La Boutique de dama Isis

Rox le dedicó una sonrisa a Rena y Milo, apreciando el comentario más de lo que admitiría en voz alta. Su trabajo era un poco anónimo comparado al de Arcan y Pelusa si se desconocía su transformación, y de verdad sentía haber hecho menos que ellos.

—Va, vaaa —les contestó rápidamente, sin mayor réplica—. Mamá y papá están orgullosos.

Le devolvió el apretón al moreno, con tanta naturalidad que poco le importó delante de quienes estuvieran mientras escuchaba sin participar, limitándose a asentir a la petición de Adru (“¡cuando quieras, para eso estoy!") y reír por lo bajini cuando Devoss se denominó el tonto de las deportivas. «Más tonto que yo no creo», pensó. La cantidad de deportivas finas de su armario crecía a un ritmo un tanto apabullante tratándose de alguien que llevaba poco en la ciudad y estaba endeudado por sus amigos. No podía ser sano sentirse tan orgulloso de su consumismo.

Le hizo un gesto de así-asao a Pelusa por su pregunta, pues aunque sabía cuanto debía medir un niño de ocho-nueve años porque era lo que tenía a mano, de ahí para abajo todo eran retacos de alturas difusas. A raíz de la cuestión observó mejor a los tres veteranos, preguntándose silenciosamente por sus edades. Parecían un poco más jóvenes que él, pero tener más tiempo de experiencia en Rocavarancolia les daba un aura y un prestigio distinto. Ya le había impresionado esa misma sensación con Mephis, y todavía se le hacía raro en su día a día. En la próxima cosecha pequeños como Nime y Eitne pasarían a ser los nuevos veteranos y el pensamiento le abstrajo, entre hilarante y espantoso; a Rocavarancolia no le importaban los años que tuvieran sus monstruos. 

Volvió a tierra, sin embargo, cuando Ruth respondió una pregunta que no oyó formular en primer lugar a Eitne. Sin descaro alguno desvió la mirada al daeliciano y la libense con gesto serio e inquisitivo, en silencio, el rato suficiente como para que les fuera imposible de ignorar. Podría haber abierto la boca para preguntar que tramaban, pero por suerte para ellos el cambiante no estaba por la labor de reñir a nadie en presentaciones, delante de futuros clientes y amigos de su jefa, y el propio ritmo de la conversación les sacó la pata del barro. Además, Devoss había dicho ser un tigre y eso molaba demasiado como para no estar hablando de ello. Igualmente tendría los instintos agudizados para cualquier cosa que se les ocurriera a los peques de ahí en adelante.

La aportación de Milo sobre Isis le sacó un bufido divertido; desde que sabía que era gay el comentario solo ganaba.
—Tiene ese efecto, sí. Hace dudar a uno de su sexualidad. ¿Vosotros érais de su cosecha? —sabía con certeza que el dullahan y la evaki lo eran, y le sonaba que Zarpa también. Raro como mencionaba cosechas como quien pregunta si eran de la misma clase.

-Estoy segura de que les hicieron los ojos chiribitas cuando oyeron hablar de comer bien y delicioso sin tener que cocinar -bromeó cuando Eara comentó que sus amigos ya habían dicho de ir al restaurante.

Virgo, que ya había verificado por sí misma que la comida era exquisita y que tenía todas las papeletas para ser la opción ganadora para el catering de la inauguración de las termas, miró de reojo a su jefa, quien captó su mirada y comprendió su significado al instante, y luego asintió amablemente en dirección a la sinhadre al percibir que la había incluido en la conversación.

-Supongo que esto supondrá una publicidad maravillosa para el local -comentó mientras miraba a las personas que rodeaban la mesa de aperitivos y que se veían bastante satisfechos con los mismos-. Y supongo también que no le haríais ascos a otro evento parecido que pudiera suponer aún más publicidad -añadió mirando de nuevo a los dos sinhadres-. Es posible que hayáis oído algo por ahí, pero estoy a unos meses de tener mi propia fiesta de inauguración para la casa de aguas termales que voy a abrir y si todo sale bien, es posible que incluso asistan miembros del consejo -informó pensando que quizás sería un incentivo promocional interesante-. ¿Os interesaría trabajar para mi?

SAMIKA

Para la evaki era un tanto inevitable no estar escuchando a dos bandas, era algo que costaba controlar al completo, especialmente cuando no andaba muy lejos. Asi que odía escuchar los comentarios sobre el tabaco que se andaba haciendo entre Rasqa o Jace o el aparente interés de Kimbra de vestir a su montura. La evaki solo había tenido una imagen poco definida del animal, pero la idea de que llevase alguna prenda se le hizo bastante entretenida << Un pauñuelo al cuello pdoria quedarle bastante bien >> penso vagamente. Pero consciente de que Jace había puesto un poco de distancia con ella, no quiso meterse en esa parte de la conversación por el momento o imponerle su presencia. No se sentía tampoco cómoda al respecto sabiendo que la había cagado.

Ademas, la voz de Vivia al hablarle a ella y a Irianna la distraia también, no podía evitar pensar que la idrina era una mezcla de dulzura, malicia y vivacidad, porque era todo lo que trasmitía con su voz.

-Ahora Isis va a estar por fin un poco más calmada ahora que por fin ha tenido una apertura tan buena y podrá ayudaros con lo de la revista, aunque voy a tener que decirle de despejarse de vez en cuando. A veces se enfrasca demasiado en el trabajo y se olvida de todo- dijo Samika riéndose cuya idea le atraía bastante. Aunque estaba segura que eso añadiría un nuevo lote de estrés a su amiga, ala que le gustaba tenerlo todo siempre bien amarrado, organizado y perfecto. Aunque admitía que gracias a todo su duro esfuerzo y dedicación había tenido un excelente puesta en escena en la ciudad, entre su labor y teniendo buenos modelos, la revista iba a acabar siendo bastante exitosa a su parecer- Estoy segura la revista será un éxito- acepto antes de escuchar de Irianna sobre la mudanza, algo de lo que había escuchado, aunque no recordaba si había escuchado a donde.

-¿Ya decidiste entonces donde te mudaras? ¿O al menos tienes una idea de donde te gustaría ubicarte? –pregunto Samika interesada de qué tipo de lugar habría escogido Irianna,

Samika no tenía pensamientos aun de mudarse, pensar en remodela run edificio se le hacía especialmente problemático, cuando los detalles eran invisibles a sus ojos. <<Algún día, que eso además seguro cuesta bastante si tengo que contratar a gente para que me ayude, y primero es lo primero>> por suerte gracias a su amiga sabia quienes podía llamar de necesitar ayuda en el futuro.

- No te equivocas, no…y eso que viví poquito alli. Serpentaria es para mí la cumbre de los tropiezos, no se para los que viven aún ahí- rio Samika ante la alegre palabra de Vivía, recordando el escaso tiempo que estuvo en Serpentaria viviendo inicialmente y como los muebles aprecia estar completamente en su contra- Eso de que lo muebles decidan cambiar de lugar de un día para otro, es a la vez entretenido…y espantoso para cualquier ciego - añadió la evaki recordando especialmente los primeros días en serpentaria, donde estaba desorientadisima y los muebles no ayudaban mucho a eso. Le gustaba tener su especio en orden y saber dónde tenía cada cosa por costumbre y utilidad, y los muebles de serpentaria jugaban con sus sentimientos y su organización.

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DÉDALO

Sus palabras parecieron captar de alguna manera la atención de Gael, que cuestiono que tipo de productos vendrá. Dédalo sonrió, haciendo una rápida memoria no solo de lo que tenía en su almacén sino con lo que más manejo tenia. Realmente su mercado era bastante amplio en realidad. Aunque tenía que documentarse bastante por cada mundo del que traía algo.

- Diría que un poco variado, o lo intento al menos. Salvo productos frescos o del dia, eso estan fuera de mi liga, da demasiado trabajo y no es que tenga forma de mantenerlo- añadió porque podía detallar muchísimo más, pero se quedaba solo allí mencionado cosas- Traigo también alimentos conservables, diferentes tipos de té o bebidas, artículos de decoración más típicos de los mundos…ya sabes, artesanías, así como ropa o telas varias, sin contar lo de los perfumes o joyas, claro. Además, hago pedidos especiales, más específicos o personales. Si hay algo que no está en mi catalogo y se requiere, si es conseguible se puede ver que hacer. Es cosa de negociarlo, de todas formas. -añadió porque de esos había tenido varias veces, aunque ya si no se metía en trueques turbios de dudosa procedencia, había salido completamente eso. En su momento pretendo abrir una tienda y tener a alguien contratado, para poder traer yo la materia- Por suerte para mí, tengo un almacén bastante lleno de artículos de todo este tiempo que he estado viajando, así que tengo un catálogo bastante organizado, sino me volveria loco- añadió Dédalo con diversión, porque eso había sido lo más dolor de cabeza de hacer, ya que era sumamente quisquillosos con eso. No tenía de todo de todos los mundos, obviamente no, pero no podía quejarse, al menos de los mundos con los que más había trabajado tenía bastante material.

Dédalo parpadeo ante las palabras de Koval y más aún ante la risa de Noel ¿había tenido que reconstruir el cuchitril varias veces? El había escuchado claramente que había tenido que hacerlo, pero no sabía que hacia sido más de una vez.

- Imagino que tendréis bastante enemigos de por si en la ciudad, no sois pocos conocidos precisamente. - pregunto cómo quien no quiere la cosa de forma tranquila antes de sonreír finalmente- Bueno, entiendo el alivio de  que haya un poco de descanso al fin, os lo merecéis realmente…yo solo he tenido que atender la remodelación de mi casa y pensar que tendré que hacer lo mismo, casi desde cero una vez abra la tienda, me da dolor de cabeza. Aun no empecé y ya quiero que termine– no quería ni pensar en ello, porque no tenía ni el inicio aun, ya que se necesitaba bastante dinero, tenía al menos una idea clara de cómo lo quería, quedaba encontrar une edificio ideal en una buena zona, Y claro tener lo necesario para empezar. Era un dolor de muelas.

-¿Dama Diurna abrirá un negocio también? ¿De qué se trata? Si puede saberse, claro- pregunto Dédalo interesado por qué estaba lejos de andar poniendo atención a la conversación que se mantenía no muy lejos de él. Realmente la ciudad se volvía más y más como una ciudad de verdad por momentos, resultaba increíble si tenía en cuenta cuando él estaba cosechado, los únicos edificios y negocios más renombrarles a visitar era la taberna, el pub y el burdel y alguno que otro más.

- Pues yo estaría encantado de mostrarle mi catálogo si cree que puede servirle algo de lo que tengo. Y si echa algo en falta pues podria verse, además contribuir de alguna forma a que nuevos negocios se abran en la ciudad me resulta muy interesante. - dijo el cambiante sonriendo con algo de emoción ante la idea, no solo porque le seria beneficioso a su propio negocio, sino porque la posibilidad de tener lugares para comer bien, vestirse o cosas similares, era algo bastante bueno. Se había acostumbrado de alguna forma a cierta precariedad de la ciudad en muchas cosas y aunque había mundos incluso menos organizados y modernizados  que Rocavarancolia, había otros que le daba mil vueltas. Y habiendo pasado varios meses en la capital de Libo notaba bastante la diferencia en muchos detalles del dia a dia en la ciudad.[/color]

Negaba con la cabeza con diversión ante el intercambio entre Sekk y Jace, dirigiéndose a este último cuando comentó acerca de su relación con el personal del burdel.
—Pues eso parece —rio—. Vivia y los demás son muy amables y mientras no me echen por no ser cliente supongo que seguiré yendo por allí.

La otra idrina se interesó entonces por su invitación de ir a Serpentaria y evaki se le adelantó respondiendo su pregunta sobre los muebles.
—Entiendo que a Samika no le gustasen porque pueden ser un obstáculo a veces, pero tiene su gracia observar los patrones de comportamiento de algunos de ellos. Recuerdo que una chica más veterana se quejaba de que su armario era claustrofóbico y nunca quería cerrarse del todo.

La conversación paralela que habían mantenido los chicos sobre fumar llamó su atención cuando el parqio recibió un cigarro a manos del dullahan y observó sus acciones con curiosidad y arqueando una ceja entre divertida y reprobadora ante la escena. No dijo nada, no obstante, ya que Samika le había hecho una pregunta.

—Oh, no es tan inmediato y aún no tengo nada más decidido que cuando os lo expliqué hace un tiempo. Pero casi seguro buscaré alguna casa que reformar por esta zona: creo que puede estar bien tener cerca a los mercenarios de la brecha por si colaboramos y tendré a dama Isis cerca… Y además el burdel también está por aquí —añadió sonriendo a Vivia.

La conversación que mantenían los demás había cambiado de tercio y al parecer Kimbra y Rasqa querían comprar algo para Ámarok, lo cual le pareció una idea tan divertida como buena.
—Yo me apunto a eso. ¿Vienes, Vivia?

Nime sonrió al ver que Eitne accedía a probar con alguno de los recién llegados. Se puso a su lado cuando habló con la chica de piel rojiza y pudo ver el movimiento de sus labios por el rabillo del ojo, sin escuchar nada. Aunque no sabía lo que estaba diciendo, le sonrió a la chica inocentemente para causar una buena impresión.

La demonio mineral se permitió recuperar algunas esperanzas con la primera respuesta que recibieron, pero enseguida se rompieron en pedazos.
—Bueno… teníamos que preguntar. A lo mejor, cuando nos hagamos amigos, dentro de un tiempo, también nos lo dice a nosotros —agregó en un susurro confidencial para ellos tres. La niña estaba convencida de que Eitne y ella podían hacer muy buena publicidad entre desconocidos. Se les daba bien hablar con desconocidos.

El comentario de Ruth sobre su transformación fue suficiente para distraer a Nime de todo aquel asunto, incluidas las miradas de los mayores que quemaban sobre ellos (y precisamente por eso las evitaba). La miró descaradamente, buscando similitudes y diferencias entre sus transformaciones. No había muchas, pero la libense tampoco tenía muy claro cuál era el aspecto que debía tener un demonio, ya que solo había conocido otro ejemplo más.
—¿Y qué es lo que haces con tu transformación? —preguntó con curiosidad—. ¡Yo puedo lanzar golpes a distancia! Es muy divertido. Y también soy muy fuerte —agregó con una sonrisa que enseñaba casi todos sus dientes de cristal.


Noel también le preguntó a Dédalo acerca de su negocio, y Gael escuchó la respuesta del cambiante dando pequeños sorbos a la copa que tenía en la mano. El chico parecía abierto a negociar con cualquier cosa, pero lo más beneficioso para él era especializarse en un catálogo selecto y tratar de conseguir el mejor material posible en ese nicho, y lo sabía.
—Lo tendremos en cuenta si necesitamos algo en alguna ocasión —le dijo, con una sonrisa, que se mezcló con resignación cuando Dédalo mencionó su tendencia a granjearse enemigos. Prefería hablar de sus dolores de cabeza haciendo reformas, y eso que era un tema medio tabú en el cuchitril—. Te entiendo perfectamente. Pero no te desanimes, que al final valdrá mucho la pena —le dijo, antes de que el chico se interesase en el negocio de Wen.
»Oh, te recomiendo hablar con ella cuando acabe de hablar con Eara y… eh… su edeel —atajó, no recordando ya el nombre del anima—. A lo mejor le interesa alguno de tus productos.
Dejó que Noel fuese quien le diese los detalles de las termas, ya que era más consciente de cuántos detalles podía airear antes de la apertura que él.


A los sinhadres les resultó divertido lo bien que conocía dama Diurna a sus amigos, acertando de lleno con su reacción. Su siguiente suposición hizo asentir a ambos.
—Tiene toda la pinta de estar funcionando —respondió Ayne, callando al ver que ella continuaba hablando. Les estaba ofreciendo otro trabajo grande, como aquel. Ambos sinhadres se la quedaron mirando durante unos instantes antes de sonreír ampliamente. No necesitaban ni hablarlo entre ellos para saber que aceptarían el encargo. Era una oportunidad de oro y, aunque no lo fuese, nunca se habrían negado a trabajar para dama Diurna.
—¡Sería maravilloso poder ayudarte! —respondió Eara con emoción.
—Había oído los rumores de que abriría una casa de aguas termales, pero no tenía ni idea de quién estaba detrás. Creo que has tenido una idea magnífica, dama Diurna —concedió el anima.
—Creo que puedo hablar por los dos diciendo que nos encantará visitar tu negocio como clientes también.
El anima asintió mirando brevemente a Eara y volviendo a posar sus cuencas vacías en dama Diurna. Ambos radiaban alegría, agradecidos por la oferta.

Wednesday

Wen sonrió con la aceptación de los sinhadres, feliz de poder tachar algo más de su lista y más aún viendo que la comida sería un éxito. Mientras, Virgo terminó su último bocado para liberar sus manos y procedió a sacar la carpeta que había estado usando con dama Isis.

-Y yo estaré encantada de recibiros tantas veces como queráis venir y os prometo que habrá tanta variedad que nunca os aburriréis de las termas -contestó la vouivre sin necesidad de decir que ellos estarían seguramente más veces en su restaurante de lo que la pareja pasaría por las termas.

En ese momento Virgo sacó de la carpeta una lista con ideas y requerimientos que ambas habían discutido sobre el catering en cuya esquina rápidamente escribió la dirección del Cuchitril y de las termas y se lo tendió a su jefa.

-No quiero agobiaros ahora con nada de este encargo ya que debéis estar ocupados y no quiero quitaros tiempo, pero simplemente para que os hagáis una idea de lo que estamos buscando para que cuando nos reunamos para concretar el menú y los detalles no vayáis a ciegas -siguió la británica extendiéndoles la hoja que le había dado Virgo-. Nada aquí es restrictivo ni inamovible, son solo ideas conceptuales de lo que queremos. Virgo os ha apuntado tanto la dirección de las termas, que es donde solemos estar la mayoría del tiempo ultimando detalles, como la del Cuchitril, que es donde vivimos. Podemos reunirnos a lo largo de esta semana cuando os venga bien. La inauguración sería dentro de dos meses por lo que creo que no hay mucha prisa, pero la verdad es que no estoy muy segura de cuánto se tarda en preparar un catering.


Kimbra

Kimbra asintió complacida cuando Rasqa le aseguró que encontrarían el complemento perfecto para Ámarok y estuvo de acuerdo en esperar a que terminara de fumar el cigarro que le había ofrecido Jace antes de entrar en busca de un complemento para su kerlax. Aunque la demonio no veía el punto de fumar y el olor no era especialmente agradable, pero consciente de que ella era la que solía desagradar por el uso que hacía de los fluidos, no iba a ser la que se quejara por los gustos de otros.

-Si -le contestó a Sekk cuando preguntó por la compra que iban a hacer, asimilando rápidamente que con erizo lobo se refería a Ámarok, no solo porque estaban hablando de él, sino porque le parecía completamente lógico que para cualquiera no krabelinense un kerlax sería una mezcla entre ambos animales-. Rasqa piensa que sería agradable adquirir algo para Ámarok similar a lo que lleva él, pero yo no sé exactamente qué tipo de accesorio decorativo sería el adecuado, por lo que va a ayudarme en la elección. Si también tienes alguna sugerencia, agradecería que nos acompañaras.

Pelusa

Escuchar por parte del chico tigre, Devoss habia dicho que se llamaba, que todo estaba bien y no aprecia faltar nada, alivio mucho a Pelusa. Llevaba meses trabajando a fondo para tenerlo todo listo a pedido de Dama Isis, así que ver su esfuerzo recompensado, en su primer trabajo pagado en toda su vida, le enorgullecía.

-¿Una chaqueta negra como de cuero?- pregunto Pelusa automáticamente, cuando Rena le pregunto por el chico sin cabeza de la entrada que según ella tenía entendido parecía ser pareja de su jefa. Pelusa no había coincido mucho con él, o al menos no hablando, si lo había visto así que sabía a cuál ropa se refería su compañera-  Si deberíamos tener alguna expuesta ahora mismo que seguro te queda muy bien ya que eres de espalda ancha ¿quieres verla? Deben estar por aqui - pregunto la pequeña haciendo memoria, mientras se ponía de puntillas buscando el lugar donde tenía las chaquetas colocadas para la venta.

Estaba en esos cuando unjas palabras repentinas de la chica que se llamaba Ruth la distrajeron concretamente cuando noto que aprecia hablar con Eitne cuya voz no escucho. La mirada de reojo de sospecha fue evidente. El niño estaba haciendo uso de su habilidad, aunque por suerte aprecia que lo que fuera hubiese intentando convencer parecía haber caído en saco roto. Eso de que Eitne tuviera un método para que ellos nos e enterasen de sus trastadas iba a traerles muchos dolores de cabeza.

Nime andaba tambien emocionada hablando con Ruth sobre su transformacion, escuchar que la chica aprecia ser un demonio tambien iguala  su pequeña amiga le resulto sorpresivo y no pudo evitar verla analiticamente intentando ver el parecido entre ambas y no viendo demasiado. ¿Habria muchos tipo entonces? << Con Nime se puede decir a leguas de alguna forma con sus cristales, pero de esa chcia es dificil decirlo. Salvo que es muy...¿roja? >>  penso la niña con un poco de curiosidad y ligera aprehension al pensar que lo mas cercano al rojo, era la sangre. Esperaba que no fuera un demonio de sangre, si es que existia algo semejante, o algo asi de inquietante.

La conversación se dirigió entonces en torno a Dama Isis, la cual parecia ser conocida de los tres veteranos que estaban hablando con ellos en ese momento, aparentemente. El comentario de Milo sobre la mujer no le sorprendió del todo, porque ella también había tenido también un a sensación rara cada vez que veía a la imponente mujer. Y la habia visto mucho en los ultimos meses y la sensacion no habia cambiado, solo se le habia añadido una suerte de admiración como la de alguien capaz y trabajadora.

-Es como una mezcla de intimidación y de pensar que es muy hermosa ¿verdad? Aunque tambien nosotros la hemos visto trabajar muy duro -dijo la niña pensativa, aunque las palabras de Rox halando de sexualidad, aunque fuera bromeando la descoloco un poco. Por ello miró confundida al chico.

-¿Os hace dudar de vuestra sexualidad? A mí no…-murmuro la niña con extrañeza, no sabiendo si la rara era ella o era el resto. << Debo estar perdiéndome algo de esta conversación >> no es como si el tema de sexualidad en cualquiera de sus formas fuera algo de lo que se enterase demasiado. Eso de excitarse o sentirse atraída por alguien, cosa que a veces había escuchándole ocurrían a otros, le parecía un pococ raro, aunque nunca lo hubiera dicho en voz alta.

No le dio muchas vueltas más porque la pregunta de Rox le llamo la atención, por lo que lo miró detenidamente antes de hablar.

-Si compartisteis cosecha ¿Estuvisteis en su mismo torreón? Todos nosotros, salvo Arcan, estuvimos en el mismo - dijo Pelusa señalando con un gesto de cabeza a sus compañeros.

Adrune

Al parecer Eitne estaba utilizando su poder para decirle algo sobre publicidad a Ruth. No entendía muy bien de que iba la cosa porque no había estado prestando atención, pero los mayores no parecían demasiado contentos con ello.
—Hala, sí… Te pareces a Ariven —le dijo a Ruth cuando explicó que era una demonio de fuego—. Aunque no sois iguales del todo…

El chico llamado Devoss también les dijo su transformación y resultó ser otro licántropo más. Parecía que había muchos como Rena y al gamusino le parecía muy guay. Le hubiese gustado pedirle que se transformara, pero sabía que aquel no era el lugar donde hacerlo. Vivía en la sede con ellos, así que seguro que tenía ocasiones de verlo.
—Yo no la conozco tampoco —negó con la cabeza ante su pregunta de si conocían a dama Isis.

Lo del efecto extraño de la veela era cierto: las pocas veces que la había visto, Adru había notado que le resultaba difícil mirar en otra dirección aunque no tenía claro por qué. Llamaba mucho la atención, pero desde luego no entendía nada de lo que estaban hablando acerca de la “sexualidad”, al igual que se había quedado pensativo antes pensando en gente guapa. Se había vuelto a perder en sus pensamientos y miraba al suelo con algo de incomodidad sin saber muy bien qué decir. Todo aquello le parecía tremendamente complicado. Sabía que eran cosas “de mayores”, pero el gamusino ya no era precisamente un niño pequeño y seguía sin entenderlo.

Los intentos de que los niños simplemente les pidieran cosas a ellos parecieron caer en saco roto en cuanto Ruth empezó a hablar de la nada con Eitne. Definitivamente esa habilidad les iba a dar quebraderos de cabeza. Por suerte parecía que Nime había dirigido su atención a las diferencias entre ella como demonio y Ruth.

Su curiosidad asomó cuando se centraron en Isis. Ya había visto por miradas que él no era el único al que se le desviaba la atención en su presencia pero tener tantas confirmaciones tan contundentes le hacía sospechar de que algo pasaba. -Desde luego cuesta centrarte en tu trabajo cuando esta Isis cerca, normalmente estaba o afuera en las ruinas o en el taller con Maher pero cada vez que ayudaba con la obra o a coser la ropa se hacía difícil no mirar hacia ella según aparecía... -Se quedó pensativo  unos momentos cavilando la posibilidad de que fuera parte súcubo, pero aquello no cuadraba. -Pero bueno ya que estamos con las transformaciones yo soy desgraciadamente un rapiña.

Vivia:

-Suena a la vez inconveniente y divertido -comentó con una risa cuando Samika e Irianna le confirmaron las historias sobre los muebles de Serpentaria -En el burdel tenemos algo parecido con los demonios del señor Cain.

Los diablillos de servicio que siempre rondaban por el burdel nunca les importunaban por lo que podían observar sus idas y venidas sin peligro, pero si tenían que tratar con ellos a veces la cosa terminaba en una situación incómoda, como poco, o en una gran pérdida de tiempo.

Atendió a Irianna, que al parecer había elegido esa zona para abrir su negocio. Era una buena zona, con varios puntos cerca donde recabar información y, como había dicho, con el Cuchitril a tiro de piedra por si necesitaba ayuda.

-Es muy buena idea -dijo. -Y así si necesitas informadores puedes llamarme, me ofrezco encantada. Sé muchos chismes.

Las intrigas, los chismes y los cotilleos eran de las cosas favoritas de Vivia. Los encargos de Cain para conseguir información de los clientes habían avivado aún más su interés.

El dragón pinchudo llamado Rasqa (que estaba realmente gracioso con el cigarro en la boca) les propuso ir a buscar complementos para alguien. ¿Tal vez un amigo que no había podido asistir? Iba a preguntar pero el comentario de Sekk fue suficiente para poder deducir que se trataba de tal vez una mascota de Estigma.

-¡Claro! Parece divertido. Además me apetece una copa.

Coger una copa fue justo lo que hizo Vivia nada más entrar. Divisó a dama Isis hablando con Cain y dama Circe en el lado opuesto a la mesa de los aperitivos, donde estaba el grupo de Wen. Saludó a la vouivre desde lejos, sin querer interrumpir la conversación.

Neil se removió un poco en su lugar mientras sus amigos hablaban con los veteranos que acababan de conocer, inquieto porque no quería ser maleducado, pero tampoco teniendo mucho interés en la conversación. Distraído, miró al rededor de la sala, observando la ropa expuesta con más interés y detenimiento del que había tenido antes. Ya había comido lo que consideraba que le correspondía y le gustaría poder bajar a felicitar a Eara y Ayne por el trabajo, pero no se atrevía a aventurarse solo, así que pensó que no sería una mala idea comprar algo. Rena se había ofrecido a comprar algunas cosas, pero Neil no se sintió incluido en el ofrecimiento ya que tenía sus propios ingresos y supuso que la licántropa se refería a aquellos del grupo que no trabajaban. Aunque en realidad el brujo solía pensar en el grupo entero como una familia que compartía ingresos y gastos. Al menos él no consideraba que trabajaba para el solo o para Adru y él, sino para todos sus amigos también.

Al fondo de la habitación un expositor llamó la atención del aurva y suavemente sin querer interrumpir la conversación tiró de la manga de Adru.

-Dru, ¿me acompañas a mirar la ropa que hay ahí? Tiene colores bonitos y parece abrigada.

«Rechazas a una chica sexy y luego un buen cigarro. Que decepción macho. Pues ahora vas y te marcas tu solo tu propio equipo, hombre-sauna» le replicó a Sekk mientras le ofrecía tabaco a Rasqa, emitiendo chasquidos desilusionados. «Ya ves. Menos mal que tú sí eres legal. Entonces» prosiguió dirigiéndose a Kimbra, «¿le vas a comprar una pajarita a Amarok? ¿Por qué no un collar de pinchos? Aunqueee lo mismo es un poco redundante.»

Jace se guardó la risa al ver a Rasqa coger, prender y fumarse el cigarrillo. Aunque sabía que el parqio era una criatura inteligente aquello hacía saltar sus alarmas como si fuera algo incorrecto, como si fuera un animal con una colilla puesta en la boca. Aunque se contuvo el bufido su humo hizo una pequeña nube de hongo. Su pregunta y la genuina seridad con la que la formuló le congeló en el sitio.

«Porque... ¿porque se me gastan antes?» respondió con una risa dubitativa. Lejos de toser, llorar o atragantarse, el moloch parecía estar jugando con el palo de un chupachups. De repente se lo imaginó fumándose la cajetilla entera de golpe y la carcajada que le sonsacó si se hizo audible. «La próxima te ofrezco un porro bien gordo, está claro que esto se te queda corto.»

Si se iban a ir ya para adentro antes tendría que deshacerse de las pruebas del delito. Y que mejor que la propia detective para eso. Aseguró la caja de cigarros al fondo de su bolsillo y se adelantó a la nebulomante con un gesto.
«Ey, Irianna, ¿nos echas una mano?» con un círculo se señaló a sí mismo y a Rasqa. «No hay que no cabrear a la anfitriona con los malos vicios.»

En cuanto estuvieran libres de pecado y dentro de la tienda lo primero que haría sería ver la disponibilidad de Isis. Si la joven miraba en su dirección la saludaría con la mano, procurando no importunarla.

Asintió ante la explicación de Dédalo sobre en qué consistía su negocio.
—Parecen muchas cosas diferentes, pero supongo que ser un proveedor en una ciudad tan pequeña como Rocavarancolia exige un catálogo amplio.
No pudo evitar emitir un bufido cuando el cambiante habló de remodelar una nueva casa.
>>Con nosotros no cuentes para eso: ya no ofrecemos servicios de carpintería —se rio recordando que cuando todavía no se podían permitir rechazar según qué ofertas habían sido contratados por Krono Rádem para eso mismo—. Por suerte ahora un brujo nublino tiene un negocio de carpintería y no creo que a nadie se le ocurra volver a contratarnos para eso.

Gael le recomendó al cambiante hablar con Wen cuando terminase su charla actual con la pareja sinhadre, la cual escuchaba de refilón de tanto en cuanto y sonreía para sus adentros siendo testigo de la eficiencia de la vouivre haciendo negocios. Estaba convencido de que aquella chica podría formar un imperio económico en la ciudad si se lo propusiese, aunque no creía que entrase en sus planes teniendo en cuenta lo estresada que había estado en los últimos meses.

—Son aguas termales —respondió a la pregunta de Dédalo—. Con una gran variedad de efectos sensoriales de todo tipo, por eso creo que le pueden interesar tus perfumes y puede que alguna otra cosa de tu catálogo para la decoración.

Por desgracia, el tema de las publicidades acabó siendo un callejón sin salida. No había manera ni con unos ni con otros de conseguir que les regalaran nada, por lo que no le quedó más remedio que dejar caer un “perdón” angelical y encogerse de hombros junto a Nime, que llevaba toda la razón del mundo. <<¿Cuánto se tardará en ser sus amigos?>> se preguntó el niño, curioso. Por suerte, Milo logró que abortara cualquier nuevo plan que pudiera urdir con unas palabras mágicas.

—¡Ala! ¡Guay! ¿Qué te quieres comprar tú? —el niño empezaba a entender que el dinero valía un esfuerzo y que todo lo que estaban gastándose en él lo perdían para sí mismos. De ahí que hiciera hincapié en lo que quisiera el brujo. Todavía se le escapaban muchas cosas (como el tema de por qué estaba tan mal pedir cosas gratis), pero empezaba a germinar en él la idea de que tenía que devolverles algo, cuando él fuera mayor. O quién sabe.

El niño se distrajo escuchándolos hablar sobre transformaciones, curioso ante las de los presentes. Se quedó un rato absorto en el licántropo tigre sin saber muy bien por qué y no opinó nada sobre la veela. Su primer instinto habría sido decir que él también tenía un aura, pero sabía que era un dato que funcionaba mejor cuando era sorpresa, cómo ahora.

—¡Es verdad! —apostilló tras la demonio mineral—. Nime alza piedras como si fueran de juguete.


Rasqa sonrió ante los comentarios cruzados entre Jace y Sekk y dio una pequeña aportación, con mucho cuidado de que no se le cayera el cigarrillo de las fauces:

—Si hay un humo del que debo huír es el tuyo, Sekk. No quiero morir joven —se rió.

La idea caló bien en el grupo y muchos de ellos se apuntaron a pasar en busca del accesorio perfecto para Amarok, al menos una vez acabaran los cigarrillos. Por desgracia, el de Rasqa se consumió rápido. Cuando solo quedó el filtro, el parqio estiró el cuello hacia arriba, miró al cielo y lo escupió como si se tratase de un numerito ensayado de circo.

—Te tomo la palabra con lo del porro —dijo divertido, sin saber muy bien lo que era. Debía de ser un cigarro enorme. Pensó también que, ya que no hacía nada con su dinero, tal vez pudiera comprarle cigarros al dullahan en alguna ocasión. Había escuchado que en la casa de Gar se fumaba mucho, podía ser un buen lugar para comprarlo.

Cuando Jace se acabó su cigarro, pidió a Irianna limpiar el olor. Por costumbre, Rasqa ya ni siquiera puso cara de pena. Era normal que pasara aquello. Se limitó a agitar la cola emocionado ante la compra que querían hacer y encabezó impoluto la entrada al local. El moloch se sintió un poco apabullado por la cantidad ingente de ropa que había y su dificultad para procesarla de la misma manera que lo hacían sus amigos. Entendía que las necesidades de ellos eran distintas a las suyas, pero le costaba entender el interés por tantos colores, estilos y tipos de ropa que coexistían en un lugar tan “pequeño”. Así, trató de buscar a Twix, lo cual fue increíblemente fácil. Bastó con barrer la sala hasta que sus ojos se posaron en la persona más bella y luego agitó la cabeza con disgusto evidente, para zafarse del influjo de la veela.

—¡Hey, Twix! —saludó a voces, sin ningún tipo de preocupación por guardar unos modales ni por interrumpir la charla de la frivy con el chico tuerto (que Rasqa sabía que le sonaba de algo)—. ¿Nos ayudas? Quiero comprarle algo a Amarok —anunció. Tampoco pensó que aquello se pudiese interpretar como una broma de mal gusto en este instante concreto.

Sekk puso los ojos en blanco cuando Jace le lanzó un par de pullas a la cara, tratando de ignorarle para no entrar al trapo, pero cuando le dijo que se montara su propia equipo no pudo evitar el impulso de darle un leve empujón.
—No pensaba que fueras tan traicionero con tus amigos. —le acusó con una mueca, dirigiendo su atención hacia Kimbra cuando la demonio rakshasa le explicó sus intenciones con su literalidad habitual.

Cuando la krabeliense mencionó la pajarita de Rasqa una pequeña sonrisa asomó bajo la barba del intara, pues la imagen mental de Amarok con un lazo al cuello le hacía gracia, pero cuando la morena le ofreció acompañarles y dar alguna sugerencia su expresión se tornó más pensativa. «Qué le sentaría bien a un lobo-erizo gigante?» se preguntó, reflexionando seriamente sobre ello mientras soltaba una risita sardónica tras el comentario del moloch.
—¿Un pañuelo bien grande quizás? —sugirió después de que el dullahan propusiera un collar de pinchos, encogiéndose de hombros bajo la chaqueta.

La idea general era entrar a la boutique, cosa que al berserker no le parecía mal porque aún no la había visto por dentro, y tras la conveniente ayuda de Irianna para con los fumadores el grupo se dirigió a la puerta.
—Vaya… —murmuró para sí una vez dentro, no muy seguro de hacia dónde mirar primero. Aquel despliegue de buen gusto y pulcritud no se veía mucho en aquella ciudad, pues por lo general la ruina estaba a la orden del día, y sumar uno más a la escasa lista de lugares bonitos era toda una experiencia.

Que el parqio irrumpiera como un tornado, sin embargo, rompió un poco la ilusión y el berserker contuvo la risa a duras penas.
—Hola. —saludó en silencio* desde la distancia cuando la veela miró en su dirección, esbozando una sonrisa avergonzada ante el cante que estaba dando su compañero.

*Solo moviendo los labios, vaya.

Dama Diurna les tendió entonces una hoja que, si bien no podían leer en detalle en ese momento, les sería útil para entender mejor el encargo una vez terminase aquel evento. Al igual que Isis, estaba claro que ponía mucho cuidado en todo lo que concernía a su negocio, y eso hacía que trabajar con ella resultase interesante. Ver a otras personas darlo todo era inspirador para los sinhadres también.

—Estupendo, si nos decís un día de la semana podríamos pasarnos a hablar con vosotras en cualquier momento. Mientras tanto le echaremos un vistazo a esto para discutir las posibilidades durante el encuentro —comenzó Ayne, tomando la hoja entre sus manos.
—Por el tiempo no os preocupéis, con tanta antelación tenemos de sobra para pensar el menú y llevarlo a cabo sin agobios. Podréis darle tantas vueltas como queráis a lo que os gustaría que se sirviese… siempre que entre dentro de nuestras posibilidades, claro. No hace falta decir que nos esforzaremos en aprender cosas nuevas si es necesario, pero si no os satisface el resultado no os sintáis presionadas para contratarnos.
Eara no sabía muy bien cómo discutir negocios, pero aquel era para una amiga y, de nuevo, lo último que querría sería decepcionarla. Por otra parte, estaba deseando poder leer la hoja que les había tendido Virgo para saber la clase de reto que sería. Tras el éxito de su primer trabajo casi estaba deseando aprender más cosas nuevas, ponerse nuevas metas y, en general, convertirse en una mejor cocinera poco a poco.

Samika

La evaki no sabía que pensar sobre eso de los muebles en vez de facilitarte la existencia te la complicasen, aunque tal vez su valoración era un poco subjetiva, teniendo en cuenta que cualquier cambio en su entorno se volvió un poco dolor de muelas.  Aunque escuchar sobre el armario claustrofóbico le hizo reírse, eso sonaba bastante más interesante que la mesita de noche que se movía sola para golpearte siempre en los dedos y hacerte tropezar.

La mención de los diablillos por parte de Vivia le recordó a los pequeños eres que llevaba y traían el té las veces que había ido al burdel. ¿harian trastadas tambien entonces? No estaba segura de cuanto control tendría realmente Cain sobre sus actos y no era algo que fuese a preguntar, el tema de los dominios se le escapaban.

- Es una muy buena zona a la que mudarse, este lugar se está volviendo otros de los centros de la ciudad aparte del mercado- asintió la evaki, que ya se conocía bastante bien la ciudad y donde el flujo de reconducciones más claro se centraba solo en pequeñas zonas, estando todo lo demás casi tan ruinosos como al principio de llegar allí. La ciudad parecía divirdirse por una línea invisible entre la zona para los transformados y la zona para los cosechados, que alguna vez terminaban coincidiendo en sus andanzas de todas formas.

Cerca de ellos, el buscarle algo a Amarok parecia estar volviendo el protagonista de la conversación y le aprecia bastante interesante. El pensar en Kimbra poniéndole a todas sus mascotas algún artículo de la tienda le aprecia bastante curioso.

- Buscarle algo a Amarok suena interesante, ¿te gusta algún color en especial o que de alguna imagen especifica? – preguntó interesada a la krabeliense mientras decidían finalmente adentrarse en la tienda, tras que el olor a tabaco uno que probablemente no agradaría mucho a Twix que se impregnase en sus diseños, fuese evaporado del lugar- Aunque ponerle un collar de pincho como dice Jace no suena tan mal, se vería aún más intimidante de lo que ya parece, si esa es la imagen que quieres dar de Amarok, es lo más adecuado- admitió aunque notaba aun cierta tensión con el dullahan con el cual aún no se había disculpado y que tenía claramente presente, intentaba no enrarecer aún más cosas. Tendría que encontrar el momento para disculparse, que parecía que sería lo más difícil de conseguir siendo que estaban mayormente en grupo.

No tardaron en adentrarse al lugar acompañados de Vivia que se unió a la búsqueda de algo para Amarok. La exclamación repentina de Rasqa saludando a Isis la descoloco, aun así, notando que la veela se encontraba cierta distancia y el parquio había tenido menos mil de tacto al saludar. La evaki no pudo evitar sonreír por la acción de este.

-Por curiosidad ¿quieres también buscarle algo también a Ratatouille? Si te apetece tambien podriamos ayudarte y asi aprovechamos - pregunto la evaki mirando en dirección a la krabeliense, mientras pensaba que podría venirle bien a Amarok entre todos los artículos que poseía su amiga en la tienda.  Aunque en su mente un collar de pinchos o algún pañuelo de algún color, como también había sugerido Sekk, era lo que más le encajaba para este.

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Dédalo

La explicación de Noel a grandes rasgos del negocio en el que estaban trajando Dama Diurna atrajo su atención. Las termas le eran conocidas, aunque claramente no había llegado a entrar a unas, le aprecia algo bastante curiosos. Aunque lo de diferentes propiedades sensoriales fue en definitivo lo que más le curiosidad le atrajo.

-Eso es bastante novedoso, solo conocía de algo parecido en la ciudad por en el burdel- sabía que había termas en el burdel, ya que las había visto el poco tiempo que estuvo asintiendo a este años atrás. ¿La idea de Dam Diurna era hacer algo similar, pero a mayor escala? - Imagino que ya tiene el local pensado y el sitito donde va a poner ¿no es así? - pregunto curiosos, aunque no esperaba que le diera realmente mucho detalle, observando como Dama Diurna y su acompañante parecía empezar a terminar de hablar con los dos sinhadres que presidían la mesa. Demasiados negocios abiertos o por abrir quedaban una nueva vista de la ciudad y que solo atraía a Dédalo a entrar en todos ellos.

Así que hablar de ello con la bruja llamaba bastante su atención, no sabría si llegaría a tener negocios con ella realmente o si le interesaría para empezar, pero el tener la posibilidad ahí no era algo que fuera a desperdiciar. Por ello cuando noto que Dama Diurna y su acompañante, Virgo, pues con todo se había terminado quedando con el nombre, parecían estar terminando su charla con los sinhadres, cuyas últimas partes de la conversación alcanzo a escuchar. Al parecer aquella fiesta inaugurando la boutique se había vuelto el mejor lugar para concretar negocios de muchos de los presentes.

No tenía mucha confianza con la bruja, por no decir ninguna, no recordaba que hubieran hablado expresamente en el pasado. Así que se le hacía un poco inusual interceptarla para hablar así de buenas a primeras, lo cual era un tanto irónico si tenía en cuenta en lo que trabajaba.

- La boutique se ha vuelto como un lugar de reuniones para negociar, aunque no soy quien para juzgar, me incluyo - rio Dédalo  porque era lo que había hecho y pretendía seguir haciendo, mientras disfrutaba de la comida servida por los sinhadres y de la ropa, la cual estaba seguro, algo se llevaría consigo al final del día. Eso si no sin antes olvidarse de saludar a dama Isis en cuanto pudiera.