Torreón Letargo (Archivo II)
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Elliot
Martalar
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Leonart
Lops
Vlad
Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/02/12, 12:48 am
Atravesé las puertas del Torreón con mi preciada comida al hombro para encontrarme, como supuse, que todo el mundo se encontraba dormido, sumidos en un profundo y merecedor sueño. Había sido un día largo y duro para todos nosotros. La trasformación había sido agotador tanto fisica como mentalmente, y luego estaba la muerte de un compañero que había estado con nosotros desde el principio, desde que pusimos una pierna en esta ciudad. Si, definitivamente merecían ese descanso, pues algo me decía que la aventura no había más que comenzado y necesitaríamos de todas nuestras fuerzas para salir victoriosa de todas ellas.
Pero aún no había llegado el momento en el que yo pudiese seguir mi consejo de irme a dormir, aún tenía cosas que hacer. Comencé a caminar hacia el sotano. Al llegar a nuestra pequeña pero bien surtida armería, deposité a en el suelo, donde no había ningún objeto afilado, a mi carga o, como me gustaba pensar en ellos, mi comida. Los dos pedazo de carne con patas habían vuelto a moverse en algún momento del recorrido hacia el Torreón, el hechizo que había lanzado sobre ellos pues no había tenido otra opción se había desmoronado al ser tan débil. No me dudaba de que con práctica podría conseguir mejores resultados, pero no me interesaba. Solo pensaba emplear mi magia, la cual había adquirido al comer carne, cuando mis cualidades físicas y mis otras habilidades fallasen, solo entonces.
Oí como uno de aquellos estúpidos seres intentaba escapar de las ataduras con fuerza para matarme. Mi bestia interior se regodeo ante aquella situación. Me agazapé ante él cogiendole del atado ocico para que solo pudiera verme a mi y a mis amenazadores dientes sin ningún obstáculo. Le gruñí para recordarle quien era el más fuerte de los dos, para demostrarle quien era el que mandaba allí. El mismo miedo que el otro macho ya sentía se filtró por todos sus poros eclipsando el olor a ira animal que había desprendido hasta entonces.
- Eso es, carne con patas, aprende cual es tu lugar en el mundo. No eres más que mi alimento, mi comida.
Después de mostrar un poco más de dominio sobre aquellas hienas que habían caido de lleno en mi trampa, salí de aquella habitación riendome a carcajadas. Esto se sentía bien, no me importaría acostumbrarme a esto.
Salí al patio y fue entonces, al coger aire para empaparme de lo que me rodeaba, que me di cuenta de que mi herida del brazo aún seguía sangrando. Parecía que me había pasado un poco al inflirgirmelo, aún no controlaba mi fuerza y el alcance de mi poder. Anoté mentalmente para la proxima no emplear tanta presión para autolesionarme a menos que quisiera morir desangrada. Me fui al cuerpo de agua para limpiarme la sangre, la baba y la carne de los animales de mi cuerpo para despues limpiar la herida, no sea que me enfermase a causa de ello. Vendé la herida con un cacho de mi ropa, el cual rasgué para conseguir el pedazo adecuado. Que más daba destrozarlos un poco más, ya estaba bastante mal de por si. Además, ya me haría con otro el día siguiente.
Ya, más segura, me tumbé en el suelo mirando al cielo, dejando que el oscuro abrazo del sueño me envolviese. Y si aún me quedaba alguna duda de que la asreniana Caillech había muerto, la falta de sueños que me herían mentalmente los disipó por completo. Por primera vez desde... no me acordaba de ningún precedente en ese momento las pesadillas se había ido. Si, Caillech había desaparecido para dejar en su lugar a Dama Gula. Esta era yo ahora.
A la mañana siguiente se despertó con una sonrisa en la boca, nada de gritos ni de entumecimiento en el cuerpo a causa del miedo y el horror. Me levanté del suelo y entré en el torreón hacia la armería.
- No importa lo que escuchais, no bajeis a la armería por vuestra seguridad - grité, no quería que nadie me interrumpiese, puede que no pudiese parar a la bestia si volvía a ser interrumpida. No quería descubrir lo que podría pasar, mejor no arriesgarse y confiar en que tendrían el buen juicio de no acercarse a mi mientras comía. Podía ser muy peligroso.
Y allí empezó la matanza, tras asegurar la puerta con un baul de armas. Destapé sus ocicos para poder oir sus rugidos y chillodos de dolor y miedo. Así la cosa era más emocionante, más... bestial. Puede que no fuese tan impresionante como el alimentarte después de una caza, pero su olor a puro y bestial terror lo compensaba. El sentimiento de dominio me embargaba y le daba a la comida cierto toque que lo hacía irresistible.
- Rico... - dije mientras deboraba el muslo de uno de ellos con avidez.
Pero aún no había llegado el momento en el que yo pudiese seguir mi consejo de irme a dormir, aún tenía cosas que hacer. Comencé a caminar hacia el sotano. Al llegar a nuestra pequeña pero bien surtida armería, deposité a en el suelo, donde no había ningún objeto afilado, a mi carga o, como me gustaba pensar en ellos, mi comida. Los dos pedazo de carne con patas habían vuelto a moverse en algún momento del recorrido hacia el Torreón, el hechizo que había lanzado sobre ellos pues no había tenido otra opción se había desmoronado al ser tan débil. No me dudaba de que con práctica podría conseguir mejores resultados, pero no me interesaba. Solo pensaba emplear mi magia, la cual había adquirido al comer carne, cuando mis cualidades físicas y mis otras habilidades fallasen, solo entonces.
Oí como uno de aquellos estúpidos seres intentaba escapar de las ataduras con fuerza para matarme. Mi bestia interior se regodeo ante aquella situación. Me agazapé ante él cogiendole del atado ocico para que solo pudiera verme a mi y a mis amenazadores dientes sin ningún obstáculo. Le gruñí para recordarle quien era el más fuerte de los dos, para demostrarle quien era el que mandaba allí. El mismo miedo que el otro macho ya sentía se filtró por todos sus poros eclipsando el olor a ira animal que había desprendido hasta entonces.
- Eso es, carne con patas, aprende cual es tu lugar en el mundo. No eres más que mi alimento, mi comida.
Después de mostrar un poco más de dominio sobre aquellas hienas que habían caido de lleno en mi trampa, salí de aquella habitación riendome a carcajadas. Esto se sentía bien, no me importaría acostumbrarme a esto.
Salí al patio y fue entonces, al coger aire para empaparme de lo que me rodeaba, que me di cuenta de que mi herida del brazo aún seguía sangrando. Parecía que me había pasado un poco al inflirgirmelo, aún no controlaba mi fuerza y el alcance de mi poder. Anoté mentalmente para la proxima no emplear tanta presión para autolesionarme a menos que quisiera morir desangrada. Me fui al cuerpo de agua para limpiarme la sangre, la baba y la carne de los animales de mi cuerpo para despues limpiar la herida, no sea que me enfermase a causa de ello. Vendé la herida con un cacho de mi ropa, el cual rasgué para conseguir el pedazo adecuado. Que más daba destrozarlos un poco más, ya estaba bastante mal de por si. Además, ya me haría con otro el día siguiente.
Ya, más segura, me tumbé en el suelo mirando al cielo, dejando que el oscuro abrazo del sueño me envolviese. Y si aún me quedaba alguna duda de que la asreniana Caillech había muerto, la falta de sueños que me herían mentalmente los disipó por completo. Por primera vez desde... no me acordaba de ningún precedente en ese momento las pesadillas se había ido. Si, Caillech había desaparecido para dejar en su lugar a Dama Gula. Esta era yo ahora.
A la mañana siguiente se despertó con una sonrisa en la boca, nada de gritos ni de entumecimiento en el cuerpo a causa del miedo y el horror. Me levanté del suelo y entré en el torreón hacia la armería.
- No importa lo que escuchais, no bajeis a la armería por vuestra seguridad - grité, no quería que nadie me interrumpiese, puede que no pudiese parar a la bestia si volvía a ser interrumpida. No quería descubrir lo que podría pasar, mejor no arriesgarse y confiar en que tendrían el buen juicio de no acercarse a mi mientras comía. Podía ser muy peligroso.
Y allí empezó la matanza, tras asegurar la puerta con un baul de armas. Destapé sus ocicos para poder oir sus rugidos y chillodos de dolor y miedo. Así la cosa era más emocionante, más... bestial. Puede que no fuese tan impresionante como el alimentarte después de una caza, pero su olor a puro y bestial terror lo compensaba. El sentimiento de dominio me embargaba y le daba a la comida cierto toque que lo hacía irresistible.
- Rico... - dije mientras deboraba el muslo de uno de ellos con avidez.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
27/02/12, 05:25 pm
Me despierto con la cabeza embotada y el cuerpo entumecido. Me siento tan desorientado como durante los primeros días en Rocavarancolia cuando al despertarme por la mañana tardaba varios segundos en darme cuenta de dónde estaba. Durante un breve instante todo me parece muy extraño y al empezar a incorporarme el recuerdo de la noche anterior cae sobre mí como una pesada losa. Al igual que el peso de mis alas al tratar de incorporarme. Si, era muy real, me había convertido en... ¿en qué? No sabía poner nombre a la extraña criatura en la que me había transformado la luna roja. << Tengo que ir la biblioteca... >>, pensé mientras me levantaba tratando de zafarme de la sábana sobre mis alas. Me hice un lío con la sábana, las alas y la cola y me estaba frustrando mientras me pelaba con todo ello. Cuando por fin consigo desembarazarme de ello y levantarme, me enfrento a los problemas que representa mi nuevo cuerpo.
-Malditas alas, jodida cola -maldigo entre dientes mientras intento caminar con el peso y molestias añadidas que había adquirido en unas pocas horas.
Para más inri todavía seguía sin tener el más mínimo control de los nuevos apéndices de mi cuerpo y se movían como si tuvieran voluntad propia. Había conseguido dejar de caerme con cada paso que intentaba dar, pero tenía que moverme muy despacio si quería desplazarme. Salgo del cuarto a paso lento y me acerco a las escaleras. Las observo durante un instante. No sé si seré capaz de utilizarlas sin carme. Y no me gustaría repetir la experiencia. Opto por subir las escaleras agachado, con las alas y la cola todavía moviéndose sin control.
-¡Ahg, esto es frustrante! -cuando alcanzo el tercer piso me dejo caer en el descansillo.
Pretendía subir a ver cómo se encontraba Giz, pero quizás no fue muy buena idea. Me incorporé, tambaleante y caminé torpemente hacia el estudio. Me quedé mirando la silla con respaldo donde había estado sentado hacía dos noches.
-Ahora ya no puedo ni sentarme tranquilamente con estos dos... trastos.
Mi humor iba cada vez de mal en peor, la noche anterior me había sentido eufórico cuando me abandonó la agonía que había estado sufriendo, pero ahora parecía que todo se venía encima. El cansancio, lo molesto que era tener un cuerpo diferente, la muerte de Ethan... Me senté en el suelo, suspirando, tratndo de no pensar demasiado en mi recién fallecido amigo. Me quedé mirando al vacío pensando en qué hora sería, parecía ya bastante tarde, y en qué hacer a continuación. Lo mejor era mantener la mente ocupada con algo pero... ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera podía oir correctamente? El sonido seguía llegando a mis oídos distorsionado y no era capaz de distinguir bien qué es lo que estaba oyendo.
-Bien, luna, no sé que te he hecho pero te has cebado bastante con... -empecé a decir mientras intentaba incorporarme de nuevo.
De pronto un dolor en todo el cuerpo me sobrevino. << ¿¿Otra vez?? ¿¿Qué más me va a suceder?? >>. Estaba vez el dolor era sólo por dentro. Algo me estaba ocurriendo... Me dolían los huesos, todos los huesos del cuerpo a la vez, o esa era la impresión que me daba. Caí al suelo y comencé a retorcerme de dolor mientras sollozaba. El recuerdo de la noche anterior apareció claro en mi mente. << No quiero volver a pasar por eso >>, alcancé a pensar mientras seguía convulsionándome de dolor en el suelo. Y los sonidos cada vez me llegaban más distorsionados. La transformación aún no se había completado y había vuelto para torturarme de nuevo.
-Malditas alas, jodida cola -maldigo entre dientes mientras intento caminar con el peso y molestias añadidas que había adquirido en unas pocas horas.
Para más inri todavía seguía sin tener el más mínimo control de los nuevos apéndices de mi cuerpo y se movían como si tuvieran voluntad propia. Había conseguido dejar de caerme con cada paso que intentaba dar, pero tenía que moverme muy despacio si quería desplazarme. Salgo del cuarto a paso lento y me acerco a las escaleras. Las observo durante un instante. No sé si seré capaz de utilizarlas sin carme. Y no me gustaría repetir la experiencia. Opto por subir las escaleras agachado, con las alas y la cola todavía moviéndose sin control.
-¡Ahg, esto es frustrante! -cuando alcanzo el tercer piso me dejo caer en el descansillo.
Pretendía subir a ver cómo se encontraba Giz, pero quizás no fue muy buena idea. Me incorporé, tambaleante y caminé torpemente hacia el estudio. Me quedé mirando la silla con respaldo donde había estado sentado hacía dos noches.
-Ahora ya no puedo ni sentarme tranquilamente con estos dos... trastos.
Mi humor iba cada vez de mal en peor, la noche anterior me había sentido eufórico cuando me abandonó la agonía que había estado sufriendo, pero ahora parecía que todo se venía encima. El cansancio, lo molesto que era tener un cuerpo diferente, la muerte de Ethan... Me senté en el suelo, suspirando, tratndo de no pensar demasiado en mi recién fallecido amigo. Me quedé mirando al vacío pensando en qué hora sería, parecía ya bastante tarde, y en qué hacer a continuación. Lo mejor era mantener la mente ocupada con algo pero... ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera podía oir correctamente? El sonido seguía llegando a mis oídos distorsionado y no era capaz de distinguir bien qué es lo que estaba oyendo.
-Bien, luna, no sé que te he hecho pero te has cebado bastante con... -empecé a decir mientras intentaba incorporarme de nuevo.
De pronto un dolor en todo el cuerpo me sobrevino. << ¿¿Otra vez?? ¿¿Qué más me va a suceder?? >>. Estaba vez el dolor era sólo por dentro. Algo me estaba ocurriendo... Me dolían los huesos, todos los huesos del cuerpo a la vez, o esa era la impresión que me daba. Caí al suelo y comencé a retorcerme de dolor mientras sollozaba. El recuerdo de la noche anterior apareció claro en mi mente. << No quiero volver a pasar por eso >>, alcancé a pensar mientras seguía convulsionándome de dolor en el suelo. Y los sonidos cada vez me llegaban más distorsionados. La transformación aún no se había completado y había vuelto para torturarme de nuevo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
27/02/12, 06:13 pm
La luz del día atraviesa mis párpados y me recuerda que ya debería estar levantado. Me incorporo rápidamente de un salto y observo a mi alrededor. Tardo en darme cuenta de que el paisaje matutino no es el mismo que de costumbre. No hay estatua, no hay plantas ni altas paredes. Tan solo las almenas y unas vistas bastante tristes, teniendo en cuenta el estado de la ciudad en sí. En el momento en que recuerdo por qué subí, me llevo las manos al cuello y me siento abrumado de repente. << Están jugando con nosotros >>. Es la única razón que se me ocurría de por qué nos habían ofrecido venir a este lugar y nos habían soltado a todos a nuestro aire por la ciudad, para que pasara lo que fuera que tenga que ocurrir. Y algo me dice que estas transformaciones tan dispares no son más que parte del juego. Finalmente tomo una resolución: << Iré a la biblioteca, me voy a enterar de qué narices está pasando aquí y pienso zanjarlo todo >>. La gola se repliega sobre mi cuello, quedando bastante disimulada, y me dirijo a la trampilla para bajar. Justo en la tercera planta encuentro a Noel tirado en el suelo, sollozando y revolcándose de forma dolorosa por el suelo. Al contemplar la imagen, un chispazo de preocupación me surca el rostro y la gola se despliega automáticamente, ignorando si yo lo quería así o no.
-¿Qué ha ocurrido?-corro hacia él, me arrodillo al lado y realizo el mejor hechizo de curación que conozco, sin esperar ningún tipo de respuesta tras recordar los problemas auditivos que el chico tenía ayer. Tampoco es que la necesite, pues estoy casi seguro de que lo que le ocurre es por culpa de las dichosas transformaciones. El conjuro no funciona y, finalmente, en vistas de que no tenía ninguna forma mejor de aliviar su dolor, coloco mi mano sobre la frente de Noel y lo duermo al contacto-. Lo siento-trato de levantarlo del suelo y, pese a que parece pesar relativamente poco, su cuerpo inerte sigue siendo demasiado para mí solo. Mi segundo intento de moverlo hasta la cama más cercana funciona mejor, esta vez con un hechizo de levitación-. No durará mucho-pienso en voz alta-, pero intentaré volver de la biblioteca antes de que despiertes.
Bajo hasta la armería, donde me agencio un carcaj lleno de flechas y me lo cuelgo del cinto con la abertura apuntando hacia adelante. Compruebo que la cimitarra sigue en su sitio de siempre, y salgo corriendo del edificio, con todos mis sentidos alerta. Algo me decía que si nosotros habíamos cambiado, los peligros de la ciudad también.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
-¿Qué ha ocurrido?-corro hacia él, me arrodillo al lado y realizo el mejor hechizo de curación que conozco, sin esperar ningún tipo de respuesta tras recordar los problemas auditivos que el chico tenía ayer. Tampoco es que la necesite, pues estoy casi seguro de que lo que le ocurre es por culpa de las dichosas transformaciones. El conjuro no funciona y, finalmente, en vistas de que no tenía ninguna forma mejor de aliviar su dolor, coloco mi mano sobre la frente de Noel y lo duermo al contacto-. Lo siento-trato de levantarlo del suelo y, pese a que parece pesar relativamente poco, su cuerpo inerte sigue siendo demasiado para mí solo. Mi segundo intento de moverlo hasta la cama más cercana funciona mejor, esta vez con un hechizo de levitación-. No durará mucho-pienso en voz alta-, pero intentaré volver de la biblioteca antes de que despiertes.
Bajo hasta la armería, donde me agencio un carcaj lleno de flechas y me lo cuelgo del cinto con la abertura apuntando hacia adelante. Compruebo que la cimitarra sigue en su sitio de siempre, y salgo corriendo del edificio, con todos mis sentidos alerta. Algo me decía que si nosotros habíamos cambiado, los peligros de la ciudad también.
Sigue en la Biblioteca Mágica.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 08:04 am
Había sido un buen modo de empezar la mañana, atontando a la bestia lo suficiente para empezar el día. Para cuando terminé me sentía mejor, menos controlada por los instintos de mi bestia por ahora, aunque no sabía cuanto podría durar aquello. Esto estaba bien, no perpecto pero bien, tendría que hacerlo todos los días hasta que Jack viniese a mi para enseñarme a como controlar mis ansias de sangre, no sea que matase a uno de mis amigos que aún seguian junto a mi. No me importaba el precio de mi trasformación, que había traido con ello el deseado olvido. No me importaba comer carne de bestias inmundas o engendros andantes que antes de mi transformación no habrían dudado ni un segundo en hacer lo mismo por mi. Hasta le haría un favor a esta ciudad deshaciendome de ellas, pero la idea de atacar a mis amigos... Un escalofrío me recorrió. Entonces si que no podría perdonarme.
Aparté esos oscuros pensamientos, nada de eso ocurriría siempre que me mantuviese bien alimentada de alimañas. Quité la barricada de las puerta y estaba limpiando el desastre que había hecho en aquel lugar. Ciertamente me enloquecía cuando comía, esto estaba repleto de sangre allá donde mirase. Se me había olvidado despellejar a uno de aquellos seres antes de comermelo, tendría que conformarme con sus dientes, por lo menos tendría unos bonitos adornos ya que no tendría ropa de pieles.
Había adecentado bastante el lugar cuando apareció Giz como una exalación para coger armas sin percatarse siquiera de mi presencia e irse apresuradamente. No me dio tiempo ni de preguntarle que ocurría, pero lo que si sabía era que algo no iba. Puede que yo fuera un tanto impulsiva y poco tranquila, ahora más con la transformación, pero Giz no era así. Para encontrarse así de alterado debía ocurrir algo malo, muy malo.
Subí las escaleras hasta el salón y allí cogí aire para saber lo que ocurría.
- Miedo. Dolor. Noel - eso fue lo que conseguí descubrir con un par de inalaciones, pero fue suficiente para preocuparme. Debía ir a por él, debía ayudarle. Me necesitaba y yo protegía a los mios.
Subía precipitadamente, empleando mis grandes zancadas, hasta el lugar de donde venía el olor. No reparé en nada más que en el cuerpo caido y agonizante de mi compañero. Estaba mal, sufría. Miré hacia su cuerpo, buscando alguna herida o algún indicio que mostrase la razón de su dolencia, pero no encontré nada. ¿Qué le pasaba? ¿Qué podía hacer yo?
Estaba segura que Giz había intentado aplicarle alguno de sus hechizos, pero que al no surtir efecto fue en busca de ayuda. De modo que estaba descartado el que yo hiciese magia, al fin y al cabo no era tan buena como él. Entonces ¿qué debía hacer? Bajé abajo, cogí un trapo y lo mojé en el agua antes de volver con él. Me acerqué a su cuerpo, sentandome junto a él y cogiendo su cabeza con suma delicadeza para ponerlo en mi regazo mientras le acariciaba la cara con el paño húmedo.
- Se que no me escuchas, Noel, pero no te vayas, por favor no te vayas. No lo soportaría - le susurré sin parar de mojarle la fiebre, era lo único que se me ocurría hacer. - Has llegado hasta muy lejos, pequeño, no dejes de luchar. Eres fuerte, valiente y con mucha vitalidad, demuestrame que tengo razón y vive, por favor vive.
No se porque hice lo que hice a continuación, pero comencé a cantar una canción de mi tierra a Noel pese a que no me escuchase. No recordaba la última vez que cante algo, pero recordaba esta canción que hablaba de aveturas, peligros, tesoros escondidos, heroismo y de finales felices. Yo deseaba ese final, yo deseaba que no muriese. Por favor, susurré en mi mente, no me arrebateis a uno de mis pocos amigos, haré lo que sea para ello, lo que sea. Pedid y sera vuestro.
- Giz, ven pronto... - dije antes de volver con la canción otra vez.
*ya lo edité, sorry*
Aparté esos oscuros pensamientos, nada de eso ocurriría siempre que me mantuviese bien alimentada de alimañas. Quité la barricada de las puerta y estaba limpiando el desastre que había hecho en aquel lugar. Ciertamente me enloquecía cuando comía, esto estaba repleto de sangre allá donde mirase. Se me había olvidado despellejar a uno de aquellos seres antes de comermelo, tendría que conformarme con sus dientes, por lo menos tendría unos bonitos adornos ya que no tendría ropa de pieles.
Había adecentado bastante el lugar cuando apareció Giz como una exalación para coger armas sin percatarse siquiera de mi presencia e irse apresuradamente. No me dio tiempo ni de preguntarle que ocurría, pero lo que si sabía era que algo no iba. Puede que yo fuera un tanto impulsiva y poco tranquila, ahora más con la transformación, pero Giz no era así. Para encontrarse así de alterado debía ocurrir algo malo, muy malo.
Subí las escaleras hasta el salón y allí cogí aire para saber lo que ocurría.
- Miedo. Dolor. Noel - eso fue lo que conseguí descubrir con un par de inalaciones, pero fue suficiente para preocuparme. Debía ir a por él, debía ayudarle. Me necesitaba y yo protegía a los mios.
Subía precipitadamente, empleando mis grandes zancadas, hasta el lugar de donde venía el olor. No reparé en nada más que en el cuerpo caido y agonizante de mi compañero. Estaba mal, sufría. Miré hacia su cuerpo, buscando alguna herida o algún indicio que mostrase la razón de su dolencia, pero no encontré nada. ¿Qué le pasaba? ¿Qué podía hacer yo?
Estaba segura que Giz había intentado aplicarle alguno de sus hechizos, pero que al no surtir efecto fue en busca de ayuda. De modo que estaba descartado el que yo hiciese magia, al fin y al cabo no era tan buena como él. Entonces ¿qué debía hacer? Bajé abajo, cogí un trapo y lo mojé en el agua antes de volver con él. Me acerqué a su cuerpo, sentandome junto a él y cogiendo su cabeza con suma delicadeza para ponerlo en mi regazo mientras le acariciaba la cara con el paño húmedo.
- Se que no me escuchas, Noel, pero no te vayas, por favor no te vayas. No lo soportaría - le susurré sin parar de mojarle la fiebre, era lo único que se me ocurría hacer. - Has llegado hasta muy lejos, pequeño, no dejes de luchar. Eres fuerte, valiente y con mucha vitalidad, demuestrame que tengo razón y vive, por favor vive.
No se porque hice lo que hice a continuación, pero comencé a cantar una canción de mi tierra a Noel pese a que no me escuchase. No recordaba la última vez que cante algo, pero recordaba esta canción que hablaba de aveturas, peligros, tesoros escondidos, heroismo y de finales felices. Yo deseaba ese final, yo deseaba que no muriese. Por favor, susurré en mi mente, no me arrebateis a uno de mis pocos amigos, haré lo que sea para ello, lo que sea. Pedid y sera vuestro.
- Giz, ven pronto... - dije antes de volver con la canción otra vez.
*ya lo edité, sorry*
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 02:27 pm
Pasaron unos interminables minutos en los que sentí como mis huesos se movían dentro de mi cuerpo. Tuve miedo de nuevo, como la noche anterior. Conseguí aovillarme en el suelo y decidí esperar en aquella postura a que terminase el dolor. El dolor era intenso y hacía que me convulsionase a menudo. Entonces alguien entró en la habitación.
-Gi... Giz... -alcancé a decir al ver que era mi amigo el que había entrado.
No entendí una sola palabra de lo que dijo pero por los gestos que hacía me di cuenta de que estaba lanzando un hechizo, posiblemente tratando de aliviarme... No tuve tiempo a pensar más, perdí el conocimiento sin previo aviso.
-----------------
Abrí los ojos de repente. El dolor parecía haber desaparecido. ¿Cuánto tiempo había pasado? Entonces me di cuenta de que había alguien conmigo. Miré hacia arriba, un poco confudido, pero enseguida reconocí la cabeza de Caillech.
-¡Cail! Estaba... me empezaron a doler todos los huesos y luego vino Giz... Creo que me hechizó para que me quedase dormido -me incorporé un poco, pues ella me había puesto la cabeza en su regazo. Al hacerlo se me cayó un trapo húmedo de la frente. Debía de haber estado cuidándome mientras estaba inconsciente-. ¡Ah! Debes haber estado muy preocupada por mí, lo siento. Parece que mi transformación aún no se había completado. Algo ha cambiado ahí dentro... no sé que le ha ocurrido a mis huesos, aunque aparentemente no noto nada diferente, la verdad... -dije pensativo mientras observaba mi cuerpo-. Gracias, Cail -le sonreí-.
Acto seguido hice ademán de incorporarme y una vez estuve en pie le di un abrazo a mi amiga. Sin duda aunque su transformación la había cambiado en diversos aspectos, seguía siendo la misma Cail de siempre.
-Por cierto, todavía tengo problemas para descifrar los sonidos, así que quizás no comprenda casi nada de lo que me digas... Espero que eso sea todo lo que falta por terminar de cambiar, empiezo a estar un poco harto de esto -suspiré-.
-Gi... Giz... -alcancé a decir al ver que era mi amigo el que había entrado.
No entendí una sola palabra de lo que dijo pero por los gestos que hacía me di cuenta de que estaba lanzando un hechizo, posiblemente tratando de aliviarme... No tuve tiempo a pensar más, perdí el conocimiento sin previo aviso.
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Abrí los ojos de repente. El dolor parecía haber desaparecido. ¿Cuánto tiempo había pasado? Entonces me di cuenta de que había alguien conmigo. Miré hacia arriba, un poco confudido, pero enseguida reconocí la cabeza de Caillech.
-¡Cail! Estaba... me empezaron a doler todos los huesos y luego vino Giz... Creo que me hechizó para que me quedase dormido -me incorporé un poco, pues ella me había puesto la cabeza en su regazo. Al hacerlo se me cayó un trapo húmedo de la frente. Debía de haber estado cuidándome mientras estaba inconsciente-. ¡Ah! Debes haber estado muy preocupada por mí, lo siento. Parece que mi transformación aún no se había completado. Algo ha cambiado ahí dentro... no sé que le ha ocurrido a mis huesos, aunque aparentemente no noto nada diferente, la verdad... -dije pensativo mientras observaba mi cuerpo-. Gracias, Cail -le sonreí-.
Acto seguido hice ademán de incorporarme y una vez estuve en pie le di un abrazo a mi amiga. Sin duda aunque su transformación la había cambiado en diversos aspectos, seguía siendo la misma Cail de siempre.
-Por cierto, todavía tengo problemas para descifrar los sonidos, así que quizás no comprenda casi nada de lo que me digas... Espero que eso sea todo lo que falta por terminar de cambiar, empiezo a estar un poco harto de esto -suspiré-.
- Administración
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 02:42 pm
Aviso para Cail:
Las alimañas no sacian; sólo engañan al hambre
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 03:16 pm
Toima atravesó las calles con el enorme pez a la espalda. Aun estaba meditando profundamente su encuentro con su compatriota y, posiblemente, nueva amiga. Habia tantas cosas que hacer, tanto que preparar...Sentia un peso en los hombros. Un peso que no podia quitarselo. Cruzó la calle y llegó hasta el torreón. Con su mano libre (y tentáculos) abrio la puerta. Como ya habia pasado un tiempo desde un hora prudencial y la mayoria ya estaban despiertos como pudo comprobar con sus ojos, decidio hacerse notar con su voz.
-¡Hola! ¡Soy yo! ¡Traigo comida!-quizas su tono de voz se notaba excesivamente alegre.
Se fue a la cocina y en una mesa que habia puso el pez. Las débiles patas de la mesa rechinaron bajo el peso del animal muerto. Se crujio los hombros y miró a la cocina. Un animal de ese tamaño no podia cocinarse así como así ni mucho menos comerselo tal y como estaba, sobre todo con la advertencia de Nia. Se quedó pensativo un momento, reflexionando sobre los pasos que habia que llevar a cabo. Al rato, salio de la cocina y volvío con un hacha y un martillo enorme a dos manos.
Posó el martillo contra la pared y empuñó el hacha con dos manos. El golpe fue duro, rápido y eficaz. La cabeza del enorme pez se quedó unida por tan solo unas pequeñas cavidades óseas que la hacian bailar, colgando a un lado de la mesa. Toima cogio uno de los cuchillos para huesos de la cocina y terminó de decapitar al pez. La cabeza cayó con un pequeño rebote contra el suelo. Toima se estaba pringando de sangre asi que se quitó la sudadera y la echó lejos para no mancharla más. Sin embargo, no podia hacer nada por la cocina. Juraria haber oido algo de magia que limpiaba. Ya les pediria el favor a los demás.
Puso la cabeza en un plato grande tras lavarla y siguio con el cuerpo. Un cuchillo largo, que orgilnalmente servia para filetear la carne fue ideal para descamar la parte inferior del pez, cuyas escamas eran simples de quitar con unos movimientos rápidos de cuchilla. Con el cuchillo de partir huesos le rebanó la punta de la cola y aletas fácilmente. Prosiguio a descamar la parte media de pez.
Esta era más complicada que la anterior ya que, al ser más dura, se necesitaba una combinación de más cuchillos como descamadores, hojas romas e incluso un ligero golpe de hacha adicional. Por suerte una vez hecho eso, la parte superior se desprendio con un ligero movimiento de muñeca en la parte del costado. Dejó todas las escamas y restos inservibles a un lado de la mesa. Comprobó entonces el intrincado complejo de espinas del animal. Las laterales eran relativamente fáciles de avistar, así como las dorsales, pero, sin embargo, las inferiorer eran unas bastardas que se escondian y se clavaban en las manos de Toima sin avisar provocando que gritara de rabia cada vez que era ensartado por una. Puso al pez bocarriba. Iba a quitar las espinas desde el interior. Sacó su cuchillo militar y tras unos malabares cortos el aceró silbó y comenzó a destripar en canal al cadaver descabezado. Movimientós rápidos, certeros y sin duda fuertes expusieron las vísceras del animal que Toima recogio en unos platos hondos, dividiendolas por el color, tal y como habia dicho Nia. Habia cortado lo justo para que no se rompieran las bolsas intestinales ni ningun órgano que pudiera desparramar sus fluidos sobre la carne y arruinarla. Pero por lo demás, la falta de delicadeza de Toima (y de experiencia destripando animales tan grandes, sobretodo con la finalidad de comerselos) habia hecho que estuviera pringado de líquidos tales como sangre, vísceras y demás. No se podia decir nada mejor de la cocina que tenia una bonita tonalidad roja en las paredes y los cuchillos que estaban algunos sufriendo un castigo mayor a lo que podian soportar.
Toima se sentia sucio. No porque se hubiera manchado las manos, no. Era porque era la primera vez que se habia manchado el pelo de sangre y ahora lo tenia pegajoso y maloliente. Eso le hacia sentirse muy incómodo. Decidio terminar cuanto antes de destripar al animal. Comenzó a separar las espinas de la carne, dejando las primeras junto a los demás restos y la segunda en platos donde se exibian los largos filetes de pez color malva, tintados de sangre. Aquello comenzó a apestar a todo el torreón.
-¡Hola! ¡Soy yo! ¡Traigo comida!-quizas su tono de voz se notaba excesivamente alegre.
Se fue a la cocina y en una mesa que habia puso el pez. Las débiles patas de la mesa rechinaron bajo el peso del animal muerto. Se crujio los hombros y miró a la cocina. Un animal de ese tamaño no podia cocinarse así como así ni mucho menos comerselo tal y como estaba, sobre todo con la advertencia de Nia. Se quedó pensativo un momento, reflexionando sobre los pasos que habia que llevar a cabo. Al rato, salio de la cocina y volvío con un hacha y un martillo enorme a dos manos.
Posó el martillo contra la pared y empuñó el hacha con dos manos. El golpe fue duro, rápido y eficaz. La cabeza del enorme pez se quedó unida por tan solo unas pequeñas cavidades óseas que la hacian bailar, colgando a un lado de la mesa. Toima cogio uno de los cuchillos para huesos de la cocina y terminó de decapitar al pez. La cabeza cayó con un pequeño rebote contra el suelo. Toima se estaba pringando de sangre asi que se quitó la sudadera y la echó lejos para no mancharla más. Sin embargo, no podia hacer nada por la cocina. Juraria haber oido algo de magia que limpiaba. Ya les pediria el favor a los demás.
Puso la cabeza en un plato grande tras lavarla y siguio con el cuerpo. Un cuchillo largo, que orgilnalmente servia para filetear la carne fue ideal para descamar la parte inferior del pez, cuyas escamas eran simples de quitar con unos movimientos rápidos de cuchilla. Con el cuchillo de partir huesos le rebanó la punta de la cola y aletas fácilmente. Prosiguio a descamar la parte media de pez.
Esta era más complicada que la anterior ya que, al ser más dura, se necesitaba una combinación de más cuchillos como descamadores, hojas romas e incluso un ligero golpe de hacha adicional. Por suerte una vez hecho eso, la parte superior se desprendio con un ligero movimiento de muñeca en la parte del costado. Dejó todas las escamas y restos inservibles a un lado de la mesa. Comprobó entonces el intrincado complejo de espinas del animal. Las laterales eran relativamente fáciles de avistar, así como las dorsales, pero, sin embargo, las inferiorer eran unas bastardas que se escondian y se clavaban en las manos de Toima sin avisar provocando que gritara de rabia cada vez que era ensartado por una. Puso al pez bocarriba. Iba a quitar las espinas desde el interior. Sacó su cuchillo militar y tras unos malabares cortos el aceró silbó y comenzó a destripar en canal al cadaver descabezado. Movimientós rápidos, certeros y sin duda fuertes expusieron las vísceras del animal que Toima recogio en unos platos hondos, dividiendolas por el color, tal y como habia dicho Nia. Habia cortado lo justo para que no se rompieran las bolsas intestinales ni ningun órgano que pudiera desparramar sus fluidos sobre la carne y arruinarla. Pero por lo demás, la falta de delicadeza de Toima (y de experiencia destripando animales tan grandes, sobretodo con la finalidad de comerselos) habia hecho que estuviera pringado de líquidos tales como sangre, vísceras y demás. No se podia decir nada mejor de la cocina que tenia una bonita tonalidad roja en las paredes y los cuchillos que estaban algunos sufriendo un castigo mayor a lo que podian soportar.
Toima se sentia sucio. No porque se hubiera manchado las manos, no. Era porque era la primera vez que se habia manchado el pelo de sangre y ahora lo tenia pegajoso y maloliente. Eso le hacia sentirse muy incómodo. Decidio terminar cuanto antes de destripar al animal. Comenzó a separar las espinas de la carne, dejando las primeras junto a los demás restos y la segunda en platos donde se exibian los largos filetes de pez color malva, tintados de sangre. Aquello comenzó a apestar a todo el torreón.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Martalar
Ficha de cosechado
Nombre: Hannah Lahey
Especie:
Habilidades: Vista de lince, automotivación y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 04:17 pm
"La Luna en el cielo me hace estremecerme de algo parecido al placer. Hay un entramado de líneas que se cruza ante mis ojos, impidiéndome tener una visión completa de lo que pasa. ¿Qué está sucediendo?
De pronto, oigo ruidos. Un segundo. Miro alrededor. Conozco este sitio. Estoy en una carretera. ¿Qué pasa?
El ruido aumenta su volumen, hasta que lo veo, pero ya es demasiado tarde. Un coche que se acerca a toda velocidad. No obstante, soy mucho más grande que él. Parece no haberme visto, quizás. Y de cualquier forma no tiene intención de frenar. ¿Qué hago?
Cierro los ojos y al oír un estruendo es tarde para reaccionar. Aunque el vehículo ha chocado contra mí, ha sido él el único que ha recibido daños. Y ahora transpasa la cuneta y cae colina abajo, dando una vuelta de campana tras otra. A cuatro patas, sintiéndome más ligera que nunca, corro tras él sin pensarlo.
Todo tiene una perspectiva nueva y diferente, pero lo único que puedo ver es como el coche explota, ardiendo en llamas. Tengo que ayudar, tengo que hacer algo. Llego al vehículo ardiente. En su interior... ¡Son mis antiguos comañeros de la cosecha! Tal y como los recuerdo cuando eran niños y no monstruos. Inocentes, muriendo asfixiados o quemados.
Alguien logra salir del coche. Noel. Le odiaba, pero tengo que ayudarlo. Tengo que sacarlo, tengo que salvar a Alphonse. No obstante, mis dientes se hincan en la pierna frágil y humana de Noel. Él grita. ¿Qué estoy haciendo? ¡Suéltalo! ¡Sigues siendo tú!
Sin embargo, mi cuerpo se niega a obedecerme. Continúo apretando su pierna con la mandíbula cada vez más tensa hasta que oigo el crujir de su hueso y logro arrancarla de su cuerpo, mientras la sangre chorrea entre mis dientes.
¡No! ¡Yo solo quería ayudar! Pero, aunque una parte de mí esté horrorizada, otra está disfrutando salvajemente. Y ser consciente de ello me hace tener ganas de gritar."
Abro los ojos. ¿Cuándo me he dormido?
Un momento.. ¿Por qué veo igual que en mi sueño? ¿Sigo dentro de él? Lentamente, el entramado de líneas de mi mirada comienza a desvanecerse. Cuando logro ponerme de pie, algo cruje.
Después de todo, hay algo que tengo claro. Debo aprender a controlar esos cambios, o si no... Si no, podría acabar haciéndole daño a alguien. Tengo miedo, sí. No debería tenerlo: al fin y al cabo soy más poderosa de lo que haya sido nunca. Pero eso me provoca un indescriptibble pavor. Es recordar mi sueño y...
Me limpio la frente perlada de sudor. Entonces, comienzo a vagar por el torreón. No puedo quitarme las imágenes de la cabeza. Llego al tercer piso.
Ahí están algunos de mis antiguos compañeros. Me dan ganas de reír al ver el nuevo aspecto de Noel. ¿Cómo he podido ser tan tonta como para pensar que puedo hacerle daño a un ser así?
No obstante, aunque acaba de separarse de Cail tras un abrazo, tiene una expresión extraña, un rictus de dolor en los ojos. ¿Y si le he hecho algo realmente en sueños? Yo...
- ¿Qué ha pasado? -pregunto con sincera preocupación.
Noto como mis colmillos vuelven a asomar, y aprieto la mandíbula con fuerza, mientras una parte de mí se concentra en pensar cómo se podrán provocar e invertir los cambios. ¿O quizás tendré que estar cambiando sin control toda mi vida?
De pronto, oigo ruidos. Un segundo. Miro alrededor. Conozco este sitio. Estoy en una carretera. ¿Qué pasa?
El ruido aumenta su volumen, hasta que lo veo, pero ya es demasiado tarde. Un coche que se acerca a toda velocidad. No obstante, soy mucho más grande que él. Parece no haberme visto, quizás. Y de cualquier forma no tiene intención de frenar. ¿Qué hago?
Cierro los ojos y al oír un estruendo es tarde para reaccionar. Aunque el vehículo ha chocado contra mí, ha sido él el único que ha recibido daños. Y ahora transpasa la cuneta y cae colina abajo, dando una vuelta de campana tras otra. A cuatro patas, sintiéndome más ligera que nunca, corro tras él sin pensarlo.
Todo tiene una perspectiva nueva y diferente, pero lo único que puedo ver es como el coche explota, ardiendo en llamas. Tengo que ayudar, tengo que hacer algo. Llego al vehículo ardiente. En su interior... ¡Son mis antiguos comañeros de la cosecha! Tal y como los recuerdo cuando eran niños y no monstruos. Inocentes, muriendo asfixiados o quemados.
Alguien logra salir del coche. Noel. Le odiaba, pero tengo que ayudarlo. Tengo que sacarlo, tengo que salvar a Alphonse. No obstante, mis dientes se hincan en la pierna frágil y humana de Noel. Él grita. ¿Qué estoy haciendo? ¡Suéltalo! ¡Sigues siendo tú!
Sin embargo, mi cuerpo se niega a obedecerme. Continúo apretando su pierna con la mandíbula cada vez más tensa hasta que oigo el crujir de su hueso y logro arrancarla de su cuerpo, mientras la sangre chorrea entre mis dientes.
¡No! ¡Yo solo quería ayudar! Pero, aunque una parte de mí esté horrorizada, otra está disfrutando salvajemente. Y ser consciente de ello me hace tener ganas de gritar."
Abro los ojos. ¿Cuándo me he dormido?
Un momento.. ¿Por qué veo igual que en mi sueño? ¿Sigo dentro de él? Lentamente, el entramado de líneas de mi mirada comienza a desvanecerse. Cuando logro ponerme de pie, algo cruje.
Después de todo, hay algo que tengo claro. Debo aprender a controlar esos cambios, o si no... Si no, podría acabar haciéndole daño a alguien. Tengo miedo, sí. No debería tenerlo: al fin y al cabo soy más poderosa de lo que haya sido nunca. Pero eso me provoca un indescriptibble pavor. Es recordar mi sueño y...
Me limpio la frente perlada de sudor. Entonces, comienzo a vagar por el torreón. No puedo quitarme las imágenes de la cabeza. Llego al tercer piso.
Ahí están algunos de mis antiguos compañeros. Me dan ganas de reír al ver el nuevo aspecto de Noel. ¿Cómo he podido ser tan tonta como para pensar que puedo hacerle daño a un ser así?
No obstante, aunque acaba de separarse de Cail tras un abrazo, tiene una expresión extraña, un rictus de dolor en los ojos. ¿Y si le he hecho algo realmente en sueños? Yo...
- ¿Qué ha pasado? -pregunto con sincera preocupación.
Noto como mis colmillos vuelven a asomar, y aprieto la mandíbula con fuerza, mientras una parte de mí se concentra en pensar cómo se podrán provocar e invertir los cambios. ¿O quizás tendré que estar cambiando sin control toda mi vida?
El descenso hecho de desesperaciones y sin logros realiza un nuevo despertar que es un reverso de la desesperación.
Por lo que no podemos lograr, lo que se niega al amor, lo que hemos perdido en la anticipación... sigue un descenso, infinito e indestructible.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 04:29 pm
De pronto Hannah entra en el estudio interrumpiendo mis disquisiciones. Pregunta algo que no logro comprender del todo, pero no es difícil adivinar más o menos cuál era la pregunta. Su expresión es de preocupación, cosa que me asombra un poco viniendo de ella. ¿Qué le había pasado a ella? Los ragos de su cara parecen cambiar de improviso alguna que otra vez, ¿eso que le asoma por la boca son colmillos? Sin embargo vuelven a desaparecer. Parece que sea lo que sea en lo que se ha transformado, solo se manifiesta si ella quiere... o así seía si pudiera controlarlo, pues parece tener tan poco control sobre ello como yo sobre mis alas y cola.
-Estamos bien, o eso creo, pareece que todavía no había terminado de transformarme y ha sido doloroso -trato de explicarme brevemente para que no parezca que me hago la víctima-. Por cierto, no puedo entender bien, los sonidos me llegan distorsionados al oído, sólo si presto mucha atención soy capaz de comprender lo que decís.
Un olor muy fuerte alcanza mi nariz de repente. Huele como... ¿a pescado?
-¿Por qué huele a pescado...? -digo mientras intento caminar hacia las escaleras.
Al hacerlo me doy cuenta de que me cuesta un poco menos que antes caminar, me siento como... un poco más ligero. Lo que sea que me haya pasado en los huesos ha debido tener que ver.
-Cail, ¿me ayudas a bajar hasta la cocina? -me dirijo hacia ella.
-Estamos bien, o eso creo, pareece que todavía no había terminado de transformarme y ha sido doloroso -trato de explicarme brevemente para que no parezca que me hago la víctima-. Por cierto, no puedo entender bien, los sonidos me llegan distorsionados al oído, sólo si presto mucha atención soy capaz de comprender lo que decís.
Un olor muy fuerte alcanza mi nariz de repente. Huele como... ¿a pescado?
-¿Por qué huele a pescado...? -digo mientras intento caminar hacia las escaleras.
Al hacerlo me doy cuenta de que me cuesta un poco menos que antes caminar, me siento como... un poco más ligero. Lo que sea que me haya pasado en los huesos ha debido tener que ver.
-Cail, ¿me ayudas a bajar hasta la cocina? -me dirijo hacia ella.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 09:58 pm
Jamás sentí tal alegría como cuando vi abrir los ojos de Noel. Por un momento había temido que muriese, que no volviese a abrir los ojos nuevamente, pero lo había hecho. Suspiré expulsando toda la tensión acumulada del tiempo que había estado ahí cuidandole y cantandole para tranquilizarlo.
Se levantó un poco tambaleante, haciendo caer el húmedo trapo que había colocado en su frente, ya sea por su nueva cola y alas o por el mal rato que había pasado. Acto seguido comenzó a contarme como se suponía que su transformación no había terminado y como el dolor había vuelto a por él sin que pudiera hacer algo para remediarlo. Fue por eso que Giz tuvo que dormirlo, para quitarle parte de su agonia, para que no sufriera tanto. Lo había hecho bien.
Entonces abrió la puerta Hannah, justo después de que Noel me diese las gracias por todo lo que había hecho y me pidiese disculpas por haberme preocupado tanto, acompañado todo eso por un abrazo. Yo por mi parte intenté devolverle un rapido abrazo, procurando no emplear demasiada de mi fuerza para no aplastarlo y no abrir mi herida, y reteniendo el aliento para que la bestia no volviera a despertarse.
- No hay de qué, pequeño, es mi trabajo cuidaros - le contesté con una sonrisa en la boca.
En ese momento Hannah habló, preguntandonos que pasaba. Noel fue el encargado de responderla, pero entonces ocurrió algo extraño. Vi como algunas de las facciones por unos segundos antes de volver a la normalidad. Inalé fuertemente en su dirección.
- ¿Por qué hueles como un animal? - pregunté en voz alta mientras ladeaba la cabeza en busca de una respuesta. Sentí a mi bestia despertar clamando enfrentarse a ella para demostrarle quien mandaba aqui, de quien era ese territorio. Lo deseaba, lo necesitaba, lo...
Me clavé las uñas en la herida fuertemente para poder centrarme y agradecí la oportunidad que Noel me afreció de salir de allí a comer algo. Me acerqué a él y comencé a ayudarle a caminar hacia la cocina tranquilamente mientras le hablaba para olvidar aquella extraña sensación que sentí momentos antes.
- Es ojitos, que ha traido la comida. Lo puedo oler desde aquí - le comenté mientras mis fosas nasales se movian captando cada aroma y matiz del ambiente. Nada se escapaba de mi olfato.
Se levantó un poco tambaleante, haciendo caer el húmedo trapo que había colocado en su frente, ya sea por su nueva cola y alas o por el mal rato que había pasado. Acto seguido comenzó a contarme como se suponía que su transformación no había terminado y como el dolor había vuelto a por él sin que pudiera hacer algo para remediarlo. Fue por eso que Giz tuvo que dormirlo, para quitarle parte de su agonia, para que no sufriera tanto. Lo había hecho bien.
Entonces abrió la puerta Hannah, justo después de que Noel me diese las gracias por todo lo que había hecho y me pidiese disculpas por haberme preocupado tanto, acompañado todo eso por un abrazo. Yo por mi parte intenté devolverle un rapido abrazo, procurando no emplear demasiada de mi fuerza para no aplastarlo y no abrir mi herida, y reteniendo el aliento para que la bestia no volviera a despertarse.
- No hay de qué, pequeño, es mi trabajo cuidaros - le contesté con una sonrisa en la boca.
En ese momento Hannah habló, preguntandonos que pasaba. Noel fue el encargado de responderla, pero entonces ocurrió algo extraño. Vi como algunas de las facciones por unos segundos antes de volver a la normalidad. Inalé fuertemente en su dirección.
- ¿Por qué hueles como un animal? - pregunté en voz alta mientras ladeaba la cabeza en busca de una respuesta. Sentí a mi bestia despertar clamando enfrentarse a ella para demostrarle quien mandaba aqui, de quien era ese territorio. Lo deseaba, lo necesitaba, lo...
Me clavé las uñas en la herida fuertemente para poder centrarme y agradecí la oportunidad que Noel me afreció de salir de allí a comer algo. Me acerqué a él y comencé a ayudarle a caminar hacia la cocina tranquilamente mientras le hablaba para olvidar aquella extraña sensación que sentí momentos antes.
- Es ojitos, que ha traido la comida. Lo puedo oler desde aquí - le comenté mientras mis fosas nasales se movian captando cada aroma y matiz del ambiente. Nada se escapaba de mi olfato.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
28/02/12, 11:35 pm
Ayudado por Cail conseguí bajar sin incidentes a la cocina, a parte de que parecía que ahora era capaz de caminar más fácilmente.
Entrar en la cocina se convierte una experiencia bastante impactante. El color rojo predominaba en la habitación. Rojo sangre. Encima de la mesa había un pescado enorme abierto en canal también cubierto de sangre. Y el autor de todo este desaguisado estaba ahí, con un hacha en la mano y manchado de sangre. Me quedé atónito unos instantes contemplando la escena, hasta que empecé a reír.
-¿Qué diablos has hecho, señor kaiser? -dije entre carcajadas-. Por el aspecto de la cocina el pez todavía estaba vivo cuando lo trajiste y tuviste que pelearte a muerte con él, ¿es eso, verdad?
Cuando conseguí dejar de reír empecé a preocuparme porque la cocina estaba totalmente cubierta de sangre y restos de vísceras de pescado.
-Vaya cristo has armado, a ver cómo limpiamos todo esto -dije poniendo los brazos en jarras con fingida cara seria-. Espero que además de ensuciar sepas limpiar -sonreí.
Entrar en la cocina se convierte una experiencia bastante impactante. El color rojo predominaba en la habitación. Rojo sangre. Encima de la mesa había un pescado enorme abierto en canal también cubierto de sangre. Y el autor de todo este desaguisado estaba ahí, con un hacha en la mano y manchado de sangre. Me quedé atónito unos instantes contemplando la escena, hasta que empecé a reír.
-¿Qué diablos has hecho, señor kaiser? -dije entre carcajadas-. Por el aspecto de la cocina el pez todavía estaba vivo cuando lo trajiste y tuviste que pelearte a muerte con él, ¿es eso, verdad?
Cuando conseguí dejar de reír empecé a preocuparme porque la cocina estaba totalmente cubierta de sangre y restos de vísceras de pescado.
-Vaya cristo has armado, a ver cómo limpiamos todo esto -dije poniendo los brazos en jarras con fingida cara seria-. Espero que además de ensuciar sepas limpiar -sonreí.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
29/02/12, 03:36 pm
Toima se estaba enajenando en su labor. Tan solo se pringaba más y más y se sentia incomodisimo con esa sensación. Se hizo una coleta para que el pelo, chorreante, dejara de meterse en su vista. Con el cuchillo para cortar huesos desarmó las espinas que le impedian llegar hasta la carne de más allá. Cogio los restos del animal y le dio la vuelta, para descarnar el otro costado. Se clavó una maléfica espina en la frente, haciendose un corte. Ahora era él el que estaba sangrando. Gritó de rabia. Cogio el martillo y comenzó a machacar el esqueleto del pez, con furia. Cuando paró por cansancio se dio cuenta de que los de arriba se habian dado cuenta del estropicio que habia montado y, comprobaban incrédulos el estado de la cocina. Río entre jadeos.
-En mi defensa...he de decir que el pez dio está dando más guerra ahora muerto que antes vivo. Cortesia de Nia, la nayade de la que me hablaron los antiguos cosechados...-se limpio la sangre que se resbalaba por su rostro y comenzaba a gotear en su cuerpo. El olor a pescado era nauseabundo.
-Y ya me encargaré de limpiar esto...de alguna forma...-dijo. Luego se acercó a los platos y recipientes donde habia separado toda la carne y les echó un puñado de sal a cada uno.-¿Os gusta el pescado? Yo lo odio.-admitio riendo.-Pero tiene muchas cosas sanas asi que conviene comerlo.-Se apoyó en la mesa, contemplando la carniceria y suspiró.
-Cocinarlo no se. Por mi, lo echo al fuego hasta que se tueste asi que estoy abierto a ideas culinarias...-
-En mi defensa...he de decir que el pez dio está dando más guerra ahora muerto que antes vivo. Cortesia de Nia, la nayade de la que me hablaron los antiguos cosechados...-se limpio la sangre que se resbalaba por su rostro y comenzaba a gotear en su cuerpo. El olor a pescado era nauseabundo.
-Y ya me encargaré de limpiar esto...de alguna forma...-dijo. Luego se acercó a los platos y recipientes donde habia separado toda la carne y les echó un puñado de sal a cada uno.-¿Os gusta el pescado? Yo lo odio.-admitio riendo.-Pero tiene muchas cosas sanas asi que conviene comerlo.-Se apoyó en la mesa, contemplando la carniceria y suspiró.
-Cocinarlo no se. Por mi, lo echo al fuego hasta que se tueste asi que estoy abierto a ideas culinarias...-
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
01/03/12, 02:36 am
Ver que Koval me sigue y me habla con tanta tranquilidad me descoloca por completo. Acabo de amenazarle hace un rato, exigiéndole una serie de patochadas por culpa de unas ideas estúpidas, y viendo su reacción cualquiera lo diría. Sonrío al muchacho y lo escucho con atención durante todo el camino, mientras me explica su opinión acerca de las transformaciones. Me gustaría acabar pensando lo que él, sinceramente, pero de momento lo veo un poco complicado. No acabo de verme cómodo con la gola y las nuevas sensaciones que me transmite.
Sin embargo, algo de lo que me cuenta me pica la curiosidad irremediablemente. Una torre con una puerta hechizada que funciona por contraseñas… Suena ficticio, pero en esta ciudad lo ficticio ha convivido desde el principio con todos nosotros, así que no me cabe duda de que existe, por extraño que parezca después de mi reacción desconfiada minutos atrás. << Hoy estoy bipolar… >> me digo a mí mismo, << Acabaré más loco que el Ranta... >> la sola idea me causa gracia.
-Luego me tienes que contar más sobre esa torre hechizada-le digo conforme nos acercamos al torreón. Le habría preguntado alguna cosa más, pero un olor rancio y penetrante me obliga a arrugar el gesto y contener una arcada a las puertas de este-¿Pescado?-digo en un tono asqueado, sin darme cuenta de que probablemente Koval no me entiende-. Deberías taparte las narices si quieres seguir viviendo-le aconsejo antes de entrar al interior de Letargo.
Nada más abrir la puerta el olor se intensifica y me veo obligado a llevarme el pañuelo a la cara para taparme. También huele a sangre, pero muy en segundo plano y el sentido común me dice que es cosa del pez también. Hago un gesto a Koval para que me siga y pronto llegamos a la cocina, cuya estampa es, cuanto menos, difícil de olvidar. El nuevo Kaiser, con su cuerpo plagado de ojos, cubierto de arriba a abajo de sangre, con un cuchillo en una mano y un pez enorme en la otra; las dos Alicias dirigiéndose miradas de profundo odio a pesar de ser aparentemente idénticas y, finalmente, Noel, con su nuevo y dificultoso aspecto, utilizando a Cai de soporte. Dirijo una mirada de estupefacción primero a mis compañeros de torreón y después a Koval y añado al tiempo que niego con la cabeza:
-Nuestra más sincera bienvenida, Koval.
Sin embargo, algo de lo que me cuenta me pica la curiosidad irremediablemente. Una torre con una puerta hechizada que funciona por contraseñas… Suena ficticio, pero en esta ciudad lo ficticio ha convivido desde el principio con todos nosotros, así que no me cabe duda de que existe, por extraño que parezca después de mi reacción desconfiada minutos atrás. << Hoy estoy bipolar… >> me digo a mí mismo, << Acabaré más loco que el Ranta... >> la sola idea me causa gracia.
-Luego me tienes que contar más sobre esa torre hechizada-le digo conforme nos acercamos al torreón. Le habría preguntado alguna cosa más, pero un olor rancio y penetrante me obliga a arrugar el gesto y contener una arcada a las puertas de este-¿Pescado?-digo en un tono asqueado, sin darme cuenta de que probablemente Koval no me entiende-. Deberías taparte las narices si quieres seguir viviendo-le aconsejo antes de entrar al interior de Letargo.
Nada más abrir la puerta el olor se intensifica y me veo obligado a llevarme el pañuelo a la cara para taparme. También huele a sangre, pero muy en segundo plano y el sentido común me dice que es cosa del pez también. Hago un gesto a Koval para que me siga y pronto llegamos a la cocina, cuya estampa es, cuanto menos, difícil de olvidar. El nuevo Kaiser, con su cuerpo plagado de ojos, cubierto de arriba a abajo de sangre, con un cuchillo en una mano y un pez enorme en la otra; las dos Alicias dirigiéndose miradas de profundo odio a pesar de ser aparentemente idénticas y, finalmente, Noel, con su nuevo y dificultoso aspecto, utilizando a Cai de soporte. Dirijo una mirada de estupefacción primero a mis compañeros de torreón y después a Koval y añado al tiempo que niego con la cabeza:
-Nuestra más sincera bienvenida, Koval.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
01/03/12, 06:38 am
Al entrar en la cocina me percato de un olor de la que no había sabido nada hasta ese momento, pues había procurado respirar lo menos posible cerca de Noel. Congo lo cogí para ayudarlo a ir a la cocina me había parecido una buena idea olfatear lo que sea que el ojitos había traido con él, pero en vez de eso mi nariz captó el olor de Noel. Parecía tan tentador, prometía un banquete de lo más sabroso, nada comparado al muerto cuerpo de Ethan, que en paz descansa en el Nassandra, o las alimañas que me había metido entre pecho y espalda. No, este olor era mejor, hasta la bestia me suplicaba que me diese la vuelta, inmovilizase a Noel y clavase mia letales y afilados dientes en su carne. Por un momento hasta me dejé pensar en como sabría, en sis sus plumas me molestarían al comer o por el contrario le darían un toque especial. ¿Qué me pasaba?
El que horror que sentí en aquel preciso momento no tenía límites. ¿Había estado pensando realmente en comerme a Noel? Él era mi amigo, uno de los pocos que tenía ¿y me lo quería merendar? Eso no estaba bien, no estaba nada bien.
Entonces vi entrar a Giz acompañado de un extraño ser que presentaron como Koval. Ese chico que había estado el día anterior aquí junto con los otros anteriores cosechados. Si, me acordaba de él.
Cuando vi que Noel ya estaba mejor, que podía estar sin mi, lo solté y di un paso atras. Todos sus olores, junto con el de sangre que bailaba en el ambiente me hacían dificil pensar, no es que desease la sangre sino que mi mente sabía que donde hay sangre hay carne que te la puedes comer, y mucho menos controlarme. Debía salir de aquella habitación. Me clavé las uñas en la herida para despejar mi mente a la par que dirigía mis pasos hacia la puerta de la cocina.
- Yo... Tengo que... Tengo que salir... Coger un poco de aire... - dije unicamente, pese a que mi voz sonó un tanto brusca y ronca a causa de la bestia, hasta yo me percaté de ello. ¡Si hasta había gruñido entre palabra en palabra!
Salí a nuestro pátio y corrí hacia el agua para meter mi cabeza en él, puede que eso me aclarase las ideas, puede que eso me ayudase a tranquilizar. Luego me senté en el suelo, con la cabeza entre las piernas, cabezbaja por el hecho de haber pensado siquiera en comerme a uno de mis amigos. Necesitaba control, si no...
- No quiero comermelos. Dama Gula, no desea comerselos, son sus amigos, sus compañeros. - así estube murmurando por un buen rato, no se exactamente cuanto, pero no me importaba, cada minuto que pasaba.
El que horror que sentí en aquel preciso momento no tenía límites. ¿Había estado pensando realmente en comerme a Noel? Él era mi amigo, uno de los pocos que tenía ¿y me lo quería merendar? Eso no estaba bien, no estaba nada bien.
Entonces vi entrar a Giz acompañado de un extraño ser que presentaron como Koval. Ese chico que había estado el día anterior aquí junto con los otros anteriores cosechados. Si, me acordaba de él.
Cuando vi que Noel ya estaba mejor, que podía estar sin mi, lo solté y di un paso atras. Todos sus olores, junto con el de sangre que bailaba en el ambiente me hacían dificil pensar, no es que desease la sangre sino que mi mente sabía que donde hay sangre hay carne que te la puedes comer, y mucho menos controlarme. Debía salir de aquella habitación. Me clavé las uñas en la herida para despejar mi mente a la par que dirigía mis pasos hacia la puerta de la cocina.
- Yo... Tengo que... Tengo que salir... Coger un poco de aire... - dije unicamente, pese a que mi voz sonó un tanto brusca y ronca a causa de la bestia, hasta yo me percaté de ello. ¡Si hasta había gruñido entre palabra en palabra!
Salí a nuestro pátio y corrí hacia el agua para meter mi cabeza en él, puede que eso me aclarase las ideas, puede que eso me ayudase a tranquilizar. Luego me senté en el suelo, con la cabeza entre las piernas, cabezbaja por el hecho de haber pensado siquiera en comerme a uno de mis amigos. Necesitaba control, si no...
- No quiero comermelos. Dama Gula, no desea comerselos, son sus amigos, sus compañeros. - así estube murmurando por un buen rato, no se exactamente cuanto, pero no me importaba, cada minuto que pasaba.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
01/03/12, 07:31 pm
Giz por fin sonríe y le devuelvo la sonrisa, más tranquilo. Espero que podamos olvidar el mal pie con el que hemos empezado. Al menos parece interesado en lo que he dicho sobre el torreón.
-Claro -le digo soltando una breve risa. De pronto su expresión cambia y arruga la nariz. Antes de que me dé tiempo a preguntar qué pasa me advierte que me tape la nariz... ¿por olor a pescado? -¿Eh? -pregunto extrañado mientras lo veo entrar en el torreón.
Lo sigo con curiosidad, no parece que le incomode que vaya tras él. Ni siquiera cierra la puerta, así que entro al torreón... y entiendo por fin lo que ha dicho. Huese a pescado crudo. Olfateo el aire y sigo a Giz al interior del torreón, sin esperarme tampoco la escena que nos encontramos en la cocina. Parece hque se haya convertido en una carnicería. Hay un pescado descomunal que el ulterano de los ojos por el cuerpo ha estado limpiando, pero al parecer se le ha ido la mano. Hay sangre por las paredes y él mismo está hasta las cejas. Los demás también están allí, mirando el espectáculo. Cuando Giz se gira de nuevo y me da la bienvenida delante de todo ese percal y diciéndolo de forma tan seria no puedo sino echarme a reír.
-No tenía ni idea de que hubiérais decidido pintar las paredes -digo mientras trato de ahogar la risa-. Gracias, Giz -añado ya más tranquilo. Los demás no tienen ni idea de lo que acaba de pasar, pero aun así es cierto que les agradezco el ser bienvenido de nuevo en el torreón-. Por raro que suene, sí, soy el mismo Koval de ayer. -Me acomodo en el aire cruzando brazos y piernas sin perder la sonrisa.
La trasgo de pronto sale corriendo y me quedo mirando la dirección en que se ha ido aun cuando ya ha desaparecido de mi vista. Claro... trasgo y con toda esta sangre alrededor. No me daba cuenta de que son recién transformados, debe de estarlo pasando muy mal. Pero Jack cuando se transformó era capaz de aguantarse con sus amigos, espero que ella también. Aunque yo... soy un intruso aquí ahora mismo. Pero no creo que deba temer que me ataque, más que a carne debo de oler a hollín.
-Claro -le digo soltando una breve risa. De pronto su expresión cambia y arruga la nariz. Antes de que me dé tiempo a preguntar qué pasa me advierte que me tape la nariz... ¿por olor a pescado? -¿Eh? -pregunto extrañado mientras lo veo entrar en el torreón.
Lo sigo con curiosidad, no parece que le incomode que vaya tras él. Ni siquiera cierra la puerta, así que entro al torreón... y entiendo por fin lo que ha dicho. Huese a pescado crudo. Olfateo el aire y sigo a Giz al interior del torreón, sin esperarme tampoco la escena que nos encontramos en la cocina. Parece hque se haya convertido en una carnicería. Hay un pescado descomunal que el ulterano de los ojos por el cuerpo ha estado limpiando, pero al parecer se le ha ido la mano. Hay sangre por las paredes y él mismo está hasta las cejas. Los demás también están allí, mirando el espectáculo. Cuando Giz se gira de nuevo y me da la bienvenida delante de todo ese percal y diciéndolo de forma tan seria no puedo sino echarme a reír.
-No tenía ni idea de que hubiérais decidido pintar las paredes -digo mientras trato de ahogar la risa-. Gracias, Giz -añado ya más tranquilo. Los demás no tienen ni idea de lo que acaba de pasar, pero aun así es cierto que les agradezco el ser bienvenido de nuevo en el torreón-. Por raro que suene, sí, soy el mismo Koval de ayer. -Me acomodo en el aire cruzando brazos y piernas sin perder la sonrisa.
La trasgo de pronto sale corriendo y me quedo mirando la dirección en que se ha ido aun cuando ya ha desaparecido de mi vista. Claro... trasgo y con toda esta sangre alrededor. No me daba cuenta de que son recién transformados, debe de estarlo pasando muy mal. Pero Jack cuando se transformó era capaz de aguantarse con sus amigos, espero que ella también. Aunque yo... soy un intruso aquí ahora mismo. Pero no creo que deba temer que me ataque, más que a carne debo de oler a hollín.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
01/03/12, 07:50 pm
Caillech se aparta de mí, parece perturbada por algo. Balbuceando y entre gruñidos se excusa y sale corriendo de la cocina. Me recuerda a mucho a mí la noche anterior, mientras enterraban a Mark. Estoy convencido de que su transformación la está molestando de alguna forma. Seguramente tenga que ver con lo que habló ayer con Jack, aunque no me pude enterar de nada apenas. Estuve a punto de salir a buscarla, pero recordé lo que había sucedido esta noche y supuse que no era la mejor idea. Tenía que leer también acerca de los trasgos para saber a qué atenerme con Cail, pero me podía hacer una ligera idea de por donde iban los tiros. De todas formas la aparición de Giz interrumpió mis cavilaciones al respecto.
-¡Giz, has vuelto! El señor kaiser ha tenido la amabilidad de traernos la cena: "pescado en su sangre". Lástima que no seamos vampiros como Jack, sin embargo...
Casualmente, al mencionar a Jack me di cuenta de que alguien más había venido con Giz. En un principio no le reconocí, pero Giz le llamó por su nombre.
-¡Ah, tú eres Koval! Así que este es tu verdadero aspecto...
Koval se empezó a reír al igual que había hecho yo momentos antes con el aspecto que presentaba la escena en la cocina. El sonido de su risa me llegó tan distorsionado como todo lo demás, sin embargo me resultó más estridente de lo normal. En un gesto involuntario me llevé las manos a los oídos durante un instante, aunque las retiré enseguida al darme cuenta de que los demás no comprenderían por qué lo hacía. ¿Por qué me resultaba tan molesta? << Bueno, será una consecuencia más de este problema auditivo que tengo... a ver si se pasa de una maldita vez. >>, pensé, y no le di mayor importancia.
Observé a Koval un instante. Era un chico, parecía de mi edad aproximadamente igual que con el aspecto con el que vino ayer por la noche, pero su físico era muy distinto. Sin embargo eso no era lo que más llamaba la atención de su persona. Estaba envuelto en unas llamas de color azul eléctrico y además levitaba.
-¡Es increíble! -dije acercándome a él y observando el fuego desde diversos ángulos-. Por eso ayer aquel chico que no era tu verdadero aspecto brillaba de azul... ¿Estabas dentro de su cuerpo o algo así? ¿Qué clase de criatura eres?
-¡Giz, has vuelto! El señor kaiser ha tenido la amabilidad de traernos la cena: "pescado en su sangre". Lástima que no seamos vampiros como Jack, sin embargo...
Casualmente, al mencionar a Jack me di cuenta de que alguien más había venido con Giz. En un principio no le reconocí, pero Giz le llamó por su nombre.
-¡Ah, tú eres Koval! Así que este es tu verdadero aspecto...
Koval se empezó a reír al igual que había hecho yo momentos antes con el aspecto que presentaba la escena en la cocina. El sonido de su risa me llegó tan distorsionado como todo lo demás, sin embargo me resultó más estridente de lo normal. En un gesto involuntario me llevé las manos a los oídos durante un instante, aunque las retiré enseguida al darme cuenta de que los demás no comprenderían por qué lo hacía. ¿Por qué me resultaba tan molesta? << Bueno, será una consecuencia más de este problema auditivo que tengo... a ver si se pasa de una maldita vez. >>, pensé, y no le di mayor importancia.
Observé a Koval un instante. Era un chico, parecía de mi edad aproximadamente igual que con el aspecto con el que vino ayer por la noche, pero su físico era muy distinto. Sin embargo eso no era lo que más llamaba la atención de su persona. Estaba envuelto en unas llamas de color azul eléctrico y además levitaba.
-¡Es increíble! -dije acercándome a él y observando el fuego desde diversos ángulos-. Por eso ayer aquel chico que no era tu verdadero aspecto brillaba de azul... ¿Estabas dentro de su cuerpo o algo así? ¿Qué clase de criatura eres?
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
02/03/12, 02:03 pm
Cuando me reía me di cuenta de que Noel se llevaba las manos a las orejas, pero tardé en recordar que anoche había comentado que tenía problemas para escucharnos cuando hablábamos. ¿Le molestarán también los ruidos fuertes?
-Ah, Noel, ¿te encuentras ya mejor? -le pregunto en cuanto se acerca, pero él empieza a hacer preguntas enseguida con bastante entusiasmo. Parece que realmente se encuentra mejor, aunque aún tenga problemas con los oídos. Titubeo antes de empezar a responder y me pongo frente a él para que pueda ayudarse de leer mis labios-. Sí, verás... Bueno, yo soy un fuego fatuo. En lo que más destacamos es en la posesión de cadáveres. -Suspiro, temiendo que les parezca horrible que tenga el cadáver de un niño-. El de ayer era un cuerpo que me regalaron... pero es muy útil para salir bajo la lluvia y... cosas así. Pero -añado más alegre- también tengo un pequeño dragón y puedo poseer todo tipo de animales. Parece un poco desagradable pero es cuestión de acostumbrarse. Se pueden hacer cosas maravillosas con los cuerpos -empiezo a decir ilusionado. Pero me callo al momento. No parece muy agradable que alguien venga a decirte el entusiasmo que siente al tratar con fiambres, y más si no te fías de él-. Pero ya basta de hablar de mí, Giz... -Me giro hacia él y busco el libro que había traído consigo con la mirada-. ¿Estabas buscando sobre las transformaciones de los demás, verdad? ¿Os puedo ayudar?
Repaso mentalmente a los cosechados que he conocido. El de los ojos... ni idea, pero me recuerda a alguna criatura mitológica de las que se hablaba en la tierra. La trasgo está claro lo que es. Noel y Giz... no tengo ni idea. A Giz solo le ha salido una gorguera colorida. Me pregunto si esa transformación sería posible en alguien de la tierra y cómo le quedaría ese "complemento". Noel parece un híbrido con un dragón, pero tiene plumas, y eso me desconcierta. Ojalá hubiera leído y aprendido más sobre transformaciones. No pude identificar tampoco al chico de la bañera de la biblioteca, aunque juraría haber leído algo sobre esa especie la noche en que se transformó nuestra cosecha, cuando busqué la transformación de Nia en libros sobre criaturas acuáticas. Eso sí, la transformación de la chica de rasgos lupinos la he identificado, pero creo que está claro para todos lo que es. Creo que a pesar de llevar más de un año en la ciudad no voy a ser de mucha ayuda con las transformaciones.
-Ah, Noel, ¿te encuentras ya mejor? -le pregunto en cuanto se acerca, pero él empieza a hacer preguntas enseguida con bastante entusiasmo. Parece que realmente se encuentra mejor, aunque aún tenga problemas con los oídos. Titubeo antes de empezar a responder y me pongo frente a él para que pueda ayudarse de leer mis labios-. Sí, verás... Bueno, yo soy un fuego fatuo. En lo que más destacamos es en la posesión de cadáveres. -Suspiro, temiendo que les parezca horrible que tenga el cadáver de un niño-. El de ayer era un cuerpo que me regalaron... pero es muy útil para salir bajo la lluvia y... cosas así. Pero -añado más alegre- también tengo un pequeño dragón y puedo poseer todo tipo de animales. Parece un poco desagradable pero es cuestión de acostumbrarse. Se pueden hacer cosas maravillosas con los cuerpos -empiezo a decir ilusionado. Pero me callo al momento. No parece muy agradable que alguien venga a decirte el entusiasmo que siente al tratar con fiambres, y más si no te fías de él-. Pero ya basta de hablar de mí, Giz... -Me giro hacia él y busco el libro que había traído consigo con la mirada-. ¿Estabas buscando sobre las transformaciones de los demás, verdad? ¿Os puedo ayudar?
Repaso mentalmente a los cosechados que he conocido. El de los ojos... ni idea, pero me recuerda a alguna criatura mitológica de las que se hablaba en la tierra. La trasgo está claro lo que es. Noel y Giz... no tengo ni idea. A Giz solo le ha salido una gorguera colorida. Me pregunto si esa transformación sería posible en alguien de la tierra y cómo le quedaría ese "complemento". Noel parece un híbrido con un dragón, pero tiene plumas, y eso me desconcierta. Ojalá hubiera leído y aprendido más sobre transformaciones. No pude identificar tampoco al chico de la bañera de la biblioteca, aunque juraría haber leído algo sobre esa especie la noche en que se transformó nuestra cosecha, cuando busqué la transformación de Nia en libros sobre criaturas acuáticas. Eso sí, la transformación de la chica de rasgos lupinos la he identificado, pero creo que está claro para todos lo que es. Creo que a pesar de llevar más de un año en la ciudad no voy a ser de mucha ayuda con las transformaciones.
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