Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Despierto recordando lo poco que sucedió ayer, y me pongo en pie.
Llego al salón, en el que están Elliot, Erika, Kaila y un chico desconocido. Tras musitar un breve saludo, me siento en uno de los puff y escucho atentamente,

Al poco después de llamar, me abre una chica que vi una vez, cuando vine al Burdel. Me miró de arriba a bajo y me pregunto quién era.
-... Jau. -Terminé la frase y le saludé.
-Tu como te llamabas?? Tampoco me acuerdo... -Le contesté con una sonrisa.
Después salio Elliot y me miró un poco sorprendida.
-Nada, que me aburría sin compañía en el torreón y decidí hacer una visita. -Le contesto con una broma y le sonrío.
-Anabolizantes...? No, no tomo de eso, a no ser que alguien me hubiera dado mientras dormía. -Continué bromeando.
También se asomo una chica que no había visto y le devolví el saludo, después se fue.
Después pasé al Burdel y miré al rededor, para ver quién más estaba allí.

Erika baja. La saludo. Luego llaman a la puerta. Es un chico al que no he visto nunca. Parece que se llama Jau.
-Buenas. Yo soy Kaila, encantada.- me presento. Saludo con un gesto a Martalar y miro mejor a Jau. Me quedo asombrada con su forma física. Es, cuanto menos, asombrosa, al menos para mí. <<Me sigo preguntando porqué aquí soy tan sociable...>> Miro a los presentes una vez más y suspiro. Me quedo mirando a la pared, atendiendo a medias a la conversación y pensando en mis cosas. Hoy voy a intentar no quedarme empanada y de hablar más, aunque siempre me digo o mismo y casi nunca pasa. Una media sonrisa se dibuja en mi cara.

-Erika, me llamo Erika, encantada.- Me echo a un lado para dejarle pasar y una vez que entra, cierro de nuevo la puerta.
Me fijo en que también ha venido Martalar, la saludo con un gesto de mano y escucho como Kaila se presenta. A todas nos ha impresionado un poco el cuerpo del chico, ¡Pero es que eso es inhumano!:
-Tendrás hambre, si estabas solo en el otro torreón no habrás ido a por las cestas de comida, ¿Quieres algo de comer?- Voy a la cocina y en un cuenco vierto un poco de la carne que ayer comimos Skull y yo. Después, vuelvo al salón y le tiendo el cuenco al muchacho.- Sólo te he visto una vez, pero no te recordaba así.- Señalo la musculatura que sobresale de la camisa.- Has tenido que entrenar mucho, ¿No?

Cuando entro, veo a otra chica que no había visto antes.
-Encantado, Kaila, yo soy Jau. - Contesto a su saludo y le sonrío amablemente.
Después Eliel me trae comida y me la ofrece...
<Carne!!>> Pienso.
-Dios, muchísimas gracias Eliel!! -Le contesto de la alegría y hasta le beso en la mejilla, de la alegría. Mi cuerpo NECESITABA carne.
Cogí el plato de carne y me lo comí en una sentada. Después vi que la gente me miraba...
-Siento mucho mis modales, pero tenía mucha hambre, y necesitaba algo de carne... -Me disculpé.
- No... No se, entreno bastante... Pero lo normal, supongo... -Le contesto a Eliel.
- No se que me está pasando últimamente. Esta ciudad me está sentando bastante bien. -Continuo al ver como me mira la musculatura.
<<Qué me está pasando??>> Pensé después de verme comer carne y de ver como la gente veía mis cambios corporales.

Ya va siendo hora de salir de la cama... aunque no tengo ganas, estoy sin ideas para hoy, excepto ir a por las cestas y cazar alguna rata...Hum...Hay voces abajo pero una no la reconozco... Me siento en la cama, con la espalda apoyada en la cabecera y me tapo en un acto reflejo, pero por algo cerré anoche las puertas... Esto desganado...Pero hay que hacer algo. ¿Comer, por ejemplo? Vamos. Salto de la cama y rápidamente me visto un kimono gris con dragones negros en mangas y espalda, mis zapatillas de piel y el cinto de piel trenzada. Bajo al salón y veo a un chico nuevo un tanto demasiado musculoso. Pero no está solo, están las chicas con él... Me acerco al nuevo y sin más miramientos le pregunto y sin saludar a nadie, pregunto:
-¿Quién es?

Rio ante el comentario de Elliot. El chico empieza a comerse la carne rápidamente, como si llevase días sin comer, en apenas dos minutos ya ha dejado el cuenco vacio:
-De nada.- Respondo con una sonrisa.
Elliot se marcha del salón, no me da tiempo a despedirme, pero en poco tiempo, Jack llega al salón, se queda mirando al nuevo y pregunta quien es:
-Es Jau, es del mismo torreón que Elliot y Vacuum, acaba de llegar ahora.- Hacia tanto tiempo que no le veía de nuevo.- Por cierto, hola.- Saludo también con la mano.

-Jau...Ya veo. Si ves unas manzanas doradas, ni las toques.
Memorizo el nombre y le miro de arriba abajo, para que no se me olvide, aunque insisto en que esa musculatura en alguien de su edad no es muy normal...¿Y si es por la luna? Habrá que llevarse bien con este, a saber en qué bicharraco musculoso se transforma...Erika me saluda y la saludo a mi vez:
-Hola.-con un tono neutro, mirándola solo de reojo mientras me encamino a la cocina, aunque mis ojos han buscado los suyos...
No sé ni por qué la he mirado...En fin. Tengo hambre. Creo que quedaba algo de potaje frío...y hay algo de carne todavía. Corto unas tiras de carne y termino el potaje, luego cuelgo las tiras de carne en mi cinturón y cojo un poco de pan. Después me voy al salón y me siento en un sofá, donde mastico el bocadillo mientras ojeo el libro de armas. <<Quizá diga dónde había una herrería en esta ciudad de locos...Quizá...no sé, algo podríamos hacer Niko y yo allí...Sería bestial encontrar una buena armadura para ir a cazar colaespinas...>>

Llevo varios días vagando por el burdel y durmiendo más horas de las que son recomendables. Por aquí no tengo mucho que hacer porque apenas conozco a nadie, y cada uno está ocupado con sus cosas... He probado las termas y ojeado libros de la biblioteca que he ido encontrando para devolverlos luego por miedo a que me pillaran. Pero tampoco me he atrevido a mirar en habitaciones que no conozco, estoy de invitado tan solo. Este lugar es mucho más cómodo que el torreón donde vivimos, pero me siento tan fuera de lugar que se me hace incómodo continuar aquí.
Estoy balancenado las piernas tumbado en un puff cuando alguien llama a la puerta. ¿Quién será? Si no se ha marchado nadie... Me levanto con curiosidad a mirar. La gente empieza a agolparse allí y escucho una voz conocida. ¡Anda! ¡Es Jau! Me acerco al grupo y empiezo a miar entre las personas a ver qué pasaba. Madre mía, se ha puesto cuadrado ¿qué clase de entrenamientos brutales habrá estado haciendo?
Cuando se va a comer un poco de carne alucino con lo hambriento que parece estar... ¡claro! No había comida cuando nos fuimos ¿nadie habrá ido a por ninguna cesta? Quizá iban a la plaza y nunca había, vaya... pero estaban las de la cicatriz. Empiezo a preocuparme mucho por los demás. Llevamos días aquí casi de vacaciones. Sé que los demás estarán bien aquí, pero ahora siento inquietud por los otros... Claro que se saben cuidar, pero los echo de menos, y al torreón también.
Entonces se me ocurre una idea. Es peligroso salir solo, pero tal vez si me hago flotar hasta allí pueda... tengo talismanes, y he seguido practicando y volviéndolos a cargar todos los días. Así podría llevarles comida también. Miro a mi alrededor. Bueno, tal vez alguien más quiera volver al torreón, pero no sé, al menos Elliot y Vacuum no parecen tener ningunas intenciones. Saberlo no lo sé, no tuve muchas oportunidades de hablar con ellos últimamente. Decidido, voy a preguntar.
Voy tras Elliot, la única que he visto por allí de los del torreón. Sube rápido las escaleras, pero se mete en la habitación que solemos ocupar. Llamo a la puerta muy suavemente, intimidado, pero me abre la puerta enseguida.
-Hola, Elliot... -empiezo inseguro-, yo... no sé si debería volver a casa, hace mucho que no veo a los demás, no sé cómo están y aquí no... no sé qué más hacer... Y no pasa nada, iría flotando -añado rápidamente-, así esos bichos con espinas no me verán, está a un tiro de piedra, y puedo coger una cesta de camino...
Mientras explico la situación voy jugando con la manga de mi chaqueta, enroscándola para un lado y luego para el otro.

Escucho a Elliot, nervioso, pero luego me relajo y a la vez me siento inquieto. Creo que en parte estaba deseando que me detuvieran. Ya anochece, es peliroso sin lugar a dudas, nadie va a ir conmigo... Claro que me da miedo. Claro que me hubiera gustado no ir solo. Pero las cosas están así, y ahora no vale la pena echarse atrás. Seguro que me puedo dar fuerzas con lo de llevarles comida a los demás, ya vale de venir a gorronear al burdel.
-De acuerdo Elliot, pues me... me voy entonces. No os olvidéis de venir de visita... alguna vez. -Me sorbo los mocos y doy media vuelta para bajar de nuevo al recibidor.
Una vez allí miro a los presentes y me dirijo a la entrada, donde seguía mi vara con la chaqueta apoyada en ella y los amuletos extras en un bolsillo. Me la pongo y me doy la vuelta para despedirme, nadie está mirando, me da palo decir nada. Pero entonces Jack me mira y doy unos pasos hacia dentro de nuevo. Erika también se vuelve entonces, y completamente cortado farfullo una despedida.
-Voy a volver al torreón... Yo... eh... ¿podéis cerrar la puerta cuando salga? -Jugueteo con las mangas de la chaqueta-. Hasta la próxima.
Ahora sí, me doy la vuelta y desaparezco tras la puerta del burdel. Fuera ya refresca, casi es noche cerrada pero no puedo hacer ningún tipo de luz mágica para no atraer a las bestias. Cojo varios amuletos y realizo el hechizo rápidamente, me da miedo tener los pies en el suelo en medio de esta noche sin... ¿estrellas? En lo alto puedo ver como el cielo sí se ha ido cubriendo de estrellas últimamente, y una brilla más que las demás. Hacía tantos días que me recluía dentro al caer la noche que ni siquiera me había enterado. Qué bonitas son.
Con determinación prosigo mi viaje hacia la plaza donde caen las cestas, volando a la altura de los tejados de los edificios, atento al horizonte y sin hacer un solo sonido.

(Sigue en la Plaza de los Colaespina).

Abro los ojos y me encuentro solo en la cama, paso el brazo y veo que esta fría ... hace rato que se ha ido ... ¿cuanto he dormido?, por la luz ya debe de ser muy tarde, bostezo y me incorporo en la cama, agarro mi ropa de siempre y salgo por la puerta hacia las termas, paso por el salón en silencio, sin saludar, pero tampoco me fijo si hay alguien. Una vez abajo me enjabono bien y me aclaro con un par de cubos de agua, me meto en la poza y me quedo un rato dentro, pensando en Cain y en Elliot. Seguro que hoy han hablado, han tenido mucho tiempo, y no he visto a ninguno de los dos, salgo de la poza y me seco, me pongo los vaqueros y la camiseta negra, cojo menta en la cocina, la mastico con hambre y me subo al cuarto secándome el pelo con la toalla, me meto en la habitación y cogiendo la guitarra me salgo al balcón, a que me de el aire, sentado en la barandilla mirando hacia afuera rasgueo notas distraído, intento tocar la partitura que he estado componiendo, pero aun no esta acabada, no suena del todo bien ... me quedo mirando la negrura de la ciudad desvío mi mirada al cielo y veo algunas estrellas ... son preciosas, hacia mucho que no veía las estrellas, las observo ensimismado mientras la brisa me revuelve el pelo ... creo ver una figura recortada contra el cielo, pero la pierdo de vista al instante, pero acabo dejándolo pasar, no estoy seguro de haber visto nada ...

Leyendo, pero más por hacer otra cosa que por leer, sin comprender ni asimilar nada, aparece Gael diciendo que vuelve al torreón...Así que cierro la puerta tras él y subo al Balcón del Centinela a ver cómo se va, por si acaso...¿Pero qué diantre? El maldito niño está...¡Volando! Magia...Lo que daría yo por hacer esas cosas...Qué fácil sería todo...Y qué cansado estaría de tanta palabreja y energía...En fin, habrá que adaptarse a lo que tengo. Cuando vuelvo al salón veo a Vacuum que sube las escaleras y vuelvo a sentarme en el sofá.
-Gael va volando, llegará a salvo al torreón.-informo a las chicas.
Después recupero de mi cinturón los guantes de piel destrozados y los miro detenidamente <<Haré unas coderas, sí>> Subo al cuarto de desuello y tras coger lo necesario para descoserlos y darles la forma adecuada; vuelvo al salón y me siento en el sofá. ¿Por qué trabajo aquí y no en mi cuarto? Porque aquí tengo mejor luz y si las chicas me ven haciendo algo, quizá les de por hacer algo para el grupo o por ellas, como ir a por las cestas...

-¿Volando?- Al principio me costaba un poco creerme que estuviera volando, pero olvidaba todo ese asunto de la magia. Estaba claro que era todo un maestro en todo ese asunto. Lo que hacia Gael no era nada comparable con los pequeños trucos que yo hacía, de hecho solo había probado unos pocos. Jack se va un momento del salón, pero vuelve de nuevo con algunos materiales, se sienta en el sofá y empieza a trabajar.
Yo, de momento, sigo sentada en el puff, empiezo a mover las piernas, me empezaba a aburrir un poco:
-¿Ha pasado algo interesante por aqui estos días?- Un poquito de información no me vendría nada mal. La pregunta va más bien dirigida a Jack, que es el único que parece que no esta empanado.

Cuando ya tengo uno de los guantes descosidos, Erika pregunta algo en voz alta y sigo trabajando, fingiendo que recuerdo todo lo que ha ocurrido, pero realmente estoy pensando qué decir sin meter la pata. Al final acabo respondiendo:
-Nada interesante, la verdad. Yo he estado todos estos días trabajando en más cosas de piel, una coraza de hueso para Elliot y he juntado el cuarto de desuello con mi habitación. Si queréis algo de mí, id al cuarto de desuello, pues la puerta de mi dormitorio ya no existe, solo hay pared nueva. Y si alguien necesita alguna defensa o prenda de piel y hueso, que lo diga. Estoy haciendo unas coderas, que sirven por ejemplo por si una rata te salta al costado, la bloquees en mayor o menor medida con el hueso.-acabo con voz neutra, tomo aire y sigo a lo mío.
Ahora toca volverlo a coser pero quitándole la forma de guante sin falanges y luego coseré el hueso cortado...