Torreón Sendar
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Rocavarancolia Rol
15 participantes
- Rocavarancolia Rol
Torreón Sendar
19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
- Recetario integral de Persilia Sukaldaria:
- RECETARIO INTEGRAL DE PERSILIA SUKALDARIA
Libro de unas 150 páginas encuadernado en cuero. El título está escrito con letras cursivas y enrevesadas y un poco de relieve que ocupan toda la cubierta, donde no hay ninguna ilustración. En la parte trasera hay una sinopsis escrita en un recuadro decorado.
Sinopsis
¿Aburrido de cocinar siempre lo mismo? Adéntrate en mi recetario integral, donde he volcado años de experimentación combinando las delicias de todos los mundos conocidos. Entrantes, picoteo, postres y todo tipo de platos tradicionales con una vuelta de tuerca… ¡las mezclas de sabores nunca vistas conquistarán tu paladar y el de tus comensales!
Más de 100 increíbles recetas.
¡Incluye un anexo de venenos que se camuflarán perfectamente en tus platos y un grimorio de cocina con los hechizos imprescindibles para cualquier chef!
Anexo
LOS VENENOS MÁS DISCRETOS
Tanto si quieres provocar una diarrea como si tienes más interés en matar a comensales indeseados (…) este anexo imprescindible en cualquier recetario que se precie (…).
(La página está rota y, el resto de este anexo, arrancado).
GRIMORIO DE COCINA DE PERSILIA SUKALDARIA
Todo cocinero debe dominar estos hechizos, a los que he hecho referencia a lo largo del recetario. Descubre conmigo cómo realizarlos si todavía no los conocías.- Leyenda de colores y niveles:
- Mago
Brujo alto
Brujo bajo
• ¿Tienes carnes difíciles de cortar y despiezar? Prueba con el hechizo de corte.- Instrucciones:
- Corte: invoca un diminuto filo invisible de ondas que hace un corte en la superficie señalada. Hay muchas variaciones de este hechizo que, a altos niveles, permiten hacer cortes enormes o en profundidad. Un brujo bajo suele ser capaz de hacer rasguños en carne desprotegida o tallar madera. Un brujo medio podría cortar madera, arañar metal o hacer cortes superficiales en carne desprotegida. Mientras que un cosechado nivel mago podría hacer arañazos más profundos en el metal o tajos sobre carne.
Como hechizo físico que es, sus efectos dependen de la dureza y resistencia del material objetivo.
Lanzamiento a ojo, los gestos de la mano delimitando la dirección de los cortes. Conjuración rápida.
• ¡Con el hechizo de homogeneización no vuelvas a dejarte los brazos batiendo!- Instrucciones:
- Hechizo de homogeneización (*): hechizo que acelera la homogeneización de un líquido, suele aparecer un pequeño torbellino. En su defecto, implica que el líquido dé vueltas.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• No encontrarás nada más rápido para encender el fuego que esto: hechizo de invocar llamas.- Instrucciones:
- Invocar llamas (**): Un brujo bajo puede hacer algunos chispazos y llamas de vela (*). Un brujo alto puede invocar llamas ligeramente más grandes que las de vela que, si es hábil o controla bien el hechizo, puede manejar con las manos sin que le quemen (**). Un mago puede encender hogueras pequeñas en poco tiempo e invocar fuegos de antorcha (***).
Importante: Estas llamas no pueden arrojarse como proyectiles ya que necesitan sustentarse o bien en la magia de quien las invoca o bien en un combustible (madera, grasa...) y si se alejan demasiado del invocador y carecen de combustible, se apagan. Sin embargo pueden usarse como arma de corta distancia.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida.
• También es importante conocer estas soluciones para medir la temperatura, la concentración de sal, la presión dentro de la olla, la densidad de un líquido o el tiempo hasta que esté listo tu plato:- Instrucciones:
- Hechizos medidores de magnitudes sencillas: forman una pequeña esfera fantasma que cambia de color según la intensidad de la magnitud a medir. Son diferentes variedades de un mismo hechizo que permiten medir la temperatura, la presión, la densidad de un material, el tiempo (para lo que hacen falta conocimientos adicionales y nivel de brujo alto para configurar el medidor), o la concentración de un determinado soluto (posible a niveles a partir de brujo alto).
Si una esfera no está configurada, ésta tenderá a habituarse a la cantidad de magnitud a la que esté expuesta y la establecerá como su nuevo punto de equilibrio, asociándola con el color intermedio.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida-media.
• La solución más rápida para calentar o enfriar tus platos rápidamente es, sin duda, el hechizo térmico.- Instrucciones:
- Térmico: aumenta o disminuye notablemente la temperatura de un objeto de tamaño pequeño (*). Con práctica pueden limitarse esos cambios a una dirección controlada por el mago (chorros de calor, [**]). Puede anclarse a una sala concreta, creando una cámara frigorífica (***): no obstante es necesario repetir varias veces el hechizo si se quiere usar una habitación como congelador ya que este hechizo supone solamente un descenso térmico. Van de fuera a dentro.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida-media.
• ¿Quieres catar la comida solo con el aroma? ¿Estás en otra habitación y necesitas saber que no se te esté pasando la comida? El hechizo de amplificación sensorial del olfato es un aliado imprescindible.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial olfativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores nasales. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• O, si quieres disfrutar de la comida como nunca, prueba esta otra variante: el hechizo de amplificación sensorial del gusto.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial gustativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores del gusto. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• ¿Te ha quedado muy aguada la comida? ¿Has echado demasiada agua a esa sopa? No te preocupes, ¡hay solución! ¡El hechizo de drenaje!- Instrucciones:
- Hechizo de drenaje: deseca superficies húmedas, evaporándolas o más comúnmente trasladando dicha humedad a otro recipiente deseado succionándola. Es un hechizo simple en su formulación pero con amplia variabilidad de potencia: puede secar desde un dedal de agua a un lago según la energía que aportes. (disponible a cosechados hasta el límite de sus fuerzas).
Lanzamiento por área. Conjuración rápida.
• ¿El aspecto de tu comida no es el que esperabas? ¿Quieres un resultado digno de reyes? Emplata como un profesional con el moldeado de materia orgánica.- Instrucciones:
- Moldear materia orgánica (**): el hechizo reblandece la materia al contacto con la piel del usuario, dejándola así por un tiempo. Sin embargo no altera su naturaleza, lo que moldees seguirá siendo lo que era aunque cambie de forma.
Lanzamiento por contacto, a ojo en el caso de hechiceros más experimentados. Conjuración rápida-media.
• Si el anterior era una maravilla infravalorada, este es una verdadera joya infravalorada. ¡Olvídate de desastres y queda bien siempre con tus invitados con el Nudo de Cerática!- Instrucciones:
- Nudo de Cerática (*): ¿harto de que se le desmoronen los sándwiches de más de dos pisos? ¿Cansado de que, al cortar una tarta, la mitad de la nata que la rellena se salga por los lados? ¡No se preocupe más! El Nudo de Cerática tiene la solución. Con este simple hechizo, podrá hacer una hamburguesa de diez pisos, luego cortarla en rodajas perfectas, ¡y hacerse un bocadillo de hamburguesa! El Nudo de Cerática lo mantiene todo en su sitio perfectamente. ¿Los sanjacobos le estallan llenándole el plato de queso? ¿Teme morder un taco por miedo a llenarse el regazo de salsa picante? ¡Se acabó, gracias al Nudo de Cerática! ¡No me puedo creer que no sea una variación del hechizo tapón!
El Nudo de Cerática se anula al cortar rodajas o mordiscos lo suficientemente finos, o con los ácidos gástricos. Cuesta más cuanto más endeble, complejo y líquido sea su sándwich.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• ¿A tu comida le falta esa chispa de color que hace que se coma con los ojos? ¿O quieres darle un toque exótico? Si no tienes colorantes alimentarios a mano, el hechizo de cambio de color será tu mejor aliado.- Instrucciones:
- Cambio de color: hechizo que sirve para colorear materia. No se limita a aplicar una capa de color externa o modificar el color de la superficie, sino que cambia el propio color que posee un material, dejando una pequeña huella mágica reconocible mediante hechizos específicos. Se puede graduar: aplicar colores diferentes (en todos los sentidos), hacerlo uniforme, solo en cierta parte del material, etc.
- Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
- Los cosechados nivel mago pueden modificar completamente el tono (aunque todavía quedará algún matiz del antiguo). Con esfuerzo puede aprender a aplicar leves matices y gradaciones no muy extremas. Necesitan (*****) para objetos grandes.
- A partir del nivel moderado bajo se pueden aplicar colores y gradaciones sin límite en cualquier objeto, costando más energía y concentración cuanto mayor sea el tamaño de la cosa en cuestión y cuandos más colores y matices quieran usarse.
Lanzamiento a ojo. Conjuración media a larga (dependiendo de las cláusulas que tenga). - Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
• ¿Le falta aroma a tu plato? ¿O tienes algún ingrediente que ocultar a tus comensales? Mejora o altera las propiedades organolépticas de la comida con el hechizo de olor falso.- Instrucciones:
- Hechizo de olor falso (*): El hechicero que lo realice puede hacer que aquello que toque desprenda un olor que tiene que ser muy familiar para aquel que realiza el hechizo. El coste aumenta a medida que aumenta el área afectada por el hechizo. El olor se va de golpe a los tres días. Más convincente será el engaño cuanto con más detalle lo recuerde el mago, aunque hay que tener en cuenta que el olor resultante puede verse afectado por la subjetividad del que realice el hechizo, al basarse en sus recuerdos al fin y al cabo.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
• ¿Harto de que se te derramen líquidos en la cocina? Hechiza tus recipientes con la maravilla infravalorada que es el hechizo tapón.- Instrucciones:
- Hechizo tapón (*): hechizo que impide que un líquido se derrame de su recipiente.
Lanzamiento por área, aplicado generalmente a la boca del recipiente. Conjuración muy rápida.
• ¿Tienes las manos de mantequilla? Literal, o figuradamente. ¡Endurece tus tarros de cristal con la protección contra ruptura!- Instrucciones:
- Protección contra ruptura (**): aplicado a objetos frágiles, evita que se rompan con tanta facilidad. A más resistencia que se quiera incrementar y mayor la superficie del objeto encantado, más energía requiere.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración rápida-media.
• ¿Te has manchado cocinando? El hechizo de limpieza de ropas es la solución.- Instrucciones:
- Limpieza de ropas (**): elimina manchas, arrugas y limpia en general las prendas de ropa que desee el mago (es un agregado de varios hechizos unificados en uno solo).
Lanzamiento por anclaje. Conjuración muy rápida.
• O también, si sueles quemarte cocinando (a ti, o tus pertenencias), también tienes solución con el hechizo ignífugo.- Instrucciones:
- Hechizo ignífugo (**): encanta prendas de ropa, personas u objetos para que sean inmunes a fuego normal.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
- Grimorio para principiantes de Platero:
- Barrera de inercia:
- -Barrera de inercia: (***) de nombre engañoso (no es una barrera en absoluto) en el área delimitada impide que cualquier objeto o persona desprotegidos sean levantados del suelo, y que los atrae irremediablemente hacia el suelo si ya están en el aire. No obstante, también impide cualquier acción voluntaria que implique levantar ambos pies del suelo a la vez, como saltar o emprender el vuelo (se puede correr pero con más torpeza). Si se invoca mientras el objetivo está en el aire, al caer lo hará infaliblemente pies por delante.
Físico. Lanzamiento por área. No es inversible, lo que quiere decir que incluso el lanzador, si está en el área delimitada, se verá afectado. Conjuración media.
- Campo de fuerza:
- -Campo de fuerza (** el espacio para una persona, una campana grande ***, el espacio equivalente a una habitación ****): en forma de media esfera (con una especificación puede formar una esfera completa) bloquea proyectiles de tamaño considerable como si éstos hubieran chocado ante una barrera invisible, en un radio variable según la destreza del mago.
Físico. Inversible. Lanzamiento por área. Conjuración rápida-media.
- Curación nívea:
- -Curación nívea: (****) (utilizable cerca de la Luna Roja). Combate venenos que cursan con fiebre y repara quemaduras; actúa a modo de incentivo para que el organismo siga funcionando y reparándose a sí mismo. Evita que la sangre se coagule y que los órganos se colapsen, además de ejercer un efecto refrescante sobre el organismo en general. No obstante no puede mantener indefinidamente con vida a un moribundo: el organismo depende cada vez más de ese impulso artificial y usarlo en demasía puede provocar que si se le deja a solas empeore considerablemente.
Lanzamiento por área: se hace un barrido con la mano que abarca al área quemada o a la persona envenenada. Es necesario que se aplique sucesivas veces y con regularidad, del mismo modo que se debe renovar una cataplasma o emplasto.
Conjuración media-larga.
- Desvío:
- -Desvío (**, pero variable a más según la potencia de lo desviado): Interfiere en la trayectoria de un hechizo que ya haya sido lanzado. Requiere gestos intuitivos para desviar el encantamiento en una dirección u otra. Siempre requiere menos energía que bloquearlo o disolverlo, pero también reflejos. Si el hechizo es demasiado potente, probablemente no se podrá desviar lo suficiente o hacerlo requerirá demasiada energía. (El coste orientativo indicado arriba es el que ofrecerán unos hechizos ofensivos de potencia moderada en términos de cosechado: se han obviado los más débiles porque normalmente ésos no suelen constituir una verdadera amenaza, y los que les sean lanzados con verdaderas intenciones de daño les costarán más) Si se desvía a demasiada poca distancia el coste será prácticamente el mismo que el de bloquearlo: si se hace a distancia cercana pero prudencial (la típica en duelos de magia) una unidad menos, si se tiene cuidado de poner distancia de unos cuantos metros llegará a dos unidades menos.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
- Hechizo de impacto:
- -Hechizo de impacto: potente golpe mágico que actúa como una bola de demolición (***). Puede gradarse hacia abajo para actuar a modo de empujón de moderado (*) a potente (**).
Lanzamiento por disparo de alcance largo. Conjuración media.
- Levitación:
- -Levitación: un hechizo exigente mentalmente, cansa más de lo acostumbrado. Cuando una persona levita lo más normal es caminar sobre el aire; uno puede dejarse arrastrar simplemente por el hechizo sin moverse, pero la sensación de indefensión es mayor.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.- Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Brujos altos: Un baúl con poca práctica, una persona (***) con práctica.
- Magos: Una persona con algo de práctica, objetos muy pesados (****)con mucha práctica.
Si el objeto que levantado es un puñado de botones (los cuales entran en la categoría de objeto ligero) contarían como un solo asterisco. Lo que cuesta más es la concentración necesaria para mantener tantos objetos distintos en el aire a la vez. - Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Parálisis:
- -Parálisis (***): envuelve al objetivo en un aura azulada al lanzarlo. Sus efectos duran cerca de una hora si se aplica a una única persona. Inmoviliza por completo, y su coste aumenta proporcionalmente a lo voluminoso del objetivo.
Lanzamiento por disparo de alcance corto, por contacto o por área a varios objetivos. Conjuración media.
- Traspaso de energía:
- -Traspaso de energía: no un hechizo en sí, aunque necesita de un chispazo de magia para arrancar. No obstante la energía puede tomarse de alguien no mágico (los efectos se detallan en el post de Sistema de magia). El proceso es perceptible para ambas partes y puede gradarse a voluntad: no obstante si el traspaso de energía es excesivo por parte de la parte emisora y ésta se desmaya o pierde el conocimiento, el enlace entre ambas personas se rompe y el traspaso se interrumpe. Es el mecanismo de funcionamiento de muchos amuletos.
Lanzamiento por contacto. Conjuración muy rápida.
Notas:
-Este grimorio también contiene varios de los hechizos que también venían en el libro de cocina (corte, térmico...).
-También pueden aprender de él cómo anclar hechizos.
-A lo largo de los meses se irán traduciendo más hechizos y añadiéndolos a esta lista.
- Ver mensajes archivados:
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Torreón Sendar
25/10/23, 12:58 am
Connor siguió observando el cristal con una expresión en su cara entre la alerta y la curiosidad, mientras veía cómo se apagaba en la mesa dónde lo había dejado con prisas. ¿Qué cojones había sido eso? Parecía que había reaccionado nada más cortarse... así que como con todo en la ciudad... Daba un mal rollo de cojones. El corte apenas le dolía, aunque era lo suficientemente profundo como para que emanaran gotas de sangre por su dedo índice de vez en cuando. La verdad es que se sentía algo gilipollas por haber sido tan torpe de cortarse, sobre todo cuando Airi ya había advertido de sus bordes afilados. La situación se había vuelto algo caótica en cuanto todos vieron aquella luz rojiza, pero aún así Connor tuvo tiempo de espabilarse un poco y responderle a Räg, aunque sin dejar de mirar el cúmulo de cristales.
-Si, si... estoy bien...- Empezó a decir con el ceño fruncido y la mente todavía atrapada en lo que acababa de pasar, pero algo más tranquilo. Quitándole importancia al corte, pero aceptando con un asentimiento agradecido la oferta de Räg de buscar un trapo para él.- Gracias, joder. ¿Y qué cojones ha sido esa mierda?- Le preguntó al mjörní y a le sanaí, ya que eran los más entendidos del tema.
A su alrededor sus compañeros se tomaron aquel evento de diferentes maneras. Tal era el caso de algunos como Damian, al cuál se le veía entusiasmado intentando sin éxito que una de esas cosas brillase. <<Necesita la puta sangre... Tiene que ser eso, joder. Sólo unos cabrones como nuestros secuestradores harían algo así...>> Pensó mientras escuchaba las advertencias de Nohlem hacia el niño italiano. No sabía de qué podían tratarse aquellos cristales, pero después de que se apagara nada más dejar de tocarlo... No parecían especialmente peligrosos, solo jodidamente turbios. Pero seguía siendo peligroso en manos de un crío.- Eh, Damian. Ten cuidado con eso.- Se unió también el motero, lo último que necesitaban era que uno de los pequeños se hiciera un corte profundo.
Y luego estaba la reacción de Ethan. Que si bien no se tomó a mal, le pilló por completo desprevenido en un inicio. El británico se acercó a él con una de esas cosas en la mano, mientras el motero fruncía el ceño sin saber muy bien qué pretendía. No fue hasta que vio esa sonrisa inocente, que a Connor le pareció que decía algo como "Lo siento tío, te ha tocado comerte la mierda por gilipollas", que entendió de qué iba todo aquello. Connor bufó con cara de hastío, pero se dejó hacer mientras Ethan le cogía la mano y le pasaba otro cristal por la herida. De todas maneras, empezaba a pensar que si fueran putas bombas o alguna mierda así... ya habrían explotado o le habrían jodido. Aquella ciudad no tenía pinta de querer matarte para más tarde. Notó el pinchazo de su compañero, y ni un segundo después el cristal se iluminó de color ámbar. Era la segunda vez que ocurría, pero no por eso dejaba de ser sorprendente. Era magia... ¿verdad? Le costaba horrores creerlo, pero... ¿qué otra puta explicación había?
-Pero qué cojones...- Empezó a decir con un tono de completo asombro al ver de nuevo aquel brillo. El británico no tardaría en hacer experimentos con él antes de que pudiera reaccionar siquiera, con una alegría más propia de Damian mientras volvía a poner los cristales en su piel y los hacía brillar, creando mayor asombro en el motero. Con cada prueba que hacía más claro le quedaba que no había peligro y se contagiaba un poco más de la estupidez de su compañero. Porque esos cristales solo parecían ser...- ¿Lámpara portátil? Serás cabronazo de mier...- Diría con humor pero interrumpido ante otra de sus pruebas.- Eh, que no soy tu puto bicho de laborato...- Empezó a decir con un claro tono de que en realidad no le molestaba, pero se vio interrumpido por otra de sus pruebas cuando le puso los cristales en ambas mejillas. Puso los ojos en blanco y bufó con los brazos abiertos unos segundos.- Gilipollas...- Diría después con sorna.
Entonces Aniol le llamó "Árbol de Navidad" y "Mágico" y eso terminó de convencerle de que podía hacer un poco más el puto payaso, al ver por primera vez la ausencia de miedo hacia él en sus ojos. Porque la verdad es que se sentía cojonudamente bien no ser... bueno, como el puto hombre del saco para Aniol. Y le había alegrado más de lo que le gustaría admitir. Aún así, movido por la emoción del momento, el niño no tardó en cortarse por intentar hacerlos brillar al tacto de su piel... Si tenía alguna duda sobre si solo funcionaban con él o no, se resolvió en cuanto el cristal de Aniol brilló con su sangre.
-Eh, ¿estás bien, joder?- Le preguntaría también al crío, uniéndose a las preocupaciones de Szcheniak y Airi. Pero Aniol no parecía dolorido y más bien asombrado por aquella magia y de hecho preguntándose si también era mágico. Airi por su parte empezaba a estudiar si aquellos cristales solo funcionaban con la sangre o valía cualquier líquido.
No tenía ni puta idea de si aquello era magia o alguna mierda parecida, pero al menos ya parecían saber algo más que el día anterior.
-Si, si... estoy bien...- Empezó a decir con el ceño fruncido y la mente todavía atrapada en lo que acababa de pasar, pero algo más tranquilo. Quitándole importancia al corte, pero aceptando con un asentimiento agradecido la oferta de Räg de buscar un trapo para él.- Gracias, joder. ¿Y qué cojones ha sido esa mierda?- Le preguntó al mjörní y a le sanaí, ya que eran los más entendidos del tema.
A su alrededor sus compañeros se tomaron aquel evento de diferentes maneras. Tal era el caso de algunos como Damian, al cuál se le veía entusiasmado intentando sin éxito que una de esas cosas brillase. <<Necesita la puta sangre... Tiene que ser eso, joder. Sólo unos cabrones como nuestros secuestradores harían algo así...>> Pensó mientras escuchaba las advertencias de Nohlem hacia el niño italiano. No sabía de qué podían tratarse aquellos cristales, pero después de que se apagara nada más dejar de tocarlo... No parecían especialmente peligrosos, solo jodidamente turbios. Pero seguía siendo peligroso en manos de un crío.- Eh, Damian. Ten cuidado con eso.- Se unió también el motero, lo último que necesitaban era que uno de los pequeños se hiciera un corte profundo.
Y luego estaba la reacción de Ethan. Que si bien no se tomó a mal, le pilló por completo desprevenido en un inicio. El británico se acercó a él con una de esas cosas en la mano, mientras el motero fruncía el ceño sin saber muy bien qué pretendía. No fue hasta que vio esa sonrisa inocente, que a Connor le pareció que decía algo como "Lo siento tío, te ha tocado comerte la mierda por gilipollas", que entendió de qué iba todo aquello. Connor bufó con cara de hastío, pero se dejó hacer mientras Ethan le cogía la mano y le pasaba otro cristal por la herida. De todas maneras, empezaba a pensar que si fueran putas bombas o alguna mierda así... ya habrían explotado o le habrían jodido. Aquella ciudad no tenía pinta de querer matarte para más tarde. Notó el pinchazo de su compañero, y ni un segundo después el cristal se iluminó de color ámbar. Era la segunda vez que ocurría, pero no por eso dejaba de ser sorprendente. Era magia... ¿verdad? Le costaba horrores creerlo, pero... ¿qué otra puta explicación había?
-Pero qué cojones...- Empezó a decir con un tono de completo asombro al ver de nuevo aquel brillo. El británico no tardaría en hacer experimentos con él antes de que pudiera reaccionar siquiera, con una alegría más propia de Damian mientras volvía a poner los cristales en su piel y los hacía brillar, creando mayor asombro en el motero. Con cada prueba que hacía más claro le quedaba que no había peligro y se contagiaba un poco más de la estupidez de su compañero. Porque esos cristales solo parecían ser...- ¿Lámpara portátil? Serás cabronazo de mier...- Diría con humor pero interrumpido ante otra de sus pruebas.- Eh, que no soy tu puto bicho de laborato...- Empezó a decir con un claro tono de que en realidad no le molestaba, pero se vio interrumpido por otra de sus pruebas cuando le puso los cristales en ambas mejillas. Puso los ojos en blanco y bufó con los brazos abiertos unos segundos.- Gilipollas...- Diría después con sorna.
Entonces Aniol le llamó "Árbol de Navidad" y "Mágico" y eso terminó de convencerle de que podía hacer un poco más el puto payaso, al ver por primera vez la ausencia de miedo hacia él en sus ojos. Porque la verdad es que se sentía cojonudamente bien no ser... bueno, como el puto hombre del saco para Aniol. Y le había alegrado más de lo que le gustaría admitir. Aún así, movido por la emoción del momento, el niño no tardó en cortarse por intentar hacerlos brillar al tacto de su piel... Si tenía alguna duda sobre si solo funcionaban con él o no, se resolvió en cuanto el cristal de Aniol brilló con su sangre.
-Eh, ¿estás bien, joder?- Le preguntaría también al crío, uniéndose a las preocupaciones de Szcheniak y Airi. Pero Aniol no parecía dolorido y más bien asombrado por aquella magia y de hecho preguntándose si también era mágico. Airi por su parte empezaba a estudiar si aquellos cristales solo funcionaban con la sangre o valía cualquier líquido.
No tenía ni puta idea de si aquello era magia o alguna mierda parecida, pero al menos ya parecían saber algo más que el día anterior.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Sendar
25/10/23, 03:03 pm
Como estaba ocupado reuniendo lo necesario para limpiar la herida de Connor no vio a Damian coger el cristal hasta que era tarde, pero para su sorpresa su miedo fue infundado, pues el niño tuvo mucho más cuidado que su congénere adulto y no se cortó con él. Una vez se aseguró de que Connor podía contener su herida se dirigía a examinar los cristales más de cerca, cuando la sugerencia de Nohlem le dejó paralizado en el sitio.
—¿La sangre? —repitió en el mismo tono bajo que el varmano.
Es decir, coincidía perfectamente con lo que acababan de presenciar, pero al mjörní se le antojaba sumamente macabra la idea de que esa fuera la condición para activar un artefacto mágico. Las pruebas que llevó a cabo Ethan demostraron, además, que el cristal solo brillaba si seguía en contacto con la persona que lo había activado primero. Le hubieran hecho gracia la broma del medio asiático y la reacción del texano, pero estaba demasiado en shock como para reírse. Especialmente tras comprobar que la teoría dejaba de ser una teoría.
Reaccionó de nuevo cuando Aniol se cortó, aunque ya se encargaron otros de recordarle que tuviera cuidado, así como de ofrecerle un paño también, y no quería agobiar al niño. Así pues, prestó atención a la explicación de Airi. A él también se le había ocurrido que quizás valiese cualquier líquido, pero le propie sanaí se le adelantó haciendo la prueba, sin resultados. Tragó saliva.
—A mí… también me resulta muy extraño. Es decir… podría imaginarme un artefacto que solo emitiese luz al estar en contacto con la piel o presionarlo un poco, probablemente mediante el uso de runas, pero… Esto es muy… —se acercó más a uno de los cristales sobre la mesa y lo examinó de cerca sin tocarlo para ver mejor aquella especie de circuito que parecía ser lo que extendía la… sangre en su interior y lo hacía funcionar—. Nunca había visto algo como esto, la verdad. Si tampoco se parece a los cristales de Sanaí… —se giró hacia Airi momentáneamente—. No sé qué pensar. Me gustaría comprobar esta noche cuánta luz dan. ¿Durará el efecto hasta entonces? —se planteó de pronto—. ¡No quiero que se corte nadie más!
—¿La sangre? —repitió en el mismo tono bajo que el varmano.
Es decir, coincidía perfectamente con lo que acababan de presenciar, pero al mjörní se le antojaba sumamente macabra la idea de que esa fuera la condición para activar un artefacto mágico. Las pruebas que llevó a cabo Ethan demostraron, además, que el cristal solo brillaba si seguía en contacto con la persona que lo había activado primero. Le hubieran hecho gracia la broma del medio asiático y la reacción del texano, pero estaba demasiado en shock como para reírse. Especialmente tras comprobar que la teoría dejaba de ser una teoría.
Reaccionó de nuevo cuando Aniol se cortó, aunque ya se encargaron otros de recordarle que tuviera cuidado, así como de ofrecerle un paño también, y no quería agobiar al niño. Así pues, prestó atención a la explicación de Airi. A él también se le había ocurrido que quizás valiese cualquier líquido, pero le propie sanaí se le adelantó haciendo la prueba, sin resultados. Tragó saliva.
—A mí… también me resulta muy extraño. Es decir… podría imaginarme un artefacto que solo emitiese luz al estar en contacto con la piel o presionarlo un poco, probablemente mediante el uso de runas, pero… Esto es muy… —se acercó más a uno de los cristales sobre la mesa y lo examinó de cerca sin tocarlo para ver mejor aquella especie de circuito que parecía ser lo que extendía la… sangre en su interior y lo hacía funcionar—. Nunca había visto algo como esto, la verdad. Si tampoco se parece a los cristales de Sanaí… —se giró hacia Airi momentáneamente—. No sé qué pensar. Me gustaría comprobar esta noche cuánta luz dan. ¿Durará el efecto hasta entonces? —se planteó de pronto—. ¡No quiero que se corte nadie más!
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Torreón Sendar
25/10/23, 03:56 pm
Tantas advertencias de Ethan, Nohlem, Airi, Connor… y ya de paso todo el mundo hicieron rodar un poco los ojos de Damian en un suspiro, no pretendía cortarse con un cacho de cristal ademas de que no andaba agarrándolo de las zonas que cortan, ya aprendió de pequeño por las malas que los cristales cortan y no poco.
Su principal objetivo era saber cómo diablos Connor había logrado encender el pequeño cristal cortamanos. No lograba descubrir el misterio ni juntar las piezas clave que hacían que se iluminase, poco más y le salía humo por las orejas de tanto pensar viendo a los demás con una mirada pensativa, sobre todo a Ethan quien también estaba buscando respuestas. ¿Qué? ¿Qué estaba haciendo el de ojos rasgados?
—¡Oh, brilla otra vez! ¡Brilla otra vez! ¡Connor es una linterna wow! —dijo sorprendido cuando Ethan descubrió que… ¿brillaba porque Connor hacia… algo? No lo tuvo muy claro y desde su punto de vista no pudo ver nada. ¿Connor tenía poderes? Hizo un sonidillo de duda hasta que Aniol hizo un gesto de dolor y se giró hacia él para preguntar si se encontraba bien pero un cristal rosa de su mano brillaba—. ¡Oh, a ti también te brilla!
Se había cortado, ¿era así como funcionaban esas cosas? Como Airi estaba explicando parecía ser que se activaba con la sangre y por las cosas que Ethan estaba haciendo con Connor no parecía funcionar para más de una persona cuando lo activas. Los demás tecnicismos se le escapaban pero lo básico le entró en el coco.
Entonces… ¿él debía cortarse para que funcionase? No quería hacerlo, la sola idea de hacerse daño él solo le daba mucho repelús, no le gustaba nada el dolor y las ratas gigantes recordaron ese pensamiento hace días.
—Pero… —respondió a la petición de Rag con muchísimas dudas—. Pero quiero que funcione el mío, ¿alguien me ayuda por favor? —arrugó la frente, tenía la infantil necesidad de ver su cristal brillar pero no se atrevía a cortarse.
Su principal objetivo era saber cómo diablos Connor había logrado encender el pequeño cristal cortamanos. No lograba descubrir el misterio ni juntar las piezas clave que hacían que se iluminase, poco más y le salía humo por las orejas de tanto pensar viendo a los demás con una mirada pensativa, sobre todo a Ethan quien también estaba buscando respuestas. ¿Qué? ¿Qué estaba haciendo el de ojos rasgados?
—¡Oh, brilla otra vez! ¡Brilla otra vez! ¡Connor es una linterna wow! —dijo sorprendido cuando Ethan descubrió que… ¿brillaba porque Connor hacia… algo? No lo tuvo muy claro y desde su punto de vista no pudo ver nada. ¿Connor tenía poderes? Hizo un sonidillo de duda hasta que Aniol hizo un gesto de dolor y se giró hacia él para preguntar si se encontraba bien pero un cristal rosa de su mano brillaba—. ¡Oh, a ti también te brilla!
Se había cortado, ¿era así como funcionaban esas cosas? Como Airi estaba explicando parecía ser que se activaba con la sangre y por las cosas que Ethan estaba haciendo con Connor no parecía funcionar para más de una persona cuando lo activas. Los demás tecnicismos se le escapaban pero lo básico le entró en el coco.
Entonces… ¿él debía cortarse para que funcionase? No quería hacerlo, la sola idea de hacerse daño él solo le daba mucho repelús, no le gustaba nada el dolor y las ratas gigantes recordaron ese pensamiento hace días.
—Pero… —respondió a la petición de Rag con muchísimas dudas—. Pero quiero que funcione el mío, ¿alguien me ayuda por favor? —arrugó la frente, tenía la infantil necesidad de ver su cristal brillar pero no se atrevía a cortarse.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Sendar
25/10/23, 08:00 pm
Su suspiro no fue discreto. Si sus palabras habían surtido efecto lo desconocía, pues mientras Kalna actuaba con sentido común otros mendrugos compensaban orbitando en torno a Connor como si este fuera una lámpara moderna. Ethan le había parecido una persona tan mentalmente puesta que le sorprendió que el bobo primigenio fuera precisamente él, y a punto estuvo de dejarse llevar por las risas y la tontería de los cristales brillando, pero…
“Sangre”.
Arrugó la cara. No hizo falta más. El rojo era un color llamativo, de advertencia, igual que los de anfibios e insectos venenosos: si lo veías era mala señal. Y la sangre estaba hecha para mantenerse DENTRO del cuerpo, no fuera.
Aniol fue otro en cortarse, y ahí la situación comenzó a superarle. Escheschenia fue en su ayuda, y menos mal porque él no pensaba hacerlo. Les miró de la misma forma en la que su madre le habría visto a él tantísimas veces, resignada porque su hijo hiperactivo ha ido directo al daño a pesar de sus muy recientes advertencias. Suspiró otra vez. Dejó de mirarles a pesar de que sus ojos le pedían ir a los colorines que emitían, centrándose a la fuerza en las cabezas pensantes: las explicaciones de Airi, el desconcierto de Räg, incluso las maldiciones del hombre-lobo. Vale, era magia, a este punto no le costaba nada creerlo, pero ni el mjorní ni le sanaí estaban del todo segures de la naturaleza de los cristales y su cuestionable fuente de energía, motivo por el que no se acercaría ni queriendo.
—Como persona que… —se encontró mirando a Connor, con la silenciosa sugerencia de que quizás, QUIZÁS si no acabase todas las frases con una palabrota Aniol le estimaría más, pero en seguida sacudió el pensamiento fuera de su mente—. Como persona que aprecia cualquier fuente de luz moderna pero no ha tenido más magia que la de una bombilla que se enciende con un botón, diré que eso de cargar, eeeh, algo con fluidos corporales esss- asqueroso. Opinión poco popular, supongo —masculló, mordaz, sin dirección a los humanos pero claramente para ellos.
La gota que colmó el vaso fue la petición de Damian. Por supuesto la ignoró como si no hubiera sido hecha en primer lugar, fijándose en cambio en los experimentos de le sanaí mientras retomaba su trabajo sacando comida de las cestas, sin orden ni juicio.
—A ver, ya tenemos las antorchas… —¿en serio se estaba conformando con eso?—, me parece un combustible rarísimo para una función tan básica. Que sí, es más rápido que el fuego y puede ser útil, pero… —apiló todos los melocotones juntos y resopló—. No sé, pensaba que los hechizos de sangre eran algo muchísimo más poderoso que una bombillita de colores. Si vas a cortarte que menos que sea por algo potente, ¿no?
“Sangre”.
Arrugó la cara. No hizo falta más. El rojo era un color llamativo, de advertencia, igual que los de anfibios e insectos venenosos: si lo veías era mala señal. Y la sangre estaba hecha para mantenerse DENTRO del cuerpo, no fuera.
Aniol fue otro en cortarse, y ahí la situación comenzó a superarle. Escheschenia fue en su ayuda, y menos mal porque él no pensaba hacerlo. Les miró de la misma forma en la que su madre le habría visto a él tantísimas veces, resignada porque su hijo hiperactivo ha ido directo al daño a pesar de sus muy recientes advertencias. Suspiró otra vez. Dejó de mirarles a pesar de que sus ojos le pedían ir a los colorines que emitían, centrándose a la fuerza en las cabezas pensantes: las explicaciones de Airi, el desconcierto de Räg, incluso las maldiciones del hombre-lobo. Vale, era magia, a este punto no le costaba nada creerlo, pero ni el mjorní ni le sanaí estaban del todo segures de la naturaleza de los cristales y su cuestionable fuente de energía, motivo por el que no se acercaría ni queriendo.
—Como persona que… —se encontró mirando a Connor, con la silenciosa sugerencia de que quizás, QUIZÁS si no acabase todas las frases con una palabrota Aniol le estimaría más, pero en seguida sacudió el pensamiento fuera de su mente—. Como persona que aprecia cualquier fuente de luz moderna pero no ha tenido más magia que la de una bombilla que se enciende con un botón, diré que eso de cargar, eeeh, algo con fluidos corporales esss- asqueroso. Opinión poco popular, supongo —masculló, mordaz, sin dirección a los humanos pero claramente para ellos.
La gota que colmó el vaso fue la petición de Damian. Por supuesto la ignoró como si no hubiera sido hecha en primer lugar, fijándose en cambio en los experimentos de le sanaí mientras retomaba su trabajo sacando comida de las cestas, sin orden ni juicio.
—A ver, ya tenemos las antorchas… —¿en serio se estaba conformando con eso?—, me parece un combustible rarísimo para una función tan básica. Que sí, es más rápido que el fuego y puede ser útil, pero… —apiló todos los melocotones juntos y resopló—. No sé, pensaba que los hechizos de sangre eran algo muchísimo más poderoso que una bombillita de colores. Si vas a cortarte que menos que sea por algo potente, ¿no?
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Torreón Sendar
26/10/23, 12:52 am
La conversación seguía un ritmo agradable entre risas y curiosidad por lo que iban a tener para comer los siguientes días. Rick lo agradecía desde luego, venía bien algo más relajado después del inquietante rato que habían pasado en aquel barrio de cenizas y gritos. Iba a acercarse junto al resto a curiosear la comida, aunque la voz de Airi le hizo cambiar de foco antes de que pudiera acercarse del todo a la mesa donde tenían las cestas.
El neoyorquino se acercó al instante a la caja que había traído le sanaí, con genuino interés en cuanto se pudo fijar en el contenido. -¿Qué es esto? Parecen cristales, ¿pero por qué tendríamos una caja entera ahí abajo?- preguntaría a todos y a nadie en particular sin quitar ojo de las piezas de todos los colores que había allí. No tenía intención de coger ninguno, aunque la advertencia le confirmaba que los filos eran tan afilados como le parecían solamente con verlos.
Ya que Kalna y Connor habían decidido coger uno para examinarlos mejor, Rick pensó en acercarse a uno de ellos para comprobarlos con más luz, pero el quejido del tejano le preocupó. -¿Oye estás bien? ¿Nece-?- comenzó a decirle preocupado que hubiera sido un corte aparatoso, pero el brillo que venía del cristal le tomó por sorpresa. -¿¡Pero qué!?- exclamó de la sorpresa. En su mente buscaba una explicación a que un cristal aparentemente normal se encendiera como si fuera una bombilla, pero no tuvo que esperar mucho para que Räg mostrara la causa evidente. -(Magia, como no)-
Miró al mjörní por si sabía como funcionaban, pero estaba tan perdido como el resto sobre qué lo había activado. La propuesta de Nohlem le dio un ligero escalofrío, pero con lo cruel que estaba demostrando ser la ciudad podía llegar a creérselo. -Es una posibilidad, aunque sin más pruebas...- opinó todavía pensativo. Si algo había aprendido con la charla de magia que tuvieron días antes, es que había distintas formas de canalizar. A través de la sangre no era descabellado, pero los métodos para averiguar si iba por ahí no eran los que más le apetecían.
Sabiendo lo que había pasado habría esperado que nadie más cogiera los cristales, pero no. Los niños habían cogido uno cada uno. Damian por suerte no se cortó, pero Aniol sí. Y luego Ethan también fue a probar con otro de ellos con Connor. Se le escapó un resoplido de lo surrealista que era tener un "motero gusiluz" y las broma del británico y el polaco, pero no fue a más cuando el peligro de más accidentes era real. Al menos que los cristales se estuvieran encendiendo justo después de los cortes les estaban sirviendo para que la teoría del varmano cobrara más peso. -Por favor, tened cuidado. Ya sabemos que pueden cortar fácilmente, así que un poquito de precaución hasta que sepamos como van.- se sumó a las advertencias en un tono conciliador.
Escuchó atento la explicación de Airi, además de las reflexiones de Räg y Nohlem. Estaba claro que era algún tipo de artefacto que se accionaba cuando añadías algo. Se fijó en uno de los cristales que quedaba en la caja mientras le sanaí iba explicando el sistema de los mismo, observando los canales en su interior. -Interesante...- dijo sin alzar la voz, solamente para él mismo. Cuando mencionó las pruebas Rick se acercó y le dijo: -Te echo una mano, a ver si conseguimos sacar algo en claro.-
Le sanaí aceptó, así que buscaría junto a elle algo que pudiera entrar al sistema interno del cristal. -Uhm, tal vez podríamos probar con leche o uno de los zumos- dejó caer. Al fin y al cabo eran lo que tenían más a mano y que resultaría visible, pero sin saber mucho de artefactos mágicos prefería saber su opinión. Mientras seguían con la experimentación, aportó una de sus dudas para todos: -Lo que me extraña es que si tenemos antorchas y velas suficientes, ¿para qué nos iban a dar cristales que sirven para lo mismo?- Tenía la sensación de que allí había algo más, pero sin pruebas no podían ir mucho más lejos.
El neoyorquino se acercó al instante a la caja que había traído le sanaí, con genuino interés en cuanto se pudo fijar en el contenido. -¿Qué es esto? Parecen cristales, ¿pero por qué tendríamos una caja entera ahí abajo?- preguntaría a todos y a nadie en particular sin quitar ojo de las piezas de todos los colores que había allí. No tenía intención de coger ninguno, aunque la advertencia le confirmaba que los filos eran tan afilados como le parecían solamente con verlos.
Ya que Kalna y Connor habían decidido coger uno para examinarlos mejor, Rick pensó en acercarse a uno de ellos para comprobarlos con más luz, pero el quejido del tejano le preocupó. -¿Oye estás bien? ¿Nece-?- comenzó a decirle preocupado que hubiera sido un corte aparatoso, pero el brillo que venía del cristal le tomó por sorpresa. -¿¡Pero qué!?- exclamó de la sorpresa. En su mente buscaba una explicación a que un cristal aparentemente normal se encendiera como si fuera una bombilla, pero no tuvo que esperar mucho para que Räg mostrara la causa evidente. -(Magia, como no)-
Miró al mjörní por si sabía como funcionaban, pero estaba tan perdido como el resto sobre qué lo había activado. La propuesta de Nohlem le dio un ligero escalofrío, pero con lo cruel que estaba demostrando ser la ciudad podía llegar a creérselo. -Es una posibilidad, aunque sin más pruebas...- opinó todavía pensativo. Si algo había aprendido con la charla de magia que tuvieron días antes, es que había distintas formas de canalizar. A través de la sangre no era descabellado, pero los métodos para averiguar si iba por ahí no eran los que más le apetecían.
Sabiendo lo que había pasado habría esperado que nadie más cogiera los cristales, pero no. Los niños habían cogido uno cada uno. Damian por suerte no se cortó, pero Aniol sí. Y luego Ethan también fue a probar con otro de ellos con Connor. Se le escapó un resoplido de lo surrealista que era tener un "motero gusiluz" y las broma del británico y el polaco, pero no fue a más cuando el peligro de más accidentes era real. Al menos que los cristales se estuvieran encendiendo justo después de los cortes les estaban sirviendo para que la teoría del varmano cobrara más peso. -Por favor, tened cuidado. Ya sabemos que pueden cortar fácilmente, así que un poquito de precaución hasta que sepamos como van.- se sumó a las advertencias en un tono conciliador.
Escuchó atento la explicación de Airi, además de las reflexiones de Räg y Nohlem. Estaba claro que era algún tipo de artefacto que se accionaba cuando añadías algo. Se fijó en uno de los cristales que quedaba en la caja mientras le sanaí iba explicando el sistema de los mismo, observando los canales en su interior. -Interesante...- dijo sin alzar la voz, solamente para él mismo. Cuando mencionó las pruebas Rick se acercó y le dijo: -Te echo una mano, a ver si conseguimos sacar algo en claro.-
Le sanaí aceptó, así que buscaría junto a elle algo que pudiera entrar al sistema interno del cristal. -Uhm, tal vez podríamos probar con leche o uno de los zumos- dejó caer. Al fin y al cabo eran lo que tenían más a mano y que resultaría visible, pero sin saber mucho de artefactos mágicos prefería saber su opinión. Mientras seguían con la experimentación, aportó una de sus dudas para todos: -Lo que me extraña es que si tenemos antorchas y velas suficientes, ¿para qué nos iban a dar cristales que sirven para lo mismo?- Tenía la sensación de que allí había algo más, pero sin pruebas no podían ir mucho más lejos.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
26/10/23, 12:14 pm
Estaba siendo un absoluto caos de conversación, mientras Airi y Rick se iban a experimentar con… leche? Tras una explicación que le había dejado aún más desubicado, Colmillo estaba atendiendo ahora a Aniol que se había cortado en parte por su culpa y Nohlem decoraba de fondo con comentarios cuanto menos sarcásticos, sumando teorías que si bien le parecían lógicas tampoco sabía cómo desarrollar.
Ethan observó con suma atención sabiéndose partícipe de tanto lío y si bien su vista se fue a donde el pequeño polaco nada más cortarse, la alarma interna se redujo cuando vio que estaba siendo atendido y que la herida era sumamente pequeña. Le dedicó una mirada de preocupación significativa, un ¨¿Estas bien?¨ formulado en una vocalización muda a medida que paraba con el juego para ver que su respuesta fuera afirmativa. Aniol no tenía que pedir mucho para tenerlo encima, un simple ¨no¨ habría bastado para que el joven londinense fuera corriendo a su lado, colmado de mimos y caprichos al pequeño hasta que el simple pinchazo no fuera más que una anécdota pasajera, por suerte el ánimo a la novedad superó al dolor y pudo suspirar aliviado al ver como seguía con las bromas y su nuevo cristal brillante.
Eso si bien significaba que Ethan podía mantenerse aún junto a Connor no le quitaba de tener su atención parcialmente robada, cual madre que vigilaba a sus niños en el parque y es que encima le tocaba dividirse en dos ante el miedo de que Damian se quisiera aventurar a cortarse.
-Damian, paciencia, cuando sepamos como funciona yo prometo que te ayudo. -Le respondió con una sonrisa torpe y una vaga promesa, no porque no quisiera ayudarlo, pues para él si los cristales no habían matado ya a Connor eran seguros, si no porque no tenía narices a pinchar al niño delante de todos cuando entre otras cosas estaban pidiendo parar.
Podía entender lo extraño que resultaba que necesitasen sangre, pero visto la herida del canadiense era tan chiquita que dudaba mucho que fuera algo relevante en todo el paradigma, más bien… ¡Como las huellas digitales de un móvil!
-Diré que creo que no necesitan sangre para ̈cargarse ̈ -Se quedó brevemente mirando a Nohlem, tratando de ocultar una sonrisilla que se le escapaba traviesa por las mejillas. -Opinión popular, supongo, pero eh con lo poco que el aparato está pidiendo, ¿Quizá es más una identificación? En mi mundo tenemos algo así para los objetos personales, identificaciones que solo pueda hacer esa persona en cuestión como una huella dactilar o reconocimiento facial.
Se encogió de hombros pues sus teorías empezaban y acababan en el mismo lugar. ¿Por qué iba a necesitar una linterna mágica algo tan específico? No tenía ni idea, pero tampoco tenía idea de magia así que poco más podía suponer al respecto. Se acercó a la mesa para tomar otro cristal con el cuidado de no cortarse, uno de un tono azulado intenso. Lo que era humor en su rostro se convirtió en un perdón transmitido en forma de sonrisa de muchos dientes, dedicando una mirada de completa circunstancias a Räg antes de querer validar su punto. En vez de cortarse lo que hizo fue pinchar su índice, clavar la punta hasta que apenas tuviera una muesca en el dedo para crear una especie de cuenta gotas controlado. Se apretó un poco la zona y dejó que apenas un poco de sangre rozara el cristal, observando animado como este se llenaba de luz prácticamente al momento.
-¿Veis? No pide apenas nada, yo creo que es solo una firma. Quizá mientras sea algo nuestro funcionan otras cosas como la saliva. -Era asqueroso pero parecía más sano, igual con lo afilado que estaba el objeto no era la teoría que más le animará a querer probar. -Y no, Damian no te lo metas a la boca porfa, si quieres probar escupe.
Se corrigió casi al momento previsor de otra catástrofe que pudiera llegar a causar. De igual manera levantó su cristal en el aire animado por tener uno propio al guardar cierta esperanza de que eso significaba que él también era mágico, volvió junto a Connor y le entregó los suyos dejandoselos en el regazo antes de cogerle la mano mala de nuevo y envolverle la herida con uno de los paños que había traído Räg.
-Y Aniol para el corte recuerda apretar un poquito aunque duela, ¿Si? Así conseguimos que deje de sangrar.
Y para ejemplificar eso señaló al pelirrosa, apretando de forma poco considerada su corte como un juego estupido, pues ambos estaban dando una clase a los más peques, no podían ser malos ejemplos… ¿Verdad? Se quedó mirando a su compañero con una sonrisa inocente que dejaba entrever que aún no le perdonaba el último entrenamiento compartido, perder una vez estaba bien, pero perder todas las series de abdominales ya no.
Ethan observó con suma atención sabiéndose partícipe de tanto lío y si bien su vista se fue a donde el pequeño polaco nada más cortarse, la alarma interna se redujo cuando vio que estaba siendo atendido y que la herida era sumamente pequeña. Le dedicó una mirada de preocupación significativa, un ¨¿Estas bien?¨ formulado en una vocalización muda a medida que paraba con el juego para ver que su respuesta fuera afirmativa. Aniol no tenía que pedir mucho para tenerlo encima, un simple ¨no¨ habría bastado para que el joven londinense fuera corriendo a su lado, colmado de mimos y caprichos al pequeño hasta que el simple pinchazo no fuera más que una anécdota pasajera, por suerte el ánimo a la novedad superó al dolor y pudo suspirar aliviado al ver como seguía con las bromas y su nuevo cristal brillante.
Eso si bien significaba que Ethan podía mantenerse aún junto a Connor no le quitaba de tener su atención parcialmente robada, cual madre que vigilaba a sus niños en el parque y es que encima le tocaba dividirse en dos ante el miedo de que Damian se quisiera aventurar a cortarse.
-Damian, paciencia, cuando sepamos como funciona yo prometo que te ayudo. -Le respondió con una sonrisa torpe y una vaga promesa, no porque no quisiera ayudarlo, pues para él si los cristales no habían matado ya a Connor eran seguros, si no porque no tenía narices a pinchar al niño delante de todos cuando entre otras cosas estaban pidiendo parar.
Podía entender lo extraño que resultaba que necesitasen sangre, pero visto la herida del canadiense era tan chiquita que dudaba mucho que fuera algo relevante en todo el paradigma, más bien… ¡Como las huellas digitales de un móvil!
-Diré que creo que no necesitan sangre para ̈cargarse ̈ -Se quedó brevemente mirando a Nohlem, tratando de ocultar una sonrisilla que se le escapaba traviesa por las mejillas. -Opinión popular, supongo, pero eh con lo poco que el aparato está pidiendo, ¿Quizá es más una identificación? En mi mundo tenemos algo así para los objetos personales, identificaciones que solo pueda hacer esa persona en cuestión como una huella dactilar o reconocimiento facial.
Se encogió de hombros pues sus teorías empezaban y acababan en el mismo lugar. ¿Por qué iba a necesitar una linterna mágica algo tan específico? No tenía ni idea, pero tampoco tenía idea de magia así que poco más podía suponer al respecto. Se acercó a la mesa para tomar otro cristal con el cuidado de no cortarse, uno de un tono azulado intenso. Lo que era humor en su rostro se convirtió en un perdón transmitido en forma de sonrisa de muchos dientes, dedicando una mirada de completa circunstancias a Räg antes de querer validar su punto. En vez de cortarse lo que hizo fue pinchar su índice, clavar la punta hasta que apenas tuviera una muesca en el dedo para crear una especie de cuenta gotas controlado. Se apretó un poco la zona y dejó que apenas un poco de sangre rozara el cristal, observando animado como este se llenaba de luz prácticamente al momento.
-¿Veis? No pide apenas nada, yo creo que es solo una firma. Quizá mientras sea algo nuestro funcionan otras cosas como la saliva. -Era asqueroso pero parecía más sano, igual con lo afilado que estaba el objeto no era la teoría que más le animará a querer probar. -Y no, Damian no te lo metas a la boca porfa, si quieres probar escupe.
Se corrigió casi al momento previsor de otra catástrofe que pudiera llegar a causar. De igual manera levantó su cristal en el aire animado por tener uno propio al guardar cierta esperanza de que eso significaba que él también era mágico, volvió junto a Connor y le entregó los suyos dejandoselos en el regazo antes de cogerle la mano mala de nuevo y envolverle la herida con uno de los paños que había traído Räg.
-Y Aniol para el corte recuerda apretar un poquito aunque duela, ¿Si? Así conseguimos que deje de sangrar.
Y para ejemplificar eso señaló al pelirrosa, apretando de forma poco considerada su corte como un juego estupido, pues ambos estaban dando una clase a los más peques, no podían ser malos ejemplos… ¿Verdad? Se quedó mirando a su compañero con una sonrisa inocente que dejaba entrever que aún no le perdonaba el último entrenamiento compartido, perder una vez estaba bien, pero perder todas las series de abdominales ya no.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
26/10/23, 08:48 pm
La inmensa felicidad que le producía la posibilidad de ser una persona mágica era indescriptible comparada con el pequeño escozor que sentía en la yema de sus dedos. La adrenalina que bombeaba su cuerpo actuó de remedio casero y no fue hasta que Colmillo se acercó para tenderle un paño que volvió a reparar en su herida.
—¡Estoy bien! —se apresuró a aclarar, esbozando una sonrisa tan radiante que podría quemar un bosque entero. Sus ojos color miel se detuvieron en los de Connor durante unos segundos, confuso por su particular manera de salirse del papel de árbol de navidad y volver a decir palabrotas. No obstante asintió con un gesto convincente, sólo tenía unas gotitas de sangre relucientes ante la luz rosada de su cristal—. Shi —arguyó para Ethan, demorando un poco más el gesto de envolver el corte con el trapo que le había proporcionado el vittya. No sabría discernir por qué lo hizo exactamente, ni por qué frunció el ceño cuando en realidad no le dolía tanto. Pero se sentía bien cuando Ethan estaba tan pendiente de él, y más aún si así quedaba claro que no le había molestado lo del melocotón.
¿Podía el Señor Santa leer sus pensamientos?
Lo que ocurrió a continuación no le agradó tanto, su euforia parecía chocar con la energía de Nohlem, quien decía palabras que escapaban a su compresión como “combustible” o “fluidos”. Eso no impidió que percibiera su resoplo. ¿Por qué decía lo de opinión poco popular? ¿Y por qué Ethan contestó de una manera similar imitando sus propias palabras?
La opinión de Rick terminó por apagar parte de su entusiasmo, pero no toda.
“Lo que me extraña es que si tenemos antorchas y velas suficientes, ¿para qué nos iban a dar cristales que sirven para lo mismo?”
—¡Porque no son antorchas ni velas! —respondió, alzando la voz más de lo debido sin darse cuenta, pero producto de la excitación más que otra cosa. Llegaba el turno de hacerse el sabiondo—. ¡Mira yo ya sé que es! Y no lo he apuntado en una libretita —bromeó para chinchar al neoyorkino. Aunque no supiera lo que era ser mordaz, Nohlem acababa de abrirle la veda a un mundo completamente nuevo, quizá demasiado pronto para su edad pero divertido a fin de cuentas—. ¡Son como las espadas de “Star Wars!” Cada uno tenemos el cristal de un color —le tenía todo el sentido del mundo, en especial después de ver al medio japonés encender otro cristal de un azul oscuro—. ¡O como las varitas de Harry Potter! Aunque mi hermana Nelka dice que no le gusta que hable de eso porque la que lo escribió es una traspofa o algo así.
Solo existía una forma de demostrarlo y era enseñando que la magia también podía ser buena. La mano que empuñaba el cristal apuntó durante unos segundos a Räg para finalmente detenerse delante del granta.
—¡Pium Pium! —disparó entre risas y con las mejillas encendidas—. ¡Uy, se me está pegando lo de Damián! Espera… —el objeto, que seguía resplandeciendo con el color del coral, no mostró ningún signo vital en absoluto—. ¡RAYO MORTAL DE POMPAS ENJABONOSAS! —exclamó, imitando el tono de un patronus—. Ahora sí.
Debido a los aspavientos el trozo de tela cayó al suelo con mera indiferencia.
—¡Estoy bien! —se apresuró a aclarar, esbozando una sonrisa tan radiante que podría quemar un bosque entero. Sus ojos color miel se detuvieron en los de Connor durante unos segundos, confuso por su particular manera de salirse del papel de árbol de navidad y volver a decir palabrotas. No obstante asintió con un gesto convincente, sólo tenía unas gotitas de sangre relucientes ante la luz rosada de su cristal—. Shi —arguyó para Ethan, demorando un poco más el gesto de envolver el corte con el trapo que le había proporcionado el vittya. No sabría discernir por qué lo hizo exactamente, ni por qué frunció el ceño cuando en realidad no le dolía tanto. Pero se sentía bien cuando Ethan estaba tan pendiente de él, y más aún si así quedaba claro que no le había molestado lo del melocotón.
¿Podía el Señor Santa leer sus pensamientos?
Lo que ocurrió a continuación no le agradó tanto, su euforia parecía chocar con la energía de Nohlem, quien decía palabras que escapaban a su compresión como “combustible” o “fluidos”. Eso no impidió que percibiera su resoplo. ¿Por qué decía lo de opinión poco popular? ¿Y por qué Ethan contestó de una manera similar imitando sus propias palabras?
La opinión de Rick terminó por apagar parte de su entusiasmo, pero no toda.
“Lo que me extraña es que si tenemos antorchas y velas suficientes, ¿para qué nos iban a dar cristales que sirven para lo mismo?”
—¡Porque no son antorchas ni velas! —respondió, alzando la voz más de lo debido sin darse cuenta, pero producto de la excitación más que otra cosa. Llegaba el turno de hacerse el sabiondo—. ¡Mira yo ya sé que es! Y no lo he apuntado en una libretita —bromeó para chinchar al neoyorkino. Aunque no supiera lo que era ser mordaz, Nohlem acababa de abrirle la veda a un mundo completamente nuevo, quizá demasiado pronto para su edad pero divertido a fin de cuentas—. ¡Son como las espadas de “Star Wars!” Cada uno tenemos el cristal de un color —le tenía todo el sentido del mundo, en especial después de ver al medio japonés encender otro cristal de un azul oscuro—. ¡O como las varitas de Harry Potter! Aunque mi hermana Nelka dice que no le gusta que hable de eso porque la que lo escribió es una traspofa o algo así.
Solo existía una forma de demostrarlo y era enseñando que la magia también podía ser buena. La mano que empuñaba el cristal apuntó durante unos segundos a Räg para finalmente detenerse delante del granta.
—¡Pium Pium! —disparó entre risas y con las mejillas encendidas—. ¡Uy, se me está pegando lo de Damián! Espera… —el objeto, que seguía resplandeciendo con el color del coral, no mostró ningún signo vital en absoluto—. ¡RAYO MORTAL DE POMPAS ENJABONOSAS! —exclamó, imitando el tono de un patronus—. Ahora sí.
Debido a los aspavientos el trozo de tela cayó al suelo con mera indiferencia.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
27/10/23, 04:05 pm
La cabeza de Airi bullía de teorías, llegando a costarle seguir todas las conversaciones que ocurrían en la planta baja del torreón, aun queriendo escuchar todas las ideas de sus compañeros. Rägjynn estaba tan perdido como elle, siendo el más entendido en la magia que usaban sus secuestradores, lo que le causaba bastante desánimo. Tenían ante ellos un enigma, y aunque suponía que podía haber infinidad de tipos de magia le molestaba que aquellos vidrios se pareciesen tanto a los sanaís y no poder aportar nada sobre ellos.
Airi secaba el cristal con un trapo mientras pensaba con qué otro líquido probar cuando sintió la presencia de Rick a su espalda y casi se asusta por ello.
—Claro, gracias —contestó a su ofrecimiento de ayuda. Su sugerencia iba por las mismas líneas de lo que estaba pensando elle, pero las palabras de Ethan le hicieron repensar todas sus teorías. Claro, ¿cómo si no iban los cristales a identificar al individuo que los activó? Aunque aquello se le antojaba increíblemente complejo, seguro que era posible. Ahora sabía que la magia podía ser mucho más de lo que le habían enseñado.
»Eso tiene mucho sentido, Ethan —dijo, todavía con una expresión sorprendida—. Si hubiese un elemento que la magia pudiese usar para diferenciarnos a unos de otros, algo como el espíritu… entonces seguro que este cristal contiene ese tipo de hechizo en su… um, composición. —Algunas de sus dudas se debían a que no sabía cómo referirse a un cristal que aparte de elementos tangibles en su elaboración, incluía elementos puramente energéticos, mágicos, o como pudiese llamárseles. Otras dudas eran acerca de todo el planteamiento, y es que, ¿cómo se podía detectar el espíritu? Era más fácil que, de alguna manera, identificase las cosas que había mencionado el propio Ethan.
En otras circunstancias a Airi le habría divertido ver a Aniol jugando a las leyendas de la magia terrestre, pero no olvidaba que lo que tenían ambos niños entre manos eran cristales afilados. Le gustaría que los manejasen con cuidado, pero no sabía cómo pedirles que tuviesen cuidado de nuevo sin sonar condescendiente o que pareciese una regañina. Decidió no intervenir por el momento.
—La verdad es que, como habéis dicho, me sigue pareciendo raro hacer un mecanismo tan complicado para algo tan sencillo como dar luz. Es como… el cristal más básico que existe, al menos para mi pueblo.
»Y por cierto, hay muchos más abajo —añadió señalando a las escaleras del sótano—, podemos hacer todas las pruebas que hagan falta.
No iba a desistir de echar otros líquidos disponibles, pero ahora tenía más interés en lo de la saliva, aunque al igual que a Nohlem le pareciese bastante asqueroso todo aquello.
Nadie había reparado en la presencia que se escabulló entre ellos para coger un poco de comida de las cestas recién llegadas. Desde que el primer cristal se había iluminado la atención de todos estuvo centrada lejos de la cocina por un tiempo, que Serena aprovechó para tomar algunos víveres que pudiese desayunar en crudo: una fruta que parecía un tomate pero sabía a mango amargo y una suerte de ciruela azulada.
El revuelo de los cristales le había venido bien para su desayuno tardío, pero aquellas gemas brillantes le causaron tanta curiosidad como a sus compañeros. A esas alturas, sin embargo, no podía unirse y preguntar acerca de ello como si nada. Subió las escaleras con ligereza y se escondió en la penumbra del último peldaño a escuchar mientras comía, maquinando sus propias teorías.
—¡Agh…!
Un quejido apagado llegó a la planta baja cuando el grupo ya había hecho un buen número de teorías. Quienes estuviesen más cerca de las escaleras podrían escucharlo primero, pero antes de que nadie pudiese subirlas verían a Serena descendiendo a trompicones por ellas. Con una mano se tapaba la boca y con la otra se agarraba el estómago.
—Quema —farfulló con dificultad—. Quema mucho.
Sus ojos estaban empapados de lágrimas cuando levantó la vista hacia sus compañeros. Tras la mano temblorosa que tapaba su cara podrían ver que tenía los labios hinchados y de un color rojo intenso.
Serena se sentó en el último escalón y se hizo un ovillo entre espasmos.
—Tuvo que ser la comida… cogí dos frutas… No comáis nada —trató de explicar. Tenía la garganta tan hinchada que le costaba respirar y vocalizar. Se aferró a su cuello con desesperación y dirigió una mirada suplicante a sus compañeros.
—¡Oh, venga! ¡No estropees la sorpresa! —protestó una voz infantil desde la tronera de la cocina. Allí encaramada había una criatura aviana, con alas de plumas grises y el cuerpo cubierto de escamas oscuras. Su voz salía de una suerte de pico cartilaginoso, y se balanceaba con inquietud agarrado al alfeizar con ambas manos.
Airi secaba el cristal con un trapo mientras pensaba con qué otro líquido probar cuando sintió la presencia de Rick a su espalda y casi se asusta por ello.
—Claro, gracias —contestó a su ofrecimiento de ayuda. Su sugerencia iba por las mismas líneas de lo que estaba pensando elle, pero las palabras de Ethan le hicieron repensar todas sus teorías. Claro, ¿cómo si no iban los cristales a identificar al individuo que los activó? Aunque aquello se le antojaba increíblemente complejo, seguro que era posible. Ahora sabía que la magia podía ser mucho más de lo que le habían enseñado.
»Eso tiene mucho sentido, Ethan —dijo, todavía con una expresión sorprendida—. Si hubiese un elemento que la magia pudiese usar para diferenciarnos a unos de otros, algo como el espíritu… entonces seguro que este cristal contiene ese tipo de hechizo en su… um, composición. —Algunas de sus dudas se debían a que no sabía cómo referirse a un cristal que aparte de elementos tangibles en su elaboración, incluía elementos puramente energéticos, mágicos, o como pudiese llamárseles. Otras dudas eran acerca de todo el planteamiento, y es que, ¿cómo se podía detectar el espíritu? Era más fácil que, de alguna manera, identificase las cosas que había mencionado el propio Ethan.
En otras circunstancias a Airi le habría divertido ver a Aniol jugando a las leyendas de la magia terrestre, pero no olvidaba que lo que tenían ambos niños entre manos eran cristales afilados. Le gustaría que los manejasen con cuidado, pero no sabía cómo pedirles que tuviesen cuidado de nuevo sin sonar condescendiente o que pareciese una regañina. Decidió no intervenir por el momento.
—La verdad es que, como habéis dicho, me sigue pareciendo raro hacer un mecanismo tan complicado para algo tan sencillo como dar luz. Es como… el cristal más básico que existe, al menos para mi pueblo.
»Y por cierto, hay muchos más abajo —añadió señalando a las escaleras del sótano—, podemos hacer todas las pruebas que hagan falta.
No iba a desistir de echar otros líquidos disponibles, pero ahora tenía más interés en lo de la saliva, aunque al igual que a Nohlem le pareciese bastante asqueroso todo aquello.
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Nadie había reparado en la presencia que se escabulló entre ellos para coger un poco de comida de las cestas recién llegadas. Desde que el primer cristal se había iluminado la atención de todos estuvo centrada lejos de la cocina por un tiempo, que Serena aprovechó para tomar algunos víveres que pudiese desayunar en crudo: una fruta que parecía un tomate pero sabía a mango amargo y una suerte de ciruela azulada.
El revuelo de los cristales le había venido bien para su desayuno tardío, pero aquellas gemas brillantes le causaron tanta curiosidad como a sus compañeros. A esas alturas, sin embargo, no podía unirse y preguntar acerca de ello como si nada. Subió las escaleras con ligereza y se escondió en la penumbra del último peldaño a escuchar mientras comía, maquinando sus propias teorías.
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—¡Agh…!
Un quejido apagado llegó a la planta baja cuando el grupo ya había hecho un buen número de teorías. Quienes estuviesen más cerca de las escaleras podrían escucharlo primero, pero antes de que nadie pudiese subirlas verían a Serena descendiendo a trompicones por ellas. Con una mano se tapaba la boca y con la otra se agarraba el estómago.
—Quema —farfulló con dificultad—. Quema mucho.
Sus ojos estaban empapados de lágrimas cuando levantó la vista hacia sus compañeros. Tras la mano temblorosa que tapaba su cara podrían ver que tenía los labios hinchados y de un color rojo intenso.
Serena se sentó en el último escalón y se hizo un ovillo entre espasmos.
—Tuvo que ser la comida… cogí dos frutas… No comáis nada —trató de explicar. Tenía la garganta tan hinchada que le costaba respirar y vocalizar. Se aferró a su cuello con desesperación y dirigió una mirada suplicante a sus compañeros.
—¡Oh, venga! ¡No estropees la sorpresa! —protestó una voz infantil desde la tronera de la cocina. Allí encaramada había una criatura aviana, con alas de plumas grises y el cuerpo cubierto de escamas oscuras. Su voz salía de una suerte de pico cartilaginoso, y se balanceaba con inquietud agarrado al alfeizar con ambas manos.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Sendar
27/10/23, 06:46 pm
Kalna no entendía de magia. Ni de hechizos, ni de artefactos, ni de nada relacionado con algo que, hasta llegar a Rocavarancolia, solo existía en leyendas y poco más. No fue hasta que Airi y Rägjynn habían explicado sobre magia en sus mundos que había conocido algo más, y aún así era todo demasiado nuevo. Quería aprender a usarla, era a lo que había ido a la ciudad, pero no podía aportar nada a una conversación teórica sobre el tema. Se apartó un poco de la mesa de los cristales, dejando que otros los tocasen si querían, y es que por el momento había visto todo lo que necesitaba.
A diferencia de otros, a Kalna no le daba reparo la sangre. Sí que estaba de acuerdo en que la magia hecha con esta debería ser más espectacular, o que debía haber algo más que solo la luz, pero no se le ocurrían ideas. Si no fuera porque el que había pedido que no se cortasen era Nohlem, lo hubiera hecho para comprobar que funcionaban. Lo que le daba, sin embargo, bastante más asco que la sangre (que veía como algo completamente normal), era el hecho de sugerir escupirle a los cristales o usar saliva. Contuvo un microgesto que expresaba su disgusto por educación, pero cada vez tenía más claro que los humanos eran seres extraños.
Al igual que sus teorías. No entendía que era un Star Wars ni un Harry Potter, o qué leches tenían que ver con la magia, y se cruzó de brazos más cerca de Rick y Airi, que parecían estar experimentando con si los cristales se activaban con otro líquido, viendo si llegaban a algún resultado más útil. Al fin y al cabo, Abel y Rick ya habían explicado que los humanos no tenían magia, así que confiaba más en que le sanaí, o el mjörní, supieran más que cualquiera de ellos sobre lo que estaban viendo.
Tal vez porque no estaba tan metida en la conversación, sino esperando unos resultados que no llegaban, Kalna oyó un quejido, y luego vio a Serena con un aspecto horrible. Todo su cuerpo se tensó, alertando un peligro que no sabía dónde estaba o de dónde vendría. No le preocupaba tanto la chica (al fin y al cabo no era más que una desconocida con la que había intercambiado un par de palabras), sino que su propia seguridad estuviera en peligro. No se acercó a ella, y apenas la miró, pero sí escuchó sus advertencias sobre la comida. ¿Estaría en mal estado? ¿Les habrían envenenado las provisiones?
Esta segunda opción fue la confirmada, y es que las palabras de alguien desconocido salieron de un vano cerca de la cocina. Sus pupilas se afilaron, detectando por fin el peligro, y prácticamente saltó hacia una lanza que no habían bajado a la armería. Apuntó hacia el pájaro, acercándose lentamente y sujetando el arma dejando claro que no tendría reparos en usarla.
—¿Quién eres y qué has hecho? —exigió saber, con un tono que no admitía discusión.
Le daba igual forzar el dedo roto, le daba igual resultar herida de nuevo. Kalna no entendía de magia, pero entendía de violencia y de armas, y no tenía reparos en hacer uso de ninguna de las dos. Si aquel ser, fuera o no un cosechado como ellos, intentaba cualquier cosa, no dudaría en clavarle la lanza.
A diferencia de otros, a Kalna no le daba reparo la sangre. Sí que estaba de acuerdo en que la magia hecha con esta debería ser más espectacular, o que debía haber algo más que solo la luz, pero no se le ocurrían ideas. Si no fuera porque el que había pedido que no se cortasen era Nohlem, lo hubiera hecho para comprobar que funcionaban. Lo que le daba, sin embargo, bastante más asco que la sangre (que veía como algo completamente normal), era el hecho de sugerir escupirle a los cristales o usar saliva. Contuvo un microgesto que expresaba su disgusto por educación, pero cada vez tenía más claro que los humanos eran seres extraños.
Al igual que sus teorías. No entendía que era un Star Wars ni un Harry Potter, o qué leches tenían que ver con la magia, y se cruzó de brazos más cerca de Rick y Airi, que parecían estar experimentando con si los cristales se activaban con otro líquido, viendo si llegaban a algún resultado más útil. Al fin y al cabo, Abel y Rick ya habían explicado que los humanos no tenían magia, así que confiaba más en que le sanaí, o el mjörní, supieran más que cualquiera de ellos sobre lo que estaban viendo.
Tal vez porque no estaba tan metida en la conversación, sino esperando unos resultados que no llegaban, Kalna oyó un quejido, y luego vio a Serena con un aspecto horrible. Todo su cuerpo se tensó, alertando un peligro que no sabía dónde estaba o de dónde vendría. No le preocupaba tanto la chica (al fin y al cabo no era más que una desconocida con la que había intercambiado un par de palabras), sino que su propia seguridad estuviera en peligro. No se acercó a ella, y apenas la miró, pero sí escuchó sus advertencias sobre la comida. ¿Estaría en mal estado? ¿Les habrían envenenado las provisiones?
Esta segunda opción fue la confirmada, y es que las palabras de alguien desconocido salieron de un vano cerca de la cocina. Sus pupilas se afilaron, detectando por fin el peligro, y prácticamente saltó hacia una lanza que no habían bajado a la armería. Apuntó hacia el pájaro, acercándose lentamente y sujetando el arma dejando claro que no tendría reparos en usarla.
—¿Quién eres y qué has hecho? —exigió saber, con un tono que no admitía discusión.
Le daba igual forzar el dedo roto, le daba igual resultar herida de nuevo. Kalna no entendía de magia, pero entendía de violencia y de armas, y no tenía reparos en hacer uso de ninguna de las dos. Si aquel ser, fuera o no un cosechado como ellos, intentaba cualquier cosa, no dudaría en clavarle la lanza.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Sendar
27/10/23, 08:28 pm
-Vamos, cabronazo...- Le dijo a Nohlem con una sonrisa, cuando detectó su comentario mordaz.- Si fueran peligrosos creo que ya estaría jodido, por culpa de éste hijoputa de aquí.- Bromeó señalando con la cabeza a Ethan y sus experimentos. A pesar de lo increíbles que eran esos artefactos tuvo que ponerse algo más sereno, cuando estuvo de acuerdo con el varmano y los que vinieron después en que su función sí que era rara teniendo en cuenta que ya tenían antorchas.- Bueno, eso sí es raro joder...-
Por otro lado y por suerte, la herida de Aniol no era grave y la verdad es que el niño estaba mucho más centrado en aquellos cristales de luz, como era lógico. Connor asintió con la cabeza conforme y una ligera sonrisa, para luego aceptar el trapo que Räg le tendía con gesto agradecido. Realmente le dolía poco, al fin y al cabo se había hecho heridas peores y gracias a ello tenía una buena tolerancia al dolor. Pero tampoco era plan de ir sangrando por ahí, así que dejó que Ethan empezara a envolverle la mano, mientras él sostenía sus dos cristales iluminados en la izquierda.
La verdad es que, al contrario que sus compañeros, a él no se le ocurría ninguna buena idea que aportar sobre todo aquello. Sólo veía lo que veía: cristales que al cortarse con ellos brillaban. Räg, Airi, Ethan (el cuál se había cortado y ya tenía su cristal azul) o Rick también daban sus puntos de vista y Connor se quedó más bien en silencio mientras las sopesaba todas. La idea de probar diferentes líquidos como la saliva parecía buena, así que el motero se encogió de hombros antes de ponerla a prueba.
-Ésa última es fácil de demostrar, cojones.- Dijo con sorna mientras empezaba a acercarse un poco el cristal a la boca y hacer ruidos con la garganta para preparar el escupitajo. Pero antes de que hiciera nada le vino un leve dolor en la mano que le hizo pararse.- ¡Eh!- Dijo mirando a Ethan con una sonrisa y una cara de "Pienso devolvértela, cabronazo", cuando se dio cuenta que su compañero había apretado de más el nudo del trapo como venganza.- No es culpa mía que te hagas menos abdomina...- Connor nunca llegaría a terminar esa frase, porque con lo que ocurrió después ya no habría espacio para las bromas. Ni para los juegos.
Se pudo escuchar un quejido desde las escaleras, y cuando Connor se dio la vuelta para ver de qué se trataba se encontró con una imagen que no esperaba ver. Al menos, no dentro de aquellos muros. Porque entre todas las dudas, preguntas y misterios dentro de la ciudad, se había erigido en aquella semana una puta verdad más grande que el templo donde se crió el mjörní: el torreón era seguro. Bueno, pues ya no parecía serlo. El motero se puso completamente tenso, los músculos de los brazos como cables de titanio y la mirada completamente fija en aquella visión. Serena bajando las escaleras con los labios rojos e hinchados, por no hablar... de su jodida garganta inflamada que casi le impedía hablar o respirar. El corazón de Connor se aceleró con aquella imagen, sobre todo cuando escuchó sus advertencias sobre no tocar la comida. Solo le dio tiempo a mirar sus compañeros una vez, con la duda en sus ojos y sin saber qué estaba pasando. Solo le dio tiempo a eso, cuando escuchó una vocecilla infantil lamentándose por haberse arruinado la sorpresa. <<¿LA SORPRESA? ¡¿PERO QUÉ COJONES...?!>>
El motero se dio rápidamente la vuelta, con la mirada buscando el origen de la voz y su mente entrando en cuestión de segundos en modo alerta. No tardó en encontrar lo que parecía ser el causante de ello y el corazón se le aceleró de nuevo en el pecho. El miedo haciendo aparición otra vez... Se trataba de una especie de pájaro humanoide, pequeño y lleno de escamas que se asomaba por la tronera de la cocina. Y sin pensarlo siquiera le arrojó los dos cristales que tenía en las manos, que lamentablemente chocaron contra la pared sin acercarse mucho a su objetivo.
-¡¿QUÉ HAS HECHO, JODER?!- Le gritó mientras apretaba los puños hasta que los nudillos se le ponían blancos, uniéndose a Kalna a su derecha. Empezaba a entender de qué iba todo aquello. Aquel monstruo le había hecho algo a la comida y Serena había sido la víctima. Pero podía haber sido cualquiera de los otros... Aniol, Damian... O incluso todos a la vez. Empezó a notar cómo la rabia empezaba a apoderarse de su cuerpo, y aunque no pensaba acercarse ni hacer movimientos bruscos al no conocer el peligro al que se enfrentaba... aquella cosa no era grande como el ser hecho de sombras. Con ese había que correr, y con éste pensaba que había una oportunidad de machacarle la cabeza contra el suelo. Lo que le daba ánimos para amenazarle.-Contesta a sus putas preguntas, monstruo de mierda.- Le amenazó en favor de Kalna, mientras daba un paso adelante. Su tono de voz era muy medido, pero era evidente que debajo de todo eso había una violencia deseando salir a flote. Como si estuviera contenida por una presa que estuviera a punto de desbordarse. Similar a cuando amenazó a la chica que ahora se encontraba en el suelo, pero ésta vez había más peligro como promesa en su voz.
A pesar de la violencia que quería transmitir, Connor podía notar los nervios aflorando en su interior como una enfermedad. El club le había criado con la filosofía de solo preocuparse por su familia, y la verdad era que no le estaba afectando el estado de Serena debido a eso y a lo poco que habían congeniado siquiera, pero sí le afectaba lo que significaba todo el dolor que transmitía la pelirroja. Que aquello había sido un ataque a todos ellos y todos podrían haber estado sufriéndolo...Los putos niños...
- Puedes hablar ahora o cuando te falten las putas alas.- Terminó por decir, mientras apretaba más los puños y empezaba a alzarlos en guardia, a falta de tener su maza cerca.
Por otro lado y por suerte, la herida de Aniol no era grave y la verdad es que el niño estaba mucho más centrado en aquellos cristales de luz, como era lógico. Connor asintió con la cabeza conforme y una ligera sonrisa, para luego aceptar el trapo que Räg le tendía con gesto agradecido. Realmente le dolía poco, al fin y al cabo se había hecho heridas peores y gracias a ello tenía una buena tolerancia al dolor. Pero tampoco era plan de ir sangrando por ahí, así que dejó que Ethan empezara a envolverle la mano, mientras él sostenía sus dos cristales iluminados en la izquierda.
La verdad es que, al contrario que sus compañeros, a él no se le ocurría ninguna buena idea que aportar sobre todo aquello. Sólo veía lo que veía: cristales que al cortarse con ellos brillaban. Räg, Airi, Ethan (el cuál se había cortado y ya tenía su cristal azul) o Rick también daban sus puntos de vista y Connor se quedó más bien en silencio mientras las sopesaba todas. La idea de probar diferentes líquidos como la saliva parecía buena, así que el motero se encogió de hombros antes de ponerla a prueba.
-Ésa última es fácil de demostrar, cojones.- Dijo con sorna mientras empezaba a acercarse un poco el cristal a la boca y hacer ruidos con la garganta para preparar el escupitajo. Pero antes de que hiciera nada le vino un leve dolor en la mano que le hizo pararse.- ¡Eh!- Dijo mirando a Ethan con una sonrisa y una cara de "Pienso devolvértela, cabronazo", cuando se dio cuenta que su compañero había apretado de más el nudo del trapo como venganza.- No es culpa mía que te hagas menos abdomina...- Connor nunca llegaría a terminar esa frase, porque con lo que ocurrió después ya no habría espacio para las bromas. Ni para los juegos.
Se pudo escuchar un quejido desde las escaleras, y cuando Connor se dio la vuelta para ver de qué se trataba se encontró con una imagen que no esperaba ver. Al menos, no dentro de aquellos muros. Porque entre todas las dudas, preguntas y misterios dentro de la ciudad, se había erigido en aquella semana una puta verdad más grande que el templo donde se crió el mjörní: el torreón era seguro. Bueno, pues ya no parecía serlo. El motero se puso completamente tenso, los músculos de los brazos como cables de titanio y la mirada completamente fija en aquella visión. Serena bajando las escaleras con los labios rojos e hinchados, por no hablar... de su jodida garganta inflamada que casi le impedía hablar o respirar. El corazón de Connor se aceleró con aquella imagen, sobre todo cuando escuchó sus advertencias sobre no tocar la comida. Solo le dio tiempo a mirar sus compañeros una vez, con la duda en sus ojos y sin saber qué estaba pasando. Solo le dio tiempo a eso, cuando escuchó una vocecilla infantil lamentándose por haberse arruinado la sorpresa. <<¿LA SORPRESA? ¡¿PERO QUÉ COJONES...?!>>
El motero se dio rápidamente la vuelta, con la mirada buscando el origen de la voz y su mente entrando en cuestión de segundos en modo alerta. No tardó en encontrar lo que parecía ser el causante de ello y el corazón se le aceleró de nuevo en el pecho. El miedo haciendo aparición otra vez... Se trataba de una especie de pájaro humanoide, pequeño y lleno de escamas que se asomaba por la tronera de la cocina. Y sin pensarlo siquiera le arrojó los dos cristales que tenía en las manos, que lamentablemente chocaron contra la pared sin acercarse mucho a su objetivo.
-¡¿QUÉ HAS HECHO, JODER?!- Le gritó mientras apretaba los puños hasta que los nudillos se le ponían blancos, uniéndose a Kalna a su derecha. Empezaba a entender de qué iba todo aquello. Aquel monstruo le había hecho algo a la comida y Serena había sido la víctima. Pero podía haber sido cualquiera de los otros... Aniol, Damian... O incluso todos a la vez. Empezó a notar cómo la rabia empezaba a apoderarse de su cuerpo, y aunque no pensaba acercarse ni hacer movimientos bruscos al no conocer el peligro al que se enfrentaba... aquella cosa no era grande como el ser hecho de sombras. Con ese había que correr, y con éste pensaba que había una oportunidad de machacarle la cabeza contra el suelo. Lo que le daba ánimos para amenazarle.-Contesta a sus putas preguntas, monstruo de mierda.- Le amenazó en favor de Kalna, mientras daba un paso adelante. Su tono de voz era muy medido, pero era evidente que debajo de todo eso había una violencia deseando salir a flote. Como si estuviera contenida por una presa que estuviera a punto de desbordarse. Similar a cuando amenazó a la chica que ahora se encontraba en el suelo, pero ésta vez había más peligro como promesa en su voz.
A pesar de la violencia que quería transmitir, Connor podía notar los nervios aflorando en su interior como una enfermedad. El club le había criado con la filosofía de solo preocuparse por su familia, y la verdad era que no le estaba afectando el estado de Serena debido a eso y a lo poco que habían congeniado siquiera, pero sí le afectaba lo que significaba todo el dolor que transmitía la pelirroja. Que aquello había sido un ataque a todos ellos y todos podrían haber estado sufriéndolo...Los putos niños...
- Puedes hablar ahora o cuando te falten las putas alas.- Terminó por decir, mientras apretaba más los puños y empezaba a alzarlos en guardia, a falta de tener su maza cerca.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
27/10/23, 09:06 pm
Lo que dijeron Nohlem y Rick acerca de que ya tenían antorchas y que los cristales lumínicos parecían ser redundantes era un punto a tener en cuenta, pero lo cierto es que Räg no estaba tan seguro de que pudiesen excluir la posibilidad de que se tratase de artefactos de esa índole solo por eso. Estaba ordenando las ideas en su cabeza para expresarlas, pues ya había comentado que le gustaría comprobar cuánta luz emitían en realidad cuando hubiese más oscuridad, que era algo que creía necesario tener en cuenta. También estaba el hecho de que podían emitir luz durante mucho más tiempo en lo que tardaba en consumirse una antorcha, o simplemente era una cuestión de conveniencia porque no se podían apagar con una inesperada ráfaga de viento… Desde luego no entendía por qué estaban diciendo que por el hecho de activarse con sangre deberían ser más poderosos. Simplemente, en su opinión, ningún artefacto mágico debería activarse con sangre. Era una absoluta barbaridad.
Quería aferrarse a la teoría de Ethan de que tal vez no fuese explícitamente la sangre lo que los activaba, aunque no terminaba de comprender del todo algunas de las cosas que había dicho. ¿Qué eran las huellas dactilares? ¿Por qué tenía tan claro que la saliva podría sustituir a la sangre? Tampoco le resultaba particularmente tranquilizador que no requiriese una gran cantidad de sangre. No llegó a formular nada de aquello al ver como el medio asiático procedía a cortarse también y Damian pedía ayuda para hacerlo. El mjörní no quería insistir, pero no le estaba gustando ni una escama como sus compañeros humanos no parecían guardar cautela alguna a pesar de las advertencias.
Se acercó a Rick y Airi para intentar ayudarles con sus pruebas, aunque estaba bastante seguro a aquellas alturas de que lo más probable era que, por alguna razón, simplemente empleaban sangre como fuente de energía, o que Ethan podía estar en la dirección correcta. En sus conocimientos sobre teoría mágica, poco sentido le tenía que si el agua no funcionaba porque la sangre también era líquida, fuese a hacerlo otra cosa como la leche o zumo. Pero, por otro lado y por mucho que los hechizos del libro tuviesen componentes tan similares a lo que conocía, estaban en otro mundo y las reglas podían cambiar allí donde menos lo esperaba.
Las palabras de Aniol captaron su atención, pero una vez más no entendió nada en absoluto. Tuvo cierto reflejo de apartarse cuando el niño apuntó el cristal hacia él, a pesar de que no esperaba que ocurriese nada en realidad, y sintió auténtico alivio cuando se confirmó que así era. Todo aquello le estaba poniendo demasiado nervioso…
Y, no obstante, las cosas siempre podían torcerse todavía más. Era algo que no paraba de suceder desde que habían llegado a aquella ciudad fría y ruinosa. El quejido le hizo girarse en la dirección en la que provenía, y la visión del estado de la escocesa, a quien hacía muchos días que no la veía, alarmarse y dirigirse en su dirección.
—¡Serena! ¿Qué te sucede?
Había un claro pánico en su voz, que se extendió a todo su cuerpo cuando la chica empezó a explicar qué estaba sucediendo. ¿¿La comida?? Miró hacia las cestas de provisiones, casi queriendo correr a examinarlas, pero no podía abandonar a Serena tal y como estaba… ¿Pero qué podía hacer?
Impotente una vez más, sin recursos para poder ayudar a nadie de ningún tipo. Lo peor es que en esa ocasión ni siquiera haber podido hacer magia le hubiera servido: si de verdad se trataba de un envenenamiento, aquello estaba totalmente fuera de sus capacidades. <<Por las ymres, que el veneno no sea letal>> pidió a la Sanación mientras recogía un vaso de agua para intentar ofrecérselo a la afectada.
—¿Eres capaz de…?
Una voz procedente del exterior casi le hace tirar el vaso. Su atención se vio dirigida hacia la tronera de donde venía, desde la que podían vislumbrar a la persona alada que… ¿Qué acababa de decir? No podía ser…
—¿¿Quién...??
Cualquier intento de hacer ninguna pregunta se vio interrumpido y cubierto por las acciones y voces más firmes de Kalna y Connor. El mjörní, aun con el vaso en la mano, se acercó a la tronera pero quedándose detrás de ambos. Temblaba, como siempre. Parecía que era lo único que podía hacer en situaciones como aquella. La implicación de lo que había dicho aquel desconocido era terrible, pero ver a la libense y al humano emplear armas contra otra persona tampoco era algo que quisiese contemplar. Una parte de él quería salir corriendo de allí, pero incluso si su consciencia le hubiese dejado, no lo hubieran hecho sus piernas temblorosas.
Quería aferrarse a la teoría de Ethan de que tal vez no fuese explícitamente la sangre lo que los activaba, aunque no terminaba de comprender del todo algunas de las cosas que había dicho. ¿Qué eran las huellas dactilares? ¿Por qué tenía tan claro que la saliva podría sustituir a la sangre? Tampoco le resultaba particularmente tranquilizador que no requiriese una gran cantidad de sangre. No llegó a formular nada de aquello al ver como el medio asiático procedía a cortarse también y Damian pedía ayuda para hacerlo. El mjörní no quería insistir, pero no le estaba gustando ni una escama como sus compañeros humanos no parecían guardar cautela alguna a pesar de las advertencias.
Se acercó a Rick y Airi para intentar ayudarles con sus pruebas, aunque estaba bastante seguro a aquellas alturas de que lo más probable era que, por alguna razón, simplemente empleaban sangre como fuente de energía, o que Ethan podía estar en la dirección correcta. En sus conocimientos sobre teoría mágica, poco sentido le tenía que si el agua no funcionaba porque la sangre también era líquida, fuese a hacerlo otra cosa como la leche o zumo. Pero, por otro lado y por mucho que los hechizos del libro tuviesen componentes tan similares a lo que conocía, estaban en otro mundo y las reglas podían cambiar allí donde menos lo esperaba.
Las palabras de Aniol captaron su atención, pero una vez más no entendió nada en absoluto. Tuvo cierto reflejo de apartarse cuando el niño apuntó el cristal hacia él, a pesar de que no esperaba que ocurriese nada en realidad, y sintió auténtico alivio cuando se confirmó que así era. Todo aquello le estaba poniendo demasiado nervioso…
Y, no obstante, las cosas siempre podían torcerse todavía más. Era algo que no paraba de suceder desde que habían llegado a aquella ciudad fría y ruinosa. El quejido le hizo girarse en la dirección en la que provenía, y la visión del estado de la escocesa, a quien hacía muchos días que no la veía, alarmarse y dirigirse en su dirección.
—¡Serena! ¿Qué te sucede?
Había un claro pánico en su voz, que se extendió a todo su cuerpo cuando la chica empezó a explicar qué estaba sucediendo. ¿¿La comida?? Miró hacia las cestas de provisiones, casi queriendo correr a examinarlas, pero no podía abandonar a Serena tal y como estaba… ¿Pero qué podía hacer?
Impotente una vez más, sin recursos para poder ayudar a nadie de ningún tipo. Lo peor es que en esa ocasión ni siquiera haber podido hacer magia le hubiera servido: si de verdad se trataba de un envenenamiento, aquello estaba totalmente fuera de sus capacidades. <<Por las ymres, que el veneno no sea letal>> pidió a la Sanación mientras recogía un vaso de agua para intentar ofrecérselo a la afectada.
—¿Eres capaz de…?
Una voz procedente del exterior casi le hace tirar el vaso. Su atención se vio dirigida hacia la tronera de donde venía, desde la que podían vislumbrar a la persona alada que… ¿Qué acababa de decir? No podía ser…
—¿¿Quién...??
Cualquier intento de hacer ninguna pregunta se vio interrumpido y cubierto por las acciones y voces más firmes de Kalna y Connor. El mjörní, aun con el vaso en la mano, se acercó a la tronera pero quedándose detrás de ambos. Temblaba, como siempre. Parecía que era lo único que podía hacer en situaciones como aquella. La implicación de lo que había dicho aquel desconocido era terrible, pero ver a la libense y al humano emplear armas contra otra persona tampoco era algo que quisiese contemplar. Una parte de él quería salir corriendo de allí, pero incluso si su consciencia le hubiese dejado, no lo hubieran hecho sus piernas temblorosas.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Sendar
27/10/23, 09:56 pm
Y ahí seguía, decepcionado, mirando a ese cristal suyo amarillo apagado, trista, casi tanto como el propio italiano como si fuese un reflejo de cómo se sentía por dentro. No quería comerse tanto el tarro con el hecho de pensar de nuevo en sí mismo como algo inferior hasta para eso.
Por suerte todas las teorías le convencían de que era tal y como pensaba, sangre. Era como decían, todos los que se andaban cortando por no agarrar bien el cristal tenían el suyo brillando super chulo. Hasta lo de Ethan escuchó, curioso. ¿Quizás con saliva...?
Y menos mal que Ethan dijo la advertencia que dijo pues el chico ya iba a mitad de camino a pasar la lengua sobre el afilado cristal.
–Jo... –dijo cabizbajo, mirando el dichoso cristalito agarrado delicadamente con sus dos dedos.
Al menos las reacciones de alegría de Aniol eran contagiosas, lo suficiente para que Damián esbozase una sonrisa cuando se puso a disparar con el cristal. No entendía ni papa de Estar Guors y eso de Jarri Poter pero lo de los tiros al aire si que estaba chulo, le haría competencia a su Rambo ya pasado por 45 guerras. Y también se le escapó tremenda risotada cuando Aniol formuló el hechizo destructor de mundos mega guay.
—¡Que guapo tío, ese megahechizo debes enseñármelo está noch-!
El rollo tan bueno que le estaba generando su mejor amigo del alma fue abruptamente cortado por un ruido. Y vaya de donde provenía ese ruido que le hizo poner una cara muy larga. ¿Qué cojones hacía esa gilipollas rondando por abajo del castillo?
—Tia... ¿Que haces comiendo sin permiso? —al principio no tuvo en cuenta su postura de dolor, más bien teniendo el rencor guardado por aquel día en que los regañó porque agarrarían cosas sin permiso. Le faltaba gruñir mientras arrastraba esas palabras al atacarla.
Pero algo raro pasaba con ella, que ya de por sí ella era extraña ahora lo era aún más. Esos labios rojos tan hinchazos hicieron que el niño sonriese, de pura mala sangre y de forma socarrona al principio. No entendía el chico la gravedad de la situación y actuaba con impulsividad infantil. "Te mereces esto", pensaba una y otra vez.
Pero... Ya estaba siendo muy raro todo. Cuando Rag fue a mirar su estado pensó en lo que decía, cosas sobre la comida que parecían graves. No, no lo parecían, lo eran, sí que lo eran. Miró la comida y cuando escuchó esa voz desconocida mientras observaba lo que antes quería en su estómago pegó un respingo bastante fuerte. ¿Qué, un pájaro? Hablaba como... cómo Rag y como Colmillo y Tawar. Su tono y lo que dijo le hizo conectar rápido lo que hizo.
Connor y Kalna atacaron verbalmente a esa cosa emplumada que ciertamente no era un amigo y Damián casi lo mató con la mirada. Esa cosa de ahí estaba haciendo cosas malas con la comida y Serena... estaba preocupado de verdad porque no era gracioso que estuviese así por culpa de ese cabronazo.
—Hijo de puta... —tenía prudencia porque se sentía protegido por Connor y Kalna, sacando poco a poco la daga del cinturón. Si tenía ese bicho los cojones de enfrentarse al italiano, él responderá sin dudarlo con violencia.
Por suerte todas las teorías le convencían de que era tal y como pensaba, sangre. Era como decían, todos los que se andaban cortando por no agarrar bien el cristal tenían el suyo brillando super chulo. Hasta lo de Ethan escuchó, curioso. ¿Quizás con saliva...?
Y menos mal que Ethan dijo la advertencia que dijo pues el chico ya iba a mitad de camino a pasar la lengua sobre el afilado cristal.
–Jo... –dijo cabizbajo, mirando el dichoso cristalito agarrado delicadamente con sus dos dedos.
Al menos las reacciones de alegría de Aniol eran contagiosas, lo suficiente para que Damián esbozase una sonrisa cuando se puso a disparar con el cristal. No entendía ni papa de Estar Guors y eso de Jarri Poter pero lo de los tiros al aire si que estaba chulo, le haría competencia a su Rambo ya pasado por 45 guerras. Y también se le escapó tremenda risotada cuando Aniol formuló el hechizo destructor de mundos mega guay.
—¡Que guapo tío, ese megahechizo debes enseñármelo está noch-!
El rollo tan bueno que le estaba generando su mejor amigo del alma fue abruptamente cortado por un ruido. Y vaya de donde provenía ese ruido que le hizo poner una cara muy larga. ¿Qué cojones hacía esa gilipollas rondando por abajo del castillo?
—Tia... ¿Que haces comiendo sin permiso? —al principio no tuvo en cuenta su postura de dolor, más bien teniendo el rencor guardado por aquel día en que los regañó porque agarrarían cosas sin permiso. Le faltaba gruñir mientras arrastraba esas palabras al atacarla.
Pero algo raro pasaba con ella, que ya de por sí ella era extraña ahora lo era aún más. Esos labios rojos tan hinchazos hicieron que el niño sonriese, de pura mala sangre y de forma socarrona al principio. No entendía el chico la gravedad de la situación y actuaba con impulsividad infantil. "Te mereces esto", pensaba una y otra vez.
Pero... Ya estaba siendo muy raro todo. Cuando Rag fue a mirar su estado pensó en lo que decía, cosas sobre la comida que parecían graves. No, no lo parecían, lo eran, sí que lo eran. Miró la comida y cuando escuchó esa voz desconocida mientras observaba lo que antes quería en su estómago pegó un respingo bastante fuerte. ¿Qué, un pájaro? Hablaba como... cómo Rag y como Colmillo y Tawar. Su tono y lo que dijo le hizo conectar rápido lo que hizo.
Connor y Kalna atacaron verbalmente a esa cosa emplumada que ciertamente no era un amigo y Damián casi lo mató con la mirada. Esa cosa de ahí estaba haciendo cosas malas con la comida y Serena... estaba preocupado de verdad porque no era gracioso que estuviese así por culpa de ese cabronazo.
—Hijo de puta... —tenía prudencia porque se sentía protegido por Connor y Kalna, sacando poco a poco la daga del cinturón. Si tenía ese bicho los cojones de enfrentarse al italiano, él responderá sin dudarlo con violencia.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
28/10/23, 03:18 am
Entre teorías y experimentos bajaron sus nervios, no tanto su orgullo. No le gustaba que le quitasen valor a su desconcierto, le hacían sentir conscientemente paranóico, y si las palabras tenían poder más lo tenía la sangre. Arqueó una ceja ante la pelota devuelta por Ethan, y es que aunque fuera poca cantidad o que aquello de la firma personal y las huellas dactilares no solo tuviera sentido, sino cierta ciencia corroborada por Airi, a él seguía dándole mala espina. Quizás en la Tierra tuvieran normalizados los contratos de sangre, pero a él le quedaba rato para eso. Claro que, que podía pedirle a un chico con la lengua perforada por gusto.
—Bueno, a lo mejor ya lo estás y no lo sabes —respondió a Connor cruzándose de brazos, con aire travieso, media sonrisa y el ceño fruncido—. Las peores maldiciones son las más lentas...
Por supuesto no lo decía en serio. Vale, los cristales no estarían malditos, pensó al mirarlos un poco más de cerca, pero por ridícula que fuera la herida aún no le apetecía ganarse una para semejante función. Ya le importarían más llegada la noche.
No sabía que diablos tenía de parecido aquello a una espada y casi tuvo ganas de contestar "son cristales, Aniol", completamente perdido con su comparativa a varitas y algo de transportes o trapos, pero el pequeño no tardó en saltar con otra ocurrencia que le involucraba directamente a él. Su reacción estuvo a punto de ser la de Räg, apartarse como si eso realmente pudiera disparar, mas su estupefacción le contuvo lo justo y necesario para permitirse reír por lo bajini instantes después.
—Glob glob —respondió con poquísima teatralidad, pero con una sonrisa que se esforzaba por mantener corta.
Iba a responder algo más a le sanaí cuando un sonido parecido a un traspiés llegó de una de las esquinas de la estancia. El traspiés resultó ser la bajada accidentada de Serena, a la cual no pensaba prestarle otra que una desencantada sorpresa por verla fuera de su cuarto hasta que... empezó a tener espasmos en el suelo.
Como si de repente se moviera en una sustancia tan densa como la miel, perplejo como estaba, a Nohlem le costó muchísimo comprender el significado de sus palabras, como si se tratase de otro idioma. Las había oído y procesado con retardo, dirigiendo su vista confusa a las mismas frutas que él mismo había dejado en la encimera. ¡¿Era alérgica a...?!
No.
Una voz nueva, infantil, se hizo un hueco en la sala. No tuvo que voltearse demasiado para encontrarla, próximo a la misma, enfocando con los ojos como platos lo poco que se veía de su dueño tras aquella ventanita. Plumas, escamas y cartílago, una grosería a cualquier pájaro que se precie.
"No estropees la sorpresa".
La sorpresa.
Serena no era alérgica.
Fuera lo que fuera ese bicho malnacido de un huevo al que no habían pisado lo suficientemente fuerte antes de nacer, acababa de declararse culpable de... Santos. Serena. Mierda.
Mierda mierda mierda. La fruta. El pájaro. Serena. Envenenada.
Un terror que no era la primera vez que sentía explotó como fuego en lo más hondo de su caja torácica, el humo pronto taponando su garganta. Nohlem dio un par de pasos atrás instantáneamente para alejarse del monstruo con voz de niño, y cuando el miedo golpeó tan rápido y brutal como un gigantesco árbol caído por su propio peso, el varmano corrió a por su arco. Todo pasó deprisa, tan rápido que lo único que se le antojó lógico y real de la situación fue el sonido que hizo la madera al doblarse por la tensión de la cuerda, flecha ya lista en un alarde de velocidad egoísta, pues todo aquello era por y para él. Porque no le importaba Serena pero él no quería morirse. Porque si había tocado las frutas el veneno también estaba en sus manos.
Como maquinaria reactivada, los intensos latidos de su corazón despejaron el humo de su garganta, permitiendo entrar el aire y sobre todo, dejándolo salir.
—Apartaos —para su propia sorpresa ni su voz ni su pulso tembló. Sí lo hacían sus pupilas, vivas en cada pálpito, expandidas por la adrenalina y un terror que se moldeaba en algo nuevo. Rabia. Contra los estorbos, contra el engendro—. ¡APARTAOS!
Y ya podían hacerlo rápido. Nohlem contuvo la respiración, apuntó y disparó.
Habían sobrevivido al fantasma de los mil ojos, habían aguantado una semana, seguía cuerdo a pesar de la locura que era volver a tener una melliza dentro de sus recuerdos, esa misma mañana había soñado con su padre y echaba tanto de menos su cara que como lo pensara dos veces se echaría a llorar ahí y ahora. Así que no, Nohlem volvería a Varmania como fuera, aguantaría un maldito año, y no iba a ser tan idiota como para dedicar medio segundo de su vida a dialogar con aquello que había intentado quitársela.
(¡a la espera de daditos gmiles e indicaciones de Tako Tako!)
—Bueno, a lo mejor ya lo estás y no lo sabes —respondió a Connor cruzándose de brazos, con aire travieso, media sonrisa y el ceño fruncido—. Las peores maldiciones son las más lentas...
Por supuesto no lo decía en serio. Vale, los cristales no estarían malditos, pensó al mirarlos un poco más de cerca, pero por ridícula que fuera la herida aún no le apetecía ganarse una para semejante función. Ya le importarían más llegada la noche.
No sabía que diablos tenía de parecido aquello a una espada y casi tuvo ganas de contestar "son cristales, Aniol", completamente perdido con su comparativa a varitas y algo de transportes o trapos, pero el pequeño no tardó en saltar con otra ocurrencia que le involucraba directamente a él. Su reacción estuvo a punto de ser la de Räg, apartarse como si eso realmente pudiera disparar, mas su estupefacción le contuvo lo justo y necesario para permitirse reír por lo bajini instantes después.
—Glob glob —respondió con poquísima teatralidad, pero con una sonrisa que se esforzaba por mantener corta.
Iba a responder algo más a le sanaí cuando un sonido parecido a un traspiés llegó de una de las esquinas de la estancia. El traspiés resultó ser la bajada accidentada de Serena, a la cual no pensaba prestarle otra que una desencantada sorpresa por verla fuera de su cuarto hasta que... empezó a tener espasmos en el suelo.
Como si de repente se moviera en una sustancia tan densa como la miel, perplejo como estaba, a Nohlem le costó muchísimo comprender el significado de sus palabras, como si se tratase de otro idioma. Las había oído y procesado con retardo, dirigiendo su vista confusa a las mismas frutas que él mismo había dejado en la encimera. ¡¿Era alérgica a...?!
No.
Una voz nueva, infantil, se hizo un hueco en la sala. No tuvo que voltearse demasiado para encontrarla, próximo a la misma, enfocando con los ojos como platos lo poco que se veía de su dueño tras aquella ventanita. Plumas, escamas y cartílago, una grosería a cualquier pájaro que se precie.
"No estropees la sorpresa".
La sorpresa.
Serena no era alérgica.
Fuera lo que fuera ese bicho malnacido de un huevo al que no habían pisado lo suficientemente fuerte antes de nacer, acababa de declararse culpable de... Santos. Serena. Mierda.
Mierda mierda mierda. La fruta. El pájaro. Serena. Envenenada.
Un terror que no era la primera vez que sentía explotó como fuego en lo más hondo de su caja torácica, el humo pronto taponando su garganta. Nohlem dio un par de pasos atrás instantáneamente para alejarse del monstruo con voz de niño, y cuando el miedo golpeó tan rápido y brutal como un gigantesco árbol caído por su propio peso, el varmano corrió a por su arco. Todo pasó deprisa, tan rápido que lo único que se le antojó lógico y real de la situación fue el sonido que hizo la madera al doblarse por la tensión de la cuerda, flecha ya lista en un alarde de velocidad egoísta, pues todo aquello era por y para él. Porque no le importaba Serena pero él no quería morirse. Porque si había tocado las frutas el veneno también estaba en sus manos.
Como maquinaria reactivada, los intensos latidos de su corazón despejaron el humo de su garganta, permitiendo entrar el aire y sobre todo, dejándolo salir.
—Apartaos —para su propia sorpresa ni su voz ni su pulso tembló. Sí lo hacían sus pupilas, vivas en cada pálpito, expandidas por la adrenalina y un terror que se moldeaba en algo nuevo. Rabia. Contra los estorbos, contra el engendro—. ¡APARTAOS!
Y ya podían hacerlo rápido. Nohlem contuvo la respiración, apuntó y disparó.
Habían sobrevivido al fantasma de los mil ojos, habían aguantado una semana, seguía cuerdo a pesar de la locura que era volver a tener una melliza dentro de sus recuerdos, esa misma mañana había soñado con su padre y echaba tanto de menos su cara que como lo pensara dos veces se echaría a llorar ahí y ahora. Así que no, Nohlem volvería a Varmania como fuera, aguantaría un maldito año, y no iba a ser tan idiota como para dedicar medio segundo de su vida a dialogar con aquello que había intentado quitársela.
(¡a la espera de daditos gmiles e indicaciones de Tako Tako!)
- ♪♫♬:
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
28/10/23, 10:42 am
¿Cuánto puede cambiarte la vida en solo unos segundos?
Mucho, Ethan ya había sido testigo de cómo todo podía torcerse en tan poco tiempo. Un frenazo mal dado, una fruta que nadie había vigilado, un simple mordisco, un grito, una risa, cristales rompiéndose y sangre derramándose. La vida era así de caprichosa y cuanto más daba, menos miedo tenía en arrebatar.
Las conversaciones fluían a buen ritmo, nuevas propuestas se creaban y otras se empezaban a descartar en un debate donde había lugar para la sorpresa y el asco a partes iguales. Se sentía como una casa llena de hermanos de diferentes padres, tanto así que empezó a reírse cuando Aniol les apuntó con su hechizo imaginario, levantando ambas manos en forma de rendición ficticia. Estaba tan agusto que podría fácilmente acomodarse a esa cotidianidad, a hacer bromas brutas con Connor y responder con un tanto de picardía a Nohlem, a reírse con los niños y dejar que la gente más inteligente descubriera algo sobre los cristales.
Pero la vida no quería seguir ese rumbo y el tic tac inició su camino con unos pasos disonantes cuando estaban prácticamente todos en el salón. Ethan levantó la mirada presa del nervio repentino, agudizando el oído ante la extrañeza de su origen. Ahí vislumbro de mala manera a Serena y si bien de primeras pensó en llamarla, tan pronto vio lo que estaba haciendo la dejó ir. La joven llevaba días sin querer salir del cuarto, que quisiera alimentarse correctamente era un buen indicio así que en su ingenuidad y la felicidad del momento vio su sombra desaparecer por el hueco de las escaleras.
Tic Tac
Primero vino el quejido, luego el sollozo y con él la risa desconocida. Ethan apenas pudo pestañear una vez a medida que la confusión se teñía de un terror inocuo. Había una criatura fuera, riéndose de haber envenenado la comida que él mismo había estado colocando hacía escasos momentos. No. No podía ser, no había notado nada extraño…
El reloj interno estalló como una bomba de relojería, una alarma que hizo de su conciencia una volátil. No había tiempo para seguir pensando así que apenas lo hizo, su primer movimiento frío, aterrorizado, fue vislumbrar que aquella cosa aún estaba en el exterior. Los niños estaban seguros, por ahora, así que cuando su cuerpo inició un camino mecánico ni siquiera se preguntó qué estaba haciendo.
Se está muriendo.
No había que ser médico para poderlo afirmar, al apartarle la mano con toda la delicadeza que le permitía el momento pudo ver con horror el pálpito rojizo de una garganta hinchada, carcomida por una sustancia que desconocían. Se estaba asfixiando, Serena se estaba asfixiando. Ethan aguanto un quejido llevado más por el miedo que por el asco y con un pulsó que luchaba por mantenerse firme la alzó levemente en brazos para poder recostarla en el suelo. ¿Qué cojones podía hacer?
-Serena… voy a... -Su voz tembló, rompiéndose en el último momento. Tragó saliva y se forzó a vocalizar. El alrededor era difuso, gritos lejanos que eran solapados por el ruido ensordecedor de sus propios latidos, no quería, pero tenía y tras una espera que se le hizo eterna pero que apenas duró la brevedad de un suspiro irregular sacó uno de los lápices que siempre llevaba encima. -Voy a ayudarte, por favor aguanta.
En su voz había la calma falsa de quien la necesitaba, pero la tensión de quien se encontraba al borde de un precipicio, apenas sujetado por una cuerda deshilachada y los gritos constantes de su propia voz en eco rogándole que por favor, ayúdase a su compañera. No podía caerse. Colocó la punta del lápiz sobre el cuello de la joven, la presión envuelta en un pulso congelado en el tiempo. La visión de Ethan temblaba, focalizada en un único punto y su atención absorbida por la gravedad del momento hizo mutis a su alrededor. Un silencio inquebrantable a medida que levantaba la otra mano a modo de martillo.
Una flecha voló por la habitación y el sonido del cartílago rompiéndose reverbero por el interior de su cabeza.
No supo si había sido suficiente, si había bajado demasiado o demasiado poco, si la localización estaba bien o la profundidad era la idónea. No sabía nada más que el desconcierto ciego de que se seguía muriendo, y de que él no podía hacer nada para impedirlo.
-Estas bien, estas bien, solo respira vale. Estamos, estamos aquí. Todo va a salir bien. -Mentiras que florecieron en su boca para intentar limpiar sus propios horrores. El lápiz estaba tirado a uno de los lados y un hilillo de sangre recorría el cuello de la joven allí donde había sido perforado. Ethan no podía hacer más y aún así seguía teniendo el quemazón de que debía. Le levantó el rostro a la joven, una caricia en su barbilla a medida que se la inclinaba para que el agujero no tuviera obstrucción y mientras una de sus manos descansaba ahí, la otra buscó el consuelo en una de las de Serena. Apretó con delicadeza sus dedos y envolvió su palma en el único confort que podía darle, dándole la mano a la altura del vientre en lo que era un abrazo torpe de medio lado. No podía hacer más que darle la brevedad de su compañía.
Se estaba muriendo.
No.
La habían matado.
-Esta todo bien, lo estás haciendo muy bien.
Mintió aún a sabiendas de que el cuerpo que sostenía cada vez respiraba menos.
Mucho, Ethan ya había sido testigo de cómo todo podía torcerse en tan poco tiempo. Un frenazo mal dado, una fruta que nadie había vigilado, un simple mordisco, un grito, una risa, cristales rompiéndose y sangre derramándose. La vida era así de caprichosa y cuanto más daba, menos miedo tenía en arrebatar.
Las conversaciones fluían a buen ritmo, nuevas propuestas se creaban y otras se empezaban a descartar en un debate donde había lugar para la sorpresa y el asco a partes iguales. Se sentía como una casa llena de hermanos de diferentes padres, tanto así que empezó a reírse cuando Aniol les apuntó con su hechizo imaginario, levantando ambas manos en forma de rendición ficticia. Estaba tan agusto que podría fácilmente acomodarse a esa cotidianidad, a hacer bromas brutas con Connor y responder con un tanto de picardía a Nohlem, a reírse con los niños y dejar que la gente más inteligente descubriera algo sobre los cristales.
Pero la vida no quería seguir ese rumbo y el tic tac inició su camino con unos pasos disonantes cuando estaban prácticamente todos en el salón. Ethan levantó la mirada presa del nervio repentino, agudizando el oído ante la extrañeza de su origen. Ahí vislumbro de mala manera a Serena y si bien de primeras pensó en llamarla, tan pronto vio lo que estaba haciendo la dejó ir. La joven llevaba días sin querer salir del cuarto, que quisiera alimentarse correctamente era un buen indicio así que en su ingenuidad y la felicidad del momento vio su sombra desaparecer por el hueco de las escaleras.
Tic Tac
Primero vino el quejido, luego el sollozo y con él la risa desconocida. Ethan apenas pudo pestañear una vez a medida que la confusión se teñía de un terror inocuo. Había una criatura fuera, riéndose de haber envenenado la comida que él mismo había estado colocando hacía escasos momentos. No. No podía ser, no había notado nada extraño…
El reloj interno estalló como una bomba de relojería, una alarma que hizo de su conciencia una volátil. No había tiempo para seguir pensando así que apenas lo hizo, su primer movimiento frío, aterrorizado, fue vislumbrar que aquella cosa aún estaba en el exterior. Los niños estaban seguros, por ahora, así que cuando su cuerpo inició un camino mecánico ni siquiera se preguntó qué estaba haciendo.
Se está muriendo.
No había que ser médico para poderlo afirmar, al apartarle la mano con toda la delicadeza que le permitía el momento pudo ver con horror el pálpito rojizo de una garganta hinchada, carcomida por una sustancia que desconocían. Se estaba asfixiando, Serena se estaba asfixiando. Ethan aguanto un quejido llevado más por el miedo que por el asco y con un pulsó que luchaba por mantenerse firme la alzó levemente en brazos para poder recostarla en el suelo. ¿Qué cojones podía hacer?
-Serena… voy a... -Su voz tembló, rompiéndose en el último momento. Tragó saliva y se forzó a vocalizar. El alrededor era difuso, gritos lejanos que eran solapados por el ruido ensordecedor de sus propios latidos, no quería, pero tenía y tras una espera que se le hizo eterna pero que apenas duró la brevedad de un suspiro irregular sacó uno de los lápices que siempre llevaba encima. -Voy a ayudarte, por favor aguanta.
En su voz había la calma falsa de quien la necesitaba, pero la tensión de quien se encontraba al borde de un precipicio, apenas sujetado por una cuerda deshilachada y los gritos constantes de su propia voz en eco rogándole que por favor, ayúdase a su compañera. No podía caerse. Colocó la punta del lápiz sobre el cuello de la joven, la presión envuelta en un pulso congelado en el tiempo. La visión de Ethan temblaba, focalizada en un único punto y su atención absorbida por la gravedad del momento hizo mutis a su alrededor. Un silencio inquebrantable a medida que levantaba la otra mano a modo de martillo.
Una flecha voló por la habitación y el sonido del cartílago rompiéndose reverbero por el interior de su cabeza.
No supo si había sido suficiente, si había bajado demasiado o demasiado poco, si la localización estaba bien o la profundidad era la idónea. No sabía nada más que el desconcierto ciego de que se seguía muriendo, y de que él no podía hacer nada para impedirlo.
-Estas bien, estas bien, solo respira vale. Estamos, estamos aquí. Todo va a salir bien. -Mentiras que florecieron en su boca para intentar limpiar sus propios horrores. El lápiz estaba tirado a uno de los lados y un hilillo de sangre recorría el cuello de la joven allí donde había sido perforado. Ethan no podía hacer más y aún así seguía teniendo el quemazón de que debía. Le levantó el rostro a la joven, una caricia en su barbilla a medida que se la inclinaba para que el agujero no tuviera obstrucción y mientras una de sus manos descansaba ahí, la otra buscó el consuelo en una de las de Serena. Apretó con delicadeza sus dedos y envolvió su palma en el único confort que podía darle, dándole la mano a la altura del vientre en lo que era un abrazo torpe de medio lado. No podía hacer más que darle la brevedad de su compañía.
Se estaba muriendo.
No.
La habían matado.
-Esta todo bien, lo estás haciendo muy bien.
Mintió aún a sabiendas de que el cuerpo que sostenía cada vez respiraba menos.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
28/10/23, 11:57 am
Ningún rayo mortal de burbujas cruzó la estancia. En su lugar solo quedó una nada innegable suavizada por el acto teatrero de Ethan al levantar los brazos y el “Glob Glob” del granta.
—¡Glob Glob! —respondió a su vez, con un quejido algo apenado y una risita entremezclada, tampoco esperaba que le saliera a la primera. Seguro que las “Ondas desintegradoras de Caballitos de Mar” se le daban mucho mejor. Se disponía a invocar su hechizo imaginario sobre Räg (ya que le resultó gracioso su reflejo de apartarse, el cuál no pareció fingido) cuando algo llamó su atención.
Fueron las caras de sus compañeros lo que provocó que desviara su mirada hacia el hueco de la escalera, donde Serena se estaba cachondeando de él. O eso es lo que pensó con aquellos quejidos y movimientos tan bruscos sobre su garganta.
Frunció el ceño y volteó los ojos, estaba claro que se trataba de una broma cruel porque a lo mejor no era un niño mágico y quería burlarse haciéndose como que su conjuro le había rebotado. Pero pronto comprobó que la muchacha se encontraba en apuros de verdad.
La voz infantil que protestó se coló en sus oídos como un agente infeccioso que desataba confusión. Una criatura escamada y con alas grises los observaba desde la tronera de la cocina. Y entonces las cosas sucedieron demasiado rápido para que pudiera entender qué estaba pasando.
Kalna tomó posiciones con un tono que nada tenía que envidiarle a su lanza.
“Puedes hablar ahora o cuando te falten las putas alas” fue lo que dijo Connor después de estallar los dos cristales que segundos antes tenía en las manos contra la pared. El niño gritó del susto, llevándose las manos al rostro para protegerse de todas las esquirlas que habían salido disparadas.
Cuando vio al mjorní temblar sosteniendo el vaso de agua Aniol ya estaba llorando.
Cuando el brillo oxidado de la daga de Damian le saludó durante un segundo como un mal presagio Aniol ya se encontraba en el inicio de lo que parecía un ataque de ansiedad.
Nohlem gritó, con una voz tan clara y firme que distaba mucho del elfito al que acostumbraba. Sus ojos se anegaron de lágrimas mudas y se arrodilló debajo de la mesa para protegerse. Ningún sonido por caótico que fuera el momento impidió que escuchara el sonido del aire cortado por aquella flecha.
Abrió la boca para coger aire, pero el oxígeno no era generoso. Menos cuando vio a Ethan hacer lo que se supone que estuviera haciendo con Serena. La mirada de Aniol pareció perderse en algún momento, creyendo que solo podría refugiarse si miraba al suelo con tanta concentración que podría hacerle un agujero.
No se había dado cuenta de que sus manos todavía aferraban el cristal de luz coral, sus dedos lo retorcían con tanta fuerza que tenía una decena de cristalitos clavados en la palma de la mano. La sangre resbalaba ajena hacia la muñeca.
—¡Glob Glob! —respondió a su vez, con un quejido algo apenado y una risita entremezclada, tampoco esperaba que le saliera a la primera. Seguro que las “Ondas desintegradoras de Caballitos de Mar” se le daban mucho mejor. Se disponía a invocar su hechizo imaginario sobre Räg (ya que le resultó gracioso su reflejo de apartarse, el cuál no pareció fingido) cuando algo llamó su atención.
Fueron las caras de sus compañeros lo que provocó que desviara su mirada hacia el hueco de la escalera, donde Serena se estaba cachondeando de él. O eso es lo que pensó con aquellos quejidos y movimientos tan bruscos sobre su garganta.
Frunció el ceño y volteó los ojos, estaba claro que se trataba de una broma cruel porque a lo mejor no era un niño mágico y quería burlarse haciéndose como que su conjuro le había rebotado. Pero pronto comprobó que la muchacha se encontraba en apuros de verdad.
La voz infantil que protestó se coló en sus oídos como un agente infeccioso que desataba confusión. Una criatura escamada y con alas grises los observaba desde la tronera de la cocina. Y entonces las cosas sucedieron demasiado rápido para que pudiera entender qué estaba pasando.
Kalna tomó posiciones con un tono que nada tenía que envidiarle a su lanza.
“Puedes hablar ahora o cuando te falten las putas alas” fue lo que dijo Connor después de estallar los dos cristales que segundos antes tenía en las manos contra la pared. El niño gritó del susto, llevándose las manos al rostro para protegerse de todas las esquirlas que habían salido disparadas.
Cuando vio al mjorní temblar sosteniendo el vaso de agua Aniol ya estaba llorando.
Cuando el brillo oxidado de la daga de Damian le saludó durante un segundo como un mal presagio Aniol ya se encontraba en el inicio de lo que parecía un ataque de ansiedad.
Nohlem gritó, con una voz tan clara y firme que distaba mucho del elfito al que acostumbraba. Sus ojos se anegaron de lágrimas mudas y se arrodilló debajo de la mesa para protegerse. Ningún sonido por caótico que fuera el momento impidió que escuchara el sonido del aire cortado por aquella flecha.
Abrió la boca para coger aire, pero el oxígeno no era generoso. Menos cuando vio a Ethan hacer lo que se supone que estuviera haciendo con Serena. La mirada de Aniol pareció perderse en algún momento, creyendo que solo podría refugiarse si miraba al suelo con tanta concentración que podría hacerle un agujero.
No se había dado cuenta de que sus manos todavía aferraban el cristal de luz coral, sus dedos lo retorcían con tanta fuerza que tenía una decena de cristalitos clavados en la palma de la mano. La sangre resbalaba ajena hacia la muñeca.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Rocavarancolia Rol
Re: Torreón Sendar
28/10/23, 01:49 pm
Sutileza se aparta al ver que Nohlem carga el arco, retirando el cuerpo de la tronera y despues echa a volar hacia un lado.
Logra huir a tiempo: 1-59
La flecha le atraviesa un ala: 60-79
La flecha le atraviesa una extremidad: 80-89
La flecha se le clava en el torax: 90-100
Logra huir a tiempo: 1-59
La flecha le atraviesa un ala: 60-79
La flecha le atraviesa una extremidad: 80-89
La flecha se le clava en el torax: 90-100
- Rocavarancolia Rol
Re: Torreón Sendar
28/10/23, 01:49 pm
El miembro 'Rocavarancolia Rol' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 96
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