La Boutique de dama Isis

Noel

El draco sonrió a la sinhadre con reconocimiento.
—Cierto, contigo hemos hablado en un par de ocasiones. No sé si nos hemos llegado a presentar formalmente, pero contigo seguro que no —se giró hacia el anima—. Yo soy Noel, draco de estínfalo.
Como eran amigos de gente que ya le conocía no se molestó en usar su nuevo “nombre rocavarancolés”

Enredo les preguntó por Adara, a lo que respondió con un gesto que abarcaba la totalidad de la tienda.
—Ya lo creo que sí, es una tía fuerte —dijo soltando una leve risa—. Anda por aquí en algún lado mirando ropa.

Cuando Gael habló sobre ir a comer al restaurante para no tener que cocinar le dio la razón enseguida.
—Y tanto. Hay días que no apetece nada cocinar para siete personas: esos días nos pasaremos a que cocinéis vosotros para siete personas —bromeó girándose hacia el chico cuando confirmó que no enviaban a domicilio—. ¿Y comida para llevar? Porque me temo que tenemos un… amigo que está un poco sin civilizar y creo que sería mejor no llevarlo a vuestro local. Pero yo me apunto a las cenas de negocios que hagan falta, que no le incluyan —le dijo a Giz tras su comentario.

Una voz conocida le hizo girarse hacia el dueño de la misma. No esperaba encontrárselo aunque tuviese sentido.
—Hombre, Cain. Dichosos los ojos.
Dejó que se presentase a los sinhadres antes de dirigirse a ellos.
>>Estáis presenciando todo un acontecimiento: un dedicado hombre de negocios saliendo de su cubil por primera vez en meses —bromeó mientras le daba una leve palmadita en la espalda al invocador.

-Estoy seguro de que si viene lo sabremos.- Comentó con tono enigmático y una sonrisa burlona. El licántropo había intentado junto con otros de convencer a Rasqa de que fuera con pajarita, y si bien era cierto que aquel evento podía exigir una vestimenta algo más formal al holandés solo le interesaba de toda aquella treta ver a su amigo con una pajarita puesta, por las risas de ver a alguien tan salvaje y feroz con algo tan elegante.

Los tres empezaron a subir a la planta de arriba y tras saludar a uno de los nuevos abrió los ojos como platos, devolviéndole la mirada a la israelita. El licántropo tigre aceleró el paso hacia la prenda más cercana con una sonrisa en los labios. << Es. La. Hostia.>> Pensó al ver tanta ropa deportiva con tanta calidad. El holandés nunca le había dado mucha importancia a cómo fuera vestido, pero en el caso de aquel tipo de vestimenta no podía evitar interesarse y echarle el ojo. Al fin y al cabo era muy deportista y aunque fuera bastante agotador siempre le había gustado pasar las horas entre el fútbol y la natación, cuando estaba en la Tierra. <<Hacía tiempo que no veía tanta junta>>. Pensó con cierta tristeza, recordando los días en Ámsterdam.

-Eh, tías.- Las llamó urgentemente.- ¿Cuál de estas dos sudaderas pegaría más con mi pelaje?- Preguntó divertido mientras les mostraba las prendas a las dos. Una de color azul marino y otra de color verde. Ambas de una talla mayor a la que usaba el holandés, ya que la idea era llevarla mientras estaba en forma híbrida.

Gael también había saludado a Enredo y le había agradecido con una sonrisa que se preocupase por Adara, pero como ya le había dicho Noel, todo aquello ya había quedado atrás, por fortuna. Cuando Noel se presentó al edeel de Eara, Gael hizo lo mismo y este les respondió también formalmente. Entre Giz y Noel bromeando solo conseguían que el fuego fatuo sintiese alivio de cara a la apertura del restaurante.
—La comida para llevar no va a faltar, eso seguro —les informó el anima.
—Es bueno saber que ya tenemos clientes dispuestos a venir a menudo incluso antes de haber abierto oficialmente —dijo Eara riendo.
—Iría hasta a un McDonalds con tal de no tener que cocinar todos los días, la comida casera es más que bienvenida —bromeó el fuego fatuo, olvidando que los sinhadres no entendían a qué se refería.

El siguiente en acercarse a ellos fue Cain, lo cual cogió a los cuchitrileros por sorpresa, aunque tampoco era tan raro que el invocador se interesase por una tienda que vendía alta costura.
—¡Hombre, Cain! ¿Han venido todos contigo? —Gael miró a su alrededor y vio a varios de sus empleados por la boutique. Más tarde podrían saludarlos también—. Seguro que dama Isis agradece la fuente de ingresos que vais a ser entre todos, ¿no?

Eara y Ayne ya habían oído hablar de Cain, pero no le habían conocido en persona. Había algo en él que lo hacía imponente, a pesar de no serlo su físico. Ver la cercanía con la que lo trataban los de la Brecha solo les hacía entender mejor lo diferentes que eran los mundos de los veteranos y los novatos.
—Un placer, yo soy Ayne.
—Y yo Eara. Somos amigos de dama Isis; nos encargó la comida de la fiesta.

Enredo asintió antes de tomar un sorbo de vino. Adara se había recuperado de forma adecuada y eso era una alegría para el brujo.

-Me alegra oír esa noticia - les dijo a los mercenarios. Saludó a Giz cuando se acercó y luego esbozó una sonrisa dirigida a los futuros dueños del restaurante.- Desde luego trabajo no os va a faltar, creedme.

>>Hablando de reuniones de negocios me gustaría concertar una cita con vosotros - le dijo a Noel.- Cuando mejor os venga - añadió.

Saludó a Caín cuando apareció. No se habían tratado mucho pero imposible no conocerse en aquella ciudad.

-McDonalds... - repitió,- dios, hace siglos que no voy a uno de esos. Ahora me apetece una hamburguesa - sonrió al fuego fatuo.


Varsai subió las escaleras al segundo piso esperando encontrar la ropa que buscaba.

"Desde luego Rasqa es alguien que no puede pasarse por alto. Sea como sea te vas a enterar de que está ahí" comentó con buen humor. "O bien te pincha con una de esas púas, te da un mordisco o bien ves un mayor incendio que el del barrio quemado" se rió viendo al moloch siendo muy capaz de todo aquello.

"Bueno, solo suelo llevar el cascabel que me regaló mi hermano. Y desde que lo encanté para poder usar telepatía ya no me lo quito. Y en Libo he comprado unos pendientes para las orejas" le mostró a la demonio el aro con amatista que llevaba en la oreja izquierda y el industrial con la pantera labrada de la derecha. "No me niego a ponerme más cosas pero depende de la situación".

"Yo diría que la azul oscuro. Creo que pega más. Verde con naranja resaltaría mucho." comentó. Se acercó a mirar la ropa deportiva buscando los sujetadores. Isis iba a ganar una fortuna con ellos.

Rena:

Rena aceptó sin dudar el ofrecimiento de Eitne y se comió uno de los canapés flotantes de un bocado. Si no usaba las manos no tenía que preocupare luego por limpiárselas para poder tocar la ropa.

-¡Joder está que te cagas! -dijo a medio masticar. -Tenemos que ir fijo al restaurante de esta gente.

Ante el comentario de Pelusa se rascó la nuca, algo abochornada.

-Ya, siento haberte hecho trabajar tanto -le respondió. -Algún día te lo compensaré, lo prometo. Mientras tanto puedes llamarme si quieres volver a ser alta otra vez. ¡Puedo auparte en forma de oso! Seríamos un combo terrorífico -dijo entre risas.

Siguió mirando en el mismo colgador las sudaderas hasta que dio con una por lo menos dos tallas más grandes y parecía super agradable y calentita. La verdad es que echaba de menos el frío.

-El niño bonito -se burló de Rox, haciendo un amago de ir a tirarle de un moflete y echándose a reír -Pero Adru tiene razón, todo está increíble, habéis hecho un currazo los tres.

Le dio un pequeño infarto cuando el gamusino se chocó contra un maniquí y casi lo tiró, pero por suerte no ocurrió nada grave y pudieron recolocarlo todo al instante. Rena daba gracias de no llevar ninguna mochila porque si no igual también estaría tirando cosas, y no era un sitio para hacer el burro. Aprovechó el traspiés de Adru para grabarse bien tener extra de cuidado ella misma.

-No exageres, solo ha sido un traspiés -cortó a Arcan para quitarle hierro al asunto. -Adru está bien, el maniquí está bien, todo está bien. ¿Nos dejan probarnos ropa o las inauguraciones son solo para mirar? -preguntó.

La carrera que pegó Rox escaleras abajo hizo que se le escapara una sonrisa maliciosa que intentó disimular por todos los medios. Podía imaginar por qué el cambiante se daba tanta prisa, y solo tendría que esperar unos segundos para confirmarlo.

Saludó a Zarpa y a sus amigos, a los que sólo conocía de vista, que acababan de subir justo después de que Rox bajara. Iban a su bola, así que ella hizo lo propio. No supo qué responderle a Eitne. Habían abusado un poco de la generosidad de dama Isis en cuanto a ropa, o más bien del descuento de empleado de Rox, así que no sabía hasta qué punto era apropiado eso. Mejor que respondieran los que trabajaban allí.

*

Cain:

Cain intentó mantener la compostura y la sonrisa para no hacer un mohín ante el comentario de Noel. No quería que los novatos se llevasen una imagen equivocada, pero claro, junto a los cuchitrileros siempre le costaba más mantener la máscara.

-Salgo bastante más de lo que crees, desgraciadamente casi siempre es por negocios -respondió, ajustándose la corbata. Luego se giró hacia Koval: -Sí, estarán repartidos por la tienda. Llevo apoyando el negocio de dama Isis desde sus inicios. Es muy buena, y me conviene tener algo así a mano, mis chicos siempre están pidiendo ropa nueva.

Le ofreció la mano a los sinhadres para que se la estrechasen.

-Un placer, Eara y Ayne. Así que un mesón, ¿eh? -dijo mirando el cartel caligrafiado donde venía el nombre del negocio -Muy, muy interesante. Con permiso. -Tomó uno de los canapés y se lo llevó a la boca. Y le gustó. Él era un aficionado a la cocina y consideraba que se le daba bien pero no tenía tanto tiempo como para ponerse a aprender en serio. Tal vez un estímulo como un restaurante de verdad al que podía ir con regularidad le animaría a experimentar cosas nuevas. Sonrió y cogió un canapé distinto: -Esta ciudad se está volviendo más interesante por momentos. Contad con un cliente más. O más bien unos pocos. Suelo viajar con compañía.

Hizo una mueca cuando se mencionó el McDonalds y por primera vez en mucho tiempo sus raíces italianas salieron a la luz.

-Prefiero la comida casera, muchas gracias.

Giz se unió a ellos al poco de llegar él. Cain se alegró de ver que el asreniano seguía teniendo buen apetito. Le puso al día sobre los conejos que le había encargado para Vanyme, que estaban creciendo bien y sanos.

Noel

Aunque el sueco estaba de acuerdo en que prefería la comida casera, tampoco le hubiese dicho que no a un McDonalds por el mismo motivo que Gael. Hasta cierto punto le gustaba cocinar, pero hacerlo continuamente para tanta gente era cansado. Al menos desde que Wen se había mudado contaban también con su ayuda en la cocina de vez en cuando.
—Si alguna vez necesitáis nuestros servicios yo por lo menos estoy dispuesto a trabajar a cambio de una buena cena, también —les dijo a los sinhadres tras Enredo.

El que parecía necesitar sus servicios, no obstante, era el propio brujo.
>>Pues… cuando quieras. Ahora mismo no tenemos ningún trabajo pendiente.
La temporada después de ponerse la Luna Roja no solía ser la más alta precisamente. Tras la euforia que provocaba el astro rojo solía haber un poco de calma en la ciudad hasta la noche de Samhein.

Mientras Cain hablaba con Eara y Ayne aprovechó para coger algún aperitivo más y hablar mentalmente con Gael y Giz, para preguntarles si debían decirle a Enredo que les acompañase al cuchitril a la vuelta si quería.

Ruth escuchó las palabras de la varmana resonando en su cabeza gracias a la telepatía, al principio se le hizo extraño tras no saber como era su voz por muchos meses durante la cosecha pero ahora estaba acostumbrada. Echó solo un pequeño vistazo al cascabel antes de reparar en sus pendientes.
—Son bonitos —halagó con sinceridad, de no considerarlos así habría permanecido callada— aunque me gusta más el aro con amatista.

—El azul es muy holandés —opinó con una sonrisa, viendo lo entusiasmado que estaba el licántropo, cuando tuviera dinero ya sabía qué podía comprarle a su amigo y dónde—pero Varsai tiene razón, te pega mucho más que el verde.

Luego algo más discreta se fue a mirar los sujetadores, intercambiando una mirada cómplice con la varmana a escondidas del chico.
—Entre tú y yo... —susurraría un poco— moría por uno de estos en condiciones.

Sekk:

—Si te soy sincero no tengo ni idea, pero quizás se la vendiera a un vampiro friolero con problemas de apatía. —bromeó de vuelta en respuesta a la pregunta de Rasqa, encogiéndose de hombros de forma inconsciente tras esquivar al novato de la tabla voladora. Había leído que la sangre de los suyos tenía propiedades apreciadas en alquimia, pero no había investigado mucho sobre el tema, así que solo podía teorizar sobre qué tendría que ver con la temperatura de la misma y su facilidad para reaccionar a una emoción fuerte en concreto.

En lo que alcanzaron a su grupo de amigos el ulterano los saludó en condiciones con una enorme sonrisa, elogiando el inquietante maquillaje de Kimbra con un pulgar hacia arriba y lanzándole un gruñido de advertencia al dullahan tras sentir su patada en el trasero (no se había enfadado de verdad, pero si le manchaba los vaqueros le iba a soltar un sopapo). La pulla de Irianna le arrancó un bufido divertido y alzó ambas manos en señal de disculpa.
—Lo sentimos mucho, si —añadió tras el moloch, e incapaz de elaborar una excusa tan buena como la del parqio se decantó por decir la verdad—. Yo es que me quedé dormido cuando acabé de entrenar, entre el trabajo y los sparrings en la Sede últimamente me voy cayendo por las esquinas —explicó con naturalidad, pasando el brazo sobre los hombros del americano y apoyando casi todo su peso en él para darle dramatismo a sus palabras—. Oye Rasqa, ¿cuándo nos hemos convertido tu y yo en los secuaces de éste tirillas? —le preguntó a su amigo alado fingiendo curiosidad, guiñandole un ojo para que le siguiera el juego mientras palmeaba el estómago del humano con “suavidad”.

Cuando la voz de Vivia se abrió paso por la conversación Sekk desvió su atención hacia ella y hacia su acompañante de piel rojiza, sonriendo levemente ante el comentario que le hizo a Jace específicamente. El berserker conocía a la idrina de vista y no le importaba en absoluto compartir acera o aire con ella.
—Creo que hablo por todos si digo que es un placer que te unas a nosotros. —respondió con un educado asentimiento de cabeza.

Milo:

Su particular reclamo no tardó demasiado en hacer efecto, atrayendo la atención de la persona deseada, y cuando la voz de Rox le alcanzó entre la multitud el brujo no pudo evitar que el corazón le diera un pequeño vuelco.
—Lo siento… —murmuró en respuesta a su apelativo, consciente mientras entrechocaban los puños de que a pesar de todo no había reproche en su voz. El chico estaba genial, aún con el pelo de color azul, y su ropa de diseño le sentaba de maravilla—. De ti, por supuesto, pero eso ya lo sabes —replicó divertido, enrojeciendo a pesar de todo ante su cumplido—. Tu estás espectacular. —contestó también en voz baja, observándole expectante mientras el otro miraba a un lado y a otro antes de darle un beso fugaz que Milo le devolvió con una ligera sonrisa.

Su caricia le produjo otro escalofrío, pero ya llevaban algo de tiempo juntos y el moreno había aprendido a disimular sus reacciones cuando estaban en presencia de otras personas para no delatar su relación tan pronto.
—No se si Krono sería capaz, porque no tiene malicia alguna, pero no te niego que últimamente la cantidad de trabajo me quita algo de sueño. —contestó, aferrando su mano con fuerza mientras le seguía escaleras arriba en busca de sus compañeros.

Ahora que se había encontrado con el humano y su atención no estaba dispersa el brujo empezaba a apreciar todo lo que le rodeaba, pues la boutique era un espectáculo para la vista si se comparaba con las ruinas que abundaban en aquella ciudad, pero con tanto estímulo costaba mantener la atención durante mucho tiempo.
—Habéis hecho un trabajo increíble aquí, Rox… —le dijo al peliazul con expresión de asombro, tirando de él hacia su grupo de amigos en cuanto los avistó en la segunda planta.

El licántropo asintió al escuchar la opinión de sus amigas, mientras dejaba las dos sudaderas en su sitio. Agradecía que Dama Isis hubiera pensado en todo con respecto a la ropa, cualquiera podía encontrar lo  que fuera para su gusto en la boutique y desde luego era un soplo de viento fresco para la ciudad. Tampoco es que él fuera de los ciudadanos que más problemas tuviera a la hora de encontrar vestimenta, pero podía percibir el esfuerzo de la frivy de llegar con su negocio a todo el mundo.

-De todas maneras todavía no tengo un puto duro, así que...-. Bromeó antes de ver cómo Ruth y Varsai iban a la zona de los sujetadores. Decidió esperar a que terminaran de ver esa zona, no tenía nada que ver por allí y se había dado cuenta de la discreción de la demonio de fuego. Y dicho sea de paso, le daba un poco de corte.

En cambio se dirigió a la parte de los calzados para ver esa pieza estrella de la colección de la que le habían hablado antes. A decir verdad eran bastante bonitos y el holandés decidió que cuando pudiera permitírselo sería una de las primeras cosas en las que se gastaría el dinero. <<Y en la sudadera>> .

-¿Habéis visto esas deportivas de allí?-. Preguntaría señalándolas cuando viera que sus amigas ya hubieran terminado de ver los sujetadores. -Tío, mi yo del pasado de la cosecha habría flipado por llevarlas.-Comentaría.

Rox se mordió el labio con las disculpas de Milo, encontrándolo tan adorable como tonto. También se calló cualquier bromita con la falta de sueño del moreno -y eso que se le ocurrían unas cuantas- por pudor, mas una breve mueca y el ligero rubor que se hizo en sus mejillas delató que algo tuvo en mente. Cerró los dedos en torno los de Milo para volver a tierra.

—¡Eh, espera! —se detuvo. La mesa se había despejado un poco y era el momento ideal para coger algo. Rox atrajo a Milo consigo y cogió unos cuantos canapés para llevarlos arriba, sin vacilar para no llamar la atención. Con una sola mano disponible cada uno era difícil llevar tantos (y soltarse no era opción, que ya tendrían que hacerlo arriba por narices), así que la estampa era un poco la de una pareja de mapaches robando más comida de la que físicamente podían cargar. Para remedirlo lanzó un hechizo de levitación sobre lo recogido para hacer aquello más fácil y menos patético—. Ahora sí, venga venga.

Subieron las escaleras seguidos de un mini desfile de tentempiés, el cambiante con el pecho lleno de alegría ante la fascinación de su pareja. Sentaba genial formar parte de algo tan grande.
—¿Te gusta? —se volteó a mirarle brevemente, ilusionado—. Aún me pongo nervioso de pensar que trabajo aquí. En plan bien, ya me entiendes.

Al ver a sus amigos soltaron sus manos con naturalidad, un gesto discreto antes de delatar su presencia. Asímismo se aseguró de que su anillo de cobre seguía escondido debajo de la camiseta. De otro gesto la comida flotó hacia el resto, con movimientos lentos y un poco robóticos. No tenía tanto manejo con la magia como los brujos y lo último que necesitaba era manchar nada. Mejor despacito y con buena letra.

—Mirad lo que me he encontrado en el escaparate —añadió en voz alta, adelantándose al irrense.

Gael solo asintió tras Noel cuando le dijo a Enredo que podía hablarles de trabajo en cualquier momento.
—Entiendo que eches de menos las hamburguesas, pero por lo menos no eches de menos la de McDonald’s, tío —bromeó el fuego fatuo devolviéndole la mirada a Enredo, más que de acuerdo con Cain en aquel punto.

El desconcierto de los sinhadres con aquella palabra les impidió participar en la conversación, pero suponían que no tenía demasiada importancia. Cain probó la comida y pareció satisfecho. Para ellos, que hubiese personas tan influyentes diciéndoles ese día que estaban interesados en ir a su restaurante era un gran halago y también un alivio. Tendrían cierta clientela asegurada, y tal vez eso ayudase a que se corriese la voz poco a poco.
—Muchas gracias, espero que nos volvamos a ver pronto, entonces —le dijo el anima a Cain.
—Será un placer teneros por el restaurante —añadió Eara.

Gael entre tanto había estado hablando mentalmente con sus amigos. No se oponía a preguntarle a Enredo qué necesitaba ese mismo día, pero también aprovechó la conversación para hacer algún que otro comentario sobre algún asistente de los que había visto por el fondo que no sería apropiado hacer en voz alta.


Nime, entre tanto, estaba en el piso de arriba con sus amigos, defendiendo la comida que había cogido de las fuentes de los que querían hacérsela compartir. No acababa de entender por qué a algunos les parecía mal que llevase varias empanadillas en miniatura en la mano, cuando se comían de un solo bocado y no duraban nada. Además, la comida estaba en las bandejas precisamente para comérsela.

Adru le pegó un buen susto cuando casi tira el maniquí, pero por suerte lo sujetaron a tiempo y no pasó nada. Aquel despiste le recordó a Nime que tenía que seguir siendo lo más cuidadosa posible, o se iba a tener que enfrentar a dama Isis. Personalmente, prefería portarse bien y que le hiciese regalos a cambio de publicidad como habían planeado Eitne y ella poco antes. Precisamente fue él quien le sacó el tema a los mayores.
—Es que se lo dijo antes a unos con los que estaba hablando, no lo decimos por decir —añadió a modo de explicación la demonio mineral. Justo cuando decían aquello aparecieron Rox y Milo, a los que la niña saludó agitando la única mano que tenía más o menos libre de comida.

PELUSA

- No pasa nada…aunque eso suena bien, ya casi vuelo con cierta decencia, pero no intimido lo más mínimo. Pero yendo sobre una osa gigantesca seguro que logro eso - añadió la niña con un leve suspiro alas palabras de Rena, porque eso de ir sobre el lomo de un gran osos debía ser impresionante en realidad.

- No se ha roto nada, así que no hay que preocuparse – asintió ante las palabras de Rena al ver todo el apuro que se había generado ante el tropieza de Adru mientras se robaba un bocadito de entre lo que había traído Eitne y Nime. Se moría de hambre en realidad, apenas había desayunado por los nervios.

La niña saludo con un leve gesto de cabeza a los que llegaron, conocía a todos ellos de haberlos visto por la Sede, pero salvo a Varsai que la conocía sobre todo por Adru, con la otra chica y el otro chico no había hablado especialmente.  Tambien vio a Rox correr escaleras abajo, confundida ante eso.

Su atención fue recuperada por sus amigos ante las preguntas de Eitne, que ofrecía publicidad a cambio de ropa. La spriggan parpadeo pensativa, no sabiendo que decir ante eso. Habían obtenidos bonos de descuentos y cosas así por trabajar allí tanto ella misma como Rox, pero dudaba que fuese lo mismo.

- Pues…¿no se? No sé si esa es la forma en la que Dama Isis llevaría el negocio, tal vez Rox tenga más idea que yo, generalmente yo en estas cosas no tengo tanto alcance porque estoy sobretodo en el taller - explico Pelusa viendo como justo subían Rox acompañado del tardón de Milo y con ellos algunos platos de comida flotante abundante para todos-  Eres un tardón Milo, ¿cómo puede ser  que siempre llegues tarde, cuando trabajas junto a alguien que tiene todo eso del tiempo milimetrado?- dijo Pelusa a Milo sin maldad, algo entretenida, no entendía aun del todo como funcionaba el poder de Archi, ese inusual irrense con el que su amigo trabajaba y que les había ayudado tanto con el brazo y pierna de Eitne, pero sabía que algo del tiempo era.

- Rox, Eitne pregunto si podrían llevarse algo a cambio de publicidad… tu sabes más de esto que yo ya que estas de cara al público, ¿tú qué crees? - pregunto la niña mirando a la cambiante- No sé si Dma Isis aceptaría, somos muchos también…¿no sería aprovecharse un poco?- pregunto con el ceño ligeramente fruncido, pensativa.

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SAMIKA

Samika miró en dirección al reciben llegado, curiosa cuando escucho una voz que no le era conocida, lo escaneo con su habilidad pero ciertamente no le sonaba de nada, aun así la evaki sonrió cuando escucho como sus amigos se presentaron.

-Encantada, yo soy Samika y sí, no se está mal dentro, así que puedes pasar si problema – aseguro la chica animada de que más gente viniera a ver todo lo que había hecho su amiga con tantísimo esfuerzo. Su atención fue tomada por Sekk y Rasqa cuando se acercaron a ellos, notando de inmediato el bullicio y bromeas que montaba en un momento. La evaki rodo los ojos, divertida.

-¿En serio que vuestro líder es Cerbero? Sabéis que no es porque tenga tres cabezas, sino que son tres neuronas, ¿verdad? Pobre equipo humo -añadió Samika sonriendo burlonamente, pinchar al novio de su amiga siempre era algo satisfactorio, además que unirse a la coña que ya tenía esos dos recién llegados y al comentario de Irianna era especialmente satisfactorio.

Más sonidos de gente acercándose, Samika le bastó un reconocimiento para notar quienes eran, sonriendo hacia Cian viéndolos alejarse imaginándose que el nutrido grupo que le acompañaba eran los miembros del burdel. Se mostró curiosa cuando un par de esas personas se les acercaron y rio ante el comentario especifico hacia Jace. La evaki no fue capaz de reconocerle, ni a ellos ni sus voces, así que intento centrarse. Sekkeh hablo por todos al decir que podía quedarse con ellos, literalmente, pues Samika no tenía nada en contra.

- Bueno, el señor rubio grandote de aquí se adelantó, pero estoy de acuerdo…y un gusto, por cierto, que no he tenido el placer de conoceros, me llamo Samika -dijo la evaki sonriendo amablemente sin ningún problema en que se les uniera la chica que identificó como una idrina.

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DÉDALO

El cambiante sonrió ante la respuesta de Dama Enigma quedándose con su nombre, el de la evaki y aquel dicho por el dullahan que especialmente no le pasó desapercibido. Teniendo en cuenta el que había escogido para sí mismo, era evidente que el cambiante había estado mirando libros historias humanas, tantos de cuentos de miedos, como sobre mitología. Asi que reconoció el nombre dado por el dullahan, lo cual le pareció entre curioso e irónico. << Un perro de tres cabezas para alguien que no la tiene…tiene un sentido del humor muy particular este tipo >> pensó el cambiante, observándolo atentamente por un momento antes de hablar de nuevo.

- Gracias por eso, probablemente mi amigo ya este dentro perdido seguramente en la zona de comida – añadió en respuesta a viendo como más gente llegaban, un chico rubio musculoso y un parquio convertido en Moloch. El cambiante no perdio detalle en la forma que se saludaban y las bromas que iniciaron entre ellos. Era un grupo bastante inusual.

Cuando ya se iba a ir para adentro para mirar un poco la tienda antes de reunirse con Enredo, la aparición de Cain con el resto de miembros del burdel le hizo pararse curioso, dirigiendo su mirada a estos momentáneamente, viendo como de entre ellos Vivia no dudaba en acercarse al pequeño grupo junto a Ariven que ciertamente no tardo en decir que parecía tener que irse junto a alguien cuyo nombre sí que no le era conocido. Debía ser unos de los nuevos empleados de Cain.

- Es un gusto veros de nuevo después de tanto tiempo. -dijo entretenido saludando a la idrina cuando se acercó a ellos, perfectamente consciente de cuándo fue la última vez se encontró con ellas, mas allá de vistas por la calle y poco más, se habían manteniendo al fin de cuentas alejado del burdel de forma inconsciente durante un buen tiempo- Os voy dejando entonces, nos vemos en otro momento – añadió en despedida pues el también estaba ya por irse cuando se acercaron, despidiendose con un gesto del pequeño grupo allí reunido y adentrándose en la boutique. Su mirada vagoa por el lugar quedándose especialmente prendado de la decoración y la roja y conjuntos tanto en los expositores como en los maniquíes, admirnado el trabajo.

Una de los principales motivos por los que inicialmente no usaba ropa normal, era por la cantidad de veces que cambia baba de aspecto y la cantidad de veces que iba con cola, con alas o alguna extra caporal puntual que siempre acaba dejando su ropa hecho aun desastre. Ahora no tendría tantos problemas con eso visto que había bastante variad expuesta para gente con alas o con colas, por ejemplo.  Anclarla a sus runas era sencillo.

Uno de los maniquíes llamo su atención, al haber visto unas alas idénticas en la evaki, apenas unos segundos antes. << ¿Es amiga de Dama Isis o solo la tomó de modelo? >> se preguntó curioso, no habiendo tardado en localizar a Enredo junto a la zona donde estaba la comida acompañado de varios miembros de la Brecha y Cain, así como dos novatos. Sabía que debía presentarse a darle su enhorabuena a Dama Isis pero esta parecía andar ocupada, asique tras mirar un poco más la tienda se acercó tranquilo a la mesa donde su amigo estaba reunido con el resto de conocidos.

- La comida debe ser realmente excelente cuando estáis todos aqui, es bueno veros despues de tanto tiempo- dijo Dédalo con tono entretenido al acercarse, saludando con un gesto de cabeza a todos los presentes a los que ciertamente hacia tiempo no veia. Sus ojos se posaron en las dos personas a cargo, ambos sinhadres, uno de ellos con aquella peculiar apariencia que decía anima en todas sus formas. Imaginaba que la chica pelirosa debia ser su aurva entonces.

- El mesón “El jardín de sevli” - leyo el nombre que habia en el letrero de la mesa para si mismo- Asi que por fin vamos a tener un restaurante decente, y normal, en la ciudad….casi no me lo creo- añadió un poco emocionado ante la perspectiva, siendo que la comida se habia vuelto uno de sus mayores placeres desde su vuelta de Libo. No tenía pegas en comer en casa o cocinarse algo, pero el poder ir a algún lugar a comer si le apetecía, comer de verdad, sin tener que irse a otro mundo, era algo que había sido imposible en rocavarancolia hasta ahora. No conocía a los sinhadres pero solo por lo que iban a hacer, ya le agradaban.

- ¿Vosotros sois los que habéis preparado todo esto entonces? - pregunto Dédalo interesado ante el gran trabajo que había allí, no dudando en tomar una de las tartaletas que había en uno de los platillos para comérsela. Aquello estaba delicioso, realmente tenían buena mano con la comida- Creo que ya tenéis un nuevo cliente, podéis llamarme Dédalo- añadió el cambiante sonriendo y presentandose de forma automatica, acostumbrado como estaba a que mucha gente no pudiera reconocerlo a la primera aun si lo conocian, contra mas sino lo hacian.

Adrune

—Lo siento, bonito —se apresuró a disculparse con Rox componiendo una sonrisa tonta—. No ha sido nada, no hay que preocuparse por mí.
En esa ocasión al menos no lo decía por decir, porque apenas había sentido el golpe y su mayor susto había sido la posibilidad de romper algo. No entendía qué se suponía que tenía que “despejar”, pero como Rena respondió en su lugar a Arcan se limitó a asentir tras ella.

Aunque le gustaba ver el trabajo de Pelusa, Rox y Arcan su atención se estaba desviando completamente hacia la comida que habían cogido Nime y Eitne. Cuando el cambiante volvió y trajo consigo a Milo el gamusino se acercó para saludar al brujo del cobre. Quería preguntar si ya podían bajar a la comida, pero entonces como si fuese cosa de magia (y lo era) la comida empezó a levitar hacia ellos. Su estómago rugió con anticipación y atrapó una de aquellas empanadillas pequeñitas con avidez.
—¡Sois los mejores! —les dijo al humano y al irrense levantando un pulgar en señal de aprobación.


Irianna

Durante unos instantes no entendió por qué Jace había dicho una palabra extraña y le miró un segundo con desconcierto, pero entonces algo hizo clic en su cabeza: aquel debía de ser el nombre rocavarancolés del dullahan, al igual que ella se había presentado ante Dédalo como dama Enigma. Era la primera vez que se lo oía, pero ya preguntaría en otro momento por ello. En lugar de eso se centró ante la divertida escena que había creado su comentario de broma.

—De las mejores —respondió a Rasqa entre risas cuando dio su “excusa”. Luego se giró hacia Sekk—. Anda qué… Te mudas a la Sede y ya te descontrolas —bromeó.

Se despidieron de Dédalo educadamente y entonces otra voz se dirigió a ella. Esta vez sí la reconoció, aunque no la había escuchado mucho.
—Hola, Vivia —le saludó con una sonrisa.

Lo cierto era que no recordaba los nombres de todos los empleados del burdel, pero el de la idrina se le había quedado por tratarse de una congénere. Y porque le había caído muy bien. Contuvo una risilla ante la formalidad del berserker al responderle a Vivia, preguntándose si había segundas intenciones en sus palabras y luego se dirigió a ella otra vez.
—¿Qué tal os va? ¿Vuestro jefe puso dinero para ayudar a dama Isis a abrir la boutique, verdad? Os va a encantar a todos.

También se preguntaba si Vac habría ido con ellos, porque no le había visto, pero no quería parecer maleducada preguntando por otra persona cuando Vivia se había detenido para hablar con ellos en particular.

Asintió a las palabras de Rena y Adru y se apartó del segundo para no molestar. La comida de los niños empezóa a ser centro de atención y pese a lo dicho parecía que habia ganas de ella. Con la subida de Zarpa, Ruth y Devoss daba la impresión de que podrían bajar si se había despejado.

-Zarpa, pásalo bien. -Saludó a la licantropía con cordialidad, llevaban entrenando juntos todos esos meses después de que la hubiera visto como cosechado y él se sentía cómodo en su presencia aunque nunca hubieran quedado o hecho nada.

Entonces apareció el cambiante a la fuga con Milo y a Arcan simplemente se le ensanchó ligeramente la sonrisa.

«Ah.... eso lo explica.» -Pensó disfrutando de la situación para sí y le dedicó una mirada cómplice y divertida a Rena.

-No recuerdo ver esa pieza en el almacén, seguro que es nueva. -Dijo en broma para seguir a Rox. -Buenas Milo. Y gracias por traer comida. -Les dijo a ambos. Cogió algo de l que había y se lo llevo a la boca para probar y por el sabor decidió que tendría que ir con ellos al restaurante.

«A ver si los muebles surten el mismo efecto a los interesados...» -Se planteaba que en cuanto acabara el tour tendría que hacer de cara del negocio aunque no le entusiasmase. Pero el dinero era dinero, y tenían un montón de los muebles rechazados por Isis listos para restaurar y vender junto a las nuevas maderas.

Wen y Virgo se dejaron guiar hasta los sofás y sillones y la vouivre se tomó la libertad de saludar de vuelta a Cain antes de centrarse en dama Isis.

-Como ya te he dicho, estoy ya muy cerca de la fecha de inauguración de mi casa de aguas termales y, entre otras cosas, todavía me queda por cubrir el tema de los uniformes -. En ese momento Virgo sacó de una pequeña bolsa sin fondo que llevaba colgada de la cintura para que quedara disimulada entre los pliegues de la falda una carpeta gris, preparada para el momento en el que Diurna le solicitara alguno de los documentos que llevaba, como las especificaciones del diseño o las cantidades-. En realidad, este sería el punto principal del encargo, pero en caso de que no solo trabajes con ropa y accesorios, también estaría interesada en añadir al encargo otros textiles como sábanas y toallas.

Wen se mantuvo a la espera de una primera respuesta, no queriendo hablar de números, presupuestos, ni detalles hasta que dama Isis no hubiera aceptado parte del encargo al menos.

-En realidad yo también prefiero la comida casera - terminó diciendo el brujo.- Así que creo que esta noche me pondré a hacer hamburguesas para aplacar las ganas.

Recibió una respuesta afirmativa por parte de los mercenarios y asintió al ofrecimiento a acompañarles a la vuelta a su base. En realidad no era algo extremadamente urgente pero si se lo podía quitar de encima aquel mismo día mejor que mejor.

-Más vale tarde que nunca - le sonrió al cambiante antes de beber un sorbo de vino.- Evidentemente vamos a ir, más de una vez. Me encanta cocinar pero hasta yo tengo un día vago de tanto en cuando.


Varsai miró los sujetadores con Ruth y le dirigió una sonrisa de comprensión absoluta. Durante la cosecha era algo que se había echado mucho de menos y ahora como ciudadana quería algo mejor que los genéricos que podían encontrarse en el mercado.

"Seguro que podemos encontrar cosas de nuestra talla por aquí. Si ves uno que te guste avísame que te lo regalo" le dijo únicamente a la demonio de fuego. Las chicas tenían que tener secretos. Además si todo salían bien pronto tendría un nuevo trabajo y podría permitírselo.

Apuntó mentalmente las deportivas que quería Devoss dispuesta también a hacerle aquel regalo a su compañero de criba.

"Creo que tu yo del presente también fliparía por llevarlas puestas" se rió la varmana.

Devolvió el saludo a Arcan cuando éste le dirigió la palabra. Lo veía de vez en cuando en los entrenamientos y no le terminaba de caer ni bien ni mal. Era algo raro a pensamiento de Varsai. Luego pasó la mirada al resto del grupo de novatos.

"¿Qué tal estáis chicos?" les preguntó en general mirando a todos y sonriendo a Nime, Adru y Rena.

Kimbra

Una vez sus amigos se presentaron a Dédalo, Kimbra les siguió presentándose brevemente como Estigma, no queriendo mostrarse maleducada pero sin la intención de comenzar una conversación. Por el contrario, la demonio se centró en la llegada de sus amigos, sintiendo orgullo cuando Sekk halagó su maquillaje, satisfecha con la respuesta positiva que había recibido en general de sus amigos sobre ese detalle que había incorporado recientemente a su estética.

No pasó mucho tiempo desde que habían llegado Sekk y Rasqa cuando se acercó a la boutique más gente, esa vez un grupo que Kimbra no reconocía, pero que parecían conocer a sus amigos porque una de ellas decidió quedarse afuera con ellos en vez de entrar con el resto de su grupo. Cuando Irianna la saludó como Vivia la demonio pudo identificarla como una de las idrinas que vivía en el burdel de las que la nebulomante le había hablado, por lo que la krabelinense dedujo que el grupo con el que venía eran todos trabajadores del burdel.

La engendro se quedó en segundo plano mientras sus amigos conversaban con la recién llegada incluso después de despedirse brevemente de Dédalo cuando este indicó que iba a entrar, pensando que realmente no tenía nada que aportar a la conversación.


Irenneil

Neil pasó por los distintos maniquís y perchas apreciando la ropa expuesta, viendo todas las telas bonitas y los colores llamativos. En realidad no se veía a sí mismo con casi nada de lo expuesto, pero eso no quitaba para poder reconocer lo bonito que era todo.

En el momento en el que Adru se chocó con un maniquí, Neil no estaba lo suficientemente cerca como para haber reaccionado a tiempo, pero llegó a su lado a tiempo para lanzar el hechizo de limpieza solicitado por su edeel, pidiéndole perdón a Pelusa con la mirada, ya que ella acababa de decir que tuvieran cuidado con no ensuciar las cosas.

Aliviado de que al final Adru no hubiera producido ningún desastre, aceptó con alegría el ofrecimiento de comida de Eitne, contento por poder probar por fin lo que Eara y Ayne habían preparado para la ocasión, tan importante para la boutique como para ellos mismos al ser la primera publicidad que tendrían.

-¡Mmm! ¡Está riquísimo! -exclamó aunque no le sorprendió nada que fuera así, confiando plenamente en las capacidades de la pareja de sinhadres-. ¿Creéis que podremos hacer alguna comida todos en su restaurante cuando lo abrán? No es que no me encante cocinar para todos, pero sería una manera de apoyarles y comer rico. Además Eara cocina increíble.

Con los carrillos llenos del último bocadillo que había cogido saludó con entusiasmo a Milo que acababa de llegar acompañado de Rox y se apresuró a acercarse a ellos con dos aperitivos en las manos con la intención de que los probaran porque creía una necesidad que todo el mundo probara la comida.

-¡Rox! ¡Milo! Tenéis que probar es... ¡Oh! -exclamó al darse cuenta que ellos ya traían comida de abajo-. O esos también. ¡Cualquiera! ¿Los habéis probado ya? Está riquísimo.