La fiesta de la mansión - RV Gakuen
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Raven
Trish
LEC
Sevent
Isma
Harek
Kanyum
14 participantes
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
La fiesta de la mansión - RV Gakuen
03/04/23, 10:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.
En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.
Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.
—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.
No me hago responsable de lo que ocurra en este tema.
La casa estaba de las últimas dentro de la urbanización privada, pero incluso si alguno no tenía la dirección exacta sería fácil saber cual de todas era. Había tantas luces encendidas dentro y fuera del edificio que brillaba en la distancia. Según se fueran acercando al destino los invitados notarían la vibración de la música en el ambiente, que dadas las dimensiones de los terrenos del resto de viviendas no debería suponer un problema para los vecinos. A pesar de ser una urbanización antigua las calles parecían totalmente nuevas, casi todas las casas eran de estilo victoriano e iban de chalets a mansiones pasando por putos palacetes, y si bien la de los hermanos no era la más grande no se quedaba atrás en impresionante: parecía una casa señorial sacada de la Habana. Las verjas eran altas pero permitían ver el interior, bordeadas de arbustos de hibiscos, palmeras y otras plantas tropicales, un inmenso sauce llorón asomaba por detrás de la construcción y el portón estaba abierto de par en par en un exceso de confianza por la seguridad del vecindario. La imagen podría parecer de otra época si le restabas que estuviera sonando Bad Bunny a todo trapo o que en la calle ya hubiera varios coches de este siglo aparcados.
En las escaleras que daban a la puerta principal Kahlo atendía a los recién llegados mientras esperaba a que todos sus invitados apareciesen. La chica estaba perfectamente maquillada para la ocasión y llevaba el pelo -teñido de blanco como ya venía siendo habitual- recogido en un elaborado moño trenzado. Vestía con una camisa blanca con rayas muy abierta (no era a posta, el primer botón estaba a la altura en la que estaría el 3er o 4to botón en una camisa normal), unos pantalones de talle alto y unos zapatos con un poco de tacón. En las orejas llevaba los aros de oro más grandes que tenía, una cadena de oro que encajaba con el escote, uno o dos anillos por cada dedo de su mano izquierda, las uñas pintadas de un rojo muy oscuro y tantísimas pulseras y brazaletes como para que cualquier gesto que hiciera con esta sonase como el trineo de Papá Noel.
Al sol le faltaba muy poco para ocultarse del todo y la brisa hacía que apuntase a ser una noche de verano perfecta… si su hermano y sus amigos no la liaban.
Y pensando en el rey de Roma, apareció detrás suya. Vestía parecido a ella, aunque había rebajado el nivel de elegancia: una camisa veraniega negra con estampados de hojas de palma y flores rojas, de momento cerrada hasta arriba, unos pantalones marrones y unas vans negras. Llevaba dos anillos en cada mano, un colgante con una moneda de oro y sus aretes de siempre. Ya tenía pintalabios en la mejilla, y por lo pronto solo en la mejilla.
—¿Cuántos faltan?
—A mi que me cuentas, Nohlem. No me has dado una lista de gente —dijo lamiéndose el pulgar para borrarle el pintalabios como si de un niño manchado de helado se tratase—. Yo estoy esperando a los míos y diciéndole a tus amigos que se ahoguen en la piscina.
—I mi qui mi cuintis Nihlim- espera, ¿les estás diciendo qué?
A Kahlo se le escapó una risa con el tono preocupado que puso.
—Solo hazme el favor de no perderte tan pronto, que la gente llega y no sabe donde estás. Y si rompen algo es responsabilidad tuya.
- Nota:
Podéis llegar ahora o haber llegado ya. Pegaos a alguien con coche o moto, sino los mellizos os pagan el taxi. Para llegar apenas serían unos 20 minutos de carretera respecto al campus, pero sin vehículo propio o alguien que les acerque no hay otra manera más rápida de acceso: está en las afueras, rodeada de bosques, campos de cultivo y otras urbanizaciones privadas igual de pijas.
Sed libres de inventaros la disposición de la casa y los npcs que haya por ahí.
Hay una piscina, un porche, un estanque con carpas a pies del sauce llorón y la sala abierta que da al jardín tiene un piano y un billar dentro. La decoración es muy art nouveau, mucha madera, plantas blabla, igualmente aquí os dejo un tablero de pinterest pa referencia.
- ♪♫♬:
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
05/06/23, 09:22 pm
Estar helado y caliente a la vez era una cosa que no había experimentado antes de forma tan bruta como entonces. Si ya de por sí uno salía cubito de la piscina bajo el sol de mediodía, en una noche fresca de verano y con toda la ropa pegada al cuerpo Nohlem bien podía ponerse a tiritar en cualquier momento. Pero oh, benditos fueran los gemidos de Tayron, una hoguera improvisada que encendía sus mejillas y su imaginación… o mejor dicho, sus recuerdos. Se ve que el cabrón del lémur no se había quedado satisfecho con las normas que le había puesto, porque añadió el colocarse frente a Connor al menú. El varmano se permitió reír dada la distancia que les separaba, aún echando la cabeza a un lado para que no se le oyera por sí las moscas. Le mataban la expresión de risa contenida de Connor y las ocurrencias del pobre chaval tras el teléfono, y estuvo tentadísimo a añadir leña al fuego con sus propios gemidos a la idea de que Tay estaba en una orgía, cosa que finalmente no hizo por saber que tarde o temprano iba a fastidiarla partiéndose la caja.
Nohlem aplaudió con ganas al belga cuando la llamada finalizó, y su sonrisa solo tuvo descanso los segundos de sorpresa que resultaron de oír el reto que le ofreció a Ethan. Su alegría y calor volvieron con más fuerza, incluso si la expresión fastidiada del pelirrosa se extendía ahora a todo su lenguaje corporal. De hecho, se atrevería a decir que aquello solo lo mejoraba, como si fuesen dos críos chinchándose el uno al otro hasta rabiar y él llevase las de ganar. Nohlem miró brevemente al medio japonés con todas las malas intenciones escritas en el rostro y, de forma más pausada, al que le había regalado semejante bendición en un “gracias” no verbal que acompañó con una solemne reverencia. Le deseaba a Tayron la mejor puntería en todos los termómetros tuviera en el futuro.
Se puso en pie con un escalofrío provocado por la espantosa frialdad de su ropa al chocar con nuevos ángulos de su piel, separándola de sus piernas y costados para luego exprimir el agua mientras Ethan explicaba el juego. Como si fuera un inocente chico que lavaba sus prendas en el río silbó cuando el otro acabó, un sonido entorpecido por la ya perenne sonrisita maliciosa que se había adueñado de sus labios. Estaba más contento e impaciente aún al escuchar en palabras lo que iba a suceder. Sin la protección del respaldo de la silla cualquier brisa le congelaba la espalda, pero a excepción de por unos pequeños suspiros de queja no parecía importarle. Valió la pena. Cerró los ojos y esperó.
Pero no demasiado, por desgracia. Nohlem vaciló, ¿quería boca? Si le besaba se iba a ir de madre, muchísimo, y eso era algo que quería que sucediera bien y en privado. Además, un beso podía conseguirlo rápido y sin termómetro. ¿Cuello? Tentador. Pero… según cuanto bajase Ethan, quizás…
—Para.
Los nervios le pudieron. Fruto de la indecisión y fallos de cálculo la mano de Ethan se quedó en tierra de nadie, ni muy abajo ni muy arriba. Joder. La forma en la que el pelirrojo arrugó el morro, divertido pero fastidiado por la risita que el otro soltó delataba que ese no había sido su objetivo. Asintió una sola vez y recogió la moneda de oro que tenía de colgante, la cual sujetó con un mordisco para no entorpecer la zona de trabajo de Ethan.
Exhaló por la nariz, estremeciéndose suavemente por los puntos de calor que el tacto del otro le brindaban. Obviamente la diferencia de temperatura era drástica.
—Ya, no fastidies.
Para no tener que decidir sobre quien o qué colocar la mirada y, de paso, dejar que el tacto fuera el principal receptor, Nohlem cerró los ojos y echó la cabeza ligeramente atrás. Apretó con algo más de fuerza la moneda al recibir un primer beso en la clavícula, dando lugar a un suave ronroneo de verdad y no la cosa de erres torpes que había hecho el moreno antes. Su compañero podría apreciar los cambios en su respiración y los suspiros más abruptos, así como la forma en la que se removió tras el primer mordisco, el cual a pesar de su lentitud le hizo entreabrir un ojo con una pequeña queja gutural. Sus orejas se agacharon, cada vez más inquieto, notando una vez más demasiadas miradas sobre ambos. Le estaban sobrando todas y cada una de ellas. Se llevó una mano al pelo con la excusa de quitarse el agua de encima, aunque el gesto murió en el olvido una vez estuvo sobre su cabeza. Los besos hacían que su imaginación volase demasiado alto, y los chupetones… menos mal que la moneda era de oro de verdad, sino ya le habría hecho una muesca con los colmillos. Incluso sin verlos no se quitaba la imagen de los labios de Ethan sobre su piel, con el movimiento que su cicatriz hacía al doblarse.
—Oye… —fue un susurro tembloroso, cortado por una pequeña risa al sentir el leve dolor que precedía a aquellas marcas. En realidad no le importaba en lo más mínimo que le dejara esas y 500 más.
Hacía rato había abierto los ojos, perdidos en un punto inconexo entre el cielo y las luces del jardín. Al bajarlos a Ethan una vez este se apartó se le quedó la mente en blanco al verle relamerse. Soltó el colgante sin querer.
—Ya —masculló—. La piscina es…
¿Por qué cojones le iba a contar que su piscina era de agua salada? Ah sí, porque estaban en público y necesitaba fingir ser una persona funcional. Carraspeó y se reajustó los anillos de una mano, que habían terminado totalmente desubicados de tantas vueltas que les había dado con el pulgar durante el juego. No podía seguir así, ni de puta coña. Si esperó a que Ethan diese reto fue porque necesitaba recuperar la compostura. Que Rick se marchase para cumplir su parte (“¡ánimo cabrón!”) fue como el pistoletazo de salida.
—Oigan, yo… me estoy quedando tieso, chamos —con una pequeña sonrisa separó los brazos del cuerpo como un espantapájaros para hacer más evidente a que se refería. Seguía empapadísimo—. Sé que dije que no desaparecería otra vez pero necesito cambiarme o mañana habré muerto de una pulmonía —sonrió un poco más. Luego le dedicó una mirada impaciente a Ethan, tan nerviosa como él estaba—. Um, ¿quieres-… Quieres que te preste algo…? —miró el polo de forma autoconcluyente.
Ante la positiva Nohlem tuvo que contener una sonrisa mucho mayor. Al menos eso podía controlarlo, a diferencia de sus gigantescas pupilas de gatito de 4 meses. Por ser disimulado solo le hizo un gesto con el hombro a Ethan en dirección a la mansión para ponerse en marcha.
—¡Vale, pues ya volvemos mis panas! —mintió.
Miró por última vez a Connor, un chequeo que su yo masoquista no pudo evitar a pesar de todo, y como no, el pelirrosa parecía dispuesto a comerse a alguien. Concretamente a él. Quiso decirle que dejara de rallarse, que no iba a pasar nada, que si quería unirse que se uniese, mas el enfado que el otro demostraba a la vez que negaba con la cabeza le ayudó a escabullirse con más apremio. No miraría demasiado a Ethan mientras se acercaban al edificio, no porque no quisiera, sino por el mínimo respeto que guardaba hacia sus amigos. Eso y por seguir actuando una mentira que no se creería ni la amiga monja de su hermana, pero que tenía que mantener.
Les hizo dar un rodeo con tal de no entrar por donde Rick, y es que aunque la habitación del piano tuviera a gente dentro jugando al billar ninguno era uno de sus bros ni un motivo por el que preocuparse. Nohlem aminoró la marcha y esperó a que su mirada y la de Ethan se encontrasen.
—Quiero besarte —susurró—. Tengo que besarte.
Sin esperar respuesta, con el corazón agitado por la expectación, se lanzó a por sus labios. Sus manos buscaron rápidamente donde agarrarse, ambas a la cintura del moreno, tirando de esa prenda que no era suya y empujándole contra el piano por error en su torpe guía al pasillo. Lo que empezó lento pronto se convirtió en un beso desesperado, mucho menos contenido que ninguno de los que le había dado antes, donde por fin era él quien marcaba la marcha. Había ansia en sus movimientos, aunque era notable el especial énfasis que hacía allí donde tenía la cicatriz, esa marca tan propia de Ethan y ninguna otra boca que hubiera besado antes. Luchó contra sí mismo y no dejó que durase mucho, pues necesitaba llegar a un sitio donde no hubiera un puñado de chavales dándole pausa a un juego por ellos, así que se separó para coger su mano y tirar de él al pasillo, todo sin apenas romper contacto visual. Ahí volvió a besarle, dos puntos más fogoso cada vez. Habría sido muchísimo más rápido aguantar hasta estar solos para reclamar su boca como dios mandaba, pero… Quién podía culparle.
Ignoraba que su hermana les estaba mirando no mucho más allá de donde estaban. Kahlo se preguntaba estupefacta que hacía Ethan con el horroroso polo de Adam y su mellizo empapado de pies a cabeza, marcando cada paso y roce que hacía en la pared con la humedad de su ropa. En uno de los tumbos que dieron Nohlem reparó en ella y el grupo que la rodeaba, a lo que Kahlo simplemente… le dedicó un pulgar arriba y una sonrisa extraña. Por poco no la pillan a ella esos dos y Rick en una situación similar con Maila.
“¿¿¿Feliciiidades???, ¿ya tienes a tu jevo?”
Kahlo vería como Nohlem rio entre dientes al verla, pasando los dedos por el cabello de Ethan antes de volver a besarle.
“Vale. Ya tienes a tu jevo.”
Nohlem aplaudió con ganas al belga cuando la llamada finalizó, y su sonrisa solo tuvo descanso los segundos de sorpresa que resultaron de oír el reto que le ofreció a Ethan. Su alegría y calor volvieron con más fuerza, incluso si la expresión fastidiada del pelirrosa se extendía ahora a todo su lenguaje corporal. De hecho, se atrevería a decir que aquello solo lo mejoraba, como si fuesen dos críos chinchándose el uno al otro hasta rabiar y él llevase las de ganar. Nohlem miró brevemente al medio japonés con todas las malas intenciones escritas en el rostro y, de forma más pausada, al que le había regalado semejante bendición en un “gracias” no verbal que acompañó con una solemne reverencia. Le deseaba a Tayron la mejor puntería en todos los termómetros tuviera en el futuro.
Se puso en pie con un escalofrío provocado por la espantosa frialdad de su ropa al chocar con nuevos ángulos de su piel, separándola de sus piernas y costados para luego exprimir el agua mientras Ethan explicaba el juego. Como si fuera un inocente chico que lavaba sus prendas en el río silbó cuando el otro acabó, un sonido entorpecido por la ya perenne sonrisita maliciosa que se había adueñado de sus labios. Estaba más contento e impaciente aún al escuchar en palabras lo que iba a suceder. Sin la protección del respaldo de la silla cualquier brisa le congelaba la espalda, pero a excepción de por unos pequeños suspiros de queja no parecía importarle. Valió la pena. Cerró los ojos y esperó.
Pero no demasiado, por desgracia. Nohlem vaciló, ¿quería boca? Si le besaba se iba a ir de madre, muchísimo, y eso era algo que quería que sucediera bien y en privado. Además, un beso podía conseguirlo rápido y sin termómetro. ¿Cuello? Tentador. Pero… según cuanto bajase Ethan, quizás…
—Para.
Los nervios le pudieron. Fruto de la indecisión y fallos de cálculo la mano de Ethan se quedó en tierra de nadie, ni muy abajo ni muy arriba. Joder. La forma en la que el pelirrojo arrugó el morro, divertido pero fastidiado por la risita que el otro soltó delataba que ese no había sido su objetivo. Asintió una sola vez y recogió la moneda de oro que tenía de colgante, la cual sujetó con un mordisco para no entorpecer la zona de trabajo de Ethan.
Exhaló por la nariz, estremeciéndose suavemente por los puntos de calor que el tacto del otro le brindaban. Obviamente la diferencia de temperatura era drástica.
—Ya, no fastidies.
Para no tener que decidir sobre quien o qué colocar la mirada y, de paso, dejar que el tacto fuera el principal receptor, Nohlem cerró los ojos y echó la cabeza ligeramente atrás. Apretó con algo más de fuerza la moneda al recibir un primer beso en la clavícula, dando lugar a un suave ronroneo de verdad y no la cosa de erres torpes que había hecho el moreno antes. Su compañero podría apreciar los cambios en su respiración y los suspiros más abruptos, así como la forma en la que se removió tras el primer mordisco, el cual a pesar de su lentitud le hizo entreabrir un ojo con una pequeña queja gutural. Sus orejas se agacharon, cada vez más inquieto, notando una vez más demasiadas miradas sobre ambos. Le estaban sobrando todas y cada una de ellas. Se llevó una mano al pelo con la excusa de quitarse el agua de encima, aunque el gesto murió en el olvido una vez estuvo sobre su cabeza. Los besos hacían que su imaginación volase demasiado alto, y los chupetones… menos mal que la moneda era de oro de verdad, sino ya le habría hecho una muesca con los colmillos. Incluso sin verlos no se quitaba la imagen de los labios de Ethan sobre su piel, con el movimiento que su cicatriz hacía al doblarse.
—Oye… —fue un susurro tembloroso, cortado por una pequeña risa al sentir el leve dolor que precedía a aquellas marcas. En realidad no le importaba en lo más mínimo que le dejara esas y 500 más.
Hacía rato había abierto los ojos, perdidos en un punto inconexo entre el cielo y las luces del jardín. Al bajarlos a Ethan una vez este se apartó se le quedó la mente en blanco al verle relamerse. Soltó el colgante sin querer.
—Ya —masculló—. La piscina es…
¿Por qué cojones le iba a contar que su piscina era de agua salada? Ah sí, porque estaban en público y necesitaba fingir ser una persona funcional. Carraspeó y se reajustó los anillos de una mano, que habían terminado totalmente desubicados de tantas vueltas que les había dado con el pulgar durante el juego. No podía seguir así, ni de puta coña. Si esperó a que Ethan diese reto fue porque necesitaba recuperar la compostura. Que Rick se marchase para cumplir su parte (“¡ánimo cabrón!”) fue como el pistoletazo de salida.
—Oigan, yo… me estoy quedando tieso, chamos —con una pequeña sonrisa separó los brazos del cuerpo como un espantapájaros para hacer más evidente a que se refería. Seguía empapadísimo—. Sé que dije que no desaparecería otra vez pero necesito cambiarme o mañana habré muerto de una pulmonía —sonrió un poco más. Luego le dedicó una mirada impaciente a Ethan, tan nerviosa como él estaba—. Um, ¿quieres-… Quieres que te preste algo…? —miró el polo de forma autoconcluyente.
Ante la positiva Nohlem tuvo que contener una sonrisa mucho mayor. Al menos eso podía controlarlo, a diferencia de sus gigantescas pupilas de gatito de 4 meses. Por ser disimulado solo le hizo un gesto con el hombro a Ethan en dirección a la mansión para ponerse en marcha.
—¡Vale, pues ya volvemos mis panas! —mintió.
Miró por última vez a Connor, un chequeo que su yo masoquista no pudo evitar a pesar de todo, y como no, el pelirrosa parecía dispuesto a comerse a alguien. Concretamente a él. Quiso decirle que dejara de rallarse, que no iba a pasar nada, que si quería unirse que se uniese, mas el enfado que el otro demostraba a la vez que negaba con la cabeza le ayudó a escabullirse con más apremio. No miraría demasiado a Ethan mientras se acercaban al edificio, no porque no quisiera, sino por el mínimo respeto que guardaba hacia sus amigos. Eso y por seguir actuando una mentira que no se creería ni la amiga monja de su hermana, pero que tenía que mantener.
Les hizo dar un rodeo con tal de no entrar por donde Rick, y es que aunque la habitación del piano tuviera a gente dentro jugando al billar ninguno era uno de sus bros ni un motivo por el que preocuparse. Nohlem aminoró la marcha y esperó a que su mirada y la de Ethan se encontrasen.
—Quiero besarte —susurró—. Tengo que besarte.
Sin esperar respuesta, con el corazón agitado por la expectación, se lanzó a por sus labios. Sus manos buscaron rápidamente donde agarrarse, ambas a la cintura del moreno, tirando de esa prenda que no era suya y empujándole contra el piano por error en su torpe guía al pasillo. Lo que empezó lento pronto se convirtió en un beso desesperado, mucho menos contenido que ninguno de los que le había dado antes, donde por fin era él quien marcaba la marcha. Había ansia en sus movimientos, aunque era notable el especial énfasis que hacía allí donde tenía la cicatriz, esa marca tan propia de Ethan y ninguna otra boca que hubiera besado antes. Luchó contra sí mismo y no dejó que durase mucho, pues necesitaba llegar a un sitio donde no hubiera un puñado de chavales dándole pausa a un juego por ellos, así que se separó para coger su mano y tirar de él al pasillo, todo sin apenas romper contacto visual. Ahí volvió a besarle, dos puntos más fogoso cada vez. Habría sido muchísimo más rápido aguantar hasta estar solos para reclamar su boca como dios mandaba, pero… Quién podía culparle.
Ignoraba que su hermana les estaba mirando no mucho más allá de donde estaban. Kahlo se preguntaba estupefacta que hacía Ethan con el horroroso polo de Adam y su mellizo empapado de pies a cabeza, marcando cada paso y roce que hacía en la pared con la humedad de su ropa. En uno de los tumbos que dieron Nohlem reparó en ella y el grupo que la rodeaba, a lo que Kahlo simplemente… le dedicó un pulgar arriba y una sonrisa extraña. Por poco no la pillan a ella esos dos y Rick en una situación similar con Maila.
“¿¿¿Feliciiidades???, ¿ya tienes a tu jevo?”
Kahlo vería como Nohlem rio entre dientes al verla, pasando los dedos por el cabello de Ethan antes de volver a besarle.
“Vale. Ya tienes a tu jevo.”
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
05/06/23, 11:00 pm
Tener aquella ropa era… distinto, una experiencia nueva. Sentía la piel desnuda, se sentía casi tan expuesto como cuando estaba en su forma de animal. En todo momento estaba algo avergonzado, mirando al suelo, a las paredes de la mansión, al horizonte, todo, todo por no enfocar su mirada en los demás. La tela del crop top le apretaba un poco, la notaba al moverse y era sorprendentemente cómoda, así como el chaleco que era más mangas que otra cosa.
Si ya se sentía pecaminosamente adictivo, ya por los cumplidos que Ethan y Rick le regalaron anteriormente, escuchar la respuesta de Chromsa abriendo sus sentimientos le apretó el corazón tanto que se sintió como un torrente de sentimientos. Estaba rojo, conteniendo la más tonta de las risas tapándose la boca con su mano. El alcohol se le estaba subiendo mucho con la de cervezas que llevaba encima.
—Ay, qué bonito fue eso mоя любовь (mi amor) —dijo tras el besito que le regaló, ablandado por el gesto. Lo lamentó un poco por el resto al ver tanto de ellos dos pero, ¿qué más daba? Algunos estaban enrollándose y todo. Lo que sí no se esperó fue el reto que su pareja ofreció, mirando a Nohlem embobado y luego a quien tuvo al lado que desembocó en una sonrisa con significado detrás—. Вау, какой ты плохой (Vaya, que malo eres), jejeje —se le iba ya el filtro de intentar no hablar en su lengua natal con la bebida, recalcando la buena idea que tuvo.
Se puso cómodo al lado de las mesas, bebiendo de otro vaso lleno y viendo a Nohlem. Disfrutó su reacción con una sonrisa en el rostro teñida de rojo. Cuando se puso en el trampolín, hasta grupos dentro de la piscina lo animaban.
—¡Venga salta ya! —lo animó a gritos, entre risas y levantando el vaso.
Y cuando salió del agua después del chapuzón, sí que tuvo efecto. Tenía la camisa bien adherida al cuerpo y miró brevemente a Ethan disimuladamente, solo para ver la reacción del rollete que, con aquel suspiro, Chromsa dio en el clavo con ello y no podía estar más orgulloso. Hablando de su pareja, cuando Nohlem lo abrazó a traición y lo meneó mucho, Adam se rompió a risas en el sitio, demasiadas y aguantándose la tripa mientras Rick huía de otro intento de Nohlem de abrazo gélido.
Lo siguiente que tocó ya ni le sorprendía, vaya noche. Con las escaladas ya estaba en el meollo y suspiró sonriendo. Esperaba que no gimiese tan alto a quien quiera que llamase pero Tayron lo hacía muy, muy, muy bien, encima bajo la butaca de Connor. Se rió un poco por lo bajo, era todo un cachondeo.
Para cuando terminó, el chico con cola ofreció a Ethan el reto de hacer el, ¿termómetro? No conocía eso y en mitad de la explicación asintió con las cejas levantadas y los brazos cruzados. Ya la temática estaba clara, a ver si Ethan tenía suerte. Al final terminó en el pecho de Nohlem pero vaya, si que se emocionó el chico, sacando un par de sonrojos a Adam cuando mordía y seguía. Vaya tortolitos.
A Rick le tocó el siguiente, había una buena racha de retos y al chico le tocó conseguir el número de aquella mujer tan fuerte que acompañaba a una pelirroja. No conocía mucho a Kalna, pero había oído hablar de ella, era una mujer prestigiosa y de las altas esferas, un objetivo complicadillo pero el neoyorquino aceptó sin mucho problema. Adam le dedicó una mirada de confianza, sin embargo Rick le devolvió la mirada con la pregunta de la noche.
—Ehhh… ¡Venga, venga. Reto! —dijo animado, motivado por lo que sea que le cayese encima y ya, aparte, le daba igual todo en su embriaguez—. Vale, jajajaja, ¿alguien me ayuda, por favor?
Ni de coña se veía a sí mismo haciendo el pino solo, menos con las cervezas que tenia sobre sus hombros a esas alturas. Agarró un botellín, asintiendo a Amira cuando ella se ofreció voluntaria seguido de un pequeño “gracias” de su parte. Se puso en posición, temiendo que el botellín se le escapase de sus manos pero la francesa tenía fuerza, la suficiente como para ponerlo boca arriba hasta cuando Adam solo se estaba aguantando con una mano y apoyandose con el codo del otro brazo. Temía lo peor, derramando casi la mitad del botellín que, finalmente, acabó en su boca bebiendo como podía. Tragaba el líquido sintiendo como hacía el intento de bajar de su garganta a su boca, cerrando los ojos mucho hasta que se la acabó. Soltó el botellín de cristal y, en una pérdida de equilibrio, se resbaló y cayó en su espalda con un golpe seco.
—¡OUFH!
Se levantó rápidamente, alzando las manos en señal de que no había pasado nada. Le dolía un poco, pero era soportable y no sintió que se lastimara con gravedad. Habiéndose incorporado ya habían dos personas menos, Ethan y Nohlem se fueron para cambiar al último porque seguía empapado. Adam pensaba, debía elegir a alguien adecuado. Se le encendió la bombilla al ver al siguiente, señalándolo.
—Te tocó Connor, ¿Verdad o reto? —sonrió al señalarlo, quería a un objetivo que estuviese fuerte y el de la cresta era bastante ancho y sonrió aun mas cuando dijo reto, eso quería desde el principio—. Te reto a hacer 30 abdominales y por cada 3 abdominales beberás un chupito —era lo que su mente aturdida se le ocurrió, parecía divertidillo de ver y Connor tenía buen cuerpo, le recordaba al de su ex-gymbro.
Si ya se sentía pecaminosamente adictivo, ya por los cumplidos que Ethan y Rick le regalaron anteriormente, escuchar la respuesta de Chromsa abriendo sus sentimientos le apretó el corazón tanto que se sintió como un torrente de sentimientos. Estaba rojo, conteniendo la más tonta de las risas tapándose la boca con su mano. El alcohol se le estaba subiendo mucho con la de cervezas que llevaba encima.
—Ay, qué bonito fue eso mоя любовь (mi amor) —dijo tras el besito que le regaló, ablandado por el gesto. Lo lamentó un poco por el resto al ver tanto de ellos dos pero, ¿qué más daba? Algunos estaban enrollándose y todo. Lo que sí no se esperó fue el reto que su pareja ofreció, mirando a Nohlem embobado y luego a quien tuvo al lado que desembocó en una sonrisa con significado detrás—. Вау, какой ты плохой (Vaya, que malo eres), jejeje —se le iba ya el filtro de intentar no hablar en su lengua natal con la bebida, recalcando la buena idea que tuvo.
Se puso cómodo al lado de las mesas, bebiendo de otro vaso lleno y viendo a Nohlem. Disfrutó su reacción con una sonrisa en el rostro teñida de rojo. Cuando se puso en el trampolín, hasta grupos dentro de la piscina lo animaban.
—¡Venga salta ya! —lo animó a gritos, entre risas y levantando el vaso.
Y cuando salió del agua después del chapuzón, sí que tuvo efecto. Tenía la camisa bien adherida al cuerpo y miró brevemente a Ethan disimuladamente, solo para ver la reacción del rollete que, con aquel suspiro, Chromsa dio en el clavo con ello y no podía estar más orgulloso. Hablando de su pareja, cuando Nohlem lo abrazó a traición y lo meneó mucho, Adam se rompió a risas en el sitio, demasiadas y aguantándose la tripa mientras Rick huía de otro intento de Nohlem de abrazo gélido.
Lo siguiente que tocó ya ni le sorprendía, vaya noche. Con las escaladas ya estaba en el meollo y suspiró sonriendo. Esperaba que no gimiese tan alto a quien quiera que llamase pero Tayron lo hacía muy, muy, muy bien, encima bajo la butaca de Connor. Se rió un poco por lo bajo, era todo un cachondeo.
Para cuando terminó, el chico con cola ofreció a Ethan el reto de hacer el, ¿termómetro? No conocía eso y en mitad de la explicación asintió con las cejas levantadas y los brazos cruzados. Ya la temática estaba clara, a ver si Ethan tenía suerte. Al final terminó en el pecho de Nohlem pero vaya, si que se emocionó el chico, sacando un par de sonrojos a Adam cuando mordía y seguía. Vaya tortolitos.
A Rick le tocó el siguiente, había una buena racha de retos y al chico le tocó conseguir el número de aquella mujer tan fuerte que acompañaba a una pelirroja. No conocía mucho a Kalna, pero había oído hablar de ella, era una mujer prestigiosa y de las altas esferas, un objetivo complicadillo pero el neoyorquino aceptó sin mucho problema. Adam le dedicó una mirada de confianza, sin embargo Rick le devolvió la mirada con la pregunta de la noche.
—Ehhh… ¡Venga, venga. Reto! —dijo animado, motivado por lo que sea que le cayese encima y ya, aparte, le daba igual todo en su embriaguez—. Vale, jajajaja, ¿alguien me ayuda, por favor?
Ni de coña se veía a sí mismo haciendo el pino solo, menos con las cervezas que tenia sobre sus hombros a esas alturas. Agarró un botellín, asintiendo a Amira cuando ella se ofreció voluntaria seguido de un pequeño “gracias” de su parte. Se puso en posición, temiendo que el botellín se le escapase de sus manos pero la francesa tenía fuerza, la suficiente como para ponerlo boca arriba hasta cuando Adam solo se estaba aguantando con una mano y apoyandose con el codo del otro brazo. Temía lo peor, derramando casi la mitad del botellín que, finalmente, acabó en su boca bebiendo como podía. Tragaba el líquido sintiendo como hacía el intento de bajar de su garganta a su boca, cerrando los ojos mucho hasta que se la acabó. Soltó el botellín de cristal y, en una pérdida de equilibrio, se resbaló y cayó en su espalda con un golpe seco.
—¡OUFH!
Se levantó rápidamente, alzando las manos en señal de que no había pasado nada. Le dolía un poco, pero era soportable y no sintió que se lastimara con gravedad. Habiéndose incorporado ya habían dos personas menos, Ethan y Nohlem se fueron para cambiar al último porque seguía empapado. Adam pensaba, debía elegir a alguien adecuado. Se le encendió la bombilla al ver al siguiente, señalándolo.
—Te tocó Connor, ¿Verdad o reto? —sonrió al señalarlo, quería a un objetivo que estuviese fuerte y el de la cresta era bastante ancho y sonrió aun mas cuando dijo reto, eso quería desde el principio—. Te reto a hacer 30 abdominales y por cada 3 abdominales beberás un chupito —era lo que su mente aturdida se le ocurrió, parecía divertidillo de ver y Connor tenía buen cuerpo, le recordaba al de su ex-gymbro.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/06/23, 12:41 am
-(Vale, empieza bien)- El chico se alivió de que Kalna estuviera en su misma situación, al menos ya hacía que el encuentro no fuera extraño de primeras. Le extrañaba que Serena no estuviera con ella, aunque tal vez seguiría hablando con Abel. Fuera como fuese, era mejor que ella no estuviera allí, si ya iba ahora con la escocesa delante no habría sido capaz en absoluto. No iba a fastidiarlo todo por culpa de un juego, sería ya la guinda para la nochecita que estaba teniendo.
La mente del neoyorquino trabajaba a toda velocidad, buscando las palabras adecuadas e intentando que no se notara lo nervioso que estaba. -Pues verás... Cuando te fuiste estuve pensando y...- ¿Mentiría? ¿Diría la verdad? Seguramente una mezcla de ambas. -Lo que hiciste antes fue un gesto muy amable, de verdad. Muy pocas personas harían algo así.- dijo con sinceridad en una actitud relajada, con las manos en los bolsillo. -Y lo mismo te estoy dando un consejo que no has pedido, pero no te cargues más responsabilidad de la que debas. Es lógico querer ayudar todo lo posible, pero hay que tener en cuenta los límites para no hacerse daño- sonrió intentando transmitir confianza, quitándole algo de peso a aquello para que supiera que iba a buenas. Por supuesto entendía que era más fácil decirlo que hacerlo, probablemente él habría hecho alguna que otra locura por Serena también.
Se llevó una mano a la nuca, siguiendo la improvisación: -No es que hayamos coincidido mucho y desde luego no hemos empezado con el mejor pie, pero me caes bien- si quitaba lo que se sabía por el campus y se quedaba con lo de esa noche no era mentira. -Así que, ya que todavía está pendiente la bebida de antes, ¿qué te parece si charlamos un rato y-? ¡Pero qué coño!-
Por el rabillo del ojo ya había visto movimiento un poco más alejado de donde estaban. Pensaba que serían dos personas cualquiera dándose el lote con bastante intensidad, pero la casualidad quiso que Rick se fijara por un momento en quiénes eran: los tortolitos de la noche. El hilo de la conversación con Kalna se rompió, ocupando toda su atención los apasionados besos de Ethan y Nohlem. Tan concentrado estaba que ni se percató del otro grupo que estaba cerca -(Serás cabrón. ¿No solo me echas este marrón encima sino que además ni siquiera ibas a estar cuando volviera?)- pensó ligeramente ofendido. Se alegraba mucho de que lo hubieran solucionado y por fin fueran sinceros el uno con el otro, pero aquello no quitaba lo del reto. -(Más os vale que Connor no os pille si queréis acabar la noche vivos)- estuvo tentado de decir para llamar la atención de la parejita, pero se quedó en su cabeza. Tampoco quería cortarles el rollo aunque no tuviera muy claro como reanudar el plan de conseguir el número.
La mente del neoyorquino trabajaba a toda velocidad, buscando las palabras adecuadas e intentando que no se notara lo nervioso que estaba. -Pues verás... Cuando te fuiste estuve pensando y...- ¿Mentiría? ¿Diría la verdad? Seguramente una mezcla de ambas. -Lo que hiciste antes fue un gesto muy amable, de verdad. Muy pocas personas harían algo así.- dijo con sinceridad en una actitud relajada, con las manos en los bolsillo. -Y lo mismo te estoy dando un consejo que no has pedido, pero no te cargues más responsabilidad de la que debas. Es lógico querer ayudar todo lo posible, pero hay que tener en cuenta los límites para no hacerse daño- sonrió intentando transmitir confianza, quitándole algo de peso a aquello para que supiera que iba a buenas. Por supuesto entendía que era más fácil decirlo que hacerlo, probablemente él habría hecho alguna que otra locura por Serena también.
Se llevó una mano a la nuca, siguiendo la improvisación: -No es que hayamos coincidido mucho y desde luego no hemos empezado con el mejor pie, pero me caes bien- si quitaba lo que se sabía por el campus y se quedaba con lo de esa noche no era mentira. -Así que, ya que todavía está pendiente la bebida de antes, ¿qué te parece si charlamos un rato y-? ¡Pero qué coño!-
Por el rabillo del ojo ya había visto movimiento un poco más alejado de donde estaban. Pensaba que serían dos personas cualquiera dándose el lote con bastante intensidad, pero la casualidad quiso que Rick se fijara por un momento en quiénes eran: los tortolitos de la noche. El hilo de la conversación con Kalna se rompió, ocupando toda su atención los apasionados besos de Ethan y Nohlem. Tan concentrado estaba que ni se percató del otro grupo que estaba cerca -(Serás cabrón. ¿No solo me echas este marrón encima sino que además ni siquiera ibas a estar cuando volviera?)- pensó ligeramente ofendido. Se alegraba mucho de que lo hubieran solucionado y por fin fueran sinceros el uno con el otro, pero aquello no quitaba lo del reto. -(Más os vale que Connor no os pille si queréis acabar la noche vivos)- estuvo tentado de decir para llamar la atención de la parejita, pero se quedó en su cabeza. Tampoco quería cortarles el rollo aunque no tuviera muy claro como reanudar el plan de conseguir el número.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/06/23, 09:12 am
«¿Está intentando ligar conmigo?». El tema de lo que había pasado esa noche era uno que esperaba, pero que lo primero que hiciera fuera elogiar su amabilidad no entraba en sus cálculos. Rick parecía ser siempre muy caballeroso y a lo mejor era solo su personalidad, pero no por ello se le antojaba más extraño. Le dejo terminar de hablar sin esperar muy bien lo que venía a continuación, pero a medida que Rick hablaba sus pupilas se afilaban más y más. Mierda. ¿Tan fácil era de leer? ¿Tanto se veía lo más que lo había pasado? Estaba empezando a pensar que igual tenía que decirle que ya hablarían luego, porque no podía soportar la idea de que aún más gente supiera lo que había pasado.
Y entonces llegó aquella exclamación. Sus pupilas se hicieron gigantes por el sobresalto, mientras se giraba para observar a Nohlem liándose con Ethan «Sí que venías con intenciones, ¿eh?». La verdad es que se alegraba por el japonés, aunque no entendía por qué ahora llevaba un polo que le iba enorme y era feísimo. ¿Qué leches había pasado mientras ella estaba en el baño?
Volvió a girarse a Rick, sin querer cortarles el rollo, pero feliz por ellos. Ahora que parecía desconcertado, aprovechó para apoyarse contra la pared de una forma más distendida.
—Qué, ¿celoso de que tus amigos acaben liados y tú no? —bromeó, tratando de tener el control de una conversación a la que le tenía pánico si no la llevaba por donde quería. Probablemente hubiera seguido con un “al menos podías invitarme a una copa antes” si Rick no se hubiera ya ofrecido a ir a hablar. Siempre tan educado él.
Claro que aquello cobraba el nuevo foco de que si no se estaba liando con Serena ya… ¿le había dejado tirado a él también? Mira, a lo mejor después de todo si quería seguir con la conversación. Le dedicó una sonrisa que hasta ella se sorprendió de que fuera sincera.
—Claro que podemos hablar… —miró alrededor. Igual aquel pasillo no era el mejor sitio —. Podemos ir fuera. Seguro que en el jardín hay un lugar con menos gente.
Y entonces llegó aquella exclamación. Sus pupilas se hicieron gigantes por el sobresalto, mientras se giraba para observar a Nohlem liándose con Ethan «Sí que venías con intenciones, ¿eh?». La verdad es que se alegraba por el japonés, aunque no entendía por qué ahora llevaba un polo que le iba enorme y era feísimo. ¿Qué leches había pasado mientras ella estaba en el baño?
Volvió a girarse a Rick, sin querer cortarles el rollo, pero feliz por ellos. Ahora que parecía desconcertado, aprovechó para apoyarse contra la pared de una forma más distendida.
—Qué, ¿celoso de que tus amigos acaben liados y tú no? —bromeó, tratando de tener el control de una conversación a la que le tenía pánico si no la llevaba por donde quería. Probablemente hubiera seguido con un “al menos podías invitarme a una copa antes” si Rick no se hubiera ya ofrecido a ir a hablar. Siempre tan educado él.
Claro que aquello cobraba el nuevo foco de que si no se estaba liando con Serena ya… ¿le había dejado tirado a él también? Mira, a lo mejor después de todo si quería seguir con la conversación. Le dedicó una sonrisa que hasta ella se sorprendió de que fuera sincera.
—Claro que podemos hablar… —miró alrededor. Igual aquel pasillo no era el mejor sitio —. Podemos ir fuera. Seguro que en el jardín hay un lugar con menos gente.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/06/23, 06:55 pm
Ethan no pudo contener cierta sonrisa pícara ante los gestos nerviosos que había logrado arrancar a su compañero. Le resultaba enternecedor ver cómo se recolocaba los anillos y si no hubieran estado en público seguramente se habría animado a ayudarle, pero el problema era ese, demasiadas miradas encima. Le tocaba guardar ciertas apariencias después de estirar tanto su suerte durante el reto.
Por ello se puso aún más alegre cuando Nohlem por fin soltó la excusa barata que tanto estaba esperando. Ir fuerte había funcionado y la impaciencia que denotaba el felino venía acompañada de sus propios nervios, un cosquilleo en su interior que empezaba a alertarle de lo que estaba por venir.
-Si porfa, me pica un poquito el polo. -Mintió, estirando la prenda con ambos brazos y devolviéndole el gesto con inocencia fingida. Como si de verdad ese fuera el único motivo por el que querer desaparecer.
El que decidiera avanzar sin tomarle la mano le resultó extraño. Actitud que rápidamente entendió al girar la vista y darse cuenta de cómo Connor les seguía con la mirada, se trataba de una medida preventiva. Con tanto reto se había olvidado de ¨ese¨ problema. Un resoplido cargado vino acompañado de una peineta que le regaló al pelirrosa y mientras el felino aminoraba la marcha para huir de aquel conflicto, Ethan sacaba el móvil señalando la pantalla para que estuviera atento a la suya propia.
La confianza desmedida con el canadiense le impedía tener miedo a ninguna represalia, más bien al contrario, a sus ojos no estaba más que sufriendo uno de sus berrinches infantiles. Ya podía el gigantón fruncir el ceño cuánto quisiera que si quería buscarle podía tenerle. Ethan aprovechó el corto trayecto hacía el piano para enviarle unos mensajes al Whatsapp, dejando cerrado el asunto por su parte pues una vez mandados apago la pantalla sin esperar respuesta alguna.
Apenas estaba guardando el teléfono en el bolsillo cuando recuperó el contacto visual con Nohlem. Confundido y un poco apurado, se quedó a medio camino tratando de pensar en excusas, pero antes de que pudiera verbalizar alguna, Nohlem habló y solo tuvo tiempo de articular un breve ¨Ah¨ siendo arrastrado al momento por el deseo de su compañero y chocando contra una superficie que siquiera llegó a razonar. Un breve quejido se hizo eco entre sus bocas mientras con una mano buscaba apoyo en el piano y la otra se colocaba tras la nuca del pelirrojo, atrayéndolo con la misma intensidad con la que él le dedicaba aquel beso.
La sorpresa inicial desapareció en la pasión del momento. Experimentando suaves cosquilleos a cada choque en el que sus labios volvían a encontrarse, solo interrumpidos cuando el gato tomó una distancia que le costó segundos procesar. ¨Ah, que hay gente¨.
Al tirón que recibió cuando se dirigían al pasillo le siguió una risa rota por la falta de aire, teñida de una euforia y alegría propia de un niño que acaba de ser pillado en plena fechoría. Una amplia sonrisa que permaneció los primeros instantes del segundo beso, en los que en vez de corresponder Ethan dejaba escapar suspiros divertidos que se veía incapaz de contener.
El frío y el calor se entremezclaban en aquella danza compartida. Las manos juguetonas del asiático se adentraban en un abdomen expuesto, explorando con sus yemas los contornos del mismo y ejerciendo cierta presión cuando decidía atraerlo hacía sí o empujarlo contra la pared más cercana. Sumando a cada ataque suaves mordiscos tan irregulares como lo era su respiración. Suspiros y jadeos que se perdían en una sucesión de besos que solo iban escalando, presionando sus labios sobre el contrario en busca de ganar una guerra en la que solo había vencedores. Y es que, que poco le importaba mojarse por la cercanía de sus cuerpos. Ethan permitía escalofríos recorrer su piel con cada caricia que le robaba Nohlem, disfrutando del tacto helado que invadía aquellas zonas en las que hacían contacto. Besos, caricias, risas, mordiscos y tirones en lo que era el trayecto más complicado que había tenido en su vida.
Tentado estaba a esas alturas de pedirle entrar en una habitación cualquiera, conteniendo sus suspiros de que sonaran demasiado alto a pesar de verse arrinconado de nuevo contra la pared. El peso que le generaba el felino, la fiereza de sus besos, la lujuria con la que sus manos se desplazaban por él… todo era idílico, menos, la creciente sensación de estar siendo observados.
-Noh..nohlem... -El nombre quedó perdido, fundido entre el choque continuo de sus bocas. Convertido en apenas un jadeo entrecortado mientras volvía a caer presa de aquella pasión desmedida. Para su desgracia aquella inseguridad no desaparecía, así que lo intentó una segunda vez en una de aquellas breves pausas donde tenían que recordar cómo tomar aire.
-Nohlem... -Al menos está vez pudo completar la palabra en lo que apenas era un titubeo. Dejando que sus manos empujaran levemente los hombros del gato para ganar un poco de espacio entre ambos. Espacio que fue ignorado cuando su ruego se malentendió como un juego y se volvió a ver apresado entre el cuerpo húmedo del pelirrojo y la pared.
Aquel gesto le arrancó un suspiro sonoro demasiado cargado de dobles sentidos, olvidándose por completo del porqué había querido inicialmente llamarle la atención para fundirse de nuevo entre sus brazos. Apoyó las manos en sus mejillas, permitiéndose volver a profundizar en el beso una vez volvía a estar recostado en la pared. Mordía, tiraba y presionaba con fuerza a cada nuevo contacto que hacían, subiendo el tono de forma desmedida
Hasta que tonto de él, entreabrió los ojos ante una duda que solo daba vueltas por su cabeza. Encontrándose de frente no sólo con Kahlo, si no también con Rick. El gritito de sorpresa fue morir en la boca del pelirrojo. Antes de separarlo abruptamente, sin llegar a apartar las manos de sus mejillas. -Nohlem! Espera, espera… -Le susurro apurado a medida que los colores propios del calor se le juntaban con los de la profunda vergüenza que estaba sintiendo. -Que esta tu hermana y … Shh calla, y Rick. ¿No habíamos entrado por otro lado para precisamente no cruzarnos?? -Esto último fue una recriminación directa, dirigiendo una mirada que trataba de simular cabreo, pero se quedaba en la extenuación de tener que tomar aire de forma regular para poder decir dos palabras seguidas. -Te voy a matar.
-¡Hola, no os había visto! Haha, que.. Buena noche, espero que os lo estéis pasando genial... - Levanto la voz para dirigirse al resto, sin atreverse a moverse del sitio, como si quedarse en el mismo les diera una capa de invisibilidad ficticia. Solo liberando una de sus manos para saludarles de la manera más torpe posible. Quería desaparecer.
Por ello se puso aún más alegre cuando Nohlem por fin soltó la excusa barata que tanto estaba esperando. Ir fuerte había funcionado y la impaciencia que denotaba el felino venía acompañada de sus propios nervios, un cosquilleo en su interior que empezaba a alertarle de lo que estaba por venir.
-Si porfa, me pica un poquito el polo. -Mintió, estirando la prenda con ambos brazos y devolviéndole el gesto con inocencia fingida. Como si de verdad ese fuera el único motivo por el que querer desaparecer.
El que decidiera avanzar sin tomarle la mano le resultó extraño. Actitud que rápidamente entendió al girar la vista y darse cuenta de cómo Connor les seguía con la mirada, se trataba de una medida preventiva. Con tanto reto se había olvidado de ¨ese¨ problema. Un resoplido cargado vino acompañado de una peineta que le regaló al pelirrosa y mientras el felino aminoraba la marcha para huir de aquel conflicto, Ethan sacaba el móvil señalando la pantalla para que estuviera atento a la suya propia.
La confianza desmedida con el canadiense le impedía tener miedo a ninguna represalia, más bien al contrario, a sus ojos no estaba más que sufriendo uno de sus berrinches infantiles. Ya podía el gigantón fruncir el ceño cuánto quisiera que si quería buscarle podía tenerle. Ethan aprovechó el corto trayecto hacía el piano para enviarle unos mensajes al Whatsapp, dejando cerrado el asunto por su parte pues una vez mandados apago la pantalla sin esperar respuesta alguna.
-Me lo voy a tirar.
Así que aprovecha la barra libre de alcohol y lo que queda de noche para asumirlo
O si no tu y yo vamos a tener una conversación poco agradable.
Connor Wright, no me toques más los huevos.
Ah, y bebe con responsabilidad.
Como venga una ambulancia te la cargas igual.
Besos.
Así que aprovecha la barra libre de alcohol y lo que queda de noche para asumirlo
O si no tu y yo vamos a tener una conversación poco agradable.
Connor Wright, no me toques más los huevos.
Ah, y bebe con responsabilidad.
Como venga una ambulancia te la cargas igual.
Besos.
Apenas estaba guardando el teléfono en el bolsillo cuando recuperó el contacto visual con Nohlem. Confundido y un poco apurado, se quedó a medio camino tratando de pensar en excusas, pero antes de que pudiera verbalizar alguna, Nohlem habló y solo tuvo tiempo de articular un breve ¨Ah¨ siendo arrastrado al momento por el deseo de su compañero y chocando contra una superficie que siquiera llegó a razonar. Un breve quejido se hizo eco entre sus bocas mientras con una mano buscaba apoyo en el piano y la otra se colocaba tras la nuca del pelirrojo, atrayéndolo con la misma intensidad con la que él le dedicaba aquel beso.
La sorpresa inicial desapareció en la pasión del momento. Experimentando suaves cosquilleos a cada choque en el que sus labios volvían a encontrarse, solo interrumpidos cuando el gato tomó una distancia que le costó segundos procesar. ¨Ah, que hay gente¨.
Al tirón que recibió cuando se dirigían al pasillo le siguió una risa rota por la falta de aire, teñida de una euforia y alegría propia de un niño que acaba de ser pillado en plena fechoría. Una amplia sonrisa que permaneció los primeros instantes del segundo beso, en los que en vez de corresponder Ethan dejaba escapar suspiros divertidos que se veía incapaz de contener.
El frío y el calor se entremezclaban en aquella danza compartida. Las manos juguetonas del asiático se adentraban en un abdomen expuesto, explorando con sus yemas los contornos del mismo y ejerciendo cierta presión cuando decidía atraerlo hacía sí o empujarlo contra la pared más cercana. Sumando a cada ataque suaves mordiscos tan irregulares como lo era su respiración. Suspiros y jadeos que se perdían en una sucesión de besos que solo iban escalando, presionando sus labios sobre el contrario en busca de ganar una guerra en la que solo había vencedores. Y es que, que poco le importaba mojarse por la cercanía de sus cuerpos. Ethan permitía escalofríos recorrer su piel con cada caricia que le robaba Nohlem, disfrutando del tacto helado que invadía aquellas zonas en las que hacían contacto. Besos, caricias, risas, mordiscos y tirones en lo que era el trayecto más complicado que había tenido en su vida.
Tentado estaba a esas alturas de pedirle entrar en una habitación cualquiera, conteniendo sus suspiros de que sonaran demasiado alto a pesar de verse arrinconado de nuevo contra la pared. El peso que le generaba el felino, la fiereza de sus besos, la lujuria con la que sus manos se desplazaban por él… todo era idílico, menos, la creciente sensación de estar siendo observados.
-Noh..nohlem... -El nombre quedó perdido, fundido entre el choque continuo de sus bocas. Convertido en apenas un jadeo entrecortado mientras volvía a caer presa de aquella pasión desmedida. Para su desgracia aquella inseguridad no desaparecía, así que lo intentó una segunda vez en una de aquellas breves pausas donde tenían que recordar cómo tomar aire.
-Nohlem... -Al menos está vez pudo completar la palabra en lo que apenas era un titubeo. Dejando que sus manos empujaran levemente los hombros del gato para ganar un poco de espacio entre ambos. Espacio que fue ignorado cuando su ruego se malentendió como un juego y se volvió a ver apresado entre el cuerpo húmedo del pelirrojo y la pared.
Aquel gesto le arrancó un suspiro sonoro demasiado cargado de dobles sentidos, olvidándose por completo del porqué había querido inicialmente llamarle la atención para fundirse de nuevo entre sus brazos. Apoyó las manos en sus mejillas, permitiéndose volver a profundizar en el beso una vez volvía a estar recostado en la pared. Mordía, tiraba y presionaba con fuerza a cada nuevo contacto que hacían, subiendo el tono de forma desmedida
Hasta que tonto de él, entreabrió los ojos ante una duda que solo daba vueltas por su cabeza. Encontrándose de frente no sólo con Kahlo, si no también con Rick. El gritito de sorpresa fue morir en la boca del pelirrojo. Antes de separarlo abruptamente, sin llegar a apartar las manos de sus mejillas. -Nohlem! Espera, espera… -Le susurro apurado a medida que los colores propios del calor se le juntaban con los de la profunda vergüenza que estaba sintiendo. -Que esta tu hermana y … Shh calla, y Rick. ¿No habíamos entrado por otro lado para precisamente no cruzarnos?? -Esto último fue una recriminación directa, dirigiendo una mirada que trataba de simular cabreo, pero se quedaba en la extenuación de tener que tomar aire de forma regular para poder decir dos palabras seguidas. -Te voy a matar.
-¡Hola, no os había visto! Haha, que.. Buena noche, espero que os lo estéis pasando genial... - Levanto la voz para dirigirse al resto, sin atreverse a moverse del sitio, como si quedarse en el mismo les diera una capa de invisibilidad ficticia. Solo liberando una de sus manos para saludarles de la manera más torpe posible. Quería desaparecer.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/06/23, 10:27 pm
Tawar agradeció el pañuelo entre risas y se cubrió con este por completo, no solo la cara sino de arriba abajo para aprovechar y limpiarse. Después, siguió las miradas y comentarios de sus compañeros y oteó a lo lejos. Ojalá no pasaran cerca del borde, a ver si iba a tener que llamar a la patrulla repobladora para rescatarles... «Espera, ¿Nohlem es el del trampolín?» ¿Qué estaba...?
—¡PERO BUENO! —exclamó de improvisto.
No se esperaba que saltara a la piscina y mucho menos con la ropa puesta. El chaval estaba bien y sus amigos cuidarían bien de él, seguro, pero aun así le repobladore había dado un brinco en la mesa y había pisado un canapé. Y quizá solo por eso no se fue para el grupo lanzando improperios con sus puños en alto.
—Puaj, esta me las pagaréis, Gigantes Embriagades —maldijo en voz alta, pero se reía al acabar. Se sentó para limpiarse con el trapo y después siguió hablando—. Si beben, tienen lo que se merecen. Tienen que aprender a envenenarse con responsabilidad y pañuelos de sobra para secarse... o bueno, toallas de las vuestras. Tienen suerte de ser tan grandes, ¡o los plantaba en el jardín para darles agua y nutrientes de verdad!
Seguía bromeando en tono cascarrabias, pero le preocupaba de veras que pudieran acabar mal. Ni después de todos sus años con Gigantes se le pasaba el instinto protector, y más de una vez le había costado un ataquito de estrés. Sin embargo, aquella noche iba de maravilla y había gente de sobra para cuidarse entre elles, así que se lo estaba tomando con humor.
—¡PERO BUENO! —exclamó de improvisto.
No se esperaba que saltara a la piscina y mucho menos con la ropa puesta. El chaval estaba bien y sus amigos cuidarían bien de él, seguro, pero aun así le repobladore había dado un brinco en la mesa y había pisado un canapé. Y quizá solo por eso no se fue para el grupo lanzando improperios con sus puños en alto.
—Puaj, esta me las pagaréis, Gigantes Embriagades —maldijo en voz alta, pero se reía al acabar. Se sentó para limpiarse con el trapo y después siguió hablando—. Si beben, tienen lo que se merecen. Tienen que aprender a envenenarse con responsabilidad y pañuelos de sobra para secarse... o bueno, toallas de las vuestras. Tienen suerte de ser tan grandes, ¡o los plantaba en el jardín para darles agua y nutrientes de verdad!
Seguía bromeando en tono cascarrabias, pero le preocupaba de veras que pudieran acabar mal. Ni después de todos sus años con Gigantes se le pasaba el instinto protector, y más de una vez le había costado un ataquito de estrés. Sin embargo, aquella noche iba de maravilla y había gente de sobra para cuidarse entre elles, así que se lo estaba tomando con humor.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
06/06/23, 11:30 pm
No podían importarle menos los ruidos que hacían los muebles al chocarse contra ellos, en sus oídos solo había espacio para el sonido que hacía la respiración de Ethan y las distintas formas que tomaba al escapar de su labios. Fueran risas, jadeos o suspiros, Nohlem moría por todos ellos. El frío que tenía fue poco a poco desapareciendo, cada caricia y mordisco alimentaba su fuego interno, además del calor real que el contacto del otro le proporcionaba. Sus ronroneos eran fuertes pero discontinuos, hasta esos estaban en un segundo plano al tener toda su concentración en una sola cosa: devorarle antes de llegar siquiera al cuarto.
Sus manos se colaron por dentro del polo y escalaron al escuchar su nombre una segunda vez. Usando solo las yemas para quedarse con el tacto de su piel, presionó sobre cada curva, cada forma mínimamente definida de músculo hasta la dureza de sus costillas con los pulgares, donde se detuvo solo para centrarse mejor en el beso una vez sintió las manos del moreno sobre sus mejillas. Bajó las manos a su cintura para atraerle contra sí mientras su lengua pedía permiso para entrar, permiso que no llegó y le dejó como a punto de pegarle un lametazo a un helado invisible. Al menos cerró la boca rápido.
—Hm —aquel sonido fue una queja y una interrogación—. Hmm, ya… —susurró con una pequeña sonrisa al mirar en dirección a su hermana. Ya la había vistoooooo-oh. Oh no, a Rick no. Se puso recto, con las pupilas menguando por el susto—. Ah verga que no había brete¹ sufiente —susurró con los dientes apretados—. No, ya, heh… Ya… Estaba todo calculado pero se me dan fatal los números… —esbozó una sonrisa apurada y liberó una mano para saludar con la misma incomodidad. Miró a Ethan por el rabillo del ojo. Apenas movía la boca al hablar para que no se notase que decía—. Si me vas a matar hazlo en la cama por fa.
>>¡Hola! ¡Hooolaa! ¡Eeey Rick, naguë²! Nos vamos a —señaló en dirección contraria, al fondo del pasillo—, ¡a cambiar! Estábamos jugando a una gilipollez y- ¡bueno, he acabado en la piscina y Ethan con este polo tan horroroso! —explicó a las señoritas. Luego sujetó de ambos hombros al chico y le hizo voltearse, redirigiéndolo hacia otro lado—. ¡Necesito entrar en calor, jaja! ¡Pásenlo bien!
—Vende el cajetín³ ya, mano’
—¡Y tú tortilla⁴! ¡Tienes más pintalabios en la cara que en la boca, loca⁵!
Aprovechando que Kahlo buscaba su móvil para mirarse y comprobar que efectivamente, su hermano tenía razón, Nohlem echó el turbo hasta que se perdieron de vista a la vuelta del pasillo. Ahí no había nadie (“aleluya”) y la nueva paz sumada a toda la tensión tonta por haberse encontrado con Rick a pesar de sus esfuerzos le sonsacaron varias risas. Primero suaves, luego más histéricas.
—Jooooda, ¡por fin! —le soltó los hombros pero no por mucho; sus manos rápidamente volvieron y le hicieron girarse para tenerle de frente. Una sonrisa sincera y ladina adornaba su rostro, así como el rubor del momento previo. Le cogió de la barbilla y echó un breve pero evidente vistazo detrás del británico—. ¿Puedo?
Nohlem volvió a besarle, empujándole hacia la pared. Mientras, alcanzó las llaves en el bolsillo de su pantalón, que se habían liado detrás de las esposas. “Ah carajo”. Ni se acordaba de ellas. El beso fue más torpe al estar simultáneamente en otra cosa, teniendo que separarse para fijarse en el manojo hasta dar con la buena. Con tal de no parar pasó a besarle el cuello, apuntando así al cerrojo de la puerta sobre la que había pegado a Ethan para abrirla a ser posible a la primera. Al estar de espaldas a esta el moreno entró con el movimiento de empujarla, y Nohlem se aseguró de echar el pestillo una vez pasaron ambos.
La habitación solo la iluminaba las luces que se colaban de fuera por las enormes ventanas que ocupaban casi todo el lateral, a través de las cortinas y la celosía floral que les proporcionaba privacidad suficiente a pesar de estar en la misma planta que la fiesta. La música era un murmullo allí, pero igual podía reconocer la voz de la Rosalía cantando Despechá.
Era obvio que ese cuarto no era suyo: todo estaba súper ordenado y olía más a metales que a madera. Plantas y diplomas colgaban de las paredes, así como alguna foto familiar. Había mogollón de estanterías llenas de cajas negras y libros, un sofá verde a un lado y una alfombra turca en el suelo. Un escritorio inmenso con un cerrojo para cada cajón presidía la sala, donde descansaban un montón de papeles, plumas y contratos. Aquel era el estudio de su madre.
Por una vez a Nohlem le daba igual entrar ahí, empapado y todo, fuera por comerle la boca a Ethan a solas de una puñeterísima vez. Y a eso se dedicaría.
Sus manos se colaron por dentro del polo y escalaron al escuchar su nombre una segunda vez. Usando solo las yemas para quedarse con el tacto de su piel, presionó sobre cada curva, cada forma mínimamente definida de músculo hasta la dureza de sus costillas con los pulgares, donde se detuvo solo para centrarse mejor en el beso una vez sintió las manos del moreno sobre sus mejillas. Bajó las manos a su cintura para atraerle contra sí mientras su lengua pedía permiso para entrar, permiso que no llegó y le dejó como a punto de pegarle un lametazo a un helado invisible. Al menos cerró la boca rápido.
—Hm —aquel sonido fue una queja y una interrogación—. Hmm, ya… —susurró con una pequeña sonrisa al mirar en dirección a su hermana. Ya la había vistoooooo-oh. Oh no, a Rick no. Se puso recto, con las pupilas menguando por el susto—. Ah verga que no había brete¹ sufiente —susurró con los dientes apretados—. No, ya, heh… Ya… Estaba todo calculado pero se me dan fatal los números… —esbozó una sonrisa apurada y liberó una mano para saludar con la misma incomodidad. Miró a Ethan por el rabillo del ojo. Apenas movía la boca al hablar para que no se notase que decía—. Si me vas a matar hazlo en la cama por fa.
>>¡Hola! ¡Hooolaa! ¡Eeey Rick, naguë²! Nos vamos a —señaló en dirección contraria, al fondo del pasillo—, ¡a cambiar! Estábamos jugando a una gilipollez y- ¡bueno, he acabado en la piscina y Ethan con este polo tan horroroso! —explicó a las señoritas. Luego sujetó de ambos hombros al chico y le hizo voltearse, redirigiéndolo hacia otro lado—. ¡Necesito entrar en calor, jaja! ¡Pásenlo bien!
—Vende el cajetín³ ya, mano’
—¡Y tú tortilla⁴! ¡Tienes más pintalabios en la cara que en la boca, loca⁵!
Aprovechando que Kahlo buscaba su móvil para mirarse y comprobar que efectivamente, su hermano tenía razón, Nohlem echó el turbo hasta que se perdieron de vista a la vuelta del pasillo. Ahí no había nadie (“aleluya”) y la nueva paz sumada a toda la tensión tonta por haberse encontrado con Rick a pesar de sus esfuerzos le sonsacaron varias risas. Primero suaves, luego más histéricas.
—Jooooda, ¡por fin! —le soltó los hombros pero no por mucho; sus manos rápidamente volvieron y le hicieron girarse para tenerle de frente. Una sonrisa sincera y ladina adornaba su rostro, así como el rubor del momento previo. Le cogió de la barbilla y echó un breve pero evidente vistazo detrás del británico—. ¿Puedo?
Nohlem volvió a besarle, empujándole hacia la pared. Mientras, alcanzó las llaves en el bolsillo de su pantalón, que se habían liado detrás de las esposas. “Ah carajo”. Ni se acordaba de ellas. El beso fue más torpe al estar simultáneamente en otra cosa, teniendo que separarse para fijarse en el manojo hasta dar con la buena. Con tal de no parar pasó a besarle el cuello, apuntando así al cerrojo de la puerta sobre la que había pegado a Ethan para abrirla a ser posible a la primera. Al estar de espaldas a esta el moreno entró con el movimiento de empujarla, y Nohlem se aseguró de echar el pestillo una vez pasaron ambos.
La habitación solo la iluminaba las luces que se colaban de fuera por las enormes ventanas que ocupaban casi todo el lateral, a través de las cortinas y la celosía floral que les proporcionaba privacidad suficiente a pesar de estar en la misma planta que la fiesta. La música era un murmullo allí, pero igual podía reconocer la voz de la Rosalía cantando Despechá.
Era obvio que ese cuarto no era suyo: todo estaba súper ordenado y olía más a metales que a madera. Plantas y diplomas colgaban de las paredes, así como alguna foto familiar. Había mogollón de estanterías llenas de cajas negras y libros, un sofá verde a un lado y una alfombra turca en el suelo. Un escritorio inmenso con un cerrojo para cada cajón presidía la sala, donde descansaban un montón de papeles, plumas y contratos. Aquel era el estudio de su madre.
Por una vez a Nohlem le daba igual entrar ahí, empapado y todo, fuera por comerle la boca a Ethan a solas de una puñeterísima vez. Y a eso se dedicaría.
—
¹Brete: lío, caos, confusión / ²Nagüe: amigo / ³Vender el cajetín: huir /⁴Tortilla: literalmente cualquier placer entre lesbianas lmao / ⁵Loca: en este contexto, lesbiana- ♪♫♬:
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
07/06/23, 11:23 am
El shock del neoyorquino no era tanto por ver la escenita que estaban montando sus amigos, sino por encontrárselos allí cuando pensaba que seguían con el resto. Temía mucho lo que podía pasar si Connor intuía el motivo por el que se hubieran ido (iluso de él, no sabía que Ethan se lo había dicho) y justo tenía que pasar cuando él se había ido también. En otras circunstancias habría confiado en que Colmillo pudiera frenar al motero, pero estaría demasiado ocupado poniéndole ojitos a Tayron. Rick poco podía hacer para evitar un doble homicidio a estas alturas.
La cara de tonto que tenía buscando como reaccionar aumentó aún más con el comentario de Kalna, que le hizo enrojecer un poco. De un momento a otro su cerebro iba a empezar a soltar chispas, la situación le estaba empezando a abrumar. -¡Qu-Que va! Me alegro por ellos, que ya les hacía falta darse cuenta- se cerró de brazos mirando para otro lado, un poco más rojo. Tal vez en el fondo estuviera un poquito celoso, porque no veía posible que tuviera la misma suerte que ellos para hablar de sus sentimientos, pero no era algo que quisiera confirmar a Kalna. Al menos de momento. La chica aceptó la oferta de buen grado, lo cual al menos era algo bueno. Charlarían un poco, tendría el número y al menos tal vez quitaría los posibles malos rollos. Iba a contestarle que sí (mejor darles intimidad a los enamorados), pero la voz de Ethan hizo que tuvieran que quedarse un poco más en el pasillo.
Los intentos de excusarse de él y Nohlem habrían parecido graciosos de no ser porque seguía algo tenso. Menos mal que Kahlo fue la que siguió la conversación, ahora se daba cuenta de que estaba un poco más adelante con otras chicas. Por supuesto la conversación entre los hermanos se le complicó seguirla, pero por el tono tenía pinta de que los dos estaban "ocupados". Rick se limitó a levantar una mano a modo de saludo, con una sonrisilla algo forzada: -Claro, nos vemos luego- alcanzó a decir mientras los veía desparecer del pasillo. Bueno, después de eso ya simplemente Kalna y él saldrían al patio y todo iría bien...
La pregunta de la chica tuvo el tono exacto para que Rick entendiera que lo peor de la noche estaba todavía por llegar. Un escalofrío enorme le recorrió todo el cuerpo en cuanto sonaron las primeras palabras. En el momento no había caído, pero el cabrón de Nohlem justo había dicho que "estábamos jugando a una gilipollez". No era su intención, por supuesto, pero con eso acababa de venderlo muy fuerte. -(¿Y ahora qué?)- pensó mientras las últimas reservas de esperanza se iban secando a pasos agigantados, comprendiendo que de ahí iba a tener que salir solo y que un paso en falso podría ser fatal. ¿Intentaba mentir? ¿Cambiaba el tema? ¿La distraía para poder salir corriendo y confundirse entre la gente de fuera durante el resto de la fiesta? Cada idea parecía acercarle aún más a su posible muerte.
Mentalmente derrotado, llegó a la conclusión de que si esquivaba de cualquier forma aquello iba a acabar peor. Solo quedaba un camino, que ya podría ver si podía contar o no ciertos detalles. Tenso, aunque intentando que no se notara, empezó a responder: -Estaban jugando... a prueba o verdad. Nohlem ha saltado a la piscina con la ropa puesta, muy espectacular todo...- No daba para más, no podía con todo lo que estaba pasando desde que se subió en el coche de Ernesto. Probablemente se hubieran matado en una de las curvas, porque aquello ya era una tortura infernal. Incluso la música de la fiesta se burlaba de él, la letra de Despechá era justo lo opuesto de cómo se sentía ahora mismo.
Con toda la sinceridad del mundo, cansado y aceptando lo que pudiera pasar en cuanto terminara de hablar, después de un suspiro dijo con calma: -Mira, a estas alturas paso de seguir con esta mierda. Puede que no hubiera venido por eso, pero lo que he dicho antes es totalmente cierto aunque no me creas. Si me quieres mandar a la mierda, estás en todo tu derecho. Si aún con todo todavía quieres ir a por algo de beber el plan sigue en pie. Me hacen falta unas cuantas, la verdad. La noche está siendo horrible.-
La cara de tonto que tenía buscando como reaccionar aumentó aún más con el comentario de Kalna, que le hizo enrojecer un poco. De un momento a otro su cerebro iba a empezar a soltar chispas, la situación le estaba empezando a abrumar. -¡Qu-Que va! Me alegro por ellos, que ya les hacía falta darse cuenta- se cerró de brazos mirando para otro lado, un poco más rojo. Tal vez en el fondo estuviera un poquito celoso, porque no veía posible que tuviera la misma suerte que ellos para hablar de sus sentimientos, pero no era algo que quisiera confirmar a Kalna. Al menos de momento. La chica aceptó la oferta de buen grado, lo cual al menos era algo bueno. Charlarían un poco, tendría el número y al menos tal vez quitaría los posibles malos rollos. Iba a contestarle que sí (mejor darles intimidad a los enamorados), pero la voz de Ethan hizo que tuvieran que quedarse un poco más en el pasillo.
Los intentos de excusarse de él y Nohlem habrían parecido graciosos de no ser porque seguía algo tenso. Menos mal que Kahlo fue la que siguió la conversación, ahora se daba cuenta de que estaba un poco más adelante con otras chicas. Por supuesto la conversación entre los hermanos se le complicó seguirla, pero por el tono tenía pinta de que los dos estaban "ocupados". Rick se limitó a levantar una mano a modo de saludo, con una sonrisilla algo forzada: -Claro, nos vemos luego- alcanzó a decir mientras los veía desparecer del pasillo. Bueno, después de eso ya simplemente Kalna y él saldrían al patio y todo iría bien...
La pregunta de la chica tuvo el tono exacto para que Rick entendiera que lo peor de la noche estaba todavía por llegar. Un escalofrío enorme le recorrió todo el cuerpo en cuanto sonaron las primeras palabras. En el momento no había caído, pero el cabrón de Nohlem justo había dicho que "estábamos jugando a una gilipollez". No era su intención, por supuesto, pero con eso acababa de venderlo muy fuerte. -(¿Y ahora qué?)- pensó mientras las últimas reservas de esperanza se iban secando a pasos agigantados, comprendiendo que de ahí iba a tener que salir solo y que un paso en falso podría ser fatal. ¿Intentaba mentir? ¿Cambiaba el tema? ¿La distraía para poder salir corriendo y confundirse entre la gente de fuera durante el resto de la fiesta? Cada idea parecía acercarle aún más a su posible muerte.
Mentalmente derrotado, llegó a la conclusión de que si esquivaba de cualquier forma aquello iba a acabar peor. Solo quedaba un camino, que ya podría ver si podía contar o no ciertos detalles. Tenso, aunque intentando que no se notara, empezó a responder: -Estaban jugando... a prueba o verdad. Nohlem ha saltado a la piscina con la ropa puesta, muy espectacular todo...- No daba para más, no podía con todo lo que estaba pasando desde que se subió en el coche de Ernesto. Probablemente se hubieran matado en una de las curvas, porque aquello ya era una tortura infernal. Incluso la música de la fiesta se burlaba de él, la letra de Despechá era justo lo opuesto de cómo se sentía ahora mismo.
Con toda la sinceridad del mundo, cansado y aceptando lo que pudiera pasar en cuanto terminara de hablar, después de un suspiro dijo con calma: -Mira, a estas alturas paso de seguir con esta mierda. Puede que no hubiera venido por eso, pero lo que he dicho antes es totalmente cierto aunque no me creas. Si me quieres mandar a la mierda, estás en todo tu derecho. Si aún con todo todavía quieres ir a por algo de beber el plan sigue en pie. Me hacen falta unas cuantas, la verdad. La noche está siendo horrible.-
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
07/06/23, 12:27 pm
Sonrió con picardía ante la reacción de Rick. Daba igual que sus palabras fueran que se alegraba por sus amigos, porque su lenguaje corporal decía que había algo más. A Kalna le divertía verle nervioso, y así rojo y sin saber qué decir el neoyorquino estaba bastante mono. Además, estaba mucho más cómoda y segura de sí misma teniendo el control de la conversación.
Se giró de vuelta a la parejita con las palabras de Ethan, soltando una risita nerviosa con aquel saludo. La verdad es que dentro de todo lo caótico que estaba siendo, agradecía no ser la única que se sintiera nerviosa. Las explicaciones de Nohlem, por otro lado…Frunció el ceño, aunque esperó a que los tortolitos desaparecieran antes de encararse a Rick.
—¿No sabrás tú por casualidad a qué estaban jugando esos dos, verdad? —Kalna no era tonta. Pocas cosas podían ser, y el tono de su voz demostraba que se veía venir por donde iban los tiros. Claro que esperaría la respuesta de Rick antes de terminar de echársele encima, pero sus pupilas no eran lo único que marcaba el peligro: todo su lenguaje corporal se parecía más al de alguien a punto de saltarte encima que al de que fuera a mantener una amable conversación.
Verle pensar había dejado de ser gracioso porque sabía que estaba buscando una excusa, aunque al final terminó por admitirle la verdad. Bufó, sin poder controlarse.
—Y qué, ¿tu puto reto de mierda era ligar conmigo? —aquello parecía ya una puta broma de mal gusto.
Desde que había llegado a la casa de los gemelos todo había ido cuesta abajo y sin frenos, y de haber creído en el karma, probablemente Kalna lo hubiera achacado a atropellar a aquel criajo. Claro que no creía en el karma, así que todo lo que le estaba pasando era una casualidad tras otra de la peor suerte del universo.
«Sí, claro que te voy a mandar a la mierda. A ti y a todos tus putos muertos. ¿Quién coño te crees que eres?». Estaba ya preparada para decirle que se fuera a tomar por culo y que no volviese a acercarse a ella cuando la frase final la descolocó del todo. Sus pupilas volvieron a su tamaño normal mientras miraba fijamente a Rick, desconcertada. No es que fuera a sincerarse con él ni nada de eso, pero encontraba cierto consuelo en no ser la única que estuviera pasando una noche de mierda
—Qué me vas a contar —soltó un bufido de risa para quitarse de encima los malos pensamientos —. No veo tan mal lo de emborracharme; vente si de verdad quieres.
No se paró a ver cual era la reacción de Rick y empezó a andar hacia el exterior tras despedirse de Kahlo y las otras dos. Si quería seguirla, por ella bien; si no, tampoco le importaba. Puede que la sugerencia fuera de él, pero quiso hacerla suya y devolverle la pelota. Al menos así podía juzgar si de verdad todo aquel palabrerío había sido más que una mentira, y que quería hablar con ella fuera del dichoso juego
Se giró de vuelta a la parejita con las palabras de Ethan, soltando una risita nerviosa con aquel saludo. La verdad es que dentro de todo lo caótico que estaba siendo, agradecía no ser la única que se sintiera nerviosa. Las explicaciones de Nohlem, por otro lado…Frunció el ceño, aunque esperó a que los tortolitos desaparecieran antes de encararse a Rick.
—¿No sabrás tú por casualidad a qué estaban jugando esos dos, verdad? —Kalna no era tonta. Pocas cosas podían ser, y el tono de su voz demostraba que se veía venir por donde iban los tiros. Claro que esperaría la respuesta de Rick antes de terminar de echársele encima, pero sus pupilas no eran lo único que marcaba el peligro: todo su lenguaje corporal se parecía más al de alguien a punto de saltarte encima que al de que fuera a mantener una amable conversación.
Verle pensar había dejado de ser gracioso porque sabía que estaba buscando una excusa, aunque al final terminó por admitirle la verdad. Bufó, sin poder controlarse.
—Y qué, ¿tu puto reto de mierda era ligar conmigo? —aquello parecía ya una puta broma de mal gusto.
Desde que había llegado a la casa de los gemelos todo había ido cuesta abajo y sin frenos, y de haber creído en el karma, probablemente Kalna lo hubiera achacado a atropellar a aquel criajo. Claro que no creía en el karma, así que todo lo que le estaba pasando era una casualidad tras otra de la peor suerte del universo.
«Sí, claro que te voy a mandar a la mierda. A ti y a todos tus putos muertos. ¿Quién coño te crees que eres?». Estaba ya preparada para decirle que se fuera a tomar por culo y que no volviese a acercarse a ella cuando la frase final la descolocó del todo. Sus pupilas volvieron a su tamaño normal mientras miraba fijamente a Rick, desconcertada. No es que fuera a sincerarse con él ni nada de eso, pero encontraba cierto consuelo en no ser la única que estuviera pasando una noche de mierda
—Qué me vas a contar —soltó un bufido de risa para quitarse de encima los malos pensamientos —. No veo tan mal lo de emborracharme; vente si de verdad quieres.
No se paró a ver cual era la reacción de Rick y empezó a andar hacia el exterior tras despedirse de Kahlo y las otras dos. Si quería seguirla, por ella bien; si no, tampoco le importaba. Puede que la sugerencia fuera de él, pero quiso hacerla suya y devolverle la pelota. Al menos así podía juzgar si de verdad todo aquel palabrerío había sido más que una mentira, y que quería hablar con ella fuera del dichoso juego
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/06/23, 11:36 am
Rick no había pasado por alto la reacción de Kalna en todo momento, básicamente porque mirar a cualquier otro lado que no fuera a ella podría haber sido tan nefasto como mentirle. No sabía si le resultaba bueno o malo que sus ojos delataran cómo se estaba notando la explicación, porque podía notar al principio como se acercaba la paliza. Ya la pregunta tenía el mismo impacto que un fuerte puñetazo en el estómago si le preguntaban al neoyorquino, de hecho. Por dentro se estaba cagando de lo que se le venía encima, aunque mantuvo las apariencias sorprendentemente bien. Esperaba impasible el primer golpe real... pero no llegó.
La sinceridad en cuanto a lo que pensaba de su experiencia en la fiesta hasta ahora lo había salvado, al menos por el momento. No tenía ni idea de lo que podía haberle pasado para decir lo mismo y, aunque en absoluto se alegraba porque le hubiera pasado nada malo, era todo un alivio que se hubiera dado esa casualidad. La propuesta que dejó antes de irse no dejaba de ser eso, una propuesta, pero Rick había tentado a la suerte y tuvo suerte, no iba a tentarla una segunda vez rechazándola. Se despidió del grupito en el que estaba Kahlo con un -Señoritas- acompañado por una ligera inclinación de la cabeza, antes de salir al patio. No quería alejarse demasiado de Kalna, no fuera a pensar que al final se había escaqueado.
No tardó más que unos segundos en llegar a su lado, manteniendo la calma en lo posible. Porque sí, estaba aceptando una tregua, pero la tensión tenía claro que seguía. Al menos el camino hasta llegar a una de las mesas se le hizo eterno por el silencio, no se le ocurría ninguna forma de mejorarlo pero no quería empeorar las cosas con un tema mal escogido. Durante el camino intentó buscar con la mirada al grupo que seguía jugando al prueba o verdad, pero con tanta gente no llegó a verlos. Solo esperaba que Connor estuviera allí, todo lo tranquilo posible ajeno a lo que estaba pasando dentro de la casa.
La mesa no estaba demasiado llena y todavía seguía quedando una buena selección de alcohol. El neoyorquino no tardó en coger un vaso y, tras mirar lo que había, decidió tirar por un ron con bastante graduación y que tenía pinta de ser caro. Lo segundo le daba igual en ese momento, en realidad. Si por casualidad Kalna se decantaba por lo mismo, se ofrecería a echárselo con un gesto cortés y algo tímido. En cualquier caso, mientras se servía él decidió romper el enorme y árido glaciar que se había formado entre ambos en un momento: -De momento he tenido que sobrevivir a la conducción temeraria de un amigo de Chromsa desde el campus hasta aquí, estoy intentando evitar que Connor se cargue a Ethan y Nohlem por lo que has visto dentro y he tenido que llamar a mi padre a estas horas para decirle que va a ser abuelo de dos gemelos sin poder decirle que era una broma.- Justo terminó de echarse en el vaso una generosa cantidad para decir lo siguiente mirándola a ella: -Espero que al menos te esté yendo un poco mejor que a mí.- Tenía cierta curiosidad de qué podía haberle pasado, aunque no iba a sonsacarle nada si se negaba a decir algo sobre eso.
La sinceridad en cuanto a lo que pensaba de su experiencia en la fiesta hasta ahora lo había salvado, al menos por el momento. No tenía ni idea de lo que podía haberle pasado para decir lo mismo y, aunque en absoluto se alegraba porque le hubiera pasado nada malo, era todo un alivio que se hubiera dado esa casualidad. La propuesta que dejó antes de irse no dejaba de ser eso, una propuesta, pero Rick había tentado a la suerte y tuvo suerte, no iba a tentarla una segunda vez rechazándola. Se despidió del grupito en el que estaba Kahlo con un -Señoritas- acompañado por una ligera inclinación de la cabeza, antes de salir al patio. No quería alejarse demasiado de Kalna, no fuera a pensar que al final se había escaqueado.
No tardó más que unos segundos en llegar a su lado, manteniendo la calma en lo posible. Porque sí, estaba aceptando una tregua, pero la tensión tenía claro que seguía. Al menos el camino hasta llegar a una de las mesas se le hizo eterno por el silencio, no se le ocurría ninguna forma de mejorarlo pero no quería empeorar las cosas con un tema mal escogido. Durante el camino intentó buscar con la mirada al grupo que seguía jugando al prueba o verdad, pero con tanta gente no llegó a verlos. Solo esperaba que Connor estuviera allí, todo lo tranquilo posible ajeno a lo que estaba pasando dentro de la casa.
La mesa no estaba demasiado llena y todavía seguía quedando una buena selección de alcohol. El neoyorquino no tardó en coger un vaso y, tras mirar lo que había, decidió tirar por un ron con bastante graduación y que tenía pinta de ser caro. Lo segundo le daba igual en ese momento, en realidad. Si por casualidad Kalna se decantaba por lo mismo, se ofrecería a echárselo con un gesto cortés y algo tímido. En cualquier caso, mientras se servía él decidió romper el enorme y árido glaciar que se había formado entre ambos en un momento: -De momento he tenido que sobrevivir a la conducción temeraria de un amigo de Chromsa desde el campus hasta aquí, estoy intentando evitar que Connor se cargue a Ethan y Nohlem por lo que has visto dentro y he tenido que llamar a mi padre a estas horas para decirle que va a ser abuelo de dos gemelos sin poder decirle que era una broma.- Justo terminó de echarse en el vaso una generosa cantidad para decir lo siguiente mirándola a ella: -Espero que al menos te esté yendo un poco mejor que a mí.- Tenía cierta curiosidad de qué podía haberle pasado, aunque no iba a sonsacarle nada si se negaba a decir algo sobre eso.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/06/23, 04:40 pm
En cuanto salió de la casa echó una breve mirada atrás, para comprobar que Rick la seguía, y algo en su fuero interno agradeció comprobar que era así. Al menos demostraba cierta verdad en sus palabras de antes, aunque eso no quitaba que el silencio fuera abrumador, aun con la música alta de fondo. No quería decir nada, y no sabía si quería que Rick lo hiciera; aún se estaba planteando si no era mejor idea darle una hostia por la bromita inicial y acabar con todo. Si no lo había hecho ya era porque empatizaba con el tener una mala noche, pero no sabía hasta qué punto iba a perdonarle la ofensa de ir a ligar con ella por un juego de mierda. Lo mismo si el neoyorkino hablaba tenía aún más ganas de pegarle, así que prefería el silencio tenso en cierta medida.
Que la mesa no estuviera demasiado llena era también un punto a favor para que no acabase estallando todo lo que llevaba por dentro, una mezcla de ofensa y rabia que no se estaba molestando demasiado en disimular. Dejó que Rick eligiese primero qué beber, en una muestra de educación que era más acto reflejo que intencional: a esas alturas de la noche bien podría haber cogido la primera botella, ya fuera aquello alcohol para las heridas. De manera inconsciente juzgó lo que había elegido Rick, aprobándolo mentalmente. El chico tenía buen gusto y además era educado, si es que se estaba ganando a pulso el que no le diese la hostia.
Escuchó su historia, sin entender del todo por qué tantas confianzas con ella, y disimuló una risa con lo de su padre: desde fuera era casi gracioso, pero entendía bien que era una putada enorme. Si le hacía eso a su madre la tenía plantada en la fiesta a los cinco minutos, aunque no tenía claro si para darle una hostia o para felicitarla por darle nietos y asegurar el futuro familiar. Probablemente ambas fueran la opción correcta.
Dejó que le sirviera el ron mientras sopesaba hasta qué punto iba a confesar ella su desastre de noche. Que él no hubiera mencionado a Serena no se le escapaba, pero no sabía hasta que punto era porque le había ido bien con ella o porque le tenía miedo a su reacción.
—¿Quitando todo el follón del principio? Que Serena no me hace caso y… —miró alrededor antes de bajar la voz —Juro que como digas una sola palabra la menor preocupación de tu padre esta noche será creer que va a tener nietos —sus pupilas se afilaron, amenazantes. No es que pretendiera cumplir la amenaza, pero era un seguro de vida para que Rick no se fuera de la lengua. Le parecía justo contárselo después de que él lo hubiera hecho, pero tampoco era tan tonta como para hacerlo dejando cabos sueltos —. Y he tenido un ataque de ansiedad en el baño. Una noche perfecta, ¿eh?
Le dio un trago al ron, evitando la mirada de Rick. No quería ver lástima ni compasión, y con lo educado que era siempre era lo que esperaba encontrar.
—Espero que al menos a ti te fuera bien con ella, porque si no menudo desperdicio.
Que la mesa no estuviera demasiado llena era también un punto a favor para que no acabase estallando todo lo que llevaba por dentro, una mezcla de ofensa y rabia que no se estaba molestando demasiado en disimular. Dejó que Rick eligiese primero qué beber, en una muestra de educación que era más acto reflejo que intencional: a esas alturas de la noche bien podría haber cogido la primera botella, ya fuera aquello alcohol para las heridas. De manera inconsciente juzgó lo que había elegido Rick, aprobándolo mentalmente. El chico tenía buen gusto y además era educado, si es que se estaba ganando a pulso el que no le diese la hostia.
Escuchó su historia, sin entender del todo por qué tantas confianzas con ella, y disimuló una risa con lo de su padre: desde fuera era casi gracioso, pero entendía bien que era una putada enorme. Si le hacía eso a su madre la tenía plantada en la fiesta a los cinco minutos, aunque no tenía claro si para darle una hostia o para felicitarla por darle nietos y asegurar el futuro familiar. Probablemente ambas fueran la opción correcta.
Dejó que le sirviera el ron mientras sopesaba hasta qué punto iba a confesar ella su desastre de noche. Que él no hubiera mencionado a Serena no se le escapaba, pero no sabía hasta que punto era porque le había ido bien con ella o porque le tenía miedo a su reacción.
—¿Quitando todo el follón del principio? Que Serena no me hace caso y… —miró alrededor antes de bajar la voz —Juro que como digas una sola palabra la menor preocupación de tu padre esta noche será creer que va a tener nietos —sus pupilas se afilaron, amenazantes. No es que pretendiera cumplir la amenaza, pero era un seguro de vida para que Rick no se fuera de la lengua. Le parecía justo contárselo después de que él lo hubiera hecho, pero tampoco era tan tonta como para hacerlo dejando cabos sueltos —. Y he tenido un ataque de ansiedad en el baño. Una noche perfecta, ¿eh?
Le dio un trago al ron, evitando la mirada de Rick. No quería ver lástima ni compasión, y con lo educado que era siempre era lo que esperaba encontrar.
—Espero que al menos a ti te fuera bien con ella, porque si no menudo desperdicio.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/06/23, 05:20 pm
Connor observó a sus dos amigos jugar al termómetro con el ceño fruncido y expresión molesta. Le sorprendió que Nohlem no hubiera dicho "Para" nada más empezar para que Ethan estuviera a la altura de sus labios, pero no tardó en darse cuenta que seguramente había sido para que tocara unas partes más bajas. <<Será cabronazo el gato...>> Pensó mientras veía al británico chupar y morder sus pezones, ya que el varmano había calculado mal. Apartó la vista, algo incómodo y asqueado. No podía creer todo lo que estaba pasando aquella noche, y eso que sabía desde hacía tiempo que había algo raro entre los dos.
Con cada chupetón de Ethan, el motero no podía estar más de acuerdo con su línea de pensamiento. Puede que antes hubiera dudado sobre si era buena idea abordarles de forma tan invasiva, pero ahora estaba más decidido que nunca a que tenía toda la puta razón. Su mirada se cruzó con la de Rick, y Connor entendió que no había sido un cruce casual. El neoyorquino estaba pendiente de él por si hacía algo, y la verdad es que no lo culpaba. Tenía ganas de levantarse y separarlos de una puta vez. No sabía si le daba más rabia Ethan y su lengua o las jodidas caras de Nohlem disfrutando de aquello. Por suerte el reto acabó terminando y la pelota pasó a Rick, quien tenía que irse a conseguir el número de Kalna. Connor no estaba de humor, pero su amigo se merecía unas palabras al menos.
-¡Tú puedes, rompe bragas!- Le animó con el puño en alto mientras Rick se iba, con una sonrisa más forzada que natural. Aún estaba afectado por el reto anterior y estaba dando lo mejor de sí para transmitirle ánimos a su amigo y no se notara su rabia. Pero en cuanto se fue y el reto pasó a Adam, Connor volvió a su actitud hosca, sobre todo cuando escuchó el comentario de Nohlem. <<¿Cambiarse de ropa? LOS COJONES>>.
Los siguió con la mirada, con sus ojos llenos de ira y negando con la cabeza. Lo que no se esperó fue el corte de manga por parte de Ethan y Connor abrió los ojos sorprendido de que le hiciera algo así. Ethan señaló su móvil y empezó a escribirle. Lo que tuvo que leer Connor casi le hizo coger su propio móvil y estrellárselo en la cabeza a su amigo. Su cara se deformó por la rabia y no pudo evitar que se le escapara un gruñido, haciendo un esfuerzo titánico por no levantarse en aquel momento. Estaba llegando a su límite de paciencia. El corte de manga, que Ethan lo llamara por su apellido lo que significaba que estaba muy cabreado (¿Y por qué cojones lo estaba? ¡Estaba intentando ayudar al grupo!), y sobre todo la frase "Me lo voy a tirar". <<¿Tirártelo? Yo te voy a tirar por un puto puente>>. Pensó viéndoles marchar y entrar en la mansión sin poder hacer mucho por evitarlo.
No pudo estar muy pendiente del reto de Adam debido a toda la rabia que estaba intentando gestionar, pero sí pudo ver la caída del ruso. En otra circunstancia más alegre se habría reído, pero no estaba para nada de humor. Ésto mejoró cuando Adam lo eligió, ya que Connor no pudo más que agradecer el reto que le puso. Necesitaba una buena cantidad de chupitos ahora mismo.
-¿Alguien me echa una mano con los chupitos?- Preguntó con un suspiro desganado mientras cogía varios y los dejaba en el suelo. Amira se prestó voluntaria y el motero asintió con la cabeza mientras empezaba a hacer los abdominales. El motero los hacía con facilidad, quizás no entrenara tanto los abdominales como los brazos, pero no era un ejercicio ajeno a él. Cada tres subidas Amira le daba un chupito, y con cada uno bebido Connor ponía una mueca digna de alguien que se comía un limón. Estaba fuerte de cojones. El canadiense ya se había bebido unos buenos vasos con alcohol, y ahora estaba añadiéndole una buena mezcla de chupitos. Si seguía así no tardaría en estar como Colmillo o Adam. Finalmente Connor se bebió el último chupito tras hacer el último abdominal, le quemaba un poco el torso después del reto pero no más que su jodida garganta. Se levantó algo tambaleante, al estar tan embotado por el alcohol y no tardaría en empezar a marearse.
-¿Verdad o Reto, puta enana de los cojones?- Le preguntó a Amira cuando estuvo de pie. Cuando le respondió tardó un poco en encontrar algo, pero al final tuvo una idea.- Tienes que parar la música para que todos te escuchen y cantar lo que te dé la jodida gana, cuánto más alto mejor. Da un puto espectáculo, ¿eh?- Diría dándole una palmada en su hombro, con más confianzas de lo normal con ella ahora que el alcohol empezaba a hacerle efecto poco a poco.
Después, mientras Amira empezara a hacer su reto, Connor se alejaría un poco del grupo hasta encontrar un lugar en el jardín con menos gente alrededor. Podía ser amable con gente como Amira o desearle ánimos a un bro como Rick, pero seguía rabioso con Ethan y Nohlem y no se le había olvidado nada. Sacó su móvil y llamó a Ethan con ganas de devolverle su mala hostia multiplicado por mil, pero la voz del otro lado le dejó claro que su móvil estaba apagado o fuera de cobertura.<< Serás capullo...>>. No tardó mucho en buscar el contacto de Nohlem y llamarlo. Podía entrar en la mansión y buscarlos, pero no. Ya se había hartado de aquello. ¿Querían destruir el grupo? Adelante, joder. Pero el iba a quedarse muy a gusto y a decir todo lo que pensaba. Nohlem... tampoco respondía. Aquello solo alimentó su rabia y rápidamente abrió el chat que tenía con él, lleno de los vídeos y reels absurdos que les mandaba el felino a todos los del grupo. Y empezó a mandarle un audio. El alcohol ya empezaba a hacer su magia.
-¡EEEEEEHHHH! ¿Os lo estáis pasando bien, cabrones?- Empezó el motero sintiéndose un poco inhibido gracias al alcohol, aunque lo habría dicho igualmente de haber estado sobrio. Su tono de voz el de alguien muy enfadado e incluso decepcionado, también se podía notar que estaba algo bebido ya.- ¡Se supone que éramos un grupo de amigos, coño! Y vosotros vais por ahí comiéndoos la jodida boca...¡ME CAGO EN MI PUTA MADRE!- Alzó la voz el motero. - ¡Pues os vais a cargar el grupo, joder!- Hubo una pausa, seguida de un golpe seco y un quejido. Acababa de darle un puñetazo a uno de los árboles del jardín, obviamente con resultados dolorosos para él y sus nudillos. La sorpresa le hizo enviar el audio aún sin terminar, pero no tardó en hacer otro para seguir con su discurso.
-¡Cómo os pille volviendo a hacer lo mismo...yo...!- Se quedó un par de segundos pensando en la amenaza, el alcohol no le dejaba pensar bien en aquel momento.-¡Cómo os pille os arranco los putos huevos... Y OS LOS PONGO DE PENDIENTES, HOSTIAS!- Connor cortó el audio abruptamente, por lo que terminaría en "Pendient-" Después se apoyó en el árbol a esperar a ver si había alguna respuesta, mientras se frotaba los nudillos con los que había golpeado dicho árbol.
Con cada chupetón de Ethan, el motero no podía estar más de acuerdo con su línea de pensamiento. Puede que antes hubiera dudado sobre si era buena idea abordarles de forma tan invasiva, pero ahora estaba más decidido que nunca a que tenía toda la puta razón. Su mirada se cruzó con la de Rick, y Connor entendió que no había sido un cruce casual. El neoyorquino estaba pendiente de él por si hacía algo, y la verdad es que no lo culpaba. Tenía ganas de levantarse y separarlos de una puta vez. No sabía si le daba más rabia Ethan y su lengua o las jodidas caras de Nohlem disfrutando de aquello. Por suerte el reto acabó terminando y la pelota pasó a Rick, quien tenía que irse a conseguir el número de Kalna. Connor no estaba de humor, pero su amigo se merecía unas palabras al menos.
-¡Tú puedes, rompe bragas!- Le animó con el puño en alto mientras Rick se iba, con una sonrisa más forzada que natural. Aún estaba afectado por el reto anterior y estaba dando lo mejor de sí para transmitirle ánimos a su amigo y no se notara su rabia. Pero en cuanto se fue y el reto pasó a Adam, Connor volvió a su actitud hosca, sobre todo cuando escuchó el comentario de Nohlem. <<¿Cambiarse de ropa? LOS COJONES>>.
Los siguió con la mirada, con sus ojos llenos de ira y negando con la cabeza. Lo que no se esperó fue el corte de manga por parte de Ethan y Connor abrió los ojos sorprendido de que le hiciera algo así. Ethan señaló su móvil y empezó a escribirle. Lo que tuvo que leer Connor casi le hizo coger su propio móvil y estrellárselo en la cabeza a su amigo. Su cara se deformó por la rabia y no pudo evitar que se le escapara un gruñido, haciendo un esfuerzo titánico por no levantarse en aquel momento. Estaba llegando a su límite de paciencia. El corte de manga, que Ethan lo llamara por su apellido lo que significaba que estaba muy cabreado (¿Y por qué cojones lo estaba? ¡Estaba intentando ayudar al grupo!), y sobre todo la frase "Me lo voy a tirar". <<¿Tirártelo? Yo te voy a tirar por un puto puente>>. Pensó viéndoles marchar y entrar en la mansión sin poder hacer mucho por evitarlo.
No pudo estar muy pendiente del reto de Adam debido a toda la rabia que estaba intentando gestionar, pero sí pudo ver la caída del ruso. En otra circunstancia más alegre se habría reído, pero no estaba para nada de humor. Ésto mejoró cuando Adam lo eligió, ya que Connor no pudo más que agradecer el reto que le puso. Necesitaba una buena cantidad de chupitos ahora mismo.
-¿Alguien me echa una mano con los chupitos?- Preguntó con un suspiro desganado mientras cogía varios y los dejaba en el suelo. Amira se prestó voluntaria y el motero asintió con la cabeza mientras empezaba a hacer los abdominales. El motero los hacía con facilidad, quizás no entrenara tanto los abdominales como los brazos, pero no era un ejercicio ajeno a él. Cada tres subidas Amira le daba un chupito, y con cada uno bebido Connor ponía una mueca digna de alguien que se comía un limón. Estaba fuerte de cojones. El canadiense ya se había bebido unos buenos vasos con alcohol, y ahora estaba añadiéndole una buena mezcla de chupitos. Si seguía así no tardaría en estar como Colmillo o Adam. Finalmente Connor se bebió el último chupito tras hacer el último abdominal, le quemaba un poco el torso después del reto pero no más que su jodida garganta. Se levantó algo tambaleante, al estar tan embotado por el alcohol y no tardaría en empezar a marearse.
-¿Verdad o Reto, puta enana de los cojones?- Le preguntó a Amira cuando estuvo de pie. Cuando le respondió tardó un poco en encontrar algo, pero al final tuvo una idea.- Tienes que parar la música para que todos te escuchen y cantar lo que te dé la jodida gana, cuánto más alto mejor. Da un puto espectáculo, ¿eh?- Diría dándole una palmada en su hombro, con más confianzas de lo normal con ella ahora que el alcohol empezaba a hacerle efecto poco a poco.
Después, mientras Amira empezara a hacer su reto, Connor se alejaría un poco del grupo hasta encontrar un lugar en el jardín con menos gente alrededor. Podía ser amable con gente como Amira o desearle ánimos a un bro como Rick, pero seguía rabioso con Ethan y Nohlem y no se le había olvidado nada. Sacó su móvil y llamó a Ethan con ganas de devolverle su mala hostia multiplicado por mil, pero la voz del otro lado le dejó claro que su móvil estaba apagado o fuera de cobertura.<< Serás capullo...>>. No tardó mucho en buscar el contacto de Nohlem y llamarlo. Podía entrar en la mansión y buscarlos, pero no. Ya se había hartado de aquello. ¿Querían destruir el grupo? Adelante, joder. Pero el iba a quedarse muy a gusto y a decir todo lo que pensaba. Nohlem... tampoco respondía. Aquello solo alimentó su rabia y rápidamente abrió el chat que tenía con él, lleno de los vídeos y reels absurdos que les mandaba el felino a todos los del grupo. Y empezó a mandarle un audio. El alcohol ya empezaba a hacer su magia.
-¡EEEEEEHHHH! ¿Os lo estáis pasando bien, cabrones?- Empezó el motero sintiéndose un poco inhibido gracias al alcohol, aunque lo habría dicho igualmente de haber estado sobrio. Su tono de voz el de alguien muy enfadado e incluso decepcionado, también se podía notar que estaba algo bebido ya.- ¡Se supone que éramos un grupo de amigos, coño! Y vosotros vais por ahí comiéndoos la jodida boca...¡ME CAGO EN MI PUTA MADRE!- Alzó la voz el motero. - ¡Pues os vais a cargar el grupo, joder!- Hubo una pausa, seguida de un golpe seco y un quejido. Acababa de darle un puñetazo a uno de los árboles del jardín, obviamente con resultados dolorosos para él y sus nudillos. La sorpresa le hizo enviar el audio aún sin terminar, pero no tardó en hacer otro para seguir con su discurso.
-¡Cómo os pille volviendo a hacer lo mismo...yo...!- Se quedó un par de segundos pensando en la amenaza, el alcohol no le dejaba pensar bien en aquel momento.-¡Cómo os pille os arranco los putos huevos... Y OS LOS PONGO DE PENDIENTES, HOSTIAS!- Connor cortó el audio abruptamente, por lo que terminaría en "Pendient-" Después se apoyó en el árbol a esperar a ver si había alguna respuesta, mientras se frotaba los nudillos con los que había golpeado dicho árbol.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
08/06/23, 06:58 pm
La verdad es que su idea le había salido bien. La sorpresa de Adam al oír el reto, la vergüenza que sentía porque estuviera su pareja delante y el resultado, todo era perfecto. A Adam el top le quedaba genial, y solo hacía falta ver como le miraba Chromsa para darse cuenta de ello. Realmente eso era lo que quería, verles decirse piropos y ser adorables. Bueno, y que Adam dejase de vestirse como la versión de Aliexpress de un cayetano, no iba a mentirse diciendo que esa no era su prioridad número uno.
Para romper la racha de retos, Chromsa eligió verdad. La pregunta de Adam era muy mona, y la respuesta de su pareja lo fue aún más. Soltó un “awwww” por lo bajini. ¿Qué aquello era demasiado ñoño para aquel juego? Puede, pero era tan bonito ver a esos dos siendo románticos que le daba igual.
A Nohlem le tocó saltar a la piscina con ropa, y no pudo evitar vitorearle ante aquella voltereta hacia atrás: había sido muy buena, más aún para una prueba tonta de un juego chorras. Y joder con Chromsa, no se le imaginaba dando esos retos. Si es que se le iba a dar bien el juego y todo.
Lo de los gemidos tendría que haberle hecho gracia porque Tayron los estaba haciendo de puta madre, pero llegado a cierto punto lo único que sentía era vergüenza ajena. Se alejó brevemente a la mesa de las bebidas con la excusa de ponerse más de uno de esos licores caros y arrugó el gesto todo lo que no se atrevía a hacer delante de gente a la que parecía gustarle aquello.
Volvió poco antes de que Tayron colgase y diera el siguiente reto, que era el termómetro entre los dos entre los que parecía haber una tensión sexual no resuelta. La explicación no le hacía falta, y aunque no hiciera ningún ruido por no molestar se alegraba de que esos dos tuvieran una excusa para liarse (no es que la necesitaran, pero viendo las reacciones de Connor igual se libraban del cabreo).
A Rick le mandaron a por el teléfono de una tal Kalna, que por la reacción de Rick podía suponer que tenía alguna historia tras él, o al menos algo que pudiera incomodarle. Este se fue, y Nohlem y Ethan no tardaron en irse también con lo que era una excusa malísima.
Le dejaron a Adam el reto de beber bocaabajo, lo cual hubiera sido más fácil si no fuera porque ya iba borrachísimo. Sonrió y se levantó para ayudarle.
—Venga, dale cuando quieras —y cuando el ruso confirmó que estaba listo le ayudó a hacer el pino.
No le supuso mucho problema, tenía fuerza suficiente, pero en algún momento Adam perdió el equilibrio y no le dio tiempo a reaccionar antes de que acabase en el suelo.
—¡Ay! ¡Adam, tío, lo siento! —se disculpó rápidamente.
Al menos parecía estar bien, y no tardó en dar el siguiente reto…a Connor. Que parecía que iba a saltar a pegarse con cualquiera al menor movimiento mal dado. Joder, menudo puto panorama.
—Ya que estoy de pie, yo misma —dijo, preparándose para darle los chupitos. Esperaba que hubiera elegido algo fuerte, a ver si emborrachándose se le pasaba algo el cabreo… «Aunque como sea un borracho agresivo estamos jodidos. Y muertos.»
No se esperaba que la eligiese a ella, pero volvió a elegir reto. Recibió la palmada del hombro con más entereza de lo que esperaba viendo el tamaño del otro, pero se la masajeó de camino a apagar la música. Joder, estaba fuerte. Y era un cabrón, porque ¿qué coño iba a cantar? Podía ir a por una canción corta y fácil, como el puto cumpleaños feliz, pero a parte de ser demasiado fácil era también demasiado ridículo. ¿Algo en francés? La mayoría de la gente no iba a entenderlo, pero lo mal que cantaba se iba a notar igual. Le dio un par de vueltas hasta optar por algo más festivo y conocido, a ver si con suerte alguien más se sumaba a cantar y no tenía que hacer el ridículo sola del todo.
Suspiró para mentalizarse y pausó el Spotify. Le daba igual o no si la gente se había puesto a mirarla, porque sentía que toda la puta fiesta estaba centrada en ella. Carraspeó unos breves instantes antes de alzar la voz sin llegar a gritar, para no cantar todavía peor.
— La mano arriba
Cintura sola
Da media vuelta
Danza Kuduro
No te canse' ahora
Que esto solo empieza
Mueve la cabeza
Danza Kuduro
Aquello era ridículo. Su destrozo del español también. Se había empezado a poner roja con las primeras palabras, pero había seguido hasta llegar a la primera estrofa en portugués. Si el español lo había pronunciado de pena, aquello todavía peor. Ay, todos los videos que iban a acabar en redes… «Esta me la pagas, Connor».
Terminó la canción y le volvió a dar al aleatorio en el Spotify, huyendo de su posición lo más rápido que pudo para volver a donde estaba el resto y ver que el jodido pelirrosa se había pirado.
—Bueno, espero que os hayan gustado mis talentos musicales —se rió, nerviosa. Quería morirse de la vergüenza que había dado —. Pero ahora le toca a Tayron: ¿verdad o reto?
Se sorprendió cuando el lémur eligió verdad, porque esperaba que siguiesen con los retos y porque en parte quería mandarle hacer algo que hiciese olvidar su espectáculo. Iba a tener que conformarse con hacer una pregunta.
—Vale, pues...¿cuál es el sitio más raro en el que te has liado con alguien? Y da detalles, no vale con el sitio y ya—al menos que les diese algo digno de cotilleo.
Para romper la racha de retos, Chromsa eligió verdad. La pregunta de Adam era muy mona, y la respuesta de su pareja lo fue aún más. Soltó un “awwww” por lo bajini. ¿Qué aquello era demasiado ñoño para aquel juego? Puede, pero era tan bonito ver a esos dos siendo románticos que le daba igual.
A Nohlem le tocó saltar a la piscina con ropa, y no pudo evitar vitorearle ante aquella voltereta hacia atrás: había sido muy buena, más aún para una prueba tonta de un juego chorras. Y joder con Chromsa, no se le imaginaba dando esos retos. Si es que se le iba a dar bien el juego y todo.
Lo de los gemidos tendría que haberle hecho gracia porque Tayron los estaba haciendo de puta madre, pero llegado a cierto punto lo único que sentía era vergüenza ajena. Se alejó brevemente a la mesa de las bebidas con la excusa de ponerse más de uno de esos licores caros y arrugó el gesto todo lo que no se atrevía a hacer delante de gente a la que parecía gustarle aquello.
Volvió poco antes de que Tayron colgase y diera el siguiente reto, que era el termómetro entre los dos entre los que parecía haber una tensión sexual no resuelta. La explicación no le hacía falta, y aunque no hiciera ningún ruido por no molestar se alegraba de que esos dos tuvieran una excusa para liarse (no es que la necesitaran, pero viendo las reacciones de Connor igual se libraban del cabreo).
A Rick le mandaron a por el teléfono de una tal Kalna, que por la reacción de Rick podía suponer que tenía alguna historia tras él, o al menos algo que pudiera incomodarle. Este se fue, y Nohlem y Ethan no tardaron en irse también con lo que era una excusa malísima.
Le dejaron a Adam el reto de beber bocaabajo, lo cual hubiera sido más fácil si no fuera porque ya iba borrachísimo. Sonrió y se levantó para ayudarle.
—Venga, dale cuando quieras —y cuando el ruso confirmó que estaba listo le ayudó a hacer el pino.
No le supuso mucho problema, tenía fuerza suficiente, pero en algún momento Adam perdió el equilibrio y no le dio tiempo a reaccionar antes de que acabase en el suelo.
—¡Ay! ¡Adam, tío, lo siento! —se disculpó rápidamente.
Al menos parecía estar bien, y no tardó en dar el siguiente reto…a Connor. Que parecía que iba a saltar a pegarse con cualquiera al menor movimiento mal dado. Joder, menudo puto panorama.
—Ya que estoy de pie, yo misma —dijo, preparándose para darle los chupitos. Esperaba que hubiera elegido algo fuerte, a ver si emborrachándose se le pasaba algo el cabreo… «Aunque como sea un borracho agresivo estamos jodidos. Y muertos.»
No se esperaba que la eligiese a ella, pero volvió a elegir reto. Recibió la palmada del hombro con más entereza de lo que esperaba viendo el tamaño del otro, pero se la masajeó de camino a apagar la música. Joder, estaba fuerte. Y era un cabrón, porque ¿qué coño iba a cantar? Podía ir a por una canción corta y fácil, como el puto cumpleaños feliz, pero a parte de ser demasiado fácil era también demasiado ridículo. ¿Algo en francés? La mayoría de la gente no iba a entenderlo, pero lo mal que cantaba se iba a notar igual. Le dio un par de vueltas hasta optar por algo más festivo y conocido, a ver si con suerte alguien más se sumaba a cantar y no tenía que hacer el ridículo sola del todo.
Suspiró para mentalizarse y pausó el Spotify. Le daba igual o no si la gente se había puesto a mirarla, porque sentía que toda la puta fiesta estaba centrada en ella. Carraspeó unos breves instantes antes de alzar la voz sin llegar a gritar, para no cantar todavía peor.
— La mano arriba
Cintura sola
Da media vuelta
Danza Kuduro
No te canse' ahora
Que esto solo empieza
Mueve la cabeza
Danza Kuduro
Aquello era ridículo. Su destrozo del español también. Se había empezado a poner roja con las primeras palabras, pero había seguido hasta llegar a la primera estrofa en portugués. Si el español lo había pronunciado de pena, aquello todavía peor. Ay, todos los videos que iban a acabar en redes… «Esta me la pagas, Connor».
Terminó la canción y le volvió a dar al aleatorio en el Spotify, huyendo de su posición lo más rápido que pudo para volver a donde estaba el resto y ver que el jodido pelirrosa se había pirado.
—Bueno, espero que os hayan gustado mis talentos musicales —se rió, nerviosa. Quería morirse de la vergüenza que había dado —. Pero ahora le toca a Tayron: ¿verdad o reto?
Se sorprendió cuando el lémur eligió verdad, porque esperaba que siguiesen con los retos y porque en parte quería mandarle hacer algo que hiciese olvidar su espectáculo. Iba a tener que conformarse con hacer una pregunta.
—Vale, pues...¿cuál es el sitio más raro en el que te has liado con alguien? Y da detalles, no vale con el sitio y ya—al menos que les diese algo digno de cotilleo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/06/23, 12:55 am
Kalna aceptó la copa y pasó a contar su noche de momento, a lo que Rick atendió dejando la botella cerrada, aunque cerca de ellos por si hacía falta otro vaso más luego. Con lo primero no sabía a qué se refería exactamente aunque tenía curiosidad, lo segundo... confirmaba todas sus dudas en cuanto a lo que pensaba la chica de Serena. -(Pero entonces significa que no están saliendo, ¿no?)- se planteó. Es lo que tenía pinta al menos, pero con todo lo que había visto desde que había llegado y los rumores había creído hasta ese momento que eran pareja. Todo un misterio.
La amenaza le pilló divagando, por lo que el neoyorquino se tensó más de la cuenta. Él mismo y el vaso no temblaron por los pelos tan solo con su mirada. Levantó la mano libre en señal de paz y todavía perplejo corrió a responder con un tono igual de bajo: -Lo juro, lo juro.- Ya estaba temiendo que fuera a confesarle un asesinato con tanto secretismo, pero la respuesta resultó ser mucho más simple. Si algo no se hubiera imaginado nunca de Kalna, la malota del campus, perfeccionista hasta el extremo, intimidante como pocas personas, es que pudiera tener un ataque de ansiedad. Aunque, bien pensado, tal vez no era una posibilidad tan descabellada teniendo en cuenta todo lo anterior. Le dolió que fuera ese el motivo por el que se hubiera ausentado antes, pero tampoco quería indagar más en algo que ya había dejado claro que no quería que supiera nadie. Al menos esperaba que estuviera algo mejor dentro de lo posible. - Pues sí. Se ve que el universo nos la tiene jurada hoy- se limitó a comentar con un tono lleno de comprensión antes de darle un buen trago a su bebida.
Si al neoyorquino ya le había descolocado lo anterior, lo que dijo Kalna a continuación casi hizo que se ahogara por unos instantes. Había procesado que estaba mal porque no le hacía caso, vale, pero ese comentario... -(No me fastidies que...)- No, no podía ser, ¿verdad? El chico apartó el vaso de su boca, volviendo a la calma. Explicó con cierto deje: -En cuanto te fuiste fue a buscar a Abel y desde entonces no se por donde andará. Supongo que estará intentando hacer las paces con él- No iba a verbalizar lo que le había decepcionado no poder hablar con ella, aunque el tono lo delatara sutílmente. Dio un trago más, mucho más corto que el anterior. Volvió a hablar, aunque esta vez con la mirada a cualquier otra parte. No tenía valor de momento para mirarla directamente con lo que iba a comentar: -La verdad, pensaba que... con eso de que vais casi siempre juntas y os lleváis bien, pues...- Lo que faltaría para rematar el tema sería justo encontrársela ahora liándose con Abel y a esas alturas ya lo veía factible.
La amenaza le pilló divagando, por lo que el neoyorquino se tensó más de la cuenta. Él mismo y el vaso no temblaron por los pelos tan solo con su mirada. Levantó la mano libre en señal de paz y todavía perplejo corrió a responder con un tono igual de bajo: -Lo juro, lo juro.- Ya estaba temiendo que fuera a confesarle un asesinato con tanto secretismo, pero la respuesta resultó ser mucho más simple. Si algo no se hubiera imaginado nunca de Kalna, la malota del campus, perfeccionista hasta el extremo, intimidante como pocas personas, es que pudiera tener un ataque de ansiedad. Aunque, bien pensado, tal vez no era una posibilidad tan descabellada teniendo en cuenta todo lo anterior. Le dolió que fuera ese el motivo por el que se hubiera ausentado antes, pero tampoco quería indagar más en algo que ya había dejado claro que no quería que supiera nadie. Al menos esperaba que estuviera algo mejor dentro de lo posible. - Pues sí. Se ve que el universo nos la tiene jurada hoy- se limitó a comentar con un tono lleno de comprensión antes de darle un buen trago a su bebida.
Si al neoyorquino ya le había descolocado lo anterior, lo que dijo Kalna a continuación casi hizo que se ahogara por unos instantes. Había procesado que estaba mal porque no le hacía caso, vale, pero ese comentario... -(No me fastidies que...)- No, no podía ser, ¿verdad? El chico apartó el vaso de su boca, volviendo a la calma. Explicó con cierto deje: -En cuanto te fuiste fue a buscar a Abel y desde entonces no se por donde andará. Supongo que estará intentando hacer las paces con él- No iba a verbalizar lo que le había decepcionado no poder hablar con ella, aunque el tono lo delatara sutílmente. Dio un trago más, mucho más corto que el anterior. Volvió a hablar, aunque esta vez con la mirada a cualquier otra parte. No tenía valor de momento para mirarla directamente con lo que iba a comentar: -La verdad, pensaba que... con eso de que vais casi siempre juntas y os lleváis bien, pues...- Lo que faltaría para rematar el tema sería justo encontrársela ahora liándose con Abel y a esas alturas ya lo veía factible.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/06/23, 09:06 am
Joder, si es que Rick era educado hasta cuando le amenazaban. Y se creía que no se lo fuera a decir a nadie aún sin ponerse violenta, pero no se habría terminado de fiar de otra manera. Aún no las tenía todas consigo, pero al menos había dado los suficientes pasos en la buena dirección como para que Kalna se relajase. Y tampoco había habido lo sientos, ni palabras de ánimo, solo una comprensión que la chica podía aceptar sin sentirse vulnerable.
En otro momento se hubiera divertido de haberle descolocado tanto, pero en aquella ocasión no llegó a entenderlo hasta que habló, y Kalna le miró fijamente de nuevo, como si quisiera notar en su lenguaje corporal que mentía. No lo estaba haciendo.
—Ojalá —lo iba a dejar ahí. No había tanta confianza como para decirle lo que sentía por Serena— . ¿Pero tú has visto como te mira? Hay que estar ciego para no darse cuenta de que le gustas, Rick.
O bueno, le gustaba. Joder, que había pasado de los dos esa noche. Se rió con amargura, esperando que no les hubiera dejado tirados a los dos por Abel. Desde luego ya lo esperaba todo, especialmente después de estar manteniendo esa conversación con Rick. Esperó su reacción, aunque esperaba que supiera eso. Rick era listo, seguro que lo había notado ya.
En otro momento se hubiera divertido de haberle descolocado tanto, pero en aquella ocasión no llegó a entenderlo hasta que habló, y Kalna le miró fijamente de nuevo, como si quisiera notar en su lenguaje corporal que mentía. No lo estaba haciendo.
—Ojalá —lo iba a dejar ahí. No había tanta confianza como para decirle lo que sentía por Serena— . ¿Pero tú has visto como te mira? Hay que estar ciego para no darse cuenta de que le gustas, Rick.
O bueno, le gustaba. Joder, que había pasado de los dos esa noche. Se rió con amargura, esperando que no les hubiera dejado tirados a los dos por Abel. Desde luego ya lo esperaba todo, especialmente después de estar manteniendo esa conversación con Rick. Esperó su reacción, aunque esperaba que supiera eso. Rick era listo, seguro que lo había notado ya.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/06/23, 11:23 am
Kalna confirmó que no había nada entre ellas, aunque obviamente aspiraba a ello. -(Ya somos dos)- bromeó mentalmente. Después de la broma y todo lo que pasó luego Rick no lo estaba teniendo tan claro. Ojalá pudiera aclararse de una vez con sus sentimientos. Aunque intentara guiarse por lo racional y la lógica (al fin y al cabo era necesario para su trabajo), no podía negar que en circunstancias así le costaba no moverse enteramente por sus sentimientos.
El neoyorquino la miró, muy ligeramente sonrojado. -Vale, he notado alguna mirada rara, pero eso no significa necesariamente eso.- hizo un pequeño reproche algo avergonzado. Claro que en otra situación le habría dado toda la razón a Kalna, pero tenía pruebas suficientes para dudar. Explicó al instante a lo que se refería: -Quiero decir, he visto un par de veces ya algún que otro gesto hacia ti del que se podría decir lo mismo, ¿me equivoco?-
Esperó a la respuesta, aunque antes dio un suspiro cansado y añadió: -No tengo claro si me estoy imaginando cosas, si está yendo a dos bandas o qué.- Bebió de nuevo del vaso, sin encontrar una respuesta clara aunque le diera mil vueltas en su cabeza.
El neoyorquino la miró, muy ligeramente sonrojado. -Vale, he notado alguna mirada rara, pero eso no significa necesariamente eso.- hizo un pequeño reproche algo avergonzado. Claro que en otra situación le habría dado toda la razón a Kalna, pero tenía pruebas suficientes para dudar. Explicó al instante a lo que se refería: -Quiero decir, he visto un par de veces ya algún que otro gesto hacia ti del que se podría decir lo mismo, ¿me equivoco?-
Esperó a la respuesta, aunque antes dio un suspiro cansado y añadió: -No tengo claro si me estoy imaginando cosas, si está yendo a dos bandas o qué.- Bebió de nuevo del vaso, sin encontrar una respuesta clara aunque le diera mil vueltas en su cabeza.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: La fiesta de la mansión - RV Gakuen
09/06/23, 12:26 pm
—No seas idiota, claro que es eso.
No pensaba decírselo, porque seguía todavía cabreada por lo de antes, pero era estúpido que de verdad creyese que no le gustase a Serena…o a cualquiera. Era educado, siempre parecía saber qué decir y era guapo, especialmente con esos ojos de colores desiguales.
Aunque los tiros del neoyorkino no iban por ahí, sino porque Serena también parecía hacer lo mismo con ella. Vale, sí, pero eso no tenía que significar nada y… ya estaba sonando como Rick, y quedaba bastante hipócrita decirle lo mismo cuando le acababa de reprender por ello. La excusa en voz alta se quedó en un farfullo inconexo, y notaba como las mejillas empezaban a ruborizarse. Bebió más, intentando disimular que estaba comportándose como una adolescente hablando de amoríos.
—Viendo lo de esta noche, ya no lo sé. Pero tampoco creo que sea el mejor momento para preguntarle.
Ojalá estuviera yendo a dos bandas y eso fuera todo. A Kalna no le importaba compartir, y si había tenido celos de Rick era más bien por pensar que era el único al que Serena quería que porque a ella le gustase.
Suspiró. No sabía si cambiar de tema, o cual sacar.
No pensaba decírselo, porque seguía todavía cabreada por lo de antes, pero era estúpido que de verdad creyese que no le gustase a Serena…o a cualquiera. Era educado, siempre parecía saber qué decir y era guapo, especialmente con esos ojos de colores desiguales.
Aunque los tiros del neoyorkino no iban por ahí, sino porque Serena también parecía hacer lo mismo con ella. Vale, sí, pero eso no tenía que significar nada y… ya estaba sonando como Rick, y quedaba bastante hipócrita decirle lo mismo cuando le acababa de reprender por ello. La excusa en voz alta se quedó en un farfullo inconexo, y notaba como las mejillas empezaban a ruborizarse. Bebió más, intentando disimular que estaba comportándose como una adolescente hablando de amoríos.
—Viendo lo de esta noche, ya no lo sé. Pero tampoco creo que sea el mejor momento para preguntarle.
Ojalá estuviera yendo a dos bandas y eso fuera todo. A Kalna no le importaba compartir, y si había tenido celos de Rick era más bien por pensar que era el único al que Serena quería que porque a ella le gustase.
Suspiró. No sabía si cambiar de tema, o cual sacar.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
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