Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Me quedé embobada pensando en mis cosas, y al cabo de un rato baja alguien. Miro hacia el lugar de donde proviene el sonido y veo a Caín, que pone un pergamino en la puerta. Lo leo rápidamente y me quedo confundida. ¿Aníbal es un gorrón indeseable? A mi me había parecido majo, pero en fín, cada uno se lleva peor con algunas personas.
-Buenas noches, Caín.- le saludo.-¿Me explicas por qué Anibal es un gorrón indeseable?
En mi mente se acumulan muchos pensamientos, tengo la sensación de que me va a explotar la cabeza. Necesito relajarme.

-No te lo ha contado Martalar? -pregunta Cain con una mirada peligrosa- Entró y sin avisar de su presencia ni pedir permiso se dio un baño en las termas... y se largó. Qué coño se piensa que somos?? Hermanitas de la caridad? Esto no son unos baños públicos! Es un puto refugio y todos nos partimos la espalda por salir adelante para que venga un caradura a chupar del bote!- No entendía por qué le afectaba tanto... Tal vez lo que más le molestaba es que hubiese entrado cuando él estaba disponible, que alguien se hubiese colado con tanta facilidad en el burdel... Que Martalar hubiese sido tan crédula. Y si llega a ser alguien peligroso? Y si hubiese entrado para algo más que darse un simple baño? No podían ir dejando entrar a cualquiera tan fácilmente, no podían ser tan confiados...

Tiro el cuchillo y se clava a escasos centímetros del centro de la diana. Me acerco y lo recojo. Me concentro un poco más en el centro y tiro de nuevo. Esta vez da en el centro.
Estaba probando mis cuchillos nuevos, los que elegí junto con Skull que al final no tuve tiempo de probar. Ahora estaba en ello y se manejaban bastante bien. La Luna que había en los mangos de ambos ya sabía que significaba, era la Luna que nos iba a transformar a todos en pequeños monstruos, aún tenía la duda de cuando iba a aparecer.
Borro esos pensamientos de mi cabeza y cojo de nuevo los cuchillos que hay clavados en la diana. Esta vez intento probar desde más lejos, me coloco y me concentro en la diana. Miro de reojo el mango, la Luna, ahora mismo nuestro mayor enemigo. Lanzo el cuchillo con fuerza y se clava en el centro. Aprieto los puños con fuerza y recojo de nuevo el cuchillo. Hoy estaba furiosa, había cambiado de estado de ánimo de la noche a la mañana.
Dejo de entrenar y guardo los cuchillos en la cómoda de mi habitación, después bajo al salón para intentar despejarme. Allí veo a Cain y Kaila hablar, delante hay un papel clavado a la pared. Me acerco para leerlo:
-¿Gorrón?, eso no me lo esperaba.- El chico del papel, Aníbal, ese era de otro torreón, ¿No?

-Es del Torreón Maciel- corrobora Cain- Escuchad, en esta ciudad puede pasar de todo... Y todos los cosechados lo tenemos ya bastante difícil para sobrevivir como para andar desconfiando entre nosotros pero... -coge un viejo libro de cuentas y busca hojas en blanco- Si pecamos de ingenuos acabaremos todos muertos.- No estaba seguro de qué método usar, tal vez limitarse a permitir la entrada a las caras conocidas, a los amigos, a los aliados... Asegurarse bien de quien entra por la puerta, y sobretodo no creerse cualquier cosa que un desconocido les contase... Se tapó los ojos con las manos y los frotó <<Tengo que hablar con Martalar>>- Si llega alguien con exigencias negádselas enseguida a no ser que sea un amigo cercano, y si se pone tonto lo paralizáis y lo mandáis fuera- Al no recibir ninguna respuesta por parte de las chicas, bufa frustrado y se vuelve a su cuarto <<Acabaréis todos muertos>> pensó con rabia

Ayer, tras las prácticas de tiro, escuché una conversación en la planta principal pero no bajé. Me quedé esperando y cuando se acallaron las voces fui a la cocina y ajeno a todo, sin saludar ni mirar, comí un poco de carne. Aún teníamos los huevos turquesas, así que intenté abrir uno para freírlo pero solo conseguí arañar un poco la cáscara. En fin, comí y volví al cuarto de desuello, con el libro de armas. Allí estuve entrenando, pues no quería que nadie me molestara, con la espada, el escudo, los guante-garra, las coderas...Con todo lo que me había fabricado y con todo mi cuerpo. Eso sí, cuando volvamos a salir, me haré un enemigo con un colaespina muerto, para practicar mejor. Cuando el sol desapareció por completo y dejó de entrar luz en el dormitorio, bajé a cenar, carne de nuevo, y volví a intentarlo con el huevo. Nada. Un huevo rebelde...Mañana probaré. Para terminar el día en soledad, bajé a las termas a pensar y lavarme. <<Un filtro...Si es verdad lo de Cain, hay que sobrevivir de forma individual, cosa que haré, pero de momento el grupo me sirve, así que me serviré del grupo pero sin que se me note mucho. Seguiré yendo a por las cestas y todo eso, pero se acabó interactuar de forma estúpida con esta gente. Norou se salva, por supuesto. Cain...ya le devolveré lo del látigo y la almohada. Y lo de desconfiar entre nosotros...Eso es obvio. Nadie que supiese mi pasado debería fiarse de mí, aunque que hagan lo que quieran, yo sobreviviré y viviré. Que venga la Luna, a ver qué hace conmigo>> y con férrea determinación, salgo del agua, me visto un kimono negro con detalles púrpuras y vuelvo al cuarto. Allí afianzo lo antes pensado y me meto en la cama, doy unos cuantos latigazos al techo y me duermo con este bajo la almohada. <<Aún tengo las manzanas escondidas en el cuarto, a ver cuánto tiempo tardan en amotinarse>>

Eso fue ayer...

Ahora, de nuevo, los rayos del astro rey me hacen girarme en la cama y frotarme los ojos. Con un gruñido me levanto y cierro las cortinas del balcón <<Maldito sol...>> En efecto, culpo al sol y no a mis ojos. Ya me he hecho a la idea de transformarme y pasará lo que tenga que pasar. Me visto como ayer, con mis complementos puados de colaespina y el látigo, los cuchillos y las zapatillas. ¿Por qué? Por precaución. Quién sabe lo que puede pasar. Y no quiero imprevistos como el de Alex y sus cuchillos, que, mira por donde, sigo teniendo escondidos. Bajo a la cocina y me preparo un poco de carne mientras miro de reojo al huevo. No me fío de él desde lo de ayer, a saber qué hay dentro, así que no me atrevo a intentarlo de nuevo. Al acabar el desayuno-almuerzo, subo al cuarto de desuello, pensativo <<Los que están todo el día durmiendo o bañándose en las termas no necesitan tantas proteínas de la carne para sobrevivir. Cain sí, porque parece como si Estigma le agotase físicamente. Habrá que racionar la carne también...>> Pienso durante el entrenamiento. Y lo cierto es que mi cuarto y el de desuello podrían comunicarse, solo necesito hacer un agujero en la pared...Con esto y una puerta bloqueada, sería perfecto...

Cain no había perdido el tiempo, seguía practicando hechizos como un loco, pero poniendo el máximo cuidado en no agotarse, echándose largas siestas entre hechizo y hechizo. Había logrado más o menos determinar sus propios límites; no era capaz de realizar hechizos muy fuertes ni con una gran extensión pero no podía quejarse. Bajaba las escaleras haciendo levitar una mesilla redonda mientras repasaba el libro de cuentas que había cogido del salón el día anterior. Se había enamorado completamente de ese hechizo, la cantidad de cosas que se podían hacer con él! Aunque aún no había logrado ni de lejos hacerse levitar a sí mismo... <<Tarde o temprano lo lograré>> Llegó al salón y dejó la mesilla junto a la puerta, y el libro abierto encima asegurando la página con una cinta. Allí estaban apuntados todos aquellos que tenían la entrada permitida en el burdel. A un lado los que actualmente vivian alli, con su miniretrato al lado, y al otro los amigos y aliados, con el nombre del torreón al que pertenecían, algún rasgo distintivo, y los más cercanos con su propio retrato al lado. <<Aquí no tenemos plantas que vuelven a crecer como en Letargo, si andamos regalándolo todo acabaremos sin nada...>> Satisfecho con el resultado fue a la cocina. Vio un huevo fuera de la cesta y lo interpretó como una señal del cielo, lo frió junto con un poco de arroz y comió tranquilamente. Trató de adivinar la dieta de sus compañeros a partir de lo que quedaba en las cestas. <<Sí que han comido fruta... pero les dará diarrea si no comen algo más consistente>> Se preparó para cocinar algo

Me levanto y hago la cama.Bajo al salón y cojo el libro de hechizos y pongo varios cristales a mi lado. Miro un hechizo. <<Lacayo Grotesco... Creo que es la criatura naranja que invoqué hace bastante tiempo>> Lo probaré de nuevo. Cojo un cristal y miro el hechizo. Me doy cuenta de que hay una serie de instrucciones debajo de las ilustraciones. Me llama la atención la de ''Vigila ahí.'' <<Si me sale bien el hechizo, podría avisarnos de cuando vienen a visitarnos o a atacarnos.>> Hago los gestos y la criatura aparece. Señalo la puerta mientras digo ''vigila ahí'' en su idioma. No funciona. El lacayo desaparece. Vuelvo a hacer los gestos y la criatura aparece de nuevo. Repito la orden mientras señalo al mismo sitio y el lacayo obedece.
-¡Bien!-exclamo-Ya tenemos guardian
Continuo ojeando el libro, seguro que hy hechizo interesantes que puedo hacer...

Cain terminó de hacer la comida. Había utilizado muchas especias, así que tendría que pasar por Letargo a por más... Dejó preparadas la olla con la carne y la salsa por un lado y la que tenía el arroz cocido por otro y puso un cazo pequeño con agua hirviendo, abrió su guía de remedios y buscó la receta de la Rábiga, un veneno bastante interesante... Cuando lo acabó, lo metió en un frasco y lo dejó en la ''nevera'' con una nota de ''No beber''. Buscó por todo el burdel espinas y huesos afilados y secuestró algunos cuchillos y se fue al dojo... Era la primera vez que entraba allí para entrenar, puesto que el miedo a matar a sus compañeros se lo había impedido. Se sentó frente a la diana con las piernas cruzadas e hizo levitar uno de los cuchillos, apuntando con él al centro de la diana. Trató de lanzarlo pero... fue un auténtico desastre; no tenía ni la fuerza ni la velocidad bastante para clavarse <<Habrá que intentarlo de nuevo...>> Se puso un poco más cerca

Tras toda la mañana y el resto del día entrenando, ya estoy sudando y algo cansado. Ya pensaré en otro momento lo de unir las dos habitaciones, de momento necesito un buen baño. Bajo a las termas con ropa limpia y me lavo mientras dejo en remojo la ropa sucia. No me meto en la poza tras enjuagarme, sino que me visto y voy a la cocina. Al parecer Cain ya ha hecho algo de comer, lo pruebo ligeramente y después de recoger, voy a uno de los balcones con ballesta. Pero...Ni rastro de las nuevas cestas <<Esto no encaja, siempre hay cestas, siempre viene la bañera. ¿Qué diantres habrá ocurrido?>> Solo espero que quienquiera que nos manda las cestas no se haya quedado sin suministros... Con este descubrimiento y ese oscuro pensamiento vuelvo al interior del edificio. <<Quizá haya caído en otro sitio...Podríamos salir a ver...Pero no saldré solo. Hay más probabilidades de sobrevivir en grupo y cualquier criatura con sentido común evitaría a alguien a quien pueda considerar un rival y atacaría a alguien más..."débil". Yo lo hacía>> Cain está despierto, sí, y además hay alguien entrenando. Subiré a ver si se viene, sea quien sea. Llego a la puerta y tras llamar, me asomo. ¿Cain entrenando? Ah...vale, pero con magia.
-Buenas tardes.-digo secamente, luego miro los cuchillos y la diana.
<<Si lo logra, será una buena baza a distancia>> Y para seguir con la farsa, inquiro:
-¿Cómo lo llevas?

Despierto, había dormido mucho y no quería acostumbrarme a ello. Me froto los ojos y salgo de la cama. Dirke todavía seguía durmiendo, no se despertaba para nada. Ver su estado cada vez que me levantaba se había hecho una rutina, pero al igual que los otros días, no había cambios, parecía que mejoraba.
Hago mi lado de la cama y salgo de la habitación. Ya en el pasillo, a medida que voy hacia las escaleras oigo a gente hablar en la sala de entrenamiento. Antes de pasarme, voy a la cocina, donde veo una olla, Cain lo habría preparado, ¿Quién si no? Pongo un poco de carne con salsa en el plato y me siento en la mesa para comer.
Cuando termino, recojo todo y voy al segundo piso, a la sala de entrenamiento. En el interior veo a Jack y Cain, el último parece estar practicando con los cuchillos, pero de una forma diferente, haciéndolos levitar:
-¿Buenas tardes?, no se en que hora vivo.- Me voy a la esquina donde están el arco y el carcaj y de su interior, saco los cuchillos. Me pongo a juguetear con ellos mientras observo a Jack y Cain.- Siento molestar, ¿Es una conversación privada?

-No lo es, y no molestas- le dice Cain a Erika levantándose para estirar las piernas, que ya se le habáin dormido- Y no voy demasiado bien, los cuchillos pesan demasiado para que cojan la velocidad adecuada, a no ser que se dejen caer desde arriba- señala un cuchillo clavado en el suelo casi hasta el mango- Y las espinas son complicadas de manejar, pero son más rápidas, creo que si practico podría lograr lanzar dardos envenenados- explica, pensando en el frasco de veneno que había dejado en el armario congelado. SE volvió a sentar y respiró hondo, usar ese hechizo de esa forma reuqería bastante concentración, sentía que le iba a estalalr la cabeza

Erika llega y saluda. Respondo con un gesto seco y un intento de sonrisa que borro inmediatamente. Luego me fijo en que entrena también con cuchillos <<¿Qué manía tienen con los cuchillos? Alex, Cain y ahora Erika...>> Escucho a Cain y respondo
-Todo se mejora con la práctica. El caso...La bañera de hoy no ha venido. Ni rastro de ella. Y no me gusta la idea de tener que explorar la ciudad, pero es lo que vamos a tener que hacer si han decidido cambiar el sitio donde descargar las cestas.-<<Cain no podrá, Erika...>>-¿Alguien se viene? Espero abajo.
Salgo del cuarto y voy a por mi espada y escudo <<Esto es mejor que un cuchillo>> Me cuelgo el escudo del brazo y cuelgo la espada de mi cinto. Mientras espero, me acerco al cartel que hay con retratos y recuerdo que Cain quería tener mejores instrumentos de dibujo <<¿De qué le sirven para sobrevivir? ¿No era él el que decía que esto era un filtro? No creo que se salven los mejores pintores>> Y de pronto se me ocurre que no tenemos el atlas que había en el torreón, solo el burdo mapa de Cain. <<Perfecto...¿Y si nos perdemos? Mejor para otro momento...>> Así que acabo sentándome en uno de los divanes, con la mirada perdida, pensando <<Podríamos pasar por el torreón y que Vacuum nos acompañe...>>

Cain mira satisfecho las agujas clavadas en la diana. No había acertado demasiados tiros pero realmente daba igual si los dardos estaban envenenados, se clavasen donde se clavasen le iba a servir, mientras fuese en el cuerpo del objetivo. Arrancó el cuchillo del suelo y se lo guardó. Con los cuchillos no era tan preciso ni podía a tanta distancia, pero podía apuñalar a alguien a corta distancia sin usar sus manos, lo cual puede llegar a ser bastante útil si te paras a pensarlo. Cain salió del dojo y se preparó para salir, tenía algo en mente... AL pasar por el salón saluda a Jack y sale, asegurándose de que alguien cierra desde dentro antes de irse.

(sigue en la biblioteca)

Hace un rato subí a mi habitación a practicar hechizos. He conseguido hacerme levitar a un metro del suelo durante unos quince minutos. Todavía en el aire, empiezo a andar muy despacio, con miedo. Doy varios pasos y me confío. Al décimo paso me caigo al suelo. Hoy he mejorado bastante. Oigo un portazo y bajo al salón. El Lacayo Grotesco ha desparecido. Me encojo de hombros. El hechizo no podía durar eternamente. Abro la puerta y salgo tras Caín dando un portazo. Corro detrás de él lo más rápido que puedo y agarrando con fuerza varios amuletos.
-Espérame, Caín. Voy contigo- le grito.

(Sigue en la Biblioteca)

Obviamente, en vistas de que nadie se apuntaba no salí a explorar. Me quedé pensativo en el diván, cambiando de postura de vez en cuando. Y Cain acaba de saludarme, se ha ido. Justo voy a ir a cerrar la puerta, Kaila pasa como un rayo y sale también. <<Bien...Me toca quedarme de guardia hasta que vuelvan>> Me levanto y voy corriendo a la armería, cojo varias alabardas y bajo al salón. Con una bloqueo la puerta y las demás las subo conmigo a uno de los balcones con ballesta. La cargo y pongo lo antes cogido a mano, por si acaso. Para finalizar, me subo un plato con algo de fruta y carne y mi silla de mi cuarto. Sentado, mirando a la plaza y viendo a los otros dos, ceno mientras toqueteo la ballesta. <<En fin...No era plan dejar el burdel sin protección, con los demás durmiendo. Y...podría hacer una cosa en la puerta, para mejorar las defensas del burdel...>> Una idea va surgiendo: hacer unos pequeños agujeros en el suelo tras la puerta (dentro del burdel), de forma que se puedan poner ahí las alabardas, apuntando a la puerta, por si algo entraba de pronto. Pero claro, esto tendría que desmontarlo el centinela de turno. Y no tenemos turno alguno para vigilar el burdel...A nadie se le ha ocurrido. Vale que yo sepa lo de Estigma, pero los demás...¿Qué se creen? En cuanto Cain se marcha, esto puede convertirse en otro cementerio...

Llegamos a la puerta del Burdel. Llamo con insistencia. <<Vamos, que alguien abra rápido.>> Me apoyo en la pared y respiro hondo varias veces. Necesito recuperarme de la carrera. No puedo más, estoy reventada. Tengo que correr más a menudo para mejorar mi resistencia.

-Relájate, no hay nada cerca, no nos ha seguido nadie- <<Ni nada>> Trata de tranquilizarla Cain. Estaba demasiado alterada <<Ya tendrás tiempo de alterarte>> Eperó apoyado en el marco a que Jack les abriese la puerta, repasando mentalmente la información que había recopilado de los libros... Tenía que volver a situar ese taller en el mapa, para ir cuanto antes a buscare los materiales...