Burdel de Dama Espasmo (Archivo III)

Recuerdo del primer mensaje :

Despierto. Bajo demasido deprisa lss escaleras, tropiezo yantes de poder hacer nada estoy tirada en el suelo. Me levanto lo mas rapido que puedo y voy a la cocina.Saludo a Martalar y a Freejey y cojo una pieza de fruta, que como con voracidad.

Al final Cain prueba la manzana y por su expresión le ha gustado bastante. Pero niego con la cabeza y repito
-Solo había seis.-<<Aunque mejor no decirle que se ha comido una entera...¿O sí? Diantre...>>.-Lo de dibujar...Ni idea, pero toda ciudad tiene niños pequeños, así que creo que habrá algo, a no ser que aquí los críos no pinten ni nada...
Estoy tentado a decirle la verdad de la manzana, pero no tengo explicación para haberle dado una entera...Para que no me vea la cara me acabo echando sobre la cama y lo confieso:
-Lo cierto es que en el salón he repartido una entre todos y esa era tuya...No se me da bien mentir, pero...no puedo mentiros, mentirte...Un grupo con mentiras se hunde...Amigos con mentira de por medio acaban como enemigos...Solo quería que te sintieras mejor...

-Eh...? Una entera...? - Cain se queda de piedra. Solo había seis manzanas para todos... y él se había comido una entera...-¿Por qué?- No quería un trato preferente, allí se repartía todo, pero él no sabía nada... Debería sentirse mal? O no, porque no era su culpa, pero aún así... La cabeza le daba vueltas- Jooooooodeeeeeeeeer- Se cubrió la cabeza con los brazos y se hizo un ovillo- Por qué has hecho eso?? Y ahora qué coño voy a hacer yo? No puedo devolverla! Y si no traen más?? Y si alguien se queda sin?

Nos terminamos la manzana entre Skull, Martalar y yo. No hay tema de conversación, ninguno habla, nadie sabía que decir en estas situaciones. Yo no quería hablar, ni gastar bromas ni nada de ese estilo, prefería quedarme en silencio, un silencio que se volvió algo incómodo. Cuando ya no queda ni una sola rodaja de manzana Martalar y Skull se levantan, ambos se van ya a dormir. Me despido de ellos y me quedo en el salón, sola con mis pensamientos. Intentaba pensar en positivo, no quería ponerme otra vez a llorar, pero tampoco podía olvidar todo.
Harta de estar sola me levanto del suelo y me voy hacia las habitaciones. Todavía tenía en la boca el sabor de aquella manzana, era tan dulce y jugosa. El camino desde el salón hasta la puerta de mi habitación es silencioso, no se oía a nadie hablar, a nadie caminar en los pasillos, ahora todo me parecía tan triste. Giro el picaporte lentamente, cuando la puerta está abierta entro al dormitorio. Ningún cambio en el estado de Dirke, no había respuesta alguna. Me iba a la cama un poco más tranquila sabiendo que tanto él como Skull estaban ya bien. Me tumbo en la cama y me quedo de lado, mirando la pared. Cierro los ojos, pero apenas tengo sueño. Empiezo a moverme de un lado para otro mientras juego con el pelo, me estresa el no poder dormir. Finalmente decido tranquilizarme y dejar la mente en blanco, a lo mejor así podía quedarme dormida.

Tumbado como estoy, le doy varios toques en las piernas con la mano izquierda
-Eh, eh. Nadie se va a quedar sin probarlas. Skull, Kaila, Erika y Martalar cogieron trozos de una que corté antes. Quedan todavía cuatro. No te preocupes, hombre. Y si alguien se queda sin, seré yo, que prefiero olerlas.-lo cual no es falso.-Y podríamos probar a plantarlas en el huerto del torreón, ¿no crees? Ya tienes algo que hacer, mira por donde. Y otra cosa que tienes que hacer, de efecto inmediato, es tranquilizarte, diantre. Y el por qué ya te lo dije antes, señorito. Has tenido un mal día y lo necesitabas. Y fin de la conversación...O bueno, eres libre, pero no voy a discutir.-digo al final.-La idea de plantarlas es interesante...-repito, intentando cambiar ligeramente de tema.
<<Eso me pasa por impulsivo...Lo tendría que haber pensado...¡Al cuerno! La explicación es esa y punto>>

Cain hace un mohín. Le gustaba que le mimasen, pero esto ya pasaba de castaño oscuro, le estaban malcriando!! Todos ellos!! Norou con ese trato caballeresco que siempre le daba, Vacuum con sus masajes y sus cotinuas atenciones, y ahora Jack también! Le trataban como una princesita (si hasta le habían llevado en brazos alguna vez) y él no era ninguna princesita <<Malditos desgraciados!>> Agarra la almohada y se la tira a Jack a la cara
-Vete a dormir!!- le ordena- Otra más de estas y probarás tu látigo en tu propia carne!- amenaza. Ve al chico salir escopeteado de su cuarto y cuando se queda solo ríe para sí- Queréis tratarme como a una princesita ¿eh...? Pues esta princesita os va a follar vivos- Susurra antes de volver a meterse en la cama

Aún durmiendo, pero consciente, sin ganas de salir de la cama, me pongo de costado y la luz que entra por el balcón me golpea como si fuese fuego, así que vuelvo a la posición anterior y abro los ojos. Me quedo pensando en lo de anoche, en el cambio brusco de Cain <<¿A qué vino todo eso?>> Justo pienso esto, dirijo mi mirada al látigo sobre el baúl y sonrío <<lo de probar mi látigo sobre mí mismo como que no, Caincito>> Acabo sentándome en la cama. Bostezo, me visto y salgo al pasillo. Paso por su cuarto, pero mejor no decirle nada, así que bajo a desayunar y luego vuelvo al cuarto de desuello, para hacerle agujeros a una de las pieles y hacer una funda puada para el escudo. <<Quizá...Quizá ese cambio de carácter es de cara a la Luna...Si es así...En fin, solo espero que no todos cambien el carácter...aunque de ser así, podría yo volver a ser como antes...cosa a la que estoy acostumbrado...Pero el grupo se desmoronaría. Eso sí, lo de la almohada pienso devolvértela, rubiales>> acabo pensando, riéndome mientras hago los agujeros y demás. . .

Evidentemente, aún recuerdo la escasa conversación que quedó anoche.
Recuerdo el rostro pensativo de todos, así como que estaban realmente preocupados.
Y también recuerdo que me perdí en mis pensamientos hasta el momento de ir a la cama.
Pero lo que más recuerdo... es el sabor de esa manzana dorada. A pesar de que el trozo no era muy grande, casi puedo sentirlo aún en mi paladar. Cierro los ojos para rememorar su gusto.
Después, cuando los abro, me incorporo y bajo a la cocina. Me acerco a la cesta, y mi mano se lanza peligrosamente hacia una de las piezas doradas... Pero la desvío hacia otra normal.
No. Si ayer solo había seis (bueno... ahora solo cuatro) habrá que racionarlas.
Así que cojo una pieza de fruta normal, a pesar de que no se puede comparar con la deliciosa manzana, y me siento en uno de los puff del salón a comérmela.
La mastico con desgana. Después de probar la otra fruta, esta me resulta sosa e insípida.
Me pregunto entonces por Alex. Buf... ¿Qué estará haciendo? ¿Se habrá enterado ya de alguna forma de lo que pasará con la salida de la Luna? ¿De ser así, cómo habrá reaccionado?
Me digo a mi misma que, de venir alguien que se haya quedado, le preguntaré por él.

Suspiro levemente, <<Un día nuevo>> pienso. Me siento en la cama con la espalda apoyada en el cabecero mientras acaricio la almohada. Miro a Dirke, el cual parecía haber pasado una buena noche. Cuando despertase habría que contarle muchas cosas, aunque sería más difícil ya que apenas nos entiende cuando le preguntamos algo, ese era su síntoma, ¿No?, el no poder entender muy bien el idioma de este sitio, eso fue lo que dijo Jack.
Me levanto de la cama y voy al baúl, sin prestar mucha atención al interior cojo el primer vestido que encuentro.
Todavía no se había levantado nadie, mucho mejor, tendría las termas para mi sola.
Me quito el kimono y lo lavo, después lo dejo secar en el tendedero. Estoy a punto de meterme dentro del agua cuando recuerdo que tengo que enjabonarme el cuerpo. Me acerco a donde están todos los productos y cojo una de las pastillas de jabón. Empiezo a frotarme el cuerpo y cuando estoy lista me aclaro con agua. Al terminar, dejo una toalla cerca de la terma para cuando salga. Me meto dentro del agua y apoyo la cabeza en una de las piedras.

Terminé la funda del escudo y luego me hice unas coderas con púas, así como un cinturón con tiras de piel trenzadas y unas burdas bolsas de piel a modo de zapatillas. Decido ponérmelas hoy en vez de las deportivas, me ajusto las coderas a los codos, el látigo cruzándome el torso desde el hombro derecho y varios cuchillos de hueso atravesados en el cinturón. Todo esto sobre el chándal y la camiseta de manga corta. Sonrío por mi aspecto y asiento, decidido a lo que voy a hacer a continuación. Bajo a la cocina y cojo la cesta de las manzanas, siguen quedando cuatro. Subo la cesta a mi dormitorio y la escondo en el armario. <<¿No quería racionalizarlas? Pues lo haremos. Lo haré>> Después voy a uno de los balcones donde monté una de las dos ballestas y me quedo mirando a la plaza. <<Si tuviésemos arpones...Tendría piel y hueso siempre que quisiese...Pero necesito cuerda para eso...>> Luego empiezo a hacer prácticas de tiro a los colaespinas que rondan la plaza y la bañera, pensativo...

Cuando salgo de la terma, me envuelvo en la toalla y doblo la ropa que había dejado en el tenderete, no se había secado del todo pero la iba a guardar de nuevo en el baúl. Me quito la toalla y me seco las piernas, cuando termino doblo la toalla y la dejo en su sitio, al lado de las pastillas de jabón y en una pila de toallas blancas.
Me pongo la ropa interior y miro el vestido que había cogido;Era morado y me llegaba a las rodillas, iba atado al cuello por lo que me dejaba un pequeño trozo de espalda al descubierto.
Cuando acabo en las termas, vuelvo a mi habitación y dejo la ropa que había lavado anteriormente dentro del búrdel. A continuación bajo a la cocina y me como los arancini que sobraron de ayer.

Me despierto. He asumido lo de las transformaciones. Tampoco tenía que ser tan malo, ¿no?
Me peino un poco con la mano y bajo a la cocina. Saludo a Erika y cojo una fruta. Me la como rápido y voy al salón, dónde me siento en un cojín. Doy los buenos días a Martalar. Empiezo a cantar una canción en voz baja para no despertar a nadie, mientras toco una guitarra de aire y me emociono mucho, tal vez demasiado. Ah, la música, que recuerdos me trae de la Tierra. Tal vez, si se me diese la oportunidad de volver, volvería. O tal vez no. No lo sé. En estos momentos quiero olvidarme de todo, evadirme del mundo unos días.

Cain baja decidido las escaleras con un troso de pergamino en una mano y una espina de hueso en la otra. Llevaba una especie de falda pantalón hasta los tobillos color arena y el pecho al descubierto. Los auriculares estaban puestos de forma que le apartaba el flequillo de la cara, el pelo le había crecido bastante desde que llegó... Plantó el papel en la viga junto a la puerta, de forma que solo se pudiera ver desde dentro y lo sujetó a la madera con la púa y un hechizo de perforación. El pergamino era un improvisado cartel hevcho en tinta roja, un retrato bastante acertado de Aníbal, con el lema ''Gorrón indeseable Nº1'' y varias instrucciones. Martalar les había contado su visita y eso le había hecho hervir la sangre. La próxima vez que quisiera darse un baño, tendría que dar algo más que las buenas tardes...

Me quedé embobada pensando en mis cosas, y al cabo de un rato baja alguien. Miro hacia el lugar de donde proviene el sonido y veo a Caín, que pone un pergamino en la puerta. Lo leo rápidamente y me quedo confundida. ¿Aníbal es un gorrón indeseable? A mi me había parecido majo, pero en fín, cada uno se lleva peor con algunas personas.
-Buenas noches, Caín.- le saludo.-¿Me explicas por qué Anibal es un gorrón indeseable?
En mi mente se acumulan muchos pensamientos, tengo la sensación de que me va a explotar la cabeza. Necesito relajarme.

-No te lo ha contado Martalar? -pregunta Cain con una mirada peligrosa- Entró y sin avisar de su presencia ni pedir permiso se dio un baño en las termas... y se largó. Qué coño se piensa que somos?? Hermanitas de la caridad? Esto no son unos baños públicos! Es un puto refugio y todos nos partimos la espalda por salir adelante para que venga un caradura a chupar del bote!- No entendía por qué le afectaba tanto... Tal vez lo que más le molestaba es que hubiese entrado cuando él estaba disponible, que alguien se hubiese colado con tanta facilidad en el burdel... Que Martalar hubiese sido tan crédula. Y si llega a ser alguien peligroso? Y si hubiese entrado para algo más que darse un simple baño? No podían ir dejando entrar a cualquiera tan fácilmente, no podían ser tan confiados...

Tiro el cuchillo y se clava a escasos centímetros del centro de la diana. Me acerco y lo recojo. Me concentro un poco más en el centro y tiro de nuevo. Esta vez da en el centro.
Estaba probando mis cuchillos nuevos, los que elegí junto con Skull que al final no tuve tiempo de probar. Ahora estaba en ello y se manejaban bastante bien. La Luna que había en los mangos de ambos ya sabía que significaba, era la Luna que nos iba a transformar a todos en pequeños monstruos, aún tenía la duda de cuando iba a aparecer.
Borro esos pensamientos de mi cabeza y cojo de nuevo los cuchillos que hay clavados en la diana. Esta vez intento probar desde más lejos, me coloco y me concentro en la diana. Miro de reojo el mango, la Luna, ahora mismo nuestro mayor enemigo. Lanzo el cuchillo con fuerza y se clava en el centro. Aprieto los puños con fuerza y recojo de nuevo el cuchillo. Hoy estaba furiosa, había cambiado de estado de ánimo de la noche a la mañana.
Dejo de entrenar y guardo los cuchillos en la cómoda de mi habitación, después bajo al salón para intentar despejarme. Allí veo a Cain y Kaila hablar, delante hay un papel clavado a la pared. Me acerco para leerlo:
-¿Gorrón?, eso no me lo esperaba.- El chico del papel, Aníbal, ese era de otro torreón, ¿No?

-Es del Torreón Maciel- corrobora Cain- Escuchad, en esta ciudad puede pasar de todo... Y todos los cosechados lo tenemos ya bastante difícil para sobrevivir como para andar desconfiando entre nosotros pero... -coge un viejo libro de cuentas y busca hojas en blanco- Si pecamos de ingenuos acabaremos todos muertos.- No estaba seguro de qué método usar, tal vez limitarse a permitir la entrada a las caras conocidas, a los amigos, a los aliados... Asegurarse bien de quien entra por la puerta, y sobretodo no creerse cualquier cosa que un desconocido les contase... Se tapó los ojos con las manos y los frotó <<Tengo que hablar con Martalar>>- Si llega alguien con exigencias negádselas enseguida a no ser que sea un amigo cercano, y si se pone tonto lo paralizáis y lo mandáis fuera- Al no recibir ninguna respuesta por parte de las chicas, bufa frustrado y se vuelve a su cuarto <<Acabaréis todos muertos>> pensó con rabia

Ayer, tras las prácticas de tiro, escuché una conversación en la planta principal pero no bajé. Me quedé esperando y cuando se acallaron las voces fui a la cocina y ajeno a todo, sin saludar ni mirar, comí un poco de carne. Aún teníamos los huevos turquesas, así que intenté abrir uno para freírlo pero solo conseguí arañar un poco la cáscara. En fin, comí y volví al cuarto de desuello, con el libro de armas. Allí estuve entrenando, pues no quería que nadie me molestara, con la espada, el escudo, los guante-garra, las coderas...Con todo lo que me había fabricado y con todo mi cuerpo. Eso sí, cuando volvamos a salir, me haré un enemigo con un colaespina muerto, para practicar mejor. Cuando el sol desapareció por completo y dejó de entrar luz en el dormitorio, bajé a cenar, carne de nuevo, y volví a intentarlo con el huevo. Nada. Un huevo rebelde...Mañana probaré. Para terminar el día en soledad, bajé a las termas a pensar y lavarme. <<Un filtro...Si es verdad lo de Cain, hay que sobrevivir de forma individual, cosa que haré, pero de momento el grupo me sirve, así que me serviré del grupo pero sin que se me note mucho. Seguiré yendo a por las cestas y todo eso, pero se acabó interactuar de forma estúpida con esta gente. Norou se salva, por supuesto. Cain...ya le devolveré lo del látigo y la almohada. Y lo de desconfiar entre nosotros...Eso es obvio. Nadie que supiese mi pasado debería fiarse de mí, aunque que hagan lo que quieran, yo sobreviviré y viviré. Que venga la Luna, a ver qué hace conmigo>> y con férrea determinación, salgo del agua, me visto un kimono negro con detalles púrpuras y vuelvo al cuarto. Allí afianzo lo antes pensado y me meto en la cama, doy unos cuantos latigazos al techo y me duermo con este bajo la almohada. <<Aún tengo las manzanas escondidas en el cuarto, a ver cuánto tiempo tardan en amotinarse>>

Eso fue ayer...

Ahora, de nuevo, los rayos del astro rey me hacen girarme en la cama y frotarme los ojos. Con un gruñido me levanto y cierro las cortinas del balcón <<Maldito sol...>> En efecto, culpo al sol y no a mis ojos. Ya me he hecho a la idea de transformarme y pasará lo que tenga que pasar. Me visto como ayer, con mis complementos puados de colaespina y el látigo, los cuchillos y las zapatillas. ¿Por qué? Por precaución. Quién sabe lo que puede pasar. Y no quiero imprevistos como el de Alex y sus cuchillos, que, mira por donde, sigo teniendo escondidos. Bajo a la cocina y me preparo un poco de carne mientras miro de reojo al huevo. No me fío de él desde lo de ayer, a saber qué hay dentro, así que no me atrevo a intentarlo de nuevo. Al acabar el desayuno-almuerzo, subo al cuarto de desuello, pensativo <<Los que están todo el día durmiendo o bañándose en las termas no necesitan tantas proteínas de la carne para sobrevivir. Cain sí, porque parece como si Estigma le agotase físicamente. Habrá que racionar la carne también...>> Pienso durante el entrenamiento. Y lo cierto es que mi cuarto y el de desuello podrían comunicarse, solo necesito hacer un agujero en la pared...Con esto y una puerta bloqueada, sería perfecto...