Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Elliot se acerca y va a recoger sus cosas, cuando Elliot regresa Cain también dice que viene y salen primero, llamo a Jau que anda en el salón y a Yip, que esta también en la sala, cojo mi espada y mi escudo y salgo tras el grupo, cerrando la puerta tras de mi ... la noche es fría, pero voy demasiado pensativo para notarlo, ¿quien a muerto?, ¿y como no nos hemos dado cuenta? ... es realmente inquietante, no haberse percatado de algo así ... no se que pensar ...

Continúa en el Torreón Letargo.

Ayer, todos se marcharon, puesto que Gael llegó muy asustado. Y yo... bueno, en realidad estaba entrenando en el dojo, y, sin embargo, pude escuchar fragmentos de la conversación. Ahora pienso que a esa distancia no debería haberlo oído, a no ser que...
"¿Y si la Luna ya ha empezado a hacer sus efectos?". No, no lo creo. Es más posible que estuviese en otro lado y me haya imaginado todo.
Sin embargo, decidí no ir. Me había prometido a mí misma que iba a ser más fuerte. Además, ya iban varios. Así que me limité a asegurar la puerta a la salida de mis compañeros.

Cuando abro hoy los ojos, todo me parece muy surrealista. Voy a la cocina y cojo algo de comer, aunque sé que la comida no es eterna. Después, me siento en uno de los puf... Todo está muy silencioso. Demasiado.

Me despierto. Recuerdo lo que pasó desde que Jau llegó vagamente. ¡Joder! Me había vuelto a quedar empanada. ¡Si es que no puedo enterarme de nada así! Suspiro. Tengo que intentar concetrarme más. Bajo a la cocina cantando una canción., tarareando las partes instrumentales. Desafino un poco al principio. <<Si cantase más a menudo no desafinaría.>>, pienso riendome. Es verdad, pero, ¿que más da ahora? Si lo de la Luna es cierto, saber cantar no me servirá de mucho. Cojo un poco de comida y me voy al salón. Allí me como lo que he cogido. Saludo con un gesto a Martalar y sigo a lo mío, mirando a la pared y pensando en lo que pasará el día en el que el astro saliese. No es que sea agradable de pensar. Me estremezco por la visión de verme convertida en una horrible criatura. Sacudo la cabeza, como intentando olvidarme de eso y pienso en las estrellas. Estas noches hay estrellas en el cielo. Una brilla más que las otras. Ni siquiera me había fijado bien hasta anoche, cuando no pude dormir y me puse a mirar el sielo. Un rato más tarde, acabé por dormirme.

Voy caminando, de nuevo estoy en la plaza de los colaespinas. Y de nuevo no estoy solo. No consigo distinguir a quienes van conmigo, solo veo con nitidez a las malditas ratas, las cuales me miran amenazadoras, chillando y con las fauces abiertas, y las colas arqueadas, listas para atacar. Adelanto el escudo y ahogo un grito cuando veo un ala de murciélago destrozada, sangrante, en donde debería estar mi brazo. No puede ser...La luna no ha llegado todavía...Pero miro al cielo para asegurarme y en lugar del cielo veo ¿el planeta tierra pero de color rojo? ¿Qué diantre?
-¡Jack, cuidado!
Escucho de pronto e instintivamente salto hacia atrás, pero al caer me clavo en el suelo. Miro hacia abajo y me veo las piernas convertidas en...¡en espadas! Vale, no puedo salir del suelo...Quizá volando...Miro las alas y en su lugar tengo unos tallos de espinos demasiado largos como para poder maniobrar con ellos con facilidad. Vuelvo a mirar al cielo para insultar a la luna y mira por donde, la veo devorando a la tierra. Abro la boca pero ningún sonido sale de ella. ¿Qué pasa? Vuelvo a gritarle pero nada, solo consigo que un dolor atroz me suba por la garganta. Sigo intentándolo, pero no puedo producir sonido alguno. Y vuelvo a escuchar el grito de advertencia, pero no puedo moverme así que miro al frente: una inmensa lluvia de afiladas púas está a punto de destrozarme. Cierro los ojos cuando las escucho cortando el aire sobre mi cabeza y cambian de dirección, lanzándose hacia mis compañeros, que luchando con las demás colaespinas no se dan cuenta. Grito y grito, intento mover las largas ramas para avisarles, pero todos mis esfuerzos son inútiles y nada sucede. . .
Despierto gritando nada más ver cómo las púas destrozaban literalmente al griego, a Cain, a Elliot y a Erika sin yo poder evitarlo...Estoy sudando y respirando agitadamente. Me miro el cuerpo para comprobar que ha sido una pesadilla y empiezo a hablar en voz alta
-Vale...Pesadilla...Solo eso...Maldita sea...No era tan real como la de padre pero...-respiro hondo, pues parece que me voy a asfixiar.-Pero demasiado actual...No hablo con nadie últimamente y ...y si la luna me transforma en algo que no pueda comunicarse con los demás...no será bueno...-vuelvo a tragar aire y a expulsarlo intentando calmarme, pero gruesos goterones de sudor me recorren el rostro.-Tengo...tengo que ser menos frío. Está bien para según qué cosas, pero...la gente normal hablan entre sí...¿Y qué les digo? No sé...lo que sea, pero tengo que ser menos frío. Y...tendré que hablar seriamente de varios temas con ciertas personas...solo por si después de la luna no pudiese hablar con ellas...
Salto de la cama y me enfrento al balcón en un impulso, aunque el sol me reciba con furia y me molesten los ojos. Me giro para vestirme un kimono verde oscuro con una especie de espirales negras en la espalda y en el torso. Zapatillas de piel y el cinto trenzado, para después ir a la cocina con la cara lisa, sin emoción alguna. No hay nada preparado ni frío...así que cojo una pieza de fruta y luego voy decidido al cuarto de Elliot, llamo suavemente y ...¿Nadie? Pues no estaba en el salón...Me encojo de hombros y me acerco al dormitorio de Cain...Nadie también. ¿Qué diantre? Visito la última habitación que está en mis planes y sonrío cuando cierro la puerta <<Está dormida, no la despertaré>> Y, en vistas de que Cain no está, me toca irme al Balcón del Centinela. Mientras vigilo la plaza, sigo trabajando en las coderas que dejé a medias el otro día...

No tengo ganas de llamar a la puerta y aquí me conoce to Dios. Así que entro por una ventana y me pongo a buscar a Marta con gran impaciencia.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA jod********************* pu********************************************!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Espera,se curarme... me curo y tambaleante,llamo a la puerta.
-Hay alguien? Abridme porfa!

Tras saludar a Kaila con otro gesto, continúo perdida en mis pensamientos.
Y, durante un tiempo indefinido que no sé calcular, pienso en tantas cosas a la vez...
La Luna Roja ocupa una parte de mis pensamientos. Pero estos están definidos mayormente por un rostro: Alex. ¿Dónde está?
Entonces, algo interrumpe mis pensamientos. He oído un ruido. De nuevo me pregunto si en otro caso lo debería haber oído. Quizás esté en otro lado, quizás lo esté imaginando... O quizás todo esto sea otro estúpido sueño y me esté volviendo loca.

-¿Me abrís? No me gusta estar de pie delante de un burdel,que todo se sabe en las ciudades pequeñas.
Alexander empieza a impacientarse por este afán de continuismo en el rol...xD

Es la voz de Alexander. Lo sé, me resulta inconfundible incluso cuando lo que está haciendo es quejarse.
Camino rápidamente hacia la puerta, y la abro. Allí está.
Durante unos segundos, me quedo totalmente en blanco. Me da miedo que vaya a desaparecer de un momento a otro.

Después de estar lo que parecen horas mirando a la pared mientras mi mente vagaba por mundos extraños y hacía teorías sobre la salida de la Luna Roja, llaman a la puerta. Martalar no se levanta a abrir. <<¿Qué le pasará a esta chica?>> Me levanto para abrir, cuando Martalar sale disparada hacia la puerta. <<Este comportamiento no es normal...creo>>, pienso. Me parece rara su forma de actuar, pero tal vez sean manías suyas. Miro al chico que espera fuera de arriba a abajo. No le conozco, tal vez sea un gorrón y solo quiera bañarse en las termas. Si viene para eso, le echo a base de magia.
-¿Quién eres?¿Qué haces aquí?- le pregunto.

Se queda parada en medio de la puerta como asustada,tengo miedo de que haya cambiado lo nuestro. Como con miedo,doy un paso hacia ella y la abrazo fuertemente,como si tuviera miedo de que se escapara. La miro a los ojos medio llorando y digo:
-Perdóname,debí decirtelo,no se muy bien lo que me pasa,a veces...pierdo la consciencia,dejó de pensar y estoy dias enteros actuando como si fuera otro,debí decirtelo...pero me da tanto miedo perderte...

-Él vive aquí -le contesto a Kaila.
Después, vuelvo a despertar de mi ensueño al darme cuenta de que me está abrazando. De que realmente está ahí.
-No tienes que dar explicaciones. Lo único que me daba miedo era no saber si estabas muerto -contesto, sintiendo un nudo en la garganta.
Después, me refugio en su abrazo, intentando no pensar en nada más.

Abro los ojos lentamente, de tanto dormir se habían quedado pegados. Me llevo las manos a la cara y me froto los ojos, intento despejarme un poco, pero no llego a levantarme de la cama, lo único que hago es dejar las manos sobre mi tripa. Cuando me canso de estar tumbada me levanto poco a poco de la cama, estaba relajada, había tenido un buen sueño, sin pesadillas por lo que recuerdo. Dejo hecha mi lado de la cama, echo un vistazo a mi compañero, no parece haber cambios.
Salgo de la habitación, bajo al salón donde veo a Kaila y un poco más lejos a Martalar con Alex, abrazándose, una nueva parejita. Hago caso omiso, ni siquiera les saludo, tampoco quiero molestar. Antes de pasarme por la cocina veo una notita encima de la mesa, me acerco y la leo. No puedo evitar asustarme un poco, ¿Un muerto?, ¿Quién?, supongo que cuando vuelvan tendrán que explicarlo todo. Dejo la nota de nuevo donde estaba, para que todos la vean, a continuación voy a la cocina y me siento en una silla, no cojo nada de comer, no me había levantado con mucho apetito. Intento no darle vueltas al asunto de la nota, pero me es casi imposible.

Sentado cómodamente en mi silla del balcón, veo pasar las horas, esperando a que vuelva Cain y a que los demás despierten...Pero cuál es mi reacción al ver a Alex intentando colarse en el burdel. En MI burdel. Mi fortaleza, mi refugio, mi casa. Le grito que se largue pero pasa de mí y empieza a trepar. Será idiota, todo está cerrado. No voy a custodiar un edificio con las ventanas abiertas. Le veo caer y le grito que se largue. Obviamente, sigue pasando de mí. Agarro la espada y el escudo y me dispongo a bajar cuando escucho que alguien abre la puerta...¡La puerta! Así que bajo corriendo y empiezo a respirar hondo con exageración cuando veo a Martalar y a Kaila. Y obviamente, la primera le ha abierto. Apoyo la hoja de la espada en el suelo y me apoyo en esta, luego digo, con desprecio al verles abrazados
-Oh, qué romántico.-después miro al chico y sigo hablando.-Has intentado entrar sin ser bienvenido. Lar-go.-separando las sílabas.-Y de inmediato.-en un tono imperativo.
No le doy explicaciones, no las merece. La payasada de los cuchillos del otro día y que intentase matar a Norou ya es suficiente y creo que el chaval tiene memoria. Lo malo va a ser la chica y sus sentimientos. Pero la maldita chica...Ya tuvimos un incidente y salió herida, luego deja entrar a cualquiera y encima a este...¿Cómo puede sentir "algo" hacia él? Oh, por favor. ¿Y esa nota de Cain? ¿¡Un cadáver!? Maldita sea...Primero esto, luego eso...

Me levanto de la silla. Cuando voy a coger algo de comer oigo algo de barullo en el salón, dejo lo que estoy haciendo y salgo de la cocina.
En el salón, me encuentro a Jack, enfrente de la pareja, no le hace mucha gracia eso de que Alex haya vuelto, aunque la verdad, a mi tampoco me parecía muy buena idea, era algo problemático y ya hubo algunas disputas por lo de los cuchillos.
Me quedo en medio de ambos bandos y miro a cada uno:
-¿Que pasa aquí?- Finalmente me quedo mirando a Jack, esperando a que responda, parece que es el único que va a hablar. Eso de tener peleas dentro del burdel no me iba mucho y mucho menos teniendo armas a nuestra disposición. Aunque estaba claro que si Alex se iba, Martalar iba a ir con el, eso seguro.

Pero la pareja no se suelta, no dicen ni mu. Así que recojo la espada y todo lo cuidadosamente posible que puedo, me interpongo entre ambos y acabo empujando al chico a la calle. No me importa lo que diga o intente hacer Martalar. Si quiere ir con él, que se vaya. Pero hoy no. Cuando Alex ya está fuera, cierro y bloqueo la puerta, impidiendo a Martalar que salga. Miro a la chica y le digo que ya hemos tenido problemas con Alex, que es peligroso, que es muy violento y le recuerdo los incidentes con Norou (que intentó matarlo) y lo del otro día con los cuchillos. No sé si me comprende o no, pero se lo he intentado explicar, allá ella si quiere seguir viviendo ciega. Después reparo en Erika y respiro hondo, para después derrumbarme en uno de los pufs.
-Hola. Perdón por el...por esto. Pasa que estando yo vigilando el burdel, el intruso ha intentado colarse por una ventana, pero ya estaban cerradas y ha caido al suelo. Y finalmente, Martalar le ha abierto. Y obviamente, después de todo lo que ha pasado con ese chico y la forma de intentar entrar, pues he bajado a echarle. Ya está fuera, el problema está fuera. Si Martalar quiere ir con él, que lo diga. Odio esto, pero es lo que hay. La próxima vez que le vea acercarse, le lanzaré una advertencia en forma de virote de ballesta, a ver si eso lo comprende mejor...