Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Cain se levantó con una canción bastante animada lo que le hizo sobresaltarse y mirar confundido a su alrededor. Estaba en el salón, en un puf, Kaila dormía no muy lejos pero ni rastro de los demás. Subió corriendo al piso superior para mirar por los balcones y comprobó que de los lobos solo quedaban cadáveres, tanto suyos como de las criaturas que se habían cruzado en su camino. Subió al balcón más alto, hasta donde alcanzaba su vista no se veía un solo lobo, al menos con vida... Pensó en Letargo, ¿estarían todos bien? Sabía que los lobos les habían atacado también... se sentía culpable por haberles dejado solos, pero no quería ni imaginar lo que habría pasado si... Sacudió la cabeza, no podía imaginarse lo peor, tenía que creer que estaban bien, todos bien, al fin y al cabo ellos vivían en un torreón fortificado <<Tienen mejores defensas, seguro que están mejor que nosotros...>> Buscó el anillo azul en su bolsillo y se lo puso. La gema parpadeó un par de veces y se apagó, Cain suspiró y se sentó dandole la espalda a los barrotes del balcón. Açun no podía hacer ningún hechizo complicado, y tampoco podía arriesgarse a dejar el burdel ¿y si volvían los lobos? Quería ver a Vacuum... y a Elliot... quería verles, quería saber si de verdad estaban bien... Apoyó la cabeza sobre sus rodillas <<Aún no me puedo mover de aquí, todavía no...>>

Sigo su mirada y vuelvo a pensar en el torreón, en Vacuum, la peliroja y los demás. Ni rastro de los lobos en los alrededores, ¿se habrán vuelto a su territorio? ¿Habrán cambiado de objetivo? No lo sé...Y no puedo saberlo por mucho que me pregunte y piense. Pero sus brazos en torno a mi cuello me sacan de pensamientos que no merecen la pena ser pensados y la miro, para responder:
-Todos teníamos que descansar, vosotros tres los que más, por la magia básicamente. Y esta noche...Nada, no se acercaban, al final se rindieron y ya ves, solo quedan algunos cadáveres y los demás se han largado...Pero los demás chavales de la ciudad viven en torreones, si les han atacado les habrá resultado mucho más sencillo defenderse. No hay que preocuparse, ya veremos si están bien o no...Lo que me importa ahora es que el burdel sigue entero y que ambos, tú y yo, estamos bien. Suficiente.-acabo sonriendo pero un bostezo repentino destroza la sonrisa y me tapo la boca torpemente.-Ay...ahora me da sueño...Me echaré un ratillo, muy poco. Despertadme si ocurre algo, lo que sea...¿Buenas noches?-acabo riendo y antes de soltar el abrazo me acerco a su rostro, pero el cansancio me puede y casi le doy un cabezazo torpe, así que la suelto y vuelvo a los divanes donde me tumbo. Aunque Morfeo está agotado como yo, al final nos abrazamos y consigo dormirme...

Avanzo por el aire siempre fijándome en si veo lobos por algún lado, pero todo parece tranquilo. Desde que diviso el burdel lo miro fijamente, y al principio me alivia no ver lobos a su alrededor. Sin embargo, todavía hay marcas de que allí tuvo lugar una invasión parecida a la de nuestro torreón, e intento apresurarme más, en vano.
Al acercarme más veo que hay gente en los balcones, y agito el brazo en el que no llevo el libro. En el balcón más alto veo a Cain, pero está de espaldas. Lo llamo en voz alta para que se gire y empiezo a descender hasta aterrizar a su lado.
-Hola -me quedo un minuto atascado, sin saber qué decir- ¿estáis todos... cómo están las cosa por aquí? -Me muerdo el labio inferior un momento, después añado-: Vacuum y Elliot están bien. Pero hemos... hemos perdido a uno. ¿Crees que volverán? -Miro al horizonte con desconfianza, entre los edificios-. ¿Habrán ido también al lugar donde están los demás, los del otro torreón?

Cain ve una sombra a su espalda y se gira bruscamente. Allí estaba Gael, de pie, en el aire... No le había oído llegar. Le dio un abrazo y lo dejó en el suelo del balcón, feliz de que estuviese bien, de que todos estuviesen bien.
-Me alegro de verte- le dice, sonriendo, pero su sonrisa se apaga cuando menciona al muerto- Sí, nosotros también... Lo lobos... atacaron de pronto, empezaron a agujerear las paredes, no dábamos a bastos- se estremeció al recordar la impotencia que había sentido al no poder hacer nada para ayudar- Pero no hemos vuelto a ver lobos en toda la mañana, ¿has visto alguno de camino?- preguntó, luego se le ocurrió que lo mejor sería avisar a los demás cuanto antes- Ven, vamos adentro para que los demás sepan que estáis bien- guió a Gael por las escaleras y gritó llamando a los demás- Gente! Ha venido Gael desde Letargo!!

Bien, los lobos se habían rendido una buena noticia, pero teníamos que pensar también en el estado de los demás torreones, ya se les haría una visita para ver que tal estaban...Jack me mira, yo sonrío y él bosteza, ya era hora de darse una siesta. Antes de irse, se inclina hacia mi, le siento tan cerca, pararía este momento ahora mismo, me quedo quieta esperando un posible beso, pero lo único que consigo es que casi me de un cabezazo. Deshace el abrazo, está demasiado cansado y ya no puede mantenerse en pie, otra vez será. Entro detrás de él en el salón y me siento en un puff. Cain se había ido, pero Kaila seguía tumbada, despierta. Me acerco a ella para intentar retomar la conversación de antes pero llega Cain con Gael a su espalda. Saludo a ambos con la mano, al parecer los de Letargo estaban bien, aunque, ¿A que ha venido Gael?, ¿Y los demás?

No sé qué estoy soñando, pero salen lobos, Erika, colaespinas, una mezcla de torreón y burdel en un mismo edificio, un foso en llamas rodeándolo todo y los malditos murciélagos de la otra vez resucitando sus cabezas fuera del extraño edicifio y gritándonos...El sueño es agitado y me muevo en el diván, intentando despertarme. ¿Por qué no puedo dormir tranquilo? Y ahora alguien grita...¿Gas? Estamos en Rocavarancolia, aquí no hay...No, no dice "gas", ¿pero qué dice? Ga...Ga...
-¡Gael!-digo de pronto, abriendo los ojos y buscando al chico con la mirada.
Veo a Erika y a Kaila en sendos puffs y a Cain y a Gael llegando por la escalera. Bien, uno a salvo...-Hola.-saludo con la mano.
Me siento en el diván y me apoyo en las manos para no perder el equilibrio. Los demás están bien...Menos mal...Me pellizco las mejillas para mantenerme despierto y miro al chico. Habrá vuelto a venir volando...¿Y si le hiciese una coraza? No es la primera vez que va y viene volando...No estaría mal.
-No puedo dormir, no dejo de tener pesadillas...Mejor me pongo a trabajar en algo.
Me levanto y voy lentamente hasta el cuarto de desuello, pero al parecer ayer me dejé varias puertas abiertas. Voy cerrándolas y cuando llego al dormitorio de Elliot, veo la coraza que le hice en el suelo...¡Maldita sea! Pero el chico ha dicho que están bien...¿Todos? Sí, seguro, todos están bien, al menos los que conozco. Entro en silencio y recojo la coraza, vuelvo al salón y se la ofrezco a Gael
-Ten. Se la hice a Elliot para cuando fuesen a coger las cestas. A ti quizá te quede bien también.-le digo, luego sigo hablando pero en tono pensativo, más para mí.- Y tengo piel de sobra para hacer un par más, lo que no me quedan son muchos huesos...Ya veré qué hago...

Bajo la escalera con Cain. Todavía sigo pensando en lo que me ha dicho, ellos también han perdido a uno. Defender el burdel no debió de ser fácil. Abajo la gente está descansando, algunos me saludan. Jack al despertarse va a las habitaciones, pero no pierdo tiempo y me explico, abriendo el libro por la página marcada.
-Voy a abrir un portal de comunicación. -Cuando veo el libro me dan ganas de golpearme la cabeza con la palma de la mano, me había olvidado de traer cristales-. Pero necesito catorce cristales cargados ¿los tenéis? Y algo con lo que dibujar, y un sitio... ¿dónde lo abrimos? Luego iré a abrir otro a nuestro torreón y podremos pasarnos mensajes. Puede ser útil para cualquier problema futuro.
Mientras, Jack vuelve con una coraza y me la da, para Elliot. Asiento a todo lo que me dice y la dejo a un lado para llevársela después.
-Entonces, ¿qué os parece? -pregunto recuperando mi inseguridad habitual, tras darme cuenta de que ni siquiera había pedido permiso, lo había dicho de forma poco apropiada-. ¿Me ayudáis?

Cain revisa la página del libro que le muestra Gael, parece complicado, pero es muy buena idea <<Mantenimiento cada dos días...>> Tendrían que tener cuidado. Busca en el saco de los talismanes y saca un puñado, no todos estaban cargados. se los pasa a los otros
-Id cargando los que faltan, yo iré a dibujar el círculo- les pide. Le hace una seña a Gael- Vamos, arriba hay una habitación vacía- <<La de Gilbert>> Subieron y retiraron la moqueta. Cain hizo una pintura espesa con carbonilla, grasa y cochinillas, de un rojo oscuro. Improvisó una regla con una tabla larga y un compás con una espina de hueso y una cinta y dibujó el círculo que venía en el libro. Le costó varios intentos que le saliese perfecto, sabía que si no estaba bien dibujado no le saldría bien- QUé más hace falta?- pregunta limpiándose las manos de pintura

Mientras los demás se quedan cargando los cristales Cain me dirige a una habitación donde con mucho cuidado empieza a plasmar el dibujo del libro. Le lleva un poco de tiempo, pero queda idéntico.
-¿Qué más hace falta? Pues... -echo una ojeada al libro-. Los talismanes cargados en el dibujo, y otros para el hechizo, los que llevo puestos... y hacer el hechizo. Los cristales ya deben de estar cargados, voy a por ellos.
Salgo de la habitación y voy junto a los demás a buscarlos. Me los dan en la mano y les doy las gracias para después subir rápidamente otra vez. Estoy a punto de equivocarme de habitación, pero me corrijo en el último momento y entro en la adecuada. El libro está en el suelo, y miro cómo van colocados los cristales. Le doy la mitad a Cain y empezamos a ponerlos en los lugares que corresponden.
-Esperemos que esto no sea un gasto de energía en vano -digo nervioso-. Vamos allá.
Estudio el libro una y otra vez en silencio para no errar, y cuando creo que ya es suficiente, empiezo a hacer el hechizo. Noto como siempre el torrente de magia que sale de mí y de los amuletos. Pero como es lógico, en el portal no ocurre nada, pero tengo un buen presentimiento. Si hubiera hecho yo el dibujo otro gallo cantaría, pero el de Cain era idéntico.
-Ahora solo falta abrir otro en el torreón y comprobar que funcione. Si alguien queda encargado de mirar de vez en cuando y vigilar que salga un mensaje y escribir otro... Ah, claro, y hace falta papel y algo para escribir.

Al terminar Cain se quedó pensativo y fue a avisar a los demás de que volvía conmigo, sobrevolando la ciudad para evitar el peligro. En poco tiempo estuvimos caminando por los aires de vuelta al torreón.

(Sigue en la plaza de los colaespinas).

Cain observa con cuidado el procedimiento. Necesitaba sangre, por lo que él solo no podría hacerlo. Cuando está terminado Gael dice que necesita otro.
-Podría ir contigo...- dijo en tono pensativo, pero las dudas le acosaban. Tal vez volvieran los lobos, o cualquier otra criatura y si... Negó con la cabeza. <<qué creído, pensar que porque yo no esté aquí no van a saber defenderse solos...>> Había visto a sus compañeros en acción y podía confiar en ellos, además, necesitaban qe dibujase el círculo en el otro lado. Iría a ayudar a Gael. Bajó con el chico a el salón y explicó la situación. Irían a hacer el otro círculo en Letargo, les indicó también en qué habitación estaba el círculo, y como usarlo. - Teneis que estar pendientes, en cuanto tengamos el círculo listo enviaremos un mensaje y tendreis que responder- cogió sus amuletos y algo de pergamino, junto con los materiales que había utilizado para hacer el círculo- Iremos por el aire, será más seguro...- dijo y subieron de nuevo al balcón

(sigue en el torreón letargo)

Miro a Cain y a Gael y asiento, luego miro a Erika y pregunto:
-¿Te encargas tú del hechizo del portal? Hay que quemar el mensaje y como que yo no hago magia. Mientras, yo me voy al balcón a vigilar.

Pero antes voy al cuarto de desuello y cojo todas mis herramientas, piel y huesos que me quedan, para después irme al Balcón del Centinela, donde, sentado, me pongo a cortar la piel en forma de camiseta sin mangas. Le corto las patas a la piel del colaespina, la pliego y le hago agujeros en la parte baja de los costados para los nudos que la ajustarán luego. Quizá podría desollar a los lobos que haya fuera...No sé, ya veré cuando Cain vuelva. Lo cierto es que desde aquí, con una cuerda y la ballesta podría subir los cadáveres, pero no tengo una maldita cuerda...Y el látigo no llega...Cuando Erika no esté con lo del portal de comunicación, le pediré ayuda para introducir al menos un lobo muerto en el edificio. Pero eso para después, que tengo que terminar esto por si volviesen pronto. Y podría hacer un escudo...¿Qué te he dicho de no pensar en cosas imposibles de momento? Trabaja. Corta, cose, trabaja. . .
Al rato Erika avisa y llego corriendo al dormitorio del portal de comunicación. Veo el mensaje de los del torreón y sonrío, la chica quema el mensaje "funciona" y cuando comprobamos que todo funciona correctamente, vuelvo al balcón a seguir con la guardia. Pero antes doy las buenas noches a Erika, que se queda en los divanes a dormir por si acaso. Me caigo de sueño, pero ahora no está Cain y tengo algo más que proteger, así que me tengo que mantener despierto...

Me despierto, me doy la vuelta e intento seguir durmiendo pero lo único que consigo es tirar el cojín que había utilizado como almohada. Alargo el brazo y lo recojo del suelo, me lo vuelvo a poner debajo de la cabeza, me froto los ojos y me incorporo al diván. Muevo el cuello y me hago un pequeño masaje, había cogido una mala postura y me dolía un poco. Me levanto del diván y voy hacia la cocina, quería algo ligero así que cojo una pieza de fruta. Vuelvo al salón, era la única que estaba levantada salvo...Sonrío. Por la noche había hecho guardia de nuevo y al igual que ayer, no había pegado ojo. Voy al balcón y me quedo en la puerta, de vez en cuando doy algunos mordiscos a la pera, pero él todavía no se había dado cuenta de que estaba ahí, me termino la fruta y empiezo a hablar:
-¿Ahora que estoy despierta voy a tener que arrastrarte hasta la habitación para obligarte a que duermas o vas a hacerlo solito?

Llevo toda la noche con un sueño ligero, atento a cualquier ruido y los crujidos del mobiliario del burdel me despertaban a cada instante, así como ruiditos en la ciudad de los carroñeros. Y cuando ha salido el sol he tenido que cerrar los ojos y cubrirme con las manos, pero me he ido quedando dormido profundamente, sin poderlo evitar. Doy una cabezada y pierdo la noción del tiempo...
Hasta que alguien habla a mi espalda y alzo la cabeza, asustado. Me giro y suspiro para después sonreir
-Qué susto...Buenos días...-Pienso en su pregunta y sonrío divertido.-Me da miedo dormir solo si te dejo vigilando...Pero creo que tengo la solución a eso y una disculpa a lo de ayer.-sigo diciendo mientras me acerco a sus labios, lentamente, un tanto nervioso y temblando, pero no quiero que pase lo de ayer. Deposito un suave beso y sigo mirándola a los ojos, sonrojado y sonriendo. Bravo, Jack, estás congelado de nuevo, pero esta vez no puedes moverte. Sigo mirándola y al final consigo decir:
-Er...Creo que ahora sí me podré dormir, aunque sigo siendo reticente.-se me cierran los ojos pero intento que no se cierren.-Uf...no quiero cargarme este momento como ayer...Así que... buenas noches tardes.
Termino sonriendo y vuelvo a besarla pero sin pasar de sus labios y me cuesta separarme, pero al final me separo y bajo al salón, me echo en uno de los divanes y se me vuelven a cerrar los párpados sin poder evitarlo...

Él se rie ante mi pregunta y yo sonrío. Termino por entrar al balcón y me quedo junto a él mientras me habla. Cuando termina le miro, se inclina hacia mí y me besa. Solo me quedo quieta, intentado disfrutar al máximo de ese beso. Cuando se separa de mi le veo sonrojado, aunque yo estaba segura de que también lo estaba. Me quedo mirando el suelo mientras me coloco un mechón de pelo detrás de la oreja, no sabía que hacer, levanto la cabeza cuando se despide, entonces, de nuevo, vuelvo a besarme. Esta vez cierro los ojos y dejo las manos detrás de su cuello, intentando atraerle más a mí para quedarme un rato más así. Pero eso no es posible, el beso se rompe, no me quejo, de hecho, lo entiendo, está cansado y he sido yo quien le ha obligado a dormir. Me acerco a los barrotes del balcón mientras oigo como se marcha para acostarse. Me quedo un rato en el balcón, sin mirar a un sitio en concreto, sólo pienso en lo que acaba de pasar. Cuando me canso de estar aquí fuera entro de nuevo al interior del burdel, ahora sería un buen momento para practicar algún hechizo.
Empiezo a buscar el libro en el salón, en la pequeña estantería de madera. Ahí estaba, el que más sobresalía, me pongo de puntillas hasta que logro alcanzarlo. Cuando lo tengo entre mis manos me siento en el suelo y empiezo a pasar las páginas poco a poco, con cuidado. Leo todos los hechizos, estaba el de las llamas, otro para congelar habitaciones, otro de ellos era para crear pequeñas nubes…entonces, me fijo en uno de los hechizos que me llama la atención. Leo la descripción y todo lo que hace falta, por suerte sólo necesitaba una cosa, mientras señalo con el dedo el hechizo miro a Jack, posiblemente podría probarlo con él.

Estoy en una armería enorme. Está repleta de espadas, escudos, armaduras, lanzas, dagas, hachas...Y lo mejor de todo es que tengo una forja propia. No, lo mejor es que estoy haciéndome mi propia espada. Mientras golpeo el candente metal con el martillo, miro sonriente las pieles de lobo y colaespina que cubren el techo y todas las armas terminadas. Sigo golpeando y cuando pasa un rato introduzco la hoja en un cubo de agua hechizado de tal forma que cuando la extraigo, sale perfectamente fría. La blando a la luz de las antorchas y veo un par de ojos brillantes en el liso metal. Me giro velozmente armado con esto y el martillo, pero no hay nada. Los ojos siguen en la espada, mirándome fijamente. Los golpeo con el martillo sobre el yunque y toda la armería tiembla, mientras noto un dolor agudo en los oídos, que empiezan a sangrarme con el segundo golpe. Se desprende polvo del techo y algunas pieles caen al suelo. Por tercera vez golpeo la hoja y despierto de pronto...
Estoy mirando al techo, tumbado en el diván. ¿Qué diantre? Ah, sí, la guardia...Se quedó Erika...¿Cómo irá todo? Me recuesto y me la encuentro en el suelo, con el libro de magia y mirándome.
-Oh...hola.-saludo a la vez moviendo la mano.-He tenido un buen sueño con raro final, pero el despertar es perfecto.-digo sonriente.-¿Qué tal todo?-aunque mis ojos alternan entre los suyos y el libro. Normal, no sé hacer magia y me intriga todo lo relacionado con el tema.
El sueño sigue reciente en mi memoria, pero es sencillo de analizar: tener esa sala para mí es un buen sueño, la de cosas que podría hacer. Y los ojos en la espada...¿El peligro continuo de la ciudad? Sí, es lo más posible. Y hablando de peligros...Podríamos meter un par de lobos muertos en el burdel, si aún queda algo de ellos. Pero las cestas no es una opción, aún habrá peligro ahí fuera y a saber si volverán los lobos o si están peleándose con las ratas...

Jack se despierta y yo sigo mirándole, ahora sería el momento perfecto para comentarle lo del hechizo. Dejo el libro en el suelo, abierto por la página del hechizo y me levanto. Cuando llego al diván me siento sobre las piernas de Jack, como si fuese una niña pequeña que va a pedirle los regalos a Papá Noel:
-Oye, ¿A qué me vas a dejar probar contigo uno de los hechizos?- Pregunto mientras hago como si dibujase círculos en su pecho.- No es nada malo, sólo quiero probar el de dormir a una persona mientras le hago caricias durante veinte minutos…y contigo ya tengo confianza, además, no hace falta que sea hoy, puede ser cuando tu digas.- Levanto la cabeza y le miro a los ojos.- ¿Me dejas?

Cain da un par de vueltas alrededor de los edificios en busca de un balcón abierto. No lo encontró, y tampoco esperaba encontrarlo de verdad, por la hora que era ya debían estar todas las defensas levantadas. Bajó a la puerta y dejó una cesta en el suelo para poder llamar
-Abridme!- dijo- Traigo comida