La fiesta de la mansión - RV Gakuen

Recuerdo del primer mensaje :



La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.

En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.

Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.

—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.

Nota:

La verdad es que su idea le había salido bien. La sorpresa de Adam al oír el reto, la vergüenza que sentía porque estuviera su pareja delante y el resultado, todo era perfecto. A Adam el top le quedaba genial, y solo hacía falta ver como le miraba Chromsa para darse cuenta de ello. Realmente eso era lo que quería, verles decirse piropos y ser adorables. Bueno, y que Adam dejase de vestirse como la versión de Aliexpress de un cayetano, no iba a mentirse diciendo que esa no era su prioridad número uno.

Para romper la racha de retos, Chromsa eligió verdad. La pregunta de Adam era muy mona, y la respuesta de su pareja lo fue aún más. Soltó un “awwww” por lo bajini. ¿Qué aquello era demasiado ñoño para aquel juego? Puede, pero era tan bonito ver a esos dos siendo románticos que le daba igual.

A Nohlem le tocó saltar a la piscina con ropa, y no pudo evitar vitorearle ante aquella voltereta hacia atrás: había sido muy buena, más aún para una prueba tonta de un juego chorras. Y joder con Chromsa, no se le imaginaba dando esos retos. Si es que se le iba a dar bien el juego y todo.

Lo de los gemidos tendría que haberle hecho gracia porque Tayron los estaba haciendo de puta madre, pero llegado a cierto punto lo único que sentía era vergüenza ajena. Se alejó brevemente a la mesa de las bebidas con la excusa de ponerse más de uno de esos licores caros y arrugó el gesto todo lo que no se atrevía a hacer delante de gente a la que parecía gustarle aquello.

Volvió poco antes de que Tayron colgase y diera el siguiente reto, que era el termómetro entre los dos entre los que parecía haber una tensión sexual no resuelta. La explicación no le hacía falta, y aunque no hiciera ningún ruido por no molestar se alegraba de que esos dos tuvieran una excusa para liarse (no es que la necesitaran, pero viendo las reacciones de Connor igual se libraban del cabreo).

A Rick le mandaron a por el teléfono de una tal Kalna, que por la reacción de Rick podía suponer que tenía alguna historia tras él, o al menos algo que pudiera incomodarle. Este se fue, y Nohlem y Ethan no tardaron en irse también con lo que era una excusa malísima.

Le dejaron a Adam el reto de beber bocaabajo, lo cual hubiera sido más fácil si no fuera porque ya iba borrachísimo. Sonrió y se levantó para ayudarle.
—Venga, dale cuando quieras —y cuando el ruso confirmó que estaba listo le ayudó a hacer el pino.
No le supuso mucho problema, tenía fuerza suficiente, pero en algún momento Adam perdió el equilibrio y no le dio tiempo a reaccionar antes de que acabase en el suelo.
—¡Ay! ¡Adam, tío, lo siento! —se disculpó rápidamente.
Al menos parecía estar bien, y no tardó en dar el siguiente reto…a Connor. Que parecía que iba a saltar a pegarse con cualquiera al menor movimiento mal dado. Joder, menudo puto panorama.
—Ya que estoy de pie, yo misma —dijo, preparándose para darle los chupitos. Esperaba que hubiera elegido algo fuerte, a ver si emborrachándose se le pasaba algo el cabreo… «Aunque como sea un borracho agresivo estamos jodidos. Y muertos.»

No se esperaba que la eligiese a ella, pero volvió a elegir reto. Recibió la palmada del hombro con más entereza de lo que esperaba viendo el tamaño del otro, pero se la masajeó de camino a apagar la música. Joder, estaba fuerte. Y era un cabrón, porque ¿qué coño iba a cantar? Podía ir a por una canción corta y fácil, como el puto cumpleaños feliz, pero a parte de ser demasiado fácil era también demasiado ridículo. ¿Algo en francés? La mayoría de la gente no iba a entenderlo, pero lo mal que cantaba se iba a notar igual. Le dio un par de vueltas hasta optar por algo más festivo y conocido, a ver si con suerte alguien más se sumaba a cantar y no tenía que hacer el ridículo sola del todo.

Suspiró para mentalizarse y pausó el Spotify. Le daba igual o no si la gente se había puesto a mirarla, porque sentía que toda la puta fiesta estaba centrada en ella. Carraspeó unos breves instantes antes de alzar la voz sin llegar a gritar, para no cantar todavía peor.
— La mano arriba
Cintura sola
Da media vuelta
Danza Kuduro

No te canse' ahora
Que esto solo empieza
Mueve la cabeza
Danza Kuduro

Aquello era ridículo. Su destrozo del español también. Se había empezado a poner roja con las primeras palabras, pero había seguido hasta llegar a la primera estrofa en portugués. Si el español lo había pronunciado de pena, aquello todavía peor. Ay, todos los videos que iban a acabar en redes… «Esta me la pagas, Connor».

Terminó la canción y le volvió a dar al aleatorio en el Spotify, huyendo de su posición lo más rápido que pudo para volver a donde estaba el resto y ver que el jodido pelirrosa se había pirado.
—Bueno, espero que os hayan gustado mis talentos musicales —se rió, nerviosa. Quería morirse de la vergüenza que había dado —. Pero ahora le toca a Tayron: ¿verdad o reto?

Se sorprendió cuando el lémur eligió verdad, porque esperaba que siguiesen con los retos y porque en parte quería mandarle hacer algo que hiciese olvidar su espectáculo. Iba a tener que conformarse con hacer una pregunta.
—Vale, pues...¿cuál es el sitio más raro en el que te has liado con alguien? Y da detalles, no vale con el sitio y ya—al menos que les diese algo digno de cotilleo.

Kalna aceptó la copa y pasó a contar su noche de momento, a lo que Rick atendió dejando la botella cerrada, aunque cerca de ellos por si hacía falta otro vaso más luego. Con lo primero no sabía a qué se refería exactamente aunque tenía curiosidad, lo segundo... confirmaba todas sus dudas en cuanto a lo que pensaba la chica de Serena. -(Pero entonces significa que no están saliendo, ¿no?)- se planteó. Es lo que tenía pinta al menos, pero con todo lo que había visto desde que había llegado y los rumores había creído hasta ese momento que eran pareja. Todo un misterio.

La amenaza le pilló divagando, por lo que el neoyorquino se tensó más de la cuenta. Él mismo y el vaso no temblaron por los pelos tan solo con su mirada. Levantó la mano libre en señal de paz y todavía perplejo corrió a responder con un tono igual de bajo: -Lo juro, lo juro.- Ya estaba temiendo que fuera a confesarle un asesinato con tanto secretismo, pero la respuesta resultó ser mucho más simple. Si algo no se hubiera imaginado nunca de Kalna, la malota del campus, perfeccionista hasta el extremo,  intimidante como pocas personas, es que pudiera tener un ataque de ansiedad. Aunque, bien pensado, tal vez no era una posibilidad tan descabellada teniendo en cuenta todo lo anterior. Le dolió que fuera ese el motivo por el que se hubiera ausentado antes, pero tampoco quería indagar más en algo que ya había dejado claro que no quería que supiera nadie. Al menos esperaba que estuviera algo mejor dentro de lo posible. - Pues sí. Se ve que el universo nos la tiene jurada hoy- se limitó a comentar con un tono lleno de comprensión antes de darle un buen trago a su bebida.

Si al neoyorquino ya le había descolocado lo anterior, lo que dijo Kalna a continuación casi hizo que se ahogara por unos instantes. Había procesado que estaba mal porque no le hacía caso, vale, pero ese comentario... -(No me fastidies que...)- No, no podía ser, ¿verdad? El chico apartó el vaso de su boca, volviendo a la calma. Explicó con cierto deje: -En cuanto te fuiste fue a buscar a Abel y desde entonces no se por donde andará. Supongo que estará intentando hacer las paces con él- No iba a verbalizar lo que le había decepcionado no poder hablar con ella, aunque el tono lo delatara sutílmente. Dio un trago más, mucho más corto que el anterior. Volvió a hablar, aunque esta vez con la mirada a cualquier otra parte. No tenía valor de momento para mirarla directamente con lo que iba a comentar: -La verdad, pensaba que... con eso de que vais casi siempre juntas y os lleváis bien, pues...- Lo que faltaría para rematar el tema sería justo encontrársela ahora liándose con Abel y a esas alturas ya lo veía factible.

Joder, si es que Rick era educado hasta cuando le amenazaban. Y se creía que no se lo fuera a decir a nadie aún sin ponerse violenta, pero no se habría terminado de fiar de otra manera. Aún no las tenía todas consigo, pero al menos había dado los suficientes pasos en la buena dirección como para que Kalna se relajase. Y tampoco había habido lo sientos, ni palabras de ánimo, solo una comprensión que la chica podía aceptar sin sentirse vulnerable.

En otro momento se hubiera divertido de haberle descolocado tanto, pero en aquella ocasión no llegó a entenderlo hasta que habló, y Kalna le miró fijamente de nuevo, como si quisiera notar en su lenguaje corporal que mentía. No lo estaba haciendo.
—Ojalá —lo iba a dejar ahí. No había tanta confianza como para decirle lo que sentía por Serena— . ¿Pero tú has visto como te mira? Hay que estar ciego para no darse cuenta de que le gustas, Rick.

O bueno, le gustaba. Joder, que había pasado de los dos esa noche. Se rió con amargura, esperando que no les hubiera dejado tirados a los dos por Abel. Desde luego ya lo esperaba todo, especialmente después de estar manteniendo esa conversación con Rick. Esperó su reacción, aunque esperaba que supiera eso. Rick era listo, seguro que lo había notado ya.

Kalna confirmó que no había nada entre ellas, aunque obviamente aspiraba a ello. -(Ya somos dos)- bromeó mentalmente. Después de la broma y todo lo que pasó luego Rick no lo estaba teniendo tan claro. Ojalá pudiera aclararse de una vez con sus sentimientos. Aunque intentara guiarse por lo racional y la lógica (al fin y al cabo era necesario para su trabajo), no podía negar que en circunstancias así le costaba no moverse enteramente por sus sentimientos.

El neoyorquino la miró, muy ligeramente sonrojado. -Vale, he notado alguna mirada rara, pero eso no significa necesariamente eso.- hizo un pequeño reproche algo avergonzado. Claro que en otra situación le habría dado toda la razón a Kalna, pero tenía pruebas suficientes para dudar. Explicó al instante a lo que se refería: -Quiero decir, he visto un par de veces ya algún que otro gesto hacia ti del que se podría decir lo mismo, ¿me equivoco?-

Esperó a la respuesta, aunque antes dio un suspiro cansado y añadió: -No tengo claro si me estoy imaginando cosas, si está yendo a dos bandas o qué.- Bebió de nuevo del vaso, sin encontrar una respuesta clara aunque le diera mil vueltas en su cabeza.

—No seas idiota, claro que es eso.
No pensaba decírselo, porque seguía todavía cabreada por lo de antes, pero era estúpido que de verdad creyese que no le gustase a Serena…o a cualquiera. Era educado, siempre parecía saber qué decir y era guapo, especialmente con esos ojos de colores desiguales.

Aunque los tiros del neoyorkino no iban por ahí, sino porque Serena también parecía hacer lo mismo con ella. Vale, sí, pero eso no tenía que significar nada y… ya estaba sonando como Rick, y quedaba bastante hipócrita decirle lo mismo cuando le acababa de reprender por ello. La excusa en voz alta se quedó en un farfullo inconexo, y notaba como las mejillas empezaban a ruborizarse. Bebió más, intentando disimular que estaba comportándose como una adolescente hablando de amoríos.

—Viendo lo de esta noche, ya no lo sé. Pero tampoco creo que sea el mejor momento para preguntarle.
Ojalá estuviera yendo a dos bandas y eso fuera todo. A Kalna no le importaba compartir, y si había tenido celos de Rick era más bien por pensar que era el único al que Serena quería que porque a ella le gustase.

Suspiró. No sabía si cambiar de tema, o cual sacar.

La expresión de la chica cuando le comentó lo que él veía como hechos no le pasó desapercibida. Supuso que con aquello le daba la razón, aunque tampoco le dio muchas vueltas. Eso sí, verla algo ruborizada era curioso cuanto menos. A riesgo de una llamada de atención como la anterior, la mueca de una ligera sonrisa solo pudo verse durante unos instantes. Menos mal que mirando a otro lado ayudaba a ocultarla un poco más.

-También es verdad- empezó a decir en respuesta. Tenía coña que entre los dos, tan tenso como había empezado todo, fueran a tener más en común de lo que creían y que fueran a empatizar más que con nadie en la fiesta. El destino podía llegar a ser un liante de cuidado cuando menos lo esperabas. -aunque no estaría mal que nos dijera lo que fuera. Esto empieza a parecerse a una de esas pelis de domingo por la tarde.- Se permitió el chascarrillo final ahora que la situación estaba más calmada, aunque el tono no es que fuera todo lo jocoso que pudiera haber sido. Verse en un triángulo amoroso era una posibilidad en la que no se había visto antes y, la verdad, nunca se había planteado una relación abierta. No tenía claro como lo llevaría, aunque tampoco se había visto en ninguna relación en general. Tal vez si se hablaba entre los tres... -(Mierda, ya me está empezando a subir)- se excusó al instante.

Se hizo el silencio por unos segundos, aprovechando Rick para beber un poco más. Llegados a ese punto no le importaba seguir con ese tema, pero no estaba muy seguro de si seguir por ahí para no incomodarla. De momento, encontró la oportunidad para preguntar algo que había quedado pendiente, ya ahora sí mirando a Kalna: -Creo que de lo del principio no he escuchado nada por aquí. ¿Tanto se lio en la entrada? Nosotros es que llegamos algo temprano. Ya sabes, lo del coche- Todavía tenía algún flashazo de vez en cuando de girar a 180 para evitar comerse una farola.

—Pero no te rías, capullo, que tú estás rojo también —le dijo, de broma. Parecía que los dos tenían quince años con aquellos comportamientos por la chica que les gustaba, y podía verle el humor a la situación lo bastante como para hacerle comentarios graciosos que no iban con segundas.

Era sorprendente que estuviera empatizando tanto con él, no ya solo por lo de Serena, sino porque la conversación había empezado por unos derroteros bastante malos. Que hubiera derivado a aquella charla amistosa era bien recibido, y más cuando al menos habían podido aclararse entre ellos. Les quedaba hacerlo con Serena, pero aquello podría ser más adelante…

Se rió con el chiste. La verdad es que lo parecía un poco, o a una de esas telenovelas eternas con triángulos amorosos y engaños y conflictos personales enrevesadísimos que veía Velia a veces.
—Solo nos falta el asesinato en la mansión de los Alpes Suizos cuyo culpable es el mayordomo —siguió el chiste antes de darle otro trago al vaso.

La pregunta le cogió desprevenida. No sabía que esperar, pero eso no.
—Ah… Bueno, estábamos yendo al patio cuando hubo todos los ruidos porque Abel se había colado y… ya sabes el resto —no quería profundizar en ello —. Ni siquiera me dio tiempo a coger algo para beber antes. y por cierto, quién os trajo, ¿Dominic Toretto?
Le miró. No podía culparle al alcohol de decirle lo que le iba a decir, porque no había bebido tanto, así que iba a tener que admitirse que le estaba cayendo demasiado en gracia como para no preocuparse de que fuera a volver con alguien que ya conducía mal de base y que a saber como estaba al final de la noche.
»Si quieres te llevo de vuelta cuando acabe la fiesta. Bueno, el chófer.

Rick se rio con la continuación de la broma, añadiendo al final: -Lo bueno es que ya tenemos al detective por si el mayordomo decide aparecer- No es que creyera que fuera a pasar, pero mejor no pensarlo muy alto por si el universo decidía ser aún más cabrón. Aunque parecía que ya se iba calmando algo al fin, por fin tenía un momento tranquilo.

La respuesta que le dio Kalna hizo que se diera cuenta de que con los nervios se le había pasado eso. -Ah, cierto, sí. Pensaba que era otra cosa. Menos mal que se pudo arreglar todo- no tardó en decir cayendo en la cuenta de su despiste. Una risilla le hizo pasar al siguiente tema: -Pues casi. Es un amigo de Chromsa, Ernesto, no se si te suena. No es mal tipo en absoluto, pero puede llegar a ser muy intenso- Lo poco que había hablado con el medio italiano le había parecido que vivía en un mundo propio algo estrambótico, pero no le caía mal. Al menos hasta esa noche nunca lo había visto como alguien peligroso.

La propuesta lo descolocó un poco, mirando a la chica. Iba a responder, pero por el rabillo del ojo vio, y empezó a escuchar, algo que reconocía. -¡Y entonces grité "POR LA ALIANZA" y comandé a toda la raid contra *hip* el Rey Exánime y, aunque muchos cayeron aquel día, restauramos la paz en Azeroth *hip*.- Rick miró al instante hacia la voz de Erknest, que estaba en una mesa cerca de la piscina contando una de sus batallitas a un grupo que no tenía ni idea de cómo habían acabado con él. Era obvio que ya llevaba algunas copas de más. -Mirad, solo por esta noche lo recrearé para mis queridos admiradores.- Se aclaró la garganta y alzó su vaso como si de una espada se tratara. -¡POR LA ALIANZAAAA!- cargó con todas sus fuerzas cayendo en la piscina. El neoyorquino habría corrido a sacarlo de allí por si con el pedo que llevaba se le había olvidado como nadar, pero unos segundos después de caer salió a la superficie y se quedó allí dentro mientras seguía hablando.

Después del susto, Rick volvió a mirar a Kalna. Todavía con la impresión de aquella actuación e imaginándose el terror que sería Ernesto conduciendo borracho, respondió: -Te lo agradecería- Dio un trago a la bebida. Ya se encargaría luego de avisarles de que no tenían que preocuparse de llevarle a él.

Por suerte Rick no decidió seguir preguntando, porque estaba decidida a eliminar todo lo chungo de aquel asunto de su cerebro. Prefería estar en el presente, manteniendo una conversación muy agradable con un chico al que había estar a punto de dar una paliza porque se había acercado a ella solo por un juego. En realidad que hubiera intentado ligar con ella nunca había sido el problema, solo los motivos por los que lo hacía, así que una vez hubo demostrado en cierta medida que quería hablar de verdad no había más mala sangre.

Negó con la cabeza para dejar claro que no le conocía ni de oídas, aunque por la descripción que había dado iba a tener claro que no era alguien con quien hubiera coincidido ni de casualidad.  Lo que no habría esperado era tener una demostración en vivo de la intensidad del tal Ernesto. No pudo evitar reírse con esas cosas que decía y que no estaba entendiendo, pero que sonaban a frikada. Cuando se cayó a la piscina (y vio que no se iba a ahogar) miró a Rick fijamente y con más seriedad de la necesaria.
—Mejor, porque viendo el panorama no iba a aceptarte un no.
Solo faltaba que se subiera a un coche conducido por alguien con la borrachera que llevaba el otro, eso era ir pidiendo acabar estrellado.

El espectáculo de Nohlem les había arrancado unas buenas risas, pero no se quedaron mucho tiempo en torno a la piscina y ni siquiera se percataron de sus palabras y aplausos desde donde estaban.
—Veinte pañuelos no tengo, pero está en su casa, alguna toalla tendrá —respondió a Räg riendo, aunque aquello también era culpa de los juramentos de Tawar—. Venga, no te preocupes tanto, que de momento aún sabía nadar —bromeó, tratando de tranquilizarle.

Entonces su mirada siguió a la de Räg para ver a quiénes se refería. El grupito en cuestión bebía sin parar mientras escuchaban entre risas a un tipo que se les había acoplado y no hacía más que vociferar acerca de raids y algo de una alianza. Cuando quisieron darse cuenta se había lanzado a la piscina con aún menos premeditación aparente que la de Nohlem y por razones más misteriosas.
—¡Ya está! Esta noche van a convertir la piscina en una lavandería! —exclamó, aunque no sin cierta preocupación. Elle no podía ni ayudarle si pasaba algo, porque no sabía nadar, y sus ¿conocidos? parecían igual de borrachos que él. Por suerte el tipo emergió enseguida y siguió hablando como si nada hubiese pasado.
»No sé si deciros que mejor nos vayamos yendo o que tengáis el móvil preparado para llamar a una ambulancia —dijo más en serio que en broma.

Fleur mentiría si dijera que no había disfrutado con su ataque sorpresa por la espalda. La chica reía con las mejillas encendidas y enterrando las manos en su cara. Lo cierto es que la escena resultó excitante y más tarde hasta tierno en el momento en que ambas se retiraron la una de la otra toda manchadas de maquillaje. Cuando logró tranquilizarse con alguna lagrimilla en los ojos la chica sonrió ampliamente para las dos, todavía acompañada de algún bufido breve que delataba que a veces podía ser un poquito cruel.

Sin embargo no le pasó inadvertido la mano de Maila acariciando la espalda de Kahlo y como ésta se giraba de medio lado para adecentarse con una expresión que denotaba que la broma no había calado tanto en ella como podía esperar. Al principio lo único que había lamentado era no demorarse más al observarlas pero ahora se preguntaba si se había pasado de rosca.

—¡Perdón! —esgrimió muy apurada. La francesa se apresuró a abrazar a la anfitriona con delicadeza, en el camino le dio tiempo a guiñarle un ojo a Maila. Vaya con su novia, pactaron una noche más libre pero no se esperaba que se liara con su amiga en el primer momento que se despistara. Por otra parte le agradaba, nunca habían hablado de ello pero le tranquilizaba no ser la única que le tenía ganas a la varmana—. ¡Está todo bien! ¡De verdad! Perdóoooon —estrechó a la chica entre sus brazos pero se deshizo del contacto rápido para no atosigarla, a lo mejor había metido un poquito la pata. Pero la verdad es que tampoco se le ocurrió entrar de otra forma al no esperarse tal acontecimiento, y menos con Kalna al lado.

Ella, por cierto, se dividió del grupo con rapidez para hablar con un chico que creía llamarse Rick. Fleur suspiró tranquila y orgullosa.
—Creo que es mejor dejarla sola... parece que tenía muchas cosas por resolver... —dijo, en un intento de romper el hielo de nuevo.

Ahora era Fleur la que parecía nerviosa, de hecho. Se sentía intimidada por la presencia de su novia, quién era una espectacular flor del desierto, y por su amiga, quien aún puesta contra las cuerdas poseía una belleza innegable.

—Em... ¿Os apetece bailar... o ir a algún sitio más tranquilo? —en ese punto sus ojos celestes estaban muy abiertos de par en par, expectante por sus respuestas e impaciente por controlar que no se le notara lo intranquila que se había quedado.

Se agarró a la mano de Maila, quedando justo en el otro extremo de Kahlo. Aquello la hacía sentir un poquito más segura. Y dejaba espacio a que continuaran interactuando de la manera en que desearan.

Aunque todavía la seriedad de Kalna lo intimidaba un poco, la contestación le sacó una sonrisa. -Gracias por la preocupación, acabas de salvarme la vida- dijo con una mezcla de sinceridad y broma. -(Y la noche)- terminó pensando. Si cuando llegó le hubieran dicho que acabaría charlando amistosamente con Kalna, que había estado a punto de matarle y que por lo de Serena se podía decir que había cierta rivalidad entre ambos, no se lo hubiera creído en absoluto. Pero allí estaba, pasándolo mejor de lo que esperaba y dejando atrás poco a poco todas las movidas anteriores. Ni siquiera tenía claro si de normal se habría juntado con ella, pero no podía darle más igual ahora mismo.

Apuró el último trago que le quedaba a su vaso y, a pesar de lo que le había contado en la casa, ya no sentía tanta necesitad de ahogarse en alcohol. De momento Rick siguió con el vaso vacío en las manos y ya mucho más relajado y suelto preguntó: -Nosotros hemos venido en una chatarra de hace 30 años mínimo, así que cualquier otra cosa va a estar mejor. ¿En que has venido, por curiosidad? ¿Un deportivo. o puede que una limusina como en los Oscars?- Sonaba a cliché, pero habiendo escuchado del dinero que manejaba su familia y la ocasión no le parecía imposible.

Hizo un gesto con la mano para quitarle importancia. «No iba a dejar que te murieras, eres demasiado buena persona», ya compartir sus sentimientos era otra cosa. Ernesto y su amigo Chromsa podían buscarse la vida por su cuenta, desde luego, aunque viendo al primero lo mismo acababa volviendo en ambulancia.  No sentía lástima por él, consideraba que beber de manera responsable era ya cosa de cada uno, y que si había acabado así era porque no le preocupaba lo más mínimo las consecuencias que fueran a tener sus actos.

Se rió con suavidad ante la pregunta. No iba a mentirse diciendo que no le gustaba alardear del dinero que tenía su familia, pero no la esperaba.
—Vine en limusina, pero si quieres volver en algo concreto solo tienes que decírmelo —le guiñó un ojo. A ella le daba igual en qué volver, y teniendo en cuenta que no iba a costar más de un mensaje que vinieran a buscarles en un coche o en otro, iba a dejarle la decisión a Rick. Aunque bueno, cualquier cosa iba a ser mejor que esa cosa que merecía estar en un desguace en la que había ido.

Terminó el ron, planteándose echarse otro vaso. Sinceramente, emborracharse ya no estaba siendo su prioridad, y casi prefería mantener la cabeza más despejada y disfrutar de la fiesta con Rick. Terminó por rechazar la idea de seguir bebiendo, queriendo acordarse a la mañana siguiente de todo. Quién se lo iba a haber dicho cuando había salido del baño y solo quería beber hasta que al día siguiente todo fuese borroso y no tuviera que revivir los malos momentos.

Los nervios y el mal rato que estaba pasando Maila empezaron a disminuir poco a poco. Había sido un susto increíble por parte de Fleur, a pesar de que el tema de ser más flexibles ya estaba más que hablado. Se alegró de que a la francesa no le hubiera molestado pillarla con una amiga en común como era Kahlo, a la cual seguía acariciando su espalda para intentar tranquilizarla si podía. La chica llamada Kalna por otro lado, se iría para hablar con un chico que no conocía.

-¡Pero tendrás mala leche! ¡Vaya susto nos has dado!- Diría bromeando mientras la observaba guiñarle un ojo y luego abrazar a la varmana. Ahora que se le había pasado el susto no podía evitar preguntarse si todo aquello...le habría gustado a Fleur. No solo parecía alegre si no que también se la veía nerviosa. ¿Querría participar? ¿O solo mirar? Maila no tuvo mucho tiempo de pensarlo ya que verían al hermano de Kahlo, Nohlem, ir dando tumbos entre besos y caricias con alguien de la fiesta. La hawaiana no pudo evitar soltar una risilla nerviosa mientras los veía irse.

La propuesta de la francesa fue más que bien recibida por parte de Maila. El susto inicial se le había pasado, pero seguía teniendo el corazón acelerado por la impresión. Y ya fuera bailar o estar en algún sitio tranquilo... sería una gran idea. Apretó con fuerza la mano de Fleur cuando ésta se la cogió.

-Me parece una idea genial.- Le respondió a su novia, para luego darle un abrazo y un beso en la mejilla. Aprovechando la cercanía le susurró. -Había sitio para ti, ¿sabes?...- Luego se giraría a Kahlo con una sonrisa que quería disimular lo nerviosa que aún se sentía con su presencia y sobre todo con lo que habían estado haciendo minutos antes.-¿Qué dice la anfitriona? ¿Baile o un sitio tranquilo?- Preguntó con una sonrisa. Había dejado de acariciarle la espalda, pero sus ojos delataban que echaba de menos el contacto. No era consciente de lo manchada que tenía la cara de pintalabios, así que ni se le pasó por la cabeza ir al baño a limpiarse.

La fiesta estaba siendo la hostia, Tayron no paraba de reír y reír. Cuando no estaba riendo se encontraba mirando a Colmillo como un bobalicón, en una de esas ocasiones el chico lindo incluso apoyó la cabeza en su hombro. El lémur se quedaría congelado los primeros segundos, pero luego deslizó su brazo por encima del cuello, haciendo pequeños círculos suaves en el brazo que le quedaba más retirado. Cuando oyó el "así mejor" sintió que el aire de la habitación estaba más cargado de lo normal.

El contacto duró poco, pues por primera vez le tocaba jugar a él y no solo plantear retos vergonzosos. Llamó a Rox sin dudarlo. Vale, primero porque le parecía interesante descubrir su reacción, y segundo porque era de las pocas personas de las que estaba seguro que entenderían aquella estupidez. El belga gemiría de manera pausada y con voz ronca elevando el tono poco a poco y con la boca pegada al teléfono. Cuanta mayor era la confusión del australiano mayor eran sus suspiros, los cuales intentaba camuflar hasta cierto punto sin que se notara que le entraba la risa. Solo se preocupó un poco cuando Rox pareció hablar algo cagado con alguien más, seguramente Milo. Para rematar la faena se coló debajo de Connor, moviendo las caderas como si le estuvieran haciendo la mejor mamada de su vida y sin dejar de mirarlo a los ojos. Por suerte no quiso empalarlo ni hacer pinchitos con su cadáver así que la prueba fue divertida a la par que terriblemente vergonzosa. Le mandaría un audio a su amigo más tarde explicándole la movida.

Volvió a su sitio riendo y bebiendo como un poseso. La lengua se le trababa un poco y su visión ya no era nítida del todo. Eso no le impidió ver a Rick intentando ligar con una chica a lo lejos, ni que jaleara y defendiera a Amira cuando esta apagó la música para cantar Danza Kuduro cuando más de algún tonto lava protestó.

De nuevo llegó su turno. Tayron le dedicó una mirada burlona a la francesa.
—A ver... No tengo un sitio tan tan extraño, pero me follé a un bully en uno de los baños del campus. Me gritó maricón porque me vio en un orgullo y como suele pasar en estos casos no era más que un gilipollas reprimido. Cuando acabamos fue raro... cada uno por su lado... ¡Coño! ¡Siento si esperabais algo más sexy pero no tengo nada! Pero sí sé que me fliparía follar encima del capó de un coche... o qué se yo... ¡En una feria!

Su dedo acusador se dirigió entonces a Chromsa. El belga esbozaría una sonrisa maliciosa digna de un villano de telenovela. Pero en realidad no escogería nada muy heavy. Adam era su novio y aunque parecía muy noble si le metía dos yoyas lo dejaba tieso.

—¿Reto? Uh... pues... ¡Tendrás que rapear durante treinta segundos enteros! Lo te que de la gana colega mientras cumplas el tiempo. A ver como se te dan las batallas de gallos. Y... ¿Creéis que esta gente va a volver de verdad? —preguntó en última instancia, refiriéndose a Ethan y Nohlem. A lo mejor le estaba enseñando las habitaciones... como el gato lo hiciera de la misma forma en las que se las había enseñado a él... se lo estarían pasando muy bien.

La risa de Kalna se le hizo agradable, desde luego le sentaba mejor que la seriedad formal y algo intimidante con la que estaba acostumbrado a verla. Respondió con gusto e incluso le ofreció elegir en qué volver luego. Era un gesto muy amable y... -(Me... me acaba de guiñar un ojo, ¿verdad?- se preguntó sorprendido. Que hubieran pasado de estar a punto de ser apalizado a llevar una conversación amigable ya lo había casi terminado de asimilar, pero o el alcohol le estaba empezando a ver cosas que no eran o ahí había una chispa de algo más.

-Ah, no te preocupes. Está bien así- respondió agradecido. Siguió con una sonrisa pícara: -Además, no todos los días se puede ir en limusina. Bueno, al menos en mi caso.- No sabía si sería como las que se veían por las películas, con minibar, luces y demás que casi que casi podrían hacer continuar la fiesta incluso camino a casa, o algo más austero, pero tenía curiosidad por descubrirlo.

Kalna terminó también su copa y de momento tampoco parecía que fuera a llenarla de nuevo. La noche estaba yendo mejor contra todo pronóstico y se lo estaba pasando bien. Justo entonces a Rick se le ocurrió una idea. -Oye, ¿por casualidad no te apetecerá pasarte por la pista de baile, no? La verdad que me han entrado ganas, que está más tranquila de lo que debería con el fiestón que hay- dijo esperando a ver si le parecía buena idea. Ya que Nohlem lo había abandonado (no lo culpaba en absoluto viendo que el varmano había triunfado), al menos se encargaría él de darle caña al baile con quien quisiera.

A Kalna no se le escapó la sonrisa pícara de Rick. Tampoco es que fuera a indagar en si había algo más detrás o era solo por lo del coche, y no quería hacerse más ilusiones de la cuenta. Que le hubiera perdonado no quería decir que hubiera olvidado cómo había empezado todo, así que no quería leer de más en sus gestos. Solo por si acaso.

Aunque casi le resultaba difícil no sobreanalizar el que la estuviera invitando a bailar. Era verdad que había menos gente de la que podía haber, lo cual era un punto a favor, y además le tenía ganas a hacer algo entretenido y no estar solo hablando. Al principio de la fiesta le había dicho a Ethan que lo haría con él, pero viendo que le habían surgido planes mejores no iba a quejarse de que se hubiera ido con Nohlem.
—Me parece una idea perfecta, la verdad; ya va siendo hora de que disfrutemos algo la noche.

Sonrió, agarrándole de la muñeca con mucha más suavidad de la que cabría esperar en ella y llevándole hacia la pista. No fuera a ser que le diera por cambiar de opinión de camino.