Burdel de Dama Espasmo (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Elegante, era la palabra apropiada para el edificio. Cain no estaba seguro de que Dirke supiese realmente donde les había llevado, pero eso ya no importaba. El lugar parecía deshabitado, y desde hace bastante tiempo, a juzgar por su aspecto dejado. Pero ese aire decadente hacía del sitio un lugar...
-Mágico...- susurró Caín dejando su cesta en el suelo
Nada más llegar, los chicos se habían dejado caer en los divanes y cojines del suelo, agotados por la carrera.

No he entendido bien a Caín y he acabado por sentarme a la mesa y servirme puré. Una vez saciado, evalúo el día <<Esto no puede seguir así. Vivimos en grupo, si quiero sobrevivir no puedo dejar todo a Caín, acabará odiándome y luego este odio pasará a todos...>> Recojo la mesa y lavo los cubiertos y platos. <<Una tormenta...Con lo que me gustan, pero no es recomendable salir ahora>> Salgo de la cocina y voy a dar un paseo por el burdel para desentumecer mi cuerpo. Sonrío cuando uno de mis pasos coincide con un trueno y voy a la sala principal. La luz de la tormenta perfila un cuerpo apoyado en la pared y me pongo en guardia mientras me acerco. Es un joven, humano, con más ropa oriental y desconocido.
-¿Quién va?

De repente mi placentero sueño es interrumpido por la voz de alguien que se dirige a mí, me levanto lentamente y lo miro mientras digo:
-Soy Norou.. Hijo del cielo y de la montaña… no quiero problemas, solo quiero pasar la noche aquí, mañana partiré…

Miro al chico de arriba abajo y sopeso su respuesta.
-Hum...Jack. No soy el dueño pero si esa es tu respuesta, puedes quedarte aquí, aunque tenemos camas arriba.-le digo.-Y un baño abajo.-remarco al ver su estado.

Al ver que el chico no intenta nada extraño, me vuelvo a sentar y mirando el cielo por el amplio agujero digo: -El cielo está llorando Jack, este es mi lugar-
Me quedo pensativo mientras la lluvia golpea mi cara << ¿Qué demonios será una cama…?>>

Le miro desconcertado mientras se sienta y ante lo que dice, pero no respondo, simplemente hago un gesto y vuelvo a mi habitación. Cierro la puerta y recupero el látigo de la otra noche, pero no es momento para aprender a usarlo <<A ver si me voy a herir...>> Lo vuelvo a enrollar y vuelvo a abrir el baúl con los kimonos. Siguen sin convencerme, pero acabaré usándolos cuando la ropa se me estropee. Me descalzo y me echo sobre la cama, para luego cerrar los párpados, aunque no me duermo. Como no me duermo, salgo de la cama y paso al balcón, pero me desvisto de cintura para arriba para mojarme de la lluvia. Me siento sobre las piernas de rodillas y miro al frente, sintiendo las gotas surcar mi cuerpo. <<Estaré así un rato, luego volveré a la cama>> cosa que hago más tarde...

El chico me hace un gesto y se marcha…<<aunque sean de apariencia extraña son igual que las personas de la aldea, me desprecian… >>Nuevamente un relámpago ilumina la oscura sala << Mañana partiré… ¿A dónde? No conozco nada de este lugar y no creo que ese monstruo sea lo único que haya en el exterior…Esa criatura estaba en lo cierto en lo de los grandes desafíos, ¿Pero...dónde está mi nuevo hogar?>> Norou se cruza de brazos frustrado cerrando los ojos y vuelve a sumirse en un profundo sueño…

Me despierto con los primeros rayos del sol que entran por la cortina, además de que tras un día durmiendo tenía poco sueño. Salto de la cama y tras recuperarme del acostumbrado mareo, me calzo las deportivas y aliso como puedo la ropa. Cojo el látigo y me lo ato a la cintura a modo de cinturón, para luego salir del cuarto y bajar a la cocina. <<Una cosa es sobrevivir en un bosque, buscar comida, cocinarla, que encontrar algo en esta cocina...>> pienso, mientras miro los muebles sin saber qué hacer. Tomo un poco del puré frío de anoche y tras recoger los cubiertos y lavarlos, cojo una silla y bajo a la sala donde nos bañamos el otro día. Coloco la silla a cierta distancia de mí, le pongo el cubo bocabajo en el asiento y agarro el látigo. Lo miro receloso y lo chasqueo primero contra el suelo. Sonrío con el sonido y miro el cubo <<Probemos. Es como azuzarlo contra el suelo, pero contra el cubo>> Pero por si acaso, me echo una toalla por la cabeza, no vaya a saltarme un ojo o a arañarme. "Protegido", intento golpear el cubo con el látigo, cosa fallida, eso sí, me llevo unos cuantos golpes en el pecho. <<¿Una toalla bajo el abrigo? Mejor>> Abro la cremallera, pongo entre la camiseta y este una toalla doblada y cierro la cremallera. Luego, sigo practicando. . .

Abro los ojos rápidamente y los rayos del se me clavan como agujas en los ojos, me llevo las manos a la cara e intento acostumbrarme a la luz << Pensaba que esa tormenta no terminaría tan pronto… >> miro a mi alrededor y no veo a nadie…<<No creo que tarden en aparecer, al fin y al cabo esta parece ser su guarida>> me levanto del suelo y me estiro un poco, lo que provoca que muchos huesos crujan <<el suelo del bosque estaba más blando…qué hambre necesito buscar comida pero aun puedo aguantarlo…no me vencerá el hambre>> Me acerco a la fuente y me veo reflejada en ella <<Soy bastante diferente a los demás chicos * me llevo una mano a la cara y empiezo a palpármela, lo que al levantar la mano de mi asila capto un fuerte olor a sudor* ¿o yo huelo mal o el ambiente huele bien?>> Tras poner una cara torcida por olerme decido en desvestirme por completo y poner a el sol el Gi a secar , me refresco un poco en la fuente, luego salgo y intento leer el libro que traje conmigo como de costumbre << ¿ Pero que demonios? Mi libro ha cambiado…pero cómo?.. En este mundo hasta leer se ha vuelto un desafío..>> cierro el libro y lo dejo junto a la ropa, y comienzo a hacer ejercitarme allí en la misma sala, sin vestirme, << En mi Hogar era fuerte, pero aquí ya no… Debo superarme… pero necesito un refugio hasta que lo haga…>>

(Me quedo entrenando hasta que vuelva a postear, si alguien me lo pide me pondre la ropa y seguire entrenando)

<<Otra noche más arreglando relojes... ¡Que hartura!>> pienso mientras comienzo a desencajar las piezas de un reloj de cuco que hay sobre la mesa. Cojo uno de los engranajes y jugueteo con él entre mis dedos antes de sacar el destornillador de la caja de herramientas para ponerme manos a la obra. Entonces oigo una voz, parece la de mi madre, debe de estar llamándome. Dejo el engranaje en la mesa, junto al destornillador y subo a ver que quiere.

Me la encuentro vestida con una bata llena de números de todos los tipos y colores y varias agujas retorcidas, la típica bata del típico relojero con posibles tintes de locura. Es rubia, como yo, y la melena le cae en cascada sobre los hombros, con varios tirabuzones. Se me queda mirando, fija en mí con sus ojos verde claro, y me sonríe. Abre la boca y dice algo. Algo que no entiendo. Lo repite, y al ver que no actúo, pone cara de preocupación. No sé por qué, pero la única reacción que se me ocurre es correr hacia ella y abrazarla, y justo en el instante en el que voy a rodearla con mis brazos, desaparece en una nube de letras y palabras que soy incapaz de comprender.

Despierto gritando "¡Mamá!" repetidas veces mientras abrazo a Caín con fuerza. Un momento... ¿¡A Caín!? Ceso en el abrazo con cuidado de no despertarlo (me extraña que mis gritos no lo hayan hecho ya) y me separo de él, con la cara toda colorada. No tengo ni la más remota idea de cómo he acabado abrazado a él. Además, me siento como abotargado y me pican los ojos después de la extraña pesadilla. Me levanto y me quedo mirando un instante cómo duerme, antes de salir en busca de mi diccionario y la madera para ponerme a trabajar en lo que tenía pensado.

Me despierto. Decido bajar al piso de abajo, pero recuerdo una cosa. Cuando el ser extraño vino a buscarme tenía una navaja multiusos en el bolsillo...¿La tendré todavía? Abro el baúl y saco la ropa que tenía puesta cuando llegé. Bingo. La navaje sigue en el bolsillo. La saco y cierro el baúl, volviendo a dejar la ropa dentro.Antes de bajar al piso de abajo, reparo en que hay una puerta más en la habitación. La abro y llego a un balcón.Parece que ha dejado de llover, pero no me confío. Me quedo allí contemplando el cielo, tal y como lo hacía en la Tierra.

salto del la cama sobresaltado, me noto el sudor calleándome por la frente, avanzo unos pasos pero me caigo al suelo
- joder que me pasa
me dolía la cabeza y me notaba mas cansado de lo normal
<< tengo que descansar, solo eso >> me digo para obligarme a bajar a la sala de abajo, en todo el trayecto no me separo de la caja

<<Una horrible tormenta se desata en el exterior. Estoy en mi casa, en Alemania, sentada al lado de la chimenea, tomando una taza de chocolate caliente. De repente mi madre viene y como es de costumbre empieza a regañarme por cosas que ni siquiera tienen sentido. En ocasiones menciona el nombre de John, no entiendo porque no se da cuenta de que hago lo que quiero con mi vida. Me levanto del sofá con mal humor y empiezo a gritarla. Ella grita todavía más y me manda a mi cuarto, y allí, me arrepiento de los gritos diarios, de las broncas constantes y de todo...Me arrepiento de haber nacido>>.


Me despierto en una habitación lujosa, con cortinas elegantes y una cómoda en una esquina, me levanto en una habitación del burdel. Parece ser que la única forma de recordar a mis seres queridos va a ser en sueños...y no muy agradables.
Me levanto de la cama y la hago. Bajo al salón y me siento en un cojín. La tormenta ha cesado.

Cain se despierta por cuenta propia, sin sobresaltos. eso le extraña demasiado. Comprueba su mp4 y se da cuenta de que le ha ido bajando el volumen sin querer. Cambia la canción* y se pone de nuevo sus vaqueros y su camiseta roja con el lema ''Congregation of the Damned''. Baja las escaleras y se da cuenta con fastidio de que la lluvia ha inundado toda la planta baja. Bufa, se arremanga los vaqueros y se pone a recoger cojines empapados. Debía encontrar un sitio donde ponerlos a secar...


*(https://www.youtube.com/watch?v=7NQ8OCcQ3LA)

Viene Cain y empieza a recoger los cojines que por culpa de la tormenta de esta noche se han mojado de la inundación. Me levanto y le ayudo a recogerlos.

El sumidero de la fuente pronto hace su trabajo, pero el suelo y las alfombras están empapados. Cain pone los cojines en una esquina y se le ocurre subir las alfombras al último piso para tenderlas. Pesan... Pesan mucho... Cain deja una alfombra al pie de la escalera y mira hacia arriba, pasando su mirada por las puertas cerradas de las habitaciones. ¿Qué carajo estaba haciendo? Se ponía a limpiar y a cocinar sin pensarlo siquiera, le salía de natural pero... Suspiró profundamente y se metió en la cocina. Se asó un poco de carne y algo que parecían pimientos y subió las escaleras hacia su cuarto.

Cansado y sudoroso, dejo de practicar con el látigo. He logrado alcanzar el cubo solo un par de veces y ni siquiera lo he arañado con el cuero trenzado...Pero al menos he hecho pequeños avances, como por ejemplo, no atizarme a mí mismo cuando recojo el látigo. Lo enrollo alrededor de mi cintura y me quito las toallas de protección, me desvisto y me lavo el sudor con ayuda del cubo. Con las mismas toallas me seco y luego me dirijo a mi cuarto <<Tenderé las toallas en el balcó n>> pero me topo con una alfombra en la escalera <<¿Qué? Está empapada... En fin, la tenderé también>> Y el suelo de la sala está empapada. <<Esto no es permisible, pueden aparecer enfermedades con la humedad. Toca secar el suelo>> Termino de subir a mi cuarto las toallas y las pongo en el balcón, luego vuelvo a la escalera y observo la alfombra. <<Es grande y está mojada...Pesará bastante...al lío>> Me arremango las mangas del abrigo y comienzo a enrollar la alfombra como puedo. Cuando acabo, me coloco en la parte delantera de esta y la cojo con las manos por los bordes, para luego subir las escaleras tirando de ella. Cuando llego al pasillo, miro escaleras abajo y veo el ressto de alfombras. Suspiro y me seco el sudor con el abrigo <<Tendré que darle un lavado. Y aún quedan alfombras por subir. Uf>> Consigo llevar la primera a una habitación libre y ponerla a secar en el balcón. Luego me siento en la cama a descansar.

Cain terminó de cenar y dejaba el plato sobre una cómoda cuando vio un cuadro desgarrado caído detrás de esta. Lo cogió, era bastante feo... arrancó el lienzo y le dio la vuelta. Entonces recordó el trozo de carbón que aún guardaba en el bolsillo y extendió el lienzo en el suelo para dibujar, mientras movía la cabeza al ritmo de un padre nuestro*

*(https://www.youtube.com/watch?v=iHahMGj657Q)