Torreón Sendar
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Torreón Sendar
19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.
La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.
- Recetario integral de Persilia Sukaldaria:
- RECETARIO INTEGRAL DE PERSILIA SUKALDARIA
Libro de unas 150 páginas encuadernado en cuero. El título está escrito con letras cursivas y enrevesadas y un poco de relieve que ocupan toda la cubierta, donde no hay ninguna ilustración. En la parte trasera hay una sinopsis escrita en un recuadro decorado.
Sinopsis
¿Aburrido de cocinar siempre lo mismo? Adéntrate en mi recetario integral, donde he volcado años de experimentación combinando las delicias de todos los mundos conocidos. Entrantes, picoteo, postres y todo tipo de platos tradicionales con una vuelta de tuerca… ¡las mezclas de sabores nunca vistas conquistarán tu paladar y el de tus comensales!
Más de 100 increíbles recetas.
¡Incluye un anexo de venenos que se camuflarán perfectamente en tus platos y un grimorio de cocina con los hechizos imprescindibles para cualquier chef!
Anexo
LOS VENENOS MÁS DISCRETOS
Tanto si quieres provocar una diarrea como si tienes más interés en matar a comensales indeseados (…) este anexo imprescindible en cualquier recetario que se precie (…).
(La página está rota y, el resto de este anexo, arrancado).
GRIMORIO DE COCINA DE PERSILIA SUKALDARIA
Todo cocinero debe dominar estos hechizos, a los que he hecho referencia a lo largo del recetario. Descubre conmigo cómo realizarlos si todavía no los conocías.- Leyenda de colores y niveles:
- Mago
Brujo alto
Brujo bajo
• ¿Tienes carnes difíciles de cortar y despiezar? Prueba con el hechizo de corte.- Instrucciones:
- Corte: invoca un diminuto filo invisible de ondas que hace un corte en la superficie señalada. Hay muchas variaciones de este hechizo que, a altos niveles, permiten hacer cortes enormes o en profundidad. Un brujo bajo suele ser capaz de hacer rasguños en carne desprotegida o tallar madera. Un brujo medio podría cortar madera, arañar metal o hacer cortes superficiales en carne desprotegida. Mientras que un cosechado nivel mago podría hacer arañazos más profundos en el metal o tajos sobre carne.
Como hechizo físico que es, sus efectos dependen de la dureza y resistencia del material objetivo.
Lanzamiento a ojo, los gestos de la mano delimitando la dirección de los cortes. Conjuración rápida.
• ¡Con el hechizo de homogeneización no vuelvas a dejarte los brazos batiendo!- Instrucciones:
- Hechizo de homogeneización (*): hechizo que acelera la homogeneización de un líquido, suele aparecer un pequeño torbellino. En su defecto, implica que el líquido dé vueltas.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• No encontrarás nada más rápido para encender el fuego que esto: hechizo de invocar llamas.- Instrucciones:
- Invocar llamas (**): Un brujo bajo puede hacer algunos chispazos y llamas de vela (*). Un brujo alto puede invocar llamas ligeramente más grandes que las de vela que, si es hábil o controla bien el hechizo, puede manejar con las manos sin que le quemen (**). Un mago puede encender hogueras pequeñas en poco tiempo e invocar fuegos de antorcha (***).
Importante: Estas llamas no pueden arrojarse como proyectiles ya que necesitan sustentarse o bien en la magia de quien las invoca o bien en un combustible (madera, grasa...) y si se alejan demasiado del invocador y carecen de combustible, se apagan. Sin embargo pueden usarse como arma de corta distancia.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida.
• También es importante conocer estas soluciones para medir la temperatura, la concentración de sal, la presión dentro de la olla, la densidad de un líquido o el tiempo hasta que esté listo tu plato:- Instrucciones:
- Hechizos medidores de magnitudes sencillas: forman una pequeña esfera fantasma que cambia de color según la intensidad de la magnitud a medir. Son diferentes variedades de un mismo hechizo que permiten medir la temperatura, la presión, la densidad de un material, el tiempo (para lo que hacen falta conocimientos adicionales y nivel de brujo alto para configurar el medidor), o la concentración de un determinado soluto (posible a niveles a partir de brujo alto).
Si una esfera no está configurada, ésta tenderá a habituarse a la cantidad de magnitud a la que esté expuesta y la establecerá como su nuevo punto de equilibrio, asociándola con el color intermedio.
Lanzamiento por voluntad. Conjuración rápida-media.
• La solución más rápida para calentar o enfriar tus platos rápidamente es, sin duda, el hechizo térmico.- Instrucciones:
- Térmico: aumenta o disminuye notablemente la temperatura de un objeto de tamaño pequeño (*). Con práctica pueden limitarse esos cambios a una dirección controlada por el mago (chorros de calor, [**]). Puede anclarse a una sala concreta, creando una cámara frigorífica (***): no obstante es necesario repetir varias veces el hechizo si se quiere usar una habitación como congelador ya que este hechizo supone solamente un descenso térmico. Van de fuera a dentro.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida-media.
• ¿Quieres catar la comida solo con el aroma? ¿Estás en otra habitación y necesitas saber que no se te esté pasando la comida? El hechizo de amplificación sensorial del olfato es un aliado imprescindible.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial olfativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores nasales. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• O, si quieres disfrutar de la comida como nunca, prueba esta otra variante: el hechizo de amplificación sensorial del gusto.- Instrucciones:
- Amplificación sensorial gustativa:(**) magnifica los impulsos que llegan al cerebro por parte de receptores del gusto. Los nervios se vuelven hipersensibles a la transmisión de percepciones, pero ello no significa que éstas lleguen más rápido.
• ¿Te ha quedado muy aguada la comida? ¿Has echado demasiada agua a esa sopa? No te preocupes, ¡hay solución! ¡El hechizo de drenaje!- Instrucciones:
- Hechizo de drenaje: deseca superficies húmedas, evaporándolas o más comúnmente trasladando dicha humedad a otro recipiente deseado succionándola. Es un hechizo simple en su formulación pero con amplia variabilidad de potencia: puede secar desde un dedal de agua a un lago según la energía que aportes. (disponible a cosechados hasta el límite de sus fuerzas).
Lanzamiento por área. Conjuración rápida.
• ¿El aspecto de tu comida no es el que esperabas? ¿Quieres un resultado digno de reyes? Emplata como un profesional con el moldeado de materia orgánica.- Instrucciones:
- Moldear materia orgánica (**): el hechizo reblandece la materia al contacto con la piel del usuario, dejándola así por un tiempo. Sin embargo no altera su naturaleza, lo que moldees seguirá siendo lo que era aunque cambie de forma.
Lanzamiento por contacto, a ojo en el caso de hechiceros más experimentados. Conjuración rápida-media.
• Si el anterior era una maravilla infravalorada, este es una verdadera joya infravalorada. ¡Olvídate de desastres y queda bien siempre con tus invitados con el Nudo de Cerática!- Instrucciones:
- Nudo de Cerática (*): ¿harto de que se le desmoronen los sándwiches de más de dos pisos? ¿Cansado de que, al cortar una tarta, la mitad de la nata que la rellena se salga por los lados? ¡No se preocupe más! El Nudo de Cerática tiene la solución. Con este simple hechizo, podrá hacer una hamburguesa de diez pisos, luego cortarla en rodajas perfectas, ¡y hacerse un bocadillo de hamburguesa! El Nudo de Cerática lo mantiene todo en su sitio perfectamente. ¿Los sanjacobos le estallan llenándole el plato de queso? ¿Teme morder un taco por miedo a llenarse el regazo de salsa picante? ¡Se acabó, gracias al Nudo de Cerática! ¡No me puedo creer que no sea una variación del hechizo tapón!
El Nudo de Cerática se anula al cortar rodajas o mordiscos lo suficientemente finos, o con los ácidos gástricos. Cuesta más cuanto más endeble, complejo y líquido sea su sándwich.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
• ¿A tu comida le falta esa chispa de color que hace que se coma con los ojos? ¿O quieres darle un toque exótico? Si no tienes colorantes alimentarios a mano, el hechizo de cambio de color será tu mejor aliado.- Instrucciones:
- Cambio de color: hechizo que sirve para colorear materia. No se limita a aplicar una capa de color externa o modificar el color de la superficie, sino que cambia el propio color que posee un material, dejando una pequeña huella mágica reconocible mediante hechizos específicos. Se puede graduar: aplicar colores diferentes (en todos los sentidos), hacerlo uniforme, solo en cierta parte del material, etc.
- Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
- Los cosechados nivel mago pueden modificar completamente el tono (aunque todavía quedará algún matiz del antiguo). Con esfuerzo puede aprender a aplicar leves matices y gradaciones no muy extremas. Necesitan (*****) para objetos grandes.
- A partir del nivel moderado bajo se pueden aplicar colores y gradaciones sin límite en cualquier objeto, costando más energía y concentración cuanto mayor sea el tamaño de la cosa en cuestión y cuandos más colores y matices quieran usarse.
Lanzamiento a ojo. Conjuración media a larga (dependiendo de las cláusulas que tenga). - Los brujos altos pueden cambiar el matiz del color original, manteniéndolo uniforme y sin controlar los matices y gradaciones que surjan de la mezcla entre el nuevo tono y el antiguo. Cuesta (***) para objetos pequeños y (****) para objetos medianos.
• ¿Le falta aroma a tu plato? ¿O tienes algún ingrediente que ocultar a tus comensales? Mejora o altera las propiedades organolépticas de la comida con el hechizo de olor falso.- Instrucciones:
- Hechizo de olor falso (*): El hechicero que lo realice puede hacer que aquello que toque desprenda un olor que tiene que ser muy familiar para aquel que realiza el hechizo. El coste aumenta a medida que aumenta el área afectada por el hechizo. El olor se va de golpe a los tres días. Más convincente será el engaño cuanto con más detalle lo recuerde el mago, aunque hay que tener en cuenta que el olor resultante puede verse afectado por la subjetividad del que realice el hechizo, al basarse en sus recuerdos al fin y al cabo.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
• ¿Harto de que se te derramen líquidos en la cocina? Hechiza tus recipientes con la maravilla infravalorada que es el hechizo tapón.- Instrucciones:
- Hechizo tapón (*): hechizo que impide que un líquido se derrame de su recipiente.
Lanzamiento por área, aplicado generalmente a la boca del recipiente. Conjuración muy rápida.
• ¿Tienes las manos de mantequilla? Literal, o figuradamente. ¡Endurece tus tarros de cristal con la protección contra ruptura!- Instrucciones:
- Protección contra ruptura (**): aplicado a objetos frágiles, evita que se rompan con tanta facilidad. A más resistencia que se quiera incrementar y mayor la superficie del objeto encantado, más energía requiere.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración rápida-media.
• ¿Te has manchado cocinando? El hechizo de limpieza de ropas es la solución.- Instrucciones:
- Limpieza de ropas (**): elimina manchas, arrugas y limpia en general las prendas de ropa que desee el mago (es un agregado de varios hechizos unificados en uno solo).
Lanzamiento por anclaje. Conjuración muy rápida.
• O también, si sueles quemarte cocinando (a ti, o tus pertenencias), también tienes solución con el hechizo ignífugo.- Instrucciones:
- Hechizo ignífugo (**): encanta prendas de ropa, personas u objetos para que sean inmunes a fuego normal.
Lanzamiento por anclaje. Conjuración media.
- Grimorio para principiantes de Platero:
- Barrera de inercia:
- -Barrera de inercia: (***) de nombre engañoso (no es una barrera en absoluto) en el área delimitada impide que cualquier objeto o persona desprotegidos sean levantados del suelo, y que los atrae irremediablemente hacia el suelo si ya están en el aire. No obstante, también impide cualquier acción voluntaria que implique levantar ambos pies del suelo a la vez, como saltar o emprender el vuelo (se puede correr pero con más torpeza). Si se invoca mientras el objetivo está en el aire, al caer lo hará infaliblemente pies por delante.
Físico. Lanzamiento por área. No es inversible, lo que quiere decir que incluso el lanzador, si está en el área delimitada, se verá afectado. Conjuración media.
- Campo de fuerza:
- -Campo de fuerza (** el espacio para una persona, una campana grande ***, el espacio equivalente a una habitación ****): en forma de media esfera (con una especificación puede formar una esfera completa) bloquea proyectiles de tamaño considerable como si éstos hubieran chocado ante una barrera invisible, en un radio variable según la destreza del mago.
Físico. Inversible. Lanzamiento por área. Conjuración rápida-media.
- Curación nívea:
- -Curación nívea: (****) (utilizable cerca de la Luna Roja). Combate venenos que cursan con fiebre y repara quemaduras; actúa a modo de incentivo para que el organismo siga funcionando y reparándose a sí mismo. Evita que la sangre se coagule y que los órganos se colapsen, además de ejercer un efecto refrescante sobre el organismo en general. No obstante no puede mantener indefinidamente con vida a un moribundo: el organismo depende cada vez más de ese impulso artificial y usarlo en demasía puede provocar que si se le deja a solas empeore considerablemente.
Lanzamiento por área: se hace un barrido con la mano que abarca al área quemada o a la persona envenenada. Es necesario que se aplique sucesivas veces y con regularidad, del mismo modo que se debe renovar una cataplasma o emplasto.
Conjuración media-larga.
- Desvío:
- -Desvío (**, pero variable a más según la potencia de lo desviado): Interfiere en la trayectoria de un hechizo que ya haya sido lanzado. Requiere gestos intuitivos para desviar el encantamiento en una dirección u otra. Siempre requiere menos energía que bloquearlo o disolverlo, pero también reflejos. Si el hechizo es demasiado potente, probablemente no se podrá desviar lo suficiente o hacerlo requerirá demasiada energía. (El coste orientativo indicado arriba es el que ofrecerán unos hechizos ofensivos de potencia moderada en términos de cosechado: se han obviado los más débiles porque normalmente ésos no suelen constituir una verdadera amenaza, y los que les sean lanzados con verdaderas intenciones de daño les costarán más) Si se desvía a demasiada poca distancia el coste será prácticamente el mismo que el de bloquearlo: si se hace a distancia cercana pero prudencial (la típica en duelos de magia) una unidad menos, si se tiene cuidado de poner distancia de unos cuantos metros llegará a dos unidades menos.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.
- Hechizo de impacto:
- -Hechizo de impacto: potente golpe mágico que actúa como una bola de demolición (***). Puede gradarse hacia abajo para actuar a modo de empujón de moderado (*) a potente (**).
Lanzamiento por disparo de alcance largo. Conjuración media.
- Levitación:
- -Levitación: un hechizo exigente mentalmente, cansa más de lo acostumbrado. Cuando una persona levita lo más normal es caminar sobre el aire; uno puede dejarse arrastrar simplemente por el hechizo sin moverse, pero la sensación de indefensión es mayor.
Lanzamiento a ojo. Conjuración rápida.- Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Brujos altos: Un baúl con poca práctica, una persona (***) con práctica.
- Magos: Una persona con algo de práctica, objetos muy pesados (****)con mucha práctica.
Si el objeto que levantado es un puñado de botones (los cuales entran en la categoría de objeto ligero) contarían como un solo asterisco. Lo que cuesta más es la concentración necesaria para mantener tantos objetos distintos en el aire a la vez. - Brujos bajos: objetos ligeros (por ejemplo una manzana)(*) con poca práctica, un baúl (**) con práctica.
- Parálisis:
- -Parálisis (***): envuelve al objetivo en un aura azulada al lanzarlo. Sus efectos duran cerca de una hora si se aplica a una única persona. Inmoviliza por completo, y su coste aumenta proporcionalmente a lo voluminoso del objetivo.
Lanzamiento por disparo de alcance corto, por contacto o por área a varios objetivos. Conjuración media.
- Traspaso de energía:
- -Traspaso de energía: no un hechizo en sí, aunque necesita de un chispazo de magia para arrancar. No obstante la energía puede tomarse de alguien no mágico (los efectos se detallan en el post de Sistema de magia). El proceso es perceptible para ambas partes y puede gradarse a voluntad: no obstante si el traspaso de energía es excesivo por parte de la parte emisora y ésta se desmaya o pierde el conocimiento, el enlace entre ambas personas se rompe y el traspaso se interrumpe. Es el mecanismo de funcionamiento de muchos amuletos.
Lanzamiento por contacto. Conjuración muy rápida.
Notas:
-Este grimorio también contiene varios de los hechizos que también venían en el libro de cocina (corte, térmico...).
-También pueden aprender de él cómo anclar hechizos.
-A lo largo de los meses se irán traduciendo más hechizos y añadiéndolos a esta lista.
- Ver mensajes archivados:
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
02/03/24, 01:17 am
Le sanaí se encontraba en el patio, recogiendo la ropa que habían tendido fuera antes de comer para aprovechar que ese día había salido algo el sol. Precisamente a este era al que no le quitaba ojo pensando en lo cerca que empezaba a estar del horizonte. ¿Cómo podía no preocuparse, por mucho que prometieran usar el camino de siempre? Suspiró, tirando de la última toalla y echándola al barreño, ahora a rebosar.
Los pasos le alertaron, viendo llegar a un Räg distraído. Como si hubiese leído sus propias preocupaciones, mencionó lo mismo en lo que Airi no paraba de pensar desde hacía un buen rato.
—Un poco… Yo tampoco me lo puedo sacar de la cabeza —admitió, ocultando malamente su nerviosismo bajo una sonrisa cordial—. La verdad es que sí que ha hecho un buen día, la ropa secó muy rápido —respondió a su observación.
Airi se preguntó si el mjörní había querido desviar la conversación por no incomodar más… pero lo hubiera dicho o no era algo que rondaría su subconsciente. Bien podían hablar de ello abiertamente.
»Está todo tan silencioso… por eso me acuerdo de ellos todo el rato —dijo—. Este silencio no tranquiliza, es un poco lo contrario. Donde yo vivía siempre había alboroto, a menos que pasase algo… Por eso no me acaba de gustar esta calma. Pero no es tan tarde y es una caminata muy larga, seguro que todo va bien —añadió, intentando mostrar convicción.
Los pasos le alertaron, viendo llegar a un Räg distraído. Como si hubiese leído sus propias preocupaciones, mencionó lo mismo en lo que Airi no paraba de pensar desde hacía un buen rato.
—Un poco… Yo tampoco me lo puedo sacar de la cabeza —admitió, ocultando malamente su nerviosismo bajo una sonrisa cordial—. La verdad es que sí que ha hecho un buen día, la ropa secó muy rápido —respondió a su observación.
Airi se preguntó si el mjörní había querido desviar la conversación por no incomodar más… pero lo hubiera dicho o no era algo que rondaría su subconsciente. Bien podían hablar de ello abiertamente.
»Está todo tan silencioso… por eso me acuerdo de ellos todo el rato —dijo—. Este silencio no tranquiliza, es un poco lo contrario. Donde yo vivía siempre había alboroto, a menos que pasase algo… Por eso no me acaba de gustar esta calma. Pero no es tan tarde y es una caminata muy larga, seguro que todo va bien —añadió, intentando mostrar convicción.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Sendar
02/03/24, 09:41 pm
El mjörní se acercó mientras Airi hablaba y empezó a ayudarle a recoger la ropa que faltaba y a doblarla como podía para dejarla en el barreño. Le sanaí no rehuyó por completo el tema como sí había intentado hacer él: posiblemente se trataba de una de las personas con las que había sentido más afinidad desde un principio, pero estaba claro que Airi era mucho más resilente y con mayor capacidad para afrontar una situación como en la que se habían visto metidos que él. Le parecía admirable, al igual que otras diversas actitudes del resto de sus compañeros, pero debido a aquellas similitudes que había podido encontrar siempre entre sus creencias y las de le sanaí frente al resto de otras diferencias culturales mucho mayores, no podía evitar compararse sobre todo con elle. Por no mencionar que tenían exactamente la misma edad.
Asintió con una pequeña sonrisa a la parte más insustancial de la conversación que él mismo había iniciado por miedo a entrar en pánico (y provocárselo a su amigue) charlando del jörd en la habitación, pero la verdad era que escuchar a Airi no le estaba poniendo peor de lo que ya estaba. En el fondo, sabía que probablemente era mejor dejar salir las preocupaciones aunque fuese de vez en cuando, más cuando ninguno de los dos se quería poner fatalista.
—Sí… Tienes razón, seguro que están bien —le respondió aun así con aire un tanto ausente. Como si de pronto se hubiese dado cuenta segundos más tarde de lo que había dicho inicialmente, el mjörní se giró hacia Airi con expresión curiosa—. Es verdad, para mí también resulta raro tanto silencio… No recuerdo cuánto te hablé del Templo en el que me crié, pero lo normal es que estuviese rodeado de gente a todas horas también —.Una breve pausa para recoger otra prenda antes de decidirse a preguntar— ¿Cuántos eráis en tu tribu? La mencionaste varias veces, pero creo que tampoco te pregunté nunca muchos detalles al respecto. La verdad es que siento curiosidad por como vivís les sanaís… no sé si puede parecer que no me interesan esa clase de cosas, pero es todo lo contrario. Solo que a veces no estoy seguro de lo que puede ser… difícil de recordar para otros y me entran las dudas —dejó escapar una risa nerviosa. Como de costumbre, estaba sobre explicándose.
Se detuvo a tiempo antes de añadir que si quería cambiar de tema o no le apetecía en ese momento no hacía falta que le respondiese: había sido le propie Airi quien había mencionado el tema en primer lugar, y en realidad ya sabía que su manía de sentir que forzaba a otros a contarle cosas estaba solo en su cabeza.
Asintió con una pequeña sonrisa a la parte más insustancial de la conversación que él mismo había iniciado por miedo a entrar en pánico (y provocárselo a su amigue) charlando del jörd en la habitación, pero la verdad era que escuchar a Airi no le estaba poniendo peor de lo que ya estaba. En el fondo, sabía que probablemente era mejor dejar salir las preocupaciones aunque fuese de vez en cuando, más cuando ninguno de los dos se quería poner fatalista.
—Sí… Tienes razón, seguro que están bien —le respondió aun así con aire un tanto ausente. Como si de pronto se hubiese dado cuenta segundos más tarde de lo que había dicho inicialmente, el mjörní se giró hacia Airi con expresión curiosa—. Es verdad, para mí también resulta raro tanto silencio… No recuerdo cuánto te hablé del Templo en el que me crié, pero lo normal es que estuviese rodeado de gente a todas horas también —.Una breve pausa para recoger otra prenda antes de decidirse a preguntar— ¿Cuántos eráis en tu tribu? La mencionaste varias veces, pero creo que tampoco te pregunté nunca muchos detalles al respecto. La verdad es que siento curiosidad por como vivís les sanaís… no sé si puede parecer que no me interesan esa clase de cosas, pero es todo lo contrario. Solo que a veces no estoy seguro de lo que puede ser… difícil de recordar para otros y me entran las dudas —dejó escapar una risa nerviosa. Como de costumbre, estaba sobre explicándose.
Se detuvo a tiempo antes de añadir que si quería cambiar de tema o no le apetecía en ese momento no hacía falta que le respondiese: había sido le propie Airi quien había mencionado el tema en primer lugar, y en realidad ya sabía que su manía de sentir que forzaba a otros a contarle cosas estaba solo en su cabeza.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
03/03/24, 01:21 am
En un inicio Airi pensó que no había hecho bien explayándose. Hablar de la preocupación que sentía para después quitarle importancia parecía positividad vacía, aunque no lo fuera o pretendiera que sonase de ese modo. Fue el aire ausente de Räg el que le hizo preocuparse, pero se le fue olvidando a medida que el mjörní demostraba que tenía ganas de seguir hablando.
—Sí, algo así lo había oído —confirmó con una sonrisa, cuando le contó que tenía una relación similar con el silencio. Había sido algún comentario sobre un comedor ruidoso lleno de niños, o algo así creía recordar, pero dado el tipo de lugar en que solía vivir el mjörní le parecía natural que se pareciese tanto a cuidar de los propios niños de su aldea.
»Oh, somos muchos… pero no siempre —respondió a su pregunta, y su sonrisa se diluyó un poco al recordarles—. En realidad nuestra tribu es pequeñita si se compara con otras, pero cuando están todos hay mucha vida, mucho ruido… Luego la caravana se vuelve a marchar para comerciar y solo quedamos niños, ancianos y algunos adultos. Pero sí, los niños siguen siendo los más ruidosos —rió. Tras haber respondido directamente a su pregunta, sintió curiosidad por la explicación extraña que le había dado a continuación—. No sé por qué dices que parece que no te interesa, a mí me parece que eres curioso, y no me refiero a nada malo con eso. Lo somos todos, ¿no? Con tantas cosas nuevas por aprender de repente... —Aunque sonreía, su mirada se perdía en la ropa tendida. Elle también tenía inseguridades, y estaba a punto de dar consejos que ni siquiera terminaba de aplicarse—. Hacer preguntas no es nada malo, mientras se entienda que alguien no quiera contestar, ¿no? —dijo, mirándole finalmente de forma que trataba de ser tranquilizadora.
—Sí, algo así lo había oído —confirmó con una sonrisa, cuando le contó que tenía una relación similar con el silencio. Había sido algún comentario sobre un comedor ruidoso lleno de niños, o algo así creía recordar, pero dado el tipo de lugar en que solía vivir el mjörní le parecía natural que se pareciese tanto a cuidar de los propios niños de su aldea.
»Oh, somos muchos… pero no siempre —respondió a su pregunta, y su sonrisa se diluyó un poco al recordarles—. En realidad nuestra tribu es pequeñita si se compara con otras, pero cuando están todos hay mucha vida, mucho ruido… Luego la caravana se vuelve a marchar para comerciar y solo quedamos niños, ancianos y algunos adultos. Pero sí, los niños siguen siendo los más ruidosos —rió. Tras haber respondido directamente a su pregunta, sintió curiosidad por la explicación extraña que le había dado a continuación—. No sé por qué dices que parece que no te interesa, a mí me parece que eres curioso, y no me refiero a nada malo con eso. Lo somos todos, ¿no? Con tantas cosas nuevas por aprender de repente... —Aunque sonreía, su mirada se perdía en la ropa tendida. Elle también tenía inseguridades, y estaba a punto de dar consejos que ni siquiera terminaba de aplicarse—. Hacer preguntas no es nada malo, mientras se entienda que alguien no quiera contestar, ¿no? —dijo, mirándole finalmente de forma que trataba de ser tranquilizadora.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Sendar
04/03/24, 08:22 pm
Atendió mientras seguía con la tarea que pronto iban a terminar entre los dos y dedicó una sonrisa leve a Airi cuando señaló a los niños como la principal fuente de ruido. Sin duda, ese también era el caso en el Templo.
—Nosotros también solemos ser niños de diferentes edades, y los Sacerdotes Mayores que en el Templo la mayoría son ancianos o casi… Así que también hay una proporción parecida de edades.
Seguro que los detalles de la vida diaria eran muy diferentes, pero era curioso cómo podía hacer tantos paralelismos entre la forma de vivir de cada uno, a pesar de ser de mundos totalmente distintos. Hasta cierto punto, tal vez podía aplicarse a la gran familia sobre la que había escuchado hablar a Szczenyak, pero lo que contaba le sanaí sonaba incluso más familiar, al menos superficialmente.
—Imagino que en Sanai también viven muchas personas como en la Tierra o Varmania… ¿no? Es que Mjörne tiene una población muy reducida después de la catástrofe que os mencioné… La primera noche que estuvimos aquí, creo. Los mjörnís como especie aún nos estamos recuperando de una casi extinción, y me cuesta imaginar tantísima gente en el mismo planeta —acompañó la explicación de una leve risa, queriendo indicar que no hacía falta ponerse serios aunque aquel tema lo fuese—. El Templo y las poblaciones de alrededor son, sin duda, el lugar de todo Mjörne en el que hay más personas concentradas. Es curioso, porque Förstelyr es en una de las islas más pequeñas del planeta.
Finalmente, Airi le explicó que no había nada malo en su forma de procer como había dado a entender, y no pudo evitar avergonzarse un poco y rascarse la nunca con nerviosismo mientras su amigue le aseguraba que sus temores eran infundados.
>>Sí, tienes razón. Yo no tengo ningún problema si alguien no quiere responder a algo, por supuesto... No me hagas mucho caso, es una inseguridad tonta que no sé que no tiene mucho sentido. Me preocupa hacer sentir mal o incómodos a otros, supongo. Porque sí… sí que soy muy curioso —admitió todavía avergonzado.
Desde luego si Airi había sido capaz de definirle como tal no es que lo hubiese estado ocultando precisamente. Y no era que no lo supiera, pero el sobre análisis y la ansiedad trabajan un poco por su cuenta independientemente de ese hecho.
—Nosotros también solemos ser niños de diferentes edades, y los Sacerdotes Mayores que en el Templo la mayoría son ancianos o casi… Así que también hay una proporción parecida de edades.
Seguro que los detalles de la vida diaria eran muy diferentes, pero era curioso cómo podía hacer tantos paralelismos entre la forma de vivir de cada uno, a pesar de ser de mundos totalmente distintos. Hasta cierto punto, tal vez podía aplicarse a la gran familia sobre la que había escuchado hablar a Szczenyak, pero lo que contaba le sanaí sonaba incluso más familiar, al menos superficialmente.
—Imagino que en Sanai también viven muchas personas como en la Tierra o Varmania… ¿no? Es que Mjörne tiene una población muy reducida después de la catástrofe que os mencioné… La primera noche que estuvimos aquí, creo. Los mjörnís como especie aún nos estamos recuperando de una casi extinción, y me cuesta imaginar tantísima gente en el mismo planeta —acompañó la explicación de una leve risa, queriendo indicar que no hacía falta ponerse serios aunque aquel tema lo fuese—. El Templo y las poblaciones de alrededor son, sin duda, el lugar de todo Mjörne en el que hay más personas concentradas. Es curioso, porque Förstelyr es en una de las islas más pequeñas del planeta.
Finalmente, Airi le explicó que no había nada malo en su forma de procer como había dado a entender, y no pudo evitar avergonzarse un poco y rascarse la nunca con nerviosismo mientras su amigue le aseguraba que sus temores eran infundados.
>>Sí, tienes razón. Yo no tengo ningún problema si alguien no quiere responder a algo, por supuesto... No me hagas mucho caso, es una inseguridad tonta que no sé que no tiene mucho sentido. Me preocupa hacer sentir mal o incómodos a otros, supongo. Porque sí… sí que soy muy curioso —admitió todavía avergonzado.
Desde luego si Airi había sido capaz de definirle como tal no es que lo hubiese estado ocultando precisamente. Y no era que no lo supiera, pero el sobre análisis y la ansiedad trabajan un poco por su cuenta independientemente de ese hecho.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
05/03/24, 01:23 am
Airi le sonrió a Räg cuando respondió que no tenía problemas con no recibir respuestas. Ya lo sabía, y por eso lo había dicho. Tenía la certeza de que Räg era buena persona y fuese lo que fuese que le había hecho decir aquello, era una percepción suya. Le hizo gracia que admitiese ser no curioso, sino muy curioso. Elle no habría dicho tanto, y le divertía notar su timidez al admitirlo. Era curioso porque no podía confiar en buscar rubor o las mismas expresiones faciales que aquellos que se parecían a elle, pero estaba aprendiendo a leer las formas diferentes en que se expresaban Räg, Szczenyak o Tawar.
—¡Pues eso tiene fácil solución! Si no preguntas, tampoco vas a saber si incomodas o no —le dijo—. A nadie le va a parecer mal eso, no es como si no tuvieses tacto o algo así —rió.
—Sobre lo de antes… Sí, diría que somos muchos en Sanai, aunque no creo que tantos como en la Tierra, no sé en el resto de mundos. Se me hace extraño imaginar cómo tiene que ser para ti… para vosotros. Pero lo importante es que no habéis desaparecido.
Airi presionó con suavidad sobre la cesta de ropa para evitar que las prendas pequeñas se cayesen por fuera cuando se la llevasen para dentro. Allí ya no quedaba nada para recoger, pero no tenía ganas de volver adentro aún. Se estaba bien fuera, recibiendo los rayos del sol de la tarde en la piel.
»¿Puedo hacerte yo alguna pregunta? Siempre estamos hablando de la magia de nuestros mundos, pero olvidamos otras cosas que también son importantes. No sé, por ejemplo, he oído hablar de ese Templo en el que vivías, pero no sé ni cómo es ni en qué clase de lugar está, ni… nada. —Se detuvo antes de mencionar que no sabía nada de su tribu, con quién pasaba más tiempo o a quién echaba más de menos. A eso era a lo que se refería el mjörní con temer incomodar con las preguntas, tocar fibras sensibles o, simplemente, despertar la añoranza. Se alegró de haberse detenido a tiempo pero tenía curiosidad, también.
—¡Pues eso tiene fácil solución! Si no preguntas, tampoco vas a saber si incomodas o no —le dijo—. A nadie le va a parecer mal eso, no es como si no tuvieses tacto o algo así —rió.
—Sobre lo de antes… Sí, diría que somos muchos en Sanai, aunque no creo que tantos como en la Tierra, no sé en el resto de mundos. Se me hace extraño imaginar cómo tiene que ser para ti… para vosotros. Pero lo importante es que no habéis desaparecido.
Airi presionó con suavidad sobre la cesta de ropa para evitar que las prendas pequeñas se cayesen por fuera cuando se la llevasen para dentro. Allí ya no quedaba nada para recoger, pero no tenía ganas de volver adentro aún. Se estaba bien fuera, recibiendo los rayos del sol de la tarde en la piel.
»¿Puedo hacerte yo alguna pregunta? Siempre estamos hablando de la magia de nuestros mundos, pero olvidamos otras cosas que también son importantes. No sé, por ejemplo, he oído hablar de ese Templo en el que vivías, pero no sé ni cómo es ni en qué clase de lugar está, ni… nada. —Se detuvo antes de mencionar que no sabía nada de su tribu, con quién pasaba más tiempo o a quién echaba más de menos. A eso era a lo que se refería el mjörní con temer incomodar con las preguntas, tocar fibras sensibles o, simplemente, despertar la añoranza. Se alegró de haberse detenido a tiempo pero tenía curiosidad, también.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
05/03/24, 07:53 pm
La conversación le estaba sentando bien y casi se sentía tonto por no haber buscado conversar con elle mientras hacían otras tareas. Rägjynn siempre buscaba la forma menos agresiva de enfocar cualquier cosa, por supuesto, pero siempre estaba bien escuchar de otros la confirmación de que no estaba siendo insensible.
—Sí, bueno, estaba generalizando bastante porque por lo que tengo entendido en La Tierra son muchísimos… Ni siquiera sé si puedo comprender cifras tan altas —bromeó—. Yo estoy acostumbrado a que seamos pocos, supongo. Al menos no parece que haya ningún peligro ahora y como el planeta también sufrió las consecuencias, si fuésemos muchos más los recursos no iban a llegar para todo el mundo.
El trabajo estaba terminado, pero parecía que ambos se habían puesto en silencioso acuerdo de que allí fuera se estaba bien y el mjörní tampoco hizo ademán alguno de moverse del patio. Asintió cuando Airi le dijo si podía hacerle una pregunta y no tardó en empezar a responderle.
—Es Templo de la isla de Förstelyr, el más importante del Culto a la Sanación. Las zonas habitables de Mjörne son islas coralinas de distintos tamaños, aunque son bastante pequeñas y sobre todo esta. El planeta solía tener continentes, pero con la catástrofe quedó muy fragmentado. El Templo de Förstelyr es enorme y aparte de las tareas del Culto, también se encarga de dar cobijo a todos los huérfanos hasta que alguien los adopte o sean autosuficientes. Hay Sacerdotes Mayores que se encargan sobre todo de cuidarnos y de nuestra educación… Y bueno, yo vivo ahí desde que tengo memoria. Me dejaron cerca del Templo cuando apenas tenía unas semanas de vida, y mi nombre me lo puso el anterior Väler… Väler es como se llama a la figura más importante del Culto a la Sanación, que también vive en el Templo.
Hizo una pausa. Había muchísima información que se estaba dejando en el tintero por diversas razones, entre ellas no querer saturar de información, pero al igual que había ocurrido con Rick, la parte específica en la que podría haber mencionado a sus amigos la omitió por completo.
—Sí, bueno, estaba generalizando bastante porque por lo que tengo entendido en La Tierra son muchísimos… Ni siquiera sé si puedo comprender cifras tan altas —bromeó—. Yo estoy acostumbrado a que seamos pocos, supongo. Al menos no parece que haya ningún peligro ahora y como el planeta también sufrió las consecuencias, si fuésemos muchos más los recursos no iban a llegar para todo el mundo.
El trabajo estaba terminado, pero parecía que ambos se habían puesto en silencioso acuerdo de que allí fuera se estaba bien y el mjörní tampoco hizo ademán alguno de moverse del patio. Asintió cuando Airi le dijo si podía hacerle una pregunta y no tardó en empezar a responderle.
—Es Templo de la isla de Förstelyr, el más importante del Culto a la Sanación. Las zonas habitables de Mjörne son islas coralinas de distintos tamaños, aunque son bastante pequeñas y sobre todo esta. El planeta solía tener continentes, pero con la catástrofe quedó muy fragmentado. El Templo de Förstelyr es enorme y aparte de las tareas del Culto, también se encarga de dar cobijo a todos los huérfanos hasta que alguien los adopte o sean autosuficientes. Hay Sacerdotes Mayores que se encargan sobre todo de cuidarnos y de nuestra educación… Y bueno, yo vivo ahí desde que tengo memoria. Me dejaron cerca del Templo cuando apenas tenía unas semanas de vida, y mi nombre me lo puso el anterior Väler… Väler es como se llama a la figura más importante del Culto a la Sanación, que también vive en el Templo.
Hizo una pausa. Había muchísima información que se estaba dejando en el tintero por diversas razones, entre ellas no querer saturar de información, pero al igual que había ocurrido con Rick, la parte específica en la que podría haber mencionado a sus amigos la omitió por completo.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
06/03/24, 02:21 pm
Airi tenía una sensación similar con respecto a las cifras de habitantes de la Tierra, así que asintió con una sonrisa para transmitirle lo que estaba pensando. Lo siguiente que dijo fue un poco más triste, pero suponía que era el proceso normal de recuperación. Por lo poco que sabía, creía que sería cuestión de tiempo volver a la normalidad, como cuando una tormenta de arena particularmente dura destruía una aldea, morían algunos… pero se podía volver a reconstruir con tiempo y esfuerzo.
—Puedo imaginar… —llegó a decir. Su desconocimiento le advertía que podía ser mala idea decir en voz alta lo que pensaba sin tener una idea clara de cómo era la vida allí, de las consecuencias reales de aquella desgracia. Por suerte Räg tenía que preguntas que responder y decidió escuchar con atención, dejando de lado los temas menos agradables.
La información era interesante, aunque algunas cosas más o menos las había deducido con explicaciones previas del mjörní y otras, simplemente, requerían más contexto para que las entendiese por completo. No obstante, y aunque Räg estaba siendo exhaustivo con la explicación, esa seriedad empezó a plantarle una sonrisa en la cara. Por supuesto, no podía bromear al respecto después de la triste realidad que le reveló al final.
—Siento mucho oírlo —dijo. Una cosa era saber que vivía en un templo que cuidaba de huérfanos y otra oír que había sido abandonado sin más. Por una parte podía ser menos duro que su tribu simplemente no estuviera ya, porque al menos significaba que sí le habían querido aunque no hubiera podido conocerlos. Airi sabía lo que era tener un progenitor ausente, pero no podía importarle menos, primero porque tenía a su madre y al resto de su tribu, y segundo porque ni siquiera era tan importante la sangre para un sanaí. A veces pensaba que quería más a Lihkos que a su propia madre.
—Me alegro de que encontrases una buena tribu a pesar de todo —le dijo, con una sonrisa algo cortada. Era verdad, estaba claro que había sido criado adecuadamente, ya que era sensato y no albergaba violencia en sus pensamientos. Al final, el templo era lo que había conocido, de poco servía lamentarse—. ¡De hecho…! —se animó a decir, ampliando su sonrisa, preparade para soltarle un vacile—, me gustaría que me hablases más de ellos. Todo el conocimiento enciclopédico de antes es muy interesante, pero yo quería conocer —dudó un segundo, estaba segure de que lo iba a pronunciar mal— Forstelir a través de tus ojos. Cosas como… cuáles son tus lugares favoritos, qué travesuras hiciste en el templo, o si tenías algún lugar al que escapar del ruido. O… o cómo es vivir cerca del mar. En realidad podría seguir haciendo preguntas un buen rato —confesó, su sonrisa se tensó un poco y apartó la mirada hacia el cesto de la ropa—. Siempre que sean preguntas que quieras contestar, claro.
—Puedo imaginar… —llegó a decir. Su desconocimiento le advertía que podía ser mala idea decir en voz alta lo que pensaba sin tener una idea clara de cómo era la vida allí, de las consecuencias reales de aquella desgracia. Por suerte Räg tenía que preguntas que responder y decidió escuchar con atención, dejando de lado los temas menos agradables.
La información era interesante, aunque algunas cosas más o menos las había deducido con explicaciones previas del mjörní y otras, simplemente, requerían más contexto para que las entendiese por completo. No obstante, y aunque Räg estaba siendo exhaustivo con la explicación, esa seriedad empezó a plantarle una sonrisa en la cara. Por supuesto, no podía bromear al respecto después de la triste realidad que le reveló al final.
—Siento mucho oírlo —dijo. Una cosa era saber que vivía en un templo que cuidaba de huérfanos y otra oír que había sido abandonado sin más. Por una parte podía ser menos duro que su tribu simplemente no estuviera ya, porque al menos significaba que sí le habían querido aunque no hubiera podido conocerlos. Airi sabía lo que era tener un progenitor ausente, pero no podía importarle menos, primero porque tenía a su madre y al resto de su tribu, y segundo porque ni siquiera era tan importante la sangre para un sanaí. A veces pensaba que quería más a Lihkos que a su propia madre.
—Me alegro de que encontrases una buena tribu a pesar de todo —le dijo, con una sonrisa algo cortada. Era verdad, estaba claro que había sido criado adecuadamente, ya que era sensato y no albergaba violencia en sus pensamientos. Al final, el templo era lo que había conocido, de poco servía lamentarse—. ¡De hecho…! —se animó a decir, ampliando su sonrisa, preparade para soltarle un vacile—, me gustaría que me hablases más de ellos. Todo el conocimiento enciclopédico de antes es muy interesante, pero yo quería conocer —dudó un segundo, estaba segure de que lo iba a pronunciar mal— Forstelir a través de tus ojos. Cosas como… cuáles son tus lugares favoritos, qué travesuras hiciste en el templo, o si tenías algún lugar al que escapar del ruido. O… o cómo es vivir cerca del mar. En realidad podría seguir haciendo preguntas un buen rato —confesó, su sonrisa se tensó un poco y apartó la mirada hacia el cesto de la ropa—. Siempre que sean preguntas que quieras contestar, claro.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
07/03/24, 12:24 am
Cuando Airi le dio una especie de condolencias se apresuró a hacer un gesto para quitarle importancia.
—No es algo que me afecte, de veras, así que no te preocupes.
Era mentira, por mucho que intentase sonar convincente. Hacía unos meses hubiese sido cierto, pero ahora… Ahora había matices nuevos en los que no quería pensar. Tenía suerte de tener el cuerpo totalmente cubierto de escamas, porque no podía ponerse pálido como un mamífero.
Por suerte, lo siguiente que dijo Airi le distrajo lo suficiente, pues volvió a avergonzarse cuando calificó su explicación de “conocimiento enciclopédico”. Dejó escapar una risa incómoda.
>>Lo siento, supongo que tengo tendencia a responder a estas preguntas como si fuese un educador de geografía o historia... —Se rascó la nuca con una expresión que todavía denotaba algo de apuro—. Pues… lo cierto es que… bueno, la vida en el Templo era genial… Sé que muchos niños estaban deseando que los adoptasen, pero no era mi caso… Nuestro caso. Mi mejor amigo, Alysdr y yo… —hizo una pequeña pausa, siendo finalmente la primera vez que pronunciaba el nombre de uno de sus amigos en voz alta. No le quiso dar vueltas y siguió hablando—. Creo que esto cuenta como travesura, porque la verdad es que siempre he sido un niño bastante aburrido en ese sentido. Pero cuando venían adultos para conocer a los huérfanos solíamos escondernos. Nos conocemos desde que nacimos, él llegó muy poco después que yo al Templo. En cuanto que crecimos lo suficiente para jugar juntos, nos hicimos mejores amigos muy rápido. En realidad es como si fuera mi hermano. Y ninguno de los dos quería que se llevasen al otro… Incluso si algunas personas buscaban adoptar a más de un niño a la vez, no podíamos estar seguros de que no intentasen separarnos. Así que siempre que sabíamos que había visita buscábamos alguna sala en la que supiésemos que no iba a haber nadie en ese momento, o la forma de escabullirnos al pueblo más cercano sin que ningún Sacerdote nos pillase —se echó a reír, esta vez con más ganas—. Al principio nos cayeron varias broncas, pero con los años creo que se resignaron y ya ni siquiera teníamos que irnos más lejos que al dormitorio de cualquiera de los dos y ni se molestaban en venir a buscarnos…
La voz se le había quebrado ligeramente al final. Sabía que no había respondido a todas las preguntas de le sanaí ni de lejos, pero no se vio capaz de seguir. A pesar de que al contrario de lo que había creído hasta ese momento, hablar de Alys había sido… casi como quitarse un ligerísimo peso de encima. Pero aun así, seguía doliendo, y mucho.
Rägjynn tragó saliva y fijó su vista en un punto en el vacío mientras luchaba con todas sus fuerzas contra las lágrimas que luchaban por salir. No quería preocupar a le sanaí ni hacerle pensar que había preguntado algo que no debía.
>>No me importa… hablarte de más cosas. Pero siento que estoy hablando demasiado de mí y que todavía no sé casi nada sobre tu tribu. ¿Os dedicabais al comercio principalmente? ¿O solo era una cosa más de entre muchas? ¿Eráis nómadas?
Si continuaba sentía que podían surgirle infinitas preguntas, por lo que se detuvo en la tercera. Su cola se balanceaba con nerviosismo y el mjörní se sujetó el brazo izquierdo con el derecho. Un nudo se había instalado en su garganta y la boca del estómago.
—No es algo que me afecte, de veras, así que no te preocupes.
Era mentira, por mucho que intentase sonar convincente. Hacía unos meses hubiese sido cierto, pero ahora… Ahora había matices nuevos en los que no quería pensar. Tenía suerte de tener el cuerpo totalmente cubierto de escamas, porque no podía ponerse pálido como un mamífero.
Por suerte, lo siguiente que dijo Airi le distrajo lo suficiente, pues volvió a avergonzarse cuando calificó su explicación de “conocimiento enciclopédico”. Dejó escapar una risa incómoda.
>>Lo siento, supongo que tengo tendencia a responder a estas preguntas como si fuese un educador de geografía o historia... —Se rascó la nuca con una expresión que todavía denotaba algo de apuro—. Pues… lo cierto es que… bueno, la vida en el Templo era genial… Sé que muchos niños estaban deseando que los adoptasen, pero no era mi caso… Nuestro caso. Mi mejor amigo, Alysdr y yo… —hizo una pequeña pausa, siendo finalmente la primera vez que pronunciaba el nombre de uno de sus amigos en voz alta. No le quiso dar vueltas y siguió hablando—. Creo que esto cuenta como travesura, porque la verdad es que siempre he sido un niño bastante aburrido en ese sentido. Pero cuando venían adultos para conocer a los huérfanos solíamos escondernos. Nos conocemos desde que nacimos, él llegó muy poco después que yo al Templo. En cuanto que crecimos lo suficiente para jugar juntos, nos hicimos mejores amigos muy rápido. En realidad es como si fuera mi hermano. Y ninguno de los dos quería que se llevasen al otro… Incluso si algunas personas buscaban adoptar a más de un niño a la vez, no podíamos estar seguros de que no intentasen separarnos. Así que siempre que sabíamos que había visita buscábamos alguna sala en la que supiésemos que no iba a haber nadie en ese momento, o la forma de escabullirnos al pueblo más cercano sin que ningún Sacerdote nos pillase —se echó a reír, esta vez con más ganas—. Al principio nos cayeron varias broncas, pero con los años creo que se resignaron y ya ni siquiera teníamos que irnos más lejos que al dormitorio de cualquiera de los dos y ni se molestaban en venir a buscarnos…
La voz se le había quebrado ligeramente al final. Sabía que no había respondido a todas las preguntas de le sanaí ni de lejos, pero no se vio capaz de seguir. A pesar de que al contrario de lo que había creído hasta ese momento, hablar de Alys había sido… casi como quitarse un ligerísimo peso de encima. Pero aun así, seguía doliendo, y mucho.
Rägjynn tragó saliva y fijó su vista en un punto en el vacío mientras luchaba con todas sus fuerzas contra las lágrimas que luchaban por salir. No quería preocupar a le sanaí ni hacerle pensar que había preguntado algo que no debía.
>>No me importa… hablarte de más cosas. Pero siento que estoy hablando demasiado de mí y que todavía no sé casi nada sobre tu tribu. ¿Os dedicabais al comercio principalmente? ¿O solo era una cosa más de entre muchas? ¿Eráis nómadas?
Si continuaba sentía que podían surgirle infinitas preguntas, por lo que se detuvo en la tercera. Su cola se balanceaba con nerviosismo y el mjörní se sujetó el brazo izquierdo con el derecho. Un nudo se había instalado en su garganta y la boca del estómago.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
09/03/24, 02:29 pm
Era un alivio saber que a Räg el tema de sus padres no le incomodaba. Lo que sí pareció incomodarle un poco más fue su broma sobre cómo había decidido explicarse. Esperaba que no se la hubiese tomado a mal, al menos, ya que era lo último que pretendía. Solo quitar hierro al asunto y saber más sobre él, como persona. Temía que, si no respondía a sus preguntas, significase que no confiaba o no podía confiar en todos aquellos extranjeros tan diferentes a él. Airi no tenía congéneres cerca, pero los humanos, Kalna e incluso Nohlem se parecían a elle muchísimo. Quizá no era tan fácil adaptarse para Räg, Szczenyak o Tawar.
Sus preocupaciones se disiparon cuando empezó a explicarse. Airi se sentó con las piernas cruzadas sobre las piedras del patio, donde aún llegaban los rayos del sol, y le hizo un gesto al mjörní para que, si quería, le acompañase mientras hablaba. No le interrumpió en ningún momento, escuchando con interés sus anécdotas, sobre su hermano con el que no compartía sangre y del que no se podía separar, de sus escapadas al pueblo… No podía evitar sonreír ante lo que parecían recuerdos importantes para él, y le gustaría saber más sobre Alysdr, aunque tampoco quería presionar para más información, no cuando se dio cuenta de que se le quebraba la voz y apartaba la mirada. Prefería que fluyese con naturalidad y al ritmo que el mjörní necesitase. A fin de cuentas, Airi era muy consciente de que había cosas que elle misme aún no tenía ganas de contar.
—No me importaría seguir escuchándote, que por eso he preguntado —le dijo con suavidad. Antes de responder a sus preguntas, quería asegurarle de algún modo que no se había aburrido escuchando ni nada parecido—. Pero ya que preguntas hacemos un intercambio de información. —Sonrió, esperando que Räg se relajase. Era difícil, sobre todo cuando el murmullo que les recordaba que compañeros aún no habían vuelto bullía constantemente en el fondo de sus mentes—. Sí, nuestra aldea se ganaba la vida comerciando sobre todo. Una vez al año la caravana recorre Siania continental, hace una parada en la aldea al regresar, y empieza otra ruta más corta hacia el Norte, a las llanuras de Ihria. Luego vuelven y vuelta a empezar. Así todos los años. —Su sonrisa se fue perdiendo poco a poco, aunque no había amargura en su rostro—. Siempre se queda gente en la aldea, con los niños, con los ancianos, para cazar y ayudar. Recolectamos algo de comida, y plantamos… pocas cosas, porque la tierra es pobre y hay poca agua donde vivimos. Sin los artefactos no podríamos vivir tan cerca del desierto, seguro que eso te lo puedes imaginar.
Tras una pequeña pausa de duda, añadió:
—Yo… nunca he salido de mi aldea, así que no puedo hablar mucho sobre lo que hay más allá. Por lo evidente. Cuando era más joven siempre iba con bastón o tenía que quedarme en cama. Nada me habría gustado más que salir a conocer el Sanai, con mi madre, con mi hermana… Esperaba que llegase ese día, si me ponía mejor. Y aquí estoy, en un sitio mucho más lejos de lo que ellas podrían llegar nunca. —Soltó un suspiro que se convirtió en un bufido, una risa irónica. Todo aquello era un mal chiste, y no había nada que hacer al respecto.
»¿Hay algo más que quieras saber? —preguntó con un tono más animado, que pretendía apartar los fantasmas que había invocado con sus palabras—. ¿O me vuelve a tocar a mí hacer preguntas?
Sus preocupaciones se disiparon cuando empezó a explicarse. Airi se sentó con las piernas cruzadas sobre las piedras del patio, donde aún llegaban los rayos del sol, y le hizo un gesto al mjörní para que, si quería, le acompañase mientras hablaba. No le interrumpió en ningún momento, escuchando con interés sus anécdotas, sobre su hermano con el que no compartía sangre y del que no se podía separar, de sus escapadas al pueblo… No podía evitar sonreír ante lo que parecían recuerdos importantes para él, y le gustaría saber más sobre Alysdr, aunque tampoco quería presionar para más información, no cuando se dio cuenta de que se le quebraba la voz y apartaba la mirada. Prefería que fluyese con naturalidad y al ritmo que el mjörní necesitase. A fin de cuentas, Airi era muy consciente de que había cosas que elle misme aún no tenía ganas de contar.
—No me importaría seguir escuchándote, que por eso he preguntado —le dijo con suavidad. Antes de responder a sus preguntas, quería asegurarle de algún modo que no se había aburrido escuchando ni nada parecido—. Pero ya que preguntas hacemos un intercambio de información. —Sonrió, esperando que Räg se relajase. Era difícil, sobre todo cuando el murmullo que les recordaba que compañeros aún no habían vuelto bullía constantemente en el fondo de sus mentes—. Sí, nuestra aldea se ganaba la vida comerciando sobre todo. Una vez al año la caravana recorre Siania continental, hace una parada en la aldea al regresar, y empieza otra ruta más corta hacia el Norte, a las llanuras de Ihria. Luego vuelven y vuelta a empezar. Así todos los años. —Su sonrisa se fue perdiendo poco a poco, aunque no había amargura en su rostro—. Siempre se queda gente en la aldea, con los niños, con los ancianos, para cazar y ayudar. Recolectamos algo de comida, y plantamos… pocas cosas, porque la tierra es pobre y hay poca agua donde vivimos. Sin los artefactos no podríamos vivir tan cerca del desierto, seguro que eso te lo puedes imaginar.
Tras una pequeña pausa de duda, añadió:
—Yo… nunca he salido de mi aldea, así que no puedo hablar mucho sobre lo que hay más allá. Por lo evidente. Cuando era más joven siempre iba con bastón o tenía que quedarme en cama. Nada me habría gustado más que salir a conocer el Sanai, con mi madre, con mi hermana… Esperaba que llegase ese día, si me ponía mejor. Y aquí estoy, en un sitio mucho más lejos de lo que ellas podrían llegar nunca. —Soltó un suspiro que se convirtió en un bufido, una risa irónica. Todo aquello era un mal chiste, y no había nada que hacer al respecto.
»¿Hay algo más que quieras saber? —preguntó con un tono más animado, que pretendía apartar los fantasmas que había invocado con sus palabras—. ¿O me vuelve a tocar a mí hacer preguntas?
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Sendar
10/03/24, 09:25 pm
Aceptó la “invitación” de Airi y se sentó a su lado en el suelo del patio. Las piedras también habían absorbido algo del calor de los rayos del sol y era agradable para su cuerpo de sangre fría. Sentía que podría dormirse allí mismo si cerraba los ojos, pero realmente quería escuchar a su amigue. Además, era probable que si hacía eso, cuando se despertase el poco calor que había hubiera desaparecido y se estaría congelando, por lo que tampoco lo contempló como un opción para después. Pero por lo de pronto, estando sentado podía controlar mejor su lenguaje corporal. Asintió sonriente cuando Airi mencionó el intercambio de información: parecía el trato más justo.
Por lo que le estaba contando, sí que tenían un lugar fijo donde vivían normalmente, al menos parte de la tribu, pero muchos se desplazaban constantemente para comerciar. Le pareció entender, entonces, que Airi parecía quedarse en la aldea junto al resto de niños y algunos adultos. Se lo hubiese preguntado, pero elle misme respondió a la pregunta no formulada poco después. Agradeció no haberlo preguntado él, al darse cuenta de que el motivo por el que nunca había salido de su aldea implicaba aquella enfermedad crónica suya. Todavía se sentía un poco culpable por haber inquirido al respecto aquella mañana, preocupado por las muestras de dolor y molestia de su amigue. Aunque le había asegurado que no pasaba nada, no creía que fuese el tema más agradable de sacar a la luz para Airi, y sin duda hablaba en ese mismo momento acerca de cómo era un lastre para poder hacer cosas que le hubiesen gustado hacer.
En algún momento, el mjörní había recogido las rodillas y escuchaba a Airi con la cabeza algo ladeada y sujetándose las piernas, su cola todavía realizando vaivenes erráticos tras de sí.
—Espero que algún día encuentres alivio para tu enfermedad en alguna de las formas de la Sanación.
Había muchas cosas que podía añadir, como que quizás la respuesta estuviese en la ciencia médica de otros mundos, o que a lo mejor algún Sanador del Culto conocía el hechizo que podía ayudarle. Pero la incertidumbre de lo que ocurriría tras aquel año que se les había dado como una suerte de plazo siniestro, que dadas las vivencias hasta el momento no ofrecía ninguna garantía, no le parecía el mejor tema a tratar.
>>Tu tribu parece muy acogedora también, aunque debe ser duro vivir en un lugar tan infértil… Bueno, supongo que todos lo estamos experimentando ahora mismo en su forma más extrema —resopló levemente y haciendo un gesto para abarcar sus alrededores: lo único remotamente similar a una planta que habían visto en aquel lugar era Tawar—. Sí que me gustaría saber cómo funcionan vuestros artefactos mágicos: parece muy diferente de la magia que yo conozco. Pero si quieres preguntarme algo primero a cam…
Su conversación se tendría que interrumpir ahí por el momento, pues algo les haría levantarse enseguida y correr de vuelta al interior: el grupo había vuelto. Rägjynn le diría a Airi que él se encargaba del mecanismo del puente mientras ya corría hacia el sótano para bajarlo, y que esperaría abajo hasta que le confirmasen que podía alzarlo de nuevo. Una plegaria se repetía en su cabeza mientras el ruidoso mecanismo se ponía en marcha, y después esperaba impacientemente a que entrasen todos y alguien le avisase de que volviese a accionarlo. Una parte de él quería subir corriendo nada más terminar de bajar el puente, pero sabía que era más seguro permanecer. Intentaba estar atento a las voces que iban entrando para ver si reconocía en ellas a todos los que habían salido, o si por el tono de la conversación podía inferir que se encontraban bien…
No se quedó tranquilo de igual forma hasta que pudo subir y comprobar, aliviado, que no solo estaban todos, si no en perfectas condiciones y, además…
—¿Damian, eres tú? ¿Dónde…?
Su vista se había posado primero en la persona que presentaba el mayor cambio: el niño llevaba un atuendo que, sin duda, no se encontraba en el torreón, y además al principio le había costado un poco reconocerlo al tener la cara cubierta de aquellos adornos pintados. Después se daría cuenta de que no era el único que llevaba algo que no pertenecía al torreón y no podía ni imaginarse dónde habían conseguido todo aquello hasta que no les hablasen del lugar que habían descubierto.
Por lo que le estaba contando, sí que tenían un lugar fijo donde vivían normalmente, al menos parte de la tribu, pero muchos se desplazaban constantemente para comerciar. Le pareció entender, entonces, que Airi parecía quedarse en la aldea junto al resto de niños y algunos adultos. Se lo hubiese preguntado, pero elle misme respondió a la pregunta no formulada poco después. Agradeció no haberlo preguntado él, al darse cuenta de que el motivo por el que nunca había salido de su aldea implicaba aquella enfermedad crónica suya. Todavía se sentía un poco culpable por haber inquirido al respecto aquella mañana, preocupado por las muestras de dolor y molestia de su amigue. Aunque le había asegurado que no pasaba nada, no creía que fuese el tema más agradable de sacar a la luz para Airi, y sin duda hablaba en ese mismo momento acerca de cómo era un lastre para poder hacer cosas que le hubiesen gustado hacer.
En algún momento, el mjörní había recogido las rodillas y escuchaba a Airi con la cabeza algo ladeada y sujetándose las piernas, su cola todavía realizando vaivenes erráticos tras de sí.
—Espero que algún día encuentres alivio para tu enfermedad en alguna de las formas de la Sanación.
Había muchas cosas que podía añadir, como que quizás la respuesta estuviese en la ciencia médica de otros mundos, o que a lo mejor algún Sanador del Culto conocía el hechizo que podía ayudarle. Pero la incertidumbre de lo que ocurriría tras aquel año que se les había dado como una suerte de plazo siniestro, que dadas las vivencias hasta el momento no ofrecía ninguna garantía, no le parecía el mejor tema a tratar.
>>Tu tribu parece muy acogedora también, aunque debe ser duro vivir en un lugar tan infértil… Bueno, supongo que todos lo estamos experimentando ahora mismo en su forma más extrema —resopló levemente y haciendo un gesto para abarcar sus alrededores: lo único remotamente similar a una planta que habían visto en aquel lugar era Tawar—. Sí que me gustaría saber cómo funcionan vuestros artefactos mágicos: parece muy diferente de la magia que yo conozco. Pero si quieres preguntarme algo primero a cam…
Su conversación se tendría que interrumpir ahí por el momento, pues algo les haría levantarse enseguida y correr de vuelta al interior: el grupo había vuelto. Rägjynn le diría a Airi que él se encargaba del mecanismo del puente mientras ya corría hacia el sótano para bajarlo, y que esperaría abajo hasta que le confirmasen que podía alzarlo de nuevo. Una plegaria se repetía en su cabeza mientras el ruidoso mecanismo se ponía en marcha, y después esperaba impacientemente a que entrasen todos y alguien le avisase de que volviese a accionarlo. Una parte de él quería subir corriendo nada más terminar de bajar el puente, pero sabía que era más seguro permanecer. Intentaba estar atento a las voces que iban entrando para ver si reconocía en ellas a todos los que habían salido, o si por el tono de la conversación podía inferir que se encontraban bien…
No se quedó tranquilo de igual forma hasta que pudo subir y comprobar, aliviado, que no solo estaban todos, si no en perfectas condiciones y, además…
—¿Damian, eres tú? ¿Dónde…?
Su vista se había posado primero en la persona que presentaba el mayor cambio: el niño llevaba un atuendo que, sin duda, no se encontraba en el torreón, y además al principio le había costado un poco reconocerlo al tener la cara cubierta de aquellos adornos pintados. Después se daría cuenta de que no era el único que llevaba algo que no pertenecía al torreón y no podía ni imaginarse dónde habían conseguido todo aquello hasta que no les hablasen del lugar que habían descubierto.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Sendar
11/03/24, 12:32 am
Para Rick, el camino de regreso se le hizo eterno y más pesado de lo que debería con la suerte que habían tenido explorando. El neoyorquino había decidido quedarse cerrando el grupo, con el arco en mano atento y en silencio mirando a los alrededores. El contraste con el ambiente tan distendido en el baile le pesaba con fuerza mientras intentaba volver a mentalizarse del todo en que debían volver a centrarse para llegar sanos y salvos al torreón. Costaba cuando hacía un rato estaban riendo y bailando, pero no le quedaba otra y mejor que el cambio de chip fuera cuanto antes por si acaso.
Pero en esa ocasión a sus preocupaciones habituales se sumaba una cosa más. Había considerado que todo el mundo dejaría la ropa en su sitio y de hecho estuvo colaborando en el vestidor para que lo que iban recolocando pareciera que no había sido usado siquiera, pero algunos de sus compañeros prefirieron llevarse un recuerdo de la visita. Alguna prenda, pulseras, el traje entero como en el caso de Damian e incluso una guitarra. El chico podía entender el entusiasmo, sobre todo el del italiano por su edad, pero no podía estar menos de acuerdo con lo que estaban haciendo. Habían tentado mucho a la suerte quedándose tanto tiempo allí y les había salido bien, pero aquello ya era pasarse. -(Más nos vale que el dueño no se de cuenta. Tenemos demasiados problemas como para sumar otro más)- pensó amargamente mientras caminaban. Ahora además de estar atento a algún peligro o si aparecía Sutileza, también vigilaba por si el propietario del palacete fuera a reclamar sus pertenencias.
Fue pensando y vigilando sin entablar conversación hasta que por fin llegaron a su hogar. -¡Estamos de vuelta!- alzó la voz para avisar a los que se habían quedado dentro. A la vez que el puente se iba bajando, Rick fue tomando aire para dejar aparcadas las inseguridades por un rato, al fin y al cabo habían llegado sin problemas y había mucho de lo que hablar. Ya dentro, saludó a Airi y a Rägjynn con una leve sonrisa al verlos de nuevo. -¿Todo bien por aquí? Perdón por haber tardado tanto, encontramos un sitio interesante y, bueno, se nos echó el tiempo encima- se disculpó sincero con ambos. Entre todos les contaron lo que habían visto en su salida y todo sobre aquel lujoso e interesante edificio y la improvisada fiesta que habían hecho. A la idea de volver en otra ocasión no se opuso, seguro que el mjörní y le sanaí se lo pasarían tan bien como ellos en otra fiesta así y también se lo merecían, aunque cuando salió el tema del "botín" que se habían traído no habló demasiado para que no se notara más su ligerísima incomodidad con aquello. El resto de la tarde y algo de la noche, el neoyorquino se dedicó a apuntar en la libreta algunos detalles de lo que habían encontrado para sumarlo a los misterios de la ciudad, a los que seguía sin encontrar ninguna respuesta convincente.
Para acallar las dudas, se había convencido de que con tantas cosas que había, tal vez el dueño no se diera cuenta y podrían estar tranquilos. Sin embargo, aquello se fue al garete esa misma noche. Estaba repasando los apuntes de su libreta cuando escuchó algo de jaleo en el salón. Al principio no bajó pensando que habrían seguido la fiesta ahora que podían hacer música, pero cuando afinó el oído y escuchó tanto movimiento sin la guitarra de fondo, le extrañó y fue a ver qué pasaba. Llegaba tarde, pero por lo que le contaron, las cosas que habían traído del palacete habían desaparecido sin más, incluso la ropa que habían llevado puesta escasos minutos antes. Aunque intentaba mantener la calma, cualquiera podría darse cuenta de que la noticia le preocupaba enormemente. A pesar de las circunstancias tan curiosas, el neoyorquino no se fue a descansar hasta que revisó por todas partes por si en las cercanías del torreón había alguien escondido (cosa extremadamente difícil con la oscuridad que había a esas horas). Por lo que contaban, lo más probable es que fuera magia de algún tipo, pero quería asegurarse de que no estuvieran en mayores problemas si en realidad el conjurador estaba allí en lugar de en su casa.
Desde entonces, a Rick se lo podía ver vigilando por las ventanas más que de costumbre y haciendo guardias algo más largas por la noche, enfrascado en un posible peligro que, por suerte, de momento no aparecía. Poco después de lo ocurrido, le preguntó a Rägjynn si existían hechizos que le hubieran permitido al dueño rastrear sus cosas y saber dónde estaban y, para su desgracia, el mjörní se lo confirmó. La posibilidad de qué con algún hechizo más potente que los que había conocido su amigo le hubiera permitido saber al dueño dónde estaba su refugio era aterradora. Por ello, a raíz de la misteriosa desaparición, se volvió algo esquivo con Ethan, Connor, Nohlem y Damian, sin quitarles la palabra aún con todo y algo más suave con el niño. Y es que ahora justamente recordaba la conversación con el británico luego del incidente del monstruo sombrío, sobre "aquellas decisiones que sin importar las intenciones habían puesto en peligro al grupo". La importante diferencia es que nadie podía esperar que aquello estuviera cerca cuando Serena tuvo la brillante idea de marcharse; se habían arriesgado al salir tras ella, pero no podían saber de esa bestia. El palacio le había dado la sensación de que estaba habitado en el momento en que había visto las primeras habitaciones y, fuera porque en realidad no lo estaba o habían tenido suerte, se arriesgaron a quedarse y salió bien. Pero no había necesidad de llevarse nada y ahora estaba la alta posibilidad de que alguien supiera donde estaban sin que pudieran evitarlo. Le sabía aún peor que los cuatro no le dieran tantas vueltas al tema y lo achacaran a la magia que tenía el propio lugar. Entendía el razonamiento y era consciente de que era posible que fuera así, ¿pero no habían pensado en esa otra posibilidad? Solo había recuperado sus cosas desde a saber dónde, cierto, ¿pero quién les aseguraba que el dueño no les hiciera una visita con malas intenciones? Desde luego a él no le cogería desprevenido e intentaría proteger a todos de aquellas consecuencias.
Por suerte, con cada hora que pasaba con tranquilidad, el neoyorquino se iba relajando de esa posible amenaza y volvía a la "normalidad" que se podía tener cuando todavía el pajarraco andaba suelto. Esa mañana, Rick abrió los ojos con dificultad. Bostezó sonoramente a la vez que levantaba los brazos para desperezarse. Fue al incorporarse cuando, extrañado, se fijó bien en dónde estaba. -Tsh, supongo que me hacía falta dar una buena cabezada para compensar estos días- bromeó para sí mismo sin alzar la voz. Estaba en el salón, sentado en uno de los sillones frente a la mesita donde había dejado una vela ya totalmente consumida. La noche anterior había decidido hacer el último turno de guardia, pero teniendo en cuenta el esfuerzo que había estado haciendo y que ya en la habitación había estado un tiempo despierto antes de que llegara su turno, en algún momento se había quedado dormido allí.
Pero en esa ocasión a sus preocupaciones habituales se sumaba una cosa más. Había considerado que todo el mundo dejaría la ropa en su sitio y de hecho estuvo colaborando en el vestidor para que lo que iban recolocando pareciera que no había sido usado siquiera, pero algunos de sus compañeros prefirieron llevarse un recuerdo de la visita. Alguna prenda, pulseras, el traje entero como en el caso de Damian e incluso una guitarra. El chico podía entender el entusiasmo, sobre todo el del italiano por su edad, pero no podía estar menos de acuerdo con lo que estaban haciendo. Habían tentado mucho a la suerte quedándose tanto tiempo allí y les había salido bien, pero aquello ya era pasarse. -(Más nos vale que el dueño no se de cuenta. Tenemos demasiados problemas como para sumar otro más)- pensó amargamente mientras caminaban. Ahora además de estar atento a algún peligro o si aparecía Sutileza, también vigilaba por si el propietario del palacete fuera a reclamar sus pertenencias.
Fue pensando y vigilando sin entablar conversación hasta que por fin llegaron a su hogar. -¡Estamos de vuelta!- alzó la voz para avisar a los que se habían quedado dentro. A la vez que el puente se iba bajando, Rick fue tomando aire para dejar aparcadas las inseguridades por un rato, al fin y al cabo habían llegado sin problemas y había mucho de lo que hablar. Ya dentro, saludó a Airi y a Rägjynn con una leve sonrisa al verlos de nuevo. -¿Todo bien por aquí? Perdón por haber tardado tanto, encontramos un sitio interesante y, bueno, se nos echó el tiempo encima- se disculpó sincero con ambos. Entre todos les contaron lo que habían visto en su salida y todo sobre aquel lujoso e interesante edificio y la improvisada fiesta que habían hecho. A la idea de volver en otra ocasión no se opuso, seguro que el mjörní y le sanaí se lo pasarían tan bien como ellos en otra fiesta así y también se lo merecían, aunque cuando salió el tema del "botín" que se habían traído no habló demasiado para que no se notara más su ligerísima incomodidad con aquello. El resto de la tarde y algo de la noche, el neoyorquino se dedicó a apuntar en la libreta algunos detalles de lo que habían encontrado para sumarlo a los misterios de la ciudad, a los que seguía sin encontrar ninguna respuesta convincente.
Para acallar las dudas, se había convencido de que con tantas cosas que había, tal vez el dueño no se diera cuenta y podrían estar tranquilos. Sin embargo, aquello se fue al garete esa misma noche. Estaba repasando los apuntes de su libreta cuando escuchó algo de jaleo en el salón. Al principio no bajó pensando que habrían seguido la fiesta ahora que podían hacer música, pero cuando afinó el oído y escuchó tanto movimiento sin la guitarra de fondo, le extrañó y fue a ver qué pasaba. Llegaba tarde, pero por lo que le contaron, las cosas que habían traído del palacete habían desaparecido sin más, incluso la ropa que habían llevado puesta escasos minutos antes. Aunque intentaba mantener la calma, cualquiera podría darse cuenta de que la noticia le preocupaba enormemente. A pesar de las circunstancias tan curiosas, el neoyorquino no se fue a descansar hasta que revisó por todas partes por si en las cercanías del torreón había alguien escondido (cosa extremadamente difícil con la oscuridad que había a esas horas). Por lo que contaban, lo más probable es que fuera magia de algún tipo, pero quería asegurarse de que no estuvieran en mayores problemas si en realidad el conjurador estaba allí en lugar de en su casa.
Desde entonces, a Rick se lo podía ver vigilando por las ventanas más que de costumbre y haciendo guardias algo más largas por la noche, enfrascado en un posible peligro que, por suerte, de momento no aparecía. Poco después de lo ocurrido, le preguntó a Rägjynn si existían hechizos que le hubieran permitido al dueño rastrear sus cosas y saber dónde estaban y, para su desgracia, el mjörní se lo confirmó. La posibilidad de qué con algún hechizo más potente que los que había conocido su amigo le hubiera permitido saber al dueño dónde estaba su refugio era aterradora. Por ello, a raíz de la misteriosa desaparición, se volvió algo esquivo con Ethan, Connor, Nohlem y Damian, sin quitarles la palabra aún con todo y algo más suave con el niño. Y es que ahora justamente recordaba la conversación con el británico luego del incidente del monstruo sombrío, sobre "aquellas decisiones que sin importar las intenciones habían puesto en peligro al grupo". La importante diferencia es que nadie podía esperar que aquello estuviera cerca cuando Serena tuvo la brillante idea de marcharse; se habían arriesgado al salir tras ella, pero no podían saber de esa bestia. El palacio le había dado la sensación de que estaba habitado en el momento en que había visto las primeras habitaciones y, fuera porque en realidad no lo estaba o habían tenido suerte, se arriesgaron a quedarse y salió bien. Pero no había necesidad de llevarse nada y ahora estaba la alta posibilidad de que alguien supiera donde estaban sin que pudieran evitarlo. Le sabía aún peor que los cuatro no le dieran tantas vueltas al tema y lo achacaran a la magia que tenía el propio lugar. Entendía el razonamiento y era consciente de que era posible que fuera así, ¿pero no habían pensado en esa otra posibilidad? Solo había recuperado sus cosas desde a saber dónde, cierto, ¿pero quién les aseguraba que el dueño no les hiciera una visita con malas intenciones? Desde luego a él no le cogería desprevenido e intentaría proteger a todos de aquellas consecuencias.
Por suerte, con cada hora que pasaba con tranquilidad, el neoyorquino se iba relajando de esa posible amenaza y volvía a la "normalidad" que se podía tener cuando todavía el pajarraco andaba suelto. Esa mañana, Rick abrió los ojos con dificultad. Bostezó sonoramente a la vez que levantaba los brazos para desperezarse. Fue al incorporarse cuando, extrañado, se fijó bien en dónde estaba. -Tsh, supongo que me hacía falta dar una buena cabezada para compensar estos días- bromeó para sí mismo sin alzar la voz. Estaba en el salón, sentado en uno de los sillones frente a la mesita donde había dejado una vela ya totalmente consumida. La noche anterior había decidido hacer el último turno de guardia, pero teniendo en cuenta el esfuerzo que había estado haciendo y que ya en la habitación había estado un tiempo despierto antes de que llegara su turno, en algún momento se había quedado dormido allí.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Sendar
11/03/24, 02:33 pm
El italiano esbozó una sonrisa complacida al ver que todos en su mayoría querían volver, todos ellos estaban en su equipo e ir juntos era tremendamente divertido. Y solo vieron unas pocas salas de todo aquel enorme castillote, las posibilidades eran incontables y ya se encargaría de gozar cada rincón de ese sitio en el momento en que regresen.
A paso ligero llegaron al fin a lo que ya parecía un minicastillo en comparación pero no podía no quererlo, era su castillo en todo caso. Esperando a que el puente bajase dando botes en el sitio, Damian esbozó una enorme sonrisa al ver a sus amigos dentro.
—Holaaaa. Rag, Airi, nos lo hemos pasado como nuncaaa —el niño saludó con su nueva voz rasposa, acto seguido corriendo hacia su morado amigo dándole un enorme abrazo bien fuerte. Aunque fuese genial el otro castillo, sus amigos eran de mayor valor. Después de estar con una lapa con Rag hizo lo mismo con Airi, regalando abrazos sin cortarse un pelo y con confianza—. No era lo mismo sin vosotros. Era un enoooorme castillo y ha sido increíble. Y me he traído un traje de la ostia —se quitó el sombrero ante su cornuda amiga, haciendo poses con ganas.
Después de beberse media cocina, Damian fue a descansar un rato sentándose en cualquier sitio. Se merecía un buen descanso pero cuando Connor aquella noche hizo el intento de tocar de nuevo el instrumento que se agenció, el circense se acercó y, por qué no, se marcó algunos de los bailes que aprendió en el palacete. El chico estuvo contento aquella noche, parecía que la fiesta no iba a acabar nunca cuando de pronto la música paró y cuando el chico miró al motero con indignación por haberse detenido no tenía nada en sus manos. Le entró un poquillo de repelús, notaba algo de corriente en su cuerpo y… Cuando menos se lo esperó, estuvo como la vida lo trajo al mundo sin nada de ropa encima. Con toda la vergüenza del mundo por estar ante gente que el chico no quería que lo viesen en pelotas, se tapó primero detrás del motero y luego, corriendo como una bala, fue directo a su habitación a por algo de ropa. Esperó no haber pasado el bochorno de su vida yendo a toda ostia a través de toda la planta baja desnudo.
Luego de ese percal, los días pasaron. El chico, por la buena experiencia en aquel sitio increíble, pudo pasar bastante página de lo acontecido con Serena y pronto se le quitaría por completo de su cabeza. Era ignorante y olvidadizo, esos rasgos eran tremendamente beneficiosos para un niño en una situación que podría pesarle a cualquiera. No tenía su ropa nueva y ni siquiera le quedaba nada del maquillaje que desapareció misteriosamente, tampoco le daba mucha bola pero vaya, tampoco le dio tiempo a apegarse demasiado a esa ropa. Algunas mañanas fueron como siempre, el italiano seguía aferrado a su costumbre de entrenar y colgarse como un chimpancé, más jugando que otra cosa en ocasiones pero le servía como útiles ejercicios. Con sus amigos hablaba mucho, más jovial que siempre e irradiando curiosidad y alegría por todo, jugando en ocasiones y distrayéndose. A veces lo hacía en compañía u otras veces solo, correteando sin parar. Le extrañó no notar muy entusiasmado a Rick en ocasiones cuando le hablaba pero vaya, la ignorancia infantil del chico tampoco lo procesaba demasiado y lo dejaba pasar.
Esa mañana durmió como nunca, estirando sus brazos con un bostezo bien grande.
—¡Mnnhhhh! —se estiró, crujiendo sus muñecas.
A paso ligero llegaron al fin a lo que ya parecía un minicastillo en comparación pero no podía no quererlo, era su castillo en todo caso. Esperando a que el puente bajase dando botes en el sitio, Damian esbozó una enorme sonrisa al ver a sus amigos dentro.
—Holaaaa. Rag, Airi, nos lo hemos pasado como nuncaaa —el niño saludó con su nueva voz rasposa, acto seguido corriendo hacia su morado amigo dándole un enorme abrazo bien fuerte. Aunque fuese genial el otro castillo, sus amigos eran de mayor valor. Después de estar con una lapa con Rag hizo lo mismo con Airi, regalando abrazos sin cortarse un pelo y con confianza—. No era lo mismo sin vosotros. Era un enoooorme castillo y ha sido increíble. Y me he traído un traje de la ostia —se quitó el sombrero ante su cornuda amiga, haciendo poses con ganas.
Después de beberse media cocina, Damian fue a descansar un rato sentándose en cualquier sitio. Se merecía un buen descanso pero cuando Connor aquella noche hizo el intento de tocar de nuevo el instrumento que se agenció, el circense se acercó y, por qué no, se marcó algunos de los bailes que aprendió en el palacete. El chico estuvo contento aquella noche, parecía que la fiesta no iba a acabar nunca cuando de pronto la música paró y cuando el chico miró al motero con indignación por haberse detenido no tenía nada en sus manos. Le entró un poquillo de repelús, notaba algo de corriente en su cuerpo y… Cuando menos se lo esperó, estuvo como la vida lo trajo al mundo sin nada de ropa encima. Con toda la vergüenza del mundo por estar ante gente que el chico no quería que lo viesen en pelotas, se tapó primero detrás del motero y luego, corriendo como una bala, fue directo a su habitación a por algo de ropa. Esperó no haber pasado el bochorno de su vida yendo a toda ostia a través de toda la planta baja desnudo.
Luego de ese percal, los días pasaron. El chico, por la buena experiencia en aquel sitio increíble, pudo pasar bastante página de lo acontecido con Serena y pronto se le quitaría por completo de su cabeza. Era ignorante y olvidadizo, esos rasgos eran tremendamente beneficiosos para un niño en una situación que podría pesarle a cualquiera. No tenía su ropa nueva y ni siquiera le quedaba nada del maquillaje que desapareció misteriosamente, tampoco le daba mucha bola pero vaya, tampoco le dio tiempo a apegarse demasiado a esa ropa. Algunas mañanas fueron como siempre, el italiano seguía aferrado a su costumbre de entrenar y colgarse como un chimpancé, más jugando que otra cosa en ocasiones pero le servía como útiles ejercicios. Con sus amigos hablaba mucho, más jovial que siempre e irradiando curiosidad y alegría por todo, jugando en ocasiones y distrayéndose. A veces lo hacía en compañía u otras veces solo, correteando sin parar. Le extrañó no notar muy entusiasmado a Rick en ocasiones cuando le hablaba pero vaya, la ignorancia infantil del chico tampoco lo procesaba demasiado y lo dejaba pasar.
Esa mañana durmió como nunca, estirando sus brazos con un bostezo bien grande.
—¡Mnnhhhh! —se estiró, crujiendo sus muñecas.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
11/03/24, 05:24 pm
Tras el bostezo de Damian, el polaco se revolvió en la cama paralela a la de su amigo.
—Cinco minutitos más… por favor… —se quejó, a pesar de que llevaba ya un buen rato despierto y mirando el techo. Aquella noche había dormido lo suficiente pues quedarse practicando magia hasta las tantas de la madrugada no fue suficiente para impedirle el descanso. Gracias a su destreza para los hechizos fue capaz de conjurar una llama de vela en el dedo y así alumbrar lo necesario para seguir estudiando el grimorio de cocina de Persilia Sukaldaria. Seguía sin creer que fuera todo un mago. ¡A lo mejor dentro de poco subiría de nivel para invocar llamas de antorcha y todo!
Aniol se desperezó todo bucles despeinados y cogió el vaso de agua que yacía sobre la tapa del libro, después aplicó el hechizo de homogeneización en el líquido para que diera vueltas en forma de pequeño torbellino solo por puro aburrimiento.
—Tengo hambre… —con una sonrisa y en voz queda saludó al italiano, no sabía si el resto de sus amigos aún dormían. Lo cierto es que desde el día del palacete se sentía un poco culpable por haber pasado un día tan fantástico en la ausencia de Räg y Airi. Con pelos y señales les había relatado todo lo ocurrido, por supuesto, pero eso no impedía que sintiera una especie de deuda para pasar más tiempo con ellos del que lo hacía. Aquel día, sin embargo, parecía presentarse como uno cualquiera—. ¿Desayunamos? Aunque vestidos… pur favor… —bromeó con una risilla. El incidente con el culo desnudo de Damian aún resonaba por toda su mente, y mientras él siguiera con vida también lo haría en cada esquina del torreón.
—Cinco minutitos más… por favor… —se quejó, a pesar de que llevaba ya un buen rato despierto y mirando el techo. Aquella noche había dormido lo suficiente pues quedarse practicando magia hasta las tantas de la madrugada no fue suficiente para impedirle el descanso. Gracias a su destreza para los hechizos fue capaz de conjurar una llama de vela en el dedo y así alumbrar lo necesario para seguir estudiando el grimorio de cocina de Persilia Sukaldaria. Seguía sin creer que fuera todo un mago. ¡A lo mejor dentro de poco subiría de nivel para invocar llamas de antorcha y todo!
Aniol se desperezó todo bucles despeinados y cogió el vaso de agua que yacía sobre la tapa del libro, después aplicó el hechizo de homogeneización en el líquido para que diera vueltas en forma de pequeño torbellino solo por puro aburrimiento.
—Tengo hambre… —con una sonrisa y en voz queda saludó al italiano, no sabía si el resto de sus amigos aún dormían. Lo cierto es que desde el día del palacete se sentía un poco culpable por haber pasado un día tan fantástico en la ausencia de Räg y Airi. Con pelos y señales les había relatado todo lo ocurrido, por supuesto, pero eso no impedía que sintiera una especie de deuda para pasar más tiempo con ellos del que lo hacía. Aquel día, sin embargo, parecía presentarse como uno cualquiera—. ¿Desayunamos? Aunque vestidos… pur favor… —bromeó con una risilla. El incidente con el culo desnudo de Damian aún resonaba por toda su mente, y mientras él siguiera con vida también lo haría en cada esquina del torreón.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: Torreón Sendar
12/03/24, 09:39 am
El grupo llegaría sin mayores problemas al torreón, con un Connor que si bien no había estado muy hablador y animado por el camino no tardó en cambiar su actitud una vez estuvieron dentro y hablando con Räg y Airi.
-¡Que pasa, cabrones!- Les saludaría pasando la mano por las cuerdas de la guitarra para sacar una nota larga y luego darles varias palmadas en los hombros al mjorni y al sanaí.
El motero se alegró de que todo hubiera estado tranquilo por ahí y se sentó en el sillón jugando con su guitarra mientras los demás les ponían al corriente a Räg y Airi, de vez en cuando participando para soltar algún comentario. El día transcurrió sin mayores misterios. Al menos hasta la noche, cuando Damian se encontraba bailando a su alrededor y él mismo estaba tocando la guitarra y a ambos les desapareció de la nada sus putas pertenencias robadas. Y no solo a ellos, como comprobó segundos después con Ethan y Nohlem o las pulseras de regalos... A pesar del susto inicial, Connor lo justificaría rápido con que tenia que ser otro de los jodidos hechizos el palacio y que por eso se habían encontrado la puta puerta abierta... Porque daba puñeteramente igual que te quisieras llevar algo. Aunque eso no le quitó el puto cabreo.
Los días pasaron como otros cualquiera y Connor se dedicó a seguir llevándose con sus compañeros (convirtiendo en costumbre y a modo de broma saludar a Nohlem de vez en cuando con una nalgada ya que no parecia importarle y divertirse con cualquier reaccion que tuviera) . También estuvo entrenando cuando tocara, pero sobre todo le quiso dar mucha mayor importancia a seguir avanzando con la magia y aquel puto libro. Una tarea que aunque le resultaba jodidamente rara que fuera capaz de hacer, lo cierto es que avanzaba a trompicones, con muchos putos retrasos y necesitó la ayuda de Ethan. Estudiar nunca había sido lo suyo, joder... Y entre las horas muertas, el motero no pudo evitar seguir recordando todo lo vivido en ese palacio: la música, los bailes, las risas... Pero sobre todo lo previo a aquello. Con Ethan y él en el probador y ese intenso calor que le había hecho poner la mano en la cintura del japonés o el beso que éste le dio en la mejilla... Normalmente, Connor se comportó como siempre después de aquello, al fin y al cabo Ethan era uno de sus putos mejores amigos allí y le salía jodidamente natural seguir tratándolo como si nada, pero a veces y con más frecuencia se sorprendía observando de más las cicatrices de su rostro, lo bien que le quedaba su ropa holgada (aunque no por eso no echaba un poco de menos el cambio que tuvo en el palacete), o sin ir más lejos sus labios. La parte de él que le daba tanta importancia a la familia o a la amistad prefería no intentar nada de lo que pudiera arrepentirse luego, pero otra parte suya más impulsiva deseaba terminar lo ocurrido en el patio de entrenamiento o en los probadores. Era una puta mierda...
Finalmente, aquella mañana Connor se despertó con lentitud y quejidos dolorosos que le acompañaron en el proceso. Estaba jodidamente jodido por el entrenamiento de ayer y su cuerpo se resentía por ello.
-Ahhhhhggggg... Qué puta mierda...- Diría con voz pastosa mientras estiraba la espalda y luego ponía ambas manos detrás de su nuca a modo de almohada. Se puso a comer puto techo durante un buen rato.
-¡Que pasa, cabrones!- Les saludaría pasando la mano por las cuerdas de la guitarra para sacar una nota larga y luego darles varias palmadas en los hombros al mjorni y al sanaí.
El motero se alegró de que todo hubiera estado tranquilo por ahí y se sentó en el sillón jugando con su guitarra mientras los demás les ponían al corriente a Räg y Airi, de vez en cuando participando para soltar algún comentario. El día transcurrió sin mayores misterios. Al menos hasta la noche, cuando Damian se encontraba bailando a su alrededor y él mismo estaba tocando la guitarra y a ambos les desapareció de la nada sus putas pertenencias robadas. Y no solo a ellos, como comprobó segundos después con Ethan y Nohlem o las pulseras de regalos... A pesar del susto inicial, Connor lo justificaría rápido con que tenia que ser otro de los jodidos hechizos el palacio y que por eso se habían encontrado la puta puerta abierta... Porque daba puñeteramente igual que te quisieras llevar algo. Aunque eso no le quitó el puto cabreo.
Los días pasaron como otros cualquiera y Connor se dedicó a seguir llevándose con sus compañeros (convirtiendo en costumbre y a modo de broma saludar a Nohlem de vez en cuando con una nalgada ya que no parecia importarle y divertirse con cualquier reaccion que tuviera) . También estuvo entrenando cuando tocara, pero sobre todo le quiso dar mucha mayor importancia a seguir avanzando con la magia y aquel puto libro. Una tarea que aunque le resultaba jodidamente rara que fuera capaz de hacer, lo cierto es que avanzaba a trompicones, con muchos putos retrasos y necesitó la ayuda de Ethan. Estudiar nunca había sido lo suyo, joder... Y entre las horas muertas, el motero no pudo evitar seguir recordando todo lo vivido en ese palacio: la música, los bailes, las risas... Pero sobre todo lo previo a aquello. Con Ethan y él en el probador y ese intenso calor que le había hecho poner la mano en la cintura del japonés o el beso que éste le dio en la mejilla... Normalmente, Connor se comportó como siempre después de aquello, al fin y al cabo Ethan era uno de sus putos mejores amigos allí y le salía jodidamente natural seguir tratándolo como si nada, pero a veces y con más frecuencia se sorprendía observando de más las cicatrices de su rostro, lo bien que le quedaba su ropa holgada (aunque no por eso no echaba un poco de menos el cambio que tuvo en el palacete), o sin ir más lejos sus labios. La parte de él que le daba tanta importancia a la familia o a la amistad prefería no intentar nada de lo que pudiera arrepentirse luego, pero otra parte suya más impulsiva deseaba terminar lo ocurrido en el patio de entrenamiento o en los probadores. Era una puta mierda...
Finalmente, aquella mañana Connor se despertó con lentitud y quejidos dolorosos que le acompañaron en el proceso. Estaba jodidamente jodido por el entrenamiento de ayer y su cuerpo se resentía por ello.
-Ahhhhhggggg... Qué puta mierda...- Diría con voz pastosa mientras estiraba la espalda y luego ponía ambas manos detrás de su nuca a modo de almohada. Se puso a comer puto techo durante un buen rato.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Torreón Sendar
12/03/24, 07:44 pm
No lo podía llamar hogar, aunque empezaba a sentirse como uno. A medida que dejaban atrás el empedrado de un teatro les daba la bienvenida las ruinas familiares de su vecindario. Casas derruidas, piedra levantada y un silencio roto por el descenso lento del puente. El torreón les saludaba en su grandilocuencia, entre paredes conocidas, caras amigables y la extraña familiaridad de encontrar consuelo bajo el amparo de sus muros. Era su refugio y si bien habían sufrido todo tipo de catástrofes en su interior, también disfrutaba de las tardes cálidas decoradas con risas, charlas amenas y el correteo de los niños escaleras abajo.
Definitivamente podía acostumbrarse a ello. Podría disfrutar con gusto de aquellas noches solitarias en las que Airi bajaba a acompañarlo, en las tardes insípidas donde encontraba diversión junto a sus amigos más cercanos o en los torpes desayunos colaborativos donde entre dulces y harina había una felicidad familiar. Quizá era por la disonancia entre el gris del cielo y el brillo que encontraba en sus compañeros o por la comparativa de un hogar vacío que tan a gusto había dejado atrás pero fuera como fuera si bien el miedo seguía latente también lo hacía una nueva alegría. Ethan estaba más feliz y a cada día que pasaba acompañado era más fácil de evidenciar. Había positividad en sus gestos y ánimo en sus palabras, un cariño que cada vez que recibía deseaba poder devolver para compartirlo en grupo.
El papel escaseaba pero seguía regalando sus diminutas figuritas, las dudas asolaban pero en su ingenuidad había llevado dos pulseras sencillas de plata a sus amigos, deseando que Räg y Airi pudieran obtener al menos el recuerdo de una grata experiencia y si bien la comida seguía racionada, había encontrado cierto hobby en ver qué nuevos usos podía darle a todo aquello que en primer lugar no se utilizaba. Hasta su corazón latía en diferentes compases, embriagado por unas emociones que hasta entonces creía apagadas. El cosquilleo infantil de lo que sin ser amor era diversión y de lo que sin tener expectativas las creaba de igual manera. Una dicotomía entre un rosa y un naranja cada vez más presentes, cada vez más interesantes y cada vez más cercanos.
Era esa nueva paz la que de vez en cuando le permitía descansar en la más absoluta nada, sin cuartos vacíos, cuadros difusos y memorias fragmentadas. Solo el abrazo de una oscuridad tranquila o eso es, al menos, lo que él pensaba. Aquella noche fue diferente y para cuando sus párpados se abrieron no se encontró con una realidad conocida sino con una voz familiar y el traqueteo difuso de una bicicleta.
Jasper.
¿Hace cuánto que no lo había visto? Su sonrisa se quedó prendada en la memoria cual clavo ardiendo y su risa, tan melódica como nostálgica retumbó casi tanto como lo hizo la voz de Akeyo. La luz blanquecina que empezaba a bañar el cuarto le hizo estremecerse en las turbulencias de un sueño que de por si era movido y para cuando sus pupilas encontraron un nuevo escenario su corazón martilleaba como un tambor de guerra que solo presagiaba otra desgracia próxima. No había descanso.
Ethan se incorporó más rápido de lo que sería aconsejable, repitiendo en su ironía los primeros compases de su anterior despertar. La sábana cayó cuando se la arrebató de un tirón y mientras sus labios empezaban a balbucear su mirada perdida recorría frenética la habitación. No, eso tampoco estaba bien, él no era quien debía de estar ahí. Trató de vocalizar pero se encontró ante una respiración agitada e irregular, tan sonora como él ardor que crepitaba en su interior. Tenía calor, y si bien podía ser solo un fragmento del agobio que oprimía su pecho no estaba en sus cabales para razonarlo. ¿Qué hacía allí?
-No no no no no no no no -Murmuró en bajo, en una ristra de palabras que más que pronunciadas eran escupidas a medida que se llevaba las manos al cuerpo, palpando en el mismo como si fuera a encontrar un objeto perdido. -No no no no no no no -Repitió negando con el rostro. Su subconsciente le llevó a buscar consuelo en cualquiera de sus compañeros, pero cuando su mirada se cruzó con la de Connor fue el rugido de un motor lo que primero asaltó sus pensamientos. -No no no , esto está mal, muy mal…
Su tono de voz era por igual acusatorio como desesperado, tan errático como sus movimientos mientras terminaba por levantarse. Notó al momento la súbita pesadez, un moteado morado que empeñaba su vista mientras luchaba por no trastabillar en el mareo repentino, la pared del cuarto fue su consuelo cuando se apoyó en ella. La fuerza se le escapaba a cada intentó desesperado por tomar aire dejándolo no solo expuesto, si no cansado, frustrado, aterrado y perdido, horrorosamente perdido.
-¡Lo he visto, estaba aquí!
Cada vez que hablaba lo hacía más alto y si bien no llegaba aún a grito, la había alzado lo suficiente como para que pudiera reverberar más allá del lugar. Sus palabras cargaban la misma amalgama emocional del joven, un cabreo repentino que le encendía con la misma desesperación con la que alguien disparaba su última bengala en la montaña. Necesitaba esconder tras el enfado todo el miedo que empezaba a florecer con cada nuevo pestañeo, como en sus oscuros iris se empezaba a vislumbrar el brillo de unas lágrimas que luchaba por contener. Su pecho ya no era un tambor, era una batalla en sí misma pues por más que lograse respirar no lograba encontrar aliento, la realidad estaba siendo tan asfixiante como lo había sido la avalancha en su momento. Joder, ojala fuera otro sueño, ojala lo fuera.
-¿¿DÓNDE ESTÁ MI HERMANO?? -Rasgó el aire con una súplica que se desinfló tan rápido como fue lanzada. Ya sabía la respuesta, claro que lo hacía, por eso dolía tanto, por eso necesitaba encontrar cualquier otro posible resultado.
-Dónde está Jas…
Rogó en un estúpido intento de que Akeyo hubiera acertado con su elección. El calor empezaba a apagarse tras los sendos ríos que recorrían sus mejillas y tras la rabia lo único que quedó fue un cascarón roto, un joven tembloroso que lo único que deseaba era volver a ser un simple sacrificio por y para su hermano.
Definitivamente podía acostumbrarse a ello. Podría disfrutar con gusto de aquellas noches solitarias en las que Airi bajaba a acompañarlo, en las tardes insípidas donde encontraba diversión junto a sus amigos más cercanos o en los torpes desayunos colaborativos donde entre dulces y harina había una felicidad familiar. Quizá era por la disonancia entre el gris del cielo y el brillo que encontraba en sus compañeros o por la comparativa de un hogar vacío que tan a gusto había dejado atrás pero fuera como fuera si bien el miedo seguía latente también lo hacía una nueva alegría. Ethan estaba más feliz y a cada día que pasaba acompañado era más fácil de evidenciar. Había positividad en sus gestos y ánimo en sus palabras, un cariño que cada vez que recibía deseaba poder devolver para compartirlo en grupo.
El papel escaseaba pero seguía regalando sus diminutas figuritas, las dudas asolaban pero en su ingenuidad había llevado dos pulseras sencillas de plata a sus amigos, deseando que Räg y Airi pudieran obtener al menos el recuerdo de una grata experiencia y si bien la comida seguía racionada, había encontrado cierto hobby en ver qué nuevos usos podía darle a todo aquello que en primer lugar no se utilizaba. Hasta su corazón latía en diferentes compases, embriagado por unas emociones que hasta entonces creía apagadas. El cosquilleo infantil de lo que sin ser amor era diversión y de lo que sin tener expectativas las creaba de igual manera. Una dicotomía entre un rosa y un naranja cada vez más presentes, cada vez más interesantes y cada vez más cercanos.
Era esa nueva paz la que de vez en cuando le permitía descansar en la más absoluta nada, sin cuartos vacíos, cuadros difusos y memorias fragmentadas. Solo el abrazo de una oscuridad tranquila o eso es, al menos, lo que él pensaba. Aquella noche fue diferente y para cuando sus párpados se abrieron no se encontró con una realidad conocida sino con una voz familiar y el traqueteo difuso de una bicicleta.
Jasper.
¿Hace cuánto que no lo había visto? Su sonrisa se quedó prendada en la memoria cual clavo ardiendo y su risa, tan melódica como nostálgica retumbó casi tanto como lo hizo la voz de Akeyo. La luz blanquecina que empezaba a bañar el cuarto le hizo estremecerse en las turbulencias de un sueño que de por si era movido y para cuando sus pupilas encontraron un nuevo escenario su corazón martilleaba como un tambor de guerra que solo presagiaba otra desgracia próxima. No había descanso.
Ethan se incorporó más rápido de lo que sería aconsejable, repitiendo en su ironía los primeros compases de su anterior despertar. La sábana cayó cuando se la arrebató de un tirón y mientras sus labios empezaban a balbucear su mirada perdida recorría frenética la habitación. No, eso tampoco estaba bien, él no era quien debía de estar ahí. Trató de vocalizar pero se encontró ante una respiración agitada e irregular, tan sonora como él ardor que crepitaba en su interior. Tenía calor, y si bien podía ser solo un fragmento del agobio que oprimía su pecho no estaba en sus cabales para razonarlo. ¿Qué hacía allí?
-No no no no no no no no -Murmuró en bajo, en una ristra de palabras que más que pronunciadas eran escupidas a medida que se llevaba las manos al cuerpo, palpando en el mismo como si fuera a encontrar un objeto perdido. -No no no no no no no -Repitió negando con el rostro. Su subconsciente le llevó a buscar consuelo en cualquiera de sus compañeros, pero cuando su mirada se cruzó con la de Connor fue el rugido de un motor lo que primero asaltó sus pensamientos. -No no no , esto está mal, muy mal…
Su tono de voz era por igual acusatorio como desesperado, tan errático como sus movimientos mientras terminaba por levantarse. Notó al momento la súbita pesadez, un moteado morado que empeñaba su vista mientras luchaba por no trastabillar en el mareo repentino, la pared del cuarto fue su consuelo cuando se apoyó en ella. La fuerza se le escapaba a cada intentó desesperado por tomar aire dejándolo no solo expuesto, si no cansado, frustrado, aterrado y perdido, horrorosamente perdido.
-¡Lo he visto, estaba aquí!
Cada vez que hablaba lo hacía más alto y si bien no llegaba aún a grito, la había alzado lo suficiente como para que pudiera reverberar más allá del lugar. Sus palabras cargaban la misma amalgama emocional del joven, un cabreo repentino que le encendía con la misma desesperación con la que alguien disparaba su última bengala en la montaña. Necesitaba esconder tras el enfado todo el miedo que empezaba a florecer con cada nuevo pestañeo, como en sus oscuros iris se empezaba a vislumbrar el brillo de unas lágrimas que luchaba por contener. Su pecho ya no era un tambor, era una batalla en sí misma pues por más que lograse respirar no lograba encontrar aliento, la realidad estaba siendo tan asfixiante como lo había sido la avalancha en su momento. Joder, ojala fuera otro sueño, ojala lo fuera.
-¿¿DÓNDE ESTÁ MI HERMANO?? -Rasgó el aire con una súplica que se desinfló tan rápido como fue lanzada. Ya sabía la respuesta, claro que lo hacía, por eso dolía tanto, por eso necesitaba encontrar cualquier otro posible resultado.
-Dónde está Jas…
Rogó en un estúpido intento de que Akeyo hubiera acertado con su elección. El calor empezaba a apagarse tras los sendos ríos que recorrían sus mejillas y tras la rabia lo único que quedó fue un cascarón roto, un joven tembloroso que lo único que deseaba era volver a ser un simple sacrificio por y para su hermano.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Sendar
14/03/24, 02:26 am
Para Nohlem los días pasaron con otra luz, una mucho más cálida tras la visita al palacete. Había escapado con maestría de la bajona “post-vacacional” y el dulce recuerdo era un bálsamo que hizo de la rutina algo más ligero. A pesar del contraste la ciudad no era más gris que antes. Sus problemas seguían siendo los mismos, sí, pero ahora sabía que había premios en ella y para él pesaba más la esperanza de volver a aquel cuento de hadas que la pena porque hubiera acabado. Igual que un crío, contó ilusionado la experiencia, ofreciendo el volver cuanto antes a pesar de la reticencia lógica de quien no lo ha vivido y lo siente como una trampa.
Y puede que un poco de trampa si fuera, pero para el varmano no era más peligrosa que los hechizos gentiles que plagaban el sitio. Sus obsequios desaparecieron al mismo anochecer, algo que en su cabeza tenía un sentido tan inocente como, aún desconociendo la referencia, ese momento en Aladdin en el que se desvanecen los tesoros tras el musical del genio. Considerando las cosas perdidas quizás hubieran vuelto a su lugar, lo que explicaba que las puertas estuvieran abiertas de par en par para empezar. A fin de cuentas, no hay que temer el robo de aquello que no puede ser robado.
Tenía motivos por los que ser feliz incluso en el triste refugio que les había tocado. Relaciones que habían crecido lo suficiente para darse cuenta entonces de lo mucho que habían evolucionado, la ilusión de aspirar a algo con alguien parecido a lo que tenía en Bermellón… Quizás por eso en su burbuja le resultó tan extraño el comportamiento de Rick. No fue consciente de este hasta que le preguntó al chico directamente, visto que desapareció una primera noche para dormir en otro lado, y si bien entendía los motivos de sus temores, no podía- no, no quería compartirlos. Su fuerte de felicidad tenía cimientos frágiles que proteger. Su teoría y palabras de ánimo salieron tanto para el neoyorko como para sí, en un esfuerzo por apartar posibles fantasmas invisibles de nobles reencorosos, y aunque estaba dispuesto a cargar con su parte de responsabilidad si el chico realmente sentía que habían puesto sus vidas en peligro (tal como haría saber con sus disculpas), no olvidó recordarle que en las puertas del palacete él también había estado de acuerdo a entrar. No es que su enfado la primera semana hubiera sido el más lógico, pero tampoco lo era vivir en los límites del pánico por algo que no daba señales de ser. Y a diferencia de entonces, no había ningún monstruo acorralándolos.
Nohlem tuvo la suerte de que, pájaros de mierda a parte, sus mayores preocupaciones esos días fueron las imprevisibles nalgadas de Connor. Eso y el sonoro jadeo que le hizo abrir los ojos esa mañana.
El varmano no se movió en un principio, demasiado atolondrado con la oreja que no pegaba a la almohada tiesa y alerta. Los murmullos dejaron de ser murmullos y la voz de Ethan le terminó de espabilar, y aunque tardó en moverse por pura confusión -siendo honestos, había permanecido quieto cual animal que cree que así se salvará de un depredador- cuando el tono del moreno se alzó igual lo hizo él hasta quedar sentado en la cama, despeinado tras la noche y con demasiada clavícula al aire por una camiseta que no era de su talla. ¿Qué había visto? ¿Tenían que correr? ¿Había algo en el cuarto? Buscó por la habitación. Su… ¿hermano? ¿Ese con el que se llevaba mal? No, eso habían sido ideas suyas…
“¿Creooo-oh mierda, está llorando”. Con los ojos aún chicos por el abrupto despertar buscó la mirada de Connor con absoluta incertidumbre antes de ponerse en pie.
—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —miró por turnos a ambos humanos en busca de respuestas. Ya había consolado a Ethan una vez por un mal sueño, pero esta vez ni siquiera sabía si era el caso. Fuera lo que fuese parecía más urgente y escandaloso, y por la manera en la que se agazapaba contra la pared no había forma de opinar lo contrario. Se arrodilló cerca del moreno, guardando las distancias con una mezcla de respeto y profunda duda. Miró en dirección a Connor una última vez, fugaz—. Santos Ethan —dijo en voz cuidadosamente baja—, ¿estás bien? ¿Qué pasa?
Y puede que un poco de trampa si fuera, pero para el varmano no era más peligrosa que los hechizos gentiles que plagaban el sitio. Sus obsequios desaparecieron al mismo anochecer, algo que en su cabeza tenía un sentido tan inocente como, aún desconociendo la referencia, ese momento en Aladdin en el que se desvanecen los tesoros tras el musical del genio. Considerando las cosas perdidas quizás hubieran vuelto a su lugar, lo que explicaba que las puertas estuvieran abiertas de par en par para empezar. A fin de cuentas, no hay que temer el robo de aquello que no puede ser robado.
Tenía motivos por los que ser feliz incluso en el triste refugio que les había tocado. Relaciones que habían crecido lo suficiente para darse cuenta entonces de lo mucho que habían evolucionado, la ilusión de aspirar a algo con alguien parecido a lo que tenía en Bermellón… Quizás por eso en su burbuja le resultó tan extraño el comportamiento de Rick. No fue consciente de este hasta que le preguntó al chico directamente, visto que desapareció una primera noche para dormir en otro lado, y si bien entendía los motivos de sus temores, no podía- no, no quería compartirlos. Su fuerte de felicidad tenía cimientos frágiles que proteger. Su teoría y palabras de ánimo salieron tanto para el neoyorko como para sí, en un esfuerzo por apartar posibles fantasmas invisibles de nobles reencorosos, y aunque estaba dispuesto a cargar con su parte de responsabilidad si el chico realmente sentía que habían puesto sus vidas en peligro (tal como haría saber con sus disculpas), no olvidó recordarle que en las puertas del palacete él también había estado de acuerdo a entrar. No es que su enfado la primera semana hubiera sido el más lógico, pero tampoco lo era vivir en los límites del pánico por algo que no daba señales de ser. Y a diferencia de entonces, no había ningún monstruo acorralándolos.
Nohlem tuvo la suerte de que, pájaros de mierda a parte, sus mayores preocupaciones esos días fueron las imprevisibles nalgadas de Connor. Eso y el sonoro jadeo que le hizo abrir los ojos esa mañana.
El varmano no se movió en un principio, demasiado atolondrado con la oreja que no pegaba a la almohada tiesa y alerta. Los murmullos dejaron de ser murmullos y la voz de Ethan le terminó de espabilar, y aunque tardó en moverse por pura confusión -siendo honestos, había permanecido quieto cual animal que cree que así se salvará de un depredador- cuando el tono del moreno se alzó igual lo hizo él hasta quedar sentado en la cama, despeinado tras la noche y con demasiada clavícula al aire por una camiseta que no era de su talla. ¿Qué había visto? ¿Tenían que correr? ¿Había algo en el cuarto? Buscó por la habitación. Su… ¿hermano? ¿Ese con el que se llevaba mal? No, eso habían sido ideas suyas…
“¿Creooo-oh mierda, está llorando”. Con los ojos aún chicos por el abrupto despertar buscó la mirada de Connor con absoluta incertidumbre antes de ponerse en pie.
—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —miró por turnos a ambos humanos en busca de respuestas. Ya había consolado a Ethan una vez por un mal sueño, pero esta vez ni siquiera sabía si era el caso. Fuera lo que fuese parecía más urgente y escandaloso, y por la manera en la que se agazapaba contra la pared no había forma de opinar lo contrario. Se arrodilló cerca del moreno, guardando las distancias con una mezcla de respeto y profunda duda. Miró en dirección a Connor una última vez, fugaz—. Santos Ethan —dijo en voz cuidadosamente baja—, ¿estás bien? ¿Qué pasa?
- ♪♫♬:
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Sendar
14/03/24, 01:31 pm
La conversación con Räg se vio interrumpida por las llamadas desde el exterior para que bajasen el puente. Airi solo tuvo tiempo de mirar a Räg antes de levantarse lo más rápido que pudo, que no fue tanto como su amigo. No había tiempo de lamentarse por tener que cortar una conversación interesante y agradable, porque saber que estaban bien era la prioridad más absoluta. Le sanaí esperó a que todos entraran plantade en el salón, adivinando por sus caras que todo había ido bien. No había heridas, no había ausencias, no había caras largas.
A le sanaí le desconcertó, eso sí, ver que traían cosas nuevas con ellos. Un extraño instrumento, ropa, e incluso pintura facial en el caso de Damian.
—¿Dónde habéis estado? —La pregunta salió de sus labios llena de desconcierto, pero también de curiosidad. ¿Habían encontrado más ruinas con cosas para saquear? Todo parecía estar en buen estado, sin embargo, demasiado si se comparaba con el libro de cocina.
Recibieron explicaciones enseguida. Se trataba de algo demasiado bueno para ser cierto y, al principio, Airi solo pudo sonreír al escuchar las historias y las descripciones, deseando haber visto aquello con sus propios ojos. Sin embargo, había algo que no cuadraba, y una vocecilla angustiada se fue abriendo paso en su mente, pintando escenarios desagradables. Aunque había aceptado un recuerdo del palacio, una bonita pulsera que trajo Ethan, no pudo dejar de pensar en pedirles al día siguiente que devolviesen todo cuando saliesen a por las cestas. No estaba bien robarle a los muertos, a menos que corrieses peligro, y como era el caso no se negaba a saquear casas vacías… ¿pero sería ese el caso de aquel palacio? Le sanaí se imaginó a uno de los del discurso de la plaza viviendo en aquel lugar, ausente temporalmente, encontrándose con que le habían robado al regresar. Si bien era cierto que no debería haberlo dejado abierto, Airi tampoco había usado un cerrojo hasta llegar a Rocavarancolia, y no le parecía tan extraño.
Su petición no formulada dejó de ser necesaria cuando todo lo robado se volatilizó en un momento, pero su preocupación no lo hizo junto con los objetos. El susto casi le saca el corazón por la boca, forzándole a ponerse expectante y a la defensiva, pero no pasó nada más. Rogó a los Espíritus que aquella fuese toda la represalia que recibirían por el robo, y trató de no pensar demasiado en ello una vez no hubo más que hacer, como hacía con tantas otras preocupaciones que amenazaban su cordura desde que vivía allí.
La rutina continuó durante varios días más en los que, por suerte, no ocurrió nada al respecto del robo. Solo continuó habiendo problemas con las cestas, pero al menos para eso estaban algo más preparados. Elle no dejó de lado sus esfuerzos por mejorar, por tratar de aportar algo al grupo más allá de hacer tareas en el torreón, en las salidas. Al menos ahora sabía que necesitaba hablar más con sus compañeros, relajarse. Se dio cuenta de que todavía podía sonreír si hacía eso, por lo que salió más noches con Ethan a ver a su amigo o continuó charlando con Räg de algo más que magia.
Airi se desperezó aquella mañana, sin ganas de levantarse por la tirantez en sus codos y rodillas, pero lo hizo de todos modos. Con cuidado de no despertar a quienes aún durmieran rebuscó por su ropa en el baúl y se apartó a una esquina para cambiarse, oyendo poco después a Damian desperezándose y la voz bajita de Aniol. La petición del niño le arrancó una risilla suave, delatando su posición para ambos.
—A mí no me mires, yo ya estaba en ello —bromeó sin levantar la voz.
Tal vez por la quietud que reinaba en la habitación, el silencio dentro del torreón era muy evidente. Como también lo fue el momento en que se rompió. Una voz, un grito. «¿Ethan?». Airi intercambió miradas preocupadas con quienes estaban despiertos y, acabando de arrebujarse en una chaqueta demasiado grande para elle, se abrió paso hasta la puerta para seguir las voces hasta el cuarto grupal de abajo. Tal vez no pasaba nada, pero no se tranquilizaría hasta averiguarlo.
A le sanaí le desconcertó, eso sí, ver que traían cosas nuevas con ellos. Un extraño instrumento, ropa, e incluso pintura facial en el caso de Damian.
—¿Dónde habéis estado? —La pregunta salió de sus labios llena de desconcierto, pero también de curiosidad. ¿Habían encontrado más ruinas con cosas para saquear? Todo parecía estar en buen estado, sin embargo, demasiado si se comparaba con el libro de cocina.
Recibieron explicaciones enseguida. Se trataba de algo demasiado bueno para ser cierto y, al principio, Airi solo pudo sonreír al escuchar las historias y las descripciones, deseando haber visto aquello con sus propios ojos. Sin embargo, había algo que no cuadraba, y una vocecilla angustiada se fue abriendo paso en su mente, pintando escenarios desagradables. Aunque había aceptado un recuerdo del palacio, una bonita pulsera que trajo Ethan, no pudo dejar de pensar en pedirles al día siguiente que devolviesen todo cuando saliesen a por las cestas. No estaba bien robarle a los muertos, a menos que corrieses peligro, y como era el caso no se negaba a saquear casas vacías… ¿pero sería ese el caso de aquel palacio? Le sanaí se imaginó a uno de los del discurso de la plaza viviendo en aquel lugar, ausente temporalmente, encontrándose con que le habían robado al regresar. Si bien era cierto que no debería haberlo dejado abierto, Airi tampoco había usado un cerrojo hasta llegar a Rocavarancolia, y no le parecía tan extraño.
Su petición no formulada dejó de ser necesaria cuando todo lo robado se volatilizó en un momento, pero su preocupación no lo hizo junto con los objetos. El susto casi le saca el corazón por la boca, forzándole a ponerse expectante y a la defensiva, pero no pasó nada más. Rogó a los Espíritus que aquella fuese toda la represalia que recibirían por el robo, y trató de no pensar demasiado en ello una vez no hubo más que hacer, como hacía con tantas otras preocupaciones que amenazaban su cordura desde que vivía allí.
La rutina continuó durante varios días más en los que, por suerte, no ocurrió nada al respecto del robo. Solo continuó habiendo problemas con las cestas, pero al menos para eso estaban algo más preparados. Elle no dejó de lado sus esfuerzos por mejorar, por tratar de aportar algo al grupo más allá de hacer tareas en el torreón, en las salidas. Al menos ahora sabía que necesitaba hablar más con sus compañeros, relajarse. Se dio cuenta de que todavía podía sonreír si hacía eso, por lo que salió más noches con Ethan a ver a su amigo o continuó charlando con Räg de algo más que magia.
Airi se desperezó aquella mañana, sin ganas de levantarse por la tirantez en sus codos y rodillas, pero lo hizo de todos modos. Con cuidado de no despertar a quienes aún durmieran rebuscó por su ropa en el baúl y se apartó a una esquina para cambiarse, oyendo poco después a Damian desperezándose y la voz bajita de Aniol. La petición del niño le arrancó una risilla suave, delatando su posición para ambos.
—A mí no me mires, yo ya estaba en ello —bromeó sin levantar la voz.
Tal vez por la quietud que reinaba en la habitación, el silencio dentro del torreón era muy evidente. Como también lo fue el momento en que se rompió. Una voz, un grito. «¿Ethan?». Airi intercambió miradas preocupadas con quienes estaban despiertos y, acabando de arrebujarse en una chaqueta demasiado grande para elle, se abrió paso hasta la puerta para seguir las voces hasta el cuarto grupal de abajo. Tal vez no pasaba nada, pero no se tranquilizaría hasta averiguarlo.
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