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Torreón Sendar

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Rocavarancolia Rol
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Torreón Sendar - Página 25 Empty Torreón Sendar

19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.

Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.

La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.

Recetario integral de Persilia Sukaldaria:

Grimorio para principiantes de Platero:

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Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

19/08/23, 11:28 am

Todo era tan surrealista. La mente de Colmillo funcionaba a mil por hora, aunque no de una forma útil, mientras subía dos cestas a la habitación que habían elegido para esconderse. “Escondernos… como si eso fuera posible. Atraviesa jodidas paredes” pensó manteniendo de alguna manera que todavía no lograba comprender la histeria a raya.

El vittya casi se alegró cuando Aria se desmayó. Todavía una parte de su cerebro le decía en susurros que ella había traído el monstruo a ellos y que debían echarla del torreón, aunque prefirió no compartir sus pensamientos con el resto. Szczenyak suponía que en general se llevaba bien (sin contar los agresivos comentarios de Damian que, siendo justos, no había hecho ninguno ese día por el momento) con los humanos del grupo, que al final seguían siendo mayoría, y no creía que decir esas palabras sobre una de los suyos les enemistara, dada la situación actual, pero si algo le había enseñado los dos últimos días, además de que existen cosas en el mundo que asustan más que los animales salvajes, era que los humanos son impredecibles. Connor e Ethan, los adultos humanos que quedaban en el torreón, podían parecerle muy cabales y racionales, pero tampoco había esperado que Serena montara tamaña escena y corriera de cabeza hacia el peligro.

-Creo… creo que esto será suficiente -murmuró casi para sí mismo dejando las dos cestas que había subido en una esquina de la habitación.

La tripa de Colmillo rugió, vacía y hambrienta, después de dos días enteros sin comer, pero no hizo ningún movimiento para coger algún alimento. El zawodny sabía que tal y como se encontraba en ese momento si comía cualquier cosa la vomitaría al momento siguiente. Y más aún después de que Connor confirmara que el monstruo seguía ahí fuera y Colmillo pudo escucharlo gritar perfectamente.

Con todo el pelo de punta, el vittya se sentó en el suelo, en una esquina, y colocó la cabeza entre las piernas intentando respirar profundamente. Se sentía tan superado, tan solo y abandonado. A punto estuvo de que se le escapara una carcajada con el comentario de Damian. “Sí, joder, dejemos que el niño en los huesos mate al monstruo” pensó casi enajenado.

Solo llevaban ahí dos días y se supone que tendrían que aguantar un año completo.

Matka, estaban tan jodidos.

Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

19/08/23, 01:35 pm
Mientras Connor cargaba a Aria a la cama, Airi se adelantó para apartar las sábanas. Le quitó las pantuflas y la cubrió para que su conciencia quedase tranquila. La chica no venía muy abrigada, así que seguramente se enfriaría demasiado si solo la dejaban sobre la cama sin más, y ya parecía suficientemente enfermiza sin necesidad de resfriarse.

Fue al apartarse de la cama que vio los cuchillos que traía Damian, sin poder evitar preocuparse. ¿Servían de algo, acaso? No, lo mejor era que no los necesitasen para nada. Le ponía de los nervios verse en esa situación, era casi ridículo. Por lo poco que sabían, la incertidumbre, y los que estaban fuera… Si pensaba en ellos su pecho se sentía aún más pesado. Fue el colmo oír las palabras de Damian, pero llevarle la contraria era lo peor que podía hacer. El niño solo trataba de combatir el miedo, a su manera.

Connor les aconsejó no asomarse, anunciando que aquella cosa seguía ahí afuera. Y tenía razón en que lo mejor era que no les detectase, si es que no lo había hecho ya por los gritos u otras razones. Pero si no se asomaban tampoco podrían saber qué pasaba con sus compañeros, y una parte de elle quería intentar identificar qué era lo que los aterraba, buscar una explicación coherente en cualquier pizca de conocimiento que poseyese.

Rägjynn parecía ya pendiente de la tronera, pero Airi también se acercó a echar un vistazo sin sacar la cabeza. Su confusión fue máxima al ver que sus compañeros ya no estaban allí, pero sí la criatura. Quieta, ¿tirada?
¿Qué ha pasado? ¿Habéis visto algo? ¿Dónde están ellos? —Miró al mjörní, alarmada, pero también a Connor. Airi no había visto cómo se habían desarrollado los hechos. ¿Habían logrado huir? Ojalá fuera así. Aunque... ¿y si ahora iba a por el torreón?
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

19/08/23, 01:50 pm
El agradecimiento sentaba bien y ayudaba a limpiar sus males, incluso si estar literalmente en primera línea al peligro fuera lo más insensato que hubiera hecho nunca. Increíble que se estuviera rindiendo tan pronto, aunque para ser justos tampoco había estado antes en una situación remotamente similar. Pestañeó un par de veces y se frotó los ojos para limpiarlos de una humedad menguante, dispuesto a hacer todo por engañarse a sí mismo hasta calmarse. Observó sin observar realmente como Ethan se masajeaba no un solo punto sino la pierna entera, creyendo sin más lo que le dijo a pesar de que por sus quejidos y expresiones claramente le dolía, y no poco. Sus labios dibujaron la línea de una sonrisa tan creíble como que sus padres se habían casado por amor.  

Con total honestidad, la comida podría saber a cartón que hoy por hoy me parecería exquisita —exclamó con el resoplido de una risa mustia. Se inclinó ligeramente hacia atrás para verle la espalda, echando otro de sus breves vistazos al hueco de las escaleras en el proceso—. ¿Te las quito?

Solo eran dos, entre los omoplatos. No estaban muy profundas y por fortuna el grosor de las púas en la punta no era lo suficiente para que fuera a desangrarse por ello. Si tras tirar de ellas presionaba debía bastar para cortar el riego, aunque eso manchase la ropa del moreno... qué mas daba. Si sobrevivían lavaría él mismo alegremente toda la ropa llena de sangre que tuvieran. El varmano tiró con cuidado de la primera, colocando la otra mano en torno al punto que la conectaba para no atraer la piel consigo y hacerlo innecesariamente doloroso mientras Ethan explicaba sobre su cojera. Estaba examinando la púa cuando el uso de la palabra "reventar" le hizo alzar rápidamente la mirada, alarmado. Había oído de accidentes bastante horribles en las fábricas, gente que perdía dedos, manos e incluso piernas enteras, pero ese perfil no encajaba con la imagen mental que tenía de Ethan.

Un... ¿metal? ¿Cómo que un metal?
Una cosa era llevar una escayola con varillas por fuera de la pierna -o directamente amputar y tener una pata de palo- y otra muy, muy diferente reconstruir un hueso por dentro con acero. El blanco de sus ojos bien abiertos, estupefacto como estaba, destacaba en la penumbra.

No, yo... Según mi abuela una vez me disloqué el hombro jugando con mi padre, pero era muy pequeño y no lo recuerdo... Lo peor que me ha pasado ha sido quemarme soldando oro —cambió de mano para no dejar de presionar la herida y se la acercó al humano, quitándose la poca sangre que había traspasado la tela con las yemas. En la parte interna del pulgar donde la piel cambiaba de color con la palma el blanco se extendía más de la cuenta. Aquella no había sido la única pero sí la peor, claro que... era una minduncia en comparación a tener un hueso metálico—. Pero cómo... ¿Cómo reconstruyes un hueso con hierro? Santos, es...

No terminó la frase. Su cara era un poema. Se estaba imaginando la pierna de Ethan abierta como un melón y a un médico vertiendo hierro fundido sobre el hueso roto, quemándolo por dentro. No había llegado a quemarse nunca con oro fundido, pero no necesitaba hacerlo para asustarse con la idea. La otra opción era clavarle una barra tal cual y... bueno, no sabía que le acongojaba más. Al menos le estaba dando grima eso y no el fantasma de fuera. Sinceramente lo prefería.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

20/08/23, 09:41 pm
Apenas echó una ojeada rápida a las cestas que había subido Szczenyak, acordándose al ver al lupino que le faltaba por subir otro cubo de agua más. Aquello era mejor que pensar en que llevaban muchas horas sin comer pero ni siquiera ahora que tenían comida al alcance de la mano se podían permitir nutrirse. Por lo menos, Rägjynn estaba bastante seguro de que todos tendrían el estómago tan cerrado como él: no había más que ver los ánimos a su alrededor. Y, sobre todo, era mejor que ver aquella cantidad de armas que habían subido los niños, Tawar y Connor. Damian estaba gritando como de costumbre, y convencido como siempre de que podía con más de lo que era realista. O a lo mejor solo era su forma de evadir el miedo, pero lo cierto es que el mjörní lo había visto ser bastante temerario cuando se enfrentaron a los colaespinas, no haciéndole caso cuando le dijo que le esperase… No podía seguir pensando en qué pasaría si aquella cosa decidía entrar al refugio. No tenía sentido hacerlo. El cubo de agua, sí.

Por desgracia, la tarea no duró demasiado y, además, tenía que enfrentarse de nuevo a la visión de todas aquellas armas de filo apiladas que probablemente tan solo eran una pequeña parte de lo que había en la armería de la que salían… Puede que ese fuese un buen momento para asomarse con cautela a una ventana: ya había pasado un rato desde la última vez que Connor lo había hecho. El mjörní necesitaba otra distracción, fuera cual fuera, y además seguía guardando la esperanza de ver irse al monstruo y poder subir a vigilar a la azotea.

Lo que vio, en cambio, fue todo lo contrario a lo que deseaba: el monstruo, solo, ni rastro de ninguno de sus compañeros en los alrededores. Aunque, pensándolo bien… Se giró hacia le sanaí, quien le sobresaltó ligeramente al acercarse y hablarle de pronto, teniendo la mente completamente ida en la escena que trataba de analizar a lo lejos.
No… No lo sé. Pero… Supongo que han logrado huir. A lo mejor… ¿Igual están volviendo? —Una vez salido de su trance, Räg se apartó de la ventana y le hizo un gesto a Airi como queriendo advertirle de que sería mejor que hiciera lo mismo—. No lo sé… —repitió, apesadumbrado.

Una única idea cruzó su mente al volver a echar una mirada al interior del cuarto: Aria seguía desmayada, Ethan y Nohlem no habían llegado a subir por alguna razón… Su vista terminó de posarse en Aniol y Damian.
>>Si tenéis hambre… Podemos ver qué hay en las cestas que se pueda comer sin mucha preparación —les ofreció.
A lo mejor para los pequeños el hambre era más acuciante que la situación, a fin de cuentas todo aquel embrollo con Serena había comenzado porque la humana les quiso prohibir con muy malas formas que tocasen la comida antes de tiempo. En lo más profundo de su ser, sabía que solo buscaba desesperadamente una forma de distraer su mente.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

22/08/23, 12:15 am
A pesar de lo nervioso que había visto a Damian, parecía que éste se había repuesto un poco. Incluso había dicho que si el monstruo entraba se encargaría de él. Quizás en otra circunstancia se habría reído y soltado alguna frase ocurrente sobre ello, pero en aquel instante su mente solo pudo imaginarse lo que de verdad pasaría si aquel ser entraba dentro y se encontraba con el crío... Connor torció el gesto, visiblemente incómodo ante tales turbios pensamientos y apartó la mirada del italiano para posarla en el suelo de la habitación.

Sin embargo no tardó mucho en volver a alzarla vista, pues Airi formuló una pregunta que hasta entonces no se había formulado él mismo, cuando observó por la ventana. <<¿Dónde cojones están los otros?>>. Connor frunció el ceño confuso y negó con la cabeza, los brazos cruzados. No había rastro de Kalna, Rick, Abel y Serena fuera.

-No sé donde están, joder... Cuando he visto a esa puta cosa por la ventana me he echado para atrás enseguida.- Comentó el motero encogiéndose de hombros, sin parar de preguntarse por qué el monstruo no había salido corriendo tras sus compañeros.- Pero cuando estábamos fuera les avisé que salieran corriendo, estoy seguro de que salieron cagando hostias en cuanto vieron a ese cabrón.- Dijo el motero convencido de sus palabras. ¿Qué otra explicación podía haber para que hubieran desaparecido de las calles?

Tras aquellas palabras Connor también decidió sentarse en el suelo, cerca de Szkecheniak. El motero se dejó caer con brusquedad y un quejido a su lado, para luego suspirar largo y tendido. Necesitaba descansar de toda aquella puta locura de día. Desde que se habían despertado aquella mañana no habían tenido ningún tipo de tregua con la ciudad, desde ratas lanza-espinas hasta aquel monstruo hecho de huesos y sombras. A pesar de no haber comido en dos  días la gravedad de la situación eliminaba el hambre que pudiera tener. Y aunque no quisiera admitirlo de manera muy abierta, en realidad estaba algo preocupado por los de fuera. O al menos por Rick, con el que había tenido algo más de trato. Connor decidió aparcar de lado aquellos pensamientos para centrarse en el cánido y su respiración profunda, mientras Räg les decía a los críos si querían ver lo que había en las cestas.

Solo llevaba dos días fuera de casa y del club, pero aquella ciudad le había enseñado facetas de él que no conocía: Contra todo pronóstico podía preocuparse un mínimo por algunos desconocidos de allí, cosa que antes habría creído improbable... Por otro lado, había descubierto que nunca había sabido lo que era el verdadero miedo hasta ahora.

Con un resoplido que sonó acompasado con la respiración de Szecheniak, apoyó la cabeza en la fría y dura roca de la pared. Incapaz de formular cualquier buena idea o alguna frase de ánimo se limitó a expresar lo que su cabeza pensaba en aquel momento. -Vaya puta mierda de día de los cojones...- Musitó con la amargura y la desesperación haciéndose hueco poco a poco en su interior.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

22/08/23, 12:03 pm
Aria cayó inconsciente.

El grupo consiguió reunirse en una de las habitaciones superiores para huir de un monstruo capaz de atravesar paredes.

Y Aniol no podía más, simple y llanamente. Su capacidad para razonar cuál era la mejor actitud ante una situación tan caótica y desgastante hacía tiempo que se había esfumado. Ni siquiera podía llorar o canalizar toda la frustración, era como si toda su personalidad vibrante de colores se hubiera fundido en una sola gama de gris. Su mirada de infante carecía de aquel matiz ingenuo y en su lugar tras sus cuencas habitaba un vacío extraño y nuevo.

¿Qué le ocurría? Parecía que todos sus esfuerzos por empatizar con los demás e incluso ser él mismo… se reducían a la nada. Ya no tenía ganas de fingir que todo podía ir bien, ni de imaginar un cuento de hadas. Estaba claro que se encontraba sumido en la película de Pesadillas antes de Navidad… ¿Qué le quedaba entonces? Aún muerto de miedo se sentía ajeno a su propio cuerpo, como si estuviera despersonalizando y su esencia resbalara por sus propios pies hasta hacer un charco de fango asqueroso.

Con un gesto de la mano rechazó las armas que le tendía Damian. Con una negación en su mirada le declaró a Räg que no se encontraba bien para comer en esos instantes. Su estómago rugía como una necesidad física, pero el hambre ya no anidaba en su interior. No al menos con aquella cosa acechando fuera.

Su voz parecía atrapada y sus hombros quedaron bajos, asumiendo una derrota quizá inevitable. Antes de que se diera cuenta dejó a Tawar en un lugar seguro y sus pies le guiaron hacia el hueco de las escaleras. Necesitaba recargarse, y allí estaba Ethan.

La mera visión del chico hablando con Nohlem provocó que sus ojos se nublaran durante un segundo, en un atisbo de recuperar las emociones que emanaba por sus brazos. Necesitaba salir de allí. No podía quedarse a ver como Airi y Räg continuaban contemplando si la criatura se dirigía hacia ellos, era demasiado.

Antes de hacer acto de presencia el churumbel se limpió los restos de lágrimas con las mangas de su sudadera naranja. Su voz salió más neutra de lo que pensaba, intentando entrar en una conversación de la que sólo había escuchado parte pues las frases de Nohlem le hicieron entender algo del contexto.

Yo… una vez me quemé con la plancha de mi madre —anunció sin más, pidiendo permiso con la mirada a ambos por si podía sentarse en uno de los escalones. Al ver que no había problemas se dejó caer junto al británico. Sus ojos color miel volvieron a amenazar con derrumbarse pero logró contenerse. Ya era la cuarta vez en el día que intentaba no llorar, y eso que su padre le decía siempre que había que llevarse bien con los sentimientos—. Me untaron manteca en los dedos porque corría el rumor de que ayudaba pero… no fue buena idea, me daba más calor… —el polaco se detuvo a mirar la pierna de Ethan. ¿Acaso estaban hablando de eso? ¿Por eso cojeaba? ¿Tenía un trozo de metal en la pierna? No dijo nada, pero sí se quedó reparando en las heridas aún no tratadas del todo del muchacho. Admiraba cómo podía mostrarse siempre con risas tímidas incluso en un momento como ese.

Puede que a Ethan le gustara hacer figuras. Pero no estaba hecho de papel.

Aniol sonrió. Fue una sonrisa triste.

No he podido pensar en comida… Ethan —no había olvidado la pregunta que el chico le había hecho antes a la que nunca llegó a responder bien. Ahora en cambio era diferente, le gustaba sentir ese ambiente de respiro—. ¿Pero sabéis qué es lo que me encantaría preparar? Chocolate… y churros —su voz aún sonaba algo rasposa pero se podía notar que hablar de una de sus pasiones siempre ayudaba. Al niño ya no parecía importarle estar cambiando de tema sin darse cuenta—. ¿Cuál es vuestra comida… favorita?

Siempre sentía curiosidad por cosas así y se preguntaba si la abuela del elfito preparaba recetas ricas. Es lo que tenían las abuelas.

En última instancia sus ojos volvieron a posarse en los de Ethan, preguntándose si se encontraba bien. El miedo seguía golpeándolo, más trataba de ponerse unos cascos que insonorizaban todo el ruido de fondo.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

22/08/23, 02:11 pm
Mirando el filo del cuchillo, Damian perdió mucho la mirada en ello. Se sentía muy seguro con el filo en su mano, notar el peso del arma en su muñeca. Ni siquiera pensaba que haría concretamente cuando aquel monstruo apareciese, quizás defenderse con su nuevo cuchillo pero… Un presión en el pecho lo decía todo: no estaba listo para ello, para nada.

Con sus manos un poco temblorosas se dedicaría a olvidar eso, que el malo vendría a por él. Quizás… Quizás se olvidaría de ellos. Están en una fortaleza llena de armas, ¿el bicho se atrevería a meterse con ellos sabiendo eso? Además, estaba pasando un tiempo que el italiano determinó como mucho. En su cabeza tenía esperanzas, estaba en guardia pero se relajó lo suficiente como para guardar el filo en su guarda, suspirando.

No tengo hambre, ahora no tengo —aunque le rugían las tripas se negaba a comer. Estaba con el estómago hecho un nudo y, además, con Rag sentía un enfado para él improcedente pero no paró de mirar a la chiquilla desmayada al responder a su amigo. Estaba celoso y en su respuesta seca se notaba, odiaba que tuviese una prioridad mayor y, sobre todo, odiaba a la que le robó a su amigo aprovechándose que era la nueva dentro de su castillo.

Estaba incómodo con la respuesta y no tuvo mejor excusa que seguir a Aniol. El moreno rechazó su arma y Damian no lo culpó por ello, llegaba a comprenderlo y respetarlo. Si hacía falta los demás defenderían a su amigo y el circense también lo haría sin dudarlo. Agarró su arma y se fue adonde el hueco, saliendo de la habitación no sin antes dedicar una mirada de desprecio a la robaamigos.

Por suerte, ver a Ethan y Nohlem iluminó un poco el rostro de Damian. Estaba harto de todo, de tantos problemas y tanta mierda. Necesitaba ver sobre todo al pelirrojo de quien tuvo una buenísima primera impresión. El italiano tuvo la oportunidad de escuchar un poco la conversación y parecían hablar de heridas y pupas. No se enteró de mucho pero mientras Aniol hablaba de unas quemaduras se centró en la pierna de Ethan y frunció el ceño, pensativo. Aunque el chico estaba un poco en su mundo, cualquiera podría ver que la pierna del de ojos rasgados no estaba demasiado bien. Al principio Damian pensó que sería por el patadón que le propinó pero… le estaba durando mucho el cojeo.

Una presión en su pecho le empezó a ahogar, culpa en su máximo esplendor. Algo le pasaba en la pierna y Damian se echó las culpas cuando escuchó algo de reconstruir huesos. Recordó cuando se dislocó el hombro, una historia parecida a la de Nohlem realmente, realmente le dolió…

«Quítatelo de la cabeza. Eres un hombre. Eres un hombre Damian»

Enterró como pudo la culpa de la ostia terrible a Ethan, no era el momento. En el circo se lo decían cada vez que lloraba, eso era de niñas. Quería ser fuerte, tenía que serlo, como Connor. Un adulto, un hombre fuerte, que no llora y enfrenta todo con dos cojones, necesitaba sentirse así y con un arranque de energía se metió en la conversación.

Joder, a mi me recolocaron el hombro también al caerme de unas barras de las que me colgaba en el circo. ¡No grité ni me quejé nada, nada de nada! —mintió. Gritó muchísimo más de miedo que otra cosa cuando sintió el hueso en su sitio pero Damian tuvo la necesidad de hacerse el fuerte ante ellos tres. Siseó hacia dentro cuando Aniol dijo que se quemó los dedos—. Buff… eso si que tuvo que doler —torció el gesto mirando los dedos del de pelo largo, las quemaduras no le hacían mucha gracia.

Cuando Aniol comenzó a explicar que le gustaría preparar churros con chocolate Damian sonrió un poquito, hambriento pero satisfecho con el tema de conversación.

Me gusta la comida que me hace mi mamá, esa es mi favorita —estaba satisfecho con cualquier cosa que saliese de las manos de su madre pero igualmente pensó en algo en concreto—. Hmmm pero si tuviese que decir algo… ¡Ah, una cosa que es como un guiso con patatas y verduras! ¡Está buenísimo! —sus tripas eran como un león—. Luego quizás comeré algo, cuando espantemos al bicho.

Aunque no quería hacerlo, volvió a recordar aquel bicho fantasmagórico. Se aferró al arma inconscientemente.

Después de esto quiero comer con todos vosotros —admitió, con una sonrisa un poco forzada—. Hacer cosas que estén cojonudas, cocinar algo buenísimo entre todos... Aniol, ¿me… nos harías churros algún día? —llegó a preguntar con algo de timidez a Aniol. No sabía exactamente que eran los churros pero se moría por probarlo… si salían ilesos de esa.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Torreón Sendar - Página 25 Empty Re: Torreón Sendar

23/08/23, 02:14 pm
La sensación continúa de la tela pegada y el contacto húmedo hizo del tirón de las púas un dolor anecdotico. La presión sobre su térmica era más incómoda que desagradable y las ganas de quitársela se incrementó a cada segundo donde la sangre se propagaba un poco más. Si la situación no estuviera siendo tan surrealista se habría dejado solo la camiseta blanca, pero a falta de no querer moverse aguantó en silencio.

De la misma manera agradeció el gesto con un sutil cabeceó y unas gracias que no llegaron a ser vocalizadas por no interrumpir la conversación. Su atención hasta ahora divagaba entre el dolor de la pierna y el picor de su espalda, hasta que una novedad irrumpió su campo visual robando su interés al momento. Ethan trató de fijarse en la herida que el felino quería enseñarle, una tan pequeña que en las penumbras del lugar era difícil de discernir. Con permiso mudo levantó una de sus manos para dirigir la del contrario un poco más cerca de su vista, apenas un agarre gentil por miedo a poder mancharle de sangre seca.

-Ah! Ya veo, no sé nota mucho pero se ve bonita. -Exclamó con cierta victoria al encontrarla, liberando entonces la unión para dedicarle una pequeña y torpe sonrisa. Su halago era sincero, cargando sus palabras de un matiz nostálgico. A él le hubiera gustado que las suyas fueran igual de modestas, un mapa irregular en las tonalidades de su piel y no los cortes disruptivos que atravesaban su rostro.

Al menos, en esa conversación encontraba un pequeño oasis en el que poder desconectar de las ruinas escabrosas que les rodeaban. Hablar de sus heridas aún siendo un terreno pantanoso se sentía más real que hacerlo del monstruo que esperaba a las afueras, más cotidiano, más normal.

-Y a lo otro eh... Es un poco explícito y largo, no sé si quieres escucharlo. En resumen el hierro es solo para sostenerlo, no intercambias hueso por metal, vaya. Solo at-

Su explicación se vio interrumpida por una voz nueva. La sorpresa inicial al ver a Aniol se transformó en una suave sonrisa, alegre ante la repentina llegada. Verle decaído encogió su corazón a la par que se ajustaba para dejarle sitio. Se apoyó en uno de los laterales estrechos del lugar, rodeando los hombros del pequeño con un brazo para darle cierto confort mientras terminaba de hacer hueco visto que tras su llegada no iban a ser tres, sino cuatro.

-Hey, hola chicos -Les saludo en un tono bajo en cuanto ambos estuvieron sentados. Con tanto problema era normal que la comida hubiera pasado a un segundo plano, el hambre se sentía como un capricho que ahora mismo no podían permitirse pero que Aniol ofreciera hablar de ello se sintió como un soplo de aire. Un tema tan banal como cotidiano para mantenerlos a flote en aquel océano de incertidumbre. -Estoy con Damian, nunca probé los churros así que estaría encantado de que tú pudieras cambiar eso.

A diferencia del pequeño angelito en el que encontraba consuelo con su mera presencia, escuchar al italiano y sus gritos incontrolables le hacía guardar paciencia. Apreciaba al niño, que no su estridente tono de voz y ante el cansancio acumulado su exagerada energía retumbaba en el interior de su cabeza como un eco agotador.

-¡El Guiso podríamos cocinarlo si te apetece! Luego miramos qué carne y qué verduras tenemos y decidimos entre todos que nos gustaría, ¿Si? -El ánimo estaba en letargo, pero aún así intentaba añadir una pizca de felicidad a su voz, acompañando la misma con una sonrisa imperturbable, apenas una sombra de la que se dibujaba ayer en su rostro, pero igual de sincera en intenciones.

-Y en cuanto a mi comida favorita hmmm, no sé si podríamos hacerlo aquí porque se necesita una pasta especial. Pero me gustan los mochis, ¿Sabéis lo que es un mochi?

Deducía que no al ser un plato extranjero y ante la duda que le dio el que ningún pequeño tuviera por qué saberlo se le juntó otra más grande. ¿Nohlem comería lo mismo que ellos? No se había planteado cuánto de diferente pudieran ser sus dietas al ser bueno... Diferentes especies, pero sin haber logrado discernir el contenido de la cesta era difícil adivinar cuál de variadas serían.

Mientras seguían opinando estrechó de nuevo su pierna, una flexión repetida en un intento de seguir menguando las molestias. No era fácil, y era consciente de las interrogantes que levantaba en sus compañeros. La mirada curiosa de Nohlem, las dudas silenciosas de Damian o la preocupación del que tenía más cerca.

-No duele ya tanto. -Respondió a la pregunta muda de aquellos ojos color miel. Ethan ensanchó su sonrisa en un intento de sonar más convincente para el pequeño Aniol. Era difícil ocultar la cojera, pero tampoco pretendía hacerlo a esas alturas. -Bueno, quiero decir, sigue molestando pero que se le va a hacer. Lo importante es que todo se acaba pasando tarde o temprano y si no me deja de doler en 5 minutos pues lo hará en 10. Un poco de ejercicio, muchos ánimos y buena compañía es lo único que necesito y creo que ya lo tengo todo ahora que habéis llegado vosotros.

Esto último lo comento en voz alta recorriendo con su mirada a los dos niños del grupo y dándole un ligero achuchón con el brazo a Aniol, apenas un sutil apretón. No quería meterse directamente a tratar un problema tan profundo como los que parecía tener Damian, pero esperaba que si él mismo veía que los mayores también buscaban ayuda, poco a poco, su mentalidad ruda fuera dejándose ablandar. Obviamente que no tuvo narices a coincidir con las pupilas rasgadas del felino, era hipócrita pero no estúpido. "Consejos doy que para mi no tengo" moriría antes de que su mente asumiera esta realidad.

-Ah y oye, habías comentado algo de oro. - Cambiando de tema, con sutileza.-¿Trabajas con metales? Me ha parecido muy curioso, perdona que pregunte.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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23/08/23, 08:51 pm
De todas las cosas que nadie pudiera decir de su cicatriz (siendo el silencio lo que más barajaba porque no era para tanto) que le cayera un cumplido por su belleza le dejó extrañado. Cuando recuperó su mano la examinó en busca de algo que la hiciera especial, más allá de una quemadura que le había dolido por dos semanas eternas, pero no encontró nada. Claro que… el otro tenía varias cicatrices solo en el rostro y claramente tendría otra en la pierna. Ahí el varmano comprendió un poco mejor el carácter de sus palabras, pero se limitó a sonreír como respuesta, aún en su expresión perturbada por lo del hueso de metal. No sabía si era correcto devolver el piropo a las suyas pues parecía bastante más escabroso, por mucho que la que partía su ceja se le antojara carismática.

¿Para sostenerlo? —preguntó aún más confuso antes de que Ethan se interrumpiera, o más bien, lo interrumpieran.

Quería preguntar por esa muleta interna y como la metían dentro -o quizás no quería saber eso- pero la voz de Aniol apareció antes que su imagen y eso le hizo dar un respingo en el sitio. Por un segundo en un pensamiento intrusivo se apropió de las palabras de su madre, esas que tantas veces le había oído decir cuando de pequeño se metía en conversaciones donde no había sido invitado, pero que los Santos le librasen de imitarla. Le sonrió con poca convicción, con menos incluso a Damian detrás suya, sintiendo con la presencia de ambos el incómodo peso de una responsabilidad impuesta. Debería de estar acostumbrado, toda su vida había consistido en elecciones que no eran suyas para un destino perfectamente escrito, pero nunca habían sido tan serias como las que se le presentaban ahí. Después de todo no estaba cuidando a su primo mientras sus familiares discutían por la herencia de su abuela.

Los reyes de la torre.

Mientras miraba la marca de su dedo y se quitaba los anillos para recolocárselos “mejor” pensó en formas de aportar a sus historias, pero no estuvo lo suficientemente suelto para ello. No recordaba nada de su hombro dislocado y la quemadura había dolido tanto que había llorado delante de los sirvientes, eso siendo ya lo bastante mayor para sentir vergüenza por ello, no le parecía ni lo más digno ni lo más adecuado a mencionar. Por suerte hablar de dolor tampoco era plato de buen gusto para Aniol, porque en seguida propuso uno bastante más apetecible. Nohlem le dio un par de palmaditas al asiento encima suya para que, sin interrumpir a nadie, Damian se sentara ahí igual que había hecho el otro menor con Ethan. Se abrió un poco para no darle la espalda a nadie y borró a posta la alegre mención que hizo al fantasma con la sonrisa más incómoda que había esbozado hasta ahora. Se centraría en pensar que comida le gustaba a él.

Ni idea de lo que es un mochi, la verdad. Los churros sí los conozco, mi padre nos compraba un ramo siempre que salíamos a pasear por la ciudad temprano —es decir, las tres veces contadas que lo habían hecho, hacía ya más años de los que tendrían Damian y Aniol—. A mi me gustaaan… yo creo que los los frutos del mar, así en general —suspiró con una sonrisa al pensar en una buena cazuela de mejillones, o mejor aún—: Puf, unos langostinos con salsa de parchita… —se rió por lo bajo—. Me está volviendo el hambre.

Se lamió los labios, no solo por el antojo sino porque la cantidad de agua que había bebido desde ayer era tan triste como preocupante. Con un guiso se conformaba (y hasta con una zanahoria cruda) pero no quería ser aún tan positivo pues cocinar implicaba bajar, y bajar implicaba… bueno, lo mismo que ahí en el hueco de las escaleras, pero al menos en la segunda estaban haciendo un esfuerzo por esconderse y que no quedase como suicidio.
Supo que las palabras de Ethan eran más mentira que verdad, pero por supuesto no dijo ni juzgó nada pues de poco servía que los niños se preocuparan por más cosas. En su lugar se llevó una mano al pecho teatralmente.

Oh, vale que soy el extranjero pero ¿acaso mi compañía no era suficiente? —se rió con la boca cerrada para que, aún con su poca energía, se notase que no iba en serio—. Hm-hm —alzó la mano en su dirección, la que adornaba con sus dos anillos de oro—. Mi familia se dedica a la orfebrería. Hacemos joyas. Este lo hice yo —se quitó uno de los anillos para enseñarlo mejor, el que era oro puro. Si quería cogerlo era libre a hacerlo—. Y este otro mi señora madre.

También se lo quitó, pero ese no lo cedería a nadie. Era mucho más fino y valioso, no solo por materiales sino por significado: había sido su obsequio al cumplir la mayoría de edad, con una esmeralda para él y un zafiro para su hermana. Quería mantener la misma casualidad con la que había respondido antes, pero no pudo evitar sentir el mordisco de la nostalgia y el recuerdo desbloqueado al sostenerlo. La ilusa idea de que donde quiera que estuviera Kahlo aún lo llevaría puesto hizo que le quemara la garganta en sus ganas de contarles aquella locura. Vaciló por un segundo, pero se puso los anillos en seguida. Se dio un toque en los aros y remató arqueando la muñeca con la correa dorada de su reloj.

Por eso vengo hecho un pincelito. Te dije que hacíamos regalos, ¿verdad Aniol? —y le guiñó un ojo al pequeño.

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♪♫♬:
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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23/08/23, 10:08 pm
Rick asintió a ambos cuando le agradecieron los trozos de tela. No sabía si sería suficiente para limpiar el libro por completo y desde luego estaba lejos de curar los daños de Kalna, pero encontrarlos en primer lugar ya era mejor suerte desde que habían vuelto con las cestas. Mientras la libense se vendaba y el chico iba pudiendo ojear mejor el recetario-grimorio, el neoyorquino fue centrándose en los distintos lugares "potencialmente peligrosos" con la vista. La ventana era la que más, seguida de la puerta por la que algo se había escondido y sin quitar atención a los pasos de arriba. Si lo que hubiera tras la puerta no les había atacado ya, bien podía ser una de las crías, pero nada garantizaba que fueran inofensivas. Al menos la tensión nada más entrar a esa habitación se había calmado un poco ante la falta de un peligro directo.

Kalna no tardó en estar a favor de marcharse, pero sacó a relucir un detalle importante. El monstruo podía estar en los alrededores, cierto. Iban a tener que arriesgarse con una de las opciones y, realmente, prefería volver con el resto. Al menos sabían de que era capaz ese bicho, de los pájaros no. Aún así, también tenía otras teorías. Se cruzó de brazos algo serio, meditando sus posibilidades y dando la que quería creer: -Es cierto, podría seguir donde se quedó. Aunque... justo eso es lo que me resulta raro. ¿Si quisiera una revancha no habría sido más fácil que nos siguiera? Tal vez nos haya dejado en paz, al menos por hoy.- No es que hubiera huido al instante, pero desde que la libense se defendiera no hizo más que quedarse en el sitio lamentándose. ¿Lo habrían escarmentado? -(Solo lo sabremos cuando volvamos, supongo)- pensó.

A la discusión luego se unió el español, al que Rick atendió cuando aportó lo que había descubierto por el momento entre las páginas del libro. Los ojos del chico se abrieron un poco más con la sorpresa: -Pues sí que podría servirnos. ¿Son complicadas las instrucciones- Lo único que sabía de magia era lo que por cultura popular terrestre había, pero nada les aseguraba que fueran simplemente unas palabras y ya tuvieran una fogata. Para su suerte, justo estaba a punto de comprobarlo. El neoyorquino dejó de lado cualquier resquicio de alerta y prestó atención al conjuro, esperando ver las llamas surgir de la mano de Abel. Pero nada. Con los siguientes intentos se relajó un pelín decepcionado internamente. -No pasa nada. Tal vez haga falta algo más o las instrucciones no estén completas- le animó con tranquilidad. No esperaba que nadie de La Tierra fuera ahora un mago, aunque teniendo el libro podrían buscar alguna forma de hacerlo funcionar... Lo cual le recordó una cosa. Con un ligero entusiasmo, dijo: -Puede ser que alguien del grupo nos pueda enseñar cómo se hace. Rägjynn mencionó que sabía.- No tenía ni idea de si sería similar a la magia del mundo del lagarto, pero desde luego cabía la posibilidad de que supiera orientarles.

Zanjado el asunto del grimorio, y luego de debatirlo un poco más, hasta Serena accedió a volver. Le preocupaba que estuviera tan tensa con la idea, pero no la culpaba. El resto seguramente estaría enfadado con ella y en realidad no les faltaba razón. Confiaba que entre los tres pudieran echarle una mano a que mejorara un poco su actitud, pero el neoyorquino tenía claro que iban a necesitar bastante tiempo. Comenzaron a bajar, encabezando él el grupo y no tardaron en salir del faro. -(Definitivamente esos pájaros tienen algo raro)- pensó sintiendo un pequeño escalofrío al echar un último vistazo hacia el cielo antes de alejarse de allí.

El camino de vuelta intentó que no durara demasiado. No iba a correr, pero tampoco quería ir pisando huevos por estar atento a absolutamente todo. El chico avanzaba a buen ritmo, sin perder detalle a cualquier cosa que escuchara o viera hacia adelante por si acaso. Confiaba que el resto se encargara de vigilar el resto de flancos. Cuando se fueron acercando al torreón redobló las precauciones. Bien podía ser como había dicho Kalna y esa cosa aparecer por alguna pared. A pesar del miedo que se arrinconaba en su cabeza, Rick siguió, apretando un poco más la mano en la que llevaba la lanza. El destino para su bien se había hartado de molestarles por hoy y pronto estuvieron frente al refugio, sin ningún incidente. -Fiu, por fin estamos a salvo- dijo aliviado. Quien le diría que aquella construcción que ayer mismo le imponía hoy era un estandarte en el que sentirse seguro. No tardó en llevarse la mano libre a la boca para hacer de megáfono y gritó para que les escucharan desde dentro: -¡Eh, estamos aquí! ¡Hemos vuelto!-
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

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24/08/23, 10:47 am
Para cuando hubo terminado de vendarse, Abel había ya limpiado la mayor parte del libro, cosa que Kalna agradeció, porque sentía asco casi con tan solo mirar esa cosa. Se quedó mirando al humano cuando este aseguró que había encontrado un hechizo para invocar fuego. No estaba muy de acuerdo con que sirviera contra el fantasma, porque había sentido a esa oscuridad volverse tangible de golpe, pero tampoco tenían nada que perder si Abel conseguía realizarlo.

Por lo que habían dicho, solo Rägjynn y Airi sabían hacer magia ya en sus mundos, y no esperaba que Abel supiera hacerla, pero tenía tanta convicción en sus gestos que por unos instantes creyó que iba a ver cómo salían llamas de su mano. Cosa que, por supuesto, no pasó.
¿Seguro que solo hay que hacer eso? ¿No vienen gestos o más palabras? Es como lo hicieron para volar los que vimos cerca de las cestas —no le parecía que fuese tan sencillo como decir lo que querías hacer y ya, pero ella tampoco es que supiera hacer magia, así que a lo mejor sí era tan fácil como eso.
Y Rick tenía razón en que Räg sabía hacer magia y podría enseñarles a hacerla, ahora que tenían un libro en aquel idioma nuevo.

No tardaron en estar de acuerdo en volver, incluyendo Serena. Sus leves reticencias porque aquella cosa les estuviera esperando seguían ahí, pero el plan de quedarse cerca de un nido de pájaros no era mejor, y de todas maneras sin poder luchar no iba a ser útil en ninguno de los dos escenarios.
Es la primera vez que sé de una criatura que se queda llorando en el suelo, y más cuando puede romper huesos con esa facilidad, así qué no sé que esperar de ella —estaba de acuerdo con él en que si no les había seguido tenía pinta de que les había dejado en paz, pero a lo mejor estaba esperando a que volviesen, o…—¿Y si ha entrado al torreón? Atravesando paredes podría haberlo hecho.

El camino de vuelta no pudo evitar ir mirando cada esquina y bifurcación, pero también cada pared, como si esa cosa fuese a salir en cualquier momento de una. Seguía llevando el escudo preparado para defenderse de enemigos que no sabía si aparecerían, pero a los que ya no podía fingir que no aparecerían. Los del Consejo no parecían escatimar con las pruebas que les mandaban, y aunque estaba dispuesta a demostrar todo lo que valía tampoco le apetecía acabar aún más herida cuando no tenían forma alguna de curarse.

El torreón seguía siendo igual de feo que ayer, pero Kalna no se había alegrado más de verlo aparecer en su campo de visión. Esperaba que los de dentro estuvieran bien, y que la prueba hubiera acabado ya. Quería entrar cuanto antes y quitarse la sangre de la cara, el cuello, y de la mano. Räg parecía haber subido a la azotea para comprobar que eran ellos, y no tardaron en subirles el puente. Dejó el escudo cerca de la entrada, y miró si en la cocina quedaba algún cubo con agua para poder limpiarse. Parecía que se habían llevado algunas cosas a otro lado, porque le sonaba haber visto más antes de irse, pero parecía quedar agua suficiente como para poder limpiarse las heridas sin tener que salir a por más al pozo.

_________________________________________

Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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24/08/23, 01:19 pm
Aniol logró evitar que se escuchara un suspiro de alivio cuando Ethan pasó el brazo por su hombros. Aquel tacto junto con la compañía que Nohlem y Damian le estaban dando provocó que sintiera sus nervios mecerse en una barca de aguas tranquilas. Era curioso, en muy poco tiempo sentía una afinidad inusual por ciertas personas del grupo, puede que los conociera desde hacía dos días, pero en una aventura como aquella era mucho tiempo. No paraba de pensar en lo agradecidos que estarían sus padres de saber con qué clase de personas se encontraba ahora. Si algún día volvía a reencontrarse con ellos quería que conocieran a Räg, y a Airi. Pero sobre todo a Ethan. Desconocía las causas o el por qué. Pero el pequeño se sentía atraído especialmente hacia su comportamiento muy cercano al que le daban sus hermanas. Fue la primera persona que le avistó y le cogió de la mano entre todo el caos.

Esbozó una sonrisa menos tímida cuando Nohlem se refirió a ambos niños como los reyes de la torre. La verdad es que podría no acostumbrarse nunca a esa clase de cumplidos, el varmano resultaba muy agradable la mayor parte del tiempo incluso con el terror que debía de sentir por todo lo sucedido. Lo único en lo que no coincidió con él es que más que un rey deseaba ser una princesa. Después guardó silencio con curiosidad por ver cómo su pregunta calaba en el aire.

¡Langostinos! —exclamó ante los gustos exquisitos del elfito. No es que los hubiera probado mucho pero su padre los había deleitado con aquel manjar más de una vez. Eso sí, desconocía por completo que era la salsa de parchita. Su mente de pequeño chef de cocina lo anotó mentalmente, queriendo averiguarlo en cuanto tuviera ocasión— ¿Mochi? ¿Pasta? —los ojos color miel del niño se desconcertaron, dejando caer un poco la cabeza sobre el brazo del chico, el peinado que le había hecho la sanaí ya era una broma de lo que había sido y su melena destartalada caía por sus hombros con una forma extraña—. Nu sé qué es… Pero pasta me suena a… ¿Eres italiano? Pensé que venías de Corea, o de China —Aniol sabía que se dejaba un país asiático de los importantes pero ahora no caía en cuál—. Yo soy de Polonia, allí hace mucho frío… y…  Damian tú tienes pinta de ser Griego… o Español —aventuró, retomando un poco lo animado de su voz en una conversación que resultaba tranquilizadora y estimulante a partes iguales.

¡Puedo cocinar guiso para ti! —le dijo al otro niño sin llegar a alzar la voz demasiado pero con clara emoción. La garganta y sus ojos ya no parecían tan irritados—. Mis padres son cocineros, por eso sé hacer churritos con chocolate y muchos pastelitos ricos. Ojalá las cestas traigan los… ingredientes necesarios.

Ethan pareció adivinar sus temores y sin que hiciera falta que le preguntara nada se dispuso a aclararle que la pierna le dolía menos. Aniol asintió devolviéndole la sonrisa, sin detectar ningún matiz oculto. Sus ojos se clavaron en las heridas del chico sin disimulo, evaluando los daños e imaginando que no todo podía deberse a su estancia en Rocavarancolia. La primera vez que le vio ya tenía esas marcas en su cara. ¿Qué le había ocurrido? ¿Una clase de accidente? Por impulso el chico puso su mano en el hombro del chico y apretó de manera casi imperceptible en un gesto de cariño.

Lo siguiente que ocurrió llamó poderosamente su atención. Ya tenía entendido que Nohlem provenía de alguna especie de familia noble o algo así. Pero ver aquel pedrusco en sus dedos terminó por abrir su boca completamente en una mueca de sorpresa. El primer anillo era bonito. Más el segundo… sus ojos hacían chiribitas, con un brillo característico de aquel que valora las joyas y la pedrería.

¿Es una… Esmeralda? —preguntó, inclinando la cabeza hacia arriba. No le había costado identificar la piedra preciosa pues gracias a su madre estaba familiarizado con ellas. En especial el niño manejaba conocimientos sobre sándalos, flores con aromas y piedras canalizadoras de buenas energías. Pero no le hacía ascos a los rubíes, amatistas y zafiros. Cuando el varmano le guiñó un ojo acabó exhalando una risita suave—. Los elfitos hacen regalos —remató, con tozudez y diversión—. Es… precioso, combina con el colorcillo aguado de tus ojos.

Aniol pasó a remangarse la sudadera, creando un poco de misterio y reparando con ilusión en que Nohlem todavía llevaba aquel intento de trenza en su flequillo. Mostró sus pulseras de plata a lo largo de todo el antebrazo y estas parecieron tintinear a modo de saludo.

Yo tengo estas, mi madre no me deja llevar anillos, pero son de mi abuela… es un semanario —explicó—. Cada día me pongo una más hasta tenerlas todas y así vuelvo a empezar. Gracias a eso sabré cuántos días llevamos aquí, y cuántos quedan para Navidad.

La ilusión le hacía moverse más de lo normal y en una de aquellas Anastasia casi resbaló de su bolsillo, haciendo recordar una promesa. Guardó la grulla bajo su protección con aire un poquito más taciturno. Sus palabras salieron con cierta timidez.

Oye… Ethan… todavía tengo algo que contarte, siento no habértelo dicho antes pero… no he podido —el mero hecho de pensar en la sombra de la noche le daba miedo, o en que alguien volviera a interrumpir la de veces que había intentado acercarse al muchacho—. ¿Puedo dormir esta noche contigo? —formuló en voz queda, pero lo suficiente audible como para que Nohlem y Damian lo escucharan. No hacía falta que explicara por qué. Connor y Serena le daban yuyu. Y la criatura continuaba fuera.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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24/08/23, 01:40 pm
A Airi no le tranquilizó que nadie hubiese visto nada, pero el hecho de sus compañeros hubiesen desaparecido podía ser una cosa buena, podría querer decir que estaban bien. Le sanaí se quedó cerca de la ventana, tapando con una mano su respiración inconscientemente, aunque careciese de sentido a esa distancia.

Le hizo caso a Räg cuando le indicó que no se quedase en la tronera, pero no pudo abandonar el marco y continuó asomándose a intervalos. No prestó atención a la comida, era imposible con el estómago cerrado por el terror. Necesitaba estar pendiente de la criatura para saber si iba a por ellos o no. Llevaba un rato extrañamente quieta, en el suelo. Para su sorpresa, al cabo de un rato se levantaría y continuaría vagando sin prisa, perdiéndose dentro de un edificio lateral. Airi apretó la mano en torno a sus mejillas al ver cómo efectivamente podía atravesar paredes sin esfuerzo, y se quedó así durante lo que le pareció una eternidad. Pero la criatura no regresó. ¿Tal vez no les había visto? ¿Se había ido tras sus compañeros?

Se fue… —les dijo a los presentes, ya que no todos se habían quedado junto a la ventana. Al girarse vio que faltaban Aniol y Damian, y Nohlem e Ethan nunca habían alcanzado la habitación. Se preocupó, pero realmente el monstruo se había ido, así que ya no tenían que estar confinados en aquel cuarto… ¿o sí?

Pronto sintió sus voces venir del hueco de la escalera, así que imaginó que se habían quedado lejos de donde hubiera ventanas. Mientras Rägjynn subía a la última planta, le sanaí prefirió quedarse junto a la tronera del cuarto, con Connor y Szczenyak y la chica desmayada, a la que de vez en cuando le echaba un ojo. Para su sorpresa, al cabo de un rato pudieron ver volver a sus compañeros desde allí.

Pronto el puente estuvo bajado de nuevo. Airi se debatía entre seguir vigilando o bajar a preguntar qué había pasado exactamente, y terminó por ganar lo segundo, ya que hacía rato que no había rastro de la criatura. Bajó lentamente por las escaleras y, al pasar al lado del grupo con los niños solo los miró para asegurarse de que todo iba bien, preocupándose por cómo lo estaban llevando todos. Era un alivio saber que habían logrado distraerse, pero no sabía por qué se habían quedado en el hueco de la escalera. Tal vez les preguntaría más tarde. Imaginó que no querrían bajar por mantener a los niños al margen un poco más y, en cierto modo, lo agradecía. Las cosas podían ponerse muy tensas por culpa de Serena.

¿Qué ha pasado? ¿Dónde habéis estado? —preguntó con preocupación al llegar a la planta baja. Por el momento evitó mirar a Serena, quien tenía que dar verdaderas buenas explicaciones para su actitud. Le alegraba que todos hubiesen vuelto, pero precisamente ahora que todo iba un poco mejor se podía permitir enfadarse. No dejaba de sentir un miedo atroz, aun así. La realidad de lo que había en aquellas calles los había golpeado finalmente, y eso sí que no era culpa de ninguno de ellos.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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24/08/23, 02:34 pm
Para el italiano, tener una compañía así de buena era muy necesario en aquellos momentos de miedo e incertidumbre. Con ellos sentía calma, la que le hacía falta. Era muy parecido a lo que tenía en el circo con todos los suyos pero con… gente nueva. ¿Por qué no había hecho eso antes, conocer gente y ver mundo? No sabía donde se encontraba y quería volver con su mamá, sin embargo para lo que estaban viviendo, todo ese caos y todos aquellos peligros, al menos lo haría con buena compañía y se sentía seguro entre aquellos desconocidos que poco a poco lo estaban ablandando.

Ante el tema de la comida, Damian ladeó el rostro en duda cuando mencionaron unos “noshis”—. ¿Nochis? ¿Qué es eso? —alcanzó a decir casi al mismo tiempo que Aniol. Se alivió de no ser el único, así no se sentía tan tonto. Los langostinos sí que le sonaban, llegó a probar uno cuando era muy pequeño y no estaba tan malo pero no era muy fan de ello, prefería un millón de veces la carne. La pasta sí que le sonaba, sobre todo de Stefano que era la mar de cansino con lo de que la pasta es el orgullo de Italia.

¿E...español? ¿Griego? —su duda iba en aumento, así como que no conocía mucho de lo que decían—. Yo soy de Italia, no soy americano ni vietnamita. ¿Qué es Polonia, un barrio italiano o de América? —eran los únicos países que supo sacar de Rambo, creía que eso era todo en el mundo en que vivía y escuchar Corea, China… No entendía casi nada y en su cara se le leía fácil, sabía nada del tema.

»¡OH! ¿¡Sabeis hacer guisos también?! —menos mal que podía saltar de tema respondiendo a Ethan y a Aniol y cuando el último dijo que sus padres son cocineros a Damian se le iluminó la cara—. ¡Que guay! ¡Yo puedo cocinar algo también, sé hacerme de comer y podría ser vuestro cocinero algún día! ¡Mi mamá me dice que soy un crack! —dijo orgulloso con la cabeza bien alta, aunque el saber hacerse de comer se reducía en un “a veces” en realidad.

Al final, Ethan comenzó a hablar de su pierna. Era cuestión de tiempo pero el italiano no se lo esperó y otra vez se sintió mal. Cuando mencionó los ánimos y la buena compañía ahí también sitió mas peso de culpa. Con la cara un poco larga, se ofreció a decir algo.

Joder... Perdon por la patada que te dí, no sabía que tu… —no le salían muy bien las palabras—. No sabía que estabas malo, no quería putear más tu pata chunga ni de coña —el chico sonrió un poco con un tinte de tristeza pero, al fin y al cabo, bienintencionado con lo que estaba diciendo queriendo conservar el buen humor durante sus palabras que, aunque tímidas, conservaban un poco de su yo enérgico.

Conservando la sonrisa, observó el pedrusco verde y los anillos de Nohlem, así como el “semarancio” de Aniol. En mitad de la conversación de ellos Damian estaba teniendo pensamientos intrusivos que llegaron a partir de lo que Ethan dijo con respecto a su pierna. No pudo evitar pensar en él mismo y en lo que Serena le dijo… un incordio y una molestia. No quería sentirse así, un inútil que solo va a dar por culo como ya le decían en el circo cuando solo quería jugar. No quería sentirse una sombra en la esquina, quería destacar y hacerse notar. Quería sentirse querido, necesitado así como le hacía sentir su mamá.

¿Puedo yo también? —en cuanto Aniol hizo la pregunta a Ethan, Damian quería estar con ellos quienes les hacía sentirse bien. No quería alejarse aun más de ellos y quería acompañarlos al menos esa noche—. Quiero estar con vosotros, me hace ilusión —confesó, con una sonrisa sincera y algo cortada.

De pronto, pudo ver que Airi bajaba y de pronto el puente se escuchaba de bajar. ¿habían llegado los demás? No sabía nada y estaba realmente cansado, con las energías drenadas.

Me gustaría decirle a esa loca un par de cosas pero estoy… reventado —se apoyó la frente en sus palmas, aún le escocían las heridas. Sus tripas rugieron de vuelta, mientras suspiraba—. Tengo mucha hambre, ¿vamos a comer ya? —dijo molesto y famélico.
Jack
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.

Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


Humor : Os falta bosque, gigantes

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24/08/23, 08:36 pm
Las conversaciones de los demás le llegaban lejanas. Tawar solo conocía el miedo en esos momentos. Miedo a la Criatura. Miedo a lo que pudiera hacerles a elles y sus compañeres Gigantes perdides en el exterior. Miedo a la ciudad donde estaban. Miedo al tiempo que les restaba allí, si en tan solo dos días habían llegado a esto. Miedo a su inutilidad en situaciones así. Miedo a la ausencia de árboles a los que trepar y por los que correr y ocultarse. Miedo a que la Flora no existiera en toda partes... Miedo y más miedo del que le costaría reponerse. No lo hizo cuando la gravedad volvió a cambiar y notó otra superficie bajo su cuerpo. Lo haría más tarde, poco después de que un grupo de voces descendiera por el torreón. Se preguntó por qué se dividieron, pero tuvo su respuesta al escuchar el ruido del puente. ¡Sus Gigantes! ¿Habrían vuelto?

No recordaba haberse colocado cabezabajo en aquel mueble, pero supuso que lo habría hecho instintivamente a causa del miedo que aún tuvo que vencer para lograr moverse. Miró a su alrededor y reconoció una de las habitaciones, aunque no sabía en qué planta estaban. Seguía percibiendo las voces del hueco de la escalera, pero se entremezclaban con las que hacía rato que no escuchaba. Definitivamente el resto de Gigantes estaba allí, por fin. Consiguió sentarse y miró a Connor y Räg.
Me da vueltas la cabeza... ¿Estáis... bien? ¿Ha... han vuelto? Tengo que saber si están bien, tengo que.... Bajar, bajar debería ser lo primero que haga. ¿Vais a bajar o podéis avisar de que bajaré para evitar accidentes? Lamento no ser de ayuda.

No tenía problema alguno en trepar por las escaleras ya que era mucho más fácil que trepar una montaña ya que los escalones no eran más que patrones repetidos. Pero sabía que había movimiento por el torreón y con las prisas podían pasarle por alto, literal y figuradamente. En condiciones normales podría hacerlo por su cuenta, y de hecho quería enfrentarse a las escaleras a solas algún otro día. Tan solo no le había dado tiempo en esos dos días. Además, no se veía tan ágil con el pánico agarrado aún a su cuerpo. La Criatura se habría ido y el grupo habría vuelto, pero la pesadilla que acababa de experimentar seguía bien presente.

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No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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25/08/23, 08:57 am
Connor siguió sentado en el suelo, perdido en sus propios pensamientos. Loas críos se habían ido, y a juzgar por las voces parecía que mantenían una conversación con Ethan y Nohlem, aunque no alcanzaba a distinguir lo que decían. En la habitación estaban también Szecheniak, Räg, Tawar, la nueva desmayada y Airi, le cuál observaba de forma intermitente por la ventana.

El motero decidió mirarle con el ceño fruncido, atento a sus expresiones para saber si aquel monstruo hacía algo nuevo o empezaba a acercarse. Por suerte pronto dio una noticia que hizo que Connor soltara todo el aire acumulado de golpe. Como si hubiera estado llevando una gran carga y ahora pudiera soltarla y descansar. <<Se ha ido... Esa puta cosa se ha ido...>>. Con rapidez se levantó para acercarse a la ventana junto a Airi.

-Ya era hora, joder.- Comentó en un tono aliviado, aunque la preocupación de que volviera seguía presente como un veneno que no tuviera ningún antídoto. Dudaba que pudiera quitarse esa sensación en mucho tiempo. Al mirar por la ventana pudo confirmar las palabras de le sanaí. Aquel puto monstruo ya no estaba, y las calles volvían a estar vacías como si nunca hubieran tenido un encuentro con aquel terrorífico ser.- ¿Por qué no los ha perseguido y ahora se va como si nada? ¿Es que solo quería acojonarnos ese cabrón?- Preguntó entre dientes, curioso y confundido a apartes iguales. Aunque no iba a ser él quien se quejara por la inactividad de aquella criatura hecha de sombras.

Räg subiría a la azotea, y en aquel tiempo que pasó Connor volvió a dedicarse a sumirse en sus pensamientos. Rick, Kalna, Abel y Serena aún no habían vuelto. Pero el motero tenía claro que ni de coña saldría a buscarlos, y menos con aquella cosa estando en las calles. Sin embargo, el grupo de fuera no se hizo esperar demasiado y pronto estuvieron en la puerta haciéndose notar. El puente no tardaría en empezar a ser bajado. Una parte de él se sentía algo aliviado, al menos por Rick ya que lo había conocido un poco mejor la noche anterior. Pero la verdad es que la mayor parte de su alivio por que hubieran vuelto se debía a algo mucho menos sentimental y más práctico: no podían permitirse perder a gente en el segundo día... de todo un año que les quedaba por delante. Räg estaría de nuevo en la habitación justo cuando Tawar empezaba a hacer varias preguntas.

-Estoy bien, joder.- Mentiría descaradamente. -Y sí, han vuelto ya.- Le contestó algo confundido por su pregunta tan obvia. Aunque parecía que aquella lagartija- planta parlante estaba perdide y asustade, y la verdad es que el motero no podía culparle por eso. Que el grupo hubiera vuelto estaba bien, pero Connor seguía muy enfadado con Serena. No... enfadado no... Más bien estaba hasta los cojones de ella.- ¿Los has visto muy hechos mierda desde ahí arriba?- Le preguntó con interés a Räg, mientras se sentaba en una de las camas. Luego volvió a centrarse en Tawar y su pregunta.- ¿Bajar? Joder, ni de coña pienso bajar y tener que verle la cara de nuevo a esa gilipollas.- Contestó con un bufido, refiriéndose claramente a Serena. Pensar en que aquella imbécil estuviera ahí abajo solo hacía que le entraran ganas de darle razones para que se fuera de nuevo. Sin embargo, un par de segundos después suspiró y con mala gana volvió a hablar.- Pero si necesitáis que eche una mano ya sabéis dónde encontrarme. Cagándome en mi puta madre por venir a este sitio de mierda.- Dijo con un tono a medio camino entre la amargura, el cansancio y la mala hostia. Luego se tumbó bocarriba en la cama con uno de los brazos tras la nuca, y cerró los ojos en un intento de alejarse de todo y de todos.

Connor estaba cansado, muy cansado. Y el sueño combatía contra el hambre que empezaba a aparecer, en un duelo por ver quién se adueñaba antes de su cuerpo. No parecía que abajo estuvieran muy mal, o sospechaba que habría más revuelo. Pero por si acaso intentaría no quedarse dormido como un puto bebé.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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25/08/23, 01:53 pm
La explicación de Connor acerca de lo que había ocurrido fuera parecía razonable, pero sobre todo deseaba que tuviera razón: que estuviesen bien. Y, aunque no lo hubiese expresado de aquella forma, desde luego compartía el sentimiento con el humano de la cresta acerca de cómo se estaba desarrollando el día.

No le extrañó que los niños no aceptasen su oferta y tan solo asintió y les aseguró que si en cualquier momento les entraba hambre solo tenían que decirlo. No mucho después, ambos abandonaron el cuarto y, preocupado, se asomó por la puerta del mismo. Los vio bajar por las escaleras y pronto oyó voces que reconoció como las de Ethan y Nohlem, aparte de las suyas. Estaban con ellos, así que estarían bien.

Regresó a su posición junto a la ventana, de la cual también parecía estar Airi muy pendiente. En cuanto notó que le sanaí claramente estaba viendo algo que le hizo cambiar su lenguaje corporal, el mjörní también se acercó a la ventana para ver qué ocurría. Justo a tiempo para presenciar como el monstruo sin más se desvanecía.
Sí… Voy a esperar… un momento para asegurarme de que no vuelva a aparecer y entonces subiré a la azotea —dijo tanto para Airi como para los demás que todavía quedaban en el cuarto, sin tener respuesta a la pregunta de Connor.
Realmente no tenía garantía alguna de que aquella criatura no volviese a aparecer de repente en cualquier momento, sobre todo teniendo en cuenta que atravesaba paredes, pero tras unos prudenciales minutos decidió que ya era momento de subir. Se armó de valor y ascendió hasta la azotea. Nervioso miró hacia todas partes, no viendo nada: por desgracia tampoco a sus compañeros. Permaneció de pie oteando en la distancia durante un rato hasta que su cuerpo le recordó cómo se sentía. Con un gran suspiro tuvo que sentarse contra la pared de la azotea. El sol, aunque tenue, calentaba su sangre fría. Aquel era el mejor lugar de todo el torreón donde huir del frío, seguramente. Sin pretenderlo, el mjörní acabó cerrando los ojos y quedándose momentáneamente dormido.

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Un molesto golpeteo en sus cuernos le hizo abrir pesadamente los ojos. Durante un instante no reconoció el lugar en el que estaba, y el cansancio era tal que solo podía pensar que quería que parase lo que fuera que le estaba dando golpes en la cabeza. Un graznido le hizo sobresaltarse y levantarse de golpe. Vio salir volando a una pequeña ave, que sin duda era la culpable de aquel despertar pero que parecía completamente normal. Un simple pájaro de tamaño normal, de color negro, que se había asustado con su repentino movimiento.

Casi parecía que el ave fuese una mensajera de la Sanación, comparativa que cobró más fuerza en su mente debido a su color, pues no mucho después distinguió una voz conocida en la distancia. Rápidamente se asomó para comprobar que, efectivamente, pertenecía a Rick. Y, gracias a las ymres, no venía solo: todos los que se habían ido tras Serena, incluyendo a la pelirroja, le acompañaban.

El mjörní bajó hasta el cuarto alzando la voz y anunció la llegada de sus compañeros, así como preguntar por alguien que pudiese manejar el mecanismo del puente. En esa ocasión volvió a encargarse Szczenyak, pero tomó nota mental de que debería aprender pronto donde se encontraba y cómo se utilizaba. En el cuarto ya solo quedaba Connor, pues Airi había bajado en cuanto que escuchó las voces. O no, porque no lo había visto en un principio ya que reptó desde debajo de un mueble, pero la voz de Tawar le hizo detenerse ante sus intenciones de seguir el mismo camino que le sanaí.
Estamos bien y… ¡creo que ellos también! Es difícil de decir desde tan lejos pero… todos llegaron caminando por su propio pie…

El humano respondió enseguida que no pensaba bajar y Rägjynn no pudo evitar pensar, recordando lo que había ocurrido antes de que Serena decidiese irse, que quizás era lo mejor. En ese momento el humano le había resultado más aterrorizador que nada de lo que habían visto, pero ahora tenía otro tono… Les ofrecía ayuda. El mjörní todavía no entendía el comportamiento de algunos de sus compañeros, pero quería seguir pensando que podía fiarse de Connor, y de cualquiera de ellos a pesar de todo. Le agradeció brevemente sus palabras y se giró hacia Tawar.
>>Yo estaba a punto de bajar: sube —se agachó y le ofreció la palma de su mano para que escalase desde ahí a donde le resultase más cómodo—. No te preocupes por nada: siempre estás ayudando a pesar de que este entorno es complicado para ti —le aseguró a le repobladore mientras salían del cuarto y bajaban a la primera planta.

En su descenso ya no vio a los que antes estaban en las escaleras… excepto a Nohlem, justo al final de las mismas. Parecía estar observando la escena pero no se movía. Le dedicó una breve mirada interrogante casi sin poder evitarlo, pero no se detuvo.

Una vez en el gran cuarto que era la planta baja observó a los que habían vuelto uno por uno: todos parecían encontrarse bien… a excepción de Kalna.
Le asustó la visión de su cara manchada de sangre, y se dio cuenta poco después de su dedo vendado. ¿Eran eso marcas de mordiscos?
¿Te ha hecho eso el monstruo? —le preguntó dubitativo a la libense—. Deberíamos limpiar esas heridas también con agua y jabón. ¿El resto estáis bien?
No tardaría en empezar a reunir de nuevo lo necesario para limpiar heridas. Sería rápido, pues lo que habían usado hacía escasas horas todavía seguía por allí.
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