Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

Una calle adoquinada con una enorme pendiente hacia abajo que se pierde en el horizonte. En la parte alta, llamas. Entre las llamas, un enorme perro de piel negra, de aspecto parecido a un bulldog si no fuera por las alas membranosas que surgen a su espalda y las lenguas de fuego que expulsa en cada ladrido. Atraviesa las llamas y echa a correr calle abajo, valiéndose de las alas para no tropezarse y caer rodando. Parece que persigue algo. Sí, algo baja a velocidad de vértigo por esa calle que no parece tener fin... Un muchacho rubio subido en monopatín. Va vestido con unos pantalones cortos grises, de los que cuelgan unos tirantes, ondeando al viento, y una camisa blanca que había estaría remetida... quizá unos momentos atrás, al menos. Con una mano se sujeta la boina que le cubre la cabellera rubia, y con la otra, trata de mantener el equilibrio. Tiene varios relojes de formas y colores dispares en ambas muñecas y se protege los ojos del aire gracias a unas gafas de aviador, sin perder la vista al frente.

El muchacho va esquivando las llamas que el perro expulsa contra él, moviéndose con precisión sobre el monopatín, a pesar de las velocidades que estaba tomando. Sin embargo, el ser se ayuda de sus seis extremidades, patas y alas, y consigue colocarse frente al chico. Abre su boca de par en par en lo que parece ser una ardiente sonrisa y....

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-me incorporo de un salto en la cama, respirando con agitación y sudando a mares, como si hubiera estado metido en una sauna durante días o... me hubiera perseguido un perro de abrasadores ladridos. Miro a mi alrededor, sin mirar realmente, tratando de mentalizarme de que no era real. Ni siquiera me doy cuenta de que no estoy solo en la habitación.

Saludo con la mano a Jack, no desentierro el cuerpo de los cojines, estoy a gusto. Cierro los ojos y respiro profundamente, tranquilidad, que a gusto...Me quedo dormida pero alguien empieza a hacer ruido en el mismo salón.
Me levanto rápidamente con los ojos casi cerrados intentado buscar al causante:
-¡Jack!, ¿Qué haces?- Me froto los ojos.

Un grito me saca de mi ensimismamiento y bajo de la silla, dejando la espada clavada a la mitad del cuello del murciélago
-Pues cortar las cabezas para clavarlas fuera del burdel, en lanzas, a modo de advertencia. No queremos que otros bichos se nos cuelen.-le respondo rápidamente.- Pero si te molesta el ruido, lo hago en otro momento.-añado al notar que está como adormilada. <<Murciélagos, cabezas, picas, burdel, cam...Murciélagos, cabezas, picas, espada, amenazar, miedo, murciélagos, cabezas (etc)>> me digo mentalmente para pensar nada más que en eso.

Cain me pide el cuaderno y se pone a dibujar, pego la cabeza a la suya y observo como surgen en los margenes del cuaderno los retratos de chicas y algunos chicos del catálogo, vestidos con trajes preciosos, que supongo que Cain halla visto en el burdel o a saber donde ...
-Dibujas genial - le digo sonriendo, su pelo me hace cosquillas en la nariz, los ojos me brillan divertidos - ...
De pronto Dirke se despierta con un grito, me pongo en pie rápidamente y me acerco a ver como esta, parece desorientado y ni siquiera parece vernos ...
-¿Estas bien Dirke? - que estupidez de pregunta - ... ¿un mal sueño? - mis ojos se oscurecen hacia un esmeralda opaco por la preocupación - ...
Sin saber que hacer miro a Cain, solo se me ocurre acercarle el cuenco con macedonia que prepare por si se despertaba ...

-No, no te preocupes, prefiero estar en la cama, es más comoda que estos cojines.- Empiezo a andar.- Suerte con el trabajo.
Entro en mi habitación y ni siquiera me molesto en abrir la cama, me tumbo directamente y me abrazo a la almohada. Una pequeña siesta no me vendría mal.

Cain se sobresalta al oír gritar a Dirke. Deja el cuaderno y se acerca como puede al chico. No era la primera vez que se despertaba así. Lo rodea con los brazos para calmarle.
-Otra pesadilla, ¿verdad?- él también había estado teniendo pesadillas, pero no le afectaban tanto... <<Tal vez no sea bueno que duerma demasiado...>> Pasar tanto tiempo en la cama no puede ser bueno

-Vale.-respondo sonriendo.
Vuelvo a la silla y retomo el trabajo. Tras un rato, la cabeza ya está suelta del todo, y con mucho cuidado me bajo, no vaya a rozar al bicho y que se caiga la cabeza y manche el suelo. Apoyo una de las lanzas en el cuerpo de la criatura, vuelvo a subirme y cojo la base de la afilada punta de metal con una mano mientras con la otra empujo la cabeza hacia esta. Hago de soporte con la lanza y cuando lo veo apropiado, empujo lanza y cabeza contra sí mismas hasta que el metal sobresale por el otro lado y sonrío. Vuelvo al suelo y dejo el macabro aviso apoyado en la pared, para después ponerme con el otro, que está en el suelo. Con este solo hacen falta un par de golpes y en unos minutos ya está la cabeza en la lanza. Para terminar, les abro las fauces con cuidado y las aseguro con unos huesecillos de colaespina. <<Perfecto, ya no se cierran>> Me siento en el suelo y observo divertido la escena: la puerta del Burdel (cerrada) y las dos cabezas amenazadoras guardándola. <<Cuando salgamos a cazar las pondré fuera>> Ahora voy a por un cubo de agua a las termas para lavarme las manos y la espada...

Dirke coge el cuenco mientras Cain le abraza, yo me aparto un poco y me siento en el alfeizar de la ventana, distraído me pongo a ver el catalogo de nuevo, muy por encima, agarro el cuaderno de partituras y ojeo los dibujos admirado, realmente son muy buenos, agarro el lápiz y escribo música sin parar, de repente me ha venido la inspiración y las notas salen solas, una detrás de otra ... los ojos me brillan levemente, y adquieren un tono mas claro ...
Alargo la mano y saco la guitarra de su funda, comienzo a tocar la composición, cierro los ojos, no se si Dirke se ha ido o sigue aquí ... la melodía habla de muchas cosas, tristeza agotamiento y miedo, pero también habla de esperanza y superación, de luz en la oscuridad, de compañía en la soledad ... todo mezclado y a la vez, quizás confuso, pero claro al mismo tiempo ...

Cain logra que Dirke se calme y coma algo. El dulce le sienta bien, pronto se levanta murmurando algo sobre madera... seguramente se iría al último piso a trastear con algo. Cain le advierte sobre la tercera planta, no quería qe volviese a pasar lo del otro día... ¿o sí? Suspira y se tumba con las manos detrás de la cabeza. Vacuum coge la guitarra y se pone a tocar, así que baja el volumen del mp4 al mínimo y se quita los auriculares para poder oírla. Sonaba realmente bien... Cain escucha atentamente, admirado... sin darse cuenta acaba acompañando la melodía con su voz, sin letra, cantando la primera sílaba que se le venía a la cabeza, creando sobre la marcha un idioma extraño y sin sentido, pero con algo mágico, como de un reino de cuento y no del mundo de pesadilla en el que estaban...

La melodía suena y al rato Cain se una con la voz, no canta una letra reconocible, se inventa un nuevo idioma con las silabas que se le ocurren, creando una armonía entre melodía y letra que resultaba mágica ... la canción dura unos minutos mas y cuando acaba todo parece quedar en silencio, como si nada se moviera ... como si el mundo hubiera dejado de girar, sensación que acaba con una suave brisa que me acaricia la cara al estar sentado en la ventana ...
-Cantas bien - digo solamente, con los ojos de un color verde bosque - ... realmente bien ...
Miro a la noche ensimismado, observando las evoluciones de lo que he acabado deduciendo, son dos murciélagos flamígeros ... la noche esta vacía de estrellas, y la negrura monótona resulta inquietante, pero tranquila a la vez ... una tranquilidad engañosa ...
-Echo de menos las estrellas - comento en voz baja - ... desde la Acrópolis las noches despejadas se veían increíbles ...

Continúo andando sin ningún lugar de destino en concreto. Me gustaría conocer a toda la gente que hay viviendo en el burdel, puesto que tengo la constante sensación de que aún no conoco a todo el mundo. Y, sin embargo, cada uno va a lo suyo.
Bueno. En algún momento tendré que dejar de vagabundear como alma en pena.. supongo.

Todavía con la pesadilla en mente, subo al último piso del burdel, sin ser capaz de articular palabra, ni para dar las gracias al chico de la guitarra o a Cain por haberle calmado un poco siquiera. Una vez allí, con la navaja multiusos que me dio Kaila el primer día, comienzo a dar forma a un bloque pequeño de madera, mientras repaso el sueño una y otra vez. No sé muy bien si los sueños pueden llegar a tener algún tipo de sentido o mensaje, pero este, por casualidad o por lo que fuera, lo tenía.

Desde que hemos llegado a la ciudad, simplemente trato de mejorar el vocabulario para hablar el idioma de la fuente. ¿Y ellos mientras? Aprenden hechizos, entrenan con armas; se arriesgan para que lo que ahora pueda ser un peligro luego no sea más que una molestia. Yo, como mucho, podría huir corriendo (o en monopatín, eso es lo de menos...) y está claro que huir, al menos en esta ciudad con trampas a cada paso, no es la opción correcta.

Con todos estos pensamientos en mi cabeza, abro las ventanas de la habitación en la que me había metido y saco la cabeza. Me quedo mirando al cielo ensimismado ( quizá también algo confuso, pues no me acostumbro a la falta de estrellas) y barajo todas las posibles formas de ayudarles.

Menuda siesta más larga, echaba de menos esto. Sonrio para mis adentros y me quedo sentada en la cama, con la almohada todavía en la mano. Bostezo y me estiro todo lo que puedo, <<Que a gusto pufff>>. Miro la puerta, estaba preparada para salir de nuevo, pero sinceramente no me apetece, quiero quedarme en la habitación, más bien refugiada del exterior...solo por un día.
Antes, cuando vivía en Alemania, me quedaba mucho tiempo en mi habitación, encerrada, leyendo, escuchando música o en el ordenador.
Pero aqui todo es diferente, no se puede hacer nada...¿O si?, miro el baúl algo dudosa, <<¿Por qué no...?>> Voy directa y lo abro, empiezo a sacar ropa como una loca, solo habia visto la milesima parte de las prendas que escondía el baúl, además parecía ser lo único que podía hacer aqui.
Cada prenda que sacaba y que me llamaba la atención, me la probaba.
Había una gran cantidad de ropa y también había que tener en cuenta que a mi, casi todo me llama la atención,lo que queria decir que tenía para rato.

-Y tú tocas bien...- dice Cain poniéndose sus auriculares, pero sin subir aún el volumen- Deberíamos hacer un dúo algún día... Vacuum se queda ensimismado mirando al cielo. Cain sigue distraídamente a un mirciélago con la mirada... desde el ataque de otro día les había cogido asco, fueran del tamaño que fueran- En Catania eran difíciles de ver, a no ser que te fueses al puerto...- comenta. No le gustaba mucho salir de noche.

Salgo de las termas y vuelvo al cuarto de entrenamiento, dejo la espada apoyada en la pared y vuelvo al salón, hacia el montoncito de libros. Cojo el de magia y lo ojeo pasando las páginas, hasta que veo unos gestos con las manos que me suenan. Frunzo el ceño mientras los imito, pero no sucede nada. Frunzo aún más el ceño y sigo intentándolo hasta que me duelen la frente y las manos. Miro las escaleras hacia los dormitorios, pero no sé por qué, estoy cansadísimo, miro a Elliot sonriendo y me echo sobre un montón de cojines. Con los ojos cerrados, una repentina duda me asalta <<¿Qué fue de Norou?>>. Vuelvo a levantarme y cojo un par de mullidos cojines, luego echo a correr escaleras arriba y trepo hasta el tejado por una desvencijada escalera <<Tendremos que repararla o alguien que no sea Norou se matará al intentar subir>> y veo al chico sentado, mirando al cielo y al horizonte, pero no parece percatarse de mi presencia. No me acerco mucho y me siento como cuando él dice que va a meditar. <<Desde aquí se ve la plaza...Con una ballesta podríamos matar a los colaespinas que se acercasen a las bañeras...Hum...>> y me pongo a pensar qué necesito para montar una ballesta y cómo explicárselo a Dirke. . .

-Si, estaría genial un buen dúo - afirmo - ...
Le observo con una sonrisa, veo que mira distraído por la ventana, un gesto de rechazo surca su cara, sigo su mirada y veo un murciélago de fuego ... recuerdo los bichos que hay congelados en el salón y lo entiendo, debe a ver cogido asco a todo tipo de murciélagos, me pongo en medio de su campo de visión, deslizándome por el alfeizar de la ventana ...
-¿Es bonito Catania? - le pregunto con una mirada brillante - ... aunque es una pena que no pudieras ver las estrellas, bueno ... la verdad es que yo tenia que ir hasta la Acrópolis, pero era un recorrido que hacia a menudo, para alejarme de casa ... me encantaba encaramarme a aquellos patrimonios de la humanidad intocables y sentir el viento en la cara ... eso y mi guitarra me alejaban del mundo, fue en uno de esos momentos cuando apareció el tipo que me trajo aquí ... al final resulto que me aleje demasiado del mundo - digo con una sonrisa extraña - ...
Mientras espero su respuesta tarareo la canción recién escrita ...

Unos pensamientos han llevado a otros, y al final, ha acabado en mi mano el reloj averiado que me mandó arreglar mi padre la noche que me trajeron aquí. Desde que llegué no me ha dado tiempo (o yo no he querido que me diera) a pensar en ellos. Pero ahora... ahora que me paro a reflexionar me doy verdaderamente cuenta de cuánto los echo de menos. A papá, a mamá, a los abuelos... A todos. Casi podría decir que incluso echo de menos al taller, a los relojes... y por supuesto, a la capacidad de comunicarme hablando.

Me seco las lágrimas, que me caen a pulso y se me cuelan por la boca y la nariz, y me pongo en pie. Dirijo una última mirada al cielo desestrellado y bajo al salón, tratando de no parecer sobrepasado por lo que ocurre (Algo difícil, por los surcos que han dejado las lágrimas en la cara). Veo a la chica mayor del torreón, la que parece tener más caracter, pero no me siento muy con ganas de saludar, así que me siento a leer en una de las esquinas, en el suelo.