Faro (Archivo I)
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9 participantes
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Faro (Archivo I)
01/08/17, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 07:33 pm
Aquello no tenía sentido, no podía estar pasando. Ese espejo llevaba ahí desde que habían llegado, así que ¿por qué les pasaba eso justo ahora? Y no estaba soñando ni viendo borrones, porque la veía todo lo claro que podía verla. Le había hablado pero no la había escuchado. Sus manos volaban entre limpiarse los ojos y tocar el marco del espejo, asustada.
— ¿Có... Cómo ha sido? ¿Cómo has acabado... ahí?
Para colmo, oía los gritos de Lorenzo desde abajo y pronto también escuchó un golpe. << ¿No se me habrá caído ahora? Tendría que atarles a la silla hasta que la ciudad explote, me cago en mi estirpe...>>
— Si me escuchas, voy a ver qué le pasa a Lorenzo y arreglaremos esto.
No podía encargarse de ambos a distancia así que intentaría separar el espejo y bajar con él. ¿Pero podía encargarse de bajar aquel armatoste por las escaleras con los ojos como los tenía? Al menos el espejo pudo separarlo. Lo cargó con un brazo para tener el otro de "limpiaojos" y desandó el camino de vuelta pasillo y escaleras abajo.
— ¿Có... Cómo ha sido? ¿Cómo has acabado... ahí?
Para colmo, oía los gritos de Lorenzo desde abajo y pronto también escuchó un golpe. << ¿No se me habrá caído ahora? Tendría que atarles a la silla hasta que la ciudad explote, me cago en mi estirpe...>>
— Si me escuchas, voy a ver qué le pasa a Lorenzo y arreglaremos esto.
No podía encargarse de ambos a distancia así que intentaría separar el espejo y bajar con él. ¿Pero podía encargarse de bajar aquel armatoste por las escaleras con los ojos como los tenía? Al menos el espejo pudo separarlo. Lo cargó con un brazo para tener el otro de "limpiaojos" y desandó el camino de vuelta pasillo y escaleras abajo.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 07:45 pm
La escalera no está hecha para bajar ese espejo y Mónica no está preparada para dar su primer paseo. Mientras que la realidad permanece inamovible fuera, dentro de su reflejo el lugar en el que está encerrada cambia con cada giro, cada inclinación del espejo; con cada paso de Sinceridad es un lugar diferente. Mónica a veces está de pie, otras veces está tumbada o en diagonal con respecto al suelo dentro del reflejo. De camino a abajo, el espejo recibe varios golpes y toda la realidad de Mónica tiembla con fiereza.
Más allá de eso, el cristal no se rompe.
Más allá de eso, el cristal no se rompe.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 07:57 pm
Mónica solo pudo gritar sin sonido y llorar con más fuerza al ver que el cristal no la dejaba salir tal y como había entrado, por lo que fue incapaz de responder a Sinceridad. Comenzó a golpear el cristal que las separaba con furia, pero eso tampoco sirvió de nada.
Mientras, Sinceridad había cogido el espejo y lo cargó escaleras abajo… porque algo había pasado allí. El trayecto fue movidito y la humana se fue tambaleando y cayendo con cada giro, haciéndose algún que otro moratón. Mientras, su ansiedad fue creciendo, amenazando con ahogarla. El corazón le latía tan rápido que se sentía mareada, tenía un grito atascado en la garganta y la cabeza le zumbaba. No era capaz de razonar o saber qué hacer.
—Voy a morir aquí, voy a morir aquí, voy a morir aquí —lloró, comenzando a ahogarse al no poder respirar bien. Y en ese momento fue cuando se dio cuenta de que… no se oía. No se oía a sí misma. Mónica gritó de nuevo, haciéndose daño en la garganta, rezando por escuchar algo. Pero no. Era como si… como si no existiese. La claustrofobia comenzó a acecharla y Mon cayó al suelo, al borde del desmayo.
Mientras, Sinceridad había cogido el espejo y lo cargó escaleras abajo… porque algo había pasado allí. El trayecto fue movidito y la humana se fue tambaleando y cayendo con cada giro, haciéndose algún que otro moratón. Mientras, su ansiedad fue creciendo, amenazando con ahogarla. El corazón le latía tan rápido que se sentía mareada, tenía un grito atascado en la garganta y la cabeza le zumbaba. No era capaz de razonar o saber qué hacer.
—Voy a morir aquí, voy a morir aquí, voy a morir aquí —lloró, comenzando a ahogarse al no poder respirar bien. Y en ese momento fue cuando se dio cuenta de que… no se oía. No se oía a sí misma. Mónica gritó de nuevo, haciéndose daño en la garganta, rezando por escuchar algo. Pero no. Era como si… como si no existiese. La claustrofobia comenzó a acecharla y Mon cayó al suelo, al borde del desmayo.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo.
-Nad.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 08:49 pm
Pudo bajar. Despacio y con tiento, pero pudo bajar. Cuando localizó a Lorenzo, todo su cuerpo se detuvo unos instantes.
—¡Lorenzo! Dime que sigues vivo y consciente, por favor...
A punto estuvo de pedirle ayuda, pero ¿en qué plumas podridas estaba pensando? Era la que mejor estaba, dadas las circunstancias. Le temblaban las manos cuando llegó al piso y dejó el espejo apoyado en la pared cerca de donde estaba el diestro, pero dio un grito al ver el estado de su amiga, en el suelo del otro lado. <<No, no, no, no te rindas, nononono>> ¿Y si allí no había aire? <<¡Era un espejo, nada de esto debería estar pasando!>>
Pero tenía que intentar comunicarse con ella, así que dio varios golpecitos en el cristal mientras le hablaba. Incluso deseó acabar al otro lado con ella, pero no pasó nada al tocarlo.
—¡Mónica! ¡Haz un gesto si me escuchas! Lo que sea, por favor, pero no te rindas, ¡encontraremos la forma de sacarte de ahí!
Pero, ¿cómo? No tenían magia ni conocían nada para aquella situación. Lorenzo estaba incapacitado, Fahran parecía tener sus propios problemas, su amiga estaba encerrada y ella se estaba quedando cada vez más ciega, prácticamente lloriqueando por las legañas. <<Y para colmo ha visto el fantasma de Lebra en alguna parte...>> No quería saber nada de fantasmas. Los muertos no hablaban, no podían pasearse por su mundo. <<Si estás por ahí, no vengas, por favor>> le pidió, aunque le asustaba la idea de que pudiera escucharla.
Estaba sola y no sabía qué hacer ni qué opciones tenían. En singular, mejor. Estaba sola y un fantasma no podría ayudarle, ni quería su ayuda por mucho que hubiera sido su amiga. Su amiga... Lebra, Lorenzo, Mónica. Sus amigos... Sus amigos. Se empezó a reír, pero lo hizo llorando.
—Tiene gracia. Hace un rato os pedí que me matéis si suponía un peligro pero ahora que dependéis de mí...
No dejaba de cumplirse lo opuesto. No quería ser un peligro, pero ahora no podía ser ni de ayuda. No quería que Mónica se dejase ir, pero ella no solo no podía hacer nada sino que estaba ahogándose en tanta inutilidad e impotencia como sus ojos en legañas. Al menos eso sí parecía "funcionar" bien: veía el futuro tan jodido como la realidad a su alrededor.
—No estoy sola, estoy con vosotros, pero estoy perdida. No sé qué hacer... —se dejó caer de rodillas frente a sus compañeros, el uno en el suelo y la otra en el espejo. No tenía fuerzas ni para gritar o romper algo. Al menos estaba con ellos y no era la fuente de los problemas.
—¡Lorenzo! Dime que sigues vivo y consciente, por favor...
A punto estuvo de pedirle ayuda, pero ¿en qué plumas podridas estaba pensando? Era la que mejor estaba, dadas las circunstancias. Le temblaban las manos cuando llegó al piso y dejó el espejo apoyado en la pared cerca de donde estaba el diestro, pero dio un grito al ver el estado de su amiga, en el suelo del otro lado. <<No, no, no, no te rindas, nononono>> ¿Y si allí no había aire? <<¡Era un espejo, nada de esto debería estar pasando!>>
Pero tenía que intentar comunicarse con ella, así que dio varios golpecitos en el cristal mientras le hablaba. Incluso deseó acabar al otro lado con ella, pero no pasó nada al tocarlo.
—¡Mónica! ¡Haz un gesto si me escuchas! Lo que sea, por favor, pero no te rindas, ¡encontraremos la forma de sacarte de ahí!
Pero, ¿cómo? No tenían magia ni conocían nada para aquella situación. Lorenzo estaba incapacitado, Fahran parecía tener sus propios problemas, su amiga estaba encerrada y ella se estaba quedando cada vez más ciega, prácticamente lloriqueando por las legañas. <<Y para colmo ha visto el fantasma de Lebra en alguna parte...>> No quería saber nada de fantasmas. Los muertos no hablaban, no podían pasearse por su mundo. <<Si estás por ahí, no vengas, por favor>> le pidió, aunque le asustaba la idea de que pudiera escucharla.
Estaba sola y no sabía qué hacer ni qué opciones tenían. En singular, mejor. Estaba sola y un fantasma no podría ayudarle, ni quería su ayuda por mucho que hubiera sido su amiga. Su amiga... Lebra, Lorenzo, Mónica. Sus amigos... Sus amigos. Se empezó a reír, pero lo hizo llorando.
—Tiene gracia. Hace un rato os pedí que me matéis si suponía un peligro pero ahora que dependéis de mí...
No dejaba de cumplirse lo opuesto. No quería ser un peligro, pero ahora no podía ser ni de ayuda. No quería que Mónica se dejase ir, pero ella no solo no podía hacer nada sino que estaba ahogándose en tanta inutilidad e impotencia como sus ojos en legañas. Al menos eso sí parecía "funcionar" bien: veía el futuro tan jodido como la realidad a su alrededor.
—No estoy sola, estoy con vosotros, pero estoy perdida. No sé qué hacer... —se dejó caer de rodillas frente a sus compañeros, el uno en el suelo y la otra en el espejo. No tenía fuerzas ni para gritar o romper algo. Al menos estaba con ellos y no era la fuente de los problemas.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 09:05 pm
Lorenzo
Como una corriente electrica, el dolor le dejaba delirante. Sacudiendose en el suelo, Lorenzo logró distinguir entonces a Sinceridad bajando las escaleras. La poca pastosa, y los únicos sonidos que podia proferir siendo jadeos y quejidos, el español rodó hasta quedar sobre su estómago.
Ahora pudiendo ver a Mónica claramente en su actual condición el Diestro dió con el puño sobre el suelo de frustración. Tanta fuerza que descargó que sintió que se habia roto el dedo meñique.
Por un segundo, el dolor de debajo de la cintura se sustituyó por el de la mano y, con el sabor de cobre en la boca, se arrastró hasta el lado de las otras dos. Aquella era la última jugarreta, era obvio. Si no se convertian en bestias tras esto, moririan. El diestro lo sabia como el que más. Viendo las lágrimas de Sinceridad y el pánico que tenia a Mónica atrapada, el chico no pudo sino llorar de impotencia.
Sin embargo, la repentina y corta lucidez por el daño que se habia hecho en la mano le permitió darse cuenta de una cosa, una cosa vital. No se rendiria. Aun cuando el dolor volvia a sacudirle el cuerpo, haciendole babear y darle nauseas, el español no cejó en su intento de ayudar a las otras dos mientras que él sufria.
Pasando su mano herida por el hombro de Sinceridad y poniendo la otra sobre el espejo, el español logró musitar unas palabras.
—¡No... perdais... la Esperanza!—bramó, sus palabras afectadas gravemente por el dolor en el que se encontraba. —¡Pelead, coño! ¡Estamos...! ¡Juntos!—
Aquel esfuerzo habia sido lo último para inclinar la balanza para empeorar al español, que habia estado luchando con uñas y dientes contra de el deseo más primarios para aliviar su dolor. Gritar.
El grito de agonia rasgó el aire y se quedó sangrandolo un buen rato.
El español lloraba y se retorcia, tan solo deteniendo su garganta empujada al límite para recabar el poco aire que sus pulmones podian recabar en tal condición. Cubierto en lágrimas, saliva, sudor y mocos, el diestro volveria a gritar en agonia. Una y otra vez.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 09:38 pm
El reflejo se estabiliza para Mónica en cuanto Sinceridad termina de colocar el espejo en la planta de abajo. Mónica puede ver lo que ocurre allí a través del marco que une sus dos realidades: la vieja y la nueva. La habitación para Mónica, sin embargo, seguirá vacía: ni Sinceridad ni Lorenzo se reflejan junto a ella.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 10:42 pm
Había algo abriéndose paso en su cuerpo que la mantuvo a flote, no obstante. Notaba un cosquilleo molesto recorrer su cuerpo, pero no era algo móvil sino localizado. Sus bultos. <<¿Qué es esto...?>> Escuchar los quejidos de Lorenzo también ayudaba. Pero escuchar lo que les dijo a ambas... Tuvo que suspirar.
—¿Pelear? No hay nada que hacer. ¡Míranos! No sé cómo ha acabado ahí dentro, ¡pero no puedo esperar a que vuelva a salir! ¡¿Qué quieres que haga?! —se había ido enfadando, más por su propio dolor que por el chico, y incorporó de golpe. Hizo un ademán de agarrar el espejo, pero vio que el humano lo estaba tocando así que lo soltó—. Me está empezando a doler todo. ¿Y si acabo como tú? ¿Qué diablos quieres que haga? ¿Que lo coja y lo estampe contra la pared a ver si así sale? ¿¡Y SI LA MATO AL HACERLO!? ¡Si no lo hace el espejo, no pienso hacerlo yo por error!
Llegados a ese punto, estalló y sí que golpeó algo. La mesa. La pata más cercana se llevó un puntapie, aunque su intención había sido darle a la silla. No le dolió más que las pústulas de la pierna que se estiraron con el movimiento. O el orgullo por no haber sido capaz de atinar por culpa de los ojos. Se rascaba todo el cuerpo mientras hablaba y su situación empeoraba tanto como su enfado y su impotencia. Llegó a pensar que preferiría estar inválida de dolor que allí en medio sin poder ayudarles.
—¡Joder! ¡Se me está cubriendo la piel de esta mierda y con los ojos apenas veo! ¿Qué plumas quieres que haga? No podemos hacer otra cosa que esperar, joder —gruñó. Levantó las manos y avanzó casi a tientas. Le daba miedo limpiarse con los ojos con aquellas cosas en la piel, pero no le quedaba otra si no se ponía en marcha—. Voy a por agua, aunque a este paso meteré la cabeza en un cubo.
Volvió al poco con un paño húmedo para sus ojos así como el cubo con un vaso. Si el diestro quería, le ayudaría a beber. Se disculpó, también. El chico no se merecía sus gritos, por muy justificados que pudieran estar.
—Siento lo de antes, pero es que no hay nada que hacer. No puedo sacarla de ahí y no puedo curarte.
—¿Pelear? No hay nada que hacer. ¡Míranos! No sé cómo ha acabado ahí dentro, ¡pero no puedo esperar a que vuelva a salir! ¡¿Qué quieres que haga?! —se había ido enfadando, más por su propio dolor que por el chico, y incorporó de golpe. Hizo un ademán de agarrar el espejo, pero vio que el humano lo estaba tocando así que lo soltó—. Me está empezando a doler todo. ¿Y si acabo como tú? ¿Qué diablos quieres que haga? ¿Que lo coja y lo estampe contra la pared a ver si así sale? ¿¡Y SI LA MATO AL HACERLO!? ¡Si no lo hace el espejo, no pienso hacerlo yo por error!
Llegados a ese punto, estalló y sí que golpeó algo. La mesa. La pata más cercana se llevó un puntapie, aunque su intención había sido darle a la silla. No le dolió más que las pústulas de la pierna que se estiraron con el movimiento. O el orgullo por no haber sido capaz de atinar por culpa de los ojos. Se rascaba todo el cuerpo mientras hablaba y su situación empeoraba tanto como su enfado y su impotencia. Llegó a pensar que preferiría estar inválida de dolor que allí en medio sin poder ayudarles.
—¡Joder! ¡Se me está cubriendo la piel de esta mierda y con los ojos apenas veo! ¿Qué plumas quieres que haga? No podemos hacer otra cosa que esperar, joder —gruñó. Levantó las manos y avanzó casi a tientas. Le daba miedo limpiarse con los ojos con aquellas cosas en la piel, pero no le quedaba otra si no se ponía en marcha—. Voy a por agua, aunque a este paso meteré la cabeza en un cubo.
Volvió al poco con un paño húmedo para sus ojos así como el cubo con un vaso. Si el diestro quería, le ayudaría a beber. Se disculpó, también. El chico no se merecía sus gritos, por muy justificados que pudieran estar.
—Siento lo de antes, pero es que no hay nada que hacer. No puedo sacarla de ahí y no puedo curarte.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
03/08/18, 10:45 pm
Mónica dejó de responder. No podía, se sentía incapaz. Estaba atrapada, y se sentía atrapada. Simplemente se concentró en respirar. Eso era todo lo que podía hacer. Escuchaba de fondo a sus compañeros de torreón, sufriendo. Sufriendo igual que ella.
Se apoyó contra el cristal, poniendo la mano contra este, y respiró.
Eso era todo.
Se apoyó contra el cristal, poniendo la mano contra este, y respiró.
Eso era todo.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Faro (Archivo I)
04/08/18, 12:58 am
Lorenzo
El sonido del crujir de huesos y tirones de músculos todos restallando en similitud seria terriblemente ahogado por los llantos de extremo dolor que sangraban la sala. Sangre mancharia los sus pantalones a medida que Lorenzo ya no podia tenerse boca arriba. El mareo tan solo incrementó y acabó por tirarse a un lado y vomitar. Solo bilis, pues su estomago llevaba horas ya vacio.
Pero aquello no le impidió volverlo a hacer en cuanto los doleres se repitieron.
Estaba febril ya, musitando incoherencias y con los ojos velados, los tejidos de su pantalón se abullaban y abultaban alli donde la sangre tocaba, hasta que eventualmente, toda su zona trasera y zapatos se encontraba impregnada del líquido rojo.
El diesto imploraba a la Virgen en su delirio, cogiendose a la cruz de Santiago que llevaba al pecho justo antes de volver a vaciar su vientre una vez más. Aunque ya poco le quedase.
El dolor no paraba, ni queria parar. Solo incrementaba, notaba cada vez como le molestaba todo y le dolia todo aún más. Y el crujir de huesos y músculos ciertamente no le ayudaba. Gritaba, aullaba de dolor puro. Luego se desmayaba por unos segundos y para cuando volvia en si, volvia a gritar y el ciclo se repetia.
El español, no ajeno al dolor, sentia que la suma de todo el sufrimiento que habia sentido en sus carnes a lo largo de su vida no se acercaba ni una minucia a lo que sentia y estaba por sentir. Cada pocos segundos, el dolor se doblaba, como para demostrarle que todavia era capaz de sentir mayor agonia.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
04/08/18, 03:30 am
No hubo respuestas, solo más sufrimiento. La roquense se tensó cuando sintió la quemazón por todo el cuerpo, pero aún más al escuchar a Lorenzo. Quiso acercarse a ayudarle, de alguna forma, guiándose por sus quejidos, pero una nueva oleada de su propio dolor se lo impidió. Tropezó con el cubo y desparramó el agua por el piso, pero pudo apoyarse en la pared sin resbalar del todo. Se lo pensó una vez más y en lugar de acercarse intentó lo opuesto. Alcanzó la mesa a tientas y la empujó hacia la pared opuesta. No dejaba de trastabillar y de gruñir. Cada movimiento estiraba su piel y podía notar cómo cada milímetro de esta se tensaba alrededor de los bultos. Tanto que podía jurar que algunas de las heridas se las estaba haciendo ella misma con el esfuerzo.
Pero aquello no hacía más que renovar su empeño. Tenía que alejarse de sus amigos. Había decidido que cada cual debía sufrir aquella penuria a solas y, al final, se decidiría quién suponía un peligro. Para entonces, ella estaría entre la mesa y la pared.
Cuando chocó con el muro, empezó a rodearla sin despegar las manos de ella. Solo distinguía tonos de luz pero de vez en cuando creía ver borrones. ¿Quizá no perdería la visión del todo? Pero no podía saberlo así que siguió a lo suyo. Aquella parte de su plan era fácil y le supuso un alivio. Sin embargo, la Luna no regalaba treguas y tanpronto como hubo rodeado una esquina, notó un cosquilleo en la cara. ¡Sus ojos, sus ojos! Instintivamente se quiso llevar las manos hacia allí, pero moverlas lo más mínimo acrecentó el dolor. Debía tener al menos dos cortes en cada mano. O tres. ¿Cuatro? No sabría decirlo con certeza, la sensación lacerante saltaba de una zona a otra. Alas, incluso, que hastaentonces parecían inmunes. Sus magníficas alas.
Se vino abajo cuando sintió arder la piel alrededor de los ojos. Se estiraba. Se movía. Podía notarla vibrar bajo sus manos. Y lo peor es que el resto de heridas se sumaron a su baile. Se apoyó contra la mesa. Se sentó en el borde. Incluso se sentó en el suelo. Pero ninguna postura relajaba la tirantez de la piel ni el sufrimiento, aunque tenía claro y comprobado que se le abrían las heridas aunque ella estuviera quieta.
Quieta. Si estaba quieta, ¿por qué veía borrones aquí y allá, por qué se estaba mareando? Aunque su propia piel estuviera cubriendo sus ojos, no estaba a oscuras. Pero si intentaba enfocar mejor, el mareo empeoraba. Se quedó en el suelo, pero hizo un último esfuerzo para arrastrarse sobre su propia sangre y sus plumas, sus hermosas plumas, bajo la mesa. Allí podría retorcerse y quejarse a gusto. Si terminaba convertida en una pesadilla, mejor ahí debajo lejos de miradas.
El mareo se suavizó, al menos, por lo que intentó pensar. Decidir no le costó mucho. Presa de espasmos allí donde se abría otra herida, se llevó la mano derecha a una del brazo izquierdo. No eran cortes sin más. Podía sentir perfectamente cómo algo se removía bajo la piel, donde los bultos, y cómo asomaba al exterior. Pero no llegó a iniciar su carnicería. Primero, porque el mareo volvía con cada movimiento. Segundo, porque tocar la herida abierta le causó tanta dentera como retorcerse de dolor. Y, tercero, porque rechazó la idea de autoinfligirse ese dolor tantas veces como pústulas tuviera. Acabaría desmayándose si forzaba la salida de aquellas cosas... si no la dejaba inconsciente la sensación de sus ojos. Ya no le pertenecían. No le respondían, pero los sentía vibrar, moverse, estrecharse, ondularse. Nunca había sabido de qué estaban hechos, pero ahora le quedaba bastante claro que debían contener algún tipo de líquido en su interior.
Ella parecía a punto de perderlo, parecían a punto de aplastarse del todo en las cuencas y derramarse. No había imaginado que aquello fuera posible, tan solo contaba con la maldición de las legañas. Pero su cordura sufría, tanto por las oleadas de dolor, que iban y venían pero siempre a peor, como por perder la confianza en su propia imagen. Podía aceptar la ceguera, ¿pero por qué todo lo demás? ¿Rocavarancolia no podía respetar su aspecto? Nadie la reconocería en casa con esas aberturas y esa cara demacrada. Sus amigos la repudiarían. Acabaría convertida en un monstruo para la vista. Y ni siquiera ella podría ni reconocerse ni verse a sí misma. Pero quizá fuera lo mejor.
Pero aquello no hacía más que renovar su empeño. Tenía que alejarse de sus amigos. Había decidido que cada cual debía sufrir aquella penuria a solas y, al final, se decidiría quién suponía un peligro. Para entonces, ella estaría entre la mesa y la pared.
Cuando chocó con el muro, empezó a rodearla sin despegar las manos de ella. Solo distinguía tonos de luz pero de vez en cuando creía ver borrones. ¿Quizá no perdería la visión del todo? Pero no podía saberlo así que siguió a lo suyo. Aquella parte de su plan era fácil y le supuso un alivio. Sin embargo, la Luna no regalaba treguas y tanpronto como hubo rodeado una esquina, notó un cosquilleo en la cara. ¡Sus ojos, sus ojos! Instintivamente se quiso llevar las manos hacia allí, pero moverlas lo más mínimo acrecentó el dolor. Debía tener al menos dos cortes en cada mano. O tres. ¿Cuatro? No sabría decirlo con certeza, la sensación lacerante saltaba de una zona a otra. Alas, incluso, que hastaentonces parecían inmunes. Sus magníficas alas.
Se vino abajo cuando sintió arder la piel alrededor de los ojos. Se estiraba. Se movía. Podía notarla vibrar bajo sus manos. Y lo peor es que el resto de heridas se sumaron a su baile. Se apoyó contra la mesa. Se sentó en el borde. Incluso se sentó en el suelo. Pero ninguna postura relajaba la tirantez de la piel ni el sufrimiento, aunque tenía claro y comprobado que se le abrían las heridas aunque ella estuviera quieta.
Quieta. Si estaba quieta, ¿por qué veía borrones aquí y allá, por qué se estaba mareando? Aunque su propia piel estuviera cubriendo sus ojos, no estaba a oscuras. Pero si intentaba enfocar mejor, el mareo empeoraba. Se quedó en el suelo, pero hizo un último esfuerzo para arrastrarse sobre su propia sangre y sus plumas, sus hermosas plumas, bajo la mesa. Allí podría retorcerse y quejarse a gusto. Si terminaba convertida en una pesadilla, mejor ahí debajo lejos de miradas.
El mareo se suavizó, al menos, por lo que intentó pensar. Decidir no le costó mucho. Presa de espasmos allí donde se abría otra herida, se llevó la mano derecha a una del brazo izquierdo. No eran cortes sin más. Podía sentir perfectamente cómo algo se removía bajo la piel, donde los bultos, y cómo asomaba al exterior. Pero no llegó a iniciar su carnicería. Primero, porque el mareo volvía con cada movimiento. Segundo, porque tocar la herida abierta le causó tanta dentera como retorcerse de dolor. Y, tercero, porque rechazó la idea de autoinfligirse ese dolor tantas veces como pústulas tuviera. Acabaría desmayándose si forzaba la salida de aquellas cosas... si no la dejaba inconsciente la sensación de sus ojos. Ya no le pertenecían. No le respondían, pero los sentía vibrar, moverse, estrecharse, ondularse. Nunca había sabido de qué estaban hechos, pero ahora le quedaba bastante claro que debían contener algún tipo de líquido en su interior.
Ella parecía a punto de perderlo, parecían a punto de aplastarse del todo en las cuencas y derramarse. No había imaginado que aquello fuera posible, tan solo contaba con la maldición de las legañas. Pero su cordura sufría, tanto por las oleadas de dolor, que iban y venían pero siempre a peor, como por perder la confianza en su propia imagen. Podía aceptar la ceguera, ¿pero por qué todo lo demás? ¿Rocavarancolia no podía respetar su aspecto? Nadie la reconocería en casa con esas aberturas y esa cara demacrada. Sus amigos la repudiarían. Acabaría convertida en un monstruo para la vista. Y ni siquiera ella podría ni reconocerse ni verse a sí misma. Pero quizá fuera lo mejor.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
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- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
04/08/18, 07:30 am
Por fin, tras muchos minutos de agonía, Mónica logró calmarse, darse cuenta de que no se estaba muriendo y de que aunque todo pintase mal, lo solucionarían. Fue entonces cuando levantó la cabeza y miró hacia fuera.
Y lo que vio fue una pesadilla. Lorenzo sangraba y se retorcía, y algo crecía en su parte posterior. Los gritos que hasta ahora su pánico había ahogado cobraron fuerza, y la humana tuvo que taparse los oídos. El miedo volvió, ya no por ella, sino por sus compañeros. Después miró a Sinceridad, quien se alejaba de ellos a trompicones y a quien le burbujeaba algo bajo las plumas, y ahogó otro grito. Dios mío, estaba pasando. Estaba pasando.
De pronto, el espejo no estaba tan mal.
Y lo que vio fue una pesadilla. Lorenzo sangraba y se retorcía, y algo crecía en su parte posterior. Los gritos que hasta ahora su pánico había ahogado cobraron fuerza, y la humana tuvo que taparse los oídos. El miedo volvió, ya no por ella, sino por sus compañeros. Después miró a Sinceridad, quien se alejaba de ellos a trompicones y a quien le burbujeaba algo bajo las plumas, y ahogó otro grito. Dios mío, estaba pasando. Estaba pasando.
De pronto, el espejo no estaba tan mal.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Faro (Archivo I)
04/08/18, 11:38 am
Lorenzo
Nueva carne salia de Lorenzo. En un bautismo de sangre y agonia, sus pantalones se vieron imposibilitados de contener la marea de mutación. Sus gritos alcanzaron un nuevo ápice de estruendo cuando una figura larga y puntiaguda chocaba contra el cuero. Con aparentes renovadas fuerzas, el español comenzó a pelears con su faja y su pantalón, nerviosamente arañando el nudo y telas mientras sollozaba. A muy duras penas logró quitarse los pantalones, o al menos bajarselos hasta los tobillos.
Y ahí el horror estaba a la vista.
Dos apendices, por llamarlos de alguna manera estaban surgiendo de su coxis. A medida de sangre, carne y hueso nuevo, los apendices no se parecian a nada que él podia recordar, salvo una bastardización de unas patas. Y tan solo era capaz de verlos si se giraba sobre si mismo, pues hasta su propio pandero parecia expandirse.
Una a una de las ultimas vértebras se fueron deconstruyendo y realineando para este nuevo y creciente aspecto. El aspecto de una bestia. Y el dolor, de alguna manera, encontró maneras de intensificarse, incluso despues de todo.
Sin más lágrimas, vómito o sudor que reclamar, el Español espumeaba por la boca a medida que nueva piel, tendones y órganos eran formados en la nueva y protuberante adición.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
04/08/18, 05:30 pm
El español gritaba por ella, eclipsaba sus propios quejidos. Ella estaba llegando a plantearse si un buen golpe en la cabeza la dejaría lo suficientemente inconsciente como para aguantar ese suplicio, pero no lo parecía. Había visto a heridos caer rendidos de dolor, pero Lorenzo aún aguantaba. Y ella... ella por más que intentaba refugiarse en la oscuridad y soportar ahí su propio dolor, no conseguía dejar de ver cosas indescriptibles. Sabía que estaba debajo de la mesa de madera que había estado en el Faro desde que llegaron, pero no la reconocía. Ni siquiera sabía si era eso lo que estaba viendo. No. Ni siquiera podía tener la certeza de estar viendo y tampoco es que el dolor le dejase pensar.
Más heridas se abrieron sin piedad, algunas en sus espaldas, otras en sus piernas. Consiguió tumbarse de costado para ponérselo fácil y se retorcería mientras aquellas cosas saliesen de sus músculos. Aquellas cosas que se habían ido formando lentamente bajo su piel. Al menos, al menos... Al menos no parecían huevos o parásitos. Pero no suponía ningún alivio sentir apéndices nuevos por todo su cuerpo. Palpitantes. Calientes. Dolorosos. Y, por lo que sentía al moverse, al roce de la piel, su superficie era dura.
Pero todos esos pensamientos no eran más que sensaciones fugaces. El coro de gritos de ambos y su propia tortura eran suficiente. Ni quería ni podía centrarse en otra cosa que en esperar el final de aquello. Pero, a pesar de esto, en los segundos de calma entre herida y herida, en esos segundos de lucidez intentaba afinar el oído por si oía de nuevo a su amiga. No quería que su último recuerdo antes del final, ya significara este su muerte o acabar convertida en un monstruo, fueran los alaridos de Lorenzo. Quería poder escucharles a salvo y se lo repetía entre quejido y quejido. Pero no, tan solo escuchaba gritos y el repiquetear de la lluvia en las ventanas. Llovía, aunque fuera una tormenta, y habría llorado si hubiera podido, porque ya ni eso podría ver.
Más heridas se abrieron sin piedad, algunas en sus espaldas, otras en sus piernas. Consiguió tumbarse de costado para ponérselo fácil y se retorcería mientras aquellas cosas saliesen de sus músculos. Aquellas cosas que se habían ido formando lentamente bajo su piel. Al menos, al menos... Al menos no parecían huevos o parásitos. Pero no suponía ningún alivio sentir apéndices nuevos por todo su cuerpo. Palpitantes. Calientes. Dolorosos. Y, por lo que sentía al moverse, al roce de la piel, su superficie era dura.
Pero todos esos pensamientos no eran más que sensaciones fugaces. El coro de gritos de ambos y su propia tortura eran suficiente. Ni quería ni podía centrarse en otra cosa que en esperar el final de aquello. Pero, a pesar de esto, en los segundos de calma entre herida y herida, en esos segundos de lucidez intentaba afinar el oído por si oía de nuevo a su amiga. No quería que su último recuerdo antes del final, ya significara este su muerte o acabar convertida en un monstruo, fueran los alaridos de Lorenzo. Quería poder escucharles a salvo y se lo repetía entre quejido y quejido. Pero no, tan solo escuchaba gritos y el repiquetear de la lluvia en las ventanas. Llovía, aunque fuera una tormenta, y habría llorado si hubiera podido, porque ya ni eso podría ver.
No Hope. No Dreams. No Love.
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- Lumichen
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Síntomas :
Re: Faro (Archivo I)
08/08/18, 05:08 pm
Los dias y semanas pasaban, y Fahran ya ni podia apreciarlos. Habia perdido toda voluntad o gana de abandonar el cuarto, ni si quiera para comer, con lo que esperaria a que los demás niños no estuvieran para coger comida. Cosas terribles les estaban pasando, les podia oir a través de las paredes cuchichear. Una chica habia muerto y estaban todos pasando por el duelo y otros dolores.
Se alegraria, pensó, si ella pudiera morirse tambien. Sus ojos se dirigieron hacia el techo, vacios y sin color. Se habia trenzado el pelo haria un tiempo, no queriendo ver los enormes huecos que se habia hecho en la cabellera, pero con el tiempo habian crecido hacia afuera, en un pandemonio de pinchos y desastre de puntas que se abrian en todas direcciones.
Ya no le importaba nada. O más bien, desearia que no le importase. Roaxen no vino a por ella al final. Sintió algo de alivio por el dolor. Un dolor que ardía, trepando por sus pies hacia sus piernas pasandole por la espalda.
Su cuerpo temblaba, se arrebujaba de agonia, pero su expresión permanecia sin cambiar, fría y vacia. Podia oir los chillidos de los demás haciendo eco a través del edificio, ardiendole en la sien. Por el Emperador, deseaba morirse ya de una vez. O al menos sufrir en silencio, como lo hacia en aquellos momentos. Como habia hecho siempre.
La sábana cayó de sus hombros cuando se incorporó e hizo amago de salir de la cama. Comos i caminase sobre el filo de un cuchillo, sus pies ardían de dolor bajo su peso, pero Fahran siguió caminando de todas formas No sabia porque, pero sabia que debia de ir. Para cuando se percató de lo que habia pasado, se encontró desnuda, metida en la bañera y su ropa esparcida sobre el suelo. Se miró las manos y frotó las yemas arrugadas de sus dedos sobre su cara.
El agua estaba fría, pero no hizo esfuerzo por levantarse. Recostandose hacia atrás, cerró los ojos, sintiendo el dolor amortiguado esparcirse por el agua. No sabia si se trataba de la temperatura del agua, pero esta parecia calmarle la dolencia.
No fue sino entonces que notó algo burbujeando bajo la superficie. Sus ojos se abrieron de par en par. El agua estaba teñida de rojo. Un grito reseco y asustado salió de entre sus labios a medida que vío su cuerpo cubierto de pequeños cortes sobre su piel. Sus brazos se agarrraron a sus hombros a medida que se retorcia de agonía.
Quiso levantarse, pero las piernas ya no le respondian.
Se alegraria, pensó, si ella pudiera morirse tambien. Sus ojos se dirigieron hacia el techo, vacios y sin color. Se habia trenzado el pelo haria un tiempo, no queriendo ver los enormes huecos que se habia hecho en la cabellera, pero con el tiempo habian crecido hacia afuera, en un pandemonio de pinchos y desastre de puntas que se abrian en todas direcciones.
Ya no le importaba nada. O más bien, desearia que no le importase. Roaxen no vino a por ella al final. Sintió algo de alivio por el dolor. Un dolor que ardía, trepando por sus pies hacia sus piernas pasandole por la espalda.
Su cuerpo temblaba, se arrebujaba de agonia, pero su expresión permanecia sin cambiar, fría y vacia. Podia oir los chillidos de los demás haciendo eco a través del edificio, ardiendole en la sien. Por el Emperador, deseaba morirse ya de una vez. O al menos sufrir en silencio, como lo hacia en aquellos momentos. Como habia hecho siempre.
La sábana cayó de sus hombros cuando se incorporó e hizo amago de salir de la cama. Comos i caminase sobre el filo de un cuchillo, sus pies ardían de dolor bajo su peso, pero Fahran siguió caminando de todas formas No sabia porque, pero sabia que debia de ir. Para cuando se percató de lo que habia pasado, se encontró desnuda, metida en la bañera y su ropa esparcida sobre el suelo. Se miró las manos y frotó las yemas arrugadas de sus dedos sobre su cara.
El agua estaba fría, pero no hizo esfuerzo por levantarse. Recostandose hacia atrás, cerró los ojos, sintiendo el dolor amortiguado esparcirse por el agua. No sabia si se trataba de la temperatura del agua, pero esta parecia calmarle la dolencia.
No fue sino entonces que notó algo burbujeando bajo la superficie. Sus ojos se abrieron de par en par. El agua estaba teñida de rojo. Un grito reseco y asustado salió de entre sus labios a medida que vío su cuerpo cubierto de pequeños cortes sobre su piel. Sus brazos se agarrraron a sus hombros a medida que se retorcia de agonía.
Quiso levantarse, pero las piernas ya no le respondian.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Faro (Archivo I)
08/08/18, 06:08 pm
Basilisco
Tres golpes, uno detrás del otro acometieron la puerta, a cada cual abollándola aun más, llegando a un punto que las bisagras no pudieron más, y un cuarto golpe bastó para saltar la puerta del quicio. Golpeando el suelo con un estruendo, una ola de calor proviniente de la playa entró al cuarto y, con esta, una figura sombria.
Vestido con un chal y americana negros, camisa lila y corbata en conjunto al color oscuro, el ulterano se adentró por el rellano, pisando la puerta con sus pristinas botas de cuero negro. Un parche exquisitamente decorado con filigranas en oro ocultaba un ojo y el otro, completamente negro como una bola de billar, miraba hacia el vacio. Alzando una mano, gesticuló un amago de un puño y golpeó suavemente el aire.
-¿Toc toc?- preguntó con una expresión confusa.
Aquel acto, o broma, duró poco pues su voz se vió ensordecida por los gritos que habia dentro. Una de sus manos en el chal y la otra al aire, enguatada en cuero negro, sobrepasó la puerta tirada y se adentró al epicentro donde los nuevos monstruos de la ciudad aun se estaban concentrando. Sus aullidos de dolor eran del todo molestos, dictaminó, pero no veia ni pizca de la presencia de Fahran. Mas sabia que estaban a dentro.
Con un gesto descarado, les vaticinó un hechizo de enmudecedor y, sin dedicarles una segunda mirada a los agonizantes niños a sus pies, atendió a sus oidos. Más arriba, podia discernir un grito. Un grito de lo más suculento y femenino.
Sabiendo que aquellos niños que se encontraban en aquella planta, quedaba por descartar que arriba seria donde encontraria su premio. De tanta espera y tanto trabajo, por fin recibiria su recompensa.
El placer que podia palpar en el aire, el miedo, el horror, la agonia y, más importante, la vulnerabilidad sin duda le llenaron de extasia, sin embargo, debia atender a otros asuntos y cuanto antes. Su lasciva mente ya estaba precipitandose ante la sorpresa que se iba a llevar. Queria algo genuino a primera vista, no a través de la niebla mágica, como tantas veces habia visto las delicias del cuerpo de la chica.
De su sorpresa ahí dependeria, si salia de aquel sitio con un coñito exótico, o con un poderoso esclavo. Quizás ambos. No podia contener el buen humor en el que se encontraba.
-Disfrutad de la bendición de la Luna Roja. Delectaos en como penetra vuestro cuerpo y rompe, reconstruye y empodera vuestra castidad y pureza transformandolos en algo horrible horrible y abyecto.-les dijo a los supurantes enmudecidos antes de dirigirse a tomar las escaleras y subir por estas. Estaba desvocandose por segundos. La Luna en el aire, le hacia hervir la sangre.
De la antelación se le erizaban los pelos de la nuca y a cada grito de ella que le acariciaba sus oidos le era más dificil contener el ídolo que se alzaba entre sus piernas exultante, expectante.
Unos gritos que se mezclaban con el salpicar del agua. Se estaba bañando. Relamiendose los labios abrio la puerta de par en par y contempló la escena ahí dispuesta.Y sonrió. Afilados dientes dispuestos en filas se retorcieron para la más abyecta y pervertida de las sonrisas cuando contempló la figura de la chica transformante y su cuerpo desnudo. Cual sabueso presentado como un filete, tuvo que resistir babear insitu.
Cambiando inmediatamente su dispoción a una que le permitiria interpretar su papel, cruzó la estancia en un par de rápidas zancadas.
-¡F-Fahran! ¡Oh mi pequeña y pobre Flany!-
Tirandose dramáticamente al suelo al lado de la bañera, se empapó los pantalones. Aquellos pantalones eran demasiado caros para haber hecho eso.Maldijo para sus adentros y continuó con el show. Dirigiendo su mano enguatada empezó a acariciar su cabeza.- Cuanto te he echado de menos, mi pobre lirio endeble...-
Volcado sobre la bañera la recogió de la cara le dio un breve pero intenso beso forzado. Solo se separia de sus labios cuando fingió acordarse de algo. Acariciandole la cabeza, rebuscó en el bolsillo del chal, extrayendo un pequeño frasco del tamaño de una pastilla. Dentro habia un liquido viscoso y de color púrpura. Rompiendo la tapa de un mordisco, volcó el contenido sobre su boca, agarrandola de la nuca.
-Ten, bebe, te ayudara con el dolor... Pobrecita... Mi pobre Flanny...-
Hizo un amago de abrazarla, pero vio que ya no era necesario. La droga actuo rápido dejandola sumergida en un trance de extasis. Su gesto babeante y retorcido en una sonrisa estúpida le aseguró que ya no tenia que sobre exagerar. Ya estaba en su control. Dejando su cabeza caer con poca delicadeza, se dió en la nuca con la porcelana pero no le pareció importar. La ulterana se estaba retorciendo de placer en aquellos momentos y tan solo seria consciente de un mundo y una realidad de color rosa, sin dolor ni angustias.
Poniendose de pie, el ulterano se sacudió los pantalones empapados con una cara desagradable antes de girarse hacia la todavia sangrante xolnita y le hizo una pregunta.
-¿Tienes algo que recoger o nos podemos ir ya a nuestra casa?- dejó una breve pausa.-Si, te he venido a recoger, como prometí. Soy un hombre que cumple sus promesas, ¿no es asi?-le preguntó cogiendola de la barbilla.
Tres golpes, uno detrás del otro acometieron la puerta, a cada cual abollándola aun más, llegando a un punto que las bisagras no pudieron más, y un cuarto golpe bastó para saltar la puerta del quicio. Golpeando el suelo con un estruendo, una ola de calor proviniente de la playa entró al cuarto y, con esta, una figura sombria.
Vestido con un chal y americana negros, camisa lila y corbata en conjunto al color oscuro, el ulterano se adentró por el rellano, pisando la puerta con sus pristinas botas de cuero negro. Un parche exquisitamente decorado con filigranas en oro ocultaba un ojo y el otro, completamente negro como una bola de billar, miraba hacia el vacio. Alzando una mano, gesticuló un amago de un puño y golpeó suavemente el aire.
-¿Toc toc?- preguntó con una expresión confusa.
Aquel acto, o broma, duró poco pues su voz se vió ensordecida por los gritos que habia dentro. Una de sus manos en el chal y la otra al aire, enguatada en cuero negro, sobrepasó la puerta tirada y se adentró al epicentro donde los nuevos monstruos de la ciudad aun se estaban concentrando. Sus aullidos de dolor eran del todo molestos, dictaminó, pero no veia ni pizca de la presencia de Fahran. Mas sabia que estaban a dentro.
Con un gesto descarado, les vaticinó un hechizo de enmudecedor y, sin dedicarles una segunda mirada a los agonizantes niños a sus pies, atendió a sus oidos. Más arriba, podia discernir un grito. Un grito de lo más suculento y femenino.
Sabiendo que aquellos niños que se encontraban en aquella planta, quedaba por descartar que arriba seria donde encontraria su premio. De tanta espera y tanto trabajo, por fin recibiria su recompensa.
El placer que podia palpar en el aire, el miedo, el horror, la agonia y, más importante, la vulnerabilidad sin duda le llenaron de extasia, sin embargo, debia atender a otros asuntos y cuanto antes. Su lasciva mente ya estaba precipitandose ante la sorpresa que se iba a llevar. Queria algo genuino a primera vista, no a través de la niebla mágica, como tantas veces habia visto las delicias del cuerpo de la chica.
De su sorpresa ahí dependeria, si salia de aquel sitio con un coñito exótico, o con un poderoso esclavo. Quizás ambos. No podia contener el buen humor en el que se encontraba.
-Disfrutad de la bendición de la Luna Roja. Delectaos en como penetra vuestro cuerpo y rompe, reconstruye y empodera vuestra castidad y pureza transformandolos en algo horrible horrible y abyecto.-les dijo a los supurantes enmudecidos antes de dirigirse a tomar las escaleras y subir por estas. Estaba desvocandose por segundos. La Luna en el aire, le hacia hervir la sangre.
De la antelación se le erizaban los pelos de la nuca y a cada grito de ella que le acariciaba sus oidos le era más dificil contener el ídolo que se alzaba entre sus piernas exultante, expectante.
Unos gritos que se mezclaban con el salpicar del agua. Se estaba bañando. Relamiendose los labios abrio la puerta de par en par y contempló la escena ahí dispuesta.Y sonrió. Afilados dientes dispuestos en filas se retorcieron para la más abyecta y pervertida de las sonrisas cuando contempló la figura de la chica transformante y su cuerpo desnudo. Cual sabueso presentado como un filete, tuvo que resistir babear insitu.
Cogito Ergo Sum escribió:♕ ¡ B i n g o !
Cambiando inmediatamente su dispoción a una que le permitiria interpretar su papel, cruzó la estancia en un par de rápidas zancadas.
-¡F-Fahran! ¡Oh mi pequeña y pobre Flany!-
Tirandose dramáticamente al suelo al lado de la bañera, se empapó los pantalones. Aquellos pantalones eran demasiado caros para haber hecho eso.Maldijo para sus adentros y continuó con el show. Dirigiendo su mano enguatada empezó a acariciar su cabeza.- Cuanto te he echado de menos, mi pobre lirio endeble...-
Volcado sobre la bañera la recogió de la cara le dio un breve pero intenso beso forzado. Solo se separia de sus labios cuando fingió acordarse de algo. Acariciandole la cabeza, rebuscó en el bolsillo del chal, extrayendo un pequeño frasco del tamaño de una pastilla. Dentro habia un liquido viscoso y de color púrpura. Rompiendo la tapa de un mordisco, volcó el contenido sobre su boca, agarrandola de la nuca.
-Ten, bebe, te ayudara con el dolor... Pobrecita... Mi pobre Flanny...-
Hizo un amago de abrazarla, pero vio que ya no era necesario. La droga actuo rápido dejandola sumergida en un trance de extasis. Su gesto babeante y retorcido en una sonrisa estúpida le aseguró que ya no tenia que sobre exagerar. Ya estaba en su control. Dejando su cabeza caer con poca delicadeza, se dió en la nuca con la porcelana pero no le pareció importar. La ulterana se estaba retorciendo de placer en aquellos momentos y tan solo seria consciente de un mundo y una realidad de color rosa, sin dolor ni angustias.
Poniendose de pie, el ulterano se sacudió los pantalones empapados con una cara desagradable antes de girarse hacia la todavia sangrante xolnita y le hizo una pregunta.
-¿Tienes algo que recoger o nos podemos ir ya a nuestra casa?- dejó una breve pausa.-Si, te he venido a recoger, como prometí. Soy un hombre que cumple sus promesas, ¿no es asi?-le preguntó cogiendola de la barbilla.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
08/08/18, 07:09 pm
Mónica se aovilló todavía más sobre sí misma, gritando mudamente en su refugio espejado, tapándose la cara para no ver a Lorenzo, para no ver a Sinceridad, para no verles sufrir. Quería olvidar esto para siempre, quería ayudarles, quería desaparecer, quería que todo fuera un sueño.
En ese momento un desconocido con una figura amenazante entró en el torreón y, con un gesto, silenció a sus amigos. Mónica se horrorizó, ya que, ante el silencio repentino, solo pudo pensar en que los había matado. Se levantó, temblando de miedo y rabia, y se arrojó contra su prisión de cristal, dispuesta a defenderlos. "¡Aléjate de ellos!", gritaba. Funcionó, pero funcionó mal. La humana atravesó el espejo, rompiéndolo, y cayó sobre los cristales, cortándose las manos y dándose un fuerte golpe en la cabeza. Atontada, sobre el suelo, solo pudo arrastrarse hacia Lorenzo y gemir, sintiéndose vulnerable.
En ese momento un desconocido con una figura amenazante entró en el torreón y, con un gesto, silenció a sus amigos. Mónica se horrorizó, ya que, ante el silencio repentino, solo pudo pensar en que los había matado. Se levantó, temblando de miedo y rabia, y se arrojó contra su prisión de cristal, dispuesta a defenderlos. "¡Aléjate de ellos!", gritaba. Funcionó, pero funcionó mal. La humana atravesó el espejo, rompiéndolo, y cayó sobre los cristales, cortándose las manos y dándose un fuerte golpe en la cabeza. Atontada, sobre el suelo, solo pudo arrastrarse hacia Lorenzo y gemir, sintiéndose vulnerable.
- Lumichen
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Síntomas :
Re: Faro (Archivo I)
08/08/18, 10:51 pm
Después de que el dolor le habia llegado hasta sus muñecas otro chillido agudo hizo eco en el baño. Abiertos en canal, sus brazos ahora tambien espumeaban. Su cuerpo se debilitaba por segundos debido a la pérdida de la sangre y el frío. A este paso se iba a morir.
Y entonces, como en los cuentos de hadas que Fahran se inventaba desde pequeña antes de irse a dormir, la puerta se abrió de par en par. Y ahi se tuvo su Principe. Por un instante, todo dolor desapareció cuando sus ojos se encontraron. Incluso habia parado de temblar.
Tenia una pinta distinta, y habia crecido y cambiado. Pero sus maneras y personalidad seguian siendo las mismas. Era el mismo Roaxen.
-¡R-Roaxen!- la chica soltó un chillido de excitación.-¿Esto es real? ¿Estoy alucinando?-
Alargó el brazo le cogió de la muñeca para sentir el hecho de que aquello era real, que de veras estaba pasando. Su cuerpo, sin embargo, cayó a plomo cuando sus piernas le fallaron. La chica, completamente cubierta de espuma rojiza, sollozó ruidosamente, como si aquello tan solo se tratase de otra broma cruel que el destino queria jugarle.
Para su sorpresa, sin embargo, Roaxen se le acercó e incluso enseñó muestras de estar preocupado por ella. ¿Preocupado? ¿Él? O lo que era más, ¿Por ella? Sin darle tiempo para pensar, le cogió de la cabeza y acercó su cara a la suya. Los ojos de la chica se abrieron como platos, incluso antes de que su mente registrase lo que estaba pasando.
Sus labios puestos contra los suyos, tan suaves y gentiles, como siempre los habia imaginado. ¿Estaba soñando? ¿Se habia muerto entonces? Se sentia liviana, como una pluma, derritiendose en sus manos, con lágrimas que no cesaban de caer por sus carrillos. A medida que se separaron, Fahran se acordó de respirar de nuevo justo antes de que sacase el frasquito con la droga.
No se lo pensó dos veces, demasiado aturdida todavia por la acción del chico. Cuando este le ordenó abrir la boca así ella lo hizo, sin vacilar, tragandose aquella sustancia viscosa. En tan solo segundos, su cabeza comenzó a darle vueltas, y el agua en la bañera le pareció que estaba hirviendo.
-No necesito ninguna de esas cosas...-dijo intentando salir de la bañera, con los cortes abriendose de nuevo y cubriendose de espuma, pero no parecia importarle, o más bien, sentir el dolor o si quiera de darse cuenta que estaba completamente desnuda delante de él.
-¡Roxxy! ¡Siempre supe que volverias a por mi!- queria ir junto a él, abrazarle, pero sus pies le fallaron y le hicieron aterrizar con su cara sobre el duro suelo, saltandole dientes que escupiria al incorporarse.
Sin parecer importarle la chica le miraba con ardiente admiración y se arrastró hacia sus pies, dejando un rastro de sangre tras de si.
-¡Si! ¡Todo un caballero!- sus brazos se adhirieron con fervor a sus piernas frotandose febrilmente contra sus botas. - ¡Roxxy es el mejor! ¡No paré de pensar en ti todos los dias, cada segundo!-
Y entonces, como en los cuentos de hadas que Fahran se inventaba desde pequeña antes de irse a dormir, la puerta se abrió de par en par. Y ahi se tuvo su Principe. Por un instante, todo dolor desapareció cuando sus ojos se encontraron. Incluso habia parado de temblar.
Tenia una pinta distinta, y habia crecido y cambiado. Pero sus maneras y personalidad seguian siendo las mismas. Era el mismo Roaxen.
-¡R-Roaxen!- la chica soltó un chillido de excitación.-¿Esto es real? ¿Estoy alucinando?-
Alargó el brazo le cogió de la muñeca para sentir el hecho de que aquello era real, que de veras estaba pasando. Su cuerpo, sin embargo, cayó a plomo cuando sus piernas le fallaron. La chica, completamente cubierta de espuma rojiza, sollozó ruidosamente, como si aquello tan solo se tratase de otra broma cruel que el destino queria jugarle.
Para su sorpresa, sin embargo, Roaxen se le acercó e incluso enseñó muestras de estar preocupado por ella. ¿Preocupado? ¿Él? O lo que era más, ¿Por ella? Sin darle tiempo para pensar, le cogió de la cabeza y acercó su cara a la suya. Los ojos de la chica se abrieron como platos, incluso antes de que su mente registrase lo que estaba pasando.
Sus labios puestos contra los suyos, tan suaves y gentiles, como siempre los habia imaginado. ¿Estaba soñando? ¿Se habia muerto entonces? Se sentia liviana, como una pluma, derritiendose en sus manos, con lágrimas que no cesaban de caer por sus carrillos. A medida que se separaron, Fahran se acordó de respirar de nuevo justo antes de que sacase el frasquito con la droga.
No se lo pensó dos veces, demasiado aturdida todavia por la acción del chico. Cuando este le ordenó abrir la boca así ella lo hizo, sin vacilar, tragandose aquella sustancia viscosa. En tan solo segundos, su cabeza comenzó a darle vueltas, y el agua en la bañera le pareció que estaba hirviendo.
-No necesito ninguna de esas cosas...-dijo intentando salir de la bañera, con los cortes abriendose de nuevo y cubriendose de espuma, pero no parecia importarle, o más bien, sentir el dolor o si quiera de darse cuenta que estaba completamente desnuda delante de él.
-¡Roxxy! ¡Siempre supe que volverias a por mi!- queria ir junto a él, abrazarle, pero sus pies le fallaron y le hicieron aterrizar con su cara sobre el duro suelo, saltandole dientes que escupiria al incorporarse.
Sin parecer importarle la chica le miraba con ardiente admiración y se arrastró hacia sus pies, dejando un rastro de sangre tras de si.
-¡Si! ¡Todo un caballero!- sus brazos se adhirieron con fervor a sus piernas frotandose febrilmente contra sus botas. - ¡Roxxy es el mejor! ¡No paré de pensar en ti todos los dias, cada segundo!-
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