Barrio de los Mil Dioses
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Barrio de los Mil Dioses
02/08/11, 06:28 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Zona cercana al anfiteatro donde una buena parte de los escombros y edificios a medio derruir corresponden a viejos templos, tipo de edificación prolífica en aquel barrio a la que debe su nombre. Varios edificios mantienen milagrosamente medio en pie algunas habitaciones donde hay pertenencias de antiguos rocavarancoleses, de todo tipo. Las hienas han hecho de este lugar su territorio.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Barrio de los Mil Dioses
25/01/24, 04:18 pm
El día estaba siendo para recordarlo cuando le contara a Eitne y a los demás niños sus batallitas como uno de los héroes que salvó a la ciudad. Para resistir el dolor solo le quedaba imaginar la cara que pondría Rox cuando le contara que uno de sus hechizos había incrustado al esqueleto contra la puta pared. Pero para eso tenía que sobrevivir. Y la verdad no iba muy encaminado.
—Gracias, tía... —le dedicó a la idrina. Si no fuera por ella seguiría rabiando de dolor hasta que llegara alguien, ya que la colega de los cuernos y el menda descabezado parecían pasar de su culo. Para colmo, el último los mandó a tomar por saco a todos proyectando las palabras en su mente—. Ah, genial —como si a él le importara una puta mierda el destino de aquel pajarraco de humo. Que se fumara otro piti y creara uno nuevo. ¿A él que coño le contaba?.
Tayron echó la cabeza hacia atrás, sin importarle que su cabello se ensuciara con el pavimiento, total ahora mismo seguro que era un caos de puntas esmeraldas. Luego exhaló con un pequeño quejido al poner sin querer uno de los dedos encima de su propio pecho calcinado. Estaba aturdido y la cabeza le daba vueltas y vueltas. Demasiado aturdido como para entender cómo se sentían los demás. O para observar el cuadro completo de lo que ocurría su alrededor. La reina estaba allí, encapsulando lo que parecía un alma antes de que se desvaneciera. Y creyó escuchar que el pavo con pinta de no haber dormido la mona durante una semana le respondía con sorna. "Seguro que sobrevives".
—Pues más me vale, también te digo —se recordó así mismo, sin querer entrar en los detalles que Cicatriz y el Consejo les explicaba. Estaba seguro de que Dama Enigma podría aclarar sus dudas más adelante, en fin, cuando no tuviera un conjuro abrasivo encima. Si levantaba la manita como en clase ahora parecería un gilipollas.
No fue hasta que los mercenarios hicieron acto de presencia que el belga respiró aliviado, permitiéndose girar la cabeza hacia los lados una vez los ensalmos de anestesia se extendían sobre su cuerpo. Su mano se posó con un gesto débil sobre la detective, antes de que ella se reuniera con sus amigos.
—Ey... te debo una, bruja —aquello último fue expresado como un halago tras una sonrisa pobre. Sus ojos amarillos se clavaron entonces en los de Giz y Gael. Una lágrima descarriada surcó su mejilla hasta morir en sus labios agrietados, la magia curativa de ambos le provocaba tal respiro que se sentía como un bálsamo reparador. A penas podía controlar que su rostro se transformara en una mueca de emoción—. En realidad a vosotros también... mierda, no quiero llorar como un bebé.
Mediante un hechizo de levitación el lémur fue guiado hasta la seguridad de su refugio. Permaneció en silencio todo el camino, preguntándose si había hecho suficiente o si no fue más que un lastre para la operación. Al menos logró rescatar a Mónica.
¿Pero qué pasaba con Ataulfo?
Una sombra de duda atenazó su corazón, parecida a la mala espina que había creído ver en los ojos de Dama Enigma. Algo andaba mal. En su fuero interno sabía que ésta no era lo última jugada de la partida.
Sigue en Sede de los Taumaturgos.
—Gracias, tía... —le dedicó a la idrina. Si no fuera por ella seguiría rabiando de dolor hasta que llegara alguien, ya que la colega de los cuernos y el menda descabezado parecían pasar de su culo. Para colmo, el último los mandó a tomar por saco a todos proyectando las palabras en su mente—. Ah, genial —como si a él le importara una puta mierda el destino de aquel pajarraco de humo. Que se fumara otro piti y creara uno nuevo. ¿A él que coño le contaba?.
Tayron echó la cabeza hacia atrás, sin importarle que su cabello se ensuciara con el pavimiento, total ahora mismo seguro que era un caos de puntas esmeraldas. Luego exhaló con un pequeño quejido al poner sin querer uno de los dedos encima de su propio pecho calcinado. Estaba aturdido y la cabeza le daba vueltas y vueltas. Demasiado aturdido como para entender cómo se sentían los demás. O para observar el cuadro completo de lo que ocurría su alrededor. La reina estaba allí, encapsulando lo que parecía un alma antes de que se desvaneciera. Y creyó escuchar que el pavo con pinta de no haber dormido la mona durante una semana le respondía con sorna. "Seguro que sobrevives".
—Pues más me vale, también te digo —se recordó así mismo, sin querer entrar en los detalles que Cicatriz y el Consejo les explicaba. Estaba seguro de que Dama Enigma podría aclarar sus dudas más adelante, en fin, cuando no tuviera un conjuro abrasivo encima. Si levantaba la manita como en clase ahora parecería un gilipollas.
No fue hasta que los mercenarios hicieron acto de presencia que el belga respiró aliviado, permitiéndose girar la cabeza hacia los lados una vez los ensalmos de anestesia se extendían sobre su cuerpo. Su mano se posó con un gesto débil sobre la detective, antes de que ella se reuniera con sus amigos.
—Ey... te debo una, bruja —aquello último fue expresado como un halago tras una sonrisa pobre. Sus ojos amarillos se clavaron entonces en los de Giz y Gael. Una lágrima descarriada surcó su mejilla hasta morir en sus labios agrietados, la magia curativa de ambos le provocaba tal respiro que se sentía como un bálsamo reparador. A penas podía controlar que su rostro se transformara en una mueca de emoción—. En realidad a vosotros también... mierda, no quiero llorar como un bebé.
Mediante un hechizo de levitación el lémur fue guiado hasta la seguridad de su refugio. Permaneció en silencio todo el camino, preguntándose si había hecho suficiente o si no fue más que un lastre para la operación. Al menos logró rescatar a Mónica.
¿Pero qué pasaba con Ataulfo?
Una sombra de duda atenazó su corazón, parecida a la mala espina que había creído ver en los ojos de Dama Enigma. Algo andaba mal. En su fuero interno sabía que ésta no era lo última jugada de la partida.
Sigue en Sede de los Taumaturgos.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Re: Barrio de los Mil Dioses
29/01/24, 03:02 pm
Kimbra asintió hacia Jace cuando le contestó que solo necesitaba tiempo, pero no le extrañó en absoluto que a continuación los mandara a todos a la mierda. Ciertamente el dullahan necesitaba tiempo, probablemente a solas, aunque lo más seguro es que simplemente necesitara salir de ahí y alejarse de los desconocidos como mínimo. Puede que la demonio no supiera mucho de ese tipo de cosas, pero podía empatizar perfectamente con la idea de perder a tu montura con la que tenías una conexión especial. Y aunque todavía existía la esperanza de que Ares no hubiera muerto, eso no hacía menos duro el hecho de haberlo visto desaparecer frente a sus ojos.
La krabelinense no hizo nada para evitar que el humano recogiera los arreos y la silla de Ares y desapareciera por la puerta, pero sí que le siguió con la mirada en todo momento, asegurándose que en su furia no hiciera nada que pudiera perjudicarle a posteriori o de lo que pudiera arrepentirse. Por un momento, la engendro se planteó la posibilidad de seguirle automáticamente, pero Irianna todavía estaba ahí, con Tayron agonizando y el Consejo presente, y Jace se merecía al menos algo de tiempo para respirar.
Pero Jace tampoco consiguió la soledad que buscaba en el exterior, ya que en cuanto Ámarok lo vio salir sin Ares a sus espaldas, se acercó trotando a olisquear a su alrededor en busca de su compañero, soltando un gemido lastimero al ver sus arreos y silla entre las manos de su dueño. Como un saco, el kerlax cayó al suelo, tumbándose a los pies del dullahan con las orejas gachas y el rabo recogido, sin molestar el espacio de Jace, pero lo suficientemente cerca como para ser, si es que acaso lo era, un consuelo.
De vuelta en el interior, Kimbra ignoró la conversación que Irianna tenía con el Consejo, mientras verificaba que sus nuevos frascos llenos de fluidos estuvieran bien cerrados y conservados, reconociendo con un asentimiento la llegada de los Mercenarios de la Brecha. Los conocía relativamente bien, teniendo en cuenta sus tratos con dama Diurna y Koval, pero consideró que aquel momento no era el propicio para entablar ningún tipo de conversación, sobre todo teniendo en cuenta que ellos estaban más centrados en ayudar al lemur con sus heridas.
Si bien se había esperado algo más de reticencia o movimiento en la captura del liche, le sorprendió que de un momento a otro el tal Rodolfo pareciera haber muerto. A Kimbra no le había parecido en un principio que esa fuera la intención del Consejo, lo que su propia sorpresa confirmó, pero, tal y como el acercamiento de Irianna confirmó, aquello ya no era su problema y ambas no perdieron el tiempo en salir en busca de Jace.
Lo encontraron, como era de esperar, fumando en el exterior, con Ámarok a sus pies. Kimbra, siempre más dicha en el apoyo silencioso que en las palabras, permaneció callada esperando a que Jace contestara a la nebulomante, si es que así lo quería.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Barrio de los Mil Dioses
31/01/24, 07:20 pm
El humo gris del cigarro se fundía con el negro de su cuello como dos tintas de distinto tono. Era curioso como a pesar de no tener boca el tabaco entraba mejor. Mantuvo el humo dentro de sus pulmones hasta que quemaron, regodeándose en la falsa calma que traía consigo el vicio. “No tendría que haberle llamado”, pensaba una y otra vez, culpable, visto que no había quien hiciera de cabeza de turco mejor que él. Sus hombros se tensaron con la aparición de Ámarok, no porque le tuviera miedo, sino porque temía deberle explicaciones al lobo.
“Vamos chico” le susurró al humo que le rodeaba sabiendo bien que aquel montón de oscuridad y viento rizado eran los restos de Ares. El llanto de Ámarok pareció responder por él. “Sé que eres tú, cabrón…” aún en sus habituales formas en su voz cabía la suavidad de una súplica. Se agachó y expulsó el humo sobre la niebla como si así, añadiendo parte de su propio aliento, pudiera reconstruir lo que fue su montura. “Fórmate.”
Por supuesto no pasó nada. El dullahan gruñó y dejó caer “la cabeza” sobre los hombros.
“Me cago en la puta… Cuando resucites -porque vas a resucitar, cabrón, así tenga que sacrificar a alguien- te voy a cambiar el puto nombre. Que Ares está guapo, las cosas como son, pero…” movió una mano haciendo un pequeño remolino negro. “Hades es la polla, ¿verdad? Hades y Cerbero” rio, una carcajada insulsa. “¿Cómo no se me ha ocurrido antes? Ahora que soy yo el que tiene el nombre del perro…” miró a Ámarok. Era más fácil dirigirse a él que a la ausencia. “Y no puedes matar a la muerte… Porque no estás muerto, ¿verdad que no?”
Dio una calada tan larga y honda que terminó de consumir el cigarro. Tanta nicotina de golpe que más que relajarlo agriaba sus pensamientos. Apagó las cenizas contra la pared con frustración y lanzó los restos más allá del lobo, una ira tan reducida como estos.
“Menuda putada, colega…” le susurró al animal de cunclillas, viendo su torso subir y bajar en silencio. Se la sudaba el revuelo de dentro. “No te vayas a esnifar a Hades, eh” al alargar la mano para acariciarle el lomo el tacto le hizo sentir culpable. “Que puta mierda. Estás muy suave.”
Vio salir al mono verde levitando de una forma que en cualquier otra situación le habría resultado hilarante mientras encendía su segundo cigarrillo. No dijo nada hasta el último minuto, donde a Tayron le llegaría un leve “recupérate” de su parte. Irianna y Kimbra llegaron después a lo que se puso de pie, y aunque no quería ni pésames, ni compasión, ni reincidir en el tema, esperó paciente a lo que tuvieran que decir. De siempre le producía rechazo preocupar a la gente, más que nada porque no sabía lidiar con sentimientos ajenos. Los suyos apenas estaban anestesiados.
“Da igual” expulsó la calada despacio, apático. “Me metí voluntariamente en esto. Ya volverá.”
Señaló vagamente el humo alrededor. Es verdad que de momento no le había abandonado. Desconocía si toda la situación con Rodolfo y el ayudante siniestro de Papá Noel contaba como una victoria, si realmente habían conseguido algo, pero ahora mismo de lo que se alegraba es de haber cortado con Dama Isis. Alguien menos a quien dar explicaciones, y sobre todo nadie que se quejase de su peste a tabaco.
“Pero eh” añadió con un atisbo de emoción. Claramente no quería hablar del tema. “Hemos llamado la atención de la realeza. Eso no pasa todos los días. A ver cuanto tardan el olvidarnos.”
“Vamos chico” le susurró al humo que le rodeaba sabiendo bien que aquel montón de oscuridad y viento rizado eran los restos de Ares. El llanto de Ámarok pareció responder por él. “Sé que eres tú, cabrón…” aún en sus habituales formas en su voz cabía la suavidad de una súplica. Se agachó y expulsó el humo sobre la niebla como si así, añadiendo parte de su propio aliento, pudiera reconstruir lo que fue su montura. “Fórmate.”
Por supuesto no pasó nada. El dullahan gruñó y dejó caer “la cabeza” sobre los hombros.
“Me cago en la puta… Cuando resucites -porque vas a resucitar, cabrón, así tenga que sacrificar a alguien- te voy a cambiar el puto nombre. Que Ares está guapo, las cosas como son, pero…” movió una mano haciendo un pequeño remolino negro. “Hades es la polla, ¿verdad? Hades y Cerbero” rio, una carcajada insulsa. “¿Cómo no se me ha ocurrido antes? Ahora que soy yo el que tiene el nombre del perro…” miró a Ámarok. Era más fácil dirigirse a él que a la ausencia. “Y no puedes matar a la muerte… Porque no estás muerto, ¿verdad que no?”
Dio una calada tan larga y honda que terminó de consumir el cigarro. Tanta nicotina de golpe que más que relajarlo agriaba sus pensamientos. Apagó las cenizas contra la pared con frustración y lanzó los restos más allá del lobo, una ira tan reducida como estos.
“Menuda putada, colega…” le susurró al animal de cunclillas, viendo su torso subir y bajar en silencio. Se la sudaba el revuelo de dentro. “No te vayas a esnifar a Hades, eh” al alargar la mano para acariciarle el lomo el tacto le hizo sentir culpable. “Que puta mierda. Estás muy suave.”
Vio salir al mono verde levitando de una forma que en cualquier otra situación le habría resultado hilarante mientras encendía su segundo cigarrillo. No dijo nada hasta el último minuto, donde a Tayron le llegaría un leve “recupérate” de su parte. Irianna y Kimbra llegaron después a lo que se puso de pie, y aunque no quería ni pésames, ni compasión, ni reincidir en el tema, esperó paciente a lo que tuvieran que decir. De siempre le producía rechazo preocupar a la gente, más que nada porque no sabía lidiar con sentimientos ajenos. Los suyos apenas estaban anestesiados.
“Da igual” expulsó la calada despacio, apático. “Me metí voluntariamente en esto. Ya volverá.”
Señaló vagamente el humo alrededor. Es verdad que de momento no le había abandonado. Desconocía si toda la situación con Rodolfo y el ayudante siniestro de Papá Noel contaba como una victoria, si realmente habían conseguido algo, pero ahora mismo de lo que se alegraba es de haber cortado con Dama Isis. Alguien menos a quien dar explicaciones, y sobre todo nadie que se quejase de su peste a tabaco.
“Pero eh” añadió con un atisbo de emoción. Claramente no quería hablar del tema. “Hemos llamado la atención de la realeza. Eso no pasa todos los días. A ver cuanto tardan el olvidarnos.”
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Barrio de los Mil Dioses
04/02/24, 11:37 am
Lo único que queda de la trifulca que acaba de acontecer son manchas de sangre y el daño en las paredes debido a ciertos hechizos, todos los participantes se han ido o se han muerto. Sin embargo, Cicatriz, Aberyk y Leahrrä tan solo miran una burbuja suspendida en el aire y el vacío en su interior, la ausencia de un rastro que ya era débil antes de que el liche se disolviera.
—¡Joder! —se queja Cicatriz—. No me puedo creer que hayamos llegado tarde.
—Que va, lo que ha pasado no es una cuestión de tiempos. Creo que alguien quería deshacerse del liche y ha decidido hacerlo en el momento más dramático —responde Aberyk, con tono pensativo. El Señor de los Asesinos se rasca la barbilla, mientras abraza esa conclusión por ser la más razonable y la más cómoda: el liche era puro caos, un ser indomable.
Leahrrä asiente, convencida de que ni el mejor mentalista de la ciudad fuera capaz de someterlo del todo, con tanto recoveco en esa mente fragmentada. En un último intento, que ella misma considera fútil, la reina recita un ensalmo para mejorar sus sentidos en busca de los restos minúsculos de un hueso o un rastro de magia tan leve que ni la gola de un Goliat pudiera atraparla. Cuál es su sorpresa al entrever en el interior de la burbuja un único grano de arena. Algo aparentemente anodino, tal vez un regalo del propio liche y, definitivamente, un nuevo hilo del que tirar. Su rostro se serena, sus facciones se relajan levemente.
—Nos vamos —decide, dispuesta a hablarlo todo bajo la seguridad que proporciona el castillo.
Tras un intercambio breve de miradas, el Consejo desaparece tan rápido como apareció. En un rinconcillo, agazapado, un ratón diminuto y cubierto de moho los ve marchar.
—¡Joder! —se queja Cicatriz—. No me puedo creer que hayamos llegado tarde.
—Que va, lo que ha pasado no es una cuestión de tiempos. Creo que alguien quería deshacerse del liche y ha decidido hacerlo en el momento más dramático —responde Aberyk, con tono pensativo. El Señor de los Asesinos se rasca la barbilla, mientras abraza esa conclusión por ser la más razonable y la más cómoda: el liche era puro caos, un ser indomable.
Leahrrä asiente, convencida de que ni el mejor mentalista de la ciudad fuera capaz de someterlo del todo, con tanto recoveco en esa mente fragmentada. En un último intento, que ella misma considera fútil, la reina recita un ensalmo para mejorar sus sentidos en busca de los restos minúsculos de un hueso o un rastro de magia tan leve que ni la gola de un Goliat pudiera atraparla. Cuál es su sorpresa al entrever en el interior de la burbuja un único grano de arena. Algo aparentemente anodino, tal vez un regalo del propio liche y, definitivamente, un nuevo hilo del que tirar. Su rostro se serena, sus facciones se relajan levemente.
—Nos vamos —decide, dispuesta a hablarlo todo bajo la seguridad que proporciona el castillo.
Tras un intercambio breve de miradas, el Consejo desaparece tan rápido como apareció. En un rinconcillo, agazapado, un ratón diminuto y cubierto de moho los ve marchar.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Barrio de los Mil Dioses
04/02/24, 09:45 pm
Momentos antes, Tayron le había dado las gracias a ella, lo cual tan solo había respondido negando con la cabeza y una sonrisa leve antes de desearle que se recuperase pronto. No creía que nadie le debiera nada, más bien al contrario. Era cierto que Sinceridad y el lémur estaban allí por su propia voluntad e iniciativa y ella no tenía nada que ver, pero aunque sabía que era más bien irracional por su parte, sentía la carga sobre sus hombros de ser la principal responsable de que todos hubiesen acabado metidos en aquella refriega.
Se sentó al lado de Jace tras escuchar su respuesta, acariciando a Ámarok en el proceso queriendo transmitirle agradecimiento por haber hecho compañía al dullahan. “Ya volverá”. Aquellas palabras dolían más de lo que hubiese esperado en un instante. ¿Iba a volver? La idrina deseaba que sí, pero no sabía cuánto podía aguantar una criatura como Ares y la desdichada montura había sufrido heridas mortales ante sus ojos. Quería creer que si su amigo afirmaba aquello es porque sí iba a volver. Lo que estaba claro es que no era buena idea seguir hurgando en la herida. No encontraba, de hecho qué era lo apropiado para decir en aquel instante, más allá de lo que ya había dicho. Por suerte, el dullahan sí parecía saber cómo aligerar un poco el ambiente y dejó escapar una risa tan leve como sarcástica.
—Creo que prefiero que se olviden ya mismo. Aunque tu jefa siempre me ha caído bien.
No le importaría permanecer allí el tiempo que quiesiese Jace. Sabía que Kimbra probablemente no decía nada por su propia personalidad y no por ningún otro motivo, pero aun así se aseguraría de preguntarle si todo estaba bien por su lado. Pero más pronto que tarde debía volver y preguntar por los rescatados. Su trabajo aún no había concluido del todo, y estaba claro que necesitaba al menos hacer bien lo poco que podía.
Se sentó al lado de Jace tras escuchar su respuesta, acariciando a Ámarok en el proceso queriendo transmitirle agradecimiento por haber hecho compañía al dullahan. “Ya volverá”. Aquellas palabras dolían más de lo que hubiese esperado en un instante. ¿Iba a volver? La idrina deseaba que sí, pero no sabía cuánto podía aguantar una criatura como Ares y la desdichada montura había sufrido heridas mortales ante sus ojos. Quería creer que si su amigo afirmaba aquello es porque sí iba a volver. Lo que estaba claro es que no era buena idea seguir hurgando en la herida. No encontraba, de hecho qué era lo apropiado para decir en aquel instante, más allá de lo que ya había dicho. Por suerte, el dullahan sí parecía saber cómo aligerar un poco el ambiente y dejó escapar una risa tan leve como sarcástica.
—Creo que prefiero que se olviden ya mismo. Aunque tu jefa siempre me ha caído bien.
No le importaría permanecer allí el tiempo que quiesiese Jace. Sabía que Kimbra probablemente no decía nada por su propia personalidad y no por ningún otro motivo, pero aun así se aseguraría de preguntarle si todo estaba bien por su lado. Pero más pronto que tarde debía volver y preguntar por los rescatados. Su trabajo aún no había concluido del todo, y estaba claro que necesitaba al menos hacer bien lo poco que podía.
- Muffie
Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación
Personajes :
● Wednesday: Vouivre humana británica.
● Karime: Licántropa loba libense de la capital.
● Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
● Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
● Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
● Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.
Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
● Ka: Le falta el ojo izquierdo.
● Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.
Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
● Wen: Guadaña doble y arco.
● Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
● Kim: Arco, machetes y dagas.
● Neil: Cuchara de madera y cera.
● Edén: Magia y sonrisas amables.
● Colmillo: inutilidad.
Humor : Absurdo
Re: Barrio de los Mil Dioses
07/02/24, 09:02 pm
Un sonido de placer retumbó desde el interior de Ámarok, contento de que, a falta de su compañero, el dueño de este le estuviera acariciando y envolviendo con el toque de olor ahumado que ambos compartían. A pesar de ser un animal bastante inteligente, no lo era lo suficiente como para entender las palabras del dullahan ni la situación en sí, pero al menos las caricias de Jace, su proximidad y el humo que echaba le hacían sentir lo suficientemente calmado respecto a la desaparición de Ares como para que no tuviera la necesidad de buscarlo frenéticamente.
Desde que Kimbra lo había traído a Rocavarancolia, Ámarok había hecho muchos compañeros, a los que se iban sumando más y más a medida que su jinete iba trayendo nuevos inquilinos al Corral, pero para el kerlax Ares era bastante distinto al resto. No solo porque, técnicamente, no formaba parte de su manada, como sí lo hacían los demás, sino porque ambos representaban el mismo papel en la vida de sus dueños y por ello habían compartido las mejores cacerías junto a ellos. Si Ámarok fuera capaz de entender el concepto y verbalizarlo, probablemente llamaría a Ares su mejor amigo. Pero por el momento, Ámarok era solo un kerlax que había visto entrar a su compañero al mismo edificio al que habían entrado sus dueños y no lo había vuelto a ver salir.
La krabelinense, por su parte, entendía un poco más la expresión de tristeza de su bestia que él mismo, por lo que dejó que se mantuviera tumbado dejándose acariciar por sus amigos, sin necesidad de comenzar a hacer uso de sus alforjas para guardar sus nuevas posesiones.
Al principio, la respuesta de Jace le hizo fruncir el ceño, confusa con que manifestara que la desaparición de Ares "daba igual", pero rápidamente entendió que era algún tipo de mecanismo de afrontamiento basado en la negación y asintió ante su "ya volverá", tanto para mostrar su apoyo y ánimo al respecto, como porque creía firmemente que así sería. La demonio no era tan ingenua como para negar la posibilidad de muerte, pero si en algo tenía ventaja la montura del dullahan sobre la suya propia, es que estaba hecha de la misma magia y humo que mantenía con vida al humano a pesar de no tener la cabeza pegada al cuerpo. Ares había venido de otro plano y se había formado en humo. A Kimbra no le parecía tan descabellado pensar que a otro plano se había ido a curar sus heridas y volverse a formar.
-También prefiero que nos olviden, si el que nos tengan en mente no nos va a otorgar ningún beneficio -contestó tras Irianna, todavía algo molesta por su aparición, aunque en cierta manera agradecida de que su tardanza le hubiera permitido abastecerse de todos los fluidos del krampus.
"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Barrio de los Mil Dioses
10/02/24, 02:26 pm
La nicotina hizo lo suyo, soltó los nudos de su cuerpo igual que Ámarok se relajaba a sus pies. Era una pena haber perdido el placer de la recarga (joder, era la primera vez que cortaba la cabeza de un ser pensante y coherente, debería sentirse diferente), pero con todo lo sucedido normal que pesase más la pérdida. Expulsó la molesta hormiguita de los dilemas de su cabeza como el humo de su cigarro, resoplando con fuerza, aunque fue en seguida reemplazada por otra. Mierda. Había matado algo que no era un zombie de los subterráneos, ¿no se supone que tenía que sentir algo nuevo? La falta de moralidad le carcomía más que sus actos, o más bien, lo poco que hasta eso le preocupaba. Sí que se había insensibilizado bien, sí... A esa segunda hormiga se le sumó otra al bien recordar gracias a Irianna que su jefa había estado allí y- que coño, ya no era solo su jefa, la mismísima reina de todo el cotarro.
"Hostia. Hostia puta" comenzó tenso, continuó con humor. Una carcajada (genuina por fin) colorearía la mente de sus amigas. Las hormigas trepaban deprisa, pero contra todo pronóstico solo hacían cosquillas. Por lo pronto. "Le he dicho a la putísima reina de Rocavarancolia que se vaya a la mierda" se llevó las manos a donde tendría que estar la cabeza y dio un par de pasos a ambos lados con una risita histérica acompañante. "¡Y sigo vivo! Le he dicho que se vaya a la puta mierda y sigo- PFFFF ¡JAJAJA!"
Mientras se encogía levemente dentro de sus hombros su humo formó ese característico tirabuzón que equivalía a una sonrisa.
"Cojonudo" dio una calada, pero las carcajadas no le dejaron consumirla. "Si mi jefa no me revienta tras esto soy el puto amo".
En realidad no sabía ni como iba a conservar su puesto sin montura, si es que Ares- o sea, Hades, tardaba en reaparecer, pero eso era problema del Jace de mañana. Con brío quemó buena parte del cigarro y lanzó la colilla como quien se deshace de un bicho.
"Yo me piro ya" anunció a modo de invitación velada mientras se estiraba, más para apaciguar el malestar oculto que no terminaba de abandonarle que por flojera. "Hoy me apetece ir andando."
"Hostia. Hostia puta" comenzó tenso, continuó con humor. Una carcajada (genuina por fin) colorearía la mente de sus amigas. Las hormigas trepaban deprisa, pero contra todo pronóstico solo hacían cosquillas. Por lo pronto. "Le he dicho a la putísima reina de Rocavarancolia que se vaya a la mierda" se llevó las manos a donde tendría que estar la cabeza y dio un par de pasos a ambos lados con una risita histérica acompañante. "¡Y sigo vivo! Le he dicho que se vaya a la puta mierda y sigo- PFFFF ¡JAJAJA!"
Mientras se encogía levemente dentro de sus hombros su humo formó ese característico tirabuzón que equivalía a una sonrisa.
"Cojonudo" dio una calada, pero las carcajadas no le dejaron consumirla. "Si mi jefa no me revienta tras esto soy el puto amo".
En realidad no sabía ni como iba a conservar su puesto sin montura, si es que Ares- o sea, Hades, tardaba en reaparecer, pero eso era problema del Jace de mañana. Con brío quemó buena parte del cigarro y lanzó la colilla como quien se deshace de un bicho.
"Yo me piro ya" anunció a modo de invitación velada mientras se estiraba, más para apaciguar el malestar oculto que no terminaba de abandonarle que por flojera. "Hoy me apetece ir andando."
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