Torreón Letargo (Archivo II)
+13
Elliot
Martalar
Shylver
Leonart
Lops
Vlad
Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
18/02/12, 11:50 pm
- ¿Qué?- estaba atónita.- ¡Por supuesto que te ayudaré!
En el momento en el que di un paso en pos de Mánia, me di cuenta de que había cometido un error. Mi otra yo, que ahora iba de azul, ayudaría a Cail. Lo sabía porque yo haría lo mismo en su lugar. Mi ayuda podía suponer una desventaja. Por eso, mientras un brillo de maldad escapa de sus ojos, me volví, y le pegué un puñetazo que la tiró al suelo.
Tracé rápido un hechizo de paralisis, pero mis manos quedaron a medio camino.
Desde el suelo, La Alicia azul me pegó una patada en la espinilla que provocó que cayese hacia delante.
La falsa de rojo cayó sobre mi con todo su peso, y me clavé los dientes en el labio. Toda la boca tenía el sabor metálico de la sangre. Teníamos la misma fuerza, el mismo aguante, e ideas parecidas. Pero al contrario de lo que sale en todas las películas, saber que va a hacer no sirve de mucho. O tal vez todavía no sabía usar esa información de forma adecuada.
-AAAH, quita hija de...!
Le tiraba del pelo cuando un oportuno hechizo de Mánia paralizo a la chica de azul.
- Corramos, antes de que pierda la rigidez. Vamos por Cail.- dije con decisión.- pero Mánia... veamos que podemos hacer para no terminar esto de manera sangrienta. Te protegeré, pero no quiero matar a Cail. Ella también es parte de este lugar. Del torreón.
En el momento en el que di un paso en pos de Mánia, me di cuenta de que había cometido un error. Mi otra yo, que ahora iba de azul, ayudaría a Cail. Lo sabía porque yo haría lo mismo en su lugar. Mi ayuda podía suponer una desventaja. Por eso, mientras un brillo de maldad escapa de sus ojos, me volví, y le pegué un puñetazo que la tiró al suelo.
Tracé rápido un hechizo de paralisis, pero mis manos quedaron a medio camino.
Desde el suelo, La Alicia azul me pegó una patada en la espinilla que provocó que cayese hacia delante.
La falsa de rojo cayó sobre mi con todo su peso, y me clavé los dientes en el labio. Toda la boca tenía el sabor metálico de la sangre. Teníamos la misma fuerza, el mismo aguante, e ideas parecidas. Pero al contrario de lo que sale en todas las películas, saber que va a hacer no sirve de mucho. O tal vez todavía no sabía usar esa información de forma adecuada.
-AAAH, quita hija de...!
Le tiraba del pelo cuando un oportuno hechizo de Mánia paralizo a la chica de azul.
- Corramos, antes de que pierda la rigidez. Vamos por Cail.- dije con decisión.- pero Mánia... veamos que podemos hacer para no terminar esto de manera sangrienta. Te protegeré, pero no quiero matar a Cail. Ella también es parte de este lugar. Del torreón.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 12:47 am
Vlad sonrió perversamente al observar cómo Toima se alejaba de él, tan sonrojado y desconcertado, con todos aquellos ojos inquietos y frenéticos. Estaba ciertamente mono en esa aptitud. Se relamió ligeramente y avanzó un paso para acercarse al muchacho indefenso y acorralado contra la pared, pero algo lo distrajo.
Mientras no miraba, en las escaleras se había montado un alboroto de mil demonios. Mánia, la atractiva chiquilla con orejas de gato llena de adornos sugerentes y con aquella piel tan suave, había combatido con Caillech, que había crecido bastante, se había vuelto más fuerte y tenía un aire hambriento, peligroso y salvaje que atraía al conde. Tras esto, sólo confusión. Sangre, amenazas de muerte, peleas entre Alicias (a Vlad se le ocurrieron muchas ideas interesantes al verlas), estruendos abajo… Un jolgorio padre, vamos.
Suspiró exasperado y se frotó el caballete de la nariz con los dedos. Pensó en qué hacer para que aquél torreón no se convirtiera en una batalla campal, y cuando lo tuvo todo más o menos pensado, se giró hacia Toima de nuevo.
-Perdone, señor, pero asuntos importantes me requieren. Ya hablaremos con más tranquilidad y… - su mirada descendió lasciva hasta sus pantalones, desnudándolo por el camino (en sentido figurado).- yo también me alegro de verle.
Tras decir esto, le guiñó un ojo, aún con la media sonrisa lasciva en el rostro, y subió las escaleras hacia el cuarto común, dónde había dejado sus armas y la capa. Allí se soltó los cintos que le quedaban y los guardó todos con sus respectivas armas en una manta de una de las camas. Se la echó al hombro y bajó de nuevo las escaleras, camino de la armería de las mazmorras.
Cuando se halló en el vestíbulo, se encontró con que había dos recién llegados. Un muchacho con rasgos anfibios metido en una bañera que pudo identificar cómo Alphonse y a mujer lobo que debía de ser Hannah. La chica tenía un atractivo muy interesante por su naturaleza salvaje y animalesca, y Alphonse… bueno. Ya antes de la luna sus sueños le habían dado ciertas ideas interesantes, y su transformación le excitaba aún más, sin tener muy claro por qué. Se acercó a ellos a paso tranquilo, cómo si que se te acercara un demonio con cuernos, colmillos, rabo, sin camiseta, con sonrisa lasciva y una erección del quince fuera algo a lo que todo ciudadano medio estuviera acostumbrado.
Apoyó la pierna sobre el borde de la bañera, apoyando el brazo libre en ella. Clavaba la mirada en los ojos del muchacho, aún con la sonrisa en el rostro.
-Hola de nuevo, señor Blanc. Cuan… agradable sorpresa- añadió recorriendo su cuerpo con la mirada.- volverlo a tener entre nosotros. Estoy seguro de que tenemos muchas cosas de las que hablar pero hay un par de complicaciones ahí fuera y… bueno, luego hablamos en privado.
Y guiñándole un ojo, se volvió a las mazmorras, dónde se encontró a Mánia armándose con un par de artilugios de lo más interesantes.
-Buenas señorita… -dijo haciendo una profunda reverencia, sin dejar de mirarla a los ojos.- He sido informado de su situación y… bueno, creo que debería escuchar la voz de mi caballerosidad y ayudarla a deshacer este entuerto.
Realmente, a su caballerosidad le importaba más bien poco aquel entuerto. Ambas eran señoritas y no debía decantarse por ninguna en aquel problema. Pero Mánia tenía algo que Cail no tenía… Aquella piel blanca, los pirciens, aquellos ojos, su forma de vestir, sus adornos, su forma de moverse, su voz, su olor… Vlad tenía claro de qué lado ponerse. Si le daban a elegir entre las vidas de ambas mujeres, no dudaba en a quién elegir.
Entre el maremagnum de armas encontró tres armas que le llamaron la atención. Un par de cuchillos de diseño interesante y un machete de dos manos afilado hasta decir basta. Los tomó y se los puso en el cinturón y en la espalda respectivamente.
-Cuando las señoritas deseen…- dijo, dándose la vuelta, ya armado.
Mientras no miraba, en las escaleras se había montado un alboroto de mil demonios. Mánia, la atractiva chiquilla con orejas de gato llena de adornos sugerentes y con aquella piel tan suave, había combatido con Caillech, que había crecido bastante, se había vuelto más fuerte y tenía un aire hambriento, peligroso y salvaje que atraía al conde. Tras esto, sólo confusión. Sangre, amenazas de muerte, peleas entre Alicias (a Vlad se le ocurrieron muchas ideas interesantes al verlas), estruendos abajo… Un jolgorio padre, vamos.
Suspiró exasperado y se frotó el caballete de la nariz con los dedos. Pensó en qué hacer para que aquél torreón no se convirtiera en una batalla campal, y cuando lo tuvo todo más o menos pensado, se giró hacia Toima de nuevo.
-Perdone, señor, pero asuntos importantes me requieren. Ya hablaremos con más tranquilidad y… - su mirada descendió lasciva hasta sus pantalones, desnudándolo por el camino (en sentido figurado).- yo también me alegro de verle.
Tras decir esto, le guiñó un ojo, aún con la media sonrisa lasciva en el rostro, y subió las escaleras hacia el cuarto común, dónde había dejado sus armas y la capa. Allí se soltó los cintos que le quedaban y los guardó todos con sus respectivas armas en una manta de una de las camas. Se la echó al hombro y bajó de nuevo las escaleras, camino de la armería de las mazmorras.
Cuando se halló en el vestíbulo, se encontró con que había dos recién llegados. Un muchacho con rasgos anfibios metido en una bañera que pudo identificar cómo Alphonse y a mujer lobo que debía de ser Hannah. La chica tenía un atractivo muy interesante por su naturaleza salvaje y animalesca, y Alphonse… bueno. Ya antes de la luna sus sueños le habían dado ciertas ideas interesantes, y su transformación le excitaba aún más, sin tener muy claro por qué. Se acercó a ellos a paso tranquilo, cómo si que se te acercara un demonio con cuernos, colmillos, rabo, sin camiseta, con sonrisa lasciva y una erección del quince fuera algo a lo que todo ciudadano medio estuviera acostumbrado.
Apoyó la pierna sobre el borde de la bañera, apoyando el brazo libre en ella. Clavaba la mirada en los ojos del muchacho, aún con la sonrisa en el rostro.
-Hola de nuevo, señor Blanc. Cuan… agradable sorpresa- añadió recorriendo su cuerpo con la mirada.- volverlo a tener entre nosotros. Estoy seguro de que tenemos muchas cosas de las que hablar pero hay un par de complicaciones ahí fuera y… bueno, luego hablamos en privado.
Y guiñándole un ojo, se volvió a las mazmorras, dónde se encontró a Mánia armándose con un par de artilugios de lo más interesantes.
-Buenas señorita… -dijo haciendo una profunda reverencia, sin dejar de mirarla a los ojos.- He sido informado de su situación y… bueno, creo que debería escuchar la voz de mi caballerosidad y ayudarla a deshacer este entuerto.
Realmente, a su caballerosidad le importaba más bien poco aquel entuerto. Ambas eran señoritas y no debía decantarse por ninguna en aquel problema. Pero Mánia tenía algo que Cail no tenía… Aquella piel blanca, los pirciens, aquellos ojos, su forma de vestir, sus adornos, su forma de moverse, su voz, su olor… Vlad tenía claro de qué lado ponerse. Si le daban a elegir entre las vidas de ambas mujeres, no dudaba en a quién elegir.
Entre el maremagnum de armas encontró tres armas que le llamaron la atención. Un par de cuchillos de diseño interesante y un machete de dos manos afilado hasta decir basta. Los tomó y se los puso en el cinturón y en la espalda respectivamente.
-Cuando las señoritas deseen…- dijo, dándose la vuelta, ya armado.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 01:12 am
Toima retrocedio tanto que llegó a tocarse con la pared. Era increible que él, incluso ahora que era terriblemente mñas grande que Vlad, estuviera retrocediendo como un conejillo asustado. El incubo lo acorralaba más y más y Toima no sabia como reaccionar. Cierto era que los ojos de sus hombros estaban fijos en lo que estaba ocurriendo a escasos metro de donde se encontraba pero se centró sobretodo en el conde, que se le aproximaba.
De pronto, el incubo se percató de la pelea que estaba ocurriendo fuera de la habitación. Aquello le llamó más la atención y decidio ir a averiguar que pasaba, no sin antes despedirse de Toima de una manera muy inapropiada para el Ulterano. Cuando el conde abandonó la sala Toima se desplomó en el suelo y respiró, tranquilo. Se quedó sentado, meditabundo. Abrío el ojo de la palma para comprobar su rostro. Un impropio color rojizo predominaba en la cenicienta y pálida piel del Ulterano. Toima gruñó. Aquello le habia pillado por sorpresa y no habia sabido como reaccionar. Sin duda, para la próxima vez que se viesen, sabria como manejarse con la peculiar transformación del conde. Se pegó un puñetazo en la cara, para espabilarse. El dolor hizo acto de prsencia en su mandíbula. Se dio cuenta de que habia conseguido más fuerza física. Y entonces sonrío para sus adentros. Aún quedaban muchos compañeros por saludar y ver en que se habian trasnformado. Se puso de pie y notó su parte inferior más calmada. Suspiró.
Durante la acalorada conversación con Vlad, Noel se habia caido de la cama y, aparentemente, las pastillas surtian poco efecto en él. Toima se acercó a su lecho. Le tapó con las sábanas y las apuntaló al colchón con varios estiletes que se sacó de los bolsillos.
-Es para que no te caigas.-le dijo, intentando ser consensuador.-Voy a ayudar a los demás.-anuncio y salio tras la puerta.
Siguiendo el almizcle extraño que dejaba el conde tras de sí, consiguio localizar a todo el mundo en el caos del torreón. Aparentemente, estaban armandose para linchar a Cailech. Nunca le habia agradado la osada mujer lagarta pero no tenia nada en su contra y no la deseaba mal. Corriío veloz hacia su posición y llegó antes que nadie. La mujer se retorcia en el suelo de dolor. No sabia que habia ocurrido para que la fueran a linchar. Pero no era nada diferente a como era él en un principio.
-Vengo a ayudarte.-anunció a la mujer. Se arrodilló ante ella. Los ojos de la espalda vigilaban el movimiento de los demás.-Haz un movimiento extraño y juro que te parto el cuello.-le dijo con frialdad. Sacó el botecito de pildoras y extrajo una. Se encaró hacia ella, pero se dio cuenta de que ahora su tamaño era bastante superior y por lo tanto necesitaria una dosis más fuerte. Extrajo una segunda pastilla. Inmobilizó sus brazos con los tentáculos y con sus propias manos se aseguró de que se tragara las dos píldoras. Toima se puso de pie, mirando a una ventana por la cual entraba la luz de la luna.
-Quedate quieta y el efecto de las pastillas deberia de entrar a los pocos segundos. Todo te dejará de doler y estarás en un mundo de nubes. Voy a ayudar a los demás.-Toima se acercó a la escalera y miró através de ella, desde el rellano.
-Bien...¿quién será el próximo?-
De pronto, el incubo se percató de la pelea que estaba ocurriendo fuera de la habitación. Aquello le llamó más la atención y decidio ir a averiguar que pasaba, no sin antes despedirse de Toima de una manera muy inapropiada para el Ulterano. Cuando el conde abandonó la sala Toima se desplomó en el suelo y respiró, tranquilo. Se quedó sentado, meditabundo. Abrío el ojo de la palma para comprobar su rostro. Un impropio color rojizo predominaba en la cenicienta y pálida piel del Ulterano. Toima gruñó. Aquello le habia pillado por sorpresa y no habia sabido como reaccionar. Sin duda, para la próxima vez que se viesen, sabria como manejarse con la peculiar transformación del conde. Se pegó un puñetazo en la cara, para espabilarse. El dolor hizo acto de prsencia en su mandíbula. Se dio cuenta de que habia conseguido más fuerza física. Y entonces sonrío para sus adentros. Aún quedaban muchos compañeros por saludar y ver en que se habian trasnformado. Se puso de pie y notó su parte inferior más calmada. Suspiró.
Durante la acalorada conversación con Vlad, Noel se habia caido de la cama y, aparentemente, las pastillas surtian poco efecto en él. Toima se acercó a su lecho. Le tapó con las sábanas y las apuntaló al colchón con varios estiletes que se sacó de los bolsillos.
-Es para que no te caigas.-le dijo, intentando ser consensuador.-Voy a ayudar a los demás.-anuncio y salio tras la puerta.
Siguiendo el almizcle extraño que dejaba el conde tras de sí, consiguio localizar a todo el mundo en el caos del torreón. Aparentemente, estaban armandose para linchar a Cailech. Nunca le habia agradado la osada mujer lagarta pero no tenia nada en su contra y no la deseaba mal. Corriío veloz hacia su posición y llegó antes que nadie. La mujer se retorcia en el suelo de dolor. No sabia que habia ocurrido para que la fueran a linchar. Pero no era nada diferente a como era él en un principio.
-Vengo a ayudarte.-anunció a la mujer. Se arrodilló ante ella. Los ojos de la espalda vigilaban el movimiento de los demás.-Haz un movimiento extraño y juro que te parto el cuello.-le dijo con frialdad. Sacó el botecito de pildoras y extrajo una. Se encaró hacia ella, pero se dio cuenta de que ahora su tamaño era bastante superior y por lo tanto necesitaria una dosis más fuerte. Extrajo una segunda pastilla. Inmobilizó sus brazos con los tentáculos y con sus propias manos se aseguró de que se tragara las dos píldoras. Toima se puso de pie, mirando a una ventana por la cual entraba la luz de la luna.
-Quedate quieta y el efecto de las pastillas deberia de entrar a los pocos segundos. Todo te dejará de doler y estarás en un mundo de nubes. Voy a ayudar a los demás.-Toima se acercó a la escalera y miró através de ella, desde el rellano.
-Bien...¿quién será el próximo?-
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 02:18 am
La figura de Letargo se desdibuja entre sombras oscuras y luces rojizas a lo lejos. Aun por suerte no ha empezado a llover por lo que puedo disfrutar del viaje. es la primera vez que realmente vuelo con Deatach puesto que las otras no eran mas que simple entrenamiento y no íbamos demasiado lejos. Noto el viento azotando mi piel, y me tumbo sobre el cuello del dragón, agarrándome con los brazos, mientras éste vuela con una rapidez asombrosa. Aun no hace piruetas, pero me dijo en los entrenamientos que tendría que aprender a volar incluso bocabajo... No se si eso me gusta o me da miedo, pero de todas formas pienso conseguirlo.
Letargo no tarda en alzarse ante nosotros, tan imponente y hermoso como siempre. La enredadera ha seguido creciendo sin control y esta noche brilla bajo la luz de la Luna.
-¿Nos habrán visto volando los mocosos? - Le pregunto al dragón.
-¿Importa acaso ya? Antes teníamos que andar con cuidado, pero ya son tan parte de la ciudad como nosotros, Elliot. - Dice el dragón aterrizando suavemente sobre el suelo. - Ademas a lo mejor hemos conseguido asustarles incluso antes de llegar. - Bromea mientras yo me río. Bajo del dragón de un salto, mientras éste vuelve a alzar el vuelo desmaterializandose en el aire mientras asciende hacia lo alto del torreón hasta que vuelvo a notarlo tan solo en mis pensamientos.
Como era de esperar Gael y Jack aun no han llegado, pero yo tengo demasiada curiosidad como para esperarles así que decido que es hora de ver a los cachorritos y de decidir si son dignos de la ciudad o no. Tengo que darles una buena bienvenida, asi que hago que mi vestido se transforma hasta que queda uno mucho mas elegante. Si, eso era mucho mas apropiado para recibir a los nuevos vecinos.
El Dragón me había dejado justo en la puerta por lo que no tuve que andar buscándola como la primera vez que fui al torreón. De pronto me doy cuenta... estoy nerviosa. ¿Como es eso posible? No tengo ni idea pero noto que el corazón me va mas rápido a medida que me acerco a la puerta. ¿Será por ver a los nuevos? ¿Será por volver al torreón? Bueno, ¿que más da? Eso no importa. Con un suspiro interno, abro la puerta del que un día fue mi hogar.
Lo primero que veo al entrar es una bañera en mitad del salón...¿¡Que cojones hace eso ahí!? Empezamos bien... ¿Así es como tienen las cosas por aquí? ¿Bañeras en el salón? ¿y que más? ¿Camas en la armería? ¿Armas en el baño? Vergüenza les debería de dar tener esto así... con el trabajo que nos costó dejar el torreón habitable para que ahora llegue una panda de mocosos irresponsables a destrozarlo. Noto como me hierve la sangre... o lo que quiera que sea que me corre por las venas. Delante de la bañera hay una niña morena que habla con... ¿alguien que hay dentro? Mm.. interesante... me acerco, poniendome al lado de la chica para mirar lo que hay dentro y sonrío internamente cuando veo al chico en su interior. Luego, sin decir nada, continúo mi camino.
Decido subir a ver los cuartos y, me encuentro con.. un chico lleno de ojos... ¡Es otro calamar! ¡Como Nia! Seguro que a la mocosa le hace ilusión saber que hay otro pulpo con el que jugar por aquí... Me agacho un poco, con curiosidad para mirar los ojos que tiene desperdigados por el pecho y el abdomen, poniéndome a escasos centímetro de él, aunque sin duda estoy lista para atacar si es necesario. Cuando le he observado tanto como he querido, continúo mi camino y... ¿eh? Una ¿lagarta? en el suelo... ¡No les sobra con dejar los muebles tirados por ahí sino que también dejan a personas! La aparto dando una patada flojita, tampoco quiero hacerle daño, y continúo hasta el dormitorio.
Entrar al dormitorio trae un millón de recuerdos a mis pensamientos. Dentro un niño se retuerce entre sábanas manchadas de sangre. Me acerco a él, destapándole para ver cómo las plumas que le están saliendo rompen su piel. Me quedo mirándole unos segundos, sintiendo hasta pena por él. Debe de estar doliendole mucho... me siento en la cama a su lado y con un suspiro comienzo a hacer un hechizo para disminuir el dolor y curarle las heridas todo lo rápido posible.
Por suerte, mi energía está a rebosar, las botellitas de magia que bebí en los subterraneos todavía alimentan mi poder. Cuando consigo hacer que disminuya un poco decir volver a intentar comunicarme por telepatía. Establezco la conexion mental sin demasiada dificultad.
-No me des las gracias por ésto chico... solo lo hago para que no ensucies más las sábanas de MI cama. - Le digo, pasandole sin querer junto a estas palabras decenas de imágenes referentes a los días que había vivido en letargo, a las noches que había dormido en esa misma cama... - ¿Cuantos sois? - le pregunto, haciendo un repaso mental de los que he visto hasta ahora. Luego me doy cuenta de la otra chica que hay paralizada a un lado del cuarto... - ¿Tenéis la costumbre de paralizar a todos los que dan problemas? - pregunto con sorna. - Es mas fácil si directamente los matas - y mi mano pasa por delante de mi cuello haciendo un gesto de decapitar mientras sonrío mentalmente. Vale, estoy sobreactuando un poco... pero es taaan divertido asustarles... Decido finalmente cerrar la conexión, antes de que se descontrole mucho.
Letargo no tarda en alzarse ante nosotros, tan imponente y hermoso como siempre. La enredadera ha seguido creciendo sin control y esta noche brilla bajo la luz de la Luna.
-¿Nos habrán visto volando los mocosos? - Le pregunto al dragón.
-¿Importa acaso ya? Antes teníamos que andar con cuidado, pero ya son tan parte de la ciudad como nosotros, Elliot. - Dice el dragón aterrizando suavemente sobre el suelo. - Ademas a lo mejor hemos conseguido asustarles incluso antes de llegar. - Bromea mientras yo me río. Bajo del dragón de un salto, mientras éste vuelve a alzar el vuelo desmaterializandose en el aire mientras asciende hacia lo alto del torreón hasta que vuelvo a notarlo tan solo en mis pensamientos.
Como era de esperar Gael y Jack aun no han llegado, pero yo tengo demasiada curiosidad como para esperarles así que decido que es hora de ver a los cachorritos y de decidir si son dignos de la ciudad o no. Tengo que darles una buena bienvenida, asi que hago que mi vestido se transforma hasta que queda uno mucho mas elegante. Si, eso era mucho mas apropiado para recibir a los nuevos vecinos.
El Dragón me había dejado justo en la puerta por lo que no tuve que andar buscándola como la primera vez que fui al torreón. De pronto me doy cuenta... estoy nerviosa. ¿Como es eso posible? No tengo ni idea pero noto que el corazón me va mas rápido a medida que me acerco a la puerta. ¿Será por ver a los nuevos? ¿Será por volver al torreón? Bueno, ¿que más da? Eso no importa. Con un suspiro interno, abro la puerta del que un día fue mi hogar.
Lo primero que veo al entrar es una bañera en mitad del salón...¿¡Que cojones hace eso ahí!? Empezamos bien... ¿Así es como tienen las cosas por aquí? ¿Bañeras en el salón? ¿y que más? ¿Camas en la armería? ¿Armas en el baño? Vergüenza les debería de dar tener esto así... con el trabajo que nos costó dejar el torreón habitable para que ahora llegue una panda de mocosos irresponsables a destrozarlo. Noto como me hierve la sangre... o lo que quiera que sea que me corre por las venas. Delante de la bañera hay una niña morena que habla con... ¿alguien que hay dentro? Mm.. interesante... me acerco, poniendome al lado de la chica para mirar lo que hay dentro y sonrío internamente cuando veo al chico en su interior. Luego, sin decir nada, continúo mi camino.
Decido subir a ver los cuartos y, me encuentro con.. un chico lleno de ojos... ¡Es otro calamar! ¡Como Nia! Seguro que a la mocosa le hace ilusión saber que hay otro pulpo con el que jugar por aquí... Me agacho un poco, con curiosidad para mirar los ojos que tiene desperdigados por el pecho y el abdomen, poniéndome a escasos centímetro de él, aunque sin duda estoy lista para atacar si es necesario. Cuando le he observado tanto como he querido, continúo mi camino y... ¿eh? Una ¿lagarta? en el suelo... ¡No les sobra con dejar los muebles tirados por ahí sino que también dejan a personas! La aparto dando una patada flojita, tampoco quiero hacerle daño, y continúo hasta el dormitorio.
Entrar al dormitorio trae un millón de recuerdos a mis pensamientos. Dentro un niño se retuerce entre sábanas manchadas de sangre. Me acerco a él, destapándole para ver cómo las plumas que le están saliendo rompen su piel. Me quedo mirándole unos segundos, sintiendo hasta pena por él. Debe de estar doliendole mucho... me siento en la cama a su lado y con un suspiro comienzo a hacer un hechizo para disminuir el dolor y curarle las heridas todo lo rápido posible.
Por suerte, mi energía está a rebosar, las botellitas de magia que bebí en los subterraneos todavía alimentan mi poder. Cuando consigo hacer que disminuya un poco decir volver a intentar comunicarme por telepatía. Establezco la conexion mental sin demasiada dificultad.
-No me des las gracias por ésto chico... solo lo hago para que no ensucies más las sábanas de MI cama. - Le digo, pasandole sin querer junto a estas palabras decenas de imágenes referentes a los días que había vivido en letargo, a las noches que había dormido en esa misma cama... - ¿Cuantos sois? - le pregunto, haciendo un repaso mental de los que he visto hasta ahora. Luego me doy cuenta de la otra chica que hay paralizada a un lado del cuarto... - ¿Tenéis la costumbre de paralizar a todos los que dan problemas? - pregunto con sorna. - Es mas fácil si directamente los matas - y mi mano pasa por delante de mi cuello haciendo un gesto de decapitar mientras sonrío mentalmente. Vale, estoy sobreactuando un poco... pero es taaan divertido asustarles... Decido finalmente cerrar la conexión, antes de que se descontrole mucho.
- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 02:29 am
—Siempre haces lo que te sale de los huevos —se quejó InCordia—. ¿Hay algún motivo por el qué debas venir conmigo, Auro?
Auro, a su lado, estab ocupado intentando rascarse el centro de su peluda espalda, por lo que tardó algo en contestar.
—No... sé.... Qué más... da. Casi llego. ¿Y tú por que vas? Eres como el perrito faldero del Consejo.
—Maldito chucho, mira quién fue a hablar.
—Gato en todo caso. Y para ti, especialmente para ti, señor Raiga.
La maga decidió ignorar al león para repasar las notas que llevaba apuntadas. Pasó hoja tras hoja de una pequeña libreta.
—Tienen montado un auténtico zoo. Ya se están peleando, no han tardado nada.
La idea de la pelea pareció animar a su "compañero".
—No hay nada peor que dos estúpidos —gruñidos indescifrables— e inútiles gemelos opuestos de esos. Cuando por fin nos libramos de los anteriores, zas. Por lo visto tenemos a dos brujas en el centro del caos, otros dos cosechadas que se pelan y más. Cosas del instinto.
Auro miraba el paisaje con más interés que a su acompañante.
—Trasgos, lobos, animales extraños que no deberían existir siquiera, todos moviéndose por instinto. Los magos no me preocupan, son mucho más civilizados.
En su cabeza apareció la imagen de una bañera atravesando edificios, imagen que retiró al instante por contradictoria.
—La mayoría solo se dedica a dar vueltas haciendo todo lo posible por dar la nota —continuó con su monólogo, mientras en su cabeza una masa amorfa con demasiados ojos hacía malabares con caramelos de dos colores. Ese fue el momento que Dama Dibujo escogió para pasar gritando de júbilo a su lado y desaparecer en la oscuridad—. Creo que hasta hay una gárgola. A ver si tiene el suficiente sentdo común como para echarse una siestecita en algún rincón un par de décadas como el majo de Wilfre, que aún sigue en lo alto del campanario de Mi...
—No, ya no, lo derribo un hechizo perdido hace medio año y se hizo pedazos contra el suelo. Mala suerte —intervino.
—...
—Ya casi hemos llegado... Ah, casi lo olvido, ¿cómo es que estás tan bien informada?
—Deigwené les echó un vistazo a todos. A ver qué más... Ugh, qué bicho más feo. Oh, y otro demonio, como si no tuviéramos suficiente con Neyara. ¿Acaso esperan que traigamos vírgenes cada semana? Harían buena pareja, el uno las viola y el otro se las come. Ja. Ja. Ja.
—¿Y como esperas detener la pelea? No creo que puedas congelar a todos un rato o algo así. ¿Intentarás hablar "amablemente", tal y como siempre haces con todos, uno por uno?
—Ya veremos —bufó la maga.
Frente a ellos se erguía el torreón, más habitado de lo habitual. Había mucha actividad para tan pocas criaturas.
En ese momento llegó alguien corriendo, casi tropezándose. Unos ojosgatunos se abrieron de par en par mientras resollaba.
—¿Recordáis que nos... ah... dijisteis que esperásemos un poco...? Bueno, yo... arf... intenté decirle que no, pero me apartó como si nada...
—¿Quién?
—...en ese dragón tan raro...
Auro gruñó a modo de risa: la perspectiva de una pelea estaba ahora más cerca, seguramente tuviesen acción aquella noche, justo lo que le apetecía.
Auro, a su lado, estab ocupado intentando rascarse el centro de su peluda espalda, por lo que tardó algo en contestar.
—No... sé.... Qué más... da. Casi llego. ¿Y tú por que vas? Eres como el perrito faldero del Consejo.
—Maldito chucho, mira quién fue a hablar.
—Gato en todo caso. Y para ti, especialmente para ti, señor Raiga.
La maga decidió ignorar al león para repasar las notas que llevaba apuntadas. Pasó hoja tras hoja de una pequeña libreta.
—Tienen montado un auténtico zoo. Ya se están peleando, no han tardado nada.
La idea de la pelea pareció animar a su "compañero".
—No hay nada peor que dos estúpidos —gruñidos indescifrables— e inútiles gemelos opuestos de esos. Cuando por fin nos libramos de los anteriores, zas. Por lo visto tenemos a dos brujas en el centro del caos, otros dos cosechadas que se pelan y más. Cosas del instinto.
Auro miraba el paisaje con más interés que a su acompañante.
—Trasgos, lobos, animales extraños que no deberían existir siquiera, todos moviéndose por instinto. Los magos no me preocupan, son mucho más civilizados.
En su cabeza apareció la imagen de una bañera atravesando edificios, imagen que retiró al instante por contradictoria.
—La mayoría solo se dedica a dar vueltas haciendo todo lo posible por dar la nota —continuó con su monólogo, mientras en su cabeza una masa amorfa con demasiados ojos hacía malabares con caramelos de dos colores. Ese fue el momento que Dama Dibujo escogió para pasar gritando de júbilo a su lado y desaparecer en la oscuridad—. Creo que hasta hay una gárgola. A ver si tiene el suficiente sentdo común como para echarse una siestecita en algún rincón un par de décadas como el majo de Wilfre, que aún sigue en lo alto del campanario de Mi...
—No, ya no, lo derribo un hechizo perdido hace medio año y se hizo pedazos contra el suelo. Mala suerte —intervino.
—...
—Ya casi hemos llegado... Ah, casi lo olvido, ¿cómo es que estás tan bien informada?
—Deigwené les echó un vistazo a todos. A ver qué más... Ugh, qué bicho más feo. Oh, y otro demonio, como si no tuviéramos suficiente con Neyara. ¿Acaso esperan que traigamos vírgenes cada semana? Harían buena pareja, el uno las viola y el otro se las come. Ja. Ja. Ja.
—¿Y como esperas detener la pelea? No creo que puedas congelar a todos un rato o algo así. ¿Intentarás hablar "amablemente", tal y como siempre haces con todos, uno por uno?
—Ya veremos —bufó la maga.
Frente a ellos se erguía el torreón, más habitado de lo habitual. Había mucha actividad para tan pocas criaturas.
En ese momento llegó alguien corriendo, casi tropezándose. Unos ojosgatunos se abrieron de par en par mientras resollaba.
—¿Recordáis que nos... ah... dijisteis que esperásemos un poco...? Bueno, yo... arf... intenté decirle que no, pero me apartó como si nada...
—¿Quién?
—...en ese dragón tan raro...
Auro gruñó a modo de risa: la perspectiva de una pelea estaba ahora más cerca, seguramente tuviesen acción aquella noche, justo lo que le apetecía.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:59 am
Parecía que hoy era el día oficial de matemos a Caillech todos. Los podía oir movilizándose contra mi persona, me querían traicionar, me querían matar como si fuera un trasto que podías descartar a la minima oportunidad. No se lo permitiría, siempre he sobrevivivo y hoy no terminará mi existencia a manos esos (olfateo el aire para saber con exactitud quienes y cuantos) tres, lo tenía claro. Haría todo lo que fuese necesario, me aliaría con un Ranta si con eso la hago pagar, les arrancaría sus pequeños corazones mientras aún estaban vivos... pero no me matarían. Había trabajado duramente para llegar a este momento y no les dejaría que me lo quitasen a esos traidores. ¿Es que acaso se habían olvidado como los protegia, como entrenaba para cuando llegase el momento poder salvarlos, como los guiaba por la ciudad con mi olfato? Parecía que si. Sin mi es posible que más hubiesen muerto. Y lo pagarían, pagarían por haber olvidado todo lo que había hecho, pagarían por haber osado levantar un dedo contra mi. Bailaría sobre sus cadáveres entre risas, me bañaré en su sangre cuando terminé. Solo así aprenderían, solo así me respetarían, solo así recordarían quien era yo...
Un movimiento me sacó de mis oscuros pensamientos inducidos por la locura y el dolor. Ojos, había muchos ojos, muchísimos, y me estaban mirandome. Era el chico loco, el cual parecía más controlado que nunca. Me reí quedamente. Que ironico, el loco consigue la normalidad y la normal consigue la locura, nos habían invertido los papeles. Empezó a hablarme, me ofreció ayuda, no sin antes darme mi justa advertencia, y me dio algo que alejó todo el calvario que sentía en aquellos momentos. Sonreí, esto era otra cosa.
Miré hacia él y, con la sonrisa que mostraba todos mis afilados dietes, le dije en un susurro.
- Gracias...
Entonces vino ella, un ser muy extraño, que me apartó de una patadita de su camino. Por un momento pensé en seguirla para saber quien era y que hacía en aquel lugar, pero no, debía prepararme para el enfrentamiento que de seguro tendría lugar. No quería que me atraparan con la guardia baja. Por fortuna, siempre estaba armada, hasta cuando dormía. Saqué mi espada y mi daga del cinto y fui a por aliados, necesitaba que alguien me respaldase. Puede que fuese buena en la lucha, pero contra tres personas... no era Dios, y por lo tanto necesitaba a alguien que me cubriese las espaldas.
Caminé por ahí hasta que di a una Alicia vestida de azul, no me fije en nadie más pues eso me confundio, el encontrarla aquí. ¿No se suponía que se encontraba con Mánia y el conde? Olfateé, si, el olor de Alicia estaba ahí y también aquí. Es como si hubiese dos Alcias, que extraño y que confuso.
Ladeé la cabeza de la forma que haría un animal curioso mientras la miraba, parecían que la habían paralizado (Mánia seguro, esa pequeña...) y la habían dejado así, pero volvía a empezar a moverse.
- ¿De parte de quien estas Alicia? de le pequeña reina pataleta, alias Mánia, o conmigo, quien os ha salvaguardado hasta este día - no me gustaba ir por las ramas, iba directa al grano, no tenía tiempo que perder ellos podrían venir en cualquier momento para matarme y necesitaba el respaldo de alguien para defenderme y aún necesitaba más compañeros que me protegieran, pero había algo que picaba mi curiosidad y que no podía evitar preguntar -. Y por cierto, ¿por que hay dos de ti en el torreón? He olido a otra Alicia con Mánia y el Conde. ¿Es eso lo que te ha hecho la luna, verdad? Ahora sois dos en vez de una, ¿o me equivoco?.
Un movimiento me sacó de mis oscuros pensamientos inducidos por la locura y el dolor. Ojos, había muchos ojos, muchísimos, y me estaban mirandome. Era el chico loco, el cual parecía más controlado que nunca. Me reí quedamente. Que ironico, el loco consigue la normalidad y la normal consigue la locura, nos habían invertido los papeles. Empezó a hablarme, me ofreció ayuda, no sin antes darme mi justa advertencia, y me dio algo que alejó todo el calvario que sentía en aquellos momentos. Sonreí, esto era otra cosa.
Miré hacia él y, con la sonrisa que mostraba todos mis afilados dietes, le dije en un susurro.
- Gracias...
Entonces vino ella, un ser muy extraño, que me apartó de una patadita de su camino. Por un momento pensé en seguirla para saber quien era y que hacía en aquel lugar, pero no, debía prepararme para el enfrentamiento que de seguro tendría lugar. No quería que me atraparan con la guardia baja. Por fortuna, siempre estaba armada, hasta cuando dormía. Saqué mi espada y mi daga del cinto y fui a por aliados, necesitaba que alguien me respaldase. Puede que fuese buena en la lucha, pero contra tres personas... no era Dios, y por lo tanto necesitaba a alguien que me cubriese las espaldas.
Caminé por ahí hasta que di a una Alicia vestida de azul, no me fije en nadie más pues eso me confundio, el encontrarla aquí. ¿No se suponía que se encontraba con Mánia y el conde? Olfateé, si, el olor de Alicia estaba ahí y también aquí. Es como si hubiese dos Alcias, que extraño y que confuso.
Ladeé la cabeza de la forma que haría un animal curioso mientras la miraba, parecían que la habían paralizado (Mánia seguro, esa pequeña...) y la habían dejado así, pero volvía a empezar a moverse.
- ¿De parte de quien estas Alicia? de le pequeña reina pataleta, alias Mánia, o conmigo, quien os ha salvaguardado hasta este día - no me gustaba ir por las ramas, iba directa al grano, no tenía tiempo que perder ellos podrían venir en cualquier momento para matarme y necesitaba el respaldo de alguien para defenderme y aún necesitaba más compañeros que me protegieran, pero había algo que picaba mi curiosidad y que no podía evitar preguntar -. Y por cierto, ¿por que hay dos de ti en el torreón? He olido a otra Alicia con Mánia y el Conde. ¿Es eso lo que te ha hecho la luna, verdad? Ahora sois dos en vez de una, ¿o me equivoco?.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 12:32 pm
Mánia notó el olor del conde mucho antes de que bajase a las mazmorras. Era un aroma familiar a pesar de que sabía que no lo había olido nunca antes, y le hacía desear tenerlo cerca, poder descubrir por su propia nariz que tenía de especial, qué le hacía relamerse cada vez que lo olía. Se quedó totalmente inmóvil hasta que pasó por su lado, y aspiró el aire profundamente con los ojos entornado, sintiendo como le embriagaba...
El sonido de metal la sacó de su trance y Mánia volvió a la realidad. ¿Vlad iba a ayudarla? ¿A qué? Cuando vio el brillo perverso en su mirada lo comprendió, iba a aliarse con ella para ir a por Cail... Se giró hacia Alicia, la Alicia de rojo. Le había impresionado mucho ver a las dos Alicias pelearse, y al oler tambien a la otra y comprobar que no se diferenciaban absolutamente en nada le hizo dudar de las palabras de su amiga. No era una copia y una original, eran dos Alicias exactamente iguales. ¿Dos Alicias enfrentadas? Y entonces comprendió... Se estaban creando bandos, uno de su parte y otra de parte de Caillech. Iban a matar a Cail enserio, pero eso no era lo que Mánia quería, ella había tenido la oportunidad de matar a Cail y no lo había hecho, había tenido su vida en las manos y no se la había arrebatado, y Mánia no era de las que se compadecían de nadie, en Libo no se perdonaba la vida de nadie que haya ofendido a un andrógino así por las buenas, las cosas no funcionaban así.
-No quiero matar a Cail- dijo mirando a la Alicia roja a los ojos- Me ha atacado y yo se la he devuelto, pero no quiero matarla. Si me ataca me defenderé como hice antes, pero no pienso ir en su busca.- nunca había estado tan convencida de nada. Y era la primera vez que le importaba la vida de alguien que no fuese ella... Aunque ella no es que le tuviese mucho aprecio a su propia vida normalmente...- Pero si ellos atacan hay que estar preparados. Ahora podemos hacer más hechizos, y yo quiero aprender magia nueva
Libros, libros de hechizos, magian nueva, hechizos poderosos... La idea estaba haciendo maravillas en la voluble mente de la chica y pronto la rabia y el odio del entuerto se esfumaron dejando la emoción ante la perspectiva de aprender cosas nuevas. Arriba había actividad, y sonidos desconocidos, pasos nuevos.
-Ne, tenemos compañía...- dijo dirigiéndose a la escalera para asomarse. Fue entonces cuando se percató de la bañera que antes había pasado por alto y de la chica de Maciel que estaba a su lado.- Creo que son de Maciel...
El sonido de metal la sacó de su trance y Mánia volvió a la realidad. ¿Vlad iba a ayudarla? ¿A qué? Cuando vio el brillo perverso en su mirada lo comprendió, iba a aliarse con ella para ir a por Cail... Se giró hacia Alicia, la Alicia de rojo. Le había impresionado mucho ver a las dos Alicias pelearse, y al oler tambien a la otra y comprobar que no se diferenciaban absolutamente en nada le hizo dudar de las palabras de su amiga. No era una copia y una original, eran dos Alicias exactamente iguales. ¿Dos Alicias enfrentadas? Y entonces comprendió... Se estaban creando bandos, uno de su parte y otra de parte de Caillech. Iban a matar a Cail enserio, pero eso no era lo que Mánia quería, ella había tenido la oportunidad de matar a Cail y no lo había hecho, había tenido su vida en las manos y no se la había arrebatado, y Mánia no era de las que se compadecían de nadie, en Libo no se perdonaba la vida de nadie que haya ofendido a un andrógino así por las buenas, las cosas no funcionaban así.
-No quiero matar a Cail- dijo mirando a la Alicia roja a los ojos- Me ha atacado y yo se la he devuelto, pero no quiero matarla. Si me ataca me defenderé como hice antes, pero no pienso ir en su busca.- nunca había estado tan convencida de nada. Y era la primera vez que le importaba la vida de alguien que no fuese ella... Aunque ella no es que le tuviese mucho aprecio a su propia vida normalmente...- Pero si ellos atacan hay que estar preparados. Ahora podemos hacer más hechizos, y yo quiero aprender magia nueva
Libros, libros de hechizos, magian nueva, hechizos poderosos... La idea estaba haciendo maravillas en la voluble mente de la chica y pronto la rabia y el odio del entuerto se esfumaron dejando la emoción ante la perspectiva de aprender cosas nuevas. Arriba había actividad, y sonidos desconocidos, pasos nuevos.
-Ne, tenemos compañía...- dijo dirigiéndose a la escalera para asomarse. Fue entonces cuando se percató de la bañera que antes había pasado por alto y de la chica de Maciel que estaba a su lado.- Creo que son de Maciel...
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 01:24 pm
Empecé a recuperar el movimiento en los brazos y piernas, y pronto pude incorporarme. Me hervía la sangre de vergüenza e ira.
- Yo no soy la que da problemas - le espeté- tengo una estupida que usa mi cara y se pasea libremente por el torreón. - escupí la sangre que seguía en la boca. No era lo más educado, pero odiaba el sabor en la boca. Miré a Cail.- si, Cail, estoy contigo, por eso he recibido un puñetazo en plena cara.- me toqué la mandibula por si notaba algo fuera de sitio. Solo tenía ideas asesinas y estaba asustada. No era solo que ella existiese. ¿era yo la misma, si quiera? Jamás había deseado la muerte de alguien, y menos provocarla. Y ahora solo quería un cuchillo y salir sin autocontrol a por mi gemela para matar a esa bastarda. Quería ir con Cail a buscar bronca. Quería que sucediese algun "accidente" que me librara de mi hermana. Y saberlo me llenaba de remordimientos y dudas. Reuní todo mi autocontrol para escupir unas palabras que supieron a bilis- pero será mejor que no me lleves contigo. O mataré a esa - quise decir una palabra suficientemente insultante, pero me contuve.- o la mataré y habrá otro cadaver que enterrar.
Ahora mismo, ya no sé quien soy. Si sigo siendo la misma. Solo hay algo que tengo claro: no quiero ser ella. Pero si Cail me dice que le ayude, y sabiendo que ella peleará contra Cail, tiraré todos mis principios por tierra y subiré a darle la paliza de su vida.
Vlad también ayudaría. bien, la ventaja numerica siempre era util. En Mánia no veía ningun cambio, pero Vlad lucía ahora cuernos y cola, y su forma de moverse y actuar poco tenían que ver con el vlad estatua-de-cera de antes. Todo lo que decía parecía llevar un sentido oculto y sugerente entre líneas. Las palabras de Mánia me devolvieron al tema de la conversación.
- Imagino que eso supone que no habrá mucha sangre.- debería haber sonado aliviada, pero casi parecí decepcionada. - Veamos como de belicosa llega "la otra"
- Yo no soy la que da problemas - le espeté- tengo una estupida que usa mi cara y se pasea libremente por el torreón. - escupí la sangre que seguía en la boca. No era lo más educado, pero odiaba el sabor en la boca. Miré a Cail.- si, Cail, estoy contigo, por eso he recibido un puñetazo en plena cara.- me toqué la mandibula por si notaba algo fuera de sitio. Solo tenía ideas asesinas y estaba asustada. No era solo que ella existiese. ¿era yo la misma, si quiera? Jamás había deseado la muerte de alguien, y menos provocarla. Y ahora solo quería un cuchillo y salir sin autocontrol a por mi gemela para matar a esa bastarda. Quería ir con Cail a buscar bronca. Quería que sucediese algun "accidente" que me librara de mi hermana. Y saberlo me llenaba de remordimientos y dudas. Reuní todo mi autocontrol para escupir unas palabras que supieron a bilis- pero será mejor que no me lleves contigo. O mataré a esa - quise decir una palabra suficientemente insultante, pero me contuve.- o la mataré y habrá otro cadaver que enterrar.
Ahora mismo, ya no sé quien soy. Si sigo siendo la misma. Solo hay algo que tengo claro: no quiero ser ella. Pero si Cail me dice que le ayude, y sabiendo que ella peleará contra Cail, tiraré todos mis principios por tierra y subiré a darle la paliza de su vida.
Vlad también ayudaría. bien, la ventaja numerica siempre era util. En Mánia no veía ningun cambio, pero Vlad lucía ahora cuernos y cola, y su forma de moverse y actuar poco tenían que ver con el vlad estatua-de-cera de antes. Todo lo que decía parecía llevar un sentido oculto y sugerente entre líneas. Las palabras de Mánia me devolvieron al tema de la conversación.
- Imagino que eso supone que no habrá mucha sangre.- debería haber sonado aliviada, pero casi parecí decepcionada. - Veamos como de belicosa llega "la otra"
-
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 02:41 pm
La que están liando en el torreón creo que no se ha visto nunca (al menos, desde que llegué a Rocavarancolia). Dos se han peleado y ya están haciendo bandos, otros están sufriendo lo indecible, otro que entra volando en bañera... Voy a entrar, así puedo conocer a los nuevos cosechados, e igual incluso puedo calmar un poco los ánimos; o al menos pasar como parece que ha hecho Elliot (quién parece que ha pasado del desorden imperante, igual hasta cree que es normal dada la situación). ¿Fue tan caótica y conflictiva la transformación de nuestra cosecha? Lo cierto es que no lo sé, pues yo padecí la parte más difícil de mi transformación sola.
Pero no, mejor entro y saludo, pues nadie me conoce. Creo que un día me vieron, aquel que maté una especie de reptil alado frente a la biblioteca, pero el caso es que tal vez incluso se hayan olvidado de mí. Sí, mejor entro y saludo, así que rodeo el torreón por el patio hasta la puerta, que está abierta de par en par. ¡Cuánto descuido! Entro por la puerta, pero decido no cerrar detrás mío, creo que es lo apropiado y, además, cualquiera que intentará entrar yo lo vería (y podría cerrar en caso de necesidad).
Dentro del torreón veo al chico de la bañera y a otra chica junto a él. Aún no me acabo de creer que Elliot haya pasado de la bañera, pues me cuesta hasta a mí no llamarles la atención. El niño parece tener ciertas partes similares a un anfibio, que podría ser el motivo de que vaya en una bañera llena de agua (algo que no logré ver antes), y la chica parece tener unos síntomas un tanto... variables: durante un momento parece más humana, pero al instante siguiente unos rasgos más animalescos toman su cuerpo. Se nota que están a medio transformar, así que eso me acaba de confirmar que son cosechados de este año. Creo que ninguno de los dos me ha visto, así que decido llamarles la atención.
-Vaya la que tenéis armada en el torreón, chicos. Entre las peleas y ahora encima una bañera en el salón... -suspiro, el llamarles la atención ha servido para que se girasen a mirarme-. Por cierto, yo me llamo Adara, habitante de esta ciudad desde hace un año. Encantado de conoceros, nuevos portentos de la ciudad -les digo en tono teatral y gesticulando de forma exagerada. Ahora, la sonrisa de mi cara es totalmente sincera.
Pero no, mejor entro y saludo, pues nadie me conoce. Creo que un día me vieron, aquel que maté una especie de reptil alado frente a la biblioteca, pero el caso es que tal vez incluso se hayan olvidado de mí. Sí, mejor entro y saludo, así que rodeo el torreón por el patio hasta la puerta, que está abierta de par en par. ¡Cuánto descuido! Entro por la puerta, pero decido no cerrar detrás mío, creo que es lo apropiado y, además, cualquiera que intentará entrar yo lo vería (y podría cerrar en caso de necesidad).
Dentro del torreón veo al chico de la bañera y a otra chica junto a él. Aún no me acabo de creer que Elliot haya pasado de la bañera, pues me cuesta hasta a mí no llamarles la atención. El niño parece tener ciertas partes similares a un anfibio, que podría ser el motivo de que vaya en una bañera llena de agua (algo que no logré ver antes), y la chica parece tener unos síntomas un tanto... variables: durante un momento parece más humana, pero al instante siguiente unos rasgos más animalescos toman su cuerpo. Se nota que están a medio transformar, así que eso me acaba de confirmar que son cosechados de este año. Creo que ninguno de los dos me ha visto, así que decido llamarles la atención.
-Vaya la que tenéis armada en el torreón, chicos. Entre las peleas y ahora encima una bañera en el salón... -suspiro, el llamarles la atención ha servido para que se girasen a mirarme-. Por cierto, yo me llamo Adara, habitante de esta ciudad desde hace un año. Encantado de conoceros, nuevos portentos de la ciudad -les digo en tono teatral y gesticulando de forma exagerada. Ahora, la sonrisa de mi cara es totalmente sincera.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 04:39 pm
Toima estaba vigilando a todos los presentes en el torreón, con cada ojo clavado sobre cada persona. Estaba algo mareado pero podria seguir asi mucho tiempo, pues estaba tambien muy preocupado. En ese entonces notó como varias presencias que desconocia habian entrado al torreón. Una de ellas pasó terriblemente cerca de él y le hizo desenfundar sus cuchillos.
-¡Alto ahi!-pero desaparecio. Siguio su trayectoria con las mirada hasta la habitación de Noel.-¡Joder! ¡No escaparás!-En ese preciso instante, un escalofrío recorrio la espalda de Toima. Múltiples presencias poderosas se acercaban al torreón. Monstruos como ellos en su mayoria. Las pupilas carmesí de toima se dilataron enormemente al comprobar cada transformación y, sobre todo con algunos datos de acada uno que percibio por la mirada. Corrio hacia el rellano y bajó las escaleras a toda prisa.
-¡Joder! ¡Joder! ¡Jodeeeer!-iban a entrar antes de que le diera tiempo a llegar asi que solo le quedaba una salida. Tomó aire y descargó su grito más potente por todo el torreón, casi quedandose afónico en el intento.-¡¡¡¡CHICOS TENEMOS MONSTRUOS EN EL JARDÍN!!! ¡¡¡ARMAOS Y PREPARAOS PARA RECHAZARLES!!!-gritó, presa de la paraonia. Su pelo se encrespó y de él aparecieron varias armas como cuchillos y estiletes que estaban dispuestos a ser lanzados en cualquier momento y, finalmente llegó a la planta baja, con el pelo casi en punta y los ojos nerviosos y mirando a todos lados, registrando cada presencia que se movia o que veia en el torreón y proximidades.
-¡Alto ahi!-pero desaparecio. Siguio su trayectoria con las mirada hasta la habitación de Noel.-¡Joder! ¡No escaparás!-En ese preciso instante, un escalofrío recorrio la espalda de Toima. Múltiples presencias poderosas se acercaban al torreón. Monstruos como ellos en su mayoria. Las pupilas carmesí de toima se dilataron enormemente al comprobar cada transformación y, sobre todo con algunos datos de acada uno que percibio por la mirada. Corrio hacia el rellano y bajó las escaleras a toda prisa.
-¡Joder! ¡Joder! ¡Jodeeeer!-iban a entrar antes de que le diera tiempo a llegar asi que solo le quedaba una salida. Tomó aire y descargó su grito más potente por todo el torreón, casi quedandose afónico en el intento.-¡¡¡¡CHICOS TENEMOS MONSTRUOS EN EL JARDÍN!!! ¡¡¡ARMAOS Y PREPARAOS PARA RECHAZARLES!!!-gritó, presa de la paraonia. Su pelo se encrespó y de él aparecieron varias armas como cuchillos y estiletes que estaban dispuestos a ser lanzados en cualquier momento y, finalmente llegó a la planta baja, con el pelo casi en punta y los ojos nerviosos y mirando a todos lados, registrando cada presencia que se movia o que veia en el torreón y proximidades.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Fundador
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 04:46 pm
Alguien apartó a Adara a un lado bruscamente poniendo mala cara.
—Haré como que no he visto este desorden.
Salió de la sala y continuó hacia delante, hasta encontrarse con Alicia y Cail. Suspiró y comenzó inmediatamente a tratarlas. Un hechizo simple bastó para la primera, pero tuvo que dibujar un complicado sello para eliminar toda la droga de la sangre sin dejar que el dolor la dejase enloquecer a la otra.
Cuando terminó, la ayudó a levantarse.
—Tenemos que hablar de cosas algo más serias —le explicó a la bruja—. Como maga bajo la orden directa del consejo, tengo que pedirte que no hagas ningún daño a tu otro ego ni, por supuesto, la mates. Lo mismo va por tu amiga. Estoy intentando solucionar todo de modo pacífico.
Dicho esto, le colocó una pulsera metálica con un mismo símbolo grabado varias veces a lo largo de ella, que se cerró sin dejar fisura alguna.
—Hemos llegado —anunció ceremoniosamente Edgar—. Sin duda hemos de ofrecer una calurosa bienvenida a nuestros nuevos compañero de...
—Entremos —interrumpió alguien echando a correr
sin esperar a sus cuantro amigos.
—Te acompaño —anunció Neyara—. Tengo que cargarme a cierto cabrón cuanto antes.
—Haré como que no he visto este desorden.
Salió de la sala y continuó hacia delante, hasta encontrarse con Alicia y Cail. Suspiró y comenzó inmediatamente a tratarlas. Un hechizo simple bastó para la primera, pero tuvo que dibujar un complicado sello para eliminar toda la droga de la sangre sin dejar que el dolor la dejase enloquecer a la otra.
Cuando terminó, la ayudó a levantarse.
—Tenemos que hablar de cosas algo más serias —le explicó a la bruja—. Como maga bajo la orden directa del consejo, tengo que pedirte que no hagas ningún daño a tu otro ego ni, por supuesto, la mates. Lo mismo va por tu amiga. Estoy intentando solucionar todo de modo pacífico.
Dicho esto, le colocó una pulsera metálica con un mismo símbolo grabado varias veces a lo largo de ella, que se cerró sin dejar fisura alguna.
—Hemos llegado —anunció ceremoniosamente Edgar—. Sin duda hemos de ofrecer una calurosa bienvenida a nuestros nuevos compañero de...
—Entremos —interrumpió alguien echando a correr
sin esperar a sus cuantro amigos.
—Te acompaño —anunció Neyara—. Tengo que cargarme a cierto cabrón cuanto antes.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 04:53 pm
Por fin llegamos al torreón, pero unos olores desconocidos en la cercanía me separa de Gael, dispidiéndome de él y volviéndome a transformar en humo después.
-Luego nos vemos, voy a ver una cosa.
Voy descendiendo en altura hasta estar casi a ras del suelo, formando una oscura neblina y acercándome al origen de los olores nuevos, que resulta en unos individuos totalmente desconocidos y algunos transformados. Pero por la conversación no son los cosechados de Letargo. No me gusta lo que escucho, al parecer se están peleando en el torreón y encima quieren que haya bronca, más todavía. Así que sin importarme que me vean, rápidamente me alejo de ellos y acabo en la sala principal, atraído por otros dos perfumes desconocidos y dispares. Voy pegado a las paredes y techo, no quiero que se me vea mucho ni inmiscuirme en la posible pelea que haya. ¡Adara! Vaya, si al final nos volveremos a juntar todos aquí, como hace un año. Pero está saludando a... Ah sí, a una... chica. Pero no es del todo chica, tiene rasgos que van y vienen... ¿lobunos? Y huele que alimenta... ¿Pero qué diantre hace una bañera aquí? En fin, a buscar más, luego saludaré a Adara. Sigo pegado al techo y al deslizarme, acabo viendo que la bañera la ocupa una especie de... criatura que aun conserva sus rasgos humanos pero no del todo, parece un pez pero no del todo. ¿Y qué hace metido en la bañera, hasta arriba de agua? ¿La necesitará para vivir? Diantre... no sé si la transformación en sí será útil, pero tener que vivir en el agua... Está el río y el mar... Lejos, lejos están. Uf...
¿Dónde estarán los demás? Pero olisqueo otra fragancia, muy familiar y sonrío: por aquí ha pasado Elliot, si no me engaña el olfato, así que seguiré su rastro, seguro que ha visto a los demás cosechados. Así pues enfilo las escaleras y evito pensar en el pasado, aunque algunos recuerdos intentan asaltarme, pero los rechazo: el presente es lo que importa, no puedo explorar y conocer a los nuevos estando melancólico. De camino me encuentro con un humano que baja despavorido, cubierto de ojos por todo el cuerpo visible, algunos incluso me miran mientras me escurro por el techo de la escalera. Esa transformación está chula, es imposible casi atacarle si no eres invisible. Pero... Me recuerda a alguien... ¿Nia? Puede ser, se le parece, pero en versión masculina y bastante más alto. Más que yo incluso. Y se me ha olvidado un importante hecho: ¿enemigos o posibles aliados? A este mejor tenerle de posible aliado, me está viendo, no puedo ocultarme de él en caso de ataque, diantre. Y a los dos de abajo... Una licántropa y una especie de pez. Hum... ¿Qué hago? No tengo ni idea de sus habilidades mágicas, ¿qué más dará que el de los ojos me vea, si es un debilucho mágicamente? E igual con los otros... Y paso de comprobarlo luchando. Sigamos subiendo.
Buah, la habitación de las camas... Cómo bulle a olores. Puedo y creo contar hasta cuatro olores desconocidos, además de Elliot. Decido elevarme hasta el techo y así poder observarlo todo sin tener que ir de cosechado en cosechado. A ver... uno retorciéndose en la cama con...¿Plumas saliéndole por casi todo el cuerpo? Y tiene alas y cola... Interesante...Y doloroso, agh, qué cafre la forma de salir, uf... Yo solo me desmayé, pero eso... Más le vale sentirse satisfecho luego o sentirá que tanto sufrimiento ha sido en vano... Me extiendo por el techo pero decido no decirle nada a Elliot, que ha hecho algún hechizo para el de las plumas. ¿Yo debiera hacer otro tanto y ayudar? Quizá lo haga para que el novato se ponga de su parte, no sé... Mejor no inmiscuirse de momento. Voces. Ah sí, eh...una chica y un eh... parece un lagarto pero tiene rasgos como el trasgo de la taberna. Del cual no tengo ni idea de sus habilidades mágicas, pero los dos parecen bastante fuertes. Tendré cuidado con el lagarto. Y la chica no parece nada peligrosa, pero eso puedes pensar de Cain en un principio y verte en apuros al minuto... No sé, no es bueno subestimar a nadie.
Vamos a explorar más, no pueden ser solo cinco cosechados, tiene que haber más. Los individuos de fuera hablaron de bronca... ¿Habrá alguien en la armería? Vamos a ver... Pero según me acerco voy notando un olor que no encaja para nada con la situación. ¿Qué hace ella aquí? No despertó que yo sepa... ¿Quizá con la Luna haya despertado? Acelero la velocidad, emocionado por que sea verdad, volviéndome loco cuando la fragancia se va aproximando, casualmente está en la armería. ¿Qué hace ahí? Como esté la pelea y ella cerca se va a liar. Me voy a liar bien... Pero cuando llego, pegado al techo, lo que veo no me gusta nada: dos chicas y un chico con cuernos y cola y el que emana todo el olor a Erika es él. ¡Él! Huele deliciosamente a Erika, a sangre y a Erika. ¿Qué diantres? Ahora solo veo al cornudo, las otras chicas han desaparecido para mí. Pero no puedo perder los papeles, no sé de qué son capaces los tres juntos y encima van armados. ¿Y qué? Huele a Erika. Sabe algo. ¡Lleva demasiado tiempo dormida! ¿Cómo es posible? Sabe algo, tiene que saber algo. Pero... no ha podido entrar en el burdel... ¿O sí? Recuerda un poco a los diablillos de Cain, quizá el guardia no le haya impedido el paso o... Estúpido, de haber entrado le habrías detectado. Maldita sea... Escucha lo que dicen... ¿Matar? No, espera, no quieren matar a alguien. Pero... pero...diantre, ¿por qué he tenido que venir? Y el maldito de los cuernos me está volviendo loco... Hace mucho que no estoy con ella... ¡Despierta, imbécil, solo es su olor! No es un vulgar animal que huele a sangre, es su perfume... ¡Pero no es ella, es un novato con pinta extraña, con cuchillos, con dos chicas armadas y que su transformación huele a ella! ¿Y por qué huele a ella, eh? Las chicas no parecen oler nada raro... Observar o interactuar... O enloquecer y dejarme llevar... ¿Qué digo? Está claro: observar. Nada de acercarse a ese chaval, ya me enteraré de por qué huele a Erika. Paso de materializarme delante y que los tres me ataquen de pronto... Así que me dispongo a seguirles por el techo, quiero estar cuando se peleen. Aunque quizá los berridos que se escuchan ahora les hagan cambiar de opinión. ¿Luchar contra nosotros? Contra Elliot, Gael y yo? Van listos. Que suceda lo que tenga que suceder, yo seguiré a estos tres...
-Luego nos vemos, voy a ver una cosa.
Voy descendiendo en altura hasta estar casi a ras del suelo, formando una oscura neblina y acercándome al origen de los olores nuevos, que resulta en unos individuos totalmente desconocidos y algunos transformados. Pero por la conversación no son los cosechados de Letargo. No me gusta lo que escucho, al parecer se están peleando en el torreón y encima quieren que haya bronca, más todavía. Así que sin importarme que me vean, rápidamente me alejo de ellos y acabo en la sala principal, atraído por otros dos perfumes desconocidos y dispares. Voy pegado a las paredes y techo, no quiero que se me vea mucho ni inmiscuirme en la posible pelea que haya. ¡Adara! Vaya, si al final nos volveremos a juntar todos aquí, como hace un año. Pero está saludando a... Ah sí, a una... chica. Pero no es del todo chica, tiene rasgos que van y vienen... ¿lobunos? Y huele que alimenta... ¿Pero qué diantre hace una bañera aquí? En fin, a buscar más, luego saludaré a Adara. Sigo pegado al techo y al deslizarme, acabo viendo que la bañera la ocupa una especie de... criatura que aun conserva sus rasgos humanos pero no del todo, parece un pez pero no del todo. ¿Y qué hace metido en la bañera, hasta arriba de agua? ¿La necesitará para vivir? Diantre... no sé si la transformación en sí será útil, pero tener que vivir en el agua... Está el río y el mar... Lejos, lejos están. Uf...
¿Dónde estarán los demás? Pero olisqueo otra fragancia, muy familiar y sonrío: por aquí ha pasado Elliot, si no me engaña el olfato, así que seguiré su rastro, seguro que ha visto a los demás cosechados. Así pues enfilo las escaleras y evito pensar en el pasado, aunque algunos recuerdos intentan asaltarme, pero los rechazo: el presente es lo que importa, no puedo explorar y conocer a los nuevos estando melancólico. De camino me encuentro con un humano que baja despavorido, cubierto de ojos por todo el cuerpo visible, algunos incluso me miran mientras me escurro por el techo de la escalera. Esa transformación está chula, es imposible casi atacarle si no eres invisible. Pero... Me recuerda a alguien... ¿Nia? Puede ser, se le parece, pero en versión masculina y bastante más alto. Más que yo incluso. Y se me ha olvidado un importante hecho: ¿enemigos o posibles aliados? A este mejor tenerle de posible aliado, me está viendo, no puedo ocultarme de él en caso de ataque, diantre. Y a los dos de abajo... Una licántropa y una especie de pez. Hum... ¿Qué hago? No tengo ni idea de sus habilidades mágicas, ¿qué más dará que el de los ojos me vea, si es un debilucho mágicamente? E igual con los otros... Y paso de comprobarlo luchando. Sigamos subiendo.
Buah, la habitación de las camas... Cómo bulle a olores. Puedo y creo contar hasta cuatro olores desconocidos, además de Elliot. Decido elevarme hasta el techo y así poder observarlo todo sin tener que ir de cosechado en cosechado. A ver... uno retorciéndose en la cama con...¿Plumas saliéndole por casi todo el cuerpo? Y tiene alas y cola... Interesante...Y doloroso, agh, qué cafre la forma de salir, uf... Yo solo me desmayé, pero eso... Más le vale sentirse satisfecho luego o sentirá que tanto sufrimiento ha sido en vano... Me extiendo por el techo pero decido no decirle nada a Elliot, que ha hecho algún hechizo para el de las plumas. ¿Yo debiera hacer otro tanto y ayudar? Quizá lo haga para que el novato se ponga de su parte, no sé... Mejor no inmiscuirse de momento. Voces. Ah sí, eh...una chica y un eh... parece un lagarto pero tiene rasgos como el trasgo de la taberna. Del cual no tengo ni idea de sus habilidades mágicas, pero los dos parecen bastante fuertes. Tendré cuidado con el lagarto. Y la chica no parece nada peligrosa, pero eso puedes pensar de Cain en un principio y verte en apuros al minuto... No sé, no es bueno subestimar a nadie.
Vamos a explorar más, no pueden ser solo cinco cosechados, tiene que haber más. Los individuos de fuera hablaron de bronca... ¿Habrá alguien en la armería? Vamos a ver... Pero según me acerco voy notando un olor que no encaja para nada con la situación. ¿Qué hace ella aquí? No despertó que yo sepa... ¿Quizá con la Luna haya despertado? Acelero la velocidad, emocionado por que sea verdad, volviéndome loco cuando la fragancia se va aproximando, casualmente está en la armería. ¿Qué hace ahí? Como esté la pelea y ella cerca se va a liar. Me voy a liar bien... Pero cuando llego, pegado al techo, lo que veo no me gusta nada: dos chicas y un chico con cuernos y cola y el que emana todo el olor a Erika es él. ¡Él! Huele deliciosamente a Erika, a sangre y a Erika. ¿Qué diantres? Ahora solo veo al cornudo, las otras chicas han desaparecido para mí. Pero no puedo perder los papeles, no sé de qué son capaces los tres juntos y encima van armados. ¿Y qué? Huele a Erika. Sabe algo. ¡Lleva demasiado tiempo dormida! ¿Cómo es posible? Sabe algo, tiene que saber algo. Pero... no ha podido entrar en el burdel... ¿O sí? Recuerda un poco a los diablillos de Cain, quizá el guardia no le haya impedido el paso o... Estúpido, de haber entrado le habrías detectado. Maldita sea... Escucha lo que dicen... ¿Matar? No, espera, no quieren matar a alguien. Pero... pero...diantre, ¿por qué he tenido que venir? Y el maldito de los cuernos me está volviendo loco... Hace mucho que no estoy con ella... ¡Despierta, imbécil, solo es su olor! No es un vulgar animal que huele a sangre, es su perfume... ¡Pero no es ella, es un novato con pinta extraña, con cuchillos, con dos chicas armadas y que su transformación huele a ella! ¿Y por qué huele a ella, eh? Las chicas no parecen oler nada raro... Observar o interactuar... O enloquecer y dejarme llevar... ¿Qué digo? Está claro: observar. Nada de acercarse a ese chaval, ya me enteraré de por qué huele a Erika. Paso de materializarme delante y que los tres me ataquen de pronto... Así que me dispongo a seguirles por el techo, quiero estar cuando se peleen. Aunque quizá los berridos que se escuchan ahora les hagan cambiar de opinión. ¿Luchar contra nosotros? Contra Elliot, Gael y yo? Van listos. Que suceda lo que tenga que suceder, yo seguiré a estos tres...
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 05:43 pm
Pasaron unos minutos en los que seguí tumbado bocabajo en la cama, aún dolorido pero mucho menos que antes. Estaba completamente ensangrentado, pero parecía que había dejado también de sangrar en gran parte. Sin embargo aún seguía llegándome una suerte de sonidos que no podía identificar. Parecía haber mucho alboroto en el torreón, ¿o sólo me lo parecía por la confusión audtiva que estaba padeciendo?
De pronto alguien llega la habitación interrumpiendo mis pensamientos. Esta vez puedo distinguir quien era, creo que me ha salido algo donde tenía las cejas, pues el sudor ya no me cae en los ojos.
-El señor kaiser... -musité en voz muy baja.
Observé con sorpresa el cuerpo del señor kaiser. Estaba lleno de ojos, ojos por todas partes. En cambio en el único lugar donde esperarías que tuviese ojos alguien, no tenía. Además parecía haber crecido. Observarle resultaba cuanto menos extraño.
Para mi sorpresa me habló de forma calmada mientras me colocaba una sábana por encima, agarrándola fuertemente a la cama con sus cuchillos. Intenté prestar atención a lo que decía para intentar entenderle pero sólo pude comprender vagamente las palabras "caigas" y "ayuda". ¿Por qué me ayudaba? No comprendía ese cambio de actitud... ¿Quizás la transformación también provocase cambios psicológicos? Yo creía seguir sintiéndome como siempre en ese aspecto, ¿o no? Bueno, no podía saberlo, hasta ahora no había sido capaz ni de pensar. Me acordé súbitamente de que alguien había venido a verme en mi momento de más dolor. ¿Había sido él? ¿Qué me había dado? Lo medité un momento mientras ya se iba, sin darme tiempo a reaccionar y decirle nada. Él tomaba unas pastillas para contener su locura, nos habían dicho... Quizás por eso estuviese tranquilo y... eso debía ser lo que me había dado. Por eso el dolor había remitido en gran parte. Más adelante tendría que darle las gracias por ello, al menos.
Ahora que ya podía ver más o menos lo que me rodeaba quise saber si había alguien más en la habitación. Seguía siendo incapaz de moverme demasiado, pero hice un esfuerzo por observar el resto del cuarto. Me pareció ver a alguien entre las sombras... ¿Alicia? Sí, parece ella aunque sólo puedo verla de refilón. Pero entonces parte del estruendo se escuchó más cerca. Alguien más entraba en el dormitorio. No conseguí distinguir bien la confusión de voces, aunque por los tonos creía que pertenecían a Alicia y Mánia. ¿Qué estaba sucediendo? Estaban armando mucho ruido. Me pareció oír gritar a Alicia y me esforcé por ver qué estaba ocurriendo. << Un momento... ¿quién es esa otra chica? Pero si... si es igual que Alicia >>. Quise pensar en lo que eso significaba pero de pronto volví a convulsionarme de dolor. Algo volvía a salirme, haciéndome sangrar abundantemente en el proceso. Lo notaba especialmente en las alas. Apreté los dientes y me revolví en la cama, incómodo. Ya no volví a enterarme de lo que sucedía en la habitación con las chicas.
Seguía sufriendo dolor por todo el cuerpo, especialmente en las alas. De pronto noto que alguien me destapa, desgarrando las sábanas en el proceso puesto que estaban agarradas con los estiletes. Estaba bastante aturdido por el dolor pero pude distinguir un vestido negro. ¿Por qué me había llamado eso la atención y no su... cara? ¡No tenía cabeza! Incapaz de decir algo, veo como se sienta en la cama, suspirando y comienza a lanzar un hechizo. Lo reconocí mientras lo hacía, era magia curativa. ¡Me estaba curando las heridas y calmándome el dolor! Lo hizo muy rápido y pronto me sorprendí en mucha mejor condición. Entonces me habló. Me sorprendí mucho porque la pude entender perfectamente. Me había hablado a la mente. Fue un alivio poder comprender algo a la perfección entre tanto caos de sonidos.
-No... no importa por qué lo hayas hecho. Te estoy muy agradecido -dije intentando sonreír. Era la primera vez que hablaba en tono normal desde que había comenzado a transformarme. Mi propia voz me sonó extraña, ya que podía comprenderla aunque sonaba distinta-. Espera, ¿has dicho que esta era tu cama?
Un torrente de imágenes aparece en mi mente. ¿Sus recuerdos? Estaba todavía demasiado aturdido y las imágenes pasaron muy rápido, pero pude ver a una chica durmiendo en la misma cama donde yo estaba. Era ella
-¡Entonces tú vivías aquí! -me sentí súbitamente emocionado-. Ahora estábamos viviendo seis personas en Letargo, aunque ahora mismo hay más gente aquí, han venido Vlad y el señor kaiser desde Maciel... No sé si habrá venido alguien más pues se escucha mucho alboroto. No puedo distinguir bien los sonidos desde que me está sucediendo esto, así que no sé lo que está pasando y estoy preocupado por mis compañeros -le explico.
Finalmente observo el lugar donde debería estar su cabeza. En su lugar un humo emana de su cuello. Está bastante oscuro para afirmarlo pero parece humo negro. Yo conocía el tipo de criatura que era esa chica, aparecía en algunas historias fantásticas.
-Eres... ¡eres un Dulahan! ¡Seguro que eres muy fuerte y...! -me di cuenta de que me estaba emocionado demasiado y que trataba de incorporarme en la cama ahora que me veía libre de casi todo el dolor. Miré hacia abajo algo avergonzado-. Perdona, creo que estoy un poco eufórico porque hasta hace poco no podía hacer nada más que agonizar de dolor. ¿Puedes levantarte de la cama? No quisiera darte un golpe con las alas o la cola, todavía no tengo ningún control sobre ellas y se mueven cuando quieren.
De pronto alguien llega la habitación interrumpiendo mis pensamientos. Esta vez puedo distinguir quien era, creo que me ha salido algo donde tenía las cejas, pues el sudor ya no me cae en los ojos.
-El señor kaiser... -musité en voz muy baja.
Observé con sorpresa el cuerpo del señor kaiser. Estaba lleno de ojos, ojos por todas partes. En cambio en el único lugar donde esperarías que tuviese ojos alguien, no tenía. Además parecía haber crecido. Observarle resultaba cuanto menos extraño.
Para mi sorpresa me habló de forma calmada mientras me colocaba una sábana por encima, agarrándola fuertemente a la cama con sus cuchillos. Intenté prestar atención a lo que decía para intentar entenderle pero sólo pude comprender vagamente las palabras "caigas" y "ayuda". ¿Por qué me ayudaba? No comprendía ese cambio de actitud... ¿Quizás la transformación también provocase cambios psicológicos? Yo creía seguir sintiéndome como siempre en ese aspecto, ¿o no? Bueno, no podía saberlo, hasta ahora no había sido capaz ni de pensar. Me acordé súbitamente de que alguien había venido a verme en mi momento de más dolor. ¿Había sido él? ¿Qué me había dado? Lo medité un momento mientras ya se iba, sin darme tiempo a reaccionar y decirle nada. Él tomaba unas pastillas para contener su locura, nos habían dicho... Quizás por eso estuviese tranquilo y... eso debía ser lo que me había dado. Por eso el dolor había remitido en gran parte. Más adelante tendría que darle las gracias por ello, al menos.
Ahora que ya podía ver más o menos lo que me rodeaba quise saber si había alguien más en la habitación. Seguía siendo incapaz de moverme demasiado, pero hice un esfuerzo por observar el resto del cuarto. Me pareció ver a alguien entre las sombras... ¿Alicia? Sí, parece ella aunque sólo puedo verla de refilón. Pero entonces parte del estruendo se escuchó más cerca. Alguien más entraba en el dormitorio. No conseguí distinguir bien la confusión de voces, aunque por los tonos creía que pertenecían a Alicia y Mánia. ¿Qué estaba sucediendo? Estaban armando mucho ruido. Me pareció oír gritar a Alicia y me esforcé por ver qué estaba ocurriendo. << Un momento... ¿quién es esa otra chica? Pero si... si es igual que Alicia >>. Quise pensar en lo que eso significaba pero de pronto volví a convulsionarme de dolor. Algo volvía a salirme, haciéndome sangrar abundantemente en el proceso. Lo notaba especialmente en las alas. Apreté los dientes y me revolví en la cama, incómodo. Ya no volví a enterarme de lo que sucedía en la habitación con las chicas.
Seguía sufriendo dolor por todo el cuerpo, especialmente en las alas. De pronto noto que alguien me destapa, desgarrando las sábanas en el proceso puesto que estaban agarradas con los estiletes. Estaba bastante aturdido por el dolor pero pude distinguir un vestido negro. ¿Por qué me había llamado eso la atención y no su... cara? ¡No tenía cabeza! Incapaz de decir algo, veo como se sienta en la cama, suspirando y comienza a lanzar un hechizo. Lo reconocí mientras lo hacía, era magia curativa. ¡Me estaba curando las heridas y calmándome el dolor! Lo hizo muy rápido y pronto me sorprendí en mucha mejor condición. Entonces me habló. Me sorprendí mucho porque la pude entender perfectamente. Me había hablado a la mente. Fue un alivio poder comprender algo a la perfección entre tanto caos de sonidos.
-No... no importa por qué lo hayas hecho. Te estoy muy agradecido -dije intentando sonreír. Era la primera vez que hablaba en tono normal desde que había comenzado a transformarme. Mi propia voz me sonó extraña, ya que podía comprenderla aunque sonaba distinta-. Espera, ¿has dicho que esta era tu cama?
Un torrente de imágenes aparece en mi mente. ¿Sus recuerdos? Estaba todavía demasiado aturdido y las imágenes pasaron muy rápido, pero pude ver a una chica durmiendo en la misma cama donde yo estaba. Era ella
-¡Entonces tú vivías aquí! -me sentí súbitamente emocionado-. Ahora estábamos viviendo seis personas en Letargo, aunque ahora mismo hay más gente aquí, han venido Vlad y el señor kaiser desde Maciel... No sé si habrá venido alguien más pues se escucha mucho alboroto. No puedo distinguir bien los sonidos desde que me está sucediendo esto, así que no sé lo que está pasando y estoy preocupado por mis compañeros -le explico.
Finalmente observo el lugar donde debería estar su cabeza. En su lugar un humo emana de su cuello. Está bastante oscuro para afirmarlo pero parece humo negro. Yo conocía el tipo de criatura que era esa chica, aparecía en algunas historias fantásticas.
-Eres... ¡eres un Dulahan! ¡Seguro que eres muy fuerte y...! -me di cuenta de que me estaba emocionado demasiado y que trataba de incorporarme en la cama ahora que me veía libre de casi todo el dolor. Miré hacia abajo algo avergonzado-. Perdona, creo que estoy un poco eufórico porque hasta hace poco no podía hacer nada más que agonizar de dolor. ¿Puedes levantarte de la cama? No quisiera darte un golpe con las alas o la cola, todavía no tengo ningún control sobre ellas y se mueven cuando quieren.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 05:48 pm
Por el camino pierdo de vista a Jack constantemente, aunque no es difícil perder de vista a alguien convertido en humo. Pero sigo avanzando directamente hacia el torreón sin perder un momento. Cuando ya no faltaba demasiado para llegar, Jack aparece a mi lado diciéndome que se adelanta.
-De acuerdo, hasta ahora -le digo.
Me pregunto qué habrá llamado su atención, así que voy todo lo rápido que puedo para alcanzarlos enseguida. Cuando por fin llego al torreón veo la puerta abierta. Se ve movimiento a través de las ventanas. Me elevo más y al final deshago el hechizo de levitación sobre la azotea. Bajo mis pies escucho gritos, lamentos... hay gritos de enfado, quizá haya alguna pelea o forcejeo allí abajo. También se oye algún grito agónico... los ruidos se confunden. Entro con sigilo bajando hasta la cuarta planta, que está vacía. A mi me gustaba refugiarme allí cuando me acababa de transformar... la habitación me trae recuerdos, pero no me paro a observarla para recordar.
Sigo hacia la tercera planta bajando por las escaleras. Se oyen gritos más de cerca, alguien habla de intrusos monstruosos... ¿Elliot y Jack? Será mejor que no me vean, aunque al menos mi aspecto ahora no es tan extraño, salvo por el tenue brillo azul. En la siguiente planta están las habitaciones, y me asomo con curiosidad, listo para huir si alguien me veía. Pero en el dormitorio no hay tanto movimiento como parece haber varios pisos más abajo. Solo hay un chico, y está Elliot con él. ¿De qué estarán hablando? El chico parecía haber tenido una transformación dolorosa a juzgar por la sangre a su alrededor, pero ahora estaba cubierto de lo que parecían plumas, le estaban saliendo alas... Y parecía emocionado de ver a Elliot. Me confié un poco al ver su reacción, no parecía temernos. Doy un paso al frente y entro en la habitación con un aire de timidez. Me acerco a Elliot y miro al chico.
-Hola... -digo sin mucho convencimiento-. Yo también vivía aquí, antes. Me gustaría daros la bienvenida a la ciudad como es debido.
Sonrío tímidamente mientras me acerco más, ofreciéndole ayuda también para levantarse de la cama. Sin duda debió haber sufrido mucho, ahora que me fijo en él de cerca.
-Parece que tus compañeros están armando una buena ahí abajo -comento en voz baja.
-De acuerdo, hasta ahora -le digo.
Me pregunto qué habrá llamado su atención, así que voy todo lo rápido que puedo para alcanzarlos enseguida. Cuando por fin llego al torreón veo la puerta abierta. Se ve movimiento a través de las ventanas. Me elevo más y al final deshago el hechizo de levitación sobre la azotea. Bajo mis pies escucho gritos, lamentos... hay gritos de enfado, quizá haya alguna pelea o forcejeo allí abajo. También se oye algún grito agónico... los ruidos se confunden. Entro con sigilo bajando hasta la cuarta planta, que está vacía. A mi me gustaba refugiarme allí cuando me acababa de transformar... la habitación me trae recuerdos, pero no me paro a observarla para recordar.
Sigo hacia la tercera planta bajando por las escaleras. Se oyen gritos más de cerca, alguien habla de intrusos monstruosos... ¿Elliot y Jack? Será mejor que no me vean, aunque al menos mi aspecto ahora no es tan extraño, salvo por el tenue brillo azul. En la siguiente planta están las habitaciones, y me asomo con curiosidad, listo para huir si alguien me veía. Pero en el dormitorio no hay tanto movimiento como parece haber varios pisos más abajo. Solo hay un chico, y está Elliot con él. ¿De qué estarán hablando? El chico parecía haber tenido una transformación dolorosa a juzgar por la sangre a su alrededor, pero ahora estaba cubierto de lo que parecían plumas, le estaban saliendo alas... Y parecía emocionado de ver a Elliot. Me confié un poco al ver su reacción, no parecía temernos. Doy un paso al frente y entro en la habitación con un aire de timidez. Me acerco a Elliot y miro al chico.
-Hola... -digo sin mucho convencimiento-. Yo también vivía aquí, antes. Me gustaría daros la bienvenida a la ciudad como es debido.
Sonrío tímidamente mientras me acerco más, ofreciéndole ayuda también para levantarse de la cama. Sin duda debió haber sufrido mucho, ahora que me fijo en él de cerca.
-Parece que tus compañeros están armando una buena ahí abajo -comento en voz baja.
- Vlad
Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 07:44 pm
Una vez Vlad estuvo ya armado, dirigió su mirada hacia Mánia, que estaba en el rellano de las escaleras. Enfundando los cuchillos y sin dejar de mirarla a sus preciosos ojos violáceos, que se le antojaban joyas incrustadas en su perfecto rostro de alabastro, comenzó a andar hacia ella. Se movía sinuosamente, moviendo el rabo serpenteante tras de sí. Deseaba estar más cerca de ella y absorber su olor. Intentó no ser demasiado amenazador para la muchacha. Había visto los juguetitos que se había agenciado, y era consciente de que era relativamente ver sus intenciones. Básicamente, sólo había que mirarle de cintura para abajo.
Se sentía más vivo de lo habitual. Y ya no sólo porque se hubiera librado de aquellas cargas morales que lo aprisionaban a una vida fría e insulsa, ni tampoco porque estuviera más salido que el pico de una mesa. La cosa es que, desde que había comenzado a jugar con Toima, había sentido algo… especial. Se había sentido más fuerte, más poderoso. Y no por el simple hecho de la dominación sexual. Había sido algo… místico. Cómo si hubiera absorbido algo especial. Mágia…
Y mientras pensaba en aquellos temas tan extraños, llegó hasta Mánia. No sabía si sugerirle algo indecente, si ser caballeroso o si hacer algo en particular. Aunque por suerte o por desgracia, aquellos dilemas del cortejo pasaron a un segundo plano cuando escuchó la voz de un señor subiendo las escaleras. Alguien que sugería que sería interesante atentar brutalmente contra la integridad física de otro alguien. Y entonces Vlad tragó saliva. Un mal presentimiento comenzó a golpear su cabeza cómo un loco con un bate de baseball contra un parquímetro. Si de normal el hecho de que unos monstruos hubieran llegado al torreón en busca de bronca de la buena ya le resultaba perturbador, que el instinto fatalista paranoico del conde le gritara al oído que venían a por él; hizo que el señor Vladimir tomara una serie de resoluciones precipitadas e irresponsables de las que estaba seguro que se tendría a que acostumbrar a tomar en adelante.
Tomó la mano de la señorita Mánia con delicadeza (tanto para evitar ser amenazador cómo para no rebanarse la mano por equivocación). Ignorando con dificultades el sedoso tacto de su piel y las ideas indecentes que le sugerían, le dijo:
-Señorita, témome que corremos ambos un grave peligro en este lugar. Tenga la bondad de acompañarme.
La guió apresuradamente por las escaleras, llegando al salón, dónde unas cuantas criaturas bizarras se habían constituido cómo compañía del señor Blanc y de Hannah. Sin pensárselo dos veces, saludó con un gesto de mano a todos los recién llegados y saltó a la bañera de Alphonse, introduciendo a Mánia en su interior también.
Sin dar oportunidad a ningún presente, se acercó rápida pero sensualmente al muchacho, le tomó con una mano por la barbilla y le plantó un suave, violento y sorpresivo pico. Antes de que dijera nada, le miró a los ojos con sonrisa pícara.
-Sáquenos de aquí rápido, si no le importa señor Blanc. Puedo hacer cosas peores que esta.- dijo mientras movía el rabo por encima de su cabeza, sugiriendo qué tipo de cosas se le estaban ocurriendo hacer.- Luego se lo explico todo.
Y sin más dilación, salieron volando por la puerta del torreón a las entrañas de la ciudad.
((Continúa en la Biblioteca Mágica))
Se sentía más vivo de lo habitual. Y ya no sólo porque se hubiera librado de aquellas cargas morales que lo aprisionaban a una vida fría e insulsa, ni tampoco porque estuviera más salido que el pico de una mesa. La cosa es que, desde que había comenzado a jugar con Toima, había sentido algo… especial. Se había sentido más fuerte, más poderoso. Y no por el simple hecho de la dominación sexual. Había sido algo… místico. Cómo si hubiera absorbido algo especial. Mágia…
Y mientras pensaba en aquellos temas tan extraños, llegó hasta Mánia. No sabía si sugerirle algo indecente, si ser caballeroso o si hacer algo en particular. Aunque por suerte o por desgracia, aquellos dilemas del cortejo pasaron a un segundo plano cuando escuchó la voz de un señor subiendo las escaleras. Alguien que sugería que sería interesante atentar brutalmente contra la integridad física de otro alguien. Y entonces Vlad tragó saliva. Un mal presentimiento comenzó a golpear su cabeza cómo un loco con un bate de baseball contra un parquímetro. Si de normal el hecho de que unos monstruos hubieran llegado al torreón en busca de bronca de la buena ya le resultaba perturbador, que el instinto fatalista paranoico del conde le gritara al oído que venían a por él; hizo que el señor Vladimir tomara una serie de resoluciones precipitadas e irresponsables de las que estaba seguro que se tendría a que acostumbrar a tomar en adelante.
Tomó la mano de la señorita Mánia con delicadeza (tanto para evitar ser amenazador cómo para no rebanarse la mano por equivocación). Ignorando con dificultades el sedoso tacto de su piel y las ideas indecentes que le sugerían, le dijo:
-Señorita, témome que corremos ambos un grave peligro en este lugar. Tenga la bondad de acompañarme.
La guió apresuradamente por las escaleras, llegando al salón, dónde unas cuantas criaturas bizarras se habían constituido cómo compañía del señor Blanc y de Hannah. Sin pensárselo dos veces, saludó con un gesto de mano a todos los recién llegados y saltó a la bañera de Alphonse, introduciendo a Mánia en su interior también.
Sin dar oportunidad a ningún presente, se acercó rápida pero sensualmente al muchacho, le tomó con una mano por la barbilla y le plantó un suave, violento y sorpresivo pico. Antes de que dijera nada, le miró a los ojos con sonrisa pícara.
-Sáquenos de aquí rápido, si no le importa señor Blanc. Puedo hacer cosas peores que esta.- dijo mientras movía el rabo por encima de su cabeza, sugiriendo qué tipo de cosas se le estaban ocurriendo hacer.- Luego se lo explico todo.
Y sin más dilación, salieron volando por la puerta del torreón a las entrañas de la ciudad.
((Continúa en la Biblioteca Mágica))
¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 07:57 pm
El pseudo-pulpo con ojos saca un cuchillo mientras le miro, pero no me preocupa... ¿en serio cree que puede vencer a una Dullahan con un cuchillito? Decido no darle mas importancia y seguir mi camino mientras éste grita a mi espalda. ¿Monstruos nosotros? Espera, espera... ¿Se ha mirado en un espejo? ¡Si parece un anuncio de gafas, por dios! Sonrío internamente mientras él sigue convocando a sus amiguitos... espero que no se le ocurra la genial idea de atacarme, dudo que saliese bien parado...
El chico que se retuerce en la cama parece asombrarse cuando ve que no tengo cabeza... ah, bueno, tu te estas convirtiendo en un pollo, pero la rara soy yo, ¿no? También parece sorprenderse cuando le hablo mentalmente. Puedo notar a Jack volando por la habitación en forma de humo, pero no le miro, puesto que la niña que antes estaba petrificada parece haberse despertado y me habla. Pues para no dar problemas parece de muy mal humor, la verdad...
Me vuelvo a concentrar en el niño que dice estar muy agradecido... Estos mocosos de hoy en dia son demasiado confiados... ¿y si quisiese matarle? ¿Y si lo único que buscase fuese aprovecharme de su poder? Segundo error para los cosechaditos de éste año... Parece muy emocionado al enterarse de que yo también había vivido en el torreón... también me habla de la gente que hay ahora mismo en el torreón... Luego, después de quedarse mirándome durante unos segundos se pone a gritar, emocionadisimo, tanto que me dan ganas de ponerle las manos en la boca para que se calle.... ¡y yo que se pensé que se asustaría! ¿Que tipo de niños han traído este año a Rocavarancolia que ven a una tía sin cabeza y ni se asustan? Pues vaya... así no tiene gracia...
Gael llega al cuarto también, saludándome mientras mira al niño, sonriendo. El mocoso me pide que me levante de la cama para no darme con las alas así que me echo un poco hacia atrás mientras Gael le ayuda a levantarse.
La lagarta a la que le di la patada antes también entra a escena y habla sobre estar de un lado o de otro... así que hay bandos entre estos cosechados eh... interesante. ¿Tan mal se llevan desde el principio? Eso no está bien... las discusiones entre humanos no son peligrosas... pero el odio mezclado con tanto poder... puede ser muy, muy destructivo. Aunque realmente, no me importa que se destruyan siempre que dejen un bonito espectáculo para los espectadores como yo. ¿Porqué estarán divididos? Bueno, ya me enteraré, supongo...
Esta cosecha parece bien distinta a la nuestra... parece que hay muchas, muchas tensiones entre ellos, incluso mas de las que había entre nosotros... y por ahora prefiero no meterme en medio de sus discusiones... pero, ¿quien sabe? Quizás sea divertido...
Decido irme por el momento. Aun siento curiosidad por ellos, y aun quiero conocerles mas a fondo y analizarles para ver de que son capaces y si resultan una amenaza, pero está claro que no puedo hacerlo mientras se retuercen de dolor en el suelo... Escribo en el aire "Nos veremos de nuevo" y me acerco a la ventana por la que tantas veces había mirado cuando era tan solo una cosechada. Sin decir nada mas salto por la ventana, con el humo de mi cuello condensándose ya, y, justo antes de rozar el suelo, el dragón se materializa debajo de mi, alzándome hacia el cielo de nuevo con un batir de alas... "No ha estado mal eh" bromeo sonriendo internamente, y como respuesta obtengo un tremendo rugido eufórico que rompe la noche tan solo en mis pensamientos.
De pronto veo algo que me llama la atención. Una bañera volando. ¿Una bañera? ¿Y el espantapájaros? No, dentro no está dentro hay... dentro... ¡Cosechados! ¿A donde van a estas horas y recién transformaditos? Sonrío para mi misma. "Sigueles... pero que no te vean... vamos a divertirnos un ratito..." le indico al dragón, que hace una pirueta, elevándose en el aire hasta confundirse con las nubes. Mi ropa cubre todo mi cuerpo, volviéndolo absolutamente negro como la noche, haciendo que seamos invisibles en la oscuridad.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
El chico que se retuerce en la cama parece asombrarse cuando ve que no tengo cabeza... ah, bueno, tu te estas convirtiendo en un pollo, pero la rara soy yo, ¿no? También parece sorprenderse cuando le hablo mentalmente. Puedo notar a Jack volando por la habitación en forma de humo, pero no le miro, puesto que la niña que antes estaba petrificada parece haberse despertado y me habla. Pues para no dar problemas parece de muy mal humor, la verdad...
Me vuelvo a concentrar en el niño que dice estar muy agradecido... Estos mocosos de hoy en dia son demasiado confiados... ¿y si quisiese matarle? ¿Y si lo único que buscase fuese aprovecharme de su poder? Segundo error para los cosechaditos de éste año... Parece muy emocionado al enterarse de que yo también había vivido en el torreón... también me habla de la gente que hay ahora mismo en el torreón... Luego, después de quedarse mirándome durante unos segundos se pone a gritar, emocionadisimo, tanto que me dan ganas de ponerle las manos en la boca para que se calle.... ¡y yo que se pensé que se asustaría! ¿Que tipo de niños han traído este año a Rocavarancolia que ven a una tía sin cabeza y ni se asustan? Pues vaya... así no tiene gracia...
Gael llega al cuarto también, saludándome mientras mira al niño, sonriendo. El mocoso me pide que me levante de la cama para no darme con las alas así que me echo un poco hacia atrás mientras Gael le ayuda a levantarse.
La lagarta a la que le di la patada antes también entra a escena y habla sobre estar de un lado o de otro... así que hay bandos entre estos cosechados eh... interesante. ¿Tan mal se llevan desde el principio? Eso no está bien... las discusiones entre humanos no son peligrosas... pero el odio mezclado con tanto poder... puede ser muy, muy destructivo. Aunque realmente, no me importa que se destruyan siempre que dejen un bonito espectáculo para los espectadores como yo. ¿Porqué estarán divididos? Bueno, ya me enteraré, supongo...
Esta cosecha parece bien distinta a la nuestra... parece que hay muchas, muchas tensiones entre ellos, incluso mas de las que había entre nosotros... y por ahora prefiero no meterme en medio de sus discusiones... pero, ¿quien sabe? Quizás sea divertido...
Decido irme por el momento. Aun siento curiosidad por ellos, y aun quiero conocerles mas a fondo y analizarles para ver de que son capaces y si resultan una amenaza, pero está claro que no puedo hacerlo mientras se retuercen de dolor en el suelo... Escribo en el aire "Nos veremos de nuevo" y me acerco a la ventana por la que tantas veces había mirado cuando era tan solo una cosechada. Sin decir nada mas salto por la ventana, con el humo de mi cuello condensándose ya, y, justo antes de rozar el suelo, el dragón se materializa debajo de mi, alzándome hacia el cielo de nuevo con un batir de alas... "No ha estado mal eh" bromeo sonriendo internamente, y como respuesta obtengo un tremendo rugido eufórico que rompe la noche tan solo en mis pensamientos.
De pronto veo algo que me llama la atención. Una bañera volando. ¿Una bañera? ¿Y el espantapájaros? No, dentro no está dentro hay... dentro... ¡Cosechados! ¿A donde van a estas horas y recién transformaditos? Sonrío para mi misma. "Sigueles... pero que no te vean... vamos a divertirnos un ratito..." le indico al dragón, que hace una pirueta, elevándose en el aire hasta confundirse con las nubes. Mi ropa cubre todo mi cuerpo, volviéndolo absolutamente negro como la noche, haciendo que seamos invisibles en la oscuridad.
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Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
19/02/12, 08:08 pm
Un desfile de criaturas extrañas pasó ante los ojos de Mánia, a cual más bizarra que la anterior. Algunas eran interesantes y vistosas y otras simplemente... feas. Aun así, Mánia no hacía más que preguntarse de dónde habían salido, y qué hacían allí. Una chica con unas enormes alas rojas se paró junto a la bañera que había aterrizado en medio del salón. Era una criatura realmente preciosa, y Mánia quedó embelesada por los miles de brillantes que decoraban su piel, como estrellas en el cielo.
El olor de Vlad le asaltó de pronto y al girarse no acertó a ver el grupo de criaturas que justo entraban en el torreón, pero sí lo que decían. ¿Iban a matar a alguien? ¿A quien? No tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello, pues Vlad tiró de ella después de una escueta explicación y la sacó de las mazmorras.
-¡No, espera!! ¡Alicia!!!- gritó girándose para buscar a su amiga con la mirada.
El conde la metió en la bañera junto con un chico pez que le recordó a uno de los chicos de Maciel (seguramente sería él mismo) Bufó al sentir el agua fría mojarle las piernas, aunque agradeció que se llevase toda la sangre que tenía aun adherida a la piel. No tardaron más de unos segundos en despegar. Mánia se agarró al borde de la bañera con todas sus fuerzas y le habría revabado la cabeza a Vlad de nos er por que le daba demasiado miedo soltarse. Aquel trasto estaba volando, y no era ella quien lo controlaba... y eso no le gustaba lo más mínimo.
-¿Adónde me estas llevando?? ¿Qué pasa con Alicia??- preguntó a voz de grito.
Se hizo un ovillo en el suelo de la bañera, con los nudillos blancos de la fuerza con la que se agarraba, y permaneció así hasta que tomaron altura. Cuando tuvo el valor suficiente para asomarse y ver la ciudad extenderse a sus pies, señaló un punto no muy lejos de Letargo.
-Allí, la biblioteca!! Vamos alli!!- ordenó. Quería poner sus garritas sobre esos libros cuanto antes.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
El olor de Vlad le asaltó de pronto y al girarse no acertó a ver el grupo de criaturas que justo entraban en el torreón, pero sí lo que decían. ¿Iban a matar a alguien? ¿A quien? No tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello, pues Vlad tiró de ella después de una escueta explicación y la sacó de las mazmorras.
-¡No, espera!! ¡Alicia!!!- gritó girándose para buscar a su amiga con la mirada.
El conde la metió en la bañera junto con un chico pez que le recordó a uno de los chicos de Maciel (seguramente sería él mismo) Bufó al sentir el agua fría mojarle las piernas, aunque agradeció que se llevase toda la sangre que tenía aun adherida a la piel. No tardaron más de unos segundos en despegar. Mánia se agarró al borde de la bañera con todas sus fuerzas y le habría revabado la cabeza a Vlad de nos er por que le daba demasiado miedo soltarse. Aquel trasto estaba volando, y no era ella quien lo controlaba... y eso no le gustaba lo más mínimo.
-¿Adónde me estas llevando?? ¿Qué pasa con Alicia??- preguntó a voz de grito.
Se hizo un ovillo en el suelo de la bañera, con los nudillos blancos de la fuerza con la que se agarraba, y permaneció así hasta que tomaron altura. Cuando tuvo el valor suficiente para asomarse y ver la ciudad extenderse a sus pies, señaló un punto no muy lejos de Letargo.
-Allí, la biblioteca!! Vamos alli!!- ordenó. Quería poner sus garritas sobre esos libros cuanto antes.
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