Luna Alta

Las palabras de la daeliciana hacen que arrugue la frente ante sus afirmaciones. La chica intenta zafarse de mis agarraderas arenosas, cosa absolutamente imposible. Tentado de destrozar cada hueso de las manos de Enna una voz se alza entre las nuestras. 

Dama Puntada, aquella mujer casi albina con un parche en el ojo y muñequitos adorablemente amenazadores se encaminaba directamente hacia nosotros. -¿Aprendiz?- Digo extrañado intentando estar paralelo a Wen. Los conejos de la demiurga no parecen nada simpáticos, no se parecen en nada al oso de peluche de la fiesta, ni siquiera la propia Dama Puntada parecía la misma. Ante la petición de liberar a la chica solo puedo negar con la cabeza y dejar la arena en su lugar mientras que el dragón se coloca a mi derecha relajadamente sin parar de mirar a los conejos de la demiurga. 

Mi creación tiene las alas endurecidas por si fuese necesario adelantarlas para ser utilizadas de mampara de protección si fuese necesario. -¿Demiurgo? ¿Me estas diciendo que esa mujer puede dotar de vida lo inerte?- Digo casi soltando una carcajada al pensar lo impropio que me es ver a una Ennakhai como una persona que disfruta dando vida a lo inanimado. -¿Quieres decirme que has sobrevivido gracias a la ayuda de Dama Puntada?- Digo preguntando de manera despectiva a la joven daeliciana. Dentro de mi ser mi alma gritaba y gritaba intentando que preguntase, a una respetada Dama Puntada, como puede ser posible que haya cogido a una asesina así como discípula. 

-¿Usted sabe como es en realidad esta mujer? Es la cosa mas pérfida, mentirosa, dañina y cancerígena que he conocido en toda mi vida. ¿Como puede una persona como usted dar cobijo a algo como ella?- En ese momento mi dragón hace estallar una baldosa al arañarla y desmenuzarla entre sus garras. Miro entonces a Enna con los ojos mas fríos y desalmados que jamas hubiese podido hacer. -¿Es así como sobreviste? ¿Te pegaste a otra huésped como la sucia sanguijuela que eres no?- Digo cruzándome de brazos y respirando hondo relajadamente. -¿Sabias que seguíamos vivos y cual era nuestra verdadera naturaleza? ¿O acaso vivías feliz como nosotros al darte por muerta?- Mis palabras intentaban parecer duras, nunca se me ha dado bien hacer de malo pero si no fuese por la intromisión de su, ahora maestra, las circunstancias serían muy diferentes a como han salido ahora. La mirada inquisitiva de Dama Puntada hacia mis grilletes improvisados de arena me hacen chasquear la lengua.

Las dos pelotas de arena se disuelven silenciosamente ascendiendo sobre el cuerpo de la chica. Al llegar a la altura del pecho los dos torrentes se unen y se alejan del pecho de la chica formando una creación improvisada parecida a un águila que, al terminar de despegarse de la chica alzando el vuelo, llena con unas partículas los ojos de la llorosa chica lila

Las palabras de Dama Puntada me siguen sin convencer. "¿Es acaso que ahora Enna es intocable? No.. solo ha sido un golpe de suerte. No creo que sea conveniente enfrentarnos a ella nosotros dos. Aunque tengo mucha arena no estoy seguro de tener el nivel suficiente como para batirme en un duelo de creaciones con ella." Pienso mirando a la mujer y a su vestidito rojo.

Enna parece ser que se intenta limpiar la arena que mi ave ha arrojado contra ella. Hago que algunos granos de arena se metan por dentro de la ropa y el pelo de la chica. Cierro los ojos y respiro profundamente negando con la cabeza mientras intento percibir las partículas ocultas en la chica. Creo que podré encontrarla si me lo propongo. La demiurga nos hace una amenaza oculta en sus palabras por lo que gruño y me acerco a Wen.

-Creo que deberíamos irnos.- Mascullo a Wen mirando fijamente a Dama Puntada. -Si lo que dices es cierto la Enna que conocemos murió en el acantilado donde la dejamos. Es mucho mejor dejarla vivir la vida de remordimientos por las muertes inocentes de nuestra cosecha.- En ese instante miro fijamente a Ennakhai y sonrío con un aire sombrío. -Como Cira. Por ejemplo.-

Wen bajó el arma, pero no la soltó. Ornlu se acercó a ella sin dejar de enseñar los dientes a la niña, pero desconcertado por el cambio en su ama. “Demiurga” pensó “La niña se ha convertido en demiurga. Su naturaleza es dar vida.” Wen no sabía si reír o llorar ante la ironía del asunto.

- El sentido del humor de la Luna cada día me sorprende más. - comentó mirando fijamente a la niña, ignorando a la demiurga tuerta.- Parece que al final has terminado teniendo que pagar por tus muertes.

Escuchó a la mujer en silencio con actitud impasible. Ella ya había sospechado de la psicopatía de la niña cuando ocurrió aquello y sabía de la empatía y el dolor del demiurgo, pero eso no hizo que su corazón se ablandara.

- Se lo que es un psicópata, dama, y lo que implica una transformación como la de demiurgo, pero nada de eso hará que olvide una traición a la confianza. No me acercaré a ella si eso es lo que quieres, pero tampoco quiero que ella se acerque a mí. No pienso poner un dedo sobre ella, pero confío en que la ciudad ponga a cada uno en su lugar, así que no seré yo la que le ponga impedimentos a esta cuando quiera matarla. - le dijo a la demiurga y luego se volvió hacia su aprendiz.- Has tenido suerte, Ennakhai, una suerte que en ninguno de los mundos que conozco o me quedan por conocer te hubieras merecido. Espero que tu sentido de la lealtad haya cambiado, porque en el momento en el que vuelvas a dar razones para merecer la muerte no dejaré que nadie se me adelante.

Dichas esas palabras, guardó su arco, hizo un movimiento en dirección a su lobo par que la siguiera y volvió por donde había venido.

- Vámonos, Matt, se me han quitado las ganas de ir al desierto. - dijo por encima de su hombro como si el encuentro con Enna nunca hubiera sucedido.

Sigue en el Burdel de Dama Espasmo.

"Esto ya me gusta más", fue el tipo de pensamientos que rondaban la cabeza de Shizel a medida que se adentraba en el barrio de la Luna Alta. A pesar de que estaba tan tintado por la decadencia como lo estaba el resto de la ciudad, seguía siendo la zona rica. Y se notaba.

Muchos de los palacetes parecían abandonados, pero el skrýmir no se aventuró a echar un vistazo en el interior tal y como se habían dedicado a hacer él y sus compañeros en la época de cosechados. Por una parte porque ahora que había regresado a su posición civilizada no tenía ningunas ganas de apartarse de ella, y por otra porque sospechaba que más de la mitad de lo que él podía juzgar abandonado en realidad estaba habitado por toda clase de sorpresas desagradables contra intrusos.

No debía haber muchos logomantes en Rocavarancolia si la tal dama Puente podía permitirse una mansión en aquel lugar. O quizá se la costease de otra forma, quién sabía. Shizel dejó de darle vueltas al asunto en cuanto llegó a la casa, modesta en comparación con otras, que según le había informado Tsusu habitaba la bruja.


-El habla idrina completa es el doble de cara que los demás- dijo dama Puente con voz pausada-. Si vienes de allí sabrás por qué.
La bruja le había hecho pasar al interior, a una aséptica sala de visitas en la que presumiblemente recibía a los clientes. Shizel asintió en la butaca opuesta a la logomante.
-Pero ya soy idrino- argumentó-. Solo hay que recuperar lo que ya hay en alguna parte de mi cabeza.
La logomante negó con la cabeza.
-La fuente no funciona como el hechizo de memoria de las cosechas. No bloquea nada, sino que borra y sustituye el idioma original por otro. No queda nada que recuperar.
Una leve mueca de descontento fue lo único que Shizel permitió que asomase a sus labios. Había confiado en poder recuperar por su cuenta los matices gestuales en lugar de volver a aprenderlos artificialmente, pero la respuesta de la bruja le había confirmado que no era posible.
-¿Escritura, habla, escucha o el lote completo?- preguntó dama Puente a continuación, hojeando un grimorio de elaboración propia donde estaban apuntados al completo los hechizos más comunes que le pedían. Las peticiones más específicas requerían tiempo para elaborar el ensalmo antes.
-Completo- confirmó Shizel.
-¿Lo quieres anclado a un colgante o cualquier otra cosa?
Esta vez el skrýmir negó con la cabeza.
-Quiero recuperarlo permanentemente. De no haber sido así habría ido al mercado- explicó. Desde que se había transformado le veía menos importancia a la delicadeza de no decir cosas como aquella última frase. Las veía lógicas y su mente priorizaba eso.

La bruja se saltó las advertencias rutinarias que administraba a los extranjeros que pedían aprender idrino. Si venía de allí al skrýmir no le hacía falta que le dijeran que no aprendería a mentir por matices automáticamente.
-Voy a aplicarte un hechizo de sueño- explicó mientras ultimaba los preparativos-. Esto va a durar un poco, pero no vas a darte cuenta.


Algo más de una hora después Shizel salió de Luna Alta, con un zumbido molesto en los oídos y en el interior de su cabeza. La bruja le había recomendado que mantuviese su mente despejada y que no hiciese uso de su nuevo don hasta que aquella nueva información no se asentase de nuevo en su mente.
Suspiró. Había un sitio al que tenía que ir antes de tomarse el resto del día libre.

Sigue en la Biblioteca Mágica.

Llegué a la casa de siempre y entré sin problemas, tenía suerte de que estuviese deshabitada, si no ya me habrian dado varias palizas por colarme en un sitio privado. El lugar estaba igual de sucio y desordenado que siempre pero tampoco me paré a mirar en derredor, sólo me interesaba el jardín.

Dejé la botella con la solución en una esquina y me fui al centro del jardín. Saqué del cinturón una bola, correspondiente a la enredadera más larga que habia encontrado en el Macetero, tenía una idea en mente y si me salía bien podría participar en el torneo sin miedo a que me apalizasen brutalmente. Era una idea plagiada, pero si funcionaba funcionaba.

Estrellé la bola contra el suelo, solo necesitaba una. Cerré los ojos para concentrarme y pronto hubo mas de una veintena. Terminé de dar las órdenes y cuando abrí los ojos vi un muñeco informe de mi altura hecho de enredaderas, el conjunto no se podía mover del sitio, pero eso no importaba, bastaba con que tuviese forma. <<Ahora solo tengo que hacerlo más grande, con la longitud de estas enredaderas debería ser capaz de hacer un verdadero coloso>>.

Bien, eso es más fácil decirlo que hacerlo. Mucho más. Y desde luego Matt lo tenía fácil, lo que el hacia no tenía voluntad, ni ningún tipo de pensamiento, no es que las enredaderas piensen mucho, pero más que la arena desde luego. Tuve que cortar las quejas de raíz, y aún con eso sentía que la cabeza me iba a explotar, nunca había intentado algo tan complicado. Cinco metro y ya se alzaba por encima de los muros del patio, pero no solo se estaba haciendo más alto, también más ancho. En el momento en que llegué a los diez metros de altura una parte se desmoronó, no había tenido cuidado con las órdenes. Por supuesto la veintena de enredaderas del principio se quedaba corta, así que había dicho que soltaran más semillas. Al final del tiempo que tenía para entrenar había conseguido llegar a los quince metros, y por desgracia había llegado al límite de anchura permitido en aquel patio. <<Parece que voy a tener que completar esto en el Macetero>>.  Pensé con cansancio. Había avanzado muchísimo para ser el primer día, lo que no sabía es que se iba a complicar la cosa y mucho, cuanto más grande más complicado.

Empezaba a atardecer, tenía que irme de allí, me eché un hechizo vigorizante y recogí la botella. También les ordené a las plantas que se marchitasen para no dejar rastro, después me fui camino de la botica.

Sigue en la Botica de la náyade.

Llegamos a la avenida de casas y esperamos por DL al que saludé animado, después echamos a andar por ella y al cabo de un rato me paré frente a una casa grande y de dos pisos, con patio trasero y un sótano nada desdeñable, pero eso no se veía desde fuera.

-Ésta es - entré sin pararme mucho en la puerta,- pasad y os la enseño por dentro, aunque está bastante sucia y necesita un par de reformillas, pero me gusta, y en cuanto la haya adecentado y dado una mano de pintura será habitable y la usaré también como consulta, sólo tengo que adecuar un par de salas para ello. Los dormitorios están en la parte de arriba y la cocina no está en mal estado, seguro que podré conseguir comidas deliciosas. Pero bueno, de momento es un sueño, no tengo dinero ni para empezar con la reforma a pesar de toda la magia que pueda usar para ayudar.

Me paré en el recibidor y miré hacia ellos expectante.

-¿Y bien? ¿Qué os parece?

-Magia de construcción- repitió el idrino pensativo-. Prometí echarle una mano a Tap con eso. Para cuando planees mudarte quizá esté en condiciones de ayudarte.
"Otra cosa para la lista." Shizel había soñado con abarcar toda la magia posible, y cada vez se daba más cuenta de lo imposible que era eso.

Tosió con discreción ante la capa de polvo que cubría el lugar, pero no puso mala cara. Había aprendido a relativizar mucho la suciedad en general desde que sabía que con un pase de magia podía desaparecer de un plumazo.
-Paciencia y ahorra para esto el dinero que normalmente uses en caprichos- recomendó como consejo-. Y échale periódicamente un ojo a los precios de las reformas, para saber en qué momentos del año te puede salir más barato.
>>Se ve que más de uno tiene el futuro ya pensado- añadió con humor-. ¿Dónde elegirías vivir en caso de mudarte de la Sede, DL?

La invitación de Enredo le había pillado por sorpresa pero se aferro a ella como a un clavo ardiendo. Llevaba tantos días sin ver la luz del sol fuera de la Sede que esta incluso le cegó momentáneamente mientras se dirigía hacia el lugar donde debía encontrarse con Enredo.

Ese día DL no se había peleado con su imagen en el espejo, estaba cansado por lo tanto tan solo lucia el cabello rubio de acabado de levantar, ojos rojos, pantalones negros, botas militares, una camisa blanca y chaleco. En ese momento luchaba mas por no dormirse que por su imagen. Tal vez no se muriese y se regenerase a gusto pero perder tanta sangre mientras practicaba abrir y cerrar heridas lo tenían medio anímico a esas alturas. Eso si estaba dando frutos, estaba convirtiéndose en un pariente del colador y del queso gruyete. Refunfuñando incoherencias se acuclilló en el suelo no muy lejos de la entrada a la avenida de casas de lujos.

Ahí estuvo esperado mientras llenaba el estomago y recuperaba parte de las energías perdidas, viéndolos llegar les sonrió alzando una mano con pereza,  levantándose cual zombie saliendo de su letargo.

-Si tuviera mas energías te comía a besos solo por sacarme de mi cuarto- bromeo al brujo como era habitual en el siguió finalmente al brujo quedándose admirando la casa. Ya sabia que este pensaba mudarse en el futuro peor recién se enteraba que era precisamente allí donde quería vivir- ¿Cuantas habitaciones tiene? -Pregunto curioso pues solo pensar en todo lo que tendría que reformar y limpiar su amigo le daba migraña. Eso si, tenia buen gusto, espaciosa, bien situada  y en buen estado en comparación a otros edificios de la ciudad.

El comentario de Shizel atrajo su atención y le hizo pensar en si mismo, el tenia planes futuros realmente mas bien vivía un poco el presente, un poco lastimosos en realidad. Solo había una cosa que tenia clara sobre lo que deseaba hacer y aun estaba por verse.

-Pues no lo había pensado, no creo que me fuese a mudar solo...si me enloquezco solo en mi cuarto imaginaros en una casa. Seria como al versión cutre de Yip - añadió medio en broma medio en serio, la soledad probablemente era lo que peor le sentaba-Ademas tengo pensado viajar bastante...imaginaros la limpieza al volver, así que mi mejor opción es meterme en tu casa y robarte la comida, Enredo- dijo bromeando finalmente con el brujo.

-¿Y tu Shiz? ¿Donde irías de salir de la comodidad de Serpentaria?- pregunto también curioso mientras se adentraban a la casa para verla mas claramente por dentro y solo de imaginarse al idrino en una casona, limpiando o intentando cocinar le hacia sonreír con cierta ternura y diversión.

Shizel hizo un gesto disciplente con la mano.
-La limpieza es secundario: ahora tenemos magia- antes era secundario por los criados.

La pregunta de DL le hizo pensar un poco. Con Enredo se había sincerado porque parecía receptivo, pero no quería arriesgarse a miradas incrédulas e intentos de convencerle de que se quedara antes de tiempo. Había acabado por decidir que daría la noticia de sus intenciones un día que estuvieran reunidas sus amistades más cercanas, que básicamente coincidían con los macieleros, para que justamente el hecho de estar reunidos les hiciera aceptarlo a base de presión de grupo. A los demás podía informarles de forma más desenfadada, ya que era menos probable que les importase.
-¿De aquí? Este barrio no está mal- comentó, tomándose la pregunta como un planteamiento hipotético en caso de quedarse-. Aunque claro, sin padres y sin el servicio quizá no necesitara tanto espacio. Pero prefiero las casas grandes.

Luna Alta hacía honor a su nombre, y desde allí podían distinguirse varios edificios emblemáticos de la ciudad. Cerca del río pudo ver Maciel, y se preguntó cómo serían los que vivían allí ahora.
-Nosotros hablando de inmobiliaria y los cosechados de este año muriendo a puñados- murmuró. De haber sido consciente en su momento de ello, él se había cabreado muchísimo-. ¿Habéis visto a alguno?

-Lo cierto es que no tengo muchos gastos, al vivir por la gorra en la torre no gasto mucho y lo poco que voy ganando lo ahorro.

Acepté los consejos de Shiz ya que en cuestión de negocios él tenía mucha mejor mano que yo, y me reí un poco con DL.

-Claro DL, de hecho prefiero que vivas aquí, así no te me presentas en las comidas o en las cenas por sorpresa - lo fulminé con la mirada pero en seguida pasé a reírme a carcajadas.- Fuera bromas, no me importaría tenerte aquí viviendo, siempre que colabores con las tareas del hogar - en mi mente ya veía al foner con un delantal y limpiando la casa.

La evasiva del idrino ante la pregunta de DL me indicó que calladito estaba yo más guapo, el día que Shiz decidiese contarlo lo haría por su cuenta, yo no pensaba decir ni mu, así que fingí examinar una pared hasta que el idrino comentó algo de los cosechados.

-Sí, me pasé por Letargo y me echaron con cajas destempladas, bueno, literalmente me ignoraron. Deben de estar algo quemados los de este año, no es que se les pueda reprochar. De Maciel también tengo noticias, al parecer casi todos los de los nuevos mundos han acabado allí - lo sabía por Yttria que estaba emocionadísima con los irrenses y los había ido a observar.

-Eso sí, igual que nosotros la mayoría necesitará ayuda al principio, lo más probable es que vaya a echarles un vistazo cuando salga la Luna - comenté con despreocupación.

Que su broma acabase como una invitación de Enredo le cogió. Era algo típico de la personalidad del brujo.

-Gracias por la invitación, la tendré en cuenta- respondió el cambiante sonriendo animado. Era una una oferta prometedora, podría ayudar en la remodelacion y en la casa, algo a lo que no que no le supondría mucho esfuerzo tampoco y al menos no viviría solo. Pero no había nada seguro no sabia que pasaría en el futuro.

-Seriamos todos vecinos nuevamente. No te tendrías que preocupar de la comida de nuevo- añadió DL con cierto humor cuando Shizel expuso que el también podría irse a vivir a aquella zona-Oye, en cuanto a lo de lo sirvientes si quisieras, hay esclavos en la ciudad. Si no los quieres como tal puedes pagarles -añadió mirando al idrino ante la mención a los sirvientes.

Pronto la conversación fue por otros derroteros: la nueva cosecha. DL no había prestado mucha atención a esta, tal vez porque le hacia recordar su propio tiempo en el pellejo de estos. Ya habrían tenido muertos, peleas y problemas culturales a montones ¿como llegarían a la luna?

-Queda ver si la luna es amable con ellos. Hubo bastante cambios físicos en Maciel, un lemur, una loba, dos trasgos...Yo me convertí en una masa deforme cuando aun no podía controlarlo...supongo eso cuenta como cambio inquietante- añadió entretenido recordando su propia tranformacion y el trauma de esta. Perder todos los huesos del cuerpo era algo que no deseaba a nadie porque la imagen era difícil de borrar- Seria interesante ir a verlos cuando la luna los cambie, a nosotros nos fue de mucha ayuda la llegada de los del cuchitril. Aunque  estando la luna en pleno apogeo, estaremos como drogados de nuevo.

-¿Te ignoraron?- Shizel estaba sorprendido. En su lugar él se habría lanzado al cuello de cualquier habitante de la ciudad que encontrara para asaetearle a preguntas. ¿Significaba que se habría mostrado alguien ante los letarguinos antes de Enredo?

-Sí, cuenta- dijo con voz queda cuando DL mencionó sus cambios durante la Luna. Él había pasado unos minutos espantosos tratando tanto de recolocarle los huesos al foner como de cerrarle las heridas de las manos a Bran, y aún recordaba el miedo que había pasado esa primera parte de esa noche.

-No estoy seguro- confesó cuando salió el tema de la conveniencia de hacerles una visita a los cosechados cuando saliese la Luna-. Yo en todo caso me pasaría a comprobar si están en peligro de muerte o algo así por la transformación. Pero para presentarme esperaría a que estén más asentados. Llevan una criba entera defendiéndose contra las intrusiones, y que aparezcan unos desconocidos de la nada a invadirles no llevaría más que a tensiones innecesarias- lo sabía porque a él mismo le había molestado: ¿dónde había estado toda esa gente mientras ellos se dejaban la piel?-. Es mejor tratar con ellos cuando estén listos para aceptar la ley de no intervención sin tener una rabieta.

>>La Luna pasada fue especial- añadió, mirando hacia arriba como si pudiera ver el gran astro rojo en el cielo, recordando la respuesta de Koval y Noel al preguntarles al respecto-. Esta debería ser normal, y debería dejarles superar sus cambios con tranquilidad. Aunque admito que tengo ganas de ver otra- sonrió. Peligro de muerte aparte, había disfrutado enormemente del subidón.
Cuando bajó la mirada ésta se topó con un edificio en la distancia que le resultaba familiar.
-DL- llamó al foner tras llenar sus ojos de niebla mágica-. ¿No te suena?
Lo que estaba en la distancia era el bastión palpitante.

-Ya veo, así que nuestra luna fue especial, que interesante - respondí pensativo, me preguntaba por qué habría sido esa en concreto o si era un fenómeno escogido al azar.

Shiz señaló a la distancia hacia una especie de torre y me pregunté si ellos ya habría estado por allí. Una voz me sobresaltó, me di la vuelta y vi una mujer con una cesta al brazo y un conejo de tela al hombro.

-Buenos días - saludé por reflejo, por fin una persona educada que no parecía mirarnos por encima del hombro, aunque eso igual tenía que ver con que ella quizá no sabía que éramos novatos. Me llamó la atención el peluche y pude comprobar que se movía, sonreí.- Es la primera vez que veo una criatura demiúrgica tan mona, ¿es vuestra? -pregunté, pregunta estúpida ya que era obvio que le pertenecía, pero seguía estando un poco pez en eso de hablar con desconocidos.

Si la luna de ellos fue especial ¿como seria la normal? Seria interesante poder descubrirlo desde el punto de vista del transformado.

-Claro que me acuerdo, ese día saliste un poco a lo loco porque escuchaste a Miseria- añadió viendo el bastión a lo lejos, esa salida había sido una pequeña aventura le había intrigado ese edificio que parecía vivo entonces y aun le intrigaba. La presencia de este es la que los había salvado, irónicamente.

Fue el sobresalto de Enredo lo que mas llamo su atención y se giro a ver con quien hablaba el brujo encontrándose con aquella chica completamente desconocida, vestida de blanco de la cabeza a los pies. El peluche sobre su hombro, moviéndose por su cuenta, le hizo pensar que un pariente del transformado Tap estaba invadiéndolo.

-Buenos días -saludo tras un momento de silencio, seguía siendo un poco malo tratando con desconocidos por temor a cagarla estrepitosamente, por ello lo mejor era hablar poco. Por suerte Enredo se le adelanto, confirmandole de algún modo la transformación de la chica y  la duda sobre el porque ese peluche se movía. Si algo había aprendido en la ciudad es que preguntar por la tranformación de uno no era siempre recomendable. Y también que iban a necesitar las dotes sociales de Shiz para ese momento.