Torreón Letargo (Archivo II)
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Elliot
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Lops
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Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
15/01/12, 05:28 pm
Caillech bromeó conmigo en lo referente al entrenamiento y una pequeña chispa se encendió dentro de mí. Ese era mi terreno al fin y al cabo. Aunque fue pequeña, pues todavía me sentía muy alicaído, sirvió para distraerme.
-Eso ya lo veremos, Caillech -dije tratando de sonar todo lo alegre que pude-. Tú eres un reptil de dos metros de altura y yo un niño humano normalito... Está claro que tengo una gran ventaja.
No fui capaz de reírme abiertamente pero esbocé una tímida sonrisa. Le pedí a Cai que aguardase un momento para cambiarme de ropa. Lo hice rápidamente y volví con ella.
Acompañado de Caillech subí a la sala de entrenamiento. Había mejorado ligeramente desde que había llegado a la ciudad pero desde luego era muy torpe en comparación con Caillech. Y sin duda ella estaba siendo suave conmigo o habría terminado el entrenamiento lleno de golpes y magulladuras. Concentrarme en mejorar, siguiendo algunas instrucciones de Caillech, me ayudó a distraer la mente de lo que pugnaba por atormentarme cada poco tiempo. Al cabo de un rato acabé cansado y sudado, como de costumbre, y paramos de entrenar cuando oímos a Ethan anunciar que ya había terminado de preparar la cena.
-Gracias por entrenar conmigo, Cai. Deberíamos bajar a cenar ya. Mañana nos ponemos a hacer los muñecos, creo que hoy es mejor que nos acostemos pronto.
Llegué a la cocina y me senté. ¿Sería capaz de comer? Cogí un poco de queso y comencé a masticarlo. Fui capaz de comer un poco hasta que mi estómago se negó a aceptar más comida. Ethan ya no había preparado demasiada comida tampoco en previsión, seguro que sabía que no íbamos a ser capaces de comer gran cosa. Alicia tampoco había probado bocado apenas, estaba allí sentada enfrente mío cabizbaja y parecía igual de afectada que yo, o puede que incluso más. Para mí sorpresa cuando ya me iba a levantar de la mesa, me habló. Se dirigió a mí vacilante, animándome de una forma muy parecida a Caillech una hora antes. La miré mientras me aseguraba una vez más que había hecho lo correcto y dijo que había sido muy valiente. Pareció avergonzada por decir eso y tras seguir hablando un poco más se levantó bruscamente y salió sin darme tiempo a responderle.
-Gracias, Alicia... -murmuré cuando ya no podía escucharme-. Voy a bañarme -anuncié al resto mientras salía de la cocina.
Realicé todo lo necesario para bañarme de forma casi automática y con la mente ausente. No me molesté en pedirle a Giz que calentase el agua, no me suponía mucho problema bañarme en agua fría. Y creía que me vendría bien para despejarme. Me quedé un rato en remojo meditando sobre lo que había hecho. Todos decían que era lo correcto, así que no debía preocuparme tanto, ¿no? Por mucho que me lo repitiera no era fácil asimilarlo. Me detuve a pensar el motivo exacto por el cual me había ofrecido yo mismo a hacerlo. Me arrimé al borde de la bañera y apoyé la cabeza en los brazos y comencé a repasar mentalmente qué se me había pasado por la cabeza. No intentaba hacerme el valiente, ni el machito ni nada por el estilo. Más bien me sentía inútil. Yo no podía hacer magia, ni sabía apenas utilizar un arma. Creo que en parte fue por eso por lo que me ofrecí a llevar a cabo aquel acto. Y porque estaba claro que debería empezar a acostumbrarme a ese tipo de cosas si quería sobrevivir en aquella ciudad salvaje y cruel. Salí del agua y me sequé, un poco más animado que antes, excepto por una cosa. Me sentía inútil, ya lo había pensado. Mientras me ponía el pijama me dije a mí mismo que tenía que seguir intentando hacer magia, y eso planeaba hacer ahora mismo. Había dicho que deberíamos acostarnos pronto, pero lo cierto es que no creía que fuese a ser capaz de dormir. Era mejor distraerme. Intentar concentrarme en aprender magia sería un buen ejercicio para alejar funestos pensamientos de mi mente, tenía la capacidad de absorberme.
Busqué el libro de magia y subí al estudio con él. Al menos algunos de mis compañeros ya se habían acostado. Cerré la puerta del estudio para no molestar a nadie y sumergí la cara en el libro de magia. Repasé una y mil veces algunos de los hechizos más sencillos. Ya me sabía de memoria todo lo que había que hacer para realizarlos, los repetí sin descanso mientras paseaba por el estudio y murmuraba en voz baja. Aunque no había conseguido nada, desde luego, seguí viendo otros hechizos que aún no habíamos probado. Un hechizo que servía para crear una burbuja insonorizadora, otro para hacer algo intangible, un hechizo para reparar cosas... Me aprendí cada uno de ellos, los repetí tantas veces que perdí la cuenta. Nada sirvió. Sin embargo en cierto momento durante las largas horas de práctica, algo cambió. Fue muy sútil, tanto que al principio, aunque me cogió por sorpresa, creía que era mi imaginación. Notaba algo... algo que nunca antes había notado. Según repetía como se elaboraban los hechizos, parecía que algo pugnaba por salir de mi interior pero moría en algún punto. Se me aceleró un poco el corazón cuando me di cuenta de que algo raro pasaba. Sin embargo a parte de eso no logré nada más. Tras pasar las horas sin conseguir nada se me volvió a enfríar un poco el ánimo a pesar de la novedad. A lo mejor sí que era simple paranoia mía.
En algún punto de la noche, cuando ya el cielo comenzaba a teñirse ligeramente con el amanecer, apoyé la cabeza sobre el libro y a los pocos segundos caí presa de un sueño profundo en esa postura, con los brazos extendidos sobre la mesa.
Nota, especialmente para Caillech: como entre unos post y otros ha quedado un poco raro, hice como que subimos a entrenar un ratito y luego bajamos a cenar y fue cuando Alicia le habló a Noel y todo eso... y más que nada lo he hecho así para que nos vayamos a dormir todos de una vez, que falta hace.
-Eso ya lo veremos, Caillech -dije tratando de sonar todo lo alegre que pude-. Tú eres un reptil de dos metros de altura y yo un niño humano normalito... Está claro que tengo una gran ventaja.
No fui capaz de reírme abiertamente pero esbocé una tímida sonrisa. Le pedí a Cai que aguardase un momento para cambiarme de ropa. Lo hice rápidamente y volví con ella.
Acompañado de Caillech subí a la sala de entrenamiento. Había mejorado ligeramente desde que había llegado a la ciudad pero desde luego era muy torpe en comparación con Caillech. Y sin duda ella estaba siendo suave conmigo o habría terminado el entrenamiento lleno de golpes y magulladuras. Concentrarme en mejorar, siguiendo algunas instrucciones de Caillech, me ayudó a distraer la mente de lo que pugnaba por atormentarme cada poco tiempo. Al cabo de un rato acabé cansado y sudado, como de costumbre, y paramos de entrenar cuando oímos a Ethan anunciar que ya había terminado de preparar la cena.
-Gracias por entrenar conmigo, Cai. Deberíamos bajar a cenar ya. Mañana nos ponemos a hacer los muñecos, creo que hoy es mejor que nos acostemos pronto.
Llegué a la cocina y me senté. ¿Sería capaz de comer? Cogí un poco de queso y comencé a masticarlo. Fui capaz de comer un poco hasta que mi estómago se negó a aceptar más comida. Ethan ya no había preparado demasiada comida tampoco en previsión, seguro que sabía que no íbamos a ser capaces de comer gran cosa. Alicia tampoco había probado bocado apenas, estaba allí sentada enfrente mío cabizbaja y parecía igual de afectada que yo, o puede que incluso más. Para mí sorpresa cuando ya me iba a levantar de la mesa, me habló. Se dirigió a mí vacilante, animándome de una forma muy parecida a Caillech una hora antes. La miré mientras me aseguraba una vez más que había hecho lo correcto y dijo que había sido muy valiente. Pareció avergonzada por decir eso y tras seguir hablando un poco más se levantó bruscamente y salió sin darme tiempo a responderle.
-Gracias, Alicia... -murmuré cuando ya no podía escucharme-. Voy a bañarme -anuncié al resto mientras salía de la cocina.
Realicé todo lo necesario para bañarme de forma casi automática y con la mente ausente. No me molesté en pedirle a Giz que calentase el agua, no me suponía mucho problema bañarme en agua fría. Y creía que me vendría bien para despejarme. Me quedé un rato en remojo meditando sobre lo que había hecho. Todos decían que era lo correcto, así que no debía preocuparme tanto, ¿no? Por mucho que me lo repitiera no era fácil asimilarlo. Me detuve a pensar el motivo exacto por el cual me había ofrecido yo mismo a hacerlo. Me arrimé al borde de la bañera y apoyé la cabeza en los brazos y comencé a repasar mentalmente qué se me había pasado por la cabeza. No intentaba hacerme el valiente, ni el machito ni nada por el estilo. Más bien me sentía inútil. Yo no podía hacer magia, ni sabía apenas utilizar un arma. Creo que en parte fue por eso por lo que me ofrecí a llevar a cabo aquel acto. Y porque estaba claro que debería empezar a acostumbrarme a ese tipo de cosas si quería sobrevivir en aquella ciudad salvaje y cruel. Salí del agua y me sequé, un poco más animado que antes, excepto por una cosa. Me sentía inútil, ya lo había pensado. Mientras me ponía el pijama me dije a mí mismo que tenía que seguir intentando hacer magia, y eso planeaba hacer ahora mismo. Había dicho que deberíamos acostarnos pronto, pero lo cierto es que no creía que fuese a ser capaz de dormir. Era mejor distraerme. Intentar concentrarme en aprender magia sería un buen ejercicio para alejar funestos pensamientos de mi mente, tenía la capacidad de absorberme.
Busqué el libro de magia y subí al estudio con él. Al menos algunos de mis compañeros ya se habían acostado. Cerré la puerta del estudio para no molestar a nadie y sumergí la cara en el libro de magia. Repasé una y mil veces algunos de los hechizos más sencillos. Ya me sabía de memoria todo lo que había que hacer para realizarlos, los repetí sin descanso mientras paseaba por el estudio y murmuraba en voz baja. Aunque no había conseguido nada, desde luego, seguí viendo otros hechizos que aún no habíamos probado. Un hechizo que servía para crear una burbuja insonorizadora, otro para hacer algo intangible, un hechizo para reparar cosas... Me aprendí cada uno de ellos, los repetí tantas veces que perdí la cuenta. Nada sirvió. Sin embargo en cierto momento durante las largas horas de práctica, algo cambió. Fue muy sútil, tanto que al principio, aunque me cogió por sorpresa, creía que era mi imaginación. Notaba algo... algo que nunca antes había notado. Según repetía como se elaboraban los hechizos, parecía que algo pugnaba por salir de mi interior pero moría en algún punto. Se me aceleró un poco el corazón cuando me di cuenta de que algo raro pasaba. Sin embargo a parte de eso no logré nada más. Tras pasar las horas sin conseguir nada se me volvió a enfríar un poco el ánimo a pesar de la novedad. A lo mejor sí que era simple paranoia mía.
En algún punto de la noche, cuando ya el cielo comenzaba a teñirse ligeramente con el amanecer, apoyé la cabeza sobre el libro y a los pocos segundos caí presa de un sueño profundo en esa postura, con los brazos extendidos sobre la mesa.
Nota, especialmente para Caillech: como entre unos post y otros ha quedado un poco raro, hice como que subimos a entrenar un ratito y luego bajamos a cenar y fue cuando Alicia le habló a Noel y todo eso... y más que nada lo he hecho así para que nos vayamos a dormir todos de una vez, que falta hace.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
15/01/12, 06:01 pm
¿Dormir con ella? Mánia recordó cómo se había sentido ella misma cuando le pidió a Alicia que durmiese con ella después de la amenaza del lagarto. Asintió una sola vez, lentamente, y vio como Alicia se iba a dar un baño sin decir palabra. Permaneció en silencio unos instantes, aún faltaba para la cena, asñiq ue terminaría lo que iba a hacer. Cogió el cuenco de pintura roja y se lo llevó al patio junto con su calavera, no tenía nada con que pintar así que tuvo que utilizar sus propias manos para ello. No quedo un trabajo muy fino, más bien parecía hecho por un niño pequeño, pero logró cubrir más o menos todo el cráneo con la pintura. Lo alzó para verlo mejor, ahora era un símbolo de la nobleza. Le faltaban algunos dientes, así que no pudo determinar si el dueño de aquel cráneo había sido de su propia raza o no, en cualquier caso convertirse en un emblema de la casa real era un gran honor.
-Te voy a dejar secando- le dijo a la calavera, dejándola en el pedestal de la estatua, semi oculta bajo la ninfa.
Se lavó las manos antes de la cena y podría decirse que fue la única que comió con apetito. En Maciel apenas había probado bocado por pura desconfianza y el mismo nerviosismo que sentía le hacía tene aún más hambre. Al terminar, siguió a Alicia al dormitorio, a pesar de no tener demasiado sueño. Una vez más se le hacía raro no dormir en su sillón, pero era imposible que las dos cupiesen en él. Se acurrucó junto a Alicia, hecha un ovillo y se dejó abrazar por la chica. La habitación estaba muy oscura, no había luna ni estrellas que iluminasen el cielo nocturno y, aunque eso no era problema para Mánia, pues en Libo rara vez estaba el cielo despejado, la oscuridad hacía el silencio mucho más inquietante. Trató de centrarse en la respiración de Alicia para poder dormir, aun así tardó un buen rato en conciliar el sueño.
-Te voy a dejar secando- le dijo a la calavera, dejándola en el pedestal de la estatua, semi oculta bajo la ninfa.
Se lavó las manos antes de la cena y podría decirse que fue la única que comió con apetito. En Maciel apenas había probado bocado por pura desconfianza y el mismo nerviosismo que sentía le hacía tene aún más hambre. Al terminar, siguió a Alicia al dormitorio, a pesar de no tener demasiado sueño. Una vez más se le hacía raro no dormir en su sillón, pero era imposible que las dos cupiesen en él. Se acurrucó junto a Alicia, hecha un ovillo y se dejó abrazar por la chica. La habitación estaba muy oscura, no había luna ni estrellas que iluminasen el cielo nocturno y, aunque eso no era problema para Mánia, pues en Libo rara vez estaba el cielo despejado, la oscuridad hacía el silencio mucho más inquietante. Trató de centrarse en la respiración de Alicia para poder dormir, aun así tardó un buen rato en conciliar el sueño.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
15/01/12, 08:46 pm
Al final terminaría siendo que tenía cierta habilidad para tratar con gente alicaida. Mis bromas hicieron que el Noel que todos conocían, el Noel bromista, asomara un poco. Todavía estaba lejos de estar del todo bien, pero yo siempre aceptaba todas las victorias posibles, aunque fuesen pequeñas como ese. Al final llegaría a sobreponerse a esa sensación que lo llenaba. Era fuerte, para no ser un Asreniano ese humano tenía fuerza y valentia, lo había demostrado al hacer lo que era correcto en ese momento por traumatico y duro que fuese. Y los fuertes siempre conseguíamos salir adelante, pese a las cicatrices que quedaban en nosotros. Nos curabamos y seguíamos. Él lo haría.
- Si, tendré que ir con cuidado o mi honor podría salir pateado por un humano. Y Giz y tú no pararías de bromear a mi costa - fingí un estremecimiento de terror fingido, cada vez se me daba mejor bromear al parecer.
Subimos a la habitación de entrenamiento. Desde el principio estaba claro que yo tenía una gran ventaja sobre él, pese a que él también había mejorado notablemente desde la vez que Vlad le dio la paliza, gracias a que yo invertía más tiempo que los demás en entrenar y leer mi libro. Es por eso que tuve que bajar el liston. La cosa era entrenar, no mandarlo a las manos de Giz muy malherido. Le mostré tecnicas que podría emplear contra contrincante más grande que él, como desestabilizar sus piernas, hacerle perder el equilibrio, para así tirarlo al suelo y ahí, en esa posición débil, darle de lo lindo. También le mostré algunos buenos golpes y patas, donde era recomendarle dar y donde no para tener mayor ventaja.
No se cuanto tiempo estuvimos así, yo enseñandole y el aprendiendo, pero en un momento dado me percaté de que su olor corporal se había incrementedo. Mi mente me facilitó la respuesta a ese fenomeno que a mi no me ocurria, sudor. Estaba cansado, y así era como su cuerpo humano lo demostraba si no había aprendido mal. Entonces Ethan nos llamó a comer. Bien, eso estaba bien, tenía un poco de hambre después de todo. Además, debía recompensarme a mi misma por haber logrado hacerlo olvidar durante un momento la tragedia del pequeño.
Me senté en la mesa cuando llegamos. Aún seguía sin atraerme la forma en que preparaban la comida los humanos. Es por eso que me limeté a comer los únicos alimentos que Ethan no había cocinado, el queso y la fruta.
Después de aquello volvía a mi entrenamiento, esta vez con un hacha de guerra, dando los golpes en el aire, tal y como lo indicaba el libro. Era pesado, más pesado que las demás armas que había tenido ocasión de utilizar, y el peso añadido de las piedras en mis muñecas y rodillas lo hacía más dificil, pero así conseguiría más fuerza a la vez que habilidad. Eso era bueno.
Cuando decididí que ya tenía suficiente de ello volvía a mi cuarto y, sentandome apoyada en la pared, cerré los ojos para hundirme en el abrazo del sueño.
- Si, tendré que ir con cuidado o mi honor podría salir pateado por un humano. Y Giz y tú no pararías de bromear a mi costa - fingí un estremecimiento de terror fingido, cada vez se me daba mejor bromear al parecer.
Subimos a la habitación de entrenamiento. Desde el principio estaba claro que yo tenía una gran ventaja sobre él, pese a que él también había mejorado notablemente desde la vez que Vlad le dio la paliza, gracias a que yo invertía más tiempo que los demás en entrenar y leer mi libro. Es por eso que tuve que bajar el liston. La cosa era entrenar, no mandarlo a las manos de Giz muy malherido. Le mostré tecnicas que podría emplear contra contrincante más grande que él, como desestabilizar sus piernas, hacerle perder el equilibrio, para así tirarlo al suelo y ahí, en esa posición débil, darle de lo lindo. También le mostré algunos buenos golpes y patas, donde era recomendarle dar y donde no para tener mayor ventaja.
No se cuanto tiempo estuvimos así, yo enseñandole y el aprendiendo, pero en un momento dado me percaté de que su olor corporal se había incrementedo. Mi mente me facilitó la respuesta a ese fenomeno que a mi no me ocurria, sudor. Estaba cansado, y así era como su cuerpo humano lo demostraba si no había aprendido mal. Entonces Ethan nos llamó a comer. Bien, eso estaba bien, tenía un poco de hambre después de todo. Además, debía recompensarme a mi misma por haber logrado hacerlo olvidar durante un momento la tragedia del pequeño.
Me senté en la mesa cuando llegamos. Aún seguía sin atraerme la forma en que preparaban la comida los humanos. Es por eso que me limeté a comer los únicos alimentos que Ethan no había cocinado, el queso y la fruta.
Después de aquello volvía a mi entrenamiento, esta vez con un hacha de guerra, dando los golpes en el aire, tal y como lo indicaba el libro. Era pesado, más pesado que las demás armas que había tenido ocasión de utilizar, y el peso añadido de las piedras en mis muñecas y rodillas lo hacía más dificil, pero así conseguiría más fuerza a la vez que habilidad. Eso era bueno.
Cuando decididí que ya tenía suficiente de ello volvía a mi cuarto y, sentandome apoyada en la pared, cerré los ojos para hundirme en el abrazo del sueño.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
17/01/12, 04:06 pm
Estaba en la puerta del torreón Letargo junto a Giz, Alicia, Mánia, Ethan y Caillech. Los seis charlábamos animadamente sobre los eventos del día. Hasta que vemos aparecer un muchacho de aspecto muy extraño. ¿Qué le estaba ocurriendo? De pronto me fijo en que por el aspecto daba la impresión de que se está transformando en aquel engendro zombi que nos atacó la primera vez que salimos a por comida. ¡No puede ser, otra vez no! El miedo se apodera de mí y entonces, sin ni siquiera pararme a reparar en ello, realizo los pasos para hacer el hechizo de crear llamas. Y me sale, con un efecto mucho mayor de lo que debería. Una especie de locura se apodera de mí y empiezo a realizar el hechizo una y otra vez, calcinando sin descanso al desdichado, mientras este grita sumido en la agonía. Una y otra vez, una y otra vez... Sabía que algo no iba bien, que no tenía que estar haciendo esto, pero con la misma certeza con la que sabía que quería parar, sabía que no podía hacerlo. Los gritos del muchacho me perforaban las orejas y yo cada vez invocaba llamas más salvajes sin poder detenerme. El tiempo se había detenido por completo y ya no sabía si pasaban segundos o toda una eternidad...
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Me despierto de golpe, dando un bandazo con la cabeza y abro los ojos con igual brusquedad. Una sensación horrible me invade. Acababa de tener una pesadilla y me duele ligeramente la cabeza... aunque sospecho que eso último tiene sobre todo que ver por la forma y la hora a la que me he quedado dormido. También me duelen el cuello y los hombros. Las imágenes del sueño que estaba teniendo antes de despertar empiezan a formarse en mi mente. Un escalofrío me recorre la espalda al hacerlo e instintivamente me llevo las manos a la cara. Las retiro húmedas: debía de haber derramado algunas lágrimas mientras dormía. Las limpio entre apenado y furioso conmigo mismo. ¿Cuánto tiempo iba a...? Mis pensamientos se ven bruscamente interrumpidos cuando poso la vista en el libro que había estado estudiando por la noche. Estaba abierto, lo había dejado así, pero eso no era lo que llamó mi atención. Había ceniza sobre el libro. Entonces vi que la manga de la camiseta que utilizaba como pijama estaba chamuscada. La zona de la muñeca se había quemado. Miré las velas que había puesto para poder tener iluminación la noche anterior, ninguna se había derramado ni estaban tan cerca de mí como para que hubiera podido haber un pequeño accidente con ellas. El corazón comenzó a acelerarseme, recordando ya no la pesadilla en sí sino una parte muy concreta: había hecho magia. Pero no era posible, ¿o sí? Las manos me temblaban y no era capaz de pensar con claridad, soplé la ceniza fuera del libro y busqué el hechizo de invocar llamas, estaba tan nervioso que necesitaba volver a leer las instrucciones a pesar de que me las sabía de memoria. Las repetí, otra vez noté esa sensación que creía imaginación mía. Y la segunda vez que lo repetí, sucedió. Una llama se prendió en la punta de mis dedos, como la que había hecho Giz aquella mañana en la que descubrimos la existencia de la magia. Extinguí la llama y me quedé inmóvil unos instantes. Mi cara comenzó a iluminarse y de golpe salí del ensimismamiento. ¡Había hecho magia! Realicé de nuevo el hechizo para cerciorarme de que no había sido una ilusión, pero no lo era, ahí estaban las llamas. Por último probé el hechizo de curación para curarme la pequeña quemadura que se me había formado en la muñeca, posiblemente tan sólo por contacto con la ceniza ardiendo, pues era nimia. Funcionó, la quemadura desapareció al instante. Ya no me hizo falta más. Recogí bruscamente los cristales cargados que había llevado para practicar y salí como una exhalación del estudio. Estaba tan emocionado que llegué a las escaleras corriendo mientras llamaba a Giz, sin darme cuenta de que quizás hubiese gente todavía durmiendo.
-¡Giz! ¡Giz! ¡No te lo vas a...! ¡Aaaaaah!
Caí rodando unos cuantos escalones hasta ser capaz de detenerme en medio de la bajada. Me recorrió un dolor punzante por diversas partes del cuerpo. Con la euforia no me había dado cuenta pero me sentía muy débil. Apenas había comido nada el día anterior y hasta hacía bien poco mi estado era más bien depresivo. El haberme levantado tan bruscamente tras haber pasado la noche en tan mala postura habían hecho que me mareara. Me quedé tendido en las escaleras retorciéndome de dolor.
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Me despierto de golpe, dando un bandazo con la cabeza y abro los ojos con igual brusquedad. Una sensación horrible me invade. Acababa de tener una pesadilla y me duele ligeramente la cabeza... aunque sospecho que eso último tiene sobre todo que ver por la forma y la hora a la que me he quedado dormido. También me duelen el cuello y los hombros. Las imágenes del sueño que estaba teniendo antes de despertar empiezan a formarse en mi mente. Un escalofrío me recorre la espalda al hacerlo e instintivamente me llevo las manos a la cara. Las retiro húmedas: debía de haber derramado algunas lágrimas mientras dormía. Las limpio entre apenado y furioso conmigo mismo. ¿Cuánto tiempo iba a...? Mis pensamientos se ven bruscamente interrumpidos cuando poso la vista en el libro que había estado estudiando por la noche. Estaba abierto, lo había dejado así, pero eso no era lo que llamó mi atención. Había ceniza sobre el libro. Entonces vi que la manga de la camiseta que utilizaba como pijama estaba chamuscada. La zona de la muñeca se había quemado. Miré las velas que había puesto para poder tener iluminación la noche anterior, ninguna se había derramado ni estaban tan cerca de mí como para que hubiera podido haber un pequeño accidente con ellas. El corazón comenzó a acelerarseme, recordando ya no la pesadilla en sí sino una parte muy concreta: había hecho magia. Pero no era posible, ¿o sí? Las manos me temblaban y no era capaz de pensar con claridad, soplé la ceniza fuera del libro y busqué el hechizo de invocar llamas, estaba tan nervioso que necesitaba volver a leer las instrucciones a pesar de que me las sabía de memoria. Las repetí, otra vez noté esa sensación que creía imaginación mía. Y la segunda vez que lo repetí, sucedió. Una llama se prendió en la punta de mis dedos, como la que había hecho Giz aquella mañana en la que descubrimos la existencia de la magia. Extinguí la llama y me quedé inmóvil unos instantes. Mi cara comenzó a iluminarse y de golpe salí del ensimismamiento. ¡Había hecho magia! Realicé de nuevo el hechizo para cerciorarme de que no había sido una ilusión, pero no lo era, ahí estaban las llamas. Por último probé el hechizo de curación para curarme la pequeña quemadura que se me había formado en la muñeca, posiblemente tan sólo por contacto con la ceniza ardiendo, pues era nimia. Funcionó, la quemadura desapareció al instante. Ya no me hizo falta más. Recogí bruscamente los cristales cargados que había llevado para practicar y salí como una exhalación del estudio. Estaba tan emocionado que llegué a las escaleras corriendo mientras llamaba a Giz, sin darme cuenta de que quizás hubiese gente todavía durmiendo.
-¡Giz! ¡Giz! ¡No te lo vas a...! ¡Aaaaaah!
Caí rodando unos cuantos escalones hasta ser capaz de detenerme en medio de la bajada. Me recorrió un dolor punzante por diversas partes del cuerpo. Con la euforia no me había dado cuenta pero me sentía muy débil. Apenas había comido nada el día anterior y hasta hacía bien poco mi estado era más bien depresivo. El haberme levantado tan bruscamente tras haber pasado la noche en tan mala postura habían hecho que me mareara. Me quedé tendido en las escaleras retorciéndome de dolor.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
17/01/12, 10:04 pm
Me levante y tosí. Eso es lo primero que hice al abrir los ojos a la mañana siguiente. Y lo segundo que hice fue buscar las heridas que supuestamente debía de tener en mi cuerpo después de haberme enfrentado a mis compañeros y Sezk con solo dos dagas en frente de toda su alucinante magia gracias al poder añadido que les daba el haberse metido entre pecho y espalda tantos nasem. Pero allí no había nada, ningún rascuño ni herida aparecía. Hasta mis ropas parecían bien. ¿Qué demonios? ¿Habría sido un sueño todo eso? Pero había sido todo tan real... las heridas, las miradas llenas de culpa y odio, el ahogamiento por tener que tragar en contra de mi voluntad esa horda de nasem... Me llevé una mano a la garganta al recordar eso último. Todo había sido tan condenadamente real...
Salí del cuarto como alma llevada por el diablo, abriendo de un portazo la puerta, y precipitandome por las escaleras en dirección al jardín. Necesitaba despejar mi mente, ya después descubriría si todo había sido un sueño o la pura realidad.
Pero a mitad del camino me encontré con el cuerpo de Noel, estaba tirado en el suelo y parecía dolorido. Me quedé petrificada. Por un momento lo único que fui capaz de ver fue el Noel al que le había amputado los dos brazos con mis propias manos. El mismo Noel que me miraba con odio y con culpa. Cerré los ojos y me llevé las manos a los ojos, frotandolos duramente para hacer desvanecer esa imagen. "Había sido un sueño. Había sido solo un sueño. Uno muy real pero un sueño..." me repetía una y otra vez intentando tranquilizarme. Por Nassandra, odiaba este sentimiento y debía controlarlo. La debílidad no conseguiría más que matarme, y eso si que no.
Al abrir los ojos nuevamente fui capaz de ver la realidad nuevamente, lejos de las traicioneras imagenes, para ver que aunque Noel no era el mismo del sueño, pues aún tenía las dos manos, algo no iba nada bien con él. Estaba claro que estaba sufriendo mil horrores por causas que desconocía. Me acerqué a él.
- Noel, ¿estas bien? - que pregunta más estúpida, por supuesto que no lo estaba, ¿acaso no tenía ojo? - Noel, contestame, ¿que te pasa? - le pregunté dudando en tocar su cuerpo o no, ¿sería contagioso lo que fuese que le ocurriese? Me caía bien el humano, pero mi sentido de supervivencia me mantenía un poco apartada de él - ¡Ayuda! ¡Que alguien venga, Noel esta enfermo! - grité a todo pulmón. Creo que con ese volumen hubiesen sido capaz de hacerme oir hasta en Asrena.
Salí del cuarto como alma llevada por el diablo, abriendo de un portazo la puerta, y precipitandome por las escaleras en dirección al jardín. Necesitaba despejar mi mente, ya después descubriría si todo había sido un sueño o la pura realidad.
Pero a mitad del camino me encontré con el cuerpo de Noel, estaba tirado en el suelo y parecía dolorido. Me quedé petrificada. Por un momento lo único que fui capaz de ver fue el Noel al que le había amputado los dos brazos con mis propias manos. El mismo Noel que me miraba con odio y con culpa. Cerré los ojos y me llevé las manos a los ojos, frotandolos duramente para hacer desvanecer esa imagen. "Había sido un sueño. Había sido solo un sueño. Uno muy real pero un sueño..." me repetía una y otra vez intentando tranquilizarme. Por Nassandra, odiaba este sentimiento y debía controlarlo. La debílidad no conseguiría más que matarme, y eso si que no.
Al abrir los ojos nuevamente fui capaz de ver la realidad nuevamente, lejos de las traicioneras imagenes, para ver que aunque Noel no era el mismo del sueño, pues aún tenía las dos manos, algo no iba nada bien con él. Estaba claro que estaba sufriendo mil horrores por causas que desconocía. Me acerqué a él.
- Noel, ¿estas bien? - que pregunta más estúpida, por supuesto que no lo estaba, ¿acaso no tenía ojo? - Noel, contestame, ¿que te pasa? - le pregunté dudando en tocar su cuerpo o no, ¿sería contagioso lo que fuese que le ocurriese? Me caía bien el humano, pero mi sentido de supervivencia me mantenía un poco apartada de él - ¡Ayuda! ¡Que alguien venga, Noel esta enfermo! - grité a todo pulmón. Creo que con ese volumen hubiesen sido capaz de hacerme oir hasta en Asrena.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
18/01/12, 12:02 am
Estaba tan débil y mareado que no era capaz de levantarme por mi cuenta. Psaron unos segundos hasta que apareció Caillech y me vio, pero me dio la impresión de haber estado media hora allí tirado. Necesitaba que alguien me ayudase a levantarme, por lo que me sentí agradecido de escuchar a Caillech. No podía ver con claridad pues todo me daba vueltas.
-Tranquila, Cail, estoy... estoy bien... más o menos. Sólo es un mareo, he sido un imprudente por haberme levantado de golpe estando tan débil. Pero no es nada... Sólo... sólo ayúdame a levantarme, por favor.
No podía pensar con toda la claridad que me gustaría pero al estar hablando con Caillech me puse a pensar en si sería prudente decir delante de ella que había conseguido hacer magia. Pero tampoco debía ocultarlo, ¿o sí? En cualquier caso no podía pensar con claridad en aquel momento y lo único que quería era que me ayudasen a tirarme en algún sillón.
-Tranquila, Cail, estoy... estoy bien... más o menos. Sólo es un mareo, he sido un imprudente por haberme levantado de golpe estando tan débil. Pero no es nada... Sólo... sólo ayúdame a levantarme, por favor.
No podía pensar con toda la claridad que me gustaría pero al estar hablando con Caillech me puse a pensar en si sería prudente decir delante de ella que había conseguido hacer magia. Pero tampoco debía ocultarlo, ¿o sí? En cualquier caso no podía pensar con claridad en aquel momento y lo único que quería era que me ayudasen a tirarme en algún sillón.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
18/01/12, 06:27 pm
Una voz que grita mi nombre me saca del sueño y me levanto rápidamente del pedestal de la estatua. << No ha sido un sueño >> o eso pienso mientras paso al interior del torreón. Lo que ocurrió ayer me había dejado conmocionado y todavía no me encontraba del todo bien. El chico ese... Lo que le afectaba, enfermedad, hechizo o lo que fuera, lo había dejado en un estado lamentable. Habría querido que no acabaran con su vida tan rápido, me habría gustado buscar algún hechizo mejor de curación para intentar salvarle, pero el resto tomó rápidamente la resolución de matarlo. << Quizá lo más realista >> me digo. Realmente el chico estaba sufriendo y no merecía la pena alargar más ese sufrimiento, pero para mí no resulta fácil matar a nadie. Tampoco para Noel, que fue quien lo llevó a cabo. Ayer habría querido hablar con él y preguntarle que tal se sentía, pero al final preferí irme a dormir y olvidarme de todo, rituales fúnebres de nuestra raza incluidos.
Nada más entrar descubro qué me había despertado. Me encuentro a Cai agachada y Noel tirado cerca de los últimos tramos de escalera. Cai dice que está enfermo y no parece querer tocarlo, porque lo ha dejado en el mismo sitio en el que ha caído. Yo sin embargo no me lo pienso y lo ayudo a incorporarse, dejando que se apoye sobre mí. Después lo llevo hasta el sofá, lo ayudo a sentarse y le presto mi poncho y algo de comida de la cocina, que acerco con un hechizo. No sé como afectan a los humanos las enfermedades y así el propio Noel puede coger lo que necesite.
-¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?-le pregunto tratando de no sonar asustado, a pesar de que la idea de que el chico de ayer podría haberle contagiado era difícil de aparcar.
Nada más entrar descubro qué me había despertado. Me encuentro a Cai agachada y Noel tirado cerca de los últimos tramos de escalera. Cai dice que está enfermo y no parece querer tocarlo, porque lo ha dejado en el mismo sitio en el que ha caído. Yo sin embargo no me lo pienso y lo ayudo a incorporarse, dejando que se apoye sobre mí. Después lo llevo hasta el sofá, lo ayudo a sentarse y le presto mi poncho y algo de comida de la cocina, que acerco con un hechizo. No sé como afectan a los humanos las enfermedades y así el propio Noel puede coger lo que necesite.
-¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?-le pregunto tratando de no sonar asustado, a pesar de que la idea de que el chico de ayer podría haberle contagiado era difícil de aparcar.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
18/01/12, 08:46 pm
Antes de que Caillech reaccionase, aparece Giz que se apresura en ayudarme a levantarme y llevarme hasta un sillón. Giz me ofrece su poncho y utiliza un hechizo para traer rápidamente comida.
-Gracias, Giz -digo tratando de sonreír-. No os preocupéis tanto, en serio. Me he caído por las escaleras porque me he mareado. Pero tiene una explicación muy simple en realidad. Me quedé dormido tirado sobre la mesa del estudio, por lo que no he dormido nada bien y estoy agotado. Además, ayer apenas probé bocado en todo el día. Cuando me desperté ocurrió... algo -pensé en Caillech aunque no la miré directamente, tampoco es que pudiera con el mareo que tenía-, algo que me hizo salir corriendo de golpe. Y fue un error sin duda, pero no me paré a pensar en ello. No sé si a vosotros os pasa, pero simplemente estoy débil por todo lo que os he contado y al haber sido tan brusco me mareé. Ahora todo me da vueltas y por eso no era capaz de levantarme. Me pondré bien cuando coma y descanse un poco. Os agradezco mucho vuestra preocupación -finalizo.
Me siento realmente mal y hablar me temblaba ligeramente la voz al hablar. Sin esperar mucho más me pongo a comer diversas cosas que me ha traído Giz, especialmente fruta. Me reprimo mentalmente una vez más por haber sido tan imprudente.
-Gracias, Giz -digo tratando de sonreír-. No os preocupéis tanto, en serio. Me he caído por las escaleras porque me he mareado. Pero tiene una explicación muy simple en realidad. Me quedé dormido tirado sobre la mesa del estudio, por lo que no he dormido nada bien y estoy agotado. Además, ayer apenas probé bocado en todo el día. Cuando me desperté ocurrió... algo -pensé en Caillech aunque no la miré directamente, tampoco es que pudiera con el mareo que tenía-, algo que me hizo salir corriendo de golpe. Y fue un error sin duda, pero no me paré a pensar en ello. No sé si a vosotros os pasa, pero simplemente estoy débil por todo lo que os he contado y al haber sido tan brusco me mareé. Ahora todo me da vueltas y por eso no era capaz de levantarme. Me pondré bien cuando coma y descanse un poco. Os agradezco mucho vuestra preocupación -finalizo.
Me siento realmente mal y hablar me temblaba ligeramente la voz al hablar. Sin esperar mucho más me pongo a comer diversas cosas que me ha traído Giz, especialmente fruta. Me reprimo mentalmente una vez más por haber sido tan imprudente.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
18/01/12, 09:25 pm
Alicia despertó sintiendo el calor de Mánia a su lado. Dejó pasar un tiempo, mientras rodaba sobre si misma para quedar bocaarriba, analizando una noche de la que no recordaba ningún sueño, bueno o malo. Dormir junto a aquella niña coleccionista de calaveras le calmaba. O quizás solo era el hecho de dormir con alguien. Echaba de menos a su gato.
Se permitió a si misma observar el techo blanco, y rodó un poco más con desgana para salir. Iba a hacerlo despacio, con cuidado de no despertar a Mánia, como ella había hecho la vez que le pidió dormir a su lado, pero un estruendo le hizo dar un respingo; saltó literalmente de la cama y corrió fuera de la habitación en busca del causante del sonido.
En las escaleras, Cail ayudaba a incorporarse a Noel. Bajó los peldaños de dos en dos:
- Noel! ¿estas bien?- pero el chico ya daba explicaciones a Cail sin echarle mucha importancia. Se aseguró de dejar claro que solo estaba debil y había sido un accidente. De repente, de verlo así, lo absurdo de la situación y el revuelo que había causado su caída, mezclado con un intenso alivio, hizo a Alicia echarse a reir. Le entró una risa tonta como no recordaba otra, y después de jadear para recuperar el aire, nuevas carcajadas sucedían a las anteriores.- ve......jajajajja yendo...... a jajajajaj comer......Noel.......no........JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJ AJAJAJ JAJAJAJJAJAJ no....esperes... ya se me pasjajaja. aaahhh, ahora voy, jiji, lo juro.
ni siquiera sabia si Noel se había quedado a escuchar el mensaje, pero le daba igual, es lo bueno de la risa, le quita importancia a todo. Se quedó un rato quieta, para que la respiración se regulase poco a poco, y bajó hasta donde comían. Ethan estaba de cocinero de nuevo. Vaya, incluso madruga. Alicia sonrió, con los ojos llorosos por su ataque momentos antes y echó, a Ethan de la cocina.
- Sientate Ethan, estas siempre de criada. Hoy hago yo el desayuno... Noel ya está comiendo... pero lo mismo te cabe un poco más, ¿no, Noel?
¡Huevos, genial!
Alicia dio un toque como el que daria a un huevo cualquiera, y se sorprendió de ver que no tenían ningun efecto. El huevo estaba realmente duro, y estuvo a punto de rendirse y pensar que les habían colado piedras como broma de mal gusto. Pero si presionabas con fuerza una abolladura de la cascara se abrían.
Segun se iban calmando las sensaciones, se puso mas seria:
- ¿que te hizo correr así, Noel? Has dicho que algo te hizo correr, pero no el qué. - Alicia ya se había unido al desayuno tras hacer huevos revueltos para todos.
Se permitió a si misma observar el techo blanco, y rodó un poco más con desgana para salir. Iba a hacerlo despacio, con cuidado de no despertar a Mánia, como ella había hecho la vez que le pidió dormir a su lado, pero un estruendo le hizo dar un respingo; saltó literalmente de la cama y corrió fuera de la habitación en busca del causante del sonido.
En las escaleras, Cail ayudaba a incorporarse a Noel. Bajó los peldaños de dos en dos:
- Noel! ¿estas bien?- pero el chico ya daba explicaciones a Cail sin echarle mucha importancia. Se aseguró de dejar claro que solo estaba debil y había sido un accidente. De repente, de verlo así, lo absurdo de la situación y el revuelo que había causado su caída, mezclado con un intenso alivio, hizo a Alicia echarse a reir. Le entró una risa tonta como no recordaba otra, y después de jadear para recuperar el aire, nuevas carcajadas sucedían a las anteriores.- ve......jajajajja yendo...... a jajajajaj comer......Noel.......no........JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJ AJAJAJ JAJAJAJJAJAJ no....esperes... ya se me pasjajaja. aaahhh, ahora voy, jiji, lo juro.
ni siquiera sabia si Noel se había quedado a escuchar el mensaje, pero le daba igual, es lo bueno de la risa, le quita importancia a todo. Se quedó un rato quieta, para que la respiración se regulase poco a poco, y bajó hasta donde comían. Ethan estaba de cocinero de nuevo. Vaya, incluso madruga. Alicia sonrió, con los ojos llorosos por su ataque momentos antes y echó, a Ethan de la cocina.
- Sientate Ethan, estas siempre de criada. Hoy hago yo el desayuno... Noel ya está comiendo... pero lo mismo te cabe un poco más, ¿no, Noel?
¡Huevos, genial!
Alicia dio un toque como el que daria a un huevo cualquiera, y se sorprendió de ver que no tenían ningun efecto. El huevo estaba realmente duro, y estuvo a punto de rendirse y pensar que les habían colado piedras como broma de mal gusto. Pero si presionabas con fuerza una abolladura de la cascara se abrían.
Segun se iban calmando las sensaciones, se puso mas seria:
- ¿que te hizo correr así, Noel? Has dicho que algo te hizo correr, pero no el qué. - Alicia ya se había unido al desayuno tras hacer huevos revueltos para todos.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/01/12, 09:24 am
Me sentí un poco mal por no ayudar a Noel a levantarse, que lo hiciese Giz en mi lugar nada más aparecer con cara preocupada por el humano. Todos sabían que de los dos él era el de mejor corazón, él que anteponía el bienestar de los demas sobre la de él, como lo hubiera hecho un miembro de mi antigua tribu. Pero no yo. Yo era especialista en mi propia supervivencia, en mantenerme a salvo de cualquier peligro. Aún sí, aún sabiendo que había sido mi propio instinto la que me había prohibido ayudar a Noel, el humano que me trataba como una igual y no como una asquerosa traidora, y no yo, me hacía sentir mal.
Giz llevó al sofá a Noel y le puso todo lo cómodo que podría estar uno en ese sitio. También le trajo algo de comida. La respuesta del humano sobre la razón de por qué se había caido me parecía muy lógica, teniendo en cuenta que su metabolismo no era tan resistente que el nuestro, pero aún así... si, había algo más, algo que no estaba contando. No se como lo supe, solo lo sabía, pues su mirada no me mostró nada. Es posible que fuese su lenguaje corporal o su tono, pero algo me había alertado de que escondía algo, pero ¿qué?
- Noel, hay algo que no nos cuentas - le dije tranquilamente -. ¿Qué pasa? ¿qué ocurrió cuando despertaste?
Y fue en ese momento, mientras aparecía Alicia también, que empezó a comer. Las imagenes de ese extraño sueño vinieron a mi. Hasta este día siempre había tenido el mismo y había deseado poder cambiarlo, pero ahora, cuando había pasado aquello que quería, realmente deseaba de vuelta mi antiguo sueño. El mio por lo menos no era tan real y tan sangriento.
Miré a mis compañeros y mi mente me volvió a jugar una mala pasada. En vez de ver a Noel comiendo frutas, vi al Noel de mis sueños, con esos locos y asesinos ojos, comiendo nasem. En vez de ver a Giz, veía a un Giz sin piernas que me miraba lleno de odio y maldad. Y en vez de ver a Alica, quien se encontraba riendo, la veía con una risa malvada, como si estuviese riendo de mi pateteco intento de salvarla, mientras veía parte de su cerebro del agujero que tenía en la cabeza. Era horrible. Y creo que parte de ese horror y miendo que sentía se filtró a mi cara, pese a estar intentando controlarlo. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- No era real, era un maldito sueño. No era real... - murmuré entre dientes, mientras una de mis manos tapaba mis ojos como si me estuviera doliendo la cabeza.
Por Nassandra, realmente deseaba mi antiguo sueño de vuelta, algo que jamás pensé que desearía. Por lo menos ese no me hacía ver cosas mientras estaba despierta, ese se limitaba a torturarme unicamente en el mundo de los sueños. Como debería de hacer un sueño normal y corriente, pero ya estaba probado que en este mundo nada era lo que debiera ser. Ni sus seres, ni los sueños...
Giz llevó al sofá a Noel y le puso todo lo cómodo que podría estar uno en ese sitio. También le trajo algo de comida. La respuesta del humano sobre la razón de por qué se había caido me parecía muy lógica, teniendo en cuenta que su metabolismo no era tan resistente que el nuestro, pero aún así... si, había algo más, algo que no estaba contando. No se como lo supe, solo lo sabía, pues su mirada no me mostró nada. Es posible que fuese su lenguaje corporal o su tono, pero algo me había alertado de que escondía algo, pero ¿qué?
- Noel, hay algo que no nos cuentas - le dije tranquilamente -. ¿Qué pasa? ¿qué ocurrió cuando despertaste?
Y fue en ese momento, mientras aparecía Alicia también, que empezó a comer. Las imagenes de ese extraño sueño vinieron a mi. Hasta este día siempre había tenido el mismo y había deseado poder cambiarlo, pero ahora, cuando había pasado aquello que quería, realmente deseaba de vuelta mi antiguo sueño. El mio por lo menos no era tan real y tan sangriento.
Miré a mis compañeros y mi mente me volvió a jugar una mala pasada. En vez de ver a Noel comiendo frutas, vi al Noel de mis sueños, con esos locos y asesinos ojos, comiendo nasem. En vez de ver a Giz, veía a un Giz sin piernas que me miraba lleno de odio y maldad. Y en vez de ver a Alica, quien se encontraba riendo, la veía con una risa malvada, como si estuviese riendo de mi pateteco intento de salvarla, mientras veía parte de su cerebro del agujero que tenía en la cabeza. Era horrible. Y creo que parte de ese horror y miendo que sentía se filtró a mi cara, pese a estar intentando controlarlo. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- No era real, era un maldito sueño. No era real... - murmuré entre dientes, mientras una de mis manos tapaba mis ojos como si me estuviera doliendo la cabeza.
Por Nassandra, realmente deseaba mi antiguo sueño de vuelta, algo que jamás pensé que desearía. Por lo menos ese no me hacía ver cosas mientras estaba despierta, ese se limitaba a torturarme unicamente en el mundo de los sueños. Como debería de hacer un sueño normal y corriente, pero ya estaba probado que en este mundo nada era lo que debiera ser. Ni sus seres, ni los sueños...
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
20/01/12, 07:28 pm
Mánia se despertó al notar un movimiento brusco. Alicia se había levantado de un salto y había salido a toda prisa de la habitación, pero al oír una risa al poco de marcharse la chica, Mánia decidió que no había motivo para preocuparse y remoloneó un rato más en la cama. Se estiró bien estirada antes de poner los pies en el frío suelo y salir en busca de algo bonito que ponerse. Encontró un vestido negro de tirantes bastante sencillo y bastante más largo de lo que solía llevar, pero era cómodo y el cuelo de la falda le divertía, así que se lo dejó puesto. Bajó las escaleras bostezando y saludó a los demás con un gesto sin preguntarse qué hacía Noel en el sofá tan bien atendido por los lagartos, fue a la cocina y secuertró algo de carbón del horno antes de salir al jardín. Tras recolectar la cantidad necesaria de aceite, fabricó kohl negro y se lo aplicó en los ojos, decorándolos como buenamente pudo << Necesito algo para pintar mejor...>> pensó recordando cómo era el maquillaje que usaba en Libo. Se peinó un poco valiéndose de un cubo de agua como espejo y cogió su calavera roja, ya seca, antes de entrar de nuevo al torreón y sentarse a la mesa.
-Tengo hambre.- anunció y secuestró un plato de lo que fuera que hubiese cocinado Alicia- Está rico- concedió, aunque los huevos no eran frecuentes en su dieta y no estaba acostumbrada a comerlos.
-Tengo hambre.- anunció y secuestró un plato de lo que fuera que hubiese cocinado Alicia- Está rico- concedió, aunque los huevos no eran frecuentes en su dieta y no estaba acostumbrada a comerlos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/01/12, 04:01 pm
Mientras comía ávidamente algunas frutas y queso, aparecieron Alicia y Mánia. La primera al escuchar mi explicación tuvo una reacción contraria a la de Caillech y se echó a reír a carcajadas. La miré con expresión indescifrable, no estaba seguro sobre qué pensar de tal reacción. Sin duda no era como para preocuparse demasiado, pero tampoco le veía la gracia. De todas formas no es que tuviese muchas ganas de reírme en aquel momento, aún me dolía todo por el golpe en las escaleras, me sentía débil y enfadado conmigo mismo por haber sido tan imprudente. Seguí comiendo en la cocina con los demás, Alicia había hecho huevos entre otras cosas, Ethan ya estaba allí también. Como era de esperar, pronto la conversación versó sobre el suceso que me había turbado tanto como para hacerme salir corriendo. Quizás debí haber omitido esa parte pero no sabía como explicar que me había caído por las escaleras. Preferíria no hablar de ello tan pronto delante de Caillech, pero no tenía otra opción. Tampoco es que quisiera mentirle, pero no sabía muy bien cual iba a ser su reacción. Sin embargo mientras lo meditaba recordé que había hecho magia, recordé la satisfacción que sentí y se me escapó una sonrisa sin poder evitarlo. Los miré enigmáticamente a todos y, sonriente, realicé el hechizo de creación de llamas, que prendieron en la punta de mis dedos durante unos segundos.
-Por esto, ha sido por esto.
-Por esto, ha sido por esto.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/01/12, 10:08 pm
Estaba consiguiendo unos buenos resultados en mi pequeña batalla mental contra el sueño, que aún deseaba adentrarme en su oscuro y sangriento mundo, para alejarlo del mundo real, para alejarlo del aquí y ahora. Este era mi mundo, no ese. Esta era mi realidad, no la que me mostró. Mis compeñeros, y si amigos ( era un término que había comenzado a emplear para referirme a ellos, aaunque aún seguía siendo bastante inexperta en todo eso de socializar), no eran los mostruos sin razón a quienes solo les motivaba el ánsias de poder, sin importar los medios para lograrlo o a quien debieran matar para tal fin. Y yo, Caillech, no los había matado ni los había lamistado de alguna horrible forma.
Empezaba a pensar que lograría salir victoriosa, que podría olvidarme de todo eso y volver a la normalidad, sin ver ninguna de esas horribles imágenes que me atormentaban desde el momento que abrí los ojos esta mañana. Pero ¿de verdad creía que la fortuna me hecharía un mano esta vez cuando nunca antes lo había hecho? Por desgracia, estúpida de mi, si que creí que fuera posible. Es por eso que me impactó tanto el ver crear a Noel esas llamas.
Las imagenes bombardearon mi mente. La bolsa, los nasem, los demás atacandome, yo lastimandolos fatalmente... No, no podía estar realmente pasando esto. Se suponía que era un sueño, que solo en mis sueños alguién como Noel podría conseguir la magia. Esto estaba mal, realmente mal. Debía de haber comido algún nasem, debio de hacerlo. No había otra explicación.
Mi cuerpo reaccionó al peligro instintivamente. Saqué mi espada y una de mis dagas y le dirigí una mirada que a los que debieron de verme desde fuera debio de parecerles un poco loco aunque yo no me percaté.
- Está pasando, está volviendo a ocurrir todo. No permitiré que se repita nuevamente - dije en un siseo antes de mi voz se volviera inquisitiva -. Donde está la bolsa, donde estan los nasem que no te has comido aún. Debo alejarlos de aquí antes de que sea demasiado tarde para todos. Vosotros no habeis visto lo que a continuación ocurre, no conoceis todo el horror que he visto, y yo no deseo volver a vivirlo - le dirigí una mirada implorante -. Por favor, Noel, dime su localización por las buenas y nadie saldrá herido así esta vez. No quiero dañaros o mataros... otra vez... - mi cuerpo estaba en tensión, preparada para que el ataque que estaba esperando sucediese. Mi mente estaba segura que de un momento a otro los ojos de Noel se volverían fríos y locos, que se convertirían en el monstruo que ya había visto en ese sueño/¿premonición?
Empezaba a pensar que lograría salir victoriosa, que podría olvidarme de todo eso y volver a la normalidad, sin ver ninguna de esas horribles imágenes que me atormentaban desde el momento que abrí los ojos esta mañana. Pero ¿de verdad creía que la fortuna me hecharía un mano esta vez cuando nunca antes lo había hecho? Por desgracia, estúpida de mi, si que creí que fuera posible. Es por eso que me impactó tanto el ver crear a Noel esas llamas.
Las imagenes bombardearon mi mente. La bolsa, los nasem, los demás atacandome, yo lastimandolos fatalmente... No, no podía estar realmente pasando esto. Se suponía que era un sueño, que solo en mis sueños alguién como Noel podría conseguir la magia. Esto estaba mal, realmente mal. Debía de haber comido algún nasem, debio de hacerlo. No había otra explicación.
Mi cuerpo reaccionó al peligro instintivamente. Saqué mi espada y una de mis dagas y le dirigí una mirada que a los que debieron de verme desde fuera debio de parecerles un poco loco aunque yo no me percaté.
- Está pasando, está volviendo a ocurrir todo. No permitiré que se repita nuevamente - dije en un siseo antes de mi voz se volviera inquisitiva -. Donde está la bolsa, donde estan los nasem que no te has comido aún. Debo alejarlos de aquí antes de que sea demasiado tarde para todos. Vosotros no habeis visto lo que a continuación ocurre, no conoceis todo el horror que he visto, y yo no deseo volver a vivirlo - le dirigí una mirada implorante -. Por favor, Noel, dime su localización por las buenas y nadie saldrá herido así esta vez. No quiero dañaros o mataros... otra vez... - mi cuerpo estaba en tensión, preparada para que el ataque que estaba esperando sucediese. Mi mente estaba segura que de un momento a otro los ojos de Noel se volverían fríos y locos, que se convertirían en el monstruo que ya había visto en ese sueño/¿premonición?
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/01/12, 11:31 pm
Nada me habría podido preparar para lo que sucedió a continuación. Creía que Caillech se deprimiría o volvería a ponerse rabiosa como cuando Mánia fue capaz de hacer magia. Pero lo último que esperaba fueron unas palabras tan indescrifrables como las que me dirigió. ¿Nasem? ¿Qué era eso? Me sonaba de cuando nos habían hablado de su planeta pero no conseguía recordar exactamente qué era. De todas formas nada de lo que dijo tuvo mucho sentido para mí. La miré con expresión perpleja y sin saber muy bien qué decir. Además hablaba de volver a dañarnos o matarnos otra vez. Supuse por esto último que habría tenido una pesadilla, pero no alcancé a comprender mucho más.
-Perdona, Cai, pero me temo que no entiendo de qué estás hablando -dije tratando de sonar lo más sincero posible-. No comprendo tus palabras, pero puedo deducir que has tenido una especie de pesadilla. Lo cierto es que yo también tuve una -decidí que quizás era lo mejor darles todos los detalles de como empecé a hacer magia-. Veréis, esta noche me encerré en el despacho a practicar magia, no he dejado de hacerlo a pesar de ser completamente incapaz hasta el momento. Pero ayer algo cambió, comencé a sentir una especie de energía cuando realizaba los pasos necesarios para hacer el hechizo, aunque nada ocurrió. Estando ya cerca el amanecer, me quedé dormido tirado sobre la mesa. Y tuve una pesadilla. Soñé que aparecía de nuevo el muchacho que... que maté ayer -vacilé un poco al recordar de nuevo lo que me había estado atormentando en las últimas horas-. En mi sueño se estaba convirtiendo en el engendro apestoso que nos persiguió la primera vez que salimos a buscar comida, y yo lo mataba. Pero no con un arma, sino que sin pensarlo empezaba a hacer magia y calcinaba su cuerpo una y otra vez -hice una mueca de disgusto, el sueño me había dejado una sensación terrible que prefería olvidar-. Cuando desperté noté algo extraño, una manga del pijama estaba chamuscada- la alce para que la vieran-. Lo hice yo mientras dormía. Comprenderéis la emoción que sentí, especialmente cuando me cercioré de que era capaz de hacer magia al fin. Salí corriendo del estudio para contárselo a Giz y el resto ya lo sabéis. No tengo ni idea de por qué ahora sí puedo hacer magia, ha de haber alguna explicación para ello, pero no alcanzo a comprender cual puede ser la razón.
Finalicé mi discurso mirándolos a todos, esperando su reacción, especialmente la de Caillech.
-Perdona, Cai, pero me temo que no entiendo de qué estás hablando -dije tratando de sonar lo más sincero posible-. No comprendo tus palabras, pero puedo deducir que has tenido una especie de pesadilla. Lo cierto es que yo también tuve una -decidí que quizás era lo mejor darles todos los detalles de como empecé a hacer magia-. Veréis, esta noche me encerré en el despacho a practicar magia, no he dejado de hacerlo a pesar de ser completamente incapaz hasta el momento. Pero ayer algo cambió, comencé a sentir una especie de energía cuando realizaba los pasos necesarios para hacer el hechizo, aunque nada ocurrió. Estando ya cerca el amanecer, me quedé dormido tirado sobre la mesa. Y tuve una pesadilla. Soñé que aparecía de nuevo el muchacho que... que maté ayer -vacilé un poco al recordar de nuevo lo que me había estado atormentando en las últimas horas-. En mi sueño se estaba convirtiendo en el engendro apestoso que nos persiguió la primera vez que salimos a buscar comida, y yo lo mataba. Pero no con un arma, sino que sin pensarlo empezaba a hacer magia y calcinaba su cuerpo una y otra vez -hice una mueca de disgusto, el sueño me había dejado una sensación terrible que prefería olvidar-. Cuando desperté noté algo extraño, una manga del pijama estaba chamuscada- la alce para que la vieran-. Lo hice yo mientras dormía. Comprenderéis la emoción que sentí, especialmente cuando me cercioré de que era capaz de hacer magia al fin. Salí corriendo del estudio para contárselo a Giz y el resto ya lo sabéis. No tengo ni idea de por qué ahora sí puedo hacer magia, ha de haber alguna explicación para ello, pero no alcanzo a comprender cual puede ser la razón.
Finalicé mi discurso mirándolos a todos, esperando su reacción, especialmente la de Caillech.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 01:01 am
- Oh Noel! es genial!- dijo Alicia- Yo, la verdad, empezaré a practicar más magia, he leido ya muchos hechizos, y los tengo casi todos ellos memorizados, pero no los uso. La verdad, quizas debería usarlos solo por usarlos en vez de esperar algo concreto, o se me olvidarán.
Terminó de desayunar y se levantó, tenía que seguir con sus entrenamientos diarios. Su puntería estaba mejorando, estaba casi segura. Y cada vez podía pasar mas tiempo antes de cansarse, era una buena señal. Y estaba la magia. Era cierto. tenía que usarla más. Sacó su moneda del bolsillo, hacía tiempo que no la lanzaba. La hizo levitar sobre la palma de la mano mientras subia las escaleras, y mas tarde, girar en el aire cada vez más rápido, hasta que solo se veía una esfera borrosa y metálica. El hechizo se detuvo al rato, y tuvo que atrapar la moneda para que no cayese escaleras abajo.
Terminó de desayunar y se levantó, tenía que seguir con sus entrenamientos diarios. Su puntería estaba mejorando, estaba casi segura. Y cada vez podía pasar mas tiempo antes de cansarse, era una buena señal. Y estaba la magia. Era cierto. tenía que usarla más. Sacó su moneda del bolsillo, hacía tiempo que no la lanzaba. La hizo levitar sobre la palma de la mano mientras subia las escaleras, y mas tarde, girar en el aire cada vez más rápido, hasta que solo se veía una esfera borrosa y metálica. El hechizo se detuvo al rato, y tuvo que atrapar la moneda para que no cayese escaleras abajo.
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- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 12:27 pm
Había pillado desprevenidos a todos, nadie esperaba que me pusiera de la manera que me puse. Estaban acostumbrados a mis rabietas y enfado cuando alguien más lograba hacer mágia frente a mi mientras que yo seguía siendo una nula en eso. Pero había comenzado a superar, poco a poco, esas fugas de mal genio. No lo tenía del todo controlado, pero es posible que en otra situción más normal yo no hubiese pillado el berrinche de la última vez. Es posible que hasta hubiese sido capaz de felicitar a Noel por conseguir la magia, teniendo en cuenta cuanto había estado practicando para conseguirlo a pesar de sus anteriores fracasos. Jamás se rindió, no como yo, y eso habría sido razón de admiración de mi parte, pero después de ver aquella premonión... no sabía que pensar.
Miré fijamente a Noel mientras intentaba tranquilizarme, razonar conmigo y explicarme toda la situación. ¿Decía la verdad al afirmar que no sabía de que hablaba? Olfateé en su dirección. Había descubierto que los humanos empiezan a segregar esa agua por su cuerpo (sudor le llaman ellos) cuando estaban mintiendo o estaban nervioso. Era algo inconsciente que hacían. Y, según me dijo mi olfato, no estaba mintiendo. Lo que me llevaba a mi segunda pregunta: ¿Sería cierto que solo fue una simple pesadilla a la que estaba dandole demasiada importancia? Pero había parecido tan real todo...
Estaba confundida. No sabía que pensar ni que hacer, pero realmente quería creerlo, quería creer que aquello que vi no se repetiría nuevamente. Dejé caer la espada y la daga al suelo mientras me apollaba contra una pared con la mirada baja y mis manos en la cabeza.
- Yo... lo siento - susurré - Yo también soñé. Tuve un sueño terrible. En él yo entraba en el torreón y vosotros me pediais abrir una bolsa que ni con magia podiais abrir - les sonreí tristemente mientras levantaba un poco la cabeza -. Me sentía importante, me sentía útil, por aportar algo, pero entonces empezó a ir todo mal. Cuando conseguí lo que me pedisteis de su interior salieron nasem - miré a aquellos que no eran de mi tierra natal - son unos seres sagrados para nosotros, de los cuales los Ranta consiguien su poder y su locura asesina, cuando los comen, como ya habeis visto esto último en Sezk - no se si ya habían empezado a juntar las piezas y supondrian lo que vendría a continuación. Suspiré -. Vi como empezabais a comeroslos, pese a mis negativas, y como conseguiais poder. Todos erais capaces de hacer magia, hasta tu Noel. Y entonces las cosas empezaron a ponerse tenebrosas - volví a bajar la mirada -. Yo intenté deteneros, dañandoos lo menos posible mientrais intentabais matarme, pero fue inutil, yo... yo os maté... era horrible... vuestro aspecto era... - no pude seguir por un momento abrumada por todas esas imagenes. Cuando conseguí reconponerme un poco miré a Noel - Es por eso que me puse así al verte hacer magia, yo creía que la pesadilla volvería a repetirse, que debería mataros nuevamente. Yo.. lo siento, siento haberos asustado, pero era tan real... - mi mirada por último se perdió en la lejanía.
Miré fijamente a Noel mientras intentaba tranquilizarme, razonar conmigo y explicarme toda la situación. ¿Decía la verdad al afirmar que no sabía de que hablaba? Olfateé en su dirección. Había descubierto que los humanos empiezan a segregar esa agua por su cuerpo (sudor le llaman ellos) cuando estaban mintiendo o estaban nervioso. Era algo inconsciente que hacían. Y, según me dijo mi olfato, no estaba mintiendo. Lo que me llevaba a mi segunda pregunta: ¿Sería cierto que solo fue una simple pesadilla a la que estaba dandole demasiada importancia? Pero había parecido tan real todo...
Estaba confundida. No sabía que pensar ni que hacer, pero realmente quería creerlo, quería creer que aquello que vi no se repetiría nuevamente. Dejé caer la espada y la daga al suelo mientras me apollaba contra una pared con la mirada baja y mis manos en la cabeza.
- Yo... lo siento - susurré - Yo también soñé. Tuve un sueño terrible. En él yo entraba en el torreón y vosotros me pediais abrir una bolsa que ni con magia podiais abrir - les sonreí tristemente mientras levantaba un poco la cabeza -. Me sentía importante, me sentía útil, por aportar algo, pero entonces empezó a ir todo mal. Cuando conseguí lo que me pedisteis de su interior salieron nasem - miré a aquellos que no eran de mi tierra natal - son unos seres sagrados para nosotros, de los cuales los Ranta consiguien su poder y su locura asesina, cuando los comen, como ya habeis visto esto último en Sezk - no se si ya habían empezado a juntar las piezas y supondrian lo que vendría a continuación. Suspiré -. Vi como empezabais a comeroslos, pese a mis negativas, y como conseguiais poder. Todos erais capaces de hacer magia, hasta tu Noel. Y entonces las cosas empezaron a ponerse tenebrosas - volví a bajar la mirada -. Yo intenté deteneros, dañandoos lo menos posible mientrais intentabais matarme, pero fue inutil, yo... yo os maté... era horrible... vuestro aspecto era... - no pude seguir por un momento abrumada por todas esas imagenes. Cuando conseguí reconponerme un poco miré a Noel - Es por eso que me puse así al verte hacer magia, yo creía que la pesadilla volvería a repetirse, que debería mataros nuevamente. Yo.. lo siento, siento haberos asustado, pero era tan real... - mi mirada por último se perdió en la lejanía.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 12:37 pm
Mánia vio las llamitas, de lejos pero las vio. ¡Noel podía hacer magia!! ¡Justo como ella!! ¿También se podía hacer magia en sueños? Eso era peligroso a la par que divertido, Mánia se imaginó flotando sonámbula por el torreón, o haciendo bailar objetos a su alrededor, o quemando cosas y creando animales de fuego que corretearan por la habitación. Eso le hizo reír. Puede que poco a poco todos acabasen haciendo magia, tarde o temprano, seguro que era solo cuestión de tiempo, ya que los que no habían podido hacer magia al principio lo lograron varios intentos después... Era lo que a ella le había ocurrido, ¿no? Sintió lástima por Cail, parecía que le estaba costando dejar a la magia entrar en ella... Tal vez fuera eso, ese rechazo asustaba a la magia y por eso no quería entrar en Cail... Pensó en decírselo pero vio como se ponía agresiva. Había sacado la espada contra Noel << Se ha vuelto loca>> Además Alicia no parecía haberse percatado de ello. Lentamente y con disimulo se bajó de la silla y fue hacia su sillón, donde tenía sus garras. Se las puso y el hechizo de impulso acarició su lengua, a la espera de lo que hacían unos y otros...
Era una locura, Cail era más fuerte que ella, pero Noel no parecía muy en forma esa mañana, Alicia se había esfumado... Giz estaba. Giz era bueno con la magia. << ¿Tendremos locos aquí como en Maciel?>> Mánia esperaba que no, deseaba que no. No quería atacar a Cail, estaba demasiado cómoda en aquél grupo, no quería que todo se viniese abajo. Apretó los puños y respiró hondo varias veces, tratando de calmarse, pero sin bajar la guardia.
Caillech se calmó, y Mánia se relajó. No había tenido que hacer nada, pero aún así se había llevado un buen susto. Esa obsesión rara que tenía con la magia era... demasiado. Además de rara y tonta iba a acabar volviéndola loca como al otro lagarto. Cail era fuerte, ¿por qué se obsesionaba con la magia? Decidió que la vigilaría, desde lejos. Alicia era de las que más magia tenían en el grupo y no quería ni pensar en lo que pasaría si a Cail se le fuera la pinza y decidiera hacerle daño.
-Voy a entrenar- dijo con sequedad.
Cogió su libro de hechizos y subió a la cuarta planta. Allí realizó algunos calentamientos y ejercicios antes de entrenar con los mismo troncos que había usado siempre. De un tiempo a esta parte había imitado la idea de la lagarta de llevar pesos en los pies, no podía ser tan debilucha, y eso le daría también más resistencia. Una vez acabó el entrenamiento físico y los talismanes que llevaba se hubieron cargado, se sentó en un rincón y empezó a estudiar su libro. Estaba mucho más relajada, y eso le ayudó a concentrarse. Cada vez se distraía menos cuando estudiaba...
NOTA: Cail, tía, me has pisado el post, ya te vale. Podrías pasarte por el xat para preguntar alguna vez, que no es la primera vez que lo haces.
Era una locura, Cail era más fuerte que ella, pero Noel no parecía muy en forma esa mañana, Alicia se había esfumado... Giz estaba. Giz era bueno con la magia. << ¿Tendremos locos aquí como en Maciel?>> Mánia esperaba que no, deseaba que no. No quería atacar a Cail, estaba demasiado cómoda en aquél grupo, no quería que todo se viniese abajo. Apretó los puños y respiró hondo varias veces, tratando de calmarse, pero sin bajar la guardia.
Caillech se calmó, y Mánia se relajó. No había tenido que hacer nada, pero aún así se había llevado un buen susto. Esa obsesión rara que tenía con la magia era... demasiado. Además de rara y tonta iba a acabar volviéndola loca como al otro lagarto. Cail era fuerte, ¿por qué se obsesionaba con la magia? Decidió que la vigilaría, desde lejos. Alicia era de las que más magia tenían en el grupo y no quería ni pensar en lo que pasaría si a Cail se le fuera la pinza y decidiera hacerle daño.
-Voy a entrenar- dijo con sequedad.
Cogió su libro de hechizos y subió a la cuarta planta. Allí realizó algunos calentamientos y ejercicios antes de entrenar con los mismo troncos que había usado siempre. De un tiempo a esta parte había imitado la idea de la lagarta de llevar pesos en los pies, no podía ser tan debilucha, y eso le daría también más resistencia. Una vez acabó el entrenamiento físico y los talismanes que llevaba se hubieron cargado, se sentó en un rincón y empezó a estudiar su libro. Estaba mucho más relajada, y eso le ayudó a concentrarse. Cada vez se distraía menos cuando estudiaba...
NOTA: Cail, tía, me has pisado el post, ya te vale. Podrías pasarte por el xat para preguntar alguna vez, que no es la primera vez que lo haces.
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