Torreón Letargo (Archivo II)
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Administración
Rocavarancolia Rol
Yber
Giniroryu
Sevent
Alicia
Caillech
17 participantes
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Torreón Letargo (Archivo II)
09/11/11, 08:05 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Oía pasos detras de mi, pero en ningún momento miré atras para comprobar si eran los humanos o el ser quien me perseguía. Tampoco me quité la mano de la nariz, el intenso hedor me habría frenado al instante. Hacer cualquiera de las dos cosas solo haría que perdiera unos valiosos segundos que podrían ser la diferencia entre mi vida o mi muerte a manos de aquel apestoso ser. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Solo la imagen de él comiendo mi cuerpo inerte me ponía enferma. Esa era, en definitiva, la peor final para alguien como yo, terminar anclada a alguien como eso. No había ni peor muerte ni peor destino, estaba segura. Era un destino que no le esperaba ni a mi peor enemigo, ni siquiera a un Ranta.
Mientras corría más de una vez maldecí a mi suerte. No podía haber sido un ser que no poseyera olor, no debía ser el engendro que peor olía de toda la ciudad quien nos debía de perseguir. Las estrellas no debían de estar muy contentas conmigo para hacerme tal cosa. Ciertamente, no era de su agrado. Eso era algo que había descubierto hace mucho tiempo, el mismo día que me expulsaron de la tribu por un crimen que no era mío.
A mitad del recorrido mis pulmones empezaron a pedirme más aire de la que le facilitaba por la mordaza que tenía por mano alrededor de ellos. Debía encontrar un lugar pronto donde el aire fuera minimamente respirable o perder al engendro de vista, sino no sabía lo que podría llegar a pasar. Y lo cierto era que prefería no pensar en ello. Esas imagenes o pensamientos no me ayudarían en nada a salir de esta. No me servían de nada más que para ponerme peor y como tal los expulsé de mi mente, encerrándolos bajo llabe en algún rincón oscuro de la que no pudiera salir.
Nadie puede describir, entonces, mi dicha y alegría cuando vi como se alzaba una torre no a muchos metros de mí. ¡Si!, grité para mis adentros, esa debía ser la otra torre de la que nos habían hablado aquella pareja, la torre que nos mantendría a salvo. Debía llegar allí a toda costa, no podría aguantar mucho más de la forma que estaba.
Reuní todas las fuerzas que aún tenía y los empleé para alargar aún más las zancadas. Mientras más cerca veía la torre más esfuerzo hacía yo para acortar aún más la distancia hasta que desapareció dicha distancia. Entré como una exalación, de la misma forma que había entrado en la otra torre, aunque esta vez no me impulsaba el enfado sino las ganas de sobrevivir. Nada más transpasar el umbral di una gran bocanada de aire mientras me quitaba la mano de la cara.
- Si, esto es otra cosa - dije mientras me hacía con cuanto aire podía almacenar mis pulmones, parecía que quisiera succionarlo. Ciertamente, no deseaba pasar por aquella esperiencia jamás. Ya podía aprender muchas cosas que no pensaba pasar por semejante dolor sensorial nuevamente. - Por, Nasandra, esto duele... - me doilían la nariz. Me volvía a llevar las manos a esta con la esperanza de que así disminuyese el dolor punzante. Hasta ahora no me había permitido sentir nada, pero en estos momentos me venía la factura por haber pasado tanto tiempo con aquel ser de olor tan penetrante.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/01/12, 10:08 pm
Estaba consiguiendo unos buenos resultados en mi pequeña batalla mental contra el sueño, que aún deseaba adentrarme en su oscuro y sangriento mundo, para alejarlo del mundo real, para alejarlo del aquí y ahora. Este era mi mundo, no ese. Esta era mi realidad, no la que me mostró. Mis compeñeros, y si amigos ( era un término que había comenzado a emplear para referirme a ellos, aaunque aún seguía siendo bastante inexperta en todo eso de socializar), no eran los mostruos sin razón a quienes solo les motivaba el ánsias de poder, sin importar los medios para lograrlo o a quien debieran matar para tal fin. Y yo, Caillech, no los había matado ni los había lamistado de alguna horrible forma.
Empezaba a pensar que lograría salir victoriosa, que podría olvidarme de todo eso y volver a la normalidad, sin ver ninguna de esas horribles imágenes que me atormentaban desde el momento que abrí los ojos esta mañana. Pero ¿de verdad creía que la fortuna me hecharía un mano esta vez cuando nunca antes lo había hecho? Por desgracia, estúpida de mi, si que creí que fuera posible. Es por eso que me impactó tanto el ver crear a Noel esas llamas.
Las imagenes bombardearon mi mente. La bolsa, los nasem, los demás atacandome, yo lastimandolos fatalmente... No, no podía estar realmente pasando esto. Se suponía que era un sueño, que solo en mis sueños alguién como Noel podría conseguir la magia. Esto estaba mal, realmente mal. Debía de haber comido algún nasem, debio de hacerlo. No había otra explicación.
Mi cuerpo reaccionó al peligro instintivamente. Saqué mi espada y una de mis dagas y le dirigí una mirada que a los que debieron de verme desde fuera debio de parecerles un poco loco aunque yo no me percaté.
- Está pasando, está volviendo a ocurrir todo. No permitiré que se repita nuevamente - dije en un siseo antes de mi voz se volviera inquisitiva -. Donde está la bolsa, donde estan los nasem que no te has comido aún. Debo alejarlos de aquí antes de que sea demasiado tarde para todos. Vosotros no habeis visto lo que a continuación ocurre, no conoceis todo el horror que he visto, y yo no deseo volver a vivirlo - le dirigí una mirada implorante -. Por favor, Noel, dime su localización por las buenas y nadie saldrá herido así esta vez. No quiero dañaros o mataros... otra vez... - mi cuerpo estaba en tensión, preparada para que el ataque que estaba esperando sucediese. Mi mente estaba segura que de un momento a otro los ojos de Noel se volverían fríos y locos, que se convertirían en el monstruo que ya había visto en ese sueño/¿premonición?
Empezaba a pensar que lograría salir victoriosa, que podría olvidarme de todo eso y volver a la normalidad, sin ver ninguna de esas horribles imágenes que me atormentaban desde el momento que abrí los ojos esta mañana. Pero ¿de verdad creía que la fortuna me hecharía un mano esta vez cuando nunca antes lo había hecho? Por desgracia, estúpida de mi, si que creí que fuera posible. Es por eso que me impactó tanto el ver crear a Noel esas llamas.
Las imagenes bombardearon mi mente. La bolsa, los nasem, los demás atacandome, yo lastimandolos fatalmente... No, no podía estar realmente pasando esto. Se suponía que era un sueño, que solo en mis sueños alguién como Noel podría conseguir la magia. Esto estaba mal, realmente mal. Debía de haber comido algún nasem, debio de hacerlo. No había otra explicación.
Mi cuerpo reaccionó al peligro instintivamente. Saqué mi espada y una de mis dagas y le dirigí una mirada que a los que debieron de verme desde fuera debio de parecerles un poco loco aunque yo no me percaté.
- Está pasando, está volviendo a ocurrir todo. No permitiré que se repita nuevamente - dije en un siseo antes de mi voz se volviera inquisitiva -. Donde está la bolsa, donde estan los nasem que no te has comido aún. Debo alejarlos de aquí antes de que sea demasiado tarde para todos. Vosotros no habeis visto lo que a continuación ocurre, no conoceis todo el horror que he visto, y yo no deseo volver a vivirlo - le dirigí una mirada implorante -. Por favor, Noel, dime su localización por las buenas y nadie saldrá herido así esta vez. No quiero dañaros o mataros... otra vez... - mi cuerpo estaba en tensión, preparada para que el ataque que estaba esperando sucediese. Mi mente estaba segura que de un momento a otro los ojos de Noel se volverían fríos y locos, que se convertirían en el monstruo que ya había visto en ese sueño/¿premonición?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
21/01/12, 11:31 pm
Nada me habría podido preparar para lo que sucedió a continuación. Creía que Caillech se deprimiría o volvería a ponerse rabiosa como cuando Mánia fue capaz de hacer magia. Pero lo último que esperaba fueron unas palabras tan indescrifrables como las que me dirigió. ¿Nasem? ¿Qué era eso? Me sonaba de cuando nos habían hablado de su planeta pero no conseguía recordar exactamente qué era. De todas formas nada de lo que dijo tuvo mucho sentido para mí. La miré con expresión perpleja y sin saber muy bien qué decir. Además hablaba de volver a dañarnos o matarnos otra vez. Supuse por esto último que habría tenido una pesadilla, pero no alcancé a comprender mucho más.
-Perdona, Cai, pero me temo que no entiendo de qué estás hablando -dije tratando de sonar lo más sincero posible-. No comprendo tus palabras, pero puedo deducir que has tenido una especie de pesadilla. Lo cierto es que yo también tuve una -decidí que quizás era lo mejor darles todos los detalles de como empecé a hacer magia-. Veréis, esta noche me encerré en el despacho a practicar magia, no he dejado de hacerlo a pesar de ser completamente incapaz hasta el momento. Pero ayer algo cambió, comencé a sentir una especie de energía cuando realizaba los pasos necesarios para hacer el hechizo, aunque nada ocurrió. Estando ya cerca el amanecer, me quedé dormido tirado sobre la mesa. Y tuve una pesadilla. Soñé que aparecía de nuevo el muchacho que... que maté ayer -vacilé un poco al recordar de nuevo lo que me había estado atormentando en las últimas horas-. En mi sueño se estaba convirtiendo en el engendro apestoso que nos persiguió la primera vez que salimos a buscar comida, y yo lo mataba. Pero no con un arma, sino que sin pensarlo empezaba a hacer magia y calcinaba su cuerpo una y otra vez -hice una mueca de disgusto, el sueño me había dejado una sensación terrible que prefería olvidar-. Cuando desperté noté algo extraño, una manga del pijama estaba chamuscada- la alce para que la vieran-. Lo hice yo mientras dormía. Comprenderéis la emoción que sentí, especialmente cuando me cercioré de que era capaz de hacer magia al fin. Salí corriendo del estudio para contárselo a Giz y el resto ya lo sabéis. No tengo ni idea de por qué ahora sí puedo hacer magia, ha de haber alguna explicación para ello, pero no alcanzo a comprender cual puede ser la razón.
Finalicé mi discurso mirándolos a todos, esperando su reacción, especialmente la de Caillech.
-Perdona, Cai, pero me temo que no entiendo de qué estás hablando -dije tratando de sonar lo más sincero posible-. No comprendo tus palabras, pero puedo deducir que has tenido una especie de pesadilla. Lo cierto es que yo también tuve una -decidí que quizás era lo mejor darles todos los detalles de como empecé a hacer magia-. Veréis, esta noche me encerré en el despacho a practicar magia, no he dejado de hacerlo a pesar de ser completamente incapaz hasta el momento. Pero ayer algo cambió, comencé a sentir una especie de energía cuando realizaba los pasos necesarios para hacer el hechizo, aunque nada ocurrió. Estando ya cerca el amanecer, me quedé dormido tirado sobre la mesa. Y tuve una pesadilla. Soñé que aparecía de nuevo el muchacho que... que maté ayer -vacilé un poco al recordar de nuevo lo que me había estado atormentando en las últimas horas-. En mi sueño se estaba convirtiendo en el engendro apestoso que nos persiguió la primera vez que salimos a buscar comida, y yo lo mataba. Pero no con un arma, sino que sin pensarlo empezaba a hacer magia y calcinaba su cuerpo una y otra vez -hice una mueca de disgusto, el sueño me había dejado una sensación terrible que prefería olvidar-. Cuando desperté noté algo extraño, una manga del pijama estaba chamuscada- la alce para que la vieran-. Lo hice yo mientras dormía. Comprenderéis la emoción que sentí, especialmente cuando me cercioré de que era capaz de hacer magia al fin. Salí corriendo del estudio para contárselo a Giz y el resto ya lo sabéis. No tengo ni idea de por qué ahora sí puedo hacer magia, ha de haber alguna explicación para ello, pero no alcanzo a comprender cual puede ser la razón.
Finalicé mi discurso mirándolos a todos, esperando su reacción, especialmente la de Caillech.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 01:01 am
- Oh Noel! es genial!- dijo Alicia- Yo, la verdad, empezaré a practicar más magia, he leido ya muchos hechizos, y los tengo casi todos ellos memorizados, pero no los uso. La verdad, quizas debería usarlos solo por usarlos en vez de esperar algo concreto, o se me olvidarán.
Terminó de desayunar y se levantó, tenía que seguir con sus entrenamientos diarios. Su puntería estaba mejorando, estaba casi segura. Y cada vez podía pasar mas tiempo antes de cansarse, era una buena señal. Y estaba la magia. Era cierto. tenía que usarla más. Sacó su moneda del bolsillo, hacía tiempo que no la lanzaba. La hizo levitar sobre la palma de la mano mientras subia las escaleras, y mas tarde, girar en el aire cada vez más rápido, hasta que solo se veía una esfera borrosa y metálica. El hechizo se detuvo al rato, y tuvo que atrapar la moneda para que no cayese escaleras abajo.
Terminó de desayunar y se levantó, tenía que seguir con sus entrenamientos diarios. Su puntería estaba mejorando, estaba casi segura. Y cada vez podía pasar mas tiempo antes de cansarse, era una buena señal. Y estaba la magia. Era cierto. tenía que usarla más. Sacó su moneda del bolsillo, hacía tiempo que no la lanzaba. La hizo levitar sobre la palma de la mano mientras subia las escaleras, y mas tarde, girar en el aire cada vez más rápido, hasta que solo se veía una esfera borrosa y metálica. El hechizo se detuvo al rato, y tuvo que atrapar la moneda para que no cayese escaleras abajo.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 12:27 pm
Había pillado desprevenidos a todos, nadie esperaba que me pusiera de la manera que me puse. Estaban acostumbrados a mis rabietas y enfado cuando alguien más lograba hacer mágia frente a mi mientras que yo seguía siendo una nula en eso. Pero había comenzado a superar, poco a poco, esas fugas de mal genio. No lo tenía del todo controlado, pero es posible que en otra situción más normal yo no hubiese pillado el berrinche de la última vez. Es posible que hasta hubiese sido capaz de felicitar a Noel por conseguir la magia, teniendo en cuenta cuanto había estado practicando para conseguirlo a pesar de sus anteriores fracasos. Jamás se rindió, no como yo, y eso habría sido razón de admiración de mi parte, pero después de ver aquella premonión... no sabía que pensar.
Miré fijamente a Noel mientras intentaba tranquilizarme, razonar conmigo y explicarme toda la situación. ¿Decía la verdad al afirmar que no sabía de que hablaba? Olfateé en su dirección. Había descubierto que los humanos empiezan a segregar esa agua por su cuerpo (sudor le llaman ellos) cuando estaban mintiendo o estaban nervioso. Era algo inconsciente que hacían. Y, según me dijo mi olfato, no estaba mintiendo. Lo que me llevaba a mi segunda pregunta: ¿Sería cierto que solo fue una simple pesadilla a la que estaba dandole demasiada importancia? Pero había parecido tan real todo...
Estaba confundida. No sabía que pensar ni que hacer, pero realmente quería creerlo, quería creer que aquello que vi no se repetiría nuevamente. Dejé caer la espada y la daga al suelo mientras me apollaba contra una pared con la mirada baja y mis manos en la cabeza.
- Yo... lo siento - susurré - Yo también soñé. Tuve un sueño terrible. En él yo entraba en el torreón y vosotros me pediais abrir una bolsa que ni con magia podiais abrir - les sonreí tristemente mientras levantaba un poco la cabeza -. Me sentía importante, me sentía útil, por aportar algo, pero entonces empezó a ir todo mal. Cuando conseguí lo que me pedisteis de su interior salieron nasem - miré a aquellos que no eran de mi tierra natal - son unos seres sagrados para nosotros, de los cuales los Ranta consiguien su poder y su locura asesina, cuando los comen, como ya habeis visto esto último en Sezk - no se si ya habían empezado a juntar las piezas y supondrian lo que vendría a continuación. Suspiré -. Vi como empezabais a comeroslos, pese a mis negativas, y como conseguiais poder. Todos erais capaces de hacer magia, hasta tu Noel. Y entonces las cosas empezaron a ponerse tenebrosas - volví a bajar la mirada -. Yo intenté deteneros, dañandoos lo menos posible mientrais intentabais matarme, pero fue inutil, yo... yo os maté... era horrible... vuestro aspecto era... - no pude seguir por un momento abrumada por todas esas imagenes. Cuando conseguí reconponerme un poco miré a Noel - Es por eso que me puse así al verte hacer magia, yo creía que la pesadilla volvería a repetirse, que debería mataros nuevamente. Yo.. lo siento, siento haberos asustado, pero era tan real... - mi mirada por último se perdió en la lejanía.
Miré fijamente a Noel mientras intentaba tranquilizarme, razonar conmigo y explicarme toda la situación. ¿Decía la verdad al afirmar que no sabía de que hablaba? Olfateé en su dirección. Había descubierto que los humanos empiezan a segregar esa agua por su cuerpo (sudor le llaman ellos) cuando estaban mintiendo o estaban nervioso. Era algo inconsciente que hacían. Y, según me dijo mi olfato, no estaba mintiendo. Lo que me llevaba a mi segunda pregunta: ¿Sería cierto que solo fue una simple pesadilla a la que estaba dandole demasiada importancia? Pero había parecido tan real todo...
Estaba confundida. No sabía que pensar ni que hacer, pero realmente quería creerlo, quería creer que aquello que vi no se repetiría nuevamente. Dejé caer la espada y la daga al suelo mientras me apollaba contra una pared con la mirada baja y mis manos en la cabeza.
- Yo... lo siento - susurré - Yo también soñé. Tuve un sueño terrible. En él yo entraba en el torreón y vosotros me pediais abrir una bolsa que ni con magia podiais abrir - les sonreí tristemente mientras levantaba un poco la cabeza -. Me sentía importante, me sentía útil, por aportar algo, pero entonces empezó a ir todo mal. Cuando conseguí lo que me pedisteis de su interior salieron nasem - miré a aquellos que no eran de mi tierra natal - son unos seres sagrados para nosotros, de los cuales los Ranta consiguien su poder y su locura asesina, cuando los comen, como ya habeis visto esto último en Sezk - no se si ya habían empezado a juntar las piezas y supondrian lo que vendría a continuación. Suspiré -. Vi como empezabais a comeroslos, pese a mis negativas, y como conseguiais poder. Todos erais capaces de hacer magia, hasta tu Noel. Y entonces las cosas empezaron a ponerse tenebrosas - volví a bajar la mirada -. Yo intenté deteneros, dañandoos lo menos posible mientrais intentabais matarme, pero fue inutil, yo... yo os maté... era horrible... vuestro aspecto era... - no pude seguir por un momento abrumada por todas esas imagenes. Cuando conseguí reconponerme un poco miré a Noel - Es por eso que me puse así al verte hacer magia, yo creía que la pesadilla volvería a repetirse, que debería mataros nuevamente. Yo.. lo siento, siento haberos asustado, pero era tan real... - mi mirada por último se perdió en la lejanía.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
22/01/12, 12:37 pm
Mánia vio las llamitas, de lejos pero las vio. ¡Noel podía hacer magia!! ¡Justo como ella!! ¿También se podía hacer magia en sueños? Eso era peligroso a la par que divertido, Mánia se imaginó flotando sonámbula por el torreón, o haciendo bailar objetos a su alrededor, o quemando cosas y creando animales de fuego que corretearan por la habitación. Eso le hizo reír. Puede que poco a poco todos acabasen haciendo magia, tarde o temprano, seguro que era solo cuestión de tiempo, ya que los que no habían podido hacer magia al principio lo lograron varios intentos después... Era lo que a ella le había ocurrido, ¿no? Sintió lástima por Cail, parecía que le estaba costando dejar a la magia entrar en ella... Tal vez fuera eso, ese rechazo asustaba a la magia y por eso no quería entrar en Cail... Pensó en decírselo pero vio como se ponía agresiva. Había sacado la espada contra Noel << Se ha vuelto loca>> Además Alicia no parecía haberse percatado de ello. Lentamente y con disimulo se bajó de la silla y fue hacia su sillón, donde tenía sus garras. Se las puso y el hechizo de impulso acarició su lengua, a la espera de lo que hacían unos y otros...
Era una locura, Cail era más fuerte que ella, pero Noel no parecía muy en forma esa mañana, Alicia se había esfumado... Giz estaba. Giz era bueno con la magia. << ¿Tendremos locos aquí como en Maciel?>> Mánia esperaba que no, deseaba que no. No quería atacar a Cail, estaba demasiado cómoda en aquél grupo, no quería que todo se viniese abajo. Apretó los puños y respiró hondo varias veces, tratando de calmarse, pero sin bajar la guardia.
Caillech se calmó, y Mánia se relajó. No había tenido que hacer nada, pero aún así se había llevado un buen susto. Esa obsesión rara que tenía con la magia era... demasiado. Además de rara y tonta iba a acabar volviéndola loca como al otro lagarto. Cail era fuerte, ¿por qué se obsesionaba con la magia? Decidió que la vigilaría, desde lejos. Alicia era de las que más magia tenían en el grupo y no quería ni pensar en lo que pasaría si a Cail se le fuera la pinza y decidiera hacerle daño.
-Voy a entrenar- dijo con sequedad.
Cogió su libro de hechizos y subió a la cuarta planta. Allí realizó algunos calentamientos y ejercicios antes de entrenar con los mismo troncos que había usado siempre. De un tiempo a esta parte había imitado la idea de la lagarta de llevar pesos en los pies, no podía ser tan debilucha, y eso le daría también más resistencia. Una vez acabó el entrenamiento físico y los talismanes que llevaba se hubieron cargado, se sentó en un rincón y empezó a estudiar su libro. Estaba mucho más relajada, y eso le ayudó a concentrarse. Cada vez se distraía menos cuando estudiaba...
NOTA: Cail, tía, me has pisado el post, ya te vale. Podrías pasarte por el xat para preguntar alguna vez, que no es la primera vez que lo haces.
Era una locura, Cail era más fuerte que ella, pero Noel no parecía muy en forma esa mañana, Alicia se había esfumado... Giz estaba. Giz era bueno con la magia. << ¿Tendremos locos aquí como en Maciel?>> Mánia esperaba que no, deseaba que no. No quería atacar a Cail, estaba demasiado cómoda en aquél grupo, no quería que todo se viniese abajo. Apretó los puños y respiró hondo varias veces, tratando de calmarse, pero sin bajar la guardia.
Caillech se calmó, y Mánia se relajó. No había tenido que hacer nada, pero aún así se había llevado un buen susto. Esa obsesión rara que tenía con la magia era... demasiado. Además de rara y tonta iba a acabar volviéndola loca como al otro lagarto. Cail era fuerte, ¿por qué se obsesionaba con la magia? Decidió que la vigilaría, desde lejos. Alicia era de las que más magia tenían en el grupo y no quería ni pensar en lo que pasaría si a Cail se le fuera la pinza y decidiera hacerle daño.
-Voy a entrenar- dijo con sequedad.
Cogió su libro de hechizos y subió a la cuarta planta. Allí realizó algunos calentamientos y ejercicios antes de entrenar con los mismo troncos que había usado siempre. De un tiempo a esta parte había imitado la idea de la lagarta de llevar pesos en los pies, no podía ser tan debilucha, y eso le daría también más resistencia. Una vez acabó el entrenamiento físico y los talismanes que llevaba se hubieron cargado, se sentó en un rincón y empezó a estudiar su libro. Estaba mucho más relajada, y eso le ayudó a concentrarse. Cada vez se distraía menos cuando estudiaba...
NOTA: Cail, tía, me has pisado el post, ya te vale. Podrías pasarte por el xat para preguntar alguna vez, que no es la primera vez que lo haces.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/01/12, 08:30 pm
Observé como Mánia miraba en mi dirección, aunque no dijo nada prestó atención a los sucesos y se escabulló cuando Caillech actúo de aquella forma tan extraña, para volver casi al momento. Sin embargo parece que mi explicación tranquiliza a Caillech en gran medida y envaina el arma. Acto seguido, vacilante, nos explicó su extraña pesadilla que según dice había sido muy intensa y real. En su sueño yo hacía magia comiendo aquellos insectos sagrados para los arsenianos. Podía entender su turbación al descubrir que justo esta mañana amanecí siendo capaz de hacer magia de repente. La miré comprensivo, aunque no entendía como un sueño podía sentirse tan real hasta llegar al punto de confundirlo con la realidad mientras estás despierto. Pero estábamos en Rocavarancolia, cualquier cosa era posible.
-Entiendo, Cail... Yo también lo pasé muy mal con la pesadilla que tuve anoche, aunque seguro que no tanto como tú -trataba de ser empático, pues yo también lo había pasado mal volviendo a matar a aquel chico innumerables veces.
Mánia tras asistir en silencio a la escena se quitó del medio alegando que iba a entrenar.
-Yo creo que voy a subir también. Cail, ¿quieres que empecemos a construír un muñeco de entrenamiento? -le pregunto sonriente, tratando de hacer ver que no se tiene que preocupar por lo que acaba de ocurrir-. Creo que hoy después de haber hecho gala de mi increíble habilidad bajando escaleras me conviene no hacer demasiado esfuerzo físico y mejor dejo para mañana lo de entrenar. Yo voy subiendo, ¿vale?
Subo las escaleras, sintemáticamente pongo más cuidado de lo normal al hacerlo pues aún me dolía buena parte del cuerpo de la caída que había experimentado no hacía muchos minutos e inconscientemente tenía el miedo irracional de volverme a caer a pesar de encontrarme mucho mejor. Si me hubiese visto en un espejo vería que no estaba ni la mitad de pálido que cuando me desperté; la comida me había sentado bien.
Entré en la última planta del edificio donde ya se encontraba Mánia. Mi relación con ella era un poco fría, pero no se podia decir que la despreciase ni nada similar. Opté por saludarla en lugar de omitir su presencia al igual que solía hacer ella conmigo habitualmente.
-Hola, Mánia, vamos a intentar hacer un muñeco de entren... ¿Qué ha sido eso? -me interrumpo bruscamente porque he oído una voz muy extraña.
Ha sonado muy lejos y al mismo tiempo muy cerca. Y otra vez. Ahora otra voz diferente. Miro alrededor en todas las direcciones tratando de localizar el origen. Mánia no parece inmutarse cuando se escuchan las voces.
-¿No oyes eso, Mánia? ¿De dónde vienen esas voces...?
Sin esperar respuesta presto más atención. Ahí estaban otra vez. Ahora las dos voces diferentes que había escuchado se superponen una sobre otra creando un sonido ciertamente extravagante. Mi intriga va en aumento cada vez. Finalmente determino que vienen de la azotea, aunque no estoy muy seguro. Con algo de nerviosismo me acerco a la trampilla y la abro... ¿Y si había alguien ahí? No, pero eso era absurdo, ¿o no? En esta ciudad hay seres inteligentes que pueden volar, podrían haber llegado hasta allí volando. Sin darle más vueltas abrí la trampilla de golpe. Subí a la terraza y enseguida vi que no había nadie. Caminé un poco por el empedrado mientras observaba el horizonte... quizás el viento habría traído el eco de...
-¡Aaaah! ¿Qué es eso?
Una pequeña bola de fuego salió de repente de un lateral del tejado del torreón y pasó a pocos centímetros de mi cabeza, sobresaltándome. Cuando se alejó un poco pude ver con más claridad lo que era: un murciélago incandescente. Me pareció fascinante y lo observé alejarse del torreón hasta que decidió que quería volvar de nuevo en dirección contraria y giró en el aire precipitándose otra vez hacia mí. Me agaché para evitar que me quemase pero la brusquedad del movimiento me acercó peligrosamente hacia el borde de la terraza.
-¡Ya he tenido bastantes caídas por hoy! -digo observando la caída de varios metros que tenía justo debajo. Mientras me levantaba del suelo, más murciélagos llameantes aparecieron de golpe emitiendo agudos chillidos, lo cual me hizo apresurarme a escurrirme por la trampilla y cerrarla de golpe.
-Buf, eran muy bonitos, pero también muy peligrosos -miré a Mánia que seguramente no se habría enterado de qué había ocurrido allí arriba-. Había murciélagos envueltos en llamas, aparecieron un montón de repente -le expliqué entre nervioso y emocionado-. Sin embargo es evidente que las voces no provenían de ellos.
No, claro que no, además la voces estaban diciendo algo, aunque no comprendía el idioma en el que hablaban. Ya no volvieron a oírse y me senté a esperar a que Caillech se decidiese a ayudarme a hacer el muñeco que había propuesto.
-Entiendo, Cail... Yo también lo pasé muy mal con la pesadilla que tuve anoche, aunque seguro que no tanto como tú -trataba de ser empático, pues yo también lo había pasado mal volviendo a matar a aquel chico innumerables veces.
Mánia tras asistir en silencio a la escena se quitó del medio alegando que iba a entrenar.
-Yo creo que voy a subir también. Cail, ¿quieres que empecemos a construír un muñeco de entrenamiento? -le pregunto sonriente, tratando de hacer ver que no se tiene que preocupar por lo que acaba de ocurrir-. Creo que hoy después de haber hecho gala de mi increíble habilidad bajando escaleras me conviene no hacer demasiado esfuerzo físico y mejor dejo para mañana lo de entrenar. Yo voy subiendo, ¿vale?
Subo las escaleras, sintemáticamente pongo más cuidado de lo normal al hacerlo pues aún me dolía buena parte del cuerpo de la caída que había experimentado no hacía muchos minutos e inconscientemente tenía el miedo irracional de volverme a caer a pesar de encontrarme mucho mejor. Si me hubiese visto en un espejo vería que no estaba ni la mitad de pálido que cuando me desperté; la comida me había sentado bien.
Entré en la última planta del edificio donde ya se encontraba Mánia. Mi relación con ella era un poco fría, pero no se podia decir que la despreciase ni nada similar. Opté por saludarla en lugar de omitir su presencia al igual que solía hacer ella conmigo habitualmente.
-Hola, Mánia, vamos a intentar hacer un muñeco de entren... ¿Qué ha sido eso? -me interrumpo bruscamente porque he oído una voz muy extraña.
Ha sonado muy lejos y al mismo tiempo muy cerca. Y otra vez. Ahora otra voz diferente. Miro alrededor en todas las direcciones tratando de localizar el origen. Mánia no parece inmutarse cuando se escuchan las voces.
-¿No oyes eso, Mánia? ¿De dónde vienen esas voces...?
Sin esperar respuesta presto más atención. Ahí estaban otra vez. Ahora las dos voces diferentes que había escuchado se superponen una sobre otra creando un sonido ciertamente extravagante. Mi intriga va en aumento cada vez. Finalmente determino que vienen de la azotea, aunque no estoy muy seguro. Con algo de nerviosismo me acerco a la trampilla y la abro... ¿Y si había alguien ahí? No, pero eso era absurdo, ¿o no? En esta ciudad hay seres inteligentes que pueden volar, podrían haber llegado hasta allí volando. Sin darle más vueltas abrí la trampilla de golpe. Subí a la terraza y enseguida vi que no había nadie. Caminé un poco por el empedrado mientras observaba el horizonte... quizás el viento habría traído el eco de...
-¡Aaaah! ¿Qué es eso?
Una pequeña bola de fuego salió de repente de un lateral del tejado del torreón y pasó a pocos centímetros de mi cabeza, sobresaltándome. Cuando se alejó un poco pude ver con más claridad lo que era: un murciélago incandescente. Me pareció fascinante y lo observé alejarse del torreón hasta que decidió que quería volvar de nuevo en dirección contraria y giró en el aire precipitándose otra vez hacia mí. Me agaché para evitar que me quemase pero la brusquedad del movimiento me acercó peligrosamente hacia el borde de la terraza.
-¡Ya he tenido bastantes caídas por hoy! -digo observando la caída de varios metros que tenía justo debajo. Mientras me levantaba del suelo, más murciélagos llameantes aparecieron de golpe emitiendo agudos chillidos, lo cual me hizo apresurarme a escurrirme por la trampilla y cerrarla de golpe.
-Buf, eran muy bonitos, pero también muy peligrosos -miré a Mánia que seguramente no se habría enterado de qué había ocurrido allí arriba-. Había murciélagos envueltos en llamas, aparecieron un montón de repente -le expliqué entre nervioso y emocionado-. Sin embargo es evidente que las voces no provenían de ellos.
No, claro que no, además la voces estaban diciendo algo, aunque no comprendía el idioma en el que hablaban. Ya no volvieron a oírse y me senté a esperar a que Caillech se decidiese a ayudarme a hacer el muñeco que había propuesto.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
24/01/12, 10:15 pm
Alicia miró unos segundos más de la cuenta su moneda plateada. Redonda, fría al tacto y vieja, había decidido su suerte miles de ocasiones. La lanzó al aire una última vez, viendola dar vueltas, esta vez solo impulsada por leyes físicas. La cogió con la palma extendida, y la tapó con la otra antes de poder mirar el resultado.
Cara, arco; Cruz, le pido a alguien que practique esgrima conmigo.
Sonrió levemente mientras destapaba la mano con solemnidad. Las tradiciones hay que mantenerlas.
Ensanchó la sonrisa.
Arco, pues.
Terminó con la ropa y el pelo pegados al cuerpo, así que se fue a dar un baño. Con la magia, las cosas podían ser mucho más cómodas que el primer día. Calentó el agua, hasta ver ascender volutas de vaho en la superficie y se sumergió mientras sentía que sus musculos se relajaban. la piel se le sonrosó por el calor, y toda la suciedad se fue. En un rincon estaba la ropa sudada sin embargo no había traído ropa limpia. Se enrolló una toalla alrededor del cuerpo, y salió furtivamente sujetando con el otro brazo la ropa sucia, que ya limpiaría después.
En el cuarto, seleccionó un par de braguitas blancas al azar y un sujetador que le pareció que era de su talla, tan blanco como las braguitas pero de distinto diseño. Claro que Alicia no prestaba atención a esos detalles.
Cara, arco; Cruz, le pido a alguien que practique esgrima conmigo.
Sonrió levemente mientras destapaba la mano con solemnidad. Las tradiciones hay que mantenerlas.
Ensanchó la sonrisa.
Arco, pues.
Terminó con la ropa y el pelo pegados al cuerpo, así que se fue a dar un baño. Con la magia, las cosas podían ser mucho más cómodas que el primer día. Calentó el agua, hasta ver ascender volutas de vaho en la superficie y se sumergió mientras sentía que sus musculos se relajaban. la piel se le sonrosó por el calor, y toda la suciedad se fue. En un rincon estaba la ropa sudada sin embargo no había traído ropa limpia. Se enrolló una toalla alrededor del cuerpo, y salió furtivamente sujetando con el otro brazo la ropa sucia, que ya limpiaría después.
En el cuarto, seleccionó un par de braguitas blancas al azar y un sujetador que le pareció que era de su talla, tan blanco como las braguitas pero de distinto diseño. Claro que Alicia no prestaba atención a esos detalles.
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- InvitadoInvitado
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/01/12, 05:01 pm
Mánia se había hartado de estudiar, ya casi se sabía de memoria todos los hechizos del libro, al menos los que sabía que podía llevar a cabo. Dejó su libro a un lado por si alguien quería utilizarlo e hizo algunos estiramientos para desentumecerse las piernas. Noel había entrado con Cail hacía unos segundos, y el chico había empezado a hablarle. En un inicio ni había entendido ni le había importado lo que decía, su atención estaba puesta totalmente en Caillech, vigilando sus movimientos, pero de pronto el chico empezó a comportarse de forma extraña.
-Yo no oigo nada...- respondió agudizando el oído. Había podido comprobar que los humanos no tenían un oído especialmente bueno... ¿se habría equivocado?
Noel se subió a la azotea y luego bajó a toda prisa. Definitivamente estaba raro... << Se están volviendo todos locos>> Caillech se ponía agresiva y trataba de atacar a Noel por un sueño, ahora Noel oía voces que no estaban alli... Mánia se preguntó si sería contagioso. Por si acaso decidió dejarles solos con la excusa de ir a cambiarse de ropa.
Lo cierto es que su indumentaria había sufrido un desgarrón, tenía que dejar de ponerse ropa bonita para entrenar... Entró en la habitación de los baúles con ropa y vio a Alicia cambiándose. Llevaba ropa interior blanca... Blanca.
-¿Es que no tienes algo menos vulgar?- dijo lanzándole miradas de desprecio al color.
Apartó a Alicia para que le dejase sitio y rebuscó entre la ropa de uno de los baules. Encontró un conjunto bastante sencillo, pero de un bonito color morado con algunos lazos negros. El morado era un color noble, no tanto como el rojo pero noble al fin y al cabo.
-Ponte este- le ordenó. De pronto una idea le vino a la cabeza. ¿Qué pasaría si vestía a una chica de campo como una residente de la Capital? Sería un experimento curioso, y Alicia era una chica bastante bonita...- Y luego vamos a maquillarte
-Yo no oigo nada...- respondió agudizando el oído. Había podido comprobar que los humanos no tenían un oído especialmente bueno... ¿se habría equivocado?
Noel se subió a la azotea y luego bajó a toda prisa. Definitivamente estaba raro... << Se están volviendo todos locos>> Caillech se ponía agresiva y trataba de atacar a Noel por un sueño, ahora Noel oía voces que no estaban alli... Mánia se preguntó si sería contagioso. Por si acaso decidió dejarles solos con la excusa de ir a cambiarse de ropa.
Lo cierto es que su indumentaria había sufrido un desgarrón, tenía que dejar de ponerse ropa bonita para entrenar... Entró en la habitación de los baúles con ropa y vio a Alicia cambiándose. Llevaba ropa interior blanca... Blanca.
-¿Es que no tienes algo menos vulgar?- dijo lanzándole miradas de desprecio al color.
Apartó a Alicia para que le dejase sitio y rebuscó entre la ropa de uno de los baules. Encontró un conjunto bastante sencillo, pero de un bonito color morado con algunos lazos negros. El morado era un color noble, no tanto como el rojo pero noble al fin y al cabo.
-Ponte este- le ordenó. De pronto una idea le vino a la cabeza. ¿Qué pasaría si vestía a una chica de campo como una residente de la Capital? Sería un experimento curioso, y Alicia era una chica bastante bonita...- Y luego vamos a maquillarte
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/01/12, 05:56 pm
Alicia miró a Mánia sobresaltada por su aparición de la nada.
-¿que tiene de v...?- pero se calló y prefirió no discutir. No iba a servir de nada. Aceptó el nuevo conjunto, porque total, iba debajo de la ropa... ¿que mas daba el color? y parpadeó al oir "maquillarte". Lo primero que pensó fue en negarse. Tal vez no fue ni eso. Es que ella nunca se maquillaba, y dejar que hicieran esto y aquello con su aspecto, no sabía eu pensar. Por un momento se planteó la loca idea de sacar la moneda, pero luego se extrañó hasta de que se le hubiese ocurrido. Podía decidir solita algo de tan poca importancia, y le gustaba la manera en que Mánia siempre parecia bien arreglada y guapa, una cualidad de la que carecía ella. Podía ser muy divertido ser femenina por una vez. Se abrochó el sujetador.- Sí, ¿por qué no?
y se dejó llevar.
-¿que tiene de v...?- pero se calló y prefirió no discutir. No iba a servir de nada. Aceptó el nuevo conjunto, porque total, iba debajo de la ropa... ¿que mas daba el color? y parpadeó al oir "maquillarte". Lo primero que pensó fue en negarse. Tal vez no fue ni eso. Es que ella nunca se maquillaba, y dejar que hicieran esto y aquello con su aspecto, no sabía eu pensar. Por un momento se planteó la loca idea de sacar la moneda, pero luego se extrañó hasta de que se le hubiese ocurrido. Podía decidir solita algo de tan poca importancia, y le gustaba la manera en que Mánia siempre parecia bien arreglada y guapa, una cualidad de la que carecía ella. Podía ser muy divertido ser femenina por una vez. Se abrochó el sujetador.- Sí, ¿por qué no?
y se dejó llevar.
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Re: Torreón Letargo (Archivo II)
25/01/12, 07:41 pm
Mánia dio palmas entusiasmada por la idea de vestir a Alicia. Sin pararse a pensar en que la chica aun estaba a medio vestir, la agarró de la mano y tiró de ella hacia la cocina, que por suerte para Alicia estaba desierta. Allí buscó entre los cojines de su sillón, donde guardaba sus tesoros, y sacó una prenda que viajaba entre el camisón y la túnica. La falda se había rasgado haciendolo más corto de lo que era en un principio, pero por lo demás estaba en buenas condiciones. Hizo que Alicia se lo pusiera y le añadio una cinta al cuello, para luego tratar de ordenarle un poco el pelo.
-Tienes el pelo muy largo- dijo admirada. Ella siempre lo había llevado corto, era un peinado tradicional para los andróginos.
Después de vertirla, la arrastró hacia el patio y recogió el aceite necesario para hacer el maquillaje. Lo mezcló allí mismo y luego usó una ramita para aplicarlo, aunque hubiese preferido un aplicador de hueso...
Usó más negro que otra cosa, perfilando el ojo y tiñendo las pestañas, añadiendo algún detalle no demasiado complicado, pues era dificil hacerlos sin pincel. Con algunos puntos fue suficiente. Los labios sí que los pintó en rojo, el mismo rojo que había usado ella la primera vez, oscureciéndolo con algo de negro. Sopló un poco el maquillaje para que se secara más rápido y admiró su obra terminada. Corrió a por un cubo de agua para que Alicia pudiese ver su reflejo.
-¡Pareces una habitante de Libo! Solo te falta tener el pelo oscuro
-Tienes el pelo muy largo- dijo admirada. Ella siempre lo había llevado corto, era un peinado tradicional para los andróginos.
Después de vertirla, la arrastró hacia el patio y recogió el aceite necesario para hacer el maquillaje. Lo mezcló allí mismo y luego usó una ramita para aplicarlo, aunque hubiese preferido un aplicador de hueso...
Usó más negro que otra cosa, perfilando el ojo y tiñendo las pestañas, añadiendo algún detalle no demasiado complicado, pues era dificil hacerlos sin pincel. Con algunos puntos fue suficiente. Los labios sí que los pintó en rojo, el mismo rojo que había usado ella la primera vez, oscureciéndolo con algo de negro. Sopló un poco el maquillaje para que se secara más rápido y admiró su obra terminada. Corrió a por un cubo de agua para que Alicia pudiese ver su reflejo.
-¡Pareces una habitante de Libo! Solo te falta tener el pelo oscuro
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
26/01/12, 11:17 am
Noel me propuso empezar a trabajar a hacer los muñecos de entrenamiento asi que acepté. Esa era una buena forma de tranquilizarme. Esa era una buena forma de entretener mi mente de lo que había soñado y lo que había estado a punto de hacer.
Aún estaba un poco alterada, ¿cómo había sido capaz siquiera de plantearme hacer daño a mis compañeros? ¿acaso me estaba volviendo loca? ¿me estaba acercando a la locura de Sezk? Eso realmente me asustaba. Siempre me había jactado de ser mejor que los Ranta, de que a pesar de hacer sido expulsada de mi tribu no sucumbí en ese mundo oscuro de rabia y locura, pero ahora... No, no permitiría que este maldito mundo sacara lo peor de mi. Había conseguido mantenerme lo más cuerda posible en el desierto y lo iba a repetir aquí también.
Subimos a la habitación de entrenamiento para llevar a cabo esa tare y nos encontramos a Mánia. Parecía que la pequeña no confiaba mucho en mi después de la escena de antes. Parecía que estuviese esperando otro ataque de locura de mi parte, pero eso no iba a ocurrir, no lo permitiría. Entonces Noel empezó a decir que oía voces y subió a ver de que se trataba.
Yo, mientras tanto salí a buscar los materiales para crear los muñecos a las habitaciones. Para cuando llegué Noel ya había venido y le estaba contado a Mánia algo sobre murcielagos en llama. Este mundo realmente estaba loco de atar.
Nos sentamos los dos juntos y le pasé las cosas.
- Será mejor que comencemos. Que estas cosas no se hacen solas - le dije forzando una sonrisa en la boca, aún no me sentía muy tranquila y además ahí estaba la culpa, que tampoco es que ayudase mucho. Aún así quería mostrar una fachada de normalidad para no preocupar a nadie. - Manos a la obra, pequeñin, veamos lo que sale de aqui.
Aún estaba un poco alterada, ¿cómo había sido capaz siquiera de plantearme hacer daño a mis compañeros? ¿acaso me estaba volviendo loca? ¿me estaba acercando a la locura de Sezk? Eso realmente me asustaba. Siempre me había jactado de ser mejor que los Ranta, de que a pesar de hacer sido expulsada de mi tribu no sucumbí en ese mundo oscuro de rabia y locura, pero ahora... No, no permitiría que este maldito mundo sacara lo peor de mi. Había conseguido mantenerme lo más cuerda posible en el desierto y lo iba a repetir aquí también.
Subimos a la habitación de entrenamiento para llevar a cabo esa tare y nos encontramos a Mánia. Parecía que la pequeña no confiaba mucho en mi después de la escena de antes. Parecía que estuviese esperando otro ataque de locura de mi parte, pero eso no iba a ocurrir, no lo permitiría. Entonces Noel empezó a decir que oía voces y subió a ver de que se trataba.
Yo, mientras tanto salí a buscar los materiales para crear los muñecos a las habitaciones. Para cuando llegué Noel ya había venido y le estaba contado a Mánia algo sobre murcielagos en llama. Este mundo realmente estaba loco de atar.
Nos sentamos los dos juntos y le pasé las cosas.
- Será mejor que comencemos. Que estas cosas no se hacen solas - le dije forzando una sonrisa en la boca, aún no me sentía muy tranquila y además ahí estaba la culpa, que tampoco es que ayudase mucho. Aún así quería mostrar una fachada de normalidad para no preocupar a nadie. - Manos a la obra, pequeñin, veamos lo que sale de aqui.
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
26/01/12, 05:43 pm
La noticia de que Noel podía hacer magia me había alegrado bastante, sobretodo porque se le veía con ganas por aprender, tanto que conocía la teoría de algunos hechizos incluso antes de poder pasar a la práctica, no como Cai que solo parecía enfadarse sin probar suerte. Cuando todos se fueron, sin embargo, la alegría desapareció y me invadió la nostalgia por mi antiguo planeta, su desierto y la tranquilidad de pensar que el peor mal era algo de sed y hambre. No había magia ni habría conocido a todos sus compañeros, a los que ya podía llamar incluso amigos, pero tampoco había tantos peligros ni el riesgo de morir nada más dar un paso. Echaba eso de menos, así como mi antigua forma de ser más distante y retraída. Aquí me he vuelto más efusivo, sobretodo desde el momento en que descubrí que podía hacer magia, y bastante más despistado. << En lo que respecta a supervivencia, mi carácter ha perdido enteros... >>. Me autoevalúo algo apesadumbrado al tiempo que me rasco el cuello para tratar de acabar con un picor repentino.
Con tal cacao mental, decido que la única manera de subsanar mi involución, era aprender a sobrevivir con lo nuevo que he descubierto de mí aquí. Subo hasta la sala de entrenamiento y, sin prestar atención a lo que Cai y Noel hacían, busco un carcaj con varias flechas. Al principio me veo tentado de coger también el arco, pero descarto rápidamente la idea. No tengo una buena forma física. Cuando llevo todo lo que necesito, desando el camino hacia el patio.
Lo primero que hago allí es hacer aparecer una nube sobre las plantas para regarlas un poco y luego se centra de nuevo en las flechas. Coloco el carcaj de pie, delante de mí y comienzo a hacerlas levitar, primero una por una y luego todas a la vez hasta que se quedan flotando a la altura de sus manos. Luego recuerdo la escena de mi confrontación con el Kaiser y cómo no fui capaz de alcanzarle con el cuchillo. Recito el mismo encantamiento que utilicé para tratar de atacarle sobre las flechas y estas salen disparadas una por una hacia delante.
En pocos intentos, las flechas comienzan a coger mayor fuerza al impulsarlas. Cuando veo que ya controlo el hechizo mejor, hago levitar unas hojas secas que había en el suelo y cojo las flechas de forma manual, lanzándolas como si fueran dardos contra la hoja que se encuentra en el aire. Al principio lo hago sin magia, pero pronto integro el hechizo de impulso al lanzamiento, descubriendo que así cogen mayor potencia que levitando y puedo dirigirlas mejor. Tardo mis buenos intentos en acertar a las hojas y mi concentración es tal que ni me percato de la aparición repentina de Mánia y Alicia, lo único que me molesta e impide abstraerme del todo es el picor del cuello, que viene y va.
Finalmente, en uno de los últimos intentos previstos antes de pasar dentro para comer algo, mientras estoy impulsando una de las flechas, el picor reaparece, molestándome en mitad del hechizo, y al mover la mano para rascarme, la flecha sale disparada contra mi antebrazo, clavándose limpiamente. Profiero un grito fruto del dolor repentino y de mi fallo garrafal. Rasgo mi túnica y me la ato con ayuda de los dientes para sacar la flecha, aprovechando que estaba mordiendo la tela para reprimir un segundo grito. Rápidamente me curo la herida con un hechizo y limpio la sangre del brazo y la flecha. << Basta por hoy >> me digo a mí mismo. Había tenido suerte de que la flecha levitaba baja, sino me habría atravesado el cuello por esta tontería. Me rasco hasta que se me pasa el picor por el cuello y entro directamente hacia la cocina para rebuscar alguna pieza de fruta. Unos minutos después, acabo tirado en plancha sobre uno de los sillones del salón comiendo manzana, vagueando como solo ahora en Rocavarancolia me había permitido hacer.
Con tal cacao mental, decido que la única manera de subsanar mi involución, era aprender a sobrevivir con lo nuevo que he descubierto de mí aquí. Subo hasta la sala de entrenamiento y, sin prestar atención a lo que Cai y Noel hacían, busco un carcaj con varias flechas. Al principio me veo tentado de coger también el arco, pero descarto rápidamente la idea. No tengo una buena forma física. Cuando llevo todo lo que necesito, desando el camino hacia el patio.
Lo primero que hago allí es hacer aparecer una nube sobre las plantas para regarlas un poco y luego se centra de nuevo en las flechas. Coloco el carcaj de pie, delante de mí y comienzo a hacerlas levitar, primero una por una y luego todas a la vez hasta que se quedan flotando a la altura de sus manos. Luego recuerdo la escena de mi confrontación con el Kaiser y cómo no fui capaz de alcanzarle con el cuchillo. Recito el mismo encantamiento que utilicé para tratar de atacarle sobre las flechas y estas salen disparadas una por una hacia delante.
En pocos intentos, las flechas comienzan a coger mayor fuerza al impulsarlas. Cuando veo que ya controlo el hechizo mejor, hago levitar unas hojas secas que había en el suelo y cojo las flechas de forma manual, lanzándolas como si fueran dardos contra la hoja que se encuentra en el aire. Al principio lo hago sin magia, pero pronto integro el hechizo de impulso al lanzamiento, descubriendo que así cogen mayor potencia que levitando y puedo dirigirlas mejor. Tardo mis buenos intentos en acertar a las hojas y mi concentración es tal que ni me percato de la aparición repentina de Mánia y Alicia, lo único que me molesta e impide abstraerme del todo es el picor del cuello, que viene y va.
Finalmente, en uno de los últimos intentos previstos antes de pasar dentro para comer algo, mientras estoy impulsando una de las flechas, el picor reaparece, molestándome en mitad del hechizo, y al mover la mano para rascarme, la flecha sale disparada contra mi antebrazo, clavándose limpiamente. Profiero un grito fruto del dolor repentino y de mi fallo garrafal. Rasgo mi túnica y me la ato con ayuda de los dientes para sacar la flecha, aprovechando que estaba mordiendo la tela para reprimir un segundo grito. Rápidamente me curo la herida con un hechizo y limpio la sangre del brazo y la flecha. << Basta por hoy >> me digo a mí mismo. Había tenido suerte de que la flecha levitaba baja, sino me habría atravesado el cuello por esta tontería. Me rasco hasta que se me pasa el picor por el cuello y entro directamente hacia la cocina para rebuscar alguna pieza de fruta. Unos minutos después, acabo tirado en plancha sobre uno de los sillones del salón comiendo manzana, vagueando como solo ahora en Rocavarancolia me había permitido hacer.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
26/01/12, 07:53 pm
Como esperaba Mánia no me hizo mucho caso, aunque sí me dijo que no escuchaba nada. ¿Me habría imaginado las voces? No entendía como podía haberlo hecho, habían sonado bastante claras. Aún así no estaba seguro, además había dormido mal y no me encontraba muy bien que digamos. Mánia se fue diciendo que tenía que cambiarse de ropa, así que nos quedamos Caillech y yo en la sala de entrenamiento solos con el trabajo que teníamos entre manos.
-Bien, tenemos que pensar en cómo hacerlo primero... Por aquí tirados hay unos palos bastante grandes que podrían servir para la base del muñeco, pero no se me ocurre muy bien qué más hacer... Sólo sé que necesitaremos cuerda de cualquier forma. ¿Te encargas tú de encontrar cuerda en el torreón mientras yo busco algo para hacer el resto del muñeco? Si tuviéramos paja sería mucho más fácil, pero habrá que apañarse con cualquier cosa.
Una vez dividas las tareas bajé del último piso para recorrer el torreón. No entré en los dormitorios pues escuché las voces de Alicia y Mánia y por los retazos de conversación que alcancé a entender deduje que lo mejor era no entrar allí en aquel momento. Bajé a la cocina y salí fuera. Giz estaba allí entrenando. Utilizaba la magia para hacerlo y lo observé durante unos instantes. Por un momento me dieron ganas de ponerme a entrenar con él de aquel modo tan original, recordando que yo también podía hacer magia. << Esta noche practicaré más magia >>, decido. Ahora no podía dejar tirada a Caillech.
Prefiriendo no molestar a Giz, se lo veía bastante concentrado y pensativo desde ayer, seguí con mi búsqueda. Mis pasos me llevaron a la armería del sótano, donde invoqué una llama para iluminar un poco el lugar.
-A ver que hay entre tanto trasto...
Tras un examen general de la sala localizo una pieza de armadura bastante abollada pero que aún se mantiene entera. << Esto puede servir, no se me ocurre que otro tipo de muñeco podríamos hacer con lo que disponemos en el torreón >>. La pieza no era demasiado pesada aunque si algo grande como para abarcarla con los brazos cómodamente y seguramente me costaría un poco transportarla. También vi un yelmo que, aunque no era muy necesario, me resultó gracioso porque se notaba que antaño había tenido plumas decorándolo pero ahora nada más que le quedaban unos pocos hilos. << Es un yelmo calvo >>, pensé divertido. Lo cogí para ponérselo de cabeza al muñeco.
-¿Algo más? -pensé en voz alta.
Ya me iba a ir cuando vi un escudo de tamaño mediano apoyado contra la pared. Eso también podía ser útil. Reuní los tres objetos cerca de las escaleras y cogí el yelmo y el escudo, no podía cargar con la pieza de armadura al mismo tiempo a menos que... Dejé de nuevo en el suelo los otros dos objetos y cogí la coraza. La levanté sobre mi cabeza y me la coloqué como pude. Después volví a recoger del suelo el yelmo y el escudo. Mientras lo hacía y miraba la coraza que acababa de ponerme se me ocurrió colocarme también el yelmo en la cabeza. Levanté la visera trantando de que se mantuviese arriba a pesar de lo desgastado que estaba.
<< Debo de tener una pinta francamente ridícula >>, pienso apenas pudiendo contener la risa. Y no la contengo, subo las escaleras lentamente debido al peso de lo que llevo encima mientras suelto alguna que otra carcajada.
<< Lástima que no haya ningún espejo... >> ¿O sí? Claro, el pozo, cada vez que recogía agua para bañarme podía ver mi reflejo con más o menos claridad. Eso serviría.
Entre la risa y que mi nuevo "equipamiento" pesaba bastante tardé un buen rato en alcanzar la planta baja del torreón. Cuando por fin lo conseguí vi que Giz estaba en un sillón comiendo una manzana. Con dificultad debido a la armadura desenvaino mi espada con la mano que tengo libre que en este caso es la izquierda, lo cual dificulta aún más mis movimientos. Sin previo aviso empiezo a correr hacia Giz.
-¡Por la gloraia del reino, desenvaina tu arma y lucha!
Me paro cerca del sillón donde está y, sin poder parar de reír dejo caer la espada y el escudo para levantarme la visera del yelmo y miro a Giz jocoso.
-Bien, tenemos que pensar en cómo hacerlo primero... Por aquí tirados hay unos palos bastante grandes que podrían servir para la base del muñeco, pero no se me ocurre muy bien qué más hacer... Sólo sé que necesitaremos cuerda de cualquier forma. ¿Te encargas tú de encontrar cuerda en el torreón mientras yo busco algo para hacer el resto del muñeco? Si tuviéramos paja sería mucho más fácil, pero habrá que apañarse con cualquier cosa.
Una vez dividas las tareas bajé del último piso para recorrer el torreón. No entré en los dormitorios pues escuché las voces de Alicia y Mánia y por los retazos de conversación que alcancé a entender deduje que lo mejor era no entrar allí en aquel momento. Bajé a la cocina y salí fuera. Giz estaba allí entrenando. Utilizaba la magia para hacerlo y lo observé durante unos instantes. Por un momento me dieron ganas de ponerme a entrenar con él de aquel modo tan original, recordando que yo también podía hacer magia. << Esta noche practicaré más magia >>, decido. Ahora no podía dejar tirada a Caillech.
Prefiriendo no molestar a Giz, se lo veía bastante concentrado y pensativo desde ayer, seguí con mi búsqueda. Mis pasos me llevaron a la armería del sótano, donde invoqué una llama para iluminar un poco el lugar.
-A ver que hay entre tanto trasto...
Tras un examen general de la sala localizo una pieza de armadura bastante abollada pero que aún se mantiene entera. << Esto puede servir, no se me ocurre que otro tipo de muñeco podríamos hacer con lo que disponemos en el torreón >>. La pieza no era demasiado pesada aunque si algo grande como para abarcarla con los brazos cómodamente y seguramente me costaría un poco transportarla. También vi un yelmo que, aunque no era muy necesario, me resultó gracioso porque se notaba que antaño había tenido plumas decorándolo pero ahora nada más que le quedaban unos pocos hilos. << Es un yelmo calvo >>, pensé divertido. Lo cogí para ponérselo de cabeza al muñeco.
-¿Algo más? -pensé en voz alta.
Ya me iba a ir cuando vi un escudo de tamaño mediano apoyado contra la pared. Eso también podía ser útil. Reuní los tres objetos cerca de las escaleras y cogí el yelmo y el escudo, no podía cargar con la pieza de armadura al mismo tiempo a menos que... Dejé de nuevo en el suelo los otros dos objetos y cogí la coraza. La levanté sobre mi cabeza y me la coloqué como pude. Después volví a recoger del suelo el yelmo y el escudo. Mientras lo hacía y miraba la coraza que acababa de ponerme se me ocurrió colocarme también el yelmo en la cabeza. Levanté la visera trantando de que se mantuviese arriba a pesar de lo desgastado que estaba.
<< Debo de tener una pinta francamente ridícula >>, pienso apenas pudiendo contener la risa. Y no la contengo, subo las escaleras lentamente debido al peso de lo que llevo encima mientras suelto alguna que otra carcajada.
<< Lástima que no haya ningún espejo... >> ¿O sí? Claro, el pozo, cada vez que recogía agua para bañarme podía ver mi reflejo con más o menos claridad. Eso serviría.
Entre la risa y que mi nuevo "equipamiento" pesaba bastante tardé un buen rato en alcanzar la planta baja del torreón. Cuando por fin lo conseguí vi que Giz estaba en un sillón comiendo una manzana. Con dificultad debido a la armadura desenvaino mi espada con la mano que tengo libre que en este caso es la izquierda, lo cual dificulta aún más mis movimientos. Sin previo aviso empiezo a correr hacia Giz.
-¡Por la gloraia del reino, desenvaina tu arma y lucha!
Me paro cerca del sillón donde está y, sin poder parar de reír dejo caer la espada y el escudo para levantarme la visera del yelmo y miro a Giz jocoso.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
26/01/12, 08:28 pm
Estoy tan enfrascado en la manzana y en lo estúpido que ha sido ir a rascarse en mitad del hechizo que no oigo los pasos de alguien al acercarse ni el trajín metálico de una armadura, hasta que una mole metálica con un escudo y una espada desenfundada se coloca a mi lado y me grita que desenvaine en un tono de voz heroico. Lo primero que hago es echarme hacia atrás en un acto reflejo, zafándose de forma poco elegante de la silla, pateándola a un lado. Mis músculos se tensan ante la alarma y no me da tiempo a preguntarme qué ha pasado ni a sacar la cimitarra o las flechas cuando el caballero suelta las armas y echa a reír de forma descontrolada. Es Noel.
La primera idea que se me cruza por la cabeza es darle un collejazo, pero enseguida me contagia su ataque de risa y acabo riendo a carcajadas, apoyándome contra la pared y con la mano en el pecho, que todavía latía a altas velocidades por el susto. Cuando consigo parar de reír, casi con dolor de estómago, desenfundo la cimitarra y le apunto con ella a la pechera metálica.
-Mereces la más vil de las muertes por tal susto, sucio bellaco mal nacido- me veo incapaz de continuar la frase gracias a un segundo brote de carcajadas. Respiro hondo y luego añado- Casi me matas del susto, pero ha merecido la pena por verte así- pongo un tono pomposo-, le queda verdaderamente bien tan metálica vestimenta, señor Noel.
Ciertamente, el susto ha merecido la pena por otra razón. Por un momento todos las dudas y la nostalgia que me rondaban han desaparecido.
La primera idea que se me cruza por la cabeza es darle un collejazo, pero enseguida me contagia su ataque de risa y acabo riendo a carcajadas, apoyándome contra la pared y con la mano en el pecho, que todavía latía a altas velocidades por el susto. Cuando consigo parar de reír, casi con dolor de estómago, desenfundo la cimitarra y le apunto con ella a la pechera metálica.
-Mereces la más vil de las muertes por tal susto, sucio bellaco mal nacido- me veo incapaz de continuar la frase gracias a un segundo brote de carcajadas. Respiro hondo y luego añado- Casi me matas del susto, pero ha merecido la pena por verte así- pongo un tono pomposo-, le queda verdaderamente bien tan metálica vestimenta, señor Noel.
Ciertamente, el susto ha merecido la pena por otra razón. Por un momento todos las dudas y la nostalgia que me rondaban han desaparecido.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
26/01/12, 08:52 pm
Giz pega tal salto del susto que la silla se cae al suelo. Pero en cuanto se da cuenta de que soy yo comienza también a reírse. Después desenvaina su cimitarra y apuntándome con ella recita un "discurso".
-Tus palabras han sido primero ofensivas y después halagadoras, así pues me presentas un dilema, escamoso amigo: ¿debería rebanarte el pescuezo o invitarte a una taberna de mala muerte para emborracharnos hasta el amanecer?
No puedo parar de reír mientras interpretamos a dos caballeros dementes, aunque probablemente yo sea el más demente de los dos por haber aparecido de aquella guisa.
-Jajajaja... Jajajaja... Perdona por haberte asustado, sólo pretendía hacer el idiota un rato -digo entre carcajada y carcajada.
Salí un momento al patio para contemplarme en el pozo como había pensado en el sótano. Efectivamente, estoy ridículo. Entro de nuevo en el torreón aún riéndome.
-Bueno, será mejor que vaya subiendo, que esto empieza a pesar -le digo a Giz.
Hago un saludo solemne a modo de despedida y me dirijo a subir de nuevo a la sala de entrenamiento. Antes de subir escucho ruido en la cocina y llama mi atención. Me acerco a la entrada de la cocina y echo un vistazo dentro. Inmediatamente desearía no haberlo hecho. Mánia y Alicia están allí, y esta última además en ropa interior. Totalmente avergonzado, sin esperar a comprobar si me han visto o no, me aparto de la puerta y empiezo a subir las escaleras con toda la prisa que la armadura me permite. << Como siga así volveré a caerme por las escaleras >>, pienso mientras me tambaleo al tratar de subir tan deprisa.
Por fin alcanzo mi destino y una vez en el último piso me "desvisto" de todas las piezas de armadura que llevaba encima.
-Buf, como broma un rato está bien, pero ya pesaba demasiado.
Me siento a esperar a que Caillech esté lista, mientras agacho la cabeza muy sonrojado al volver a recordar la escena que he visto en la cocina.
-Tus palabras han sido primero ofensivas y después halagadoras, así pues me presentas un dilema, escamoso amigo: ¿debería rebanarte el pescuezo o invitarte a una taberna de mala muerte para emborracharnos hasta el amanecer?
No puedo parar de reír mientras interpretamos a dos caballeros dementes, aunque probablemente yo sea el más demente de los dos por haber aparecido de aquella guisa.
-Jajajaja... Jajajaja... Perdona por haberte asustado, sólo pretendía hacer el idiota un rato -digo entre carcajada y carcajada.
Salí un momento al patio para contemplarme en el pozo como había pensado en el sótano. Efectivamente, estoy ridículo. Entro de nuevo en el torreón aún riéndome.
-Bueno, será mejor que vaya subiendo, que esto empieza a pesar -le digo a Giz.
Hago un saludo solemne a modo de despedida y me dirijo a subir de nuevo a la sala de entrenamiento. Antes de subir escucho ruido en la cocina y llama mi atención. Me acerco a la entrada de la cocina y echo un vistazo dentro. Inmediatamente desearía no haberlo hecho. Mánia y Alicia están allí, y esta última además en ropa interior. Totalmente avergonzado, sin esperar a comprobar si me han visto o no, me aparto de la puerta y empiezo a subir las escaleras con toda la prisa que la armadura me permite. << Como siga así volveré a caerme por las escaleras >>, pienso mientras me tambaleo al tratar de subir tan deprisa.
Por fin alcanzo mi destino y una vez en el último piso me "desvisto" de todas las piezas de armadura que llevaba encima.
-Buf, como broma un rato está bien, pero ya pesaba demasiado.
Me siento a esperar a que Caillech esté lista, mientras agacho la cabeza muy sonrojado al volver a recordar la escena que he visto en la cocina.
- Caillech
Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
29/01/12, 09:54 pm
Oigo como Mánia se va, con lo que nos quedamos Noel y yo solos para trabajar en el muñeco de entrenamiento. Aunque queda a la vista que ninguno de los dos es un experto en esta área. Ninguno habia hecho algo así en su tierra natal. Quién se hubiese imaginado que algo así sería de utilidad en la vida real, nadie. Pero aquí estabamos, intentando crear un monigote para ayudarnos a mejorarnos en la lucha cuerpo a cuerpo para tener alguna posibilidad de sobrevivir en el mundo que nos aguardaba fuera de estas seguras paredes.
Realmente, si alguien me hubiese dicho que unas paredes de piedra me aportaría tal sensación de seguridad me hubiese reido en su cara. O si tan solo me hubiesen dicho que pasaría tanto tiempo en un mismo lugar, sin ninguna intención de cambiar, lo tacharía de loco. Pero aqui estaba. Este mundo hacía las cosas más extrañas a la gente.
En ese momento, Noel me sacó de mis ensoñaciones diciendo que deberíamos ir a buscar unas cuantas cosas más para que la cosa saliese medianamente bien. A mi al parecer me tocaba ir a por cuerdas. Creía recordar haber visto alguna por ahí. Nos separamos, cada uno a por su cometido.
Empecé a mirar cada cuarto, cada habitación de la parte de arriba, pues estaba casi segura que en alguna de ella había visto con anterioridad lo que buscaba. En el camino me encontré a Ethan.
- Una cosa, por casualidad no sabras donde esta una cuerda, ¿verdad? - le pregunté.
Y vaya suerte la mía, pues sabía el lugar exacto. Me indicó la habitación a la debía de ir y allí estaba. Sonreí mientras lo tomaba en mi mano. Esto estaría bien, era lo suficientemente largo para servirnos para nuestro propósito. Así volví al cuarto de entrenamiento para encontrarme a Noel con todo lo que había traido.
- Parece que has saqueado medio Torreón, rufián - le dije mientras miraba su botín - Bonito casco - lo cogí entre mis manos mientras me sentaba a su lado. Me lo puse en la cabeza con una sonrisa - ¿Qué tal me queda?
Realmente, si alguien me hubiese dicho que unas paredes de piedra me aportaría tal sensación de seguridad me hubiese reido en su cara. O si tan solo me hubiesen dicho que pasaría tanto tiempo en un mismo lugar, sin ninguna intención de cambiar, lo tacharía de loco. Pero aqui estaba. Este mundo hacía las cosas más extrañas a la gente.
En ese momento, Noel me sacó de mis ensoñaciones diciendo que deberíamos ir a buscar unas cuantas cosas más para que la cosa saliese medianamente bien. A mi al parecer me tocaba ir a por cuerdas. Creía recordar haber visto alguna por ahí. Nos separamos, cada uno a por su cometido.
Empecé a mirar cada cuarto, cada habitación de la parte de arriba, pues estaba casi segura que en alguna de ella había visto con anterioridad lo que buscaba. En el camino me encontré a Ethan.
- Una cosa, por casualidad no sabras donde esta una cuerda, ¿verdad? - le pregunté.
Y vaya suerte la mía, pues sabía el lugar exacto. Me indicó la habitación a la debía de ir y allí estaba. Sonreí mientras lo tomaba en mi mano. Esto estaría bien, era lo suficientemente largo para servirnos para nuestro propósito. Así volví al cuarto de entrenamiento para encontrarme a Noel con todo lo que había traido.
- Parece que has saqueado medio Torreón, rufián - le dije mientras miraba su botín - Bonito casco - lo cogí entre mis manos mientras me sentaba a su lado. Me lo puse en la cabeza con una sonrisa - ¿Qué tal me queda?
Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.
Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Torreón Letargo (Archivo II)
29/01/12, 10:30 pm
Alicia observó el reflejo ondulante que le devolvía el agua. Llevaba mucho tiempo sin mirarse en un espejo, y se sintió extraña al verse así. Pero antes que nada, solo pudo sentir fascinación.
- wow, Mánia... - se veía así misma exotica, y a la vez, mayor y más guapa de lo normal, porque Alicia no se solía maquillar. Y hacia tantos años que no jugaba a disfrazarse...
Le sonrió a la chica alregremente.- ¿Sí? Creo que me quedaré así el resto del día. Es extraño... no soy exactamente yo, pero estoy bien.
Se miró un poco mas en el agua, como si quisiese comprobar que era ella la que le miraba desde el barreño, y tras una última sonrisa vacilante a la chica, entró en el torreón.
Se preguntaba que pensarían los demás al verla así.
- wow, Mánia... - se veía así misma exotica, y a la vez, mayor y más guapa de lo normal, porque Alicia no se solía maquillar. Y hacia tantos años que no jugaba a disfrazarse...
Le sonrió a la chica alregremente.- ¿Sí? Creo que me quedaré así el resto del día. Es extraño... no soy exactamente yo, pero estoy bien.
Se miró un poco mas en el agua, como si quisiese comprobar que era ella la que le miraba desde el barreño, y tras una última sonrisa vacilante a la chica, entró en el torreón.
Se preguntaba que pensarían los demás al verla así.
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