Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Un roce contra mis piernas interrumpe mi temblor, algo duro se desliza por ellas y al final Cain se sienta sobre mis rodillas, le oigo hablar, pero apenas soy consciente de lo que dice, su olor es demasiado embriagador, me empuja hacia atrás y se desliza entre mi pecho y mis piernas hasta sentarse en mi regazo, apoya su frente en la mía, cogiéndome la cara entre las manos y me amenaza, sus labios recorren los míos, limpiando la sangre, y luego me lo cura cerrando la herida, dice algo de contentar a Elliot y asiento distraído, mirando a la pelirroja por encime del hombro del italiano, dice algo de su erección, que llevo un rato notando contra mi vientre, pero antes de que pueda decir nada Elliot se acerca y nos pone en pie. Agarra a Cain por los boxer y a mi por la cintura del pantalón, tirando de nosotros nos conduce al cuarto, y cierra tras de nosotros. Me mira sonriendo y me dice algo de la ropa acercándose, me besa y saboreo el embriagador aroma de su boca, que el perfume acentúa, me quita la bufanda y mientras me besa en el cuello me quita la camiseta también, sus dedos recorriendo mi piel me provocan un estremecimiento, jadeo por la impresión y luego se aleja hacia Cain, yo observo como le empuja hacia la cama y gatea sobre el, besando su torso hasta llegar a la boca. Les dejo disfrutar del beso, excitado al verles, pero también quiero, así que me subo a la cama y deslizando mi pecho por la espalda de la pelirroja, me asomo por encima de su hombro, buscando los labios del italiano. Devoro su boca con ganas, con el perfume de ambos en la nariz, un perfume que me excita aun mas al estar tan cerca de ellos. Separo mi boca de la del italiano y recorro el cuello de Elliot con la lengua, buscando la comisura de su boca desde detrás, giro un poco su cuello para enredar mi lengua con la suya, mientras mi mano izquierda recorre su vientre, y perfila la cicatriz de su costado. La mano derecha descansa sobre el pecho de Cain, jugueteando con sus pezones. Libero su lengua y me echo un poco para atrás, empujando a Elliot hasta sentarla sobre el vientre del italiano, miro hacia abajo y veo la erección de Cain a través de sus boxer, sonrío divertido y se los quito con un tirón rápido. Agarro su miembro con la mano izquierda y empiezo a masturbarlo con suavidad, con ritmo pausado, mi mano derecha rodea a Elliot y sube por su vientre hasta sus pechos, acariciándolos a través del tejido. Acerco mi boca al miembro del italiano y lo acaricio con mi aliento, saco la lengua y la deslizo suavemente por la punta, mientras mi mano baja hasta la base, me lo introduzco lentamente en la boca, después de recorrerlo de arriba abajo con la lengua, humedeciéndolo. Mis labios suben y bajan por su erección, acogiéndola en el calor del interior de mi boca. Libero su miembro y rompo con la lengua el hilillo de saliva que lo une con la comisura de mi boca, alzo la cabeza, deslizando mis labios sobre las cicatrices de Elliot, acariciándolas con mi aliento, hasta llegar al cierre del sujetador, lo abro con los dientes, forcejeando con broche mientras mis manos siguen una en el miembro de Cain y la otras sobre los pechos de la pelirroja. Por fin el cierre se suelta y le quito el sujetador con la mano derecha, lanzandolo fuera de la cama, y subo mi boca hasta su cuello, me asomo por encima de su hombro y girándola levemente recorro sus pechos con la lengua, besando sus pezones y pellizcándoles suavemente con los dientes. Mis ojos brillan excitados, beso a la pelirroja de nuevo en la boca, recorriendola a fondo con la lengua y me aparto de nuevo de ella. Le doy otro beso a Cain, mezclando el sabor de Elliot con el suyo propio, con una sonrisa de oreja a oreja. Después vuelvo a su miembro, que mi mano no ha abandonado aún y vuelvo a suspirar sobre él, me lo introduzco de nuevo en la boca y lo saboreo con mas rapidez esta vez. La mano sobre el pecho de Elliot se desliza poco a poco hacia abajo, rozando su ombligo con delicadeza, hasta llegar a la cintura de sus bragas, me detengo y dejo la mano descansando sobre ella, sin introducirla aun, la aparto y la acerco a mi boca, libero el miembro de Cain unos instantes y me introduzco los dedos en la boca, humedeciéndoles, vuelvo a llevar la mano hasta su ingle mientras mi boca acoge de nuevo el miembro de Cain. Mis dedos se introducen en las bragas de Elliot, buscando el clítoris, acaricio sus labios con suavidad y estimulo el clítoris con delicadeza, acariciándolo con mis dedos húmedos, poco a poco introduzco los dedos, buscando el interior de su vagina ...

Cain saborea los labios de Elliot, dejándose llevar por el dulce olor que desprendía, disfrutando de los restos de Vacuum, descubriéndolos entre la esencia de la pelirroja. De pronto, la chica se mueve, sentándose sobre su pecho, y él siente como Vacuum le arranca los boxer. Se estremece al simple roce de la tela y entonces Vacuum empieza a masturbarle... Todo su cuerpo tiembla ligeramente mientras el placer se extiende. Cuando nota el aliento del griego, y su lengua húmeda recorriendo su miembro, arquea ligeramente la espalda. Sus manos recorren los muslos de Elliot, pasando de las rodillas hasta las nalgas, deteniéndose en estas, tanteando y masajeando la suave piel, sus curvas... Llena el vientre de Elliot de besos, y cuando Vacuum está lo bastante cerca, captura sus labios, buscando su lengua, enredándose con ella. Acaricia la espalda de Elliot mientras deja suaves besos bajo su ombligo, que explora con la lengua mientras hace que la chica se incline ligeramente, facilitándole el seguir subiendo por su estómago, creando un camino con sus labios hasta la base del sujetador. Muerde la tela, pero Vacuum no tarda en desabrocharlo y librarse de él. Caín sonríe, y aspira las gotas de perfume que antes había echado en su piel, se pierde en su escote besando ambos pechos, lamiéndolos embriagado, ciego, perdido. Sube las manos y los masajea, abarcándolos con ambas manos oprimiéndolos y magreándolos con lentitud, con delicadeza. Los libera para volver a besarlo. Vacuum le quita uno y Cain lanza un bocado al aire, pero la mano del griego baja... y baja... y unos ojos dorados le siguen. Cain sonríe con picardía y continúa dando besos. Cuando Vacuum detiene momentáneamente la felación, no protesta, espera a que la mano del griego esté cerca y lame sus dedos mezclando su saliva con la que ya los impregnaba. Vuelve a subir y atrapa el pezón de Elliot con la boca y empieza a chupar, como un niño demandando alimento, trazando círculos alrededor, e imitando los movimiendos de la boca del griego sobre su miembro.

Siento sus labios sobre mi cuello, que recorre de arriba abajo. Cuando me muerde en la clavícula hago una mueca de dolor, pero en seguida vuelvo a sonreír, sabía que me iba a dejar marca, pero me daba igual. Seguimos besándonos, él atrapa mi lengua con los dientes y yo en venganza, hago lo mismo con la suya. Pero cuando le suelto la lengua, rompe el beso, se empieza a separar de mí. Levanto la cabeza y observo hacia dónde va, cuando noto su boca de nuevo en mis pechos cierro los ojos y me muerdo el labio inferior. A medida que baja, mis manos van a su pelo, que empiezo a acariciar. Se para en un lugar concreto y empieza a jugar con la lengua, apoyo de nuevo la cabeza en la almohada, con los ojos aún cerrados, escapándose algún gemido. Cuando noto sus manos recorriendo mis piernas y mis pechos, entrelazo sus manos con las mías, que en ocasiones se vuelven a separar para volver a su pelo. Termina por darme lametones, levanta la cabeza y me mira. Subo de nuevo la cabeza para poder mirarle, estaba sonriendo. Le devuelvo la sonrisa de una forma picara, me muerdo el labio inferior y con una de las manos le indico que vuelva hacia aquí.

Cain y Elliot tiemblan bajo mis atenciones, y yo sigo con mi tarea, masturbandolos con suavidad, acelerando el ritmo poco a poco. Elliot me agarra del brazo y saca mi mano de sus bragas, alzo la mirada algo confundido y me topo con los ojos de Elliot, que se ha girado sobre Cain y me ayuda a masturbarlo con la boca. Nuestras lenguas se encuentran a lo largo del miembro del italiano, chocando en busca de espacio, nuestros labios lo recorren de arriba a abajo y nuestras miradas se cruzan divertidas. Elliot murmura algo y recorre el miembro de Cain con la lengua una vez mas, me empuja hacia atrás, apartándome de Cain y me agarra de la cintura de los pantalones. Antes de que me de cuenta me los quita junto con los boxer, yo reculo hacia atrás hasta apoyar mi espalda contra el cabecero de la cama, Elliot sube hasta mi boca, deslizándose por mi pecho, el roce de sus pechos me provoca escalofríos. Sus labios resultan embriagadores en mi boca, dice que es mi turno y sin dejar de mirarme a los ojos empieza a bajar por mi torso, deslizando sus labios por mi cuerpo, hasta llegar a la erección. Lo lame una vez, de arriba a abajo, lentamente, mis ojos se nublan por el placer que me provoca, da un beso en la punta y lo introduce en su boca, mi espalda se tensa mientras su lengua juega con mi miembro, haciéndolo vibrar, el roce de sus dientes me provoca escaloffríos, mis manos recorren su nuca y juegan con su pelo. Ahogo los gemidos contra la boca de Cain, besandole con fuerza, recorriendo su interior, embriagado por el aroma de los dos, por ese perfume extraño ... mis manos tantean en la mesita, alcanzando la cajita de los "preservativos", por lo que pueda pasar ... la dejo sobre mi vientre, mientras mi cuerpo tiembla de placer ...

Jugueteo con mi lengua por la ingle, lamiendo el bultito y rozando la entrada de su vagina con suavidad mientras entrelazo una de mis manos con la suya y la otra sigue perdiéndose en su cuerpo, tomando uno de los pechos y masajeándolo. Doy un par de lametones amplios y lentamente, recorriendo toda su ingle y cuando la veo gemir, sonrío. Me responde con una sonrisa pícara y mientras me dice que vuelva con ella, se muerde el labio. La idea de volver a sus labios me vuelve loco y empiezo a subir hacia su ombligo con la lengua, depositando besos alrededor y sigo subiendo hacia los pechos, donde lamo sus pezones y succiono de uno como si fuese un bebé, mientras mis manos se pierden en su cabello y en sus brazos. Sigo subiendo besando y rozando el cuello con mis dientes mas me desvío hacia el hombro y empiezo a recorrer su brazo con mi lengua, cojo su mano y la recorro con húmedos besos. Después entrelazo mi mano con la suya y vuelvo a bajar por su brazo, solo que esta vez trepo por su cuello en busca de sus labios, los cuales atrapo entre mis dientes para después perderme en su interior con mi lengua, entrelazándola con la suya mientras mis mano libre sigue recorriendo sus pechos. Aunque me cuesta, consigo romper el beso y a lametones llego a su oreja, donde susurro un: "Te quiero" entre jadeos y retorno, ansioso y con intensidad, a su boca. Me estremezco y tiemblo notando su cuerpo cálido y delicado bajo el mío, mi miembro rozando su ingle. Pero esto me alarma visiblemente, pues no quiero sorpresas...

Elliot detiene a Vacuum y Cain mira hacia abajo, extrañado. La pelirroja se separa de él, pero va a ayudar al griego. Ambas lenguas luchan, se encuentran y juguetean con su miembro, volviendo loco a Cain que empieza a jadear. Mantiene los ojos cerrados, oyendo las palpitaciones en sus oídos, tratando de decir algo, pero consiguiendo únicamente que saliesen de su garganta gemidos suplicantes. Trataba de alcanzarles, pero no podía, así que se incorpora y acaricia las cabezas de ambos, luego llega a sus espaldas y vuelve a subir, besa todo centímetro de piel que llega a su alcance, con la respiración acelerada y la vista nublada de placer. Paran. Elliot se ocupa de la erección de Vacuum y el italiano no pierde detalle de como la lengua de la pelirroja recorre su miembro, como lo pierde en su boca, incluso puede imaginarse los movimientos de esa lengua dentro de la boca... Se relame e inconscientemente se lleva la mano a su aún anhelante erección, sus dedos resbalan en la saliva de los otros dos, mientras en sus ojos se graba la escena... No pierde detalle de la explerión de Vacuum, de sus gestos de placer, de su pecho subiendo y bajando... Se lanza a su boca y la devora con ansia, enredando la mano libre en su pelo, acariciándole la nuca, bebiendo, memorizando y emborrachándose de su esencia y de la de la pelirroja. No pierde detalle de la cajita que coge Vacuum de la mesa y sus ojos relucen
<<No seas avaricioso, hoy no te toca a ti>> se reprendió

Mientras que sube de nuevo hacia mi boca, se detiene en mi ombligo el cual recorre con la lengua, sube un poco más hasta llegar a mis pechos, vuelve a lamer los pezones pero esta vez, succiona de uno de ellos. Asciende por mi cuello, espero de nuevo sus labios, pero toma un camino diferente, recorre con la lengua mi brazo y me da besos en la mano. A continuación, vuelve a trepar por el cuello para esta vez llegar a mis labios, que esperan ansiosos. Vuelve a romper mi beso para llegar hasta mi oreja, donde me susurra un “te quiero”. Cuando vuelve hacia mi boca, me estremezco al sentir su miembro cerca de mi ingle. Pero ambos sabíamos que no podía pasar, no queríamos sorpresas, aunque, en un lugar como este tendría que haber preservativos por algún lado. Mientras nos besamos, mis manos bajan por su espalda y se quedan en sus nalgas un buen rato, las cuales acaricio con los dedos y araño suavemente con las uñas. Mi boca, para de besarle y va en busca de su cuello. Lo beso y consigo hacerle un chupetón, sonrío mientras repaso con la lengua la zona marcada. Mi boca asciende y se para en sus labios, pero sólo un momento, le vuelvo a dejar con las ganas. Me acerco a su oreja y le susurro:
-Creo que tengo una idea que te va a gustar.- Le dejo con la duda y antes de separarme de su oreja, le muerdo con ganas. Dejo mis manos en su pecho e intento hacer que se levante para que me de espacio para moverme. Cuando lo consigo fijo mi vista en la mesilla de noche, me acerco y abro el cajón. Lo que estaba buscando tendría que estar, seguro. Lo que más abundaban eran los vibradores y muchos más juguetes eróticos. Meto la mano al final del cajón y consigo una bolsita de tela, la abro y sonrió con el resultado. Cierro el cajón de golpe y le enseño lo que he obtenido, la bolsita estaba llena de una especie de preservativos. Dejo la bolsa sobre la mesilla y me acerco hacia Jack con uno en la mano:
-Vamos a hacerlo bien.- Le tiendo el “preservativo” y vuelvo a tumbarme en la cama, esperándole.

Noto sus dedos recorriendo mi espalda, bajando y llegando a mis nalgas, haciéndome cosquillas, temblando cuando me acaricia y araña con delicadeza. El beso vuelve a romperse y mientras me besa el cuello, entierro mi boca en su pelo. Pero noto algo en sus besos y me estremezco cuando delinea una marca con su lengua. Vuelve a mis labios pero vuelve a separarse y doy lametones en su cara mientras me susurra algo al oído. Me tiene intrigado y el mordisco repentino me pilla desprevenido, sobretodo porque muerde con fuerza pero sonrío y sigo jugando con mi lengua en sus mejillas. Tantea con sus manos por mi pecho y me levanto, pero se va de la cama y empiezo a gruñir de broma, curioso e intrigado. Rebusca en el cajón y extrae una bolsita que le saca una sonrisa. ¿Qué habrá? Ni idea...Saca algo y se me acerca con...Oh, vale, eso tiene cierta forma que...Miro hacia abajo y sonrío, comprendiendo. Lo cojo y lo coloco en mi miembro con manos inexpertas, cuando acabo ya está tumbada y vuelvo a me acercarme ella, tanteando la entrada con cuidado y guiando mi miembro con la mano. Se me escapa un gemido cuando consigo entrar y me voy tumbando sobre ella, soltando un jadeo a medida que lo introduzco por completo y voy en busca de sus labios, sediento y ansioso de ella. Me quedo un rato dentro de ella sin moverme y luego empiezo a hacerlo con movimientos lentos y torpes. Mis gemidos mueren en su boca, donde la lucha con su lengua es intensa mientras mis manos masajean sus pechos y se pierden en sus curvas.

Se pone el preservativo y se tumba de nuevo sobre mí. Noto como se mueve dentro de mí, lentamente. Se acerca a mis labios y vuelve a besarme. Cuando siento la necesidad, paro el beso y empiezo a gemir, pero cuando termino vuelvo de nuevo a sus labios, que recorro con mi lengua y que baja por su barbilla, hasta su clavícula, que muerdo en venganza. Mis dos manos bajan a su cintura que agarro pero también acaricio durante un buen rato pero que vuelven a subir hasta sus labios, que recorro con uno de los dedos para al final posarse sobre su boca, impidiendo que vuelva a besarme. Sonrío y paso mis brazos por su espalda y le abrazo, intentando dejarle lo más cerca de mi posible. Me acerco a su oreja y la lamo con la lengua:
-¿Quieres más besos?- Susurro, jadeando. Detengo el abrazo y cojo su rostro con las dos manos mientras me acerco de nuevo a sus labios, esta vez no juego con mi lengua. Cuando el beso termina le doy otro beso más en las mejillas, en los párpados...en todas partes.

El largo y húmedo beso se detiene y deja escapar unos gemidos mientras le beso el cuello, aunque vuelven a encontrarse nuestros labios y su lengua los humedece, bajando luego por mi barbilla yendo a parar a mi clavícula, donde muerde vengativa mientras sonrío y le beso la coronilla jugando con su pelo. No dejo de moverme en su interior, dejando atrás la torpeza inicial y empezando a gemir al notar su cálido contacto en mi miembro. Me pego más a ella y tiemblo cuando me acaricia la cintura. Sus dedos vuelven a subir y se interponen entre nuestros labios, pero lucho contra ellos con mi lengua, lamiéndolos y besándolos. Respondo a su sonrisa con otra pícara y tomo su dedo entre mis dientes mientras lo recorro con la lengua. Su aliento en mi oreja me hace estremecerme. Sonrío divertido con su dedo aún en mi boca y dejo de lamerlo para darle un suave tirón de su labio inferior cuando vuelve a iniciarse el beso, después me pierdo en su boca recorriéndola con mi frenética lengua. Me abraza y tira de mí hacia ella, notando sus pechos que me hacen cosquillas. Paso un brazo bajo su espalda y me pego aún más si cabe a su cálido cuerpo que me vuelve loco, mientras incremento la velocidad de mis movimientos en su interior. Su abrazo se quiebra y me toma el rostro con las manos. ¿Que si quiero más besos?
-Te quiero a ti.-consigo responder entre gemidos de placer.
Empieza a besarme pero su lengua se esconde de la mía y pasa a besarme las mejillas, luego los párpados. Yo mientras tanto doy lametones en la zona de la cara más cercana y consigo dar un mordisquillo en la nariz. Un calambrazo me arquea la espalda cuando incremento la velocidad de mis sacudidas y me pego más a ella, buscando ser un solo cuerpo, separados únicamente por nuestras húmedas y juguetonas bocas...

El italiano me devuelve el beso con ansia, devorándome la boca, una de sus manos me sujeta el pelo, mientras con la otra se masturba ... mis ojos se nublan y el verde brilla en la penumbra de la habitación, la lengua de Elliot juega con mi miembro y mi expresión refleja mi excitación. Elliot suelta mi miembro y sube a ver la cajita, la abre y nos mira interrogante, comprende los que son y sonríe con perversión, mi mirada se fija en sus manos, como saca uno y me lo pone con cuidado, la piel resbala por mi miembro cubierto de saliva y observo como la pelirroja se quita las bragas. Yo lubrico el saquito con un poco de saliva, mientras la chica sube por mi cuerpo, deslizándose sobre mi. Devora mi boca mientras yo tanteo su vagina con los dedos, estimulando el clítoris. Suspira contra mi boca y se alza sobre mi, y poco a poco, guiándolo con las manos, introduce mi miembro en su interior. Mi boca se abre ligeramente y mis ojos se entrecierran, jadeo sin poder contenerme y Elliot se empieza a mover de arriba a abajo, sus caderas marcan el ritmo y yo lo sigo, acompasandome a el ... empiezo a jadear, y ahogo mis gemidos en la boca de la pelirroja, que también gime. Mi boca se separa de la suya, que busca la de Cain y se dirije a sus pechos, succiono sus pezones con ansia, recorriendolos con la lengua y pellizcandolos con los dientes, mis manos recorren su cuerpo, pasando por su espada, sus nalgas, hasta llegar a sus caderas, la sujeto con fuerza, ayudándola a subir y a bajar. Una de sus manos aparta la de Cain de su miembro y comienza a masturbarlo, mientras la otra sigue en mi pelo. Alargo una de mis manos y la entrelazo con la de Elliot en el miembro del italiano, masturbandolo con ganas, al mismo ritmo de las embestidas. Elliot jadea que nos quiere y mi sonrisa se ensancha ...
-También te queremos pelirroja, yo también os quiero - digo de forma entrecortada - ...
Elliot aumenta el ritmo, pero se queda inmóvil entre jadeos, yo aumento la velocidad, cargando con todo el movimiento, la pelirroja se recompone y comienza a mover en círculos las caderas y la mano que masturba a Cain, yendo de arriba a abajo, su movimiento me vuelve loco, la pelirroja ahoga un gemido en mi boca y aumenta el ritmo aun mas poniendo los ojos en blanco, mi mano en el miembro del italiano aumenta su ritmo, dándole todo el placer que puedo, doy otro beso a Elliot y busco la boca del italiano, ahogando mis jadeos en su lengua, me peleo con ella, explorando su paladar con la mía, recorriendo sus dientes y mordisqueando sus labios. Deslizo mi lengua por su cuello hasta su pecho, mi aliento entrecortado roza sus pezones y mi lengua los recorre con ansia, la lengua de Elliot restalla contra la del italiano y sus jadeos aumentan, de pronto un espasmo sacude el cuerpo de la pelirroja y un jadeo muy fuerte escapa de sus labios, su cuerpo se arquea y su temblor se pasa al mio también. Pongo los ojos en blanco y mi lengua cuelga por fuera de mi boca, me hundo todo lo que puedo y me derramo en su interior, mi mano aprieta con fuerza en el miembro del italiano, apremiante por que el chico también tenga esa explosión de placer que nos recorre, que nos inunda, que por un momento nos haces ser uno los tres a la vez ...

Sus movimientos cada vez son más rápidos, haciéndome gemir aún más. Dejo mis manos encima de la almohada, aunque a veces deciden recorrer de nuevo su espalda. Los dedos que había dejado sobre sus labios para impedir que me besaran acaban lamidos por su lengua y besados por sus labios. Cuando me muerde la nariz le miro divertida, pero lo que hago es morder su labio inferior, sin intención de hacerle daño. Tras haber interrumpido antes el beso, esta vez dejo mis labios pegados, sin interrupciones, vuelvo de nuevo a jugar con la lengua, metiéndose de nuevo en su boca y buscando ansiosa la suya. A medida que pasaba el tiempo sus movimientos iban acelerando, cuando me habla lo consigue pero entre gemidos de placer, de momento no digo nada, ya que me pasaría lo mismo. Se acerca más a mí, incluso me pasa un brazo por debajo de la espalda, ya nada nos separaba, sentía el latir de su corazón.
Pero esto no duraba para siempre. Sus movimientos, que iban a gran velocidad, disminuyen a medida que pasa el tiempo y mi lengua ya no estaba tan ansiosa como antes. No me importaría seguir, pero estaba algo cansada. Las manos que estaban sobre la almohada se hacen un hueco entre nuestros pechos y acarician el suyo para ir levantándolo poco a poco.