Burdel de Dama Espasmo (Archivo II)

Recuerdo del primer mensaje :

Gritos, una manzana, una persona moribunda... Las ideas y los sucesos se me agolpan en la cabeza, que me empieza a doler de la tensión del momento. Caín dice algo y me parece entender la palabra tablas. ¿Las necesitarán para curarlo? Y sin decir ni mu, corro hasta la habitación y traigo varias tablillas para que cojan la que más les cuadre. Las suelto en el suelo y retrocedo aterrado por la imagen. Siento un ligero picor en los ojos pero contengo las ganas de echarme a llorar como un idiota.

Detengo las manos ante lo que me dice y vuelvo a cruzarme de brazos
-Oh...¿Marioneta de ...de un olor?-parpadeo varias veces e inspiro hondo <<Quizá sea eso...encaja, tiene lógica...aunque fastidia bastante...>> Entonces caigo en algo.-Por eso olía raro mi kimono esta mañana...¡Pero me bañé y lo puse en remojo!-aclaro rápidamente.-De acuerdo...No se hable más.-y sin saber qué pensar, sentir y decir, salgo del cuarto, pero antes de irme, me giro y digo.-Soy una tumba.-vuelvo a girarme y echo a correr hacia el cuarto de desuello, donde me encierro y me siento en el suelo como Norou, para relajarme y ordenar los pensamientos. <<Habrá que limpiar esa habitación, ahí hay cosas que me gustan, no puedo evitarla para siempre...>> Sentado con las piernas cruzadas, apoyo los codos en estas y la barbilla en las manos, con los ojos cerrados <<Marionetas de un olor...maldita sea...Me haré una mascarilla con la piel de colaespina y solo respiraré por la boca cuando entre a limpiar la habitación, buena idea>>

-Feromonas- responde Cain- se derramó un frasco en una habitación del tercer piso <<Casi violo a Dirke por su culpa>> piensa. Vacuum se pone a mirar el catálogo, estaba claro que no tenía ni idea de lo que había en el libro, y eso le decepcionaba un poco... Aún así, se recuesta para verlo con él, riendo cuando el griego reía, no por las imágenes, sino por sus expresiones... Llegado a un punto de olvida del libro completamente y se entretiene viendo como los ojos de Vacuum cambian de color.

termino de hacer abdominales y me echo largo al suelo, sudo por todo el cuerpo << voy a bajar a comer algo >> bajo al salón sin prestar atención a las personas que estaban en las demás habitaciones, << aun están los murciélagos -_- seguro que pronto apestaran >> entro a la cocina y subo como siempre un cubo de agua para beber y refrescarme.

Parece molesto, marionetas asi es como nos ha definido. Pero tiene razón, todo lo que hicimos simplemente fue por culpa de un olor.
Ahora lo único que puedo hacer para deshacerme de el, es darme un buen baño y lavar la ropa, pero sin olvidar...me doy la vuelta y miro las sabanas que hay encima de la cómoda, con las que me tape al salir de la habitación. Las cojo, antes de abandonar el cuarto abro la ventana pequeña para que se vaya ventilando.
Bajo a las termas, intentando evitar a cualquier persona, tenía que tener cuidado. Al llegar me encuentro la ropa de Jack secandose en un improvisado tenderete. Me desnudo y lavo la ropa unas cuantas veces, no quiero saber nunca más nada de ese olor. Cuando termino la dejo secar al lado de las pertenencias de Jack.
Mientras la ropa se seca, me doy un buen baño, me froto varias veces con el jabón y al terminar de aclararme me envuelvo en una toalla y espero a que la ropa se seque.

Tengo que admitirlo: el baño en la terma me ha sentado realmente bien, y me ha servido para relajarme, aunque no para aclarar mis ideas, al igual que ha sucedido con la conversación mantenida con Aníbal.
Y, ahora, una vez se ha ido, vuelvo a estar bastante perdida. Decido dar un paseo por el burdel, en busca de más gente.

Ojeo el catálogo, y Cain parece que también lo hace ... hay cosas muy curiosas, algunas bellas, otras algo grotescas, de ambos sexos y de ninguno reconocible ... al llegar a la última página me detengo en la imagen ...
-Esta me gusta - digo sencillamente - ...
La imagen representa a una especie de hada, o lo que yo entiendo por hada ... la criatura tiene un aspecto humanoide, pero su piel es plateada, sus ojos son azules completamente, sin rastro de blanco ni de negro, su cabello es una cascada de blancura que le cae en tirabuzones por los hombros desnudos ... un par de alas crital negro le surgen de la espalda, y unos cuernos muy pequeños, del mismo material que las alas, le nacen encima de las sienes ... la criatura esta desnuda, por lo que se ve es una hembra ... sin embargo veo unos grilletes en sus muñecas ... esto me entristece y mis ojos se ponen grises ... no me gusta la sensación de estar encadenado, cierro el libro con un poco de brusquedad y miro frustrado el suelo ... silencio, miro a Cain y veo que me esta mirando ...
-¿Que me miras? - pregunto extrañado - ...

<<Pero lo primero, coger mi ropa ya lavada>>
Me reincorporo y cojo uno de los cuchillos de hueso, un retal de piel de colaespina y lo recorto en forma de mascarilla pero que se pueda atar en la nuca, me la pongo en el brazo y salgo del cuarto directo a las termas, entre molesto por haberme rendido a un olor y confuso...Llego a la entrada pero me detengo de pronto al asomarme, me quedo petrificado a la entrada y respiro hondo, luego entro a grandes zancadas hacia mi ropa
-Ropa. Mía.
Recojo los kimonos, mi chándal, ropa interior y el abrigo junto con la camiseta y vuelvo a salir dando grandes zancadas, como un autómata. Y en la escalera, echo a correr hacia mi dormitorio, me encierro y me siento en la cama, respirando como si hiciese años que no respiro.

Cain sale de su ensimismamiento para ver a la criatura a la que Vacuum se refería. Lo cierto es que era preciosa, aunque no era la única que le había gustado del catálogo (y francamente le asustaba un poco descubrir que tenía gustos tan raros) Le hubiese encantado ver aquel burdel en funcionamiento, solo para conocer en persona a los seres del catálogo, para tocarlos, cercionándose de que son reales... Vacuum le pregunta algo
-Tus ojos... es como si cambiasen de color- dice en tono divertido. Ahora parecían algo tristes... ¿por qué sería?

Me acerco a la ropa y la toco, ya estaba seca. Jack entra desprevenidamente a recoger la ropa seca, lo hace con tanta rapidez que no me da tiempo a decir ni hola.
Empiezo a vestirme, <<No puede evitarme todo la vida, lo que paso ya es historia...supongo, aunque en parte le entiendo...¡Ay dios menudo lio de cabeza!>> guardo la toalla que he utilizado dentro del armario y subo al salón. Lo único que me apetece es dejarme caer entre los cojines y dejar mi mente en blanco.

Le miro a los ojos esperando su respuesta, cuando llaga sonrió algo distraído, recordando ...
-Oh, es eso - le respondo - ... bueno, me pasa desde pequeño, algo de las emociones, no lo se muy bien ... tampoco se cuando me pasa, no me veo a mi mismo, aunque parece interesante - digo con una risa suave, los ojos vuelven a tener una tonalidad verde pálida - ...
Cojo el cuaderno de partituras otra vez e intento seguir con lo que tengo, pero no estoy inspirado, dibujo un par de notas y me quedo en blanco, miro al frente, entretenido con el vaivén que la bisa provoca en las cortinas ...
Pienso en las criaturas del catálogo, algunas me han gustado mucho, otras no tanto ... pero los grilletes de esclavo, no me han gustado nada ...

Cuando me tranquilizo, cojo toda la ropa y tras doblarla, la guardo en el baúl. Después recojo la espada del cuarto de desuello y bajo al salón. Saludo a Erika alegremente, por la perspectiva de clavar las cabezas de los murciélagos en lanzas y ponerlas fuera del burdel. <<Vamos a reciclaros, murciélagos>> Dejo la espada apoyada en la pared y voy a la habitación donde Dirke encontró las alabardas, cojo una y la bajo con cuidado al salón, para apoyarla luego en el suelo con la punta hacia el techo <<Van a rodar cabezas>> pienso sonriendo, después alzo la espada pero no llego con comodidad al cuello de la criatura. <<Diablos>> Subo corriendo a mi dormitorio, cojo la silla, la bajo y consigo llegar a la base de la cabeza del murciélago. Tomo la espada de nuevo y la empleo como sierra, silbando algo aleatorio mientras tanto. Ahora mismo solo existo yo, la espada y los murciélagos.

-Hmmm...- Cain mira el cuaderno de partituras. Así que también escribía música... Echaba de menos el papel de verdad para dibujar... el pergamino y la tinta eran difíciles de usar, la tinta se corría facilmente o había agueros en el papel; el carboncillo tampoco era lo que se dice muy cómodo, sobretodo porque usaba un carbón bastante malo...- Puedo..? - pidió. Vacuum le dejó el lápiz y el cuaderno y Caín empezó a hacer un boceto rápido en el margen, Era la misma criatura de antes, solo que vestida con una túnica vaporosa con adornos de piedras preciosas y flores en el pelo; tambien le puso largas pestañas. Hizo varios retartos de chicas del catálogo y algún chico, todos con ropa que había visto alguna vez en el burdel o que recordaba haber visto en cualquier otro sitio...

Una calle adoquinada con una enorme pendiente hacia abajo que se pierde en el horizonte. En la parte alta, llamas. Entre las llamas, un enorme perro de piel negra, de aspecto parecido a un bulldog si no fuera por las alas membranosas que surgen a su espalda y las lenguas de fuego que expulsa en cada ladrido. Atraviesa las llamas y echa a correr calle abajo, valiéndose de las alas para no tropezarse y caer rodando. Parece que persigue algo. Sí, algo baja a velocidad de vértigo por esa calle que no parece tener fin... Un muchacho rubio subido en monopatín. Va vestido con unos pantalones cortos grises, de los que cuelgan unos tirantes, ondeando al viento, y una camisa blanca que había estaría remetida... quizá unos momentos atrás, al menos. Con una mano se sujeta la boina que le cubre la cabellera rubia, y con la otra, trata de mantener el equilibrio. Tiene varios relojes de formas y colores dispares en ambas muñecas y se protege los ojos del aire gracias a unas gafas de aviador, sin perder la vista al frente.

El muchacho va esquivando las llamas que el perro expulsa contra él, moviéndose con precisión sobre el monopatín, a pesar de las velocidades que estaba tomando. Sin embargo, el ser se ayuda de sus seis extremidades, patas y alas, y consigue colocarse frente al chico. Abre su boca de par en par en lo que parece ser una ardiente sonrisa y....

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-me incorporo de un salto en la cama, respirando con agitación y sudando a mares, como si hubiera estado metido en una sauna durante días o... me hubiera perseguido un perro de abrasadores ladridos. Miro a mi alrededor, sin mirar realmente, tratando de mentalizarme de que no era real. Ni siquiera me doy cuenta de que no estoy solo en la habitación.

Saludo con la mano a Jack, no desentierro el cuerpo de los cojines, estoy a gusto. Cierro los ojos y respiro profundamente, tranquilidad, que a gusto...Me quedo dormida pero alguien empieza a hacer ruido en el mismo salón.
Me levanto rápidamente con los ojos casi cerrados intentado buscar al causante:
-¡Jack!, ¿Qué haces?- Me froto los ojos.

Un grito me saca de mi ensimismamiento y bajo de la silla, dejando la espada clavada a la mitad del cuello del murciélago
-Pues cortar las cabezas para clavarlas fuera del burdel, en lanzas, a modo de advertencia. No queremos que otros bichos se nos cuelen.-le respondo rápidamente.- Pero si te molesta el ruido, lo hago en otro momento.-añado al notar que está como adormilada. <<Murciélagos, cabezas, picas, burdel, cam...Murciélagos, cabezas, picas, espada, amenazar, miedo, murciélagos, cabezas (etc)>> me digo mentalmente para pensar nada más que en eso.

Cain me pide el cuaderno y se pone a dibujar, pego la cabeza a la suya y observo como surgen en los margenes del cuaderno los retratos de chicas y algunos chicos del catálogo, vestidos con trajes preciosos, que supongo que Cain halla visto en el burdel o a saber donde ...
-Dibujas genial - le digo sonriendo, su pelo me hace cosquillas en la nariz, los ojos me brillan divertidos - ...
De pronto Dirke se despierta con un grito, me pongo en pie rápidamente y me acerco a ver como esta, parece desorientado y ni siquiera parece vernos ...
-¿Estas bien Dirke? - que estupidez de pregunta - ... ¿un mal sueño? - mis ojos se oscurecen hacia un esmeralda opaco por la preocupación - ...
Sin saber que hacer miro a Cain, solo se me ocurre acercarle el cuenco con macedonia que prepare por si se despertaba ...

-No, no te preocupes, prefiero estar en la cama, es más comoda que estos cojines.- Empiezo a andar.- Suerte con el trabajo.
Entro en mi habitación y ni siquiera me molesto en abrir la cama, me tumbo directamente y me abrazo a la almohada. Una pequeña siesta no me vendría mal.