Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Llevo toda la noche con un sueño ligero, atento a cualquier ruido y los crujidos del mobiliario del burdel me despertaban a cada instante, así como ruiditos en la ciudad de los carroñeros. Y cuando ha salido el sol he tenido que cerrar los ojos y cubrirme con las manos, pero me he ido quedando dormido profundamente, sin poderlo evitar. Doy una cabezada y pierdo la noción del tiempo...
Hasta que alguien habla a mi espalda y alzo la cabeza, asustado. Me giro y suspiro para después sonreir
-Qué susto...Buenos días...-Pienso en su pregunta y sonrío divertido.-Me da miedo dormir solo si te dejo vigilando...Pero creo que tengo la solución a eso y una disculpa a lo de ayer.-sigo diciendo mientras me acerco a sus labios, lentamente, un tanto nervioso y temblando, pero no quiero que pase lo de ayer. Deposito un suave beso y sigo mirándola a los ojos, sonrojado y sonriendo. Bravo, Jack, estás congelado de nuevo, pero esta vez no puedes moverte. Sigo mirándola y al final consigo decir:
-Er...Creo que ahora sí me podré dormir, aunque sigo siendo reticente.-se me cierran los ojos pero intento que no se cierren.-Uf...no quiero cargarme este momento como ayer...Así que... buenas noches tardes.
Termino sonriendo y vuelvo a besarla pero sin pasar de sus labios y me cuesta separarme, pero al final me separo y bajo al salón, me echo en uno de los divanes y se me vuelven a cerrar los párpados sin poder evitarlo...

Él se rie ante mi pregunta y yo sonrío. Termino por entrar al balcón y me quedo junto a él mientras me habla. Cuando termina le miro, se inclina hacia mí y me besa. Solo me quedo quieta, intentado disfrutar al máximo de ese beso. Cuando se separa de mi le veo sonrojado, aunque yo estaba segura de que también lo estaba. Me quedo mirando el suelo mientras me coloco un mechón de pelo detrás de la oreja, no sabía que hacer, levanto la cabeza cuando se despide, entonces, de nuevo, vuelvo a besarme. Esta vez cierro los ojos y dejo las manos detrás de su cuello, intentando atraerle más a mí para quedarme un rato más así. Pero eso no es posible, el beso se rompe, no me quejo, de hecho, lo entiendo, está cansado y he sido yo quien le ha obligado a dormir. Me acerco a los barrotes del balcón mientras oigo como se marcha para acostarse. Me quedo un rato en el balcón, sin mirar a un sitio en concreto, sólo pienso en lo que acaba de pasar. Cuando me canso de estar aquí fuera entro de nuevo al interior del burdel, ahora sería un buen momento para practicar algún hechizo.
Empiezo a buscar el libro en el salón, en la pequeña estantería de madera. Ahí estaba, el que más sobresalía, me pongo de puntillas hasta que logro alcanzarlo. Cuando lo tengo entre mis manos me siento en el suelo y empiezo a pasar las páginas poco a poco, con cuidado. Leo todos los hechizos, estaba el de las llamas, otro para congelar habitaciones, otro de ellos era para crear pequeñas nubes…entonces, me fijo en uno de los hechizos que me llama la atención. Leo la descripción y todo lo que hace falta, por suerte sólo necesitaba una cosa, mientras señalo con el dedo el hechizo miro a Jack, posiblemente podría probarlo con él.

Estoy en una armería enorme. Está repleta de espadas, escudos, armaduras, lanzas, dagas, hachas...Y lo mejor de todo es que tengo una forja propia. No, lo mejor es que estoy haciéndome mi propia espada. Mientras golpeo el candente metal con el martillo, miro sonriente las pieles de lobo y colaespina que cubren el techo y todas las armas terminadas. Sigo golpeando y cuando pasa un rato introduzco la hoja en un cubo de agua hechizado de tal forma que cuando la extraigo, sale perfectamente fría. La blando a la luz de las antorchas y veo un par de ojos brillantes en el liso metal. Me giro velozmente armado con esto y el martillo, pero no hay nada. Los ojos siguen en la espada, mirándome fijamente. Los golpeo con el martillo sobre el yunque y toda la armería tiembla, mientras noto un dolor agudo en los oídos, que empiezan a sangrarme con el segundo golpe. Se desprende polvo del techo y algunas pieles caen al suelo. Por tercera vez golpeo la hoja y despierto de pronto...
Estoy mirando al techo, tumbado en el diván. ¿Qué diantre? Ah, sí, la guardia...Se quedó Erika...¿Cómo irá todo? Me recuesto y me la encuentro en el suelo, con el libro de magia y mirándome.
-Oh...hola.-saludo a la vez moviendo la mano.-He tenido un buen sueño con raro final, pero el despertar es perfecto.-digo sonriente.-¿Qué tal todo?-aunque mis ojos alternan entre los suyos y el libro. Normal, no sé hacer magia y me intriga todo lo relacionado con el tema.
El sueño sigue reciente en mi memoria, pero es sencillo de analizar: tener esa sala para mí es un buen sueño, la de cosas que podría hacer. Y los ojos en la espada...¿El peligro continuo de la ciudad? Sí, es lo más posible. Y hablando de peligros...Podríamos meter un par de lobos muertos en el burdel, si aún queda algo de ellos. Pero las cestas no es una opción, aún habrá peligro ahí fuera y a saber si volverán los lobos o si están peleándose con las ratas...

Jack se despierta y yo sigo mirándole, ahora sería el momento perfecto para comentarle lo del hechizo. Dejo el libro en el suelo, abierto por la página del hechizo y me levanto. Cuando llego al diván me siento sobre las piernas de Jack, como si fuese una niña pequeña que va a pedirle los regalos a Papá Noel:
-Oye, ¿A qué me vas a dejar probar contigo uno de los hechizos?- Pregunto mientras hago como si dibujase círculos en su pecho.- No es nada malo, sólo quiero probar el de dormir a una persona mientras le hago caricias durante veinte minutos…y contigo ya tengo confianza, además, no hace falta que sea hoy, puede ser cuando tu digas.- Levanto la cabeza y le miro a los ojos.- ¿Me dejas?

Cain da un par de vueltas alrededor de los edificios en busca de un balcón abierto. No lo encontró, y tampoco esperaba encontrarlo de verdad, por la hora que era ya debían estar todas las defensas levantadas. Bajó a la puerta y dejó una cesta en el suelo para poder llamar
-Abridme!- dijo- Traigo comida

¿Dónde va? Eh...Vale, se me sienta en las piernas y sonrío, prestando atención a lo que dice, aunque me estremezco con su contacto. Magia...¿Probar magia sobre mí? Hum...espera...Interesante, me gusta la idea y asiento varias veces cuando me pregunta:
-Hum...es interesante y...-vuelvo a asentir.-Vale, por mí de acuerdo. Creo que seré un buen conejillo de indias.-digo riendo, pero de pronto veo una sombra cruzar por las ventanas y alguien llama a la puerta. Cain ha vuelto, y con comida. Menos mal...-Arriba, a ver qué noticias trae Cain de Letargo.
Erika se levanta y yo voy a abrir la puerta, le saludo cuando pasa con la cesta pero no cierro: aún queda un cuerpo de lobo maltrecho, al cual agarro de las patas traseras y lo arrastro hacia dentro antes de cerrar la puerta tras de mí. Luego tendré que lavarme, no me fío del pelaje de esta bestia. Lo dejo pegado a la pared, para no molestar la puerta y miro al chico recién llegado
-¿Qué tal todo? Por aquí todo bien, casi perfecto diríase.-digo sonriendo, mirando a Erika de reojo.-¿Sigue habiendo lobos por la ciudad?-inquiro, quizá haya visto algo al venir volando.

-Otro muerto en Maciel, y a Anibal le han arrancado un brazo- informa, quitándose los amuletos del cuello y colgándolos cerca de la puerta y dejando sus cosas en el suelo. Se sienta en un diván y se desabrocha las botas- Y no e visto un solo lobo en todo el camino... ni ayer ni hoy. Deben de haberse ido todos... pero eso no quita que haya otras cosas- Les cuenta el encuentro de Nia con la criatura- Lo que más me sorprendió fue que pudiese hablar... Fue la misma que atacó a Kaila y a Dirke y sin embargo... tan solo jugó con Nia, no la mató, no le atacó...- esos monstruos eran los peores, los más peligrosos... Una bestia como a las que estaban acostumbrados a enfrentarse solo atacaba por dos cosas: comida y territorio, eso quitando las provocaciones. Pero un monstruo racional, que mata por capricho... <<Justo como los humanos; criaturas pensantes que matan por razones estúpidas o por simple capricho..>> Sin duda, eran los peores monstruos <<Seremos nosotros como ellos?>> Se queda pensando en esto un buen rato, luego su mente vuela hacia la cena, tal vez aún no habían comido- Voy a preparar algo..- dice- y se va a la cocina. Asa berenjenas y las reyena de carne y salsa. Lo bueno de ese plato esque si se metía en la improvisada nevera aguantaría bastante tiempo

Me quedo al lado de Jack mientras escucho las noticias que trae Cain. Las bestias atacaron en ambos torreones, pero lo peor es que en todos había muertos. Cuando menciona lo del brazo de Aníbal hago una mueca de dolor, si es difícil sobrevivir con dos brazos imagina como sería con uno. Pero ahora ya no había peligro, los lobos se habían ido, aunque no entendía muy bien eso de que no hicieran daño a Nia, ¿El comportamiento iba cambiando según el cosechado? Me quedo callada hasta que Cain se va a la cocina a preparar algo de comer. Buenas y malas noticias…algo es algo. Vuelvo al diván y me tumbo, una imagen de Aníbal sin brazo recorre mi cabeza y me hace estremecer:
-En todas las zonas que han visitado los lobos ha habido un muerto…y sin contar lo de Aníbal que por cierto, pobrecillo.- Y la suerte de Nia...demasiada.- Seguro que lo de Nia tiene que ver con algo de la Luna, no sé por qué, pero tengo esa sensación…- Cojo un cojín y lo hundo en mi cara.- ¡Ahora voy a estar todo el rato comiéndome la cabeza con lo mismo!- Me quieto el cojín de encima para poder respirar.- Odio las noticias…todas son malas.

Escucho a Cain sin parpadear...Una baja en Maciel, Aníbal amputado de un brazo, nada de lobos a la vista, y lo peor es sin duda el monstruo parlante. ¿Monstruos racionales? ¿Y si era alguien transformado? ¿Y por qué iba a jugar con la niña? No quisiera encontrarme a esa criatura, no sería lo mismo que luchar contra una rata...Cain se queda pensativo y sin botas y luego va a la cocina a preparar algo para comer. Yo me apoyo en la puerta, pensando. Lo de Aníbal...al menos sigue vivo, pero que no le dejen solo o se desmoralizará y estará en perpetuo peligro. Las bajas...Suspiro. Las bajas nos demuestran y demostrarán que no somos invencibles, que corremos el mismo peligro aquí que un ratón en una cueva de lobos hambrientos...Y nosotros usamos el cuerpo de uno de los nuestros para conseguir tiempo...Eso fue un duro golpe para los demás, pero era necesario. A saber cómo habrán perecido los otros en los torreones, aunque mejor no preguntar, suele ser un tema delicado. Y sigo pensando en el chico, Aníbal...Se le podría hacer algo para compensar la carencia del brazo, sí...Una idea peletera va surgiendo en mi cabeza, idea complicada pero factible...Mañana. Miro a Erika y niego con la cabeza, aún pensativo:
-No todas son malas, no hay ni rastro de los lobos. Y lo de Aníbal, creo tener una posible solución...Mañana la pondré en marcha. Y la mejor noticia es que Cain ha vuelto y vamos a cenar de verdad, que si tengo que cocinar yo, ni a los lobos les gusta.
Y hablando de lobos, tengo que dejar a este en el cuarto de desuello y lavarme las manos a fondo.
-Ahora vuelvo.
Le cojo de las patas delanteras, le doy la vuelta y lo arrastro escaleras arriba hacia el cuarto de desuello, le dejo en el suelo tal cual y luego bajo a lavarme las manos en un cubo con agua y jabón en las termas. No me vendría mal un baño luego...Luego. Ahora vuelvo al dormitorio y cojo la penúltima manzana, la llevo a la cocina y le corto un tajo, lo picoteo y le comento a Cain de echárselo a la cena.

-Usar una fruta de esa calidad en un guiso es un insulto a su sabor- le reprende Cain. Le quita la manzana y la corta con forma de conejitos dejándolas en un plato- Ten- le da el plato y lleva las berenjenas al salón- Id comiendo, voy a por una cosa...- Sube con las botas en la mano y las djea en su habitación, luego coje un trozo de madera fino y escribe un mensaje en él ''Ya estoy en le burdel. Los de Maciel están bien'' y lo quemó en el centro del círculo. Esperó un rato a que respondieran, pero no parecía que lo hubiesen leído <<Tengo que pensar algún sistema para avisar de la llegada de los mensajes...>> Volvió a bajar y se sentó en el suelo a cenar con los demás. La berenjenas estaban bien pero tal vez les faltaría un poco de parmesano...

Un copo de nieve se posa en la punta de mi nariz y me hace sentir un cosquilleo por toda ella.
-Atchuuuuus-estornudo con fuerza al tiempo que me tapo la boca con las manos enguantadas y pego un tiritón. Toda la ropa de abrigo, la bufanda... parecen no ser suficientes para aplacar el frío del lugar al que acabo de llegar. Trato de averiguar qué clase de sitio es, pero la nieve lo cubre todo y apenas puedo ver como se dibujan los contornos de lo poco que hay allí; contornos que no me dicen nada. La nieve comienza a caer más y más concentrada y el viento sopla con fuerza contra mí, al punto de derribarme en algún momento. <<Parece una ventisca>> me dice una voz desconocida en la cabeza... puede que sea la mía pero no podría confirmarlo, pues hace tiempo que no me oigo ni pensar. <<Muévete, entra en calor>> me dice en tono suplicante, como si velara por mí. Sin embargo, me paro. Me planto en mitad de la nada blanca que me rodea y dejo que la nieve siga cayendo a su ritmo.


La nieve se precipita a mi alrededor a una velocidad casi inimaginable. Magia, eso es lo que parece. Va recubriendo todo mi cuerpo, metiéndose bajo la ropa y provocándome quemaduras. Trato de chillar, pero al abrir la boca, la nieve se cuela por ella...

Me levanto de la cama ahogando un grito con las manos en la garganta. Estoy temblando y, a pesar de estar bañado en sudor, tengo la piel de gallina y algo de frío. Me siento sobre la almohada, apoyando la espalda al respaldo de la cama y me hago un ovillo con la sábana, fijando la mirada perdida en un punto al azar de la pared de enfrente. El burdel, la cosecha... todo parece un recuerdo lejano. Sin embargo no lo es. <<La habitación... Sé dónde estoy>> pienso resignado.

Trato de acomodarme, pero el más pequeño movimiento me parece una odisea... el cuerpo me responde con dificultad, como si se hubiese oxidado debido al desuso. <<Deberías comer algo...>> la voz que me habla es la del sueño, y sí, esta vez la reconozco como mía. Hago acopio de todas mis (escasas) fuerzas y me pongo de pie con la sábana alrededor, tratando de controlar el temblor de piernas que me entra. <<Y... ¿Dónde estaba la cocina?>> al principio me cuesta orientarme, pero conforme echo a andar hacia la puerta, consigo situarme. <<Tengo que bajar las escaleras...>> pienso desalentado. <<Tal vez sí...>>

-¿Hay alguien ahí abajo?-pregunto en voz alta y ronca desde el hueco de la escalera, esperando encontrar a alguien que me ayude a bajarlas.

Eh...Vale, él es el experto...Me quita la manzana y la corta en...¿Qué demonios es esto? Cojo el plato y lo llevo a la mesa del salón, me siento en el suelo y cojo una de las figuras. Todas son iguales, pero sigo sin encontrarle sentido.
-¿Qué diantres es esto?-inquiro en voz alta cuando vuelve Cain. Miro a la cena pero sigo pensando de qué son las figuras.-¿Algún animal?
Sigo intentando descifrar la forma de los malditos trozos de manzana, embargado por el olor del que tengo cogido. Pero de pronto se escuchan pasos en la planta superior y una voz ronca pregunta algo. Me suena de algo la voz, así que me incorporo y me asomo a la escalera. ¡Dirke! Envuelto en la sábana y consciente, aunque tiene mala cara. Subo hasta donde está y como está temblando, le cojo en brazos, pero antes le doy mi trozo de manzana.
-Arriba, chaval. Y cómete eso cuando bajemos.
Y bajo con él con cuidado, para luego sentarle en uno de los divanes.
-Está temblando de frío, sudando pero al menos consciente.-digo a los demás mientras compruebo su estado.-Y no ha comido mucho últimamente...
Pero no me fío de que se caiga del diván y les digo que traigan un plato para él. Le examino la herida del hombro pero ya solo queda una ligera huella.

Jack sube y se me queda mirando, me da algo que llevaba en la mano al tiempo que dice algo de comer y me aupa hasta abajo, donde me coloca sobre un diván. Debería darle las gracias y saludar al resto... Debería, pero no lo hago, tengo la cabeza abotargada y no consigo hacer otra cosa que pasar la vista de unos a otros y sentirme abrumado de repente.

Tras un escalofrío, agacho la cabeza, redirigiendo mi mirada a los platos que tenían para cenar, y mi estómago ruge con tanta fuerza que seguro que lo han podido oír todos. Sin embargo, tanto plato me viene grande... Es entonces cuando me doy cuenta de que mis dedos parecen estar jugueteando con algo, lo que Jack me ha dado antes, que parece ser un trozo de fruta cortada con forma de... ¿conejo? Me la acerco hasta la nariz, sin importarme que los demás me vieran y aspiro con fuerza dejando que el olor inunde mis fosas nasales. No sé si es todo el hambre que tengo o qué, pero este conejo de fruta me huele mejor que cualquier otro manjar que haya podido probar antes... Lo bajo hasta dejarlo frente a mi boca y le doy un bocado, arrancándole una de las orejas.

Inmediatamente, la expresión de mi cara se ilumina y mis ojos se clavan en el conejillo. ¡Es la pieza de fruta más increíblemente deliciosa que había probado nunca! Tanto, que el solo hecho de pensar en acabármela me sabe mal... Mastico lentamente, dejando que el sabor inunde mi boca por completo y acabo por tragarme el primer bocado, pensando si dar un segundo o apartarla para más tarde.

Me siento en el suelo y empiezo a comer. Cuando cojo un trozo de manzana me fijo en la forma que ha sido cortada, un conejo. Echaba de menos la comida de Cain y también estos detalles, la cocina era algo serio para él. Alternaba la manzana con la berenjena, aunque los trozos de la fruta eran limitados. Me dispongo a pinchar otro trozo de berenjena cuando oigo una voz algo ronca...Sí, me sonaba de algo pero no lograba ponerle cara a esa voz. Jack se levanta y va a averiguar quién es, oigo como menciona el nombre de Dirke. Dejo en el plato el trozo de berenjena que iba a comerme y me levanto del suelo. Antes de que pueda dar un paso más Jack ya ha bajado a Dirke, lo deja encima del diván. Dirke nos mira a todos, es como si no nos reconociera, está pálido y aunque está envuelto en las sábanas de mi cuarto, tirita de vez en cuando. Cojo el plato de las berenjenas y lo tiendo en las manos, de tantos días en coma no había comido nada y eso se notaba en su forma de comerse la pieza de fruta que le había dado Jack:
-Toma come, tienes que estar hambriento.- Le paso una mano por la frente, estaba chorreando de sudor.- Cuando termine debería darse un baño en las termas, para relajarse.

Caín comía en silencio cuando vio levantarse a Jack... luego volvió con Dirke que iba envvuelto en una manta. Sonrió, y cuando el chico se sentó le revolvió el pelo.
-Al fin te has levantado Come, pero despacio, o te sentará mal- le advierte. Ver a los de Maciel a salvo y a Dirke al fin consciente le había subido el ánimo. Le observó comer y discutió un poco con Jack por no haberse dado cuenta de que la manzana estaba cortada con forma de conejo- Es que no tienes ojos en la cara?- le dijo ofendido, esperando la reacción del alemán para reírse de él. El sueño ya le atacaba, así que fue a acostarse, pero antes le dejó una infusión revitalizante a Dirke para que se le quitase un poco el malestar. Cuanod llegó a su cuarto se desnudó y se tumbó boca arriba en la cama, con als piernas y los brazos extendidos. Su cama. Había pasado mucho desde la última vez que había dormido en su cama... y solo. Se le hacía tan extraño dormir solo... Desde que llegó siempre le había acompañado alguien... Dirke, luego Vacuum, y Elliot. Ahora que le faltaban se sentía algo desprotegido, como cuando duermes sin manta en las primeras noches de frío. Cain suspiró, no podía estar siempre dependiendo de si alguien compartía o no cama con él, no era un crío. Pero no pudo evitar sentir envidia de Elliot y Vacuum, que seguramente ya estarían acostados...juntos...

Al final acaba comiéndose el trozo y luego viene Cain con la comida, pero antes de que yo vuelva a la mesa, me dice qué eran las figuras. Parpadeo varias veces y vuelvo a mirarlas, confuso.
-Eh...vale...no me había dado cuenta.-le digo, alzando las manos en señal de disculpa. ¿Qué tiene con la comida? Va a saber igual si la cortas o no en formas raras...
Aún confuso, cojo mi plato y me siento, pero cerca de Dirke. Mientras ceno me quedo pensativo en el artilugio de piel y hueso que tengo pensado para suplantar el brazo de Aníbal. Pero...¿Por qué no dedicar mis herramientas a mi grupo? ¿Qué ha hecho ese chico por nosotros? Y a Erika aún no le he hecho nada... Asiento varias veces y cambio de idea: la próxima manufactura que haga será para ella. Decidido. Cain se va a acostar y le despido:
-Buenas noches...-pero me callo lo de "buenas noches, señor conejito" y suelto una risilla por lo bajo. Miro a Dirke y veo que sigue sudando...Hace semanas que no se baña, yo hace días...Se me ocurre una cosa.-¿Nos damos un baño luego de cenar?-pero empiezo a sonrojarme por la idea que va surgiendo.-No me refiero todos juntos, o quizá sí, o... eh...yo me voy a bañar después de cenar y a Dirke le hace falta un remojón...-intento explicarme.
Rápidamente termino la cena y recojo mis cosas, luego miro a ambos aún un tanto nervioso
-¿Alguien se apunta?

Acabo de comerme el conejo de Jack y me llevo la mano al estómago. A pesar de que no era más que una pieza de fruta me siento hinchado... Soy incapaz de continuar con lo que me ha ofrecido Erika. Niego con la cabeza y dejo caer un "lo siento" casi sin voz. Otro escalofrío recorre mi cuerpo y me aprieto más contra la sábana. Estoy helado...

Cain me acerca una infusión antes de subir y la sujeto con ambas manos, el vaso está caliente y me reconforta un poco. Me lo acerco al pecho y lo mantengo un rato pegado a mí, antes de bebérmelo a pequeños sorbos. Tras acabarlo, suelto un suspiro y luego asiento ante lo que dice Jack.
-Yo me apunta-digo sin mucho ánimo y sin cuidar el idioma. <<A saber como habré conjugado el verbo...>>