Torreón Sendar
+9
Cuervo
Red
Tak
Reifon
Evanna
Yber
Seth
PePo
Jack
13 participantes
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Torreón Sendar
17/04/19, 01:21 am
Recuerdo del primer mensaje :
La divisaron a lo lejos. Una enorme cueva vertical se alzaba desde la tierra, colosal, majestuosa e imponente sobre la calle, y con una vista espléndida sobre esta. Aceleró el paso por curiosidad y esperanza, porque que algo estuviera en mejor estado que las calles que habían atravesado... ya era mucho. Además, no quería seguir hablando de los Hijos de Bakaiar allí, fuera, al descubierto, como si pensar en ellos o mencionarles pudiera atraer al de antes.
Cuando llegaron, sonrió al reconocer un foso, porque le era familiar del hogar, y se maravilló aún más al ver la enorme superficie de madera que lo atravesaba y que conectaba con el edificio.
—No sé si esto es lo que buscábamos, pero tiene buena pinta.
No esperó a los demás. Se había fijado en unos inventos nuevos que sujetaban la madera del foso y que se introducían en la cueva, y quería investigar tanto eso, como el interior como todo lo que pudiera. Se adelantó al grupo y caminó por la lámina de madera con toda la curiosidad del mundo, hasta llegar a la lámina vertical. La reconoció, parecida a las de esa cueva donde despertaron, así que empujó con el hombro hasta que se movió. Y... una vez dentro, se quedó parado en la puerta. ¡Era enorme! ¡Y había un sinfín de cosas sin determinar!
—¡Esto es alucinante! —exclamó mientras liberaba el camino para entrar.
Le temblaba la pierna derecha, pero de anticipación por querer explorarlo y entenderlo todo. Su mirada saltaba de un artefacto a otro, de una pared a otra, de un punto a otro. Y aún tenía que investigar los hierros que entraban y salían de la cueva y se anclaban a la lámina de madera del exterior. Necesitaba nombres para aquellas cosas nuevas. Ahora sería él quien preguntara a los demás.
- Magia:
"Manual de magia para recién llegados":
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Levitación (transporte)
-Hechizo de impulso (físico)
-Corte (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Limpieza de ropa (menores)
-Cambio de color (menores)
"Hechizos para no morir pronto":
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Hechizos compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Térmico (físico)
-Luz mágica (menor)
La divisaron a lo lejos. Una enorme cueva vertical se alzaba desde la tierra, colosal, majestuosa e imponente sobre la calle, y con una vista espléndida sobre esta. Aceleró el paso por curiosidad y esperanza, porque que algo estuviera en mejor estado que las calles que habían atravesado... ya era mucho. Además, no quería seguir hablando de los Hijos de Bakaiar allí, fuera, al descubierto, como si pensar en ellos o mencionarles pudiera atraer al de antes.
Cuando llegaron, sonrió al reconocer un foso, porque le era familiar del hogar, y se maravilló aún más al ver la enorme superficie de madera que lo atravesaba y que conectaba con el edificio.
—No sé si esto es lo que buscábamos, pero tiene buena pinta.
No esperó a los demás. Se había fijado en unos inventos nuevos que sujetaban la madera del foso y que se introducían en la cueva, y quería investigar tanto eso, como el interior como todo lo que pudiera. Se adelantó al grupo y caminó por la lámina de madera con toda la curiosidad del mundo, hasta llegar a la lámina vertical. La reconoció, parecida a las de esa cueva donde despertaron, así que empujó con el hombro hasta que se movió. Y... una vez dentro, se quedó parado en la puerta. ¡Era enorme! ¡Y había un sinfín de cosas sin determinar!
—¡Esto es alucinante! —exclamó mientras liberaba el camino para entrar.
Le temblaba la pierna derecha, pero de anticipación por querer explorarlo y entenderlo todo. Su mirada saltaba de un artefacto a otro, de una pared a otra, de un punto a otro. Y aún tenía que investigar los hierros que entraban y salían de la cueva y se anclaban a la lámina de madera del exterior. Necesitaba nombres para aquellas cosas nuevas. Ahora sería él quien preguntara a los demás.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Torreón Sendar
06/02/21, 05:24 pm
Fleur llegó unos segundos más tardes a la explicación de Nori tras bajar el puente levadizo pero lo comprendió todo al poco, y las malas noticias le sentaron como un jarro de agua fría. Después de un tiempo ya no creía que Setenta y Siete atacara a uno de los grupos, pero lo había hecho además terminando con la vida de Sere. Aquello era horrible, a la francesa se le humedecieron los ojos con las palabras del nublino y al ver como temblaba al relatar los hechos.
El intercambio de opiniones pronto sucedió en todas las direcciones. Qwara proponía grupos, Maila decidía adelantarse, otros preferían ir todos juntos. Y la verdad es que Fleur solo podía concentrarse en lo que les acababa de contar Nori.
—Dios mío... —susurró, imaginándose a Sere ensartada por la lanza— lo sentimos mucho... —le dijo, le habría gustado acompañarle en su dolor de otra manera pero sabía que no tenían tiempo para eso y que el nublino suplicaba ayuda y rápido.
Las sensaciones que experimentaba en ese momento eran confusas. En primer lugar se sintió verdaderamente molesta por las palabras de Sarah, aunque solo estuviera poniendo todas las cartas sobre la mesa le incomodaba que de alguna forma dejara una decisión tan importante en sus manos, las de Rúa y Kiki. También le molestaba que pensara siquiera en rechazar a Maciel, con todo lo que les habían ayudado. Se sintió avergonzada delante de Nori. Miró a Rúa y asintió, opinaba que no debían separarse.
—Yo también voy, por supuesto —dijo algo más brusca y segura de lo que se sentía en realidad, intentó no mirar a Sarah a los ojos porque sabía que la fulminaría con la mirada y no pretendía crear debates morales en una situación delicada. Por otra parte se sentía completa y absolutamente aterrada. Se sabía la teoría, lo que era correcto y lo que su corazón le decía que debía hacer. Pero su cerebro le mandaba señales de advertencia con luces de neón. ¿Y si se topaban con Setenta y Siete? ¿Y si esta vez no morían Veriel o Sere si no... alguien de su torreón... como Maila o Rúa? No quería ni pensarlo. Además lo que decía Nery´s era otro detalle importante aunque no tuvieran tiempo para discutirlo, pensó para su foro interno que reunirse todos en el mismo torreón podía implicar que Setenta y Siete atentara también contra ellos. Eso la hacía desear mantenerse al margen. En la Tierra no le habría ocurrido, realmente Rocavarancolia la estaba cambiando y no estaba segura de que fuera a mejor.
Sin embargo debía ser fuerte. No dejaría que su voluntad cediera y se alejara del buen camino. Con cuerpo tembloroso se dispuso a prepararse junto con los que habían decidido partir, se colocaría ropa más cómoda y tomaría con rapidez su arco, el dedal y las flechas por si pudiera ocurrirles algo. Cada vez que sentía que era una mala idea se recordaba las últimas palabras del nublino.
>>"Su magia no es suficiente". Pero sí la nuestra. Rúa y yo podemos hacerlo. Y siento que tengo más fuerza, como si me cansara menos con los hechizos<<. No entendía qué le ocurría a Kiki ni por qué estaba tan rara, pero le pareció egoísta. Aquel día estaba juzgando más que nunca, síntoma de que se estaba convirtiendo en una persona diferente.
El intercambio de opiniones pronto sucedió en todas las direcciones. Qwara proponía grupos, Maila decidía adelantarse, otros preferían ir todos juntos. Y la verdad es que Fleur solo podía concentrarse en lo que les acababa de contar Nori.
—Dios mío... —susurró, imaginándose a Sere ensartada por la lanza— lo sentimos mucho... —le dijo, le habría gustado acompañarle en su dolor de otra manera pero sabía que no tenían tiempo para eso y que el nublino suplicaba ayuda y rápido.
Las sensaciones que experimentaba en ese momento eran confusas. En primer lugar se sintió verdaderamente molesta por las palabras de Sarah, aunque solo estuviera poniendo todas las cartas sobre la mesa le incomodaba que de alguna forma dejara una decisión tan importante en sus manos, las de Rúa y Kiki. También le molestaba que pensara siquiera en rechazar a Maciel, con todo lo que les habían ayudado. Se sintió avergonzada delante de Nori. Miró a Rúa y asintió, opinaba que no debían separarse.
—Yo también voy, por supuesto —dijo algo más brusca y segura de lo que se sentía en realidad, intentó no mirar a Sarah a los ojos porque sabía que la fulminaría con la mirada y no pretendía crear debates morales en una situación delicada. Por otra parte se sentía completa y absolutamente aterrada. Se sabía la teoría, lo que era correcto y lo que su corazón le decía que debía hacer. Pero su cerebro le mandaba señales de advertencia con luces de neón. ¿Y si se topaban con Setenta y Siete? ¿Y si esta vez no morían Veriel o Sere si no... alguien de su torreón... como Maila o Rúa? No quería ni pensarlo. Además lo que decía Nery´s era otro detalle importante aunque no tuvieran tiempo para discutirlo, pensó para su foro interno que reunirse todos en el mismo torreón podía implicar que Setenta y Siete atentara también contra ellos. Eso la hacía desear mantenerse al margen. En la Tierra no le habría ocurrido, realmente Rocavarancolia la estaba cambiando y no estaba segura de que fuera a mejor.
Sin embargo debía ser fuerte. No dejaría que su voluntad cediera y se alejara del buen camino. Con cuerpo tembloroso se dispuso a prepararse junto con los que habían decidido partir, se colocaría ropa más cómoda y tomaría con rapidez su arco, el dedal y las flechas por si pudiera ocurrirles algo. Cada vez que sentía que era una mala idea se recordaba las últimas palabras del nublino.
>>"Su magia no es suficiente". Pero sí la nuestra. Rúa y yo podemos hacerlo. Y siento que tengo más fuerza, como si me cansara menos con los hechizos<<. No entendía qué le ocurría a Kiki ni por qué estaba tan rara, pero le pareció egoísta. Aquel día estaba juzgando más que nunca, síntoma de que se estaba convirtiendo en una persona diferente.
- PePo
Ficha de cosechado
Nombre: Jose Antonio De Arnaiz y La Vega Lopez (Toni)
Especie: Humano andaluz
Habilidades: habilidad mental, rapidez mental, reflejos
Re: Torreón Sendar
07/02/21, 01:00 pm
Toni escuchaba en absoluto silencio, ni su respiración se escuchaba, el relato de Nori. Toda la felicidad con la que se despertó ese día se fue justo cuando abrieron la puerta.
- La madre del cordero- consiguió articular en un susurro cuando terminó el visitante.
Demasiado tiempo sin que pasase nada.
- A ver, es obvio que no se puede obligar a nadie a hacer nada, no tienes que decirlo Rua, pero tampoco creo que sea buena idea que debatamos si ir o no delante de él- dijo mirando a Sarah- Necesitan nuestra ayuda, si fuera yo quien estuviera en su lugar os hubiera soltado un par de borderios, también os digo. Todos estamos en esta mierda en la misma medida ¿no?
Estaban todos nerviosos, y era necesario que salieran ya.
- Quien quiera venir que venga, vamos detrás de tí, no te preocupes, algo se podrá hacer- dijo intentando animar a Nori, guardando su pavor a 77 y esperando que realmente se pudiese hacer algo.
Toni sabía que no podría hacer mucho y entendía perfectamente lo que decía Sarah, pero ellos habían tenido mucha suerte, estaban todos vivos y a pesar de tener problemas siempre conseguían salir más o menos a salvo. La idea de llevarles comida no le pareció del todo descabellada, ellos tampoco tenían de sobra, pero los que ahora necesitaban su ayuda compartieron hechizos. Aunque un pensamiento rondaba incesantemente mientras llenaba la mochila que se improvisó con camisetas en una de las primeras salidas: Os estais equivocando, no va a terminar bien.
77 no los tenía en el punto de mira, al menos eso parecía, si se metían de lleno en aquel problema eso podría cambiar.
- La madre del cordero- consiguió articular en un susurro cuando terminó el visitante.
Demasiado tiempo sin que pasase nada.
- A ver, es obvio que no se puede obligar a nadie a hacer nada, no tienes que decirlo Rua, pero tampoco creo que sea buena idea que debatamos si ir o no delante de él- dijo mirando a Sarah- Necesitan nuestra ayuda, si fuera yo quien estuviera en su lugar os hubiera soltado un par de borderios, también os digo. Todos estamos en esta mierda en la misma medida ¿no?
Estaban todos nerviosos, y era necesario que salieran ya.
- Quien quiera venir que venga, vamos detrás de tí, no te preocupes, algo se podrá hacer- dijo intentando animar a Nori, guardando su pavor a 77 y esperando que realmente se pudiese hacer algo.
Toni sabía que no podría hacer mucho y entendía perfectamente lo que decía Sarah, pero ellos habían tenido mucha suerte, estaban todos vivos y a pesar de tener problemas siempre conseguían salir más o menos a salvo. La idea de llevarles comida no le pareció del todo descabellada, ellos tampoco tenían de sobra, pero los que ahora necesitaban su ayuda compartieron hechizos. Aunque un pensamiento rondaba incesantemente mientras llenaba la mochila que se improvisó con camisetas en una de las primeras salidas: Os estais equivocando, no va a terminar bien.
77 no los tenía en el punto de mira, al menos eso parecía, si se metían de lleno en aquel problema eso podría cambiar.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Sendar
07/02/21, 04:35 pm
Ulmara guardó silencio en un gesto que, de tan serio, parecía fúnebre. De alguna manera lo era, visto todo lo que les contó el pobre nublino. Las dudas que tuvo cuando se asomó a la ventana se resolvieron rápidamente para rabia de la cercana, que seguía sin comprender por qué no se moría el puñetero lagarto asesino y les dejaba a todos en paz. Apretó los puños y se clavó las uñas en las palmas de las manos, sin hacerse heridas, como un medio precario para desviar la ira que sentía en ese instante.
Entendía todas las ideas que se pusieron sobre la mesa, pero en concreto estaba a favor de Pefka: debían ir todos. Lo de la comida lo podían arreglar rápido con lo que dijo Rua y…. Sinceramente, ¿iban a quedarse solos cuatro personillas en Maciel? No era aún el momento de hablarlo, pero para Ulmara no se trataba de ni de pena ni de heroicidad, sino de hermanamiento entre personas dentro del mismo barco de mierda. Se alegró de que las apeladas por Sarah no dudaran ni un poquito.
La cercana se acercó despacio al nublino, posó su mano con gentileza en su hombro y le dio un pequeño apretón antes de separarse y devolverle su espacio.
—Vamos a salvarlas a las tres —le dijo, casi como una promesa velada—. Y te juro que como vea al payaso escamado le partiré las costillas de vuestra parte —añadió envalentonada, un poco nublada por su propia rabia.
Bajaría a la armería con la tostada en la mano y volvería enseguida, armada, desayunada y dispuesta a desviar todas sus pajas mentales sintiéndose útil para otra gente.
—Bueno qué, ¿cuándo nos vamos? —preguntaría impaciente, mirando en concreto a Kiki, con la esperanza de que no cometiera el error de quedarse sola dentro de Sendar.
Entendía todas las ideas que se pusieron sobre la mesa, pero en concreto estaba a favor de Pefka: debían ir todos. Lo de la comida lo podían arreglar rápido con lo que dijo Rua y…. Sinceramente, ¿iban a quedarse solos cuatro personillas en Maciel? No era aún el momento de hablarlo, pero para Ulmara no se trataba de ni de pena ni de heroicidad, sino de hermanamiento entre personas dentro del mismo barco de mierda. Se alegró de que las apeladas por Sarah no dudaran ni un poquito.
La cercana se acercó despacio al nublino, posó su mano con gentileza en su hombro y le dio un pequeño apretón antes de separarse y devolverle su espacio.
—Vamos a salvarlas a las tres —le dijo, casi como una promesa velada—. Y te juro que como vea al payaso escamado le partiré las costillas de vuestra parte —añadió envalentonada, un poco nublada por su propia rabia.
Bajaría a la armería con la tostada en la mano y volvería enseguida, armada, desayunada y dispuesta a desviar todas sus pajas mentales sintiéndose útil para otra gente.
—Bueno qué, ¿cuándo nos vamos? —preguntaría impaciente, mirando en concreto a Kiki, con la esperanza de que no cometiera el error de quedarse sola dentro de Sendar.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Sendar
07/02/21, 05:39 pm
Iemai se estremeció al escuchar el relato del nublino, lleno de lagunas pero más que suficiente. El torreón se revolucionó en un momento, antes de que el chico pudiese terminar de explicar lo que había pasado, aunque lo cierto era que parecía que necesitaba armarse de valor antes de contarles los detalles.
Cuando Sarah dijo que la decisión de ir a ayudar con su magia competía a quienes podían hacerla, Iemai entendió a qué se refería, pero estaban demasiado en deuda con los macieleros. Ni siquiera habrían encontrado la biblioteca de no ser por ellos. Lo último que quería la cercana era granjearse enemigos, aunque algo le decía que era peligroso salir. En el patio se había sentido observada, pero tras tanto tiempo teniendo aquella sensación empezaba a pensar que solo eran paranoias suyas. Aun así, no estaba dispuesta a dejar sola a Kiki en el torreón, no después del accidente del camaleón y el secuestro.
—Es mejor ir todos juntos a Maciel y separarnos después para ir a por comida. Es más seguro que quedarse uno solo aquí dentro —dijo, y luego añadió, mirando a Sarah fijamente—. También les podemos prestar nuestro amuleto mágico.
No estaba siendo borde, pero sí firme. Sencillamente no podían negarles ayuda. Mucho menos cuando escuchó la historia entera de Nori, que era aterradora. Nada iba a detener al lagarto, no era capaz ni de mantener aquella paz precaria entre ellos.
Iemai no iba a quedarse sola ni aunque fuese con Kiki, si todos salían. Tenía miedo si no estaba en un grupo grande. Solo esperaba que también pudiesen convencer a la humana de salir con ellos, así que se le acercó, como Nery’s.
—No va a pasar nada —le dijo—, además, te necesitan. Sabes muchas cosas de medicina, y siempre has querido ayudar a todo el mundo sin pedir nada a cambio. —Aquello todavía desconcertaba a la cercana, pero en los últimos meses de su vida había aprendido que aquello no era tan raro, y que incluso ella podía arriesgarlo todo por personas que verdaderamente lo mereciesen—. Aunque haya algún problema, al menos ven con nosotros, nunca hemos dejado a nadie solo antes —añadió, no sabiendo muy bien qué más decir.
Cuando Sarah dijo que la decisión de ir a ayudar con su magia competía a quienes podían hacerla, Iemai entendió a qué se refería, pero estaban demasiado en deuda con los macieleros. Ni siquiera habrían encontrado la biblioteca de no ser por ellos. Lo último que quería la cercana era granjearse enemigos, aunque algo le decía que era peligroso salir. En el patio se había sentido observada, pero tras tanto tiempo teniendo aquella sensación empezaba a pensar que solo eran paranoias suyas. Aun así, no estaba dispuesta a dejar sola a Kiki en el torreón, no después del accidente del camaleón y el secuestro.
—Es mejor ir todos juntos a Maciel y separarnos después para ir a por comida. Es más seguro que quedarse uno solo aquí dentro —dijo, y luego añadió, mirando a Sarah fijamente—. También les podemos prestar nuestro amuleto mágico.
No estaba siendo borde, pero sí firme. Sencillamente no podían negarles ayuda. Mucho menos cuando escuchó la historia entera de Nori, que era aterradora. Nada iba a detener al lagarto, no era capaz ni de mantener aquella paz precaria entre ellos.
Iemai no iba a quedarse sola ni aunque fuese con Kiki, si todos salían. Tenía miedo si no estaba en un grupo grande. Solo esperaba que también pudiesen convencer a la humana de salir con ellos, así que se le acercó, como Nery’s.
—No va a pasar nada —le dijo—, además, te necesitan. Sabes muchas cosas de medicina, y siempre has querido ayudar a todo el mundo sin pedir nada a cambio. —Aquello todavía desconcertaba a la cercana, pero en los últimos meses de su vida había aprendido que aquello no era tan raro, y que incluso ella podía arriesgarlo todo por personas que verdaderamente lo mereciesen—. Aunque haya algún problema, al menos ven con nosotros, nunca hemos dejado a nadie solo antes —añadió, no sabiendo muy bien qué más decir.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Sendar
07/02/21, 11:31 pm
Qwara escuchó la respuesta de Nori con expresión sombría, sintiendo como la ira y la preocupación se entremezclaban en su interior de forma asfixiante. Aquel maldito lagarto debería haber muerto ya, pues estar solo en aquella ciudad era una condena segura, pero su naturaleza monstruosa parecía ser una ventaja y contra todo pronóstico continuaba arruinándoles la vida día a día. Se sentía impotente, tanto por el destino de los macieleros como por el que posiblemente les deparaba a ellos al involucrarse, pero la alternativa era demasiado mezquina para considerarla siquiera.
Sarah no dudó en hacerlo, sin embargo, y la sudafricana se asustó de lo lógicas que le sonaron sus palabras. Aquella nueva faceta suya le producía rechazo y se odiaba a sí misma por considerar que aquella era una opción válida. Era un comportamiento tan alejado de lo que le habían inculcado toda su vida que no se reconocía a sí misma, por lo que sus palabras al contestar al chico sonaron incluso vehementes.
—Yo también iré, Nori. No sé hacer magia, pero ayudaré en lo que pueda. —sentenció tras las afirmaciones de los demás, dándole la espalda a sus pensamientos mezquinos para ir a prepararse.
Se limitó a asentir con firmeza cuando algunos rechazaron la idea de separarse, pues desde el principio solo había sido una sugerencia por si se tenían que poner en el peor de los casos, y reconoció que ir juntos era lo más apropiado. En otras circunstancias le habría preocupado la reticencia de Kiki para salir, pero viendo que Nery’s e Iemai se acercaban a la finlandesa para ver qué ocurría decidió centrarse en sus propios asuntos por el momento.
—Si al final nos vamos todos alguien que sepa levitar tendrá que encargarse de cerrar el portón. —señaló cuando Ulmara hizo la gran pregunta, guardándose un par de manzanas en la mochila para desayunar por el camino.
En cuanto a la propuesta del frivy de traerse a los macieleros a Sendar a Qwara no le parecía mal, pero era algo que tendrían que hablar entre todos una vez comprobaran la situación en Maciel.
Sarah no dudó en hacerlo, sin embargo, y la sudafricana se asustó de lo lógicas que le sonaron sus palabras. Aquella nueva faceta suya le producía rechazo y se odiaba a sí misma por considerar que aquella era una opción válida. Era un comportamiento tan alejado de lo que le habían inculcado toda su vida que no se reconocía a sí misma, por lo que sus palabras al contestar al chico sonaron incluso vehementes.
—Yo también iré, Nori. No sé hacer magia, pero ayudaré en lo que pueda. —sentenció tras las afirmaciones de los demás, dándole la espalda a sus pensamientos mezquinos para ir a prepararse.
Se limitó a asentir con firmeza cuando algunos rechazaron la idea de separarse, pues desde el principio solo había sido una sugerencia por si se tenían que poner en el peor de los casos, y reconoció que ir juntos era lo más apropiado. En otras circunstancias le habría preocupado la reticencia de Kiki para salir, pero viendo que Nery’s e Iemai se acercaban a la finlandesa para ver qué ocurría decidió centrarse en sus propios asuntos por el momento.
—Si al final nos vamos todos alguien que sepa levitar tendrá que encargarse de cerrar el portón. —señaló cuando Ulmara hizo la gran pregunta, guardándose un par de manzanas en la mochila para desayunar por el camino.
En cuanto a la propuesta del frivy de traerse a los macieleros a Sendar a Qwara no le parecía mal, pero era algo que tendrían que hablar entre todos una vez comprobaran la situación en Maciel.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Personajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Sendar
08/02/21, 07:50 pm
Sarah no había prestado atención a las miradas de aquellos que se habían ofendido por sus comentarios, hace tiempo que las normas éticas habían dejado de tener sentido, y más cuando gente como 77 había elegido el camino de incluso de matar.
-Kiki quedarte aquí sola no es una opción, además ¿Qué harías si alguien entrara? , vas a hacer que la gente se preocupe, quedándote sola serias una molestia, si ya hemos decidido que vamos a ir te tienes que venir aunque sea para quedarte sentada en Maciel - Sarah tenía un pensamiento crudo y cruel respecto a la debilidad, si Kiki había decidido rendirse al menos debía preocuparse de no ser una molestia. Además le molestaba más que viniera de una persona que ya había demostrado que tenía valor para el grupo.
-Yo saldría ahora mismo- dijo a la pregunta de Ulmara. Mientras Sarah se separaba ya del grupo y se iba a terminar de vestir y coger su arma. En unos minutos Sarah estaría ya cruzando la puerta y esperando que salga el resto.
-Kiki quedarte aquí sola no es una opción, además ¿Qué harías si alguien entrara? , vas a hacer que la gente se preocupe, quedándote sola serias una molestia, si ya hemos decidido que vamos a ir te tienes que venir aunque sea para quedarte sentada en Maciel - Sarah tenía un pensamiento crudo y cruel respecto a la debilidad, si Kiki había decidido rendirse al menos debía preocuparse de no ser una molestia. Además le molestaba más que viniera de una persona que ya había demostrado que tenía valor para el grupo.
-Yo saldría ahora mismo- dijo a la pregunta de Ulmara. Mientras Sarah se separaba ya del grupo y se iba a terminar de vestir y coger su arma. En unos minutos Sarah estaría ya cruzando la puerta y esperando que salga el resto.
- ☽◯☾:
BRUJA 1.ªHabla.BRUJA 2.ªPregúntanos.BRUJA 3.ªÁ todo te responderemos.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.
Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Sendar
09/02/21, 06:22 am
Sabía que es lo que pasaría. Lo sospechaba o al menos tenía una idea, pero eso no hacía que las cosas fueran más cómodas. Estaba muy, MUY, tentada de gritarles que la dejen en paz, o de salir corriendo para ser un apropiado ebo, pero eso hubiera sido darle el gusto al lagarto, y estaba tan harta de si misma que no quería darle el gusto a nadie. Quería gritarle a Nery’s que no soportaba la empatía en aquel momento, ni que quería provocar lastima. Hasta tenia argumentos psico biológicos para que la dejen en paz, pero era demasiado cuerda como para hacerlo. Estaba bien gritarse a sui misma, pero no a los demás. Suspiro mientras enterraba su cabeza en sus brazos, mirando al suelo no para llorar sino para tratar de controlarse, solo no quería que la vieran y avergonzarse mas.
- ….el Yo no es un ente, sino un proceso de construcción de sentido que dura todo el ciclo vital y que dicho sea de paso es diferente del MI, así que soy yo aunque te parezca que no lo sea…..y no se trata de eso…yo… Dijo en tono bajo para los que estaban muy cerca de ella, más bajo de lo que normalmente hablaba cuando discutía consigo misma, y respiro profundamente mientras sentía las palabras de Ulmara y de Sarah. No las podía ver, pero juraría que estaban esperando algo de ella, y eso la estaba empezando a hacer desesperarse por dentro.
– N-No se trata de eso…no les pido nada a cambio de mi ayu…de mi escasa ayuda - se corrigió mientras se acomodaba y sentía movimiento a su alrededor. Podía escuchar a los demás moviéndose y quizás armándose para empezar a salir. No quería contárselo a todos aunque debía, al menos no hacerlo así, pero es que estaban destapando un globito humano de depresión poco a poco. -No me pasaría nada, de hecho no me puede pasar nada peor, o al menos que no sea exactamente lo mismo que pasara afuera… lo poco que se ya os lo he mostrado y no soy médica, ni sé que hacer en casos de emergencia verdadera, y no tengo nada para hacer, porque no tengo nada mas para ofrecerles, porque tampoco es que esforzandoME PUEDA HACER NADA ¡¡¡NADA!!! ¡PORQUE YA NO TENGO MAGIA, PORQUE SIMPLEMENTE AHORA NO SIRVO PARA NADA!
Terminó gritando muy a su pesar y levantando la cabeza con los puños cerrados en sus rodillas y lágrimas en los ojos. Lo último que quería era explotar, aquella miseria era cosa de ella, los demás no tenían ni la culpa ni porque cargar con todo eso. Afortunadamente varios de sus compañeros ya habían salido así que aquella escena no seria tan infernal cuando la reviviese después en su retorcida mente. Abrió sus manos y empezó a rascarse compulsivamente las rodillas por sobre la ropa sin saber que mas hacer.
-QUERÍAN…..perdón…querían saberlo..ok esta bien…no es culpa de ustedes, perdón, lo siento, sonreiré y los acompañare pero no tengo magia, no puedo hacer magia, y antes de que traten de decirme cualquier palabra bonita – miro con ojos asesinos al frivy antes de seguir- no es miedo, no es estrés, no es que me haya equivocado, simplemente la magia se me fue, quizás mi órgano mágico estaba en el hombro y se malogro cuando un maldito reptil que tiene movimiento ocular independiente me ataco, quizás se la llevaron los malditos seres de aquí o fue todo una ilusión para darme esperanzas y ahora se están regocijando con mi estúpida inocencia y frustración, no lo sé…. –se levanto y empezó a acomodarse su ropa con la que había dormido mientras trataba de no hiperventilar. Ni siquiera planeaba cambiarse para ir a ser una carga bien vestida. – ok ahí lo tienen… -les dijo a Iemai y a Nery’s principalmente y a cualquier otro que se hubiera quedado o hubiera regresado por sus gritos. Se abrió de brazos sonriendo con lagrimas por todo el rostro para seguir. -soy una maldita carga, nada cambio desde el primer maldito día en la plaza, nos persigue un reptil de otro mundo con ganas de asesinarnos, e incluso ahora con magia, no tengo ni un maldito hechizo para poder defenderme, no se pelear, no puedo correr ni ayudarlos y probablemente sirvo mas como comida de dragón que como bulto de carga….pero quieren que vaya, esta bien, iré y veré como hacen todo sin necesidad de que los ayude porque probablemente, tal como van las cosas, hasta se me hayan olvidado los malditos conocimientos médicos que tenía en esta estúpida cabeza…
Se seco los ojos forzándose a sonreírles antes de girarse y salir tras los demás porque ya no podía levitar para cerrar el torreón, ni para andar rápido, ni para al menos no sentirse una inútil. No se giraría ni respondería a ningún llamado que hicieran desde dentro y si alguien la miraba al salir solo le sonreiría mientras seguía llorando y con la intención de seguirlos hacia el otro torreón, sabiendo que estarían hablando de ella. Eso era ya algo que había pasado antes en la Tierra, y si había regresado a no tener magia, bien podía volver a ser la chica rara de la que todos hablaban y que hablaba consigo misma.
- ….el Yo no es un ente, sino un proceso de construcción de sentido que dura todo el ciclo vital y que dicho sea de paso es diferente del MI, así que soy yo aunque te parezca que no lo sea…..y no se trata de eso…yo… Dijo en tono bajo para los que estaban muy cerca de ella, más bajo de lo que normalmente hablaba cuando discutía consigo misma, y respiro profundamente mientras sentía las palabras de Ulmara y de Sarah. No las podía ver, pero juraría que estaban esperando algo de ella, y eso la estaba empezando a hacer desesperarse por dentro.
– N-No se trata de eso…no les pido nada a cambio de mi ayu…de mi escasa ayuda - se corrigió mientras se acomodaba y sentía movimiento a su alrededor. Podía escuchar a los demás moviéndose y quizás armándose para empezar a salir. No quería contárselo a todos aunque debía, al menos no hacerlo así, pero es que estaban destapando un globito humano de depresión poco a poco. -No me pasaría nada, de hecho no me puede pasar nada peor, o al menos que no sea exactamente lo mismo que pasara afuera… lo poco que se ya os lo he mostrado y no soy médica, ni sé que hacer en casos de emergencia verdadera, y no tengo nada para hacer, porque no tengo nada mas para ofrecerles, porque tampoco es que esforzandoME PUEDA HACER NADA ¡¡¡NADA!!! ¡PORQUE YA NO TENGO MAGIA, PORQUE SIMPLEMENTE AHORA NO SIRVO PARA NADA!
Terminó gritando muy a su pesar y levantando la cabeza con los puños cerrados en sus rodillas y lágrimas en los ojos. Lo último que quería era explotar, aquella miseria era cosa de ella, los demás no tenían ni la culpa ni porque cargar con todo eso. Afortunadamente varios de sus compañeros ya habían salido así que aquella escena no seria tan infernal cuando la reviviese después en su retorcida mente. Abrió sus manos y empezó a rascarse compulsivamente las rodillas por sobre la ropa sin saber que mas hacer.
-QUERÍAN…..perdón…querían saberlo..ok esta bien…no es culpa de ustedes, perdón, lo siento, sonreiré y los acompañare pero no tengo magia, no puedo hacer magia, y antes de que traten de decirme cualquier palabra bonita – miro con ojos asesinos al frivy antes de seguir- no es miedo, no es estrés, no es que me haya equivocado, simplemente la magia se me fue, quizás mi órgano mágico estaba en el hombro y se malogro cuando un maldito reptil que tiene movimiento ocular independiente me ataco, quizás se la llevaron los malditos seres de aquí o fue todo una ilusión para darme esperanzas y ahora se están regocijando con mi estúpida inocencia y frustración, no lo sé…. –se levanto y empezó a acomodarse su ropa con la que había dormido mientras trataba de no hiperventilar. Ni siquiera planeaba cambiarse para ir a ser una carga bien vestida. – ok ahí lo tienen… -les dijo a Iemai y a Nery’s principalmente y a cualquier otro que se hubiera quedado o hubiera regresado por sus gritos. Se abrió de brazos sonriendo con lagrimas por todo el rostro para seguir. -soy una maldita carga, nada cambio desde el primer maldito día en la plaza, nos persigue un reptil de otro mundo con ganas de asesinarnos, e incluso ahora con magia, no tengo ni un maldito hechizo para poder defenderme, no se pelear, no puedo correr ni ayudarlos y probablemente sirvo mas como comida de dragón que como bulto de carga….pero quieren que vaya, esta bien, iré y veré como hacen todo sin necesidad de que los ayude porque probablemente, tal como van las cosas, hasta se me hayan olvidado los malditos conocimientos médicos que tenía en esta estúpida cabeza…
Se seco los ojos forzándose a sonreírles antes de girarse y salir tras los demás porque ya no podía levitar para cerrar el torreón, ni para andar rápido, ni para al menos no sentirse una inútil. No se giraría ni respondería a ningún llamado que hicieran desde dentro y si alguien la miraba al salir solo le sonreiría mientras seguía llorando y con la intención de seguirlos hacia el otro torreón, sabiendo que estarían hablando de ella. Eso era ya algo que había pasado antes en la Tierra, y si había regresado a no tener magia, bien podía volver a ser la chica rara de la que todos hablaban y que hablaba consigo misma.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
09/02/21, 12:47 pm
El hijo de lunas no quería escucharles porque temía que cualquier minuto allí dentro o cualquier argumento para que Kiki saliera o la réplica de la chica podría tener efecto rebote en él mismo y disparar aún más su miedo a salir. Se quitó de en medio, literalmente. Fue a por sus cosas a la armería y se pertrechó como siempre. Sus protecciones de cuero, el machete, colgó el arco a la espalda..., pero esta vez sustituyó el escudo por dos dagas. El escudo no serviría de nada contra bestias como Setenta y Siete, pensó... es más, nada de lo que tenían ni habían entrenado podía servir contra uno d ellos, menos aún cuando conocía la magia...
Sacudió la cabeza y terminó de colocar todo en su sitio. No debía pensar en eso o entonces estaría condenado. No sabía si entre todo el grupo podrían plantarle cara, pero sí sabía que habían hecho frente a otras bestias durante los últimos meses en la ciudad. No eran tan vulnerables como al principio.
Para cuando volvió con el grupo, cayó en la cuenta de que les había oído hablar pero no supo el resultado. Sí que vio a unos cuantos salir, Kiki entre ellos, aunque tenía muy mala cara... y no iba ni de lejos vestida para ir a ayudar a nadie. Iba descalza, incluso, ¿cómo pretendía llegar así a ningún lado?
—Oíd, si vamos a ir a Maciel y esperamos problemas tendremos que ir bien pertrechados... Kiki, te da tiempo a coger lo que necesites, no deberías ir así.
¿Qué pasaba allí? Miró a los demás como preguntando qué había sucedido, porque sospechaba que se había perdido algo, pero no se atrevía a abrir la boca porque no quería perder la concentración. Él no servía para apoyo en esas ocasiones, y si pasaba algo se enteraría en el camino. También tenía que hablar con Toni y los demás sobre su descubrimiento de la magia o de cómo proceder si se topaban con Setenta y Siete.
Sacudió la cabeza y terminó de colocar todo en su sitio. No debía pensar en eso o entonces estaría condenado. No sabía si entre todo el grupo podrían plantarle cara, pero sí sabía que habían hecho frente a otras bestias durante los últimos meses en la ciudad. No eran tan vulnerables como al principio.
Para cuando volvió con el grupo, cayó en la cuenta de que les había oído hablar pero no supo el resultado. Sí que vio a unos cuantos salir, Kiki entre ellos, aunque tenía muy mala cara... y no iba ni de lejos vestida para ir a ayudar a nadie. Iba descalza, incluso, ¿cómo pretendía llegar así a ningún lado?
—Oíd, si vamos a ir a Maciel y esperamos problemas tendremos que ir bien pertrechados... Kiki, te da tiempo a coger lo que necesites, no deberías ir así.
¿Qué pasaba allí? Miró a los demás como preguntando qué había sucedido, porque sospechaba que se había perdido algo, pero no se atrevía a abrir la boca porque no quería perder la concentración. Él no servía para apoyo en esas ocasiones, y si pasaba algo se enteraría en el camino. También tenía que hablar con Toni y los demás sobre su descubrimiento de la magia o de cómo proceder si se topaban con Setenta y Siete.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Sendar
10/02/21, 02:20 pm
Se había vestido realmente rápido así que logro llegar para oír buena parte de la explicación de Nori, una que solo hizo que le hirviera la sangre aún más que antes, pero también que hiciera una profunda tristeza. Ser atacados sin provocación alguna, ver morir a alguien de esa forma tan espantosa, sin poder hacer nada, solo porque ese ser de mierda quería robarles la comida, era realmente horrible. ¿Cuán desesperados debían estar para arriesgarse a ir a buscarlos sin saber si el lagarto volvería aparecer? Ya fuese para atacar a Nori en el trayecto, o adentrándose en el torreón donde solo Dren podría hacer algo. El chico se estaba arriesgando muchísimo al buscarlos. Los macieleros habían perdido a varios durante aquellos meses horribles, ellos aún seguían todos juntos, sin ninguna pérdida a pesar de las discusiones que habían acontecido durante la convivencia.
Rua sintió un alivio realmente hondo cuando Fleur acepto ir también sin dudar, no creía realmente ni por un segundo que la francesa fuera a dejarles a su suerte, pero escucharlo de viva voz era algo que agradecía.
Para la sueca ya no había más que discutir, irían, y ver que la gente empezaba a llegar a ya preparados, sin contar lo que estaba allí dejaba clara la posición general. Rua vio como Toni llegaba con una bolsa de la cocina que debía contener comida, asi que al menos por eso no tendría que preocuparse.
-No deberíamos entretenernos demasiado, sobre todo por Jara- dijo Rua realmente preocupada, pero viendo que ahí estaban prácticamente todos menos Iemai, Nery’s y Kiki que se había alejado. Imagino que debía estar intentando convencerla, porque la chica por algún motivo se negaba a ir, esperaba que pudieran porque ya aprecia obvio que todos saldrían, no podía quedarse allí sola. Por ello cuando ya andaba abriendo la puerta para salir o al menos vigilar que realmente nadie hubiera seguido a Nori, escucho el repentino grito de Kiki, sobresaltándola, demasiado tensa como ya estaba con lo que iban a hacer. <<¿Qué? ¿Kiki no tiene magia?>> no podía haber escuchado mal ¿no? La chica lo había gritado con bastante frustración, no podía ser una simple excusa, no le pegaba nada.
No tardo en verla acercarse a ellos con una sonrisa que Rua no fue capaz de creerse. Ella sabía de sonrisas falsas y Kiki no era buena mintiendo. Rua se mordió el labio inferior sin saber que decirle. Y sin tener claro que ella fuera la persona idónea. Se había mostrado reacia a la magia al inicio de ese calvario, y era la que más resistencia poseía actualmente. Kiki había mostrado pasión, alegría y unas ganas sin mensas de poseer ese don, y ahora por algún motivo había dejado de tenerlo. Las personas no solían tomarse bien, menos aun cuando estaban alteradas, que la personas que tenían algo que quería, y que encima para mas frustración habían perdido, empezaran a intentarlas animarlas. Solía causar efectos contrarios.
La miro viendo que salí con lo puesto para dormir, descalza. Realmente parecía importarle poco o nada su seguridad. Y no parecía muy por la labor de hablar tampoco de ellos. Aun así no pudo aguantarse de decirlo, no le gustaba verla asi.
- Curaste a Iemai tu sola, sin recursos, sin magia y ahi esta con el brazo perfecto gracias a ti. Y tu mente es un libro de conocimientos amplios, de que nos hemos alimentado incontables veces. No eres inútil. .- dijo firme a pesar de la sin poder decir más, no cuando ella parecia medio cerrada, cuando ya andaba slaiendo, cuando debian vigilar todo pero si algo les atacaba. Era realmente muy frustrante no poder algo por ellar en ese preciso momento.
Tras decir eso, espero apenas un poco a que Kiki se pusiera algo de abrigo para ir todos juntos, antes de finalmente salir del torreón para seguir a Nori, que debía estar muriéndose de preocupación ya. No fue hasta que todos salieron, que Rua los miro.
- Voy a cerrar por dentro. Fleur te encargas luego de abrirlo cuando volvamos, Por si al final necesitamos cargar luego el amuleto y me quedo seca- dijo mirando a la francesa, viendo como la situaicon mas plausible, un hechizo asi no era especial complciado ni fuerte no deberia suponer demasiado problema. Aun asi por si acaso mientras hacia el hechizo de levitacion, para cerrar el puente y puerta por dentor, uso uno de los critales cargados que tenia en la bolsa como apoyo, volviendo con ellos un par de minutos despues, una vez toco el suelo de nuevo- Ahora si, deberiamos irnoss- dijo mirando alerta alrededor, respirando profundamente antes de ponerse en marcha con la ballesta firmemente agarrada en la mano.
Rua sintió un alivio realmente hondo cuando Fleur acepto ir también sin dudar, no creía realmente ni por un segundo que la francesa fuera a dejarles a su suerte, pero escucharlo de viva voz era algo que agradecía.
Para la sueca ya no había más que discutir, irían, y ver que la gente empezaba a llegar a ya preparados, sin contar lo que estaba allí dejaba clara la posición general. Rua vio como Toni llegaba con una bolsa de la cocina que debía contener comida, asi que al menos por eso no tendría que preocuparse.
-No deberíamos entretenernos demasiado, sobre todo por Jara- dijo Rua realmente preocupada, pero viendo que ahí estaban prácticamente todos menos Iemai, Nery’s y Kiki que se había alejado. Imagino que debía estar intentando convencerla, porque la chica por algún motivo se negaba a ir, esperaba que pudieran porque ya aprecia obvio que todos saldrían, no podía quedarse allí sola. Por ello cuando ya andaba abriendo la puerta para salir o al menos vigilar que realmente nadie hubiera seguido a Nori, escucho el repentino grito de Kiki, sobresaltándola, demasiado tensa como ya estaba con lo que iban a hacer. <<¿Qué? ¿Kiki no tiene magia?>> no podía haber escuchado mal ¿no? La chica lo había gritado con bastante frustración, no podía ser una simple excusa, no le pegaba nada.
No tardo en verla acercarse a ellos con una sonrisa que Rua no fue capaz de creerse. Ella sabía de sonrisas falsas y Kiki no era buena mintiendo. Rua se mordió el labio inferior sin saber que decirle. Y sin tener claro que ella fuera la persona idónea. Se había mostrado reacia a la magia al inicio de ese calvario, y era la que más resistencia poseía actualmente. Kiki había mostrado pasión, alegría y unas ganas sin mensas de poseer ese don, y ahora por algún motivo había dejado de tenerlo. Las personas no solían tomarse bien, menos aun cuando estaban alteradas, que la personas que tenían algo que quería, y que encima para mas frustración habían perdido, empezaran a intentarlas animarlas. Solía causar efectos contrarios.
La miro viendo que salí con lo puesto para dormir, descalza. Realmente parecía importarle poco o nada su seguridad. Y no parecía muy por la labor de hablar tampoco de ellos. Aun así no pudo aguantarse de decirlo, no le gustaba verla asi.
- Curaste a Iemai tu sola, sin recursos, sin magia y ahi esta con el brazo perfecto gracias a ti. Y tu mente es un libro de conocimientos amplios, de que nos hemos alimentado incontables veces. No eres inútil. .- dijo firme a pesar de la sin poder decir más, no cuando ella parecia medio cerrada, cuando ya andaba slaiendo, cuando debian vigilar todo pero si algo les atacaba. Era realmente muy frustrante no poder algo por ellar en ese preciso momento.
Tras decir eso, espero apenas un poco a que Kiki se pusiera algo de abrigo para ir todos juntos, antes de finalmente salir del torreón para seguir a Nori, que debía estar muriéndose de preocupación ya. No fue hasta que todos salieron, que Rua los miro.
- Voy a cerrar por dentro. Fleur te encargas luego de abrirlo cuando volvamos, Por si al final necesitamos cargar luego el amuleto y me quedo seca- dijo mirando a la francesa, viendo como la situaicon mas plausible, un hechizo asi no era especial complciado ni fuerte no deberia suponer demasiado problema. Aun asi por si acaso mientras hacia el hechizo de levitacion, para cerrar el puente y puerta por dentor, uso uno de los critales cargados que tenia en la bolsa como apoyo, volviendo con ellos un par de minutos despues, una vez toco el suelo de nuevo- Ahora si, deberiamos irnoss- dijo mirando alerta alrededor, respirando profundamente antes de ponerse en marcha con la ballesta firmemente agarrada en la mano.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Torreón Sendar
10/02/21, 08:42 pm
Casi se le escapó un suspiro de alivio cuando Iemai apareció a intentar convencerla con lo abrumado que estaba.
Cuando la finlandesa empezó a soltar sinsentidos Nery´s empezó a asustarse, todo aquello que no estaba bien se le venía encima y no sabía si podría hacer nada para ayudar o si simplemente la molestaría aún más y la revelación de que no tenía magia, aquello que ella siempre había disfrutado tanto lo empeoró aún más, lo hacía todo más difícil.
Pero fue aquella mirada asesina, dirigida específicamente a él, lo que le rompió. En el fondo ya lo sabía pero todas las veces que había intentado quitarle esa idea de que era inútil de la cabeza habían fallado así como todos sus intentos de animarla hasta ahora. Todo aquel medio año no había conseguido nada más que ver como se alejaba. Sus siguientes palabras tan solo marcaban eso en acero. En ese momento quería irse a la cama y no tener que lidiar con nada más. Volver a la simpleza de ejercicio, trabajo y trabajo en fiesta que no le dejaba pensar en nada, que simplemente le mantenía moviéndose sin que pudiera pararse a pensar otras cosas. Era tortuoso pero mucho más simple...
Se quedó ahí congelado cuando ella se fue y acabó por empezar a llorar encogiéndose levemente sobre sí mismo de espaldas para evitar que le vieran los demás. Sintiéndose desesperado y totalmente inútil. Se empezó a recomponer con tomando un par de grandes bocanadas de aire e irguiéndose pues para su desgracia, o quizás por fortuna, la situación le impedía quedarse sin más paralizado lamentándose.
—Gracias Iemi —le soltó como pudo con voz aún ahogada restregándose la manga por los ojos y la nariz. —V-voy a por sus cosas para que no se haga daño al caminar... Ahora vuelvo.
Y se interno hacia las habitaciones, rebuscando entre ropa para encontrar algo útil contra el frío helador de aquel día mientras luchaba contra sí mismo por no quedarse quieto llorando de nuevo. Al menos se sentía más ligero por aquella pequeña ruptura de antes frente a Iemai.
Salió ya preparado aunque podía vérsele como las venas negras manchaban su esclerótica, cargando con un abrigo largo y un par de botas y calcetines gruesos. Su plan era tirarle el abrigo por encima y reñirla quizás pero en ese momento se quedó paralizado del miedo de nuevo sin saber muy bien qué hacer. No quería que explotase y parecía que Kiki lo prefería a él lejos específicamente. Sentía más que nunca aquella distancia, silenciando sus palabras y congelando su cuerpo.
Rua estaba diciéndole también que no era inútil. «Quizás si todos a la vez se ponen a decírselo se lo creerá de una jodida vez.» Pensó molestó. Y poco a poco viró a estar enfadado consigo mismo y su inutilidad y con su cabezonería. Se llevó la mano al entrecejo aún más confundido por su montaña de emociones. Llevaba ya tiempo sin saber quién era en realidad y aquello solo lo empeoraba, no se comprendía a sí mismo. Pero tenía clara una cosa.
Tomó aire y se acercó a Kiki, aún con miedo pero sin dejarse paralizar por él, y le puso finalmente el abrigo por encima, tirando de la capucha hacia abajo para molestarla por un momento y hacer que saliera de ese trance y prestara atención. Si alzaba la cabeza le vería mirándole fijamente a los ojos, con los suyos aun algo húmedos pero con cara algo molesta.
—No, no te voy a decir que todo está bien, que perder tu magia no es algo preocupante. Desde luego que no. ¿Pero cuántos más de nosotros tenemos que decirte en voz alta lo que te debemos hasta que te lo creas? No puedo ni poner en palabras lo que yo te debo solo por estar aquí... Sin tus conocimientos no podríamos sobrevivir tanto como sin magia, al igual que los de Pefka de caza, los de Ulmara de armas y así todos. Y eso no es ni siquiera lo que cuenta. Como Sarah puede mantener la calma y analizar lógicamente la situación aunque sean palabras cortantes, como Fleur puede señalarnos lo correcto, como Toni puede hacer que rías con algo completamente extraño en momentos tensos, o Ulmara que movamos el culo, palabras dulces de Maila, de ánimo de Qwara, un comentario sarcástico de Iemai, una salida de tono de Rua... Lo único que se necesita aquí de alguien es que esté aquí. Así que deja de estar tan lejos de todos y vente de una vez, idiota. Que te echo de me- Echamos. Quería decir echamos... —desvió la mirada con aquel fallo tan obvio avergonzado en parte por todo lo que acababa de soltar.
—Además o te pones las botas o te llevo como te traje el primer día aquí — tendió de nuevo su brazo aunque miraba hacia otro lado, esta vez para que pudiera apoyarse y calzarse más fácilmente.
— Decide, nuestros compañeros de Maciel nos esperan.
Sigue en Calles
Cuando la finlandesa empezó a soltar sinsentidos Nery´s empezó a asustarse, todo aquello que no estaba bien se le venía encima y no sabía si podría hacer nada para ayudar o si simplemente la molestaría aún más y la revelación de que no tenía magia, aquello que ella siempre había disfrutado tanto lo empeoró aún más, lo hacía todo más difícil.
Pero fue aquella mirada asesina, dirigida específicamente a él, lo que le rompió. En el fondo ya lo sabía pero todas las veces que había intentado quitarle esa idea de que era inútil de la cabeza habían fallado así como todos sus intentos de animarla hasta ahora. Todo aquel medio año no había conseguido nada más que ver como se alejaba. Sus siguientes palabras tan solo marcaban eso en acero. En ese momento quería irse a la cama y no tener que lidiar con nada más. Volver a la simpleza de ejercicio, trabajo y trabajo en fiesta que no le dejaba pensar en nada, que simplemente le mantenía moviéndose sin que pudiera pararse a pensar otras cosas. Era tortuoso pero mucho más simple...
Se quedó ahí congelado cuando ella se fue y acabó por empezar a llorar encogiéndose levemente sobre sí mismo de espaldas para evitar que le vieran los demás. Sintiéndose desesperado y totalmente inútil. Se empezó a recomponer con tomando un par de grandes bocanadas de aire e irguiéndose pues para su desgracia, o quizás por fortuna, la situación le impedía quedarse sin más paralizado lamentándose.
—Gracias Iemi —le soltó como pudo con voz aún ahogada restregándose la manga por los ojos y la nariz. —V-voy a por sus cosas para que no se haga daño al caminar... Ahora vuelvo.
Y se interno hacia las habitaciones, rebuscando entre ropa para encontrar algo útil contra el frío helador de aquel día mientras luchaba contra sí mismo por no quedarse quieto llorando de nuevo. Al menos se sentía más ligero por aquella pequeña ruptura de antes frente a Iemai.
Salió ya preparado aunque podía vérsele como las venas negras manchaban su esclerótica, cargando con un abrigo largo y un par de botas y calcetines gruesos. Su plan era tirarle el abrigo por encima y reñirla quizás pero en ese momento se quedó paralizado del miedo de nuevo sin saber muy bien qué hacer. No quería que explotase y parecía que Kiki lo prefería a él lejos específicamente. Sentía más que nunca aquella distancia, silenciando sus palabras y congelando su cuerpo.
Rua estaba diciéndole también que no era inútil. «Quizás si todos a la vez se ponen a decírselo se lo creerá de una jodida vez.» Pensó molestó. Y poco a poco viró a estar enfadado consigo mismo y su inutilidad y con su cabezonería. Se llevó la mano al entrecejo aún más confundido por su montaña de emociones. Llevaba ya tiempo sin saber quién era en realidad y aquello solo lo empeoraba, no se comprendía a sí mismo. Pero tenía clara una cosa.
Tomó aire y se acercó a Kiki, aún con miedo pero sin dejarse paralizar por él, y le puso finalmente el abrigo por encima, tirando de la capucha hacia abajo para molestarla por un momento y hacer que saliera de ese trance y prestara atención. Si alzaba la cabeza le vería mirándole fijamente a los ojos, con los suyos aun algo húmedos pero con cara algo molesta.
—No, no te voy a decir que todo está bien, que perder tu magia no es algo preocupante. Desde luego que no. ¿Pero cuántos más de nosotros tenemos que decirte en voz alta lo que te debemos hasta que te lo creas? No puedo ni poner en palabras lo que yo te debo solo por estar aquí... Sin tus conocimientos no podríamos sobrevivir tanto como sin magia, al igual que los de Pefka de caza, los de Ulmara de armas y así todos. Y eso no es ni siquiera lo que cuenta. Como Sarah puede mantener la calma y analizar lógicamente la situación aunque sean palabras cortantes, como Fleur puede señalarnos lo correcto, como Toni puede hacer que rías con algo completamente extraño en momentos tensos, o Ulmara que movamos el culo, palabras dulces de Maila, de ánimo de Qwara, un comentario sarcástico de Iemai, una salida de tono de Rua... Lo único que se necesita aquí de alguien es que esté aquí. Así que deja de estar tan lejos de todos y vente de una vez, idiota. Que te echo de me- Echamos. Quería decir echamos... —desvió la mirada con aquel fallo tan obvio avergonzado en parte por todo lo que acababa de soltar.
—Además o te pones las botas o te llevo como te traje el primer día aquí — tendió de nuevo su brazo aunque miraba hacia otro lado, esta vez para que pudiera apoyarse y calzarse más fácilmente.
— Decide, nuestros compañeros de Maciel nos esperan.
Sigue en Calles
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Sendar
11/02/21, 05:38 pm
-Estás haciendo un berrinche
-Tengo razón
-De hecho la tienes pero de todas maneras…sabes que hay maneras más civliza…
-No me vengas con conceptos de moralidad humana en un mundo distante…
-Pero tengo razón…
-Se que la tienes…estoy hablando conm…
-BASTA!!
Habían sido solo unos pasos para que la mente de Kiki empezara a discutir con ella misma. El único super poder que le quedaba ahora era el de ver las cosas en retrospectiva, arrepentirse y buscar más opciones. Si el infierno era como el que se narraba en Cirque Du Freak, estaba jodiddisima. Lo único que la saco de sus cavilaciones tontas era el dolor en sus pies, que orgullosamente planeaba soportar por al menos otro rato antes de caerse de rodillas. Sin embargo, el peso del abrigo y la capucha la detuvieron. Estuvo a un nanosegundo de chillar, porque suponía quien era, pero el tono de la voz de Nery’s la detuvo. Escucho con calma, tratando con todas sus fuerzas de callar las voces que objetaban cada argumento del frivy, pero no dijo nada.
Cuando termino todo aquello quiso decirle que no era lo mismo, que ahora todos habían crecido, que los niveles con los que empezaron aquel estúpido juego habían cambiado, que ahora pasaban cosas y ellos estaban dentro de esas cosas, pero ella había regresado al inicio. Y estaba aun mas indefensa que antes, quería decirle que la magia no necesitaba saber de tendones o huesos, curaba pues…mágicamente claro esta. Pero se contuvo y respiro tranquilizándose. De todas maneras, no iba a darle el gusto, así que solo levanto un pie y lo señalo con su mano para que la ayudara a ponerse el calzado. Se apoyo en el mientras terminaba con un pie y levantaba el otro, pero no se pudo quedar callada más tiempo y le puntualizo algo sin temor que alguien más la escuche.
-Jamás….escuchame bien Nery’s Ar Drocabury, hermano de Aery’s…jamás, y repito, JAMAS me he reído ni me reiré de ninguna de las payasadas de Toni. Que te quede claro para siempre…sobre lo demás no voy a discutirlo ni darte la razón por ahora…vamos…
Le susurro para avanzar un poco mas rápido pero sin dejar de tomarlo del brazo mientras alcanzaban a sus compañeros.
-Tengo razón
-De hecho la tienes pero de todas maneras…sabes que hay maneras más civliza…
-No me vengas con conceptos de moralidad humana en un mundo distante…
-Pero tengo razón…
-Se que la tienes…estoy hablando conm…
-BASTA!!
Habían sido solo unos pasos para que la mente de Kiki empezara a discutir con ella misma. El único super poder que le quedaba ahora era el de ver las cosas en retrospectiva, arrepentirse y buscar más opciones. Si el infierno era como el que se narraba en Cirque Du Freak, estaba jodiddisima. Lo único que la saco de sus cavilaciones tontas era el dolor en sus pies, que orgullosamente planeaba soportar por al menos otro rato antes de caerse de rodillas. Sin embargo, el peso del abrigo y la capucha la detuvieron. Estuvo a un nanosegundo de chillar, porque suponía quien era, pero el tono de la voz de Nery’s la detuvo. Escucho con calma, tratando con todas sus fuerzas de callar las voces que objetaban cada argumento del frivy, pero no dijo nada.
Cuando termino todo aquello quiso decirle que no era lo mismo, que ahora todos habían crecido, que los niveles con los que empezaron aquel estúpido juego habían cambiado, que ahora pasaban cosas y ellos estaban dentro de esas cosas, pero ella había regresado al inicio. Y estaba aun mas indefensa que antes, quería decirle que la magia no necesitaba saber de tendones o huesos, curaba pues…mágicamente claro esta. Pero se contuvo y respiro tranquilizándose. De todas maneras, no iba a darle el gusto, así que solo levanto un pie y lo señalo con su mano para que la ayudara a ponerse el calzado. Se apoyo en el mientras terminaba con un pie y levantaba el otro, pero no se pudo quedar callada más tiempo y le puntualizo algo sin temor que alguien más la escuche.
-Jamás….escuchame bien Nery’s Ar Drocabury, hermano de Aery’s…jamás, y repito, JAMAS me he reído ni me reiré de ninguna de las payasadas de Toni. Que te quede claro para siempre…sobre lo demás no voy a discutirlo ni darte la razón por ahora…vamos…
Le susurro para avanzar un poco mas rápido pero sin dejar de tomarlo del brazo mientras alcanzaban a sus compañeros.
Sigue en calles
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Torreón Sendar
12/04/21, 07:32 pm
Al día siguiente en Maciel, Pefka se unió a su grupo para recopilar todo lo que recordaban de Nori y Iemai y contarlo al resto de Maciel. No estaba lo suficientemente cerca como para escuchar los últimos momentos de la cercana y el otro, ni para ver cómo sucedió lo de Nori y ella exactamente. No termina de entender por qué Iemai no se sinceró con ellos si "usó" al grupo y el torreón para esconderse de Lasca. ¿Quizás podrían haberla protegido mejor? No obstante, no compartió sus dudas y pensamientos sobre ello al resto del grupo... y tampoco le dio demasiadas vueltas porque de poco servía ya. Igual que de poco le servía enterarse de qué había pasado exactamente, más allá de que el le dio rabia. Quizás podrían haberse ahorrado todo aquello con una dosis de sinceridad. Quizás no tendrían que haber vuelto a arriesgarse yendo a buscar sus cuerpos, pero menos mal que no tuvieron que cargar con ellos hacia el torreón. No dijo nada al respecto, vaya, le parecía mala idea y le indignaba tener que jugarse el cuello, pero les acompañó por Nori.
A la vuelta a su refugio, Pefka se sumió unos días en un humor lúgubre. El no poder enterrar bien a Nori y el hecho de que volvieran demasiado pronto a la naturaleza, así como la mentira y la amenaza constante de 77 y otros ciudadanos oprimía sus pensamientos. Además, para empeorar las cosas, o como consecuencia de ello, tuvo una pesadilla poco después. Entraba en un templo antiguo y por algún motivo debía deshacerse de partes de su cuerpo para avanzar... solo para descubrir al final que había fracasado en su misión y que todo había sido en balde. Despertó gritando y llorando de pura angustia, de cuestionarse su existencia, en un foso de ansiedad y desasosiego. Al principio no entendió por qué Las Lunas le mandaban ese mensaje, después de todo lo que habían sufrido y lo cerca que estaban de llegar al final, y las palabras de los demás le ayudaron a ver que podía haber sido solo una pesadilla. Poco a poco, tras horas y días, empezó a verlo con otra luz, como una pesadilla fruto de toda la impotencia y miedo que había experimentado en los últimos meses. Él no se veía un fracaso, aún no, y confiaba en que Las Lunas le juzgarían al cumplirse el año, no antes.
Creía que Las Lunas debían juzgar sus actos, sí, pero primero debían aparecer... o ser de verdad. Lo único divino que había visto en aquella ciudad era la magia, la energía superior, pero hasta 77 había sido capaz de recurrir a ella y había muerto después. No le veía sentido a dar semejante don a alguien que lo usaría para el mal. Y también... también estaba el hecho de que todos tenían una idea de la religión, de la suya o de muchas otras, y el nombrado llevaba ya un tiempo cuestionándose si la suya no sería tan irreal o inventada como él consideraba las de los demás. Nunca habló de esto con ellos, porque sabía que era una falta de respeto, pero era imposible llegar al fondo del asunto tan solo con su experiencia y visión al respecto. Necesitaba que llegase el día de Las Lunas. Sabía que estaban cerca porque la ciudad estaba reaccionando como nunca antes, como si los mismos cimientos de aquel mundo sintieran la proximidad de Las Lunas. Podía ser, ojo, pues sus compañeros ya le habían hablado de que la Luna de la Tierra influía a las mareas, por ejemplo.
Con la muerte de 77, Pefka se sintió muy liberado y sorprendido de que fuera Amira quien asestara el golpe final. Aún a pesar de la fortaleza y monstruosidad de los Hijos del Dragón, aun a pesar de que era capaz de conjurar hechizos, 77 había caído ante el otro torreón, ante gente como ellos, cosechados. La noticia le trajo esperanza, pero también malas noticias, como la muerte de Qirra o las heridas graves de Kahlo y Alec. Habían sacrificado mucho para librarles de aquella pesadilla, y les estaba tremendamente agradecido.
En las salidas posteriores, ya no sentía esa amenaza extra, esa huida de su pasado. Siguió saliendo siempre que hizo falta, y también colaboró con lo que necesitasen del otro torreón desde que tuvieron noticias de ellos. Además, también dedicó tiempo a aprender magia con Rua y el resto, y a incluirla en sus entrenamientos con armas y en los encuentros con bestias en las calles. Un par de veces, incluso, el nombrado pudo hacerse con trofeos de caza de las alimañas que les sorprendían en las salidas. Púas, colmillos y garras para pulseras y collares, e incluso algunas extremidades que después limpió y con los huesos pudo hacerse por fin una flauta. Bueno, hizo varios intentos hasta que consiguió un sonido decente.
También se esforzó un poco en socializar más y animar a los demás cuando les veía de peor humor. Notó que Nery's dejaba de bailar con él, que Qwara se encerrara un poco en sí misma, o que Ulmara había desarrollado cierta temeridad a la hora de salir, y aun así, decidió acompañarla en varias ocasiones (y así pudo comprobar que parecía importarle poco morir ahí fuera pero que realmente estaba mal, muy mal). No podía hacer mucho por ellos, no se le daba bien hablar con intención de sanar, igual que creía que nadie podía ayudarle con sus problemas de inseguridad... Pero sí que podía hacerles compañía e intentar animarles. Por eso se le ocurrió sugerirles bailar con él para despejarse, proponer juegos de preguntarse cosas o contar historias, unirse con timidez a eso que llamaban "sesiones de moda". Hacían cosas muy divertidas con el pelo, muy artísticas, y le gustaba mucho. Y también, por supuesto, siguió escribiendo el diario con Toni y con quien quisiera añadir algo. Sin embargo, con el otro grupo fue más difícil. Intentó acercarse a sus nuevos compañeros, pero solo tuvo suerte con Reira. Lo entendía, la verdad, y también conocía la humillación que acompañaba a la necesidad de pedir ayuda, por lo que pese a todo intentó integrarles (sin incomodar) en las decisiones y ratos de ocio del torreón.
Cuando empezaba a ponerse nervioso por... por todo. La cercanía de la fecha, los temblores de la ciudad (lo que él llamaba "respiración"), o por los cambios en el clima, el comportamiento de monstruos y alimañas... descubrieron que la ciudad se tiñió del mismo aura que aquel extraño edificio al que no osaba acercarse. Lo conocían desde lejos, y él se sentía tan diminuto y frágil que nunca daba un paso más allá. Estos últimos días, sin embargo, no hacía falta acercarse para notar sus efectos. Había energía en el ambiente, e incluso percibía más facilidad para realizar su magia, y la sensación aumentaba cuanto más cerca estuvieran de aquella monstruosidad de piedra. Sentía su energía como si fuera una gran hoguera invisible... pero no una fogata que le calmase sino una que amenazaba con carbonizado cada centímetro de su cuerpo. ¿Acaso era un templo dedicado a Las Lunas? ¿Sería ese el medio que usarían para comunicarse con ellos? ¡Ni idea, no tenía ni idea de nada! ¿Podía, quizás, dejar de preguntarse tantas cosas que no podía investigar y seguir centrado en sobrevivir, sin más?
Al final se centró tanto que no fue capaz de pegar mucho ojo la noche anterior. Había terminado su turno de guardia y se había ido a dormir, pero no paró de dar vueltas y para no molestar se había bajado a la armería. No dejaba de pensar en el día siguiente, en el juicio de Las Lunas, en el resultado, en los dones que les concederían, en si serían dignos o un completo fracaso, en las consecuencias, en las represalias, en las amenazas de la ciudad y sus moradores... Acabó exhausto. Sus viejas pieles le sirvieron de colchón y tras mucho esfuerzo, o quizás tras todo el cansancio de intentar dejar de pensar, acabó durmiéndose.
Se habría despertado bien tarde si nadie le sorprendía allí abajo... o habría sido así de no ser porque alguien bajó el puente. ¡El puente! Se levantó con una rapidez que se convirtió en torpeza y se dio con algunos de los muebles. Después, junto a sus compañeros sorprendidos, descubrió que Ulmara insistía en dejar el puente abajo. Al final la convencieron y luego cada cual volvió a lo suyo. Él en concreto desayunó y siguió trabajando con sus ajuares de huesos en la armería.
A la vuelta a su refugio, Pefka se sumió unos días en un humor lúgubre. El no poder enterrar bien a Nori y el hecho de que volvieran demasiado pronto a la naturaleza, así como la mentira y la amenaza constante de 77 y otros ciudadanos oprimía sus pensamientos. Además, para empeorar las cosas, o como consecuencia de ello, tuvo una pesadilla poco después. Entraba en un templo antiguo y por algún motivo debía deshacerse de partes de su cuerpo para avanzar... solo para descubrir al final que había fracasado en su misión y que todo había sido en balde. Despertó gritando y llorando de pura angustia, de cuestionarse su existencia, en un foso de ansiedad y desasosiego. Al principio no entendió por qué Las Lunas le mandaban ese mensaje, después de todo lo que habían sufrido y lo cerca que estaban de llegar al final, y las palabras de los demás le ayudaron a ver que podía haber sido solo una pesadilla. Poco a poco, tras horas y días, empezó a verlo con otra luz, como una pesadilla fruto de toda la impotencia y miedo que había experimentado en los últimos meses. Él no se veía un fracaso, aún no, y confiaba en que Las Lunas le juzgarían al cumplirse el año, no antes.
Creía que Las Lunas debían juzgar sus actos, sí, pero primero debían aparecer... o ser de verdad. Lo único divino que había visto en aquella ciudad era la magia, la energía superior, pero hasta 77 había sido capaz de recurrir a ella y había muerto después. No le veía sentido a dar semejante don a alguien que lo usaría para el mal. Y también... también estaba el hecho de que todos tenían una idea de la religión, de la suya o de muchas otras, y el nombrado llevaba ya un tiempo cuestionándose si la suya no sería tan irreal o inventada como él consideraba las de los demás. Nunca habló de esto con ellos, porque sabía que era una falta de respeto, pero era imposible llegar al fondo del asunto tan solo con su experiencia y visión al respecto. Necesitaba que llegase el día de Las Lunas. Sabía que estaban cerca porque la ciudad estaba reaccionando como nunca antes, como si los mismos cimientos de aquel mundo sintieran la proximidad de Las Lunas. Podía ser, ojo, pues sus compañeros ya le habían hablado de que la Luna de la Tierra influía a las mareas, por ejemplo.
Con la muerte de 77, Pefka se sintió muy liberado y sorprendido de que fuera Amira quien asestara el golpe final. Aún a pesar de la fortaleza y monstruosidad de los Hijos del Dragón, aun a pesar de que era capaz de conjurar hechizos, 77 había caído ante el otro torreón, ante gente como ellos, cosechados. La noticia le trajo esperanza, pero también malas noticias, como la muerte de Qirra o las heridas graves de Kahlo y Alec. Habían sacrificado mucho para librarles de aquella pesadilla, y les estaba tremendamente agradecido.
En las salidas posteriores, ya no sentía esa amenaza extra, esa huida de su pasado. Siguió saliendo siempre que hizo falta, y también colaboró con lo que necesitasen del otro torreón desde que tuvieron noticias de ellos. Además, también dedicó tiempo a aprender magia con Rua y el resto, y a incluirla en sus entrenamientos con armas y en los encuentros con bestias en las calles. Un par de veces, incluso, el nombrado pudo hacerse con trofeos de caza de las alimañas que les sorprendían en las salidas. Púas, colmillos y garras para pulseras y collares, e incluso algunas extremidades que después limpió y con los huesos pudo hacerse por fin una flauta. Bueno, hizo varios intentos hasta que consiguió un sonido decente.
También se esforzó un poco en socializar más y animar a los demás cuando les veía de peor humor. Notó que Nery's dejaba de bailar con él, que Qwara se encerrara un poco en sí misma, o que Ulmara había desarrollado cierta temeridad a la hora de salir, y aun así, decidió acompañarla en varias ocasiones (y así pudo comprobar que parecía importarle poco morir ahí fuera pero que realmente estaba mal, muy mal). No podía hacer mucho por ellos, no se le daba bien hablar con intención de sanar, igual que creía que nadie podía ayudarle con sus problemas de inseguridad... Pero sí que podía hacerles compañía e intentar animarles. Por eso se le ocurrió sugerirles bailar con él para despejarse, proponer juegos de preguntarse cosas o contar historias, unirse con timidez a eso que llamaban "sesiones de moda". Hacían cosas muy divertidas con el pelo, muy artísticas, y le gustaba mucho. Y también, por supuesto, siguió escribiendo el diario con Toni y con quien quisiera añadir algo. Sin embargo, con el otro grupo fue más difícil. Intentó acercarse a sus nuevos compañeros, pero solo tuvo suerte con Reira. Lo entendía, la verdad, y también conocía la humillación que acompañaba a la necesidad de pedir ayuda, por lo que pese a todo intentó integrarles (sin incomodar) en las decisiones y ratos de ocio del torreón.
Cuando empezaba a ponerse nervioso por... por todo. La cercanía de la fecha, los temblores de la ciudad (lo que él llamaba "respiración"), o por los cambios en el clima, el comportamiento de monstruos y alimañas... descubrieron que la ciudad se tiñió del mismo aura que aquel extraño edificio al que no osaba acercarse. Lo conocían desde lejos, y él se sentía tan diminuto y frágil que nunca daba un paso más allá. Estos últimos días, sin embargo, no hacía falta acercarse para notar sus efectos. Había energía en el ambiente, e incluso percibía más facilidad para realizar su magia, y la sensación aumentaba cuanto más cerca estuvieran de aquella monstruosidad de piedra. Sentía su energía como si fuera una gran hoguera invisible... pero no una fogata que le calmase sino una que amenazaba con carbonizado cada centímetro de su cuerpo. ¿Acaso era un templo dedicado a Las Lunas? ¿Sería ese el medio que usarían para comunicarse con ellos? ¡Ni idea, no tenía ni idea de nada! ¿Podía, quizás, dejar de preguntarse tantas cosas que no podía investigar y seguir centrado en sobrevivir, sin más?
Al final se centró tanto que no fue capaz de pegar mucho ojo la noche anterior. Había terminado su turno de guardia y se había ido a dormir, pero no paró de dar vueltas y para no molestar se había bajado a la armería. No dejaba de pensar en el día siguiente, en el juicio de Las Lunas, en el resultado, en los dones que les concederían, en si serían dignos o un completo fracaso, en las consecuencias, en las represalias, en las amenazas de la ciudad y sus moradores... Acabó exhausto. Sus viejas pieles le sirvieron de colchón y tras mucho esfuerzo, o quizás tras todo el cansancio de intentar dejar de pensar, acabó durmiéndose.
Se habría despertado bien tarde si nadie le sorprendía allí abajo... o habría sido así de no ser porque alguien bajó el puente. ¡El puente! Se levantó con una rapidez que se convirtió en torpeza y se dio con algunos de los muebles. Después, junto a sus compañeros sorprendidos, descubrió que Ulmara insistía en dejar el puente abajo. Al final la convencieron y luego cada cual volvió a lo suyo. Él en concreto desayunó y siguió trabajando con sus ajuares de huesos en la armería.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Sendar
13/04/21, 06:43 pm
Incluso cuando solo quedaban cicatrices, Ulmara se sintió profundamente herida durante días. La tarde que pasaron en Maciel ni siquiera podría recordarla bien más adelante, opacada por las imágenes traumáticas que habían sucedido apenas unas horas antes. La mañana siguiente, sin embargo, fue especialmente dolorosa. Tuvieron que poner en común lo que había pasado, entre ellos y con los habitantes de Maciel. Cada vez que alguien hablaba mal de Iemai, la cercana parecía pasar de estar ausente a replicarles a voces, o con insultos. Incluso cuando Toni dijo que había intentado hacer con él lo mismo que hizo con Nori o cuando Keskit, con razón, la culpó de lo que había ocurrido. ¿No entendían que ella ya no estaba para defenderse? A Ulmara le parecía injusto.
La pérdida pesaba mucho sobre ella. Era la primera vez que sentía que alguien se marchaba de su vida (de la vida) de esa forma. Había visto a lejanos disiparse y había cercanos en su familia que jamás se alzaron como lejanos, pero siempre había tenido la excusa lista para aligerar su pecho; también había muerto un nublino frente a ella, pero todavía creía que podía haber algo más. Ahora no podía engañarse. Fue más doloroso con el paso de los días, cuando entendió que debía pedirle disculpas a Keskit o a Toni, cuando aceptó por fin que Iemai había condenado a Nori a desaparecer igual que ella, sin ninguna necesidad. Lo más doloroso, sin embargo, fue la sensación de engaño e, irónicamente, la lejanía postmortem que sentía hacia la cercana. ¿Por qué no había confiado en ellos y les había dicho la verdad? ¿Había hecho algo mal? ¿Debería haberse sincerado con ella antes? ¿A quién podía culpar si Lasca estaba muerto?
En la Cercanía no existían los ritos fúnebres. En las marcas de Étrame era un sacrilegio tocar los cuerpos y fuera de ellas, normalmente los dueños de los cuerpos decidían qué hacer: tirarlos al mar, quemarlos para que no ocupasen, enterrarlos para que el huerto diera mejores frutos… Cada uno con su locura. A pesar de eso, le pareció bien la idea de tallar sus nombres en la piedra. Quería que hubiera algo tangible para recordar a Iemai, algo que no la retrotrajera a aquel tramo de calle infernal y al monstruo de los huesos.
Lloró mucho los primeros días, aunque cada vez un poco menos. La noticia de la muerte de 77 supuso un alivio, a pesar de los daños que había causado antes de morir (como Iemai). Para reconfortarse, se decía a sí misma que tanto la pérdida del ojo de Alec como el mal estado del brazo de Kahlo no serían un gran problema tras la Luna. Se lo dijo incluso cuando recibieron la noticia de la amputación a la varmana, más adelante. Tenían que ser verdad las promesas de poder para compensar el infierno que habían vivido todos. Sin embargo, los días pasaban exasperantemente lentos. Ulmara a veces sentía los segundos aferrándose a su pequeño momento con tanto ahínco que retrasaban la hora.
Lo único que devolvía el flujo temporal a su cauce era salir, así que Ulmara no despercidió ni una sola oportunidad. Si había que buscar comida, ella salía. Si había que ir a la biblioteca, ella salía. Si hacía falta hablar con los de Silente, ella salía. ¿Y si no hacía falta nada? También salía. La primera vez que se fue sola del torreón, lo único que hizo fue gritar a cuatro calles de Sendar, para dejar salir la frustración que se aprovechaba de ella. La segunda vez gritó y pateó un pedrusco que le hizo daño en el pie. Se dio cuenta de el dolor era extrañamente reconfortante, como cuando se clavaba las uñas para contener la rabia dentro del torreón. A la tercera le atacó un pájaro no muy grande, que la persiguió hasta Sendar; a la cuarta fue ella la que persiguió a otro pájaro distinto.
Fue cuestión de tiempo que sus compañeros se preocuparan y cada vez que bajaba el puente, había alguien que le pedía cuidado. A Fleur y Maila les prometía que lo tendría (les mentía) y cuando el frivy la picaba con revolverle las plumas, la cercana le respondía de malas maneras y bromeaba sobre su propia muerte, dentro de cuya broma había algo de verdad. “Si no vuelvo no podrás despeinarme”. Al final, por suerte y por desgracia a la vez, Pefka y Rua comenzaron a salir con ella. Gracias a eso tuvo que cortarse un poco (solo un poco), pero también mejoró sus relaciones con ellos. A veces le bastaba con sentir el aire contra las plumas y charlar un rato. En otras ocasiones aprovechaba la aparición repentina de una rata para lanzar una flecha… Solo se lanzaba al peligro más grave cuando podía parecer que no quedaba de otra. Fuera como fuese, siempre volvía mejor de como se había marchado. Aunque volviese herida. Especialmente cuando volvía herida. Las mejores anécdotas de sus salidas se las contaba a Toni y Pefka para que las añadieran en su diario, como aquella vez que se asustó de ver salir un gato con cinco ojos de los matorrales y se cortó con su propia espada por error.
Con el tiempo y la temeridad, logró sentirse mejor dentro de Sendar. Seguía impaciente, más que nunca, pero poco a poco aprendía a dirigir dicha impaciencia a lugares inocuos. Evitaba en la medida de lo posible las borderías, las faltas de respeto o la violencia física, pero sí se la veía más propensa a abandonar los libros de magia antes de lograr resultados, a aburrirse de los relatos más extensos de Poe, a cocinar comidas muy largas o a cansarse rápido de ciertas conversaciones. Con quien más se pasaba a veces era Sarah, con quien intercambiaba gritos, a pesar de que sabía que tan solo se preocupaba por ella. Por la noche, sin embargo, se sentaba con ella y Toni, y cualquiera que quisiera acompañarlos, y se tomaba una manzanilla bastante más relajada, convencida de que eso la ayudaba a dormirse. De noche acudían las pesadillas y los bajones anímicos, con los que no le quedó más remedio que aprender a convivir, pero al final siempre se dormía y siempre despertaba al día siguiente, viva y cada vez más cerca del destino prometido.
Rocavarancolia cada vez se sentía más viva. El suelo temblaba a menudo (Pefka decía que respiraba), el cielo se cubría de nubes, el clima se volvía loco, veían bichos nuevos, más feos y grandes… Incluso parecía que la catedral de Luna Roja había extendido su manto por todas partes, envolviendo Rocavarancolia con aquella sensación extraña. Como si alguien se escondiera en sus sombras, o un ser invisible se hubiese acoplado a sus espaldas.
El día que marcaban los relojes como el día clave, el día de la salida, tardó en llegar, pero Ulmara no estaba dispuesta a perderse ni un solo segundo. Se levantó temprano, desayunó, calentó y lo primero que hizo fue bajar el puente del torreón y abrir la puerta. No quería quedarse dentro, no quería perderse nada de lo que supuestamente debía pasarles, quería estar lista para correr hacia lo Desconocido, esta vez de verdad. El suelo temblaba cada poco tiempo, como nunca lo había hecho hasta ahora. Si para Pefka antes respiraba, Ulmara se preguntaba qué estaba haciendo ahora. ¿Desperezarse? ¿Levantarse? ¿Estaría la ciudad viva de veras?
Por desgracia para ella, el resto de sus compañeros tenían más sentido común y volvieron a subir el puente. Ulmara refunfuñó, porque no sentía que pudiese pasarles nada malo justo ahora, pero acató a regañadientes. Volvió a sugerir la idea de abrir varias veces a lo largo del día, pero al final optó por intentar distraerse pegándole a los muñecos de entrenamiento y alternó entre el patio y la terraza, los dos lugares más abiertos.
Después de comer, decidió vestirse con la misma ropa que había llegado, exceptuando el namitka, y subió a la azotea con una manta, para tumbarse. Bocarriba, se aferró al colgante que le regaló su padre y se dio cuenta de que ya no olía el bosque entorno a casa, sino el aroma de la primera pizza que hicieron ella y Iemai con Qwara. Con una sonrisa triste, se apoyó sobre una de las almenas, cerró los ojos y escuchó con cierta agitación el aullido de los lobos.
Por un instante le apeteció unirse a ellos.
Y medio instante después, llenó de aire sus pulmones y aulló hasta que los vació del todo.
La pérdida pesaba mucho sobre ella. Era la primera vez que sentía que alguien se marchaba de su vida (de la vida) de esa forma. Había visto a lejanos disiparse y había cercanos en su familia que jamás se alzaron como lejanos, pero siempre había tenido la excusa lista para aligerar su pecho; también había muerto un nublino frente a ella, pero todavía creía que podía haber algo más. Ahora no podía engañarse. Fue más doloroso con el paso de los días, cuando entendió que debía pedirle disculpas a Keskit o a Toni, cuando aceptó por fin que Iemai había condenado a Nori a desaparecer igual que ella, sin ninguna necesidad. Lo más doloroso, sin embargo, fue la sensación de engaño e, irónicamente, la lejanía postmortem que sentía hacia la cercana. ¿Por qué no había confiado en ellos y les había dicho la verdad? ¿Había hecho algo mal? ¿Debería haberse sincerado con ella antes? ¿A quién podía culpar si Lasca estaba muerto?
En la Cercanía no existían los ritos fúnebres. En las marcas de Étrame era un sacrilegio tocar los cuerpos y fuera de ellas, normalmente los dueños de los cuerpos decidían qué hacer: tirarlos al mar, quemarlos para que no ocupasen, enterrarlos para que el huerto diera mejores frutos… Cada uno con su locura. A pesar de eso, le pareció bien la idea de tallar sus nombres en la piedra. Quería que hubiera algo tangible para recordar a Iemai, algo que no la retrotrajera a aquel tramo de calle infernal y al monstruo de los huesos.
Lloró mucho los primeros días, aunque cada vez un poco menos. La noticia de la muerte de 77 supuso un alivio, a pesar de los daños que había causado antes de morir (como Iemai). Para reconfortarse, se decía a sí misma que tanto la pérdida del ojo de Alec como el mal estado del brazo de Kahlo no serían un gran problema tras la Luna. Se lo dijo incluso cuando recibieron la noticia de la amputación a la varmana, más adelante. Tenían que ser verdad las promesas de poder para compensar el infierno que habían vivido todos. Sin embargo, los días pasaban exasperantemente lentos. Ulmara a veces sentía los segundos aferrándose a su pequeño momento con tanto ahínco que retrasaban la hora.
Lo único que devolvía el flujo temporal a su cauce era salir, así que Ulmara no despercidió ni una sola oportunidad. Si había que buscar comida, ella salía. Si había que ir a la biblioteca, ella salía. Si hacía falta hablar con los de Silente, ella salía. ¿Y si no hacía falta nada? También salía. La primera vez que se fue sola del torreón, lo único que hizo fue gritar a cuatro calles de Sendar, para dejar salir la frustración que se aprovechaba de ella. La segunda vez gritó y pateó un pedrusco que le hizo daño en el pie. Se dio cuenta de el dolor era extrañamente reconfortante, como cuando se clavaba las uñas para contener la rabia dentro del torreón. A la tercera le atacó un pájaro no muy grande, que la persiguió hasta Sendar; a la cuarta fue ella la que persiguió a otro pájaro distinto.
Fue cuestión de tiempo que sus compañeros se preocuparan y cada vez que bajaba el puente, había alguien que le pedía cuidado. A Fleur y Maila les prometía que lo tendría (les mentía) y cuando el frivy la picaba con revolverle las plumas, la cercana le respondía de malas maneras y bromeaba sobre su propia muerte, dentro de cuya broma había algo de verdad. “Si no vuelvo no podrás despeinarme”. Al final, por suerte y por desgracia a la vez, Pefka y Rua comenzaron a salir con ella. Gracias a eso tuvo que cortarse un poco (solo un poco), pero también mejoró sus relaciones con ellos. A veces le bastaba con sentir el aire contra las plumas y charlar un rato. En otras ocasiones aprovechaba la aparición repentina de una rata para lanzar una flecha… Solo se lanzaba al peligro más grave cuando podía parecer que no quedaba de otra. Fuera como fuese, siempre volvía mejor de como se había marchado. Aunque volviese herida. Especialmente cuando volvía herida. Las mejores anécdotas de sus salidas se las contaba a Toni y Pefka para que las añadieran en su diario, como aquella vez que se asustó de ver salir un gato con cinco ojos de los matorrales y se cortó con su propia espada por error.
Con el tiempo y la temeridad, logró sentirse mejor dentro de Sendar. Seguía impaciente, más que nunca, pero poco a poco aprendía a dirigir dicha impaciencia a lugares inocuos. Evitaba en la medida de lo posible las borderías, las faltas de respeto o la violencia física, pero sí se la veía más propensa a abandonar los libros de magia antes de lograr resultados, a aburrirse de los relatos más extensos de Poe, a cocinar comidas muy largas o a cansarse rápido de ciertas conversaciones. Con quien más se pasaba a veces era Sarah, con quien intercambiaba gritos, a pesar de que sabía que tan solo se preocupaba por ella. Por la noche, sin embargo, se sentaba con ella y Toni, y cualquiera que quisiera acompañarlos, y se tomaba una manzanilla bastante más relajada, convencida de que eso la ayudaba a dormirse. De noche acudían las pesadillas y los bajones anímicos, con los que no le quedó más remedio que aprender a convivir, pero al final siempre se dormía y siempre despertaba al día siguiente, viva y cada vez más cerca del destino prometido.
Rocavarancolia cada vez se sentía más viva. El suelo temblaba a menudo (Pefka decía que respiraba), el cielo se cubría de nubes, el clima se volvía loco, veían bichos nuevos, más feos y grandes… Incluso parecía que la catedral de Luna Roja había extendido su manto por todas partes, envolviendo Rocavarancolia con aquella sensación extraña. Como si alguien se escondiera en sus sombras, o un ser invisible se hubiese acoplado a sus espaldas.
El día que marcaban los relojes como el día clave, el día de la salida, tardó en llegar, pero Ulmara no estaba dispuesta a perderse ni un solo segundo. Se levantó temprano, desayunó, calentó y lo primero que hizo fue bajar el puente del torreón y abrir la puerta. No quería quedarse dentro, no quería perderse nada de lo que supuestamente debía pasarles, quería estar lista para correr hacia lo Desconocido, esta vez de verdad. El suelo temblaba cada poco tiempo, como nunca lo había hecho hasta ahora. Si para Pefka antes respiraba, Ulmara se preguntaba qué estaba haciendo ahora. ¿Desperezarse? ¿Levantarse? ¿Estaría la ciudad viva de veras?
Por desgracia para ella, el resto de sus compañeros tenían más sentido común y volvieron a subir el puente. Ulmara refunfuñó, porque no sentía que pudiese pasarles nada malo justo ahora, pero acató a regañadientes. Volvió a sugerir la idea de abrir varias veces a lo largo del día, pero al final optó por intentar distraerse pegándole a los muñecos de entrenamiento y alternó entre el patio y la terraza, los dos lugares más abiertos.
Después de comer, decidió vestirse con la misma ropa que había llegado, exceptuando el namitka, y subió a la azotea con una manta, para tumbarse. Bocarriba, se aferró al colgante que le regaló su padre y se dio cuenta de que ya no olía el bosque entorno a casa, sino el aroma de la primera pizza que hicieron ella y Iemai con Qwara. Con una sonrisa triste, se apoyó sobre una de las almenas, cerró los ojos y escuchó con cierta agitación el aullido de los lobos.
Por un instante le apeteció unirse a ellos.
Y medio instante después, llenó de aire sus pulmones y aulló hasta que los vació del todo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Torreón Sendar
13/04/21, 10:21 pm
El día siguiente en Maciel fue deprimente y desolador. Despertar y comprobar que lo que había pasado no era ningún engaño o embrujo no parecía ser suficiente, se le sumó ciertos detalles sobre Iemai que no pilló en su momento. Al parecer había puesto a Nori entre ella y Lasca, y era la razón principal por la que cuando la francesa regresó la vista atrás el nublino ya yacía en el suelo en un charco de sangre. Durante toda la conversación con los macieleros guardó absoluto silencio, por respeto a ellos y porque en realidad no sabía que opinión formarse. La cercana había sido una amiga, lidiar con su pérdida era demasiado complicado como para añadirle sus últimas voluntades. No podría soportarlo.
Las siguientes semanas fueron complicadas. Sendar estaba atestada de cosechados, pero Fleur lo sentía ajeno con el vacío que dejaba Iemai. Lloró bastante y sin dudarlo estuvo presente cuando se grabó su nombre. Era la primera vez que alguien de su entorno cercano moría y se enfrentaba a algo así. Rezaba por ella y por Nori, y cuando se enteraron de que el otro torreón había sufrido otra desgracia sumó el nombre de Quirra a sus plegarias. No pidió descanso para Lasca, no era juez ni verdugo pero no era alejarse del camino saber que alguien no merecía alcanzar el cielo. No quedaba en sus manos, de todas formas.
Las cosas con Maila fueron a peor, la unión que habían forjado con el otro torreón había servido para estar más protegidos pero tantos ojos extraños provocaba que se cortara aún más ante la presencia de todos. Pasó lo que tenía que pasar y tras una discusión que no le gustaría repetir su relación terminó por deteriorarse, hasta el punto de que a penas se dirigían la palabra y dejaron de dormir juntas. Para Fleur el golpe fue demoledor, y condicionó en una actitud mucho más pasiva tanto a la hora de conocer un poco más a los macieleros (de los cuales solo sintió afinidad por Reira) como en las salidas al exterior. Setenta y Siete y Lasca estaban muertos, era cierto, pero qué motivos tenía para salir. Solo quedaba la espera, una muy lenta e insoportable. Continuaba ayudando y realizando actividades cotidianas con melancolía, y habría enloquecido sintiéndose tan sola de no ser por Rúa, con quien estrechó aún mas la relación que tenían. Fleur se apoyó en ella, su humor y su forma de afrontar las dificultades la mantenían a flote, casi la consideraba como su hermana mayor. Aquellas semanas tan solitarias también le sirvieron de sorpresa, no pensaba tener muchas en común con él pero tras varias charlas con Toni se percató de que estaba bastante equivocada. Tenía mucho conocimiento sobre religión y estrecharon su relación.
Fue consciente de que no era la única que tenía problemas. Nery´s parecía estar corroído por la culpa, para variar, y además no estaba tan cerca de Kiki. El hijo de Lunas sufrió una pesadilla horrible pero con la muerte del reptil de su mundo su humor mejoró, pudo hacer magia e incluso trajo de sus salidas algún trofeo. Ulmara fue una de las que más preocupaciones le dio, actuando con temeridad contra no sabía qué. Quiso llegar a entenderla pero hubo un punto en que dejó de prestar atención al ver que no tenía retorno, solo esperaba no perder a nadie más, nunca.
La ciudad cobraba vida de maneras inesperadas, incluso con temblores fuertes. Se estaba acercando el final y el clima caótico junto con el aura ominosa que desprendía la catedral lo confirmaban. Fleur imaginó que si algún Dios, ya fuera el suyo o el de otros bajara sentiría algo parecido. Al final terminaba acostumbrándose, como al duelo que todos estaban llevando a su modo. No se podía sollozar eternamente.
Pero había cosas a la que no podía adaptarse. La distancia con su mejor amiga le estaba pasando factura y Fleur se dio cuenta que en realidad era lo que necesitaba para saber que deseaba estar a su lado. Habían pasado tantas cosas juntas que no podría contarlas todas. Si quería encontrarla, normalmente solo debía subir a la azotea y hablar con ella, ya que era el lugar alto más parecido al faro. Pero no tuvo lo que había que tener, terminó por ponerse un tope, que fue la Luna Roja. Sabía que después de ese día nada sería igual.
Por fin había llegado, la francesa andaba sentada en el salón ataviada con su vestido blanco de puntitos cian. Lo notaba incómodo, como si no le perteneciera. Ya no era la misma Fleur, había mejorado en muchas cosas, y empeorado en otras. Simplemente era una persona diferente. Había llegado a la conclusión de que no había lobos o corderos como contaba su madre, cada quien forjaba lo que quería ser.
Cuando escuchó a Ulmara aullar se permitió volver los ojos.
—Cada vez esta más desatada... —comentó con una sonrisa, sin intención de decir nada malo de ella, solo comentar de pasada para matar el tiempo y sus propios nervios. Ya no sabía ni qué decir, tenía una disculpa pendiente, pero no encontraba el momento. Apoyó una rodilla sobre la otra, y de vez en cuando dejaba escapar un suspiro, recreándose en su propia incertidumbre.
Las siguientes semanas fueron complicadas. Sendar estaba atestada de cosechados, pero Fleur lo sentía ajeno con el vacío que dejaba Iemai. Lloró bastante y sin dudarlo estuvo presente cuando se grabó su nombre. Era la primera vez que alguien de su entorno cercano moría y se enfrentaba a algo así. Rezaba por ella y por Nori, y cuando se enteraron de que el otro torreón había sufrido otra desgracia sumó el nombre de Quirra a sus plegarias. No pidió descanso para Lasca, no era juez ni verdugo pero no era alejarse del camino saber que alguien no merecía alcanzar el cielo. No quedaba en sus manos, de todas formas.
Las cosas con Maila fueron a peor, la unión que habían forjado con el otro torreón había servido para estar más protegidos pero tantos ojos extraños provocaba que se cortara aún más ante la presencia de todos. Pasó lo que tenía que pasar y tras una discusión que no le gustaría repetir su relación terminó por deteriorarse, hasta el punto de que a penas se dirigían la palabra y dejaron de dormir juntas. Para Fleur el golpe fue demoledor, y condicionó en una actitud mucho más pasiva tanto a la hora de conocer un poco más a los macieleros (de los cuales solo sintió afinidad por Reira) como en las salidas al exterior. Setenta y Siete y Lasca estaban muertos, era cierto, pero qué motivos tenía para salir. Solo quedaba la espera, una muy lenta e insoportable. Continuaba ayudando y realizando actividades cotidianas con melancolía, y habría enloquecido sintiéndose tan sola de no ser por Rúa, con quien estrechó aún mas la relación que tenían. Fleur se apoyó en ella, su humor y su forma de afrontar las dificultades la mantenían a flote, casi la consideraba como su hermana mayor. Aquellas semanas tan solitarias también le sirvieron de sorpresa, no pensaba tener muchas en común con él pero tras varias charlas con Toni se percató de que estaba bastante equivocada. Tenía mucho conocimiento sobre religión y estrecharon su relación.
Fue consciente de que no era la única que tenía problemas. Nery´s parecía estar corroído por la culpa, para variar, y además no estaba tan cerca de Kiki. El hijo de Lunas sufrió una pesadilla horrible pero con la muerte del reptil de su mundo su humor mejoró, pudo hacer magia e incluso trajo de sus salidas algún trofeo. Ulmara fue una de las que más preocupaciones le dio, actuando con temeridad contra no sabía qué. Quiso llegar a entenderla pero hubo un punto en que dejó de prestar atención al ver que no tenía retorno, solo esperaba no perder a nadie más, nunca.
La ciudad cobraba vida de maneras inesperadas, incluso con temblores fuertes. Se estaba acercando el final y el clima caótico junto con el aura ominosa que desprendía la catedral lo confirmaban. Fleur imaginó que si algún Dios, ya fuera el suyo o el de otros bajara sentiría algo parecido. Al final terminaba acostumbrándose, como al duelo que todos estaban llevando a su modo. No se podía sollozar eternamente.
Pero había cosas a la que no podía adaptarse. La distancia con su mejor amiga le estaba pasando factura y Fleur se dio cuenta que en realidad era lo que necesitaba para saber que deseaba estar a su lado. Habían pasado tantas cosas juntas que no podría contarlas todas. Si quería encontrarla, normalmente solo debía subir a la azotea y hablar con ella, ya que era el lugar alto más parecido al faro. Pero no tuvo lo que había que tener, terminó por ponerse un tope, que fue la Luna Roja. Sabía que después de ese día nada sería igual.
Por fin había llegado, la francesa andaba sentada en el salón ataviada con su vestido blanco de puntitos cian. Lo notaba incómodo, como si no le perteneciera. Ya no era la misma Fleur, había mejorado en muchas cosas, y empeorado en otras. Simplemente era una persona diferente. Había llegado a la conclusión de que no había lobos o corderos como contaba su madre, cada quien forjaba lo que quería ser.
Cuando escuchó a Ulmara aullar se permitió volver los ojos.
—Cada vez esta más desatada... —comentó con una sonrisa, sin intención de decir nada malo de ella, solo comentar de pasada para matar el tiempo y sus propios nervios. Ya no sabía ni qué decir, tenía una disculpa pendiente, pero no encontraba el momento. Apoyó una rodilla sobre la otra, y de vez en cuando dejaba escapar un suspiro, recreándose en su propia incertidumbre.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Sendar
14/04/21, 06:16 pm
We disappear in the lie forever
And denounce the power of death over our souls
And secret words are said to start a war
“A veces la relatividad del tiempo, y por tanto del espacio en si mismo, ha sido explicada como producto de la consciencia humana, como una mera repercusión de que un grupo de homínidos en un planeta lograron tener una consciencia de su ser en ese mundo…¿entonces, debe aplicársele a todas las especies pensantes? O solo a aquellas que miden su historia en base a un ciclo de acciones realizadas en un segmento de tiempo medido por longitudes de onda o…”
Kiki se giró en la cama mientras escribía con un trozo de carbón y se manchaba mas las manos que la hoja que tenia entren ellas. Su depresión se había agudizado, pero por alguna extraña razón, la mantenía a raya recordando canciones que ahora, pensadas en rocavarancoles, sonaban terribles. Sin embargo, la letra le seguía pareciendo lo suficientemente oscura y acertada para una habitación cerrada en un torreón en un mundo distante esperando algo que no podían evitar. Seguía reflexionando sobre el tiempo, sobre todas las cosas que habían pasado mientras se mantenía cómodamente aislada de los demás.
“a veces me pregunto si el tiempo no es más que un estado aceptado por cada psique o si tiene algo que ver con la división celular y el lapso en el que ciertos procesos se dan para que el organismo sienta que ha pasado mucho o poco tiempo”
La Muerte de Iemai y Nori la carcomían, y justo por eso lo había sellado en su interior, esforzándose por hacer otras cosas, sin dejar tiempo a la duda o la desesperación, había catalogado el hecho como una acción que no podía cambiar, una invariable en el destino que tenían y la aceptó así. No dijo ni pio, ni cuack ni nada más. De hecho, apenas mencionaron algo sobre sus cuerpos ella solo se retiro y se encerró en su cuarto malogrando las puntas de su cabello mientras lo entretejía en patrones mas apropiados para cestas de mimbre. Había momentos en los que deseaba salir y solo estar cerca de todos, en silencio al menos, y ya, sentirse unida. Pero después de la reacción a las noticias….
Cuando se enteró de la muerte de 77 no pudo evitar un golpe en su pierna y una expresión de pánico al creer que todos la miraban. Probablemente era así, al menos un par de personas, así que solo ignoro eso y se froto la pierna mientras decía en voz baja pero audible. “me hubiera gustado matarlo yo misma luego de la Luna, es decir…matarlo hubiera sido demasiado fácil…demasiado rápido para lo que se merece después de todo lo que….igual no tengo magia” ...e inmediatamente después, su cerebro la castigó por haber expresado su profundo odio y la mando a su cuarto. Después de eso, la humana había tenido mucho cuidado de no quedarse mucho con los demás. Ni siquiera con Jara a la que moría por hacerle doce mil trescientas cuarenta y cinco preguntas sobre ella, su especie y su mundo. De hecho, también se alejo de Nery’s, aunque eso fue a causa de otra conversación que tuvieron.
Pierce into the flesh of today
Suicide of love took away all that matters
And buried the remains in an unmarked grave in your heart
Después de eso solo había estado sobreviviendo lo más aislada que podía. Estuvo siempre, siempre atenta por si necesitaban ayuda, por si alguien decía que estaba cansado y ella tenia que ir por comida. Ya había dejado claro para ella misma y para el frivy su punto sobre lo inútil que se sentía, y no pensaba mostrarlo del todo a los demás. Durante aquellas escasas, escasísimas salidas que tuvo, fue totalmente calmada, como el condenado que va hacia el tablón en un barco pirata, aunque sabia ella que ese tipo de castigos eran demasiado hollywoodenses y no reales. De todas maneras, iba mirando a todo lado, imaginándose muchas cosas y repensándose muchas más veces. Al regresar no contestaba preguntas ni nada, solo dejaba la cesta, y se iba a seguir escribiendo tonterías y miles de posibles planes para escapar o refugiarse.
Sobre aquel sueño raro que había comenzado ese fatídico día, no le contó a nadie, a absolutamente nadie. Así que aquel autoimpuesto exilio no le parecía tan malo. En alguna realidad paralela o mundo onírico su destino había sido peor. Y sin embargo, seguía siendo una niña humana que en las noches lloraba en silencio, sin hacer ni un ruido y solo manchando de lagrimas los montones de ropa que usaba encima para no tener frio.
I'm killing loneliness (Killing loneliness)
With the warmth of your arms, you saved me
Oh, I'm killing loneliness with you
The killing loneliness
That turned my heart into a tomb
I'm killing loneliness
Y así, entre montones de situaciones supuestas por su mente, imaginadas con mucho detalle y varios fallidos planes de implementar un sistema de respuesta grupal, las semanas pasaron llego a tener un contador total de 13 muertes en situaciones peligrosas, 7 suicidios heroicos, 6 sacrificios no consentidos y 71 ataques a los que todos sobrevivían. No solo ella, sino su mente rara y hasta su pesimismo, estaban cansados. Cansados de sentirse como se sentía y de todo. Inconscientemente había puesto toda esperanza de cambio en la Luna, y aun así dentro de los mas profundo de ella ya temía acabar defraudada. Aquel día al despertarse solo había salido como una musaraña de u cama, fue a la cocina y saludo a quienes estuvieran ahí con una mano, mientras caminaba. Dio una vuelta entera a la habitación sin dejar de mover la mano, como en un desfile y salió nuevamente aun saludando y con una fruta en su otra mano para perderse en el torreón nuevamente si nadie la buscaba.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Sendar
14/04/21, 10:28 pm
A pesar de que los que volvieron aquel día a Sendar fueron más que los que salieron de allá el día anterior, el vacío no dejaba de sentirse. La ausencia de Iemai estaba tan presente en el aire, que casi era angustiante y el hecho que nunca encontraron el cuerpo de ella y el Nori al volver, dejaba un vacío aun mayor, que Rua no era capaz de soportar. No pudieron despedirse, no obtuvieron explicación alguna de porque las cosas se desarrollaron como se desarrollaron o tan siquiera, quien fue realmente Iemai.
Rua no se consideraba creyente en religión alguna, más si creía que la personas dejaban una huella en el mundo y en las personas que la conocían. Tal vez la huella que había dejado Iemai, estaba cargada de mentiras y de ocultaciones, que nunca serian respondidas, eso ya no podía cambiarlo, pero Rua al menos quería dejar una huella realmente tangible de que Iemai, vivió allí con ellos, en carne y huesos, con todos los misterios que la rodeaba. Por ello propuso aquel rito, incluyendo a Nori alli tras informar de aquello a los Macieleros, el no conocía como eran los rituales del mundo del nublino pero era lo menos que podía hacer.
Era algo simbólico, pues no había cuerpos algunos a los rendir tributo, pero Rua uso su magia para moldear los nombres de ambos en dos rocas que formarían ahora parte del propio torreón donde por tanto tiempo Iemai había vivido y que había sido el último lugar que vio a Nori con vida.
Aquel día ya fuese por como aquello la hizo sentir o porque aun a pesar de aquello sentía un desasosiego que no podía evitar quiso hablar de ella, de lo ocurrido de como sucedieron las cosas, tan rápidas que aun aprecian borrosas en sus memorias. Los macieleros también tenían derecho a saber. Y muchas cosas salieron a la luz, no solo sobre cómo cada cual vivió aquello, sino lo que oyeron, lo que vieron, el ambiente se caldeo y claramente una brecha se creó entre los macieleros y ellos. Rua contrario a lo que pudiera parecer con su carácter, no discutió, sus dudas nunca serian respondidas al final de todas formas. Ni veía sentido a juzgar los actos finales de alguien que ya estaba muerto, ni porque hizo las cosas como las hizo cuando ella nunca podría responderles. Y eso fue algo que se quedó grabado en Rua, que tal vez si se hubieran acercado más, hablado más obtener más su confianza, tal vez las cosas habrían sido diferentes y no se sentirían tan desorientados.
La sueca no quiso hundirse aun así en la tristeza, por eso se permitió llorar cuanto pudo aquella noche, hecha una bolita en su cama como tanto había querido hacer y tanto tuvo que contener en Maciel. No es como si llorar sirviera para olvidar, no era un acto tan milagroso, pero si ayudaba sacar a esa bestia depresiva que cuando parecía intentaba consumirlo todo. Y no iba a dejar que ese monstruo ni la ciudad que insistía una y otra vez en darle fuerzas, fuera a consumirla.
Rua se enfrasco simplemente en seguir viviendo, esa Luna endemoniada se acercaba, pero ya Rua había dejado de temerla, que viniera con la fuerza que quisiera que ella iba a estar esperándola para cagarse en su mera existencia. La relación con los macieleros no logró mejorarse, era una relación casi formal, mas era evidente que nunca serian capaz de unirse, la brecha por lo de Nori ya se habida creado. No sabía si es que los culpaban por lo ocurrido o simplemente estaba hartos y cansados de las perdidas, pero Rua no insistió más allá de tratarlos con cordialidad e intentar no dejarlos fuera de las decisiones que se tomaban. Aun así, que Reira no cambiara su forma de actuar con ellos, se abriera a conversar y a verse hasta unirse en sus momentos de relax diarios, fue un respiro de aire fresco. En caso contrario alguno de sus propios compañeros sí que se aisló incluso más, como ocurrió especialmente e notoriamente con Qwara o Kiki, las que no parecían muy a gusto con tener compañía durante demasiado espacio de tiempo.
Noticias que llegaron desde los Silentinos marco una cierta calma en el torreón. Setenta y siete por fin estaba muerto lo que quitaba una gran cantidad de estrés en las salidas, pero se había llevado consigo el precio del brazo de Kahlo y el ojo de Alec. Rua se ofreció a ayudarles en la medida de lo posible, pero fue evidente que el brazo de la varmana no tuvo recuperación alguna, como se enteraron tiempo después.
Y mantener el tiempo ocupado se volvió algo sumamente importante para la sueca, ocupado y sobretodo acompañado, era evidente que mucho de sus compañeros estaban de bajona así que en la medida de lo posible y al menos aquellos que se dejaban ayudar, insto a motivarlos, hablando, reuniéndose para cocinar, tal vez hablar. Hasta logro acercarse más a Nery’s, increíble pero cierto. La magia jugo un papel en mantener cierta unión con los demás, ayudando a aquellos que apenas había obtenido magia, como había ocurrido con Toni y Pefka, aunque realmente esas prácticas estaban abiertas a quien quisiera. A Rua le emocionaba de alguna forma ese intento de cotidianidad, en ayudar con esos hechizos en ver hasta donde podían llegar, en enseñarles algo que ya ella llevaba meses manejando y sabiéndose de memoria. Permitió una mayor cercanía con ambos que agradeció. Fue exactamente lo mismo con Fleur, que se volvió prácticamente su apoyo, en dos direcciones durante aquel tiempo, ya se llevaban bien de antes, pero la relación mejoro aún. Rua había notado el distanciamiento entre Maila y ella, intuía que algo realmente serio e importante había ocurrido entre ellas, pero también concluyo que lo que había pasado era algo tan personal que si Fleur, con la confianza que se había creado entre ambas, no había querido contarle, no iba a insistirle.
Mientras tanto, fuera, el tiempo parecía haberse vuelto completamente loco como si intentara hacer un combate con las sensaciones que en ocasiones se respiraban dentro del torreón. El cielo parecia cambiar día tras día, como si quisiera recordarles que estaba allí y vivía y el suelo le respondía con temblores que para Rua parecía prácticamente rugidos, como los de un enorme animal que comenzaba a despertarse.
Y conforme la ciudad parecía revitalizarse incluso más, más problemas fueron teniendo con Ulmara, como si sintonizara con ella. No era rara las veces que volvía herida o que alguno de sus compañeros discutía con ella por las salidas a donde iba siempre. Rua mismo hablar con ella en una de esas veces que salió junto a ella y se hizo un corte profundo, por su temeridad. Aquella charla la ayudo a entender un poco mejor el porqué de sus acciones, aun así, y aunque no llego a conseguir que parase, al menos obtuvo una promesa de tener más cuidado. No era mucho más lo que podía pedirse.
El día que concretaron que esa luna endemoniada saldría, Rua se levantó como si fuera un día mas, se tomó su tiempo en bañarse, un largo baño de aguan caliente, desayunar tranquilamente. Todos en el torreón aprecia inquietos, como esperando algo, tuvieron que prohibirle a Ulmara dejar el portón abierto y el puente bajado, porque aprecia que en cualquier momento fuese a salir disparada por la puerta Y como no se le permitió, proclamo prácticamente la azotea como su lugar de esparcimiento.
Rua decidido no interrumpirla, ya había tenido una charla con ella sobre sus ansias de respirar, de libertad y tranquilidad y dado que salir no era opción por lo peligrosos no le quitaría eso. Rua fue al salón donde encontró a Fleur, a la que sonrió, mientras se preparaba un té. El aullido que llego desde lo más alto del torreón la hizo sobresaltarse ligeramente mirando hacia el techo, el comentario de Fleur llegando hasta ella mientras tomaba asiento en el sofá a su lado.
- Cada día creo más que nos cambiaron a Ulmara, por un perro – dijo Rua negando con la cabeza, ante el aullido incansable que ni intento silenciar. Aquel día, había decidido vestirse con parte de la ropa que trajo cuando fue cosechada. Sus pantalones cortos negros, su camiseta gótica, el abrigo que mantuvo sobre sus hombros sin cerrarlo adelante y haciendo todo el contraste, no llevaba sus preciosas botas altas, sino que usaba unos calcetines negros altos, que le llegaba casi hasta las rodillas, enfundado en un intento de pantuflas. Y así esperaría la dichosa luna de mierda, sentada en el sofa del salon al lado de Fleur: luciendo divina, cómoda y tomándose un té.
La dudas sobre lo que apsaria con ella a partir de ahora, formando un uno con su ser, pero intentando darle la menos importancia que pudiera para no entrar en panico.
Rua no se consideraba creyente en religión alguna, más si creía que la personas dejaban una huella en el mundo y en las personas que la conocían. Tal vez la huella que había dejado Iemai, estaba cargada de mentiras y de ocultaciones, que nunca serian respondidas, eso ya no podía cambiarlo, pero Rua al menos quería dejar una huella realmente tangible de que Iemai, vivió allí con ellos, en carne y huesos, con todos los misterios que la rodeaba. Por ello propuso aquel rito, incluyendo a Nori alli tras informar de aquello a los Macieleros, el no conocía como eran los rituales del mundo del nublino pero era lo menos que podía hacer.
Era algo simbólico, pues no había cuerpos algunos a los rendir tributo, pero Rua uso su magia para moldear los nombres de ambos en dos rocas que formarían ahora parte del propio torreón donde por tanto tiempo Iemai había vivido y que había sido el último lugar que vio a Nori con vida.
Aquel día ya fuese por como aquello la hizo sentir o porque aun a pesar de aquello sentía un desasosiego que no podía evitar quiso hablar de ella, de lo ocurrido de como sucedieron las cosas, tan rápidas que aun aprecian borrosas en sus memorias. Los macieleros también tenían derecho a saber. Y muchas cosas salieron a la luz, no solo sobre cómo cada cual vivió aquello, sino lo que oyeron, lo que vieron, el ambiente se caldeo y claramente una brecha se creó entre los macieleros y ellos. Rua contrario a lo que pudiera parecer con su carácter, no discutió, sus dudas nunca serian respondidas al final de todas formas. Ni veía sentido a juzgar los actos finales de alguien que ya estaba muerto, ni porque hizo las cosas como las hizo cuando ella nunca podría responderles. Y eso fue algo que se quedó grabado en Rua, que tal vez si se hubieran acercado más, hablado más obtener más su confianza, tal vez las cosas habrían sido diferentes y no se sentirían tan desorientados.
La sueca no quiso hundirse aun así en la tristeza, por eso se permitió llorar cuanto pudo aquella noche, hecha una bolita en su cama como tanto había querido hacer y tanto tuvo que contener en Maciel. No es como si llorar sirviera para olvidar, no era un acto tan milagroso, pero si ayudaba sacar a esa bestia depresiva que cuando parecía intentaba consumirlo todo. Y no iba a dejar que ese monstruo ni la ciudad que insistía una y otra vez en darle fuerzas, fuera a consumirla.
Rua se enfrasco simplemente en seguir viviendo, esa Luna endemoniada se acercaba, pero ya Rua había dejado de temerla, que viniera con la fuerza que quisiera que ella iba a estar esperándola para cagarse en su mera existencia. La relación con los macieleros no logró mejorarse, era una relación casi formal, mas era evidente que nunca serian capaz de unirse, la brecha por lo de Nori ya se habida creado. No sabía si es que los culpaban por lo ocurrido o simplemente estaba hartos y cansados de las perdidas, pero Rua no insistió más allá de tratarlos con cordialidad e intentar no dejarlos fuera de las decisiones que se tomaban. Aun así, que Reira no cambiara su forma de actuar con ellos, se abriera a conversar y a verse hasta unirse en sus momentos de relax diarios, fue un respiro de aire fresco. En caso contrario alguno de sus propios compañeros sí que se aisló incluso más, como ocurrió especialmente e notoriamente con Qwara o Kiki, las que no parecían muy a gusto con tener compañía durante demasiado espacio de tiempo.
Noticias que llegaron desde los Silentinos marco una cierta calma en el torreón. Setenta y siete por fin estaba muerto lo que quitaba una gran cantidad de estrés en las salidas, pero se había llevado consigo el precio del brazo de Kahlo y el ojo de Alec. Rua se ofreció a ayudarles en la medida de lo posible, pero fue evidente que el brazo de la varmana no tuvo recuperación alguna, como se enteraron tiempo después.
Y mantener el tiempo ocupado se volvió algo sumamente importante para la sueca, ocupado y sobretodo acompañado, era evidente que mucho de sus compañeros estaban de bajona así que en la medida de lo posible y al menos aquellos que se dejaban ayudar, insto a motivarlos, hablando, reuniéndose para cocinar, tal vez hablar. Hasta logro acercarse más a Nery’s, increíble pero cierto. La magia jugo un papel en mantener cierta unión con los demás, ayudando a aquellos que apenas había obtenido magia, como había ocurrido con Toni y Pefka, aunque realmente esas prácticas estaban abiertas a quien quisiera. A Rua le emocionaba de alguna forma ese intento de cotidianidad, en ayudar con esos hechizos en ver hasta donde podían llegar, en enseñarles algo que ya ella llevaba meses manejando y sabiéndose de memoria. Permitió una mayor cercanía con ambos que agradeció. Fue exactamente lo mismo con Fleur, que se volvió prácticamente su apoyo, en dos direcciones durante aquel tiempo, ya se llevaban bien de antes, pero la relación mejoro aún. Rua había notado el distanciamiento entre Maila y ella, intuía que algo realmente serio e importante había ocurrido entre ellas, pero también concluyo que lo que había pasado era algo tan personal que si Fleur, con la confianza que se había creado entre ambas, no había querido contarle, no iba a insistirle.
Mientras tanto, fuera, el tiempo parecía haberse vuelto completamente loco como si intentara hacer un combate con las sensaciones que en ocasiones se respiraban dentro del torreón. El cielo parecia cambiar día tras día, como si quisiera recordarles que estaba allí y vivía y el suelo le respondía con temblores que para Rua parecía prácticamente rugidos, como los de un enorme animal que comenzaba a despertarse.
Y conforme la ciudad parecía revitalizarse incluso más, más problemas fueron teniendo con Ulmara, como si sintonizara con ella. No era rara las veces que volvía herida o que alguno de sus compañeros discutía con ella por las salidas a donde iba siempre. Rua mismo hablar con ella en una de esas veces que salió junto a ella y se hizo un corte profundo, por su temeridad. Aquella charla la ayudo a entender un poco mejor el porqué de sus acciones, aun así, y aunque no llego a conseguir que parase, al menos obtuvo una promesa de tener más cuidado. No era mucho más lo que podía pedirse.
El día que concretaron que esa luna endemoniada saldría, Rua se levantó como si fuera un día mas, se tomó su tiempo en bañarse, un largo baño de aguan caliente, desayunar tranquilamente. Todos en el torreón aprecia inquietos, como esperando algo, tuvieron que prohibirle a Ulmara dejar el portón abierto y el puente bajado, porque aprecia que en cualquier momento fuese a salir disparada por la puerta Y como no se le permitió, proclamo prácticamente la azotea como su lugar de esparcimiento.
Rua decidido no interrumpirla, ya había tenido una charla con ella sobre sus ansias de respirar, de libertad y tranquilidad y dado que salir no era opción por lo peligrosos no le quitaría eso. Rua fue al salón donde encontró a Fleur, a la que sonrió, mientras se preparaba un té. El aullido que llego desde lo más alto del torreón la hizo sobresaltarse ligeramente mirando hacia el techo, el comentario de Fleur llegando hasta ella mientras tomaba asiento en el sofá a su lado.
- Cada día creo más que nos cambiaron a Ulmara, por un perro – dijo Rua negando con la cabeza, ante el aullido incansable que ni intento silenciar. Aquel día, había decidido vestirse con parte de la ropa que trajo cuando fue cosechada. Sus pantalones cortos negros, su camiseta gótica, el abrigo que mantuvo sobre sus hombros sin cerrarlo adelante y haciendo todo el contraste, no llevaba sus preciosas botas altas, sino que usaba unos calcetines negros altos, que le llegaba casi hasta las rodillas, enfundado en un intento de pantuflas. Y así esperaría la dichosa luna de mierda, sentada en el sofa del salon al lado de Fleur: luciendo divina, cómoda y tomándose un té.
La dudas sobre lo que apsaria con ella a partir de ahora, formando un uno con su ser, pero intentando darle la menos importancia que pudiera para no entrar en panico.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Personajes :- Spoiler:
Armas :- Spoiler:
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
- Dama Abrazos: Mandobles y manguales gigantes duales, balas cañon.
- Nery´s: Beyesha infinita. Esto que no sabe ni que es.
- Arcan Rel: Cuchillos de caza, espada de mano y media, hacha cazahombres.
Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*
Re: Torreón Sendar
15/04/21, 12:39 am
Cansado y carcomido paso aquella noche abrazado a la finlandesa sin poder pegar demasiado ojo. Decidieron contar toda la verdad de aquel horrible suceso al día siguiente, momento en el cual Nery´s también confesó como había sido uno de los engranajes que permitían situación como aquella entre lagrimas y tirándose del pelo no pudiendo más consigo mismo.
Se pasaba horas dándole vueltas a la acciones de Iemai, sobre todo a sus últimos momentos pero lo único que sacó fue que quizás era un mensaje. "Sobrevivid. A costa de todo. A costa de cualquiera" Era una conclusión que pese a parecerse a las palabras de su hermana en su día, le daban a todo un tinte demasiado macabro. Pasó el ritual de marcar sus nombres en silencio, con la mirada perdida más allá de aquel nombre.
La cosa no acabó ahí para él, tras confrontar a Kiki sobre lo que eran y llevarse un golpe de realidad finalmente decidió que necesitaba enfrentarse a sí mismo y por petición de Nery´s dejaron de dormir juntos. A su vez ese pequeña gravitación que siempre hacía hacia ella, acercándose hasta posar un brazo o una mano o simplemente pegar su hombro al de la finlandesa, ese ritual cotidiano, murió. Tan solo se veía como la miraba de reojo entristecido sin poder hacer nada por ella y sin poder recibir aquel consuelo diario.
Todo aquello se cobró notablemente en salud al frivy. Con el consuelo de la compañía nocturna desaparecido aquel miedo o rechazo a estar solo se apoderó de él durante las noches mezclándose con la angustia por Kiki y la muerte de, al menos para él, una amiga. No era raro que sufriese pesadillas, no era raro para los que estaban de guardia verle deambular hasta la cocina a horas extrañas de la noche, tampoco lo era escucharle llorar encerrado en alguna habitación separada. Las ojeras se le acentuaban día tras día.
Dejó de ser hablador y animado y simplemente permanecía callado la mayoría del tiempo, concentrándose en alguna tarea a parte o simplemente perdido en su mente aunque si se le hablaba directamente respondía siendo más amable y calmado que en el pasado, aunque se notaba la falta de fuerzas en su voz. Tampoco bailaba con Pefka por las noches ni se expresaba en sus entrenamientos solitarios, hacía tan solo los movimientos mecanizados necesarios para mantener a punto su cuerpo. Cada vez pasaba más tiempo en la terraza contemplando la ciudad. La destruía y la renovaba en su mente. Le daba vida, le daba futuros.
La noticia de la muerte de 77 fue más que bien recibida y felicitó enormemente a los Silentinos por ello así como dio su pésame por Quirra. Fue un poco de viento fresco que le quitó una de tantas cargas de encima y le impulsó un poco hacia estar mejor.
Comenzó a ofrecer su estuche y sesiones de belleza a quien quisiera incluyendo a los Macieleros y le pidió a Rua que le cortase el pelo. Se lo había dejado ya casi hasta los hombros pero decidió que era hora de tenerlo corto de nuevo, algo más incluso que cuando vino allí por primera vez. Empezó a aceptar las proposiciones de baile de Pefka de nuevo y a abrirse un poco más a sus compañeros. Tambien le pidió a Qwara clases de cocina pero ante las evasivas de esta simplemente probaba por su cuenta a hacerse meriendas juntando cosas, con mejores y peores resultados. Ante la actitud de Ulmara las primeras veces que salía solo al borde no dijo nada pero eventualmente empezó a reñirla a su manera, amenazándola con revolverle las plumas.
Pudo notar como la misma tensión que había entre él y Kiki se encontraba ahora también entre Maila y Fleur. Aquella visión con la que empatizaba no hizo más que apenarle. Se llevaba muy bien con las dos y le dolía de corazón verlas así. Deseaba ojalá poder hacer algo más que intentar animar a cada una por separado. También deseaba que todo pudiese ser tranquilo y perfecto. Por desgracia nada era nunca como quería.
Los días pasaban y poco a poco conseguía dormir más, aunque fuera producto del cansancio acumulado. Una nueva rutina se asentó por fin mientras que Rocavarancolia parecía renacer y advertirles. De vez en cuando buscaba a Kiki e intentaba hablar con ella aunque no sirvió de mucho.
Sabían la fecha. No se creía preparado para aquel final, para volver a trabajar y despedirse de aquel lugar que más o menos les había protegido. Al final no había podido evitar tenerle cariño a todo aquello, a las mismas habitaciones, muros y piedras que los rodeaban. Pero tanto la muerte de Iemai como la actitud de esperanza hacia la Luna por parte de Kiki habían sellado aquella estancia. Era hora de acabar con aquel sueño.
Aquel día poco había dormido.Y tras tener que reñir a Ulmara se había ido a la terraza. Jugaba con su brazalete mientras las nubes cubrían el cielo y el viento de la ciudad le golpeaba con fuerza. Era la hora de la verdad. No había vuelta atrás.
Se dirigía a la terraza para contemplar la ciudad u rato antes de volver y juntarse con el resto cuando presenció de primera plana a Ulmara aullando a más no pode. Sin acercarse mucho e intentando asustarla él mismo llenó sus pulmones y procedió a aullar a todo volumen detrás de la cercana.
Al acabar se empezó a reír el solo de toda la situación.
Llevaba el chaleco cazadora del primer día junto a unas pezoneras, los playeros e incluso los pantalones cortos. Lo único que faltaba eran los tatuajes holográficos que obviamente ya no servían y las tiras de led que habían dejado de funcionar y por tanto solo lo arruinarían todo. También en su brazo derecho se encontraba el set de anillos y brazal enjoyados.
Se pasaba horas dándole vueltas a la acciones de Iemai, sobre todo a sus últimos momentos pero lo único que sacó fue que quizás era un mensaje. "Sobrevivid. A costa de todo. A costa de cualquiera" Era una conclusión que pese a parecerse a las palabras de su hermana en su día, le daban a todo un tinte demasiado macabro. Pasó el ritual de marcar sus nombres en silencio, con la mirada perdida más allá de aquel nombre.
La cosa no acabó ahí para él, tras confrontar a Kiki sobre lo que eran y llevarse un golpe de realidad finalmente decidió que necesitaba enfrentarse a sí mismo y por petición de Nery´s dejaron de dormir juntos. A su vez ese pequeña gravitación que siempre hacía hacia ella, acercándose hasta posar un brazo o una mano o simplemente pegar su hombro al de la finlandesa, ese ritual cotidiano, murió. Tan solo se veía como la miraba de reojo entristecido sin poder hacer nada por ella y sin poder recibir aquel consuelo diario.
Todo aquello se cobró notablemente en salud al frivy. Con el consuelo de la compañía nocturna desaparecido aquel miedo o rechazo a estar solo se apoderó de él durante las noches mezclándose con la angustia por Kiki y la muerte de, al menos para él, una amiga. No era raro que sufriese pesadillas, no era raro para los que estaban de guardia verle deambular hasta la cocina a horas extrañas de la noche, tampoco lo era escucharle llorar encerrado en alguna habitación separada. Las ojeras se le acentuaban día tras día.
Dejó de ser hablador y animado y simplemente permanecía callado la mayoría del tiempo, concentrándose en alguna tarea a parte o simplemente perdido en su mente aunque si se le hablaba directamente respondía siendo más amable y calmado que en el pasado, aunque se notaba la falta de fuerzas en su voz. Tampoco bailaba con Pefka por las noches ni se expresaba en sus entrenamientos solitarios, hacía tan solo los movimientos mecanizados necesarios para mantener a punto su cuerpo. Cada vez pasaba más tiempo en la terraza contemplando la ciudad. La destruía y la renovaba en su mente. Le daba vida, le daba futuros.
La noticia de la muerte de 77 fue más que bien recibida y felicitó enormemente a los Silentinos por ello así como dio su pésame por Quirra. Fue un poco de viento fresco que le quitó una de tantas cargas de encima y le impulsó un poco hacia estar mejor.
Comenzó a ofrecer su estuche y sesiones de belleza a quien quisiera incluyendo a los Macieleros y le pidió a Rua que le cortase el pelo. Se lo había dejado ya casi hasta los hombros pero decidió que era hora de tenerlo corto de nuevo, algo más incluso que cuando vino allí por primera vez. Empezó a aceptar las proposiciones de baile de Pefka de nuevo y a abrirse un poco más a sus compañeros. Tambien le pidió a Qwara clases de cocina pero ante las evasivas de esta simplemente probaba por su cuenta a hacerse meriendas juntando cosas, con mejores y peores resultados. Ante la actitud de Ulmara las primeras veces que salía solo al borde no dijo nada pero eventualmente empezó a reñirla a su manera, amenazándola con revolverle las plumas.
Pudo notar como la misma tensión que había entre él y Kiki se encontraba ahora también entre Maila y Fleur. Aquella visión con la que empatizaba no hizo más que apenarle. Se llevaba muy bien con las dos y le dolía de corazón verlas así. Deseaba ojalá poder hacer algo más que intentar animar a cada una por separado. También deseaba que todo pudiese ser tranquilo y perfecto. Por desgracia nada era nunca como quería.
Los días pasaban y poco a poco conseguía dormir más, aunque fuera producto del cansancio acumulado. Una nueva rutina se asentó por fin mientras que Rocavarancolia parecía renacer y advertirles. De vez en cuando buscaba a Kiki e intentaba hablar con ella aunque no sirvió de mucho.
Sabían la fecha. No se creía preparado para aquel final, para volver a trabajar y despedirse de aquel lugar que más o menos les había protegido. Al final no había podido evitar tenerle cariño a todo aquello, a las mismas habitaciones, muros y piedras que los rodeaban. Pero tanto la muerte de Iemai como la actitud de esperanza hacia la Luna por parte de Kiki habían sellado aquella estancia. Era hora de acabar con aquel sueño.
Aquel día poco había dormido.Y tras tener que reñir a Ulmara se había ido a la terraza. Jugaba con su brazalete mientras las nubes cubrían el cielo y el viento de la ciudad le golpeaba con fuerza. Era la hora de la verdad. No había vuelta atrás.
Se dirigía a la terraza para contemplar la ciudad u rato antes de volver y juntarse con el resto cuando presenció de primera plana a Ulmara aullando a más no pode. Sin acercarse mucho e intentando asustarla él mismo llenó sus pulmones y procedió a aullar a todo volumen detrás de la cercana.
Al acabar se empezó a reír el solo de toda la situación.
Llevaba el chaleco cazadora del primer día junto a unas pezoneras, los playeros e incluso los pantalones cortos. Lo único que faltaba eran los tatuajes holográficos que obviamente ya no servían y las tiras de led que habían dejado de funcionar y por tanto solo lo arruinarían todo. También en su brazo derecho se encontraba el set de anillos y brazal enjoyados.
- Equilibrio:
Un blanco mas oscuro que el negro.
Un negro mas claro que el blanco.
El gris se desborda en mil tonos.
Y el arcoiris se hunde en monotonia.
Vivimos caminando el sendero dejado por los muertos.
Mientras brindamos nueva muerte a nuestro paso para extenderlo.
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