Faro (Archivo I)
+5
Lumichen
Tak
Giniroryu
Leonart
Zarket
9 participantes
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Faro (Archivo I)
01/08/17, 10:53 am
Recuerdo del primer mensaje :
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
Mónica se rio cuando doña Plumitas bromeó con ella al respecto de su baile de la victoria, momento en que aprovechó para hacer un poco más el tonto y volver a bailotear.
—¿Algún problema con mis maravillosas habilidades de baile, señorita? ¿Tienes envidia? ¿Eh? ¿Eh? —comentó mientras hacía un círculo a su alrededor y daba una palmada al aire.
Se sentía bien bromear. Tras un rato de camino los ojos se desvanecieron y Mónica suspiró, relajada. Siguió caminando en silencio, olisqueando el aire cuando la sorprendió el olor a mar, pero sin decir nada. Comenzaba a tener algo de hambre, así que metió la mano en la mochila, sacó un par de las bolitas que había hecho con fruta y frutos secos y les ofreció a sus compañeros. —¿Queréis? Están ricas.
Finalmente se encontraron frente a un edificio. Un faro. No había posibilidad de error.
—¿Por qué habrá aquí un faro? ¿Necesitan prevenir a los barcos? ¿Habéis visto barcos? —preguntó, desconcertada, más bien para ella que para los demás—. ¿Entramos? —Mon se asomó con mucha precaución a la puerta y susurró— Calimero, Picasso, ¿estáis ahí dentro?
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
20/02/18, 02:59 pm
Lebra también se acercó con ella a la chica, ambas preocupadas. Poco a poco, Mónica volvió en sí y se dirigió a ellas. La roquense suspiró mientras la chica les explicaba... Menudo día llevaban.
—No te preocupes, no es una estupidez. Y lo siento. La coincidencia, digo, de que el mensaje te haya resultado tan familiar. Pero venga, sí, vayamos a ver esos sanvuiches
Se giró de vuelta a la cocina pero entonces cayó en algo: el pájaro muerto. No podían dejarlo cerca del faro, y mucho menos al lado de un cristal roto.
—Deberíamos arreglar la ventana... Y tirar a ese al mar. Lo hacemos levitar o lo llevo yo misma volando, no sé... —Pero sí que sabía. No le apetecía nada acercarse al mar. Resopló y rectificó mientras se rascaba el brazo izquierdo, nerviosa—... ¿Podéis lanzarlo con un hechizo, mejor? No me fío del mar...
Y no tenía ni idea de cómo arreglar la ventana. <<La podemos tapar con algo de madera... Este sitio es una pesadilla, si se nos intenta colar cualquier bestia estamos atrapadas y bien jodidas>> pensaba, preocupada. Ella siempre podría huir volando, pero el resto... En la cena plantearía un par de ideas para mejorar la seguridad, como dejar armas en todos los cuartos. La magia les acompañaba, pero ella, ella misma, necesitaba algo a lo que poder agarrarse, algo cortante, no depender de que sus amigas llegasen a tiempo con un hechizo en la punta de la lengua.
—No te preocupes, no es una estupidez. Y lo siento. La coincidencia, digo, de que el mensaje te haya resultado tan familiar. Pero venga, sí, vayamos a ver esos sanvuiches
Se giró de vuelta a la cocina pero entonces cayó en algo: el pájaro muerto. No podían dejarlo cerca del faro, y mucho menos al lado de un cristal roto.
—Deberíamos arreglar la ventana... Y tirar a ese al mar. Lo hacemos levitar o lo llevo yo misma volando, no sé... —Pero sí que sabía. No le apetecía nada acercarse al mar. Resopló y rectificó mientras se rascaba el brazo izquierdo, nerviosa—... ¿Podéis lanzarlo con un hechizo, mejor? No me fío del mar...
Y no tenía ni idea de cómo arreglar la ventana. <<La podemos tapar con algo de madera... Este sitio es una pesadilla, si se nos intenta colar cualquier bestia estamos atrapadas y bien jodidas>> pensaba, preocupada. Ella siempre podría huir volando, pero el resto... En la cena plantearía un par de ideas para mejorar la seguridad, como dejar armas en todos los cuartos. La magia les acompañaba, pero ella, ella misma, necesitaba algo a lo que poder agarrarse, algo cortante, no depender de que sus amigas llegasen a tiempo con un hechizo en la punta de la lengua.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Faro (Archivo I)
21/02/18, 11:26 am
Lebra no dejaba de preguntarse por los nombres extraños que decía Mónica y que para ella resultaban familiares, pero estaba claro que aquel no era el momento de tratar de satisfacer su curiosidad.
—Sinceridad tiene razón, y yo también quiero comprobar a qué sabe eso —añadió sin añadir nada más sobre el resto del asunto pues estaba claro que la humana prefería dejarlo atrás.
Una nueva preocupación se interpuso en sus intenciones, no obstante, pero la roquense estaba en lo cierto una vez más y no podían ignorar que tenían el cadáver de un animal al lado de una ventana rota. Ante la sugerencia de lanzar al pájaro con un hechizo la nublina tan solo titubeó unos instantes ya que no le agradaba especialmente la idea, pero enseguida se dirigió hacia el lugar y anunció que ella se ocupaba. No quería que Mónica sintiese la responsabilidad de hacerlo tal y como estaba y, a fin de cuentas, ya estaba muerto. Con cuidado manejó el cuerpo usando la levitación, teniendo que forzarse a no apartar totalmente la mirada por el desagrado mientras lo hacía, ya que no quería perder el control del hechizo y dejarlo caer antes de llegar incluso al exterior. Asomándose a la ventana continuó concentrada en moverlo en dirección al mar. Finalmente deshizo el hechizo al notar que no podía mantenerlo desde más distancia y el animal cayó cerca de la orilla.
—Lo siento, no podía llevarlo más lejos... Al menos la marea llega hasta ahí.
De hecho, no tardarían mucho en presenciar como el agua comenzaba a arrastrar poco a poco al ave hacia su interior, aunque la nublina prefirió dejar de mirar enseguida.
>>La ventana... Solo se me ocurre que la tapemos con algo. Algún trozo de madera lo suficientemente grande, o algo así... —añadió mientras regresaba junto a ellas.
—Sinceridad tiene razón, y yo también quiero comprobar a qué sabe eso —añadió sin añadir nada más sobre el resto del asunto pues estaba claro que la humana prefería dejarlo atrás.
Una nueva preocupación se interpuso en sus intenciones, no obstante, pero la roquense estaba en lo cierto una vez más y no podían ignorar que tenían el cadáver de un animal al lado de una ventana rota. Ante la sugerencia de lanzar al pájaro con un hechizo la nublina tan solo titubeó unos instantes ya que no le agradaba especialmente la idea, pero enseguida se dirigió hacia el lugar y anunció que ella se ocupaba. No quería que Mónica sintiese la responsabilidad de hacerlo tal y como estaba y, a fin de cuentas, ya estaba muerto. Con cuidado manejó el cuerpo usando la levitación, teniendo que forzarse a no apartar totalmente la mirada por el desagrado mientras lo hacía, ya que no quería perder el control del hechizo y dejarlo caer antes de llegar incluso al exterior. Asomándose a la ventana continuó concentrada en moverlo en dirección al mar. Finalmente deshizo el hechizo al notar que no podía mantenerlo desde más distancia y el animal cayó cerca de la orilla.
—Lo siento, no podía llevarlo más lejos... Al menos la marea llega hasta ahí.
De hecho, no tardarían mucho en presenciar como el agua comenzaba a arrastrar poco a poco al ave hacia su interior, aunque la nublina prefirió dejar de mirar enseguida.
>>La ventana... Solo se me ocurre que la tapemos con algo. Algún trozo de madera lo suficientemente grande, o algo así... —añadió mientras regresaba junto a ellas.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Re: Faro (Archivo I)
22/02/18, 12:21 pm
Mónica frunció los labios y agradeció a Lebra que se ocupara de lo del pájaro mientras ella acababa de recuperarse, respirando hondo y mirando hacia arriba. Mientras, el frío al fin había calado en ella, ya que había dejado caer la manta en la que antes se envolvía.
La chica tembló.
—¿Creéis que habrá algún cacho de madera lo suficientemente grande aquí o tenemos que salir? —comentó de forma casual—. En cualquier caso, casi nos renta comer ya. ¿Les dejamos a Íñigo Montoya y a Rapunzel un poco de sándwich? Casi me siento tentada a comerlos todos yo —sonrió de medio lado, en tono jocoso.
«No las preocupes más. Ya tenemos bastante drama».
La chica tembló.
—¿Creéis que habrá algún cacho de madera lo suficientemente grande aquí o tenemos que salir? —comentó de forma casual—. En cualquier caso, casi nos renta comer ya. ¿Les dejamos a Íñigo Montoya y a Rapunzel un poco de sándwich? Casi me siento tentada a comerlos todos yo —sonrió de medio lado, en tono jocoso.
«No las preocupes más. Ya tenemos bastante drama».
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Re: Faro (Archivo I)
01/03/18, 05:20 pm
La roquense agradeció en silencio a Lebra el quitar de la vista al pájaro y luego desvió su atención al maldito agujero de la ventana. Quizá algún mueble que no usasen podría bastar... pero pocas "herramientas" tenían, por no decir ninguna, para cortar madera en condiciones.
—Algo podremos apañar o si no lo buscaremos fuera... Siempre podemos bajar a la playa y coger algún madero de los barcos esos —sugirió, pero prefirió aclarar algo—: Pero con magia, mejor, si se puede.
>>Y vamos a ver esos condenados sanvuiches de una vez, ¡anda! —exclamó y dio una palmada.
Y para adentro que fue, al resguardo del faro y a por su manta, que según avanzaba el día refrescaba más y más.
—Un torbellino de fuego en tamaño pequeño nos iría bien —bromeó—. ¿Hago algo para cenar o vais bien con esos sanvuiches? Tantos sustos hoy me dieron hambre.
—Algo podremos apañar o si no lo buscaremos fuera... Siempre podemos bajar a la playa y coger algún madero de los barcos esos —sugirió, pero prefirió aclarar algo—: Pero con magia, mejor, si se puede.
>>Y vamos a ver esos condenados sanvuiches de una vez, ¡anda! —exclamó y dio una palmada.
Y para adentro que fue, al resguardo del faro y a por su manta, que según avanzaba el día refrescaba más y más.
—Un torbellino de fuego en tamaño pequeño nos iría bien —bromeó—. ¿Hago algo para cenar o vais bien con esos sanvuiches? Tantos sustos hoy me dieron hambre.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Faro (Archivo I)
01/03/18, 06:41 pm
Lebra asintió ante las posibilidades que expuso Sinceridad.
—Tal vez sería mejor arreglarlo cuanto antes, pero no sé si es buena idea salir hoy...
La nublina aun temía que algo peor que aquellas aves estuviese rondando en los alrededores, pero no quería enturbiar de nuevo el ambiente.
>>Pues si los sanwiches están tan buenos exijo al menos probar un poco —le replicó a Mónica en tono claramente jocoso—. Yo creo que tendré suficiente, no tengo tanta hambre hoy.
El repulsivo sueño que había tenido no terminaba de abandonar su cabeza.
—Tal vez sería mejor arreglarlo cuanto antes, pero no sé si es buena idea salir hoy...
La nublina aun temía que algo peor que aquellas aves estuviese rondando en los alrededores, pero no quería enturbiar de nuevo el ambiente.
>>Pues si los sanwiches están tan buenos exijo al menos probar un poco —le replicó a Mónica en tono claramente jocoso—. Yo creo que tendré suficiente, no tengo tanta hambre hoy.
El repulsivo sueño que había tenido no terminaba de abandonar su cabeza.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
05/03/18, 12:48 pm
Mónica tembló de nuevo mientras recogía la manta del suelo y se la ponía por encima tapándose también la cabeza, adentrándose en el faro tras sus amigas. Antes de salir de la habitación, sin embargo, echó una última ojeada tras ella y, doblando la postal lo más posible, se la guardó entre la cinturilla de sus pantalones y su propio cuerpo. Después, borrando la arruga de tristeza de entre sus cejas, correteó tras la nublina y la roquense de nuevo hacia la cocina, el único lugar templado de la casa.
—Brrrr, sí, dejemos lo de salir para otro día. Hoy hace demasiado frío y, técnicamente, ya hemos salido —les dirigió una sonrisa torcida—. Mejor mañana. Total, podemos limpiar y yo que sé… hacer ejercicio. Y cocinar. ¡Y comer sándwiches! Y ver cómo nos apañamos ropas de abrigo.
Con una risilla se acercó a los fogones, dispuesta a calentar los panecillos, y dispuso el resto del botín sobre la mesa, sin mencionar la falta de la postal. A lo mejor sus compañeras no se daban cuenta de que no estaba allí. Mientras esperaba a que se calentase el pan, Mon cogió un cuchillo y se puso a darle vueltas entre las manos, distraída con el brillo de la hoja y todavía pensando en su familia.
—Brrrr, sí, dejemos lo de salir para otro día. Hoy hace demasiado frío y, técnicamente, ya hemos salido —les dirigió una sonrisa torcida—. Mejor mañana. Total, podemos limpiar y yo que sé… hacer ejercicio. Y cocinar. ¡Y comer sándwiches! Y ver cómo nos apañamos ropas de abrigo.
Con una risilla se acercó a los fogones, dispuesta a calentar los panecillos, y dispuso el resto del botín sobre la mesa, sin mencionar la falta de la postal. A lo mejor sus compañeras no se daban cuenta de que no estaba allí. Mientras esperaba a que se calentase el pan, Mon cogió un cuchillo y se puso a darle vueltas entre las manos, distraída con el brillo de la hoja y todavía pensando en su familia.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
11/03/18, 04:35 pm
Se hizo algo de cena ligerita mientras pensaba en lo que acababan de hablar, en silencio. Saldrían en otro momento, otro día, a buscar cómo reparar la ventana. O lo que dijo Mónica de buscar cómo abrigarse mejor... Otra salida a rapiñar cosas, pues. Y después se quedó charlando con ellas hasta que el cansancio llamó a la puerta y se despidió de ellas hasta el día siguiente.
Arrebujada en su manta fue a asearse y después a su cama. Por el camino se le ocurrió que si tuvieran suficientes mantas podrían tapar la ventana rota a presión con tela y madera. <<O poner un mueble delante a las malas>> Se metió en la cama, aún envuelta en la manta que cogiera horas antes, y se tapó hasta la cabeza.
Fuera, el viento rugía y silbaba al colarse por la ventana rota, podía escucharlo perfectamente. Y podía imaginarse perfectamente la infinidad de criaturas o cosas que podría arrancar el viento y colarse por el agujero. O, peor, el miedo acuciante e irracional a que el huracán derrumbase el faro igual que la torre de los pájaros asesinos del otro día. Soñó con ello. Soñó que tapiaba el agujero. Soñó que el viento les robaba la parte alta del faro y se les llenaba de pajarracos que les picoteaban.
Soñó y soñó hasta que despertó agitada. Oía el viento incluso cuando este se tomaba un descanso. El ruido y la pesadilla la estaban desquiciando. Estuvo un rato sentada en la cama hasta que se decidió a ir a mirar la ventana, espada en mano. No estaría tranquila hasta que no viera con sus propios ojos al monstruo que todo su ser decía que le esperaba en el tramo de la escalera.
No había nada, ni nadie, solo el ulular del viento. Lo que vio por la ventana, sin embargo, sí que llamó su atención. El cielo nocturno de la ciudad, hasta ahora sumido en una oscuridad agobiante, tenía un punto luminoso. Se frotó los ojos por si acaso eran imaginaciones suyas —con el consiguiente mosqueo por las legañas constantes— y volvió a mirar en su dirección.
—¿Qué plumas podridas es eso...?
No se lo pensó mucho más. Estaba claro lo que era, aunque no tuviera una palabra para el fenómeno, su mundo natal tenía puntos luminosos en el cielo, pero Rocavarancolia no los había tenido nunca. O no los habían visto, al menos, y estaba segura de ello por completo. Hasta esa noche. Así que fue a avisar a sus amistades.
—Pst, pst, ¡despertad! ¡Hay luz en el cielo!
Arrebujada en su manta fue a asearse y después a su cama. Por el camino se le ocurrió que si tuvieran suficientes mantas podrían tapar la ventana rota a presión con tela y madera. <<O poner un mueble delante a las malas>> Se metió en la cama, aún envuelta en la manta que cogiera horas antes, y se tapó hasta la cabeza.
Fuera, el viento rugía y silbaba al colarse por la ventana rota, podía escucharlo perfectamente. Y podía imaginarse perfectamente la infinidad de criaturas o cosas que podría arrancar el viento y colarse por el agujero. O, peor, el miedo acuciante e irracional a que el huracán derrumbase el faro igual que la torre de los pájaros asesinos del otro día. Soñó con ello. Soñó que tapiaba el agujero. Soñó que el viento les robaba la parte alta del faro y se les llenaba de pajarracos que les picoteaban.
Soñó y soñó hasta que despertó agitada. Oía el viento incluso cuando este se tomaba un descanso. El ruido y la pesadilla la estaban desquiciando. Estuvo un rato sentada en la cama hasta que se decidió a ir a mirar la ventana, espada en mano. No estaría tranquila hasta que no viera con sus propios ojos al monstruo que todo su ser decía que le esperaba en el tramo de la escalera.
No había nada, ni nadie, solo el ulular del viento. Lo que vio por la ventana, sin embargo, sí que llamó su atención. El cielo nocturno de la ciudad, hasta ahora sumido en una oscuridad agobiante, tenía un punto luminoso. Se frotó los ojos por si acaso eran imaginaciones suyas —con el consiguiente mosqueo por las legañas constantes— y volvió a mirar en su dirección.
—¿Qué plumas podridas es eso...?
No se lo pensó mucho más. Estaba claro lo que era, aunque no tuviera una palabra para el fenómeno, su mundo natal tenía puntos luminosos en el cielo, pero Rocavarancolia no los había tenido nunca. O no los habían visto, al menos, y estaba segura de ello por completo. Hasta esa noche. Así que fue a avisar a sus amistades.
—Pst, pst, ¡despertad! ¡Hay luz en el cielo!
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Faro (Archivo I)
11/03/18, 07:11 pm
Lebra estuvo de acuerdo con todo lo propuesto por sus compañeras y distrajo su mente con lo mundano pasándselo bien con la humana y la roquense y olvidando momentáneamente las preocupaciones. Aquella pequeña burbuja se rompió una vez llegó la noche, no obstante, y la nublina se encontraba una vez más despierta en su cama, sin ser capaz de conciliar el sueño desde hacía bastante rato a pesar de lo cansada que estaba.
Por ello agradeció escuchar la voz de Sinceridad "despertándola".
—¿Luz? No es una luna roja, ¿verdad?
Sabía que todavía no había pasado el tiempo suficiente, pero fue lo primero que se le vino a la mente ante la mención de la aparición de una luz en el cielo que, evidentemente, antes no estaba. A través de una ventana atisbó aquello a lo que se refería la roquense y propuso subir a lo alto del faro para poder verla mejor a través de los paneles de cristal que cubrían la planta donde se hallaba la linterna.
Una vez allí arriba observó en silencio durante varios segundos el nuevo cuerpo celeste que había aparecido aparentemente de la nada.
—Creo que significa que la Luna Roja se acerca, o eso es lo que cuentan las historias de Nubla —recordó sin quitarle la vista de encima al enorme punto brillante.
No sabía por qué, pero a la nublina aquella estrella le producía cierto desasosiego.
Por ello agradeció escuchar la voz de Sinceridad "despertándola".
—¿Luz? No es una luna roja, ¿verdad?
Sabía que todavía no había pasado el tiempo suficiente, pero fue lo primero que se le vino a la mente ante la mención de la aparición de una luz en el cielo que, evidentemente, antes no estaba. A través de una ventana atisbó aquello a lo que se refería la roquense y propuso subir a lo alto del faro para poder verla mejor a través de los paneles de cristal que cubrían la planta donde se hallaba la linterna.
Una vez allí arriba observó en silencio durante varios segundos el nuevo cuerpo celeste que había aparecido aparentemente de la nada.
—Creo que significa que la Luna Roja se acerca, o eso es lo que cuentan las historias de Nubla —recordó sin quitarle la vista de encima al enorme punto brillante.
No sabía por qué, pero a la nublina aquella estrella le producía cierto desasosiego.
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
13/03/18, 11:58 am
Gracias a sus compañeras y a los deliciosos sándwiches mixtos, Mónica no pasó mala tarde. Limpió, hizo algo de ejercicio, tratando de entrenarse para mejorar en sus estocadas, se lavó obsesivamente y trató de no preocuparse o pensar en demasía.
Sin embargo, en la noche no había nada que la distrajera. Envuelta en mantas, como si fuera un burrito humano, Mon se aovilló en la cama mirando hacia la ventana, tratando de mantenerse despierta con la tenue luz que entraba por ella para no dormir. Sin embargo, extrañamente, sus actos tuvieron el efecto contrario: arrullada por la luz que entraba en el faro, no tardó en dormirse, y soñó… aunque esta vez un sueño distinto.
La voz de Sinceridad hizo que Mon despertara con un sobresalto y las mejillas mojadas de lágrimas. Tanteó en su capullo de mantas en busca de su cuchillo, y se levantó con el corazón palpitando a toda velocidad para reunirse con ella y Lebra en la ventana. Al ver que no había peligro respiró, tranquila, y subió con ellas para ver el nuevo cuerpo celeste, brillante y luminoso. Lo observó en silencio y se estremeció con las palabras de Lebra.
—Sabes… ¿Sabes qué pasa cuando sale la Luna? —preguntó, titubeando. Nunca había querido escuchar cuando los nublinos hablaban de ello en el torreón, pero…
Sin embargo, en la noche no había nada que la distrajera. Envuelta en mantas, como si fuera un burrito humano, Mon se aovilló en la cama mirando hacia la ventana, tratando de mantenerse despierta con la tenue luz que entraba por ella para no dormir. Sin embargo, extrañamente, sus actos tuvieron el efecto contrario: arrullada por la luz que entraba en el faro, no tardó en dormirse, y soñó… aunque esta vez un sueño distinto.
- Sueño: «La última Mónica». Cortesía de Yber, que es un amigo invisible super genial:
- Estoy muerta. No soy ni un fantasma, de mí queda poco más que una consciencia descarriada que vaga por las pesadillas. Estoy muerta y requetemuerta. Aquel virote en la frente me lo quitó todo, mi vida se quedó a las puertas de algo grande y se esfumó. El gigante enrabietado al que Mónica se enfrenta una y otra vez no soy yo, sino una parte de su propia conciencia. El monstruo es una representación hecha de culpa y de pena, pero también un aviso: Como yo, todos pueden morir; como el resto de ciudadanos, todos pueden transformarse en un espanto cuando la Luna asome.
La última de las Mónicas aparece dentro del sueño, en el mismo punto que el resto de Mónicas el resto de las noches. El Madrid onírico permanece igual de extraño, la Gran Vía está vacía. Nunca estuve en España, pero sé que la ciudad no es así. La última Mónica también lo sabe. Conoce el sueño y conoce el lugar real. Ha estado en ambos varias veces, sabe que aquí teme por su vida.
He perdido la cuenta, ya no sé cuántas Mónicas vinieron antes que esta, pero han sido muchas y la que vive fuera de los sueños ha aprendido de todas. La última Mónica no se sorprende ante el paisaje desolado, ni siquiera espera a que la falsa Nad canturree, y echa a correr calle abajo de inmediato.
—Una, dola, tela, catola. ¿Quién caerá en mi cacerola?
Mi risa resuena por toda la calle, pero no es real, es un recuerdo. Mónica lo ha robado de uno de los primeros días que compartimos. Estaba muy triste, quería volver a casa y empezábamos a ver que eso jamás ocurriría; Tayron y Dafne se acercaron y me contaron un chiste que no tenía sentido en otro idioma que no fuera el belga. Me lo pasé tan bien y me reí tanto... Lo siento mucho por Dafne, no se merece lo que le espera.
—Una, dola, tela, catola. ¿Quién caerá en mi cacerola? —La última Mónica ha evitado los edificios. Ha muerto demasiadas veces sepultada y sabe que esconderse no es una opción. La falsa Nad eclipsa el sol— ¡Mónica!
La última Mónica no se achanta, aguanta el ritmo y busca la guía de las anteriores. Encuentra las respuestas en el cristal de una mercería. El momento final de una vieja Mónica había quedado grabado: su antiguo yo le señala una esquina antes de morir aplastada por una mano. La última Mónica sigue las indicaciones y se cuela por una calle estrecha.
La mano del monstruo golpea la Gran Vía y sacude el mundo.
—¡Casi!
El temblor frena a la última Mónica durante unos segundos. Puedo ver la agitación en su cara, el horror cuando se lleva la mano al pecho. Yo también estaría asustada si hubiera vivido el incidente con Tuétano y su novia bruja, no la culpo, pero cruzo los dedos por ella y, sin voz, le ruego que corra. No sé si ella me escucha o si tal vez haya crecido sin que yo lo sepa, pero Mónica se recompone enseguida y retoma la huida.
Se ha metido por una calle estrecha, de poco tránsito. Guardada por edificios grandes de fachadas viejas. La falsa Nad no puede verla, por mucho que se asome.
—¿DÓNDE ESTÁS? —grita.
La última Mónica avanza, atenta siempre a los cristales de puertas, ventanas y escaparates. Ha visitado el sueño tantas, tantas veces, que todos guardan el reflejo de una de sus muertes. La falsa Nad bulle de rabia y comienza a golpear edificios sin ton ni son, pero gracias a la ayuda de los fallos pasados, la última Mónica vuelve a cambiar de calle y, esta vez, se salva de la lluvia de cascotes.
—SAL DONDE TE PUEDA VER.
Normal que huya de mí, soy aún peor que cuando vivía. Mi doble gigante deja caer el puño de nuevo, esta vez en un gesto de pura frustración. El suelo vuelve a temblar, con más fuerza que antes. La última Mónica cae a cuatro patas y las palmas de las manos se le raspan con el asfalto. Mira con nerviosismo a un lado y a otro y decide esperar. Nad, la gigante, agarra con ambas manos un cartel gigante y lo lanza en dirección a la madrileña. La señal se lleva por delante una fachada y los restos sellan la calle por la que la última Mónica huía.
En el cristal de una ventana, una Mónica herida le señala el interior de un bar. La última Mónica se levanta enseguida y se cuela dentro. Otea el local en busca de alguna otra pista, pero está vacío. Las paredes son naranjas, oscuras, decoradas con cuadros de personalidades mexicanas. El resto del bar está vacío. No hay cubiertos, comida o bebida, no queda nada que indique vida. Mónica se adentra y busca los baños, pero cuando va a entrar en el de chicas, una Mónica pasada se revela frente a ella y le pide que no con el dedo índice.
La última Mónica se aleja justo a tiempo de ver cómo la pared se derrumba ante otro golpe y se protege de los rescoldos tras la barra. Una vez siente que ha pasado lo peor, se levanta y descubre que el baño de las chicas ha quedado destrozado, pero en el de los chicos se ha abierto un agujero. Sin preocuparse de los cortes, trepa por los ladrillos y se asoma al exterior. Está de nuevo en la Gran Vía, frente a la fuente genérica que la espera al final de la calle. Sabe que al otro lado está Nad y sabe que hablar con ella no funcionará. Así que, sin ayuda de ningún reflejo, la última Mónica decide correr hacia la fuente.
—TE VEO, MALDITA RATA —grita el monstruo. Su voz ya no recuerda a la mía, su secreto se revela, como siempre: No soy yo. Ese ser no es Nad.
Sigo con el pensamiento a la última Mónica y sufro por ella cuando percibo la sombra del monstruo sobre su cabeza. Ella no mira atrás, eso tampoco serviría; en su lugar, gira a la derecha para marearla y robarle un par de segundos.
Con la respiración agitada, Mónica llega al borde de la fuente y se asoma al agua. Sobre su superficie se ve a sí misma, en el presente, devolviéndose una mirada esperanzada.
—Salta —le pido sin hablar.
—NO —grita el monstruo—. ¡NO ME ABANDONES!
Y Mónica, la última Mónica, salta. Una vez toca el agua, el sueño se desvanece. Madrid desaparece y, con él, los gritos del monstruo. Mónica cae y me recuerda a Alicia bajando por la madriguera, de camino al País de las Maravillas. Siempre me ha gustado esa película.
—Olvídate de mí —le pido, tajante. Y esta vez mi voz se oye mía y envuelve la nada onírica—. Avanza, sálvate y disfruta de lo que serás.
La caída acaba fuera del sueño, Mónica despierta en su cama con sensación de vértigo, como si hubiera saltado de lo alto del faro y hubiera aterrizado en blando. Esta es la última vez que soñará con el Madrid extraño y la Gran Vía vacía, la última vez que soñará con el monstruo que no es Nad. Esta será la última vez que me sueña viva.
La voz de Sinceridad hizo que Mon despertara con un sobresalto y las mejillas mojadas de lágrimas. Tanteó en su capullo de mantas en busca de su cuchillo, y se levantó con el corazón palpitando a toda velocidad para reunirse con ella y Lebra en la ventana. Al ver que no había peligro respiró, tranquila, y subió con ellas para ver el nuevo cuerpo celeste, brillante y luminoso. Lo observó en silencio y se estremeció con las palabras de Lebra.
—Sabes… ¿Sabes qué pasa cuando sale la Luna? —preguntó, titubeando. Nunca había querido escuchar cuando los nublinos hablaban de ello en el torreón, pero…
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Faro (Archivo I)
16/03/18, 10:28 pm
La nublina movió la cabeza lentamente hacia Mónica, habiéndose quedado absorta obsrevando el nuevo cuerpo celeste.
—¿No os han hablado de ello vuestros compañeros fanáticos? La Luna... te cambia. Te da poder y transforma tu cuerpo. A veces. Dama Liviana no había cambiado cuando regresó a Nubla por primera vez, pero es una bruja muy poderosa... Ah, ella es la cosechadora de mi mundo —aclaró, pues si los nublinos de su grupo no les habían contado nada sobre la Luna Roja tal vez tampoco les hubiera hablado de la alquimista—. Eso es un hecho —se anticipó a lo que suponía que sería la siguiente pregunta—. O, más bien, es un hecho que la gente que es cosechada adquiere poder y, en ocasiones, su cuerpo cambia. No sé si es verdad que eso lo hace la Luna. O si existe siquiera.
Hizo una pausa. Su escepticismo podría resultar confuso al mezclarlo con la explicación y no quería dar demasiada información de golpe. Sobre todo porque tal vez no les gustase oír aquello. Tardó unos instantes en darse cuenta porque ella había convivido desde siempre con aquel culto a Rocavarancolia y era un tema cotidiano para ella.
—¿No os han hablado de ello vuestros compañeros fanáticos? La Luna... te cambia. Te da poder y transforma tu cuerpo. A veces. Dama Liviana no había cambiado cuando regresó a Nubla por primera vez, pero es una bruja muy poderosa... Ah, ella es la cosechadora de mi mundo —aclaró, pues si los nublinos de su grupo no les habían contado nada sobre la Luna Roja tal vez tampoco les hubiera hablado de la alquimista—. Eso es un hecho —se anticipó a lo que suponía que sería la siguiente pregunta—. O, más bien, es un hecho que la gente que es cosechada adquiere poder y, en ocasiones, su cuerpo cambia. No sé si es verdad que eso lo hace la Luna. O si existe siquiera.
Hizo una pausa. Su escepticismo podría resultar confuso al mezclarlo con la explicación y no quería dar demasiada información de golpe. Sobre todo porque tal vez no les gustase oír aquello. Tardó unos instantes en darse cuenta porque ella había convivido desde siempre con aquel culto a Rocavarancolia y era un tema cotidiano para ella.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
19/03/18, 09:52 pm
A la roquense sí le sonaba haber hablado de la Luna con los otros nublinos... Pero era un recuerdo lejano, como si se hubiera esforzado en enterrarlo en lo más hondo de su cabeza. ¿Transformarse en un monstruo más? ¿Cómo podían adorar a criaturas horribles como "dioses"? Por mucho poder que tuvieran... No lo entendía. Pero encajaba con lo que le había dicho su "cosechador". Encajaba demasiado bien.
Lebra, no obstante, lo explicó desde su punto de vista... y todo seguía encajando, para mayor pesadumbre de Sinceridad. No quería ni imaginar perder su aspecto, ver cambiar su cuerpo se le antojaba un horror. Y no solo por estética sino por el dolor que parecía acompañar a todo lo que sucediera en aquella maldita ciudad. No temía a las heridas de una caza, pero sí al sufrimiento impuesto, no elegido, por algo superior a ella. De un corte o golpe podía curarse, ¿pero cómo "curar" un aspecto brutal? Y no solo eso, el dolor psicológico (o mental, como lo llamaba ella), el trauma por un cambio en su cuerpo sería tan permanente como su tiempo de vida; no quería convertirse en un monstruo de aspecto horrendo.
Prefería evitar el tema. Pero si no podía, se agarraba a los ejemplos de "ciudadanos" que conocían que parecían más "normales".
—Sinceramente, y no os riáis —bromeó—, prefiero no pensar en eso. A lo mejor tenemos suerte y no nos cambia tanto, a saber, como mi cosechador, que tampoco era un monstruo. O no lo parecía, al menos —suspiró—. Todos coincidís. Mi cosechador me prometió poder, mucho poder, pero no soy capaz ni de hacer magia fuera de los sueños.
>>Pero no puedo vivir aquí sumida en la frustración y agarrada a una mentira que quizá nunca se cumpla, al igual que las creencias en esa Luna Roja. Prefiero sobrevivir como podamos..., y ya veremos qué pasa, ¿vale?
Lebra, no obstante, lo explicó desde su punto de vista... y todo seguía encajando, para mayor pesadumbre de Sinceridad. No quería ni imaginar perder su aspecto, ver cambiar su cuerpo se le antojaba un horror. Y no solo por estética sino por el dolor que parecía acompañar a todo lo que sucediera en aquella maldita ciudad. No temía a las heridas de una caza, pero sí al sufrimiento impuesto, no elegido, por algo superior a ella. De un corte o golpe podía curarse, ¿pero cómo "curar" un aspecto brutal? Y no solo eso, el dolor psicológico (o mental, como lo llamaba ella), el trauma por un cambio en su cuerpo sería tan permanente como su tiempo de vida; no quería convertirse en un monstruo de aspecto horrendo.
Prefería evitar el tema. Pero si no podía, se agarraba a los ejemplos de "ciudadanos" que conocían que parecían más "normales".
—Sinceramente, y no os riáis —bromeó—, prefiero no pensar en eso. A lo mejor tenemos suerte y no nos cambia tanto, a saber, como mi cosechador, que tampoco era un monstruo. O no lo parecía, al menos —suspiró—. Todos coincidís. Mi cosechador me prometió poder, mucho poder, pero no soy capaz ni de hacer magia fuera de los sueños.
>>Pero no puedo vivir aquí sumida en la frustración y agarrada a una mentira que quizá nunca se cumpla, al igual que las creencias en esa Luna Roja. Prefiero sobrevivir como podamos..., y ya veremos qué pasa, ¿vale?
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Faro (Archivo I)
21/03/18, 12:33 pm
Mónica sonrió.
—Oh, lo intentaron, pero cuando a mí no me interesa algo nadie consigue que escuche.
Después escuchó atentamente lo que Lebra decía, con una mezcla de terror y sensación de irrealidad. Las manos se le enfriaron y palideció más de lo que parecía posible.
«Prefiero no pensar en eso» había dicho Sinceridad una vez la nublina acabó su explicación. Y ella también lo prefería, pero… con expresión de shock levantó la mano y se la llevó a los párpados. «Pero no puedo vivir aquí sumida en la frustración y agarrada a una mentira que quizá nunca se cumpla» había continuado la roquense. Y ella asintió pero no pudo dejar de pensar en ello en ese momento. Quiso decir algo, pero no le salieron las palabras.
«Y si mis ojos… ¿Y si yo ya estoy cambiando?». Su expresión desencajada habló por ella.
Los siguientes días pasaron rápido: recoger comida y cocinarla, limpiar, hacer ejercicio, buscar modos de no morir de frío ante el cambio de temperatura… Poco más podían hacer. Cotillear, hablar, leer, jugar a canturrear… cosas que ayudaban a que no se volvieran locas. Mon les había contado su último sueño con Nad, y había dejado que la consolaran, y habían conseguido reparar la ventana rota del faro, gracias a la habilidad de Sinceridad y a un hermoso tablón que habían encontrado en una incursión. Y la cocina se había convertido en el nuevo lugar de reunión, cálido gracias a la lumbre y a la compañía, y agradable gracias al olorcillo a comida. Un animal peludo y grande había rondado por el faro un par de días, haciendo que se atrincheraran dentro, pero poco más había pasado.
Poco después los días se convirtieron en semanas, y finalmente, en un mes. Cuando pensaba en los días que habían pasado, la chica apenas se lo podía creer. ¡Casi se habían acostumbrado a estar en Rocavarancolia y no notar el paso del tiempo! Pero claro… a todo se acostumbraba uno, y no estaban en una posición en la que realmente se pudieran permitir estar siempre lloriqueando y sin hacer nada. Era mejor ocupar la mente y el cuerpo durante el día y dejar la nostalgia a la noche. Volver a dormir sin pesadillas también había ayudado a que la chica se sintiera así, y tras descubrir que la luz ayudaba a que conciliara el sueño, se la podía ver siempre de noche al lado de la ventana, respirando tranquila. Asimismo, Mon descubrió que los objetos metálicos eran de lo más relajantes, por lo que poco a poco empezó a reunir una pequeña colección que podía mirar, absorta, por horas. Meditación, decía que era si alguien le preguntaba qué hacía coleccionando y mirando objetos metálicos… aunque no creía realmente que la meditación tuviera algo que ver con esa nueva costumbre, tan parecida a la de una urraca.
Esa mañana Mónica había dormido más de lo que en un principio tenía planeado. Cuando despertó, con la luz dándole de lleno a los ojos, se arrebujó más en su nido de mantas (ahora casi parte de su vestimenta de forma diaria, aunque por suerte, tras un par de excursiones, habían conseguido algo de ropa de abrigo) y echó mano de su espejo de forma automática para mirarse los ojos con él. Unos iris cada vez más claros, con las pupilas resaltando en el medio, diminutas debido a la luz, le devolvieron la mirada desde su reflejo. Mon se estremeció.
«Estoy cambiando» sentenció con sensación de inevitabilidad tras comprobar lo que cada vez era más evidente, con los ecos de la voz de Lebra resonando en su cabeza. Ella estaba cambiando. Mon rebuscó en su bolsito en busca de su DNI y una de sus estampitas y se llevó ambos objetos al pecho. Cerró los ojos con fuerza, con el corazón en un puño, y dejó que un par de lágrimas resbalaran por sus mejillas.
Se permitió sentirse triste un rato, pero después decidió levantarse. Si se quedaba en la cama se ahogaría en la ola de nostalgia… y solo sería un peso para sus compañeros. No. Eso no iba a pasar. Se dirigió al baño y luego bajó a la cocina, pensando que tenían que retomar la búsqueda de los sinhadres y tratando de dilucidar cómo comentárselo a sus compañeros de faro. Hacía demasiado que no habían explorado Rocavarancolia por ellos. Y además… les hacía falta conseguir más ropa de abrigo. De un modo u otro. Mónica estaba hasta las narices de llevar siempre el mismo jersey.
—Oh, lo intentaron, pero cuando a mí no me interesa algo nadie consigue que escuche.
Después escuchó atentamente lo que Lebra decía, con una mezcla de terror y sensación de irrealidad. Las manos se le enfriaron y palideció más de lo que parecía posible.
«Prefiero no pensar en eso» había dicho Sinceridad una vez la nublina acabó su explicación. Y ella también lo prefería, pero… con expresión de shock levantó la mano y se la llevó a los párpados. «Pero no puedo vivir aquí sumida en la frustración y agarrada a una mentira que quizá nunca se cumpla» había continuado la roquense. Y ella asintió pero no pudo dejar de pensar en ello en ese momento. Quiso decir algo, pero no le salieron las palabras.
«Y si mis ojos… ¿Y si yo ya estoy cambiando?». Su expresión desencajada habló por ella.
Los siguientes días pasaron rápido: recoger comida y cocinarla, limpiar, hacer ejercicio, buscar modos de no morir de frío ante el cambio de temperatura… Poco más podían hacer. Cotillear, hablar, leer, jugar a canturrear… cosas que ayudaban a que no se volvieran locas. Mon les había contado su último sueño con Nad, y había dejado que la consolaran, y habían conseguido reparar la ventana rota del faro, gracias a la habilidad de Sinceridad y a un hermoso tablón que habían encontrado en una incursión. Y la cocina se había convertido en el nuevo lugar de reunión, cálido gracias a la lumbre y a la compañía, y agradable gracias al olorcillo a comida. Un animal peludo y grande había rondado por el faro un par de días, haciendo que se atrincheraran dentro, pero poco más había pasado.
Poco después los días se convirtieron en semanas, y finalmente, en un mes. Cuando pensaba en los días que habían pasado, la chica apenas se lo podía creer. ¡Casi se habían acostumbrado a estar en Rocavarancolia y no notar el paso del tiempo! Pero claro… a todo se acostumbraba uno, y no estaban en una posición en la que realmente se pudieran permitir estar siempre lloriqueando y sin hacer nada. Era mejor ocupar la mente y el cuerpo durante el día y dejar la nostalgia a la noche. Volver a dormir sin pesadillas también había ayudado a que la chica se sintiera así, y tras descubrir que la luz ayudaba a que conciliara el sueño, se la podía ver siempre de noche al lado de la ventana, respirando tranquila. Asimismo, Mon descubrió que los objetos metálicos eran de lo más relajantes, por lo que poco a poco empezó a reunir una pequeña colección que podía mirar, absorta, por horas. Meditación, decía que era si alguien le preguntaba qué hacía coleccionando y mirando objetos metálicos… aunque no creía realmente que la meditación tuviera algo que ver con esa nueva costumbre, tan parecida a la de una urraca.
Esa mañana Mónica había dormido más de lo que en un principio tenía planeado. Cuando despertó, con la luz dándole de lleno a los ojos, se arrebujó más en su nido de mantas (ahora casi parte de su vestimenta de forma diaria, aunque por suerte, tras un par de excursiones, habían conseguido algo de ropa de abrigo) y echó mano de su espejo de forma automática para mirarse los ojos con él. Unos iris cada vez más claros, con las pupilas resaltando en el medio, diminutas debido a la luz, le devolvieron la mirada desde su reflejo. Mon se estremeció.
«Estoy cambiando» sentenció con sensación de inevitabilidad tras comprobar lo que cada vez era más evidente, con los ecos de la voz de Lebra resonando en su cabeza. Ella estaba cambiando. Mon rebuscó en su bolsito en busca de su DNI y una de sus estampitas y se llevó ambos objetos al pecho. Cerró los ojos con fuerza, con el corazón en un puño, y dejó que un par de lágrimas resbalaran por sus mejillas.
Se permitió sentirse triste un rato, pero después decidió levantarse. Si se quedaba en la cama se ahogaría en la ola de nostalgia… y solo sería un peso para sus compañeros. No. Eso no iba a pasar. Se dirigió al baño y luego bajó a la cocina, pensando que tenían que retomar la búsqueda de los sinhadres y tratando de dilucidar cómo comentárselo a sus compañeros de faro. Hacía demasiado que no habían explorado Rocavarancolia por ellos. Y además… les hacía falta conseguir más ropa de abrigo. De un modo u otro. Mónica estaba hasta las narices de llevar siempre el mismo jersey.
- Los motes:
-Barael.
-Daerhien: Gominola.
-Dafne: Lerdafne.
-Eorlir: Picasso.
-Eriel: Cenizo.
-Innadriel: Calimero.
-Lorenzo: Íñigo Montoya.
-Nad: Zanahoria/Zana.
-Rádar: Mandón.
-Sakrilt: Krit.
-Siete: Tritón.
-Sinceridad: Doña Plumitas.
-Sox: Vampy.
-Fahran Xaorhalan: Rapunzel.
-Tayron: T-fichas.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
07/04/18, 05:26 pm
No le gustaba acostumbrarse a aquella ciudad, pero el ambiente en el faro lo ponía fácil. Se lo pasaba realmente bien entre esos muros curvados, bromeando, cantando, incluso reparando cosas o entrenando. Siempre le parecía increíble poder disfrutar de cada día en Rocavarancolia, pero no le gustaba. Ni siquiera las expediciones a por comida y recursos, a buscar a los sinhadres sin mucha esperanza, a explorar la ciudad rompían la rutina. Al menos, Lorenzo había tenido una idea: paseos por el barrio del faro, la playa. Ideal para estirar las patas y las alas, la roquense se unía al diestro en casi todas las ocasiones. Lo único que le mantenía alerta, lo único que mantenía la realidad inalterable, era encontrarse con criaturas a lo lejos en las salidas, o en la misma puerta de su refugio como unos días después del incidente con las aves, o el bramor del mar rompiendo contra el acantilado como si cualquier día pudiera horadar lo suficiente y precipitarse todos ellos... O, más recientemente, los cambios en su cuerpo.
Mónica no era la única que había cambiado a la vista de todos, aunque Sinceridad prefería no hacerlo notar directamente. Por su parte, al principio la roquense podía disimular la aparición de bultos en su piel gracias a sus plumas, y de hecho intentaba camuflarlos con ropa. No quería alertar a sus amistades y darle protagonismo a la sombra de la Luna Roja, por muy cercana que estuviera. Tenía sentido pensar que estuviera próxima, pues los cambios en sus compañeros coincidían con la aparición de más estrellas en el maldito cielo. Encima, tanto ella como Mónica tenían "problemas" con sus ojos, <<Maldita coincidencia>>, pero su teoría de que a todos les iba a pasar lo mismo se cayó al ver que Fah había empezado a comer menos <<No coincide todo. Y si no, mira mis bultos...>>
Para colmo de males, la temperatura había vuelto a bajar y prácticamente se habían mudado a la cocina para contrarrestar el frío. Necesitaban más abrigo.
Hacia allá fue esa nueva mañana. Envuelta en su acostumbrada manta y recién aseada, maldiciendo en voz baja por las legañas tan abusivas según bajaba las escaleras. La humana estaba allí ya, así que la saludó con una sonrisa. La notó un poco alicaída así que le dio un apretón cariñoso en el hombro al pasar a su lado.
—Buenos días, bonita.
Se acercó al fuego, cogió algo para desayunar y se sentó cerca.
—¿Cómo estás? Hoy podríamos salir a estirar las piernas, hacer algo, que nos estamos quedando pegadas a las sillas —bromeó.
Al menos sus propios cambios no le afectaban más que al despertarse, pero le preocupaba que la pérdida de color de Mónica le perjudicase a la vista en algún momento. De fondo estaba la preocupación de que sus legañas empeorasen y acabasen anegando sus ojos, pero teniendo agua cerca para lavarse no se preocupaba y, además, durante el día no le daban problemas. Más le preocupaban los bultos... Pero no podía hacer nada contra ellos, ni quería arriesgarse a intentar abrirse heridas en ellos o quitarlos. No podía hacer nada contra sus cambios, solo esperar. Esperar y sobrevivir. Aceptar que no podían hacer nada era fácil cuando, en efecto, no podían hacer nada sin arriesgarse a malograr sus destinos.
Mónica no era la única que había cambiado a la vista de todos, aunque Sinceridad prefería no hacerlo notar directamente. Por su parte, al principio la roquense podía disimular la aparición de bultos en su piel gracias a sus plumas, y de hecho intentaba camuflarlos con ropa. No quería alertar a sus amistades y darle protagonismo a la sombra de la Luna Roja, por muy cercana que estuviera. Tenía sentido pensar que estuviera próxima, pues los cambios en sus compañeros coincidían con la aparición de más estrellas en el maldito cielo. Encima, tanto ella como Mónica tenían "problemas" con sus ojos, <<Maldita coincidencia>>, pero su teoría de que a todos les iba a pasar lo mismo se cayó al ver que Fah había empezado a comer menos <<No coincide todo. Y si no, mira mis bultos...>>
Para colmo de males, la temperatura había vuelto a bajar y prácticamente se habían mudado a la cocina para contrarrestar el frío. Necesitaban más abrigo.
Hacia allá fue esa nueva mañana. Envuelta en su acostumbrada manta y recién aseada, maldiciendo en voz baja por las legañas tan abusivas según bajaba las escaleras. La humana estaba allí ya, así que la saludó con una sonrisa. La notó un poco alicaída así que le dio un apretón cariñoso en el hombro al pasar a su lado.
—Buenos días, bonita.
Se acercó al fuego, cogió algo para desayunar y se sentó cerca.
—¿Cómo estás? Hoy podríamos salir a estirar las piernas, hacer algo, que nos estamos quedando pegadas a las sillas —bromeó.
Al menos sus propios cambios no le afectaban más que al despertarse, pero le preocupaba que la pérdida de color de Mónica le perjudicase a la vista en algún momento. De fondo estaba la preocupación de que sus legañas empeorasen y acabasen anegando sus ojos, pero teniendo agua cerca para lavarse no se preocupaba y, además, durante el día no le daban problemas. Más le preocupaban los bultos... Pero no podía hacer nada contra ellos, ni quería arriesgarse a intentar abrirse heridas en ellos o quitarlos. No podía hacer nada contra sus cambios, solo esperar. Esperar y sobrevivir. Aceptar que no podían hacer nada era fácil cuando, en efecto, no podían hacer nada sin arriesgarse a malograr sus destinos.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Lumichen
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Síntomas :
Re: Faro (Archivo I)
07/04/18, 06:12 pm
Las semanas pasaron y la condición de Fahran empeoró. No salia del cuarto donde dormia, no se presentaba ante los demás. Habia perdido la noción del tiempo, pero, teniendo en cuenta lo debilidada que se encontraba, era probable que hacia tiempo que no habia comido nada.
Coincidentemente, no solo su cuerpo se marchitaba. Al despertar por las mañanas cogia sus confiables tijeras y atentaba contra su pelo. Su larga y esplendorosa melena reducida a un desmejado desastre de puntas desiguales.
Se habria lamentado del estado en el que se encontraba, de no ser por su situacion. Sentada en la cama, se abrazaba a sí misma, agarrandose de los ahora flacos hombros, tan comidos que se clavaba los huesos en las palmas.
Echaba de menos su casa y su galeria. Si tan solo no hubiera deseado encontrarse con aquella persona de nuevo; si tan solo hubiera aprendido de errores pasados. Si tan solo…
No iba a venir a buscarla. Su carta, tan solo se trataba de otra de sus hirientes bromas. Probablemente en esos momentos se estaría riendo de ella.
Deberia enfadarse, deberia golpearle por ello. Pero en verdad, tan solo sentía una profunda meláncolia, remordimientos y una pesadumbre inconmensurable.
Miraba con ojos vacios a la pared.Contando las grietas de nuevo, la cuarta vez aquel día.
-Tiene que haber una explicación para esto…- La voz familiar de una niña le susurraba. -Es imposible que se haya olvidado de nosotras. No después de todo lo que hemos hecho por él.-
Sus ojos resecos y cansados de pronto se abrieron de golpe.
-¿Y si se ha perdido? ¿Y si espera que yo vaya a él?-
Antes de que se diera cuenta, se habia puesto el abrigo, atado los cordones de los zapatos y habia salido por la puerta.
-Si él no viene a por mi, tendré que ir yo a por él.-
Coincidentemente, no solo su cuerpo se marchitaba. Al despertar por las mañanas cogia sus confiables tijeras y atentaba contra su pelo. Su larga y esplendorosa melena reducida a un desmejado desastre de puntas desiguales.
Se habria lamentado del estado en el que se encontraba, de no ser por su situacion. Sentada en la cama, se abrazaba a sí misma, agarrandose de los ahora flacos hombros, tan comidos que se clavaba los huesos en las palmas.
Echaba de menos su casa y su galeria. Si tan solo no hubiera deseado encontrarse con aquella persona de nuevo; si tan solo hubiera aprendido de errores pasados. Si tan solo…
No iba a venir a buscarla. Su carta, tan solo se trataba de otra de sus hirientes bromas. Probablemente en esos momentos se estaría riendo de ella.
Deberia enfadarse, deberia golpearle por ello. Pero en verdad, tan solo sentía una profunda meláncolia, remordimientos y una pesadumbre inconmensurable.
Miraba con ojos vacios a la pared.Contando las grietas de nuevo, la cuarta vez aquel día.
-Tiene que haber una explicación para esto…- La voz familiar de una niña le susurraba. -Es imposible que se haya olvidado de nosotras. No después de todo lo que hemos hecho por él.-
Sus ojos resecos y cansados de pronto se abrieron de golpe.
-¿Y si se ha perdido? ¿Y si espera que yo vaya a él?-
Antes de que se diera cuenta, se habia puesto el abrigo, atado los cordones de los zapatos y habia salido por la puerta.
-Si él no viene a por mi, tendré que ir yo a por él.-
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Faro (Archivo I)
07/04/18, 06:47 pm
Lorenzo
Y así siguió el diestro. Apenas dormia, pero nada fuera de lo normal con aquello. De haber tenido espejo, sin embargo, el Lozano habriase visto no tanto, al detectar los gruesos circulos oscuros que habianse aposentado en las cuencas de sus ojos dorados.
Sentiase algo más cansado de lo habitual, descubrió que por salir a pasear, como pedíaselo el cuerpo, algo aliviabasele la dolor. Pues que seguia practicando y mejorando, su brazo ya recuperado, mientras los demás nenos hacianse a vivir en aquel faro. Mientras que el español non gustabale el color de esa mar, tan picada y gris, la playa era un recurso bienvenido.
Aunque, tambien era su propia manzana ponzoñada, pues la arena era endiabladamente afilada y andar descalzo non era opción. Asi que, así pues, iba dando sus paseos por la mañana y antes del anochecer. Si alguno queriale acompañar, non necesitaba más que pedirlo. Non era el diestro tan testarudo en su intimidad.
Gobernaba bien con la espada últimamente, aun sin nombre, recuperaba poco a poco la confianza y aquel día anterior, tras sus prácticas espartanas, logró vislumbrar en el cielo, la llegada de un astro. Aquello non seria mencionable de no ser porque no habia visto una sola estrella en aquella ruinosa ciudad desde que llegó. Tomóselo como una señal buena y diose otro paseo.
Por la mañana, sin embargo, a la vuelta de su paseo, vio a la nena ulterana abandonar el faro muy agarrotada. Como nadie salia a detenerla supuso que ella tambien necesitaba de dar un paseo tempranero. Iba a ofrecersele acompañarla, pero su rostro acongojado le incitó a no interactuar con ella. Parecía que estaba a su límite, y el español non sabiase si debia preocupar o no. Sin embargo, decidió preguntarla a la vuelta. No habia motivo alguno pra aislarse como ella lo habia hecho en las últimas semanas.
Desayunó y practicó unas medidas más, siempre buscando aprovechar de sus conocimientos y poder aplicarlos a los enemigos vislumbrados, ahora sabiendo que la mayoria era monstruosa, conllevaba nuevas medias, tercios, y arcangulos que aplicar. Sin embargo, tenia basante confianza en poder discernir una nueva treta que le daria de aventajado de salirle un tiro con algún gañán local.
Se quitó el sudor de la frente y fue a la cocina donde encontrose a la Señorita Mónica y a Sinceridad, charlando algo apaciblemente. Pareciale increible que pudieran recuperar la tranquilidad como tal, pero hasta él mismo habiase visto bajando la guardia con tan poca cosa pasando últimamente.
—Buenos días.-les deseó.
—¿Mirasteis al cielo últimamente? Creo que salenos nuevas estrellas cada día. Non se si tomarmelo como un mal presagio o una señal de los cielos, que las cosas finalmente van a tornar bien pra nosotros.- terminó con una risotada algo hosca, encogiendose de hombros y cogiendo una pieza de fruta.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Faro (Archivo I)
08/04/18, 02:59 am
Las ojeras de Lebra tan solo habían ido en aumento con el tiempo, aunque por suerte para la nublina parecían haber llegado a su límite. La primera semana de aquel periodo fue la peor para ella: más pesadillas relacionadas con ahogarse en sangre. Tenía miedo a dormirse y se despertaba casi a diario con la sensación de no poder respirar. De pronto un día dejó de tener aquellas pesadillas y, tras convencerse de que era una tontería, volvió a poder dormir algo mejor.
Aquella madrugada, no obstante, la despertó el sonido de la puerta abriéndose después de haber tenido un pequeño episodio de insomnio. La nublina, un tanto preocupada, se asomó a la ventana desde la que se podía ver la playa para intentar comprobar, entre bostezos, qué ocurría. Tras un par de segundos vio a Fahran alejarse del faro. ¿Qué estaría haciendo fuera tan pronto? Parecía que no tardaría en amanecer, pero todavía era de noche... Un sonoro bostezo interrumpió sus pensamientos: no se había llegado a espabilar y el hecho de que no llevaba demasiado rato durmiendo hacían que estuviese mortalmente agotada. Seguramente la ulterana habría salido a tomar el aire... Tal vez ella también tuviese pesadillas, la nublina había notado que comía muy poco. Alguna vez le había tratado de preguntar si se encontraba bien, pero era difícil tratar con aquella chica altanera. Con aquel pensamiento, volvió a dormirse.
Ya era por la mañana y Lebra se desperezó mientras escuchaba la voz de sus compañeros proveniente de la cocina. Se apresuró a salir de la cama para reunirse con ellos: no quería perderse la reunión mañanera.
—Buenos días, chic...oooOOoOS... —un sonoro bostezo interrumpió su saludo. La chica sonrió con diversión—. Seguro que os he maravillado con mis exquisitos modales. ¿Qué desayunamos hoy? Estoy empezando a echar de menos aquellos sandwiches mixtos —le dijo a Mónica, sonriendo.
Al cabo de unos instantes, tras terminar de intercambiar saludos, la nublina cayó en la cuenta de algo. Abrió mucho los ojos y casi deja caer la fruta que estaba sacando de las cestas.
—Oíd... ¿Habéis visto a Fahran? Es que... la vi salir del Faro esta madrugada.
Con gesto de preocupación paseó la mirada de un rostro a otro, a la espera de que le confirmasen que la ulterana había regresado.
Aquella madrugada, no obstante, la despertó el sonido de la puerta abriéndose después de haber tenido un pequeño episodio de insomnio. La nublina, un tanto preocupada, se asomó a la ventana desde la que se podía ver la playa para intentar comprobar, entre bostezos, qué ocurría. Tras un par de segundos vio a Fahran alejarse del faro. ¿Qué estaría haciendo fuera tan pronto? Parecía que no tardaría en amanecer, pero todavía era de noche... Un sonoro bostezo interrumpió sus pensamientos: no se había llegado a espabilar y el hecho de que no llevaba demasiado rato durmiendo hacían que estuviese mortalmente agotada. Seguramente la ulterana habría salido a tomar el aire... Tal vez ella también tuviese pesadillas, la nublina había notado que comía muy poco. Alguna vez le había tratado de preguntar si se encontraba bien, pero era difícil tratar con aquella chica altanera. Con aquel pensamiento, volvió a dormirse.
Ya era por la mañana y Lebra se desperezó mientras escuchaba la voz de sus compañeros proveniente de la cocina. Se apresuró a salir de la cama para reunirse con ellos: no quería perderse la reunión mañanera.
—Buenos días, chic...oooOOoOS... —un sonoro bostezo interrumpió su saludo. La chica sonrió con diversión—. Seguro que os he maravillado con mis exquisitos modales. ¿Qué desayunamos hoy? Estoy empezando a echar de menos aquellos sandwiches mixtos —le dijo a Mónica, sonriendo.
Al cabo de unos instantes, tras terminar de intercambiar saludos, la nublina cayó en la cuenta de algo. Abrió mucho los ojos y casi deja caer la fruta que estaba sacando de las cestas.
—Oíd... ¿Habéis visto a Fahran? Es que... la vi salir del Faro esta madrugada.
Con gesto de preocupación paseó la mirada de un rostro a otro, a la espera de que le confirmasen que la ulterana había regresado.
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistenciaPersonajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Faro (Archivo I)
08/04/18, 09:20 pm
Llegó Lorenzo y tras su saludo, les preguntó algo a lo que la roquense asintió con pesadumbre. Le habría gustado seguirle la broma, pero no pudo.
—Ojalá sean buenos presagios, pero esta ciudad va a su bola y solo podemos mirar —le respondió sin muchas ganas.
Por suerte, mientras desayunaban apareció Lebra, bostezando como un monstruo. Se le ocurrió una broma al respecto, pero no sabía si sería acertado. Solo faltaba Fahran y desayunarían todos juntos...
—Menudos bostezos, chica, te podríamos subir a lo alto del faro para anunciar la salida del sol a la ciudad entera —bromeó en su lugar, ajena al concepto del gallo madrugador, pero dejó de reírse al ver su gesto paralizado—. ¿Lebra? Espera, ¿que qué? Yo no la he visto ni la he escuchado. ¿Vosotros? —inquirió a los demás, deseando que supieran algo.
¿Cómo plumas se le ocurría a alguien salir a solas por la ciudad? Ni ella misma lo haría, al menos no sin avisar a nadie. Se levantó nada más cerrar el pico, por si tenían que salir a buscarla.
—Ojalá sean buenos presagios, pero esta ciudad va a su bola y solo podemos mirar —le respondió sin muchas ganas.
Por suerte, mientras desayunaban apareció Lebra, bostezando como un monstruo. Se le ocurrió una broma al respecto, pero no sabía si sería acertado. Solo faltaba Fahran y desayunarían todos juntos...
—Menudos bostezos, chica, te podríamos subir a lo alto del faro para anunciar la salida del sol a la ciudad entera —bromeó en su lugar, ajena al concepto del gallo madrugador, pero dejó de reírse al ver su gesto paralizado—. ¿Lebra? Espera, ¿que qué? Yo no la he visto ni la he escuchado. ¿Vosotros? —inquirió a los demás, deseando que supieran algo.
¿Cómo plumas se le ocurría a alguien salir a solas por la ciudad? Ni ella misma lo haría, al menos no sin avisar a nadie. Se levantó nada más cerrar el pico, por si tenían que salir a buscarla.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.