Torreón Letargo (Archivo VI)
+16
Giniroryu
Zarket
Lobo_Negro
Hiss
Rocavarancolia Rol
Kanyum
Seth
Naeryan
Lathspell
Evanna
Kial
Manasard
Yber
Jikan11
Red
Muffie
20 participantes
- Kial
Ficha de cosechado
Nombre: Hyun-Su
Especie: Humano
Habilidades: memoria, habilidad mental (acertijos, adivinanzas),astucia.Personajes : Hyun-su: el medio coreano medio estadounidense, serio, callado, cobarde, enclenque y egoista impulsado por su miedo.
altura: 1,77m
peso: 67 kg (estilizado)
edad: 15 años
Heridas/enfermedades : -Cicatrices en: mano, pecho, hombro y mejilla.
-Cojera por herida a medio curar en gemelo.
Torreón Letargo (Archivo VI)
22/11/15, 09:34 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
La chica a la cual le había dado el martillo utilizó éste para arrancar, de uno de los edificios en ruinas, una puerta un tanto podrida y así utilizarla de escudo <<no era el uso que esperaba que le diera>>. Una vez tuvo la puerta le devolvió el martillo.
Milo inició la carga contra las bestias avanzando seguros y a un paso ligero. Una de las ratas tiró una primera espina causando el sobresalto de Hyung. Si podían disparar nada les paraba de acribillarles a todos ellos. Claramente les superaban las ratas en número. Hyung se asombró, sus compañeros seguían avanzando, no se esperaba semejante envalentonamiento. Los que se habían quedado detrás empezaron a lanzar huesos y piedras que cogían del suelo << ¿¡Pero que hacen!? ¿¡Quieren que nos disparen a nosotros!?>>. Hyung se aparto del grupo alarmado esperando una lluvia de espinas hacia ellos. La mirada hacia él de una de las ratas al apartarse un poco le provoco un sobresalto. Sin embargo poco le importó a la bestia Hyung pues se giró de nuevo hacia los que se dirigían a las cestas. La estrategia de distracción había hecho poco pues todos ellos seguían sin haber recibido un disparó y las ratas se centraban en Milo, Rox y Rena. Finalmente llegaron y empezaron a agarrar las cestas, Rox perdió una debido a una espina que quedó cerca de darle en la mano. Consiguieron cinco y tiraron el resto distrayendo a unas cuantas ratas.
Tocaba huir, Los niños empezaron a correr Hyung aceleró << ¡no puedo quedarme atrás!>>. Hyung fue todo lo rápido que pudo dejando atrás a los demás. Frenó una vez una vez oyó el grito eufórico de Rox; estaban a salvo. La celebración de la victoria de Rox le provoco una risa tímida y bajita a Hyung. Era contagiosa su felicidad y por muy poco que hubiera hecho Hyung él también consideraba eso su victoria. El grupo se tomo un rato para recuperar el aliento y decidirse en que iban a hacer ahora. La atención de varios se dirigió a una especie de torre no muy lejos de allí. Finalmente se decidieron por avanzar hacía ésta para verla mejor.
Llegaron a la torre fácilmente. Menos mal no tuvieron problemas al continuar su camino hacia ésta. Hyung se paró ante ella y echó un vistazo largo. Aquel edificio de gran tamaño debía de tener un total de al menos tres plantas de bastante altura. Se encontraba rodeado de una franja de tierra y cubierto de enredaderas escondiendo lo que parecía la puerta, identificada como tal debido a que ésta daba a un puente levadizo que conectaba el torreón con la calle.
-Eso debe de ser la puerta. Aunque no estoy muy seguro.- dijo en un tono bajo. - Si queréis entrar ir vosotros primeros, pero tener en cuenta que allí podría haber cualquier cosa.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 04:33 pm
El trayecto demostró que o estaban muy perdidos o se habían metido en verdaderos líos al atravesar aquel bosque, porque no volvieron a verlo. Sin embargo, supieron orientarse para volver a la zona del torreón. Allí mismo estaban Milo y Drusar a lo lejos. Al final resultó ser verdad que el irrense se había encontrado solo y había vuelto antes que ellos, o Drusar no estaría con él.
Nime agitó los brazos rápidamente con una gran sonrisa en la cara, y echó a correr hacia los dos chicos, con ganas de hacer muchas preguntas. Milo la interceptó junto a Eitne con un abrazo y le contagio su risa. Hacía que no le veía así. Por un momento Nime estuvo segura de que todo había acabado saliendo bien y que todos estaban a salvo, pero no duró demasiado.
Las respuestas que dio a Zob confirmaron que Hyun seguía perdido en algún lugar de la ciudad. Pero Milo también dijo algo que la sorprendió muchísimo. «¿Ha encontrado una cura para Rox…? ¿Cómo lo ha hecho?». A pesar del desconcierto sintió un alivio enorme. Las cosas habían salido tan mal como bien, pero si encontraban a Hyun no tenía por qué ser así. Debían buscarle. La libense se sentía en parte responsable de que el grupo se hubiese dividido en el bosque.
—¿Volvemos? A buscar a Hyun, digo… seguro que le pasó como a ti, Milo —dijo cuando el sinhadre acabó de explicarse.
Nime fue consciente de lo mucho que le preocupaba perder a Hyun a pesar de lo mucho que también lo aborrecía. Que le cayera mal no significaba que desease algo así. «Tienes que aparecer, idiota…» pensaba. Milo había vuelto, después de todo, seguro que Hyun le sestaba esperando en algún lado.
El grupo se dividió. Los sinhadres fueron al torreón con Mike, que se encargaría de presentarlos, mientras que Zob, Milo, Eitne, Drusar y ella volvieron a alejarse del refugio para repasar el camino que habían seguido al salir del torreón horas antes.
Nime agitó los brazos rápidamente con una gran sonrisa en la cara, y echó a correr hacia los dos chicos, con ganas de hacer muchas preguntas. Milo la interceptó junto a Eitne con un abrazo y le contagio su risa. Hacía que no le veía así. Por un momento Nime estuvo segura de que todo había acabado saliendo bien y que todos estaban a salvo, pero no duró demasiado.
Las respuestas que dio a Zob confirmaron que Hyun seguía perdido en algún lugar de la ciudad. Pero Milo también dijo algo que la sorprendió muchísimo. «¿Ha encontrado una cura para Rox…? ¿Cómo lo ha hecho?». A pesar del desconcierto sintió un alivio enorme. Las cosas habían salido tan mal como bien, pero si encontraban a Hyun no tenía por qué ser así. Debían buscarle. La libense se sentía en parte responsable de que el grupo se hubiese dividido en el bosque.
—¿Volvemos? A buscar a Hyun, digo… seguro que le pasó como a ti, Milo —dijo cuando el sinhadre acabó de explicarse.
Nime fue consciente de lo mucho que le preocupaba perder a Hyun a pesar de lo mucho que también lo aborrecía. Que le cayera mal no significaba que desease algo así. «Tienes que aparecer, idiota…» pensaba. Milo había vuelto, después de todo, seguro que Hyun le sestaba esperando en algún lado.
El grupo se dividió. Los sinhadres fueron al torreón con Mike, que se encargaría de presentarlos, mientras que Zob, Milo, Eitne, Drusar y ella volvieron a alejarse del refugio para repasar el camino que habían seguido al salir del torreón horas antes.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 05:09 pm
Ver a Rox recuperándose tan deprisa iluminaba el rostro de Adru que, prácticamente siempre desde el incidente, mostraba una expresión alicaída e impropia de ella.
—No… Mejor no lo hagas o te dolerá la herida —advirtió al coreano cuando este anunció sus ganas de levantarse de la cama.
La edeel entendía perfectamente aquel sentimiento, pero también sabía lo doloroso que era ser impaciente.
>>Milo dijo que había que esperar unas horas
—añadió tras escuchar el siguiente comentario de Rox—. Igual no tiene efecto si no se siguen las instrucciones…
Ante todo, Adrune temía volver a cometer los mismos errores que había estado cometiendo constantemente: no hacer caso a los mayores y ser demasiado imprudente. La sinhadre no era capaz de ver más allá, pero sin duda para un observador externo resultaría irónico cómo se invertían los papeles en aquella conversación.
Se mantuvo sentada en la cama, dándole espacio a Rox pero también conversación, poniéndole al corriente de lo que había pasado hasta ese momento. Le explicó que habían salido en busca de algo que pudiese ayudarle y cómo volvió Milo con el remedio pero separado de los demás. Volvió atrás para explicarle la extraña intrusión de Erevelin sonámbula y cómo la habían subido a la cama para después recibir la visita del otro grupo.
—Había uno de esos ordeses que tratan a Pelusa y los suyos como mascotas —explicaba poniendo mala cara—, pero el resto eran simpáticos… Un ser pequeñito con cuatro brazos llamado Lulú le enseñó algún hechizo nuevo a Neil, y prometimos volver a vernos para intercambiar más magia…
No pasó demasiado tiempo desde que Milo y Drusar se habían ido, y todavía seguía respondiendo a las dudas que pudieran surgirle a Rox acerca de aquel disparatado relato cuando escuchó que alguien regresaba al torreón. Expectante y nerviosa, no pudo permanecer los escasos minutos que tardaron en oírse los pasos de alguien en las escaleras sin levantarse de la cama y se apresuró hacia la puerta. Vio a Mike enseguida y se acercó a él a toda prisa con la intención de preguntar por el resto… No fuera a ser que hubiese vuelto solo como había sucedido con el irrense. Pero enseguida vio que no era así, aunque no se trataba exactamente de lo que esperaba. ¿Más sinhadres?
—Mike, ¿quiénes son, dónde está el resto…? ¡Hola! Yo me llamo Adrune —saludó con la mano sana a pesar de que aún no le había dado tiempo al humano a explicarse.
El estadounidense insistió en que explicaría todo una vez estuviesen reunidos los que quedaban en el cuarto y la edeel asintió vehementemente mientras le seguía, mirando de reojo a los desconocidos.
Se mantuvo de pie, cerca de la puerta, escuchando las explicaciones de Mike. Buena parte de lo que contaba era tranquilizador pero aquello se estaba viendo eclipsado por un hecho clave: Hyun había desaparecido. Intercambió miradas de preocupación con los presentes, pero una vez más se aferró a la esperanza de que el resto volverían con el otro coreano, todos sanos y salvos.
—Ina y Eorlir, ¿verdad? —Se dirigió a sus compatriotas recién llegados—. Yo soy Adrune, y Neil es mi aurva —dijo, a pesar de que se había presentado no hacía mucho—. ¿Os habéis separado de vuestro grupo, entonces? Hace poco estuvieron aquí una aprendiz de sacerdotisa llamada Erevelin, una chica humana, un daeliciano, un ser pequeñito con una flor en la cabeza… —empezó a enumerar, omitiendo al ordés—. Pero no mencionaron que hubiesen perdido a más compañeros, aparte de a Erevelin que entró aquí sonámbula. ¿Son ellos a quiénes estáis buscando?
—No… Mejor no lo hagas o te dolerá la herida —advirtió al coreano cuando este anunció sus ganas de levantarse de la cama.
La edeel entendía perfectamente aquel sentimiento, pero también sabía lo doloroso que era ser impaciente.
>>Milo dijo que había que esperar unas horas
—añadió tras escuchar el siguiente comentario de Rox—. Igual no tiene efecto si no se siguen las instrucciones…
Ante todo, Adrune temía volver a cometer los mismos errores que había estado cometiendo constantemente: no hacer caso a los mayores y ser demasiado imprudente. La sinhadre no era capaz de ver más allá, pero sin duda para un observador externo resultaría irónico cómo se invertían los papeles en aquella conversación.
Se mantuvo sentada en la cama, dándole espacio a Rox pero también conversación, poniéndole al corriente de lo que había pasado hasta ese momento. Le explicó que habían salido en busca de algo que pudiese ayudarle y cómo volvió Milo con el remedio pero separado de los demás. Volvió atrás para explicarle la extraña intrusión de Erevelin sonámbula y cómo la habían subido a la cama para después recibir la visita del otro grupo.
—Había uno de esos ordeses que tratan a Pelusa y los suyos como mascotas —explicaba poniendo mala cara—, pero el resto eran simpáticos… Un ser pequeñito con cuatro brazos llamado Lulú le enseñó algún hechizo nuevo a Neil, y prometimos volver a vernos para intercambiar más magia…
No pasó demasiado tiempo desde que Milo y Drusar se habían ido, y todavía seguía respondiendo a las dudas que pudieran surgirle a Rox acerca de aquel disparatado relato cuando escuchó que alguien regresaba al torreón. Expectante y nerviosa, no pudo permanecer los escasos minutos que tardaron en oírse los pasos de alguien en las escaleras sin levantarse de la cama y se apresuró hacia la puerta. Vio a Mike enseguida y se acercó a él a toda prisa con la intención de preguntar por el resto… No fuera a ser que hubiese vuelto solo como había sucedido con el irrense. Pero enseguida vio que no era así, aunque no se trataba exactamente de lo que esperaba. ¿Más sinhadres?
—Mike, ¿quiénes son, dónde está el resto…? ¡Hola! Yo me llamo Adrune —saludó con la mano sana a pesar de que aún no le había dado tiempo al humano a explicarse.
El estadounidense insistió en que explicaría todo una vez estuviesen reunidos los que quedaban en el cuarto y la edeel asintió vehementemente mientras le seguía, mirando de reojo a los desconocidos.
Se mantuvo de pie, cerca de la puerta, escuchando las explicaciones de Mike. Buena parte de lo que contaba era tranquilizador pero aquello se estaba viendo eclipsado por un hecho clave: Hyun había desaparecido. Intercambió miradas de preocupación con los presentes, pero una vez más se aferró a la esperanza de que el resto volverían con el otro coreano, todos sanos y salvos.
—Ina y Eorlir, ¿verdad? —Se dirigió a sus compatriotas recién llegados—. Yo soy Adrune, y Neil es mi aurva —dijo, a pesar de que se había presentado no hacía mucho—. ¿Os habéis separado de vuestro grupo, entonces? Hace poco estuvieron aquí una aprendiz de sacerdotisa llamada Erevelin, una chica humana, un daeliciano, un ser pequeñito con una flor en la cabeza… —empezó a enumerar, omitiendo al ordés—. Pero no mencionaron que hubiesen perdido a más compañeros, aparte de a Erevelin que entró aquí sonámbula. ¿Son ellos a quiénes estáis buscando?
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 05:45 pm
Pam sintió un gran alivio al ver a Rox recuperándose, al menos por fin las cosas iban volviendo lentamente a su cause. Al menos hasta que las puertas nuevamente se abrieron y el resto del grupo volvió, todo salvo uno. Con dos caras nuevas sustituyendo al único perdido del grupo.
Para Pam la presencia de Hyun era como el aire, ni lo estimanaba ni la relación que mantenían era tan siquiera cordial, pero estaba, simplemente estaba, hasta ese momento....su ausencia fue tan evidente par ala mona del queso como si el que hubiese desaparecido fuese el colorido Eitne o la inquieta Rena. Hyun no estaba y aquello provoco que la niña frunciera ligeramente el ceño, tensa. << ¿Donde narices se ha metido ese inútil ahora? >> fastidiada, harta de tanto sobresaltos por ese día que parecía volverse eterno cuando apenas parecía haberse despertado horas antes. << Seguro se perdió porque jamas salio del torreón. Que cero mas tonto, por la suerte...ya volverá >> pensó volviendo su atención a los nuevos añadidos al grupo, gente desconocida y que por sus rasgos y descripciones,n entraba dentro de ninguno de los miembros mencionados originalmente por Mike o Hiss.
<<¿Se ha perdido al venir por Erevelin? Porque no puede ser otro grupo...¿ o si? >> pensó Pam confundida, planteándonos seriamente aquella opción. Al fin de cuentas, todos ellos salieron de una inmensa mazmorra llena de puertas y cuartuchos. ¿Cuantos otros habría realmente ahí fuera sobreviviendo como ellos sin que lo supieran? No podría asegurarlo ya a esas alturas.
-Si lleváis un tiempo perdidos, probablemente tendréis hambre o sed - comento Pam que no veía sentido a preguntarles nuevamente de donde habían salido cuando ya Adru lo había hecho por todos y sinceramente ya estaba un tanto agotada por ese día de desconfiar de todo- Podéis llamarme Pam o Pelusa, me vale cualquiera de los dos - indico la mona del queso desde su puesto junto a Rox, dado que al igual que este, aun estaba semi convaleciente hasta que pudiera probar sobre ella el hechizo que Milo le había entregado antes, por lo que sus palabras eran mas bien una indirecta para cualquiera del grupo con pies sanos para bajar y subir escaleras.
Para Pam la presencia de Hyun era como el aire, ni lo estimanaba ni la relación que mantenían era tan siquiera cordial, pero estaba, simplemente estaba, hasta ese momento....su ausencia fue tan evidente par ala mona del queso como si el que hubiese desaparecido fuese el colorido Eitne o la inquieta Rena. Hyun no estaba y aquello provoco que la niña frunciera ligeramente el ceño, tensa. << ¿Donde narices se ha metido ese inútil ahora? >> fastidiada, harta de tanto sobresaltos por ese día que parecía volverse eterno cuando apenas parecía haberse despertado horas antes. << Seguro se perdió porque jamas salio del torreón. Que cero mas tonto, por la suerte...ya volverá >> pensó volviendo su atención a los nuevos añadidos al grupo, gente desconocida y que por sus rasgos y descripciones,n entraba dentro de ninguno de los miembros mencionados originalmente por Mike o Hiss.
<<¿Se ha perdido al venir por Erevelin? Porque no puede ser otro grupo...¿ o si? >> pensó Pam confundida, planteándonos seriamente aquella opción. Al fin de cuentas, todos ellos salieron de una inmensa mazmorra llena de puertas y cuartuchos. ¿Cuantos otros habría realmente ahí fuera sobreviviendo como ellos sin que lo supieran? No podría asegurarlo ya a esas alturas.
-Si lleváis un tiempo perdidos, probablemente tendréis hambre o sed - comento Pam que no veía sentido a preguntarles nuevamente de donde habían salido cuando ya Adru lo había hecho por todos y sinceramente ya estaba un tanto agotada por ese día de desconfiar de todo- Podéis llamarme Pam o Pelusa, me vale cualquiera de los dos - indico la mona del queso desde su puesto junto a Rox, dado que al igual que este, aun estaba semi convaleciente hasta que pudiera probar sobre ella el hechizo que Milo le había entregado antes, por lo que sus palabras eran mas bien una indirecta para cualquiera del grupo con pies sanos para bajar y subir escaleras.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mental
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
04/10/17, 08:49 pm
Guille se quedo en la habitación, mirando a el resto, mientras sentado balanceando las piernas, cantaba en bajito canciones aleatorias desde la intro de digimon a "antes muerta que sencilla".
Cuando Adru terminó de poner al día a Rox, Guille consideró que le faltaban un millón de cosas super importantes por decir y se puso a hablar, sobre sus sueños, sus conversaciones con Eitne y Nime. Continuo hablando incluso cuando Adru salió del cuarto. Solo fue consciente de que había mas gente, cuando la conversación ya había comenzado.
Cuando se dio cuenta ,se encontró con dos personas nuevas, no pudo evitar sentirse perplejo Rocavarancolia tenia mas vida de la que podía parecer a primera vista.
-Hola,me llamo Guille- dijo sonriendo y levantando la mano en alto- Voy yo a traeros algo de beber.
Y salio disparado a traerles agua y algo para comer, intentado coger torpemente todo lo que se le ocurría que podían querer, volviendo completamente cargado.
Cuando Adru terminó de poner al día a Rox, Guille consideró que le faltaban un millón de cosas super importantes por decir y se puso a hablar, sobre sus sueños, sus conversaciones con Eitne y Nime. Continuo hablando incluso cuando Adru salió del cuarto. Solo fue consciente de que había mas gente, cuando la conversación ya había comenzado.
Cuando se dio cuenta ,se encontró con dos personas nuevas, no pudo evitar sentirse perplejo Rocavarancolia tenia mas vida de la que podía parecer a primera vista.
-Hola,me llamo Guille- dijo sonriendo y levantando la mano en alto- Voy yo a traeros algo de beber.
Y salio disparado a traerles agua y algo para comer, intentado coger torpemente todo lo que se le ocurría que podían querer, volviendo completamente cargado.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
06/10/17, 12:07 am
La ironía en el intercambio de personalidades le hizo soltar una risa corta. En cierta medida, le parecía gracioso como una broma había hecho saltar las alarmas en Adru, justo cuando la situación solía darse alrevés. Asintió varias veces a las palabras de la sinhadre, procurando quitarle importancia y reforzar que no haría nada raro. Por fin podía sentirse positivo por su propia salud, pero no iba a tirar la casa por la ventana; prefería darles las gracias por cuidar de él y curarle que pedirles perdón por haberse roto una pierna cometiendo alguna estupidez.
Cuando la edeel relató la llegada de nuevos al torreón la expresión del australiano bailó entre la sorpresa y la decepción. Se había quedado con las ganas de verles, saber como habían estado sobreviviendo, si los ordeses eran tan tétricos como se los imaginaba o averiguar donde estaba su refugio, además de presenciar el resto de cosas que Adru le contaba. Aunque siendo sinceros, seguramente se habría llevado un susto tremendo de ver subir las escaleras a una desconocida con los ojos cerrados. Por lo pronto estaba la posibilidad de conocerles en un futuro, si todo marchaba bien.
Y entonces pasó a hablar Guille.
«Oh no. Otra vez no.»
Ahora que tenía los brazos disponibles, Rox tuvo que contenerse por no hacer callar al rubio metiéndole el gorro de Totoro en la boca. Por supuesto que la primera parte era importante y le preocupaba: los extraños sueños que todos parecían tener últimamente no era algo como para pasar por alto. El resto sin embargo...
Respiró con profundidad y dejó al pequeño seguir. Acababa de despertar, no podía estar de mal humor ni esforzándose, y su venganza por los monólogos eternos de los renacuajos era, de momento, algo secundario. De todas formas, no tardó en dejar de atender al menor para posar su vista en Mike y los recién llegados. Aunque Guille siguiera hablando, Rox tenía el oído pegado en otro tema: Hyun estaba perdido.
«No jodas que para una vez que sale va y pasa esto.» Apretó los puños entorno a la sábana y se mordió el labio, notando como una desagradable sensación de preocupación se extendía por su estómago.« Y encima salieron por mi.»
Procuró aparcar el malestar, maquillando los nervios al menos durante las primeras impresiones con los nuevos sinhadres. No debía de tratarse más que de un susto.
—Rox, encantado —levantó la mano a modo de saludo, sonriendo levemente—. Siento las pintas, me acabo de despertar.
Cuando la edeel relató la llegada de nuevos al torreón la expresión del australiano bailó entre la sorpresa y la decepción. Se había quedado con las ganas de verles, saber como habían estado sobreviviendo, si los ordeses eran tan tétricos como se los imaginaba o averiguar donde estaba su refugio, además de presenciar el resto de cosas que Adru le contaba. Aunque siendo sinceros, seguramente se habría llevado un susto tremendo de ver subir las escaleras a una desconocida con los ojos cerrados. Por lo pronto estaba la posibilidad de conocerles en un futuro, si todo marchaba bien.
Y entonces pasó a hablar Guille.
«Oh no. Otra vez no.»
Ahora que tenía los brazos disponibles, Rox tuvo que contenerse por no hacer callar al rubio metiéndole el gorro de Totoro en la boca. Por supuesto que la primera parte era importante y le preocupaba: los extraños sueños que todos parecían tener últimamente no era algo como para pasar por alto. El resto sin embargo...
Respiró con profundidad y dejó al pequeño seguir. Acababa de despertar, no podía estar de mal humor ni esforzándose, y su venganza por los monólogos eternos de los renacuajos era, de momento, algo secundario. De todas formas, no tardó en dejar de atender al menor para posar su vista en Mike y los recién llegados. Aunque Guille siguiera hablando, Rox tenía el oído pegado en otro tema: Hyun estaba perdido.
«No jodas que para una vez que sale va y pasa esto.» Apretó los puños entorno a la sábana y se mordió el labio, notando como una desagradable sensación de preocupación se extendía por su estómago.« Y encima salieron por mi.»
Procuró aparcar el malestar, maquillando los nervios al menos durante las primeras impresiones con los nuevos sinhadres. No debía de tratarse más que de un susto.
—Rox, encantado —levantó la mano a modo de saludo, sonriendo levemente—. Siento las pintas, me acabo de despertar.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
13/10/17, 08:18 pm
Innadriel
La niña seguía al grupo de la mano de Eorlir, sonriendo tímidamente. No había sido su plan irse con desconocidos así como así, pero cualquier cosa era mejor que dar vueltas por la ciudad siguiendo las crípticas indicaciones del perro que desaparecía, y hasta esa opción era mejor que dar vueltas sin sentido en una ciudad en la que había monstruos o te podían matar por entrar donde no debías, como le había pasado a Nad.
Se alegró por los niños cuando encontraron al otro grupo, aunque sentía lástima (y tal vez algo de miedo) por el chico que estaba perdido. Esperaba que lo encontraran pronto. «No es agradable estar solo en esta ciudad…». Cuando el humano les llevó hasta el torreón y comenzaron las presentaciones Ina comenzó a ponerse más nerviosa. Trataba de recordar todos los nombres sin equivocarse, y dejaba que su Edeel respondiera a las preguntas por ella.
Había sido un día largo y estaba cansada, y lo que menos quería era tener que aprenderse un montón de nombres nuevos de golpe. Agradeció con algo de timidez que el niño humano (¿Guille, era?) les trajera algo para beber y comer. La verdad es que todos ellos parecían bastante amables, pero la niña estaba demasiado cansada como para prestar atención a todos
La niña seguía al grupo de la mano de Eorlir, sonriendo tímidamente. No había sido su plan irse con desconocidos así como así, pero cualquier cosa era mejor que dar vueltas por la ciudad siguiendo las crípticas indicaciones del perro que desaparecía, y hasta esa opción era mejor que dar vueltas sin sentido en una ciudad en la que había monstruos o te podían matar por entrar donde no debías, como le había pasado a Nad.
Se alegró por los niños cuando encontraron al otro grupo, aunque sentía lástima (y tal vez algo de miedo) por el chico que estaba perdido. Esperaba que lo encontraran pronto. «No es agradable estar solo en esta ciudad…». Cuando el humano les llevó hasta el torreón y comenzaron las presentaciones Ina comenzó a ponerse más nerviosa. Trataba de recordar todos los nombres sin equivocarse, y dejaba que su Edeel respondiera a las preguntas por ella.
Había sido un día largo y estaba cansada, y lo que menos quería era tener que aprenderse un montón de nombres nuevos de golpe. Agradeció con algo de timidez que el niño humano (¿Guille, era?) les trajera algo para beber y comer. La verdad es que todos ellos parecían bastante amables, pero la niña estaba demasiado cansada como para prestar atención a todos
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- alpeca
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
14/10/17, 09:54 pm
Eorlir se despidió de los que se iban a buscar de nuevo a su compañero perdido y siguió al otro chico, llamado Mike, que les guió al torreón. Su nuevo refugio. El sinhadre suspiró, enormemente aliviado, una vez puso un pie dentro. La pesadilla había terminado por fin.
Una vez en el torreón, la primera persona a la que Eorlir vió fue la que le dio más tranquilidad de todas: Adrune, una sinhadre más en esa locura de ciudad. Sonrió ampliamente al conocerla. Asintió ante la mención de su aurva. Otra pareja sinhadre. En otro momento les bombardearía a preguntas sobre sus vidas antes de Rocavarancolia, pero estaba cansado de correr y mirar con miedo cada callejón, puerta y ventana.
Saludó a su vez a Rox y Guille, preguntándose si alguno de los dos sería como Lorenzo y arrancaría a hablar de aquella manera tan peculiar o harían como Monica y se pondrían a acaparar jabón. De momento parecían más calmados
Ante la pregunta de Adrune no pudo hacer más que mirarla, algo desconcertado.
-Eh... Siento decirlo, pero no conocemos a ninguna de esas personas... No són los que estamos buscando. En nuestro grupo eran dos humanos, dos hermanos nublinos... -empezó a enumerarlos, con esperanzas vanas-. Supongo que no sabréis nada de ellos...
Suspiró, pasándose una mano por la cara. Se aferraba a la esperanza de que si ellos dos habían sobrevivido, los demás también lo habían hecho, pero no podía quitarse la sensación de que habían perdido a alguien frente al monstruo. Rezaba para que no fuera así. Sonrió cansadamente al volverse a Pam.
-No hemos estado tanto tiempo perdidos... Lo que sí estamos cansados mentalmente. Perserse en esta ciudad y estar atentos a cualquier mínimo movimiento es horroroso. Con algo de descanso pasará...
Una vez en el torreón, la primera persona a la que Eorlir vió fue la que le dio más tranquilidad de todas: Adrune, una sinhadre más en esa locura de ciudad. Sonrió ampliamente al conocerla. Asintió ante la mención de su aurva. Otra pareja sinhadre. En otro momento les bombardearía a preguntas sobre sus vidas antes de Rocavarancolia, pero estaba cansado de correr y mirar con miedo cada callejón, puerta y ventana.
Saludó a su vez a Rox y Guille, preguntándose si alguno de los dos sería como Lorenzo y arrancaría a hablar de aquella manera tan peculiar o harían como Monica y se pondrían a acaparar jabón. De momento parecían más calmados
Ante la pregunta de Adrune no pudo hacer más que mirarla, algo desconcertado.
-Eh... Siento decirlo, pero no conocemos a ninguna de esas personas... No són los que estamos buscando. En nuestro grupo eran dos humanos, dos hermanos nublinos... -empezó a enumerarlos, con esperanzas vanas-. Supongo que no sabréis nada de ellos...
Suspiró, pasándose una mano por la cara. Se aferraba a la esperanza de que si ellos dos habían sobrevivido, los demás también lo habían hecho, pero no podía quitarse la sensación de que habían perdido a alguien frente al monstruo. Rezaba para que no fuera así. Sonrió cansadamente al volverse a Pam.
-No hemos estado tanto tiempo perdidos... Lo que sí estamos cansados mentalmente. Perserse en esta ciudad y estar atentos a cualquier mínimo movimiento es horroroso. Con algo de descanso pasará...
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
15/10/17, 01:16 pm
El resto de sus amigos también se presentó a la pareja sinhadre que acompañaba a Mike, y a Adru no se le escapó que Ina no había hablado. ¿Estaría asustada por haberse separado de sus compañeros? En cierto modo asoció dicho comportamiento con el de su propio aurva, quien sabía que también tendría mucho miedo de estar en el lugar de la otra pareja sinhadre y decidió que trataría de hablar con ella cuando ya no estuviesen todos tan preocupados por la desaparición de Hyun. Porque sabía que iban a volver con él, igual que habían vuelto con la cura para Rox.
La respuesta de Eorlir no le sorprendió del todo, porque Lulu, Aldhias y Ellie no habían mencionado que estuviesen buscando a nadie más, pero… ¿Otro grupo más? <<Un momento…>> un recuerdo acudió a su mente cuando se dio cuenta de algo que había dicho el edeel.
—¡Nublinos! Seguro que son de los que hablaba Zob —se giró hacia Pelusa y Rox y asintió. Volvió a centrar su atención en Eorlir—. Zob también es nublino… Bueno, claro, ya lo conoceréis porque Mike ha dicho que estaba con él.
Se había llevado las manos a la cara y se daba golpecitos, pensativa, al darse cuenta a media frase de que estaba dando información innecesaria.
>>Aquí podéis descansar todo lo que queráis. Saldremos a buscar a vuestro grupo pronto, ya lo veréis —siguió hablando con el otro edeel.
Como dijeron que se encontraban cansados, Adrune no quiso atosigarlos a preguntas y ella misma volvió a sentarse en su cama mientras supervisaba los avances de Neil con aquel nuevo hechizo. El tiempo pasaba y el otro grupo no volvía… Hyun debía de haberse equivocado demasiadas veces de esquina.
La respuesta de Eorlir no le sorprendió del todo, porque Lulu, Aldhias y Ellie no habían mencionado que estuviesen buscando a nadie más, pero… ¿Otro grupo más? <<Un momento…>> un recuerdo acudió a su mente cuando se dio cuenta de algo que había dicho el edeel.
—¡Nublinos! Seguro que son de los que hablaba Zob —se giró hacia Pelusa y Rox y asintió. Volvió a centrar su atención en Eorlir—. Zob también es nublino… Bueno, claro, ya lo conoceréis porque Mike ha dicho que estaba con él.
Se había llevado las manos a la cara y se daba golpecitos, pensativa, al darse cuenta a media frase de que estaba dando información innecesaria.
>>Aquí podéis descansar todo lo que queráis. Saldremos a buscar a vuestro grupo pronto, ya lo veréis —siguió hablando con el otro edeel.
Como dijeron que se encontraban cansados, Adrune no quiso atosigarlos a preguntas y ella misma volvió a sentarse en su cama mientras supervisaba los avances de Neil con aquel nuevo hechizo. El tiempo pasaba y el otro grupo no volvía… Hyun debía de haberse equivocado demasiadas veces de esquina.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
16/10/17, 08:57 pm
Guille vivió los días siguientes con naturalidad, le comentó a los niños que no se preocuparan que Hyun estaría bien, ya que se lo había dicho la chica sonámbula. Así que sus planes planes se redujeron a preparar los regalos para Navidad y tras esta todo cambio.
Los días siguientes se volvieron grises. Dudas, miedos, remordimientos y por otro lado una mal entendida madurez se mezclaron, haciendo que Guille dudará, al hablar no mirara a los ojos, pero también hacía lo que le mandaba sin rechistar.
Los sucesos extraños continuaron, las puertas siguieron sonando, Guille no le busco explicación, para el era una alarma para recordar que nunca más volvería a ver a su hermano, le recordaban al huésped cuando le dio su cuerpo, cuando él fue le huésped, y su culpa.
La segunda vez que sonó fue en el baño Guille pensó que era alguien que quería utilizarlo, así que terminó y salió, pero no sé encontro a nadie. A sí comenzaron a sonar intermitentemente, cada vez con menos sorpresa para Guille, no seguía ninguna rutina, podía sonar por la noche o por el día, había días que no sonaba y derrepente hacia semanas que sonaba todos los días. Y nunca había nada ni nadie detrás de la puerta.
Uno de los días fue demasiado para Guillermo las puertas sonaron durante todo el día demasiado, con demasiada insistencia, Guille se quedó en la cama tapado con las sábanas deseando que terminara.
Las interacciones con Guille fueron incómodas, contestó las preguntas con una sonrisa falsa y continuaba como si nada. Siguió pasando el tiempo con Eitne y Nime aunque ya no buscara aventuras y parecía que está pensando en otras cosas y dejaba de jugar rápidamente a los juegos. Agradeció las muestras de apoyo a los que se le acercaban a hablar con él, y acabaría diciendo que no era nada importante o que no le pasaba nada.
Paso los días observando a las personas del Torreón, a Adru y Rena entrenar, a los nuevos moverse por el torreón, a Neil concinar, a Pam escribiendo... Intentando empaparse de la cotidianidad de las acciones de todos para sentirse más cómodo. Exceptuando a Milo, si no miraba a los ojos al resto aún menos a Milo, si a la gente le respondía con Milo huía o se quedaba callado, aunque cuando no le veía se quedaba escondido para poder oír como tocaba la flauta que le había regalado.
Los días fueron repetitivos, se quedó en el torreón el mismo se dio cuenta que era mejor que él no saliera, ya que todos se habían recuperado de sus heridas todos gracias a Neil y Pam. Ya no hacía falta que Guille saliera, había gente más apta que podía salir.
Aunque una idea se hizo cada vez más tangible en la cabeza de Guille, durante estos dos meses.
"Ya no quiero ser débil, no voy a volver a ser inútil, los ayudaré, voy a protegerlos, no quiero volver a sentirme inútil" se repetía todas las noches, Guille quería aprender Guille quería ser más fuerte y no solo físicamente hablando. Empezaría a estudiar la idea de entrenar. Entraba en la armería a ver si algún arma le parecía útil aunque no encontró ninguna, ya ningún arma que estuviera destinada a matar le convencería así que el escudo es lo único que le convenció. También quiso comenzar a aprender y buscaba cosas que leer para saber más siempre le habían dicho que el saber es poder, he intentaba leer todo lo que encontraba aunque la mayor parte de las veces no entendiera nada.
Los días siguientes se volvieron grises. Dudas, miedos, remordimientos y por otro lado una mal entendida madurez se mezclaron, haciendo que Guille dudará, al hablar no mirara a los ojos, pero también hacía lo que le mandaba sin rechistar.
Los sucesos extraños continuaron, las puertas siguieron sonando, Guille no le busco explicación, para el era una alarma para recordar que nunca más volvería a ver a su hermano, le recordaban al huésped cuando le dio su cuerpo, cuando él fue le huésped, y su culpa.
La segunda vez que sonó fue en el baño Guille pensó que era alguien que quería utilizarlo, así que terminó y salió, pero no sé encontro a nadie. A sí comenzaron a sonar intermitentemente, cada vez con menos sorpresa para Guille, no seguía ninguna rutina, podía sonar por la noche o por el día, había días que no sonaba y derrepente hacia semanas que sonaba todos los días. Y nunca había nada ni nadie detrás de la puerta.
Uno de los días fue demasiado para Guillermo las puertas sonaron durante todo el día demasiado, con demasiada insistencia, Guille se quedó en la cama tapado con las sábanas deseando que terminara.
Las interacciones con Guille fueron incómodas, contestó las preguntas con una sonrisa falsa y continuaba como si nada. Siguió pasando el tiempo con Eitne y Nime aunque ya no buscara aventuras y parecía que está pensando en otras cosas y dejaba de jugar rápidamente a los juegos. Agradeció las muestras de apoyo a los que se le acercaban a hablar con él, y acabaría diciendo que no era nada importante o que no le pasaba nada.
Paso los días observando a las personas del Torreón, a Adru y Rena entrenar, a los nuevos moverse por el torreón, a Neil concinar, a Pam escribiendo... Intentando empaparse de la cotidianidad de las acciones de todos para sentirse más cómodo. Exceptuando a Milo, si no miraba a los ojos al resto aún menos a Milo, si a la gente le respondía con Milo huía o se quedaba callado, aunque cuando no le veía se quedaba escondido para poder oír como tocaba la flauta que le había regalado.
Los días fueron repetitivos, se quedó en el torreón el mismo se dio cuenta que era mejor que él no saliera, ya que todos se habían recuperado de sus heridas todos gracias a Neil y Pam. Ya no hacía falta que Guille saliera, había gente más apta que podía salir.
Aunque una idea se hizo cada vez más tangible en la cabeza de Guille, durante estos dos meses.
"Ya no quiero ser débil, no voy a volver a ser inútil, los ayudaré, voy a protegerlos, no quiero volver a sentirme inútil" se repetía todas las noches, Guille quería aprender Guille quería ser más fuerte y no solo físicamente hablando. Empezaría a estudiar la idea de entrenar. Entraba en la armería a ver si algún arma le parecía útil aunque no encontró ninguna, ya ningún arma que estuviera destinada a matar le convencería así que el escudo es lo único que le convenció. También quiso comenzar a aprender y buscaba cosas que leer para saber más siempre le habían dicho que el saber es poder, he intentaba leer todo lo que encontraba aunque la mayor parte de las veces no entendiera nada.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/10/17, 01:06 am
Eitne empezaba a ver que daba igual cuánto se esforzaran por endulzar su estancia en la ciudad. Encontraban magia y salían heridos; conocían gente rocavarancolesa y mataba a compañeros; les ayudaba un espíritu y atacaba a sus amigos; salvaban a Rox, encontraban a Inna y Eorlir, descubrían otros grupos… Y en fin. Hyun no apareció jamás. El daeliciano se sentía culpable y no podía evitar pensar en todo lo que no le llegó a decir. Lo único que lo calmaba era creer a Guille y, por lo tanto, a Erevelin.
A pesar de todo, el niño hizo acopio de fuerzas y se llenó de determinación. Eitne salió a cada búsqueda y a cada recogida de comida, entrenó a diario los hechizos que sabían e incluso intentó algún día mover una lanza. También puso todo de su parte para que los nuevos sinhadres se sintieran cómodos en casa: se ofreció a ayudarles en todo lo que necesitaran, charlaba con ellos y les preguntaba cosas sobre sus primeros meses en la ciudad, trataba de incluirlos en las conversaciones a la mesa…
Sin embargo, la falta de sueño no quiso que nada le saliera del todo bien. Las pocas horas de sueño resultaban en deudas de descanso que se acumulaban día sí y día también. Eitne se cansaba más haciendo menos magia, su humor decaía y hubo un punto de no retorno en cuanto a su participación en las salidas. El daeliciano se tropezó consigo mismo y se golpeó en el brazo con el borde de uno de sus escudos; más que el golpe, le dolió darle la razón a Milo: no podía salir estando así.
Su área de trabajo era el interior del torreón: podía ayudar en la cocina, o lavar, o hablar con la gente. Y por suerte eran cosas que le gustaban y que agilizaban el pasar del tiempo, pero no dejaba de recordarse que no estaba fuera, que no ayudaba de verdad.
Lo único que le animaba eran las tardes bailando, los juegos con Nime y Guille (y a veces con los adultos) y los días que le acercaban más a sus compañeros. Eitne vivió la Navidad como si la hubiera conocido siempre. Desde ese día no se quitó el colgante del cuello y no le faltaron palabras de ánimo para Guille, que parecía alicaído por alguna razón.
----------
Aquella noche estaba agotado. Ya no sabía cuántas horas llevaba embutido en la cama, ni cuánto había centrifugado las mismas preocupaciones en su cabeza. Eitne ya no era capaz de dormir ni con las piernas fuera de las sábanas, no después de aquellas sensaciones raras que tenía. Dormía tan mal que no sabía si era un retal de un sueño fugaz o si de verdad alguien le acariciaba por las noches. Por suerte, se fiaba tan poco de sí mismo esos días, que optaba siempre por lo primero.
Estaba pensando en Hyun cuando sonó la puerta. Sufrió tal escalofrío que tembló la manta que lo arropaba. No era la primera vez que sonaba (hasta ahora había creído que era una broma), pero en aquel momento de la noche… Eitne no supo que hacer, tenía la cabeza embotada y le costaba pensar con claridad. Temblando y con el corazón a mil, el daeliciano se cubrió la cabeza con la sabana.
—Es solo el ruido de la madera —se habló en voz tan baja que casi ni se oía a sí mismo, era un pensamiento ruidoso y nada más—. No es nada, Eitne. No es nada… —murmuró de nuevo—. Mañana despertarás y seguirás entero.
Eitne no supo en qué momento dejó de hablar, pero por primera vez en meses, durmió durante suficientes horas seguidas. Su yo insomne no se equivocó: despertó entero. El niño abrió los ojos lentamente y asomó la cara bajo la almohada, hasta la nariz. Comprobó el resto de las camas cercanas de reojo y permaneció tumbado. Eitne se repetía a sí mismo que dormir tan poquito le estaba agriando, porque nadie le tocaba y, desde luego, nadie llamó anoche a la puerta.
A pesar de todo, el niño hizo acopio de fuerzas y se llenó de determinación. Eitne salió a cada búsqueda y a cada recogida de comida, entrenó a diario los hechizos que sabían e incluso intentó algún día mover una lanza. También puso todo de su parte para que los nuevos sinhadres se sintieran cómodos en casa: se ofreció a ayudarles en todo lo que necesitaran, charlaba con ellos y les preguntaba cosas sobre sus primeros meses en la ciudad, trataba de incluirlos en las conversaciones a la mesa…
Sin embargo, la falta de sueño no quiso que nada le saliera del todo bien. Las pocas horas de sueño resultaban en deudas de descanso que se acumulaban día sí y día también. Eitne se cansaba más haciendo menos magia, su humor decaía y hubo un punto de no retorno en cuanto a su participación en las salidas. El daeliciano se tropezó consigo mismo y se golpeó en el brazo con el borde de uno de sus escudos; más que el golpe, le dolió darle la razón a Milo: no podía salir estando así.
Su área de trabajo era el interior del torreón: podía ayudar en la cocina, o lavar, o hablar con la gente. Y por suerte eran cosas que le gustaban y que agilizaban el pasar del tiempo, pero no dejaba de recordarse que no estaba fuera, que no ayudaba de verdad.
Lo único que le animaba eran las tardes bailando, los juegos con Nime y Guille (y a veces con los adultos) y los días que le acercaban más a sus compañeros. Eitne vivió la Navidad como si la hubiera conocido siempre. Desde ese día no se quitó el colgante del cuello y no le faltaron palabras de ánimo para Guille, que parecía alicaído por alguna razón.
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Aquella noche estaba agotado. Ya no sabía cuántas horas llevaba embutido en la cama, ni cuánto había centrifugado las mismas preocupaciones en su cabeza. Eitne ya no era capaz de dormir ni con las piernas fuera de las sábanas, no después de aquellas sensaciones raras que tenía. Dormía tan mal que no sabía si era un retal de un sueño fugaz o si de verdad alguien le acariciaba por las noches. Por suerte, se fiaba tan poco de sí mismo esos días, que optaba siempre por lo primero.
Estaba pensando en Hyun cuando sonó la puerta. Sufrió tal escalofrío que tembló la manta que lo arropaba. No era la primera vez que sonaba (hasta ahora había creído que era una broma), pero en aquel momento de la noche… Eitne no supo que hacer, tenía la cabeza embotada y le costaba pensar con claridad. Temblando y con el corazón a mil, el daeliciano se cubrió la cabeza con la sabana.
—Es solo el ruido de la madera —se habló en voz tan baja que casi ni se oía a sí mismo, era un pensamiento ruidoso y nada más—. No es nada, Eitne. No es nada… —murmuró de nuevo—. Mañana despertarás y seguirás entero.
Eitne no supo en qué momento dejó de hablar, pero por primera vez en meses, durmió durante suficientes horas seguidas. Su yo insomne no se equivocó: despertó entero. El niño abrió los ojos lentamente y asomó la cara bajo la almohada, hasta la nariz. Comprobó el resto de las camas cercanas de reojo y permaneció tumbado. Eitne se repetía a sí mismo que dormir tan poquito le estaba agriando, porque nadie le tocaba y, desde luego, nadie llamó anoche a la puerta.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/10/17, 01:51 am
Cuando volvieron al torreón estaban exhaustos. Necesitaban comer, beber y tomar un descanso. Nime iría a ver a Rox a la carrera nada más llegar, para comprobar que era verdad que se estaba curando. A pesar de lo cansada que estaba, saltó alrededor de la cama de pura alegría. Y volvería a querer salir por la tarde porque Eitne también se había ofrecido y ella no podía quedarse atrás.
La llegada de los sinhadres quedó eclipsada en parte por la desaparición de Hyun. Dado que estaban a salvo en Letargo, al principio los esfuerzos de todos se centraron en encontrar al coreano. Pronto se hizo evidente no podía estar en la zona donde lo habían perdido. La frustración de la niña crecía día a día, y aunque se negaba a creer que Hyun estuviese muerto, la posibilidad era tan plausible que resultaba imposible ignorarla, ni aunque Guille asegurase lo contrario. Por suerte habían descubierto que había otros dos grupos en la ciudad, y habían estado por la zona el día en que Hyun desapareció. La niña cruzaba los dedos para que su compañero hubiese tenido la misma suerte que los sinhadres.
En cuanto a estos, a Nime no le costó acostumbrarse a su presencia. Ella era muy tímida, y él a veces algo reservado. No parecía gustarle demasiado que se le acercasen. Sin embargo con el tiempo se convirtieron en dos más del grupo, y a Nime le gustaba hacer preguntas de su antiguo torreón y de las partes de la ciudad que solo habían visto ellos. Y, aunque lo intentaron, no lograron encontrar aquel torreón en ninguna salida.
La Navidad de Guille solo fue una breve distracción de los problemas, pero la niña atesoró la figura junto con sus otros regalos y su incipiente colección de bichos rocavarancoleses. Lamentablemente, a partir de ese día, aparte de todo lo demás empezó a inquietarle Guille. Por mucho que lo intentasen, no daba ninguna explicación, y al final la niña se enfadó con él un día y le dijo que no pensaba preguntarle más. Y cumplió su palabra, pero no por eso dejó de preocuparse. Lo mismo empezó a pasarle con Eitne cuando se hizo evidente que no dormir le estaba afectando demasiado. Nime creía que se moría de miedo por las noches, ya que a ella le pasaba lo mismo con frecuencia.
La libense encontró determinación en todo lo que había pasado para unirse a los entrenamientos con más frecuencia y dejar la pereza de lado. Pretendía a menudo ser una guerrera y era hora de empezar a comportarse como una. Lamentablemente, todavía tenía demasiado por aprender. Sus esfuerzos con la magia no se quedaron atrás, pero para la niña era una fuente de frustraciones. Se fijaba en los más hábiles y, en comparación, se veía como una inútil. No se le ocurría pensar en cómo se sentían los que eran incapaces siquiera de hacer un conjuro.
Fueron meses duros para todos. A pesar de que el torreón seguía pareciendo seguro, los golpes en las puertas le hacían pensar que había vuelto el huésped, pero que ya no hablaba. Quizá era el castigo por contar su secreto. Sin embargo, aunque Nime pasó varias malas noches por aquel motivo, terminó acostumbrándose. Era anómalo, pero no peligroso. Aun así, el miedo no tardó en volver, y fue porque, una noche, Nime abrió los ojos cuando creía que alguno de los mayores le daba las buenas noches revolviéndole el pelo al pasar. No había absolutamente nadie en pie, y la niña casi se hizo pis encima.
Aunque se trató de convencer de que era su imaginación, no tardó en sopesar hablar con los otros dos niños. Ellos también eran cómplices del huésped, y Nime necesitaba salir de dudas o, al menos, pedir opinión.
Aquella mañana Nime llevaba despierta un rato por culpa de un mal sueño. Cuando sintió a su amigo moverse debajo de las sábanas abrió los ojos y estiró el cuello para mirarle.
—Hola —susurró—. ¿Has dormido algo?
La llegada de los sinhadres quedó eclipsada en parte por la desaparición de Hyun. Dado que estaban a salvo en Letargo, al principio los esfuerzos de todos se centraron en encontrar al coreano. Pronto se hizo evidente no podía estar en la zona donde lo habían perdido. La frustración de la niña crecía día a día, y aunque se negaba a creer que Hyun estuviese muerto, la posibilidad era tan plausible que resultaba imposible ignorarla, ni aunque Guille asegurase lo contrario. Por suerte habían descubierto que había otros dos grupos en la ciudad, y habían estado por la zona el día en que Hyun desapareció. La niña cruzaba los dedos para que su compañero hubiese tenido la misma suerte que los sinhadres.
En cuanto a estos, a Nime no le costó acostumbrarse a su presencia. Ella era muy tímida, y él a veces algo reservado. No parecía gustarle demasiado que se le acercasen. Sin embargo con el tiempo se convirtieron en dos más del grupo, y a Nime le gustaba hacer preguntas de su antiguo torreón y de las partes de la ciudad que solo habían visto ellos. Y, aunque lo intentaron, no lograron encontrar aquel torreón en ninguna salida.
La Navidad de Guille solo fue una breve distracción de los problemas, pero la niña atesoró la figura junto con sus otros regalos y su incipiente colección de bichos rocavarancoleses. Lamentablemente, a partir de ese día, aparte de todo lo demás empezó a inquietarle Guille. Por mucho que lo intentasen, no daba ninguna explicación, y al final la niña se enfadó con él un día y le dijo que no pensaba preguntarle más. Y cumplió su palabra, pero no por eso dejó de preocuparse. Lo mismo empezó a pasarle con Eitne cuando se hizo evidente que no dormir le estaba afectando demasiado. Nime creía que se moría de miedo por las noches, ya que a ella le pasaba lo mismo con frecuencia.
La libense encontró determinación en todo lo que había pasado para unirse a los entrenamientos con más frecuencia y dejar la pereza de lado. Pretendía a menudo ser una guerrera y era hora de empezar a comportarse como una. Lamentablemente, todavía tenía demasiado por aprender. Sus esfuerzos con la magia no se quedaron atrás, pero para la niña era una fuente de frustraciones. Se fijaba en los más hábiles y, en comparación, se veía como una inútil. No se le ocurría pensar en cómo se sentían los que eran incapaces siquiera de hacer un conjuro.
Fueron meses duros para todos. A pesar de que el torreón seguía pareciendo seguro, los golpes en las puertas le hacían pensar que había vuelto el huésped, pero que ya no hablaba. Quizá era el castigo por contar su secreto. Sin embargo, aunque Nime pasó varias malas noches por aquel motivo, terminó acostumbrándose. Era anómalo, pero no peligroso. Aun así, el miedo no tardó en volver, y fue porque, una noche, Nime abrió los ojos cuando creía que alguno de los mayores le daba las buenas noches revolviéndole el pelo al pasar. No había absolutamente nadie en pie, y la niña casi se hizo pis encima.
Aunque se trató de convencer de que era su imaginación, no tardó en sopesar hablar con los otros dos niños. Ellos también eran cómplices del huésped, y Nime necesitaba salir de dudas o, al menos, pedir opinión.
Aquella mañana Nime llevaba despierta un rato por culpa de un mal sueño. Cuando sintió a su amigo moverse debajo de las sábanas abrió los ojos y estiró el cuello para mirarle.
—Hola —susurró—. ¿Has dormido algo?
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/10/17, 09:22 pm
Eitne se destapó en cuanto escuchó a Nime y se sentó en la cama.
—Buenos días —la saludó, también susurrando. Aprovechó para quitarse las legañas de los ojos antes de responder —. Regular al principio, pero luego... —no quería hablar de lo que recordaba, porque no quería darle importancia—. Lu-luego conseguí dormirme y no me he vuelto a despertar hasta ahora.
El niño se quedó pensativo unos instantes y luego tomó una decisión de la que se arrepintió enseguida.
—¿Tú dormiste bien? —preguntó primero—. ¿Has oído algo esta noche?
—Buenos días —la saludó, también susurrando. Aprovechó para quitarse las legañas de los ojos antes de responder —. Regular al principio, pero luego... —no quería hablar de lo que recordaba, porque no quería darle importancia—. Lu-luego conseguí dormirme y no me he vuelto a despertar hasta ahora.
El niño se quedó pensativo unos instantes y luego tomó una decisión de la que se arrepintió enseguida.
—¿Tú dormiste bien? —preguntó primero—. ¿Has oído algo esta noche?
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/10/17, 09:53 pm
Nime también se incorporó un poco en la cama cuando Eitne empezó a hablar, y sonrió ligeramente cuando dijo que había dormido buena parte de la noche. Dados sus problemas, eso no estaba nada mal.
—Sí, más o menos —le respondió, omitiendo los malos sueños y lo que le costó quedarse dormida—. No oí nada… al menos no esta noche. ¿Tú sí?
Lo inquietante los perseguía en aquella ciudad y hasta lo extraño empezaba a ser natural. Nime decidió que aquel no era un mal momento para sacar a colación lo que llevaba preocupándola desde el día anterior.
—Sobre eso… Bueno, no exactamente. Pero me gustaría preguntaros algo a ti y a Guille. Me ha pasado algo extraño hace poco —reconoció finalmente. Miró a su alrededor, preguntándose si todo el mundo estaba realmente dormido y esperó que fuese así. Si estaba paranoica por el miedo no quería que lo supiese todo el mundo.
—Sí, más o menos —le respondió, omitiendo los malos sueños y lo que le costó quedarse dormida—. No oí nada… al menos no esta noche. ¿Tú sí?
Lo inquietante los perseguía en aquella ciudad y hasta lo extraño empezaba a ser natural. Nime decidió que aquel no era un mal momento para sacar a colación lo que llevaba preocupándola desde el día anterior.
—Sobre eso… Bueno, no exactamente. Pero me gustaría preguntaros algo a ti y a Guille. Me ha pasado algo extraño hace poco —reconoció finalmente. Miró a su alrededor, preguntándose si todo el mundo estaba realmente dormido y esperó que fuese así. Si estaba paranoica por el miedo no quería que lo supiese todo el mundo.
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
19/10/17, 10:29 pm
Guille llevaba un rato despierto, simplemente tumbado, mirando la pared. Por lo que pudo escuchar a Nime hablar para preguntarle a Eitne si ya no dormía. No supo porque no se levantó el también en el momento, simplemente se quedó escuchando no para enterase de lo que decían, confiaba completamente en Eitne y Nime, una parte de él se había acostumbrado a no intervenir.
"Ha vuelto a sonar esta noche" pensó Guille sabiendo perfectamente a lo que se refería Eitne, él también lo había escuchado, no pudo evitar sentirse culpable de que las puertas también perturbaran a sus amigos "las puertas suenan por mi culpa".
Mientras hablaban, se sintió mal por ocultar las cosas a Eitne y Nime que tanto se preocupaban por él. Se fue levantando lentamente, hasta que se puso de pie, su pelo, ya sin el gorro, se mostraba completamente alborotado poniéndose en posturas imposibles, aunque ahora ya no le importaba. Se acerco a ellos. Y hablando lentamente dijo:
-Podemos ir arriba, a hablar tranquilamente sin problema de que molestemos- desde el sueño empezó a preocuparse más por los demás que el mismo, no lo merecía en su opinión- también quiero contaros yo algo...
"Ha vuelto a sonar esta noche" pensó Guille sabiendo perfectamente a lo que se refería Eitne, él también lo había escuchado, no pudo evitar sentirse culpable de que las puertas también perturbaran a sus amigos "las puertas suenan por mi culpa".
Mientras hablaban, se sintió mal por ocultar las cosas a Eitne y Nime que tanto se preocupaban por él. Se fue levantando lentamente, hasta que se puso de pie, su pelo, ya sin el gorro, se mostraba completamente alborotado poniéndose en posturas imposibles, aunque ahora ya no le importaba. Se acerco a ellos. Y hablando lentamente dijo:
-Podemos ir arriba, a hablar tranquilamente sin problema de que molestemos- desde el sueño empezó a preocuparse más por los demás que el mismo, no lo merecía en su opinión- también quiero contaros yo algo...
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
● Dirke/Ramas.
● Giz.
● Tap/Malahierba.
●Lara 37/Saria Omen.
● Rasqa: parqio transformado en moloch.
● Eitne.
Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/10/17, 01:02 am
Eitne agachó la cabeza, aún dandole vueltas a qué responder.
—N-no lo sé. —Lo dejó en incógnita, porque ni él mismo quería afirmárselo.
Preocupado por lo que Nime tuviera que decirles, el niño se alarmó todavía más al escuchar a un Guille recién levantado. Todos parecían querer confesar algo y ninguno parecía ir a confesar algo bueno.
—Mejor que vayamos, sí.
Los tres niños subieron a la azotea. Eitne se sentó en el suelo y se apoyó a la pared bajo una de las almenas, lo último que quería era caerse. El niño se debatía sobre si sumarse o no a la lista de confesiones. ¿Qué le irían a decir? ¿Cuántas cosas raras estaban pasando?
—¿Qué ocurre? —preguntó para ellos y para sí mismo.
—N-no lo sé. —Lo dejó en incógnita, porque ni él mismo quería afirmárselo.
Preocupado por lo que Nime tuviera que decirles, el niño se alarmó todavía más al escuchar a un Guille recién levantado. Todos parecían querer confesar algo y ninguno parecía ir a confesar algo bueno.
—Mejor que vayamos, sí.
Los tres niños subieron a la azotea. Eitne se sentó en el suelo y se apoyó a la pared bajo una de las almenas, lo último que quería era caerse. El niño se debatía sobre si sumarse o no a la lista de confesiones. ¿Qué le irían a decir? ¿Cuántas cosas raras estaban pasando?
—¿Qué ocurre? —preguntó para ellos y para sí mismo.
No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
● Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
● Kin: demonio raigaurum irrense.
● Ayne: anima sinhadre.
● Eara: sinhadre sin esencia.
● Nime: demonio mineral libense.
● Iemai: cercana, fallecida.
● Airi: sanaí.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.
Armas :
● Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
● Kin: alfanje y guan dao.
● Ayne: sable.
● Eara: ballesta de repetición.
● Nime: dagas.
● Airi: vara y arco.
Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/10/17, 02:19 am
El movimiento de Guille sin previo aviso la sobresaltó un poco, pero Nime hizo como si no hubiese pasado nada y lo saludó con un gesto. Si estaba escuchando ya, era tiempo que ahorraban.
Sin embargo, lo que dijo la inquietó. Si él también quería decirles algo significaba que Nime podía estar en lo correcto y el huésped, o lo que fuera, les había hecho lo mismo a ellos. Aunque preferiría no precipitar sus conclusiones, era todo lo que le venía a la cabeza.
Se levantó de la cama y agarró un chaquetón raído para no exponerse directamente al frío mañanero. Intentó ser silenciosa, porque aparte de no querer despertar a los de las demás camas, no eran los únicos levantados a esas horas y no quería toparse con nadie.
Ya arriba, Nime apenas dedicó una mirada al amanecer sobre la ciudad. Eitne no tardó en preguntar y la libensé miró a Guille como preguntando quién debería empezar a hablar. No obstante le preguntó:
—¿Es sobre el huésped? ¿Tú también crees que ha vuelto?
Sin embargo, lo que dijo la inquietó. Si él también quería decirles algo significaba que Nime podía estar en lo correcto y el huésped, o lo que fuera, les había hecho lo mismo a ellos. Aunque preferiría no precipitar sus conclusiones, era todo lo que le venía a la cabeza.
Se levantó de la cama y agarró un chaquetón raído para no exponerse directamente al frío mañanero. Intentó ser silenciosa, porque aparte de no querer despertar a los de las demás camas, no eran los únicos levantados a esas horas y no quería toparse con nadie.
Ya arriba, Nime apenas dedicó una mirada al amanecer sobre la ciudad. Eitne no tardó en preguntar y la libensé miró a Guille como preguntando quién debería empezar a hablar. No obstante le preguntó:
—¿Es sobre el huésped? ¿Tú también crees que ha vuelto?
- Cuervo
Ficha de cosechado
Nombre: Sarah
Especie: Humana
Habilidades: Intuición, inmutabilidad y rapidez mentalPersonajes : ·Guillermo: Humano Brujo de las Pendicularia
·Sarah: Humana y enterradora
Armas : ·Guillermo: ¿El poder de la amistad? y manos.
·Sarah: Lanza y pala
Re: Torreón Letargo (Archivo VI)
20/10/17, 12:00 pm
-No, no creo que sea el huésped.-dijo con aparente tranquilidad sentándose en el suelo.-El huésped estará muy lejos de aquí seguramente- apretó la mandíbula, "y quizás con mi cuerpo" aunque solo hubiera sido un sueño- Creo que los golpes los hace otra cosa. No estoy seguro que pueda ser, aunque no parece peligroso, creo que solo intenta llamar la atención.Quizás sea culpa mía...- dijo, aunque no tenía ninguna certeza de ello, a media voz.
- ¿Porque crees que ha vuelto el huésped?
- ¿Porque crees que ha vuelto el huésped?
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