Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
21/09/17, 05:07 pm
La mona del queso miro a la sinhadre con suspicacia, porque la frase de que había soñado resultaba incomprensible. Aunque era cierto que ya había tenido casos de sueños de sus compañeros donde se mostraban escenario que los soñantes era imposible que conocieran. ¿Pero a este punto?
<< Desde hace tiempo ya sospecho que los sueños que tenemos no son nada normales, ya no solo que parecen mas bien pesadillas, sino que parecen una prueba de fuerza o de valor, para superar nuestros miedos. ¿Pero también se puede obtener información de alguien a través de estos? nO tiene sentido sino que sepa mi nombre >> pensaba Pam aun confundida con eso, existía un factor mágico en todo aquello, no podía ser de otra forma, pero igualmente no explicaba como era posible que solo supiera quien era ella mientras dormía y no fuese capaz de recordarla despierta. << ¿Están jugando con su cabeza o algo? >> añadió frunciendo ligeramente el ceño. Tenía la creencia de que con la magia se podría hacer cualquier cosa, al no conocer sus limitaciones, pero aquello estaba muy cerca de lo absurdo.
Concentrada en todo aquello de lo que no tenia una explicación, no se percato del monto en el que llamaron nuevamente a la puerta hasta que vio aparecer a Drusar informando que Milo había llegado solo. La mención del bosque le hizo parpadear y mirar en dirección a la sinhadre recordando el sueño de esta. << No...no puede ser, debe ser una casualidad >> es decir, la chica aprecia por allí, sabia su nombre, hablaba de un bosque y ahora Milo volvía con algo que podría ayudar a Rox y había perdido a los demás en un bosque salido aparentemente de la nada. Vale que Pam creyera en las coincidencias, pues eran parte de la misma suerte, pero aun así le preocupaba que hubiesen tantas cosas relacionadas de pronto.
Mordiéndose el labio inferior no gustándole demasiado todo aquello, vio subir a Milo apresurado para darle una especie de brebaje a Rox. ¿Donde habría conseguido aquello? << Un bosque invisible...posiblemente haya plantas curativas o algo así allí dentro ¿pero como podría saber cual le serviría? Esto es muy raro >> pensó mirando extrañada a Milo, con misma suspicacia con la que minutos antes había mirado a sinhadre. No sabía siquiera que era lo que le pasaba a Rox, sabia que podría ser a cauda de la mordedura de Varael, pero como no sabián porque provocaba aquella reacción, difícilmente podrían encontrar un cura sin información alguna. ¿Como demonios había encontrado Milo tan rápido? << De vedad que esto no me gusta nada >> esperaba que al menos Rox se curase, pero el hecho de que Milo no explicase con exactitud donde había encontrado aquel, lo que sea, que le estaba dando a Rox le hacía desconfiar. No de Milo o sus acciones, sino de la situación en si misma. Pam había aprendido a no fiarse fácilmente.
-Espero que funcione -murmuró Pam con sinceridad. Aparto fugazmente su mirada de Rox para posarla en otro grupo, mirándolos con suspicacia y curiosidad ante todo lo que había escuchado hasta el momento. Sus conjeturas solo siendo eso, quebraderos de cabeza. Entre eso y que el resto aun seguía por la ciudad dando vueltas solo provocaba mas incomodidad en la mona del queso << Hoy esta siendo un día muy largo y lleno de sorpresas >> pensó soltando un suspiro y dándose un suave masaje en las sienes.
<< Desde hace tiempo ya sospecho que los sueños que tenemos no son nada normales, ya no solo que parecen mas bien pesadillas, sino que parecen una prueba de fuerza o de valor, para superar nuestros miedos. ¿Pero también se puede obtener información de alguien a través de estos? nO tiene sentido sino que sepa mi nombre >> pensaba Pam aun confundida con eso, existía un factor mágico en todo aquello, no podía ser de otra forma, pero igualmente no explicaba como era posible que solo supiera quien era ella mientras dormía y no fuese capaz de recordarla despierta. << ¿Están jugando con su cabeza o algo? >> añadió frunciendo ligeramente el ceño. Tenía la creencia de que con la magia se podría hacer cualquier cosa, al no conocer sus limitaciones, pero aquello estaba muy cerca de lo absurdo.
Concentrada en todo aquello de lo que no tenia una explicación, no se percato del monto en el que llamaron nuevamente a la puerta hasta que vio aparecer a Drusar informando que Milo había llegado solo. La mención del bosque le hizo parpadear y mirar en dirección a la sinhadre recordando el sueño de esta. << No...no puede ser, debe ser una casualidad >> es decir, la chica aprecia por allí, sabia su nombre, hablaba de un bosque y ahora Milo volvía con algo que podría ayudar a Rox y había perdido a los demás en un bosque salido aparentemente de la nada. Vale que Pam creyera en las coincidencias, pues eran parte de la misma suerte, pero aun así le preocupaba que hubiesen tantas cosas relacionadas de pronto.
Mordiéndose el labio inferior no gustándole demasiado todo aquello, vio subir a Milo apresurado para darle una especie de brebaje a Rox. ¿Donde habría conseguido aquello? << Un bosque invisible...posiblemente haya plantas curativas o algo así allí dentro ¿pero como podría saber cual le serviría? Esto es muy raro >> pensó mirando extrañada a Milo, con misma suspicacia con la que minutos antes había mirado a sinhadre. No sabía siquiera que era lo que le pasaba a Rox, sabia que podría ser a cauda de la mordedura de Varael, pero como no sabián porque provocaba aquella reacción, difícilmente podrían encontrar un cura sin información alguna. ¿Como demonios había encontrado Milo tan rápido? << De vedad que esto no me gusta nada >> esperaba que al menos Rox se curase, pero el hecho de que Milo no explicase con exactitud donde había encontrado aquel, lo que sea, que le estaba dando a Rox le hacía desconfiar. No de Milo o sus acciones, sino de la situación en si misma. Pam había aprendido a no fiarse fácilmente.
-Espero que funcione -murmuró Pam con sinceridad. Aparto fugazmente su mirada de Rox para posarla en otro grupo, mirándolos con suspicacia y curiosidad ante todo lo que había escuchado hasta el momento. Sus conjeturas solo siendo eso, quebraderos de cabeza. Entre eso y que el resto aun seguía por la ciudad dando vueltas solo provocaba mas incomodidad en la mona del queso << Hoy esta siendo un día muy largo y lleno de sorpresas >> pensó soltando un suspiro y dándose un suave masaje en las sienes.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
21/09/17, 05:35 pm
Baste le devuelve al niño una mirada de pocos amigos y respira hondo, obligándose a sí mismo a no cometer ninguna estupidez. Para el ordés, ese niño estaría mejor sin dientes, sin ojos y con todos los huesos del cuerpo roto; mucho más de lo que le desea a la mona asalvajada. Sin embargo, sabe que no es cívico y todavía desconoce que sería capaz de hacerlo él mismo. Todo lo que hace es echarse atrás, más aún, y refunfuñar de forma contínua mientras Aldhias escucha con atención al crío. Las burlas no tardarán en llegar.
Dentro, Erevelin sonrie a Adru.
—Sanaréis —le dice. Parece un deseo— con cada mala experiencia nos conocemos mejor, la ciudad y nosotros —la niña suspira y mira la ventana, aunque desde su cama apenas puede ver el cielo—. Soy aprendiz de sacerdotisa, Adrune, una edeel completa.
Suena la puerta y tanto dentro como fuera del pasillo los sendarios se convierten en un silencio conjunto. Un asreniano baja a abrir y otro chico con brazo de metal acaba subiendo con un bebedizo. Erevelin fija su mirada en Rox y vuelve a sonreír, le gusta que las cosas salgan como deben.
—Vámonos ya, Ellie. Lulú, Baste te espera fuera —vuelve a prestar atención a Adru y añade—. Se dice sonámbula, con N, pero solámbula es más divertido.
—Gracias por cuidar de ella —termina Ellie—, espero que nos volvamos a ver cuando todo esté mejor.
El repoblador salta al suelo y corre a seis patas. Tras un intercambio de palabras con el ordés, el rostro de Baste se destensa como solo le ocurre con el repoblador. Aldhias aun habla con Guille.
—Por lo que cuentas, esa peli se parece mucho a lo que nos ha pasado. Hablaré con el primo de Julien y le sacaré detalles del rodaje para cuando nos volvamos a ver —Aldhias le guiña el ojo a Guillermo y echa a andar de camino a la salida.
Baste lo sigue en silencio, con Lulú al marsupio, y le saca la lengua al niño al cruzarse con él.
En cuanto llegan al marco de la puerta la sinhadre y la humana, Ere le da un toquecito en el hombro a Guille y le pide que se acerque. La sinhadre se agacha y le susurra:
—Guarda el regalo de Hyun, todavía te sirve, y cuida mucho a Eitne, tendréis que ser pacientes con él.
La comitiva se despide de los habitantes de Letargo y salen del torreón, esta vez todos con los pies en el suelo.
Dentro, Erevelin sonrie a Adru.
—Sanaréis —le dice. Parece un deseo— con cada mala experiencia nos conocemos mejor, la ciudad y nosotros —la niña suspira y mira la ventana, aunque desde su cama apenas puede ver el cielo—. Soy aprendiz de sacerdotisa, Adrune, una edeel completa.
Suena la puerta y tanto dentro como fuera del pasillo los sendarios se convierten en un silencio conjunto. Un asreniano baja a abrir y otro chico con brazo de metal acaba subiendo con un bebedizo. Erevelin fija su mirada en Rox y vuelve a sonreír, le gusta que las cosas salgan como deben.
—Vámonos ya, Ellie. Lulú, Baste te espera fuera —vuelve a prestar atención a Adru y añade—. Se dice sonámbula, con N, pero solámbula es más divertido.
—Gracias por cuidar de ella —termina Ellie—, espero que nos volvamos a ver cuando todo esté mejor.
El repoblador salta al suelo y corre a seis patas. Tras un intercambio de palabras con el ordés, el rostro de Baste se destensa como solo le ocurre con el repoblador. Aldhias aun habla con Guille.
—Por lo que cuentas, esa peli se parece mucho a lo que nos ha pasado. Hablaré con el primo de Julien y le sacaré detalles del rodaje para cuando nos volvamos a ver —Aldhias le guiña el ojo a Guillermo y echa a andar de camino a la salida.
Baste lo sigue en silencio, con Lulú al marsupio, y le saca la lengua al niño al cruzarse con él.
En cuanto llegan al marco de la puerta la sinhadre y la humana, Ere le da un toquecito en el hombro a Guille y le pide que se acerque. La sinhadre se agacha y le susurra:
—Guarda el regalo de Hyun, todavía te sirve, y cuida mucho a Eitne, tendréis que ser pacientes con él.
La comitiva se despide de los habitantes de Letargo y salen del torreón, esta vez todos con los pies en el suelo.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
21/09/17, 08:15 pm
La sinhadre abrió la boca en un mudo gesto de comprensión ante la explicación de Erevelin.
—Oh, vaya…
Adru no sabía que más añadir, en realidad. Su padre a veces, antes de su unión con Neil, se metía con ella diciéndole que a ver si iba a resultar que era una edeel completa con los ojos tan oscuros que tenía. La niña no quería, le parecía aburrido tener que ser sacerdotisa, y su padre lo sabía. Pero no quería decirle a Erevelin que ser una edeel completa sonaba aburrido, probablemente no se lo tomaría muy bien y no quería llevarse mal con la otra sinhadre, le parecía simpática aunque dijese cosas muy extrañas.
>>Tienes razón, todos nos pondremos bien —asintió, no obstante, al deseo que expresó la aprendiz de sacerdotisa y, una vez más, desviando su mirada hacia Rox.
La llamada de Milo los cogió a todos desprevenidos y Adru era incapaz de mantenerse quieta mientras esperaba a que alguien subiese al cuarto, paseándose de forma inquieta por toda la habitación. El que subió primero no fue el irrense ni ninguno de los que habían salido, no obstante, sino Drusar que traía buenas noticias. La edeel no se planteó que Milo pudiera estar equivocado respecto al remedio, aunque sí se preguntaba cómo lo había conseguido tan rápido. No era momento de los detalles, sin embargo y, aunque le preocupó que el asreniano les explicó que al parecer el irrense se había separado del resto en un bosque raro, su corazón latía acelerado ansiosa por comprobar cuánto tardaría en mejorar el estado del coreano.
—Funcionará —respondió a Pelusa con confianza.
Pronto se despidieron de los otros cosechados. En otras circunstancias les habría pedido que se quedasen un poco más, pero su cabeza estaba en otra parte y ni siquiera pensó en ello.
—Sí, por favor, volved otro día: a lo mejor tenemos hechizos nuevos para intercambiar entonces —respondió a Ellie ignorando que, de hecho, era el caso.
La espera la estaba matando. Hacía escasos minutos que el otro grupo se había ido y la edeel no había cesado en su constante ir y venir en el interior del cuarto, probablemente poniendo nervioso a varios de los presentes y, como mínimo, a su aurva.
—¿Cuánto tardará en hacer efecto? ¿Hay que dárselo más veces? —le preguntó a Milo incapaz de seguir callada.
—Oh, vaya…
Adru no sabía que más añadir, en realidad. Su padre a veces, antes de su unión con Neil, se metía con ella diciéndole que a ver si iba a resultar que era una edeel completa con los ojos tan oscuros que tenía. La niña no quería, le parecía aburrido tener que ser sacerdotisa, y su padre lo sabía. Pero no quería decirle a Erevelin que ser una edeel completa sonaba aburrido, probablemente no se lo tomaría muy bien y no quería llevarse mal con la otra sinhadre, le parecía simpática aunque dijese cosas muy extrañas.
>>Tienes razón, todos nos pondremos bien —asintió, no obstante, al deseo que expresó la aprendiz de sacerdotisa y, una vez más, desviando su mirada hacia Rox.
La llamada de Milo los cogió a todos desprevenidos y Adru era incapaz de mantenerse quieta mientras esperaba a que alguien subiese al cuarto, paseándose de forma inquieta por toda la habitación. El que subió primero no fue el irrense ni ninguno de los que habían salido, no obstante, sino Drusar que traía buenas noticias. La edeel no se planteó que Milo pudiera estar equivocado respecto al remedio, aunque sí se preguntaba cómo lo había conseguido tan rápido. No era momento de los detalles, sin embargo y, aunque le preocupó que el asreniano les explicó que al parecer el irrense se había separado del resto en un bosque raro, su corazón latía acelerado ansiosa por comprobar cuánto tardaría en mejorar el estado del coreano.
—Funcionará —respondió a Pelusa con confianza.
Pronto se despidieron de los otros cosechados. En otras circunstancias les habría pedido que se quedasen un poco más, pero su cabeza estaba en otra parte y ni siquiera pensó en ello.
—Sí, por favor, volved otro día: a lo mejor tenemos hechizos nuevos para intercambiar entonces —respondió a Ellie ignorando que, de hecho, era el caso.
La espera la estaba matando. Hacía escasos minutos que el otro grupo se había ido y la edeel no había cesado en su constante ir y venir en el interior del cuarto, probablemente poniendo nervioso a varios de los presentes y, como mínimo, a su aurva.
—¿Cuánto tardará en hacer efecto? ¿Hay que dárselo más veces? —le preguntó a Milo incapaz de seguir callada.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
22/09/17, 03:05 pm
Tras la paz que le había proporcionado el contacto (aparentemente) humano, el coreano pudo conciliar el sueño durante un pequeño intervalo de tiempo. Las voces a su alrededor eran inocuas, conciliadoras, como un ruido de fondo agradable que facilitase e incitase a descansar. Dormir y no despertar había dejado de ser tan terrorífico como lo había sido al principio y, puede que a raíz del agotamiento, Rox aceptaba la idea.
El movimiento que le empujó hacia delante resultó ficticio. De haber creído en el cielo, el coreano habría jurado que se trataba de su alma abandonando el cuerpo. No fue hasta que algo caliente tocó y bajó por su garganta, más real que todas las sensaciones anteriores, cuando Rox empezó a recuperar consciencia. Seguía vivo, despierto aunque su cuerpo no lo estuviera, y su burbuja aislante estaba sufriendo leves y lentas interferencias.
Primero fueron las voces, más nítidas que antes. Reconoció la de Adru, así como algunas palabras sueltas. Su respiración dejó de ser dolorosa y pesada.
Luego, un cosquilleo por todo el cuerpo, como si miles de hormigas le subieran desde la punta de los dedos hasta el cuello. Viendo una oportunidad y alentado por aquello, probó a moverse. Su cerebro mandó la orden con cierto letargo, pero el resultado fue positivo: pequeños golpes, cortos pero visibles, hacían que su pie derecho se sacudiese. Después hizo lo mismo con las manos, la cabeza y la mandíbula. No reproducía fielmente los comandos, pero aquello era muchísimo mejor de lo que esperaba.
Finalmente, abrió los ojos. Como si eso se tratase del botón de encendido, sus limitados movimientos dejaron de ser tan espasmódicos. Milo y Drusar estaban en su campo de visión, expectantes. Pestañeó con fuerza, desubicado, mojándose los labios y haciendo un ruido gutural para asegurarse de que sus cuerdas vocales no estaban oxidadas antes de hablar.
—¿Qué...? —dejó la pregunta en el aire. Las primeras fuerzas no le daban para mucho más, pero oír su propia voz, sin jadeos de por medio, le llenaba el pecho de alegría.
El movimiento que le empujó hacia delante resultó ficticio. De haber creído en el cielo, el coreano habría jurado que se trataba de su alma abandonando el cuerpo. No fue hasta que algo caliente tocó y bajó por su garganta, más real que todas las sensaciones anteriores, cuando Rox empezó a recuperar consciencia. Seguía vivo, despierto aunque su cuerpo no lo estuviera, y su burbuja aislante estaba sufriendo leves y lentas interferencias.
Primero fueron las voces, más nítidas que antes. Reconoció la de Adru, así como algunas palabras sueltas. Su respiración dejó de ser dolorosa y pesada.
Luego, un cosquilleo por todo el cuerpo, como si miles de hormigas le subieran desde la punta de los dedos hasta el cuello. Viendo una oportunidad y alentado por aquello, probó a moverse. Su cerebro mandó la orden con cierto letargo, pero el resultado fue positivo: pequeños golpes, cortos pero visibles, hacían que su pie derecho se sacudiese. Después hizo lo mismo con las manos, la cabeza y la mandíbula. No reproducía fielmente los comandos, pero aquello era muchísimo mejor de lo que esperaba.
Finalmente, abrió los ojos. Como si eso se tratase del botón de encendido, sus limitados movimientos dejaron de ser tan espasmódicos. Milo y Drusar estaban en su campo de visión, expectantes. Pestañeó con fuerza, desubicado, mojándose los labios y haciendo un ruido gutural para asegurarse de que sus cuerdas vocales no estaban oxidadas antes de hablar.
—¿Qué...? —dejó la pregunta en el aire. Las primeras fuerzas no le daban para mucho más, pero oír su propia voz, sin jadeos de por medio, le llenaba el pecho de alegría.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
22/09/17, 06:56 pm
Milo estaba tan inquieto como sus compañeros, pero permaneció inmóvil en su sitio, retorciendo entre los dedos el bajo de su camiseta. Confiaba en la palabra de Rutilante, pero a pesar de todo algo en su interior le decía que el rocavarancoles no era trigo limpio. En aquella situación solo podía esperar, pero si el antídoto no hacía efecto pronto se prometió que iría en busca del unicornio y le haría tragar su cuerno. Apenas si acertó a despedirse de los sendarios cuando partieron, deseándoles un trayecto seguro hasta su torreón antes de volver a ensimismarse. Fue la voz de Adru la que interrumpió su tren de pensamientos minutos después.
—No debería tardar demasiado —le contestó, dirigiéndole una mirada cargada de confianza. Fue en ese preciso instante cuando el rubio comenzó a moverse—. ¿Rox... ? —lo llamó, irguiéndose en el sitio con la expectación y el nerviosismo pintados en el rostro.
Fue algo progresivo, pero poco a poco el medio australiano empezó a dar señales de que estaba recuperando la movilidad, provando de una en una distintas partes de su cuerpo. Cuando por fin habló el norteño se dejó caer de nuevo en su asiento con un suspiro de alivio, privado momentáneamente de todas sus fuerzas. Ahora que su amigo había esquivado a la muerte solo era cuestión de tiempo que volviera a estar bien, pero haber estado tan cerca de perder a otro compañero había sido una experiencia agotadora.
—Bienvenido de nuevo, dormilón. —acertó a decir con una media sonrisa, dándole un leve capirotazo entre los ojos antes de hacer sitio a los demás.
A pesar de todo aquella victoria no era tan dulce como cabría esperar. Sus compañeros seguían allí fuera, buscándole, y cuanto más tiempo pasara mas probabilidades habría de que algo les atacara.
—Ahora que he comprobado que la infusión funciona vosotros podéis encargaros del resto, yo en cambio debo ir a buscar a los demás —informó, poniéndose en pie con resolución. Dejó el tarro de hierbas en la mesita, a la vista de sus amigos—. Dadle una nueva taza dentro de unas horas, ¿de acuerdo? Nosotros regresaremos cuanto antes. —añadió, enfilando la puerta detrás de Drusar.
Antes de llegar al pasillo, sin embargo, el irrense recordó que había obtenido otra cosa de su acuerdo con Rutilante y se llevó la mano al petate. Con un gesto casi reverente sacó el pergamino que le había entregado el unicornio y le echó un rápido vistazo, acercándose entonces a la mona del queso para tendérselo con un ademán fluido.
—Toma Pelusa, un nuevo hechizo para el repertorio. Lo encontré en el mismo lugar que esas hierbas y estoy bastante seguro que es un sortilegio de curación mucho más potente que el que ya tenemos. —la informó, guiñándole el ojo antes de abandonar la habitación.
Milo no había preparado una historia convincente aún y se apoyó en lo urgente de la salida para escaquearse de dar explicaciones. Una vez abajo esperó en la puerta de entrada a que el drunei se armara, tamborileando con los dedos sobre su prótesis metálica mientras observaba con una fijeza inusual la ruta hacia las mazmorras, y en cuanto el asreniano estuvo preparado se encaminaron juntos hacia la calle. El irrense recordaba la ruta que habían tomado para llegar al bosque fantasma y confiaba que en que sus amigos estuvieran por aquella zona.
—No debería tardar demasiado —le contestó, dirigiéndole una mirada cargada de confianza. Fue en ese preciso instante cuando el rubio comenzó a moverse—. ¿Rox... ? —lo llamó, irguiéndose en el sitio con la expectación y el nerviosismo pintados en el rostro.
Fue algo progresivo, pero poco a poco el medio australiano empezó a dar señales de que estaba recuperando la movilidad, provando de una en una distintas partes de su cuerpo. Cuando por fin habló el norteño se dejó caer de nuevo en su asiento con un suspiro de alivio, privado momentáneamente de todas sus fuerzas. Ahora que su amigo había esquivado a la muerte solo era cuestión de tiempo que volviera a estar bien, pero haber estado tan cerca de perder a otro compañero había sido una experiencia agotadora.
—Bienvenido de nuevo, dormilón. —acertó a decir con una media sonrisa, dándole un leve capirotazo entre los ojos antes de hacer sitio a los demás.
A pesar de todo aquella victoria no era tan dulce como cabría esperar. Sus compañeros seguían allí fuera, buscándole, y cuanto más tiempo pasara mas probabilidades habría de que algo les atacara.
—Ahora que he comprobado que la infusión funciona vosotros podéis encargaros del resto, yo en cambio debo ir a buscar a los demás —informó, poniéndose en pie con resolución. Dejó el tarro de hierbas en la mesita, a la vista de sus amigos—. Dadle una nueva taza dentro de unas horas, ¿de acuerdo? Nosotros regresaremos cuanto antes. —añadió, enfilando la puerta detrás de Drusar.
Antes de llegar al pasillo, sin embargo, el irrense recordó que había obtenido otra cosa de su acuerdo con Rutilante y se llevó la mano al petate. Con un gesto casi reverente sacó el pergamino que le había entregado el unicornio y le echó un rápido vistazo, acercándose entonces a la mona del queso para tendérselo con un ademán fluido.
—Toma Pelusa, un nuevo hechizo para el repertorio. Lo encontré en el mismo lugar que esas hierbas y estoy bastante seguro que es un sortilegio de curación mucho más potente que el que ya tenemos. —la informó, guiñándole el ojo antes de abandonar la habitación.
Milo no había preparado una historia convincente aún y se apoyó en lo urgente de la salida para escaquearse de dar explicaciones. Una vez abajo esperó en la puerta de entrada a que el drunei se armara, tamborileando con los dedos sobre su prótesis metálica mientras observaba con una fijeza inusual la ruta hacia las mazmorras, y en cuanto el asreniano estuvo preparado se encaminaron juntos hacia la calle. El irrense recordaba la ruta que habían tomado para llegar al bosque fantasma y confiaba que en que sus amigos estuvieran por aquella zona.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Personajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
23/09/17, 04:23 pm
Guille hablo amigablemente con los invitados, le estraño lo del regalos de Hyun, ¿Porque lo iba a guardar? Se lo iba a dar como a todos los demás pensó, solo tiempo más tarde se extrañó por el echo que supiera lo de los regalos.
La entrada de Milo le sorprendió, saliendo corriendo al grito de:
-Miloooo habéis vueltoooooo..- en ese momento le asustó que no volvieron todos, pero todo fue tan rápido que sorprendentemente Guille no subo reacción. Se dedicó a seguirle por el torreón, se quedó mirando mientras veía como todo el mundo se movía y se disponían a darle algo a Rox.
Guille se quedó a lado en silencio, viendo como le daban una especie de infusión. Y entre lágrimas al oír sus primeras palabras. Salto y le abrazo.
- Holaaaa...sabía que te recuperarías, no he llorado ni una vez- dijo con la cara llena de lágrimas. Se dio cuenta que Rox necesitaba espacio y tiempo para recuperarse. Y se colocó a un lado.
Milo se despidió, diciendo que se iba a buscar a los otros, Guille deseo que todos estuvieran bien, todo estaba saliendo muy bien hoy, tenian nuevos amigos, habían conseguido nuevos hechizos y Milo había encontrado la cura, hoy iba a ser un buen día.
Justo callo en la cuenta que había olvidado algo.
Bajo las escaleras corriendo, deseando que Milo no se hubiera ido todavía. Cuando llego Milo estaba esperando, le vio y le abrazo por la espalda.
-Gracias por salvar a Rox, tener cuidado- mientras le abrazaba, justo al acabar de decirlo salió corriendo, escaleras arriba para estar con los demás.
La entrada de Milo le sorprendió, saliendo corriendo al grito de:
-Miloooo habéis vueltoooooo..- en ese momento le asustó que no volvieron todos, pero todo fue tan rápido que sorprendentemente Guille no subo reacción. Se dedicó a seguirle por el torreón, se quedó mirando mientras veía como todo el mundo se movía y se disponían a darle algo a Rox.
Guille se quedó a lado en silencio, viendo como le daban una especie de infusión. Y entre lágrimas al oír sus primeras palabras. Salto y le abrazo.
- Holaaaa...sabía que te recuperarías, no he llorado ni una vez- dijo con la cara llena de lágrimas. Se dio cuenta que Rox necesitaba espacio y tiempo para recuperarse. Y se colocó a un lado.
Milo se despidió, diciendo que se iba a buscar a los otros, Guille deseo que todos estuvieran bien, todo estaba saliendo muy bien hoy, tenian nuevos amigos, habían conseguido nuevos hechizos y Milo había encontrado la cura, hoy iba a ser un buen día.
Justo callo en la cuenta que había olvidado algo.
Bajo las escaleras corriendo, deseando que Milo no se hubiera ido todavía. Cuando llego Milo estaba esperando, le vio y le abrazo por la espalda.
-Gracias por salvar a Rox, tener cuidado- mientras le abrazaba, justo al acabar de decirlo salió corriendo, escaleras arriba para estar con los demás.
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
26/09/17, 08:52 pm
No paso desapercibido para Pam el momento en el que el grupo de Lulú se dispuso a irse, de algún modo Pam sentía que les debía mínimo ese grado de atención incluso si su mayor preocupación y prioridad estaba en Rox, a espera que el brebaje de Milo hiciera efecto.
-Espero nos veamos en mejores circunstancias – una fugaz mirada hacia la entrada expresando lo que no dijo con palabras 2 a poder ser sin el felpudo”. No le había desagradado los compañeros del ordes, pero preferiría mantener al ser en si lejos de su vista, o la próxima vez no sabría si su reacción seria igual de pasiva. Tenían ya mas que suficiente con la ciudad mínima como enemiga, como para buscarse un guerra con otro grupo que intentaban sobrevivir como ellos. Se aseguro aun así de mostrarle a Lulu los hechizos que sabían antes de que finalmente se marcharan y finalmente Pam, volvo su atención en Rox, ahí tumbado junto a ella.
Los hechizos enseñados por Lulú estaba a buen recaudo en sus apuntes, en su memoria y en la memoria de Neil, a espera de encontrar un mejor momento para demostrarlos a aquellos con capacidades de hacer magia. No significaba que de nuevo ella, cuando estuviera a solas, no fuese a intentar realizarlos. No perdía la esperanza en que la suerte decidiera tocarla con su mano en algún momento próximo.
Un sutil movimiento del inconsciente Rox le devolvió al momento presente. << Debe funcionar >> pensó apoyando las palabras de Adru, en el momento que Rox abrió los y empezó a dar signos de movilidad, apenas sutil, pero definitivamente un avance en comparación a su estado anterior. La mona del queso sintió que se desinflaba cuando todo el aire salio de sus pequeños pulmones, con tal fuerza, que de haber estado alguno de sus compañeros melenudos cerca, habría dejado sus cabellos hecho un caos.
No sonrió, no mostró en sus facciones la emociones y efusividad de sus compañeros, pero su ceño que había estado tenso y fruncido sin siquiera darse cuenta hasta ese momento, se relajo, al igual que sus manos, tensas y blancas de tanto que las apretaba sobre su regazo. Se sitia aliviada, mas de lo que era capaz de expresar sin sufrir una explosión, como antes con la llegada del felpudo, pero lo estaba.
-Bienvenido de vuelta, Rox- susurro Pam con un tono suave, inesperadamente cálido- Debes tener sed, ¿alguien podrida traerle agua? - pidió a alguno de sus compañeros con una mayor capacidad de movimiento que ella misma-Tienes que tomártelo con calma – indico dirigiéndose de nuevo a Rox al decir eso. Por un momento Pam pudo pensar que al fin estaba teniendo un golpe de suerte por primera vez en toda la semana, no solo habían obtenido nuevos hechizos sino que Rox empezaba lentamente a sanarse; como había conseguido Milo aquello para curarle, aun le intrigaba, pero ya tendría tiempo para pensar en ello mas tarde. << Ahora, los demás necesitan regresar a salvo para que al fin el día sea bueno >> pensó al escuchar las palabras de Milo anunciando que iría a buscar a los rezagados, probablemente junto a Drusar, pues no le agradaba la idea de que marchara solo.
Milo aprovechó ese momento en el que sus compañeros estaba pendientes de Rox para acercarse a ella, para entregarle un hechizo que decía haber encontrado en el mismo lugar donde había obtenido la cura de Rox. Sus dudas y suspicacia sobre Milo aumentaron, pero Pam se cayo sus dudas, asintiendo a este, tomo la hoja, revisándola con cierta atención. << Magia curativa avanzada ¿como ha sido capaz de saberlo? Oh...hay partes ya traducidas, casi todo mas bien >> pensó Pam sorprendida ante el descubrimiento. Ahorraba el trabajo, ciertamente, pero le parecía un enorme golpe de suerte que para un hechizo que Milo encontraba, fuese uno de curación, avanzado y encima traducido. Sin contar la cura de Rox << Su suerte es bendita o yo soy muy desconfiada >> pensó Pam suspirando suavemente, viéndolo marcharse, observando el hechizo de curación con suma atención.
Cuanto todos estuvieran de vuelta y las cosas en calma, probaría a preguntarle a Neil o alguno de los demás, de intentar realizar los nuevos hechizos, incluido el de curación sobre ella.
-Espero nos veamos en mejores circunstancias – una fugaz mirada hacia la entrada expresando lo que no dijo con palabras 2 a poder ser sin el felpudo”. No le había desagradado los compañeros del ordes, pero preferiría mantener al ser en si lejos de su vista, o la próxima vez no sabría si su reacción seria igual de pasiva. Tenían ya mas que suficiente con la ciudad mínima como enemiga, como para buscarse un guerra con otro grupo que intentaban sobrevivir como ellos. Se aseguro aun así de mostrarle a Lulu los hechizos que sabían antes de que finalmente se marcharan y finalmente Pam, volvo su atención en Rox, ahí tumbado junto a ella.
Los hechizos enseñados por Lulú estaba a buen recaudo en sus apuntes, en su memoria y en la memoria de Neil, a espera de encontrar un mejor momento para demostrarlos a aquellos con capacidades de hacer magia. No significaba que de nuevo ella, cuando estuviera a solas, no fuese a intentar realizarlos. No perdía la esperanza en que la suerte decidiera tocarla con su mano en algún momento próximo.
Un sutil movimiento del inconsciente Rox le devolvió al momento presente. << Debe funcionar >> pensó apoyando las palabras de Adru, en el momento que Rox abrió los y empezó a dar signos de movilidad, apenas sutil, pero definitivamente un avance en comparación a su estado anterior. La mona del queso sintió que se desinflaba cuando todo el aire salio de sus pequeños pulmones, con tal fuerza, que de haber estado alguno de sus compañeros melenudos cerca, habría dejado sus cabellos hecho un caos.
No sonrió, no mostró en sus facciones la emociones y efusividad de sus compañeros, pero su ceño que había estado tenso y fruncido sin siquiera darse cuenta hasta ese momento, se relajo, al igual que sus manos, tensas y blancas de tanto que las apretaba sobre su regazo. Se sitia aliviada, mas de lo que era capaz de expresar sin sufrir una explosión, como antes con la llegada del felpudo, pero lo estaba.
-Bienvenido de vuelta, Rox- susurro Pam con un tono suave, inesperadamente cálido- Debes tener sed, ¿alguien podrida traerle agua? - pidió a alguno de sus compañeros con una mayor capacidad de movimiento que ella misma-Tienes que tomártelo con calma – indico dirigiéndose de nuevo a Rox al decir eso. Por un momento Pam pudo pensar que al fin estaba teniendo un golpe de suerte por primera vez en toda la semana, no solo habían obtenido nuevos hechizos sino que Rox empezaba lentamente a sanarse; como había conseguido Milo aquello para curarle, aun le intrigaba, pero ya tendría tiempo para pensar en ello mas tarde. << Ahora, los demás necesitan regresar a salvo para que al fin el día sea bueno >> pensó al escuchar las palabras de Milo anunciando que iría a buscar a los rezagados, probablemente junto a Drusar, pues no le agradaba la idea de que marchara solo.
Milo aprovechó ese momento en el que sus compañeros estaba pendientes de Rox para acercarse a ella, para entregarle un hechizo que decía haber encontrado en el mismo lugar donde había obtenido la cura de Rox. Sus dudas y suspicacia sobre Milo aumentaron, pero Pam se cayo sus dudas, asintiendo a este, tomo la hoja, revisándola con cierta atención. << Magia curativa avanzada ¿como ha sido capaz de saberlo? Oh...hay partes ya traducidas, casi todo mas bien >> pensó Pam sorprendida ante el descubrimiento. Ahorraba el trabajo, ciertamente, pero le parecía un enorme golpe de suerte que para un hechizo que Milo encontraba, fuese uno de curación, avanzado y encima traducido. Sin contar la cura de Rox << Su suerte es bendita o yo soy muy desconfiada >> pensó Pam suspirando suavemente, viéndolo marcharse, observando el hechizo de curación con suma atención.
Cuanto todos estuvieran de vuelta y las cosas en calma, probaría a preguntarle a Neil o alguno de los demás, de intentar realizar los nuevos hechizos, incluido el de curación sobre ella.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
27/09/17, 12:29 pm
La respuesta de Milo se probó cierta tan pronto que Adru incluso se sorprendió de que Rox diese signos de mejoría tan rápido al desconocer cómo funcionaba ni la dolencia que lo aquejaba ni el remedio. Acostumbrada a que alguien que presentaba un estado como el del coreano mejorase lentamente si se aplicaban los remedios adecuados, aquello le parecía un milagro. Sin duda, lo que el irrense le había dado a Rox, tenía que ser literalmente mágico. No se le había ocurrido hasta aquel momento que la magia no solo fuesen los hechizos que Pelusa descifraba y que consistían en palabras y gestos misteriosos.
Fuera como fuere, aquello se convirtió totalmente en algo secundario en el momento en el que Rox pronunció una palabra. La edeel, que había detenido su nervioso paseo por el cuarto hacía escasos segundos, miraba al coreano con la boca ligeramente abierta y con una expresión que había adquirido un tinte de la Adru que había llegado a la ciudad, en lugar de aquella versión apagada y exhausta de sí misma. Se acercó corriendo a la cama, aunque detuvo el impulso de abrazar a su amigo a tiempo al ver la fea herida que todavía no había terminado de sanar y se apartó igual que lo hizo Guille. Su segundo impulso fue empezar a rodear la cama dando pequeños saltos de alegría, pero sus propias heridas fueron las que actuaron esa vez, recordándole dolorosamente que todavía no podía moverse con libertad.
—Sabía que lo conseguiríais —dijo en un tono alegre a pesar de los gestos de dolor que todavía efectuaba—. Tú eres el auténtico Capitán, Milo.
El irrense procedió a explicarles entonces cómo funcionaba la infusión antes de salir en busca del resto con Drusar. La sinhadre le aseguró que entre todos cuidarían bien de Rox. Tras la marcha de Milo, Adru animó a Neil a que intentase usar el hechizo nuevo que también había traído el irrense y no tardó en ofrecerse a ir a buscar ella misma el vaso de agua que pidió Pelusa. Quiso salir a toda prisa, una vez más no consiguiéndolo debido a las quemaduras, y ni siquiera llegó muy lejos porque Hiss la interceptó cerca de las escaleras pidiéndole que volviese al cuarto y que ella misma se encargaría del agua. Con resignación, la sinhadre aceptó y regresó al interior del dormitorio.
—¿Cuántas horas creéis que tienen que pasar? —Inquirió tras unos segundos sentada en su cama observando las acciones del resto, deseosa por ver a Rox completamente recuperado.
De todas formas, esperaba que no fuese la hora de volver a hacer la infusión antes de que Milo y Drusar regresasen... junto con el resto del grupo.
Fuera como fuere, aquello se convirtió totalmente en algo secundario en el momento en el que Rox pronunció una palabra. La edeel, que había detenido su nervioso paseo por el cuarto hacía escasos segundos, miraba al coreano con la boca ligeramente abierta y con una expresión que había adquirido un tinte de la Adru que había llegado a la ciudad, en lugar de aquella versión apagada y exhausta de sí misma. Se acercó corriendo a la cama, aunque detuvo el impulso de abrazar a su amigo a tiempo al ver la fea herida que todavía no había terminado de sanar y se apartó igual que lo hizo Guille. Su segundo impulso fue empezar a rodear la cama dando pequeños saltos de alegría, pero sus propias heridas fueron las que actuaron esa vez, recordándole dolorosamente que todavía no podía moverse con libertad.
—Sabía que lo conseguiríais —dijo en un tono alegre a pesar de los gestos de dolor que todavía efectuaba—. Tú eres el auténtico Capitán, Milo.
El irrense procedió a explicarles entonces cómo funcionaba la infusión antes de salir en busca del resto con Drusar. La sinhadre le aseguró que entre todos cuidarían bien de Rox. Tras la marcha de Milo, Adru animó a Neil a que intentase usar el hechizo nuevo que también había traído el irrense y no tardó en ofrecerse a ir a buscar ella misma el vaso de agua que pidió Pelusa. Quiso salir a toda prisa, una vez más no consiguiéndolo debido a las quemaduras, y ni siquiera llegó muy lejos porque Hiss la interceptó cerca de las escaleras pidiéndole que volviese al cuarto y que ella misma se encargaría del agua. Con resignación, la sinhadre aceptó y regresó al interior del dormitorio.
—¿Cuántas horas creéis que tienen que pasar? —Inquirió tras unos segundos sentada en su cama observando las acciones del resto, deseosa por ver a Rox completamente recuperado.
De todas formas, esperaba que no fuese la hora de volver a hacer la infusión antes de que Milo y Drusar regresasen... junto con el resto del grupo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
29/09/17, 12:03 am
Aquel estaba siendo un despertar extraño. Tanta gente alrededor de su cama le abrumaba, pero no lo hacía en un mal sentido. De la misma forma, el leve dolor muscular que sentía por todo el cuerpo después de tanto tiempo sin moverse, era, de alguna forma, satisfactorio.
El australiano cerró los ojos cuando recibió el capirotazo de Milo y emitió el quejido propio de un niño pequeño al que acaban de levantar. Se llevó una mano a la frente para masajearse el golpecito, todo con una -cada vez menos- pequeña sonrisa en la cara.
—Como te pasas... —dijo, con voz ronca y entrecortada. Después de respirar toda la noche por la boca, unos pocos tragos de mejunje no bastaban para quitarle el papel de lija que tenía por garganta.
La forma lenta pero fluida en la que su brazo se había movido le sorprendió hasta a él, provocándole a abrir y cerrar la mano embelesado con el movimiento. De no ser por la falta de velocidad, no cualquiera habría adivinado que había estado paralizado hacía escasos minutos. Gracias a estar comprobando que sus miembros respondían, el abrazo y las lágrimas de Guille le pillaron con la guardia baja. Procuró guardarse la mueca de dolor y otro quejido, esta vez más real, cuando el pequeño chocó contra su herida. La forma en la que lloraba despertó el recuerdo en él, así como sus propios nervios.
—Así que fuiste tú... —antes de que se apartara, el coreano le sonrió y revolvió el pelo con cariño, en un ademán de devolverle el gesto—. ¿Te crees que no me enteré cuando te echaste a llorar encima mía? No cuela, enano. Límpiate la cara, anda... No pasa nada.
Pero sí que pasaba. El miedo que tenía acumulado no había desaparecido, ni mucho menos. La pesadilla de la que se había despertado le descomponía el cuerpo entero, y ganas no le faltaban para llorar como lo hacía el español. No quería romperse ahí mismo, y aunque no lo aparentase, le estaba suponiendo todo un esfuerzo. Sabía que tarde o temprano necesitaría desahogarse. Por suerte, sus amigos ayudaban a que no sucediera, no aún; sonrió a las palabras de Pam, ruborizándose ante tanta preocupación general.
—Gracias. Sí por fa. Agua —se incorporó en el colchón como buenamente pudo, procurando no darle más vueltas a la experiencia—. Tengo unas ganas horribles de salir de esta cama, pero creo que se me caerían las piernas si lo hago.
Las palabras de Adru y Milo no pasaron por alto, y ahora que estaba más vivo que antes empezaba a cuestionarse cosas, más de las que podía preguntar de una sentada. De momento, sabía que había sido Milo quien había encontrado las diversas curas, que la suya se trataba de una infusión y que se había dejado a medio grupo fuera. La marcha del irrense solo avivó su curiosidad, y sin embargo, se esperaría a que llegase el agua antes de seguir forzando las cuerdas vocales. Cuando Hiss subió con el vaso no tardó en vaciarlo.
—No sé —respondió mientras se limpiaba la boca con la muñeca—. Pero por mi me la tomaba toda ya —añadió, más animado—. Y a todo esto... ¿Qué ha pasado? Ando un rato perdido.
El australiano cerró los ojos cuando recibió el capirotazo de Milo y emitió el quejido propio de un niño pequeño al que acaban de levantar. Se llevó una mano a la frente para masajearse el golpecito, todo con una -cada vez menos- pequeña sonrisa en la cara.
—Como te pasas... —dijo, con voz ronca y entrecortada. Después de respirar toda la noche por la boca, unos pocos tragos de mejunje no bastaban para quitarle el papel de lija que tenía por garganta.
La forma lenta pero fluida en la que su brazo se había movido le sorprendió hasta a él, provocándole a abrir y cerrar la mano embelesado con el movimiento. De no ser por la falta de velocidad, no cualquiera habría adivinado que había estado paralizado hacía escasos minutos. Gracias a estar comprobando que sus miembros respondían, el abrazo y las lágrimas de Guille le pillaron con la guardia baja. Procuró guardarse la mueca de dolor y otro quejido, esta vez más real, cuando el pequeño chocó contra su herida. La forma en la que lloraba despertó el recuerdo en él, así como sus propios nervios.
—Así que fuiste tú... —antes de que se apartara, el coreano le sonrió y revolvió el pelo con cariño, en un ademán de devolverle el gesto—. ¿Te crees que no me enteré cuando te echaste a llorar encima mía? No cuela, enano. Límpiate la cara, anda... No pasa nada.
Pero sí que pasaba. El miedo que tenía acumulado no había desaparecido, ni mucho menos. La pesadilla de la que se había despertado le descomponía el cuerpo entero, y ganas no le faltaban para llorar como lo hacía el español. No quería romperse ahí mismo, y aunque no lo aparentase, le estaba suponiendo todo un esfuerzo. Sabía que tarde o temprano necesitaría desahogarse. Por suerte, sus amigos ayudaban a que no sucediera, no aún; sonrió a las palabras de Pam, ruborizándose ante tanta preocupación general.
—Gracias. Sí por fa. Agua —se incorporó en el colchón como buenamente pudo, procurando no darle más vueltas a la experiencia—. Tengo unas ganas horribles de salir de esta cama, pero creo que se me caerían las piernas si lo hago.
Las palabras de Adru y Milo no pasaron por alto, y ahora que estaba más vivo que antes empezaba a cuestionarse cosas, más de las que podía preguntar de una sentada. De momento, sabía que había sido Milo quien había encontrado las diversas curas, que la suya se trataba de una infusión y que se había dejado a medio grupo fuera. La marcha del irrense solo avivó su curiosidad, y sin embargo, se esperaría a que llegase el agua antes de seguir forzando las cuerdas vocales. Cuando Hiss subió con el vaso no tardó en vaciarlo.
—No sé —respondió mientras se limpiaba la boca con la muñeca—. Pero por mi me la tomaba toda ya —añadió, más animado—. Y a todo esto... ¿Qué ha pasado? Ando un rato perdido.
- ♪♫♬:
- Lathspell
Ficha de cosechado
Nombre: Kyllikki Paasikoski
Especie: Humana
Habilidades: Buena menoria, muy buena, lealtad, y facilidad para los idiomas.Personajes : Zobriel: Nublino transformado en Basilisco
Kyllikki: Humana cosechada.
Armas : Zobriel: Malicioso, Colmillo veneno, Cuchillada, Cola veneno
Kyllikki: Elataquedelasmilteoriascientificasypseudocientificasmasinutildetodoslostiempos
Status : Disponible para cualquier debate ilógico
Humor : Culpable de dibujar horrible y hacer chistes peores aun
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
29/09/17, 06:18 pm
Cuando la pareja de sinhadres dio señales de empezar a moverse, el cuerpo de Zobriel se relajo. La vuelta al torreón sonaba un poco esperanzadora, aun en aquellas circunstancias. No conocían esa parte de la ciudad, y aunque las ruinas vetustas y las casas moderadamente habitables a él le parecían bastante similares en todo lado, estaba seguro que no habían ido por allí anteriormente. Se sentía tentado a avanzar y avanzar, correr lo más rápido posible hasta llegar a algún lugar conocido, pero no podía sacarse de la cabeza la responsabilidad de que Rox estaba aun muy mal y de que los pequeños estaban con él. Con temor de lo que pudiera encontrar se obligaba a mirar en una que otra ruina, siempre con la vista de reojo puesta en Eitne y su afición por ir corriendo hacia algo que le llamara la atención.
Varias calles después, y muchas piedras pateadas y movidas sin encontrar nada, el cerebro del nublino empezó a reconocer vagamente algunas cosas. Una ligera sonrisa se asomó en el rostro gris. Dejar atrás todas aquellas construcciones desmoronadas era buena señal, pronto podrían salir con más de sus compañeros a buscar a Milo y a Huyng. Aunque sabía que las cosas podían torcerse para mal muy rápido, le alegraba estar ya en un lugar conocido. Durante el trayecto hasta allí había sentido un par de lugares en los que parecía que los observaban con franca hostilidad. Y prefería no saber, y menos imaginar, lo que pudo haberlos acechado. Poco a poco el torreón se acercaba a ellos para refugiarlos.
- Ya estamos cerca, verán el Jardín que logramos... - comenzó a decir volteando a ver a los demás. Cuando miro una chispa de sorpresa en los ojos de la pequeña Nime el estomago se le encogió por medio segundo pensando lo peor. Giro su cabeza esperando lo peor, para ver a Milo y Drusar que salían del torreón. - Q-que......¡¡Milo!! Don...¡¿dónde estabas?! Pensamos que...y ¿Huyng? ¿Lograron salir de allí? de alguna manera parece que nosotros fuimos los que nos perdimos y al final....¿está todo bien?
Llego a decir mientras se le esfumaba el alivio. La mirada del irrense buscaba algo mas, y Zob sospechaba que no era la presencia de la pareja de sinhadres lo que estaba mal allí. - ¿Esta Rox bien? ¿Paso algo malo? ¿Hyung está bien? ¿ Tu estas bien? - bombardeo el nublino esperando lo peor.
Varias calles después, y muchas piedras pateadas y movidas sin encontrar nada, el cerebro del nublino empezó a reconocer vagamente algunas cosas. Una ligera sonrisa se asomó en el rostro gris. Dejar atrás todas aquellas construcciones desmoronadas era buena señal, pronto podrían salir con más de sus compañeros a buscar a Milo y a Huyng. Aunque sabía que las cosas podían torcerse para mal muy rápido, le alegraba estar ya en un lugar conocido. Durante el trayecto hasta allí había sentido un par de lugares en los que parecía que los observaban con franca hostilidad. Y prefería no saber, y menos imaginar, lo que pudo haberlos acechado. Poco a poco el torreón se acercaba a ellos para refugiarlos.
- Ya estamos cerca, verán el Jardín que logramos... - comenzó a decir volteando a ver a los demás. Cuando miro una chispa de sorpresa en los ojos de la pequeña Nime el estomago se le encogió por medio segundo pensando lo peor. Giro su cabeza esperando lo peor, para ver a Milo y Drusar que salían del torreón. - Q-que......¡¡Milo!! Don...¡¿dónde estabas?! Pensamos que...y ¿Huyng? ¿Lograron salir de allí? de alguna manera parece que nosotros fuimos los que nos perdimos y al final....¿está todo bien?
Llego a decir mientras se le esfumaba el alivio. La mirada del irrense buscaba algo mas, y Zob sospechaba que no era la presencia de la pareja de sinhadres lo que estaba mal allí. - ¿Esta Rox bien? ¿Paso algo malo? ¿Hyung está bien? ¿ Tu estas bien? - bombardeo el nublino esperando lo peor.
El Odio es por mucho el placer mas duradero. El hombre Ama con prisas, pero llega a Odiar con mucha calma.
- Red
Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tienePersonajes :
● Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
● Saren: Selkie roc idrino.
● Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
● Sekk: Berserker ulterano.
● Remilo: Brujo del cobre irrense.
● Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
30/09/17, 10:53 pm
La nueva expedición de búsqueda no tardó demasiado en terminar, pues los letarguinos perdidos aparecieron en la distancia. Milo suspiró aliviado y fue a su encuentro con Drusar, esbozando una enorme sonrisa mientras caminaba rápidamente. Parecía que todo iba a salir bien después de todo: Rox estaba fuera de peligro, tenían magia nueva y todos regresaban a salvo al torreón. Estaba a punto de recuperar su buen humor habitual. Casi.
—¡Hola! —saludó alzando la mano, apresurando el paso para reunirse con ellos cuanto antes.
Lo primero que hizo en cuanto llego a su altura fue estrujar en un abrazo a Nime y a Eitne, riendo con una alegría que llevaba mucho tiempo sin sentir. Las palabras de Zob, sin embargo, le bajaron de las nubes con brusquedad. Apenas si acertó a saludar a los dos extraños con un leve asentimiento y una presentación escueta.
—¿No está Hyun con vosotros? —inquirió con preocupación, buscando al coreano con la mirada—. Yo os perdí de vista a todos en el bosque, no os había vuelto a ver hasta ahora... —aclaró. El irrense se estaba poniendo muy nervioso.
Era de esperar que el pequeño respiro que se habían ganado solo fuera un espejismo, pues estaban en Rocavarancolia, pero el hacker se resistía a rendirse tan fácilmente. Se obligó a serenarse antes de volver a hablar.
—¿Donde le visteis por última vez? ¿Fue en el bosque fantasma? —preguntó, observando a sus compañeros uno a uno—. Tenemos que ir tras su pista mientras su rastro aún está fresco —indicó con firmeza, dispuesto a salir cuanto antes. La presencia de los dos sinhadres, no obstante, requería atención—. Rox está mejor, por cierto, encontré una cura en aquel extraño bosque, pero ya os lo contaré luego —informó a los letarguinos—. ¿Y vosotros de donde habéis salido? ¿Estáis bien? —volvió a preguntar, esta vez dirigiéndose a Ina y Eorlir.
—¡Hola! —saludó alzando la mano, apresurando el paso para reunirse con ellos cuanto antes.
Lo primero que hizo en cuanto llego a su altura fue estrujar en un abrazo a Nime y a Eitne, riendo con una alegría que llevaba mucho tiempo sin sentir. Las palabras de Zob, sin embargo, le bajaron de las nubes con brusquedad. Apenas si acertó a saludar a los dos extraños con un leve asentimiento y una presentación escueta.
—¿No está Hyun con vosotros? —inquirió con preocupación, buscando al coreano con la mirada—. Yo os perdí de vista a todos en el bosque, no os había vuelto a ver hasta ahora... —aclaró. El irrense se estaba poniendo muy nervioso.
Era de esperar que el pequeño respiro que se habían ganado solo fuera un espejismo, pues estaban en Rocavarancolia, pero el hacker se resistía a rendirse tan fácilmente. Se obligó a serenarse antes de volver a hablar.
—¿Donde le visteis por última vez? ¿Fue en el bosque fantasma? —preguntó, observando a sus compañeros uno a uno—. Tenemos que ir tras su pista mientras su rastro aún está fresco —indicó con firmeza, dispuesto a salir cuanto antes. La presencia de los dos sinhadres, no obstante, requería atención—. Rox está mejor, por cierto, encontré una cura en aquel extraño bosque, pero ya os lo contaré luego —informó a los letarguinos—. ¿Y vosotros de donde habéis salido? ¿Estáis bien? —volvió a preguntar, esta vez dirigiéndose a Ina y Eorlir.
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 12:52 pm
Las palabras de Zobriel le confirmaron lo que sospechaba: este otro grupo tenia un refugio. Otro torreón, encima. Eso le daba confianza: a ellos les había ido bien refugiandose en un torreón. Si les llevaban estarían a salvo y podrían relajarse un poco. Miró a Ina y le sonrió, con esperanza.
-De acuerdo. Vamos con vosotros... Y esperemos encontrar a vuestros compañeros en el camino de vuelta. Quizás encontramos a los nuestros también...
Echaron a andar con ellos, Eorlir cogiendo a Ina de la mano. Seguía algo tenso, con una mano en el estoque, rezando para que no les saltara al paso ningún monstruo más. No fue ese el caso, por suerte. Al cabo de un rato andando, el grupo se detuvo. Al principio Eorlir miró alrededor, confuso, hasta que vió a otro grupo acercándose. Primero pensó que se trataba del grupo de su torreón, que les estaba buscando, pero no era así. Se trataba, al parecer, de parte del grupo de Zobriel. Eso significaba que debían estar cerca del segundo torreón. Suspiró, aliviado. Parecía que la pesadilla terminaría pronto.
Por las palabras de Milo, como Zobriel había llamado al que se dirigió a ellos, aún les faltaba un miembro del grupo perdido y tenían un herido. Se le encogió el estómago: ellos dos habían tenido suerte. Además, habían estado los dos juntos. Sin embargo, el pensamiento de estar solo y perdido por Rocavarancolia le daba escalofríos. "Ojalá al chico este no le pase nada y le encuentren pronto..."
Cuando Milo se dirigió a ellos sonrió, algo cansado. Tenía ganas de llegar a un refugio seguro.
-Somos Eorlir e Ina... Estábamos con un grupo de gente en un torreón, salimos a explorar y nos saltó un monstruo horrendo. Ina y yo corrimos y perdimos a los demás... y vagabundeamos, perdidos, hasta que nos detuvimos a descansar en una capilla. Allí fue donde nos encontramos a Zobriel y a los demás. No estamos heridos, por suerte. Hubiera podido ser peor. Mucho peor...
-De acuerdo. Vamos con vosotros... Y esperemos encontrar a vuestros compañeros en el camino de vuelta. Quizás encontramos a los nuestros también...
Echaron a andar con ellos, Eorlir cogiendo a Ina de la mano. Seguía algo tenso, con una mano en el estoque, rezando para que no les saltara al paso ningún monstruo más. No fue ese el caso, por suerte. Al cabo de un rato andando, el grupo se detuvo. Al principio Eorlir miró alrededor, confuso, hasta que vió a otro grupo acercándose. Primero pensó que se trataba del grupo de su torreón, que les estaba buscando, pero no era así. Se trataba, al parecer, de parte del grupo de Zobriel. Eso significaba que debían estar cerca del segundo torreón. Suspiró, aliviado. Parecía que la pesadilla terminaría pronto.
Por las palabras de Milo, como Zobriel había llamado al que se dirigió a ellos, aún les faltaba un miembro del grupo perdido y tenían un herido. Se le encogió el estómago: ellos dos habían tenido suerte. Además, habían estado los dos juntos. Sin embargo, el pensamiento de estar solo y perdido por Rocavarancolia le daba escalofríos. "Ojalá al chico este no le pase nada y le encuentren pronto..."
Cuando Milo se dirigió a ellos sonrió, algo cansado. Tenía ganas de llegar a un refugio seguro.
-Somos Eorlir e Ina... Estábamos con un grupo de gente en un torreón, salimos a explorar y nos saltó un monstruo horrendo. Ina y yo corrimos y perdimos a los demás... y vagabundeamos, perdidos, hasta que nos detuvimos a descansar en una capilla. Allí fue donde nos encontramos a Zobriel y a los demás. No estamos heridos, por suerte. Hubiera podido ser peor. Mucho peor...
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 04:33 pm
El trayecto demostró que o estaban muy perdidos o se habían metido en verdaderos líos al atravesar aquel bosque, porque no volvieron a verlo. Sin embargo, supieron orientarse para volver a la zona del torreón. Allí mismo estaban Milo y Drusar a lo lejos. Al final resultó ser verdad que el irrense se había encontrado solo y había vuelto antes que ellos, o Drusar no estaría con él.
Nime agitó los brazos rápidamente con una gran sonrisa en la cara, y echó a correr hacia los dos chicos, con ganas de hacer muchas preguntas. Milo la interceptó junto a Eitne con un abrazo y le contagio su risa. Hacía que no le veía así. Por un momento Nime estuvo segura de que todo había acabado saliendo bien y que todos estaban a salvo, pero no duró demasiado.
Las respuestas que dio a Zob confirmaron que Hyun seguía perdido en algún lugar de la ciudad. Pero Milo también dijo algo que la sorprendió muchísimo. «¿Ha encontrado una cura para Rox…? ¿Cómo lo ha hecho?». A pesar del desconcierto sintió un alivio enorme. Las cosas habían salido tan mal como bien, pero si encontraban a Hyun no tenía por qué ser así. Debían buscarle. La libense se sentía en parte responsable de que el grupo se hubiese dividido en el bosque.
—¿Volvemos? A buscar a Hyun, digo… seguro que le pasó como a ti, Milo —dijo cuando el sinhadre acabó de explicarse.
Nime fue consciente de lo mucho que le preocupaba perder a Hyun a pesar de lo mucho que también lo aborrecía. Que le cayera mal no significaba que desease algo así. «Tienes que aparecer, idiota…» pensaba. Milo había vuelto, después de todo, seguro que Hyun le sestaba esperando en algún lado.
El grupo se dividió. Los sinhadres fueron al torreón con Mike, que se encargaría de presentarlos, mientras que Zob, Milo, Eitne, Drusar y ella volvieron a alejarse del refugio para repasar el camino que habían seguido al salir del torreón horas antes.
Nime agitó los brazos rápidamente con una gran sonrisa en la cara, y echó a correr hacia los dos chicos, con ganas de hacer muchas preguntas. Milo la interceptó junto a Eitne con un abrazo y le contagio su risa. Hacía que no le veía así. Por un momento Nime estuvo segura de que todo había acabado saliendo bien y que todos estaban a salvo, pero no duró demasiado.
Las respuestas que dio a Zob confirmaron que Hyun seguía perdido en algún lugar de la ciudad. Pero Milo también dijo algo que la sorprendió muchísimo. «¿Ha encontrado una cura para Rox…? ¿Cómo lo ha hecho?». A pesar del desconcierto sintió un alivio enorme. Las cosas habían salido tan mal como bien, pero si encontraban a Hyun no tenía por qué ser así. Debían buscarle. La libense se sentía en parte responsable de que el grupo se hubiese dividido en el bosque.
—¿Volvemos? A buscar a Hyun, digo… seguro que le pasó como a ti, Milo —dijo cuando el sinhadre acabó de explicarse.
Nime fue consciente de lo mucho que le preocupaba perder a Hyun a pesar de lo mucho que también lo aborrecía. Que le cayera mal no significaba que desease algo así. «Tienes que aparecer, idiota…» pensaba. Milo había vuelto, después de todo, seguro que Hyun le sestaba esperando en algún lado.
El grupo se dividió. Los sinhadres fueron al torreón con Mike, que se encargaría de presentarlos, mientras que Zob, Milo, Eitne, Drusar y ella volvieron a alejarse del refugio para repasar el camino que habían seguido al salir del torreón horas antes.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 05:09 pm
Ver a Rox recuperándose tan deprisa iluminaba el rostro de Adru que, prácticamente siempre desde el incidente, mostraba una expresión alicaída e impropia de ella.
—No… Mejor no lo hagas o te dolerá la herida —advirtió al coreano cuando este anunció sus ganas de levantarse de la cama.
La edeel entendía perfectamente aquel sentimiento, pero también sabía lo doloroso que era ser impaciente.
>>Milo dijo que había que esperar unas horas
—añadió tras escuchar el siguiente comentario de Rox—. Igual no tiene efecto si no se siguen las instrucciones…
Ante todo, Adrune temía volver a cometer los mismos errores que había estado cometiendo constantemente: no hacer caso a los mayores y ser demasiado imprudente. La sinhadre no era capaz de ver más allá, pero sin duda para un observador externo resultaría irónico cómo se invertían los papeles en aquella conversación.
Se mantuvo sentada en la cama, dándole espacio a Rox pero también conversación, poniéndole al corriente de lo que había pasado hasta ese momento. Le explicó que habían salido en busca de algo que pudiese ayudarle y cómo volvió Milo con el remedio pero separado de los demás. Volvió atrás para explicarle la extraña intrusión de Erevelin sonámbula y cómo la habían subido a la cama para después recibir la visita del otro grupo.
—Había uno de esos ordeses que tratan a Pelusa y los suyos como mascotas —explicaba poniendo mala cara—, pero el resto eran simpáticos… Un ser pequeñito con cuatro brazos llamado Lulú le enseñó algún hechizo nuevo a Neil, y prometimos volver a vernos para intercambiar más magia…
No pasó demasiado tiempo desde que Milo y Drusar se habían ido, y todavía seguía respondiendo a las dudas que pudieran surgirle a Rox acerca de aquel disparatado relato cuando escuchó que alguien regresaba al torreón. Expectante y nerviosa, no pudo permanecer los escasos minutos que tardaron en oírse los pasos de alguien en las escaleras sin levantarse de la cama y se apresuró hacia la puerta. Vio a Mike enseguida y se acercó a él a toda prisa con la intención de preguntar por el resto… No fuera a ser que hubiese vuelto solo como había sucedido con el irrense. Pero enseguida vio que no era así, aunque no se trataba exactamente de lo que esperaba. ¿Más sinhadres?
—Mike, ¿quiénes son, dónde está el resto…? ¡Hola! Yo me llamo Adrune —saludó con la mano sana a pesar de que aún no le había dado tiempo al humano a explicarse.
El estadounidense insistió en que explicaría todo una vez estuviesen reunidos los que quedaban en el cuarto y la edeel asintió vehementemente mientras le seguía, mirando de reojo a los desconocidos.
Se mantuvo de pie, cerca de la puerta, escuchando las explicaciones de Mike. Buena parte de lo que contaba era tranquilizador pero aquello se estaba viendo eclipsado por un hecho clave: Hyun había desaparecido. Intercambió miradas de preocupación con los presentes, pero una vez más se aferró a la esperanza de que el resto volverían con el otro coreano, todos sanos y salvos.
—Ina y Eorlir, ¿verdad? —Se dirigió a sus compatriotas recién llegados—. Yo soy Adrune, y Neil es mi aurva —dijo, a pesar de que se había presentado no hacía mucho—. ¿Os habéis separado de vuestro grupo, entonces? Hace poco estuvieron aquí una aprendiz de sacerdotisa llamada Erevelin, una chica humana, un daeliciano, un ser pequeñito con una flor en la cabeza… —empezó a enumerar, omitiendo al ordés—. Pero no mencionaron que hubiesen perdido a más compañeros, aparte de a Erevelin que entró aquí sonámbula. ¿Son ellos a quiénes estáis buscando?
—No… Mejor no lo hagas o te dolerá la herida —advirtió al coreano cuando este anunció sus ganas de levantarse de la cama.
La edeel entendía perfectamente aquel sentimiento, pero también sabía lo doloroso que era ser impaciente.
>>Milo dijo que había que esperar unas horas
—añadió tras escuchar el siguiente comentario de Rox—. Igual no tiene efecto si no se siguen las instrucciones…
Ante todo, Adrune temía volver a cometer los mismos errores que había estado cometiendo constantemente: no hacer caso a los mayores y ser demasiado imprudente. La sinhadre no era capaz de ver más allá, pero sin duda para un observador externo resultaría irónico cómo se invertían los papeles en aquella conversación.
Se mantuvo sentada en la cama, dándole espacio a Rox pero también conversación, poniéndole al corriente de lo que había pasado hasta ese momento. Le explicó que habían salido en busca de algo que pudiese ayudarle y cómo volvió Milo con el remedio pero separado de los demás. Volvió atrás para explicarle la extraña intrusión de Erevelin sonámbula y cómo la habían subido a la cama para después recibir la visita del otro grupo.
—Había uno de esos ordeses que tratan a Pelusa y los suyos como mascotas —explicaba poniendo mala cara—, pero el resto eran simpáticos… Un ser pequeñito con cuatro brazos llamado Lulú le enseñó algún hechizo nuevo a Neil, y prometimos volver a vernos para intercambiar más magia…
No pasó demasiado tiempo desde que Milo y Drusar se habían ido, y todavía seguía respondiendo a las dudas que pudieran surgirle a Rox acerca de aquel disparatado relato cuando escuchó que alguien regresaba al torreón. Expectante y nerviosa, no pudo permanecer los escasos minutos que tardaron en oírse los pasos de alguien en las escaleras sin levantarse de la cama y se apresuró hacia la puerta. Vio a Mike enseguida y se acercó a él a toda prisa con la intención de preguntar por el resto… No fuera a ser que hubiese vuelto solo como había sucedido con el irrense. Pero enseguida vio que no era así, aunque no se trataba exactamente de lo que esperaba. ¿Más sinhadres?
—Mike, ¿quiénes son, dónde está el resto…? ¡Hola! Yo me llamo Adrune —saludó con la mano sana a pesar de que aún no le había dado tiempo al humano a explicarse.
El estadounidense insistió en que explicaría todo una vez estuviesen reunidos los que quedaban en el cuarto y la edeel asintió vehementemente mientras le seguía, mirando de reojo a los desconocidos.
Se mantuvo de pie, cerca de la puerta, escuchando las explicaciones de Mike. Buena parte de lo que contaba era tranquilizador pero aquello se estaba viendo eclipsado por un hecho clave: Hyun había desaparecido. Intercambió miradas de preocupación con los presentes, pero una vez más se aferró a la esperanza de que el resto volverían con el otro coreano, todos sanos y salvos.
—Ina y Eorlir, ¿verdad? —Se dirigió a sus compatriotas recién llegados—. Yo soy Adrune, y Neil es mi aurva —dijo, a pesar de que se había presentado no hacía mucho—. ¿Os habéis separado de vuestro grupo, entonces? Hace poco estuvieron aquí una aprendiz de sacerdotisa llamada Erevelin, una chica humana, un daeliciano, un ser pequeñito con una flor en la cabeza… —empezó a enumerar, omitiendo al ordés—. Pero no mencionaron que hubiesen perdido a más compañeros, aparte de a Erevelin que entró aquí sonámbula. ¿Son ellos a quiénes estáis buscando?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 05:45 pm
Pam sintió un gran alivio al ver a Rox recuperándose, al menos por fin las cosas iban volviendo lentamente a su cause. Al menos hasta que las puertas nuevamente se abrieron y el resto del grupo volvió, todo salvo uno. Con dos caras nuevas sustituyendo al único perdido del grupo.
Para Pam la presencia de Hyun era como el aire, ni lo estimanaba ni la relación que mantenían era tan siquiera cordial, pero estaba, simplemente estaba, hasta ese momento....su ausencia fue tan evidente par ala mona del queso como si el que hubiese desaparecido fuese el colorido Eitne o la inquieta Rena. Hyun no estaba y aquello provoco que la niña frunciera ligeramente el ceño, tensa. << ¿Donde narices se ha metido ese inútil ahora? >> fastidiada, harta de tanto sobresaltos por ese día que parecía volverse eterno cuando apenas parecía haberse despertado horas antes. << Seguro se perdió porque jamas salio del torreón. Que cero mas tonto, por la suerte...ya volverá >> pensó volviendo su atención a los nuevos añadidos al grupo, gente desconocida y que por sus rasgos y descripciones,n entraba dentro de ninguno de los miembros mencionados originalmente por Mike o Hiss.
<<¿Se ha perdido al venir por Erevelin? Porque no puede ser otro grupo...¿ o si? >> pensó Pam confundida, planteándonos seriamente aquella opción. Al fin de cuentas, todos ellos salieron de una inmensa mazmorra llena de puertas y cuartuchos. ¿Cuantos otros habría realmente ahí fuera sobreviviendo como ellos sin que lo supieran? No podría asegurarlo ya a esas alturas.
-Si lleváis un tiempo perdidos, probablemente tendréis hambre o sed - comento Pam que no veía sentido a preguntarles nuevamente de donde habían salido cuando ya Adru lo había hecho por todos y sinceramente ya estaba un tanto agotada por ese día de desconfiar de todo- Podéis llamarme Pam o Pelusa, me vale cualquiera de los dos - indico la mona del queso desde su puesto junto a Rox, dado que al igual que este, aun estaba semi convaleciente hasta que pudiera probar sobre ella el hechizo que Milo le había entregado antes, por lo que sus palabras eran mas bien una indirecta para cualquiera del grupo con pies sanos para bajar y subir escaleras.
Para Pam la presencia de Hyun era como el aire, ni lo estimanaba ni la relación que mantenían era tan siquiera cordial, pero estaba, simplemente estaba, hasta ese momento....su ausencia fue tan evidente par ala mona del queso como si el que hubiese desaparecido fuese el colorido Eitne o la inquieta Rena. Hyun no estaba y aquello provoco que la niña frunciera ligeramente el ceño, tensa. << ¿Donde narices se ha metido ese inútil ahora? >> fastidiada, harta de tanto sobresaltos por ese día que parecía volverse eterno cuando apenas parecía haberse despertado horas antes. << Seguro se perdió porque jamas salio del torreón. Que cero mas tonto, por la suerte...ya volverá >> pensó volviendo su atención a los nuevos añadidos al grupo, gente desconocida y que por sus rasgos y descripciones,n entraba dentro de ninguno de los miembros mencionados originalmente por Mike o Hiss.
<<¿Se ha perdido al venir por Erevelin? Porque no puede ser otro grupo...¿ o si? >> pensó Pam confundida, planteándonos seriamente aquella opción. Al fin de cuentas, todos ellos salieron de una inmensa mazmorra llena de puertas y cuartuchos. ¿Cuantos otros habría realmente ahí fuera sobreviviendo como ellos sin que lo supieran? No podría asegurarlo ya a esas alturas.
-Si lleváis un tiempo perdidos, probablemente tendréis hambre o sed - comento Pam que no veía sentido a preguntarles nuevamente de donde habían salido cuando ya Adru lo había hecho por todos y sinceramente ya estaba un tanto agotada por ese día de desconfiar de todo- Podéis llamarme Pam o Pelusa, me vale cualquiera de los dos - indico la mona del queso desde su puesto junto a Rox, dado que al igual que este, aun estaba semi convaleciente hasta que pudiera probar sobre ella el hechizo que Milo le había entregado antes, por lo que sus palabras eran mas bien una indirecta para cualquiera del grupo con pies sanos para bajar y subir escaleras.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 08:49 pm
Guille se quedo en la habitación, mirando a el resto, mientras sentado balanceando las piernas, cantaba en bajito canciones aleatorias desde la intro de digimon a "antes muerta que sencilla".
Cuando Adru terminó de poner al día a Rox, Guille consideró que le faltaban un millón de cosas super importantes por decir y se puso a hablar, sobre sus sueños, sus conversaciones con Eitne y Nime. Continuo hablando incluso cuando Adru salió del cuarto. Solo fue consciente de que había mas gente, cuando la conversación ya había comenzado.
Cuando se dio cuenta ,se encontró con dos personas nuevas, no pudo evitar sentirse perplejo Rocavarancolia tenia mas vida de la que podía parecer a primera vista.
-Hola,me llamo Guille- dijo sonriendo y levantando la mano en alto- Voy yo a traeros algo de beber.
Y salio disparado a traerles agua y algo para comer, intentado coger torpemente todo lo que se le ocurría que podían querer, volviendo completamente cargado.
Cuando Adru terminó de poner al día a Rox, Guille consideró que le faltaban un millón de cosas super importantes por decir y se puso a hablar, sobre sus sueños, sus conversaciones con Eitne y Nime. Continuo hablando incluso cuando Adru salió del cuarto. Solo fue consciente de que había mas gente, cuando la conversación ya había comenzado.
Cuando se dio cuenta ,se encontró con dos personas nuevas, no pudo evitar sentirse perplejo Rocavarancolia tenia mas vida de la que podía parecer a primera vista.
-Hola,me llamo Guille- dijo sonriendo y levantando la mano en alto- Voy yo a traeros algo de beber.
Y salio disparado a traerles agua y algo para comer, intentado coger torpemente todo lo que se le ocurría que podían querer, volviendo completamente cargado.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
06/10/17, 12:07 am
La ironía en el intercambio de personalidades le hizo soltar una risa corta. En cierta medida, le parecía gracioso como una broma había hecho saltar las alarmas en Adru, justo cuando la situación solía darse alrevés. Asintió varias veces a las palabras de la sinhadre, procurando quitarle importancia y reforzar que no haría nada raro. Por fin podía sentirse positivo por su propia salud, pero no iba a tirar la casa por la ventana; prefería darles las gracias por cuidar de él y curarle que pedirles perdón por haberse roto una pierna cometiendo alguna estupidez.
Cuando la edeel relató la llegada de nuevos al torreón la expresión del australiano bailó entre la sorpresa y la decepción. Se había quedado con las ganas de verles, saber como habían estado sobreviviendo, si los ordeses eran tan tétricos como se los imaginaba o averiguar donde estaba su refugio, además de presenciar el resto de cosas que Adru le contaba. Aunque siendo sinceros, seguramente se habría llevado un susto tremendo de ver subir las escaleras a una desconocida con los ojos cerrados. Por lo pronto estaba la posibilidad de conocerles en un futuro, si todo marchaba bien.
Y entonces pasó a hablar Guille.
«Oh no. Otra vez no.»
Ahora que tenía los brazos disponibles, Rox tuvo que contenerse por no hacer callar al rubio metiéndole el gorro de Totoro en la boca. Por supuesto que la primera parte era importante y le preocupaba: los extraños sueños que todos parecían tener últimamente no era algo como para pasar por alto. El resto sin embargo...
Respiró con profundidad y dejó al pequeño seguir. Acababa de despertar, no podía estar de mal humor ni esforzándose, y su venganza por los monólogos eternos de los renacuajos era, de momento, algo secundario. De todas formas, no tardó en dejar de atender al menor para posar su vista en Mike y los recién llegados. Aunque Guille siguiera hablando, Rox tenía el oído pegado en otro tema: Hyun estaba perdido.
«No jodas que para una vez que sale va y pasa esto.» Apretó los puños entorno a la sábana y se mordió el labio, notando como una desagradable sensación de preocupación se extendía por su estómago.« Y encima salieron por mi.»
Procuró aparcar el malestar, maquillando los nervios al menos durante las primeras impresiones con los nuevos sinhadres. No debía de tratarse más que de un susto.
—Rox, encantado —levantó la mano a modo de saludo, sonriendo levemente—. Siento las pintas, me acabo de despertar.
Cuando la edeel relató la llegada de nuevos al torreón la expresión del australiano bailó entre la sorpresa y la decepción. Se había quedado con las ganas de verles, saber como habían estado sobreviviendo, si los ordeses eran tan tétricos como se los imaginaba o averiguar donde estaba su refugio, además de presenciar el resto de cosas que Adru le contaba. Aunque siendo sinceros, seguramente se habría llevado un susto tremendo de ver subir las escaleras a una desconocida con los ojos cerrados. Por lo pronto estaba la posibilidad de conocerles en un futuro, si todo marchaba bien.
Y entonces pasó a hablar Guille.
«Oh no. Otra vez no.»
Ahora que tenía los brazos disponibles, Rox tuvo que contenerse por no hacer callar al rubio metiéndole el gorro de Totoro en la boca. Por supuesto que la primera parte era importante y le preocupaba: los extraños sueños que todos parecían tener últimamente no era algo como para pasar por alto. El resto sin embargo...
Respiró con profundidad y dejó al pequeño seguir. Acababa de despertar, no podía estar de mal humor ni esforzándose, y su venganza por los monólogos eternos de los renacuajos era, de momento, algo secundario. De todas formas, no tardó en dejar de atender al menor para posar su vista en Mike y los recién llegados. Aunque Guille siguiera hablando, Rox tenía el oído pegado en otro tema: Hyun estaba perdido.
«No jodas que para una vez que sale va y pasa esto.» Apretó los puños entorno a la sábana y se mordió el labio, notando como una desagradable sensación de preocupación se extendía por su estómago.« Y encima salieron por mi.»
Procuró aparcar el malestar, maquillando los nervios al menos durante las primeras impresiones con los nuevos sinhadres. No debía de tratarse más que de un susto.
—Rox, encantado —levantó la mano a modo de saludo, sonriendo levemente—. Siento las pintas, me acabo de despertar.
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