Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Me desperté mas bien tarde. Lo primero que vi al abrir los ojos fue a Vacuum, que dormía tranquilo a mi lado. Aun le tenía rodeado con los brazos, abrazado a mi. Sonreí. Casi no podía creérmelo. Era él, estaba ahí, conmigo. No era un sueño, no era mi imaginación. Luego me di cuenta de el otro brazo que pasaba por encima de mi, para darle la mano a Vaccum. Podía sentir la piel de Cain rozando mi espalda. Me quedé unos segundos allí, mirando al griego mientras sentía la respiración cálida y suave del rubio detrás mía. Si la felicidad se pudiese describir, supongo que ese momento lo haría a la perfección. Me sentía protegida entre ellos. No necesitaba mis muros, no necesitaba mis barreras... solo quería tenerle... tenerles cerca. Mas cerca. Quería que esta sensación no acabase nunca. Sonreí mientras acariciaba el pelo de Vacuum y el brazo de Cain. Hacía bastante calor allí en medio, pero no me importaba. Era un calor agradable, nada agobiante. Me levanté un poco para poder ver a Cain también. Aun me parecía raro estar en la misma cama que él... que ellos. Raro, pero maravilloso. Me acerqué primero a Vacuum, notando su respiración, su olor, su calor... embriagada por ellos le di un beso suave y rápido para girarme después hacia Cain. Le miré con una sonrisa y después mi lengua saboreó sus labios, buscando el interior de su boca, mis manos soltaron a Vacuum unos segundos para apoyarse en los hombros del rubio y atraerlo hacia mí. Le solté de nuevo, y mis labios, aun húmedos de él volvieron a la boca del griego, recorriendola ahora con deseo, mientras mis manos acariciaban aun el pecho del otro. Luego me aparté de ambos, quedándome de rodillas en la cama entre ellos con una sonrisa. ¿Porque estaría tan mal visto algo tan divertido como estar con dos personas a la vez, dos personas que se quieren y lo aceptan? Me quedé mirándoles unos segundos. Sin el roce de su piel, hacía algo de frío, pero la verdad es que no me importaba demasiado. - Buenos días chicos. - sonreí.

(Oigan esto mientras xDD)

Cain notó el roce de algo... y un beso. Era el sabor de Elliot... luego lo notó mezclado con el de Vacuum. Sonrió aún con los ojos cerrados. Los fue abriendo lentamente.
-Buenos días- dijo estirándose y dejando los brazos por encima de su cabeza. Bajó uno para acariciar el muslo desnudo de Elliot y pasó el índice por su columna, recorriéndola. Nunca pensó que le gustaría tanto ver a Elliot así, recién levantada, en ropa interior y con el pelo revuelto. Delineó su espalda y dejó un beso en las lumbares. Sus ojos pasaron a Vacuum. Continuaba durmiendo, impasible...
-El Señor Marmota va a necesitar algo más que eso para levantarse...-dijo con una sonrisa perversa. Le dedicó una mirada cómplice a la pelirroja y se acercó a Vacuum. Le recorrió el borde de la oreja con la lengua y empezó a mordisquearla, juegueteando con ella, dando pequeños tirones. Elliot le imitó. Bajó por la mandíbula dejando besos durante todo el recorrido, mordiendo el hueso, besando y lamiendo cada centímetro de piel hasta el cuello, mientras con la mano le acariciaba el pecho.

Después de mi visita, me sentía agotado.
Tras mi buen recibimiento y con el estómago lleno, me fui a dormir al segundo piso, donde me indicaron los demás.

Tras la noche de sueño, me desperté muy animado. Había dormido del tirón y con el estómago calmado.
Me levanté de la cama y me volví a poner la camisa, cuya prenda, al ponérmela, crujió y por la parte del costado se rajó un poco.
<<Pero si ayer solo me estaba un poco justa!!<< Pensé.
Después bajé por las escaleras y me quedé dando unas pequeñas vueltas, observando el burdel...

Yip se levanta, cuando el hambre puede con el miedo, y pasa corriendo por delante del espejo, y cuando abre la puerta, se gira, alerta, buscando a un atacante, pero no ve nada en la habitación, después mira en los trozos que quedaban del portal demoníaco y ve al chico del otro día, el que conocía todos sus movimientos, y se anticipaba a todo golpe.

El primer día que le había visto, le había preguntado quien era, y al no obtener respuesta, Yip se había puesto en guardía, separando las piernas y con el brazo derecho extendido y el izquierdo en el pecho, con las palmas mirando al cielo, y cuando vio que el desconocido hacía lo mismo, pasó al ataque, no quería enfrentare pasivamente contra otro que dominase el Wing Chun. Al ver que el otro intentaba golpearle a su vez con el mismo puñetazo, Yip intentó darle una patada detrás de la rodilla, para después tirarlo al suelo, pero su adversario, atacó de la misma forma, por lo que, demostrando la agilidad que le caracterizaba, y los reflejos que le habían otorgado los años de combate, dio un salto para atrás y volvió al ataque con un salto, puño en la cadera, y justo antes de chocarse con el portal, descargó el puñetazo, directo al cuello del contrincante, con toda la fuerza que tenía, pero antes de golperle, vio que le iba a dar él otro del mismo estilo, por lo que movió la cabeza, intentando esquivarlo. Al momento, golpeó algo duro y se le clavó en la mano, el dolor le hizo desmayarse, era la primera vez qeu perdía un duelo de una forma tan deshonrosa, nunca nadie antes le había clavado un arma blanca durante una pelea, era demasiado sucio, pensó mientras el negro manto que es la inconsciencia le atrapaba.



Al recordar todo eso, a Yip le recorre un escalofrío y se mira la mano derecha, donde tiene todavía la mano mal curada, por lo visto, el arma del delito se había perdido, ya que sólo había encontrado cristales al despertar. Cuando se recobra del susto, sale corriendo del cuarto, recogiendo sus espadas antes de salir, con la ropa manchada de sangre seca, su propia sangre y finalmente llega al salón, donde se sienta a mirarse la mano, había perdido mucha sangre, y esta carrerita le había extenuado, tendría que guardar reposo, pero no volvería a entrar en esa habitación, no se atrevía. Yip nota que sus tripas rugían,pero no quiere comer, pues aunque su cuerpo estaba hambriento, notaba que si comía algo lo devolvería. Finalmente, Yip se tumba entre los acolchados cojines, con la mano izquierda sobre la derecha, como si la protegiese.

Mientras duermo noto como alguien recorre mi boca con la lengua, buscando la mía, pero estoy aun dormido, y lo noto muy lejano, el beso termina y me hundo de nuevo en el sueño ... sin embargo no dura mucho, algo me roza la oreja y me la lame, y también la mandíbula y el cuello, morisqueandolos, me agito en sueños, ni que me fueran a comer, parpadeo y mis ojos nublados enfocan un lío de pelo rubio y pelirrojo, una mano acaricia mi pecho, pero en ese lío que son Elliot y Cain no distingo bien, sonrío y los rodeo a ambos con los brazos, busco la boca de Cain y la recorro con la lengua, reconozco el sabor de Elliot en ella también, luego busco la de Elliot y la devoro con ansia, los sabores se mezclan y resulta extraño, pero es agradable y satisfactorio, aunque resulta un lío de verdad. Me río recorriendo el vientre de el italiano con una mano y el muslo de la pelirroja con la otra, me incorporo y les vuelvo a besar con ganas ...
-Me podría acostumbrar a estos despertares - digo sentándome en la cama - son muy agradables ...
Miro curioso el conjunto de Elliot, anoche no llegue a verlo, le sienta realmente bien, le doy u beso en el ombligo y le doy otro a Cain en el cuello, me paso las manos por la cara despejándome, o intentándolo al menos, y me pongo en pie estirándome, la espalda me cruje de forma extraña, ¿y es mas flexible? ... parpadeo sorprendido y no se que pensar ...

Cain se echa a reír cuando Elliot abraza a Vacuum
-Oh, mira, la gatita está cariñosa- se burla, dejándole un beso en el hombro. Vacuum besa a uno y a otro, se acarician. Cain podría acostumbrarse a esto, per qué dice? Ya se ha acostumbrado <<No sé como he podido vivir toda mi vida sin esto...>> Nunca había tenido una sensación tan cálida, los miedos de antes habían desaparecido. Ambos eran suyos <<Y yo soy de los dos...>>- Yo también tengo hambre- dice levantándose de la cama y buscando su ropa. Encuentra sus pantalones anchos marrones y se los pone- ¿Por qué no deberían enterarse? Tampoco tiene nada de malo...- opina- Y sus reacciones dirán mucho de ellos, será divertido de ver- añade con una media sonrisa. Se termina de vestir y va hacia la puerta- me adelanto y voy preparando algo...- baja hasta la cocina y prepara gachas y uvas con taquitos de queso. La avena de Rocavarancolia es más fina, y las gachas más líquidas- Casi podrían beberse...

Por fin veo el burdel a lo lejos. Voy perdiendo altitud poco a poco hasta que por fin aterrizo en sus puertas. El aterrizaje es aún más desastroso que la última vez. Todavía no me he acostumbrado al vuelo ni a los aterrizajes, pero principalmente, todavía me tiemblan las piernas desde que he visto lo que he visto. Se podría decir que literalmente he mordido el polvo. Me levanto y empiezo a escupir tierra asquerosa y me limpio la boca con el interior del cuello de mi camiseta. Me sacudo la suciedad de la ropa y de la cara, que creo que me he rascado porque me duele. Las manos también tienen la piel llena de rasguños diminutos con arena incrustada. Sin perder el tiempo llamo a la puerta del burdel, golpeando con el puño repetidas veces.
-¡Abridme! ¡Soy yo, Gael! ¿Hay alguien...? ¡Por favor! ¡Hay... ha pasado... hay un... un cadaver! ¡No sé qué ha pasado!

Elliot y Cain también se levantan, parece que tienen hambre, yo no tengo mucha, pero les acompañare, ... miento, si tengo hambre, pero de otra cosa, sonrío para mi mientras se visten, Cain termina y se adelanta para preparar algo, yo me pongo los vaqueros y la camiseta, me calzo las Converse y agarro la guitarra y la bufanda ... mir por la ventana preocupado, ya es tarde y debemos volver a Letargo, llevan mucho solos y Gael me preocupa, recogemos a Jau y a Yip y nos volvemos, aunque no me apetece nada volver hay que hacerlo, no podemos dejarles solos en el torreón.
-Que digan lo que quieran pelirroja, yo soy feliz así, no tengo que dar explicaciones - le digo rodeando su cintura y robandole un beso, saboreando sus labios con una sonrisa - ... venga, bajemos ...
Salgo abrazado a ella y bajamos las escaleras, en el salón la suelto y saludo a Jau con la mano. Si que esta grande el chaval, parece que ha crecido unos veinte centímetros y su masa muscular a aumentado una barbaridad ... de echo su ropa esta algo rasgada por la presión, si sigue así acabara explotando ...
En la cocina pruebo las gachas y las uvas con queso, como con ganas a pesar de que no tengo mucho hambre, esta todo muy rico y se lo agradezco con un beso, de pronto llaman a la puerta, oigo la voz de Gael y sus palabras me asustan, corro a abrir la puerta, el chico parece que a aterrizado mal, me agacho para limpiarle el polvo de la cara con las manos y le curo los rasguños que se ha hecho, luego contesto a sus palabras con perplejidad ...
-¿Un cadáver?, ¿de quien? ... ¿lo has reconocido?, ¿como a muerto? - son demasiadas preguntas, así que me callo y lo abrazo, parece nervioso, y no me extraña ... encontrarse con algo así - ... no te preocupes, averiguaremos que ha pasado ...

Cain baja primero. Me siento en la cama mientras, para mi desgracia, Vacuum se acaba de vestir. El griego me atrae hacia el besándome otra vez mientras se ríe. - Si... que digan lo que quieran... - suspiro rozando sus labios. Pero sigo teniendo miedo por dentro. Además... necesito contarle lo de Jack... me siento fatal por no hacerlo, pero no puedo... no aun. Abrazada a él, bajamos las escaleras, pero cuando llegamos abajo me suelta. Jau está en el salón, con la camiseta reventada... - A ver si te compras la ropa de tu talla chico, se te va a cortar la circulación... - Bromeo mientras entro a la cocina. Cain ya ha preparado la comida. Perfecto. Como rápido, con un hambre voraz. Alguien llama a la puerta, pero no le presto demasiada atención, estoy muy ocupada tratando de comerme las uvas sin atragantarme. Vacuum va a abrir y oigo la voz de Gael... ¿Que hace él aquí? ¡Debería estar en Letargo! Voy hasta el salón, donde me encuentro a Vacuum limpiándole la cara al niño y curandole las heridas de las manos. -¿Que ha pasado? ¿Que te ha pasado? - le pregunto asustada, con el corazón haciendo una carrera en mi pecho. Corro hacia el, agachándome a su lado. Les oigo hablar. - ¿Como? - digo atónita. - ¿Alguien ha muerto en Letargo? Mi respiración se detiene unos segundos. - Vamonos... vamos ya. - digo tirando un poco de Vacuum, que está abrazando al pequeño. - Venga tenemos que ir... tenemos que... - Pero realmente no se que tenemos que hacer. ¿Quien será? ¿Que le habrá pasado? Voy a la cocina corriendo. - Cain, tenemos que irnos ya. Es muy urgente. Ven. - Le digo, pero antes de que pueda contestar ya me he ido a coger mis cariocas y vuelvo junto a Vacuum y Gael. - Venga, estamos tardando...


Continua en el Torreón Letargo

Vacuum me abre la puerta y me siento un poco más tranquilo al verlo. Me ayuda con los rasguños y me tranquiliza, ni siquiera sé explicar lo que ha sucedido. Elliot aparece enseguida tras él también, preocupada.
-¡Es que... Es que...! Hay un esqueleto en el estudio, entré buscando algo, parecía que no había entrado nadie en años, y al lado de la ventana había un esqueleto humano -se me quiebra la voz-. ¡Si allí no pudo entrar nadie de fuera, y antes no estaba!

La verdad empieza a tomar forma en mi cabeza, pero no consigo decirla. Alguien, nos hemos olvidado de alguien. Ni siquiera nos hemos dado cuenta de que ha desaparecido... ¿Quién?
Ya se están preparando para ir a ver, o sea que volvemos ya... Me da pánico reencontrarme con aquello, aquel esqueleto de un blanco brillante de algún compañero anónimo, alguien con quien no debí de entablar mucha conversación...
Sacudo la cabeza y me dispongo a marchar entre mis compañeros de nuevo hacia el torreón. No llevo armas, pero sé que no me harán falta si voy con ellos... Seguro.


(Sigue en el Torreón Letargo).

Cain come tranquilo con los demás y Vacuum se levanta de pronto. Seguramente habrían llamado a la puerta. Elliot también va, debe ser algo grave... Va al salón quitándose los auriculares para oír de qué estaban hablando y se queda de piedra <<Ha muerto alguien...>> Había visto a personas muy cesca de morir, pero que alguien de verdad haya muerto <<Y que haya tenido que ser Gael el que ha encontrado el cadáver>>
-Voy- dice seriamente. Deja una nota rápida y se echa al cuello los amuletos de emergencia, además de un atillo que tenía oculto tras los libros.- Que alguien cierre al salir- grita a nadie en particular y sale siguiendo a Elliot.

(sigue en el Torreón Letargo)

Elliot se acerca y va a recoger sus cosas, cuando Elliot regresa Cain también dice que viene y salen primero, llamo a Jau que anda en el salón y a Yip, que esta también en la sala, cojo mi espada y mi escudo y salgo tras el grupo, cerrando la puerta tras de mi ... la noche es fría, pero voy demasiado pensativo para notarlo, ¿quien a muerto?, ¿y como no nos hemos dado cuenta? ... es realmente inquietante, no haberse percatado de algo así ... no se que pensar ...

Continúa en el Torreón Letargo.

Ayer, todos se marcharon, puesto que Gael llegó muy asustado. Y yo... bueno, en realidad estaba entrenando en el dojo, y, sin embargo, pude escuchar fragmentos de la conversación. Ahora pienso que a esa distancia no debería haberlo oído, a no ser que...
"¿Y si la Luna ya ha empezado a hacer sus efectos?". No, no lo creo. Es más posible que estuviese en otro lado y me haya imaginado todo.
Sin embargo, decidí no ir. Me había prometido a mí misma que iba a ser más fuerte. Además, ya iban varios. Así que me limité a asegurar la puerta a la salida de mis compañeros.

Cuando abro hoy los ojos, todo me parece muy surrealista. Voy a la cocina y cojo algo de comer, aunque sé que la comida no es eterna. Después, me siento en uno de los puf... Todo está muy silencioso. Demasiado.

Me despierto. Recuerdo lo que pasó desde que Jau llegó vagamente. ¡Joder! Me había vuelto a quedar empanada. ¡Si es que no puedo enterarme de nada así! Suspiro. Tengo que intentar concetrarme más. Bajo a la cocina cantando una canción., tarareando las partes instrumentales. Desafino un poco al principio. <<Si cantase más a menudo no desafinaría.>>, pienso riendome. Es verdad, pero, ¿que más da ahora? Si lo de la Luna es cierto, saber cantar no me servirá de mucho. Cojo un poco de comida y me voy al salón. Allí me como lo que he cogido. Saludo con un gesto a Martalar y sigo a lo mío, mirando a la pared y pensando en lo que pasará el día en el que el astro saliese. No es que sea agradable de pensar. Me estremezco por la visión de verme convertida en una horrible criatura. Sacudo la cabeza, como intentando olvidarme de eso y pienso en las estrellas. Estas noches hay estrellas en el cielo. Una brilla más que las otras. Ni siquiera me había fijado bien hasta anoche, cuando no pude dormir y me puse a mirar el sielo. Un rato más tarde, acabé por dormirme.

Voy caminando, de nuevo estoy en la plaza de los colaespinas. Y de nuevo no estoy solo. No consigo distinguir a quienes van conmigo, solo veo con nitidez a las malditas ratas, las cuales me miran amenazadoras, chillando y con las fauces abiertas, y las colas arqueadas, listas para atacar. Adelanto el escudo y ahogo un grito cuando veo un ala de murciélago destrozada, sangrante, en donde debería estar mi brazo. No puede ser...La luna no ha llegado todavía...Pero miro al cielo para asegurarme y en lugar del cielo veo ¿el planeta tierra pero de color rojo? ¿Qué diantre?
-¡Jack, cuidado!
Escucho de pronto e instintivamente salto hacia atrás, pero al caer me clavo en el suelo. Miro hacia abajo y me veo las piernas convertidas en...¡en espadas! Vale, no puedo salir del suelo...Quizá volando...Miro las alas y en su lugar tengo unos tallos de espinos demasiado largos como para poder maniobrar con ellos con facilidad. Vuelvo a mirar al cielo para insultar a la luna y mira por donde, la veo devorando a la tierra. Abro la boca pero ningún sonido sale de ella. ¿Qué pasa? Vuelvo a gritarle pero nada, solo consigo que un dolor atroz me suba por la garganta. Sigo intentándolo, pero no puedo producir sonido alguno. Y vuelvo a escuchar el grito de advertencia, pero no puedo moverme así que miro al frente: una inmensa lluvia de afiladas púas está a punto de destrozarme. Cierro los ojos cuando las escucho cortando el aire sobre mi cabeza y cambian de dirección, lanzándose hacia mis compañeros, que luchando con las demás colaespinas no se dan cuenta. Grito y grito, intento mover las largas ramas para avisarles, pero todos mis esfuerzos son inútiles y nada sucede. . .
Despierto gritando nada más ver cómo las púas destrozaban literalmente al griego, a Cain, a Elliot y a Erika sin yo poder evitarlo...Estoy sudando y respirando agitadamente. Me miro el cuerpo para comprobar que ha sido una pesadilla y empiezo a hablar en voz alta
-Vale...Pesadilla...Solo eso...Maldita sea...No era tan real como la de padre pero...-respiro hondo, pues parece que me voy a asfixiar.-Pero demasiado actual...No hablo con nadie últimamente y ...y si la luna me transforma en algo que no pueda comunicarse con los demás...no será bueno...-vuelvo a tragar aire y a expulsarlo intentando calmarme, pero gruesos goterones de sudor me recorren el rostro.-Tengo...tengo que ser menos frío. Está bien para según qué cosas, pero...la gente normal hablan entre sí...¿Y qué les digo? No sé...lo que sea, pero tengo que ser menos frío. Y...tendré que hablar seriamente de varios temas con ciertas personas...solo por si después de la luna no pudiese hablar con ellas...
Salto de la cama y me enfrento al balcón en un impulso, aunque el sol me reciba con furia y me molesten los ojos. Me giro para vestirme un kimono verde oscuro con una especie de espirales negras en la espalda y en el torso. Zapatillas de piel y el cinto trenzado, para después ir a la cocina con la cara lisa, sin emoción alguna. No hay nada preparado ni frío...así que cojo una pieza de fruta y luego voy decidido al cuarto de Elliot, llamo suavemente y ...¿Nadie? Pues no estaba en el salón...Me encojo de hombros y me acerco al dormitorio de Cain...Nadie también. ¿Qué diantre? Visito la última habitación que está en mis planes y sonrío cuando cierro la puerta <<Está dormida, no la despertaré>> Y, en vistas de que Cain no está, me toca irme al Balcón del Centinela. Mientras vigilo la plaza, sigo trabajando en las coderas que dejé a medias el otro día...

No tengo ganas de llamar a la puerta y aquí me conoce to Dios. Así que entro por una ventana y me pongo a buscar a Marta con gran impaciencia.