura con sorprendente habilidad y salía volando hacia el interior del torreón. Aun sorprendido por la habilidad y la determinación del repoblador avancé hacia la puerta mietras con la mano derecha sacaba una de las dagas del cinturón.
Fue en ese momento, mientras miraba la daga en mi mano y notaba el frío de la empuñadura, cuando una avalancha de recuerdos que había tratado de reprimir durante años salieron a la luz, todos de golpe. Recuerdos de sangre, de dolor, de miedo ante una muerte inminente.
Instintivamente dejé caer la daga mientras me tambaleaba hacia atrás. Tropecé con una de las piedras que había estado tirando antes y caí de culo, muerto de miedo. Intenté levantarme y recoger la daga, pero mi cuerpo no respondía. "Vamos ¡Muevete! Solo es un cuchillo, nada más"
Unos golpes bastante fuertes que venían de la planta baja del torreón me devolvieron a la realidad. No podía quedarme tirado mientras los demás estaban dentro lidiando con el lagarto. Centré mi mente y mis sentidos en los ruidos que venían del torreón, apartando todo lo demás, hasta que conseguí levantarme. Ya de pie, avancé hacia el torreón y cruzé la puerta, dejando la daga atrás.
Dentro todo estaba hecho un desastre. Las cestas estaban en el suelo y su contenido desparramado por todo el piso. En la entrada pude ver a Yrio, con los restos de una silla en la mano, y justo delante, el lagarto, inmovil y rodeado de trozos de la silla.
No fue muy dificil reconstruir lo sucedido y darme cuenta de que Yrio había matado al lagarto a base de darle golpes con la silla. Me quedé con la boca abierta. Nunca pensé que el muchacho fuera capaz de hacer algo así. Me puse a su lado y puse una mano en su hombro mintras observaba al lagarto, comprobando que realmente no se movía. -Joder... Recuerdame que nunca te haga enfadar-
Busqué a los demás con la mirada y encontré a tap tirado en el suelo junto a un muro. -¡Tap!¿Estás bien?- Dije mientras corría hacia él, maldiciendo mi impotencia. Si tan solo no me hubiera quedado tirado fuera, esto podría haberse evitado. No me lo perdonaría si le ocurría algo.
Fue en ese momento, mientras miraba la daga en mi mano y notaba el frío de la empuñadura, cuando una avalancha de recuerdos que había tratado de reprimir durante años salieron a la luz, todos de golpe. Recuerdos de sangre, de dolor, de miedo ante una muerte inminente.
Instintivamente dejé caer la daga mientras me tambaleaba hacia atrás. Tropecé con una de las piedras que había estado tirando antes y caí de culo, muerto de miedo. Intenté levantarme y recoger la daga, pero mi cuerpo no respondía. "Vamos ¡Muevete! Solo es un cuchillo, nada más"
Unos golpes bastante fuertes que venían de la planta baja del torreón me devolvieron a la realidad. No podía quedarme tirado mientras los demás estaban dentro lidiando con el lagarto. Centré mi mente y mis sentidos en los ruidos que venían del torreón, apartando todo lo demás, hasta que conseguí levantarme. Ya de pie, avancé hacia el torreón y cruzé la puerta, dejando la daga atrás.
Dentro todo estaba hecho un desastre. Las cestas estaban en el suelo y su contenido desparramado por todo el piso. En la entrada pude ver a Yrio, con los restos de una silla en la mano, y justo delante, el lagarto, inmovil y rodeado de trozos de la silla.
No fue muy dificil reconstruir lo sucedido y darme cuenta de que Yrio había matado al lagarto a base de darle golpes con la silla. Me quedé con la boca abierta. Nunca pensé que el muchacho fuera capaz de hacer algo así. Me puse a su lado y puse una mano en su hombro mintras observaba al lagarto, comprobando que realmente no se movía. -Joder... Recuerdame que nunca te haga enfadar-
Busqué a los demás con la mirada y encontré a tap tirado en el suelo junto a un muro. -¡Tap!¿Estás bien?- Dije mientras corría hacia él, maldiciendo mi impotencia. Si tan solo no me hubiera quedado tirado fuera, esto podría haberse evitado. No me lo perdonaría si le ocurría algo.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
23/09/12, 08:56 pm
Alder
El alboroto las despertó, y luego como Yrio, se encontraron con aquel bicho escamoso del tamaño de un lobo de estepa. Seon se encogió haciendo un ruido agudo y Alder estaba tan sorprendida que vio al bicho salir e irse sin pronunciar palabra.
Bajó cuando oyó golpes, con precaución porque iba desarmada. Yrio estaba terminando de matar a sillazos al lagarto.
Cuando aquello ya parecía bien muerto, Alder se acercó y miró con aire contemplativo el cadaver.
- No te falta entusiasmo, desde luego.
Seon estaba arriba y había bajado con retraso con una mano cubriéndole la boca. Suspiró al ver que el causante de aquello ya no haría nada más.
- ¿quien...?- a su muda pregunta, Alder señaló a Yrio con el indice. El chico aun sostenía una silla.
El alboroto las despertó, y luego como Yrio, se encontraron con aquel bicho escamoso del tamaño de un lobo de estepa. Seon se encogió haciendo un ruido agudo y Alder estaba tan sorprendida que vio al bicho salir e irse sin pronunciar palabra.
Bajó cuando oyó golpes, con precaución porque iba desarmada. Yrio estaba terminando de matar a sillazos al lagarto.
Cuando aquello ya parecía bien muerto, Alder se acercó y miró con aire contemplativo el cadaver.
- No te falta entusiasmo, desde luego.
Seon estaba arriba y había bajado con retraso con una mano cubriéndole la boca. Suspiró al ver que el causante de aquello ya no haría nada más.
- ¿quien...?- a su muda pregunta, Alder señaló a Yrio con el indice. El chico aun sostenía una silla.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
23/09/12, 09:32 pm
La criatura se me quedó mirando el tiempo justo para que Yrio despertase, gritando. En el instante en que me giré a ver al chaval, el lagarto se escurrió hacia el techo causando los gritos y luego se lanzó hacia la puerta. No respondí a Yrio sino que me acerqué a la ventana, buscando a más seres como ese por si acaso. Cuando me precipité escaleras abajo, la criatura estaba causando un estropicio en la cocina, seguida por el pelivioleta armado con una silla. Pblo estaba también allí, al igual que Tap que justo salía volando de la espalda del ser. Este, acorralado y herido, empezó a ser acribillado a golpes por Yrio, así que me acerqué al repoblador a ver cómo estaba. La avispa que montaba antes estaba a su lado, dándole golpecitos con el morro.
-Eh, Tap, repoblador, ¿estás bien? ¿Alguna herida, contusión?-inquirí agachándome a su lado.
Un giro de cabeza me permitió ver a Alder y Seon, recién despiertas también. El bicho ya no se movía. Sacudí la cabeza y con cuidado cogí a Tap para llevarle a la mesa, comprobando que no tuviese ninguna herida sangrante. << ¿Su sangre será como la nuestra? ¿O será savia? >> Una vez hecho eso, me acerqué a Yrio y la criatura, volviendo a coger una de mis espadas para pincharle y verificar la muerte.
-Qué demonios es esto... Menudo estropicio...-añado, mirando a la cocina y las cestas.-¿Buenos días? Deberíamos limpiar, de nuevo, reordenar las cestas y establecer un turno de guardia o taponar las ventanas de arriba. Lo que sea para que no se cuele cualquier criatura aquí dentro. Pero cuando el Guerrero de la Silla recupere el resuello.-terminé, sonriendo a Yrio.
-Eh, Tap, repoblador, ¿estás bien? ¿Alguna herida, contusión?-inquirí agachándome a su lado.
Un giro de cabeza me permitió ver a Alder y Seon, recién despiertas también. El bicho ya no se movía. Sacudí la cabeza y con cuidado cogí a Tap para llevarle a la mesa, comprobando que no tuviese ninguna herida sangrante. << ¿Su sangre será como la nuestra? ¿O será savia? >> Una vez hecho eso, me acerqué a Yrio y la criatura, volviendo a coger una de mis espadas para pincharle y verificar la muerte.
-Qué demonios es esto... Menudo estropicio...-añado, mirando a la cocina y las cestas.-¿Buenos días? Deberíamos limpiar, de nuevo, reordenar las cestas y establecer un turno de guardia o taponar las ventanas de arriba. Lo que sea para que no se cuele cualquier criatura aquí dentro. Pero cuando el Guerrero de la Silla recupere el resuello.-terminé, sonriendo a Yrio.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
23/09/12, 09:57 pm
El éxito de su ataque dejó a Tap un sabor amargo, sobretodo tras la sacudida que lo envió contra una pared. Tras el golpe se desencadenó una serie rápida de sucesos que pasaron emborronados a vistas del repoblador. Comida desparramada, el lagarto, una silla, el del pelo violeta, varios golpes, crujir de huesos, Pablo, la chica de tallos verdes, el metálico, la chica de azul, varias preguntas y unos golpes suaves... Reparó en el zumbido a su lado, debía ser la avispa esperando que reaccionara. Sin embargo se encontraba medio entumecido y el dolor del golpe no ayudaba en absoluto.
Unas manos lo cargaron hacia la mesa y allí, después de que lo manosearan examinando su cuerpecillo en busca de heridas, acabó incorporándose. Se sentó en mitad, agitó la cabeza y comenzó a ser consciente del depredador muerto, la situación presente y el resto de sus compañeros. Lo primero que hizo fue buscar a su montura con preocupación. << Será lo mejor... >>se dijo antes de tomar una decisión rápida. Su espalda silbó y el insecto esquivó a los gigantes en un vuelo ligero hacia la mesa. Se posó frente a Tap y le dio otro golpecillo con el morro en la tripa. Tap la acarició y luego se dio la vuelta, para encarar al grupo.
-Es mía. Es mansa-se puso de pie y se estiró, tratando de que la savia volviera a su cauce-. Yo estoy bien, solo ha sido el golpe y vosotros...- << ¿de dónde venís? ¿Es que tenéis zumo de patata en las venas? ¿Nadie os ha enseñado que si algo invade vuestro panal hay que protegerlo? >>- Vosotros, ¿cómo estáis?-no merecía la pena ponerse borde ahora. Debían de ser una raza con muchas comodidades y por eso habían tardado tanto en reaccionar ante el invasor.
Unas manos lo cargaron hacia la mesa y allí, después de que lo manosearan examinando su cuerpecillo en busca de heridas, acabó incorporándose. Se sentó en mitad, agitó la cabeza y comenzó a ser consciente del depredador muerto, la situación presente y el resto de sus compañeros. Lo primero que hizo fue buscar a su montura con preocupación. << Será lo mejor... >>se dijo antes de tomar una decisión rápida. Su espalda silbó y el insecto esquivó a los gigantes en un vuelo ligero hacia la mesa. Se posó frente a Tap y le dio otro golpecillo con el morro en la tripa. Tap la acarició y luego se dio la vuelta, para encarar al grupo.
-Es mía. Es mansa-se puso de pie y se estiró, tratando de que la savia volviera a su cauce-. Yo estoy bien, solo ha sido el golpe y vosotros...- << ¿de dónde venís? ¿Es que tenéis zumo de patata en las venas? ¿Nadie os ha enseñado que si algo invade vuestro panal hay que protegerlo? >>- Vosotros, ¿cómo estáis?-no merecía la pena ponerse borde ahora. Debían de ser una raza con muchas comodidades y por eso habían tardado tanto en reaccionar ante el invasor.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 12:33 am
El bicho estaba muerto. Más bien estaba destrozado. Yrio se quedó mirando el cuerpo de la criatura y la sangre manchaba el suelo y le había salpicado los pies y los pantalones. La adrenalina comenzaba a bajar y el miedo acabó volviendo, pero esta vez no tenía miedo del lagarto, pues ahora poco podía hacerles, pero tenía bastante miedo de sí mismo, y de lo que acababa de hacer. Sus compañeros fueron bajando uno por uno a ver el estropicio, y él ahí seguía, con los restos de la silla en sus manos temblorosas y la vista fija en el animal muerto. Sintió una mano sobre su hombro y alzó la vista con un pequeño respingo para mirar a Pablo. No respondió a su broma, tan solo tragó saliva con dificultad y miró a la gente a su alrededor.
-Yo... voy a lavarme... y eso...
Soltó lo que quedaba de silla que cayó contra el suelo de forma estrepitosa y salió a paso lento hacia el patio. Ni la luz del sol le molestaba, o no daba señales de ello, tan solo fue hacia el pozo, sacó un cubo de agua y se sentó en el suelo. Se enjuagó las manos y luego empezó a quitarse las astillas que se le habían clavado. Algunos más que astillas eran trozos enteros y habían hecho algunos cortes muy feos que iban a escocer, aunque no eran muy profundo. Cuando acabó, dejandose alguna por imposible, se enjuagó las manos de nuevo, limpiandolas concienzudamente. Hizo lo mismo con los pies, y los pantalones los dio por imposibles, tendría que dejarlos en remojo o frotarlos contra una piedra para sacar la sangre. Volvió a entrar al torreón para preguntar por trapos con los que vendarse las manos.
-Yo... voy a lavarme... y eso...
Soltó lo que quedaba de silla que cayó contra el suelo de forma estrepitosa y salió a paso lento hacia el patio. Ni la luz del sol le molestaba, o no daba señales de ello, tan solo fue hacia el pozo, sacó un cubo de agua y se sentó en el suelo. Se enjuagó las manos y luego empezó a quitarse las astillas que se le habían clavado. Algunos más que astillas eran trozos enteros y habían hecho algunos cortes muy feos que iban a escocer, aunque no eran muy profundo. Cuando acabó, dejandose alguna por imposible, se enjuagó las manos de nuevo, limpiandolas concienzudamente. Hizo lo mismo con los pies, y los pantalones los dio por imposibles, tendría que dejarlos en remojo o frotarlos contra una piedra para sacar la sangre. Volvió a entrar al torreón para preguntar por trapos con los que vendarse las manos.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 03:49 pm
Seon fue la primera en actuar de las dos; salió disparada tras Yrio cuando el chico pidió algo con lo que vendarse las manos. Rebuscó hasta encontrar algo apropiado y agarró las manos del chico. Según las miraba se le escapó un gemido, como si fuese ella la herida.
- ¿estás bien?- era una pregunta retórica porque había fruncido el ceño y ya estaba sacando con las uñas una astilla que había visto todavía dentro. - lo siento pero no voy a vendarte con astillas en las manos. Dime si te queda alguna más, me quedaré el tiempo necesario.
Alder por su parte se había remangado y acuclillado al lado del cadaver sanguinoliento y escamoso.
-¿creeis que esto se come? Podría ser venenoso.- se respondió a si misma.- Si lo es, el veneno tiene que estar en glandulas en la parte posterior de la cabeza. Pero puede ser como las ranas y ser su piel. O incluso su carne.
No, con los escamosos mejor no se juega. Yo esta especie no la conozco. Bueno Tapón, tu que opinas, ¿nos vale como abono? Podemos quemarlo y olvidar el asunto, pero la cosa es no dejarlo aqui .
- ¿estás bien?- era una pregunta retórica porque había fruncido el ceño y ya estaba sacando con las uñas una astilla que había visto todavía dentro. - lo siento pero no voy a vendarte con astillas en las manos. Dime si te queda alguna más, me quedaré el tiempo necesario.
Alder por su parte se había remangado y acuclillado al lado del cadaver sanguinoliento y escamoso.
-¿creeis que esto se come? Podría ser venenoso.- se respondió a si misma.- Si lo es, el veneno tiene que estar en glandulas en la parte posterior de la cabeza. Pero puede ser como las ranas y ser su piel. O incluso su carne.
No, con los escamosos mejor no se juega. Yo esta especie no la conozco. Bueno Tapón, tu que opinas, ¿nos vale como abono? Podemos quemarlo y olvidar el asunto, pero la cosa es no dejarlo aqui .
-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 09:29 pm
-¿Qué?
Seon había acudido en su ayuda, y miraba preocupada sus heridas. No iba a poder convencerla de que estaba bien, sobretodo por la cara de dolor que estaba poniendo y que le delataba a tres kilómetros lo mucho que le escocían las manos. Al final, tras una mínima resistencia por mero orgullo dejó que la chica le cuidase las heridas. Tenía als uñas bastante más largas que él, por lo que tendría más facilidad para sacarle las astillas.
-Aun, quedan unas pocas. Son difíciles de quitar, pero ya saldrán, siempre salen.
Evidentemente no era la primera vez que se clavaba astillas, dada a su tendencia a los accidentes y su torpeza crónica más de una vez había agarrado un madero de forma incorrecta o roto una escoba con la cara y casi perder un ojo. Se sentó en la silla de la cocina para estar más cómodo y apoyó al mano sobre su rodilla para que Seon pudiese trabajar, ya que le temblaba descontroladamente. Mientras tanto, intentaba ver qué hacian los demás con el lagarto, pero desde allí no podía ver ni oír mucho, tan solo veía a Alder acuclillada junto al cadáver.
Tardó bastante en percatarse de la avispa gigante que tenían en el comedor, y también en darse cuenta de que estaba con el bichito de nombre indecente.
-Pechote, ¿de donde has sacado eso? ¿Son así de grandes los bichos en tu mundo??- preguntó. Tenía que estar más atento a las cosas...
Seon había acudido en su ayuda, y miraba preocupada sus heridas. No iba a poder convencerla de que estaba bien, sobretodo por la cara de dolor que estaba poniendo y que le delataba a tres kilómetros lo mucho que le escocían las manos. Al final, tras una mínima resistencia por mero orgullo dejó que la chica le cuidase las heridas. Tenía als uñas bastante más largas que él, por lo que tendría más facilidad para sacarle las astillas.
-Aun, quedan unas pocas. Son difíciles de quitar, pero ya saldrán, siempre salen.
Evidentemente no era la primera vez que se clavaba astillas, dada a su tendencia a los accidentes y su torpeza crónica más de una vez había agarrado un madero de forma incorrecta o roto una escoba con la cara y casi perder un ojo. Se sentó en la silla de la cocina para estar más cómodo y apoyó al mano sobre su rodilla para que Seon pudiese trabajar, ya que le temblaba descontroladamente. Mientras tanto, intentaba ver qué hacian los demás con el lagarto, pero desde allí no podía ver ni oír mucho, tan solo veía a Alder acuclillada junto al cadáver.
Tardó bastante en percatarse de la avispa gigante que tenían en el comedor, y también en darse cuenta de que estaba con el bichito de nombre indecente.
-Pechote, ¿de donde has sacado eso? ¿Son así de grandes los bichos en tu mundo??- preguntó. Tenía que estar más atento a las cosas...
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 09:32 pm
Estaba sumido en una placida duermevela hasta que el ruido en el piso de abajo me despertó.
Había tardado en acostarme la noche anterior, pues traté, inutilmente, de comprender el sentido del libro que cogí de la biblioteca. Me tenían intrigado las frases sin sentido y los extraños garabatos, aunque sin duda el mapa era lo que más llamaba mi atención. Tal y como propuso Atol, tenía intención de volver a la biblioteca, a preguntarle al bibliotecario por aquel extraño e incomprensible libro. Me había dejado caer en una cama y no tarde mucho en dormirme. El día había sido largo e intenso y estaba cansado.
Me puse en pie de un salto y nada más agarrar las guadañas me precipite escaleras abajo. Llegue a tiempo de ver como Yrio acababa con un extraño lagarto, golpeándolo con una silla. Me relaje al ver que el peligro había pasado, pero al instante me reprendí a mi mismo por haber sido tan descuidado. ¿Como había cometido el error de no montar un turno de guardia?
-¿ Estáis todos bien?- Pregunté. A excepción de las astillas que se había clavado el joven nocturno, solo el pequeño repoblador parecía herido. Además, las cestas de provisiones se encontraban tiradas por el suelo. Espero que la comida no se haya estropeado, no es algo que precisamente nos sobre.
- Esta es la demostración de que el torreón no es tan seguro como parece. A partir de ahora haremos turnos de guardia para prevenir que vuelva a pasar algo como esto.- Les digo. Eso evitaría que otro ataque nos pille por sorpresa, pero no es suficiente.- Además, necesitáis aprender a defenderos y a luchar. Atol y yo nos encargaremos de enseñaros. Cuando os recuperéis de este incidente y hayáis comido algo, venid de uno en uno a hablar conmigo, a ver si podemos fijar cuales son vuestras habilidades y de que forma podemos explotarlas.
Sin añadir nada más me encamino a las cestas de comida y las ordeno, recogiendo todos los alimentos que había sobrevivido a la furia del animal. Cojo un trozo de carne y me lo como, sin molestarme en cocinarlo. No estoy de humor. No me gusta cometer errores estúpidos. Noto como se quiebra un diente y lo dejo caer, sin darle más importancia. Me siento en una silla, saco el libro y lo observo una vez más, pasando sus paginas en blanco y leyendo sus enigmáticas anotaciones, con la esperanza de sacar algo en claro.
Había tardado en acostarme la noche anterior, pues traté, inutilmente, de comprender el sentido del libro que cogí de la biblioteca. Me tenían intrigado las frases sin sentido y los extraños garabatos, aunque sin duda el mapa era lo que más llamaba mi atención. Tal y como propuso Atol, tenía intención de volver a la biblioteca, a preguntarle al bibliotecario por aquel extraño e incomprensible libro. Me había dejado caer en una cama y no tarde mucho en dormirme. El día había sido largo e intenso y estaba cansado.
Me puse en pie de un salto y nada más agarrar las guadañas me precipite escaleras abajo. Llegue a tiempo de ver como Yrio acababa con un extraño lagarto, golpeándolo con una silla. Me relaje al ver que el peligro había pasado, pero al instante me reprendí a mi mismo por haber sido tan descuidado. ¿Como había cometido el error de no montar un turno de guardia?
-¿ Estáis todos bien?- Pregunté. A excepción de las astillas que se había clavado el joven nocturno, solo el pequeño repoblador parecía herido. Además, las cestas de provisiones se encontraban tiradas por el suelo. Espero que la comida no se haya estropeado, no es algo que precisamente nos sobre.
- Esta es la demostración de que el torreón no es tan seguro como parece. A partir de ahora haremos turnos de guardia para prevenir que vuelva a pasar algo como esto.- Les digo. Eso evitaría que otro ataque nos pille por sorpresa, pero no es suficiente.- Además, necesitáis aprender a defenderos y a luchar. Atol y yo nos encargaremos de enseñaros. Cuando os recuperéis de este incidente y hayáis comido algo, venid de uno en uno a hablar conmigo, a ver si podemos fijar cuales son vuestras habilidades y de que forma podemos explotarlas.
Sin añadir nada más me encamino a las cestas de comida y las ordeno, recogiendo todos los alimentos que había sobrevivido a la furia del animal. Cojo un trozo de carne y me lo como, sin molestarme en cocinarlo. No estoy de humor. No me gusta cometer errores estúpidos. Noto como se quiebra un diente y lo dejo caer, sin darle más importancia. Me siento en una silla, saco el libro y lo observo una vez más, pasando sus paginas en blanco y leyendo sus enigmáticas anotaciones, con la esperanza de sacar algo en claro.
- Reisha
Ficha de cosechado
Nombre: Charlotte V. Daniels
Especie: Humana
Habilidades: Memoria, agilidad mental, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 10:16 pm
(Se me borró el mensaje por fallo de internet, perdón porque no voy a extenderme a estas horas)
Charlotte se detuvo ante el torreón cubierto por la vegetación como si estuviese en un sueño. Pero los sueños no dolían, y todo era tan deliciosamente falso que tenía que ser real. ¿Qué podían significar todos esos edificios oníricos y el aura de peligro? ¿Y por qué iba a entrar en un edificio donde podía haber personas? ¿Tan desesperada estaba?...sí. Iba a morir si no le ayudaban, pero tenía tanto miedo. Después de alargarlo lo máximo posible, llamó temerosa a la puerta.
Charlotte se detuvo ante el torreón cubierto por la vegetación como si estuviese en un sueño. Pero los sueños no dolían, y todo era tan deliciosamente falso que tenía que ser real. ¿Qué podían significar todos esos edificios oníricos y el aura de peligro? ¿Y por qué iba a entrar en un edificio donde podía haber personas? ¿Tan desesperada estaba?...sí. Iba a morir si no le ayudaban, pero tenía tanto miedo. Después de alargarlo lo máximo posible, llamó temerosa a la puerta.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
24/09/12, 10:56 pm
La reacción de Yrio no había sido la esperada, ya que estaba temblando ante el estropicio de sangre y el cuerpo destrozado del lagarto. Luego fue a limpiarse las astillas, ayudado por Seon, mientras Tap nos explicaba qué era la avispa gigante: su montura. << Pues vaya con el enano >>
Yo acabé agachándome para examinar el cadáver, olisqueándolo y alejándome asqueado, dándole la razón a Alder.
-Esto no tiene pinta de comestible... Y sus extremidades quizá sean venenosas, a saber. O lo quemamos o lo que sea, pero tiene que desaparecer. Cuando lo decidamos, yo me encargo.-rematé, levantándome justo para ver a Serok.
Le saludé con un gesto de cabeza pero empezó a soltar una retahíla de frases, que vale, tenía razón pero... >> Empecé a acercarme y cuando acabó le seguí hasta la cocina, serio.
-Dos cosas. Primero, has llegado hace menos días que el resto, lo cual no te da el derecho a comandar sobre nadie de los presentes. Segundo; ha sido uno de los más jóvenes el que ha acabado matando a la criatura y ahora está afectadillo. No has sido tú, ni yo, cosa que me habría gustado para evitar lo que ahora ocurre. Pero no puedes pretender que te hagan caso los demás después de decir eso y no haber hecho nada. De la palabra al verbo hay un abismo, ya sabes lo que dicen.-lo remato con un golpecito amistoso en el hombro derecho.-Que razón tienes, no lo niego, pero baja los humos.
Y de pronto, llaman a la puerta << ¡Diablos! >> Sin más dilación echo a correr hacia el portón y tras preguntar "quién va" y obtener sólo una extraña palabra, abro la puerta apenas unos centímetros para asomarme. << ¡Una cría! >> Y rápidamente la dejo pasar, al ver su aspecto desamparado, su ropa sucia y sus heridas.
-¿Pero de dónde habéis salido?-inquiro preocupado por su estado.
<< Necesitaría venda para esa herida... >> Cierro la puerta y vuelvo a mirar a la chica, curioso. No me suena de haberla visto en las mazmorras ni con el otro grupo, así que espero a que responda. << Luego le prepararé un baño, pero primero respuestas >>
Yo acabé agachándome para examinar el cadáver, olisqueándolo y alejándome asqueado, dándole la razón a Alder.
-Esto no tiene pinta de comestible... Y sus extremidades quizá sean venenosas, a saber. O lo quemamos o lo que sea, pero tiene que desaparecer. Cuando lo decidamos, yo me encargo.-rematé, levantándome justo para ver a Serok.
Le saludé con un gesto de cabeza pero empezó a soltar una retahíla de frases, que vale, tenía razón pero... >> Empecé a acercarme y cuando acabó le seguí hasta la cocina, serio.
-Dos cosas. Primero, has llegado hace menos días que el resto, lo cual no te da el derecho a comandar sobre nadie de los presentes. Segundo; ha sido uno de los más jóvenes el que ha acabado matando a la criatura y ahora está afectadillo. No has sido tú, ni yo, cosa que me habría gustado para evitar lo que ahora ocurre. Pero no puedes pretender que te hagan caso los demás después de decir eso y no haber hecho nada. De la palabra al verbo hay un abismo, ya sabes lo que dicen.-lo remato con un golpecito amistoso en el hombro derecho.-Que razón tienes, no lo niego, pero baja los humos.
Y de pronto, llaman a la puerta << ¡Diablos! >> Sin más dilación echo a correr hacia el portón y tras preguntar "quién va" y obtener sólo una extraña palabra, abro la puerta apenas unos centímetros para asomarme. << ¡Una cría! >> Y rápidamente la dejo pasar, al ver su aspecto desamparado, su ropa sucia y sus heridas.
-¿Pero de dónde habéis salido?-inquiro preocupado por su estado.
<< Necesitaría venda para esa herida... >> Cierro la puerta y vuelvo a mirar a la chica, curioso. No me suena de haberla visto en las mazmorras ni con el otro grupo, así que espero a que responda. << Luego le prepararé un baño, pero primero respuestas >>
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/09/12, 01:06 am
Escuchó a los gigantes y se llevó las manos a la cabeza horrorizado. << ¿En serio? ¿En serio estaban sugiriendo lo que estaban sugiriendo? >>. Hizo ruido para hacerse notar antes de saltar al suelo y luego alzó la voz tanto como pudo.
-FUEGO NO. Nada de fuego aquí, ¡por la Flora!-luego se dirigió a la peliverde-. No se come lo que no se conoce. Además lo envenené yo-dijo, más para evitar que hicieran una tontería que otra cosa-. Pero abono sí que es-buscó entre los gigantes y luego se acercó al mayor, al de los tallos blancos que se movían solos y que ahora estaba leyendo, ya que pensó que sería el más fuerte. Tiró con insistencia, casi colgándose de las falsas pieles que recubrían sus piernas para hacerse notar-. Tú, gigante, coge el cadáver y llévalo al patio. Aprovecha los trapos estos que llevas puestos para no tocarlo, por si los venenos mortales y tal-acabó comentando de broma tras la orden poco difuminada.
Luego se acercó a Yrio y trepó sobre él con cuidado. Palmeó la cabeza del muchacho y sonrió divertido.
-Esa ha sido buena-dijo refiriéndose a cómo remató al animal-. Si quieres puedo ayudarte con las astillas, tengo las manos pequeñas-se ofreció-. Y sí, en mi bosque todo es muy grande-explicó-. Más que la avispa y más que vosotros. Aquí sois gigantes, pero allí hay animales que podrían comeros a pares-no lo dijo tratando de asustarles, sino como si fuera lo más natural del mundo-. Hum... Podría intentar hacer algún ungüento con lo que hay fuera, pero no creo que dé para mucho-reconoció negando con la cabeza-. ¿Y qué cardos es pechotes?-acabó preguntando, cambiando totalmente de tema-. A este ritmo voy a tener más nombres de los que soy capaz de recordar.
Vio llegar a una nueva giganta, pero no prestó demasiada atención a ella. Ya conocería a todos los gigantes de la manada más adelante.
-FUEGO NO. Nada de fuego aquí, ¡por la Flora!-luego se dirigió a la peliverde-. No se come lo que no se conoce. Además lo envenené yo-dijo, más para evitar que hicieran una tontería que otra cosa-. Pero abono sí que es-buscó entre los gigantes y luego se acercó al mayor, al de los tallos blancos que se movían solos y que ahora estaba leyendo, ya que pensó que sería el más fuerte. Tiró con insistencia, casi colgándose de las falsas pieles que recubrían sus piernas para hacerse notar-. Tú, gigante, coge el cadáver y llévalo al patio. Aprovecha los trapos estos que llevas puestos para no tocarlo, por si los venenos mortales y tal-acabó comentando de broma tras la orden poco difuminada.
Luego se acercó a Yrio y trepó sobre él con cuidado. Palmeó la cabeza del muchacho y sonrió divertido.
-Esa ha sido buena-dijo refiriéndose a cómo remató al animal-. Si quieres puedo ayudarte con las astillas, tengo las manos pequeñas-se ofreció-. Y sí, en mi bosque todo es muy grande-explicó-. Más que la avispa y más que vosotros. Aquí sois gigantes, pero allí hay animales que podrían comeros a pares-no lo dijo tratando de asustarles, sino como si fuera lo más natural del mundo-. Hum... Podría intentar hacer algún ungüento con lo que hay fuera, pero no creo que dé para mucho-reconoció negando con la cabeza-. ¿Y qué cardos es pechotes?-acabó preguntando, cambiando totalmente de tema-. A este ritmo voy a tener más nombres de los que soy capaz de recordar.
Vio llegar a una nueva giganta, pero no prestó demasiada atención a ella. Ya conocería a todos los gigantes de la manada más adelante.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Reisha
Ficha de cosechado
Nombre: Charlotte V. Daniels
Especie: Humana
Habilidades: Memoria, agilidad mental, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/09/12, 05:42 pm
Charlotte se sintió sorprendida al ver al peculiar chico que abrió la puerta. Simtió la necesidad de echar a correr, pero sabía que eso significaría la muerte segura. Aunque tuviera que quedarse en ese lugar con personas que seguramente fueran como Él. Nunca había visto a alguien así, su maquillaje y vestimenta la sorprendieron, pero sin llegar a escandalizarla, había visto cosas mucho peores. Aún así ésto hizo que tardase en contestar, cuando se dio cuenta de que estaba muda, contestó tímidamente:
-Yo...yo...- dijo entrecortadamente mientras se pasaba una mano por su cintura dolorida mientras con la otra se agarraba el hobro contrario-no lo se muy bien. Me desperté en un sitio muy oscuro y raro... y después pasé por una calle donde vi... cosas familiares y...- estaba aterrada, y no controlaba sus palabras demasiado bien, además el hambre y el cansancio empezaban a hacer mella, así que rompió a llorar- Por favor, déjame pasar-sollozó- no me hagáis nada, yo nunca haría daño a nadie.
Como el chico se apartó, entró apresuradamente, pero se quedó parada al no saber que hacer, era simplemente demasiado para élla.
-Yo...yo...- dijo entrecortadamente mientras se pasaba una mano por su cintura dolorida mientras con la otra se agarraba el hobro contrario-no lo se muy bien. Me desperté en un sitio muy oscuro y raro... y después pasé por una calle donde vi... cosas familiares y...- estaba aterrada, y no controlaba sus palabras demasiado bien, además el hambre y el cansancio empezaban a hacer mella, así que rompió a llorar- Por favor, déjame pasar-sollozó- no me hagáis nada, yo nunca haría daño a nadie.
Como el chico se apartó, entró apresuradamente, pero se quedó parada al no saber que hacer, era simplemente demasiado para élla.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
25/09/12, 10:04 pm
Me sentí aliviado cuando vi que el repoblador se levantaba, aparentemente ileso. Sin embargo eso no cambiaba lo que había pasado. No podía seguir con las armas que llevaba ahora. No si cada vez que tenía que usarlas me entraba el pánico. -Voy abajo. Avisadme si me necesitáis para algo-
Bajé las escaleras y me adentré en la armería. Una vez dentro saqué la daga que me quedaba del cinto. "Esto no funciona. ¿De que me sirve llevar armas si me entra pánico al usarlas?" Dejé la daga en el estante donde la había encontrado y examiné los estantes en busca de algo para sustituirla. Descarté las mazas y los espadones al instante, no tendría fuerzas para usarlos. Las espadas cortas eran una opción, pero para poder utilizarlas como era debido hacía falta habilidad y técnica, y tampoco las tenía.
Mi mirada se fijó en una lanza. Tampoco sabía usarla, pero no parecía tan difícil de manejar como el resto "Tal vez Atol o Serokrai puedan enseñarme"
Cogí la lanza del estante y la examiné. El asta era de madera, y en una de las extremidades tenía una hoja corta de doble filo acabada en punta, algo sucia, pero no parecía desgastada. La sostuve un rato calibrando su peso. Pesaba poco más que un bastón de madera "Debería ser capaz de manejarla, aunque necesitaré practicar mucho"
Volví a dejar la lanza en el estante. No tenía sentido llevarla ahora. Y me dirigí hacia la salida para volver arriba cuando un baúl llamó mi atención. No parecía que nadie lo hubiera tocado en mucho tiempo. Movido por la curiosidad me acerqué y lo abrí. Estaba lleno de cristales. "Que raro. ¿Que hace esto en una armería?" Cogí unos cuantos examinándolos, pero no conseguí encontrarles ninguna utilidad. Me guardé un par para enseñarselos luego a los demás y subí de vuelta al salón.
-Oid, he encontrado algo curioso en la armería- Me callo al ver que hay una chica a la que no conozco, y que parecía estar herida. -¿Quien es?-
Bajé las escaleras y me adentré en la armería. Una vez dentro saqué la daga que me quedaba del cinto. "Esto no funciona. ¿De que me sirve llevar armas si me entra pánico al usarlas?" Dejé la daga en el estante donde la había encontrado y examiné los estantes en busca de algo para sustituirla. Descarté las mazas y los espadones al instante, no tendría fuerzas para usarlos. Las espadas cortas eran una opción, pero para poder utilizarlas como era debido hacía falta habilidad y técnica, y tampoco las tenía.
Mi mirada se fijó en una lanza. Tampoco sabía usarla, pero no parecía tan difícil de manejar como el resto "Tal vez Atol o Serokrai puedan enseñarme"
Cogí la lanza del estante y la examiné. El asta era de madera, y en una de las extremidades tenía una hoja corta de doble filo acabada en punta, algo sucia, pero no parecía desgastada. La sostuve un rato calibrando su peso. Pesaba poco más que un bastón de madera "Debería ser capaz de manejarla, aunque necesitaré practicar mucho"
Volví a dejar la lanza en el estante. No tenía sentido llevarla ahora. Y me dirigí hacia la salida para volver arriba cuando un baúl llamó mi atención. No parecía que nadie lo hubiera tocado en mucho tiempo. Movido por la curiosidad me acerqué y lo abrí. Estaba lleno de cristales. "Que raro. ¿Que hace esto en una armería?" Cogí unos cuantos examinándolos, pero no conseguí encontrarles ninguna utilidad. Me guardé un par para enseñarselos luego a los demás y subí de vuelta al salón.
-Oid, he encontrado algo curioso en la armería- Me callo al ver que hay una chica a la que no conozco, y que parecía estar herida. -¿Quien es?-
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 01:13 am
Yrio le agradeció al bichito que se hubiera ofrecido a quitarle las espinas. Le había hecho gracia su reacción frente a la mención del fuego, era curioso como no se había dado cuenta de que habían cocinado con fuego desde que llegaron.
-El fuego se controla, tenemos un pozo justo al lado, y si la hoguera es pequeña no es peligrosa- explicó, tratando de tranquilizarle. Debía tener algun tipo de trauma con el fuego para que le diese tanto miedo, aunque viendo su interés por las plantas puede que hasta tuviera sentido...- Y pechote es... algo que tienen las hembras de los mamíferos. Es que tu nombre se parecía mucho a uno.
Serokrai sacó el cadáver del bicho al patio a regañadientes, envolviéndolo en una sábana para que fuera mas facil y que no se llenase el suelo de sangre. Fue justo a tiempo pues llamaron a la puerta, y Atol dejó entrar a una niña. Era muy guapa, más o menos de su edad, pero estaba hecha un verdadero asco, toda sucia y llena de magulladuras y con la ropa desgarrada. Yrio se levantó con impaciencia sin dar tiempo casi a que le vendasen las manos, y fue a por una manta para cubrir a la chica con ella, que debía estar helada.
-No vamos a hacerte daño, estamos todos igual que tú- le dijo. No la había visto en las mazmorras ni en la fuente. Ni siquiera sabía de qué mundo era- ¿De dónde eres? Puedes... comer algo si quieres... o tomar un baño, pero el agua está muy fría...
Se alejó un poco viendo como la chica parecía aterrada, y regresó a su sitio junto a Seon y Pechote (Tap no le gustaba, iba a llamarle así de ahora en adelante) Intercambió con la peliazul una mirada de preocupación.
-El fuego se controla, tenemos un pozo justo al lado, y si la hoguera es pequeña no es peligrosa- explicó, tratando de tranquilizarle. Debía tener algun tipo de trauma con el fuego para que le diese tanto miedo, aunque viendo su interés por las plantas puede que hasta tuviera sentido...- Y pechote es... algo que tienen las hembras de los mamíferos. Es que tu nombre se parecía mucho a uno.
Serokrai sacó el cadáver del bicho al patio a regañadientes, envolviéndolo en una sábana para que fuera mas facil y que no se llenase el suelo de sangre. Fue justo a tiempo pues llamaron a la puerta, y Atol dejó entrar a una niña. Era muy guapa, más o menos de su edad, pero estaba hecha un verdadero asco, toda sucia y llena de magulladuras y con la ropa desgarrada. Yrio se levantó con impaciencia sin dar tiempo casi a que le vendasen las manos, y fue a por una manta para cubrir a la chica con ella, que debía estar helada.
-No vamos a hacerte daño, estamos todos igual que tú- le dijo. No la había visto en las mazmorras ni en la fuente. Ni siquiera sabía de qué mundo era- ¿De dónde eres? Puedes... comer algo si quieres... o tomar un baño, pero el agua está muy fría...
Se alejó un poco viendo como la chica parecía aterrada, y regresó a su sitio junto a Seon y Pechote (Tap no le gustaba, iba a llamarle así de ahora en adelante) Intercambió con la peliazul una mirada de preocupación.
- Serokrai
Ficha de cosechado
Nombre: Serokrai
Especie: Ulterano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad y nociones de lucha (especialista en lucha con armas a dos manos, especialmente guadañas y similares).
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 03:04 am
Escucho el discurso que me da Atol y aguardo unos instantes antes de responderle. No tengo intención de ser borde, pero la indignación bulle en mi interior.
- Disculpa Atol, es cierto, llevo menos tiempo que vosotros en este torreón. Aproximadamente unas ocho horas menos. Ocho horas en las que sobreviví al ataque de una casa carnívora y encontré la biblioteca, a la cual no habríais llegado tan fácilmente sin mi guía. Y precisamente en esa biblioteca en la que si yo no hubiera estado y no hubieran sido los chicos del otro torreón los que se hubieran aventurado en su interior, habrías encontrado los cuerpos sin vida de Pablo, Erin y el hombrecillo, que no hubieran sido capaces de defenderse mientras que tu te perdías entre los libros.- Hice una pausa durante la cual clave en el una fría mirada.- Es cierto que yo me he distraído en esta ocasión y no he llegado a tiempo de acabar con esta amenaza, lo reconozco, pero tu no eres quien para echarme nada en cara, puesto que has llegado al tiempo que yo. Y si estoy tratando de organizar un poco la protección de este torreón es porque en Ulterania era caporal de mi manipula, a punto de ser promovido para sargento, y bajo mis ordenes pocos hombres han caído. Tengo la intención de sobrevivir a los retos que nos aguardan, y que vosotros sobreviváis conmigo. Y no voy a aceptar que se ignoren mis consejos simplemente porque hieran el ego de alguien.
Sin añadir ni una palabra más, me ocupé de envolver el cadáver del lagarto en una sábana. Mientras tanto, el repoblador saco las astillas de las manos del joven nocturno. Me aproxime hacia ellos, levantando el cadáver con una mano sin esfuerzo.
- Bien hecho Yrio. Tu valentía a salvado la vida del repoblador.- Le sonrío mientras le doy una palmada amistosa en la espalda.- Luego tengo que hablar contigo, pero antes te toca a ti, hombrecillo.- Digo mientras cojo al repoblador y lo coloco sobre la palma de mi mano.
Luego salimos al patio. Dejo el cadáver al lado del huerto y levanto la mano para dejar al hombrecillo a la altura de mis ojos.
- Muy bien hombrecillo, cuéntame todo lo que puedes acerca del veneno. ¿Que efectos tienes? ¿Eres capaz de fabricar más con los materiales que tenemos aquí?- Sus respuestas podrían facilitarnos mucho la labor de sobrevivir.- Si untáramos nuestras armas con veneno, todo sería más sencillo, sobretodo para aquellos que no tienen habilidades de combate, que tendrían muchas mas posibilidades de salir bien librados de sus batallas.
- Disculpa Atol, es cierto, llevo menos tiempo que vosotros en este torreón. Aproximadamente unas ocho horas menos. Ocho horas en las que sobreviví al ataque de una casa carnívora y encontré la biblioteca, a la cual no habríais llegado tan fácilmente sin mi guía. Y precisamente en esa biblioteca en la que si yo no hubiera estado y no hubieran sido los chicos del otro torreón los que se hubieran aventurado en su interior, habrías encontrado los cuerpos sin vida de Pablo, Erin y el hombrecillo, que no hubieran sido capaces de defenderse mientras que tu te perdías entre los libros.- Hice una pausa durante la cual clave en el una fría mirada.- Es cierto que yo me he distraído en esta ocasión y no he llegado a tiempo de acabar con esta amenaza, lo reconozco, pero tu no eres quien para echarme nada en cara, puesto que has llegado al tiempo que yo. Y si estoy tratando de organizar un poco la protección de este torreón es porque en Ulterania era caporal de mi manipula, a punto de ser promovido para sargento, y bajo mis ordenes pocos hombres han caído. Tengo la intención de sobrevivir a los retos que nos aguardan, y que vosotros sobreviváis conmigo. Y no voy a aceptar que se ignoren mis consejos simplemente porque hieran el ego de alguien.
Sin añadir ni una palabra más, me ocupé de envolver el cadáver del lagarto en una sábana. Mientras tanto, el repoblador saco las astillas de las manos del joven nocturno. Me aproxime hacia ellos, levantando el cadáver con una mano sin esfuerzo.
- Bien hecho Yrio. Tu valentía a salvado la vida del repoblador.- Le sonrío mientras le doy una palmada amistosa en la espalda.- Luego tengo que hablar contigo, pero antes te toca a ti, hombrecillo.- Digo mientras cojo al repoblador y lo coloco sobre la palma de mi mano.
Luego salimos al patio. Dejo el cadáver al lado del huerto y levanto la mano para dejar al hombrecillo a la altura de mis ojos.
- Muy bien hombrecillo, cuéntame todo lo que puedes acerca del veneno. ¿Que efectos tienes? ¿Eres capaz de fabricar más con los materiales que tenemos aquí?- Sus respuestas podrían facilitarnos mucho la labor de sobrevivir.- Si untáramos nuestras armas con veneno, todo sería más sencillo, sobretodo para aquellos que no tienen habilidades de combate, que tendrían muchas mas posibilidades de salir bien librados de sus batallas.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo III)
26/09/12, 03:44 am
La mano del gigante blanco lo agarró sin avisar, como empezaba a ser costumbre entre estos gigantes tan poco civilizados, y lo arrastró con él hacia el huerto. La avispa voló tras ambos manteniendo la distancia con el hombretón y se posó sobre la estatua, aguardando alguna orden del repoblador.
Tap lanzó una primera mirada asesina al gigante y luego suavizó el gesto, dejándose transportar a regañadientes. Le había mosqueado un poco ese comentario hacia Yrio. << Me he salvado yo SOLO >> refunfuñó un par de insultos en voz baja, para evitar que le oyera. << A saber qué habría pasado sin mis venenos>>. Pero como solía pasar, a los seres grandes les costaba observar a los pequeños. Negó con la cabeza y se mordió la lengua, casi envenenánose con las maldiciones que se estaba callando.
El gigante elevó su mano, colocándola a la altura de su cara, y le preguntó acerca de sus venenos. Justo lo último que esperaba. << Vale, Tap, no te ha ignorado tanto >> rectificó mentalmente. Luego sonrió contento de poder enseñarle algo a esta panda de pacíficos.
-Este paraliza y este adormila-dijo señalando sus dos bolsitas con veneno-. Es potente, al menos en la mayoría de animales del bosque. Lo elaboramos machacando plantas que no se encuentran por aquí. El libro que traje enseña recetas para otros que jamás había usado, pero aquí solo tenemos plantas de especias...-agachó la cabeza y dio un pisotón de impotencia, olvidándose por un instante de que estaba sobre el Blanco-. Deberíamos buscar nuevas semillas, hacen falta-dijo en tono serio. Luego cambió de nuevo a los venenos-. De todas formas, estos no os valen para vuestras armas. Sería un malgasto de veneno. Poco es más a veces y mucho es caro.
El pensamiento de las armas ponzoñosas le hizo llevarse las manos al cinto y descubrió alarmado que había perdido los cristales. << MIERDA >>. Supuso inmediatamente que se habrían quedado enganchadas entre las escamas del lagarto, que después había sido espachurrado y espachurrado y vuelto a espachurrar por una silla. << Abono nuevo, arma nueva >> se autoconsoló.
-¿Me llevas al sitio con armas después de enterrar el muerto?-le pidió.
Tap lanzó una primera mirada asesina al gigante y luego suavizó el gesto, dejándose transportar a regañadientes. Le había mosqueado un poco ese comentario hacia Yrio. << Me he salvado yo SOLO >> refunfuñó un par de insultos en voz baja, para evitar que le oyera. << A saber qué habría pasado sin mis venenos>>. Pero como solía pasar, a los seres grandes les costaba observar a los pequeños. Negó con la cabeza y se mordió la lengua, casi envenenánose con las maldiciones que se estaba callando.
El gigante elevó su mano, colocándola a la altura de su cara, y le preguntó acerca de sus venenos. Justo lo último que esperaba. << Vale, Tap, no te ha ignorado tanto >> rectificó mentalmente. Luego sonrió contento de poder enseñarle algo a esta panda de pacíficos.
-Este paraliza y este adormila-dijo señalando sus dos bolsitas con veneno-. Es potente, al menos en la mayoría de animales del bosque. Lo elaboramos machacando plantas que no se encuentran por aquí. El libro que traje enseña recetas para otros que jamás había usado, pero aquí solo tenemos plantas de especias...-agachó la cabeza y dio un pisotón de impotencia, olvidándose por un instante de que estaba sobre el Blanco-. Deberíamos buscar nuevas semillas, hacen falta-dijo en tono serio. Luego cambió de nuevo a los venenos-. De todas formas, estos no os valen para vuestras armas. Sería un malgasto de veneno. Poco es más a veces y mucho es caro.
El pensamiento de las armas ponzoñosas le hizo llevarse las manos al cinto y descubrió alarmado que había perdido los cristales. << MIERDA >>. Supuso inmediatamente que se habrían quedado enganchadas entre las escamas del lagarto, que después había sido espachurrado y espachurrado y vuelto a espachurrar por una silla. << Abono nuevo, arma nueva >> se autoconsoló.
-¿Me llevas al sitio con armas después de enterrar el muerto?-le pidió.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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