Barrio de los Mil Dioses
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Rocavarancolia Rol
30 participantes
- Rocavarancolia Rol
Barrio de los Mil Dioses
02/08/11, 06:28 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Zona cercana al anfiteatro donde una buena parte de los escombros y edificios a medio derruir corresponden a viejos templos, tipo de edificación prolífica en aquel barrio a la que debe su nombre. Varios edificios mantienen milagrosamente medio en pie algunas habitaciones donde hay pertenencias de antiguos rocavarancoleses, de todo tipo. Las hienas han hecho de este lugar su territorio.
- InvitadoInvitado
Re: Barrio de los Mil Dioses
05/08/20, 08:06 pm
La reacción de Obel le pareció desternillante. Nunca había visto una reacción semejante a una recarga. Las había oído, en íncubos, súcubos, vampiros, tal vez en algún cizaña, pero nunca la había visto en directo. Se acercó a Obel para verlo mejor en la oscuridad y se apoyó en la varanda. Abajo el caos continuaba, los gritos de Quinto eran casi indistinguibles entre los rugidos de los fieles. Por la Luna, ¿es que no se callaba nunca?
Ladeó la cabeza ante la pregunta de la gárgola, aunque su sonrisa no cambió ni un poco. Pedía un precio. Tero se acercó a su oído para dárselo.
-Sigue viniendo -respondió -Ewa reconoce a sus hijos, los protege y alimenta. Este es tu alimento -Señaló vagamente a la masa de monstruos que se revolvía en las sombras -Acude a ella y ella proveerá.
Todavía tenía ganas de empujar a Obel al pozo a ver qué pasaba, pero ya habría tiempo para eso. Estaba claro que iba a ser una nueva adquisición muy interesante.
Ladeó la cabeza ante la pregunta de la gárgola, aunque su sonrisa no cambió ni un poco. Pedía un precio. Tero se acercó a su oído para dárselo.
-Sigue viniendo -respondió -Ewa reconoce a sus hijos, los protege y alimenta. Este es tu alimento -Señaló vagamente a la masa de monstruos que se revolvía en las sombras -Acude a ella y ella proveerá.
Todavía tenía ganas de empujar a Obel al pozo a ver qué pasaba, pero ya habría tiempo para eso. Estaba claro que iba a ser una nueva adquisición muy interesante.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Barrio de los Mil Dioses
19/04/21, 12:48 am
Había pocas cosas más irónicas que Ulmara adentrándose sin saberlo en el barrio de los Mil Dioses, pero ahí estaba, bañada por la lluvia y el rojo lunar. Al principio corrió sin mirar atrás, aullando, gritando, saltando a cada oportunidad que se le presentaba. A veces sentía el viento empujándole la espalda y la lluvia caía sobre toda ella excepto sus ojos, pero era pronto para entender nada que no fuese la euforia. Lo que fuera que buscaba, esa parte que faltaba de sí misma, ¡estaba en todas partes! Cubría cada calle, cada barrio, cada punto de Rocavarancolia; estaba en el cielo, en el suelo y a medio camino; regaba las plantas del cementerio, formaba arroyos en las calles con pendiente y arrastraba sangre, tierra y suciedad. Era un rumor, como el de sus pasos bajo la lluvia, y era un clamor, como sus gritos coreando los truenos y los aullidos de los lobos.
En un giro brusco vio una figura corriendo hacia ella y la reconoció enseguida.
—¡QWARA! —le gritó con los ojos abiertos y una sonrisa gigante, como pocas veces—. ¿Tú también lo sientes? ¡Está en todas partes! —El agua le había limpiado la sangre a la sudafricana, pero seguía manando de su cabeza para diluirse con el temporal. Ulmara, por fin en el sitio correcto, se dio cuenta de que se había ido corriendo como una loca y las había dejado heridas—. ¡Dioses! ¿Estás bien? ¡Dime que sí! —No podía ocultar la emoción, no podía estarse quieta siquiera, y se balanceaba de un pie a otro, o se estrujaba la ropa siempre empapada, o agitaba la cabeza para descargar un poco de agua de entre las plumas—. ¡Lo siento muchísimo! —le dijo, pero, de nuevo... ¿Lo sentía de veras por haberse ido? ¿O en el fondo se alegraba de que hubiera venido ella?
Faltaba poco para que el suelo temblase de nuevo y, sin saberlo, se encontraban terriblemente cerca de la torre de Sakim el vidente. Una torre a la que le quedaban... ¿cuatro o cinco segundos de vida arquitectónica?
En un giro brusco vio una figura corriendo hacia ella y la reconoció enseguida.
—¡QWARA! —le gritó con los ojos abiertos y una sonrisa gigante, como pocas veces—. ¿Tú también lo sientes? ¡Está en todas partes! —El agua le había limpiado la sangre a la sudafricana, pero seguía manando de su cabeza para diluirse con el temporal. Ulmara, por fin en el sitio correcto, se dio cuenta de que se había ido corriendo como una loca y las había dejado heridas—. ¡Dioses! ¿Estás bien? ¡Dime que sí! —No podía ocultar la emoción, no podía estarse quieta siquiera, y se balanceaba de un pie a otro, o se estrujaba la ropa siempre empapada, o agitaba la cabeza para descargar un poco de agua de entre las plumas—. ¡Lo siento muchísimo! —le dijo, pero, de nuevo... ¿Lo sentía de veras por haberse ido? ¿O en el fondo se alegraba de que hubiera venido ella?
Faltaba poco para que el suelo temblase de nuevo y, sin saberlo, se encontraban terriblemente cerca de la torre de Sakim el vidente. Una torre a la que le quedaban... ¿cuatro o cinco segundos de vida arquitectónica?
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Barrio de los Mil Dioses
21/04/21, 12:51 am
En una demostración del más puro sinsentido Qwara corrió tras Ulmara bajo la tormenta, ignorando los rayos del cielo y los temblores del suelo mientras perseguía a la cercana. Su corazón latía a un ritmo acelerado, bombeando adrenalina por todo su sistema circulatorio, y gracias a ella la sudafricana era capaz de ignorar las señales de dolor que le enviaba su cuerpo mientras recorría aquella ciudad demencial. No era consciente, pero la transformación que estaba experimentando también había empezado a mejorar sus capacidades físicas, y a pesar de la ventaja que le sacaba la alaí no tardó en recortar la distancia que las separaba a la altura del Barrio de los Mil Dioses.
Cuando la nueva tempestomante se detuvo y gritó su nombre la morena tuvo que bajar el ritmo para no llevársela por delante, pero como el empedrado estaba mojado terminó deslizándose por los adoquines y tuvo que sujetarse a su compañera para no caer de morros.
—Lo siento… —se disculpó, su respiración apenas resentida después de la intensa carrera. No sabía a qué se refería exactamente con aquella pregunta, pero se limitó a asentir con una sonrisa en el rostro mientras la lluvia las empapaba.
Qwara veía reflejada en Ulmara su propia euforia, pero al igual que dos gotas de agua no se parecen entre sí cada una la experimentaba a su manera. Para la humana era como una ardiente hoguera, un fuego que calentaba su corazón y evitaba que pasara frío en medio de aquel diluvio. La urgencia en el tono de voz de la cercana, sin embargo, le recordó el dolor que sufría y que aunque el agua diluía su sangre esta no paraba de manar.
—Creo que me va a estallar la cabeza, pero sobreviviré —replicó aun así con algo de fanfarronería, descartando sus disculpas con un gesto de la mano y una media sonrisa. Aunque aún no había podido fijarse en su frente asomaban las puntas de los que serían dos enormes cuernos de argalí—. ¿Tú cómo estás? Irte sola y desarmada ha sido una estupidez… —le recriminó, notando como de repente la violencia de los temblores que sacudían Rocavarancolia parecía aumentar bajo sus pies.
La respuesta de la alaí, si es que la hubo, se perdió entre el estruendo que la torre de Sakim el vidente provocó cuando comenzó a venirse abajo. En ese momento, movida por un instinto de supervivencia primario, la ifrit a medio formar se aferró al brazo de su amiga y tiró de ella hacia el callejón más cercano mientras el mundo parecía derrumbarse a sus espaldas. La nube de polvo y cascotes no tardó en alcanzarlas y lanzarlas varios metros hacia delante, pero abrazadas la una a la otra consiguieron amortiguar la dura caída contra el suelo.
—Joder… —susurró la sudafricana, tosiendo con fuerza mientras poco a poco la tierra se asentaba sobre los adoquines. La tormenta, imperturbable, continuaba rugiendo a su alrededor.
Estaba llena de golpes que más tarde derivarían en hermosos moratones y ahora también sangraba por varios cortes, pero a pesar de lo que la lógica dictaba se sentía mucho más viva que hacía unos instantes. Una débil carcajada se le escapó entonces entre los labios, una risa demencial que creció a la par que el aullido del viento mientras sus rizos mojados y sucios empezaban a brillar débilmente.
Cuando la nueva tempestomante se detuvo y gritó su nombre la morena tuvo que bajar el ritmo para no llevársela por delante, pero como el empedrado estaba mojado terminó deslizándose por los adoquines y tuvo que sujetarse a su compañera para no caer de morros.
—Lo siento… —se disculpó, su respiración apenas resentida después de la intensa carrera. No sabía a qué se refería exactamente con aquella pregunta, pero se limitó a asentir con una sonrisa en el rostro mientras la lluvia las empapaba.
Qwara veía reflejada en Ulmara su propia euforia, pero al igual que dos gotas de agua no se parecen entre sí cada una la experimentaba a su manera. Para la humana era como una ardiente hoguera, un fuego que calentaba su corazón y evitaba que pasara frío en medio de aquel diluvio. La urgencia en el tono de voz de la cercana, sin embargo, le recordó el dolor que sufría y que aunque el agua diluía su sangre esta no paraba de manar.
—Creo que me va a estallar la cabeza, pero sobreviviré —replicó aun así con algo de fanfarronería, descartando sus disculpas con un gesto de la mano y una media sonrisa. Aunque aún no había podido fijarse en su frente asomaban las puntas de los que serían dos enormes cuernos de argalí—. ¿Tú cómo estás? Irte sola y desarmada ha sido una estupidez… —le recriminó, notando como de repente la violencia de los temblores que sacudían Rocavarancolia parecía aumentar bajo sus pies.
La respuesta de la alaí, si es que la hubo, se perdió entre el estruendo que la torre de Sakim el vidente provocó cuando comenzó a venirse abajo. En ese momento, movida por un instinto de supervivencia primario, la ifrit a medio formar se aferró al brazo de su amiga y tiró de ella hacia el callejón más cercano mientras el mundo parecía derrumbarse a sus espaldas. La nube de polvo y cascotes no tardó en alcanzarlas y lanzarlas varios metros hacia delante, pero abrazadas la una a la otra consiguieron amortiguar la dura caída contra el suelo.
—Joder… —susurró la sudafricana, tosiendo con fuerza mientras poco a poco la tierra se asentaba sobre los adoquines. La tormenta, imperturbable, continuaba rugiendo a su alrededor.
Estaba llena de golpes que más tarde derivarían en hermosos moratones y ahora también sangraba por varios cortes, pero a pesar de lo que la lógica dictaba se sentía mucho más viva que hacía unos instantes. Una débil carcajada se le escapó entonces entre los labios, una risa demencial que creció a la par que el aullido del viento mientras sus rizos mojados y sucios empezaban a brillar débilmente.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Barrio de los Mil Dioses
21/04/21, 02:06 pm
Ulmara juraría que Qwara había corrido demasiado rápido y, asombrada, cuando la ayudó a no caer y sintió el calor incomprensible que desprendía, solo le salió reír emocionada, como una confirmación de que no estaba loca. <<¡Sí que lo siente!>>. La tormenta no daba tregua, el agua se vertía sobre ellas con fuerza y el tremor del suelo tan solo aumentaba aquella sensación de euforia desbordante e incontenible. Se preguntó brevemente si se sentían así las nubes y por eso les escupían con tanta fuerza y, justo en ese instante, un trueno retumbó en el cielo gris y rojo que les cubría.
—¡No pasa nada! —le gritó para hacerse oír bajo la tormenta, todavía con esa sonrisa ancha que se habiá instalado en ella.
Cuando la sudafricana le habló del dolor de cabeza, Ulmara se fijó mejor y se dio cuenta de lo que estaba ocurriéndole. Inconscientemente, se llevó las manos a su propia cabeza, pero ni le dolía ni sentía nada pinchudo emerger de ella. Iba a decirle algo, pero ocurrieron dos cosas. Qwara le preguntó si estaba bien y, cuando Ulmara fue a abrir la boca, algo se deshizo en esa misma calle. La bruja novata no habría reaccionado a tiempo, todavía procesando lo que ocurría, y fue el empujón de su amiga lo que la salvó de hacerse más daño del que habría sido sano. Sintió el golpe de varios cascotes con la misma intensidad que había sentido las últimas heridas que se había hecho, quizás más, incluso. La nube de polvo se mezcló con la lluvia y las ensució, Ulmara tosió profusamente. El calor que desprendía la ifrit se mezclaba con el frescor de la lluvia y juntos provocaron una sensación agradable en ella.
—¡QUE POCO HA FALTADO! —dijo entre carcajadas, contagiada por la propia Qwara.
Intentó limpiarse, pero tan solo mezcló su propia sangre con el polvo y la lluvia y se manchó aun más de lo que ya estaba, así que al final aceptó la suciedad como parte de ella y se incorporó, ofreciéndole una mano a su amiga. Las heridas le escocían y juraría que podía sentir el punto exacto del codo en el que se le había clavado algo de gravilla, pero no había dolor posible que eclipsara su ánimo. De hecho...
—¡Qwara, te tienes que ver! —le dijo. Ya no eran solo los cuernos, o el calor, ¡Su pelo! — ¡Estás brillante! —era una descripción acertada de lo que ocurría en su cabeza, pero quizás también un piropo involuntario. Acto seguido buscó a su alrededor y, como si el cielo le leyera la mente, le pareció que la lluvia caía con más fuerza en un pequeño bache del suelo donde se había formado un charco—. ¡Ven, mírate!
En cuanto ambas se asomasen, caería menos agua sobre dicho charco, para que pudieran verse sin que las ondas rompieran el reflejo del todo.
—¡No pasa nada! —le gritó para hacerse oír bajo la tormenta, todavía con esa sonrisa ancha que se habiá instalado en ella.
Cuando la sudafricana le habló del dolor de cabeza, Ulmara se fijó mejor y se dio cuenta de lo que estaba ocurriéndole. Inconscientemente, se llevó las manos a su propia cabeza, pero ni le dolía ni sentía nada pinchudo emerger de ella. Iba a decirle algo, pero ocurrieron dos cosas. Qwara le preguntó si estaba bien y, cuando Ulmara fue a abrir la boca, algo se deshizo en esa misma calle. La bruja novata no habría reaccionado a tiempo, todavía procesando lo que ocurría, y fue el empujón de su amiga lo que la salvó de hacerse más daño del que habría sido sano. Sintió el golpe de varios cascotes con la misma intensidad que había sentido las últimas heridas que se había hecho, quizás más, incluso. La nube de polvo se mezcló con la lluvia y las ensució, Ulmara tosió profusamente. El calor que desprendía la ifrit se mezclaba con el frescor de la lluvia y juntos provocaron una sensación agradable en ella.
—¡QUE POCO HA FALTADO! —dijo entre carcajadas, contagiada por la propia Qwara.
Intentó limpiarse, pero tan solo mezcló su propia sangre con el polvo y la lluvia y se manchó aun más de lo que ya estaba, así que al final aceptó la suciedad como parte de ella y se incorporó, ofreciéndole una mano a su amiga. Las heridas le escocían y juraría que podía sentir el punto exacto del codo en el que se le había clavado algo de gravilla, pero no había dolor posible que eclipsara su ánimo. De hecho...
—¡Qwara, te tienes que ver! —le dijo. Ya no eran solo los cuernos, o el calor, ¡Su pelo! — ¡Estás brillante! —era una descripción acertada de lo que ocurría en su cabeza, pero quizás también un piropo involuntario. Acto seguido buscó a su alrededor y, como si el cielo le leyera la mente, le pareció que la lluvia caía con más fuerza en un pequeño bache del suelo donde se había formado un charco—. ¡Ven, mírate!
En cuanto ambas se asomasen, caería menos agua sobre dicho charco, para que pudieran verse sin que las ondas rompieran el reflejo del todo.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Barrio de los Mil Dioses
21/04/21, 10:17 pm
Qwara aún no había visto la Luna Roja con claridad, pues las nubes de tormenta solo dejaban ver breves atisbos del astro, pero sentía su influjo en el atmósfera y como su magia lo alteraba todo poco a poco. Allí tirada, rodeada de piedras rotas y con una amiga riendo a su lado, la muchacha se sentía borracha de felicidad.
—Por un pelo, si… —contestó con dificultad, la risa aún bailando en su garganta mientras aceptaba la mano de Ulmara para levantarse del suelo. Tenía rotos en los pantalones y había perdido la lanza del frivy bajo el derrumbe, pero no parecía demasiado preocupada.
Cuando la alaí volvió a hablar, sin embargo, la humana le devolvió la mirada confundida y la siguió hasta la grieta en el suelo que había señalado con algo de urgencia. Juntas se inclinaron sobre el charco e hicieron las veces de toldo para que la lluvia no agitara demasiado la superficie del mismo, pudiendo la ifrit ver por fin a qué se refería la tempestomante.
—Vaya… —susurró, llevándose los dedos a la frente para rozar las puntas de sus cuernos en crecimiento mientras el brillo de su cabello sucio aumentaba poco a poco. Sus nuevas uñas también empezaban a asomar.
Durante unos segundos no dijo nada más, absorta en su reflejo y en lo extraño que le parecía todo, pero volvió a reír sin motivo alguno cuando una nueva punzada de dolor le sacudió el cuerpo. ¿A eso se referían los textos con la transformación? ¿Se iba a convertir en una especie de demonio con cabellera incandescente?
—Brillante, si, y mugrienta como una mendiga también —replicó al final, esbozando una amplia sonrisa mientras se volvía hacia la cercana. No sabía si la euforia era una forma de facilitar la aceptación de toda aquella locura, pero desde luego ayudaba bastante—. ¡Parece que nos hemos caído por un sumidero especialmente roñoso, Ulmara! —añadió con una mueca divertida, frotándose los antebrazos con no muy buenos resultados.
Mirándola con más detenimiento la bruja parecía la de siempre y no se apreciaba ningún cambio evidente en su anatomía más allá del nerviosismo, pero la sudafricana no pudo evitar fijarse en sus iris. Tuvo que inclinarse un poco más hacia ella para poder confirmarlo, pues la luz ambiental no era la mejor, y en cuanto lo hizo se le escapó un ligero bufido de sorpresa.
—Es como si tuvieras nubes en los ojos… —murmuró, siguiendo las cambiantes marcas grises con la mirada—. Y parecen tan cargadas como las de ahí arriba. —señaló, apuntando hacia el cielo con el índice justo cuando un nuevo rayo quebraba la oscuridad.
—Por un pelo, si… —contestó con dificultad, la risa aún bailando en su garganta mientras aceptaba la mano de Ulmara para levantarse del suelo. Tenía rotos en los pantalones y había perdido la lanza del frivy bajo el derrumbe, pero no parecía demasiado preocupada.
Cuando la alaí volvió a hablar, sin embargo, la humana le devolvió la mirada confundida y la siguió hasta la grieta en el suelo que había señalado con algo de urgencia. Juntas se inclinaron sobre el charco e hicieron las veces de toldo para que la lluvia no agitara demasiado la superficie del mismo, pudiendo la ifrit ver por fin a qué se refería la tempestomante.
—Vaya… —susurró, llevándose los dedos a la frente para rozar las puntas de sus cuernos en crecimiento mientras el brillo de su cabello sucio aumentaba poco a poco. Sus nuevas uñas también empezaban a asomar.
Durante unos segundos no dijo nada más, absorta en su reflejo y en lo extraño que le parecía todo, pero volvió a reír sin motivo alguno cuando una nueva punzada de dolor le sacudió el cuerpo. ¿A eso se referían los textos con la transformación? ¿Se iba a convertir en una especie de demonio con cabellera incandescente?
—Brillante, si, y mugrienta como una mendiga también —replicó al final, esbozando una amplia sonrisa mientras se volvía hacia la cercana. No sabía si la euforia era una forma de facilitar la aceptación de toda aquella locura, pero desde luego ayudaba bastante—. ¡Parece que nos hemos caído por un sumidero especialmente roñoso, Ulmara! —añadió con una mueca divertida, frotándose los antebrazos con no muy buenos resultados.
Mirándola con más detenimiento la bruja parecía la de siempre y no se apreciaba ningún cambio evidente en su anatomía más allá del nerviosismo, pero la sudafricana no pudo evitar fijarse en sus iris. Tuvo que inclinarse un poco más hacia ella para poder confirmarlo, pues la luz ambiental no era la mejor, y en cuanto lo hizo se le escapó un ligero bufido de sorpresa.
—Es como si tuvieras nubes en los ojos… —murmuró, siguiendo las cambiantes marcas grises con la mirada—. Y parecen tan cargadas como las de ahí arriba. —señaló, apuntando hacia el cielo con el índice justo cuando un nuevo rayo quebraba la oscuridad.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Barrio de los Mil Dioses
22/04/21, 02:49 am
Ulmara guardó silencio mientras Qwara descubría los cambios que le había concedido la Luna, como una muestra de respeto, pero con un gesto de ilusión y diversión absoluta que no podía contenerse de ninguna manera. La lluvia respetaba el charco que les servía de espejo, pero las gotas que evitaban el hueco se unían al resto alrededor, calándolas aún más. Ulmara se rio a carcajada limpia cuando la sudafricana aludió a lo llenas de mierda que iban y solo pudo asentir. Ni el agua que les estaba cayendo encima conseguía limpiarlas.
—La verdad es que sí, damos asco —decidió entre risas—. Creo que eso nos hace ciudadanas de pleno derecho —añadió con cierto desprecio, insuficiente para joder el buen clima meteorológico y social.
Sin darse cuenta, se quedó obnubilada con el pelo de la ifrit, los cuernos, las uñas... Le fascinaba ver los cambios en directo, intuír como el cuerpo mutaba paso a paso. Se preguntó qué le estaría ocurriendo a ella por dentro, porque no notaba nada fuera, y se palpó a sí misma bajo la ropa, buscando algo especial. Se había visto en el reflejo y había observado la mierda que les cubría, pero no fue hasta que Qwara llamó su atención hacia los ojos que se miró con más detenimiento.
—¿¡Qué me dices?! —exclamó y se agachó al charco para comprobarlo. Se llevó una mano al ojo derecho y estiró los párpados para examinarse el ojo en la mayor amplitud posible. Cuando descubrió las nubes le volvió a dar por reir. ¡Tenía los ojos nublados! Aquello era absurdo, pero por algún motivo le parecía tan estúpido como fascinante—. ¡Madre mía, me ha tocado ser un monstruo cutre! —bromeó y, al hacerlo, se dio cuenta de que estaba pasando algo importante por alto—. Oye, ¿te duele? ¿Deberíamos volver? —en su tono de voz se intuía perfectamente que no quería volver, aunque sí se preocupaba. Por si acaso no era evidente, añadió—. ¿O andamos un poco más? A lo mejor encontramos un sitio donde evitar el chaparrón... —específicamente, donde Qwara lo pudiese evitar, porque ella estaría encantada de acompañarla desde fuera.
El cuerpo le pedía seguir corriendo, hacerse más daño, saltar más alto, llenarse de barro, romper la ropa, gritar hasta vaciar los pulmones... Y nada de aquello lo podría hacer si volvían a Sendar, o al menos, no de forma tan satisfactoria. Qwara le había dado una pista de lo que era, pero Ulmara todavía no entendía que la tormenta sobre sus cabezas, en ese instante, era parte de ella. Se moría por descubrirlo y sabía que el resto de sus compañeros podían esperarlas un poco más. Algo le decía (quizás el subidón mágico que se apoderaba de ella) que esa noche no moriría nadie.
—La verdad es que sí, damos asco —decidió entre risas—. Creo que eso nos hace ciudadanas de pleno derecho —añadió con cierto desprecio, insuficiente para joder el buen clima meteorológico y social.
Sin darse cuenta, se quedó obnubilada con el pelo de la ifrit, los cuernos, las uñas... Le fascinaba ver los cambios en directo, intuír como el cuerpo mutaba paso a paso. Se preguntó qué le estaría ocurriendo a ella por dentro, porque no notaba nada fuera, y se palpó a sí misma bajo la ropa, buscando algo especial. Se había visto en el reflejo y había observado la mierda que les cubría, pero no fue hasta que Qwara llamó su atención hacia los ojos que se miró con más detenimiento.
—¿¡Qué me dices?! —exclamó y se agachó al charco para comprobarlo. Se llevó una mano al ojo derecho y estiró los párpados para examinarse el ojo en la mayor amplitud posible. Cuando descubrió las nubes le volvió a dar por reir. ¡Tenía los ojos nublados! Aquello era absurdo, pero por algún motivo le parecía tan estúpido como fascinante—. ¡Madre mía, me ha tocado ser un monstruo cutre! —bromeó y, al hacerlo, se dio cuenta de que estaba pasando algo importante por alto—. Oye, ¿te duele? ¿Deberíamos volver? —en su tono de voz se intuía perfectamente que no quería volver, aunque sí se preocupaba. Por si acaso no era evidente, añadió—. ¿O andamos un poco más? A lo mejor encontramos un sitio donde evitar el chaparrón... —específicamente, donde Qwara lo pudiese evitar, porque ella estaría encantada de acompañarla desde fuera.
El cuerpo le pedía seguir corriendo, hacerse más daño, saltar más alto, llenarse de barro, romper la ropa, gritar hasta vaciar los pulmones... Y nada de aquello lo podría hacer si volvían a Sendar, o al menos, no de forma tan satisfactoria. Qwara le había dado una pista de lo que era, pero Ulmara todavía no entendía que la tormenta sobre sus cabezas, en ese instante, era parte de ella. Se moría por descubrirlo y sabía que el resto de sus compañeros podían esperarlas un poco más. Algo le decía (quizás el subidón mágico que se apoderaba de ella) que esa noche no moriría nadie.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Barrio de los Mil Dioses
22/04/21, 06:48 pm
Cuando Ulmara se agachó junto al charco para ver mejor su reflejo Qwara extendió sus manos para admirar sus nuevas uñas, notando a pesar de la mugre que las cubría que tenían un color muy similar al de la roca volcánica. Aún estaban en proceso de crecimiento y presenciarlo en directo le resultaba bastante grimoso, así que apartó la mirada y volvió a centrarse en su amiga mientras esta reaccionaba a sus propios cambios.
—No eres un monstruo cutre —le replicó rápidamente, acuclillándose a su lado para empujarla ligeramente con el hombro—. Y mejor seguir de buen ver que transformarse en un engendro, ¿no te parece? —apuntó con una sonrisa, abrazándose las rodillas para mantener el equilibrio—. Seguro que la Luna Roja te ha dado algo más que ojos nubosos, solo necesitas tiempo para averiguar qué es. —concluyó, volviendo a mirar su propio reflejo con algo de extrañeza. ¿Qué es lo que era ella exactamente?
La pregunta de la cercana le hizo alzar una ceja divertida, pues por su tono de voz estaba muy claro que no le apetecía regresar al torreón, pero agradeció la preocupación y descartó su sugerencia con una breve negativa.
—No te preocupes, ya te he dicho que sobreviviré —aseguró, cerrando brevemente los ojos para disfrutar del frescor del agua—. Lo de andar me parece un buen plan, si, pero evitar el chaparrón tampoco es necesario... Casi había olvidado lo bien que se siente la lluvia sobre la piel y me gustaría disfrutarla un poco más.—reconoció, poniéndose en pie de un salto de forma repentina.
Con una breve carcajada echó la cabeza hacia atrás y abrió bien los brazos para dar un par de vueltas sobre sí misma, dejando que las gotas de lluvia mojaran sus labios y refrescaran su garganta. Le dolía la cabeza y seguía llena de tierra y sangre, pero aún podía correr y su fuego interno ardía con más fuerza que nunca.
—¿Dónde quieres ir ahora? —preguntó con tono resolutivo, dando por zanjada la cuestión sobre volver a Sendar—. ¿Qué pueden hacer dos ciudadanas asquerosas en esta ciudad ruinosa? —aulló hacia Rocavarancolia y la tormenta, esperando que si a la alaí no se le ocurría algo fuera la propia urbe la que les diera una respuesta.
—No eres un monstruo cutre —le replicó rápidamente, acuclillándose a su lado para empujarla ligeramente con el hombro—. Y mejor seguir de buen ver que transformarse en un engendro, ¿no te parece? —apuntó con una sonrisa, abrazándose las rodillas para mantener el equilibrio—. Seguro que la Luna Roja te ha dado algo más que ojos nubosos, solo necesitas tiempo para averiguar qué es. —concluyó, volviendo a mirar su propio reflejo con algo de extrañeza. ¿Qué es lo que era ella exactamente?
La pregunta de la cercana le hizo alzar una ceja divertida, pues por su tono de voz estaba muy claro que no le apetecía regresar al torreón, pero agradeció la preocupación y descartó su sugerencia con una breve negativa.
—No te preocupes, ya te he dicho que sobreviviré —aseguró, cerrando brevemente los ojos para disfrutar del frescor del agua—. Lo de andar me parece un buen plan, si, pero evitar el chaparrón tampoco es necesario... Casi había olvidado lo bien que se siente la lluvia sobre la piel y me gustaría disfrutarla un poco más.—reconoció, poniéndose en pie de un salto de forma repentina.
Con una breve carcajada echó la cabeza hacia atrás y abrió bien los brazos para dar un par de vueltas sobre sí misma, dejando que las gotas de lluvia mojaran sus labios y refrescaran su garganta. Le dolía la cabeza y seguía llena de tierra y sangre, pero aún podía correr y su fuego interno ardía con más fuerza que nunca.
—¿Dónde quieres ir ahora? —preguntó con tono resolutivo, dando por zanjada la cuestión sobre volver a Sendar—. ¿Qué pueden hacer dos ciudadanas asquerosas en esta ciudad ruinosa? —aulló hacia Rocavarancolia y la tormenta, esperando que si a la alaí no se le ocurría algo fuera la propia urbe la que les diera una respuesta.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Barrio de los Mil Dioses
23/04/21, 03:14 am
El leve empujón de Qwara le hizo perder el equilibrio durante un instante, pero consiguió recuperarlo enseguida. Le había parecido que una ligera ráfaga de viento le había empujado desde el otro lado para ayudarla, pero lo descartó enseguida como un pensamiento absurdo. Todavía agachada, volvió a contemplar los reflejos de ambas y, por inercia, acercó las manos al pelo incandescente de la chica, sin llegar a tocarlo. Fue suficiente para sentir el calor que emanaba.
—No sé si engendro, pero vas a ser una estufa de puta madre —se rio—. Aunque tienes razón, creo que hay algo más. Lo noto por dentro —le confesó después. Sonaba muy ominoso, pero era bastante sencillo en realidad. Ulmara se refería a la sensación de compleción que la abordó al salir de Sendar.
Asintió convencida por la sudafricana de que no le pasaba nada grave y se mesó la barbilla mientras se levantaba, pensando en qué podrían hacer. La lluvia rompió de nuevo la superficie del charco en el que se habían visto reflejadas.
—Creo que estas pordioseras podrían echar una buena carrera calle abajo —decidió y, antes de acabar la frase, ya había echado a correr.
Había visto la velocidad a la que Qwara había llegado hasta ella y sabía que estaba destinada a perder incluso sin una meta clara que alcanzar, lo habría estado en cualquier condición porque la sudafricana era una atleta profesional. Por eso había aprovechado para rascar un segundillo de ventaja, aunque ganar o perder era lo de menos en una situación como aquella.
En cuanto pudiera, cerraría los ojos y correría por puro instinto durante un pequeño tramo en línea recta. Como una pequeña cita a ciegas con la tormenta, descubriéndola de nuevo poco a poco con el tacto, el oído y el olfato. Cuando volvió a abrir los ojos, miró hacia arriba, se impulsó con sus patas y dio un salto hacia delante a la vez que aullaba de puro júbilo en el aire. Cuando tocó el suelo, las nubes sobre su cabeza refulgieron primero y rugieron después en menos de un segundo.
Borracha de energía, ajena aún al poder que albergaba, puso rumbo junto a Qwara hacia la Avenida Estatuada.
—No sé si engendro, pero vas a ser una estufa de puta madre —se rio—. Aunque tienes razón, creo que hay algo más. Lo noto por dentro —le confesó después. Sonaba muy ominoso, pero era bastante sencillo en realidad. Ulmara se refería a la sensación de compleción que la abordó al salir de Sendar.
Asintió convencida por la sudafricana de que no le pasaba nada grave y se mesó la barbilla mientras se levantaba, pensando en qué podrían hacer. La lluvia rompió de nuevo la superficie del charco en el que se habían visto reflejadas.
—Creo que estas pordioseras podrían echar una buena carrera calle abajo —decidió y, antes de acabar la frase, ya había echado a correr.
Había visto la velocidad a la que Qwara había llegado hasta ella y sabía que estaba destinada a perder incluso sin una meta clara que alcanzar, lo habría estado en cualquier condición porque la sudafricana era una atleta profesional. Por eso había aprovechado para rascar un segundillo de ventaja, aunque ganar o perder era lo de menos en una situación como aquella.
En cuanto pudiera, cerraría los ojos y correría por puro instinto durante un pequeño tramo en línea recta. Como una pequeña cita a ciegas con la tormenta, descubriéndola de nuevo poco a poco con el tacto, el oído y el olfato. Cuando volvió a abrir los ojos, miró hacia arriba, se impulsó con sus patas y dio un salto hacia delante a la vez que aullaba de puro júbilo en el aire. Cuando tocó el suelo, las nubes sobre su cabeza refulgieron primero y rugieron después en menos de un segundo.
Borracha de energía, ajena aún al poder que albergaba, puso rumbo junto a Qwara hacia la Avenida Estatuada.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
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- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Barrio de los Mil Dioses
12/05/21, 02:40 am
Según se internaban en la ciudad los templos ya no le parecían tan intimidantes. Se sentía seguro con aquel nuevo cuerpo, con aquella fuerza extraordinaria. Ojalá pudiese controlar también sus alas... las vistas desde las nubes debían ser increíbles. Aún así la curiosidad que se mezcló con preocupación antes brotó durante el camino. —Oye, ¿Cómo es que cantaste aquello antes e el patio...? Después de... rechazarme. —carraspeó. No quería presionarla con el tema así que siguió hablando para quitarle peso.
—La verdad es que me gustaría escucharte cantar más cosas... y aprender a cantarlas contigo.
—La verdad es que me gustaría escucharte cantar más cosas... y aprender a cantarlas contigo.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Barrio de los Mil Dioses
17/05/21, 05:11 am
-¿Eh? …son solo… - se abrazo al brazo del frivy pero no era como antes. El mastodonte era ahora mas grande, y ella tenía cristal en la cabeza, así que termino acomodándose un poco antes de seguir adelante mirando atenta alrededor.- solo son canciones Nery’s y van muy deacuerdo a este maldito lugar…yo …lo siento si…parecían demasiado raras, es solo que hoy…¿eso es una columna dórica? – dijo señalando algo a la distancia- No no no…tenemos que verla otro día… ok averrrrr.. – se aclaro la garganta con cuidado al poner su mano frente a su boca, era imposible para ella ahora olvidarse de sus garras, le parecían maravillosas.- es solo música…admito que hoy me siento un poco…no lo sé, ¿emocionada?… pero es que mira!!! – le dijo moviendo sus garras en el aire- bueno, solo era una canción en serio…yo… Aprendí, bueno una vez lo leí en un libro tonto y básico de autoayuda…bueno lo leyó una amiga y me lo conto a mi. La idea es que ya tengo suficiente cargando con mis propios problemas como para cargar con la negatividad en una reunión…No tenía que estar drogada o beber alcohol en la Tierra para divertirme, aprendí a divertirme sola y adaptarme sola…así que yo disfrutare este momento, aunque Rua o los demás estén bueno…sufriendo momentáneamente…si si, lo sé, me vas a decir que es poco empático y poco político y bla bla bla…pero eeeen fin…
Se acerco de nuevo a él, pensando ya en que tendría que hacer algo con esa cornamenta o sufrir de muchas noches sin poder dormir cómodamente. Era consciente de que la ciudad no era segura asi porque si, pero la adrenalina en su cuerpo la impelía a salir y correr bajo la lluvia. No era que de verdad quisiera buscar a todos, pero al menos era la excusa perfecta para estar bajo la Luna.
-…si quieres puedo enseñarte algunas…conozco desde explicitas hasta unas muy…oh… -se quedó parada un momento calculando la inmensidad de lo que acababa de imaginar. Se detuvo en seco mirando solo hacia el frente con los labios azulados abiertos. - …aquí… no hay música… de la Tierra….es mas, no creo que esos cristales puedan reproducir música…madre de los espíritus negros del bosque…que clase de ciudad no tiene música…voy…vamos…eeeesto va a ser…. -Sacudió la cabeza tratando de ordenarse y se golpeo con el brazo del ángel, por lo que tuvo que separarse de el un momento. – perdón…soy un monstruo capaz de asustar a cualquiera de mi mundo y estoy preocupándome por la música…. -de un saltito se volvió a colgar del brazo del ángel antes de volver a hablar. - ok…ok…a quien quieres buscar primero y por favor recuerda que esta ciudad casi nos mata antes, asi que no quiero que digas nada heroico o tonto…anda anda anda anda ahora que para los tuyos eres la fuente de todo mal, ¿qué vamos a hacer ahora?
Se acerco de nuevo a él, pensando ya en que tendría que hacer algo con esa cornamenta o sufrir de muchas noches sin poder dormir cómodamente. Era consciente de que la ciudad no era segura asi porque si, pero la adrenalina en su cuerpo la impelía a salir y correr bajo la lluvia. No era que de verdad quisiera buscar a todos, pero al menos era la excusa perfecta para estar bajo la Luna.
-…si quieres puedo enseñarte algunas…conozco desde explicitas hasta unas muy…oh… -se quedó parada un momento calculando la inmensidad de lo que acababa de imaginar. Se detuvo en seco mirando solo hacia el frente con los labios azulados abiertos. - …aquí… no hay música… de la Tierra….es mas, no creo que esos cristales puedan reproducir música…madre de los espíritus negros del bosque…que clase de ciudad no tiene música…voy…vamos…eeeesto va a ser…. -Sacudió la cabeza tratando de ordenarse y se golpeo con el brazo del ángel, por lo que tuvo que separarse de el un momento. – perdón…soy un monstruo capaz de asustar a cualquiera de mi mundo y estoy preocupándome por la música…. -de un saltito se volvió a colgar del brazo del ángel antes de volver a hablar. - ok…ok…a quien quieres buscar primero y por favor recuerda que esta ciudad casi nos mata antes, asi que no quiero que digas nada heroico o tonto…anda anda anda anda ahora que para los tuyos eres la fuente de todo mal, ¿qué vamos a hacer ahora?
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
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Re: Barrio de los Mil Dioses
17/05/21, 07:03 pm
Lo que decía le quitaba las dudas... era más fácil seguir aquello que otras posibilidades y a decir verdad el ángel refería que se quedara así. Después de todos aquellos meses algo simple y juguetón era mucho más cómodo. Además, era ella, su nuevo tacto frio en su brazo que en cierta manera le agradaba. Tenía que ser genial dormir con ella en las noches calurosas de frivo.
Abrió los ojos asustado ante la posibilidad que mencionaba. —No, no. Creo que es lo más terrorífico que he escuchado de la ciudad hasta ahora... Pero no puede ser... s-seguro que se las han apañado para hacer reproductores mágicos o algo. No puede ser que vivan en la inmundicia... ¿verdad? —miró a su alrededor por un par de segundos preocupado. Seguía sin haber más que ruinas. —...... Mierda...
Con una sonrisa y un gesto despreocupado quitó importancia a su disculpa y cuando le acarició la barriga cuando se volvió a subir a él. Volvió a mirar a su alrededor y aunque contempló caminos y edificios la tormenta azotaba y no había la más mínima pista a seguir.
—Sinceramente ni idea. No sabemos quién ha ido a donde y si se han alejado mucho va a ser imposible encontrarles —se quejó. —Y ni loco voy a intentar subir los edificios a tener mejor vista con esta tormenta y con la infinidad de trampas mágicas esperándonos. Aunque sinceramente... no, no te voy a reprochar nada por no querer estar con ellos yo... después de todo lo que hemos pasado quiero un día tranquilo... simple. ¡Yo también quiero divertirme sin problemas ni complicaciones! Sobretodo antes de que tenga que volver a trabajar... —Le sonrió de manera cómplice, pícara. —Aunque si me gustaría un poco de alcohol~ —confesó.
—En fin, me encantaría que me las enseñaras... de todo tipo. Que me explicaras las cosas que no entienda de nuevo... Te puedo enseñar algunas de las frivys si quieres, aunque hay mucho de lo que cantaste en el torreón, más o menos. —Rio.
—No me apetece nada volver ahí adentro tampoco. —Se encontraba muucho más cómodo afuera incluso con aquel temporal. El viento chocando contra él le hacía querer extender las alas y elevarse en el cielo con un grito de júbilo. Su parte más racional le recordaba que apenas estaba pudiendo coordinar mínimamente aquel par de brazos emplumados nuevos con el resto del cuerpo y era mejor mantenerlos plegaditos a sí mismo, aunque ello generaba cierto sentimiento de pena como si se estuviera negando algo muy importante.
Con una sonrisa enérgica se separó de la finlandesa para ponerse en frente suya. — ¿Porque no paseamos sin más? Una nueva vida otra vez... un nuevo comienzo... Esta vez en lugar de correr llevándote en brazos podemos caminar hasta encontrar a alguien o quizás encontrar un lugar que nos guste. En contra la tormenta y bajo la Luna Roja. Tu y yo... Una extraña, tonta y alocada cita. ¿Aceptarías? —Extendería los brazos para que ella fuese y lo abrazase. Y de pasar la besaría largo y tendido.
Abrió los ojos asustado ante la posibilidad que mencionaba. —No, no. Creo que es lo más terrorífico que he escuchado de la ciudad hasta ahora... Pero no puede ser... s-seguro que se las han apañado para hacer reproductores mágicos o algo. No puede ser que vivan en la inmundicia... ¿verdad? —miró a su alrededor por un par de segundos preocupado. Seguía sin haber más que ruinas. —...... Mierda...
Con una sonrisa y un gesto despreocupado quitó importancia a su disculpa y cuando le acarició la barriga cuando se volvió a subir a él. Volvió a mirar a su alrededor y aunque contempló caminos y edificios la tormenta azotaba y no había la más mínima pista a seguir.
—Sinceramente ni idea. No sabemos quién ha ido a donde y si se han alejado mucho va a ser imposible encontrarles —se quejó. —Y ni loco voy a intentar subir los edificios a tener mejor vista con esta tormenta y con la infinidad de trampas mágicas esperándonos. Aunque sinceramente... no, no te voy a reprochar nada por no querer estar con ellos yo... después de todo lo que hemos pasado quiero un día tranquilo... simple. ¡Yo también quiero divertirme sin problemas ni complicaciones! Sobretodo antes de que tenga que volver a trabajar... —Le sonrió de manera cómplice, pícara. —Aunque si me gustaría un poco de alcohol~ —confesó.
—En fin, me encantaría que me las enseñaras... de todo tipo. Que me explicaras las cosas que no entienda de nuevo... Te puedo enseñar algunas de las frivys si quieres, aunque hay mucho de lo que cantaste en el torreón, más o menos. —Rio.
—No me apetece nada volver ahí adentro tampoco. —Se encontraba muucho más cómodo afuera incluso con aquel temporal. El viento chocando contra él le hacía querer extender las alas y elevarse en el cielo con un grito de júbilo. Su parte más racional le recordaba que apenas estaba pudiendo coordinar mínimamente aquel par de brazos emplumados nuevos con el resto del cuerpo y era mejor mantenerlos plegaditos a sí mismo, aunque ello generaba cierto sentimiento de pena como si se estuviera negando algo muy importante.
Con una sonrisa enérgica se separó de la finlandesa para ponerse en frente suya. — ¿Porque no paseamos sin más? Una nueva vida otra vez... un nuevo comienzo... Esta vez en lugar de correr llevándote en brazos podemos caminar hasta encontrar a alguien o quizás encontrar un lugar que nos guste. En contra la tormenta y bajo la Luna Roja. Tu y yo... Una extraña, tonta y alocada cita. ¿Aceptarías? —Extendería los brazos para que ella fuese y lo abrazase. Y de pasar la besaría largo y tendido.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
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Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
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Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Barrio de los Mil Dioses
21/05/21, 06:08 am
La desquiciada princesa de hielo miro al ángel en mitad de la tempestad, con los ojos entrecerrados y toda la suspicacia del mundo, pero al final, una sonrisita y una carcajada escaparon de su boca. Pensó en saltar a sus brazos, pero aquello le daría muy fácilmente la victoria a él, Se cruzo de brazos, como si en verdad fuera otro cualquier otro chico que le pedía salir con ella…no no, ya no era la humana de antes y el era un gobernador acostumbrado al lujo. Levanto su mano mirándose las uñas, como lo haría Rua, fijándose en los detalles mientras lo hacía esperar un poco.
-Bueno….voy a aceptar eso solo porque es la idea menos pervertida pero egoísta que me has pedido hasta ahora…vamos vamos…-dijo dándose la vuelta y esperando que al mastodonte no se le ocurriera abrazarla o cargarla. Sacudió la mano por un lado y espero que el se adelantara y poder abrazarlo al caminar de nuevo.- Si esto es una cita, no se te ocurra querer sobrepasarte o te voy a tener que desplumarte….en fin…-se giro con cuidado para darle un beso en el brazo antes de seguir despreocupadamente.- sobre la música es imposible…estas hablando de enseñarte miles de géneros, acordes, ni siquiera 100 “yo” se acordarían de todos los que merecen…pero créeme, en la Tierra hay cosas “como las del torreón” que no se quedarían atrás contra las de Frivoloquesea~
Ni siquiera ella misma se entendía. Hace unas horas le daba igual todo, la vida, los demás, hasta ella misma, y ahora estaba coqueteándole con descaro mientras fingía observar con cuidado las esquinas por si aparecía algo. Algo que obviamente si estuviera ahí, ella no se daría cuenta. Solo palmeo brazo y señalo hacia ningún lado en concreto. – Busquemos una plaza o algo…quiero una fuente o algo así para sentarnos, te enseñare las bases de una cita humana, estudiada en base a casi 72experiencias que me contaron…
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
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Re: Barrio de los Mil Dioses
22/05/21, 05:56 pm
Puso los brazos en jarras al verla dubitar, pero ese gesto tan impropio de ella de mirarse sus uñas altaneramente le hizo sonreír casi soltando una risilla y al final suspiró sin su abrazo echando a andar.
—Ento- —iba a hablar pero el nuevo abrazo le pilló por sorpresa. Se quedó en seco sorprendido. Era extraño tras todo aquello, todas las discusiones y como estaban... pero le hacía tan feliz aquel pequeño gesto. Sus penas y dudas se disipaban con el viento, las molestias del día se volvieron meras tonterías que ni requerían uno de sus pensamientos. Su corazón latió con fuerza solo de tenerla a su lado mientras cosquilleos salían de su abdomen para cubrirle entero. La luz de sus cuernos y ojos aumentaron de intensidad, borrando el azul de los segundos por un blanco fulgor.
—Es mi primera cita entonces, espero aprender y hacerlo bien... Y estoy deseando escuchar música de la tierra. Tantas cosas nuevas y mundos aún por ver... —Dejó caer mirando hacia ella con cariño y expectación. Pensando en cómo quería visitarlos todos a su lado. —Kiki... me encanta estar a tu lado... —Confesó con un rubor negro en sus mejillas pero mirándola con una cálida sonrisa.
Por los tejados la luz de la Luna Roja bañaba a Dama Abrazos y Raelene. Ambas habían estado por la zona procurando que no pasase nada extraño por aquel día, después de todo no querían que nada estropease el renacimiento de su amigo. Especialmente la guerrera que se moría de ganas de tener un nuevo compañero de juegos frivy.
No fue difícil localizarle en cuanto salió, el drocarbury no era precisamente difícil de ver con el equivalente a un led encendido atado en la cabeza. Sonriéndose entre ellas comenzaron a seguirles desde las alturas, vigilando las calles circundantes.
— ¿Deberíamos saludar ya...? —pregunto Dama Abrazos mirando a la pareja tontear dudando de asaltarles por las ganas que tenía.
—Nah, dejémosles tranquilos un rato. Que disfruten... —Raelene paso su brazo por la cadera de su novia atrayéndola para sí. A ella le hacía ilusión pero sabía lo mucho que significaba para la guerrera la venida de Nery´s. —Luego cuando se calmen de la borrachera lunar un poco los saludamos.
—No es un poco como... ¿espiarles? —La miró preocupada porque se molestaran con ellas.
—Mmmmm tan solo vamos a estar protegiéndoles por si acaso. No es como si estuviéramos con unos prismáticos observándoles...
La guerrera se lo pensó unos segundos, tirada más por las ganas de asaltar a su amigo que por la culpa de estar mirándoles desde las alturas. —Vale...
Se dedicarían otro rato a rondarles. Acabando con posibles interrupciones.
—Ento- —iba a hablar pero el nuevo abrazo le pilló por sorpresa. Se quedó en seco sorprendido. Era extraño tras todo aquello, todas las discusiones y como estaban... pero le hacía tan feliz aquel pequeño gesto. Sus penas y dudas se disipaban con el viento, las molestias del día se volvieron meras tonterías que ni requerían uno de sus pensamientos. Su corazón latió con fuerza solo de tenerla a su lado mientras cosquilleos salían de su abdomen para cubrirle entero. La luz de sus cuernos y ojos aumentaron de intensidad, borrando el azul de los segundos por un blanco fulgor.
—Es mi primera cita entonces, espero aprender y hacerlo bien... Y estoy deseando escuchar música de la tierra. Tantas cosas nuevas y mundos aún por ver... —Dejó caer mirando hacia ella con cariño y expectación. Pensando en cómo quería visitarlos todos a su lado. —Kiki... me encanta estar a tu lado... —Confesó con un rubor negro en sus mejillas pero mirándola con una cálida sonrisa.
Por los tejados la luz de la Luna Roja bañaba a Dama Abrazos y Raelene. Ambas habían estado por la zona procurando que no pasase nada extraño por aquel día, después de todo no querían que nada estropease el renacimiento de su amigo. Especialmente la guerrera que se moría de ganas de tener un nuevo compañero de juegos frivy.
No fue difícil localizarle en cuanto salió, el drocarbury no era precisamente difícil de ver con el equivalente a un led encendido atado en la cabeza. Sonriéndose entre ellas comenzaron a seguirles desde las alturas, vigilando las calles circundantes.
— ¿Deberíamos saludar ya...? —pregunto Dama Abrazos mirando a la pareja tontear dudando de asaltarles por las ganas que tenía.
—Nah, dejémosles tranquilos un rato. Que disfruten... —Raelene paso su brazo por la cadera de su novia atrayéndola para sí. A ella le hacía ilusión pero sabía lo mucho que significaba para la guerrera la venida de Nery´s. —Luego cuando se calmen de la borrachera lunar un poco los saludamos.
—No es un poco como... ¿espiarles? —La miró preocupada porque se molestaran con ellas.
—Mmmmm tan solo vamos a estar protegiéndoles por si acaso. No es como si estuviéramos con unos prismáticos observándoles...
La guerrera se lo pensó unos segundos, tirada más por las ganas de asaltar a su amigo que por la culpa de estar mirándoles desde las alturas. —Vale...
Se dedicarían otro rato a rondarles. Acabando con posibles interrupciones.
- Equilibrio:
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Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
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Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
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Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Barrio de los Mil Dioses
27/05/21, 04:43 am
-Lo se…es decir…. -estaba pensando mantenerse por aquel camino de pequeña diva, pero la risa le iba a ganar tarde o temprano. Suspiro y señalo por un camino que no conocía. – no trates de ver todo…lo que dices es demasiado incluso para una vida entera…
Mantuvo su abrazo, colgándose por momentos mientras se perdía mirando las derruidas calles. Aun le parecían peligrosas y era muy, muy sencillo imaginarse algo saliendo. Sin embargo, ahora tenia garras con las que defenderse si alguien arruinaba ese momento.
-También me esta gustando este momento…así que solo por eso voy a ser mucho mas estricta. Ten cuidado con cada cosa que digas o no recibirás ni un solo beso mas..
Se aferro a su brazo y salto olvidándose de la cornamenta. Sabia que era imposible que pudiera hacerlo inclinarse por la fuerza, pero esperaba que el idiota fuera lo suficientemente perceptivo para hacerlo y poder darle un beso antes de seguir buscando alguna plaza o sitio donde sentarse un momento.
Mantuvo su abrazo, colgándose por momentos mientras se perdía mirando las derruidas calles. Aun le parecían peligrosas y era muy, muy sencillo imaginarse algo saliendo. Sin embargo, ahora tenia garras con las que defenderse si alguien arruinaba ese momento.
-También me esta gustando este momento…así que solo por eso voy a ser mucho mas estricta. Ten cuidado con cada cosa que digas o no recibirás ni un solo beso mas..
Se aferro a su brazo y salto olvidándose de la cornamenta. Sabia que era imposible que pudiera hacerlo inclinarse por la fuerza, pero esperaba que el idiota fuera lo suficientemente perceptivo para hacerlo y poder darle un beso antes de seguir buscando alguna plaza o sitio donde sentarse un momento.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
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Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
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Re: Barrio de los Mil Dioses
29/05/21, 01:50 am
—Mientras este contigo... no me importaría pasarme toda la vida así~ —Soltó de refilón como quien no quería la cosa.
—Entendido, intentaré ser todo un caballero. —Medio bromeó.
A él le estaba encantando todo aquello, borracho de la energía lunar recorriendo sus músculos, incapaz de sentirse a sí mismo al andar por la nueva fuerza descomunal que poseía, equilibrándose con aquellas descomunales alas gracias al puro peso de su cuerpo crecido. Se sentía vivo. Más que nunca, más de lo que había estado en muchos años, como aquellas primeras noches con la finlandesa pero incluso más gracias a tenerla de nuevo alegre al lado.
Se inclinó para ella notando como saltaba más fuerte clamando su atención y de manera suave posó sus labios sobre los suyos. Aquella cosa tan simple hacía que se le saltara el corazón y un cosquilleo le recorriera. Su luz parpadeó intensificándose y rebajandose con aquel flujo de emoción recorriéndole Tras acabar aquel beso le dio un piquito en la frente.
—La verdad nunca me hubiera imaginado que mi primera cita sería en lo que parece una ruina postapocalíptica con una Luna mágica sangrienta gigante y habiendo sido transformado en... esto... —rio antes de mirarla fijamente a los ojos. —Pero no cambiaría ni un solo detalle... ni siquiera esto. —Señaló la ahora tan solo marca de cristales de nieve en su pecho. —Además tengo a la mujer más preciosa de todos los mundos acompañándome... no podría tener más suerte~
Podría quedarse todo el día mirándola, observado cada pequeño cambio y cada reflejo de aquella hermosa cornamenta pero entendía que seguían en aquel erial y debían tener cuidado.
—Encontremos ese lugar para sentarnos. —Continuó andando junto a ella intentando encontrar alguna pista del resto del torreón... pero no hubo suerte.
Sigue en Jardines de la memoria.
—Entendido, intentaré ser todo un caballero. —Medio bromeó.
A él le estaba encantando todo aquello, borracho de la energía lunar recorriendo sus músculos, incapaz de sentirse a sí mismo al andar por la nueva fuerza descomunal que poseía, equilibrándose con aquellas descomunales alas gracias al puro peso de su cuerpo crecido. Se sentía vivo. Más que nunca, más de lo que había estado en muchos años, como aquellas primeras noches con la finlandesa pero incluso más gracias a tenerla de nuevo alegre al lado.
Se inclinó para ella notando como saltaba más fuerte clamando su atención y de manera suave posó sus labios sobre los suyos. Aquella cosa tan simple hacía que se le saltara el corazón y un cosquilleo le recorriera. Su luz parpadeó intensificándose y rebajandose con aquel flujo de emoción recorriéndole Tras acabar aquel beso le dio un piquito en la frente.
—La verdad nunca me hubiera imaginado que mi primera cita sería en lo que parece una ruina postapocalíptica con una Luna mágica sangrienta gigante y habiendo sido transformado en... esto... —rio antes de mirarla fijamente a los ojos. —Pero no cambiaría ni un solo detalle... ni siquiera esto. —Señaló la ahora tan solo marca de cristales de nieve en su pecho. —Además tengo a la mujer más preciosa de todos los mundos acompañándome... no podría tener más suerte~
Podría quedarse todo el día mirándola, observado cada pequeño cambio y cada reflejo de aquella hermosa cornamenta pero entendía que seguían en aquel erial y debían tener cuidado.
—Encontremos ese lugar para sentarnos. —Continuó andando junto a ella intentando encontrar alguna pista del resto del torreón... pero no hubo suerte.
Sigue en Jardines de la memoria.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Barrio de los Mil Dioses
13/04/23, 07:18 pm
Habían pasado un par de semanas desde que cumplieron el encargo de encontrar a Lobi y entre los ratos que usaban para buscar pistas sobre el paradero de sus compañeros, tanto Chromsa como Adam habían quedado un par de veces con Erknest para pasar un rato más ameno y que les ayudara dentro de lo posible. Esos días fueron más tranquilos, no había ninguna misión nueva realmente y el ochrorio agradecía el ánimo del caballero. Era un soplo de ánimo entre tantas incertidumbres.
No se espero que en una ocasión les avisará en persona de la siguiente misión. -La siguiente tarea será crucial para que el equipo pueda seguir manteniendo su poderío. Además, es algo de sumo secreto, así que os contaré los detalles en el cuartel general- les anunció con su seriedad poco seria. No era solo ya que la expectación por saber de qué se trataría esta vez, sino que el ochrorio también estaba emocionado por saber como era la casa del chico. Les indicó como llegar hasta el barrio en el que estaba y los citó al día siguiente por la mañana.
Llegado el momento, la pareja se preparó y pusieron rumbo al Barrio de los Mil Dioses. El brujo contemplaba el lugar por el que pasaban, no sonándole de haber estado antes. Ver tantas ruinas le recordaba a las zonas cercanas al primer torreón, aunque las edificaciones que quedaban en pie eran más monumentales que las de su época en la criba. Iba agarrado de la mano del ruso, tanto por el buen humor que sentía como por aliviar un poco la leve tensión que sentía por allí. No era demasiado fuerte, pero su instinto le avisaba que en algún lugar podía haber algo peligroso y ya en un par de ocasiones había escuchado el sonido de un animal que no llegaba a identificar.
No tardaron de divisar a Erknest, esperando junto a una pequeña ermita de un recargado estilo gótico que se mantenía en un sorprendente buen estado. -Hola Erknest, ya estamos aquí.- saludó con una sonrisa cuando llegaron a la altura del héroe. A pesar de las indicaciones, no les había contado tampoco nada de su casa. Bien podría ser aquella construcción u otra cercana. El ochrorio echó una rápida mirada a los edificios cercanos, buscando algo que indicara cual era pero sin mucho éxito.
No se espero que en una ocasión les avisará en persona de la siguiente misión. -La siguiente tarea será crucial para que el equipo pueda seguir manteniendo su poderío. Además, es algo de sumo secreto, así que os contaré los detalles en el cuartel general- les anunció con su seriedad poco seria. No era solo ya que la expectación por saber de qué se trataría esta vez, sino que el ochrorio también estaba emocionado por saber como era la casa del chico. Les indicó como llegar hasta el barrio en el que estaba y los citó al día siguiente por la mañana.
Llegado el momento, la pareja se preparó y pusieron rumbo al Barrio de los Mil Dioses. El brujo contemplaba el lugar por el que pasaban, no sonándole de haber estado antes. Ver tantas ruinas le recordaba a las zonas cercanas al primer torreón, aunque las edificaciones que quedaban en pie eran más monumentales que las de su época en la criba. Iba agarrado de la mano del ruso, tanto por el buen humor que sentía como por aliviar un poco la leve tensión que sentía por allí. No era demasiado fuerte, pero su instinto le avisaba que en algún lugar podía haber algo peligroso y ya en un par de ocasiones había escuchado el sonido de un animal que no llegaba a identificar.
No tardaron de divisar a Erknest, esperando junto a una pequeña ermita de un recargado estilo gótico que se mantenía en un sorprendente buen estado. -Hola Erknest, ya estamos aquí.- saludó con una sonrisa cuando llegaron a la altura del héroe. A pesar de las indicaciones, no les había contado tampoco nada de su casa. Bien podría ser aquella construcción u otra cercana. El ochrorio echó una rápida mirada a los edificios cercanos, buscando algo que indicara cual era pero sin mucho éxito.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Barrio de los Mil Dioses
13/04/23, 08:17 pm
En las dos semanas que pasaron desde la última mision con Erknest de devolver aquella mascota a su dueña, Adam agradeció que el caballero ciervo estuviese ahí de vez en cuando para pasar el rato en unos momentos menos formales. La incertidumbre de no saber donde estaban sus amigos lo tenía nervioso, la compañía de Erknest disminuía la tensión y el pegaso notaba como la confianza brotaba cada vez más fuerte con el ciudadano.
Aquella vez optó por presentarse el caballero mismo en persona para detallar la siguiente misión que debían cumplir. Adam, ya en lugar de cuestionar a su maestro, asentía con seriedad a lo que decía, emocionado por saber cómo sería la morada de Erknest que en todo lo que llevaba como su escudero no vio en ningún momento. Esperarían hasta mañana para marchar.
Adam se preparó ordenando su pelo un poco y llevando su conjunto de camisa de manga larga azulada, pantalones vaqueros y zapatos formales. Lo que vio aquella mañana en el armario le hizo soltar un grito ahogado. Agarró la corbata azul marino, emocionado. ¿Cómo le quedaría? Sin dudar, se la puso como pudo más o menos recordando como se ponía adornando el conjunto. Por el camino Chromsa y Adam iban de la mano, una cosa que hacían cada vez con más frecuencia. Igualmente iba alerta por el camino, Rocavarancolia no era un lugar seguro y se aseguró de memorizar bien el hechizo de barrera la noche anterior por si acaso.
Encontraron a Erknest y Chromsa saludó el primero—. Buenos días. ¿Cómo va todo Erknest? —siguió Adam con un tono amistoso, ya en confianza y con una sonrisa gentil. El caballero se encontraba al lado de una ermita pequeña de estilo gótico que, para su sorpresa, no estaba ni tan mal. ¿Es esa su base?
Aquella vez optó por presentarse el caballero mismo en persona para detallar la siguiente misión que debían cumplir. Adam, ya en lugar de cuestionar a su maestro, asentía con seriedad a lo que decía, emocionado por saber cómo sería la morada de Erknest que en todo lo que llevaba como su escudero no vio en ningún momento. Esperarían hasta mañana para marchar.
Adam se preparó ordenando su pelo un poco y llevando su conjunto de camisa de manga larga azulada, pantalones vaqueros y zapatos formales. Lo que vio aquella mañana en el armario le hizo soltar un grito ahogado. Agarró la corbata azul marino, emocionado. ¿Cómo le quedaría? Sin dudar, se la puso como pudo más o menos recordando como se ponía adornando el conjunto. Por el camino Chromsa y Adam iban de la mano, una cosa que hacían cada vez con más frecuencia. Igualmente iba alerta por el camino, Rocavarancolia no era un lugar seguro y se aseguró de memorizar bien el hechizo de barrera la noche anterior por si acaso.
Encontraron a Erknest y Chromsa saludó el primero—. Buenos días. ¿Cómo va todo Erknest? —siguió Adam con un tono amistoso, ya en confianza y con una sonrisa gentil. El caballero se encontraba al lado de una ermita pequeña de estilo gótico que, para su sorpresa, no estaba ni tan mal. ¿Es esa su base?
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