Torreón Letargo (Archivo II)
+13
Elliot
Martalar
Shylver
Leonart
Lops
Vlad
Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 05:43 pm
Pasaron unos minutos en los que seguí tumbado bocabajo en la cama, aún dolorido pero mucho menos que antes. Estaba completamente ensangrentado, pero parecía que había dejado también de sangrar en gran parte. Sin embargo aún seguía llegándome una suerte de sonidos que no podía identificar. Parecía haber mucho alboroto en el torreón, ¿o sólo me lo parecía por la confusión audtiva que estaba padeciendo?
De pronto alguien llega la habitación interrumpiendo mis pensamientos. Esta vez puedo distinguir quien era, creo que me ha salido algo donde tenía las cejas, pues el sudor ya no me cae en los ojos.
-El señor kaiser... -musité en voz muy baja.
Observé con sorpresa el cuerpo del señor kaiser. Estaba lleno de ojos, ojos por todas partes. En cambio en el único lugar donde esperarías que tuviese ojos alguien, no tenía. Además parecía haber crecido. Observarle resultaba cuanto menos extraño.
Para mi sorpresa me habló de forma calmada mientras me colocaba una sábana por encima, agarrándola fuertemente a la cama con sus cuchillos. Intenté prestar atención a lo que decía para intentar entenderle pero sólo pude comprender vagamente las palabras "caigas" y "ayuda". ¿Por qué me ayudaba? No comprendía ese cambio de actitud... ¿Quizás la transformación también provocase cambios psicológicos? Yo creía seguir sintiéndome como siempre en ese aspecto, ¿o no? Bueno, no podía saberlo, hasta ahora no había sido capaz ni de pensar. Me acordé súbitamente de que alguien había venido a verme en mi momento de más dolor. ¿Había sido él? ¿Qué me había dado? Lo medité un momento mientras ya se iba, sin darme tiempo a reaccionar y decirle nada. Él tomaba unas pastillas para contener su locura, nos habían dicho... Quizás por eso estuviese tranquilo y... eso debía ser lo que me había dado. Por eso el dolor había remitido en gran parte. Más adelante tendría que darle las gracias por ello, al menos.
Ahora que ya podía ver más o menos lo que me rodeaba quise saber si había alguien más en la habitación. Seguía siendo incapaz de moverme demasiado, pero hice un esfuerzo por observar el resto del cuarto. Me pareció ver a alguien entre las sombras... ¿Alicia? Sí, parece ella aunque sólo puedo verla de refilón. Pero entonces parte del estruendo se escuchó más cerca. Alguien más entraba en el dormitorio. No conseguí distinguir bien la confusión de voces, aunque por los tonos creía que pertenecían a Alicia y Mánia. ¿Qué estaba sucediendo? Estaban armando mucho ruido. Me pareció oír gritar a Alicia y me esforcé por ver qué estaba ocurriendo. << Un momento... ¿quién es esa otra chica? Pero si... si es igual que Alicia >>. Quise pensar en lo que eso significaba pero de pronto volví a convulsionarme de dolor. Algo volvía a salirme, haciéndome sangrar abundantemente en el proceso. Lo notaba especialmente en las alas. Apreté los dientes y me revolví en la cama, incómodo. Ya no volví a enterarme de lo que sucedía en la habitación con las chicas.
Seguía sufriendo dolor por todo el cuerpo, especialmente en las alas. De pronto noto que alguien me destapa, desgarrando las sábanas en el proceso puesto que estaban agarradas con los estiletes. Estaba bastante aturdido por el dolor pero pude distinguir un vestido negro. ¿Por qué me había llamado eso la atención y no su... cara? ¡No tenía cabeza! Incapaz de decir algo, veo como se sienta en la cama, suspirando y comienza a lanzar un hechizo. Lo reconocí mientras lo hacía, era magia curativa. ¡Me estaba curando las heridas y calmándome el dolor! Lo hizo muy rápido y pronto me sorprendí en mucha mejor condición. Entonces me habló. Me sorprendí mucho porque la pude entender perfectamente. Me había hablado a la mente. Fue un alivio poder comprender algo a la perfección entre tanto caos de sonidos.
-No... no importa por qué lo hayas hecho. Te estoy muy agradecido -dije intentando sonreír. Era la primera vez que hablaba en tono normal desde que había comenzado a transformarme. Mi propia voz me sonó extraña, ya que podía comprenderla aunque sonaba distinta-. Espera, ¿has dicho que esta era tu cama?
Un torrente de imágenes aparece en mi mente. ¿Sus recuerdos? Estaba todavía demasiado aturdido y las imágenes pasaron muy rápido, pero pude ver a una chica durmiendo en la misma cama donde yo estaba. Era ella
-¡Entonces tú vivías aquí! -me sentí súbitamente emocionado-. Ahora estábamos viviendo seis personas en Letargo, aunque ahora mismo hay más gente aquí, han venido Vlad y el señor kaiser desde Maciel... No sé si habrá venido alguien más pues se escucha mucho alboroto. No puedo distinguir bien los sonidos desde que me está sucediendo esto, así que no sé lo que está pasando y estoy preocupado por mis compañeros -le explico.
Finalmente observo el lugar donde debería estar su cabeza. En su lugar un humo emana de su cuello. Está bastante oscuro para afirmarlo pero parece humo negro. Yo conocía el tipo de criatura que era esa chica, aparecía en algunas historias fantásticas.
-Eres... ¡eres un Dulahan! ¡Seguro que eres muy fuerte y...! -me di cuenta de que me estaba emocionado demasiado y que trataba de incorporarme en la cama ahora que me veía libre de casi todo el dolor. Miré hacia abajo algo avergonzado-. Perdona, creo que estoy un poco eufórico porque hasta hace poco no podía hacer nada más que agonizar de dolor. ¿Puedes levantarte de la cama? No quisiera darte un golpe con las alas o la cola, todavía no tengo ningún control sobre ellas y se mueven cuando quieren.
De pronto alguien llega la habitación interrumpiendo mis pensamientos. Esta vez puedo distinguir quien era, creo que me ha salido algo donde tenía las cejas, pues el sudor ya no me cae en los ojos.
-El señor kaiser... -musité en voz muy baja.
Observé con sorpresa el cuerpo del señor kaiser. Estaba lleno de ojos, ojos por todas partes. En cambio en el único lugar donde esperarías que tuviese ojos alguien, no tenía. Además parecía haber crecido. Observarle resultaba cuanto menos extraño.
Para mi sorpresa me habló de forma calmada mientras me colocaba una sábana por encima, agarrándola fuertemente a la cama con sus cuchillos. Intenté prestar atención a lo que decía para intentar entenderle pero sólo pude comprender vagamente las palabras "caigas" y "ayuda". ¿Por qué me ayudaba? No comprendía ese cambio de actitud... ¿Quizás la transformación también provocase cambios psicológicos? Yo creía seguir sintiéndome como siempre en ese aspecto, ¿o no? Bueno, no podía saberlo, hasta ahora no había sido capaz ni de pensar. Me acordé súbitamente de que alguien había venido a verme en mi momento de más dolor. ¿Había sido él? ¿Qué me había dado? Lo medité un momento mientras ya se iba, sin darme tiempo a reaccionar y decirle nada. Él tomaba unas pastillas para contener su locura, nos habían dicho... Quizás por eso estuviese tranquilo y... eso debía ser lo que me había dado. Por eso el dolor había remitido en gran parte. Más adelante tendría que darle las gracias por ello, al menos.
Ahora que ya podía ver más o menos lo que me rodeaba quise saber si había alguien más en la habitación. Seguía siendo incapaz de moverme demasiado, pero hice un esfuerzo por observar el resto del cuarto. Me pareció ver a alguien entre las sombras... ¿Alicia? Sí, parece ella aunque sólo puedo verla de refilón. Pero entonces parte del estruendo se escuchó más cerca. Alguien más entraba en el dormitorio. No conseguí distinguir bien la confusión de voces, aunque por los tonos creía que pertenecían a Alicia y Mánia. ¿Qué estaba sucediendo? Estaban armando mucho ruido. Me pareció oír gritar a Alicia y me esforcé por ver qué estaba ocurriendo. << Un momento... ¿quién es esa otra chica? Pero si... si es igual que Alicia >>. Quise pensar en lo que eso significaba pero de pronto volví a convulsionarme de dolor. Algo volvía a salirme, haciéndome sangrar abundantemente en el proceso. Lo notaba especialmente en las alas. Apreté los dientes y me revolví en la cama, incómodo. Ya no volví a enterarme de lo que sucedía en la habitación con las chicas.
Seguía sufriendo dolor por todo el cuerpo, especialmente en las alas. De pronto noto que alguien me destapa, desgarrando las sábanas en el proceso puesto que estaban agarradas con los estiletes. Estaba bastante aturdido por el dolor pero pude distinguir un vestido negro. ¿Por qué me había llamado eso la atención y no su... cara? ¡No tenía cabeza! Incapaz de decir algo, veo como se sienta en la cama, suspirando y comienza a lanzar un hechizo. Lo reconocí mientras lo hacía, era magia curativa. ¡Me estaba curando las heridas y calmándome el dolor! Lo hizo muy rápido y pronto me sorprendí en mucha mejor condición. Entonces me habló. Me sorprendí mucho porque la pude entender perfectamente. Me había hablado a la mente. Fue un alivio poder comprender algo a la perfección entre tanto caos de sonidos.
-No... no importa por qué lo hayas hecho. Te estoy muy agradecido -dije intentando sonreír. Era la primera vez que hablaba en tono normal desde que había comenzado a transformarme. Mi propia voz me sonó extraña, ya que podía comprenderla aunque sonaba distinta-. Espera, ¿has dicho que esta era tu cama?
Un torrente de imágenes aparece en mi mente. ¿Sus recuerdos? Estaba todavía demasiado aturdido y las imágenes pasaron muy rápido, pero pude ver a una chica durmiendo en la misma cama donde yo estaba. Era ella
-¡Entonces tú vivías aquí! -me sentí súbitamente emocionado-. Ahora estábamos viviendo seis personas en Letargo, aunque ahora mismo hay más gente aquí, han venido Vlad y el señor kaiser desde Maciel... No sé si habrá venido alguien más pues se escucha mucho alboroto. No puedo distinguir bien los sonidos desde que me está sucediendo esto, así que no sé lo que está pasando y estoy preocupado por mis compañeros -le explico.
Finalmente observo el lugar donde debería estar su cabeza. En su lugar un humo emana de su cuello. Está bastante oscuro para afirmarlo pero parece humo negro. Yo conocía el tipo de criatura que era esa chica, aparecía en algunas historias fantásticas.
-Eres... ¡eres un Dulahan! ¡Seguro que eres muy fuerte y...! -me di cuenta de que me estaba emocionado demasiado y que trataba de incorporarme en la cama ahora que me veía libre de casi todo el dolor. Miré hacia abajo algo avergonzado-. Perdona, creo que estoy un poco eufórico porque hasta hace poco no podía hacer nada más que agonizar de dolor. ¿Puedes levantarte de la cama? No quisiera darte un golpe con las alas o la cola, todavía no tengo ningún control sobre ellas y se mueven cuando quieren.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 05:48 pm
Por el camino pierdo de vista a Jack constantemente, aunque no es difícil perder de vista a alguien convertido en humo. Pero sigo avanzando directamente hacia el torreón sin perder un momento. Cuando ya no faltaba demasiado para llegar, Jack aparece a mi lado diciéndome que se adelanta.
-De acuerdo, hasta ahora -le digo.
Me pregunto qué habrá llamado su atención, así que voy todo lo rápido que puedo para alcanzarlos enseguida. Cuando por fin llego al torreón veo la puerta abierta. Se ve movimiento a través de las ventanas. Me elevo más y al final deshago el hechizo de levitación sobre la azotea. Bajo mis pies escucho gritos, lamentos... hay gritos de enfado, quizá haya alguna pelea o forcejeo allí abajo. También se oye algún grito agónico... los ruidos se confunden. Entro con sigilo bajando hasta la cuarta planta, que está vacía. A mi me gustaba refugiarme allí cuando me acababa de transformar... la habitación me trae recuerdos, pero no me paro a observarla para recordar.
Sigo hacia la tercera planta bajando por las escaleras. Se oyen gritos más de cerca, alguien habla de intrusos monstruosos... ¿Elliot y Jack? Será mejor que no me vean, aunque al menos mi aspecto ahora no es tan extraño, salvo por el tenue brillo azul. En la siguiente planta están las habitaciones, y me asomo con curiosidad, listo para huir si alguien me veía. Pero en el dormitorio no hay tanto movimiento como parece haber varios pisos más abajo. Solo hay un chico, y está Elliot con él. ¿De qué estarán hablando? El chico parecía haber tenido una transformación dolorosa a juzgar por la sangre a su alrededor, pero ahora estaba cubierto de lo que parecían plumas, le estaban saliendo alas... Y parecía emocionado de ver a Elliot. Me confié un poco al ver su reacción, no parecía temernos. Doy un paso al frente y entro en la habitación con un aire de timidez. Me acerco a Elliot y miro al chico.
-Hola... -digo sin mucho convencimiento-. Yo también vivía aquí, antes. Me gustaría daros la bienvenida a la ciudad como es debido.
Sonrío tímidamente mientras me acerco más, ofreciéndole ayuda también para levantarse de la cama. Sin duda debió haber sufrido mucho, ahora que me fijo en él de cerca.
-Parece que tus compañeros están armando una buena ahí abajo -comento en voz baja.
-De acuerdo, hasta ahora -le digo.
Me pregunto qué habrá llamado su atención, así que voy todo lo rápido que puedo para alcanzarlos enseguida. Cuando por fin llego al torreón veo la puerta abierta. Se ve movimiento a través de las ventanas. Me elevo más y al final deshago el hechizo de levitación sobre la azotea. Bajo mis pies escucho gritos, lamentos... hay gritos de enfado, quizá haya alguna pelea o forcejeo allí abajo. También se oye algún grito agónico... los ruidos se confunden. Entro con sigilo bajando hasta la cuarta planta, que está vacía. A mi me gustaba refugiarme allí cuando me acababa de transformar... la habitación me trae recuerdos, pero no me paro a observarla para recordar.
Sigo hacia la tercera planta bajando por las escaleras. Se oyen gritos más de cerca, alguien habla de intrusos monstruosos... ¿Elliot y Jack? Será mejor que no me vean, aunque al menos mi aspecto ahora no es tan extraño, salvo por el tenue brillo azul. En la siguiente planta están las habitaciones, y me asomo con curiosidad, listo para huir si alguien me veía. Pero en el dormitorio no hay tanto movimiento como parece haber varios pisos más abajo. Solo hay un chico, y está Elliot con él. ¿De qué estarán hablando? El chico parecía haber tenido una transformación dolorosa a juzgar por la sangre a su alrededor, pero ahora estaba cubierto de lo que parecían plumas, le estaban saliendo alas... Y parecía emocionado de ver a Elliot. Me confié un poco al ver su reacción, no parecía temernos. Doy un paso al frente y entro en la habitación con un aire de timidez. Me acerco a Elliot y miro al chico.
-Hola... -digo sin mucho convencimiento-. Yo también vivía aquí, antes. Me gustaría daros la bienvenida a la ciudad como es debido.
Sonrío tímidamente mientras me acerco más, ofreciéndole ayuda también para levantarse de la cama. Sin duda debió haber sufrido mucho, ahora que me fijo en él de cerca.
-Parece que tus compañeros están armando una buena ahí abajo -comento en voz baja.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 07:44 pm
Una vez Vlad estuvo ya armado, dirigió su mirada hacia Mánia, que estaba en el rellano de las escaleras. Enfundando los cuchillos y sin dejar de mirarla a sus preciosos ojos violáceos, que se le antojaban joyas incrustadas en su perfecto rostro de alabastro, comenzó a andar hacia ella. Se movía sinuosamente, moviendo el rabo serpenteante tras de sí. Deseaba estar más cerca de ella y absorber su olor. Intentó no ser demasiado amenazador para la muchacha. Había visto los juguetitos que se había agenciado, y era consciente de que era relativamente ver sus intenciones. Básicamente, sólo había que mirarle de cintura para abajo.
Se sentía más vivo de lo habitual. Y ya no sólo porque se hubiera librado de aquellas cargas morales que lo aprisionaban a una vida fría e insulsa, ni tampoco porque estuviera más salido que el pico de una mesa. La cosa es que, desde que había comenzado a jugar con Toima, había sentido algo… especial. Se había sentido más fuerte, más poderoso. Y no por el simple hecho de la dominación sexual. Había sido algo… místico. Cómo si hubiera absorbido algo especial. Mágia…
Y mientras pensaba en aquellos temas tan extraños, llegó hasta Mánia. No sabía si sugerirle algo indecente, si ser caballeroso o si hacer algo en particular. Aunque por suerte o por desgracia, aquellos dilemas del cortejo pasaron a un segundo plano cuando escuchó la voz de un señor subiendo las escaleras. Alguien que sugería que sería interesante atentar brutalmente contra la integridad física de otro alguien. Y entonces Vlad tragó saliva. Un mal presentimiento comenzó a golpear su cabeza cómo un loco con un bate de baseball contra un parquímetro. Si de normal el hecho de que unos monstruos hubieran llegado al torreón en busca de bronca de la buena ya le resultaba perturbador, que el instinto fatalista paranoico del conde le gritara al oído que venían a por él; hizo que el señor Vladimir tomara una serie de resoluciones precipitadas e irresponsables de las que estaba seguro que se tendría a que acostumbrar a tomar en adelante.
Tomó la mano de la señorita Mánia con delicadeza (tanto para evitar ser amenazador cómo para no rebanarse la mano por equivocación). Ignorando con dificultades el sedoso tacto de su piel y las ideas indecentes que le sugerían, le dijo:
-Señorita, témome que corremos ambos un grave peligro en este lugar. Tenga la bondad de acompañarme.
La guió apresuradamente por las escaleras, llegando al salón, dónde unas cuantas criaturas bizarras se habían constituido cómo compañía del señor Blanc y de Hannah. Sin pensárselo dos veces, saludó con un gesto de mano a todos los recién llegados y saltó a la bañera de Alphonse, introduciendo a Mánia en su interior también.
Sin dar oportunidad a ningún presente, se acercó rápida pero sensualmente al muchacho, le tomó con una mano por la barbilla y le plantó un suave, violento y sorpresivo pico. Antes de que dijera nada, le miró a los ojos con sonrisa pícara.
-Sáquenos de aquí rápido, si no le importa señor Blanc. Puedo hacer cosas peores que esta.- dijo mientras movía el rabo por encima de su cabeza, sugiriendo qué tipo de cosas se le estaban ocurriendo hacer.- Luego se lo explico todo.
Y sin más dilación, salieron volando por la puerta del torreón a las entrañas de la ciudad.
((Continúa en la Biblioteca Mágica))
Se sentía más vivo de lo habitual. Y ya no sólo porque se hubiera librado de aquellas cargas morales que lo aprisionaban a una vida fría e insulsa, ni tampoco porque estuviera más salido que el pico de una mesa. La cosa es que, desde que había comenzado a jugar con Toima, había sentido algo… especial. Se había sentido más fuerte, más poderoso. Y no por el simple hecho de la dominación sexual. Había sido algo… místico. Cómo si hubiera absorbido algo especial. Mágia…
Y mientras pensaba en aquellos temas tan extraños, llegó hasta Mánia. No sabía si sugerirle algo indecente, si ser caballeroso o si hacer algo en particular. Aunque por suerte o por desgracia, aquellos dilemas del cortejo pasaron a un segundo plano cuando escuchó la voz de un señor subiendo las escaleras. Alguien que sugería que sería interesante atentar brutalmente contra la integridad física de otro alguien. Y entonces Vlad tragó saliva. Un mal presentimiento comenzó a golpear su cabeza cómo un loco con un bate de baseball contra un parquímetro. Si de normal el hecho de que unos monstruos hubieran llegado al torreón en busca de bronca de la buena ya le resultaba perturbador, que el instinto fatalista paranoico del conde le gritara al oído que venían a por él; hizo que el señor Vladimir tomara una serie de resoluciones precipitadas e irresponsables de las que estaba seguro que se tendría a que acostumbrar a tomar en adelante.
Tomó la mano de la señorita Mánia con delicadeza (tanto para evitar ser amenazador cómo para no rebanarse la mano por equivocación). Ignorando con dificultades el sedoso tacto de su piel y las ideas indecentes que le sugerían, le dijo:
-Señorita, témome que corremos ambos un grave peligro en este lugar. Tenga la bondad de acompañarme.
La guió apresuradamente por las escaleras, llegando al salón, dónde unas cuantas criaturas bizarras se habían constituido cómo compañía del señor Blanc y de Hannah. Sin pensárselo dos veces, saludó con un gesto de mano a todos los recién llegados y saltó a la bañera de Alphonse, introduciendo a Mánia en su interior también.
Sin dar oportunidad a ningún presente, se acercó rápida pero sensualmente al muchacho, le tomó con una mano por la barbilla y le plantó un suave, violento y sorpresivo pico. Antes de que dijera nada, le miró a los ojos con sonrisa pícara.
-Sáquenos de aquí rápido, si no le importa señor Blanc. Puedo hacer cosas peores que esta.- dijo mientras movía el rabo por encima de su cabeza, sugiriendo qué tipo de cosas se le estaban ocurriendo hacer.- Luego se lo explico todo.
Y sin más dilación, salieron volando por la puerta del torreón a las entrañas de la ciudad.
((Continúa en la Biblioteca Mágica))
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 07:57 pm
El pseudo-pulpo con ojos saca un cuchillo mientras le miro, pero no me preocupa... ¿en serio cree que puede vencer a una Dullahan con un cuchillito? Decido no darle mas importancia y seguir mi camino mientras éste grita a mi espalda. ¿Monstruos nosotros? Espera, espera... ¿Se ha mirado en un espejo? ¡Si parece un anuncio de gafas, por dios! Sonrío internamente mientras él sigue convocando a sus amiguitos... espero que no se le ocurra la genial idea de atacarme, dudo que saliese bien parado...
El chico que se retuerce en la cama parece asombrarse cuando ve que no tengo cabeza... ah, bueno, tu te estas convirtiendo en un pollo, pero la rara soy yo, ¿no? También parece sorprenderse cuando le hablo mentalmente. Puedo notar a Jack volando por la habitación en forma de humo, pero no le miro, puesto que la niña que antes estaba petrificada parece haberse despertado y me habla. Pues para no dar problemas parece de muy mal humor, la verdad...
Me vuelvo a concentrar en el niño que dice estar muy agradecido... Estos mocosos de hoy en dia son demasiado confiados... ¿y si quisiese matarle? ¿Y si lo único que buscase fuese aprovecharme de su poder? Segundo error para los cosechaditos de éste año... Parece muy emocionado al enterarse de que yo también había vivido en el torreón... también me habla de la gente que hay ahora mismo en el torreón... Luego, después de quedarse mirándome durante unos segundos se pone a gritar, emocionadisimo, tanto que me dan ganas de ponerle las manos en la boca para que se calle.... ¡y yo que se pensé que se asustaría! ¿Que tipo de niños han traído este año a Rocavarancolia que ven a una tía sin cabeza y ni se asustan? Pues vaya... así no tiene gracia...
Gael llega al cuarto también, saludándome mientras mira al niño, sonriendo. El mocoso me pide que me levante de la cama para no darme con las alas así que me echo un poco hacia atrás mientras Gael le ayuda a levantarse.
La lagarta a la que le di la patada antes también entra a escena y habla sobre estar de un lado o de otro... así que hay bandos entre estos cosechados eh... interesante. ¿Tan mal se llevan desde el principio? Eso no está bien... las discusiones entre humanos no son peligrosas... pero el odio mezclado con tanto poder... puede ser muy, muy destructivo. Aunque realmente, no me importa que se destruyan siempre que dejen un bonito espectáculo para los espectadores como yo. ¿Porqué estarán divididos? Bueno, ya me enteraré, supongo...
Esta cosecha parece bien distinta a la nuestra... parece que hay muchas, muchas tensiones entre ellos, incluso mas de las que había entre nosotros... y por ahora prefiero no meterme en medio de sus discusiones... pero, ¿quien sabe? Quizás sea divertido...
Decido irme por el momento. Aun siento curiosidad por ellos, y aun quiero conocerles mas a fondo y analizarles para ver de que son capaces y si resultan una amenaza, pero está claro que no puedo hacerlo mientras se retuercen de dolor en el suelo... Escribo en el aire "Nos veremos de nuevo" y me acerco a la ventana por la que tantas veces había mirado cuando era tan solo una cosechada. Sin decir nada mas salto por la ventana, con el humo de mi cuello condensándose ya, y, justo antes de rozar el suelo, el dragón se materializa debajo de mi, alzándome hacia el cielo de nuevo con un batir de alas... "No ha estado mal eh" bromeo sonriendo internamente, y como respuesta obtengo un tremendo rugido eufórico que rompe la noche tan solo en mis pensamientos.
De pronto veo algo que me llama la atención. Una bañera volando. ¿Una bañera? ¿Y el espantapájaros? No, dentro no está dentro hay... dentro... ¡Cosechados! ¿A donde van a estas horas y recién transformaditos? Sonrío para mi misma. "Sigueles... pero que no te vean... vamos a divertirnos un ratito..." le indico al dragón, que hace una pirueta, elevándose en el aire hasta confundirse con las nubes. Mi ropa cubre todo mi cuerpo, volviéndolo absolutamente negro como la noche, haciendo que seamos invisibles en la oscuridad.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
El chico que se retuerce en la cama parece asombrarse cuando ve que no tengo cabeza... ah, bueno, tu te estas convirtiendo en un pollo, pero la rara soy yo, ¿no? También parece sorprenderse cuando le hablo mentalmente. Puedo notar a Jack volando por la habitación en forma de humo, pero no le miro, puesto que la niña que antes estaba petrificada parece haberse despertado y me habla. Pues para no dar problemas parece de muy mal humor, la verdad...
Me vuelvo a concentrar en el niño que dice estar muy agradecido... Estos mocosos de hoy en dia son demasiado confiados... ¿y si quisiese matarle? ¿Y si lo único que buscase fuese aprovecharme de su poder? Segundo error para los cosechaditos de éste año... Parece muy emocionado al enterarse de que yo también había vivido en el torreón... también me habla de la gente que hay ahora mismo en el torreón... Luego, después de quedarse mirándome durante unos segundos se pone a gritar, emocionadisimo, tanto que me dan ganas de ponerle las manos en la boca para que se calle.... ¡y yo que se pensé que se asustaría! ¿Que tipo de niños han traído este año a Rocavarancolia que ven a una tía sin cabeza y ni se asustan? Pues vaya... así no tiene gracia...
Gael llega al cuarto también, saludándome mientras mira al niño, sonriendo. El mocoso me pide que me levante de la cama para no darme con las alas así que me echo un poco hacia atrás mientras Gael le ayuda a levantarse.
La lagarta a la que le di la patada antes también entra a escena y habla sobre estar de un lado o de otro... así que hay bandos entre estos cosechados eh... interesante. ¿Tan mal se llevan desde el principio? Eso no está bien... las discusiones entre humanos no son peligrosas... pero el odio mezclado con tanto poder... puede ser muy, muy destructivo. Aunque realmente, no me importa que se destruyan siempre que dejen un bonito espectáculo para los espectadores como yo. ¿Porqué estarán divididos? Bueno, ya me enteraré, supongo...
Esta cosecha parece bien distinta a la nuestra... parece que hay muchas, muchas tensiones entre ellos, incluso mas de las que había entre nosotros... y por ahora prefiero no meterme en medio de sus discusiones... pero, ¿quien sabe? Quizás sea divertido...
Decido irme por el momento. Aun siento curiosidad por ellos, y aun quiero conocerles mas a fondo y analizarles para ver de que son capaces y si resultan una amenaza, pero está claro que no puedo hacerlo mientras se retuercen de dolor en el suelo... Escribo en el aire "Nos veremos de nuevo" y me acerco a la ventana por la que tantas veces había mirado cuando era tan solo una cosechada. Sin decir nada mas salto por la ventana, con el humo de mi cuello condensándose ya, y, justo antes de rozar el suelo, el dragón se materializa debajo de mi, alzándome hacia el cielo de nuevo con un batir de alas... "No ha estado mal eh" bromeo sonriendo internamente, y como respuesta obtengo un tremendo rugido eufórico que rompe la noche tan solo en mis pensamientos.
De pronto veo algo que me llama la atención. Una bañera volando. ¿Una bañera? ¿Y el espantapájaros? No, dentro no está dentro hay... dentro... ¡Cosechados! ¿A donde van a estas horas y recién transformaditos? Sonrío para mi misma. "Sigueles... pero que no te vean... vamos a divertirnos un ratito..." le indico al dragón, que hace una pirueta, elevándose en el aire hasta confundirse con las nubes. Mi ropa cubre todo mi cuerpo, volviéndolo absolutamente negro como la noche, haciendo que seamos invisibles en la oscuridad.
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:08 pm
Un desfile de criaturas extrañas pasó ante los ojos de Mánia, a cual más bizarra que la anterior. Algunas eran interesantes y vistosas y otras simplemente... feas. Aun así, Mánia no hacía más que preguntarse de dónde habían salido, y qué hacían allí. Una chica con unas enormes alas rojas se paró junto a la bañera que había aterrizado en medio del salón. Era una criatura realmente preciosa, y Mánia quedó embelesada por los miles de brillantes que decoraban su piel, como estrellas en el cielo.
El olor de Vlad le asaltó de pronto y al girarse no acertó a ver el grupo de criaturas que justo entraban en el torreón, pero sí lo que decían. ¿Iban a matar a alguien? ¿A quien? No tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello, pues Vlad tiró de ella después de una escueta explicación y la sacó de las mazmorras.
-¡No, espera!! ¡Alicia!!!- gritó girándose para buscar a su amiga con la mirada.
El conde la metió en la bañera junto con un chico pez que le recordó a uno de los chicos de Maciel (seguramente sería él mismo) Bufó al sentir el agua fría mojarle las piernas, aunque agradeció que se llevase toda la sangre que tenía aun adherida a la piel. No tardaron más de unos segundos en despegar. Mánia se agarró al borde de la bañera con todas sus fuerzas y le habría revabado la cabeza a Vlad de nos er por que le daba demasiado miedo soltarse. Aquel trasto estaba volando, y no era ella quien lo controlaba... y eso no le gustaba lo más mínimo.
-¿Adónde me estas llevando?? ¿Qué pasa con Alicia??- preguntó a voz de grito.
Se hizo un ovillo en el suelo de la bañera, con los nudillos blancos de la fuerza con la que se agarraba, y permaneció así hasta que tomaron altura. Cuando tuvo el valor suficiente para asomarse y ver la ciudad extenderse a sus pies, señaló un punto no muy lejos de Letargo.
-Allí, la biblioteca!! Vamos alli!!- ordenó. Quería poner sus garritas sobre esos libros cuanto antes.
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El olor de Vlad le asaltó de pronto y al girarse no acertó a ver el grupo de criaturas que justo entraban en el torreón, pero sí lo que decían. ¿Iban a matar a alguien? ¿A quien? No tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello, pues Vlad tiró de ella después de una escueta explicación y la sacó de las mazmorras.
-¡No, espera!! ¡Alicia!!!- gritó girándose para buscar a su amiga con la mirada.
El conde la metió en la bañera junto con un chico pez que le recordó a uno de los chicos de Maciel (seguramente sería él mismo) Bufó al sentir el agua fría mojarle las piernas, aunque agradeció que se llevase toda la sangre que tenía aun adherida a la piel. No tardaron más de unos segundos en despegar. Mánia se agarró al borde de la bañera con todas sus fuerzas y le habría revabado la cabeza a Vlad de nos er por que le daba demasiado miedo soltarse. Aquel trasto estaba volando, y no era ella quien lo controlaba... y eso no le gustaba lo más mínimo.
-¿Adónde me estas llevando?? ¿Qué pasa con Alicia??- preguntó a voz de grito.
Se hizo un ovillo en el suelo de la bañera, con los nudillos blancos de la fuerza con la que se agarraba, y permaneció así hasta que tomaron altura. Cuando tuvo el valor suficiente para asomarse y ver la ciudad extenderse a sus pies, señaló un punto no muy lejos de Letargo.
-Allí, la biblioteca!! Vamos alli!!- ordenó. Quería poner sus garritas sobre esos libros cuanto antes.
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- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:39 pm
—¿¡Qué!? ¡Ese desgraciado se ha ido! —constató el furioso Neyara y atravesó una pared de un puñetazo. Tiró hacia trás de su brazo con una mueca de dolor.
—Bien, déjenme presentarme, yo...
La voz de Kniveth, tan grave que se escuchó en toda la zona, fue interrumpida, por la voz del demonio...
—¡Pues ahora mismo me voy a por...!
...que a su vez fue interrumpido por otra persona.
Neyara cayó, desmayado, con un sello de cuero pegado en el cuello.
—Especial para los de su clase. Qué tipo más idiota, si esto es lo que entiende por mediación —intervino InCordia—. Y por cierto, ahí estás. Toma.
Le colocó el segundo amuleto a la segunda Alicia y le explicó su función. Mientras tanto, sus acompañantes se habían sentado. En ese momento, el caballero gigante estaba planteándose lo maravilloso que sería que les invitasen a tomar una taza de café tranquilamente, pero el caos no parecía indicar que fuesen propensos a ellos. La bruja a su lado se entretenía pintando monigootes que se asesinabban con una tiza en el suelo.
—No sé ni para que hemos venido —suspiró un molesto hombre desnudo pero desapercibido para todos recostado en el hombro del gigante.
—Bien, déjenme presentarme, yo...
La voz de Kniveth, tan grave que se escuchó en toda la zona, fue interrumpida, por la voz del demonio...
—¡Pues ahora mismo me voy a por...!
...que a su vez fue interrumpido por otra persona.
Neyara cayó, desmayado, con un sello de cuero pegado en el cuello.
—Especial para los de su clase. Qué tipo más idiota, si esto es lo que entiende por mediación —intervino InCordia—. Y por cierto, ahí estás. Toma.
Le colocó el segundo amuleto a la segunda Alicia y le explicó su función. Mientras tanto, sus acompañantes se habían sentado. En ese momento, el caballero gigante estaba planteándose lo maravilloso que sería que les invitasen a tomar una taza de café tranquilamente, pero el caos no parecía indicar que fuesen propensos a ellos. La bruja a su lado se entretenía pintando monigootes que se asesinabban con una tiza en el suelo.
—No sé ni para que hemos venido —suspiró un molesto hombre desnudo pero desapercibido para todos recostado en el hombro del gigante.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:50 pm
El chico de la bañera y su compañera tienen el tiempo justo para responder antes de que irrumpa un ser que recuerda un tanto a Nia... ¿un cosechado de su mismo planeta? Pero bueno, en todo caso éste está lleno de ojos por todo el cuerpo que, supongo, deben estar relacionados con su transformación. El chico está histérico y los ojos se mueven sin sentido, cada uno por su lado. No sé si intenta verlo todo, o es que no puede coordinar sus ojos (muy entendible, si tenemos en cuenta que acaba de empezar a transformarse. No entiendo muy bien qué le sucede, aunque deduzco que es cosa de su transformación.
Para acabar de rematar, suben el de los cuernos en la frente (quien desprende un olor muy atractivo, lo que me hace pensar de nuevo que es cosa de su transformación) y la niña inquieta, que me saludan de pasada, se suben a la bañera con Alphonse y le instan a salir volando (con escenita interesante de por medio). Con tanta prisa, casi no me da ni tiempo a devolverles el saludo.
Cuando finalmente arrancan, me adelanto hacia Toima pero sin dirigirme realmente hacia él, sino a las escaleras. Le hablo con un tono despreocupado, para restarle importancia, pues creo que es la mejor forma de reaccionar ante su estado actual.
−Calma, chico, no soy ningún monstruo desalmado ni lo es nadie de los que vengan al torreón; a menos, claro, que lo hagan con intenciones violentas. No tengo intención de hacerte nada a ti ni a nadie siempre que no me sienta amenazada. −Me quedo unos segundos en silencio. Cuando paso por su lado, le digo más directa, aunque de forma amistosa−. Ah, y por cierto, yo de ti no iría abriendo todos los ojos cuando se acaban de formar, pues tu cerebro no debe estar acostumbrado a recibir tanta información y podrías hacerte daño. Tómatelo con calma y practica mucho, ¿vale? −Dicho esto, acabo de llegar a las escaleras. Me paro y me giro un momento−. Por cierto, yo me llamo Adara. ¡Nos vemos por Rocavarancolia!
Entonces empiezo a subir las escaleras. Este torreón guarda tantos recuerdos... Mi primera época en Rocavarancolia la pasé casi por entero aquí, con parte de los demás. Tengo cierto cariño por esa época en que todos éramos unos simples humanos asustados (exceptuando Nia). Pero las cosas han mejorado, hemos avanzado y dejamos atrás el miedo y la desesperación del principio. Algo para alegrarse.
Subo sin ver a nadie hasta que llego a una habitación en la que se encuentra Gael con el cuerpo del niño que le he visto usar en los entrenamientos. También hay en la habitación una chica que parece perfectamente normal, de la que sólo puedo remarcar que viste de color azul. ¿En qué se habrá transformado? Ah, y cerca de esta hay un ser que parece mitad reptil y mitad bestia. Es extraño, aunque creo que vi algún hombre reptil con los cosechados. ¿Un cosechado de otro mundo? Sabiendo esto, deduzco que se estará transformando en la bestia de piel pálida.
Rápidamente mi atención se desvía hacia el otro chico de la habitación, a quien Gael está ayudando a levantarse. Claramente, parece a media transformación, y es algo muy extraño. Parece que le han crecido plumas, y luce también cola y un par de alas, aunque no son como las mías, sino de plumas. Parece que conserva en parte su rostro humano, pero el pelo ha sido sustituido por más plumas. Curioso cambio, diría que el que más de los que he visto... Saludo con naturalidad a Gael, para que el nuevo chico sepa que nos conocemos. Luego me acerco un poco y me presento ante los nuevos transformados.
−Encantado de conoceros. Mi nombre es Adara, traída en la cosecha del año pasado y antigua habitante de este torreón, igual que el chico que te está ayudando. −Esbozo una sonrisa mientras abro los brazos y las alas−. Bienvenidos a Rovacarancolia −y, bajando los brazos, prosigo en un tono más informal−. Por cierto, buena la están montando tus compañeros, parecen una panda de adolescentes sobrehormonados.
Para acabar de rematar, suben el de los cuernos en la frente (quien desprende un olor muy atractivo, lo que me hace pensar de nuevo que es cosa de su transformación) y la niña inquieta, que me saludan de pasada, se suben a la bañera con Alphonse y le instan a salir volando (con escenita interesante de por medio). Con tanta prisa, casi no me da ni tiempo a devolverles el saludo.
Cuando finalmente arrancan, me adelanto hacia Toima pero sin dirigirme realmente hacia él, sino a las escaleras. Le hablo con un tono despreocupado, para restarle importancia, pues creo que es la mejor forma de reaccionar ante su estado actual.
−Calma, chico, no soy ningún monstruo desalmado ni lo es nadie de los que vengan al torreón; a menos, claro, que lo hagan con intenciones violentas. No tengo intención de hacerte nada a ti ni a nadie siempre que no me sienta amenazada. −Me quedo unos segundos en silencio. Cuando paso por su lado, le digo más directa, aunque de forma amistosa−. Ah, y por cierto, yo de ti no iría abriendo todos los ojos cuando se acaban de formar, pues tu cerebro no debe estar acostumbrado a recibir tanta información y podrías hacerte daño. Tómatelo con calma y practica mucho, ¿vale? −Dicho esto, acabo de llegar a las escaleras. Me paro y me giro un momento−. Por cierto, yo me llamo Adara. ¡Nos vemos por Rocavarancolia!
Entonces empiezo a subir las escaleras. Este torreón guarda tantos recuerdos... Mi primera época en Rocavarancolia la pasé casi por entero aquí, con parte de los demás. Tengo cierto cariño por esa época en que todos éramos unos simples humanos asustados (exceptuando Nia). Pero las cosas han mejorado, hemos avanzado y dejamos atrás el miedo y la desesperación del principio. Algo para alegrarse.
Subo sin ver a nadie hasta que llego a una habitación en la que se encuentra Gael con el cuerpo del niño que le he visto usar en los entrenamientos. También hay en la habitación una chica que parece perfectamente normal, de la que sólo puedo remarcar que viste de color azul. ¿En qué se habrá transformado? Ah, y cerca de esta hay un ser que parece mitad reptil y mitad bestia. Es extraño, aunque creo que vi algún hombre reptil con los cosechados. ¿Un cosechado de otro mundo? Sabiendo esto, deduzco que se estará transformando en la bestia de piel pálida.
Rápidamente mi atención se desvía hacia el otro chico de la habitación, a quien Gael está ayudando a levantarse. Claramente, parece a media transformación, y es algo muy extraño. Parece que le han crecido plumas, y luce también cola y un par de alas, aunque no son como las mías, sino de plumas. Parece que conserva en parte su rostro humano, pero el pelo ha sido sustituido por más plumas. Curioso cambio, diría que el que más de los que he visto... Saludo con naturalidad a Gael, para que el nuevo chico sepa que nos conocemos. Luego me acerco un poco y me presento ante los nuevos transformados.
−Encantado de conoceros. Mi nombre es Adara, traída en la cosecha del año pasado y antigua habitante de este torreón, igual que el chico que te está ayudando. −Esbozo una sonrisa mientras abro los brazos y las alas−. Bienvenidos a Rovacarancolia −y, bajando los brazos, prosigo en un tono más informal−. Por cierto, buena la están montando tus compañeros, parecen una panda de adolescentes sobrehormonados.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:59 pm
La Luna Roja iluminaba la ciudad desde las alturas y su luz se filtraba a través de las rendijas del torreón Letargo. Su resplandor daba un brillo inquietante a los ojos verdes de Ethan, que subía las escaleras a ritmo rápido y determinado. El canadiense caminaba con el paso inestable de un borracho y la urgencia de alguien que se siente perseguido, como si tratara de mover las dos piernas a la vez para llegar antes al tejado.
A mitad de camino pareció aburrirse de correr y se detuvo en seco. Saltó los dos siguientes escalones con energía y ascendió el resto de ellos con un potente hechizo de levitación. En su precipitación chocó contra la trampilla que franqueaba el paso al exterior, pero el ligero cosquilleo que le recorría todo el cuerpo le impidió sentir dolor allí donde se había abierto una considerable brecha en la cabeza.
Apartó la tapa con un hechizo de impulso, sin reparar en el gasto inútil de magia que suponía. No sentía el menor cansancio, y notaba su mente bullir con miles de posibilidades por explorar. Se sentía extático, ligero sobre sus pies, ingrávido, vibrante de energía y de poder. Él lo era todo y nadie podía hacerle frente.
Una ligera brisa acarició su rostro como dándole ánimos. La inmensidad del cielo rocavarancolés le observaba desde la lejanía. Alzó la mirada hacia la luna y el firmamento carente de estrellas. La profundidad negra del mundo cabía en el reflejo de su pupila.
El hilillo de sangre que le bajaba desde la coronilla resbaló hasta su mejilla, y se lo apartó con un gesto impaciente. El cosquilleo de poder puro en su sangre aumentó su intensidad, y Ethan sintió que debía hacer algo con él o estallaría.
La anormal euforia en su cerebro le susurraba mil cosas, un centenar de voces en su cabeza que hablaban a la vez.
Podría invocar un dragón. Podría envolver los edificios de alrededor en llamas. Podría hacer que la Luna Roja bajara del cielo.
Podría volar si se lo propusiera.
“Hazlo”, le susurraba la luna desde lo alto. “Eres invencible.”
Ethan subió a una de las almenas, contemplando con soberbia el mundo a sus pies. Había dejado atrás a sus compañeros de torreón, que habían sido incapaces de dominarse a sí mismos, porque sabía que era capaz de cosas más grandes.
El subconsciente del canadiense daba vueltas, oscilando entre aquellos delirios de grandeza y el entusiasmo infantil de un niño.
Dio un paso adelante, y su pie izquierdo rozó el aire. Sonriente, Ethan alargó la mano frente a él, como tratando de alcanzar algo invisible a ojos ajenos. El viento hizo lagrimear sus ojos. Su sonrisa aumentó; estaba tan cerca…
Extendió el otro pie. En ese segundo que se le hizo interminable varias cosas se quedaron congeladas en su retina.
El rumor de fondo que flotaba escaleras arriba, las voces de sus compañeros mezcladas con el barullo. La inmensidad de la ciudad que se había convertido en su hogar. El cosquilleo en sus venas. El resplandor carmesí de la Luna.
El suelo, decenas de metros más abajo.
Ethan cayó a plomo.
El trayecto sólo duró unos instantes. En ellos, sus labios se movieron en unas palabras que nadie pudo oír. Tras las gafas sus ojos se abrieron sorprendidos, sus dedos aferrándose a algo que no existía.
Toda su expresión parecía decir: “No comprendo.”
Mientras caía pudo ver la Luna Roja sobre él, la misma Luna que le había prometido tantas cosas, contemplando indiferente su caída.
Tan bella…
Un sonido sordo, entre golpe y chasquido, pasó desapercibido entre el alboroto proviniente del interior del torreón.
La mitad izquierda de la cara de Ethan miraba extática a la nada, mientras que la parte derecha teñía de rojo y gris el pavimento.
La montura retorcida de unas gafas rebotó al contacto con el suelo y se alejó renqueante, como imbuida por unos segundos de vida propia. Lo que quedaba de uno de los cristales atravesaba de parte a parte la órbita de su ojo derecho, mientras la otra lente yacía pulverizada bajo su propietario.
En la cocina un plato a medio hacer aún humeaba.
A mitad de camino pareció aburrirse de correr y se detuvo en seco. Saltó los dos siguientes escalones con energía y ascendió el resto de ellos con un potente hechizo de levitación. En su precipitación chocó contra la trampilla que franqueaba el paso al exterior, pero el ligero cosquilleo que le recorría todo el cuerpo le impidió sentir dolor allí donde se había abierto una considerable brecha en la cabeza.
Apartó la tapa con un hechizo de impulso, sin reparar en el gasto inútil de magia que suponía. No sentía el menor cansancio, y notaba su mente bullir con miles de posibilidades por explorar. Se sentía extático, ligero sobre sus pies, ingrávido, vibrante de energía y de poder. Él lo era todo y nadie podía hacerle frente.
Una ligera brisa acarició su rostro como dándole ánimos. La inmensidad del cielo rocavarancolés le observaba desde la lejanía. Alzó la mirada hacia la luna y el firmamento carente de estrellas. La profundidad negra del mundo cabía en el reflejo de su pupila.
El hilillo de sangre que le bajaba desde la coronilla resbaló hasta su mejilla, y se lo apartó con un gesto impaciente. El cosquilleo de poder puro en su sangre aumentó su intensidad, y Ethan sintió que debía hacer algo con él o estallaría.
La anormal euforia en su cerebro le susurraba mil cosas, un centenar de voces en su cabeza que hablaban a la vez.
Podría invocar un dragón. Podría envolver los edificios de alrededor en llamas. Podría hacer que la Luna Roja bajara del cielo.
Podría volar si se lo propusiera.
“Hazlo”, le susurraba la luna desde lo alto. “Eres invencible.”
Ethan subió a una de las almenas, contemplando con soberbia el mundo a sus pies. Había dejado atrás a sus compañeros de torreón, que habían sido incapaces de dominarse a sí mismos, porque sabía que era capaz de cosas más grandes.
El subconsciente del canadiense daba vueltas, oscilando entre aquellos delirios de grandeza y el entusiasmo infantil de un niño.
Dio un paso adelante, y su pie izquierdo rozó el aire. Sonriente, Ethan alargó la mano frente a él, como tratando de alcanzar algo invisible a ojos ajenos. El viento hizo lagrimear sus ojos. Su sonrisa aumentó; estaba tan cerca…
Extendió el otro pie. En ese segundo que se le hizo interminable varias cosas se quedaron congeladas en su retina.
El rumor de fondo que flotaba escaleras arriba, las voces de sus compañeros mezcladas con el barullo. La inmensidad de la ciudad que se había convertido en su hogar. El cosquilleo en sus venas. El resplandor carmesí de la Luna.
El suelo, decenas de metros más abajo.
Ethan cayó a plomo.
El trayecto sólo duró unos instantes. En ellos, sus labios se movieron en unas palabras que nadie pudo oír. Tras las gafas sus ojos se abrieron sorprendidos, sus dedos aferrándose a algo que no existía.
Toda su expresión parecía decir: “No comprendo.”
Mientras caía pudo ver la Luna Roja sobre él, la misma Luna que le había prometido tantas cosas, contemplando indiferente su caída.
Tan bella…
Un sonido sordo, entre golpe y chasquido, pasó desapercibido entre el alboroto proviniente del interior del torreón.
La mitad izquierda de la cara de Ethan miraba extática a la nada, mientras que la parte derecha teñía de rojo y gris el pavimento.
La montura retorcida de unas gafas rebotó al contacto con el suelo y se alejó renqueante, como imbuida por unos segundos de vida propia. Lo que quedaba de uno de los cristales atravesaba de parte a parte la órbita de su ojo derecho, mientras la otra lente yacía pulverizada bajo su propietario.
En la cocina un plato a medio hacer aún humeaba.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 09:26 pm
Ya tenía un respaldo, una aliada, estaba más cerca de poder defenderme de ocurrir lo peor, que sería que la pequeña irrumpiese aquí hecha una furia con su mágia para matarme. Yo puede que aún no tenga ni pizca de idea sobre como paralizar a la gente o quemarlos, pero la verdadera Alicia, según decía ella, si que podía. Ella podría cubrir la área de la magia y yo lo físico. No me matarían, mantendría mi vida bien aferrada entre mis dedos. Había trabajado demasiado duramente para ver como la pequeña desmoronaba todo mi esfuerzo para sobrevivir en este nuevo mundo, en especial después de haber conseguido llegar a ver la Luna Roja.
- Tranquila, Alicia, mi intención no es ir a por ellos sino defendernos, por lo menos por ahora - le dije, ya más tranquila, sabiendo que no estaba sola, que no todos me habían traicionado como lo habían hecho Vlad y Mánia.
En ese momento un ser entro un ser que empezó a hablar con Alicia y me hizo algo que calmo toda la locura que sucedia en mi mente y cuerpo, momento que utilicé para mirar mejor la habitación y oir la advertencia de Toima. Parecía que no eramos los unicos que estaban en este torreón, habían venido más monstruos a la fiesta, unos monstruos a cuyas filas acababamos de unirnos. Pero lo que me preguntaba era, ¿donde habían estado todos ellos hasta entonces? ¿por qué no habían aparecido antes? Miré a mi alrededor. Allí estaba la chica sin cabeza que daba un poco de miedo (lo que me puso instintibamente en guardia), otro extraño ser que no conocía, un Toima con muchos ojos y... ¿Ese era Noel?
Me acerqué a él con la mano alargada para tocar sus plumas sin apartar los ojos de los suyos.
- Wow - esas fueron mis primeras palabras -. El cambio te ha sentado condenadamente bien, compañero - le dediqué una sonrisa que pretendía ser amigable, pero que no sabría si se veía de esa forma tras la trasformación de mis cara y dientes.
Pero debía recordar que no estabamos solos. Agité mi cabeza y me puse ante Noel en actitud defensiva, para protegerle, mis intintos me decían que no me fiase de nadie, que debía proteger a los amigos que me quedaban. Puede que el ser pareciese tímido, pero no debía engañarme, nada es lo que parece, no aquí. Entonces apareció otro ser, uno que me era familiar. Si, había olido su olor con anterioridad en la biblioteca, cuando aquel ser alado nos atacó. Ella también habló, pero aún no estaba del todo convencida.
Los miré suspicaz.
- Siento no poder confiar tan fácilmente como mi compañero aqui presente - señalé a Noel -, pero me tendreis que comprender, hasta ahora los únicos seres que se nos han acercado desde nuestra llegada lo hacían para matarnos. Lo que me hace preguntar ¿por que apareceis ahora justamente? ¿Que quereis de nosotros? - les pregunté con el ceño fruncido y preparada por si todo era una fachada y nos intentaba atacar. Al fin y al cabo todos los seres que habíamos encontrado hasta ahora lo habían intentado, como ya había dicho, ¿por que no él o ella? ¿qué los hacía diferente? Hasta que se demostrase que no escondían oscuras intenciones no pensaba tranquilizarme.
Más valía prevenir que curar...
- Tranquila, Alicia, mi intención no es ir a por ellos sino defendernos, por lo menos por ahora - le dije, ya más tranquila, sabiendo que no estaba sola, que no todos me habían traicionado como lo habían hecho Vlad y Mánia.
En ese momento un ser entro un ser que empezó a hablar con Alicia y me hizo algo que calmo toda la locura que sucedia en mi mente y cuerpo, momento que utilicé para mirar mejor la habitación y oir la advertencia de Toima. Parecía que no eramos los unicos que estaban en este torreón, habían venido más monstruos a la fiesta, unos monstruos a cuyas filas acababamos de unirnos. Pero lo que me preguntaba era, ¿donde habían estado todos ellos hasta entonces? ¿por qué no habían aparecido antes? Miré a mi alrededor. Allí estaba la chica sin cabeza que daba un poco de miedo (lo que me puso instintibamente en guardia), otro extraño ser que no conocía, un Toima con muchos ojos y... ¿Ese era Noel?
Me acerqué a él con la mano alargada para tocar sus plumas sin apartar los ojos de los suyos.
- Wow - esas fueron mis primeras palabras -. El cambio te ha sentado condenadamente bien, compañero - le dediqué una sonrisa que pretendía ser amigable, pero que no sabría si se veía de esa forma tras la trasformación de mis cara y dientes.
Pero debía recordar que no estabamos solos. Agité mi cabeza y me puse ante Noel en actitud defensiva, para protegerle, mis intintos me decían que no me fiase de nadie, que debía proteger a los amigos que me quedaban. Puede que el ser pareciese tímido, pero no debía engañarme, nada es lo que parece, no aquí. Entonces apareció otro ser, uno que me era familiar. Si, había olido su olor con anterioridad en la biblioteca, cuando aquel ser alado nos atacó. Ella también habló, pero aún no estaba del todo convencida.
Los miré suspicaz.
- Siento no poder confiar tan fácilmente como mi compañero aqui presente - señalé a Noel -, pero me tendreis que comprender, hasta ahora los únicos seres que se nos han acercado desde nuestra llegada lo hacían para matarnos. Lo que me hace preguntar ¿por que apareceis ahora justamente? ¿Que quereis de nosotros? - les pregunté con el ceño fruncido y preparada por si todo era una fachada y nos intentaba atacar. Al fin y al cabo todos los seres que habíamos encontrado hasta ahora lo habían intentado, como ya había dicho, ¿por que no él o ella? ¿qué los hacía diferente? Hasta que se demostrase que no escondían oscuras intenciones no pensaba tranquilizarme.
Más valía prevenir que curar...
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 09:35 pm
La Dulahan no me contesta y no puedo adivinar cuál es su reacción porque no tiene rostro. << Espero no haberla disgustado... >> De todos modos hace caso de mi advertencia y se aparta. Por primera vez presté atención a la ropa que tenía puesta... lo poco que quedaba de ella. Me quité los trozos de la camiseta totalmente ensangrentados y llenos de pelos que quedaban, había sido totalmente desgarrada al salirme las garras y las alas. Así mismo el pantalón no estaba en muy buenas condiciones, ni en la parte de atrás por causa de la cola ni por abajo... Abrí mucho los ojos al ver que ya no tenía pies normales, se habían convertido en zarpas de aspecto lobuno. No sabía muy bien cómo sentirme todavía al respecto con mi nuevo cuerpo, tenía una sensación... extraña, que por ahora era incapaz de describir. Entonces llega por la ventana un niño, probablemente de una edad próxima a la mía. A simple vista parece un chiconormal y corriente... salvo porque desprende un destello azulado por todo el cuerpo. Tiene los ojos verdes y la cara pecosa. Se acerca a mí me sonríe, diciéndome algo que apenas alcanzo a comprender. Pero veo que me tiende una mano para ayudarme a levantarme. La Dulahan se fue mientras yo cogía la mano que me tendía el chico y me levantaba con dificultad.
-Gracias...
Iba a decirle algo más, pero entonces llegó otra chica. Una chica de piel oscura, con incrustraciones brillantes en todo el cuerpo. Y alas rojas. Me dice algo que no comprendo, pero entonces de repente recuerdo que ya la había visto.
-¡Tú eres la chica que mató a la serpiente delante de la biblioteca! Nos viste, yo antes era un niño de pelo negro, con un mechón blanco... -me detengo a mitad del discurso, seguramente ella se habría presentado aunque yo no pudiera entenderla y debía de estar pareciendo un maleducado-. Ah, perdonad los dos... Desde que empecé a transformarme en esto los sonidos se confunden en mi oído y apenas logro entender lo que me decís. Sólo pude entender correctamente a vuestra amiga la Dulahan porque habla a la mente. Si sois tan amables de repetirme lo que habéis dicho, mucho más despacio...
Escucho atentamente a ambos esta vez, haciendo mucho esfuerzo por ignorar el resto de sonidos y concentrarme en las palabras. Haciendo alguna pregunta conseguí entender que ellos habían vivido en Letargo también, igual que la Dulahan, y me dan la bienvenida a la ciudad. Tuve que pedir que me lo repitiera un par de veces pero al fin logré entender que el nombre de la chica con alas era Adara.
-Sois muy amables los dos -les sonrío-. Yo me llamo Noel. Os estoy muy agradecido por vuestra ayuda, lo he pasado muy mal -me estremezco al recordar el intenso dolor que sentí antes de que el señor kaiser me hubiese dado una pastilla-. ¿Qué está pasando con mis compañeros? -miré a Adara preocupado-. Odio no ser capaz de entender ningún sonido, estoy muy preocupado por ellos.
Mientras decía eso me agité incómodo debido a mis nuevas alas y cola y dejé de agarrarme al chico, lo que provocó que me cayera irremediablemente. Abrí mucho los ojos al ver que ya no tenía pies normales, se habían convertido en zarpas de aspecto lobuno.
-Lo peor es que así no puedo ir a ningún sitio -suspiré, molesto.
Pero entonces apareció Caillech. Dijo algo... creo que dijo que el cambio me sentaba bien. Estaba empezando a distinguir palabras de nuevo si prestaba atención. Y tocó algo que yo tenía en la espalda, ¿qué era? Necesitaba verme en algún sitio... todavía no sabía en qué me había transformado. ¿Y ella? ¿Qué le había pasado? Su cuerpo y cara habían cambiado; ahora era más musculosa y ahora tenía un hocico. Interrumpí esos pensamientos porque Caillech parecía haberse puesto a la defensiva con los recién llegados.
-No es necesario que te pongas así, Cail, gracias a ellos he dejado de ser un amasijo de sufrimiento y hasta su llegada sólo podía convulsionarme en la cama en mi agonía. Estoy seguro de que son buenas personas -le agarré el brazo para intentar tranquilizarla, medio cayéndome en el proceso-. Me alegro de ver que estás bien -añadí finalmente.
P.D. He pedido que lo borren y vuelto a postear añadiendo la aparición de Caillech, para que no os lieis.
-Gracias...
Iba a decirle algo más, pero entonces llegó otra chica. Una chica de piel oscura, con incrustraciones brillantes en todo el cuerpo. Y alas rojas. Me dice algo que no comprendo, pero entonces de repente recuerdo que ya la había visto.
-¡Tú eres la chica que mató a la serpiente delante de la biblioteca! Nos viste, yo antes era un niño de pelo negro, con un mechón blanco... -me detengo a mitad del discurso, seguramente ella se habría presentado aunque yo no pudiera entenderla y debía de estar pareciendo un maleducado-. Ah, perdonad los dos... Desde que empecé a transformarme en esto los sonidos se confunden en mi oído y apenas logro entender lo que me decís. Sólo pude entender correctamente a vuestra amiga la Dulahan porque habla a la mente. Si sois tan amables de repetirme lo que habéis dicho, mucho más despacio...
Escucho atentamente a ambos esta vez, haciendo mucho esfuerzo por ignorar el resto de sonidos y concentrarme en las palabras. Haciendo alguna pregunta conseguí entender que ellos habían vivido en Letargo también, igual que la Dulahan, y me dan la bienvenida a la ciudad. Tuve que pedir que me lo repitiera un par de veces pero al fin logré entender que el nombre de la chica con alas era Adara.
-Sois muy amables los dos -les sonrío-. Yo me llamo Noel. Os estoy muy agradecido por vuestra ayuda, lo he pasado muy mal -me estremezco al recordar el intenso dolor que sentí antes de que el señor kaiser me hubiese dado una pastilla-. ¿Qué está pasando con mis compañeros? -miré a Adara preocupado-. Odio no ser capaz de entender ningún sonido, estoy muy preocupado por ellos.
Mientras decía eso me agité incómodo debido a mis nuevas alas y cola y dejé de agarrarme al chico, lo que provocó que me cayera irremediablemente. Abrí mucho los ojos al ver que ya no tenía pies normales, se habían convertido en zarpas de aspecto lobuno.
-Lo peor es que así no puedo ir a ningún sitio -suspiré, molesto.
Pero entonces apareció Caillech. Dijo algo... creo que dijo que el cambio me sentaba bien. Estaba empezando a distinguir palabras de nuevo si prestaba atención. Y tocó algo que yo tenía en la espalda, ¿qué era? Necesitaba verme en algún sitio... todavía no sabía en qué me había transformado. ¿Y ella? ¿Qué le había pasado? Su cuerpo y cara habían cambiado; ahora era más musculosa y ahora tenía un hocico. Interrumpí esos pensamientos porque Caillech parecía haberse puesto a la defensiva con los recién llegados.
-No es necesario que te pongas así, Cail, gracias a ellos he dejado de ser un amasijo de sufrimiento y hasta su llegada sólo podía convulsionarme en la cama en mi agonía. Estoy seguro de que son buenas personas -le agarré el brazo para intentar tranquilizarla, medio cayéndome en el proceso-. Me alegro de ver que estás bien -añadí finalmente.
P.D. He pedido que lo borren y vuelto a postear añadiendo la aparición de Caillech, para que no os lieis.
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 09:58 pm
Me vuelvo y veo a una chica con la piel negra. ¿Negra? Al fin y al cabo, no deja de ser fascinante. ¿Nos habla a nosotros? Sí, es así.
Entonces, alguien aparece corriendo. ¿Alguien o algo? No sé lo que debería decir. ¿Vlad? Y al parecer, lleva a Mània en volandas. Saluda al ser del interior de la bañera. Un segundo. ¿Ha dicho Blanc? ¿Ese es Alphonse?
En ese momento, deposita un beso sobre sus labios y comienza a darle órdenes. ¡¿Qué coño hace?! Sin ser apenas consciente de lo que está pasando, rujo con fuerza, sintiendo como los colmillos nacen nuevamente en mi boca.
Esto es una locura, una maldita locura. ¿Qué está pasando aquí? ¿Y cómo me verán a mí los demás?
No obstante, no tengo tiempo de pensarlo. La bañera sale volando nuevamente, saliendo del torreón. Corro tras ella en una carrera frenética a cuatro patas, aunque luego me detengo. Contente, Hannah. Contente como no has hecho en toda tu vida. Pero ¿acaso sigo siendo Hannah?
Cuando me detengo, la luz rojiza de la Luna me ilumina nuevamente. No tengo duda alguna: todo lo que está pasando es provocado por ella. Y no sé si reír o llorar por ello.
Entro nuevamente en el torreón.
Quien dice llamarse Adara ha comenzado a subir las escaleras. Todo esto es una locura, pero por fin hay alguien que parece saber qué está pasando.
Le sigo con paso rápido, hasta que se detiene frente a una puerta y entra en la habitación. Oigo la breve conversación en el interior.
E ignoro la sobrecogedora escena de mi alrededor me acerco a Adara.
- Tú sabes lo que pasa. ¿Qué nos está sucediendo? -pregunto, con un nudo en la garganta, notando como mis dientes vuelven a la normalidad, aunque algo que no logro identificar cambia en mi rostro.
Entonces, alguien aparece corriendo. ¿Alguien o algo? No sé lo que debería decir. ¿Vlad? Y al parecer, lleva a Mània en volandas. Saluda al ser del interior de la bañera. Un segundo. ¿Ha dicho Blanc? ¿Ese es Alphonse?
En ese momento, deposita un beso sobre sus labios y comienza a darle órdenes. ¡¿Qué coño hace?! Sin ser apenas consciente de lo que está pasando, rujo con fuerza, sintiendo como los colmillos nacen nuevamente en mi boca.
Esto es una locura, una maldita locura. ¿Qué está pasando aquí? ¿Y cómo me verán a mí los demás?
No obstante, no tengo tiempo de pensarlo. La bañera sale volando nuevamente, saliendo del torreón. Corro tras ella en una carrera frenética a cuatro patas, aunque luego me detengo. Contente, Hannah. Contente como no has hecho en toda tu vida. Pero ¿acaso sigo siendo Hannah?
Cuando me detengo, la luz rojiza de la Luna me ilumina nuevamente. No tengo duda alguna: todo lo que está pasando es provocado por ella. Y no sé si reír o llorar por ello.
Entro nuevamente en el torreón.
Quien dice llamarse Adara ha comenzado a subir las escaleras. Todo esto es una locura, pero por fin hay alguien que parece saber qué está pasando.
Le sigo con paso rápido, hasta que se detiene frente a una puerta y entra en la habitación. Oigo la breve conversación en el interior.
E ignoro la sobrecogedora escena de mi alrededor me acerco a Adara.
- Tú sabes lo que pasa. ¿Qué nos está sucediendo? -pregunto, con un nudo en la garganta, notando como mis dientes vuelven a la normalidad, aunque algo que no logro identificar cambia en mi rostro.
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 10:39 pm
Alguien vino, y lo siguiente que supe es que me impedían hacerle daño a la chica de rojo. una mujer salida de la nada me lo prohibió de manera educada y me colocó un talisman. En respuesta le puse la misma cara que si estuviese mordiendo un limón, y luego hice un ruido tosco que podía pasar por un sí.
También ayudó a Cail, y después, se fue. Durante unos segundos en los que dejé de autocompadecerme y pensar en golpear a alguien que tenía mi misma cara, me puse a pensar en la Luna Roja que había aparecido y sus consecuencias. LLegó más gente, y la desagradable chica sin cabeza se había ido. Quizás tendría que haberme asustado por su fomra de actuar o su aspecto, pero vivir con Giz y Cail y conocer a Toima había hecho que me volviese un poco irreflexiva respecto a eso. De la gente con la que nos encontramos, la lagarto no tuvo ningun problema en reconocer a Noel en un ser al que no podía poner ni nombre, medio pajaro y con patas lobunas. Supuse que era cosa del olor y me dediqué a mirar estupefacta a mi amigo, que estaba.. bueno... feísimo.
- Estás.........erh ¿bien?
Entre los demás, reconocí a la chica que había matado a la serpiente de la biblioteca. Se presentó, y por lo que dijo, ella también había sido cosechada, igual que un chico luminoso.
- Yo soy Alicia.- dije sin más. Quizás les apetecía una larga explicación sobre los cambios que la Luna me había provocado. Pero desdoblamiento o no, nunca he sido de las que cuentan cosas que no se le preguntan a cualquier desconocido.
Y entonces, como para explicar mi silencio, llegué.... yo.
Soy el bebé de los chistes, el que se olvidan los padres antes de irse de viaje en coche.
O sea, que ofrezco mi ayuda, subo hasta aqui y se van con el rabo entre las piernas?
Comencé a despotricar sobre Vlad y por donde podía meterse sus ofrecimientos y su caballerosidad mientras descendía por las escaleras -tan enfadada que olvidé que lo que iba a comprobar probablemente pusiera en juego mi vida; este sitio me hacía plantearme si en realidad no soy una completa estúpida-. Una mujer me interceptó para colocarme un talisman y explicarme que no podía herir a la chica de azul. Sin saber que estaba teniendo una reacción identica a la suya, le hice un gesto agrio y solté algo como "huh". No sabía quien era, ni de donde salía y no sé por qué me daba igual. Quería ver que era eso que hacía a Vlad salir huyendo. Dado que, ya poco podía hacer yo para huir del torreón hacia ninguna parte. Estaban todos reunidos en la habitación, con mi copia que me dedicó una mirada tan desagradable como la que yo fui capaz de enviarle; y alguien a quien si no hubiera oído hablar, no habría reconocido como Cail. Luego llegó otra persona más, cuyos rasgos animales y tono de voz familiarmente molesto me hizo darme cuenta de que era Hannah, que también estaba de visita.
Me giré para mirar a la chica que una vez había matado a la serpiente de la biblioteca, esperando respuesta. Y miré por el rabillo del ojo a mi clon, por si no estabamos en igualdad de condiciones y decidía devolverme el puñetazo.[left]
También ayudó a Cail, y después, se fue. Durante unos segundos en los que dejé de autocompadecerme y pensar en golpear a alguien que tenía mi misma cara, me puse a pensar en la Luna Roja que había aparecido y sus consecuencias. LLegó más gente, y la desagradable chica sin cabeza se había ido. Quizás tendría que haberme asustado por su fomra de actuar o su aspecto, pero vivir con Giz y Cail y conocer a Toima había hecho que me volviese un poco irreflexiva respecto a eso. De la gente con la que nos encontramos, la lagarto no tuvo ningun problema en reconocer a Noel en un ser al que no podía poner ni nombre, medio pajaro y con patas lobunas. Supuse que era cosa del olor y me dediqué a mirar estupefacta a mi amigo, que estaba.. bueno... feísimo.
- Estás.........erh ¿bien?
Entre los demás, reconocí a la chica que había matado a la serpiente de la biblioteca. Se presentó, y por lo que dijo, ella también había sido cosechada, igual que un chico luminoso.
- Yo soy Alicia.- dije sin más. Quizás les apetecía una larga explicación sobre los cambios que la Luna me había provocado. Pero desdoblamiento o no, nunca he sido de las que cuentan cosas que no se le preguntan a cualquier desconocido.
Y entonces, como para explicar mi silencio, llegué.... yo.
Soy el bebé de los chistes, el que se olvidan los padres antes de irse de viaje en coche.
O sea, que ofrezco mi ayuda, subo hasta aqui y se van con el rabo entre las piernas?
Comencé a despotricar sobre Vlad y por donde podía meterse sus ofrecimientos y su caballerosidad mientras descendía por las escaleras -tan enfadada que olvidé que lo que iba a comprobar probablemente pusiera en juego mi vida; este sitio me hacía plantearme si en realidad no soy una completa estúpida-. Una mujer me interceptó para colocarme un talisman y explicarme que no podía herir a la chica de azul. Sin saber que estaba teniendo una reacción identica a la suya, le hice un gesto agrio y solté algo como "huh". No sabía quien era, ni de donde salía y no sé por qué me daba igual. Quería ver que era eso que hacía a Vlad salir huyendo. Dado que, ya poco podía hacer yo para huir del torreón hacia ninguna parte. Estaban todos reunidos en la habitación, con mi copia que me dedicó una mirada tan desagradable como la que yo fui capaz de enviarle; y alguien a quien si no hubiera oído hablar, no habría reconocido como Cail. Luego llegó otra persona más, cuyos rasgos animales y tono de voz familiarmente molesto me hizo darme cuenta de que era Hannah, que también estaba de visita.
Me giré para mirar a la chica que una vez había matado a la serpiente de la biblioteca, esperando respuesta. Y miré por el rabillo del ojo a mi clon, por si no estabamos en igualdad de condiciones y decidía devolverme el puñetazo.[left]
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- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 11:38 pm
De repente, la habitación se ha llenado de gente. Aparte de los que ya estábamos, han venido la chica que sufre una metamorfosis inestable y otra exactamente igual que la que tiene apariencia humana. ¿En qué se supone que consiste esa transformación, sencillamente un desdoblamiento de cuerpos? Parece haber algo más... un cambio mental, como si desconfiaran sin remedio. ¡Los cambios no dejan de sorprenderme! Y supongo que lo seguirán haciendo durante mucho tiempo...
La chica inestable exige explicaciones. Entiendo, nadie sabe qué sucede, la Luna Roja y los cambios han llegado por sorpresa y todos están desorientados, confusos. No sucedió lo mismo conmigo, yo supe lo que sucedería. Pero, antes de ir a esa cuestión, respondo a la comprensible desconfianza de Cail. Intento no hablar demasiado deprisa para que me pueda entender Noel.
−Entiendo perfectamente que desconfíes de nosotros, y no puedo hacer nada para demostrarte que no venimos con malas intenciones, y diría que él tampoco.
>>Por otra parte... lo que os está sucediendo: en qué os transformáis y qué lo provoca. A lo primero no tengo respuesta, pues cada uno se transforma en algo distinto y no sé en qué se basa el criterio. Y este cambio lo provoca la Luna Roja. Seguro que os dijeron que debíais sobrevivir hasta la misma, pues transformarse en nuevos habitantes para la ciudad es el objetivo de toda cosecha. Al resto de criaturas no se nos permite interferir en la cosecha, es un delito muy grave. Y sí, todos nosotros, exceptuando las alimañas de la ciudad, fuimos cosechados con anterioridad. Yo y Koval llegamos el año pasado, con la anterior cosecha, y sobrevivimos como humanos hasta la salida de la Luna Roja. −Me tomé unos segundos para ordenar las ideas y dejar que ellos aceptaran lo que habían escuchado, tras los cuales sentencié−: unos hablan de monstruos, otros de milagros y portentos, pero es evidente que la Luna saca nuestra esencia y nos transforma.
Dicho esto, no puedo hacer más que observar sus rostros. Lo mejor que pueden hacer es asumirlo lo más deprisa posible y acostumbrarse a su situación.
La chica inestable exige explicaciones. Entiendo, nadie sabe qué sucede, la Luna Roja y los cambios han llegado por sorpresa y todos están desorientados, confusos. No sucedió lo mismo conmigo, yo supe lo que sucedería. Pero, antes de ir a esa cuestión, respondo a la comprensible desconfianza de Cail. Intento no hablar demasiado deprisa para que me pueda entender Noel.
−Entiendo perfectamente que desconfíes de nosotros, y no puedo hacer nada para demostrarte que no venimos con malas intenciones, y diría que él tampoco.
>>Por otra parte... lo que os está sucediendo: en qué os transformáis y qué lo provoca. A lo primero no tengo respuesta, pues cada uno se transforma en algo distinto y no sé en qué se basa el criterio. Y este cambio lo provoca la Luna Roja. Seguro que os dijeron que debíais sobrevivir hasta la misma, pues transformarse en nuevos habitantes para la ciudad es el objetivo de toda cosecha. Al resto de criaturas no se nos permite interferir en la cosecha, es un delito muy grave. Y sí, todos nosotros, exceptuando las alimañas de la ciudad, fuimos cosechados con anterioridad. Yo y Koval llegamos el año pasado, con la anterior cosecha, y sobrevivimos como humanos hasta la salida de la Luna Roja. −Me tomé unos segundos para ordenar las ideas y dejar que ellos aceptaran lo que habían escuchado, tras los cuales sentencié−: unos hablan de monstruos, otros de milagros y portentos, pero es evidente que la Luna saca nuestra esencia y nos transforma.
Dicho esto, no puedo hacer más que observar sus rostros. Lo mejor que pueden hacer es asumirlo lo más deprisa posible y acostumbrarse a su situación.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/02/12, 12:02 am
Había estado prácticamente aislado del resto del grupo, bastante centrado en los libros de magia, tanto que apenas había ido a la cocina salvo para comer e inmediatamente después volver a mi lugar predilecto en la base de la estatua del patio. El picor de cuello se había vuelto más molesto y esto había mermado considerablemente mis ganas de estar en compañía, me veía ridículo rascándome todo el tiempo y además la persistencia del picor había agriado un poco mi carácter.
Por si eso fuera poco, los últimos días el cuello había empezado a dolerme, e incluso sangrarme a veces, sin ningún tipo de explicación fisiológica que se me ocurriera o figurara en ninguno de los libros que tenía a mano. Temía por mi salud y por lo que pudiera pasarme, sobretodo tras recordar al humano que Noel había tenido que matar a las puertas de Letargo. Las tripas se me revolvían al recordar la escena, solo que sustituyendo en ella al pobre ser por un lagarto enano degollado. Esta imagen había formado parte de mis más recientes pesadillas.
Sin embargo, hoy no es una pesadilla lo que me despierta, ni el sonido de un cuerpo desplomándose desde lo alto del torreón al otro lado del patio. Un fuerte dolor alrededor del cuello me saca de sus pesadillas haciéndome despertar de manera brusca. Me llevo las manos a la garganta para retirarlas y observarlas llenas de sangre. Unos largos pinchos están creciéndome alrededor y, por lo poco que había notado entre tanto pincho, había escamas nuevas. La perdida de sangre hace que me tambalee y, casi por instinto, realizo rápidamente un hechizo curativo para tratar de cortar la hemorragia. Funciona, durante unos instantes al menos, hasta que lo que sea que crece en mi cuello vuelve a la carga y se abre paso de nuevo entre las escamas. Suelto un grito de dolor irreprimible y vuelvo a curarme el cuello, echando mano de los talismanes para evitar desmayarme por el dolor y la falta de energía. Quería llamar a alguien, pedir ayuda a Noel o a cualquiera del grupo, pero mi imaginación forma una imagen mental en la que me ahogo con mi propia sangre al abrir la boca y cambio de opinión. En otro momento me habría cuestionado el porqué de todo esto, pero no ahora. Ahora debo ahorrar fuerzas hasta que esto cese, si es que lo hace, y solo me queda esperar que no acabe conmigo.
Por si eso fuera poco, los últimos días el cuello había empezado a dolerme, e incluso sangrarme a veces, sin ningún tipo de explicación fisiológica que se me ocurriera o figurara en ninguno de los libros que tenía a mano. Temía por mi salud y por lo que pudiera pasarme, sobretodo tras recordar al humano que Noel había tenido que matar a las puertas de Letargo. Las tripas se me revolvían al recordar la escena, solo que sustituyendo en ella al pobre ser por un lagarto enano degollado. Esta imagen había formado parte de mis más recientes pesadillas.
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Sin embargo, hoy no es una pesadilla lo que me despierta, ni el sonido de un cuerpo desplomándose desde lo alto del torreón al otro lado del patio. Un fuerte dolor alrededor del cuello me saca de sus pesadillas haciéndome despertar de manera brusca. Me llevo las manos a la garganta para retirarlas y observarlas llenas de sangre. Unos largos pinchos están creciéndome alrededor y, por lo poco que había notado entre tanto pincho, había escamas nuevas. La perdida de sangre hace que me tambalee y, casi por instinto, realizo rápidamente un hechizo curativo para tratar de cortar la hemorragia. Funciona, durante unos instantes al menos, hasta que lo que sea que crece en mi cuello vuelve a la carga y se abre paso de nuevo entre las escamas. Suelto un grito de dolor irreprimible y vuelvo a curarme el cuello, echando mano de los talismanes para evitar desmayarme por el dolor y la falta de energía. Quería llamar a alguien, pedir ayuda a Noel o a cualquiera del grupo, pero mi imaginación forma una imagen mental en la que me ahogo con mi propia sangre al abrir la boca y cambio de opinión. En otro momento me habría cuestionado el porqué de todo esto, pero no ahora. Ahora debo ahorrar fuerzas hasta que esto cese, si es que lo hace, y solo me queda esperar que no acabe conmigo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/02/12, 12:06 am
El chico cubierto de plumas me da la mano agradecido para que lo ayude a levantarse. Parece que está sin fuerzas después de la agonía que ha sufrido con la salida de la Luna, pero no debo sentir lástima por él. La Luna puede hacer daño, pero nos convierte en algo mejor, nos convierte en lo que siempre hemos sido, lo que necesitamos ser. Ahora estos chicos ya están completos, para bien o para mal.
Elliot se va de la habitación, pero no estamos solos. Más personas que nunca había visto empiezan a llegar, y en medio, un rostro conocido. Adara también ha venido al torreón. La saludo con una sonrisa cuando aparece. No soy capaz de prestar atención a todas las charlas que mantienen. El chico que ayudé a levantarse parece conocer a Adara de algo, y los miro de reojo, sorprendido. Pero el muchacho parece algo confundido debido a su transformación. No tengo la menor idea de qué clase de criatura es. Le repito, al igual que Adara, que pertenecía a la cosecha del año anterior y que vivíamos en ese mismo torreón. Al parecer se llama Noel, y sin saber si me va a entender o no, me presento también.
-Yo me llamo Koval, ahora -explico lentamente.
Entre la gente allí reunida había una especie de lagarto alto cuyos rasgos estaban empezando a cambiar. No tenía ni idea tampoco de qué era su transformación. Algunos de sus rasgos me sonaban, pero otros solo me hacían recordar a un lagarto gigante. Había también una chica que no tenía nada de particular, aparentemente. Tal vez simplemente era una bruja con un dominio. Otra muchacha irrumpió en la escena. Sus rasgos parecían ser inestables... recuerdo donde vi eso por última vez, un cambio así en animal: Jau. Tal vez sea un tipo de criatura similar. Todos se dirigen a Adara, que parece dispuesta a explicarlo todo, pero de pronto otra chia igual a la que en un principio me habí parecido normal aparece junto a todos los demás. ¿Su gemela? Son idénticas en todo, pero se echan unas miradas de odio y desconfianza que asustan.
Adara toma la palabra y les explica a todos lo que la Luna hace básicamente con nuestros cuerpos. Asiento cuando termina su discurso y tomo la palabra con voz más baja de la que pretendía.
-La transformación es un proceso a veces doloroso y extraño, pero saca lo que somos de verdad. No hay que tener miedo. También nos da poder, pero no os confiéis todavía. El proceso no termina del todo hasta que desaparece la Luna del cielo. Sentimos si os hemos asustado apareciendo aquí sin avisar. Teníamos curiosidad.
Al terminar de hablar me permito dedicarles una media sonrisa, que espero que no les haga desconfiar. No hemos venido aquí con malas intenciones, y ni siquiera Elliot se ha enfadado con los chicos. De pronto recuerdo a Jack y me pregunto dónde se habrá metido. ¿No será capaz...? No, seguro que no. Aun así vuelvo a hablar en todo quedo.
-¿Sabéis dónde están todos vuestros compañeros, verdad?
Elliot se va de la habitación, pero no estamos solos. Más personas que nunca había visto empiezan a llegar, y en medio, un rostro conocido. Adara también ha venido al torreón. La saludo con una sonrisa cuando aparece. No soy capaz de prestar atención a todas las charlas que mantienen. El chico que ayudé a levantarse parece conocer a Adara de algo, y los miro de reojo, sorprendido. Pero el muchacho parece algo confundido debido a su transformación. No tengo la menor idea de qué clase de criatura es. Le repito, al igual que Adara, que pertenecía a la cosecha del año anterior y que vivíamos en ese mismo torreón. Al parecer se llama Noel, y sin saber si me va a entender o no, me presento también.
-Yo me llamo Koval, ahora -explico lentamente.
Entre la gente allí reunida había una especie de lagarto alto cuyos rasgos estaban empezando a cambiar. No tenía ni idea tampoco de qué era su transformación. Algunos de sus rasgos me sonaban, pero otros solo me hacían recordar a un lagarto gigante. Había también una chica que no tenía nada de particular, aparentemente. Tal vez simplemente era una bruja con un dominio. Otra muchacha irrumpió en la escena. Sus rasgos parecían ser inestables... recuerdo donde vi eso por última vez, un cambio así en animal: Jau. Tal vez sea un tipo de criatura similar. Todos se dirigen a Adara, que parece dispuesta a explicarlo todo, pero de pronto otra chia igual a la que en un principio me habí parecido normal aparece junto a todos los demás. ¿Su gemela? Son idénticas en todo, pero se echan unas miradas de odio y desconfianza que asustan.
Adara toma la palabra y les explica a todos lo que la Luna hace básicamente con nuestros cuerpos. Asiento cuando termina su discurso y tomo la palabra con voz más baja de la que pretendía.
-La transformación es un proceso a veces doloroso y extraño, pero saca lo que somos de verdad. No hay que tener miedo. También nos da poder, pero no os confiéis todavía. El proceso no termina del todo hasta que desaparece la Luna del cielo. Sentimos si os hemos asustado apareciendo aquí sin avisar. Teníamos curiosidad.
Al terminar de hablar me permito dedicarles una media sonrisa, que espero que no les haga desconfiar. No hemos venido aquí con malas intenciones, y ni siquiera Elliot se ha enfadado con los chicos. De pronto recuerdo a Jack y me pregunto dónde se habrá metido. ¿No será capaz...? No, seguro que no. Aun así vuelvo a hablar en todo quedo.
-¿Sabéis dónde están todos vuestros compañeros, verdad?
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/02/12, 01:07 am
Sigo al ladrón de olores, porque es la única explicación que le veo a que huela a Erika, y a las otras dos chicas. Una va poco vestida y la otra es... ¿Qué diantre? Es idéntica a la que había en el dormitorio... ¿Son gemelas? Hum, curioso, vamos a ver qué sucede... Pero el chaval toma la iniciativa, coge a la otra chica y se meten en la bañera con el pez, para luego salir disparados volando. No me da tiempo a reaccionar, solo a ver cómo se marchan. <<<¿Pero qué narices? ¿Los sigo o...? Estaba siguiéndoles, vamos a seguir.>>> Vuelvo a salir del torreón sin prestar atención a lo que sucede con los individuos de fuera y una de las gemelas. Y para mi sorpresa veo a Elliot siguiendo a los de la bañera. Qué maldito caos. ¿Y ahora qué hago? Me elevo en el aire para ver a dónde se dirigen y cuando veo que enfilan hacia la Biblioteca, resoplo y bajo hacia la azotea del torreón, materializándome a mitad de camino y cayendo suavemente en la terraza.
-Vamos a presentarnos.
Me aliso la ropa y me ajusto el látigo al cinturón, la espada colgando a la izquierda, para después agacharme y abrir la trampilla, por la que bajo de un salto. Todo sigue como antes, solo que a las gemelas les ha dado tiempo a reunirse y están raras. El lagarto trasgo también está, hablando con Adara que les está contando lo de las transformaciones, Gael, el de las plumas y Elliot ya se fue. <<<A ver, Jack, con calma. El lagatrasgo está nervioso, no vayamos a pifiarla>>> pienso antes de decir nada, pero se me escapa un toque juguetón con la lengua en los colmillos, cerrando rápidamente la boca <<<Y nada de bromas, obviamente>>>
-Buenas noches.-saludo sonriendo, sin que se vean los colmillos y acercándome a Gael y Adara con paso lento. Alzo las manos y añado.-Vengo en son de paz. Gael y Adara son amigos. Me presento: soy Jack. Cosechado el año pasado y orgulloso vampiro.-y ahora sí, abro la boca para que vean mis afilados y brillantes incisivos.-Pero no os voy a hacer nada a no ser que les hagáis algo a estos dos amiguitos míos. Y no sé, eh... ¿Algo más que deba decir? Ah, sí, bienvenidos a la ciudad.-y como he llegado a tiempo para oir la pregunta de Gael, añado.-Un chaval de piel paliduzca, cornudo, y una chica con garras, así como un tipo con rasgos de pez se han ido a la biblioteca. Intuyo que eran de la cosecha, no les he visto antes. Elliot les siguió, así que dejé de seguirles con mis buenas intenciones y aquí estoy, presentándome y saludando con buenas intenciones.-pero no puedo terminar sin decir:-Y oléis deliciosamente bien, todos y todas.-seguido de una risilla.-Cosechados nuevos, más ciudadanos... rebienvenidos. -vuelvo a decir, sonriendo y metiendo una mano en el bolsillo, la otra apoyada en la empuñadura, pero relajado.
-Vamos a presentarnos.
Me aliso la ropa y me ajusto el látigo al cinturón, la espada colgando a la izquierda, para después agacharme y abrir la trampilla, por la que bajo de un salto. Todo sigue como antes, solo que a las gemelas les ha dado tiempo a reunirse y están raras. El lagarto trasgo también está, hablando con Adara que les está contando lo de las transformaciones, Gael, el de las plumas y Elliot ya se fue. <<<A ver, Jack, con calma. El lagatrasgo está nervioso, no vayamos a pifiarla>>> pienso antes de decir nada, pero se me escapa un toque juguetón con la lengua en los colmillos, cerrando rápidamente la boca <<<Y nada de bromas, obviamente>>>
-Buenas noches.-saludo sonriendo, sin que se vean los colmillos y acercándome a Gael y Adara con paso lento. Alzo las manos y añado.-Vengo en son de paz. Gael y Adara son amigos. Me presento: soy Jack. Cosechado el año pasado y orgulloso vampiro.-y ahora sí, abro la boca para que vean mis afilados y brillantes incisivos.-Pero no os voy a hacer nada a no ser que les hagáis algo a estos dos amiguitos míos. Y no sé, eh... ¿Algo más que deba decir? Ah, sí, bienvenidos a la ciudad.-y como he llegado a tiempo para oir la pregunta de Gael, añado.-Un chaval de piel paliduzca, cornudo, y una chica con garras, así como un tipo con rasgos de pez se han ido a la biblioteca. Intuyo que eran de la cosecha, no les he visto antes. Elliot les siguió, así que dejé de seguirles con mis buenas intenciones y aquí estoy, presentándome y saludando con buenas intenciones.-pero no puedo terminar sin decir:-Y oléis deliciosamente bien, todos y todas.-seguido de una risilla.-Cosechados nuevos, más ciudadanos... rebienvenidos. -vuelvo a decir, sonriendo y metiendo una mano en el bolsillo, la otra apoyada en la empuñadura, pero relajado.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/02/12, 01:32 am
Cada vez más gente llega al dormitorio. Mientras hablaba con Adara de pronto apareció alguien inesperado. ¡Hannah! No parecía haber cambiado demasiado pero... ¿Qué le ocurría en la cara? Cuando se acerca más me parece ver que tenía algunos rasgos cambiados... pero súbitamente vuelven a convertirse en los suyos de siempre. Le habla bruscamente a Adara, sin más preámbulos.
<< Esa parte de la personalidad de Hannah desde luego no ha cambiado >>, pienso. Aún así parece que lo pregunta con cierto miedo, normal por otra parte. Adara nos explicó que nos estaba pasando y el chico que se presentó como Koval la ayudó. No pude entenderlo todo, pero me esforcé por prestar atención y creo haber entendido que estábamos convirtiéndonos en lo que se suponía que debíamos ser debido a la luna roja. Miré por la ventana y la vi. Una luna de un tono rojo ciertamente llamativo había aparecido en el cielo de Rocavarancolia. Sin duda llamaba poderosamente la atención, pero mi estado me había impedido detenerme a observar nada.
-Yo estoy bastante confuso -levanto una de mis garras a la altura de mis ojos-. He tenido una transformación muy dolorosa y molesta. No tengo ni idea de qué soy...
De repente, Alicia entra en la habitación. << Un momento... ¿Cómo que Alicia entra en la habitación, cuándo se ha ido? Estaba ahí hace... >> Me interrumpo de golpe al ver que Alicia seguía allí, con el jersey azul que había visto antes que llevaba. Y había otra Alicia con un jersey rojo.
-¿¿Alicia?? ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué hay dos como tú? -digo mientras intento acercarme a ella.
Desisto al caerme de nuevo. Me levanto soltando maldiciones, ¿cuándo sería capaz de dar un paso sin caerme?. Ahora había dos Alicias... ese cambio, a pesar de que no había cambiado en nada su aspecto físico era, en cierto modo, más extraño que el mío propio. O así lo veía yo.
Sin previo aviso, llega alguien más. Un chico alto y rubio con el pelo recogido en una coleta entró en la habitación. Se presentó, otra vez intenté poner todos mis sentidos en entenderle. Entendí a medias, pero me llamó la atención que llamó a Koval por otro nombre... ¿Cómo dijo que se llamaba él? Jack... espero haberlo escuchado bien. Me pareció entender que hablaba sobre algunos de mis compañeros pero no había nadie con rasgos de pez... que yo supiera. ¿Habría venido alguien más desde Maciel? ¡Ah, mencionó a una chica con garras, ha de ser Mánia! Entonces ella estaba bien.
-Hola... Jack, ¿es Jack, verdad? Creo haber entendido que eres un vampiro- me dirijo al recién llegado con mi habitual entusiasmo por las cosas nuevas-. Tengo un problema con los sonidos desde que comencé a transformarme así que te pido disculpas pero tengo que esforzarme mucho para poder entender lo que decís. La chica con garras que mencionas debe ser Mánia, me alegra saber que está bien pero... ¿Qué se han ido en una bañera? -no puedo evitar soltar una pequeña carcajada-. No entiendo nada pero suena realmente divertido. Los bautizaré como "jinetes de receptáculos para higiene" la próxima vez que los vea -comento divertido.
Hago una pausa para echar un vistazo a los recién llegados.
-Creo que... no has mencionado a Ethan o a Giz... A menos que Ethan sea el chico pez que mencionaste. Giz es un lagarto pequeñito -digo utilizando mi mano para indicar su altura-. ¿Tampoco lo has visto? Debería estar en el patio... ¿Alguien podría ayudarme a bajar hasta allí? Quiero saber si Giz está bien...
<< Esa parte de la personalidad de Hannah desde luego no ha cambiado >>, pienso. Aún así parece que lo pregunta con cierto miedo, normal por otra parte. Adara nos explicó que nos estaba pasando y el chico que se presentó como Koval la ayudó. No pude entenderlo todo, pero me esforcé por prestar atención y creo haber entendido que estábamos convirtiéndonos en lo que se suponía que debíamos ser debido a la luna roja. Miré por la ventana y la vi. Una luna de un tono rojo ciertamente llamativo había aparecido en el cielo de Rocavarancolia. Sin duda llamaba poderosamente la atención, pero mi estado me había impedido detenerme a observar nada.
-Yo estoy bastante confuso -levanto una de mis garras a la altura de mis ojos-. He tenido una transformación muy dolorosa y molesta. No tengo ni idea de qué soy...
De repente, Alicia entra en la habitación. << Un momento... ¿Cómo que Alicia entra en la habitación, cuándo se ha ido? Estaba ahí hace... >> Me interrumpo de golpe al ver que Alicia seguía allí, con el jersey azul que había visto antes que llevaba. Y había otra Alicia con un jersey rojo.
-¿¿Alicia?? ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué hay dos como tú? -digo mientras intento acercarme a ella.
Desisto al caerme de nuevo. Me levanto soltando maldiciones, ¿cuándo sería capaz de dar un paso sin caerme?. Ahora había dos Alicias... ese cambio, a pesar de que no había cambiado en nada su aspecto físico era, en cierto modo, más extraño que el mío propio. O así lo veía yo.
Sin previo aviso, llega alguien más. Un chico alto y rubio con el pelo recogido en una coleta entró en la habitación. Se presentó, otra vez intenté poner todos mis sentidos en entenderle. Entendí a medias, pero me llamó la atención que llamó a Koval por otro nombre... ¿Cómo dijo que se llamaba él? Jack... espero haberlo escuchado bien. Me pareció entender que hablaba sobre algunos de mis compañeros pero no había nadie con rasgos de pez... que yo supiera. ¿Habría venido alguien más desde Maciel? ¡Ah, mencionó a una chica con garras, ha de ser Mánia! Entonces ella estaba bien.
-Hola... Jack, ¿es Jack, verdad? Creo haber entendido que eres un vampiro- me dirijo al recién llegado con mi habitual entusiasmo por las cosas nuevas-. Tengo un problema con los sonidos desde que comencé a transformarme así que te pido disculpas pero tengo que esforzarme mucho para poder entender lo que decís. La chica con garras que mencionas debe ser Mánia, me alegra saber que está bien pero... ¿Qué se han ido en una bañera? -no puedo evitar soltar una pequeña carcajada-. No entiendo nada pero suena realmente divertido. Los bautizaré como "jinetes de receptáculos para higiene" la próxima vez que los vea -comento divertido.
Hago una pausa para echar un vistazo a los recién llegados.
-Creo que... no has mencionado a Ethan o a Giz... A menos que Ethan sea el chico pez que mencionaste. Giz es un lagarto pequeñito -digo utilizando mi mano para indicar su altura-. ¿Tampoco lo has visto? Debería estar en el patio... ¿Alguien podría ayudarme a bajar hasta allí? Quiero saber si Giz está bien...
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