Biblioteca Mágica
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Rocavarancolia Rol
49 participantes
- Rocavarancolia Rol
Biblioteca Mágica
02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
- Cómo se creó la Biblioteca Mágica:
- El proyecto inicial de construcción de la Biblioteca Mágica fue llevado a cabo por el Consejo tras la finalización del conflicto del regreso de Hárex y Hurza. Se recopilaron una enorme cantidad de libros y manuscritos a lo largo de los años con la colaboración de una buena parte de los ciudadanos y decenas de magos ayudaron en la elaboración del entramado de hechizos anclados que contiene el edificio. Uno de estos magos, Littero Ara, que se involucró tanto en el proceso como para perder la vida tras invocar a Bilbios y anclarlo a la biblioteca, culminó el proyecto con lo que es hoy en día. El catálogo de la Biblioteca siguió y sigue aumentando año tras año.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Biblioteca Mágica
29/08/13, 08:25 pm
No estaba prestando mucha atención a sus compañeros de andanzas, mas centrado en dibujar en su libretita, al menos hasta que Alice llamo su atención y Dhelian levanto la vista pudiendo ver de cerca aquel edificio que Marsi había visto desde lo alto del torreón. "Como con todo lo que hay construido en este lugar, deja mucho que desear" pensó el daeliciano, mirando no con cierta atención que al edificio no fuese a intentar comerles cosa que aprecio no ocurrir pues pudieron entrar al interior sin mucho problema. Lo que allí dentro encontraron hizo que Dhelian abriera su boca de par en par, libros...una cantidad impresionante de libros en estanterías tan alta que serian imposible de alcanzar sin sufrir vértigo. los ojos se de Dhelian se perdieron en la enorme biblioteca brillantes y emocionados, en su vida había visto tanto libro junto. "Acertamos, increíblemente acertamos...ese golpe de suerte es tan poco probable que asusta" pensó el Daeliciano con una sonrisa dibujándose en su rostro, sonrisa que se desvaneció para dar paso a una cara de asustada cuando vio aparecer un ser, persona mas bien, de la nada que con un tono monótono les contó las regla de la Biblioteca antes de desvanecerse. Por un segundo Dhelian temió que ese ser fuese como el de las casa carnívoras y que toda aquella biblioteca fuese solo una imagen para engatusarlos, pero al parecer no fue el el único en verlo.
-Yo...yo también logre verlo - murmuro Lhelian con un hilo de voz, algo de lo que ese ser había dicho sonaba en su cabeza de una forma repetitiva como un eco contante. un año. Estar en ese lugar un año...¿porque ese tiempo? ¿Significaba algo o era simplemente el plazo de tiempo antes de que esa ciudad decidiera comérselos? No lo sabia y ese pensamiento loe hacia estremecer. Sacudió la cabeza pasando los dedos suavemente por los cabellos rojizos, deseando no pensar en aquello, había ido a buscar algo y ya que habían tenido el golpe de suerte no podían desaprovecharlo ahora, pero no quería ponerse a buscar a lo loco, ya había visto que era mejor no confiarse en aquella ciudad- ¿Que es lo que pensáis vosotros de este lugar?¿Creen que sera posible buscar algo de información sin riesgos?- pregunto a sus compañeros no sin cierta duda ya que todos tenían presentes las casas carnívoras y sus engaños
-Yo...yo también logre verlo - murmuro Lhelian con un hilo de voz, algo de lo que ese ser había dicho sonaba en su cabeza de una forma repetitiva como un eco contante. un año. Estar en ese lugar un año...¿porque ese tiempo? ¿Significaba algo o era simplemente el plazo de tiempo antes de que esa ciudad decidiera comérselos? No lo sabia y ese pensamiento loe hacia estremecer. Sacudió la cabeza pasando los dedos suavemente por los cabellos rojizos, deseando no pensar en aquello, había ido a buscar algo y ya que habían tenido el golpe de suerte no podían desaprovecharlo ahora, pero no quería ponerse a buscar a lo loco, ya había visto que era mejor no confiarse en aquella ciudad- ¿Que es lo que pensáis vosotros de este lugar?¿Creen que sera posible buscar algo de información sin riesgos?- pregunto a sus compañeros no sin cierta duda ya que todos tenían presentes las casas carnívoras y sus engaños
- InvitadoInvitado
Re: Biblioteca Mágica
30/08/13, 01:25 am
Marsi estuvo dándole vueltas a la cabeza todo el camino, interrumpiéndose de forma brusca para no guiarles por un camino incorrecto. Las religiones de sus compañeros la habían trastornado, en especial la de Yrfy y la de Talento. Pensó en su amiga Orianna, pensó en su padre y en algunas de sus amigas y se le hizo un nudo en el estómago. Por suerte el camino no era muy enrevesado y el edifico era lo bastante llamativo como para verse bien de lejos en cuanto hubieron avanzado bastante en su dirección. Como todo lo demás, estaba dejado, pero estaba entero.
No parecía habitado, y al entrar vieron por qué. Era una biblioteca, enorme y atestada. Marsi se quedó tan impresionada por la cantidad de libros que había que no vio al bibliotecario fantasma. Cuando sus compañeras gritaron se giró hacia el escritorio, y con el ceño fruncido se acercó, miró por detrás, dio la vuelta a la silla...
-No sé, no parece estar, fuera quien fuera- miró el cartel detrás del escritorio-Pero hay normas específicas para nosotros. Fue así como nos llamaron los de la fuente, ¿no? Cosechados... No creo que sea peligroso
Fue delante, alerta, mirando entre las estanterías por si había movimiento, pero todo estaba vacío y en silencio. Cogió un libro al azar y lo hojeó. Era un libro normal, un manual sobre criar moluscos luminiscentes o algo así. Cogió otro, y al abrirlo se puso a gritar como un energúmeno. Marsi lo dejó caer al suelo del susto pero el libro siguió gritando. Lo cerró con el pie.
-Vale... Eso ha sido raro- dijo aún con el susto en el cuerpo. Cogió el libro del suelo y vio que el título era ''Mil y un gritos de dolor''-Mejor... que tengamos cuidado con los que cojemos. Yo... buscaré un libro de mapas o algo...
No sabía por donde empezar, fue dando vueltas al azar entre las estanterías, tratando de comprender cómo estaba organizado aquel lugar.
No parecía habitado, y al entrar vieron por qué. Era una biblioteca, enorme y atestada. Marsi se quedó tan impresionada por la cantidad de libros que había que no vio al bibliotecario fantasma. Cuando sus compañeras gritaron se giró hacia el escritorio, y con el ceño fruncido se acercó, miró por detrás, dio la vuelta a la silla...
-No sé, no parece estar, fuera quien fuera- miró el cartel detrás del escritorio-Pero hay normas específicas para nosotros. Fue así como nos llamaron los de la fuente, ¿no? Cosechados... No creo que sea peligroso
Fue delante, alerta, mirando entre las estanterías por si había movimiento, pero todo estaba vacío y en silencio. Cogió un libro al azar y lo hojeó. Era un libro normal, un manual sobre criar moluscos luminiscentes o algo así. Cogió otro, y al abrirlo se puso a gritar como un energúmeno. Marsi lo dejó caer al suelo del susto pero el libro siguió gritando. Lo cerró con el pie.
-Vale... Eso ha sido raro- dijo aún con el susto en el cuerpo. Cogió el libro del suelo y vio que el título era ''Mil y un gritos de dolor''-Mejor... que tengamos cuidado con los que cojemos. Yo... buscaré un libro de mapas o algo...
No sabía por donde empezar, fue dando vueltas al azar entre las estanterías, tratando de comprender cómo estaba organizado aquel lugar.
- Zarket
Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Re: Biblioteca Mágica
30/08/13, 02:12 pm
Seguí la dirección que indicaba Marsi tranquilamente, mientras miraba distraído los alrededores. Todo era un montón de ruinas allí también, y seguía sin haber otras personas a parte de nosotros. «Parece una ciudad fantasma. ¿Cuántos vivirán aquí? ¿Y dónde?» torcí el gesto al recordar que conocía al menos a un habitante. Por lo que sabíamos podría ser perfectamente que en Rocavarancolia solo viviesen las personas que nos habían secuestrado, a saber para qué, a parte de nosotros mismos. «Y del otro grupo» me recordé. Frustrado y preocupado le di una patada a una piedrecilla cercana. Esperaba que no le hubiese pasado nada a nadie. «Aunque no me quejaría si el insecto recibe unos cuantos sustos»
Silbé de asombro al entrar dentro del edificio que había visto Marsi. Una cantidad abrumadora de estanterías llenas de libros se extendía por todos lados donde alcanzaba la vista, hasta el fondo. Jamás había visto tantos libros juntos (probablemente porque nunca había sido aficionado a las bibliotecas), por lo que aquel lugar me impresionó al verlo. Sentí la voz de Alice y me giré a tiempo de ver a un tío desapareciendo, cosa que me dejó con la boca abierta. «Pero qué...». Fui a donde había estado el tipo y agité la mano para asegurarme de que no había nada, además de mirar alrededor buscando alguna clase de aparato o algo así.
—No, si yo también lo he visto...
No parecía estar allí, fuese lo que fuese, así que decidí ignorarlo. Escogí un pasillo al azar y comencé a curiosear en él, mirando las portadas y nombres de los libros, aunque no abrí ninguno. «¿Quién se molesta en hacer un libro sobre secretos para dominar plantas? Es más, ¿qué se supone que es dominar una planta?». Estaba por leer cualquier libro al azar cuando un grito cercano me sobresaltó. Después del brinco que me provocó la sorpresa corrí hacia su origen, solo para ver a Marsi cerrando un libro con el pie.
—¿El- el libro estaba gritando? —pregunté entre risitas de lo absurdo de aquello—. Deberían llamarla ciudad de la locura...
Volví a dar vueltas entre las estanterías, sin especial interés por algo en concreto. Abrí al azar un libro que resultó tratar sobre el cuidado de los manzanos y otras plantas de algún mundo llamado Arfes. Ya me había aburrido de leer a los diez segundos: el libro estaba llenísimo de tecnicismos sobre botánica que no tenía ni idea de que podían existir. Además parecía estar escrito por alguien de hacía mil años a quien le gustaba especialmente la pomposidad, así que no tardé mucho en volver a dejarlo en las estanterías.
Tras un rato dando vueltas encontré casi por casualidad un libro algo más interesante. No era muy gordo, y de hecho casi todo lo que habían eran dibujas, con una o dos anotaciones abajo de cada uno. No tenía título, pero tampoco había que ser muy listo para ver que se trataba de alguna especie de libro de lucha corporal. Los estilos y técnicas parecían ser bastante agresivos y no se parecían a los de la Tierra a simple vista, aunque tampoco es que yo supiese de estilos de lucha terrestre. Recordando los gusanos, las casas y el discurso de la fuente me senté en una mesa, mientras seguía hojeándolo con interés.
Silbé de asombro al entrar dentro del edificio que había visto Marsi. Una cantidad abrumadora de estanterías llenas de libros se extendía por todos lados donde alcanzaba la vista, hasta el fondo. Jamás había visto tantos libros juntos (probablemente porque nunca había sido aficionado a las bibliotecas), por lo que aquel lugar me impresionó al verlo. Sentí la voz de Alice y me giré a tiempo de ver a un tío desapareciendo, cosa que me dejó con la boca abierta. «Pero qué...». Fui a donde había estado el tipo y agité la mano para asegurarme de que no había nada, además de mirar alrededor buscando alguna clase de aparato o algo así.
—No, si yo también lo he visto...
No parecía estar allí, fuese lo que fuese, así que decidí ignorarlo. Escogí un pasillo al azar y comencé a curiosear en él, mirando las portadas y nombres de los libros, aunque no abrí ninguno. «¿Quién se molesta en hacer un libro sobre secretos para dominar plantas? Es más, ¿qué se supone que es dominar una planta?». Estaba por leer cualquier libro al azar cuando un grito cercano me sobresaltó. Después del brinco que me provocó la sorpresa corrí hacia su origen, solo para ver a Marsi cerrando un libro con el pie.
—¿El- el libro estaba gritando? —pregunté entre risitas de lo absurdo de aquello—. Deberían llamarla ciudad de la locura...
Volví a dar vueltas entre las estanterías, sin especial interés por algo en concreto. Abrí al azar un libro que resultó tratar sobre el cuidado de los manzanos y otras plantas de algún mundo llamado Arfes. Ya me había aburrido de leer a los diez segundos: el libro estaba llenísimo de tecnicismos sobre botánica que no tenía ni idea de que podían existir. Además parecía estar escrito por alguien de hacía mil años a quien le gustaba especialmente la pomposidad, así que no tardé mucho en volver a dejarlo en las estanterías.
Tras un rato dando vueltas encontré casi por casualidad un libro algo más interesante. No era muy gordo, y de hecho casi todo lo que habían eran dibujas, con una o dos anotaciones abajo de cada uno. No tenía título, pero tampoco había que ser muy listo para ver que se trataba de alguna especie de libro de lucha corporal. Los estilos y técnicas parecían ser bastante agresivos y no se parecían a los de la Tierra a simple vista, aunque tampoco es que yo supiese de estilos de lucha terrestre. Recordando los gusanos, las casas y el discurso de la fuente me senté en una mesa, mientras seguía hojeándolo con interés.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Biblioteca Mágica
30/08/13, 08:57 pm
Todos dijeron que le habían visto, y todos le habían visto desaparecer, también. Pero no había ni rastro así que, confiada por lo que dijo Marsi, eché a andar hacia las estanterías. Me llamó la atención que empezaban a partir de "Absurdo", pero no me detuve ahí. Si solo podía coger un libro, tenía que elegir bien, tenía que ser útil y no servir a algún capricho momentáneo, como la magia... <<Una ciudad aparentemente abandonada... Mapas. Monstruos fuera, asesinos dentro... Lucha. Monstruos... solo hemos visto los de la grieta aquella, ¿cómo serán los demás? ¿Habrá algún bestiario por aquí?>>
Pero entonces escuché un extraño grito unas estanterías más allá. Llegué corriendo a tiempo de ver que Marsi pisaba un libro, del cual salían los gritos. <<Qué... ¿Como la sección prohibida?>> Entonces me fijé en el título del libro.
-¡Mola!-exclamé, aunque luego bajé la voz.-Ups, perdón... Voy a seguir buscando, hasta ahora.
<<Mapas descartado... Quedan lucha, monstruos y magia... ¿Qué cogerán Álvaro, Lhelian y Neith? ¿Eso fue un ladrido?>> pensé, quedándome congelada al pasar por una estantería. Juraría haber oído un ladrido a mi derecha, proveniente, sin duda, del otro lado de la estantería. Llegué hasta el pasillo común y me asomé, pero no vi nada. <<¿Y si fue un libro?>> En silencio, corrí hacia donde había oído el ruido y me paré cuando volví a escuchar una especie de gruñido. Venía de un libro, en efecto, pero ni de lejos el que andaba buscando. Parecía estar chapado en piel, ni idea de si era falsa o no, y despedía un olor a muerto incomprensible.
-Cómo criar a tu perro (y otros animales). Tomo noveno: Más allá de la tumba. ¿Qué demonios?-curiosa, lo abrí.-¿Nigromancia? No entiendo ese idioma... está mezclado, hay apuntes en varios idiomas por todas partes...
Tuve que recordarme para qué habíamos venido para seguir buscando. Pero entre el libro que gritaba y este último, acabé decantándome por la sección de magia. Y de nuevo me topé con que estaban escritos (no todos) en idiomas raros e incomprensibles <<¿Serán idiomas o dialectos de este? Si alguien coge uno de magia, puedo buscar alguno de idiomas... Pero si no... Habrá que conspirar o convencerles>>
Empezaría por orden alfabético, por lo que busqué primero a Álvaro, al cual encontré leyendo uno de lucha <<Descartado. Faltamos tres, ¿monstruos, idiomas y magia? Aunque... todos los libros pueden tener alguna sección en otro idioma, ¿no? Adjudicado>> pensé, sonriente. Me alejé en silencio del español y volví a perderme entre las estanterías. <<Idiomas, diccionarios, algún compendio de palabras, ¿algún método de "¡aprende rocachino con mil palabras!"?>> Al final di con uno que rezaba "Lenguas: cómo hablarlas ycómo arrancarlas. <<Qué bromista el autor>>
Este tenía dos manos en relieve en la cubierta, así como por detrás. Lo peculiar era que parecían reales... Pero no solo eso: al abrirlo, las hojas estaban como pegadas por algo demasiado parecido a saliva, aunque no las dañaba. Como guinda, en la primera página había un marcapáginas con forma de lengua bífida, igual de húmeda que las páginas. <<Anda, mira, la lengua arrancada del título>> Solo al cerrarlo me percaté de que la tira de tela que lo aseguraba no era tal sino otra pseudo-lengua. <<Como dicen los cerebros, mola moles>>
Luego volví a la entrada, esperando a juntarme con los demás y poder mostrarles el libro <<¿Y si les da asco? Bah>> Mientras, le eché un vistazo en el recibidor del bibliotecario, deseando en parte que volviera a aparecer <<A ver si puedo preguntarle de nuevo, ¡y que me responda!>> Pero ni rastro de él.
Pero entonces escuché un extraño grito unas estanterías más allá. Llegué corriendo a tiempo de ver que Marsi pisaba un libro, del cual salían los gritos. <<Qué... ¿Como la sección prohibida?>> Entonces me fijé en el título del libro.
-¡Mola!-exclamé, aunque luego bajé la voz.-Ups, perdón... Voy a seguir buscando, hasta ahora.
<<Mapas descartado... Quedan lucha, monstruos y magia... ¿Qué cogerán Álvaro, Lhelian y Neith? ¿Eso fue un ladrido?>> pensé, quedándome congelada al pasar por una estantería. Juraría haber oído un ladrido a mi derecha, proveniente, sin duda, del otro lado de la estantería. Llegué hasta el pasillo común y me asomé, pero no vi nada. <<¿Y si fue un libro?>> En silencio, corrí hacia donde había oído el ruido y me paré cuando volví a escuchar una especie de gruñido. Venía de un libro, en efecto, pero ni de lejos el que andaba buscando. Parecía estar chapado en piel, ni idea de si era falsa o no, y despedía un olor a muerto incomprensible.
-Cómo criar a tu perro (y otros animales). Tomo noveno: Más allá de la tumba. ¿Qué demonios?-curiosa, lo abrí.-¿Nigromancia? No entiendo ese idioma... está mezclado, hay apuntes en varios idiomas por todas partes...
Tuve que recordarme para qué habíamos venido para seguir buscando. Pero entre el libro que gritaba y este último, acabé decantándome por la sección de magia. Y de nuevo me topé con que estaban escritos (no todos) en idiomas raros e incomprensibles <<¿Serán idiomas o dialectos de este? Si alguien coge uno de magia, puedo buscar alguno de idiomas... Pero si no... Habrá que conspirar o convencerles>>
Empezaría por orden alfabético, por lo que busqué primero a Álvaro, al cual encontré leyendo uno de lucha <<Descartado. Faltamos tres, ¿monstruos, idiomas y magia? Aunque... todos los libros pueden tener alguna sección en otro idioma, ¿no? Adjudicado>> pensé, sonriente. Me alejé en silencio del español y volví a perderme entre las estanterías. <<Idiomas, diccionarios, algún compendio de palabras, ¿algún método de "¡aprende rocachino con mil palabras!"?>> Al final di con uno que rezaba "Lenguas: cómo hablarlas y
Este tenía dos manos en relieve en la cubierta, así como por detrás. Lo peculiar era que parecían reales... Pero no solo eso: al abrirlo, las hojas estaban como pegadas por algo demasiado parecido a saliva, aunque no las dañaba. Como guinda, en la primera página había un marcapáginas con forma de lengua bífida, igual de húmeda que las páginas. <<Anda, mira, la lengua arrancada del título>> Solo al cerrarlo me percaté de que la tira de tela que lo aseguraba no era tal sino otra pseudo-lengua. <<Como dicen los cerebros, mola moles>>
Luego volví a la entrada, esperando a juntarme con los demás y poder mostrarles el libro <<¿Y si les da asco? Bah>> Mientras, le eché un vistazo en el recibidor del bibliotecario, deseando en parte que volviera a aparecer <<A ver si puedo preguntarle de nuevo, ¡y que me responda!>> Pero ni rastro de él.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Biblioteca Mágica
31/08/13, 12:01 am
Se tranquilizo un poco ante las palabras de Marsi y al igual que ella, y el resto, comenzó a recorrerse la Biblioteca en busca de algún libro que contuviera como hacer magia entre sus paginas. Las estanterías eran altísimos y los títulos que se podían ver en los libros encuadernados de un material extraño y olía fatal no atrajeron mucho a Dhelian que en varias ocasión tuvo que cubrirse la nariz ante el horrendo olor que desprendían alguno de los libros de las estanterías. " 'Formas de cocina interplanetaria'" el titulo provoco que Dhelian alzara un ceja y que lo tomase, notando que estaba encuadernado en una piel lilacea que le provoco un estremecimiento, con cierto asquead abrió el libro...leyendo apenas una frase de entre ese barullo de palabras inconexas y símbolos raros y con esa simple frase, cerro el libro de golpe devolviéndolo a su lugar con ojos abierto como platos. "¡Por el Demiurgo¡ ¿Que es esto, porque tiene libros con contenido tan...tan..." no sabia que palabra usar para lo que había leído ahí, sin contar que la cubierta del libro le resultaba aterradoramente familiar. Su sobresalto se incremento provocando que diera un salto en el sitio cuando un grito se escucho, asustado corrió hacia donde se había escuchado este temiendo que algo hubiese atacado a algún compañero, encontrándose con que Marsi pisoteaba un libro...libro que aprecia emitir aquellos gritos.
-Cojamos un libro rápido y salgamos de aquí, acabo de encontrar un libro de cocina...con muy mala pinta- pidió Dhelian antes de perderse entre las estanterías temiendo encontrándose algún otro libro con contenido o encuadernación demasiado conocida, buscando la sesión de magia, costandole por no había indicaciones por ninguna parte mas que los dichosos títulos, algunos en idiomas incomprensibles, otro ilegibles y otros que dejaban un regusto amargo o que provocaban escalofríos en el daeliciano al pensar en que contenido podrían tener. Se abstuvo de coger libros con títulos escalofriantes y en un par de ocasiones creyó escuchar murmullos del interior de los libros y hasta uno extrañamente le mordió uno con el titulo de "Criaturas peligrosas: quimeras nigromanticas V.1", libro que por supuso ni toco la encuadernación de pelito y aquel cierra con forma de boca cubierta de dientes no es que invitara a hacerlo.
Estuvo así cuando durante lo que parecieron horas, hasta llegar por fin a la zona de magia donde se centro en buscar algo de interés ojeando lo libros que aprecian menos peligrosos al vista aunque con un contenido tan inverosímil y confuso que en muchas ocasiones resultaban ilegibles. Encontró dos libros que podían ser útiles, no sirvió ninguno, uno estaba en un idioma super extraño y el otro constaba mas de extrañas formas numéricas que de otra cosa. Dhelian ya estaba perdiendo la esperanzas de encontrar un libro que pudiera serle útil cuando entre los títulos que leía encontró uno, "Magia básica: hechizos menores". Dhelian lo tomo con ansiedad echándole un vistazo, había palabras extrañas pero legibles, echo un vistazo de principio a final recordando que algunos libros traían a veces explicaciones o capítulos extras al final, con una enorme sonrisa tomo el libro tras asegurarse que fuese legible, no fuese a arrancarle la mano de un mordisco o similares, reuniéndose con los demás, viendo allí a Alice esperándoles.
-Ya tengo un libro que podría sernos útiles o al menos eso espero- dijo sonriendo mostrándoselo a la humana y viendo el libro que tenia poniendo una mueca, aunque bueno tras lo visto entre las estanterías no sabia de que se sorprendía.
-Cojamos un libro rápido y salgamos de aquí, acabo de encontrar un libro de cocina...con muy mala pinta- pidió Dhelian antes de perderse entre las estanterías temiendo encontrándose algún otro libro con contenido o encuadernación demasiado conocida, buscando la sesión de magia, costandole por no había indicaciones por ninguna parte mas que los dichosos títulos, algunos en idiomas incomprensibles, otro ilegibles y otros que dejaban un regusto amargo o que provocaban escalofríos en el daeliciano al pensar en que contenido podrían tener. Se abstuvo de coger libros con títulos escalofriantes y en un par de ocasiones creyó escuchar murmullos del interior de los libros y hasta uno extrañamente le mordió uno con el titulo de "Criaturas peligrosas: quimeras nigromanticas V.1", libro que por supuso ni toco la encuadernación de pelito y aquel cierra con forma de boca cubierta de dientes no es que invitara a hacerlo.
Estuvo así cuando durante lo que parecieron horas, hasta llegar por fin a la zona de magia donde se centro en buscar algo de interés ojeando lo libros que aprecian menos peligrosos al vista aunque con un contenido tan inverosímil y confuso que en muchas ocasiones resultaban ilegibles. Encontró dos libros que podían ser útiles, no sirvió ninguno, uno estaba en un idioma super extraño y el otro constaba mas de extrañas formas numéricas que de otra cosa. Dhelian ya estaba perdiendo la esperanzas de encontrar un libro que pudiera serle útil cuando entre los títulos que leía encontró uno, "Magia básica: hechizos menores". Dhelian lo tomo con ansiedad echándole un vistazo, había palabras extrañas pero legibles, echo un vistazo de principio a final recordando que algunos libros traían a veces explicaciones o capítulos extras al final, con una enorme sonrisa tomo el libro tras asegurarse que fuese legible, no fuese a arrancarle la mano de un mordisco o similares, reuniéndose con los demás, viendo allí a Alice esperándoles.
-Ya tengo un libro que podría sernos útiles o al menos eso espero- dijo sonriendo mostrándoselo a la humana y viendo el libro que tenia poniendo una mueca, aunque bueno tras lo visto entre las estanterías no sabia de que se sorprendía.
- Elliot
Ficha de cosechado
Nombre: Neith
Especie: Humana
Habilidades: Carisma, Agilidad e Imaginación
Personajes : Elliot es una Dullahan bastante fácil de cabrear y con quien es mejor no llevarse mal (aun que ésto sea dificil) Conoce el manejo del casi todas las armas, y tiene un Dragón llamado Deatach que es quien le instruye y ayuda.
Ennakhai es un Daeliciana de 13 años convertida en Demiurga y a cargo de Dama Puntada.
Thrasmy's es un Frivy de 17 años. Es un CoMo y ha vivido toda su vida rodeado de lujos y cámaras.
Re: Biblioteca Mágica
31/08/13, 02:22 am
Volver a estar vulnerable, al descubierto en esas calles, no era lo que mas le apetecía a Neith. Le emocionaba la idea de estar explorando y tal, pero no podía quitarse de encima la sensación de que en cualquier momento algo saltaría de aquellos destartalados edificios dispuesto a devorarlos.
Llevaba la espada, si, pero no se sentiría mas segura con ella que si llevase un oso de peluche. Por supuesto no sabía manejarla, en las películas lo hacían parecer muy fácil, pero estaba claro que no lo sería. Además dudaba de su capacidad para matar a cualquier otro ser... al menos antes de que la matasen a ella. Iba tan atenta a todo lo que pasaba a su alrededor, a cualquier mínimo movimiento o ruido, que se sobresaltó cuando sus compañeros se pararon ante un edificio mas grande que el resto y de aspecto bastante distinto. Supo al instante que ese era el edificio que había llamado la atención de Marsi.
Fueron decididos hacia adentro, como pedro por su casa. "Claro, porque no es como si estuviésemos en una ciudad donde hasta los edificios quieren comernos, ¿verdad?" Al ver que, en principio no les pasaba nada, decidió entrar ella también. Y no pudo hacer otra cosa que reírse.
-¿En serio? ¿Una biblioteca? ¿Aquí? - No le podía parecer mas absurdo. Pintaba lo mismo allí que una heladería en mitad de un cementerio.
Cuando Marsi descubrió las normas, Neith se tranquilizó. Si había normas quería decir que la biblioteca no seria peligrosa... O al menos eso quería pensar ella. Pero justo en ese momento escuchó un grito y rápidamente miró hacia el sitio en el que un libro estaba tirado en el suelo justo al lado de la Varmana. Nada era seguro en esa ciudad. No debía olvidarlo.
Decidió tener mucho, mucho cuidado al elegir el libro puesto que, según las normas, solo podría llevarse uno. No había un orden estricto en el orden de los libros. Los volúmenes eran un caos de títulos extraños, encuadernaciones de dudosa procedencia y contenido absurdo. Encontró varios libros mas o menos interesantes... uno hablaba sobre uso de armas arrojadizas, otro sobre la anatomía de algunas alimañas de la ciudad... pero sin duda el que mas le llamó la atención fue "Las mil y una batallas y reconstrucciones de Rocavarancolia, Tomo 1; Si lo rompes, lo pagas." Por lo que pudo ver, se hablaba un poco de la historia en general de la ciudad. Podría venirles bien para entender porque estaban allí... Era un buen libro... al menos bastante mejor que otros... "Y no grita, ni muerde..."
Fue hasta donde estaban los demás, libro en mano, con la intención de dar por concluida la expedición.
Llevaba la espada, si, pero no se sentiría mas segura con ella que si llevase un oso de peluche. Por supuesto no sabía manejarla, en las películas lo hacían parecer muy fácil, pero estaba claro que no lo sería. Además dudaba de su capacidad para matar a cualquier otro ser... al menos antes de que la matasen a ella. Iba tan atenta a todo lo que pasaba a su alrededor, a cualquier mínimo movimiento o ruido, que se sobresaltó cuando sus compañeros se pararon ante un edificio mas grande que el resto y de aspecto bastante distinto. Supo al instante que ese era el edificio que había llamado la atención de Marsi.
Fueron decididos hacia adentro, como pedro por su casa. "Claro, porque no es como si estuviésemos en una ciudad donde hasta los edificios quieren comernos, ¿verdad?" Al ver que, en principio no les pasaba nada, decidió entrar ella también. Y no pudo hacer otra cosa que reírse.
-¿En serio? ¿Una biblioteca? ¿Aquí? - No le podía parecer mas absurdo. Pintaba lo mismo allí que una heladería en mitad de un cementerio.
Cuando Marsi descubrió las normas, Neith se tranquilizó. Si había normas quería decir que la biblioteca no seria peligrosa... O al menos eso quería pensar ella. Pero justo en ese momento escuchó un grito y rápidamente miró hacia el sitio en el que un libro estaba tirado en el suelo justo al lado de la Varmana. Nada era seguro en esa ciudad. No debía olvidarlo.
Decidió tener mucho, mucho cuidado al elegir el libro puesto que, según las normas, solo podría llevarse uno. No había un orden estricto en el orden de los libros. Los volúmenes eran un caos de títulos extraños, encuadernaciones de dudosa procedencia y contenido absurdo. Encontró varios libros mas o menos interesantes... uno hablaba sobre uso de armas arrojadizas, otro sobre la anatomía de algunas alimañas de la ciudad... pero sin duda el que mas le llamó la atención fue "Las mil y una batallas y reconstrucciones de Rocavarancolia, Tomo 1; Si lo rompes, lo pagas." Por lo que pudo ver, se hablaba un poco de la historia en general de la ciudad. Podría venirles bien para entender porque estaban allí... Era un buen libro... al menos bastante mejor que otros... "Y no grita, ni muerde..."
Fue hasta donde estaban los demás, libro en mano, con la intención de dar por concluida la expedición.
Me haré una cama con tus huesos, Invitado, Muajajaj!
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
Taceant Colloquia.
Effugiat risus.
Hic locus est ubi mors gaudet succurrere vitae.
¡Superpor la aceptación, la integración y los derechy'x Frivy's!
- Spoiler:
Click en la imagen para ver el esquema de relaciones entre los Cosechados del Rol
- InvitadoInvitado
Re: Biblioteca Mágica
01/09/13, 12:29 am
Marsi no tardó mucho en encontrar el libro de mapas. Era bastante grande en tamaño pero no tan grueso como otros volúmenes, los mapas podrían estar algo desfasados pero al menos la escala era igual en todas las localizaciones. Buscando a sus compañeros pasó por una sección de libros históricos, e inmediatamente recordó la anotación en la libreta. En la plaza, les habían dicho que tenían que sobrevivir hasta la Luna, por lo que debía referirse a esa, y si era un evento tan importante debía mencionarse en algún sitio. Cogió un libro al azar y lo abrió. No gritaba. Buscó referencias o pasajes que hablasen de la Luna, pero por desgracia tan solo la mencionaban como medida de tiempo. Algo por el estilo ocurría con otros libros que leyó, y los demás estaban en un lenguaje que no reconocía. Acabó rindiéndose y dejándolos en su sitio, para volver a la entrada. Fuera el sol empezaba a ponerse.
-Deberíamos irnos antes de que anochezca- le dijo a Neith a media voz
Uno tras otro fueron llegando con sus respectivos libros en las manos, y cuando estuvieron, salieron de la biblioteca sin comentar nada más, recoriendo a paso apresurado el camino de vuelta.
Sigue en el Torreón Letargo.
-Deberíamos irnos antes de que anochezca- le dijo a Neith a media voz
Uno tras otro fueron llegando con sus respectivos libros en las manos, y cuando estuvieron, salieron de la biblioteca sin comentar nada más, recoriendo a paso apresurado el camino de vuelta.
Sigue en el Torreón Letargo.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Personajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Biblioteca Mágica
01/09/13, 12:47 am
No tardo mucho tiempo en llegar tanto Neith como Marsi con sus respectivos libros, Dhelian apenas pudo echar un vistazo a lo títulos para hacerse una idea de lo que iban cuando se pusieron en marcha, ninguno deseaba que anocheciera y ellos estuvieran fuera del torreón. Sobretodo Dhelian que solo de imaginarse debajo de aquel cielo negro sentía que las piernas le temblaban, de ahi que en cuanto salieron de la Biblioteca aligerara lo máximo posible, abrazándose fuertemente al libro de magia como si fuese un escudo.
Sigue en el Torreón Letargo.
Sigue en el Torreón Letargo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Matt
Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.
Re: Biblioteca Mágica
03/09/13, 07:54 pm
La mañana siguiente a la presentación de los nuevos me desperté mas temprano de lo que había pensado por lo que me levanté y acabé bajando a desayunar.
Tras desayunar copiosamente subí a por mi bolsa y me encaminé en dirección a la biblioteca con una figura de un pequeño lagarto de seis patas con cabeza de lagarto barbudo y cola de camaleón. El lagarto se entretiene por el camino subiendo por la tela de mis brazos y posándose en mis hombros. De vez en cuando el lagarto se mete en la bolsa y lo hago salir de vez en algunas ocasiones.
Las calles por las que paso ya están limpias de cuerpos muertos y de sangre seca. Prefiero no pensar en quien o en que se habría ocupado de limpiar las calles así. Casi sin darme cuenta me encuentro en la puerta de la biblioteca.
Abro la puerta con un hechizo de impulso y entro inundando mis pulmones con el aire seco de la biblioteca. El recuerdo de la primera vez que entré entre los pasillos repletos de libros y la primera vez que vimos al bibliotecario y su sutil manera de querer echarnos. En ese momento una voz muy conocida para mí sale de lo profundo de uno de los pasillos.
-Bienvenido brujo. ¿Has vuelto ya de tu excursión? ¿O se te ha echado el tiempo encima espectro?-
Me encamino hacia donde se proyecta la voz pero al girar en la esquina de las estanterías no encuentro al bibliotecario. Al girarme me encuentro al espectro flotando tras de mi con una sonrisa mientras coloca un libro desproporcionadamente grande en la balda mas alta. -¡Hombre! En ti estaba yo pensando. Si, he vuelto de mi viaje y a decir verdad ha sido mucho mejor de lo que me esperaba.-
-¿Encontraste todo lo que fuiste a buscar?- Me pregunta con desgana. -Pues a decir verdad si. Encontré todo lo que necesitaba y.- En ese momento alzo la bolsa y comienzo a hablar casi canturreando. -Mira lo que me ha dado Giz a caaaambio.- El bibliotecario se agacha para ver la bolsa e introduce su mano por el medio de la bolsa mirándome arqueando una ceja. -¿Todo para esto? Parece útil. Si me disculpas tengo cosas importantes que hacer.- Tras decirme esto se diluye enfrente mía desapareciendo. Suspiro profundamente mientras coloco mi bolsa en su sitio.
Me giro y me vuelvo a sorprender al encontrarme de nuevo con el bibliotecario mirándome fijamente y sonriéndome. -Oye. Deberías ponerte un cascabel o algo.- Le digo mientras me alejo un par de pasos. -A decir verdad recuerdo que ayer encontré una cosa que quizás a un espectro como tu le pueda interesar en el sótano. Acompáñame.- Tras decirme esto el espectro me traspasa para adentrarse en las profundidades de la biblioteca.
Me intriga bastante las palabras de Biblios por lo que le acompaño intentando alcanzarle lo mas rápido que puedo. El sonido de mis chanclas al chocar contra la planta de mis pies es lo único que rompe con el monótono silencio de la zona. -Había guardado esto entre los libros aulladores y las guías turísticas de las profundidades de la zona. ¿Donde demonios estaba?-
El bibliotecario sigue murmurando cosas hasta que llegamos a una estantería y este suelta un grito elevándose y sacando un libro marrón tierra. Al sacar el libro, uno de los libros a su lado suelta un pequeño quejido pero Biblios le chista y el libro se calla al instante.
-Encontré esto el otro día y pensé que podría interesarte.- El bibliotecario me da el libro y al leer la portada solo puedo mirarlo arqueando una ceja y arrugando el labio. -¿El tiempo no es del todo de oro por A tempo?- Pregunto extrañado. -No conozco a ningún otro espectro de arena por la zona por lo que pensé que un libro escrito por uno con tu transformación te podría ser de algún interés pero si no te interesa puedo volver a ponerlo en su lugar.- Me dice despreocupadamente tendiéndome la mano.
-No no no no. ¿En serio ha escrito eso un espectro de arena?- Digo mientras ojeo el libro rápidamente y por lo que voy leyendo por encima hace que mi mirada se ilumine como si acabase de descubrir un nuevo horizonte. -¡Oh! ¡Madre mía! ¡Biblios! ¡Muchísimas gracias! O dios no se como podre recompensarte.- En ese momento el bibliotecario me enseña una sonrisa que nunca antes le había visto y sin mediar palabra se disuelve en la nada haciendo que sus palabras resuenen por todo el pasillo. -Ya me cobraré el favor cuando sea necesario. Solo recuerda el trato entre tu y yo. Cuidado con tus grumos..... Matthew-
-¿Puedo llevármelo entonces?- Pregunto a la nada agarrando el libro contra el pecho. La única respuesta que recibo del encargado es una socarrona risotada que tomo como un si. Abro el tomo y comienzo a leer las primeras paginas quedando absorto en mi lectura saliendo por la puerta encaminándome a la torre feliz por el descubrimiento de mi amigo.
Sigue en la Torre Serpentaria.
Tras desayunar copiosamente subí a por mi bolsa y me encaminé en dirección a la biblioteca con una figura de un pequeño lagarto de seis patas con cabeza de lagarto barbudo y cola de camaleón. El lagarto se entretiene por el camino subiendo por la tela de mis brazos y posándose en mis hombros. De vez en cuando el lagarto se mete en la bolsa y lo hago salir de vez en algunas ocasiones.
Las calles por las que paso ya están limpias de cuerpos muertos y de sangre seca. Prefiero no pensar en quien o en que se habría ocupado de limpiar las calles así. Casi sin darme cuenta me encuentro en la puerta de la biblioteca.
Abro la puerta con un hechizo de impulso y entro inundando mis pulmones con el aire seco de la biblioteca. El recuerdo de la primera vez que entré entre los pasillos repletos de libros y la primera vez que vimos al bibliotecario y su sutil manera de querer echarnos. En ese momento una voz muy conocida para mí sale de lo profundo de uno de los pasillos.
-Bienvenido brujo. ¿Has vuelto ya de tu excursión? ¿O se te ha echado el tiempo encima espectro?-
Me encamino hacia donde se proyecta la voz pero al girar en la esquina de las estanterías no encuentro al bibliotecario. Al girarme me encuentro al espectro flotando tras de mi con una sonrisa mientras coloca un libro desproporcionadamente grande en la balda mas alta. -¡Hombre! En ti estaba yo pensando. Si, he vuelto de mi viaje y a decir verdad ha sido mucho mejor de lo que me esperaba.-
-¿Encontraste todo lo que fuiste a buscar?- Me pregunta con desgana. -Pues a decir verdad si. Encontré todo lo que necesitaba y.- En ese momento alzo la bolsa y comienzo a hablar casi canturreando. -Mira lo que me ha dado Giz a caaaambio.- El bibliotecario se agacha para ver la bolsa e introduce su mano por el medio de la bolsa mirándome arqueando una ceja. -¿Todo para esto? Parece útil. Si me disculpas tengo cosas importantes que hacer.- Tras decirme esto se diluye enfrente mía desapareciendo. Suspiro profundamente mientras coloco mi bolsa en su sitio.
Me giro y me vuelvo a sorprender al encontrarme de nuevo con el bibliotecario mirándome fijamente y sonriéndome. -Oye. Deberías ponerte un cascabel o algo.- Le digo mientras me alejo un par de pasos. -A decir verdad recuerdo que ayer encontré una cosa que quizás a un espectro como tu le pueda interesar en el sótano. Acompáñame.- Tras decirme esto el espectro me traspasa para adentrarse en las profundidades de la biblioteca.
Me intriga bastante las palabras de Biblios por lo que le acompaño intentando alcanzarle lo mas rápido que puedo. El sonido de mis chanclas al chocar contra la planta de mis pies es lo único que rompe con el monótono silencio de la zona. -Había guardado esto entre los libros aulladores y las guías turísticas de las profundidades de la zona. ¿Donde demonios estaba?-
El bibliotecario sigue murmurando cosas hasta que llegamos a una estantería y este suelta un grito elevándose y sacando un libro marrón tierra. Al sacar el libro, uno de los libros a su lado suelta un pequeño quejido pero Biblios le chista y el libro se calla al instante.
-Encontré esto el otro día y pensé que podría interesarte.- El bibliotecario me da el libro y al leer la portada solo puedo mirarlo arqueando una ceja y arrugando el labio. -¿El tiempo no es del todo de oro por A tempo?- Pregunto extrañado. -No conozco a ningún otro espectro de arena por la zona por lo que pensé que un libro escrito por uno con tu transformación te podría ser de algún interés pero si no te interesa puedo volver a ponerlo en su lugar.- Me dice despreocupadamente tendiéndome la mano.
-No no no no. ¿En serio ha escrito eso un espectro de arena?- Digo mientras ojeo el libro rápidamente y por lo que voy leyendo por encima hace que mi mirada se ilumine como si acabase de descubrir un nuevo horizonte. -¡Oh! ¡Madre mía! ¡Biblios! ¡Muchísimas gracias! O dios no se como podre recompensarte.- En ese momento el bibliotecario me enseña una sonrisa que nunca antes le había visto y sin mediar palabra se disuelve en la nada haciendo que sus palabras resuenen por todo el pasillo. -Ya me cobraré el favor cuando sea necesario. Solo recuerda el trato entre tu y yo. Cuidado con tus grumos..... Matthew-
-¿Puedo llevármelo entonces?- Pregunto a la nada agarrando el libro contra el pecho. La única respuesta que recibo del encargado es una socarrona risotada que tomo como un si. Abro el tomo y comienzo a leer las primeras paginas quedando absorto en mi lectura saliendo por la puerta encaminándome a la torre feliz por el descubrimiento de mi amigo.
Sigue en la Torre Serpentaria.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Biblioteca Mágica
08/10/13, 04:42 pm
El aprendiz se encontraba sentado en el suelo, muy nervioso. Miraba al suelo, pero cuando escuchó que alguien le hablaba, salió de su trance entonces y, recoriendo con la vista la figura de Taro, le prestó atención. Sus palabras le chocaron.
>> ¿Tanto se me nota?
>> O se te nota, o quizás no hayan pensado que salir corriendo cual Decapodiano en la tierra significa posiblemente que salir por patas en cualquier sitio.
>> Si, solo te ha faltado la tinta ku ku ku
>> Vaya :/
-¿¡Y-Yo!?-exclamó chillonamente, pero al notar que su tono de voz se disparaba se corrigió y guardó un silencio raro mientras se ponia de pie de un salto.-¡E-Estoy perfectamente!-le contestó, lleno de falso coraje.
El aprendiz, como cargado de nuevas energias, se puso a hacer footing en el sitio, para instarle al carabés que se encontraba bien.
-¿Ves? ¡Como una rosa!-dijo entonces, acompañandolo con una de sus tipicas risotadas, solo que esta vez podia verse claramente que era falsa.
-¡B-Bueno! ¡Será mejor que pongamos marcha a esa biblioteca!-dijo finalmente, retomando el camino cuando el grupo le alcanzó. No parecia querer hablar del tema.
;-;
Llegaron al fin a la dicha biblioteca. Por fuera no parecia especialmente llamativa, lo cual le extrañó al aprendiz, ya que, hasta ahora la ciudad estaba desolado de todo tipo de rasgo de que alguien vivia ahí, salvo por los torreones. El joven ruso se encontraba notablemente más "vivo" tras su aterradora experiencia en la cicatriz. Quizás solo era que tenia un trauma con ese tipo de lugares. Fuera como fuese, para cuando alcanzaron la biblioteca, el aprendiz volvia a ser su yo de siempre, un energico y bromista que en ocasiones hablaba de cosas que nadie más entendia salvo él.
-¡Rápido, a la biblioteca! ¡Aprisa, antes de que las dunas se lo traguen!-dijo, aventurándose el primero, seguido por los demás.
Miró a un lado, luego al otro. Pilas y pilas de libros en estanterias apilados por todos lados. Antes si quiera de leer los titulos, se dio el alto y le susurró a sus compañeros en voz baja.
-Cuidado por si veis un buho misantropo de cuatro metros...-
Y entonces el aprendiz se sumió entre las estanterias.
>> ¿Tanto se me nota?
>> O se te nota, o quizás no hayan pensado que salir corriendo cual Decapodiano en la tierra significa posiblemente que salir por patas en cualquier sitio.
>> Si, solo te ha faltado la tinta ku ku ku
>> Vaya :/
-¿¡Y-Yo!?-exclamó chillonamente, pero al notar que su tono de voz se disparaba se corrigió y guardó un silencio raro mientras se ponia de pie de un salto.-¡E-Estoy perfectamente!-le contestó, lleno de falso coraje.
El aprendiz, como cargado de nuevas energias, se puso a hacer footing en el sitio, para instarle al carabés que se encontraba bien.
-¿Ves? ¡Como una rosa!-dijo entonces, acompañandolo con una de sus tipicas risotadas, solo que esta vez podia verse claramente que era falsa.
-¡B-Bueno! ¡Será mejor que pongamos marcha a esa biblioteca!-dijo finalmente, retomando el camino cuando el grupo le alcanzó. No parecia querer hablar del tema.
;-;
Llegaron al fin a la dicha biblioteca. Por fuera no parecia especialmente llamativa, lo cual le extrañó al aprendiz, ya que, hasta ahora la ciudad estaba desolado de todo tipo de rasgo de que alguien vivia ahí, salvo por los torreones. El joven ruso se encontraba notablemente más "vivo" tras su aterradora experiencia en la cicatriz. Quizás solo era que tenia un trauma con ese tipo de lugares. Fuera como fuese, para cuando alcanzaron la biblioteca, el aprendiz volvia a ser su yo de siempre, un energico y bromista que en ocasiones hablaba de cosas que nadie más entendia salvo él.
-¡Rápido, a la biblioteca! ¡Aprisa, antes de que las dunas se lo traguen!-dijo, aventurándose el primero, seguido por los demás.
Miró a un lado, luego al otro. Pilas y pilas de libros en estanterias apilados por todos lados. Antes si quiera de leer los titulos, se dio el alto y le susurró a sus compañeros en voz baja.
-Cuidado por si veis un buho misantropo de cuatro metros...-
Y entonces el aprendiz se sumió entre las estanterias.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Biblioteca Mágica
08/10/13, 05:56 pm
Atravesar el precario proyecto de puente no fue algo que le diese miedo, pero sí respeto. Evitó mirar hacia abajo y avanzó sin prisa y sin detenerse, cruzando de los primeros. Se alegró de haber pasado antes de que Shaco hiciese saltar las alarmas, aunque tenía dudas de si realmente se habría imaginado por miedo lo que quisiera que hubiese oído «aunque a él precisamente no creo que le afecte el vértigo». No hubo más incidentes ni elementos ajenos al mapa que interrumpiesen el camino, así que tras una buena caminata llegaron a su destino.
La biblioteca era un edificio que destacaba sobre los demás de forma notoria, no solo por la envergadura, sino también por el estado en que se encontraba, mucho mejor conservado. La entrada y el techo eran amplios como no acostumbraba a verse en Irraria, siempre con la idea de ahorrar el mayor espacio posible. Era increíble la de altura que sobraba desde que terminaban las estanterías. Estas cubrían todo el suelo, creando literalmente calles de libros. Cío se acercó* a la que tenía más próxima, ignorando todo lo demás, para tocar con cautela el lomo de un libro. Era la primera vez que tenía uno real delante. El lomo estaba desgastado y las tapas descoloridas, pero más o menos así eran los que se conservaban en su mundo. Lo abrió y las páginas oscurecidas le mostraron una sucesión de caracteres estilizados que formaban una caligrafía ininteligible. El siguiente, igual. Y el siguiente. Cada uno con sus caracteres particulares. Siguió la calle de estanterías curioseando tan solo los lomos, encontrándose esporádicamente uno que podía entender. Historia, estrategia militar y palabras que no le evocaban nada. Según cambiaba de fila de estantes, las temáticas iban variando a las materias más variopintas. Títulos como «Recetas de dama Safrán: gasterópodos terrestres», «Climatología de los mundos vinculados» y «Manualidades con nublinos, de Celes Axen» se le iban grabando al pasar. Se sorprendió, y no poco, cuando encontró en medio de todo aquello algo parecido a una sección infantil y juvenil. Dio con un compendio de cuentos, que tuvo que abrir para comprobar qué hacía en medio de todo aquello. Tenía tapas coloridas, pero se titulaba «Colección de la obediencia» y estaba transcrito por un tal Lignus Ara. En el preámbulo se encontró lo siguiente: «(…) compendio de hilarantes historias que recolecté en diversos mundos y demuestran la obsesión de los progenitores por conseguir la obediencia de sus crías». Entre los títulos del índice figuraba incluso una vieja fábula irrense de un niño que se electrocutaba a sí mismo y moría accidentalmente por no seguir las directrices de sus padres. A ese volumen lo siguieron otros traducidos y sin traducir que hojeaba al azar. «Cuentos de sangre y bilis», «Arrjabasynlaoj, el ladrón de dedos», «La princesa Pustula y sus pretendientes ahorcados», «El arrepentimiento del muerto embustero» fueron algunos de los que más le llamaron la atención.
Cuando se quiso dar cuenta se había sentado en el suelo con las piernas cruzadas y leía fragmentos de libros que podía entender. Se encontraba con un ejemplan de «Peter Pan» en las manos y, a juzgar por las ilustraciones que conservaba la traducción, creía que era un libro de Humania. El libro le estaba pareciendo aburrido, pero el párrafo que tenía entre manos le resultaba hilarante.
Se dio cuenta entonces de que había pasado más tiempo del que contaba leyendo estupideces, así que se levantó y empezó a andar mientras se sacudía el pantalón, buscando a sus compañeros. A lo mejor habían dado ya con los libros de magia y mientras él estaba perdiendo el tiempo. Al primero que encontró fue a Shaco, dando vueltas entre las estanterías.
—¿Algo interesante por aquí? —preguntó escudriñando los lomos de la sección. Recordó entonces el libro que creía del mundo de Shaco y volvió a mirarlo. Aquella historia le había dejado con una duda—. Oye, ¿qué se supone que hace un pirata?
* Aquí yacía originalmente el "a saltitos".
La biblioteca era un edificio que destacaba sobre los demás de forma notoria, no solo por la envergadura, sino también por el estado en que se encontraba, mucho mejor conservado. La entrada y el techo eran amplios como no acostumbraba a verse en Irraria, siempre con la idea de ahorrar el mayor espacio posible. Era increíble la de altura que sobraba desde que terminaban las estanterías. Estas cubrían todo el suelo, creando literalmente calles de libros. Cío se acercó* a la que tenía más próxima, ignorando todo lo demás, para tocar con cautela el lomo de un libro. Era la primera vez que tenía uno real delante. El lomo estaba desgastado y las tapas descoloridas, pero más o menos así eran los que se conservaban en su mundo. Lo abrió y las páginas oscurecidas le mostraron una sucesión de caracteres estilizados que formaban una caligrafía ininteligible. El siguiente, igual. Y el siguiente. Cada uno con sus caracteres particulares. Siguió la calle de estanterías curioseando tan solo los lomos, encontrándose esporádicamente uno que podía entender. Historia, estrategia militar y palabras que no le evocaban nada. Según cambiaba de fila de estantes, las temáticas iban variando a las materias más variopintas. Títulos como «Recetas de dama Safrán: gasterópodos terrestres», «Climatología de los mundos vinculados» y «Manualidades con nublinos, de Celes Axen» se le iban grabando al pasar. Se sorprendió, y no poco, cuando encontró en medio de todo aquello algo parecido a una sección infantil y juvenil. Dio con un compendio de cuentos, que tuvo que abrir para comprobar qué hacía en medio de todo aquello. Tenía tapas coloridas, pero se titulaba «Colección de la obediencia» y estaba transcrito por un tal Lignus Ara. En el preámbulo se encontró lo siguiente: «(…) compendio de hilarantes historias que recolecté en diversos mundos y demuestran la obsesión de los progenitores por conseguir la obediencia de sus crías». Entre los títulos del índice figuraba incluso una vieja fábula irrense de un niño que se electrocutaba a sí mismo y moría accidentalmente por no seguir las directrices de sus padres. A ese volumen lo siguieron otros traducidos y sin traducir que hojeaba al azar. «Cuentos de sangre y bilis», «Arrjabasynlaoj, el ladrón de dedos», «La princesa Pustula y sus pretendientes ahorcados», «El arrepentimiento del muerto embustero» fueron algunos de los que más le llamaron la atención.
Cuando se quiso dar cuenta se había sentado en el suelo con las piernas cruzadas y leía fragmentos de libros que podía entender. Se encontraba con un ejemplan de «Peter Pan» en las manos y, a juzgar por las ilustraciones que conservaba la traducción, creía que era un libro de Humania. El libro le estaba pareciendo aburrido, pero el párrafo que tenía entre manos le resultaba hilarante.
Cío dejó escapar una risotada sin alzar mucho la voz. «No lo han chetado ni nada al hijo de puta, esto parece escrito por un niño». Pasó algunas hojas más.«En medio de ellos, la joya más negra y más grande de aquel siniestro puñado, iba reclinado James Garfio, o, según lo escribía él, Jas. Garfio, del cual se dice que era el único hombre a quien el Cocinero temía. Estaba cómodamente echado en un tosco carruaje tirado y empujado por sus hombres y en lugar de mano derecha tenía el garfio de hierro con el que de vez en cuando los animaba a apretar el paso. Como a perros los trataba y les hablaba este hombre terrible y como perros lo obedecían ellos. (…)Sus ojos eran del azul del nomeolvides y profundamente tristes, salvo cuando le clavaba a uno el garfio, momento en que surgían en ellos dos puntos rojos que se los iluminaban horriblemente. (…)Hombre de valor indómito, se decía de él que lo único que lo atemorizaba era ver su propia sangre, que era espesa y de un color insólito. (…) en los labios llevaba una boquilla de su propia invención que le permitía fumar dos cigarros a la vez. Pero indudablemente la parte más macabra de él era su garfio de hierro.
Matemos ahora a un pirata, para mostrar el método de Garfio. Claraboyas servirá. Al pasar, Claraboyas da un torpe bandazo contra él, descolocándole el cuello de encaje: el garfio sale disparado, se oye un desgarrón y un chillido, luego se aparta el cuerpo de una patada y los piratas siguen adelante. Ni siquiera se ha quitado los cigarros de la boca.
Así es el hombre terrible al que se enfrenta Peter Pan. ¿Quién ganará?».
El irrense se preguntaba cómo demonios se podía escuchar un reloj a través de un animal. Encima, el que él había conseguido carecía de segundero y sabía que, al funcionar, como mucho se escucharían los engranajes al pegar el oído. Lo otro que le había hecho gracia era su amor por la prótesis que tenía. Un mero garfio, y así lo indicaban las ilustraciones. «¿Qué tiene eso de bueno, señor Garfio? Yo me quedo con mis prótesis. Aunque…» pensó con amargura «a lo mejor me acabo teniendo que poner dos ganchos como dice este tarado».«—Sobre todo —decía Garfio con pasión—, quiero a su capitán, Peter Pan. Fue él quien me cortó el brazo.
Agitó el garfio amenazadoramente.
—He esperado mucho para estrecharle la mano con esto. Ah, lo haré pedazos.
—Pero —dijo Smee—, yo he oído a usted decir muchas veces que ese garfio valía por veinte manos, para peinarse y otros usos domésticos.
—Sí —contestó el capitán—, si yo fuera madre rezaría porque mis hijos nacieran con esto en vez de eso.
Y echó una mirada de orgullo a su mano de hierro y una de desprecio a la otra. Luego volvió a fruncir el ceño.
—Peter le echó mi brazo —dijo, estremeciéndose— a un cocodrilo que pasaba por allí.
—Ya he notado —dijo Smee— su extraño temor a los cocodrilos.
—A los cocodrilos no —le corrigió Garfio—, sino a ese cocodrilo.
Bajó la voz.
—Le gustó tanto mi brazo, Smee, que me ha seguido desde entonces, de mar en mar y de tierra en tierra, relamiéndose por lo que queda de mí.
(…)
—Smee —dijo roncamente—, ese cocodrilo ya me habría comido a estas horas, pero por una feliz casualidad se tragó un reloj que hace tic tac en su interior y por eso antes de que me pueda alcanzar oigo el tic tac y salgo corriendo.
Se echó a reír, pero con una risa hueca.
—Algún día —dijo Smee—, el reloj se parará y entonces lo cogerá.
Garfio se humedeció los labios resecos.
—Sí —dijo—, ése es el temor que me atormenta».
Se dio cuenta entonces de que había pasado más tiempo del que contaba leyendo estupideces, así que se levantó y empezó a andar mientras se sacudía el pantalón, buscando a sus compañeros. A lo mejor habían dado ya con los libros de magia y mientras él estaba perdiendo el tiempo. Al primero que encontró fue a Shaco, dando vueltas entre las estanterías.
—¿Algo interesante por aquí? —preguntó escudriñando los lomos de la sección. Recordó entonces el libro que creía del mundo de Shaco y volvió a mirarlo. Aquella historia le había dejado con una duda—. Oye, ¿qué se supone que hace un pirata?
* Aquí yacía originalmente el "a saltitos".
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Biblioteca Mágica
08/10/13, 11:35 pm
El edificio marcado como Biblioteca en los mapas de Lhelian era de proporciones considerables. El programador no tardó en fotografíar su exterior cuando estuvieron a una buena distancia para realizar una fotografía adecuada. Después de quitarse las gafas especiales, el irrense echó a correr hacia el edificio. O lo que para él ya era correr pero que cualquier otro podría describir como paso apresurado.
La visión del interior lo impresionó mucho más que el exterior del edificio. Era cierto lo que habían descrito los del grupo de Letargo, se trataba de un extenso compendio de información organizada para su consulta. Al menos el irrense suponía que estaba organizada o de otro modo encontrar una materia concreta en aquellas estanterías, mucho menos una obra específica, podría llevar semanas, incluso meses.
Porque la cantidad de libros, manuscritos físicos que pobablan las innumerables estanterías, o se apilaban desorganizadamente sobre mesas, sillas e incluso lugares insospechados como jaulas o el suelo -la suposición de un orden meticuloso se caía cada vez más por su propio peso- fue lo que verdaderamente hizo que el ingeniero desplazase una mirada brillante bajo los cristales de sus gafas de un lado a otro de la gran estancia. Manteniendo la vista fija, se colocó las gafas de sumersión en el ambiente, desactivó el flash, acostumbrado a que los libros en Irraria fuesen un vestigio arqueológico procedente de épocas muy antiguas y su estado exigía tomar todas las precauciones pertinentes para evitar su completo deterioro, y comenzó a fotografiar aquella maravilla que representaba a la perfección los orígenes de los compendios destinados a recoger el conocimiento para su consulta.
Pero aquella apreciación se encontraba sujeta a un punto de vista condicionado por el desarrollo tecnológico de Irraria y la concepción de los libros como documentos antiguos que tan solo se podían observar en museos especializados. Archime se dijo que debía deshacerse de aquellos prejuicios anacrónicos y analizar su entorno de forma acorde a las características del periodo actual en la ciudad. Así pues, tomando ello en consideración, era lógico que el soporte empleado para albergar conocimientos u otros escritos de distinta naturaleza fuese físico. Aun así, el irrense era incapaz de enterrar por completo la impresión que le producía aquel lugar y comenzó a moverse haciendo gala de algún pequeño tic nervioso deseando ojear los libros, especialmente ante la promesa de hacerse con un manual de hechicería, pero preguntándose si aquel lugar estaría regentado por alguien y si realmente podían tocarse.
Ver a los demás sacando libros de las estanterías lo hizo avanzar automáticamente a la sección más cercana y sacar uno al azar. Lo abrió cuidadosamente y leyó la primera línea. O más bien lo intentó, porque aquellos símbolos le eran completamente desconodidos. Pasando páginas se cercioró de que no se trataba de un dibujo sino que todo el manuscrito empleaba el mismo idioma incomprensible para él. ¿Existirían más idiomas en Rocavarancolia que aquel que la magia les había enseñado en unos instantes? Era probable. Aunque también podría tratarse de una lengua proveniente de otro mundo. Fuera como fuera, el irrense no disponía de los medios para averiguarlo y de todas formas aquel libro trataba a todas luces sobre instrumentos musicales dadas las ilustraciones que adornaban algunas de sus páginas.
Una vez tuvo conocimiento de dicha eventualidad, observó primero los títulos de los lomos para buscar uno que estuviese escrito en el único idioma que ahora conocía. Encontró muy pocos que cumplieran dicha característica y los fue apilando sobre una mesa fuese cual fuese el título. Al cabo de un rato tenía seis libros sobre la mesa y decidió sentarse para analizar su contenido. Se había emocionado casi visiblemente con el último que sacó, principal motivo por el que había decidido comprobar lo que ya tenía, debido a que su lomo rezaba "la magia invencible" y fue el primero que abrió con expectación.
"No existe", era todo lo que se podía leer en la segunda página del libro, estando todas las demás completamente en blanco. Archime parpadeó confuso unos instantes y se subió las gafas mientras trataba de procesar aquel sinsentido. Descartó el libro devolviéndolo a su lugar y pasó a analizar los siguientes.
Hubo tres que estaban escritos en más lenguajes incomprensibles salvo por la portada y uno que sí podía entender pero que trataba sobre la cría de "dragos de chiimera". Tras ojear rápidamente a la criatura que describía el libro, abrió el último que tenía un título bastante escueto y sin sentido: "Zos".
Casi salta de la silla cuando comenzó a leerlo. En realidad también estaba escrito en un idioma extraño, pero tenía unas anotaciones en el rocavarancolés de la fuente. Y aquellas ilustraciones no dejaban lugar a duda. Archime leyó nerviosamente varias anotaciones que se encontraban sobre dibujos que parecían indicar una secuencia de gestos, así como una serie de palabras que carecían de sentido para el irrense bajo ellos. <<Gestos y recitaciones>>, se dijo recordando la explicación de Taro.
—He encontrado un compendio de hechizos —anunció en voz alta, con un matiz de emoción apenas perceptible modificando su tono habitual, sin despegar la vista del libro y, por tanto, ignorando si había alguien para oírlo.
Y continuó grabando cada palabra comprensible en su cerebro casi sin parpadear.
La visión del interior lo impresionó mucho más que el exterior del edificio. Era cierto lo que habían descrito los del grupo de Letargo, se trataba de un extenso compendio de información organizada para su consulta. Al menos el irrense suponía que estaba organizada o de otro modo encontrar una materia concreta en aquellas estanterías, mucho menos una obra específica, podría llevar semanas, incluso meses.
Porque la cantidad de libros, manuscritos físicos que pobablan las innumerables estanterías, o se apilaban desorganizadamente sobre mesas, sillas e incluso lugares insospechados como jaulas o el suelo -la suposición de un orden meticuloso se caía cada vez más por su propio peso- fue lo que verdaderamente hizo que el ingeniero desplazase una mirada brillante bajo los cristales de sus gafas de un lado a otro de la gran estancia. Manteniendo la vista fija, se colocó las gafas de sumersión en el ambiente, desactivó el flash, acostumbrado a que los libros en Irraria fuesen un vestigio arqueológico procedente de épocas muy antiguas y su estado exigía tomar todas las precauciones pertinentes para evitar su completo deterioro, y comenzó a fotografiar aquella maravilla que representaba a la perfección los orígenes de los compendios destinados a recoger el conocimiento para su consulta.
Pero aquella apreciación se encontraba sujeta a un punto de vista condicionado por el desarrollo tecnológico de Irraria y la concepción de los libros como documentos antiguos que tan solo se podían observar en museos especializados. Archime se dijo que debía deshacerse de aquellos prejuicios anacrónicos y analizar su entorno de forma acorde a las características del periodo actual en la ciudad. Así pues, tomando ello en consideración, era lógico que el soporte empleado para albergar conocimientos u otros escritos de distinta naturaleza fuese físico. Aun así, el irrense era incapaz de enterrar por completo la impresión que le producía aquel lugar y comenzó a moverse haciendo gala de algún pequeño tic nervioso deseando ojear los libros, especialmente ante la promesa de hacerse con un manual de hechicería, pero preguntándose si aquel lugar estaría regentado por alguien y si realmente podían tocarse.
Ver a los demás sacando libros de las estanterías lo hizo avanzar automáticamente a la sección más cercana y sacar uno al azar. Lo abrió cuidadosamente y leyó la primera línea. O más bien lo intentó, porque aquellos símbolos le eran completamente desconodidos. Pasando páginas se cercioró de que no se trataba de un dibujo sino que todo el manuscrito empleaba el mismo idioma incomprensible para él. ¿Existirían más idiomas en Rocavarancolia que aquel que la magia les había enseñado en unos instantes? Era probable. Aunque también podría tratarse de una lengua proveniente de otro mundo. Fuera como fuera, el irrense no disponía de los medios para averiguarlo y de todas formas aquel libro trataba a todas luces sobre instrumentos musicales dadas las ilustraciones que adornaban algunas de sus páginas.
Una vez tuvo conocimiento de dicha eventualidad, observó primero los títulos de los lomos para buscar uno que estuviese escrito en el único idioma que ahora conocía. Encontró muy pocos que cumplieran dicha característica y los fue apilando sobre una mesa fuese cual fuese el título. Al cabo de un rato tenía seis libros sobre la mesa y decidió sentarse para analizar su contenido. Se había emocionado casi visiblemente con el último que sacó, principal motivo por el que había decidido comprobar lo que ya tenía, debido a que su lomo rezaba "la magia invencible" y fue el primero que abrió con expectación.
"No existe", era todo lo que se podía leer en la segunda página del libro, estando todas las demás completamente en blanco. Archime parpadeó confuso unos instantes y se subió las gafas mientras trataba de procesar aquel sinsentido. Descartó el libro devolviéndolo a su lugar y pasó a analizar los siguientes.
Hubo tres que estaban escritos en más lenguajes incomprensibles salvo por la portada y uno que sí podía entender pero que trataba sobre la cría de "dragos de chiimera". Tras ojear rápidamente a la criatura que describía el libro, abrió el último que tenía un título bastante escueto y sin sentido: "Zos".
Casi salta de la silla cuando comenzó a leerlo. En realidad también estaba escrito en un idioma extraño, pero tenía unas anotaciones en el rocavarancolés de la fuente. Y aquellas ilustraciones no dejaban lugar a duda. Archime leyó nerviosamente varias anotaciones que se encontraban sobre dibujos que parecían indicar una secuencia de gestos, así como una serie de palabras que carecían de sentido para el irrense bajo ellos. <<Gestos y recitaciones>>, se dijo recordando la explicación de Taro.
—He encontrado un compendio de hechizos —anunció en voz alta, con un matiz de emoción apenas perceptible modificando su tono habitual, sin despegar la vista del libro y, por tanto, ignorando si había alguien para oírlo.
Y continuó grabando cada palabra comprensible en su cerebro casi sin parpadear.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Biblioteca Mágica
09/10/13, 05:32 pm
Que Shaco echase a correr sin motivo aparente había sido mas efectivo que un peligro real para erizarle el pelo de los brazos a Ri, y la sinhadre agradeció la llegada a la biblioteca con un suspiro. Nunca había sido particularmente lectora, pero el tacto y olor de los libros le era tan familiares como el syv. Había estado atada a ellos por lecciones interminables desde que tenía memoria. Ni siquiera la unión la había librado del estudio, por la obsesiva manía de los padres de Nero de cuidar el alma a través de la mente y el cuerpo. El silencio pesado de la biblioteca, roto por los vagabundeos del resto de sus compañeros, tenía un efecto de bálsamo sobre Anriel, que antes de poder dedicarse a mirar estanterías fue interrumpida por Nero.
- Hay varios temas que me interesan. Podemos descartar la magia, - Acumularían varios tomos antes de que ellos se pusiesen a buscarlo. - Me fio del criterio del resto. Al menos del de Archime.
La mirada de Ri cayó sobre Taro, no buscándolo a él sino haciendo una pregunta con los ojos.
- La ardilla tendría buen criterio, lo que no sé es si va a buscar precisamente sobre lo que ya sabe. – “o mejor dicho, sobre lo que no”. La voz apagada de ambos les permitía cierta intimidad, y eso hacía que Nero hablase más abiertamente. – Libros de historia, o cualquier cosa que te parezca que contenga información sobre la ciudad.
- Bien, algo más?
- Algo con lo que matar el tiempo. Pero eso lo busco yo.- y desapareció por una esquina.
Anri cruzó por una sección de cocina - ¿o quizás de venenos? Comer “tripa explosiva” tenía que ser peligroso- y se cruzó con un par de compañeros sin prestarles mucha atención. Se había perdido el anuncio de Archi, y estaba distraída como para atar cabos, por lo que solo se alejó del chico bestia planteándose como de bueno era el criterio de alguien que cogía un libro llamado “Zos”.
Nero no había recibido otra educación que la privada por parte de sus tutores, pero había devorado una cantidad de libros similar a la de su aurva. Con los temas correctos, era una de esas cosas que no lo aburrían enseguida y por tanto, uno de los mejores métodos para dejarlo quieto. Había llegado a la misma sección que Cio, y miraba los títulos de cuentos macabros ojeando su interior con interés. Sin embargo los acabo dejando en el mismo sitio y siguió paseando. Los libros de nombres mas ridículos eran los que más le apetecían, y acabó cogiendo un ejemplar cuyo titulo no estaba en el lomo, de cubierta deslavada y manoseada.
Solo leyó un párrafo, pero se rió en voz alta.
- Tienes que ver esto.- le dijo a Ri, que volvía inexpresiva con un tomo en las manos.- es “la historia de una chica normal que derrota al mal con el poder de la valentía y la amistad, mientras encuentra el amor en Rocavarancolia”.
Le dio el libro a la chica, aparentemente decidido a llevárselo.
- Hay varios temas que me interesan. Podemos descartar la magia, - Acumularían varios tomos antes de que ellos se pusiesen a buscarlo. - Me fio del criterio del resto. Al menos del de Archime.
La mirada de Ri cayó sobre Taro, no buscándolo a él sino haciendo una pregunta con los ojos.
- La ardilla tendría buen criterio, lo que no sé es si va a buscar precisamente sobre lo que ya sabe. – “o mejor dicho, sobre lo que no”. La voz apagada de ambos les permitía cierta intimidad, y eso hacía que Nero hablase más abiertamente. – Libros de historia, o cualquier cosa que te parezca que contenga información sobre la ciudad.
- Bien, algo más?
- Algo con lo que matar el tiempo. Pero eso lo busco yo.- y desapareció por una esquina.
Anri cruzó por una sección de cocina - ¿o quizás de venenos? Comer “tripa explosiva” tenía que ser peligroso- y se cruzó con un par de compañeros sin prestarles mucha atención. Se había perdido el anuncio de Archi, y estaba distraída como para atar cabos, por lo que solo se alejó del chico bestia planteándose como de bueno era el criterio de alguien que cogía un libro llamado “Zos”.
Nero no había recibido otra educación que la privada por parte de sus tutores, pero había devorado una cantidad de libros similar a la de su aurva. Con los temas correctos, era una de esas cosas que no lo aburrían enseguida y por tanto, uno de los mejores métodos para dejarlo quieto. Había llegado a la misma sección que Cio, y miraba los títulos de cuentos macabros ojeando su interior con interés. Sin embargo los acabo dejando en el mismo sitio y siguió paseando. Los libros de nombres mas ridículos eran los que más le apetecían, y acabó cogiendo un ejemplar cuyo titulo no estaba en el lomo, de cubierta deslavada y manoseada.
Solo leyó un párrafo, pero se rió en voz alta.
- Tienes que ver esto.- le dijo a Ri, que volvía inexpresiva con un tomo en las manos.- es “la historia de una chica normal que derrota al mal con el poder de la valentía y la amistad, mientras encuentra el amor en Rocavarancolia”.
Le dio el libro a la chica, aparentemente decidido a llevárselo.
-
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Biblioteca Mágica
10/10/13, 11:57 am
-Vale- dijo Taro no muy convencido ante la respuesta de Shaco, y le siguió al interior de la biblioteca sin hacer más preguntas. Al acceder a ella el carabés reaccionó instintivamente buscando la familiar hilera de ordenadores, y en su lugar se encontró con un museo o lo que tenía toda la pinta de uno.
"¿Y todo esto se puede tocar sin más?", pensó con cierto escepticismo. Se le hacía cuesta arriba creerlo, más teniendo en cuenta que buena parte de ellos se parecían a los grimorios que salían en los documentales y que por lo que sabía sólo se podían consultar en ebook.
Taro no era especialmente lector, pero dado que poco más había que hacer en una biblioteca siguió el ejemplo de los demás y tiró por la primera intersección de estanterías que vio a ver qué encontraba.
"Mala idea", tuvo que reconocer Taro un número indefinido de minutos más tarde, mientras torcía por la enésima esquina idéntica a la anterior. "Aunque ya hay que ser lerdo para perderse en un sitio cerrado."
"O no demasiado alto" era la otra alternativa de cierre de ese pensamiento. Aunque en defensa del carabés había que reconocer que para poder mirar por encima de las estanterías que le rodeaban en ese momento cualquiera, no sólo él, habría tenido que levitar como mínimo: llegaban casi hasta el techo.
Fuera como fuese el quid de la cuestión seguía residiendo en que no sabía dónde estaba o cómo salir. Aun siendo las de Carabás muy diferentes a las de Rocavarancolia, Taro seguía familiarizado con el concepto de biblioteca y se arriesgaba a suponer que si gritaba para localizar a los otros se le podía caer el pelo, y de todas formas suponía que hacía tiempo que se había alejado del resto de sus compañeros.
Recordó entonces oportunamente que no había cámaras, y que podía arriesgarse a echar un vistazo por encima de las estanterías de una forma menos convencional. Ni corto ni perezoso se encaramó a una de ellas utilizando puntos vacíos de las baldas como escalones, y una vez arriba entrecerró los ojos oteando el bosque de estantes en busca de un punto de referencia. Sí, aquella mota rosa que acababa de doblar la esquina del fondo tenía pinta de ser Nero...
-Si tuviese que adivinar quién de los dos acabaría en mejor estado si tiras la estantería, apostaría por ella.
Rapidez de reflejos y una palabrota fueron lo que ocuparon el lapso de segundos que tardó Taro en reponerse del susto a tiempo para no caerse. Cuando bajó al suelo en dos saltos vio que quien había hablado era un joven vestido de blanco, que a sus espaldas llevaba flotando en el aire una pila de libros bordeados por lo que se asemejaba sospechosamente a dientes.
-Lo siento- dijo el carabés con tono hosco-. Me había perdido.
-No eres el primero ni el último- repuso el bibliotecario sin inmutarse, y prosiguió su camino hacia lo que era presumiblemente la salida de aquel laberinto. Fue entonces cuando Taro se dio cuenta de que levitaba todo el tiempo, como si tocar el suelo ensuciase demasiado. "Fantasma... ", pensó, sin saber lo cerca que había estado de acertar.
Biblios erró por las estanterías en un recorrido zigzagueante con un Taro con cara de crío castigado a la zaga, interceptando por el camino a todos los macieleros dispersos por la biblioteca y reuniéndolos en la entrada. Mientras, les explicó las normas.
-Sólo podéis sacar un libro cada uno, no intercambiable hasta que seáis personas- no detalló en qué consistía "convertirse en persona"-. Si morís se recupera de vuestro cadáver. Me da igual de qué lo manchéis: sea mermelada, mayonesa o sangre, lo limpiáis aunque sea con la lengua. Si se les caen las tapas a los libros mientras están en vuestra posesión haremos unas nuevas con vuestras pieles. Si tenéis que elegir entre salvar a un compañero y salvar el libro, elegid al libro. Eso es todo. ¿Os vais ya?
"¿Y todo esto se puede tocar sin más?", pensó con cierto escepticismo. Se le hacía cuesta arriba creerlo, más teniendo en cuenta que buena parte de ellos se parecían a los grimorios que salían en los documentales y que por lo que sabía sólo se podían consultar en ebook.
Taro no era especialmente lector, pero dado que poco más había que hacer en una biblioteca siguió el ejemplo de los demás y tiró por la primera intersección de estanterías que vio a ver qué encontraba.
-
"Mala idea", tuvo que reconocer Taro un número indefinido de minutos más tarde, mientras torcía por la enésima esquina idéntica a la anterior. "Aunque ya hay que ser lerdo para perderse en un sitio cerrado."
"O no demasiado alto" era la otra alternativa de cierre de ese pensamiento. Aunque en defensa del carabés había que reconocer que para poder mirar por encima de las estanterías que le rodeaban en ese momento cualquiera, no sólo él, habría tenido que levitar como mínimo: llegaban casi hasta el techo.
Fuera como fuese el quid de la cuestión seguía residiendo en que no sabía dónde estaba o cómo salir. Aun siendo las de Carabás muy diferentes a las de Rocavarancolia, Taro seguía familiarizado con el concepto de biblioteca y se arriesgaba a suponer que si gritaba para localizar a los otros se le podía caer el pelo, y de todas formas suponía que hacía tiempo que se había alejado del resto de sus compañeros.
Recordó entonces oportunamente que no había cámaras, y que podía arriesgarse a echar un vistazo por encima de las estanterías de una forma menos convencional. Ni corto ni perezoso se encaramó a una de ellas utilizando puntos vacíos de las baldas como escalones, y una vez arriba entrecerró los ojos oteando el bosque de estantes en busca de un punto de referencia. Sí, aquella mota rosa que acababa de doblar la esquina del fondo tenía pinta de ser Nero...
-Si tuviese que adivinar quién de los dos acabaría en mejor estado si tiras la estantería, apostaría por ella.
Rapidez de reflejos y una palabrota fueron lo que ocuparon el lapso de segundos que tardó Taro en reponerse del susto a tiempo para no caerse. Cuando bajó al suelo en dos saltos vio que quien había hablado era un joven vestido de blanco, que a sus espaldas llevaba flotando en el aire una pila de libros bordeados por lo que se asemejaba sospechosamente a dientes.
-Lo siento- dijo el carabés con tono hosco-. Me había perdido.
-No eres el primero ni el último- repuso el bibliotecario sin inmutarse, y prosiguió su camino hacia lo que era presumiblemente la salida de aquel laberinto. Fue entonces cuando Taro se dio cuenta de que levitaba todo el tiempo, como si tocar el suelo ensuciase demasiado. "Fantasma... ", pensó, sin saber lo cerca que había estado de acertar.
Biblios erró por las estanterías en un recorrido zigzagueante con un Taro con cara de crío castigado a la zaga, interceptando por el camino a todos los macieleros dispersos por la biblioteca y reuniéndolos en la entrada. Mientras, les explicó las normas.
-Sólo podéis sacar un libro cada uno, no intercambiable hasta que seáis personas- no detalló en qué consistía "convertirse en persona"-. Si morís se recupera de vuestro cadáver. Me da igual de qué lo manchéis: sea mermelada, mayonesa o sangre, lo limpiáis aunque sea con la lengua. Si se les caen las tapas a los libros mientras están en vuestra posesión haremos unas nuevas con vuestras pieles. Si tenéis que elegir entre salvar a un compañero y salvar el libro, elegid al libro. Eso es todo. ¿Os vais ya?
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Biblioteca Mágica
10/10/13, 02:04 pm
Haciendo caso omiso a su advertencia, sus compañeros se aventuraron en la biblioteca temerariamente. El aprendiz esbozó un puchero unos instantes hasta que finalmente decidió no preocuparse por ellos. Si Wan Shi Tong les encontraba, seria culpa suya y solo suya.
Silbando por lo bajo una cancioncilla pacífica pero triste, el aprendiz se abria paso dando saltitos entre las estanterias. En cuanto la cubierta de un libro le llamaba la atención, se detenia, lo sacaba de la biblioteca, lo ojeaba de principio a fin (a una velocidad pasmante) y lo devolvia a su lugar. Repitió este proceso tantas veces que olvidó cuantos libros habia cogido, sobretodo porque no entendia ni una sola palabra de lo que estaba escrito. Inconscientemente, habia estado saltando de sección en sección y se habia cruzado con un par de sus compañeros en el camino, siempre silbando. El ambiente tranquilo que acarreaba con su silbido se rompió de súbito cuando, entre las páginas de una novela de tapa dura y papel de biblia titulada "El Bien Supremo: Ancas de Bestia a la Parrilla y otras especialidades" que sorprendentemente, estaba ilustrado con dibujos detallados de animales acuaticos gigantescos que se podian parecer a una ballena o a una marsopa como mucho, pero que no terminaban de ser muy "cetáceos".
Dio un brinco hacia atrás con su descubrimiento y entonces alzó la voz y con un tono de voz ultra agudo chilló.
-OHHHHHHHH DIOOOOOOOOOOS MIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.-
Lo que estaba ante ojos del aprendiz era unos trozos de papel pobremente conservados de lo que antes hubiera sido un cómic. En ellos, podia apreciarse aun la mayoria de los dibujos y colores pero las páginas estaban muy maltrechas y apenas podia pasarse de página sin estropear aún más el comic. Tratandolo con extremada delicadeza, como si fuera un recien nacido, el aprendiz se sentó a leerlo. Claro estaba, fuera cual fuera el idioma en el que estaba impreso, incluso para el aprendiz, era imposible leer otro idioma que probablemente semanas antes habia sido ducho. Sin embargo, el comic se trataba de uno de los muchos comics que el aprendiz habia estudiado religiosamente hasta memorizar y por lo tanto, de memoria, comenzó a leerlo. En voz alta. Imitando las voces imaginarias de los personajes a medida que leia.
Sumido en su delicia de lectura (y acto) a viva voz, el aprendiz no se percató de la presencia de Cio hasta que lo tuvo encima. De un brico de susto, se puso de pie e instintivamente escondió el fajo de páginas que era el cómic.
-N-Nada en paricular.-mintió en respuesta a la pregunta del Irrense, escondiendo aún más su despojo de comic.
>> My... precioussss...
Pero entonces le descolocó una pregunta del chico de dos brazos roboticos. Frunció el ceño y se cruzó de brazos, exponiendo entonces el cómic inconscientemente. Adoptando una postura pensadora, meditó unos segundos y finalmente le contestó.
-Entiendo que, por como lo preguntas, no debes saber lo que es un pirata y que en tu mundo no los hay o no...-se quedó callado unos instantes.-Por un momento he tenido un momento de Archivado.-comentó refiriendose al ingeniero con una risotada. Sin pausa, procedió a explicarle lo que él consideraba un pirata.
-A ver... En mi mundo, Humania, puedes encontrar tres tipos de piratas.-dijo, aclarandose la voz.-El primer tipo, son gente que opta por cometer crímenes de robo, saqueo y violación y asesinato... Al menos en la historia se les reconoce así. Entre la gente de mi planeta, el significado ha degenerado hasta el punto de ser considerados unos ladrones más que se echan al mar que viven la vida, van de fiesta en fiesta, se emborrachan frecuentemente y son ultra populares con las mujeres.-dijo y comenzó a rascarse la sien, mientras seguia explicando.-El segundo tipo, viene a ser todo lo contrario a esto último. Son gente encerrada en su casa, amargados y poco populares con el género femenino. Lo único que hacen es, usando sus conocimientos de hackeo, extorsionar a otros usuarios de la red, robar, falsificar... Ponle nombre.-dijo, encogiendose de hombros.- Y... por último... el tercer y último tipo de pirata~-dijo con un tonillo sugerente en esa última palabra.-Son los esbirros del temible Lider de Los Cuerpos Super Malvados, de nombre Pinky. Los piratas~ que trabajan para Pinky son despiadados cruentos y más emplumados que un pavo real como el propio Pinky afirmaria. Pero en verdad tampoco hacen tantas cosas malas... Tan solo trolean a los concursantes y hacen poses homoeroticas.-
Finalmente acabada su explicación suspiró y se limpió el sudor de la frente. Tanto pensar le habia frito los sesos. En ese instante se dió cuenta que habia estado sacudiendo el cómic por la cara del Irrense y dió un respingo alarmado. La voz del Edward Elric sonó en la cercania. Y como salvado por la campana, el aprendiz escondió el fajo de papeles a su espalda y, con una voz nerviosa, le dijo al Irrense:
-S-Será mejor que vayamos a ver ese libro de magia... Quizás sea tremendamente fabuloso y tenga una portentosa nariz y nos hable.-dijo empujando suavemente a Cio para llevarle al sitio donde habia escuchado la voz del ingeniero.-¿Y bien? ¿Se trata del tomo de Ubos o no?-le inquirió al irrense con gafas.
Silbando por lo bajo una cancioncilla pacífica pero triste, el aprendiz se abria paso dando saltitos entre las estanterias. En cuanto la cubierta de un libro le llamaba la atención, se detenia, lo sacaba de la biblioteca, lo ojeaba de principio a fin (a una velocidad pasmante) y lo devolvia a su lugar. Repitió este proceso tantas veces que olvidó cuantos libros habia cogido, sobretodo porque no entendia ni una sola palabra de lo que estaba escrito. Inconscientemente, habia estado saltando de sección en sección y se habia cruzado con un par de sus compañeros en el camino, siempre silbando. El ambiente tranquilo que acarreaba con su silbido se rompió de súbito cuando, entre las páginas de una novela de tapa dura y papel de biblia titulada "El Bien Supremo: Ancas de Bestia a la Parrilla y otras especialidades" que sorprendentemente, estaba ilustrado con dibujos detallados de animales acuaticos gigantescos que se podian parecer a una ballena o a una marsopa como mucho, pero que no terminaban de ser muy "cetáceos".
Dio un brinco hacia atrás con su descubrimiento y entonces alzó la voz y con un tono de voz ultra agudo chilló.
-OHHHHHHHH DIOOOOOOOOOOS MIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.-
Lo que estaba ante ojos del aprendiz era unos trozos de papel pobremente conservados de lo que antes hubiera sido un cómic. En ellos, podia apreciarse aun la mayoria de los dibujos y colores pero las páginas estaban muy maltrechas y apenas podia pasarse de página sin estropear aún más el comic. Tratandolo con extremada delicadeza, como si fuera un recien nacido, el aprendiz se sentó a leerlo. Claro estaba, fuera cual fuera el idioma en el que estaba impreso, incluso para el aprendiz, era imposible leer otro idioma que probablemente semanas antes habia sido ducho. Sin embargo, el comic se trataba de uno de los muchos comics que el aprendiz habia estudiado religiosamente hasta memorizar y por lo tanto, de memoria, comenzó a leerlo. En voz alta. Imitando las voces imaginarias de los personajes a medida que leia.
- Ultimate Deadpool N#38:
[...]Asi que... Déjame aclararme un momento ¿quieres?... La supermodelo-trofeo que era tu antigua mujer es ahora un zombie no-muerto come-carne y quieres que yo la despache por ti.
¡Hah! ¡Trato hecho!
[...]
Sumido en su delicia de lectura (y acto) a viva voz, el aprendiz no se percató de la presencia de Cio hasta que lo tuvo encima. De un brico de susto, se puso de pie e instintivamente escondió el fajo de páginas que era el cómic.
-N-Nada en paricular.-mintió en respuesta a la pregunta del Irrense, escondiendo aún más su despojo de comic.
>> My... precioussss...
Pero entonces le descolocó una pregunta del chico de dos brazos roboticos. Frunció el ceño y se cruzó de brazos, exponiendo entonces el cómic inconscientemente. Adoptando una postura pensadora, meditó unos segundos y finalmente le contestó.
-Entiendo que, por como lo preguntas, no debes saber lo que es un pirata y que en tu mundo no los hay o no...-se quedó callado unos instantes.-Por un momento he tenido un momento de Archivado.-comentó refiriendose al ingeniero con una risotada. Sin pausa, procedió a explicarle lo que él consideraba un pirata.
-A ver... En mi mundo, Humania, puedes encontrar tres tipos de piratas.-dijo, aclarandose la voz.-El primer tipo, son gente que opta por cometer crímenes de robo, saqueo y violación y asesinato... Al menos en la historia se les reconoce así. Entre la gente de mi planeta, el significado ha degenerado hasta el punto de ser considerados unos ladrones más que se echan al mar que viven la vida, van de fiesta en fiesta, se emborrachan frecuentemente y son ultra populares con las mujeres.-dijo y comenzó a rascarse la sien, mientras seguia explicando.-El segundo tipo, viene a ser todo lo contrario a esto último. Son gente encerrada en su casa, amargados y poco populares con el género femenino. Lo único que hacen es, usando sus conocimientos de hackeo, extorsionar a otros usuarios de la red, robar, falsificar... Ponle nombre.-dijo, encogiendose de hombros.- Y... por último... el tercer y último tipo de pirata~-dijo con un tonillo sugerente en esa última palabra.-Son los esbirros del temible Lider de Los Cuerpos Super Malvados, de nombre Pinky. Los piratas~ que trabajan para Pinky son despiadados cruentos y más emplumados que un pavo real como el propio Pinky afirmaria. Pero en verdad tampoco hacen tantas cosas malas... Tan solo trolean a los concursantes y hacen poses homoeroticas.-
Finalmente acabada su explicación suspiró y se limpió el sudor de la frente. Tanto pensar le habia frito los sesos. En ese instante se dió cuenta que habia estado sacudiendo el cómic por la cara del Irrense y dió un respingo alarmado. La voz del Edward Elric sonó en la cercania. Y como salvado por la campana, el aprendiz escondió el fajo de papeles a su espalda y, con una voz nerviosa, le dijo al Irrense:
-S-Será mejor que vayamos a ver ese libro de magia... Quizás sea tremendamente fabuloso y tenga una portentosa nariz y nos hable.-dijo empujando suavemente a Cio para llevarle al sitio donde habia escuchado la voz del ingeniero.-¿Y bien? ¿Se trata del tomo de Ubos o no?-le inquirió al irrense con gafas.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Biblioteca Mágica
10/10/13, 02:14 pm
Nero y Ri se encontraron con el resto, conducidos por un bibliotecario que no tocaba el suelo con los pies. Anriel casi había tirado el libro del susto al darse cuenta. Sin embargo se abrazó inconscientemente a él mientras escuchaba las instrucciones del espíritu. Asintió brevemente a la última pregunta y se dio la vuelta dispuesta a obedecer.
- Dices que no nos podemos cambiar un libro por otro, no?- dijo Nero al bibliotecario, mientras giraba su tomo entre las manos. - ¿Qué habéis cogido vosotros? Mejor si no repetimos.
Pero no llegó a decir cuál era el suyo, solo asintió brevemente cuando expusieron lo que tenían. Mientras ellos se ocupasen de cubrir la parte útil, pensaba conservar aquel texto idiota para matar horas en el torreón.
- Bueno, este es el mejor libro de historia que he podido encontrar- Y con lo mejor quería decir que estaba desactualizado y tenía fallos gramaticales, pero al menos no decía una sarta de tonterías sobre la vida de una “abuela araña”. Para ser un sitio donde el agua te cambiaba la lengua por otra, tenían demasiados libros incomprensibles en la biblioteca. – tiene mapas al final, pero inservibles. Muchos de esos sitios ya no deben existir.
Recuperada del susto inicial, Anriel esperó pacientemente a que se decidiesen a abandonar la biblioteca. Mientras el joven flotante no quisiese forrar los libros con su piel, seguiría resultando menos amenazador que la mayoría de lo que les esperaba fuera.
- Dices que no nos podemos cambiar un libro por otro, no?- dijo Nero al bibliotecario, mientras giraba su tomo entre las manos. - ¿Qué habéis cogido vosotros? Mejor si no repetimos.
Pero no llegó a decir cuál era el suyo, solo asintió brevemente cuando expusieron lo que tenían. Mientras ellos se ocupasen de cubrir la parte útil, pensaba conservar aquel texto idiota para matar horas en el torreón.
- Bueno, este es el mejor libro de historia que he podido encontrar- Y con lo mejor quería decir que estaba desactualizado y tenía fallos gramaticales, pero al menos no decía una sarta de tonterías sobre la vida de una “abuela araña”. Para ser un sitio donde el agua te cambiaba la lengua por otra, tenían demasiados libros incomprensibles en la biblioteca. – tiene mapas al final, pero inservibles. Muchos de esos sitios ya no deben existir.
Recuperada del susto inicial, Anriel esperó pacientemente a que se decidiesen a abandonar la biblioteca. Mientras el joven flotante no quisiese forrar los libros con su piel, seguiría resultando menos amenazador que la mayoría de lo que les esperaba fuera.
-
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Biblioteca Mágica
10/10/13, 05:36 pm
Suponía que el recelo que demostraba Shaco se debía a que lo había pillado en mitad de una especie de representación consigo mismo. Sorprendente o no, ya ni se fijaba en las payasadas del humano, que consideraba inherentes a su persona. Le costó un poco pillar lo de "Archivado", pero cuando lo hizo tuvo que soltar una risa disimulada con un bufido.
—Como empecéis a hablar todos así me largo a vivir con los pajarracos.
Cuando empezó la explicación, el chico empezó a embalarse, tanto que hizo caso omiso sus intervenciones esporádicas.
—Ya, esos ya los conozco —comentó al llegar al segundo tipo. «Y tanto que los conozco» agregó para sí. «No debí suponer que en su mundo no tendrían algo así»—. ¿Qué? ¿Qué cojones? —Soltó finalmente ante la explicación del último tipo con suspicacia. «Me está tomando el pelo»—. Creo que el libro que vi se refería a los del primer tipo, pero gracias.
«En resumen, que son saqueadores de caminos pero que tienen barcos. Bueno, solo por eso ganan puntos». Una de las cosas que Cío siempre había querido hacer era visitar el mar.
Algo alarmó al humano justo antes de que se oyese la voz de Archi, y le siguió sin entender a qué había reaccionado. Antes que al biomecánico se encontraron a un tipejo desconocido levitando por la biblioteca, que los reunió a todos para ponerlos al día de las normas. Se sobresaltó al verlo, pero trató inmediatamente de hacerle una pregunta acerca de qué pintaban ellos en aquella ciudad y qué pasaba con ella –no parecía nada fácil encontrarse un nativo, y menos cuerdo–. Pero el bibliotecario la ignoró deliberadamente para soltarles, en cambio, un pequeño discurso sobre las normas, probablemente exagerado hasta el extremo. Le recordó a los típicos profesores que se creían muy graciosos.
—Pues vaya mierda —se le escapó al escuchar que no podían cambiar de libro. Y podía entender que era un favor enorme que les dejasen llevar aquellas reliquias a cambio de tratarlas bien, pero no encontraba ninguna ventaja aparente a aquel tipo de archivos. «Se estropean, no hay quien encuentre nada y no se pueden hacer búsquedas de palabras en las páginas. Si lo que quieren es torturarnos, los libros están de puta madre». Una vez pasado el momento de admirar aquellas piezas de anticuario habían dejado de hacerle gracia.
Se acercó a Archi y llamó su atención dándole un par de toques en el hombro.
—Enséñanos eso —pidió—. Y si alguien encontró otro libro que llevar, lo cojo yo. No encontré nada interesante por ahí —añadió para todos. La aparición del bibliotecario lo había puesto de mal humor. No paraban de encontrarse gente rara que parecía despreciarlos como si solo fuesen animales de granja.
—Como empecéis a hablar todos así me largo a vivir con los pajarracos.
Cuando empezó la explicación, el chico empezó a embalarse, tanto que hizo caso omiso sus intervenciones esporádicas.
—Ya, esos ya los conozco —comentó al llegar al segundo tipo. «Y tanto que los conozco» agregó para sí. «No debí suponer que en su mundo no tendrían algo así»—. ¿Qué? ¿Qué cojones? —Soltó finalmente ante la explicación del último tipo con suspicacia. «Me está tomando el pelo»—. Creo que el libro que vi se refería a los del primer tipo, pero gracias.
«En resumen, que son saqueadores de caminos pero que tienen barcos. Bueno, solo por eso ganan puntos». Una de las cosas que Cío siempre había querido hacer era visitar el mar.
Algo alarmó al humano justo antes de que se oyese la voz de Archi, y le siguió sin entender a qué había reaccionado. Antes que al biomecánico se encontraron a un tipejo desconocido levitando por la biblioteca, que los reunió a todos para ponerlos al día de las normas. Se sobresaltó al verlo, pero trató inmediatamente de hacerle una pregunta acerca de qué pintaban ellos en aquella ciudad y qué pasaba con ella –no parecía nada fácil encontrarse un nativo, y menos cuerdo–. Pero el bibliotecario la ignoró deliberadamente para soltarles, en cambio, un pequeño discurso sobre las normas, probablemente exagerado hasta el extremo. Le recordó a los típicos profesores que se creían muy graciosos.
—Pues vaya mierda —se le escapó al escuchar que no podían cambiar de libro. Y podía entender que era un favor enorme que les dejasen llevar aquellas reliquias a cambio de tratarlas bien, pero no encontraba ninguna ventaja aparente a aquel tipo de archivos. «Se estropean, no hay quien encuentre nada y no se pueden hacer búsquedas de palabras en las páginas. Si lo que quieren es torturarnos, los libros están de puta madre». Una vez pasado el momento de admirar aquellas piezas de anticuario habían dejado de hacerle gracia.
Se acercó a Archi y llamó su atención dándole un par de toques en el hombro.
—Enséñanos eso —pidió—. Y si alguien encontró otro libro que llevar, lo cojo yo. No encontré nada interesante por ahí —añadió para todos. La aparición del bibliotecario lo había puesto de mal humor. No paraban de encontrarse gente rara que parecía despreciarlos como si solo fuesen animales de granja.
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